Tipos de Literatura
Tipos de Literatura
Tipos de Literatura
Es alrededor del año 2000 a.C. cuando nos encontramos con la que a día de hoy se considera la
primera obra literaria de la historia. Es el Poema de Gilgamesh, que narra la epopeya de un héroe
sumerio. Los grandes imperios mesopotámicos, así como Egipto, fueron testigos del nacimiento
de la literatura, aunque casi siempre circunscrita a la tradición oral y conservada por escrito en
contadas ocasiones. Diversas partes de la Biblia, como el Pentateuco, provienen también del
segundo milenio a.C.
También en la India y China se escribieron las primeras obras épicas en la Edad de Hierro,
aunque la datación exacta de esta literatura primitiva sigue dando lugar a fuertes controversias.
La literatura sánscrita produjo dos grandes obras épicas en la India, el Ramiana y
el Majábharata.
Y en China, donde primero floreció de verdad la producción literaria, encontramos el Arte de la
guerra de Sun Tzu (aún leído hoy en día) así como las enseñanzas de Confucio, Lao Tzi y Tao te
Ching.
La Ilíada y la Odisea, ambas obras atribuidas al poeta griego Homero, marcaron el inicio de la
Antigüedad Clásica y un prodigioso nuevo rumbo en la Historia de la Literatura.
LITERATURA CLÁSICA
LITERATURA MODERNA
LITERATURA VANGUARDISTA
Por una parte, se trató de una época de amplio desarrollo científico, tecnológico y económico
para muchas naciones, que incluso conllevó a mejoras laborales y expansión económica.
Sin embargo, luego devinieron tiempos críticos generados por la Primera Guerra Mundial, la
Revolución Rusa y la Gran depresión económica, la Segunda Guerra Mund ial, entre otros.
En este sentido, los poetas y los escritores, así como los artistas en general, dejaron a un lado las
estructuras tradicionales, los sentimentalismos, los temas tabú e hicieron del arte un medio para el
cuestionamiento, expresar ideas ilógicas y surrealistas, emociones, entre otros.
De allí que, la literatura vanguardista se caracteriza por romper los convencionalismo y abrirse
por completo a la creatividad e imaginación, a través de diversas técnicas y modos de expresión.
LITERATURA MÍSTICA
El misticismo no es un fenómeno
específicamente lírico o literario. Se trata de una
vivencia religiosa y, por lo tanto, ha de referirse al
ámbito de la metafísica y, más en concreto, de la
teología. Es más, la mística se considera una experiencia
íntima inefable, lo cual, en teoría, la dejaría al margen de
la comunicación literaria. Sin embargo, todos los grandes
místicos han sentido la necesidad de transmitir su
experiencia personal a quienes los rodeaban y esa
voluntad de comunicación exige el uso de la palabra.
Transmitir mediante palabras lo que en sí es inefable se
convierte, por lo tanto, en un reto literario consustancial
a la mística, de ahí que los místicos figuren siempre entre los mejores escritores de sus respectivas
culturas. La experiencia mística, además, parece ser común en las más diferentes sociedades humanas. De
alguna manera, más o menos estandarizada según de qué cultura se trate, el místico puede sentir que su
esencia individual abandona la materialidad de la vida cotidiana y se proyecta hacia un ente superior en
una especie de “viaje” y de “unión” que le permiten acceder a una realidad más auténtica. Tras un cúmulo
de sensaciones imposibles de evocar por completo a través de las palabras, el místico regresa a su
situación anterior con la consciencia del vacío dejado por ese momento de plenitud vivido. Experiencias
místicas de este tipo pueden recogerse en la tradición sufí musulmana, en determinadas prácticas de la
Cábala hebrea o en la búsqueda del nirvana budista. En nuestra cultura, la experiencia mística ha estado
vinculada a la historia del Cristianismo y a determinadas modalidades de la vida espiritual europea como
la institución del monacato, la práctica de la áccesis y el concepto de santidad. Así, los místicos cristianos
han sido tenidos por personas especiales, agraciadas por Dios, en virtud de sus méritos particulares, con
esos momentos de íntima unidad con su Señor. Ciertamente, el misticismo cristiano es anterior a la caída
del Imperio Romano y debe considerarse, por lo tanto, como una de las herencias seminales de Europa,
pero, como todos los grandes conceptos culturales heredados de la Antigüedad, hubo de readaptarse a la
realidad europea de la Etapa Constituyente. No es una casualidad, por lo tanto, que la mística europea
cobrase un nuevo auge a partir del siglo XII, en una época de renacimiento marcada por ecos del
neoplatonismo y una mayor influencia de la teología de san Agustín. Resulta interesante constatar,
además, que encontramos a los escritores místicos de más renombre en regiones marginales de la
Europa bajomedieval; esto se debe, acaso, a que la presión de los cánones culturales en esas zonas era
menor y el autor se sentía menos condicionado por las expectativas de sus lectores.
