El Grano de Mostaza Mateo
El Grano de Mostaza Mateo
El Grano de Mostaza Mateo
El grano de mostaza
para dejar entrar unas fuerzas que vienen de otra parte, unas fuerzas
celestes que penetran dentro de vosotros, en donde actúan, reparan,
purifican, curan, a veces hasta cuando no lo merecemos. Se trata, pues,
de la gracia; la fe abre la puerta a la gracia. ¡Cuántos se equivocan
pensando que es la fe la que hace los milagros! Podemos creer, o no
creer, pero en realidad solamente abrimos la puerta, y es posible que
nada pase por esta puerta. Muchos creen que les va a tocar el gordo de
la lotería, y nunca les toca, a pesar de su fe. Y otros creen que vivirán
mucho tiempo, que serán felices, que se curarán, pero están enfermos y
mueren. Así pues, está bien creer que las plantas van a crecer, pero
previamente hay que sembrar, y después creer.
Vuestra fe abre una puerta, pero si nadie pasa por ella, porque no
habéis desencadenado nada, porque no habéis invitado a los espíritus a
venir, no se produce nada. Primero el enfermo pedía a Jesús que le
curase, y esta petición era un desencadenamiento. Después, había que
tener la puerta abierta, la fe. Y, finalmente, el poder de Jesús se
manifestaba. ¿Veis, pues?, tres condiciones. Desde hace dos mil años
repiten que hay que tener fe, y tienen fe, pero, como falta la Ciencia
iniciática, no avanzan mucho.
Diréis que es difícil tener esta clase de fe. Había una mujer vieja
que había leído los Evangelios y sabía por ellos que con la fe pueden
moverse montañas. Como había una colina frente a su casa, decidió
moverla de sitio, porque esta colina le impedía ver el Sol por la mañana.
“Si quito esta colina, se dijo, podré ver el Sol desde mi ventana.” Por la
noche, antes de acostarse, pronunció unas palabras para pedir que la
colina fuese desplazada. Al día siguiente, al despertarse, fue
rápidamente a la ventana: la colina seguía en el mismo sitio. Entonces
dijo: “Lo que yo pensaba, no me extraña que siga estando ahí”. No tenía
fe.
ello. Por otra parte, nadie las expulsa, porque sólo toman de las flores lo
que está preparado para ellas, y además, modelan, construyen;
mientras que las hormigas destruyen. Ahí tenéis dos imágenes
simbólicas: las hormigas y las abejas, Saturno y Venus.
Vais a ver ahora que cuando Jesús dijo que el Reino de Dios se
asemeja a un grano de mostaza que se hace árbol, hacía alusión al
Árbol sefirótico. En efecto, los diez sefirots representan el Árbol
cósmico. Si sabéis cómo estudiar un árbol, meditar sobre él,
comprenderéis grandes misterios, porque el árbol es un símbolo de la
vida. Todas las cuestiones se explican, todos los problemas se
resuelven cuando comprendemos el significado y las correspondencias
de cada uno de los detalles del árbol.
El grano de mostaza X - 13
El grano de mostaza X - 14
Para que la planta aparezca por encima del suelo hace falta la
intervención de la cuarta séfira, Hessed, la misericordia. Hessed, es el
tallo, el tronco del árbol, lo que siempre trata de resistir. Es la vida
basada en la caridad, la bondad. Toda vida que no está basada en la
misericordia no posee tallo. Tiene una raíz, pero no tallo, no crece.
Hessed representa el tallo por donde las fuerzas cósmicas circulan de
abajo a arriba y de arriba abajo. La misericordia sirve de canal para la
circulación de las fuerzas del mundo terrestre hacia el mundo espiritual,
e inversamente.
Notas
1.Cf. La fe que mueve montañas, Col. Izvor nº 238, El amor, más grande que la fe,
Col. Izvor nº 239.
2.Cf. La fe que mueve montañas, Col. Izvor nº 238, cap. XIII: “Rabota, vrémé, véra:
el trabajo el tiempo, la fe”.
3.Cf. En las fuentes inalterables del gozo, Col. Izvor nº 242, cap. XII: “Los tesoros
insospechados de la paciencia”.
4.Cf. Del hombre a Dios – sefirots y jerarquías angélicas, Col. Izvor nº 236, cap. II:
“Presentación del Árbol sefirótico”.
6.Cf. La piedra filosofal – de los evangelios a los tratados alquímicos, Col. Izvor nº
241, cap. III: “Vosotros sois la sal de la Tierra”: 1. Marcar la materia con el sello del
espíritu – 2. La fuente de las energías”.