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Lineamientos metodológicos

para la construcción
Lineamientos
de canastas básicas
de alimentos
metodológicos
sobre lapara
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de criterios
comunes paradeloslaspaíses
Canastasdel
SistemaBásicas
de lade Alimentos
Integración
bajo criterios comunes
Centroamericana (SICA)
para los países miembros
del Sistema de la Integración
Centroamericana (SICA)

UNIÓN EUROPEA

PROGRESAN-SICA
Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en
Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región del SICA
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Lineamientos metodológicos para


la construcción de canastas básicas de alimentos
sobre la base de criterios comunes para los países
del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA)
Este documento fue preparado conjuntamente por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
y la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana (SG-SICA), a través de la Secretaría Técnica
Administrativa de la Comisión Centroamericana de Estadística (CENTROESTAD), de los Programas Regionales de
Seguridad Alimentaria y Nutricional apoyados por la Unión Europea, y del Programa sobre Estadísticas y Datos del décimo
tramo de la Cuenta de las Naciones Unidas para el Desarrollo. La elaboración del documento estuvo a cargo de Xavier
Mancero, Jefe de la Unidad de Estadísticas Sociales de la División de Estadísticas de la CEPAL, Rocío Miranda, Asistente
de Investigación de dicha Unidad, y Michelle Monroy, Consultora del Programa de Sistemas de Información para la
Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región del SICA (PROGRESAN-SICA), con el apoyo de Hedi Deman,
Especialista en Sistemas de Información y Análisis de la Seguridad Alimentaria y Nutricional del PROGRESAN-SICA,
Ricardo Sibrián, Especialista en Biometría y Epidemiología Alimentaria-Nutricional del PROGRESAN-SICA, Mario
Villalobos, Director de Planificación de la SG-SICA, Miguel Ángel Corleto, Viceministro de Economía de El Salvador, y
Patricia Palma de Fulladolsa, Directora del PROGRESAN-SICA. Participó el Grupo de Trabajo de la Canasta Básica de
Alimentos de la CENTROESTAD, liderado por la República Dominicana e integrado por las oficinas nacionales de
estadística de los países del SICA en que se calcula la canasta básica de alimentos: Costa Rica, El Salvador, Guatemala,
Honduras, Panamá y la República Dominicana.
Las opiniones expresadas en este documento son de exclusiva responsabilidad de los autores y pueden no coincidir con
las de las organizaciones que participaron en su elaboración.

Publicación de las Naciones Unidas


LC/TS.2021/24
Distribución: L
Copyright © Naciones Unidas, 2021
Todos los derechos reservados
Impreso en Naciones Unidas, Santiago
S.20-00724

Esta publicación debe citarse como: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)/Secretaría General del Sistema de la
Integración Centroamericana (SG-SICA), “Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos sobre la base
de criterios comunes para los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA)”, Documentos de Proyectos (LC/TS.2021/24),
Santiago, Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), 2021.

La autorización para reproducir total o parcialmente esta obra debe solicitarse a la Comisión Económica para América Latina y
el Caribe (CEPAL), División de Documentos y Publicaciones, publicaciones.cepal@un.org. Los Estados Miembros de las Naciones Unidas
y sus instituciones gubernamentales pueden reproducir esta obra sin autorización previa. Solo se les solicita que mencionen la fuente e
informen a la CEPAL de tal reproducción.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 3

Índice

Prólogo.................................................................................................................................. 7
Introducción........................................................................................................................... 9
I. Fuentes de información................................................................................................ 19
A. Requerimientos de energía (calorías) ...................................................................................... 19
B. Encuestas nacionales de los ingresos y gastos de los hogares ................................................. 25
1. Gasto de los hogares y consumo aparente de alimentos.................................................. 25
2. Estimación del consumo aparente de energía y nutrientes.............................................. 27
3. Limitaciones de la medición de la ingesta calórica (energía)
mediante encuestas de hogares...................................................................................... 30
II. Selección de la población de referencia.......................................................................... 35
A. Métodos tradicionales............................................................................................................. 35
B. Método basado en carencias críticas....................................................................................... 36
1. Identificación del grupo de referencia en función de las carencias críticas........................ 36
2. Concordancia con la línea de pobreza.............................................................................. 39
3. Uso de deflactores geográficos de precios....................................................................... 40
III. Canasta básica de alimentos......................................................................................... 41
A. Selección de productos............................................................................................................ 41
B. Calidad nutricional de la canasta básica de alimentos.............................................................. 43
1. Evaluación nutricional..................................................................................................... 43
2. Ajustes de la canasta básica de alimentos por consideraciones nutricionales................... 46
C. Valoración de la canasta básica de alimentos........................................................................... 48
D. Línea de pobreza extrema....................................................................................................... 49
IV. Línea de pobreza......................................................................................................... 53
A. Costo de los productos no alimentarios................................................................................... 53
B. Selección de productos............................................................................................................ 53
C. Líneas de pobreza y actualización en el tiempo....................................................................... 56
4 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

D. Consideraciones adicionales relativas a la medición de la pobreza........................................... 57


1. Incorporación del alquiler imputado y de otros servicios en especie................................. 57
2. Utilización de escalas de equivalencia.............................................................................. 58
Bibliografía.......................................................................................................................... 59

Recuadro
Recuadro 1 Centroamérica: concepto de canasta básica de alimentos.........................................11

Cuadros
Cuadro 1 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (5 países): diferentes criterios
que se aplican para seleccionar la población de referencia utilizada en
la construcción de la línea de pobreza, 1998-2014..................................................... 14
Cuadro 2 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (5 países): diferentes criterios
que se aplican para construir la canasta básica de alimentos (CBA), 2010-2020......... 15
Cuadro 3 Ejemplo de estimación de la energía necesaria para el crecimiento........................... 20
Cuadro 4 Ejemplo de estimación del requerimiento diario promedio de energía
correspondiente a hombres de hasta 17 años inclusive.............................................. 21
Cuadro 5 Ecuaciones para calcular la tasa del metabolismo basal (TMB)
en la población de 18 años o más.............................................................................. 22
Cuadro 6 Ejemplo de estimación del requerimiento diario promedio de energía
para hombres de 18 años de edad y más................................................................... 23
Cuadro 7 Ejemplo de estimación del requerimiento diario promedio de energía
de la población......................................................................................................... 24
Cuadro 8 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): requerimiento
calórico estimado por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), 2018.... 24
Cuadro 9 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): encuestas
de ingresos y gastos o de condiciones de vida disponibles, 2000-2019...................... 26
Cuadro 10 Ejemplo del uso de los precios implícitos para estimar
las cantidades de alimentos...................................................................................... 27
Cuadro 11 Ejemplo de las decisiones que se deben tomar para vincular la descripción
de los productos de la encuesta con la información nutricional................................. 28
Cuadro 12 Etapas de la estimación del consumo fuera del hogar............................................... 29
Cuadro 13 Definición general de los indicadores de privación ....................................................37
Cuadro 14 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): población
de referencia obtenida (expresada en quintil móvil de la población) según
el criterio de selección de carencias críticas que se aplique........................................ 38
Cuadro 15 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): proporción
de hogares con dos o más carencias críticas, por quintil móvil, 2006-2014................ 39
Cuadro 16 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (4 países): relación entre
los precios de los productos alimentarios del área urbana y el área rural de
los países sobre los que se dispone información, 2007-2014...................................... 40
Cuadro 17 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): productos
alimentarios adquiridos por la población de referencia ............................................. 42
Cuadro 18 Intervalos meta de ingesta nutricional como proporción del total
de energía consumida............................................................................................... 44
Cuadro 19 Países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA): programas
nacionales de entrega de micronutrientes, por país.................................................. 47
Cuadro 20 Estimación de las calorías consumidas por persona al día y del costo
por kilogramo consumido en una canasta de diez productos seleccionados
a modo de ejemplo................................................................................................... 50
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 5

Cuadro 21 Estimación de las calorías consumidas por persona al día y del costo por kilogramo
consumido en una canasta de diez productos seleccionados a modo de ejemplo,
ajustado para satisfacer el requerimiento calórico.................................................... 51
Cuadro 22 Efecto de la depuración en el gasto y el número de productos del componente
no alimentario.......................................................................................................... 54
Cuadro 23 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): estructura
del componente no alimentario de la línea de pobreza, 2006-2014........................... 55
Cuadro 24 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): coeficientes
de Orshansky, 2004-2014.......................................................................................... 56
Cuadro 25 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): evolución
del coeficiente de Orshansky, por país y año, áreas urbanas, 2002-2016.................... 56

Gráficos
Gráfico 1 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): distribución
de los hogares según la ingesta calórica aparente diaria promedio
por persona del hogar, área urbana............................................................................31
Gráfico 2 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): distribución
de los hogares del primer y quinto quintil de ingresos por persona según la ingesta
calórica diaria promedio por persona del hogar, área urbana.....................................31
Gráfico 3 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): proporción
de hogares cuyo gasto alimentario se encuentra en torno a la línea
de pobreza extrema en cada decil de ingreso por persona........................................ 32
Gráfico 4 Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): proporción
de hogares cuyo gasto alimentario se encuentra en torno a la línea
de pobreza extrema en cada decil de gasto por persona............................................33
Gráfico 5 Países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA): fuentes proteicas
como proporción de las proteínas totales consumidas por la población,
por nivel de ingreso, 2017 ......................................................................................... 45
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 7

