Biologia 2
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Una vez que el agua se ha precipitado sobre la tierra firme, puede
seguir diversos caminos:
Parte de ella se filtrará en el terreno y se acumulará en grandes
depósitos subterráneos (acuíferos) o formará corrientes
subterráneas que, con el tiempo, dejarán salir el agua a la
superficie para que siga su curso.
Otra parte del agua caída discurrirá por la superficie terrestre
formando torrentes, arroyos y ríos que llevarán, de nuevo, el
agua hasta el mar. Así se completa el ciclo del
agua o ciclo hidrológico.
El ciclo hidrológico o ciclo del agua es el proceso de circulación del agua entre los
distintos compartimentos de la hidrósfera. Se trata de un ciclo biogeoquímico en el que
hay una intervención mínima de reacciones químicas, y el agua solamente se traslada de
unos lugares a otros o cambia de estado físico. El agua de la hidrósfera procede de la
desfragmentación del metano, donde tiene una presencia significativa, por los procesos
del vulcanismo. Una parte del agua puede reincorporarse al manto con los sedimentos
oceánicos de los que forma parte cuando éstos acompañan a la litósfera. La mayor parte
de la masa del agua se encuentra en forma líquida, sobre todo en los océanos y mares y
en menor medida en forma de agua subterránea o de agua superficial (en ríos y arroyos) .
El segundo compartimento por su importancia es el del agua acumulada como hielo sobre
todo en los casquetes glaciares antártico y groenlandés, con una participación pequeña
de los glaciares de montaña, sobre todo de las latitudes altas y medias, y de la banquisa.
Por último, una fracción menor está presente en la atmósfera como vapor o, en estado
gaseoso, como nubes. Esta fracción atmosférica es sin embargo muy importante para el
intercambio entre compartimentos y para la circulación horizontal del agua, de manera
que se asegura un suministro permanente a las regiones de la superficie continental
alejadas de los depósitos principales. El agua existe en la Tierra en tres estados: sólido
(hielo, nieve), líquido y gas (vapor de agua). Océanos, ríos, nubes y lluvia están en
constante cambio: el agua de la superficie se evapora, el agua de las nubes precipita, la
lluvia se filtra por la tierra, etc. Sin embargo, la cantidad total de agua en el planeta no
cambia. La circulación y conservación de agua en la Tierra se llama ciclo hidrológico, o
ciclo del agua. Cuando se formó, hace aproximadamente cuatro mil quinientos millones de
años, la Tierra ya tenía en su interior vapor de agua. En un principio, era una enorme bola
en constante fusión con cientos de volcanes activos en su superficie. El magma, cargado
de gases con vapor de agua, emergió a la superficie gracias a las constantes erupciones.
Luego la Tierra se enfrió, el vapor de agua se condensó y cayó nuevamente al suelo en
forma de lluvia.
El ciclo hidrológico comienza con la evaporación del agua desde la superficie del océano.
A medida que se eleva, el aire humedecido se enfría y el vapor se transforma en agua: es
la condensación. Las gotas se juntan y forman una nube. Luego, caen por su propio peso:
es la precipitación. Si en la atmósfera hace mucho frío, el agua cae como nieve o granizo.
Si es más cálida, caerán gotas de lluvia. 1º Evaporación. El agua se evapora en la
superficie oceánica, sobre la superficie terrestre y también por los organismos, en el
fenómeno de la transpiración en plantas y sudoración en animales. 2º Condensación. El
agua en forma de vapor sube y se condensa formando las nubes, constituidas por agua
en pequeñas gotas. 3º Precipitación. Se produce cuando las gotas de agua que forman
las nubes se enfrían acelerándose la condensación y uniéndose las gotitas de agua para
formar gotas mayores que terminan por precipitarse a la superficie terrestre en razón a su
mayor peso. La precipitación puede ser sólida (nieve o granizo) o líquida (lluvia). 4º
Infiltración Ocurre cuando el agua que alcanza el suelo, penetra a través de sus poros y
pasa a ser subterránea. La proporción de agua que se infiltra y la que circula en superficie
(escorrentía) depende de la permeabilidad del sustrato, de la pendiente y de la cobertura
vegetal
Aunque parezca mentira este recurso podría agotarse. Hay que cuidarla y el mejor modo
es ahorrándola.
Cada día demandamos más de este recurso que en alrededor de el mundo se está
volviendo un bien escaso.