La Historia de Vida

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LA HISTORIA DE VIDA: MÉTODO CUALITATIVO

Katia Susana Hernández Moreno

katiahm@ult.edu.cu

Resumen:

El presente trabajo parte de una investigación de tesis de maestría. Presenta aspectos teóricos y
metodológicos elementales para la elaboración de una historia de vida partiendo de la
metodología cualitativa. Este método adquiere en la actualidad un valor significativo en el campo
de las ciencias sociales. La historia de vida resulta de importancia para las investigaciones. La
historia de vida representa la forma más pura de los estudios descriptivos.

Palabras claves: Historia de vida.

Abstract:

The present work starts from an investigation of master degree thesis. It presents basic theoretical
and methodological aspects to the elaboration of a life story starting from the qualitative
methodology. The life story is acquiri nowadays a significance value in all the field of social
sciences. The life story has by own right a scientific determine status that is of great importance
for investigations. The life story represents the most pure form of the descriptive studies.

Key words: Life story method.

________________________________________

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Hernández Moreno, K.S.: La historia de vida: Método cualitativo, en Contribuciones a las Ciencias
Sociales, marzo 2011, www.eumed.net/rev/cccss/11/

________________________________________

Materiales y métodos:
Para desarrollar la indagación se utilizaron como materiales la bibliografía activa y pasiva que
existe acerca del método historia de vida y entre los métodos se utilizaron La investigación
documental o bibliográfica, análisis y síntesis, inducción e deducción.

Introducción:

La antropología fue la disciplina que se valió del método biográfico, desde un principio en sus
investigaciones de campo. Los antropólogos han sido los primeros en darles un estatus científico.
En 1925, P. Radin publicó una obra que pronto se convirtió en un clásico: Crashing Thunder,
autobiografía de un indio. W.I. Thomas y F. Znaniecki (1919), con su obra monumental sobre los
emigrantes polacos a los Estados Unidos, con base en documentos biográficos, marcaron un hito
definitivo.

Después de la Segunda Guerra Mundial Oscar Lewis se mantiene fiel al método biográfico, casi
como excepción, aislado, para convertirse en la actualidad en fuente de inspiración no tanto por
sus conclusiones teóricas, cuanto por sus métodos.

Cuando el destacado historiador francés del siglo XIX Jules Michelet, profesor de la École Normale,
La Sorbona y el Collégue de France, y conservador jefe de los archivos nacionales comenzó a
escribir su historia de la Revolución Francesa (1847–1853), consideró los documentos escritos
como una fuente más.

La historia oral posibilita oponer sus resultados de investigación a la crisis de significado y de visión
social que abundan como resultado del predominio del dato y las generalizaciones, así como
aportar informaciones e interpretaciones de ellas que, de una forma u otra, pueden constituir
modos de conocimiento y preservación de la identidad cultural.

Por varios autores como Magrasi y Rocca, José Ruiz Olabuénaga, Rafaela Macías, Juan José Pujada,
se ha confirmado que la historia de vida es un método específico, que por lo general se usa desde
la metodología cualitativa; es típica en el vasto campo de los estudios de documentos personales
en las ciencias antropológicas y sociales. Es evidente que entre todos los métodos que se usan en
la investigación cualitativa, la historia de vida sea una de las más eficaces para acceder a la
interpretación de cómo los individuos crean y reflejan el mundo social que les rodea.

Este procedimiento no aspira específicamente a escribir la biografía de una o varias personas: el


investigador no coloca en el punto de mira principal la conformación de dicha biografía; por el
contrario, se propone conformar, organizadamente, el punto de vista de uno o varios individuos
acerca de un fenómeno social determinado, Asimismo, ayuda a conservar la memoria cultural y
además a penetrar en los puntos de vista subjetivos sobre los hechos culturales de un individuo.

Al respecto Margarita Alonso señala:

“Historia de vida es el estudio de caso referido a una persona determinada, que comprende no
solo su relato de vida sino cualquier otro tipo de información o documentación adicional que
permita la reconstrucción de la forma más exhaustiva y objetiva posible”. (Alonso; 2008: 60)
El relato de vida es un subgénero de la historia de vida, menos amplia y completa. Se trazan los
rasgos más destacados, atendiendo a los aspectos que más interés tienen para el investigador. Sin
embargo, para que una narración pueda ser catalogada con propiedad como la historia de vida,
requiere de materiales complementarios, como fotografías, facturas, documentos y otras
manifestaciones que den crédito y validez al hilo argumental expuesto.

Alrededor de esta idea la Dra Rafaela Macías apunta:

Como su propio nombre lo indica la Historia de vida se apoya fundamentalmente en el relato que
un individuo hace de su vida o de aspectos específicos de ella, de su relación con su realidad social,
de los modos como él interpreta los contextos y define las situaciones en las que él ha participado,
pero esto no significa que el investigador deba aceptar al pie de la letra todo lo que el sujeto
refiere sin aplicar controles que garanticen que lo que el entrevistado refiere es fiel, no a la
realidad objetiva, sino a la propia experiencia del sujeto. La fidelidad del individuo relator a sí
mismo no debe darse nunca por supuesto, antes por el contrario, es un logro técnico en el que el
investigador tiene que cooperar activamente y de cuya existencia debe estar seguro antes de
iniciar ninguna interpretación de sus datos. (Macías; 2000).

Este método tiene algunos inconvenientes a tener en cuenta a la hora de utilizar y confrontar los
testimonios recogidos. A veces estos no son suficientes para descubrir la realidad de la manera
veraz, encontrándose en ocasiones omisiones voluntarias o involuntarias en los mismos sobre
elementos que caracterizan al objeto de investigación, por otra parte aparecen personas que
niegan su testimonio, cuestión esta que nos afecta, ya que lo que estas personas silencian, pudiera
ser valiosa información para el análisis y la construcción social de la realidad. Esto obliga a que se
busque un número suficientemente de informantes, dispuestos a cooperar con la investigación.

Asimismo Hurtado león describe el método de historias de vida:

El sujeto es lo que se ha de conocer, pues es el único hombre que existe en la realidad concreta y
es en su historia donde se le puede captar toda su dinámica. Además el sujeto lleva en sí toda la
realidad social vivida. En él se concreta cada grupo social a que ha pertenecido y toda su cultura en
la ha transcurrido su existencia. Al conocer al sujeto se conoce el grupo y la cultura tal como se
dan en concreto, de manera subjetiva, vívida. (León; 2001: 114).

Este método se apoya fundamentalmente en el relato que un individuo hace de su vida o de


aspectos específicos de ella, de su relación con su realidad social, de los modos como él interprete
los contextos y define las situaciones en las que él ha participado. Sin embargo el sujeto no
siempre aporta toda la información que se necesita. Por lo que es importante tener en cuenta los
controles cruzados, a través de entrevistas a familiares, amigos, especialistas y otros que considere
que van a aportar información del historiado, grabaciones, visita a escenarios diversos, fotografías,
cartas, correos etc.

Sobre el método igualmente refiere la Dra Rafaela Macías:


“La entrevista y su ulterior elaboración consiste en una lucha en equilibrar estas dos series de
teorías explicativas—la del propio sujeto y la del entrevistador—de manera que se alcance un
balance entre las teorías supuestamente válidas teóricamente del investigador y las explicaciones
reales del sujeto”. (Macías; 2000).

Tres grandes capítulos encierran el contenido básico de una historia de vida según Angel Arjona
Garrido.

“Primero las dimensiones básicas de su vida: biológica, cultural, social, segundo los puntos de
inflexión o eventos cruciales en los que el sujeto altera drásticamente sus roles habituales, se
enfrenta a una nueva situación o cambia de contexto social y como tercero, los procesos de
adaptación y desarrollo a los cambios, que se suceden en el proceso de su vida” (Garrido; 1998).

De igual forma Juan José Pujadas esclarece que:

La técnica de relatos cruzados consiste en realizar la historia de vida cruzadas de varias personas
de un mismo entorno, bien sean familiares, vecinos de un barrio, o compañeros de una institución,
para explicarnos a varias voces una misma historia. Estas voces entrecruzadas sirven para la
validación de los hechos presentados por el sujeto biografiado… intentando en conjunto ahondar
sobre las motivaciones de una. (Pujadas; 1992: 83).

Para asegurar la mejor utilización del potencial interpretativo de que es capaz una buena historia
de vida, es necesario aplicar una serie de criterios para determinar la adecuación descriptiva del
investigador, al establecer su interacción social con el sujeto entrevistado. Las historias de vida
deben tener rigor en el método y llevarlas a efecto, necesita de bastantes contactos, entrevistas y
búsqueda de documentos.

El investigador debe estar siempre preparado para someterse a la posibilidad de que el sujeto
altere o falsee su relato. El historiado puede que en algún momento intente dar de su persona una
imagen que no es.

Una de las formas para comprobar la coherencia interna del relato es comprobar lo que dice y
cómo lo dice, su forma de estructurarlo y la congruencia del resultado final. Además, cuando es
posible, contrastar la información que de primera mano ofrece el sujeto, con la que personas
afines y de su entorno nos puedan aportar; sin embargo, como es evidente, tampoco se trata de ir
comparando toda la información ni construyendo historias de vida paralelas, con la intención de
verificar el discurso del informante. La técnica contrastiva se reserva para datos y acontecimientos
significativos o lagunas que la misma memoria del sujeto así lo recomienden. En realidad, las
personas que rodean al informante pueden aportar nuevos datos sobre lo narrado, al tiempo que
permiten al investigador tratar el material (narrativo, documental e histórico) desde las técnicas
de triangulación, configuradas como al efecto para medir la validez del relato.

Al respecto, Olabuénaga cita a Smith:


En esta técnica la persona refiere un largo relato, el desarrollo de su vida desde su punto de vista y
en sus propios términos, espontáneamente o acompañado de un “experto sonsacador”, el sujeto
va desgranando en una serie de entrevistas, acompañado a veces de grabaciones magnetofónicas
o a través de redacciones escritas por el mismo, visita a escenarios diversos, entrevistas a
familiares o amigos, fotografías, cartas, los diferentes episodios o etapas de su vida (Smith; 1994).

Es de interés resaltar el hecho de enmarcar la vida en episodios o etapas, Las historias de vida por
lo general se reelaboran codificando y separando los datos de acuerdo con aquellas etapas, cada
período se convierte en un capítulo o sección. Asimismo se concuerda con la idea del “experto
sonsacador”, el investigador ha de tener habilidades investigativas y metodológicas para llevar a
cabo esta tarea. Conviene, asimismo, «estimular el deseo de hablar» del entrevistado. El
investigador no hablará más de lo necesario. Cuando se dirige excesivamente la entrevista se
provoca la inhibición del informante. Sin embargo debe establecerse una relación profunda y
comprometida entre el autor investigador, se debe además facilitar libertad de expresión,
confianza, demostrar interés, perseverancia, simpatía, buen humor”. Entre el informante y el
investigador ha de existir un ambiente cordial y distendido y de confianza, pero no de complicidad
manifiesta.

Estos criterios han sido acertadamente sintetizados por Gareth Jones.

• El primer criterio establece que la persona historiada debe ser considerada como miembro de
una cultura, es decir, como alguien que desde su nacimiento ha entrado a formar parte de una
cultura y que el pasado, presente y futuro los capta el individuo como parte del conocimiento de
sentido común a través de los esquemas interpretativos de ésta. La historia de vida describe e
interpreta el relato del actor en su desarrollo dentro de este mundo de sentido común y el modo
como adquiere su bagaje cultural.

• En segundo lugar ha de reconocerse el papel de los otros significativos en la transmisión de la


cultura, destacando el papel de la familia, los líderes de opinión, más concretamente a través de la
“relación nosotros” desde la que capta el mundo social y se tipifican sus contenidos.

• En tercer lugar hay que especificar la acción social misma y las bases de la realidad social, esto
es, las expectativas básicas, los postulados elementales que se dan por supuestos en la conducta,
los criterios centrales con los que se define la situación y se orienta en ella el actor. Los valores
centrales, los códigos de conducta, los mitos, los ritos con toda la racionalidad subyacentes que se
les atribuye.

• El cuarto criterio reclama la reconstrucción y el seguimiento del hilo conductor que relaciona, a
través del tiempo, unas experiencias con otras en la vida del actor. La significación de unos hechos
para el comportamiento posterior y las expectativas u objetivos de futuro como hitos marcadores
de la conducta a lo largo de la vida. Los momentos de crisis en los que este hilo se quiebra, los
cambios significativos en la definición de la realidad y las conexiones de unos comportamientos
con otros aparentemente desconectados.
• El quinto criterio reclama la recreación continua y simultánea de los contextos sociales asociados
con la persona y su acción social. El contexto no puede disociarse de la conducta, puesto que, no
sólo las condiciona, sino que sirve de clave interpretativa para su comprensión. (Macías; 2000:
153-154).

Como su propio nombre lo indica la Historia de vida se apoya fundamentalmente en el relato que
un individuo hace de su vida o de aspectos específicos de ella, de su relación con su realidad social,
de los modos, cómo él interpreta los contextos y define las situaciones en las que él ha
participado.

En la historia de vida, se focaliza la experiencia personal de un informante, de este modo tiene el


carácter de una historia oral con enfoque biográfico. El informante va relatando su vida al
investigador, quien de ese discurso autobiográfico extraerá información para la construcción de
los datos de su trabajo sobre un tema específico.

La historia de vida no puede esquematizarse en un patrón fijo: deberá adaptarse a cada caso
específico, a cada vida, objeto de estudio. En algunos análisis que se han hecho en la investigación
cualitativa comienzan con el reconocimiento íntimo de los datos, se dice que deben leerse todas
las transcripciones, notas, documentos y otros datos, identificar las principales etapas, los
principales acontecimientos, y las principales experiencias de la vida de la persona.

Se recomienda que el investigador haga uso de la libreta de campo, donde anota sugerencias,
expresiones, gestos, puntos de vista, preguntas ampliativas. Una vez registrada la información se
procederá a su transcripción. En su posterior transcripción se atenderá a la literalidad de lo
recogido, manteniendo el argot, expresiones y léxico jergal del informante.

Ruiz Olabuénaga, de forma muy precisa, reseña aspectos medulares que sirvieron también de
metodología para esta investigación; dicho autor considera que a la historia de vida la conforman
cuatro objetivos fundamentales:

Primero, captar la totalidad de una experiencia biográfica, totalidad en el tiempo y en el espacio,


desde la infancia hasta el presente, desde él yo íntimo a todos cuanto entran en relación
significativa con la vida de una persona que incluye las necesidades fisiológicas, la red familiar y las
relaciones de amistad, la definición personal, el cambio personal y el cambio de la sociedad
ambiental, los momentos críticos y fases tranquilas, la inclusión y la marginación de un individuo
en su mundo social circundante.

Segundo, captar la ambigüedad y cambio, lejos de una visión estática e inmóvil de las personas y
de un proceso vital lógico y racional, la historia de vida intenta descubrir todos y cada uno de los
cambios por lo que a lo largo de su vida va pasando una persona y las ambigüedades, las faltas de
lógicas, las dudas, las contradicciones, la vuelta atrás que a lo largo de ella se experimenta.

Tercero, captar la visión subjetiva con lo que a uno mismo se ve así mismo y al mundo, como
interpreta su conducta y la de los demás, cómo atribuye méritos e impugnan responsabilidades a
sí mismo y a los otros. Esta visión subjetiva revela la negociación que toda vida requiere entre las
tendencias expresivas de la persona y las exigencias de racionalidad para acomodarse al mundo
exterior.

Y cuarto descubrir las claves de la interpretación de no pocos fenómenos sociales de ámbito


general e histórico que solo encuentra explicación adecuada a través de la experiencia personal de
los individuos concretos. (Olabuénaga; 1999, p-280).

En la historia de vida es imposible incorporar todos los datos, algunos relatos o temas no serán
pertinentes en vista de los intereses de la investigación y puede dejarse a un lado, no obstante se
deben tratar de incluir todos los datos que puedan modificar cualquier interpretación de la vida y
experiencia del protagonista.

Se trata de recoger los cambios más significativos a lo largo de la vida de un individuo.


Comprender a un sujeto es reflejar la historia de su aparición y su devenir siguiendo el carácter
histórico. La historia de vida es un documento escrito que busca describir la relación dialéctica
entre la aspiración y la posibilidad, utopía, realidad, creación y aceptación.

Los datos del historiado provienen de la vida cotidiana, de la reconstrucción que el individuo
efectúa para vivir día a día. Contando los procesos y los modos como los individuos captan y crean
su vida social, entonces se podrá lograr ver el significado subjetivo que las cosas tienen para ellos.
Es por esto que la historia de vida va hacia la interpretación de los significados y no a las
casualidades.