Prólogo

En el presente trabajo se aborda uno de los problemas fundamentales del desarrollo económico y social de
los pueblos de América Latina y el Caribe, región donde promover el desarrollo humano es impostergable,
y donde, para alcanzar un mayor bienestar social, urge colocar a las personas, principalmente a los grupos
en situación de mayor vulnerabilidad, en el centro de las políticas públicas.
El interés por construir una canasta básica de bienes y servicios y determinar los recursos necesarios
para adquirirla se remonta a los orígenes de la medición de la pobreza en la era moderna, atribuidos a
Joseph Rowntree y su clásico estudio sobre la pobreza en York en 1899. Desde entonces, la canasta básica
de alimentos se ha convertido en un indicador clave para fijar umbrales de pobreza por ingresos y, por lo
tanto, en un indicador fundamental en el diseño de las políticas públicas para afrontar de mejor manera
las desigualdades en la región y lograr un estado de bienestar para nuestras poblaciones.
En los países del istmo centroamericano, el interés por elaborar una canasta básica de alimentos
surge en la década de 1970, en el marco de la búsqueda de un indicador que permitiera medir y evaluar la
dimensión de la pobreza. Dos hechos importantes en el camino hacia la creación de dicha canasta fueron,
luego de varias notas técnicas publicadas por el Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP),
la elaboración de la primera Tabla de composición de alimentos de Centroamérica y Panamá en 1960, y la
publicación de las Recomendaciones dietéticas diarias para Centroamérica y Panamá en 1973 (Flores, 1960;
Flores, Menchú y Arroyave, 1973). Ambas publicaciones sirvieron de apoyo para diseñar un instrumento
llamado canasta básica familiar (INCAP/CEPAL, 1980), que se definió como “el conjunto de productos básicos
que conforman la dieta usual de una población, en cantidades suficientes para cubrir adecuadamente, por lo
menos, las necesidades energéticas de todo individuo” (INCAP/CEPAL, 1980). Es necesario señalar, además,
que en la elaboración de esa canasta se consideró como criterio central que se adecuara tanto a la oferta
nacional de alimentos de cada país como a los hábitos culturales de consumo, datos que se obtuvieron de los
resultados de las encuestas alimentarias que el INCAP llevó a cabo en todos los países en la década de 1960
(INCAP/OIR, 1969). A lo largo de los años, la canasta se ha utilizado con múltiples propósitos, como definir
el salario mínimo, controlar el precio de los alimentos que forman parte de esta y determinar la suficiencia
de su oferta, y focalizarse en las poblaciones vulnerables que sufren inseguridad alimentaria, entre otros.
El trabajo impulsado por la Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) desde fines
de los años setenta para medir la pobreza en la región, que se profundizó en las investigaciones publicadas
8 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

a principios de los años noventa, sentó las bases que permitirían establecer una metodología común de
cálculo para los países de la región y fortalecer las capacidades nacionales para su aplicación (CEPAL,
1991). Desde entonces, la CEPAL ha sido un actor central en la producción de estimaciones comparables
de pobreza regional y que ha colaborado con los países para diseñar mediciones de pobreza. Hace algunos
años, la CEPAL se planteó el objetivo de revisar y actualizar la metodología de medición de la pobreza,
atendiendo a la disponibilidad de nueva información que reflejaba los cambios económicos y sociales
que habían ocurrido en la región. Así, a fines de 2018 publicó la metodología revisada de medición de la
pobreza, resultado de un proceso de reflexión metodológica y análisis empírico en el que colaboraron
expertos de diversos ámbitos (CEPAL, 2018).
La labor que se concreta con este importante documento es el resultado de un proceso participativo
y de consenso, que contó con el aporte de las oficinas nacionales de estadística que integran la Comisión
Centroamericana de Estadística del Sistema de la Integración Centroamericana (CENTROESTAD). Se
contó con el apoyo técnico de la CEPAL, y con el apoyo financiero y técnico de la Unión Europea a través
de los Programas Regionales en Seguridad Alimentaria y Nutricional de Centroamérica (PRESANCA II,
PRESISAN II y PROGRESAN-SICA) de la Secretaría General del Sistema de la Integración Centroamericana
(SG-SICA), así como del Programa sobre Estadísticas y Datos del décimo tramo de la Cuenta de las
Naciones Unidas para el Desarrollo. Vaya para todos ellos un especial agradecimiento por este importante
aporte a la región.
Consideramos que el hecho de que en la región se cuente con un documento metodológico sobre la
construcción de la canasta básica de alimentos debe verse como una oportunidad valiosa para cada país,
pues en él se proporcionan elementos que permitirán adaptar las canastas a las condiciones existentes,
cuando sea procedente, aplicando las mejores recomendaciones y prácticas internacionales. Además, es
muy importante disponer de un marco metodológico común que siente las bases de armonización para
una adecuada comparabilidad, a fin de avanzar en la reducción de las brechas y elaborar propuestas para
el desarrollo sostenible de la región.
En el Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) y la CEPAL creemos que uno de los principales
desafíos para el desarrollo es diseñar políticas sociales y económicas que promuevan el bienestar de la
población y, por tanto, la reducción de la pobreza y la desigualdad, de modo que entre todos podamos
construir una región de oportunidades.

Alicia Bárcena Vinicio Cerezo


Secretaria Ejecutiva Secretario General
Comisión Económica para Sistema de la Integración
América Latina y el Caribe (CEPAL) Centroamericana (SICA)
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 9

Introducción

En agosto de 2012 se llevó a cabo en Managua la Cumbre Extraordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno
de los países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA). Aparte de reiterar el compromiso
de los Estados Miembros del SICA de combatir y erradicar el hambre y la desnutrición crónica, en dicha
Cumbre se estableció el siguiente mandato dirigido a la Secretaría General del SICA (SG-SICA):
“Fortalecer los mecanismos de monitoreo y evaluación de indicadores de desarrollo humano
y de seguridad alimentaria-nutricional, así como de variabilidad y cambio climático, que
permitan orientar acciones de políticas públicas y los recursos necesarios para lograr las
metas propuestas. Instruir a la Secretaría General la creación de un mecanismo especial de
monitoreo y seguimiento de los incrementos de los precios de los alimentos básicos, con la
obligatoriedad de presentar los resultados periódicamente a las Jefas y Jefes de Estado y de
Gobierno. Continuar promoviendo los mecanismos de coordinación con la institucionalidad
regional e internacional especializada, para implementar estrategias de carácter regional
vinculadas a Seguridad Alimentaria y Nutricional en consonancia con los mandatos de las
Cumbres Presidenciales y Ministeriales, los compromisos internacionales y los instrumentos
normativos de legislación y políticas públicas vigentes en los países del SICA” (SICA, 2012).
En agosto de 2013, en cumplimiento de este mandato y en el marco de la ejecución de la Estrategia
Regional de Desarrollo Estadístico (ERDE), la Comisión Centroamericana de Estadística del Sistema de la
Integración Centroamericana (CENTROESTAD) realizó en Panamá un taller regional sobre métodos de
medición de la canasta básica de alimentos (CBA), con la cooperación de los programas de la SG-SICA,
PRESANCA II-PRESISAN1, y la participación de expertos de la División de Estadísticas de la Comisión
Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y de la Universidad Tufts.
En la IX Reunión de CENTROESTAD, que se llevó a cabo en San Salvador los días 8 y 9 de abril de
2014, se examinó la “Propuesta de Proyecto de Lineamientos Metodológicos Comunes para la Estimación
de la canasta básica de alimentos, CBA”, que se sometió a consideración de las oficinas nacionales de
estadística (ONE). La CENTROESTAD aceptó la propuesta del PRESISAN, para lo cual se acordó conformar
el Grupo de Trabajo de CBA, que en principio estaría integrado por las ONE que calculan la CBA en la región:
Costa Rica, El Salvador, Guatemala, Honduras, Panamá y República Dominicana (CENTROESTAD, s/f).
1 El PRESANCA II - Programa Regional de Seguridad Alimentaria y Nutricional para Centroamérica; PRESISAN - Programa Regional
de Sistemas de Información en Seguridad Alimentaria y Nutricional.
10 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

También se aceptó la designación de la República Dominicana como líder de dicho grupo. Se


acordó, además, contratar una consultoría internacional financiada por el PRESANCA II-PRESISAN para
sistematizar los resultados del taller sobre la CBA realizado en 2013 y para hacer un diagnóstico del cálculo
de la CBA en los países del SICA.

En 2016, el Grupo de Trabajo de CBA (GT-CBA) de la CENTROESTAD, con el apoyo de la cooperación
internacional y de los programas PRESANCA II y PRESISAN II, realizó dos talleres regionales sobre la elaboración
del protocolo homologado para la construcción de la CBA: el primer taller se llevó a cabo en marzo en San Salvador,
y el segundo en abril en Tegucigalpa. En estos talleres se obtuvieron insumos de las ONE que permitieron a la
consultoría internacional elaborar el “Diagnóstico regional sobre el estado de situación del cálculo de la CBA
en los países del SICA”. En el diagnóstico se puso de manifiesto la heterogeneidad metodológica que existía y
las diferentes normas y procedimientos que se aplicaban al construir las CBA de los países miembros del SICA
para satisfacer distintos propósitos, lo que limitaba la comparabilidad entre los países.
En octubre de 2016, en el marco de la reunión ordinaria de la CENTROESTAD realizada en Managua
con el apoyo del PROGRESAN-SICA2, se acordó llevar a cabo actividades en coordinación con la CEPAL
para dar continuidad a la segunda fase de trabajo del GT-CBA y culminar la elaboración del presente
documento. Las actividades se realizaron en los dos años siguientes (2017 y 2018).
La importancia de que en los países miembros del SICA se cuente con CBA actualizadas y se utilicen
criterios comunes radica en que estas canastas alimentan las estrategias nacionales y regionales de
política pública en materia de seguridad alimentaria y nutricional. Además, la información actualizada del
costo de la CBA contribuye a mejorar la estimación del indicador de pobreza basado en los ingresos de la
población. Esta información permite actualizar el monitoreo del ODS 1, en particular del indicador ODS
1.1.1 sobre la proporción de la población que vive por debajo del umbral internacional de pobreza, que
corresponde a la meta ODS 1.1 sobre la erradicación de la pobreza extrema y, por extensión, del indicador
ODS 1.2.1 sobre la proporción de la población que vive por debajo del umbral nacional de pobreza, que
corresponde a la meta ODS 1.2 de reducción de la pobreza en todas sus dimensiones. Ambos indicadores
orientan la implementación de sistemas y medidas nacionales apropiadas de redes de protección social
como parte de las políticas públicas de desarrollo económico y social vinculadas a la meta ODS 1.3 sobre
la implementación a nivel nacional de sistemas y medidas apropiadas de protección social para todos
(Naciones Unidas, 2018).
La información derivada de la CBA también es útil en la definición de los salarios mínimos y para
elaborar políticas públicas de comercio exterior que atañen a la exportación e importación de alimentos,
así como de comercio interno de productos y derivados de alimentos, a fin de garantizar que haya un
suministro alimentario interno que satisfaga las necesidades alimentario-nutricionales de la población.
Desde los años ochenta, la CEPAL ha medido de forma sistemática la pobreza por ingresos en
América Latina, con el fin de describirla y analizarla sobre la base de una metodología común. En el contexto
descrito, la División de Estadísticas de la CEPAL ha proporcionado el apoyo técnico necesario para llevar
a cabo los talleres mencionados y adaptar el método que se describe en el documento “Medición de la
pobreza por ingresos: actualización metodológica” (CEPAL, 2018) a la elaboración de los lineamientos
metodológicos destinados a construir las CBA en los países miembros del SICA.