LITERATURA ROMÁNTICA
LITERATURA ERÓTICA
Historia
El erotismo y el sexo han estado asociados a la sociedad y la cultura del hombre desde
los inicios de los tiempos, y el caso de la literatura no es una excepción, si bien a
menudo se ha visto sometida a la censura por considerarse un tema reprobable o
pecaminoso. Asimismo, también es frecuente la alusión al sexo o pasajes eróticos
englobados dentro de obras mayores, no como tema principal de la obra, sino como
capítulos aislados que contribuyen al devenir de la narración o al desarrollo de
personajes. Así, por ejemplo, es posible encontrar fragmentos claramente eróticos en
obras como el Quijote de Cervantes o el Ulises de James Joyce, sin que por ello se
considere a estas obras dentro del género.
Erotismo literario en la antigüedad
Ya en el Antiguo Egipto, se redactaron tratados acerca del sexo, en ocasiones meras
recopilaciones de posturas sexuales, como por ejemplo en el papiro de Turín,3 donde se
detallan las variantes del acto amatorio. Aunque poco se conserva de la época, sí se
han salvado algunos fragmentos, como por ejemplo en el papiro de Leide, donde se
propone la "confección de una imagen del amor.
La literatura antigua relativa al erotismo se caracteriza principalmente por la unión entre
lo divino y lo terrenal. Son frecuentes las alusiones a los dioses y los cultos a
la fecundidad y al falo. Las obras se encuadran habitualmente en manuales de posturas
sexuales, poesía y obras de teatro. Aparte de tratar la heterosexualidad, son frecuentes
también las referencias al sexo oral y al lesbianismo. Las hetairas, mujeres que elevan
la práctica del amor a la categoría de arte, fueron autoras propias de tratados sobre
dichas prácticas, pudiéndose enunciar los tratados de Artyanassa, vieja servidora
de Helena, de Filenis de Samos y los de Elefantis.5 No en pocas ocasiones, el erotismo
literario va asociado a la comedia o se asocia con la sátira y la crítica social.
Los primeros escritos de literatura erótica se remontan a la Antigua Grecia, en torno al
año 400 a. C., cuando el dramaturgo Aristófanes escribió la obra de teatro Lisístrata. De
alrededor del año 300 a. C. datan los obscenos poemas satíricos de Sótades, que
llegaron a acarrearle la prisión por las críticas hacia la unión de Ptolomeo II con su
hermana Arsinoe. Durante un tiempo se identificó incluso como literatura sotádica a la
propia literatura erótica.6 Hacia el siglo II a. C. se atribuye a Luciano la escritura del libro
pornográfico más antiguo, Los diálogos de las cortesanas.
LITERATURA REALISTA
Origen de la palabra
Aparece aplicado a la literatura hacia 1825 para referirse al uso de descripciones
detalladas por parte de algunos de sus novelistas, mientras que pintores románticos
tardíos llevaban a sus lienzos sencillas escenas de la vida cotidiana; enseguida se
aplicó el vocablo a las obras literarias, animadas de un propósito análogo de recoger
fieles testimonios de la sociedad de la época.
