Edificios Patrimonio Cultural de Michoacan (Morelia)
Edificios Patrimonio Cultural de Michoacan (Morelia)
Edificios Patrimonio Cultural de Michoacan (Morelia)
La ciudad de Morelia es uno de los destinos turísticos más bellos e importantes de México, por su invaluable
Patrimonio Cultural e Histórico., es considerada la cuna ideológica del Movimiento de Independencia y es sede
de conocidos festivales internacionales de música y cine.
El espíritu de la Antigua Valladolid se conserva hasta nuestros días y para los vacacionistas es un deleite de
recreación y esparcimiento. Gracias a su belleza arquitectónica, el Centro Histórico de Morelia ha sido distinguido
entre las casi 200 ciudades del mundo reconocidas por la UNESCO como “Patrimonio Cultural de la Humanidad”.
Morelia ofrece una gran variedad de atractivos para el visitante: desde la admiración, tranquilidad y armonía de
sus edificaciones ancestrales de cantera rosada, su amplia variedad gastronómica (una de las cocinas más ricas
y diversas de México), hasta su vasta gama de leyendas, tradiciones, bailes y artesanías, que hacen de esta
ciudad uno de los mejores destinos para vacacionar.
El paseo a pie por la Calzada de Guadalupe permite disfrutar de una de las avenidas más seductoras de la
ciudad. La belleza de Morelia se acentúa en la noche con la iluminación de sus monumentos más
representativos: La Catedral, el Antiguo Colegio de San Nicolás, el Acueducto etc.
Patrimonio Cultural De La Humanidad
El 12 de diciembre de 1991, la UNESCO inscribió a Morelia en la lista del Patrimonio. El Centro Histórico es la
ciudad mexicana con más edificios catalogados como monumentos arquitectónicos (posee 1,113 y de ellos 260
fueron señalados como relevantes), de tal manera que visitarla ofrece la garantía de un recorrido enriquecedor
por su valor histórico y arquitectónico amplio y variado.
Estos inmuebles se asientan sobre una suave loma de cantera que abarca 390 hectáreas distribuidas en 219
manzanas con 15 plazas que se convierten en remansos para el visitante.
Los espacios de la ciudad son un conjunto de gran valor por sus características formales de edificación, armonía
volumétrica, calidad constructiva y unidad plástica en que se presentan los diferentes estilos arquitectónicos
desarrollados a través de los siglos, lo que permito consolidad un estilo local, como elocuente testimonio para la
historia arquitectónica de la nación.
El más evidente rasgo arquitectónico único de Morelia es la peculiar solución que se da en buen número de
patios al eliminar las columnas o los apoyos verticales en las esquinas. La eliminación de las aristas, líneas y
elementos constructivos verticales provoca una sensación de continuidad o dinamismo.
Otra característica es su ornamentación exterior conocida como “barroco moreliano”, donde los elementos
decorativos escultóricos y vegetales dominan los planos y las líneas de tableros y molduras. Las calles y plazas
de la capital michoacana se apegan a la forma de retícula irregular y muchas de ellas rematan con un
monumento que origina espectaculares perspectivas.
En su declaración, la UNESCO consideró que algunas de las perspectivas urbanas del Centro Histórico de
Morelia constituyen “un modelo único en América”. Estimó también que la arquitectura monumental de la ciudad
se caracteriza por su estilo calificado como “barroco moreliano”, por la originalidad de sus expresiones locales
que se plasman en el Acueducto, la Catedral Metropolitana, en el conjunto de la iglesia de la Compañía y el ex
Colegio Jesuita así como en las fachadas y las arcadas de los corredores y patios de las casas Vallisoletanas.
Por otra parte señaló que la diversidad de estilos va desde tipologías arquitectónicas de finales del siglo XVI,
donde el aspecto de fortaleza medieval convive con elementos renacentistas, barrocos y el neoclásico hasta
llegar al eclecticismo y afrancesamiento del periodo de Porfirio Díaz.
Durante la guerra de independencia el edificio se utilizó como cuartel y para su reapertura se necesitó una profunda
restauración que duró tres años.
Al final de la restauración quedó como hoy día se ve. Es un edificio de dos pisos, de estilo neoclásico por sus
pilastras y el típico frontón griego que remata cada uno de los balcones del segundo piso.
El valor histórico del Colegio de San Nicolás va unido al nombre de Miguel Hidalgo y José María Morelos, héroes de
la independencia, cuyo movimiento sin duda comenzó a gestarse dentro de este plantel educativo.
Su contenido abarca una sección dedicada a la ecología michoacana y cinco más que exponen desde la época
prehispánica a través de objetos arqueológicos hasta la etapa cardenista.
Palacio de Justicia
En contra esquina del Museo Regional se encuentra este palacio. En el sitio que hoy ocupa esta construcción se
estableció la junta de Gobierno de los españoles en la antigua Valladolid, por ello se le llamaba Casa Consistorial,
que funcionó hasta la época de la Independencia.
Fue construido por el Arquitecto Guillermo Woodon de Sorinne por encargo de Don Porfirio Díaz.
Hacia el año de 1812, el edificio funcionó como Casa de Moneda, donde se acuñaban monedas de cobre con el
emblema del Ejército del Sur, comandado por Don José María Morelos y Pavón.
En 1885 recibió una completa transformación. Prevalecía el estilo francés, por lo que el Palacio se revistió de una
exquisita elegancia en la decoración y en sus elementos constructivos mostró una refinada precisión técnica, como
se puede observar en las pilastras de la fachada. En el patio principal encontramos un elemento distintivo de su
arquitectura: el arco pinjante que se encuentra en las cuatro esquinas de la planta baja, además de un desnivel
hacia el centro con ocho lados en armonía barroca con las cuatro esquinas.