A. Usos de la canasta básica de alimentos en los países del SICA


Aun cuando la CBA se define de diversas maneras, en todas las definiciones se reconoce como concepto
intrínseco que ella representa el costo de la suficiencia alimentaria de una persona, una familia o un hogar
de referencia (véase el recuadro 1). En lo que atañe a la medición de la pobreza, la suficiencia alimentaria
se refiere al consumo de alimentos adquiridos por los hogares para alimentar a sus miembros con el fin

2
PROGRESAN-SICA - Programa de Sistemas de Información para la Resiliencia en Seguridad Alimentaria y Nutricional de la Región
del SICA.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 11

de satisfacer las necesidades de energía promedio de la población sobre la base de ciertos estándares
nutricionales. En dicho promedio se consideran las diversas características de los hogares, tanto en lo que
respecta al número de miembros como en cuanto a sus características de edad, sexo y actividad física.

Recuadro 1
Centroamérica: concepto de canasta básica de alimentos

Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá (INCAP)


“Mínimo alimentario conformado por un conjunto de alimentos básicos, en cantidades apropiadas y suficientes
para satisfacer por lo menos las necesidades energéticas y proteínicas de la familia u hogar de referencia” (Menchú
y Osegueda, 2002).
Costa Rica
“Conjunto de alimentos expresados en cantidades que permiten satisfacer, por lo menos, las necesidades de
energía o calorías diarias de un individuo promedio” (INEC, 2011).
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL)
“Conjunto de alimentos cuya composición cubre las necesidades nutricionales de la población, tomando en
cuenta los hábitos de consumo predominantes, la disponibilidad efectiva de cada país, y los precios relativos de los
mismos” (Feres y León, 1990).

Fuente: M. Menchú y Osegueda, La canasta básica de alimentos en Centroamérica: revisión de la metodología (INCAP ME/105),
Ciudad de Guatemala, Instituto de Nutrición de Centroamérica y Panamá (INCAP)/Organización Panamericana de la Salud
(OPS), julio de 2002; Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC), Boletín Mensual: nueva canasta básica alimentaria, vol. 1,
año 17, San José, 2011 [en línea] http://www.inec.go.cr/sites/default/files/documetos-biblioteca-virtual/meeconomcba2011-02.
pdf; J. C. Feres y A. León, “Magnitud de la situación de pobreza”, Revista de la CEPAL, N° 41, Santiago, Comisión Económica para
América Latina y el Caribe (CEPAL), agosto.

La CBA se utiliza desde hace varias décadas en los países del SICA; sin embargo, sus objetivos se
han diversificado, así como también el alcance de su aplicación práctica, que abarca la definición de la
línea de pobreza extrema, la fijación del salario mínimo, el indicador del acceso a los alimentos, la fijación
del precio de estos y la definición de ayuda externa (Feres y Stockins, 2016).
El alcance de la aplicación práctica de la CBA está estrechamente ligado a las instituciones que la
elaboran. El objeto principal de las canastas del Instituto Nacional de Estadística y Censos (INEC) de Costa
Rica (2010) y de la Oficina Nacional de Estadística (ONE) de la República Dominicana (2012) es estimar el
costo para determinar la línea de pobreza. La CBA que la Secretaría Ejecutiva de la Comisión Nacional de
Alimentación y Nutrición (SECONAN) de El Salvador elaboró en 1981 estaba destinada al monitoreo de la
seguridad alimentaria y nutricional de la población. La CBA que estima el Instituto Nacional de Estadística
(INE) de Guatemala (2017), destinada al monitoreo mensual del precio de los alimentos que ofrece el
mercado en el sistema de precios, y la canasta básica familiar de alimentos que elabora la Dirección de
Análisis Económico y Social del Ministerio de Economía y Finanzas para la Comisión Nacional de Salario
Mínimo de Panamá (2015), tienen por objeto la fijación de los salarios mínimos y se diferencian de las
que se utilizan para medir la línea de pobreza.
En 2019, la CBA se utiliza con distintos propósitos: i) su costo proporciona un referente monetario
de suficiencia que se aplica para estimar la línea de pobreza extrema, fijar los salarios mínimos, estimar
las brechas de desigualdad y dar seguimiento al precio de los alimentos, entre otros; ii) su composición
se emplea para determinar algunas políticas agrícolas, y, iii) se le da un uso nutricional. En resumen, en
los documentos correspondientes a los paises miembros del SICA se da cuenta de distintos ámbitos de
aplicación y, por consiguiente, de canastas alimentarias de diferente naturaleza, algunas de las cuales
exceden las definiciones del recuadro 1.
12 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

1. Usos relacionados con el costo de la canasta básica de alimentos


como referente monetario de suficiencia
Al examinar los documentos oficiales de las oficinas nacionales de estadística de los países miembros del
SICA se observa que el valor de la CBA se utiliza con distintos fines, entre ellos, los siguientes: construir
líneas de pobreza; determinar el salario mínimo (Gobierno de Belice/BDC, 2010; Honduras, Dirección
General de Salarios, 2013; Hernández (2003); INEC, 2011; INEC, 2017; Castillo, 2016; Torres, 2013; ONE,
2012); dar seguimiento a las desigualdades relacionadas con el acceso a los alimentos, y vigilar los precios
de los alimentos mediante la canasta alimentaria de consumo.
En primer lugar, el costo de la CBA se mide de forma continua y corresponde a la metodología que
se emplea en los países del SICA para medir la línea de pobreza por ingresos. De hecho, el indicador de
pobreza monetaria basado en la CBA se ha definido como un indicador que permite dar seguimiento a los
Objetivos de Desarrollo Sostenible en América Latina, como complemento del indicador mundial que se
utiliza con ese fin (CEPAL, 2019).
En segundo lugar, el costo de la CBA resulta relevante para analizar qué proporción de él cubren los
salarios mínimos, como forma de medir el cumplimiento de los derechos laborales en los países del SICA
(Piza, 2008). En consecuencia, se ha recomendado seguir el costo de la CBA como uno de los indicadores
de seguridad alimentaria y nutricional de la población (Cubas Nolasco, 2010).
En tercer lugar, el costo de la CBA sirve para medir las desigualdades relacionadas con la brecha
de ingresos (Barahona, Sauma y Torres-Rivas, 2004), y para cuantificar la diferencia entre el costo de
la canasta que ofrece el mercado y los salarios que se reciben en los diversos segmentos de ingreso
(FAO/OPS, 2017) , como medida del acceso de la población a los bienes y servicios.
En cuarto lugar, el costo de la CBA puede utilizarse como base para calcular tasas diferenciales de impuestos
y exoneraciones fiscales, de modo de aplicar una tasa impositiva efectiva menor sobre los bienes que tienen
mayor participación en la canasta de consumo de los hogares más pobres (Barreix, Bes y Roca, 2009). Esto
apunta tanto a los bienes de primera necesidad como a los alimentos de consumo en las presentaciones más
comunes de mercado, tal como se utilizan al estimar el IPC de alimentos (IPCA), así como para la estimación
de la energía alimentaria (Sibrián, Corleto Urey y Palma de Fulladolsa, 2012; Sibrián y otros, 2012).

2. Usos relacionados con la composición de la canasta básica de alimentos


El acceso a los alimentos también tiene relación directa con el hecho de que haya una oferta adecuada de
estos en el país o en una de sus regiones, si bien ello no garantiza la seguridad alimentaria y nutricional
en cada hogar.
En la XXXII Reunión Ordinaria de Jefes de Estado y de Gobierno de los Países del Sistema de la
Integración Centroamericana (SICA), que se llevó a cabo en 2008, ante la crisis alimentaria se apoyó la
implementación del “Plan de emergencia para incrementar la producción y la productividad de granos
básicos en Centroamérica”3. Dentro de un marco político y estratégico, ese plan se ha incorporado en la
política nacional de seguridad alimentaria y nutricional de cada Estado, con la composición de la CBA como
uno de los indicadores principales de acceso a los alimentos (CEPAL/CAC/SICA, 2013) . Como resultado,
se adoptaron políticas de incentivos a la producción de los productos que son parte de la canasta básica
alimentaria y cuyos precios se estaban incrementando (Pomareda, 2008).
La composición de la CBA se ha utilizado a fin de planificar programas alimentarios y agrícolas de
dos maneras: para identificar las intervenciones que debían realizarse en la población, y para mejorar las
capacidades de producción. En ambos casos, los alimentos que forman parte de la CBA se toman como
referencia y se promueve su producción, uso e intercambio comercial (FAO, 2007). En general, se pone
énfasis en la producción de los cereales básicos que aparecen en el listado de productos cotizados, con
3
Véase [en línea] https://www.sica.int/documentos/declaracion-de-la-xxxii-reunion-ordinaria-de-jefes-de-estado-y-de-gobierno-
de-los-paises-del-sistema-de-integracion-centroamericana-sica_1_83131.html.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 13

el fin de promover la soberanía alimentaria y minimizar la fluctuación de precios de los productos, de tal
manera que el uso de cereales para biocombustibles no afecte el costo de los alimentos de las familias más
pobres (Angel, 2008).
También existen ejemplos de programas de los países del SICA en que se ha utilizado la composición de
la CBA para planificar y entregar ayuda alimentaria a fin de prevenir la desnutrición crónica y darle tratamiento.
En Costa Rica, dicha composición se utilizó como base de un programa social integral por medio del cual
se distribuyó ayuda alimentaria. En la República Dominicana, se utilizó para definir el monto base para la
entrega de cupones destinados a la compra de alimentos (Neufeld, Cordero y Fernández Gaxiola, 2006).
En Nicaragua, en la política de seguridad y soberanía alimentaria y nutricional del sector público
agropecuario y rural se utilizó el valor de la CBA como indicador de acceso (Gobierno de Nicaragua, 2009). En
Costa Rica, además de utilizar ese valor como indicador de acceso, se propuso una revisión de los componentes
de la canasta básica para que estuviera acorde con las necesidades nutricionales de la población (Costa
Rica, Ministerio de Salud, 2011). En Panamá, por su parte, se presentó además una propuesta de acciones
anuales destinadas a alcanzar la meta relacionada con el suministro sostenible de alimentos. Además, se
contempla un redireccionamiento de los recursos disponibles hacia programas de fomento productivo en
los rubros más demandados de la canasta básica alimentaria (Gobierno de Panamá, 2017).
Por otra parte, se ha sugerido comparar el acceso a productos de la CBA con la importación y
exportación de alimentos para asegurar un suministro adecuado, especialmente de granos básicos. En
el área de los programas de desarrollo, el costo de la CBA se considera como el indicador más eficiente
para ver cómo el alza del precio de los alimentos afecta el costo de vida (Angel, 2008).