Hacia 1827, en Francia, una serie de escritores y críticos presentan ya al realismo como
una nueva estética alejada u opuesta a la romántica. En 1856 aparece una revista
titulada precisamente Realismo, que en uno de sus números dice:
El realismo pretende la reproducción exacta, completa, sincera, del ambiente
social y de la época en que vivimos. Esta reproducción debe ser lo más sencilla
posible para que todos la comprendan.1
El Realismo surgió en la Francia de la segunda mitad del siglo XIX, tras
la revolución burguesa de 1848. Sus autores pioneros fueron Honoré de Balzac y
Henri Beyle "Stendhal", y se desarrolló plenamente con Gustave Flaubert. Pero ya
hacia la mitad de siglo publican grandes obras maestras de esta estética también
escritores ingleses como William M. Thackeray, Charles Dickens y el alemán Gustav
Freytag, al que seguirá al poco Wilhelm Raabe. En España, el inicio realista fue algo
posterior y coincidió con acontecimientos históricos capitales. Surgió hacia 1870,
después de que se reprodujese la tardía revolución burguesa de 1830 en La
Gloriosa de 1868, y tuvo su apogeo en la década de 1880 con autores como Pérez
Galdós, Leopoldo Alas y Emilia Pardo Bazán. Finalmente decayó en la década de
1900.
Características[
Los rasgos fundamentales del realismo son los siguientes:
Procura mostrar en las obras una reproducción fiel y muy apegada a los
detalles de la realidad, por lo que abunda en descripciones.
Se opone al Romanticismo en su rechazo de lo sentimental y lo trascendental
y en su alejamiento de los escenarios exóticos; aspira, en cambio, a reflejar la
realidad individual y social burguesa en el marco del devenir histórico.
Debido a su afán verista o de verosimilitud, el realismo literario se opone,
asimismo, directamente a la literatura fantástica.
LITERATURA FANTÁSTICA
El término literatura fantástica alude
a un género narrativo basado sobre
todo en los elementos de fantasía,
dentro del cual se pueden agrupar
varios subgéneros, entre los que
están la literatura de terror, ciencia
ficción o la literatura gótica. El término
es enormemente confuso, debido a la
divergencia de criterios respecto a su
aplicación. Se conoce como literatura
fantástica a cualquier relato en que
participan fenómenos sobrenaturales y extrao rdinarios, como la magia o la intervención
de criaturas inexistentes. Esta definición resulta ineficaz, debido a que los
elementos sobrenaturales están presentes en todos los relatos mitológicos y religiosos
y su presencia tiene un carácter muy distinto del que posee en la civilización actual.
En la ya clásica Introducción a la literatura fantástica, Tzvetan Todorov definió lo
fantástico como un momento de duda de un personaje de ficción y del lector implícito de
un texto, compartido empáticamente. Los límites de la ficción fantástica estarían
marcados, entonces, por el amplio espacio de lo maravilloso, en donde se descarta el
funcionamiento racional del mundo y lo "extraño" o el "fantástico explicado", en el que
los elementos perturbadores son reducidos a meros eventos infrecuentes pero
explicables. Contra la definición amplia de lo fantástico, esta definición presenta la
debilidad de ser demasiado restrictiva. Se han propuesto diferentes reformulaciones
teóricas que intentan rescatar el núcleo de esta definición con diversas salvedades. 1
Otra definición posible con criterios históricos sostiene que la literatura fantástica se
define en el seno de una cultura laica, que no atribuye un origen divino y por tanto
sobrenatural a los fenómenos conocidos, sino que persigue una explicación racional y
científica. En esta situación, el relato fantástico introduce un elemento sobrenatural,
discordante con el orden natural, que produce inquietud en el lector. El elemento
sobrenatural no solo sorprende y atemoriza por ser desconocido, sino que abre una
fisura en todo el sistema epistemológico de su mundo, susceptible de dar cabida a toda
clase de sucesos insólitos y monstruosos.
Por otro lado, la crítica literaria argentina Ana María Barrenechea sostiene que, la
literatura fantástica ofrece acontecimientos que van de lo cotidiano hasta lo anormal.
Estos son presentados en forma problemática para los personajes, para el narrador y
para el lector. También menciona la aparición de criaturas y elementos de fantasía y
extraordinarios.
En ocasiones, este género nos ofrece un relato basado en hechos insólitos que al
analizarlos se escapan de la realidad, sin embargo, más adelante de la historia, dichos
sucesos tienen una explicación lógica o científica, pero esto no siempre sucede y
algunas veces el relato concluye sin salirse de la irracionalidad.