Luego del análisis de los criterios dados por diferentes autores se asume que la historia de vida es
un documento escrito que busca recoger toda o casi la toda la experiencia de la vida de un
determinado individuo, miembro de una cultura, en vista a los intereses de la investigación, desde
la infancia hasta el presente.

Para su conformación se tiene en cuenta lo cultural y social, así como los aspectos más
significativos a lo largo de su vida y por último, los procesos de adaptación y desarrollo a los
cambios que han sucedido en el proceso de su vida e identificar los hechos más relevantes. La
historia de vida queda reflejada en una descripción densa, contextualizada y cronologizada. Es
importante tener en cuenta los controles cruzados, a través de entrevistas a familiares, amigos,
especialistas y otros que considere que van a aportar información del historiado que den crédito y
validez al hilo argumental expuesto.

Conclusiones: Es precisamente la elaboración de una historia de vida una de las vías que permite
acercarnos al quehacer de un individuo desde su nacimiento hasta los elementos más reveladores
de su quehacer, así como apreciar el proceso de cambio y desarrollo, dentro de los hechos más
relevantes de un historiado y permite revelar los impactos de la acción de una persona en el
desarrollo cultural.

Bibliografía
1. Hernández Sampier, Roberto: Metodología de la investigación I y II; ciudad de la habana, Cuba.
Ed: Félix Varela. P- 378 y 475.

2. Magrassi, G Rocca M: Historia de vida. Centro editor de América Latina. Argentina, 1979.

3. Olabuénaga, Ruiz José Ignacio. Metodología de la investigación cualitativa. Segunda edición. Ed:
Bilbao. España. 1999. P- 327.

4. Revista temas No 18. Estudio de la cultura. La habana, Cuba, 1989. Ed: pueblo y educación. P:
135.

5. ------------------- II encuentro iberoamericano: cultura y desarrollo, retos y estrategias, un


proyecto de gestión participativa del hecho cultural. La hab, 1997, P-8. Material de maestría.

6. S.J, Taylor: Introducción a los métodos cualitativos de investigación. Barcelona. Buenos aires
México, Ed Piadós- saicf. 2000. P-343.

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Comentarios sobre este artículo:

Página: [1]

Por: Evelia Figuera Guerra

Fecha: 29 del 05 de 2018 - 23:24

Excelente articulo sobre la investigación cualitativa y la historia de vida.Una instruccional muy


interesante.Gracias.
Por: Víctor diaz

Fecha: 26 del 02 de 2017 - 00:33

Me pareció estupendo, como puedo hacer una historia de vida desde un punto de vista científico

Por: Rigoberto Montoya

Fecha: 06 del 09 de 2016 - 16:02

Me parece muy buen trabajo, el cual da una panorámica sobre el tema muy adecuado. Gracias por
compartir

Por: Maria Neila Sanchez

Fecha: 10 del 07 de 2016 - 04:36

Buen documento de apoyo. Estoy trabajando en algo similar. Puede ayudarme?

Por: Miguel Ayerdis

Fecha: 26 del 05 de 2015 - 05:04

Ensayo bien documentado y con buenas perspectivas de análisis

Por: Lescano Marcela

Fecha: 04 del 05 de 2014 - 15:54

Buenos dias intento hacer una investigación sobre relatos de dos vidas en su lugar de trabajo por
donde empiezo? cual seria el orden metodologico? gracias

Por: Xochilt Gonzalez

Fecha: 29 del 03 de 2014 - 05:22

Lei su artículo y voy a realizar un proyecto con este método, me podría ayudar? Gracias.

Por: omaira

Fecha: 29 del 10 de 2013 - 16:17

ME INTERSA MUCHO HACER UN PROYECTO DE INVESTIGACIóN BASADO EN ESTE MÉTODO, PERO


NO SE COMO EMPEZAR.. ME PODRIA AYUDAR..

Por: Juan Zunini

Fecha: 13 del 06 de 2013 - 15:41


Me interesaría saber el nombre del Libro de Rafaela Macías, pues no figura dentro de la biografía.
Gracias

Por: hernan gutierrez gurdian

Fecha: 09 del 03 de 2013 - 17:30

me interesa como metodo-esto es sustituto de la entrevista clàsica para establecer la


significatividad en proyectos asociados a la calidad de vida.Es muy interesante.

Por: hernan gutierrez gurdian

Fecha: 09 del 03 de 2013 - 17:30

me interesa como metodo-esto es sustituto de la entrevista clàsica para establecer la


significatividad en proyectos asociados a la calidad de vida.Es muy interesante.

Por: Paulina Orellana

Fecha: 20 del 11 de 2012 - 01:23

Excelente y útil!! muchas gracias

Por: Elias Gil

Fecha: 14 del 11 de 2012 - 17:09

Excelente material gracias por compartir sus conocimientos.

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HISTORIA DE VIDA DE MARTHA RODRÍGUEZ RODRÍGUEZ COMO PERSONALIDAD DE LA CULTURA


LOCAL PALMIREÑA

Autores e infomación del artículo

Arelys Vega Suárez*

Ana Yipsy López Melian**

Universidad de Cienfuegos. Cuba

Correo: avega@ucf.edu.cu

________________________________________

RESUMEN

La presente investigación permitió la elaboración de la historia de vida de Martha Rodríguez


Rodríguez, de modo que la misma contribuya al conocimiento de sus potencialidades artísticas,
como personalidad de la cultura local palmireña. La cronología elaborada aborda los aspectos
representativos de la vida y obra de Martha Rodríguez Rodríguez, Sus principales aportes a la
cultura palmireña se direccionan al teatro, literatura, y los eventos científicos. Queda elaborada la
historia de vida de Martha Rodríguez Rodríguez, con datos de su personalidad, la misma
contribuirá al conocimiento de sus potencialidades como personalidad de la cultura local
palmireña.

PALABRAS CLAVE: cultura local, historia de vida, cronología, Palmira


ABSTRACT

The present research allowed the elaboration of the life story of Martha Rodríguez Rodríguez, so
that it contributes to the knowledge of her artistic potentialities, as personality of the local culture.
The elaborated chronology addresses the representative aspects of the life and work of Martha
Rodríguez Rodríguez. Her main contributions to the local culture are addressed to theater,
literature, and scientific events. The life story of Martha Rodríguez Rodríguez is elaborated, with
data on her personality, which will contribute to the knowledge of her potentialities as a
personality of the local culture.

KEYWORDS: local culture, life story, chronology, Palmira.

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:

Arelys Vega Suárez y Ana Yipsy López Melian (2019): “Historia de vida de Martha Rodríguez
Rodríguez como personalidad de la cultura local palmireña”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales
(noviembre 2019). En línea:

https://www.eumed.net/rev/caribe/2019/11/historia-martha-rodriguez.html

//hdl.handle.net/20.500.11763/caribe1911historia-martha-rodriguez

________________________________________

INTRODUCCIÓN

Desde sus inicios como campo disciplinario, la narración de historias de vida ha pretendido
aportar un profundo conocimiento de los procesos socio históricos y culturales, que son dignos de
atención en los tiempos presentes, por lo que tiene interés en considerar el ámbito subjetivo de la
experiencia humana concreta y del acontecer socio histórico y cultural, como lo expresan los
sujetos sociales considerados; y porque va a intentar destacar y centrar su análisis en la visión —y
versión— de experiencia de los actores sociales con que se relaciona, la utilización de las historias
de vida se ha perfilado como uno de los recursos más idóneos para lograr esos fines. (Moreno,
2010).

Con este tipo de elaboraciones biográficas, no sólo se aportan nuevos cuerpos de evidencia
sociocultural, sino que también se privilegia una aproximación cualitativa a los procesos del
conocimiento socio-antropológico pues la historia de vida propicia los estudios socioculturales,
donde el papel del investigador no concluye con la elaboración del texto autobiográfico, sino que
tiene que agregar un trabajo preciso de reflexión, crítica y contextualización del texto oral, en el
marco socio histórico y cultural correspondiente, con la finalidad de comprender el sentido propio
y particular de la experiencia personal relatada por el sujeto en cuestión. (Moreno, 2010).

Desde esa posición el tema del trabajo sociocultural es hoy de una gran trascendencia,
especialmente determinado por la necesidad que se tiene de valorar el proceso inexorable de la
globalización neoliberal, en particular de la globalización en la cultura, que ha llevado a los Estados
Unidos a servirse de esta, en su acepción global, como elemento estratégico de las relaciones
internacionales, lo que ha influido a escala de planeta, en el saber y la emoción de los pueblos
contemporáneos, al tratar de imponer su mentalidad, su visión del mundo, su sistema de valores,
hasta llegar a los dominios de la conciencia. (Landaburo, M. I. 2008)

Ante esta avalancha del país más poderoso de la actualidad, el fomento de los valores nacionales,
la mentalidad de país libre e independiente y la cultura de la resistencia ante todo ese caudal de
dignidad, de fuerza, de coraje, de historia, está expresando hoy que la identidad cultural cubana
no es tan frágil como quizás pensaron quienes han desatado esa oleada para destruir las
identidades nacionales.

Cuba se ha erigido como paradigma de la defensa de su identidad, de su libertad y sus derechos de


construir una sociedad donde prime la justicia social, la equidad y los ciudadanos tengan los
mismos derechos. Se torna imprescindible, entonces, defender los valores autóctonos, las
especificidades y tipicidades territoriales y sociales, lo auténtico y común de los grupos humanos y
comunidades, las tradiciones, modos de vida y rasgos autóctonos y en esa batalla tiene un lugar
especial el trabajo sociocultural que se realiza en las comunidades de cada territorio nacional.

El término sociocultural, aunque ambiguo, señala un ámbito social amplio. Parte del análisis del
concepto cultura, en sentido amplio y por tanto multifacético, junto a los aspectos generalmente
entendidos por culturales incluidos tanto los artísticos, sociales, políticos, religiosos, económicos y
tradicionales, se valoran integradamente, los relativos a la inversión del tiempo libre y la
recreación, la práctica del deporte, el entretenimiento, las tradiciones, costumbres, ente otros.

Desde la posición sociocultural y sus principios se hace necesario conocer, cuál es el valor de las
potencialidades de las personas en los procesos socioculturales que las distinguen, para escribir
una biografía o historia de vida, a fin de combinar los resultados de su obra con los de sus aportes
a la historia de la localidad.

El término potencialidad en el proceso sociocultural, remite a un estudio de su comprensión, de


lo que significa por lo que se debe tener en cuenta el análisis de las potencialidades, vistas en el
plano sociocultural como las vías para influir de forma educativa e instructiva, según las
posibilidades concretas, reales y racionales para la dirección a través del proceso social y cultural,
ellas constituyen posibilidades prácticas reales, siendo a la vez cualidades ideológicas del
contenido, de la situación concreta, así como componentes del proceso de la actividad
cotidiana de un individuo. (Abreu, Regueiro, R L 1991].
En el marco referencial del estudio se abordan juicios y enfoques de autores que han tocado el
tema relacionado con las personas que se han destacado desde una óptica sociocultural a nivel de
su localidad, en diferentes esferas de la cultura, entendida esta como el conjunto de los rasgos
distintivos, espirituales, materiales y afectivos que caracterizan una sociedad o grupo social. La
cultura comprende, además de las artes y las letras, los modos de vida, los derechos
fundamentales del ser humano, los sistemas de valores, creencias y tradiciones, así como las
creaciones de personas en beneficios del bien común. (UNESCO 2005), en esa dirección se
consultan a Molano, O. 2006, Masó González, 2010.

Se revisan los trabajos de Hernández Bermúdez y Cabrera Almeida; las que en sus trabajos de
diploma como egresadas de la carrera Estudios Socioculturales, abordan la biografía de Florentino
Morales, su impronta cultural en la localidad Abreuense y la correspondencia de este con Agustín
Acosta en el período de 1962-1972, desde una perspectiva sociocultural. En otra arista se estudia
la referencia ofrecida por Martínez Quintana, M. E. 2011, que realiza la Historia de vida de Lázaro
García Gil

Más cercana a la realidad del contexto social y cultural del estudio, se consulta otra investigación
que presenta una historia de vida que constituye antecedente de esta investigación es la
presentada por Russo Reyes, 2012, sobre la personalidad de Alberto Vega Falcón para su
designación como Tesoro Humano Vivo, significando desde los relatos de vida cómo estos han
contribuido al desarrollo de la Política Cultural y la función social de las particularidades de las
prácticas socioculturales en Cienfuegos.

La pertinencia del tema que se presenta desde el plano profesional, ya que este estudio permite
incrementar el desarrollo de las competencias técnicas del egresado de la Licenciatura en Estudios
Socioculturales, al potenciar los conocimientos sobre el tema y su relación con los métodos de
investigación, técnicas de recogida de información, redacción del informe escrito y preparación
para su defensa, lo que aumenta el caudal de juicios en relación al perfil del profesional de esta
especialidad.

Además se constata pertinente ante la necesidad de presentar resultados con un carácter


científico, lo que contribuye al enriquecimiento de los datos que conforman la historia de vida a
partir de la biografía que se presenta en la investigación asumida y que trae como fin el
conocimiento de la vida y obra social, intelectual y cultural de un artista de la plástica nacido en el
siglo XX y que llega con sus aportes culturales hasta nuestros días del siglo XXI.

La pertinencia de la investigación se sustenta en las políticas culturales y sociales derivadas del


reciente VI Congreso del PCC, que declara el interés nacional por el estudio de la vida de los
hombres y mujeres que tributaron a la cultura general e integral de su tiempo, en particular los
que dejan se huella en el tiempo en cada una de sus localidades, estos que con sus aportes
sencillos conforman la historia local en diferentes esferas sociales y culturales.

El estado del arte de la investigación se precisa en Cuba y en particular en la provincia de


Cienfuegos, donde aún son insuficientemente tratados, desde una perspectiva sociocultural, los
aportes teóricos y de la práctica sociocultural de personas que se han destacado a esferas
nacionales, en especial en el siglo XX; es por ello que se considera de gran significación el estudio y
sistematización de los resultados de estos.

En el caso particular del municipio Palmira, los estudios para la determinación de los aportes
teóricos y prácticos a partir de la vida y obra de personas, devenidas como promotores
socioculturales que se han destacado a esferas locales, contribuyendo al desarrollo social y
cultural de su radio de acción, es una debilidad que se constata en la esfera sociocultural. Esto se
puede apreciar en las pocas publicaciones que existen sobre el tema a nivel local, por lo que
resulta necesario conocer cuándo surgen, se desarrollan y que ideas crearon o materializaron,
como desarrollaron su quehacer sociocultural y en qué medida contribuyeron con su labor al
desarrollo social y cultural de la localidad de Palmira.

Con este trabajo las autoras se propusieron elaborar la historia de vida de Martha Rodríguez
Rodríguez, de modo que la misma contribuya al conocimiento de sus potencialidades artísticas,
como personalidad de la cultura local palmireña.

DESARROLLO

En este estudio el método historia de vida; focaliza la experiencia personal de un informante clave,
que es Martha Rodríguez Rodríguez, que va relatando su vida a la investigadora, la que extrae de
ese discurso autobiográfico la información para la construcción de los datos del estudio, los que
conforma organizadamente, a partir del punto de vista de esta y de otros individuos que aportan
sus conocimientos acerca del tema en cuestión. Se emplean documentos personales del sujeto
analizado, como el currículum vitae redactado por ella misma con diversos fines; fotos, videos, su
obra, objetos personales que aporten índices e informaciones sobre esta persona.

El estudio se enmarca en la historias de vida clasificada como focal o temática, ya que fue
construida enfatizando sólo un aspecto problemático de la vida del narrador, es decir, abordando
un solo tema o cuestión en el curso de la experiencia de vida del entrevistado, que en este caso
son sus aportes a la cultura como personalidad identificada en Palmira.

Para confeccionar la cronología de la vida y obra de Martha Rodríguez Rodríguez, la autora


procedió al análisis de documentos, que fueron aportados pòr esta persona, entre otros se
analizan escritos realizados con la redacción de cuentos, certificados de participación en eventos,
documentos personales, fotografías y videos de actividades en las que participó.

Esto posibilitó identificar evidencias acerca de la vida y obra de Martha Rodríguez Rodríguez;
además se pudo desentrañar y recopilar información muy valiosa desde sus potencialidades
artísticas, como personalidad de la cultura local palmireña.

Además se contrastan los datos obtenidos con otros actores sociales, familiares, amigos y
comunidad de artistas y especialistas que facilitaron la determinación, y validez de la información
que se obtenía, posteriormente se cotejaron los relatos de vida que facilitaron la interpretación y
determinación de los datos. La triangulación de los datos posibilitó el control de las dimensiones,
tiempo, espacio, niveles de comportamientos, reflexiones acerca de la personalidad, aportadas
por especialistas, críticos e investigadores a través de la observación y las entrevistas acerca de la
vida de Martha Rodríguez Rodríguez.