3. Usos nutricionales de la canasta básica de alimentos


La CBA es un indicador económico que permite estimar el costo de adquirir un conjunto de alimentos;
sin embargo, el hecho de que esos alimentos permitan satisfacer el requerimiento energético de una
persona promedio de una población convierte a la CBA en un indicador biológico. Esto quiere decir que
la CBA también es un indicador alimentario-nutricional.
En los países del SICA no hay encuestas nutricionales actualizadas a nivel nacional en que se detalle el
consumo alimentario de la población por medio de métodos de dieta autoinformada, como los recordatorios
de 24 horas o la frecuencia de consumo de los alimentos. Estas encuestas de consumo alimentario son básicas
para determinar qué cantidad de cada alimento debe contener la CBA a fin de satisfacer el requerimiento
de energía, macronutrientes y micronutrientes que tienen las personas en promedio.
Tradicionalmente, en los países del SICA la educación alimentaria se ha basado en proporcionar una
selección de alimentos que cubren las necesidades nutricionales básicas y se consideran saludables, de
forma de prevenir la malnutrición y la aparición de enfermedades crónicas no transmisibles. Sin embargo,
en ninguna de las guías alimentarias de los países se brinda información sobre cómo calcular el costo de
una alimentación sana, ni un listado de productos para comprar en un período de tiempo determinado
(FAO, 2014). Transformar las guías alimentarias en una planificación de compra de alimentos requiere de
un nivel educativo y conocimientos básicos de alimentación con los que no cuenta un conjunto amplio de
la población, y los programas destinados a subsanar estos déficits tienen una cobertura baja en la región.
Debido a lo anterior, hay iniciativas en que se ha utilizado el listado de alimentos que integran la CBA
del país como recurso educativo para enseñar a los hogares cómo planificar una alimentación balanceada
(Tolentino y Garate Alfaro, 2009). Sin embargo, la urbanización y la mayor disponibilidad de alimentos
procesados y ultraprocesados en el mercado ha llevado a que haya menos habilidad para preparar alimentos,
fenómeno que se conoce como “descualificación”. En la población se ha incrementado el consumo de
alimentos procesados y ultraprocesados y, dado que en la CBA se respetan los patrones de consumo de la
población, dichos alimentos aparecen en el perfil de esta. Eso lleva a que el consumidor se sienta naturalmente
identificado y considere esto como una aceptación tácita del consumo de esos alimentos.
14 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

En general, a la CBA se le da una gran cobertura mediática, por lo que prácticamente resulta ser
la única lista de alimentos que los Gobiernos presentan a la población como opciones disponibles para
comprar y consumir en el país. En este sentido, la lista de alimentos y las cantidades de consumo deben
satisfacer el requerimiento energético y de nutrientes.
En el perfil de la CBA se proporciona un dato cuantitativo en términos del tipo de alimentos y un
estimado de la medida de consumo. Partiendo del precepto de que se deben respetar los hábitos de
consumo alimentario de la población, los profesionales relacionados con la alimentación han llegado
a considerar el perfil de alimentos de la CBA y sus cantidades como un punto de partida para analizar
dichos hábitos. Esto ha permitido usar la CBA de diversas maneras, por ejemplo, para estimar el riesgo
de padecer algunos tipos de enfermedades crónicas. En los programas de donación de alimentos se
utiliza esta misma medida para planificar las donaciones e incluso identificar la cobertura de la donación
(PMA, 2010), y para determinar qué alimentos son apropiados a los efectos de realizar una fortificación
masiva con micronutrientes (Nieves, Ramírez y Monroy, 2012).
En el área de las políticas de desarrollo a nivel internacional se ha sugerido identificar a los beneficiarios
del programa de transferencias condicionadas sobre la base de los tres primeros deciles de ingreso, y establecer
el monto que se ha de transferir multiplicando la alícuota del impuesto por la canasta de consumo promedio
de los tres primeros deciles de la población, lo que permite beneficiar al primer decil en términos relativos
(Barreix, Bes y Roca, 2009). En Belice, por ejemplo, un programa denominado Food Pantry Program, que
forma parte de la Plataforma de Seguridad Alimentaria y Nutricional, tiene por objeto combatir la malnutrición
y está dirigido a beneficiarios previamente establecidos. Mediante dicho programa se subsidia la mitad del
valor de la CBA, y la compra se establece con una frecuencia semanal (Gobierno de Belice, 2018).

B. Heterogeneidad metodológica y falta de comparabilidad en la región


Si bien la construcción de canastas básicas de alimentos está muy asociada a un interés común por la
seguridad alimentaria y nutricional de la población, la amplia diversidad de métodos utilizados y de
instituciones que las han aplicado ha redundado en una heterogeneidad temporal y metodológica que
no permite establecer comparaciones entre los países (véanse los cuadros 1 y 2).

Cuadro 1
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (5 países): diferentes criterios que se aplican para seleccionar
la población de referencia utilizada en la construcción de la línea de pobreza, 1998-2014
Criterio de Posición (en percentiles) correspondiente
País Encuesta
selección a la población de referencia seleccionada
Costa Rica Encuesta Nacional de Ingresos y Ingesta de energía Área urbana: decil II a decil III
Gastos de los Hogares (ENIGH) alimentaria Área rural: decil IV a decil V
2004/2005
Guatemala Encuesta Nacional de Condiciones Hogar promedio (4,77 miembros)
de Vida (ENCOVI) 2014
Honduras Encuesta de Ingresos y Gastos Método iterativo Hogares cercanos al tercer quintil (del 40%
de los Hogares (ENIGH) 1998 al 60%)
Encuesta Nacional de Condiciones
de Vida (ENCOVI) 2004
Panamá Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos Hogares de 2 a 6 miembros de los deciles I
de los Hogares 2007/2008 a IX, distintos para área urbana y rural
República Encuesta Nacional de Ingresos Método iterativo Percentil 30 a percentil 50
Dominicana y Gastos de los Hogares (ENIGH) 2007
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por ingresos: actualización metodológica
y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018; y actualización de información sobre la base de
documentos metodológicos oficiales de los países.
Cuadro 2

CEPAL
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (5 países): diferentes criterios que se aplican
para construir la canasta básica de alimentos (CBA), 2010-2020

Criterios para seleccionar Cantidad total de


Año de Productos Ajustes
País los productos que entran kcal que aporta Valoración
la CBA incorporados nutricionales
en la CBA la CBA (por área)

Costa Rica 2010 52 productos en Un producto forma parte de 2 184 kcal en el Precios implícitos de la encuesta
área urbana la CBA si el 10% o más de los área urbana
44 productos en hogares lo adquiere, si aporta 2 258 kcal en el
área rural por lo menos el 0,5% del área rural

Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...


consumo calórico total o si el
gasto que supone corresponde
por lo menos al 0,5% del gasto
en alimentos
Guatemala 2017 34 productos Un producto forma parte de 2 262 kcal Ajustes en función de la dieta básica Precio promedio simple de todas
la CBA si el 25% o más de los (168 kcal promedioª las presentaciones y variedades.
hogares lo adquiere, si aporta suministradas por Al costo total de la CBA se le
el 0,5% o más de la energía consumo fuera agrega el costo de adquisición
diaria o si representa el 1% o del hogar) asociado al porcentaje que
más del gasto alimentario representa el consumo de
alimentos fuera del hogar,
equivalente a un 28,2%
Honduras 2020 La línea de pobreza extrema 2 219 kcal en el Precios implícitos de la
se entiende como el costo que área urbana encuesta. Como insumo
tendría para las personas cuyo 2 292 kcal en el adicional se contó con los
ingreso es similar a la línea de área rural precios y las ponderaciones a
pobreza comprar alimentos nivel nacional y regional de los
que aportaran la cantidad 282 productos que conforman el
recomendada de calorías. índice de precios al consumidor
(IPC), con base diciembre 1999,
que recopila el Banco Central
de Honduras

15
16
CEPAL
Criterios para seleccionar Cantidad total de
Año de Productos Ajustes
País los productos que entran kcal que aporta Valoración
la CBA incorporados nutricionales
en la CBA la CBA (por área)

Panamá 2015 59 productos Se seleccionan los productos 2 339 kcal en Se valoran diferentes canastas (que Precios correspondientes al
para Panamá y que sean consumidos por más Panamá y San contienen distintos alimentos), así mes de diciembre de 2014 que
San Miguelito del 18% de los hogares, los Miguelito como cantidades consumidas. Con este recoge el Instituto Nacional de
50 productos que tengan un aporte calórico 2 327 en el resto ejercicio se obtienen las kilocalorías Estadística y Censo
para el resto del superior al 0,5% del total y del país necesarias que debe aportar cada
país aquellos a los que los hogares alimento a fin de cubrir las kilocalorías
destinen el 1% o más de su diarias por persona, pero cuidando
gasto total. Se incorporan que el contenido de kilocalorías

Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...


además cinco productos que provenientes de carbohidratos, grasas
no cumplen con ninguno de los y proteínas estén dentro de los límites
criteriosb establecidos por la Organización de las
Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura (FAO) y la Organización
Mundial de la Salud (OMS)
República 2012 66 productos Se seleccionan productos cuyo 2 102 kcal en el Ajuste de la ingesta calórica aparente Precios implícitos
Dominicana número de casos sea igual o área urbana a los requerimientos de energía.
mayor que 30, y solamente 2 221 en el área Evaluada y validada nutricionalmente
se consideran las variedades rural por el Ministerio de Salud Pública y
de productos que por su Asistencia Social (MSP)
frecuencia en el consumo
representen el 0,5% o más
del total de adquisiciones
realizadas. Finalmente, se
asegura que el conjunto de
productos que forma parte
de la CBA represente más
del 80% del gasto total de
alimentos que consume la
población de referencia