La literatura fantástica, puede también presentarnos un objeto o personaje tomado de la
realidad, realizando acciones que en un entorno real serían descabelladas o imposibles.
LITERATURA HEBREA
Italia fue el centro cultural en que se originó el movimiento renacentista, que luego se
propagaría por Europa.
Conviene apuntar que, en la difusión de las ideas del Renacimiento, participó como
hecho clave la invención de la imprenta, hacia 1440, por el alemán Johannes
Gutenberg.
En este periodo, además, surgen nuevas formas literarias, como la novela, tal como es
actualmente conocida; aparecen nuevos géneros, como el ensayo; y se crean nuevos
modelos, como el soneto y el verso endecasílabo.
Algunos de los géneros literarios más cultivados de la época son la poesía lírica y la
poesía mística de temática religiosa; la novela de caballerías, la pastoril y la pícara, así
como el teatro y el ensayo.
LITERATURA BARROCA
Pero, más allá del pesimismo temático, estos sentimientos e imágenes eran descritos
con un rico y exagerado uso de las figuras literarias pero, que a su vez resultan
ostentosas.
Los temas expuestos reflejan los acontecimientos más resaltantes del siglo XVII
como el hambre, la peste, la espiritualidad, el amor, la muerte, el pesimismo, el
desencanto, entre otros. Varios de estos temas se representaron a través de la
comedia.
La literatura barroca nace como contraposición de la literatura renacentista.
Uso excesivo y recargo de los recursos literarios, por tanto aporta mayor
complejidad para interpretar su contenido.
Fue enriquecido el lenguaje con la incorporación de los términos Conceptismo y
Culteranismo.
Se emplea el sarcasmo y la ironía para hacer frente a los sentimientos de
desengaño y melancolía.
LITERATURA HISPANOAMERICANA
Realismo mágico: es una de las vertientes más importantes, sobretodo, de la novela de
la literatura hispanoamericana, la cual será aplicada por una gran variedad de escritores
que encuentran misterio y magia dentro de acontecimientos.
ATENCIÓN
TIPOS DE ATENCIÓN
La atención es un proceso complejo que participa prácticamente en todas nuestras
actividades diarias. A lo largo del tiempo se ha hecho evidente que la atención no era
un proceso unitario, sino que se podía fragmentar en diferentes “sub-procesos
atencionales” o tipos de atención. De este modo, se han ido proponiendo diferentes
modelos para explicar de la manera más fiel posible cada uno de dichos sub-
componentes o tipos de atención. El modelo más aceptado es el Modelo jerárquico de
Sohlberg y Mateer (1987, 1989), basado en los casos clínicos de la neuropsicología
experimental. Según este modelo, la atención se descompone en:
Atención Interna: Capacidad de prestar atención a procesos internos mentales
o sensaciones.
Atención Externa: Se trata de la atención causada por estímulos que provienen
del exterior, de nuestro entorno.
Atención Abierta: Está acompañada de respuestas motoras, que en este caso
nos facilitarán la acción de atender, por ejemplo, girar la cabeza y mirar a una persona
cuando nos habla.
Atención Encubierta: Esta capacidad nos permite prestar atención a estímulos
sin que aparentemente de la sensación de estar llevando a cabo esa acción.
Arousal: Hace referencia a nuestro nivel de activación y al nivel de alerta, a si
estamos adormilados o enérgicos.
Atención focalizada: Se refiere a la capacidad de centrar nuestra atención en
algún estímulo.
Atención sostenida: Se trata de la capacidad de atender a un estímulo o
actividad durante un largo periodo de tiempo.
Atención selectiva: Es la capacidad de atender a un estímulo o actividad en
concreto en presencia de otros estímulos distractores.
RETENCIÓN
PENSAMIENTO
PERCEPCIÓN
MEMORIA
LENGUAJE
INTELIGENCIA
INTELIGENCIA LÓGICO-MATEMÁTICA
INTELIGENCIA LINGÜÍSTICA
INTELIGENCIA ESPACIAL
INTELIGENCIA CORPORAL
INTELIGENCIA MUSICAL
INTELIGENCIA INTRAPERSONAL
INTELIGENCIA INTERPERSONAL
INTELIGENCIA NATURALISTA
INTELIGENCIA PICTÓRICA