Para la confección de la cronología las autoras determinaron delimitar tres etapas en la vida de
Martha Rodríguez Rodríguez

• I etapa: desde el año 1972, que inicia su vida laboral, hasta el año 1985.

• II etapa: 1986, que trabaja como dirigente en Cultura Municipal, hasta el 2000, año que
termina el siglo XX.

• III etapa: Primera década del siglo XXI.

La cronología se realiza siguiendo una estructura que recoge los aspectos relevantes de su
trayectoria laboral y profesional por años consecutivos, y los aportes a la cultura local, vistos estos
en la apreciación del conocimiento y la práctica.

Después de conformada la cronología, se constata que los principales aportes de Martha


Rodríguez a la cultura local palmireña se centran en:

• Sus conocimientos para la cultura local.

• Aficionada a la literatura.

• Escribió cuentos y canciones para niños.

• Participó en diferentes eventos como autora, ponente y tribunal.

• Dedicó esfuerzos para la superación en el ámbito cultural.

• Recibió reconocimientos y distinciones que avalan su quehacer por la cultura local.

• Fue declarada personalidad de la cultura local palmireña.

• Desarrolló sus dotes artísticas como investigadora, declamadora y escritora.

• Se dedicó a la investigación con temas socioculturales.

• Realizó una ardua labor de promoción en actividades de la comunidad y el movimiento de


artistas aficionados al arte.

• Aficionada al teatro, participó en festivales de la CTC municipal y provincial con premisos


en declamación.

• Escribió poesías para adultos.


A partir del análisis de las técnicas aplicadas y la triangulación de estas, una vez procesada la
información, se procede a presentar la historia de vida de Martha Rodríguez, siendo el principal
aporte del estudio.

Historia de vida de Martha Rodríguez Rodríguez

Martha Rodríguez Rodríguez, es una fuerte y noble mujer que ha dado y sigue dando lo mejor de
su vida, con una sonrisa, con un susurro hecho canción, con su poderosa voz de locutora
autóctona, con un delicado y sublime verso que a todos subyuga y fascina.

Su obra a través del tiempo ha transcendido y ha dado valores éticos y espirituales que han
llegado desde la más pequeña criatura hasta la persona adulta más avanzada.

Martha Rodríguez Rodríguez, desde sus primeros años ha hecho un derroche de creatividad, de
magia, de sueños, de innovación en su vida, desdoblada en sus estudios, trabajo y en su yo
personal que puede catalogarse ese acervo cultural que contiene una muestra tan especial para la
vida de los que la conocemos, haciendo posible que hoy y una vez más sea descubierta esa
trayectoria que es ejemplo de seguir e imitarla.

Comenzaremos por su reseña histórica, desde los albores de su nacimiento hasta la actual persona
que disfrutamos hoy, presentando su historia de vida como personalidad de la cultura palmireña.

En este trabajo es objetivo, enfatizar en todo un conjunto de valores culturales, poéticos y


pedagógicos de su obra, que la destacan como personalidad de la cultura palmireña.

Martha Rodríguez Rodríguez nació en el municipio de Palmira, el 31 de enero de1953, hija de José
y María Amada, ambos de origen obreros la tercera de 5 hijos, de pequeña sintió interés por las
literatura y la lectura, escribió composiciones y textos breves que la identificaban entre los otros
niños, por lo que gana el premio El beso de la Patria, máxima condecoración de la escuela cubana
de aquella época.

Se gradúa como profesora de Matemática, y en esa etapa que dedica su desempeño profesional a
la pedagogía, siempre dedicó tiempo al trabajo como promotora cultural con sus discípulos y la
comunidad de padres, maestros y amigos que la frecuentaban.

En 1986, por su destacado trabajo como promotora cultural y sus méritos personales que la
identifican como disciplinada, responsable, colectivista, amistosa, comunicativa, es designada
como Directora de la Casa de la Cultura Olga Alonso donde laboró por 17 años.

Durante este tiempo y sin perder su condición de Directora es seleccionada también como
subdirectora del Centro Provincial de la Cultura Comunitaria, llegando a ocupar incluso su
dirección, y resaltando por su sentido de identidad, defendiendo en todo momento las tradiciones
y costumbres de su natal Palmira.
El trabajo en la Dirección de Cultura le permitió desarrollar sus dotes artísticas como
investigadora, declamadora y escritora. Durante este tiempo se dedica a la investigación además
de la promoción cultural que realiza en actividades de la comunidad y el movimiento de artistas
aficionados al arte.

Siempre fue aficionada a la Literatura y al teatro en su vida laboral, fuera del organismo de Cultura
participó en festivales de la CTC municipal y provincial con premios en declamación y escribió
poesías y cuentos infantiles así como poesías de adultos.

Dentro de sus investigaciones se pueden mencionar:

• Investigación sobre Fundadores del Partido. (Reconocimiento del CC del Partido.)

Por esta investigación recibe un diploma que le fue otorgado por el Comité Central del partido por
la calidad de la investigación.

• La literatura y sus valores. (Premio Municipal y Provincial del evento

Mujer Creadora)

• El IYABO (Destacado en la Fiesta Internacional del Fuego en Santiago de Cuba

En el año 1987 integró el taller literario del municipio donde ha obtenido diferentes premios a
nivel municipal y provincial, siendo seleccionada su obra en dos ocasiones para participar en el
festival nacional.

Tiene una participación activa en los actos que se desarrollan en el municipio, algunos con
connotación provincial y nacional en las diferentes esferas, donde se desatacó en la parte
organizativa, técnica y en la locución.

Como directora organizó su trabajo durante 12 años con eficiencia y calidad. Siendo la institución
que dirigió en esos momentos merecedora de varias condiciones entre ellas una de las más
importantes y relevantes:

• Mejor Centro a Nivel Nacional desde 1992 hasta 2009.

• Reconocimiento Juan Marinello.

En el año 1998 participa en el evento municipal Comunidad, Tradición e Identidad conuna


ponencia sobre trabajo comunitario siendo destacada la misma.

Esta personalidad de la cultura palmireña, tiene otros reconocimientos, que se avalan sus aportes
a la cultura y el tener la condición de personalidad de la cultura palmireña, entre estos están:

• Es elegida mejor directora de la Casa de Cultura a nivel provincial en 1998.

• Es elegida mejor cuadro del municipio.


• Participó en el evento municipal Mujer Creadora en un trabajo que obtiene mención,
siendo seleccionada para el evento provincial.

• Es seleccionada por su núcleo del PCC a miembro del comité municipal.

• Es seleccionada por la FMC entre las 50 mejores federadas del municipio en enero de
1999, por su labor como promotora cultural.

• Participación en labores de embellecimiento de su centro con gestiones propias y de su


colectivo, poniendo su toque personal y buen gusto.

• Participación en la reforestación, con un destacado papel social y cultural en esa tarea.

• Participación en labores agrícolas, acreedora de distinciones por la combinación de su


quehacer cultural con el trabajo manual.

• Participación en proyectos de trabajos comunitarios.

• Participación como locutora y organizadora de actos políticos, administrativos y sociales


del municipio.

• Es declarada personalidad de la Cultura palmireña, recibe esa distinción por el entonces


Ministro de Cultura Abel Prieto.

Otra de las esferas que permiten a Martha Rodríguez dejar su huella imperecedera en la cultura es
su constante afán de superación, recibió cursos que aumentan el acervo cultural y conocimientos,
adquiriendo una cultura general e integral, que la distingue como personalidad de la cultura local
palmireña y pone a disposición de su pueblo ese caudal de conocimientos, entre otros se
mencionan:

• Historia local de la Colonia.

• Política y promoción Cultural,

• Curso Nacional de la Introducción de la Matemática Alemana en Cuba,

• Curso de Taller Nacional de Juegos Didácticas aplicados a la Matemática.,

• Curso Medio, Básico y 50 Horas del Partido.,

• Técnicas de Dirección. .

Otra de las actividades, que la destacan es el apoyo brindado al desarrollo del Proyecto Santa
Bárbara, un barrio que se transforma, aportando conocimientos, energías, ideas, y todo ese caudal
de cultura que la caracteriza.

Se incorpora como profesora de la Filial Universitaria Municipal a tiempo parcial, fundadora de


esta institución, tiene la oportunidad de traspasar desde sus clases el umbral cultural que se puede
mantener en el espacio de la pedagogía universitaria, otra razón para que recibiera la distinción de
personalidad de la cultura local palmireña.

La obra de Martha Rodríguez es inacabable, cada día se le suman cualidades, sabiduría,


conocimientos, espiritualidad, es alguien que ha dado y sigue dando lo mejor de sí, es de estas
personas que trabajan, lucha, apoyan, viven con apasionamiento lo que cultivan y riegan de tal
manera que ese contenido inagotable de recursos tan dinámicos, bellos, fuertes y tan personales
en ella son como fuente inagotable que da agua potable y enriquecen a los que tenemos la virtud
por así decirlo, de poder ser sus amigos, sus compañeros, sus hermanos, sus amores, y también
ser sus alumnos.

Aportes a la Literatura local

Es autora de la canción “Hola que tal”, que dedicó a su niña más pequeña por la mala costumbre
que tenía de no saludar y que pasó a formar parte del repertorio de canciones infantiles en los
círculos con el objetivo de enriquecer el repertorio de los mismos.

Autora además de la canción Sol coral, seleccionada para el evento Nacional Cantándole al Sol.

En la poesía ha cultivado poesías para niños y para adultos,

Dentro de las poesías para niños escribió:

• ¡Hola que tal!

• La gata blanca

• Cocuyo

• Hormiga

• La rana y el sapito

• La arañita tejedora

Entre las poesías para adultos escribió:

• Magnolia I

• Magnolia II

• Magnolia III

• Magnolia IV

• Osadía

• Poema
• Feliz Año 2003

También ha hecho cuentos infantiles, entre otros:

• Ni león ni erizo.

• El grillo astuto.

Respecto a su labor pedagógica hace aportes a la cultura con el trabajo titulado: La Literatura y los
valores en los primeros años de vida, este obtuvo premio municipal del evento Mujeres Creadoras,
que promueve la Casa de Cultura Municipal.

Este trabajo refleja en su resumen final que a través de la creación literaria se ejerce una gran
influencia sobre el desarrollo del lenguaje del niño. La obra de arte posee entre sus virtudes la de
ser portadora de ideologías sobre todo la literatura que con el instrumento de la palabra logra la
expresión estética del mundo, así como un vehículo cognoscitivo y ofrece una visión del mundo
que puede de una manera eficaz contribuir a la formación integral del hombre.

Una vez confeccionada la historia de vida de Martha Rodríguez, se procede a presentar las
conclusiones del estudio realizado.

CONCLUSIONES

La cronología elaborada con los aspectos representativos de la vida y obra de Martha Rodríguez
Rodríguez, facilitó el trabajo con el objeto y el campo de la investigación y permitió el
conocimiento de estos, a fin de su análisis y estudio para conformar la historia de vida. Sus
principales aportes a la cultura palmireña se direccionan al teatro, literatura, y los eventos
científicos.

Queda elaborada la historia de vida de Martha Rodríguez Rodríguez, con datos de su personalidad,
la misma contribuirá al conocimiento de sus potencialidades co mo personalidad de la cultura local
palmireña.

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*Profesora Asistente Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”. Profesora Centro


Universitario Municipal Palmira. Licenciada en Estudios Socioculturales.

** Profesora Auxiliar Universidad de Cienfuegos “Carlos Rafael Rodríguez”. Directora Centro


Universitario Municipal Palmira. Licenciada en Defectología. Master en Educación.

Recibido: 15/07/2019 Aceptado: 06/11/2019 Publicado: Noviembre de 2019

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RESUMEN

La historia es la ciencia social que se encarga de estudiar el pasado de la humanidad. Por otra
parte, la palabra se utiliza para definir al periódico histórico que se inicia con la aparición de la
escritura e incluso para referirse al pasado mismo.

Las formas en la que la historia estudia los hechos trascendentes de la vida de la humanidad
pueden ser sincrónica (de la misma época), relacionando hechos de la misma época con
evoluciones o consecuencias en la especie humana, o diacrónica (de épocas diferentes),
analizando hechos anteriores que puedan ser causas o posteriores que sean consecuencia de un
hecho o algo concerniente a la propia especie. Los científicos que se especializan en historia, son
llamados historiadores.

Según la historia clásica, los acontecimientos que tuvieron lugar antes del periodo histórico
pertenecen a la prehistoria, mientras que aquellos hechos situados en el periodo de transición
entre la prehistoria y la historia son parte de la protohistoria. La historia también puede
explicarnos hacia dónde vamos, hacia donde nos dirigimos, si vamos en la dirección indicada. Toda
esta en constante cambio, el tiempo es el mayor innovador, debemos ir al pendiente de los
hechos, para no perdernos, por eso es importante la historia

La palabra Historia es muy antigua, y amplia y el lenguaje es el principal medio para conservarla.
Desde épocas remotas el hombre ha adoptado una actitud frente al pasado. Los primitivos
pueblos adquirieron conciencia de sí y a través de la tradición oral, no sólo dejaron constancia de
sus actos a las generaciones que les precedieron, sino que también les otorgó identidad y cohesión
a los distintos grupos. Los conocimientos y las estructuras sociales que los caracterizaban no se
perdieron con la generación que los elaboró y desarrolló, pues cada una, se encargó de
transmitirle a la siguiente los rudimentos adquiridos. Se activó la interacción entre generaciones y
los lazos entre una y otra perduraron. Más adelante la tradición oral se plasmó con la escritura,
adquiriendo un carácter invariable y configurándose de manera definitiva para la posterioridad.

La Historia debe ser siempre esa conciencia colectiva que nos muestra el trasunto temporal - en
sentido retrospectivo - de los individuos que componen una sociedad. Las culturas y civilizaciones
surgieron a raíz de la necesidad que el hombre presentaba, tanto en lo cotidiano como en lo
intelectual.
En la prehistoria el hombre buscaba la supervivencia, creando armas y utensilios; o trasladándose
de sitio en busca de otros beneficios. A su vez tenían un profundo sentido de lo sagrado. En la
edad antigua el hombre no sólo depende de las condiciones climáticas para poder cultivar.

En la edad media el hombre comenzó a darle importancia al razonamiento cuestionando las


teorías previamente impuestas. Con respecto a la edad moderna, se produce el nacimiento del
espíritu donde el hombre busca ser libre. Tiene la idea del progreso, el estudio se torna atractivo y
placentero.

En la edad contemporánea se sufrieron muchas revoluciones y cambios repentinos. La historia se


hace con documentos. Un documento es cualquier signo o rastro que nos da una luz sobre el
pasado humano, en este sentido "todo lo que informa de la presencia humana ya es útil..."

Palabras claves: Prehistoria, Historia, Edad Media, Edad Antigua, Edad Moderna, Edad
contemporánea, Edad Atómica.

ABSTRACT

The story is the social science that is responsible for studying the past of mankind. On the other
hand, the word is used to define the historical newspaper that begins with the appearance of
writing, and even to refer to the same past

Forms in which history studies the transcendental facts of the life of mankind can be synchronous
(same time), relating events in the same time with developments or consequences in the species
human, or diachronic (in different periods), analyzing made earlier may be causes or later as result
of a fact or something relating to their own species. The scientists who specialize in history are
called historians.

According to the classic story, the events that took place before the historical period belong to
prehistory, while those made within the transitional period between prehistory and history are
part of proto-history. History can also tell us to where we are going, to where we go, if we are
going in the direction indicated. All is in constant change, the time is the greatest innovator, we
must go to the slope of the facts, not to get lost, so the history is important

The word history is very old, and wide and the language is the main means to preserve it. Since
ancient times man has adopted an attitude towards the past. Primitive peoples acquired
awareness of itself and through the oral tradition, not only they left evidence of their acts to the
generations that preceded them, but that it also gave identity and cohesion to the different
groups. Knowledge and social structures that characterized them is not lost with the generation
that produced them and developed, since each, was commissioned to convey to the next the
acquired rudiments. It has been activated the interaction between generations and ties between
them persisted. Later the oral tradition was shaped with writing, acquiring an invariant character
and setting up permanently for posterity
History must always be that collective consciousness that shows us the temporary transcript - in
retrospective sense - of the individuals that make up a society. Cultures and civilizations arose as a
result of the need for presenting the man, both in everyday life and intellectual.

Prehistoric man was looking for survival, creating weapons and utensils; or moving from the site in
search of other benefits. At the same time, they had a profound sense of the sacred. In ancient
times the man not only depends on climatic conditions to be able to grow.