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por ingresos: actualización metodológica y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P),
Santiago, 2018; y actualización de información sobre la base de documentos metodológicos oficiales de los países.
a
Dieta básica promedio: mínimo alimentario que necesita el individuo promedio de una población dada. Véase T. Menchú y O. Osegueda, La canasta básica de alimentos en Centroamérica: revisión
de la metodología, Ciudad de Guatemala, Instituto de Nutrición de Centro América y Panamá, 2006.
b
Corvina, ajo, mayonesa, repollo y té.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 17

C. Contexto metodológico
La noción de pobreza remite a una situación en que las personas no alcanzan un estándar o norma social,
o un estado de situación deseable. La definición de “situación deseable” o “estándar o norma social”
es lo que conduce a interpretaciones distintas de los niveles y tendencias, y a la determinación de las
metodologías de medición de la pobreza.
Sen (1983) identificó un núcleo irreductible de la pobreza, que se refiere a la incapacidad de
las personas para satisfacer sus necesidades básicas de supervivencia. Entre esas necesidades, cuya
insatisfacción revela pobreza en cualquier sociedad contemporánea, se encuentra el acceso a una
alimentación mínima o a un lugar para guarecerse de la intemperie. La definición de la pobreza se ha
ampliado para incorporar privaciones no materiales y simbólicas (Alkire, 2007), de modo que ella puede
considerar conceptos tan diversos como necesidad, estándar de vida, insuficiencia de recursos y exclusión,
entre otros (Spicker, 1999).
La primera distinción que cabe destacar se da entre los métodos basados en la insuficiencia de
recursos económicos (ingreso o consumo) y los que se basan en la combinación de múltiples indicadores
de carencias. En el primer caso, que podemos denominar métodos univariados, el ingreso o el consumo
actúan como indicadores indirectos (proxy) de la posibilidad de los hogares de lograr un bienestar adecuado.
En este tipo de métodos se evalúa si el hogar dispone de recursos adecuados, pero no se constata cuál
es el uso que se le da a esos recursos. El método que se presenta en este documento corresponde a este
primer grupo.
En el contexto de la medición de la pobreza como insuficiencia de ingresos, existe más de un modo
de establecer la línea de pobreza en los países. Uno de ellos es determinarla sobre la base del costo de una
canasta básica de alimentos al que se le agrega un monto destinado a cubrir otro tipo de necesidades no
alimentarias. Este tipo de metodología, que se denomina costo de las necesidades básicas (Ravallion, 1998),
es la que se presenta en este documento y la que se utiliza en la mayor parte de los países en desarrollo y
en los Estados Unidos. Habitualmente se considera que estas son medidas de pobreza absoluta, ya que
tienen como antecedente histórico la relación que se hacía entre la pobreza y algunos requerimientos
físicos de subsistencia, como los alimentos, el techo y el abrigo.
En las economías actuales, en su mayoría mercantilizadas, el ingreso es el principal medio para
acceder a los bienes y servicios que permiten satisfacer las necesidades de las personas del hogar. Incluso
en el caso de los bienes y servicios que son suministrados por el mismo hogar (como el autocultivo o los
servicios de cuidado) o que suele suministrar el Estado (como la educación o la salud), el mercado ofrece
alternativas que se pueden adquirir mediante el ingreso. Dado que este último es un recurso fundamental
para acceder al bienestar material, su ausencia o insuficiencia suele manifestar una situación de pobreza.
Aun teniendo en cuenta la complejidad del concepto, para medir la pobreza se debe contar con
una metodología operacionalmente factible en que se atiendan las condiciones implícitas y los objetivos
de la medición, y que se traduzca en resultados transparentes, replicables y comparables. Se debe tener
en cuenta que la comparabilidad absoluta no es posible, ya que la medición depende de las fuentes de
información que se utilicen y de la calidad de estas.
La metodología que aplica la CEPAL, en la que se basa el presente documento, tiene por objeto
avanzar en la estandarización metodológica y lograr la mayor comparabilidad posible entre los patrones
de bienestar que se emplean para identificar una situación de pobreza.
La metodología que se aplica para determinar la línea de pobreza extrema y la línea de pobreza
tiene componentes normativos y positivos. La CBA se construye sobre la base de un criterio normativo
central, a saber, que su valor permita comprar los alimentos necesarios para satisfacer los requerimientos
de energía recomendados por la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura
(FAO), la Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Universidad de las Naciones Unidas (UNU)
con base en el promedio calculado según la edad, el sexo y el nivel de actividad física de las personas
18 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

(FAO/OMS/UNU, 2004). Además de ello, al construir la CBA se tiene en cuenta que esta debe presentar
una estructura adecuada en lo que respecta a la contribución de energía derivada de las proteínas, los
carbohidratos y las grasas.
En cuanto al resto de los parámetros que conforman la construcción de la CBA, así como al
componente no alimentario de la línea de pobreza, la selección se hace sobre una base eminentemente
positiva. Los alimentos que permiten satisfacer las necesidades de calorías y nutrientes se eligen a partir del
consumo observado en un grupo de hogares que sea referente de un nivel de suficiencia en la población.
Así se asegura que la canasta elegida represente lo que prefiere la población de referencia y la estructura
de precios vigentes. El resultado se expresa como un costo por caloría o como una canasta concreta de
bienes alimentarios cuyo valor se reajusta periódicamente según la evolución del precio de esos bienes.
La selección de los productos que forman parte del componente no alimentario se hace en función
del grupo de hogares que se eligió para determinar la CBA.El gasto en este tipo de bienes se resume en un
factor conocido como coeficiente de Orshansky, que indica la relación identificada en ese grupo entre el
gasto total y el gasto en alimentos4 . Dicho coeficiente se utiliza como un valor referencial para convertir
el costo de la CBA en la línea de pobreza.
De esta manera, la línea de pobreza representa el nivel de gasto que permite comprar una canasta
básica de alimentos que satisface los requerimientos nutricionales, y adquirir bienes y servicios no
alimentarios de una manera congruente con la estructura de gastos de la población de referencia.
Un error habitual consiste en interpretar el valor de la CBA como el costo que deben afrontar las
personas para alimentarse. Si fuera así, la CBA debería incluir, al menos, los gastos asociados a la preparación
de los alimentos. No obstante, para mantener la coherencia del método es necesario que el costo de la CBA
corresponda estrictamente al costo de adquirir los alimentos. Como ya se indicó, el elemento normativo
de la medición de la pobreza viene dado por las recomendaciones de ingesta de energía, que se aplican de
forma estricta a los alimentos y no a otros gastos asociados. En este método no se cuenta con un referente
normativo de los bienes y servicios no alimentarios, y su costo se estima mediante el coeficiente de Orshansky,
que incluye de manera implícita los gastos asociados a la preparación de los alimentos.
Para determinar si una persona es pobre o no, las líneas de pobreza extrema y de pobreza se
contrastan con los ingresos (o los gastos) por persona. Los ingresos no se obtienen de las Encuestas
Nacionales de los Ingresos y Gastos de los Hogares (ENIGH), con las que se construyen las líneas de
pobreza, sino que, en general, se obtienen de encuestas que tienen una mayor periodicidad, lo que
permite hacer una evaluación más pertinente de cómo evoluciona la pobreza.
Al utilizar el ingreso por persona del hogar, obtenido como la suma de los ingresos de este dividida
entre el número de miembros que lo conforman, la determinación de la pobreza se refiere al hogar en su
conjunto y se extrapola a todos sus integrantes. Por tanto, el método no permite inferir la satisfacción
individual de las necesidades básicas o identificar las brechas en la distribución de los recursos entre los
miembros de un mismo hogar.


4
El coeficiente lleva el nombre de Mollie Orshansky, quien lo aplicó al establecer las líneas de pobreza de los Estados Unidos
(Orshansky, 1965). Cabe notar, sin embargo, que su aplicación original fue algo distinta, debido a que se basó en suposiciones
normativas (basadas en los patrones de consumo de la población total) y no en la estructura de gastos observados en un grupo de
referencia (Fisher, 1992, citado en Grupo de Río sobre las Estadísticas de la Pobreza, 2007).
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 19

I. Fuentes de información

A. Requerimientos de energía (calorías)


Como ya se ha mencionado, la CBA se construye sobre la base de un criterio normativo central, que son
los requerimientos de energía que los comités de expertos de la FAO, la OMS y la UNU recomiendan en
función de la evidencia5. Al determinar los requerimientos promedio de energía se parte, a su vez, de un
supuesto central: que una dieta balanceada que satisfaga esos requerimientos cubre, en gran parte, las
necesidades que tiene el organismo de micro y macronutrientes (Díaz, 2007).
La información sobre la energía que la población necesita se obtiene sobre la base del promedio
calculado según la edad, el sexo y el nivel de actividad física de las personas6. Esto supone contar con
información sobre la estructura poblacional y con referencias sobre los nutrientes necesarios que hayan
sido elaboradas a partir de datos científicos. Debido a que la variabilidad del dato final relativo a los
requerimientos de energía y nutrientes es sensible a sobre o subestimaciones de cálculo, es necesario
limitar la discrecionalidad de este y poner en práctica un procedimiento documentado que se base en la
información disponible del país.
La forma de cálculo del requerimiento energético difiere según se trate de la población de hasta 17
años de edad o la población de 18 años o más. En el caso de las niñas, niños y jóvenes se establece el gasto
energético total (GET), al que se suma la energía necesaria para crecer. En el caso de los adultos, el requerimiento
corresponde al producto entre la tasa metabólica basal (TMB) y un factor que denota el nivel de actividad física.
La estimación del requerimiento energético se realiza generalmente por edades simples para la
población menor de 18 años, y de forma agrupada para los rangos de 18 a 29 años, de 30 a 59 años, y 60
años o más de edad.


