Examen Parcial
Examen Parcial
Examen Parcial
Precisión Poseen una gran precisión. El tallado, escultura, altos o bajos relieves están
enmarcados en cada construcción. Esto se refleja también en la disposición de los
ambientes dentro de los templos, ambos o incluso dentro de la misma habitación del
Inca gobernante.
Las crónicas hispánicas hablan de un decorado especial en el Coricancha en donde destacaban
los relieves y esculturas en oro.
Solidez: Emplearon la piedra en grandes bloques sin ninguna necesidad de
utilizar argamasa. Las piedras eran usadas de tal manera que encajaba una
con otra. Un ejemplo de esta arquitectura se encuentra en el templo de
Sacsayhuaman.
Monumentalidad: Por sus grandes proporciones. Las piedras, que eran
muy grandes, ayudaban a que las construcciones fueran también grandes,
por lo que se puede encontrar varios sitios en la ciudad del Cuzco con
monumentos de piedra bastante grandes. Tenía una adaptación a la
topografía y los accidentes geográficos de la zona.
Los incas creían en un tiempo cíclico, las crónicas dividen a los ciclos en edades y esas
edades fueron variando según los mitos recogidos por los europeos. En el manuscrito de
Huarochirí se divide el tiempo en 4 edades, cada una gobernada por un dios diferente:
Yanañamca Tutañamca, Huallallo Carhuincho, Pariacaca y Cuniraya Wiracocha.
En las crónicas de Guamán Poma, se presenta una descripción compleja de las edades
del mundo que se inicia con la aparición del hombre; en las 3 primeras edades Guamán
Poma describe el perfeccionamiento del conocimiento agrícola y guerras. La cuarta edad
se describe como el perfeccionamiento de varios grupos étnicos; en la quinta edad llamada
Inca pacha runa, los incas se imponen al resto de hombres e imponen la idolatría. Según
Poma, en la primera edad los hombres conocieron al dios verdadero pero este
conocimiento se perdió.
En el caso de las casas de dos pisos tuvieron usualmente un balcón cerrado por donde se podía
observar la calle, en el siglo XVI y XVII estos balcones poseían celosías, a fines del XVIII y
principios del XIX se construyeron bajo los cánones del neoclasicismo y del estilo imperio,
imponiéndose el uso de ventanas de guillotina. Los balcones le confirieron a Lima una
personalidad propia, ya que en ninguna ciudad americana existieron tantos balcones como en
la capital del virreinato peruano.
Palacio de Osambela, Siglo XIX. Esta casa solariega es una de las últimas manifestaciones de la
arquitectura colonial en el Perú.