In the middle ages, the man began to give importance to the reasoning, questioning the theories
previously imposed. With regard to the modern age, there is the birth of the spirit where the man
seeking to be free. Has the idea of progress, the study becomes attractive and pleasant

In the contemporary age has suffered many revolutions and sudden changes. History is made with
documents. A document is any sign or trail that gives us a light on the human past, in this sense
"everything that informs human presence already is useful..."

Key words: prehistory – history - middle age - old age - modern age - contemporary age- atomic
age.

Para citar este artículo puede uitlizar el siguiente formato:

Jorge Alirio Peñaloza Páez (2015): “Historia”, Revista Caribeña de Ciencias Sociales (mayo 2015).
En línea: http://www.eumed.net/rev/caribe/2015/05/historia.html

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1. NOCIÓN DE HISTORIA

La palabra historia procede del verbo griego historeo, que significa narrar y también investigar. La
Historia narra los sucesos ocurridos en la vida de la humanidad, pero no tiene solamente un
carácter informativo sino que es una ciencia porque investiga y trata de comprender y explicar
esos hechos, sus causas, cómo ocurrieron, dónde, cuándo y cuáles fueron sus consecuencias. Por
consiguiente, podemos definir la Historia como la ciencia que investiga, narra y explica los hechos
ocurridos en la vida de la humanidad desde la creación del hombre hasta nuestros días.

2. LOS HECHOS HISTÓRICOS

¿Qué hechos de la vida de los hombres narra y explica la Historia?


Hasta hace pocos años, los historiadores consideraban solamente como hechos históricos las
guerras, los tratados de paz, los actos de gobierno de reyes y presidentes y las hazañas de los
héroes. Los textos de historia eran verdaderos catálogos de reyes, príncipes, gobernantes y
héroes.

Hoy, se estiman no solamente los hechos en que intervinieron los gobernantes y los héroes, sino
todos aquellos sucesos en que ha intervenido la humanidad, es decir, los hombres agrupados en
comunidades, pueblos y naciones. En efecto, la vida de la humanidad es el esfuerzo colectivo y
continuo de todos los hombres por desarrollar las fuerzas de su espíritu inmortal, por superarse
intelectualmente y por mejorar las condiciones de vida material.

En consecuencia, la Historia investiga y da a conocer las creencias, ideas, sentimientos,


inquietudes y necesidades que determinaron en cada época la religión, la filosofía, los
conocimientos científicos, las obras artísticas y literarias, las instituciones políticas y sociales, los
métodos de trabajo y los medios empleados para producir y explotar las riquezas.

3. LA INTERPRETACIÓN DE LA HISTORIA.

No todos os investigadores y autores tienen el mismo criterio o punto de vista preconcebido para
estudiar y juzgar los acontecimientos. Muchos pretenden que la causa de la historia está en un
factor exclusivo que determina todos los hechos ocurridos a través de los siglos. Por otra parte,
los racionalistas y materialistas niegan la presencia e intervención de dios en el desarrollo de la
humanidad.

Así tenemos que, en el pasado los historiadores consideraban la actuación de los monarcas y
legisladores (factor político) o las hazañas de los héroes (factor heroico) como las fuerzas decisivas
de los acontecimientos; otros atribuyen al medio geográfico un papel decisivo en la actividad de
los hombres; algunos sostienen que el factor exclusivo de la casualidad histórica lo constituyen las
ideas; y, por último, en nuestros tiempos, el marxismo o comunismo sostiene que todos los hechos
políticos, sociales, culturales y religiosos están determinados por los medios que el hombre ha
empleado a través de los siglos para explotar y producir los bienes materiales (factor económico).

Es cierto que las acciones de un monarca o héroe pueden haber sido decisivas en un momento
histórico de un pueblo; es cierto también que el medio geográfico influyó en la vida de los
primeros habitantes del globo; y no es falso que la economía produce movimientos y cambios en
la sociedad y en la política pero sí es falso atribuir exclusivamente a uno solo de esos factores la
causa de todos esos acontecimientos en la vida de los hombres.

La historia de explica por la acción de varios o muchos factores, sean políticos, religiosos,
culturales, geográficos, económicos, raciales, sociales, entre otros, que actúan íntimamente
relacionados. Y todo ese orden natural está sujeto a la Providencia de Dios, porque el Creador se
vale de la libertad del hombre, de las criaturas ya fieles, ya rebeldes y de todo lo creado para que
se realice su plan divino.

4. FUENTES DE LA HISTORIA.

Para reconstruir el pasado y obtener la certeza de los hechos, el historiador necesita acudir a
fuentes de información que se denominan fuentes históricas. Fuentes históricas son los
testimonios y las prueba que tiene el historiador sobre la verdad de los sucesos que relata. Las
principales fuentes son:

1. La Revelación o manifestación de Dios a los hombres, contenidos en las Sagradas


Escrituras.

2. La Tradición o relato oral de los hechos, trasmitido de padres a hijos. desde luego, esos
relatos se han alterado y mezclado con fábulas y fantasías, y e labor del historiador descubrir la
verdad que contienen.

3. Los Monumentos o testigos mudos, que comprenden los templos, palacios y otras
edificaciones que han resistido la acción del tiempo o cuyas ruinas ha descubierto el hombre.

4. Los Documentos escritos, que son los testimonios más valiosos porque contienen detalles
de nombres, fechas, acontecimientos, entre otros; pero no siempre se puede acudir a ellos debido
a que los hombre primitivos no conocieron la escritura y la de algunos pueblos de la antigüedad
aún no se ha podido descifrar totalmente.

5. Las Inscripciones, que consisten en escritos o dibujos en piedra, metales y madera, los
cuales perpetúan el recuerdo de hechos notables y personajes célebres.

5. EL HISTORIADOR Y LOS CIENTÍFICOS AUXILIARES.

La labor del historiador es ardua y difícil pues se encuentra imposibilitado para comprobar por sí
mismo los hechos que estudia. Ningún historiador conoció a los faraones egipcios y menos a los
primitivos pobladores de nuestro continente.

Por otra parte, en su trabajo de investigación no puede actuar como lo hacen en su laboratorio el
físico el químico, ya que el material del historiador es tan delicado como lo es la vida de los
hombres.

El historiador tiene que comprender el pasado situándose mentalmente en la época y en el medio


que sucedieron los hechos; tiene que hacer labor de crítica de la fuentes de información, o sea,
conocer si son auténticas o falsas, comprobar l certeza de los hechos que relatan los documentos
o inscripciones y, en caso de que sea falsa l información que dan las fuentes, tiene que descubrir
los motivos de la falsedad. Por último, está obligado a analizar, exponer y enjuiciar con absoluta
imparcialidad los hechos.
Esta tarea no puede llevarla a cabo sin el auxilio de los científicos que cultivan otras ciencias a las
cuales el historiador denomina ciencias auxiliares. La más impetrase son la Geografía y la
Cronología.

La Geografía permite indicar dónde ocurrieron los hechos; gracias a ella podemos comprender a
influencia del medio geográfico en los mismos acontecimientos.

La Cronología ayuda a saber cuándo tuvieron lugar los hechos históricos; merced a ella conocemos
los diferentes métodos seguidos por los pueblos para computar el tiempo.

Otras ciencias valiosísimas para las Historia son:

5.1 La Paleografía que estudia las escrituras antiguas y enseña como descifrarlas.

5.2 La Epigrafía que estudia las inscripciones.

5.3 La Numismática que estudia las monedas antiguas.

5.4 La Arqueología que descubre y estudia los monumentos, utensilios y objetos de guerra y
doméstico que la acción del medio geográfico o del tiempo ha ocultado.

5.5 La Lingüística que estudia comparativamente las lenguas y busca un parentesco por las raíces y
palabras comunes.

5.6 La Geología que estudia las capas de la tierra; permite conocer aproximadamente la ápoca de
la formación, descubrir restos humanos y utensilios, y calcular la antigüedad.

5.7 La Paleontología que estudia los fósiles o esqueletos y plantas conservados y permite conocer
si pertenecen a los tiempos históricos o a los prehistóricos.

Actualmente aportan importantes datos al historiador otras ciencias como:

5.8 La Antropología que estudia al hombre en sus semejanzas y diferencia anatómicas y culturales;
especialmente sus ramas, la Etnología o estudio comparado de las culturas de los pueblos
primitivos, y el Folclor o estudio analítico de dramas, música y cuentos conservados por la
tradición oral.

5.9 La Sociología o estudio de las relaciones entre los hombres.

5.10 La Psicología o estudio de la conducta del individuo.

5.11 La Psicología Social que estudia la conducta del hombre en grupo y el comportamiento de las
colectividades.

5.12 La Economía o ciencia de la producción, distribución y consumo de los bienes materiales.

6. UNIDADES DE TIEMPO Y DIVISIONES CRONOLÓGICAS.


6.1 La Cronología nos permite situar los hechos en el tiempo. Para conocer cuándo ocurrieron los
acontecimientos es preciso tener en cuenta las unidades de tiempo y las divisiones cronológicas.

6.2 Era: Para computar el tiempo de los pueblos han escogido siempre como punto de partida un
hecho notable. Esos periodos que comienzan en una fecha fija se llaman eras históricas.

Las principales han sido, la era de la olimpiadas o periodo de 4 años que contaban los griegos
partiendo de la primera de dichas fiestas deportivas y religiosas; la romana que comenzó con la
fundación de Roma y la musulmana que se cuenta desde la hégira o huía de Mahoma de la Meca a
Medina.

Los pueblos cristianos escogieron, y ha sido aceptado por todos los países de la civilización
occidental, el nacimiento de Nuestro Señor Jesucristo como punto de partida para computar el
tiempo. Así, se llama Era Cristiana la que comenzó con tan importante acontecimiento que se
considera como fecha cero (0).

Todos los acontecimientos anterior al nacimiento de Cristo se indican poniendo detrás de la fecha
la palabra antes de Jesucristo (a. de J. C.) y los ocurridos con posterioridad se indican después de
Jesucristo (d. de J. C.). Generalmente en las fechas posteriores se omiten las palabras o
abreviaturas señaladas.

Por consiguiente, los años anteriores al nacimientos de Cristo se cuentan de mayor a menor, en
orden descendente; por ejemplo, el año 3335 a. de J.C. es anterior al 490 a. de J.C. Los años
posteriores a Cristo se cuentan de menor a mayor, en orden ascendente; así el año 395 a. de J.C.
es anterior al 1789 y éste anterior al 1963.

Otras unidades de tiempo son:

6.3 El milenio o periodo de mil años y el siglo o periodo de cien años; el milenio I va desde el año 1
al 1000, el siglo I comprende del año 1 al 100 y el siglo II abarca del 101 al 200. Para hallar el siglo a
que pertenece una fecha determinada, basta sumar una unidad (1) al número de centenas de
dicha fecha; así el año 1492 corresponde al siglo XV (14 + 1), el año 70 al siglo 1, (0 + 1), el año
1789 al siglo XVIII (17 + 1), el año 2014 al siglo XXI (20 + 1).

7. UTILIDAD DE LA HISTORIA.

La Historia es una ciencia importantísima y de gran utilidad porque nos permite conocer la vida de
nuestros antepasados y comprender el resultado de sus trabajos, esfuerzos y adelantos de la gran
herencia que disfrutamos hoy.

Por otra parte, ese conocimiento de la vida de los hombres de épocas pretéritas contiene sabias
enseñanzas y un caudal de experiencias para comprender plenamente nuestra vida presente. Por
eso y con mucha razón, los antiguos llamaron a la Historia “Maestra de la Vida”.
Además, al propio tiempo que nos hace sentir parte integrante de la humanidad y herederos de
nuestros antepasados, nos responsabiliza con generaciones futuras, obligándonos a continuar
trabajando por el progreso espiritual y material de la humanidad.

8. HISTORIA Y PREHISTORIA

Para facilitar el estudio de la humanidad, la ciencia histórica se divide en dos grandes partes; la
Prehistoria y la Historia,

8.1 La Prehistoria es el estudio de ese largo periodo de la vida de la humanidad del cual no
tenemos noticias escritas. Comprende desde la creación del hombre hasta la invención de la
escritura.

8.2 La Historia es el estudio de la vida humana desde la aparición de la escritura hasta nuestros
días.

Como los primeros pueblos que conocieron la escritura nos han dejado inscripciones que datan de
unos 6.000 años, aproximadamente, se toma como fecha convencional el año 4000 a. de J. C. para
dividir la Prehistoria de la Historia.

La Prehistoria comprende un periodo incomparablemente más extenso que la Historia y es


asimismo la época menos conocida de la vida humana.

9. EL LÍMITE ENTRE LA PREHISTORIA Y LA HISTORIA.

9.1 La conquista de la escritura. Se toma como límite entre los tiempos prehistóricos y los
históricos la invención de la escritura, porque ella representa la más alta conquista intelectual
alcanzada hasta entonces por el hombre. Mediante la escritura pudo el hombre satisfacer la
necesidad que tenía de fijar de manera duradera los conocimientos que penosamente había
adquirido por la tradición; así en caso de duda o conflicto podía acudir a sus inscripciones y no a la
memoria. Además, gracias a la escritura, el hombre satisfizo ese deseo de dejar constancia para el
futuro de sus esfuerzos y realizaciones.

La primera escritura fue pictórica porque los signos eran dibujos de los objetos que veía o
imaginaba el autor; luego fue ideográfica o simbólica porque los signos representaban ideas, así la
fuerza se expresaba con una columna, el sol y el día con un disco. Gradualmente en un largo
periodo de tiempo estos sistemas coexistieron y evolucionaron hasta que apareció la escritura
fonética que representa los sonidos del lenguaje, en un principio el signo gráfico correspondía al
sonido de las sílabas (fonética silábica) y tras otro periodo de evolución se llegó a la escritura
nuestra, es decir, la alfabética, que representa las letras en que se descomponen las sílabas. Las
escrituras más antiguas fueron: la cuneiforme, llamada así porque los signos se hacían en tabletas
húmedas de arcilla tenían forma de cuña; esta escritura fue empleada por los sumerios y otros
pueblos de Mesopotamia; la jeroglífica egipcia, la cretense, la hitita, la maya y la china. Todas ellas
fueron primero pictóricas y luego simbólicas, habiéndose encontrado signos alfabéticos en el
cuneiforme y la jeroglífica egipcia de épocas más recientes.
Sin embargo, la invención del primer alfabeto se atribuye a los fenicios hacia el año 1000 a. de J.
C., del cual deriva el nuestro.

9.2 Otras conquistas del hombre, simultánea con la invención de la escritura, señalan también
cuando un pueblo abandona los tiempos prehistóricos.

Entre ellas la vida de grandes agrupaciones humanas en lugares permanentes, o sea la aparición
de las primeras ciudades con gobierno y leyes que garantizan el orden y el desarrollo de las
comunidades. Para los pueblos europeos se señala también el empleo del bronce y del hierro
como fin de los tiempos de la prehistoria.

En resumen, la aparición de la escritura, el empleo del hierro, la vida de las ciudades indica el
comienzo de la civilización y con ella el de la historia.

Se entiende por civilización las realizaciones materiales del hombre, tales como los mecanismos,
organismos y técnicas que ha ideado y desarrollado el hombre para dominar las fuerzas de la
naturaleza. Por ejemplo, la invención de la rueda, el uso del hierro, la imprenta, el ferrocarril, el
avión, la radio, entre otros, son productos de la civilización.

Los pueblos primitivos no tenían civilización.

Por cultura, en cambio, se entiende el cultivo del hombre por sí mismo, la expresión y desarrollo
de su espíritu en su manera de vivir y actuar. Pertenecen a la cultura las creencias religiosas, el
pensamiento, el arte, el desarrollo científico, las producciones literarias, las costumbres, los
hábitos, entre otros.

Todos los pueblos, aún los primitivos, tienen cultura, aunque hay culturas superiores e inferiores.

Finalmente, conviene destacar que no todos los pueblos poseyeron al mismo tiempo la escritura y
las otras conquistas indicadas; de ahí que el límite entre la Prehistoria y la Historia varían según los
pueblos, pues mientras los sumerios, egipcios y chinos viven ya en tiempos históricos, otros
continúan en la Prehistoria por varios siglos más, como los de Europa occidental.

Actualmente existen pueblos en estado no civilizado o salvaje; pero su estudio no corresponde a la


Prehistoria sino a la Etnografía.

Reservemos, pues, el término Prehistoria General para el conocimiento de la vida de los hombres
desde su creación hasta que aparece la escritura entre los primeros pueblos que la conocieron; y
llamaremos Prehistoria Americana, africana, colombiana, entre otros, al conocimiento de los
pueblos de otras regiones o continentes que entran en la etapa histórica en tiempo posterior a la
invención de la escritura, y de los cuales no tenían noticias los pueblos civilizados.

