Fimosis en Ninos y Su Abordaje en Aps
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Fimosis en Ninos y Su Abordaje en Aps
Resumen Portada: La estrechez prepucial siempre ha sido motivo de inquietud, tanto para los
padres como para los profesionales de la salud. El poder distinguir una fimosis fisiológica de una
patológica y saber qué medidas tomar en cada caso, es lo que se plantea en la siguiente revisión.
INTRODUCCIÓN
La fimosis la podemos definir como la estrechez del prepucio que causa dificultad o incapacidad para
retraer manualmente el prepucio por detrás del surco balano prepucial y descubrir totalmente el
glande (1). Tiene una incidencia del 95 % en los recién nacidos, cifra que disminuye al 50% al primer
año de vida, 10% a los 3 años y 1% sobre los 15 años (1)
Las adherencias balano prepuciales son adhesiones entre el epitelio escamoso del glande y el
prepucio, que impiden una retracción completa del prepucio, pero no por una estrechez propiamente
tal. Corresponden a una condición fisiológica y transitoria, que no requiere tratamiento específico y
que en general está exenta de complicaciones. Tienden hacia la resolución espontánea, haciendo
que cada vez sea más fácil la retracción del prepucio (2).
Durante décadas, la edad fue un punto clave y patognomónico para catalogar una fimosis como
fisiológica o patológica. Durante los últimos años, sin embargo, la edad ha pasado a un segundo
plano, primando la sintomatología del paciente y los hallazgos al examen físico.
Se entiende como fimosis fisiológica, aquella estrechez del prepucio que es congénita, que no tiene
causa subyacente (ej. trauma, inflamación, infección, cirugía), y en especial, que al examen físico no
se observen signos de un proceso cicatricial del prepucio (3)
La fimosis fisiológica puede seguir considerándose como tal, incluso hasta los 15 años. Lo importante
es evaluar si los grados de retracción van avanzando de manera progresiva, permitiendo mayor
visualización de estructuras; sin historia de retroceso ni de cicatrización prepucial. Para esto es
fundamental un registro clínico adecuado del examen físico, que permita objetivar avances. La tabla
1 resume 2 formas de clasificar las fimosis, que pueden ser de ayuda en el seguimiento de los
pacientes afectados.
Tabla 1: ¿Cómo clasificar el grado de fimosis fisiológica de un paciente? (4)
RECOMENDACIONES VIGENTES
Los niños con fimosis fisiológicas no requieren cuidados específicos. Las medidas generales son
bastante sencillas e incluyen: cambio de pañal frecuente, aseo con agua, evitar irritantes locales, no
realizar retracciones forzadas (2).
TRATAMIENTO:
La guía europea de urología pediátrica recomienda comenzar por un tratamiento médico con
cualquier corticoide tópico, 2 veces al día por 4 a 8 semanas. La guía recomienda restringir este
tratamiento a mayores de 2 años, en aquellos que presenten historia de infecciones urinarias o
balanitis a repetición (3).
Una revisión sistemática de 2014, de 12 estudios primarios (N 1395 niños), comparó la efectividad
de corticoesteroides tópicos versus placebo o ausencia de tratamiento, en la resolución de fimosis
en niños. El estudio mostró:
- Resolución completa de fimosis: a favor del grupo tratado con corticoides (2 veces al día):
RR 3.42 (2.08-5.62), resultado estadísticamente significativo pero con una heterogeneidad
alta con un I² 78%.
- Sin diferencias estadísticamente significativas entre corticoides de baja o alta potencia
- Mayor magnitud de efecto en el tratamiento de 4-5 semanas (RR 3.14) versus 6-8 semanas
(RR 1.82) con heterogeneidad alta con I² 76%.
- Tasa de re-estenosis: reportado solo por 1 estudio (N 15), sin diferencias estadísticamente
significativas RR 1.50 (0.29-7-73).
- Efectos adversos: buscado en 9 estudios, sin reportes de ningún efecto adverso.