El Palacio de Justicia viene a ser un representativo ejemplo del estilo afrancesado sin desentonar con la armonía
urbana de la Plaza de Armas, pues conservó las proporciones establecidas en la distribución de los elementos
componentes de la fachada.
En 1976 el Maestro Agustín Cárdenas elaboró el mural que se ubica en el cubo de la escalera, en donde se muestra
como figura central a Don José María Morelos en actitud radical levantándose contra la opresión borbónica. Es
Morelos el autor de las primeras leyes de la Carta Magna de México, además de haber establecido los tres poderes
de gobierno del país y en este edificio se estableció el Supremo Tribunal de Justicia más antiguo del país.
Catedral
Edificio de estilo barroco. Ocupa la parte más alta de la loma en donde se asienta la ciudad. Esta situación favorece
a que se acentúe su verticalidad y permite que se destaque desde cualquier sitio de la ciudad.
En el corazón de la gran plaza de armas se encuentra solamente la Catedral. Ningún otro edificio viene a restarle
importancia. Una característica sobresaliente es la orientación de la fachada, que mira hacia la avenida principal y
no hacia la Plaza. Cabe destacar que no tiene edificios anexos o contiguos, de tal manera que nada le resta
importancia, pues la Catedral es templo y monumento religioso.
En 1580, al cambiar a Valladolid (hoy Morelia) la sede episcopal, surgió la necesidad de hacer una Catedral en
donde el cabildo desempañara sus funciones.
Su construcción tomó 104 años. Su traza y orientación se debió al genio Vicente Barroso de la Escayola.
El eje del edificio se orienta de norte a sur y la distribución del espacio interior fue siguiendo el modelo de las
catedrales españolas.
La fachada principal está resuelta en proporciones áureas, es decir, el todo es a la parte como la parte al todo.
La triple portada marca al exterior las tres naves del espacio interior y el espacio decorado se distribuye
obedeciendo a una estricta jerarquía teológica.
Al centro se encuentra “La resurrección de Cristo” y sobre las puertas laterales se representa la “adoración de
Pastores y Reyes Magos”.
La luz que recibe el interior de las naves a través de sus ventanas elípticas, produce una atmósfera de un
acentuado claroscuro que viene a constituir otra característica barroca.
Palacio de Gobierno
Su construcción data de 1770. Se levantó para establecer el Seminario Tridentino de San Pedro y San Pablo de
Valladolid, que estuvo a cargo de la Diócesis. Es un sitio histórico de la ciudad pues en este Colegio se ordenó
como sacerdote el cura Morelos, para después dirigirse al Curato de Carácuaro y Nocupétaro en 1801.
En varios momentos de su historia ha servido para alojar a los poderes del Estado: Legislativo y Judicial, y desde
1867 es la sede del Poder Ejecutivo.
En el cubo de la escalera se encuentra un mural de Alfredo Zalce. Por su estilo pertenece a la corriente de la
escuela mexicana que iniciaron Diego Rivera, José Clemente Orozco y David Alfaro Siqueiros. Las formas dentro de
esta escuela se presentan con gran simplicidad geométrica y la composición expresionista logra una mayor claridad
en el mensaje. Alfredo Zalce representa episodios de la Historia de México en los muros de la escalera; en el
claustro alto ilustra la historia de Michoacán y en el lado norte representa la economía, artesanía y folclor de
Michoacán.
Fuente de las Tarascas
Construida en 1984, es una fundición de bronce, obra del escultor José Luis Padilla Retana para replicar en un
material más noble una fuente anterior hecha de cantera y cemento desde los años cuarenta.
Esta fuente donde se aprecian tres mujeres indígenas con el torso desnudo, simbolizan la fertilidad de la tierra
michoacana y de sus mujeres. Se encuentran de rodillas y sobre sus brazos levantados sostienen una peribana
(charola artesanal de madera, tradicional de Michoacán, que se decora con vivos colores) con abundantes frutos,
todo esto entre la abundancia de agua que caracteriza a Michoacán.
Acueducto
Su construcción inició en 1785 por órdenes del Obispo Fray Antonio de San Miguel. Sirvió para remediar la escasez
de agua y el hambre que padecía la ciudad debido a la sequía del año anterior.
La obra se terminó en 1789 y benefició a toda la ciudad, pues proporcionaba agua a 30 fuentes públicas, además de
las llamadas “mercedes domiciliarias”, o cañerías que beneficiaban a algunos ricos españoles.
Un importante complemento artístico – estético del acueducto son las fuentes mencionadas, de las cuales aún se
pueden observar la Pila del Gallo, la del Soldado, la Del Santo Niño, la de La Mulata, del Ángel, etc.
El vital líquido provenía de un manantial que se encontraba en la Hacienda del Rincón, al oriente de la ciudad.
Para hacer subir el agua hasta la loma en donde se asienta la ciudad, se construyó una arquería de ritmo
ascendente que permitió conservar el nivel del canal.
El sabio arquitecto, sin detrimento de la función que tenía que desempañar, supo convertir una obra de ingeniería en
una obra de arte al diseñar el ritmo creciente de los arcos. Esto da el efecto de solidez y fuerza que produce el
acueducto hacia el centro de la ciudad, de acuerdo a la topografía en la parte oriente del Valle de Guayangareo,
donde se asienta Morelia.
La obra consta de 253 arcos y su arquitectura es dinámica, en constante ascenso. Hoy en día no funciona como
conductor de agua, pues su canal resulta insuficiente para abastecer a la ciudad, pero su silueta sigue formando
parte fundamental de Morelia.