5
Véase Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), “Nutritional Requirements” [en línea] http://
www.fao.org/ag/agn/nutrition/requirements_pubs_en.stm.
6
La ingesta de nutrientes recomendada es la ingesta diaria establecida en el requerimiento promedio estimado, más dos
desviaciones estándares, que proporciona los nutrientes que necesita el 98% de las personas aparentemente sanas de un grupo
de población específico, por edad y sexo. En la Consulta Mixta OMS/FAO de Expertos en Régimen Alimentario, Nutrición y
Prevención de Enfermedades Crónicas (FAO/OMS, 2004) se plantea que, si bien una ingesta energética y de nutrientes elevada
disminuye la probabilidad de que haya una ingesta nutricional deficiente, también aumenta los riesgos de sobreestimación y
obesidad. Por lo anterior, el requerimiento energético diario se basa en el requerimiento promedio estimado que corresponde al
nivel promedio diario de ingesta de nutrientes que satisface las necesidades del 50% de las personas sanas de un grupo particular
de edad y género.
20 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

El gasto energético (en kilocalorías por día) de las personas de hasta 17 años, determinado mediante
el método del agua doblemente marcada7, corresponde a las siguientes expresiones:
Niñas y niños menores a 1 año8:
GET (kcal/día) = 88,3 x Peso (kg) – 95,4
GET (kcal/día) = 92,8 x Peso (kg) – 152 (lactantes alimentados con fórmula láctea)
GET (kcal/día) = 82,6 x Peso (kg) – 29,0 (lactantes alimentados al seno materno)
Hombres entre 1 y 17 años inclusive:
GET (kcal/día)= 310,2 + 63,3 x peso (kg)– 0,263 x peso(kg)2
Mujeres entre 1 y 17 años inclusive:
GET (kcal/día)= 263,4 + 65,3 x peso(kg) – 0,454 peso(kg)2
Para la información sobre el peso corporal en kg correspondiente a la población de hasta 17 años,
se dispone de los valores de referencia de la OMS relativos al peso para la edad. En el documento de FAO/
OMS/UNU (2004) sobre la estimación de los requerimientos energéticos se utilizó el peso basado en la
población de referencia (OMS, 1983). Estos datos de peso se han sustituido por los patrones internacionales
de crecimiento que se elaboraron utilizando los datos recolectados en el estudio multicéntrico sobre el
patrón de crecimiento de la OMS (2006).
En lo que atañe a la energía necesaria para el crecimiento, esta se calcula solamente para la población
de hasta 17 años inclusive. La energía que se deposita en los tejidos en crecimiento se estima multiplicando
la ganancia de peso diaria promedio por año de edad, por la energía promedio que se deposita en los
tejidos en crecimiento (2 kcal por gramo de ganancia de peso al día). Nótese que la ganancia de peso se
estima en kg y, para utilizar este dato, hay que convertirla a gramos (véase el cuadro 3).

Cuadro 3
Ejemplo de estimación de la energía necesaria para el crecimiento

Energía necesaria para el


Peso Diferencia de peso Diferencia diaria de peso de
Edad crecimiento (2 kcal por gramo
corporal de un año a otro un año a otro
(en años) de peso ganado al día)
(en kg) (en gramos) (en gramos)
(en kcal)

Menos de 1 7,47

1 11,43 = (11,43-7,47) * 1 000 = 3 960 =3 960/365 = 10,85 =10,85 * 2 = 22

2 13,51 2 080 5,70 11

3 15,67 2 160 5,92 12

4 17,69 2 020 5,53 11

5 18,82 1 130 3,10 6

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de fórmulas extraídas de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO)/Organización Mundial de la Salud (OMS)/Universidad de las Naciones Unidas (UNU), “Human energy requirements”,
Food and Nutrition Techncial Report Series, N° 1, Roma, 2004 [en línea] http://www.fao.org/3/a-y5686e.pdf.


7
Según este método, cuando se administra una única dosis de agua doblemente marcada, la velocidad a la que los isótopos ingeridos
van desapareciendo del cuerpo depende del nivel de gasto energético.
8
Aun cuando se presentan las fórmulas de GET para lactantes menores a 1 año, las estimaciones de FAO utilizan un valor fijo de 621
kcal/pc/día para hombres y de 573 kcal/pc/día, basado en los pesos promedios estimados para todos los países de igual manera, para
los lactantes entre 0 – 6 meses y de 6 a 12 meses, y asumiendo una distribución igual por sexo. (véase Díaz (2007), Anexo 2)
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 21

Para la población de hasta 17 años inclusive, el requerimiento diario promedio de energía


(kcal / día) corresponde a la suma de la energía necesaria para el crecimiento y el gasto energético total
(GET). El gasto energético total se obtiene utilizando las ecuaciones cuadráticas predictivas de la FAO y
los valores de referencia que brinda la OMS sobre el peso correspondiente a la edad.
En el caso de la población de entre 1 y 2 años de edad, se debe disminuir un 7% la estimación del
gasto de energía que se obtiene a partir del cálculo. Esto se debe a que en los estudios de requerimientos
energéticos, los valores pronosticados fueron aproximadamente un 7% más altos que las mediciones
reales. Se cree que este incremento transitorio de la energía diaria está asociado con el esfuerzo de los
niños que comienzan a caminar y correr.
En cuanto a los niños de entre 2 y 17 años, la actividad física es bastante regular por sus características
de crecimiento y desarrollo. Debido a esto, las recomendaciones de energía no difieren por tipo de actividad
en este intervalo de edad. Las estimaciones del requerimiento difieren en el patrón de peso utilizado para
su estimación, mientras entre los 2 y 5 años de edad inclusive se utiliza el peso promedio según edad y sexo,
entre los 5 y 17 años se utiliza el peso promedio de los niños de acuerdo al IMC de referencia, por sexo y edad.
El cuadro 4 provee un ejemplo numérico del cálculo del requerimiento diario promedio de energía
para hombres de 1 a 17 años.

Cuadro 4
Ejemplo de estimación del requerimiento diario promedio de energía correspondiente
a hombres de hasta 17 años inclusive

Requerimiento diario
GET ajustado para en la población de
Peso Energía
Edad Gasto energético total la población de hasta hasta 17 años inclusive
corporal necesaria para
(en años) (GET) 2 años (la GET (GET + energía
(en kg) el crecimiento
se reduce un 7%) necesaria para el
crecimiento)

1 11,43 310,2 + 63,3 * 11,43-0,263 999 * 0,93 = 929 22 929 + 22 = 951


* (11,43 * 11,43) = 999

2 13,51 310,2 + 63,3 * 13,51 - 0,263 11 1 117 + 11=1 129


* (13,51 * 13,51) =1 117

3 15,67 1 238 12 1 249

4 17,69 1 348 11 1 359

5 18,82 1 408 6 1 415

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de fórmulas extraídas de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la
Agricultura (FAO)/Organización Mundial de la Salud (OMS)/Universidad de las Naciones Unidas (UNU), “Human energy requirements”,
Food and Nutrition Techncial Report Series, N° 1, Roma, 2004 [en línea] http://www.fao.org/3/a-y5686e.pdf.

Para la población desde los 18 años de edad se utiliza el método basado en la estimación del metabolismo
basal y en los requerimientos de energía derivados de la actividad física (FAO/OMS/UNU, 2004). Se recomienda
calcular la TMB utilizando las ecuaciones que la FAO propuso en 2004 (FAO/OMS/UNU, 2004), que se basan
en los cálculos de Schofield (1985) (véase el cuadro 5).
El nivel de actividad física (NAF) promedio está determinado por las actividades diarias, la intensidad del
trabajo físico de cada actividad ocupacional y el gasto energético de la persona cuando está en reposo. En lo que
respecta a las personas mayores de 18 años, en la Consulta Mixta OMS/FAO de Expertos en Régimen Alimentario,
Nutrición y Prevención de Enfermedades Crónicas (FAO/OMS, 2004) se definió que un estilo de vida sedentario
o de actividad física ligera correspondía a un NAF de entre 1,45 y 1,60, un estilo de vida moderadamente activo
equivalía a un NAF de entre 1,75 y 1,90, y un estilo de vida vigoroso suponía un NAF de entre 2,05 y 2,20.
22 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 5
Ecuaciones para calcular la tasa del metabolismo basal (TMB) en la población de 18 años o más

Edad TMB de los hombres TMB de las mujeres


(en años) (en kcal/día) (en kcal/día)
De 18 a 29 15 057 * peso (kg) + 692,2 14 818 * peso (kg) + 486,6
De 30 a 59 11 472 * peso (kg) + 873,1 8 126 * peso (kg) + 845,6
60 o más 11 711 * peso (kg) + 587,7 9 082 * peso (kg) + 658,5
Fuente: W. N. Schofield, “Predicting basal metabolic rate, new standards and review of previous work”, Human Nutrition. Clinical Nutrition,
vol. 39C (suppl. 1), 1985.
Nota: En las ecuaciones se utiliza el peso promedio por grupo de edad.

Al determinar el peso promedio de los adultos, debe tenerse en consideración que la ingesta de
energía que se recomienda para que una población sea saludable y esté bien nutrida es la que permite
mantener un correcto índice de masa corporal (IMC) según el nivel de actividad física usual de la población9.
A nivel individual, el rango de IMC que se considera aceptable es el de 18,5 a 24,9; a nivel poblacional, en
informe conjunto de expertos de la OMS y la FAO sobre régimen alimentario, nutrición y prevención de
enfermedades crónicas se sugiere una mediana de 21 (FAO/OMS, 2004). Ajustar la información sobre el
peso de la población adulta de acuerdo con un IMC aceptable es relevante, dado que una gran proporción
de la población adulta y adolescente de la región, padece de sobrepeso y obesidad10.
Adicionalmente, en el cálculo del requerimiento energético de las mujeres debe tomarse en consideración
la situación de las mujeres embarazadas y en lactancia. En el caso de las mujeres embarazadas se considera
que el costo adicional de energía del embarazo es de 77.000 kcal a lo largo de las 40 semanas dividido en
aproximadamente 85 kcal/día, 285 kcal/día y 475 kcal/día durante el primero, segundo y tercer trimestres,
respectivamente. En el caso de las mujeres lactantes se sugiere adicionar 550 kcal/día al requerimiento
diario (FAO/WHO/UNU, 2004).
El cuadro 6 provee un ejemplo de la estimación del requerimiento diario promedio de energía para
hombres de 18 años de edad y más, considerando distintos niveles de actividad física, y la forma en que
estos se combinan para estimar el requerimiento promedio para dicho sexo y edad.
Una vez que se cuenta con la estimación del requerimiento calórico promedio para los distintos sexos
y grupos de edad de la población, como se ejemplificó en los cuadros 5 y 6, se construye el requerimiento
calórico promedio para toda la población, por área geográfica urbana y rural. El cuadro 7 ejemplifica
dicho cálculo, que resulta en requerimiento poblacional de 2.101 kcal por persona al día en el área urbana.
En el cuadro 8 se presenta a manera de referencia el requerimiento calórico que estima la CEPAL (2018)
para calcular las líneas de pobreza. En relación con cada país y sobre la base del nivel de ingreso por habitante y
del porcentaje de población rural, se supuso un porcentaje de población que realiza actividad física moderada
a intensa. En los países del SICA, los porcentajes utilizados para las áreas urbanas y rurales, respectivamente,
son los siguientes: un 10% y un 40% en Costa Rica, Panamá y la República Dominicana, y un 20% y un 60%
en El Salvador, Guatemala, Honduras y Nicaragua. La estructura poblacional de cada país se obtuvo de las
proyecciones del Centro Latinoamericano y Caribeño de Demografía (CELADE)- División de Población de la
CEPAL correspondientes a 2005. Los requerimientos se estimaron con el programa informático Population
Energy Requirements (PopEr) de la FAO, que incorpora los aspectos que se mencionan en el cuadro 3 que se
consideran al estimar los pesos promedios a utilizar.