10. EDADES HISTÓRICAS.

10.1 Edad Antigua que abarca de la aparición de la escritura y los primeros pueblos civilizados (año
4000 a. de J. C.) hasta la caída del Imperio Romano por la invasiones los pueblos bárbaros (siglo V
d. de J. c.). Se suele tomar el año 476 d. de J. C. como fecha convencional por haber sido
destronado en ese año el último emperador de Roma.

10.2 Edad Media que comprende diez siglos, desde la caída del Imperio Romano hasta mediados o
fines del siglo XV de la era cristiana.

Algunos historiadores han escogido como límite el año de 1453 en que Constantinopla cae en
poder de los turcos, pero dada la mayor trascendencia del descubrimiento de América, la mayoría
señala el año de 1492 como el final de la Edad Media.

10.3 Edad Moderna abarca desde el descubrimiento de América hasta la Revolución francesa en
1789.

10.4 Contemporánea desde la Revolución Francesa hasta nuestros días.

10.5 Edad Atómica. Muchos historiadores señalan que el descubrimiento y aplicación de la energía
atómica ha dado origen a una nueva edad, la atómica que comenzó en 1945 con la explosión de la
primera bomba atómica, en Hiroshima, durante la segunda Guerra Mundial.

BIBLIOGRAFÍA

Bergounioux, R. P. La Prehistoria y sus problemas. Ed. Taurus. Madrid. 1960

Comas, Juan. Introducción a la Prehistoria General. Universidad Nacional Autónoma de México.


México 1963

Definición de historia - Qué es, Significado y Concepto. Documento en línea. Disponible en:
http://definicion.de/historia/#ixzz3NWGTFWJv. Consulta: 28/12/2014

García Julio César. Los Primitivos. Medellín Colombia

Recibido: 05/01/2015 Aceptado: 24/04/2015 Publicado: Mayo de 2015

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Revista: Atlante. Cuadernos de Educación y Desarrollo

ISSN: 1989-4155

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LA VIDA DEL CAPITÁN GARCÍA HOLGUÍN. UNA HISTORIA DONDE COMIENZA LA LEYENDA

Autores e infomación del artículo

Arquímides Segundo de Paz Pérez*

José Fernando Novoa Betancourt**

Universidad de Holguín, Cuba

adepaz@uho.edu.cu

________________________________________

RESUMEN:

Se presenta un estudio documental integrador y crítico de la historia de vida hasta hoy conocida
del capitán García Holguín. Se describen nuevos escenarios y hechos históricos en los que este
personaje estuvo involucrado de manera relevante y que hasta el presente no habían sido
examinados con suficiente profundidad. Contrario a lo planteado en la historiografía tradicional
local, García Holguín no limitó su accionar a Cuba y México para finalizar sus días pacíficamente al
norte del Bayamo en Cuba. Participó en el desarrollo del proceso de expansión y consolidación del
imperio español en varias regiones de América.

Palabras clave: conquistador, fundación, Hato de Holguín, García Holguín, conquista de Cuba,
veracidad histórica

ABSTRACT

An integrating and critical documentary study about the history of life to this day known of
Captain Garcia Holguín is presented. New scenarios and historic events in which this character was
involved in a relevant way and that had not been sufficiently studied are described. Contrary to
what local historiography has stated, Garcia Holguín did not limit his actions to Cuba and Mexico
to end his days peacefully at the north of Bayamo in Cuba. He participated in the development of
the expansion and consolidation process of the Spanish Empire in different regions of America.

Key words: conquistador, foundation, Holguin cattle farm, García Holguín, conquest of Cuba,
historic veracity

Para citar este artículo puede utilizar el siguiente formato:


Arquímides Segundo de Paz Pérez y José Fernando Novoa Betancourt (2019): “La vida del Capitán
García Holguín. Una historia donde comienza la leyenda”, Revista Atlante: Cuadernos de Educación
y Desarrollo (diciembre 2019). En línea:

https://www.eumed.net/rev/atlante/2019/12/capitan-garcia-holguin.html

//hdl.handle.net/20.500.11763/atlante1912capitan-garcia-holguin

________________________________________

INTRODUCCIÓN

Las historias de ciertos personajes, marcan el devenir de los pueblos donde nacieron y vivieron sus
vidas, o donde realizaron aquellos hechos que, por su notoriedad, dejaron una huella, para bien o
para mal, en el lugar por donde pasaron.

En la sociedad cubana, por razones históricas, la tradición indígena se diluye en profundos


procesos de transculturación por lo que resulta complejo visualizar el mundo aborigen desde la
perspectiva del presente. Por tal motivo, al indagar sobre su génesis en busca de la respuesta al
“quien soy, de donde vengo”, el cubano común ha tenido la tendencia de mirar hacia Europa y
alguna que otra vez hacia el África. En particular, en la comarca que se gestaba en las Tierras Altas
de Maniabón al noreste de la isla de Cuba durante la primera mitad del siglo XVI, las características
de la inmigración española que se asentó aquí, así como el tipo de relaciones económicas que
predominaron durante la etapa colonial, favorecieron la formación de una visión popular sobre
quiénes fueron los fundadores de la comarca. Dicha visión ha establecido una fuerte conexión de
identificación de la población actual del territorio con los valores de la cultura europea que
portaban aquellos fundadores. Esto, independientemente del comprobado contacto de este
asentamiento poblacional con los grupos aborígenes que habitaban la región (Valcárcel Rojas &
Ulloa Hung, 2016, p. 16) y de la interacción con las culturas de origen africano que posteriormente
formaron parte del entramado económico social de la isla. No se debe soslayar que el
fortalecimiento actual de algunas tendencias religiosas relacionadas con las culturas de origen
africano, ha hecho resurgir el interés de algunos sectores de la población local por el acercamiento
a estas culturas

La figura del capitán García Holguín se ha vinculado tradicionalmente a los momentos


fundacionales de la comarca holguinera en el temprano siglo XVI, y por tanto se integra al
conjunto de valores identitarios compartidos por la comunidad local que la distingue por su
singularidad. Era este un conquistador extremeño que, a pesar de todos sus esfuerzos, no logró
materializar su ambición de conquista de la forma en que quizá la soñó el día que abordó la
carabela que lo trajo a las Indias. Tampoco consiguió acaparar la atención de los acuciosos
cronistas coloniales que se dedicaron a registrar con su visión peculiar los sucesos de este período.
Sin embargo, siempre estuvo allí donde ocurrieron las acciones transcendentales, donde se
cambió el rumbo de la historia. Llegó incluso a protagonizar acciones sobresalientes, que le
valieron algún mérito. Pero la gloria, tan deseada por aquellos buscadores de fortuna, siempre se
le escapó por la punta de los dedos cual sombra escurridiza. Hoy, una ciudad del oriente de Cuba
lleva por nombre su apellido, y un mural escultórico, frente a lo que fuera la antigua Plaza de la
Iglesia, destaca la figura de un español que pudiera representar al controvertido conquistador.

Pese a tales notables acontecimientos, la historia tradicionalmente difundida sobre este personaje
relata hechos contradictorios y en ocasiones insuficientemente fundamentados. Verificar su
autenticidad y relación con el personaje en estudio, así como aportar nuevas informaciones
documentales de fuentes reconocidas, favorecerá el acercamiento a la veracidad histórica y
contribuirá a afianzar los valores identitarios de la localidad.

DESARROLLO

Con las Capitulaciones de Santa Fe, firmadas el 17 de abril de 1492, la Corona de Castilla iniciaba el
largo y cruento proceso de exploración y conquista de las islas y territorios continentales que
transformarían definitiva y radicalmente el mundo de los pueblos originarios americanos, y los
destinos de millones de seres humanos en varios continentes.

Es en este contexto que cobra su forma la figura del conquistador español, la cual no puede
explicarse remitiéndose a un modelo arquetípico de hombre, porque el carácter y las acciones del
conquistador no son únicas, sino que ofrecen muchas aristas. Los documentos de la época
muestran la heterogénea personalidad de unos hombres que debieron adaptarse a diferentes
circunstancias.

El conquistador español fue un hombre de su tiempo, moldeado por unas circunstancias históricas
concretas que lo llevaron a actuar de acuerdo con el pensamiento que era propio para su época.
Llegaron a América en pleno auge del Renacimiento, pero eran portadores de una mentalidad
todavía feudal. Provenían de una España que acababa de lograr su unidad territorial con la
conquista de Granada y donde aún no se había renunciado completamente a su legado medieval.
Eran hombres rudos, violentos, impulsados a la acción más que a la contemplación. Pero al mismo
tiempo, eran hombres temerosos de Dios y creyentes en la Divina Providencia. Estaban enraizados
en un cristianismo fundamentalista que los llevaba a tener la plena convicción de que era
absolutamente necesario cristianizar y civilizar a los nativos al modo de vida europeo para sacarlos
de lo que, según su interpretación, los sumía en el atraso, la ignorancia y una vida pecaminosa.
Esta convicción chocó de manera inevitable y brutal con la cosmovisión de los pueblos originarios
americanos, provocando desastrosas consecuencias para estos últimos.
De acuerdo con Picón-Salas (1975, p. 42), dentro del complejo religioso que actuaba en cada
conquistador, la propagación de la fe cristiana era lo único que podía justificar la violenta
búsqueda del oro y la crueldad de las guerras. Era una especie de descargo de conciencia con el
que intentaban ponerse en paz consigo mismo, para armonizar, en fórmula cristiana, dos
posiciones irreconciliables entre sí: el deseo de riqueza e imperio y la propagación de la fe (Picón-
Salas, 1975, p. 43).

Los conquistadores daban por descontado y asumían con toda naturalidad, que los nativos de
aquellos territorios a donde habían llegado y proclamado la soberanía de sus majestades, habrían
de someterse sin vacilación ni resistencia. Ignoraban, sin siquiera dudarlo, la capacidad de decisión
y de expresión de su voluntad de dichos pueblos.

Por otro lado, eran hombres propensos a la fantasía y a la exaltación de la imaginación por los
hechos heroicos y las fábulas. Aunque muchos no sabían leer y escribir, era conocida la
popularidad que entre ellos existía de las novelas de caballería, como lo deja ver Díaz del Castillo,
“(…) y decíamos que parecía a las casas de encantamento que cuentan en el libro de Amadís, por
las grandes torres y cues y edificios que tenían dentro del agua, (…)” (Díaz del Castillo, 1853, p. 82).

Su ideal político fue una sociedad cuasi-feudal en la que se perpetuarían como aristocracia militar
dominante y hereditaria, y tendrían el deber de gobernar, defender y mantener la paz en sus
respectivos territorios mientras hacían pingües ganancias a costa del trabajo de sus
encomendados (Carrasco & Céspedes, 1985, pp. 352-356). Pero este ideal nunca llegaría a
concretarse. Los monarcas de Castilla se habían propuesto construir un estado moderno,
centralizado, y para ello venían desmontando sistemáticamente el poder político de la nobleza,
por lo que tampoco permitirían el surgimiento de una nueva aristocracia señorial en las Indias, a la
cual no habría modo efectivo de controlar desde el otro lado del Atlántico.

Cuba, a pesar de haber sido la primera gran isla encontrada por Colón en 1492, quedó inicialmente
marginada del proceso de exploración y colonización que tras el descubrimiento tuvo como centro
a La Española. No es hasta principios de 1511 que, con unos trescientos hombres, Diego Velázquez
de Cuellar parte de Salvatierra de la Sabana al suroeste de La Española, y desembarca cerca de
Maisí, en la costa sur de Cuba. Pronto se le une Pánfilo de Narváez, con una fuerza de treinta
flecheros que habían participado junto a Juan de Esquivel en la conquista de Jamaica (Marrero,
1993, p. 108).

Según García Castañeda (2002, p. 30), en esta tropa de flecheros al mando de Pánfilo de Narváez,
venía García Holguín, que por esta época se presume había participado en las campañas de
“pacificación” que consolidaron el gobierno de fray Nicolás de Ovando en La Española, y en las
incursiones de captura de esclavos en las islas cercanas. Pero, ¿quién era este joven soldado que
llegaba a la todavía virgen isla de Cuba como refuerzo para la hueste de Diego Velázquez y su
recién iniciada conquista?

La historiografía local en la ciudad de Holguín, Cuba, tiene como referente a Don Diego de Ávila y
Delmonte, historiador del siglo XIX. El mismo afirma (Ávila y Delmonte, 1865, p. 8), que el capitán
Francisco García de Holguín, natural de Cabeza de Buey en la provincia de Extremadura, que había
participado en la expedición de Grijalva a México y luego, bajo el mando de Cortés va a la
conquista de este territorio, había iniciado el fomento de una extensa comarca en la parte
nororiental de Cuba. Supuestamente había recibido esta posesión como premio de la corona por
su participación en las campañas mencionadas, “(…) no regresando a esta Isla hasta el 1523,
donde el expresado Velázquez le colmó de beneficios, asignándole grande porción de terrenos y
muchos brazos para labrarlos” (Ávila y Delmonte, 1865, p. 8). Es curioso notar que Ávila y
Delmonte se refiera a los cuantiosos beneficios con que fue colmado Holguín a su retorno de
México, aparentemente como premio por sus acciones en esta tierra, y omita completamente el
relato de la protagónica y decisiva acción, registrada por todos los cronistas coloniales, de la
captura del líder azteca Cuauhtémoc por el capitán extremeño. Si se trataba de resaltar la figura
histórica y los méritos del personaje sobre el que se hacía descansar la génesis de la comarca
holguinera, ¿cómo obviar un hecho tan relevante y ampliamente conocido? Siguiendo la narración
de Ávila y Delmonte, Francisco García Holguín se casa en 1537 con Isabel Fernández Valero de
Sandoval y junto a sus compañeros de armas, pobló los terrenos de su propiedad y ubicó su
residencia en 1545 al norte del Bayamo con el nombre de Holguín y bajo la advocación de San
Isidoro. Y luego de tales acontecimientos no se hace mención alguna a la presunta evolución de la
comarca durante los próximos 55 años, ni al destino de su presunto fundador o la fecha y lugar de
su fallecimiento.

En la búsqueda de fuentes documentales que pudieran arrojar alguna luz sobre la historia de este
personaje y los orígenes del hato y posterior desarrollo en núcleo poblacional, se hace evidente
que éstas no son numerosas ni suficientemente esclarecedoras.

Tanto el informe de Zayas y Armijo, publicado en Memorias de la Sociedad Patriótica de La Habana


en 1841 (p. 277); como el detallado informe eclesiástico del obispo Pedro Agustín Morell de Santa
Cruz, realizado en 1756 (Torres Cuevas, 2005, p. 78), centran su interés en los fundamentos
históricos más cercanos a su época, pero obvian, en aparente desinterés, la etapa primigenia del
siglo XVI y no hacen referencia alguna al tradicionalmente conocido capitán Francisco García
Holguín.

Don Diego de Ávila y Delmonte publica una nueva edición de su obra “corregida y aumentada” en
1888, y en ella cambia su versión original sobre el otorgamiento de tierras en la comarca. Aquí
explica que una vez pacificada la Isla de Cuba, Diego Velázquez “dispuso el repartimiento del área
correspondiente al hato de Holguín” (Ávila y Delmonte, 1888, p. 15). Y continúa explicando que
“cúpole por suerte esta porción de tierra, hacia la parte Norte, al capitán de Infantería Don
Francisco García de Holguín”. No aparece ninguna mención explícita a la fecha del mítico traslado
de la cabecera del hato en 1545. Pero más significativo aún es que en esta versión no existe
ninguna alusión a la participación de Holguín en las expediciones de conquista a México ni al
supuesto retorno triunfal en 1523. ¿Qué motivó al autor para cambiar tan radicalmente su historia
original? Salvo Novoa Betancourt en 2010 (p. 12), la historiografía local precedente no había hecho
ninguna referencia, ni análisis crítico de esta evidente contradicción. Por el momento, no hay
explicación convincente sobre este asunto.

Otros autores, posteriores a Ávila y Delmonte, publicaron varias versiones sobre la historia de la
localidad, Borroto (1923, pp. 7-8) y Santovenia Echaide (1946, pp. 69-70); así como Fernández
Márquez & Torres López [citados por Novoa Betancourt, (2010, p. 12)]. Sin embargo, sus trabajos
no hicieron más que reproducir lo antes dicho por Ávila y Delmonte, con algunas adiciones
carentes de fundamento documental.