En resumen, los corticoides tópicos ofrecen una alternativa efectiva para tratar niños con
fimosis, aunque los informes subóptimos entre los estudios incluidos significaron que el
tamaño del efecto sigue siendo incierto. Los corticoides parecen ser una opción de
tratamiento de primera línea, segura y menos invasiva antes de realizar una cirugía para
corregir la fimosis en los niños (4).
Son fimosis adquiridas, secundarias a procesos cicatriciales. Deben sospecharse en caso de:
- niños sin historia de fimosis nunca, con dificultad actual en la retracción del prepucio.
- niños sometidos a procedimientos de vía urinaria (cistoscopia, requerimiento de vía urinaria,
etc.) o ha sufrido alguna infección (infección urinaria baja o alta, balanitis, balanopostitis).
- clínica concordante: infecciones recurrentes, disuria o hematuria dependiendo las
estructuras comprometidas, balonamiento que sólo resuelve con retracción manual,
erecciones dolorosas, etc. entre las más frecuentes.
Corresponde a una dermatitis prepucial crónica, que en el presenta 32% de los casos compromete
el glande, y en un 4 a 18% alcanza a comprometer el meato uretral. Tiene una incidencia de 0,4/1000
niños por año.
Su diferenciación clínica con la fimosis fisiológica es clave, ya que casi de la totalidad de los casos,
deberá resolverse de manera quirúrgica, a través de una circuncisión o bien una prepucioplastía. (2).
Es importante comentar que, en estadios precoces de la enfermedad, o sea, cuando el proceso
cicatricial es leve y está limitado a prepucio se puede utilizar corticoides tópicos. (6)
La derivación de un niño por fimosis responde a la sospecha que necesitará cirugía, de modo que
incluye:
- Niños mayores de 3-4 años que ya utilizaron corticoides tópicos de manera correcta y no
presentaron mejoras, o sea, que persisten con síntomas tales como: erecciones dolorosas,
balonamiento o bien, que el grado de fimosis presente retroceso en su evolución.
- Niños con balanitis recurrente, infecciones urinarias a repetición, luego de haber utilizado
corticoide tópico sin respuesta.
- Niños con fimosis cicatriciales o Balanitis Xerótica Obliterante en estadio intermedio o tardío.
RESUMEN:
La mayor parte de los niños con fimosis no tendrá síntomas ni complicaciones asociadas y no
requerirá tratamiento específico, por lo que no requiere sr derivado.
Existe un grupo que sí presentará síntomas. A este grupo es simple y seguro ofrecer un tratamiento
con corticoides tópicos.
REFERENCIAS:
1.-McGregor, T. B., Pike, J. G., & Leonar. M. P. (2007). Pathologic and physiologic phimosis:
Approach to the phimotic foreskin. Ed. Canadian Family Physician, 53(3), 445–448.
2.- Duncan W. MD. (Jun 06, 2016.). Care of the uncircumcised penis. Ed. Laurence S Baskin, MD,
FAAP, Jan E Drutz, MD. UpToDate.
3.- S. Tekgül, H. Riedmiller, E. Gerharz, P. Hoebeke, R. Kocvara, R. Nijman, Chr. Radmayr, R. Stein
(2018) Guidelines on Pediatric Urology European Association of Urology, Ed. European Society for
Paediatric Urology. Europa.
4.- Moreno G, Corbalán J, Peñaloza B, Pantoja T. (2014). Topical corticosteroids for treating phimosis
in boys. Cochrane Database of Systematic Reviews. Chile.
5.- Castro F., Raby T. (2010) Fimosis y Circuncisión. Rev Chil Pediatr 2010; 81 (2): 160-165
6.- Marco Castagnetti, Mike Leonard, Luis Guerra, Ciro Esposito, Marcello Cimador Padua. (2015)
«Benign penile skin anomalies in children: a primer for Pediatricians. » Italy.
7.- Andras Kiss, Agoston Csontai, Laszlo Pirot, Peter Nyirady, Miklos Merksz, Laslos Kiraly. (2001)
The response of balantis cerotica obliterans to local steroid application compared whit placebo in
children. Cochrane Database of Systematic Reviews. J Urol.