9

El IMC permite estimar la adecuación del peso a la altura en niños mayores de 10 años, adolescentes y adultos. Se calcula como el
peso (en kilogramos) dividido por la altura (en metros) al cuadrado.
10
La prevalencia de sobrepeso y obesidad en adultos alcanzó al 61,0% de los hombres y el 64,6% de las mujeres en Centroamérica y
México en 2016 (OPS, 2019).
CEPAL
Cuadro 6
Ejemplo de estimación del requerimiento diario promedio de energía para hombres de 18 años de edad y más a

Requerimiento energético por Requerimiento


persona Requerimiento energético poblacional energético por
Tasa del metabolismo basal (en kcal/día) persona
Peso
Edad Población (TMB) estimada de acuerdo
corporal NAF NAF moderado
(en años) (en número) con las fórmulas de FAO NAF moderado Total
(en kg) ligero a intenso NAF ligero Total b
(2004) a intenso (en kcal/día
(en kcal/día (en kcal/día (en kcal/día) (en kcal/día)

Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...


(en kcal/día) por persona)
por persona) por persona)

De 18 a 29 679 439 64,03 15 057 * 64,03 1 656,3 * 1,55 1 656,3 * 1,75 2 567,3 * 679 439 2 898,5 * 678 439 1 744 299 961 1 766 807
+ 692,2 = 1 656,3 = 2 567,3 = 2 898,5 = 1 744 299 961 = 1 969 370 924 * 0,9 + 1 969 370 057/679 439
924 * 0,1 =2 600,4
=1 766 807 057

De 30 a 59 962 540 64,03 1 607,7 2 492 2 813 2 398 515 741 2 708 001 643 2 429 464 331 2 524

60 o más 161 040 64,03 1 337,6 2 073 2 341 333 869 861 376 949 843 338 177 859 2 100

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)/Organización Mundial de la Salud (OMS), Vitamin and Mineral Requirements
in Human Nutrition: Report of a Joint FAO/WHO Expert Consultation, Bangkok, 2004 [en línea] http://www.who.int/nutrition/publications/micronutrients/9241546123/en/.
a
NAF ligero = 1,55; NAF moderado a intenso = 1,75.
b
En este ejemplo se asume un porcentaje de población que tiene un nivel de actividad física moderado a intenso de 10%, y un porcentaje con actividad física ligera de 90%.

23
24 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 7
Ejemplo de estimación del requerimiento diario promedio de energía de la población

Requerimiento energético
Requerimiento energético
Población diario por persona
diario de la población
(en número) de la población
(en kcal/día)
(en kcal/día)
Hombres
Lactantes de 1 a 12 meses 67 074 41 652 728 621
Niños de 1 a 4 años 259 643 303 849 141 1 170
Niños de 5 a 17 años 791 567 1 799 499 936 2 273
Total de niños 1 118 284 2 145 001 805 1 918
1 766 807 057 + 2 429 464 331 + 4 534 449 247/1 803 019
Total de adultos 1 803 019
338 177 859 = 4 534 449 247 = 2 514
Total de hombres 4 039 587 6 679 451 052 2 286
Mujeres
Lactantes de 1 a 12 meses 64 912 37 194 651 573
Niñas de 1 a 4 años 251 879 271 480 886 1 078
Niñas de 5 a 17 años 791 270 1 575 961 016 1 992
Total de niñas 1 108 061 1 884 636 553 1 701
Total de adultas 1 869 303 3 829 631 066 2 049
Total de mujeres 4 085 426 5 714 267 619 1 919
Total poblacional
Lactantes de 1 a 12 meses 131 986 78 847 379 597
Niños y niñas de 1 a 4 años 511 522 575 330 027 1 125
Niños y niñas de 5 a 17 años 1 582 838 3 375 460 952 2 133
Total de niños y niñas 2 226 346 4 029 638 358 1 810
Total de adultos y adultas 3 672 322 8 364 080 313 2 278
2 226 346 + 3 672 322 4 029 638 358 + 8 364 080 313 12 393 718 671/5 898 668
Total de la población urbana
= 5 898 668 = 12 393 718 671 = 2 101
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO)/Organización
Mundial de la Salud (OMS), Vitamin and Mineral Requirements in Human Nutrition: Report of a Joint FAO/WHO Expert Consultation, Bangkok,
2004 [en línea] http://www.who.int/nutrition/publications/micronutrients/9241546123/en/.

Cuadro 8
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): requerimiento calórico estimado
por la Comisión Económica para América Latina (CEPAL), 2018

País Área urbana Área rural

Costa Rica 2 141 2 280


El Salvador 2 046 2 159
Guatemala 1 987 2 039
Honduras 2 028 2 126
Nicaragua 2 027 2 128
Panamá 2 042 2 139
República Dominicana 2 102 2 255
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por ingresos: actualización metodológica
y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 25

B. Encuestas nacionales de los ingresos y gastos de los hogares

1. Gasto de los hogares y consumo aparente de alimentos


Las encuestas de hogares que permiten medir el gasto son la fuente principal para determinar el nivel y
la estructura del gasto de los hogares en bienes y servicios. Esos datos, a su vez, sirven como base para
determinar la línea de pobreza extrema. Lo ideal es disponer de encuestas nacionales de los ingresos
y gastos de los hogares (ENIGH), cuyo objetivo central es obtener información representativa sobre la
estructura del gasto de estos últimos. En ausencia de estas, también se pueden utilizar las encuestas de
condiciones de vida (ECV), aunque no estén diseñadas necesariamente con este propósito.
En las ENIGH, para capturar la información se utilizan diferentes períodos de referencia que tienen
por objeto replicar la periodicidad con que se consumen los distintos bienes. Los gastos más frecuentes,
como los de alimentación, transporte diario y otros gastos personales, se capturan mediante un cuestionario
en que los miembros del hogar registran diariamente sus gastos durante un período de 7 a 15 días. A su
vez, los gastos en servicios básicos, como los de electricidad y agua, así como los de vivienda y educación,
entre otros, se capturan con una periodicidad mensual. Otros gastos que se hacen con periodicidades
diversas superiores a la mensual en general se capturan en tres períodos de referencia correspondientes
a los 3, 6 y 12 meses anteriores a la encuesta.
En las ECV, por su parte, el gasto se captura de una manera más agregada. En lugar de caracterizar
la estructura del consumo, en estas encuestas por lo general se pretende estimar el consumo de los
hogares como indicador de bienestar. Una de las principales diferencias entre las ENIGH y las ECV es que
en estas últimas toda la información sobre el gasto se recolecta mediante preguntas de recordación, con
distintas periodicidades, y usualmente por medio de listados cerrados.
El gasto de los hogares puede provenir de tres fuentes: los gastos realizados en el mercado, las
transferencias sociales de bienes o servicios, y el autoconsumo. La suma del gasto correspondiente a
estos tres canales se define como el gasto en consumo final efectivo de los hogares.
Si bien esta definición es la más amplia y abarcativa del concepto de gasto, es complejo capturarla
a partir de las encuestas, por lo que en estas se suele recoger el gasto en consumo final de los hogares, sin
considerar las transferencias sociales en especie (Naciones Unidas, 2016, párr. 9.38). Cuando se opta por
capturar el gasto de consumo, se excluyen los hechos en bienes de inversión, como los gastos destinados
a la compra de una vivienda o de artículos valiosos (Naciones Unidas, 2016, párr. 9.57). A su vez, por
tratarse del consumo final, se excluyen los gastos de consumo intermedio, es decir, aquellos en que “los
bienes y servicios se utilizan para producir otros bienes y servicios” (Naciones Unidas, 2016, párr. 9.39).
En lo que respecta a los países del SICA, solo en Costa Rica y la República Dominicana se dispone
de una encuesta de ingresos y gastos reciente. En Guatemala, Honduras y Nicaragua, las encuestas más
recientes en que se mide el gasto son de condiciones de vida (véase el cuadro 9).
Uno de los principales insumos que proporcionan estas encuestas es la información sobre el
gasto en alimentos. Además de brindar datos sobre el nivel y la estructura de ese gasto, se indican las
cantidades adquiridas de cada producto y las unidades en que se expresan. La calidad de la información
sobre las cantidades y las unidades de medida es fundamental para el proceso, ya que al combinar estos
datos con los de las tablas de composición de los alimentos se obtiene la ingesta aparente de calorías y
otros nutrientes.
La información sobre las cantidades de los productos alimentarios se debe expresar en unidades
del sistema métrico decimal, como los kilogramos o los litros. Esto permite hacer una comparación
directa con las tablas nutricionales, en que se presenta la información sobre la energía y los nutrientes
por cada 100 g de producto.
26 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 9
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): encuestas de ingresos y gastos
o de condiciones de vida disponibles, 2000-2019

País Nombre Años


Costa Rica 2003-2004
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2012-2013
2018-2019
El Salvador Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares 2005-006
Guatemala 2000
2006
Encuesta Nacional de Condiciones de Vida
2011
2014
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos Familiares 2009-2010
Honduras Encuesta de Condiciones de Vida de los Hogares 2004
Nicaragua 2001
Encuesta Nacional de Hogares sobre Medición del Nivel de Vida 2005
2014
Panamá 2002-2003
Encuesta de Niveles de Vida
2007-2008
República Dominicana 2006-2007
Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos de los Hogares
2018

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de las encuestas de hogares de los países.