Mención especial merece la obra manuscrita y casi desconocida en nuestro país del historiador y
pedagogo cubano Ramos y Duarte (1919, pp. 131-137), la cual no había sido considerada hasta el
presente en los estudios sobre los orígenes de la localidad. Aquí Ramos y Duarte le dedica una
sección a la historia de la comarca holguinera y al capitán García Holguín, donde resulta
significativa su afirmación de que este personaje nunca regresó a su finca en el norte del Bayamo.
Este es el único autor de la primera mitad del siglo XX que hace tal afirmación de manera explícita.
Ramos y Duarte consultó las ya conocidas fuentes tradicionales de su tiempo que han seguido
vigentes hasta nuestros días. Toda su obra se caracteriza por la meticulosa referencia bibliográfica
que permite conocer dichas fuentes. Pero también debió haber revisado otras donde amplió su
visión acerca de García Holguín y que hicieron que sus conclusiones al respecto tuvieran un cierto
giro diferente a la historia tradicional, aunque conservó la esencia de lo ya contado hasta su
época.

En 1949, García Castañeda, arqueólogo e historiador holguinero, da inicio a una nueva etapa en la
investigación histórica sobre los orígenes y posterior desarrollo de la localidad al hacer uso de
métodos científicos de investigación (García Castañeda, 2002). Para la elaboración de su obra,
García Castañeda realizó una cuidadosa búsqueda de fuentes documentales que sustentaran los
hechos históricos que en ella se describían; y realizó además un análisis crítico de la historiografía
precedente. El conjunto de sus trabajos de investigación arqueológica e histórica, así como su
contribución a la museología en la localidad, constituyen uno de los pilares de la historiografía
local.

Otra versión acerca de la historia de la comarca holguinera, fue aportada por el periodista e
historiador holguinero Albanés Martínez (1958). En ella el autor se apega a la historia
tradicionalmente conocida hasta su época, aunque intenta conciliar algunos elementos planteados
por García Castañeda con la versión de Ávila y Delmonte, a pesar de las evidentes contradicciones
entre estos autores.

En la mencionada obra de García Castañeda, éste retoma el tema del fundador del hato, pero al no
encontrar documentos que avalen las versiones anteriores, contacta con el Archivo de Indias en
Sevilla de donde obtiene varias informaciones (Bermúdez Plata, 1947, 1948) que le hacen concluir
que:

“(…) no encontramos ningún Francisco García Holguín pasando a América, como tampoco un
García Holguín en el período de 1509 a 1543, pero sí documentos relacionados con García Holguín,
pasando a América antes del 1509, pero nunca relacionados con el capitán Francisco García
Holguín”. (García Castañeda, 2002, p. 30)

Dejando así establecido que el nombre del personaje en cuestión sería García Holguín y no
Francisco García Holguín como se había conocido hasta el momento. Las investigaciones realizadas
más recientemente han corroborado dicha afirmación, pues si bien se han localizado varias
referencias al capitán García Holguín en conexión con la historia temprana de la conquista de Cuba
(Hurtado, 1892, p. 118; López Rayón, 1852, vol. II. p. 489; Muro Orejón, 1984, p. 327; Velázquez de
Cuéllar, 1524, Archivo General de Indias, Patronato 180, R 9), ninguna ha sido hallada relativa a un
Francisco García Holguín.

También García Castañeda, en su crítica a Ávila y Delmonte, (2002, pp. 34-35), deja claro que
García Holguín no participó en la expedición de Grijalva, ni tampoco en la de Hernán Cortés, sino
en la armada de Pánfilo de Narváez, enviado por Diego Velázquez para someter a Cortés.

Según el relato de García Castañeda (2002, p. 30), “Debió pasar García Holguín a la América en la
flota de Fray Nicolás de Ovando (…)” que arribó a las costas de Santo Domingo el 15 de abril de
1502. De igual forma describe el paso del joven conquistador por la isla de Jamaica junto a Juan de
Esquivel y su segundo Pánfilo de Narváez en 1509 y su posterior traslado a Cuba como ya se
mencionó antes.

Sin embargo, el historiador peruano Zevallos Quiñones (1996, p. 193), cita a Otte (1964, p. 487)
para ubicar a García Holguín en el navío “Santa Clara”, formando parte de la flota del Almirante
Diego Colón que llegó a Santo Domingo el 10 de julio de 1509. Otte, quien realizó un detallado
estudio de la documentación sobre la flota de Diego Colón en el Archivo de Indias en Sevilla,
incluye, entre otros, el listado de pasajeros y sus pertenencias que llevaba el navío “Santa Clara”.
En dicho listado aparece un García de Holgy, 1 que además de varios géneros de telas, ropas,
herramientas y otros objetos personales, portaba un “repostero de sus armas” 2.

Esta referencia, es la única adecuadamente documentada hasta el momento acerca del paso de
García Holguín a las Indias. Además de la coincidencia de nombres, y la mención de posibles
privilegios de hidalguía, encaja cronológica y geográficamente en el contexto histórico del
personaje en estudio, por lo que estos investigadores se suscriben a la opinión de Zevallos
Quiñones en cuanto a este punto.

Un elemento clave para la ubicación del capitán García Holguín en Cuba es el testamento de Diego
Velázquez de Cuéllar, en el que se hace referencia a la deuda de novecientos pesos oro que tiene
Holguín con él por concepto de ciertas escrituras y cuentas entre ellos, y parte de esta deuda
corresponde a la venta de “la façienda de mançanylla que el dicho Bastidas vendió a García
Holguín e a Diego de Lorenzana” (Velázquez de Cuéllar, 1524, AGI, Patronato 180, R 9 (18)). Otra
referencia importante sobre la presencia de Holguín en San Salvador de Bayamo en 1515, aparece
en los documentos del proceso judicial conocido como los “Pleitos Colombinos” (Muro Orejón,
1984, pp. 328-329 y 361). Allí, se hace constar que “(…) ante García Holguín alcalde en la dicha villa
por sus altezas (…)”, compareció Andrea Colón como procurador de Don Diego Colón.
García Castañeda, al analizar el texto del testamento mencionado arriba, “estima” sea un error de
Velázquez decir que el hato de García Holguín se nombraba “Mançanilla” (García Castañeda, 2002,
p. 31). Su argumentación es que todos los documentos por él revisados indicaban que Holguín era
vecino de la Villa de San Salvador de Bayamo y que por tanto su hato radicaba en esta jurisdicción.
Y que por ser esta “Mançanilla” (o Manzanillo) región de Trinidad (Torres De Mendoza, 1869, pp.
423-424), no cabía la posibilidad de que el hato se hallara en esta localidad.

La afirmación de García Castañeda resulta cuestionable si se tiene en cuenta, por una parte, que
en su testamento, Velázquez, al referirse a la deuda de Holguín, menciona una “facienda”, no un
“ato”. La lectura de dicho testamento muestra que el término “ato”, fue empleado para referirse
al conjunto de ganado en si, mientras que “facienda” se utilizó con relación a sitio donde se
realizaban labores agropecuarias en general. Y por otra parte, sería discutible que en un acto de
declaración testamentaria, ante notario, escribano, albaceas y testigos, se dejara pasar el error del
nombre de una hacienda sobre la que pesaba una deuda importante. ¿Cómo procederían los
albaceas al cobro de tal deuda si la hacienda mencionada no existía?

A pesar de esto, García Castañeda, al no disponer de otras informaciones sobre este tema, e
intentando conciliar sus hallazgos documentales con el relato de Ávila y Delmonte, da por sentado
que la “façienda de mançanylla”, mencionada en el testamento de Velázquez, es el hato que según
Ávila y Delmonte recibió el capitán Holguín en posesión, por mandato de Diego Velázquez.

Hasta el presente no se ha podido encontrar ninguna información que relacione a García Holguín
con las antiguas villas de Trinidad o Sancti Spiritus en cuya cercanía existió un pueblo de indios
llamado Manzanillo (Torres De Mendoza, 1869, pp. 423-424), ni tampoco con el Manzanillo de la
región oriental. Y, por otra parte, no se ha localizado hasta hoy documento alguno que describa el
otorgamiento de la mencionada posesión al conquistador cacereño. De modo que la primera
referencia a la posesión del hato por García Holguín es la de Ávila y Delmonte, y la cual es
sostenida como válida por la tradición hasta el presente, por lo que este asunto permanece aún
sin esclarecer.

Sin embargo, no sería desatinado presumir que García Holguín haya tenido propiedades en
diferentes lugares de la isla. Basta echar una ojeada al testamento de Diego Velázquez para
comprobar que las propiedades de éste se extendían por toda la geografía cubana. Esto fue
práctica común en la época.

El testamento de Velázquez deja al menos claro algunos puntos importantes al respecto (Novoa
Betancourt, 2007): primero, que fue el propio Velázquez el adjudicador directo de la posesión;
segundo, que su primer dueño fue Bartolomé de Bastidas; y tercero, que de las manos de Bastidas,
la posesión pasó a García Holguín y Diego de Lorenzana. De este modo se descartan las versiones
de Ávila y Delmonte en cuanto al modo en que García Holguín adquiere la posesión, pues ya no se
trata de un premio por sus acciones en México, ni de los primeros repartimientos otorgados por
Velázquez, sino de una transacción de compra-venta entre vecinos en la cual Velázquez fungió de
mediador.
Al respecto, ya García Castañeda había señalado la imposibilidad de que Velázquez premiara a
Holguín a su retorno de México, pues según este autor, Holguín aún se encontraba en tierras
aztecas en 1531 3 y Velázquez había muerto en 1524. Y por otro lado, habría que considerar que
los méritos obtenidos por Holguín bajo el mando de Cortés habrían sido juzgados por Velázquez
como un acto de traición. Cortés era visto por Velázquez como un usurpador de los derechos que a
él le correspondían como Adelantado.

Es de notar como García Castañeda procede con cautela cuando “supone” la fundación del hato
un 4 de abril porque según Ávila y Delmonte, el mismo está bajo la advocación de San Isidoro y
“considera” 1545 “fecha no comprobada del todo” para la reubicación de la cabecera del hato
(García Castañeda, 2002, p. 35).

Ante la duda planteada acerca de si fue realmente García Holguín poseedor del denominado Hato
de Holguín en 1545, cabe preguntarse si en la época en que Diego Velázquez realizó los primeros
repartimientos, hubo algún otro conquistador de apellido Holguín que participara en las andanzas
de la conquista en la hueste velazquista.

En los resúmenes recibidos por García Castañeda del Archivo de Indias (Bermúdez Plata, 1947),
aparecen informaciones sobre varios Diego Holguín que estuvieron involucrados en la conquista
de América. No obstante, en su carta, el propio archivero Bermúdez Plata concluye que, según
estas informaciones, a estos personajes no se les concedió nada en la isla de Cuba. Al parecer,
García Castañeda se dio por satisfecho con esto, o en su época no contaba con los recursos
investigativos necesarios para extender su indagación, por lo que descartó esta posibilidad. Si bien
la afirmación de Bermúdez Plata es cierta en el sentido de que en dichas informaciones no se
registra de manera explícita el otorgamiento de posesiones en Cuba a los mencionados Diego
Holguín, hoy es posible realizar algunas conjeturas al respecto.

Una búsqueda más detallada en los propios Archivos de Indias, accesibles vía Internet, revela que
los Diego Holguín mencionados, fueron de los llamados “primeros conquistadores” y pasaron por
Cuba en los primeros años de la conquista de la isla y luego se incorporaron a la conquista de
México (Consejo de Indias, 1555, 1570b, 1583). Así se conoce, por ejemplo, que el Diego Holguín
de Puebla de los Ángeles se encontraba en Cuba en 1519, y pasó con Narváez a la Nueva España
en uno de los navíos del Licenciado Zuazo, y que no tomó parte de la toma de Tenochtitlan porque
se hallaba enfermo (Himmerich y Valencia, 1991, pp. 175, Biografía 205; Romero de Solís, 2001, p.
233).

También, el historiador salvadoreño Barón Castro (1978, 1996), realiza una reconstrucción de la
biografía de uno de estos Diego Holguín, considerado como el primer alcalde ordinario de la villa
de San Salvador, en el actual El Salvador. En dicha biografía, el autor establece que este personaje
fue vecino del San Salvador de Bayamo en Cuba en 1515 y menciona la presencia allí de García
Holguín como alcalde. Posteriormente ubica a Diego Holguín entrando y saliendo de este territorio
en diferentes ocasiones entre 1517 – 1523, incluyendo su participación en la toma de
Tenochtitlán, en México. De estas informaciones infiere que durante este período fuera también
encomendero en la mencionada villa en Cuba.

Existe una información recibida en Santiago de Cuba en junio de 1521 a petición de Diego
Velázquez (“Ynformacion fecha en la Isla de Cuba…”, 1880, p. 257), en donde presta su testimonio
un Diego Holguín. Aquí habría que anotar que, si este personaje se encontraba en la fecha
mencionada en Santiago de Cuba, no pudo haber participado de la toma de Tenochtitlán ocurrida
en agosto de ese mismo año.

Es entonces razonablemente probable que, como muchos otros en esa etapa, alguno de los
mencionados Diego Holguín también hubiera sido beneficiado con los primeros repartimientos de
Velázquez. Se podría entonces manejar la conjetura de que quizá nuestros primeros historiadores
locales ante la probable confusión provocada por la homonimia y los limitados recursos
investigativos de la época, hayan trocado historias y, por tanto, cualquiera de los personajes
mencionados, incluyendo al propio García Holguín, haya sido el poseedor del cuestionado hato.

Por otra parte, García Castañeda refrenda el mítico casamiento de Holguín con Isabel Fernández
Valero de Sandoval en 1537 y su consiguiente descendencia, y el no menos mítico traslado del sitio
cabecera del hato en abril de 1545 hacia el norte de la jurisdicción del Bayamo, al lugar conocido
por “Cayo Llano” (García Castañeda, 2002, p. 35). Ambos hechos relatados anteriormente por Don
Diego de Ávila y Delmonte, aunque ninguno de los dos aportó las fuentes de tan significativa
información. Aún hoy, la historiografía tradicional local mantiene estos acontecimientos como
pilares básicos de la historia de la localidad ante la falta de nuevas evidencias que corroboren o
contradigan los mismos.

Al parecer, por el momento, estas interrogantes quedarán sin respuesta convincente ante la falta
de información auténtica sobre este importante lapso de la historia local. Y como observaran
Calzadilla Anido y Córdova Martínez (2016, p. 69), “el origen de las tierras de García Holguín
continúa siendo una incógnita histórica”.

Ya en los tiempos actuales, el investigador Novoa Betancourt, con un enfoque más abarcador que
el de sus predecesores, emprende la búsqueda de nuevas fuentes documentales que aporten
elementos novedosos a la investigación. Esta nueva etapa incluyó el estudio de la obra de los
cronistas coloniales que en diferentes momentos y contextos escribieron sobre la conquista (Cieza
de León, 1987; Díaz del Castillo, 1853; Herrera y Tordesillas, 1601, 1615, 1730; López de Gómara,
2007; Solís y Rivadeneyra, 1838; Zárate, 1555). También se obtuvo información documental de
historiadores contemporáneos, europeos y latinoamericanos (Alamán, 1844a, 1844b, 1849; Busto
Duthurburu, 1973; Castañeda Murga, 2002; Dammert Bellido, 1997; Hurtado, 1892; Mendiburu,
2003; Porras Muñoz, 1982).

Como resultado se conformó una nueva visión de la vida y hechos del capitán García Holguín
(Novoa Betancourt, 2010), que trasciende los límites de lo planteado hasta hoy por la
historiografía local y que ubica a este personaje en contextos históricos y geográficos que no
habían sido considerados en los estudios previos. Y, por otra parte, cambian la manera en que los
hechos de la vida de este personaje trascienden en la historia y la identidad cultural de la comarca
holguinera.

No obstante, el trabajo de Novoa Betancourt deja abiertas varias interrogantes. A saber, que no se
llega a establecer de manera definitiva si el personaje que se menciona en la documentación
revisada es el mismo que recoge la historiografía local. La cronología de algunos hechos descritos
en parte de dicha documentación, entra en contradicción con ciertos eventos registrados por
algunos autores locales, como es el casamiento de García Holguín con Isabel Fernández Valero de
Sandoval en 1537, y la reubicación del hato en 1545.

Como ya se había mencionado más arriba, García Castañeda describe la entrada a Cuba de García
Holguín como integrante de la tropa de treinta arqueros y sus auxiliares nativos comandada por
Pánfilo de Narváez que, provenientes de Jamaica, venían a apoyar la hueste de Diego Velázquez.
De ellos, Las Casas comentaba que manejaban el arco y las flechas aún mejor que los indios (Las
Casas, 1986, p. 102). La campaña de Cuba fue, por tanto, una continuación en la ya notoria hoja de
servicios de Holguín. Como miembro de la fuerza élite de Narváez, debió formar parte del grupo
enviado por Velázquez para “asegurar” la región del Bayamo. También debió haber estado
presente García Holguín durante la fundación de San Salvador de Bayamo en 1513 y por
consiguiente ser uno de los primeros “vecinos e moradores de las ciudades e villas e lugares e
pueblos de la dicha isla” beneficiados al recibir solares para vivienda y tierras para granjerías
confirmados por Real Provisión de 31 de agosto de 1520 (Fernández Duro, 1885, pp. 105-106). Y
de igual modo, haber sido favorecido por los repartimientos de indios en virtud de la Real Cédula
de 8 de mayo de 1513 que otorgaba a Diego Velázquez tal autoridad (Fernández Duro, 1885, pp.
41-43). Se presume, además, que en el mismo año 1513, Holguín formara parte de la columna de
cien hombres comandada por Pánfilo de Narváez y Juan de Grijalva como segundo al mando,
organizada por Velázquez en la región de Bayamo. De acuerdo con su plan de ocupación, la
columna de Narváez recorrería el interior del país reconociendo y tomando posesión del territorio.
Por el norte, un bergantín navegaría cercano a la costa con hombres y bastimentos de apoyo para
la gente de Narváez.

Lamentablemente, no se cuentan con registros de la actuación de García Holguín en estos


eventos. Sin embargo, si existen evidencias de que adquirió notoriedad y méritos ante sus
superiores durante este período. En 1515, según se dijo anteriormente, aparece García Holguín
como Alcalde Ordinario de San Salvador de Bayamo. Los alcaldes eran elegidos públicamente
entre los vecinos considerados con mayor prestigio por su valía y honradez probada y debían
poseer casa poblada en la villa en cuestión, además de ser instruidos y saber leer y escribir.

Otra muestra del prestigio y confianza ganado por Holguín, se evidencia en el hecho de haber sido
tenido en cuenta como candidato por Diego Velázquez para comandante de la armada que
pensaba enviar a las nuevas tierras descubiertas por Grijalva. Cervantes de Salazar (1971, lib. 2do,
Cap. XI), refiere que, Diego Velázquez, “(…) puso al principio los ojos sobre dos o tres caballeros,
que el uno se llamaba Vasco Porcallo y el otro Diego Bermúdez y el otro Garci Holguín (…)”. Sin
embargo, Velázquez se decidió por el antiguo notario de Azúa, Hernán Cortés, que para la fecha de
estos eventos era uno de los hombres más acaudalados de la isla de Cuba.

El descubrimiento de Yucatán y la posible existencia de tierras plenas de riqueza y pobladores que


podrían convertirse en vasallos de Sus Majestades, habían desencadenado un frenesí de
conquista. Todo estaba listo para que las islas sirvieran de trampolín en el salto hacia la tierra
firme, y la conquista de México se convertiría en una empresa cubana que sería realizada sin
participación de la metrópoli (Miralles Ostos, 2004, vol. I, p. 27).

Entre febrero-marzo de 1520 se encontraba García Holguín en Guaniguanico, en el extremo más


occidental de la isla de Cuba. Se hallaba allí formando parte de la expedición que, a marchas
forzadas, había organizado Diego Velázquez con Pánfilo de Narváez al mando para ir a someter a
Cortés (García Castañeda, 2002, pp. 32-33). Esta fue la última parada de la armada en su recorrido
por la isla reclutando hombres y aprovisionándose de pertrechos. Hasta Guaniguanico se personó
el oidor Lucas Vázquez de Ayllón, nombrado por la Audiencia de Santo Domingo para intervenir en
los preparativos de Velázquez contra Hernán Cortés (Colección de documentos inéditos relativos al
descubrimiento, 1880, vol. XXXV, pp. 241-244). En audiencia celebrada posteriormente en Santo
Domingo en octubre de 1520, se tomó declaración a Xoan Ramírez Vázquez, quien atestiguó haber
hablado allí en Guaniguanico con “(…) un García Holguín, vecino de la Villa de San Salvador (…)”
(1880, p. 197). También en Guaniguanico, García Holguín aparece como firmante de un poder
otorgado a Cristóbal Morante para que actuara en nombre de los miembros de la armada y
requiriera a Vázquez de Ayllón, a quien no reconocían con autoridad suficiente para impedir la
partida de la dicha armada y declaran además que no van a hacer la guerra contra Cortés y los que
con él están, sino muy al contrario, van a ayudar en lo que fuere necesario (1880, pp. 125-126).

Pero nada más convincente que las palabras del propio García Holguín para confirmar su presencia
en la tropa de Narváez. En 1529, en Ciudad México, Hernán Cortés se enfrentaba al juicio de
residencia ante la audiencia de la Nueva España para dar cuenta de su gobernación. Varios testigos
fueron interrogados; uno de ellos fue García Holguín, quien declara conocer a Cortés y ser su
compadre. Declara ser de unos cuarenta años más o menos y haber partido de la Isla de Cuba
rumbo a la Nueva España con Pánfilo de Narváez, bajo cuyo mando se encontraba cuando Hernán
Cortés los atacó y derrotó en Cempoala (López Rayón, 1852, vol. II, pp. 489-490).

A pesar de las numerosas protestas y advertencias hechas a Pánfilo de Narváez y a Diego


Velázquez, a principios de marzo de 1520, Narváez parte de Guaniguanico con la armada que
Velázquez puso en sus manos con todos los hombres y pertrechos que este pudo agenciarse. El
desenlace de esta historia es harto conocido. El encuentro de Hernán Cortés contra Narváez en
Cempoala “(…) más que una batalla fue una refriega de corta duración (…)” (Miralles Ostos, 2004,
vol. I, p. 105). Muchos de los hombres de Narváez habían ido bajo amenazas de Velázquez de
quitarles tierras e indios, por lo que durante el combate se mantuvieron al margen. Una vez
restablecido el orden, Cortés arengó a los prisioneros y la gran mayoría se pasó a su bando
fácilmente convencidos por las promesas del nuevo líder. Entre ellos se encontraba García
Holguín.
Sobre la participación de García Holguín en los eventos de este período, nuevamente la
investigación se encuentra con el tropiezo de no disponer de información detallada, aunque si
aparecen hitos destacados que dan una aproximación cercana de su grado de involucramiento.
Algunos relatos dedicados a resaltar los hechos de otras figuras históricas revelan estos indicios.

Según Cervantes de Salazar (1971, lib. 5to, Caps. L y CVI), los partidarios de Diego Velázquez
habían organizado una conspiración para matar a Cortés, la cual estaría encabezada por un
zamorano llamado Antonio de Villafaña. Éste tenía una lista con las firmas de más de trescientos
conjurados y García Holguín le habría ayudado a recoger dichas firmas. La información llegó a
oídos de Cortés quien de inmediato arresta a Villafaña y se dice que recuperó la mayor parte de la
lista de conjurados. Ante la magnitud de la conspiración, Cortés manda a ahorcar a Villafaña, finge
no saber los nombres de los conjurados y convoca a sus hombres a la unión. Según el propio
Cervantes de Salazar, luego de estos sucesos Cortés esmera su atención con aquellos que eran
sospechosos de participar en el complot.

Poco después de sofocada la conjura, Cortés ordena la botadura de los trece bergantines que
había mandado a construir para apoyar el asedio a Tenochtitlán, y al nombrar a los capitanes que
los comandarían, uno de los favorecidos fue García Holguín. Esta decisión tuvo un resultado
inesperado y de enorme trascendencia para el curso de los acontecimientos posteriores y en
definitiva para la historia de México y del resto de América. Un hecho que marcó el parteaguas
irreversible de la campaña de conquista del imperio azteca y de toda la región. El 13 de agosto de
1521, día de San Hipólito, en una hábil maniobra de persecución de un grupo de canoas que
destacaban por su singularidad tratando de huir sobre las aguas del lago Texcoco, García Holguín
prende a Cuauhtémoc, el joven emperador de los aztecas. Con la captura del líder cesaron de
inmediato los combates, y de hecho significó el colapso total y definitivo del imperio.

Este ha sido el evento de la vida del conquistador cacereño más minuciosamente registrado por la
historiografía colonial (Alva Ixtlilxóchitl, 2011, pp. 377-378; Cervantes de Salazar, 1971, lib. V, Cap.
CXCV; Díaz del Castillo, 1853, Capítulo CLVI, p. 196; Herrera y Tordesillas, 1601, pp. 67-68; López
de Gómara, 2007, pp. 276-277; Solís y Rivadeneyra, 1838, pp. 453-454; Torquemada, 1975, vol. II,
lib. IV, Cap. CI). También historiadores modernos documentaron la participación de Holguín en
estos hechos (Alamán, 1844b, pp. 133-134; Hurtado, 1892, pp. 47-49; Orozco y Berra, 1880, p.
638), así como otros lo hicieron en la época contemporánea (Busto Duthurburu, 1973, pp. 268-
269; Dammert Bellido, 1997, p. 162; Miralles Ostos, 2004, vol. I, p. 134; Novoa Betancourt, 2010,
pp. 31-32; Porras Muñoz, 1982, p. 374; Thomas, 2004, p. 535).

Sin lugar a dudas, el capitán García Holguín fue recompensado por su notoria actuación bajo las
órdenes de Hernán Cortés. Según Porras Muñoz (1982, p. 376), quien cita el Índice y Extractos de
los Protocolos Notariales del Archivo de Notarías de México (1524-1553), Holguín recibió solares
en la traza original de Ciudad México donde construyó sus casas. Y también obtuvo un “ojo de
agua” y el terreno circundante para una huerta en Chapultepec, donde tiempo después recibió
licencia para construir un molino (Bejarano, 1889a, p. 72 y 95). Fue beneficiado además por el
reparto de encomiendas. En Michoacán, en la región del Zinapecuaro, la encomienda de Ucareo y
sus pueblos aledaños le fue asignada a García Holguín (Pérez Escutia, 1986, p. 5). Esta región es
una de las más ricas y productivas de Michoacán con abundantes y variados recursos naturales.

De las declaraciones de los testigos en el juicio de residencia contra Hernán Cortés en 1529, se
conoce como una vez más García Holguín es favorecido por Cortés. Francisco Verdugo, cuñado de
Diego Velázquez, y a la fecha de la residencia alcalde ordinario de Ciudad México, declara que en
julio de 1526, Hernán Cortés le había quitado los indios que poseía en Teotihuacán y se los había
entregado a García Holguín (López Rayón, 1852, vols. I, Nota No. 1, pp. 362-363).

Además de las concesiones mencionadas arriba, el capitán García Holguín también fue distinguido
con cargos en el cabildo de la ciudad. Según consta en los Libros de Actas del Cabildo de la Ciudad
de México durante este período, en 1526 y 1527, García Holguín fue elegido y ejerció como uno de
los doce regidores de la ciudad (Bejarano, 1889a). Y el 1ro de enero de 1531 recibió los votos del
Cabildo para su elección como alcalde ordinario junto a Pedro de los Ríos, cargo que ejerció
durante todo ese año (Bejarano, 1889b).

Es apreciable entonces, que el capitán García Holguín, es dentro del grupo de conquistadores que
pueblan el escenario político social de los primeros años del México colonial, una figura de
reconocido prestigio, que goza, además, de una posición económica acomodada. Pero aún más,
como ya se ha apuntado anteriormente, algunas informaciones recogidas en diversas fuentes,
dejan entrever un posible vínculo confidencial entre García Holguín y Hernán Cortés. No se debe
pasar por alto el hecho de que, durante la etapa de conquista y toma de posesión de la isla de
Cuba, y los eventos posteriores, Cortés y Holguín debieron haberse conocido y haber coincidido en
más de una ocasión y lugar. El propio Holguín, en su declaración durante el juicio de residencia a
Cortés en 1529, dice conocer a Cortés y ser su compadre y que estaba en la isla de Cuba cuando
Cortés partió a la Nueva España (López Rayón, 1852, vol. II, p. 489). Y más adelante relata que,
estando él en Coyoacán, Cortés supo de la llegada de Francisco de Garay a la provincia de Pánuco
con provisiones reales para tomar la gobernatura. Que sabido esto, Hernán Cortés mandó a Pedro
de Alvarado que suspendiese la marcha a Guatemala y se fuese con toda su gente a donde estaba
Garay. Un día después de la partida de Alvarado, Cortés lo envía a él a unirse con Alvarado en
Pánuco, pero no dice para qué lo han enviado allá (López Rayón, 1852, vol. II, pp. 493-495). Podría
suponerse que Cortés estaba enviando a un hombre de su confianza para que le informara de
primera mano lo que estaba sucediendo en Pánuco.

Por último, un documento donde no queda lugar a dudas acerca del tipo de relación que existió
entre Hernán Cortés y García Holguín es una carta que el primero envió a su primo y procurador el
Licenciado Francisco Núñez, el cual, después de la muerte de Don Martín Cortés, era la persona de
plena confianza de Cortés en la península (Martínez Martínez, 2004, pp. 85-86). En la carta,
fechada el 14 de marzo de 1531, Cortés le encarga al licenciado que se ocupe de ciertos asuntos
de García Holguín, de quien dice “Es persona muy honrada a quien yo tengo mucha obligación y
voluntad de aprovechar (…)”, (Cortés, 2003, p. 218) y le pide que ponga en ello todos sus esfuerzos
y que se cargue a su cuenta lo que se hiciere por Holguín. El texto se explica por sí solo y revela el
grado de cordialidad que tenía Cortés con Holguín.
No se ha localizado hasta el momento alguna información que aporte datos sobre las actividades
de García Holguín en el período de 1532 a 1534. Sin embargo, acudiendo nuevamente a los relatos
de los cronistas coloniales, es posible inferir que, siendo Holguín uno de los hombres de confianza
de Cortés, haya partido de México, por órdenes de este, para unirse a Pedro de Alvarado en
Guatemala en algún momento posterior a 1531. Incluso, teniendo en cuenta la posición
económica que gozaba el extremeño para la fecha, se presume haya participado en esta campaña
con sus propias armas y caballos.

Alvarado, hombre ambicioso y de grandes empresas, creyó que la gobernación de Guatemala no le


era suficiente. En 1532 capitula con el emperador una expedición de conquista de islas y tierras no
descubiertas en el Mar del Sur. Enterado de las noticias que llegaban sobre tesoros fabulosos en
los reinos del Perú, determinó

(…) enviar un navío a la costa del Perú por la mar del Sur para que tomasen lengua de lo que había
y de lo que era la tierra, mandando ir a un caballero de Cáceres, llamado García Holguín, el cual
vino a esta costa (…)

Volvió con esta nueva García Holguín, diciéndole al adelantado que la tierra del Perú era muy
grande y rica y adonde se podría bien descubrir (Cieza de León, 1987, Capítulo LXIII).

Son varios los cronistas coloniales que registraron la participación de García Holguín como
explorador y uno de los principales oficiales de Alvarado en esta expedición al Perú (Herrera y
Tordesillas, 1615, lib. 6to, p. 59; López de Gómara, 2003, Capítulo CXXVI; Remesal, 1620, p. 113;
Zárate, 1555, vols. 2, Cap. X); también historiadores contemporáneos reflejaron estos eventos
(Dammert Bellido, 1997, p. 162; González Suárez, 2004, Capítulo VI; Hurtado, 1892, p. 49;
Mendiburu, 2003, p. 205).

La campaña de Alvarado en el Ecuador y el Perú estuvo plagada de tropiezos, debido al


desconocimiento de la región, las inclemencias naturales, el hambre, las enfermedades y las
constantes escaramuzas con los nativos que tuvieron que enfrentar durante los varios meses que
deambularon por selvas, cordilleras y pantanos. Diego de Almagro, siguiendo órdenes de Pizarro al
enterarse de la intrusión de Alvarado en sus dominios, partió a su encuentro para impedirle el
avance. Ante la inminencia de un enfrentamiento que podía resultar desastroso para ambas
partes, y el pleno conocimiento de Alvarado de que actuaba fuera de la ley, este aceptó el
requerimiento de no causar alborotos y abandonar el país en paz. No obstante, en las
negociaciones llegó a un acuerdo con Almagro de entregarle todos sus barcos, caballos y los
pertrechos que traían, así como los hombres que quisieran quedarse, a cambio de cien mil pesos
oro.

Nuevamente aparece el capitán García Holguín desempeñando el papel de hombre de confianza.


Luego de llegar a un acuerdo satisfactorio, los capitanes designaron a sus respectivos
representantes para realizar la transacción. Diego de Almagro envía al capitán Diego de Mora a
Paita para que se encuentre allí con García Holguín, quien a nombre de Alvarado le hará la entrega
de la armada y demás pertrechos (Dammert Bellido, 1997, p. 162; Zárate, 1555, vols. II, Cap. XII).
Parte de la tropa decidió regresar con Pedro de Alvarado a Guatemala, pero la mayoría de los
soldados y capitanes se pasaron a las fuerzas de Pizarro o permanecieron en el Reino de Quito.
Según Hurtado (1892, p. 49), a Holguín no le agradó la conducta de su jefe superior y se quedó en
el Perú, asentándose en Trujillo. Este autor ya había relatado la partida de García Holguín de La
Fernandina (Cuba) hacia México (1892, p. 118), solo que lo ubica erróneamente en la expedición
de Cortés; y también destaca su participación protagónica en la captura de Cuauhtémoc. De igual
forma se pronuncian otros autores (Busto Duthurburu, 1973, pp. 268-269; Dammert Bellido, 1997,
p. 162; Zevallos Quiñones, 1996, p. 193). Este último describe además la estancia de Holguín en
Cuba y su participación en la armada de Pánfilo de Narváez. Todos estos autores refieren la
presencia de Beatriz de Isásaga como esposa y luego viuda de García Holguín.

De tal modo, no es para nada desatinado el azaroso itinerario que se ha descrito hasta aquí del
cacereño García Holguín. Su arribo al Perú, al igual que en el resto de las etapas de su periplo
conquistador, coincidió con momentos de cambios decisivos y transcendentales para los
pobladores de las regiones en cuestión. Las antiguas estructuras económicas, políticas y sociales
de los pueblos originarios eran sustituidas por los modelos españoles en su versión indiana. En
cada uno de estos momentos, Holguín encontró siempre un espacio para probar de qué lado
estaban sus lealtades.

Así, García Holguín formó parte del grupo de 31 conquistadores que se convirtieron en los
fundadores y primeros pobladores de la naciente Trujillo. Posteriormente, el 5 de marzo de 1535,
Francisco Pizarro instituyó las funciones del cabildo e hizo el reparto de las encomiendas. A García
Holguín le correspondieron los repartimientos de Santa y Huambacho (Busto Duthurburu, 1973,
pp. 268-269; Castañeda Murga, 2002, p. 17; Chávez Marquina, 2015; Dammert Bellido, 1997, p.
162; Puente Brunke, 1992, p. 256; Zevallos Quiñones, 1996, p. 13). También en la repartición de
solares en Trujillo fue beneficiado Holguín con uno que hacía esquina con la plaza y frente al sitio
donde se levantaría la Iglesia Mayor.

Esta etapa peruana de la vida del capitán García Holguín hasta su muerte en 1557 y otros eventos
posteriores relacionados con él, posee numerosas referencias en la historiografía peruana
moderna, en particular la relativa a Trujillo. Durante este período, Holguín mantuvo su papel de
“hombre principal” para las estructuras del poder castellano en las Américas y fue tenido en
cuenta a la hora de realizar tareas substanciales.

Es necesario aquí resaltar un hecho que podría calificarse como una ironía histórica, pues marcó el
encuentro entre García Holguín y Melchor Verdugo, el cual tendría consecuencias trascendentales
para las vidas de ambos personajes.

La toma de posesión oficial de la encomienda de Verdugo solo se efectuó tres años después de la
fundación de Trujillo ante el Teniente Gobernador de la villa que para 1538 era el capitán García
Holguín (Sánchez Zorrilla, 2015, p. 1). Algunos años después, estos dos personajes se enfrentarían
en un engorroso y extenso pleito legal por la posesión de una parte de esta encomienda, que
trascendió las vidas de ambos para ser continuado por sus viudas (Consejo de Indias, 1558;
Sánchez Zorrilla, 2015).

El período inmediatamente posterior a la fundación de Trujillo fue extremadamente convulso y


violento. Estuvo caracterizado por las llamadas Guerras Civiles entre los conquistadores del Perú
originadas por las disputas por la repartición de las tierras y riquezas del Imperio de los Incas. Y por
otra parte, como consecuencia de la intervención de la corona española en las colonias
nombrando nuevas autoridades y reglamentando dispositivos legales como las famosas Leyes
Nuevas que, entre otras cosas, suprimía el carácter hereditario de las encomiendas, y el uso del
trabajo de los indios para beneficio personal de los conquistadores.

Carlos V envió a Blasco Núñez Vela con la investidura de primer Virrey del Perú y la compleja
misión de poner en vigor las Leyes Nuevas. Arribó a Tumbes en marzo de 1544. Pero su exceso de
celo en el cumplimiento de sus tareas y el desconocimiento de la realidad peruana y americana en
general, solo consiguieron exacerbar aún más los ánimos. La reacción de los encomenderos fue en
extremo radical y dio lugar a proyectos separatistas de la Corona como el encabezado por Gonzalo
Pizarro y sus secuaces, los cuales causaron saqueos y desmanes de todo tipo tanto en Perú como
en Panamá y Nicaragua (Castro Arenas, 2010, p. 308). En San Miguel y Trujillo, la llegada del Virrey
y los mandatos ordenados por él, alborotaron a la población. A todos los vecinos y soldados les
quitó los indios de servicio, y a Diego de Mora y Garci Holguín les quitó los indios de sus
encomiendas (Vázquez, 1884, pp. 301-365). El argumento de Núñez Vela para proceder a privar de
sus encomiendas a García Holguín, fue que había entrado en posesión de ellas siendo Teniente de
Gobernador, lo cual quedaba expresamente prohibido por las nuevas ordenanzas.

Ante los desastres promovidos por el virrey Núñez Vela, Carlos V nombra a Pedro de La Gasca
como Presidente de la Real Audiencia de Lima el 16 de febrero de 1546. Se le había investido de
plenos poderes y tenía la misión de actuar como pacificador en la rebelión gonzalista. Era portador
de cartas del Emperador donde se ofrecía derogar las Leyes Nuevas y la amnistía general para
todos los sublevados (Castro Arenas, 2010, p. 163). La promesa de la amnistía minó las huestes de
Gonzalo Pizarro y el 9 de abril de 1548 en la batalla de Jaquijahuana, Pizarro es derrotado y
posteriormente decapitado.

La información proporcionada por Busto Duthurburu sobre García Holguín, induce a concluir que
este, como muchos otros ante el fracaso de la sublevación de los encomenderos, se acogió a la
amnistía ofrecida por La Gasca. Según el mencionado autor (Busto Duthurburu, 1973, p. 269), para
1550 García Holguín estaba en Trujillo y “(…) gozaba de una renta anual de 1 300 pesos otorgada
por el Presidente Gasca en el reparto de Huaynarima”. En este célebre y polémico reparto, La
Gasca favoreció a muchos de los que a última hora desertaron del campo gonzalista y aceptaron el
perdón real. Zevallos Quiñones dice que “Garci Holguín fue uno de ellos, y a fuer de hijodalgo
arrepentido se plegó a la Gasca con armas y caballos” (Zevallos Quiñones, 1996, p. 195).

Como ya se ha mencionado, este fue un período muy convulso y en consecuencia diversos hechos
significativos ocurrieron casi simultáneamente. El conflicto entre García Holguín y Melchor
Verdugo, el cual se había esbozado anteriormente, tuvo su origen en la etapa del gobernador Vaca
de Castro. Este, en cumplimiento de las ordenanzas recibidas de Carlos V para reformar las
encomiendas, decidió en 1543, dividir la perteneciente a Melchor Verdugo, considerando que
dicho repartimiento poseía un número excesivo de indios tributarios (Sánchez Zorrilla, 2015, p. 1).
Parte de este repartimiento pasó primero a manos de Hernando de Alvarado, luego a Diego de
Urbina, y finalmente a García Holguín. Verdugo, no satisfecho con la decisión, inició un largo litigio
contra García Holguín para recuperar lo perdido (Busto Duthurburu, 1973, p. 269; Dammert
Bellido, 1997, p. 149; Sánchez Zorrilla, 2015, p. 1; Zevallos Quiñones, 1996, p. 196).

Dentro del propio contexto de las Guerras Civiles, otro conflicto entre Verdugo y Holguín vino a
echar aún más leña al fuego. Verdugo había defendido en un inicio las posiciones del pizarrismo,
pero luego se alió con el Virrey Núñez Vela, quizá porque Vaca de Castro le había quitado parte de
“sus indios”. Sin embargo, enfrentado por Francisco de Carvajal, maestre de campo de Gonzalo
Pizarro, tuvo que dar explicaciones convincentes para no ser ejecutado y posteriormente se
refugió en Trujillo, fingiéndose enfermo para evitar tener que tomar partido en las acciones de los
rebeldes.

Allí ideó una estratagema para salir de Trujillo con armas y dinero y proclamar nuevamente su
lealtad al rey (Busto Duthurburu, 1969, pp. 35-42). Con el pretexto de su supuesta enfermedad
logró atraer hasta su casa a varios vecinos principales de Trujillo, entre ellos García Holguín, y una
vez dentro los encerró como rehenes, acusándolos de deslealtad a su rey. Les exigió dinero como
rescate y como contribución a la causa del rey. Arengó a la población y logró captar adeptos que
se sumaron a la revuelta e incluso saquearon algunas casas. Escoltado por soldados leales condujo
a los prisioneros hasta la playa de Huanchaco donde confiscó el barco “Santiago” que se hallaba
fondeado allí. “Seguidamente ordenó soltar a todos y sólo conservó con grillos a García Holguín y a
Cristóbal de Angulo, a los que hizo subir al navío para llevarlos consigo” (Busto Duthurburu, 1969,
p. 39). Según el autor citado “Parece que Holguín no quiso pagar su rescate y Angulo no tuvo con
qué”, y señala que dichos sucesos ocurrieron un 31 de octubre de 1545, día de San Quintín.

Verdugo navegó hacia Nicaragua donde sus hombres causaron todo tipo de desórdenes (Lockhart,
1982, p. 51). Y de allí, atravesando el Lago de Nicaragua, en una arriesgada travesía, salieron por El
Desaguadero al Mar Caribe.

La documentación hasta ahora revisada, no aporta información sobre cuál fue el destino de García
Holguín durante o después de la travesía de Verdugo hasta la Mar del Norte. La próxima referencia
la proporcionan algunos documentos que señalan su presencia nuevamente en Trujillo en 1547
(Pérez de Tudela Bueso, 1964, pp. 111, 138 y 156). Holguín no logró ver el final del proceso legal
iniciado contra él por Verdugo, pues muere el 20 de mayo de 1557 (Consejo de Indias, 1570a, f. 5)
sin dejar descendencia y es enterrado en la Iglesia Mayor de Trujillo. Su viuda, Doña Beatriz de
Isásaga continuó el pleito con Verdugo en medio de enormes estrecheces económicas. Diez años
después murió Verdugo, por lo que sus viudas retomaron el engorroso litigio (Busto Duthurburu,
1969, pp. 85, Nota 208).
Terminan entonces en el Perú las andanzas conquistadoras de García Holguín. Así lo indican los
documentos hasta ahora revisados. Se cierra aquí el ciclo de vida de uno de los tantos personajes
que poblaron el escenario turbulento y brutal de los primeros sesenta años del siglo XVI
americano. No formó parte de aquel grupo de hombres, europeos o nativos de América, a los que
los cronistas coloniales o los historiadores contemporáneos dedicaron sus tomos. Sin embargo,
siempre estuvo allí donde ocurrieron las acciones transcendentales, donde se cambió el rumbo de
la historia, donde los hombres y mujeres que participaron en ellas, quedaron marcados, para bien
o para mal, por el resto de sus vidas.

CONCLUSIONES

Se ha expuesto en este estudio, mediante el análisis crítico de diversas fuentes documentales y


trabajos historiográficos, la trayectoria de vida y principales acciones del conquistador cacereño
García Holguín. El estudio también ha considerado el papel jugado por este personaje en los
diferentes eventos en los que estuvo involucrado, en mayor o menor grado, en los diferentes
lugares y momentos históricos donde estuvo presente. Es, por tanto, pertinente, destacar la
trascendencia histórica que su accionar pudo tener a lo largo de su recorrido por América durante
esta etapa temprana de la colonización española en el continente.

Lo primero a destacar es su papel como fundador y facilitador de las estructuras de poder de la


corona española en América durante el período mencionado. Participó como hombre de primera
línea en las fundaciones de un número significativo de las primeras villas coloniales españolas en
Cuba, México, Guatemala, El Salvador y Perú. En casi todas ellas ocupó cargos en los gobiernos
locales, fuera como regidor o como alcalde ordinario y en algunos casos, ambos. Participó
activamente en los acontecimientos políticos y sociales de cada localidad. Como funcionario real,
defendió lealmente los intereses del imperio español, teniendo en ocasiones una participación
destacada y protagónica. No obstante, es conocido su apoyo a la Rebelión de los Encomenderos
en Perú, en contra de las llamadas Leyes Nuevas, promulgadas por sus majestades. Posición que
cambió oportuidnte ante el fracaso de la rebelión.

Algunas de sus acciones tuvieron una repercusión tan significativa y decisiva en el curso de los
acontecimientos, que marcaron un cambio radical y definitivo en la historia regional. Tal es el caso
de la captura del líder azteca Cuauhtémoc por la tripulación del bergantín comandado por García
Holguín el 13 de agosto de 1521.

Otras acciones en las que se presume pudo estar involucrado, quizá no fueron notorias, pero
pudieron tener una repercusión en el desenvolvimiento de los acontecimientos políticos y sociales
de algunas localidades. Se han aportado en este estudio, algunas evidencias documentales que
indican la posible participación del capitán García Holguín en una vasta red de influencias
manejadas hábilmente por Hernán Cortés desde su partida de Santiago de Cuba hacia la conquista
de México. Al parecer, García Holguín suministraba de manera discreta a Cortés, información que
resultaba de interés para los planes de consolidación del poder de este último en la Nueva España.
Finalmente, y de acuerdo con la tradición histórica en la comarca holguinera, el apellido Holguín se
convirtió en el topónimo que nombró al hato y que dio lugar, primero al pueblo y luego a la ciudad
de Holguín. Esto, independientemente de si fue realmente García Holguín, o cualquiera otro de sus
parientes de igual apellido, el poseedor del hato y cuyo nombre de familia trascendiera hasta
nuestros días.

No es por tanto gratuita la representación escultórica en uno de los muros de la antigua Plaza de la
Iglesia de la ciudad de Holguín, de un conquistador español y diversos momentos de la conquista
de América. Allí se refleja de manera artística, los convulsos y dramáticos acontecimientos que
pudieron estar relacionados con la vida de este personaje.

La historiografía tradicional holguinera ha vinculado los orígenes de la región histórica a la familia


de los Holguín de Extremadura, fundamentando dicho vínculo en la obra de Ávila y Delmonte
(1865). Anterior a la referida fecha se desconocía esta filiación. En 1949, el personaje denominado
como Francisco García Holguín por Ávila y Delmonte es renombrado como García Holguín por
García Castañeda. Sin embargo, se obvió la existencia de otros Holguín coetáneos en la región.

Con relación a sus orígenes, la documentación revisada relaciona a García Holguín con la región de
Cáceres en Extremadura. No se han encontrado hasta el presente datos que vinculen a este
personaje con Cabeza de Buey, región señalada por Ávila y Delmonte como la patria de origen del
conquistador.

La investigación enriquece la biografía de García Holguín con aportes documentales y realiza


valoraciones críticas a la historiografía local. Subsisten importantes aspectos por esclarecer, entre
ellos su supuesto retorno a Cuba, su casamiento con Isabel Fernández Valero y Sandoval en 1537 y
su consiguiente descendencia a partir de la cual el imaginario local presume, desde la
historiografía tradicional, la formación de los principales troncos familiares que poblaron la región.

Esta investigación no pretende dar respuesta a todas las interrogantes que aún quedan abiertas
sobre el tema en cuestión, pero si espera estimular el interés de otros investigadores por intentar
hallar nuevas fuentes de información que permitan un mejor acercamiento a la veracidad histórica
de la vida del capitán García Holguín y a los orígenes de la comarca holguinera.

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*Profesor, Centro de Idiomas, Universidad de Holguín, Cuba adepaz@uho.edu.cu

** Director, Centro de Estudios sobre Cultura e Identidad, Universidad de Holguín, Cuba


jnovoa@uho.edu.cu

1 Notar que el apellido Holguín ha sufrido variaciones en su ortografía desde sus orígenes en el
siglo XII como Golfín, pasando por Olguín, Dolguín, Holgy, etc.
2 Un repostero es un paño generalmente cuadrado similar al tapiz, que tiene plasmados
emblemas heráldicos de apellidos o casas nobiliarias.

3 En el año 1531 García Holguín, junto a Pedro de los Ríos, es elegido Alcalde Ordinario de México.
(Bejarano, 1889b, p. 76)

Recibido: 02/09/2019 Aceptado: 16/12/2019 Publicado: Diciembre de 2019

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