En las encuestas en que se mide el gasto de la región, las cantidades y las unidades de medida se
indican de diversas maneras, que pueden variar según los productos. Además de las cantidades expresadas
en unidades métricas decimales, es posible encontrar los siguientes tres casos: i) cantidades expresadas
en unidades de medida transformables de forma estándar, como la libra, la onza y otras (por ejemplo,
una libra equivale a 454 gramos); ii) cantidades expresadas en unidades de medida no transformables
de forma estándar (por ejemplo, manojo, atado, unidad y fracción, entre otras), y iii) casos en que no se
indica la cantidad.
En el caso i) las cantidades se convierten a kilogramos o litros de forma directa, utilizando las
equivalencias correspondientes. En el caso ii), en que las unidades de medida no tienen una equivalencia
única con los kilogramos o los litros, la cantidad se puede imputar mediante el precio implícito (gasto
por cantidad) registrado en la encuesta en relación con el mismo producto, con un producto similar o
con un conjunto de productos (por ejemplo, el precio promedio del grupo de las frutas), respecto de los
cuales se disponga de unidades de medida expresadas en kilogramos (véase un ejemplo en el cuadro 10).
A veces es posible utilizar una equivalencia aproximada de la unidad de medida; por ejemplo, en el caso
de los huevos, se puede asignar un peso promedio por unidad igual a 60 g. La estimación de las cantidades
brutas a partir de los precios implícitos también se usa en los casos en que existe un registro del producto
y del gasto, pero no de la cantidad (caso iii).
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 27

Cuadro 10
Ejemplo del uso de los precios implícitos para estimar las cantidades de alimentos

Precio
Cantidad declarada Gasto Cantidad final implícito
Casos
Producto Unidad en la encuesta (en moneda (en kilogramos (en moneda
(en número)
(en kilogramos o litros) corriente del país) o litros) corriente del
país)
Cereales para
Kilos o litros 8 422 586 602 9 189 360 683 586 602 15 665
el desayuno
Cereales para =885 860/15 665
NS/NR 1 88 586 57 15 665
el desayuno =56,549

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos de las encuestas de hogares de los países.
Nota: NS/NR corresponde a las alternativas no sabe o no responde de la encuesta.

Cuando en la encuesta no se investigan las cantidades, o estas no se indican, no es posible estimarlas


mediante precios implícitos. En estos casos, las cantidades se pueden estimar utilizando los precios del
índice de precios al consumidor (IPC) recopilados por las oficinas nacionales de estadística (ONE). No
obstante, esta opción está sujeta a una mayor posibilidad de error debido a la concordancia imperfecta
entre los productos considerados en el IPC y los productos de la encuesta, además de la falta de información
correspondiente a los productos considerados en la encuesta que no forman parte de la canasta del IPC.
Cabe notar que en los procedimientos de imputación de cantidades que se han descrito se supone
un mismo precio para todos los hogares, independientemente de su ingreso o gasto. Dado que en realidad
los precios que los hogares pagan por un determinado producto varían a lo largo de la distribución del
ingreso, mientras mayor sea la cantidad de productos cuyas cantidades se imputen menor será la precisión
de la información utilizada para construir la CBA (sobre todo cuando la población de referencia esté
situada en los extremos de la distribución).

2. Estimación del consumo aparente de energía y nutrientes


La información sobre cantidades expresadas en kilogramos o litros se combina con la información proveniente
de las tablas de composición nutricional para calcular la ingesta aparente de calorías y otros nutrientes. La
ingesta aparente de calorías corresponde a la ingesta calórica estimada con base en las cantidades de los
productos que se adquirieron en el hogar, sin saber si estos se consumieron o no en el período de referencia.
En las tablas se indica además el factor de aprovechamiento de cada producto, que permite convertir las
cantidades brutas (el peso del producto adquirido) en cantidades netas (el peso del producto consumido).
Al seleccionar la tabla de composición de los alimentos que se ha de utilizar cabe tener en cuenta
su adecuación a los productos que se consumen en el país, así como también el grado de actualización
de los datos. En América Latina son pocos los países en que hay tablas de composición de los alimentos
públicamente disponibles, y en algunos casos los datos que contienen son una adaptación de otras tablas
más actualizadas. En el caso de los países centroamericanos, el principal referente es la Tabla de Composición
de Alimentos para Centroamérica (INCAP/OPS, 2007), que se puede complementar con la base de datos
de composición de los alimentos del Ministerio de Agricultura de los Estados Unidos11. A cada uno de los
alimentos registrados en la encuesta de ingresos y gastos se le asigna la información nutricional proveniente
de la tabla. Dado que en muchos casos no existe correspondencia absoluta entre la encuesta y la tabla,
este ejercicio conlleva cierta discrecionalidad (véase el cuadro 11), ya sea porque la definición del producto
en la encuesta no es lo suficientemente precisa o porque se refiere a un agregado de diversos productos.

11
A fin de reducir la heterogeneidad y la falta de actualización de las tablas de alimentos de la región, las canastas básicas alimentarias
de CEPAL (2018) se basan en una tabla en que se combina la información del Laboratorio de Datos de Nutrientes del Ministerio de
Agricultura de los Estados Unidos y de INCAP/OPS (2007).
28 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 11
Ejemplo de las decisiones que se deben tomar para vincular la descripción de los productos
de la encuesta con la información nutricional

Descripción de la encuesta Descripción de la tabla nutricionalª


Embutidos (jamón, salchichas, Chorizo de cerdo
chorizos, longanizas y otros) Chorizo de cerdo y res
Chorizo de res
Jamón de cerdo, curado, 8% de grasa
Jamón de cerdo, enlatado o spam
Jamón tipo picnic
Jamón de pavo
Longaniza de cerdo
Salchicha ahumada, de res y cerdo
Salchicha de res y cerdo
Salchicha de pavo
Salchicha de pollo
Carne de res sin hueso Res, carne magra, cruda
Res, carne rica en grasa, cruda
Res, carne semimagra cruda
Ternera, carne magra
Ternera, carne semimagra
Limón agrio, naranja agria, naranja dulce, mandarina Limón agrio, fruta sin piel
Naranja agria, fruta
Naranja dulce, fruta
Mandarina/tangerina, fruta
Leche líquida Leche de vaca, íntegra, fluida (3,5% de grasa)
Leche de vaca, semidescremada (2% de grasa), fluida
Leche de vaca, semidescremada (2% de grasa), fortificada, fluida
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos de encuestas de hogares y tabla nutricional.
ª Correponde a los productos de la tabla nutricional de INCAP/OPS (2007).

Cabe notar que los nutrientes de algunos productos cuyas descripciones son similares varían
en gran medida, por lo que es recomendable tener alguna información complementaria sobre las
variedades de productos más relevantes en el país. Resulta también pertinente tener en cuenta los
programas de fortificación de alimentos que funcionan en los países, ya que ni las encuestas ni las
tablas nutricionales suelen contener información sobre esos alimentos, aun cuando su consumo puede
ser amplio en la población.
Los productos que se consumen fuera del hogar, es decir, los que se compran en puestos de la calle,
restaurantes o comedores, requieren un tratamiento especial. Estos alimentos plantean una dificultad
particular, ya que sus descripciones y unidades de medida no tienen una correspondencia clara con la
información de las tablas de composición de los alimentos.
Ante la ausencia de información específica sobre los productos que se consumen fuera del hogar,
la práctica habitual consiste en estimar las cantidades y aportes nutricionales de esos productos con
base en la información obtenida sobre los alimentos que se consumen dentro del hogar. Para ello,
se calcula el costo por kilocaloría del alimento cuando se consume dentro del hogar, y ese costo se
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 29

multiplica por un factor en que se incorpora la relación entre el costo del consumo fuera y dentro
del hogar, para obtener el costo por kilocaloría del alimento cuando se consume fuera de este12.
Luego, las calorías consumidas fuera del hogar se estiman utilizando el cociente entre el gasto realizado
en consumo fuera del hogar y el costo por kilocaloría obtenido en la etapa anterior (véase el cuadro 12).

Cuadro 12
Etapas de la estimación del consumo fuera del hogarª

Cálculo del costo del consumo dentro del hogar


Costo por kilocaloría del consumo dentro del hogar (CKc_cd) = gasto total en consumo dentro del hogar/kilocalorías totales
del consumo dentro del hogar
Costo por kilogramo neto del consumo dentro del hogar (CKgn_cd) = gasto total en consumo dentro del hogar/kilogramos
netos totales del consumo dentro del hogar
Costo por kilogramo bruto del consumo dentro del hogar (CKgb_cd) = gasto total en consumo dentro del hogar/kilogramos
brutos totales del consumo dentro del hogar
Aplicación del factor para generar el costo del consumo fuera del hogar
Costo por kilocaloría del consumo fuera del hogar (Ckc_cf) = Ckc_cd * factor
Costo por kilogramo neto del consumo fuera del hogar (CKgn_cf) = Ckgn_cd * factor
Costo por kilogramo bruto del consumo fuera del hogar (CKgb_cf) = Ckgb_cd * factor
Estimación de las variables pertinentes para el consumo fuera del hogar
Kilocalorías del consumo fuera del hogar = gasto total en consumo fuera del hogar/CKc_cf
Kilogramos netos del consumo fuera del hogar = gasto total en consumo fuera del hogar/Ckgn_cf
Kilogramos brutos del consumo fuera del hogar = gasto total en consumo fuera del hogar/Ckgb_cf
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por
ingresos: actualización metodológica y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018.
ª El procedimiento se lleva a cabo por área geográfica y quintil de ingreso por persona.

En algunos países de América Latina, como Costa Rica, Guatemala, el Perú y el Uruguay, se han
realizado estudios sobre la composición nutricional de los productos que se consumen fuera del hogar
(CEPAL, 2018). Los resultados muestran que entre los países hay una gran variabilidad en cuanto a la
relación entre el costo del consumo dentro del hogar y fuera de él. En el caso de Guatemala, la investigación
fue realizada por un equipo de nutricionistas que, mediante la compra y el pesaje directo de desayunos
y almuerzos, determinaron el valor nutritivo de estos. El estudio se realizó en Ciudad de Guatemala,
Quetzaltenango y San Marcos, donde se tomó el valor de 162 almuerzos y 159 desayunos de acuerdo a
un precio estandarizado de estos menús. Los resultados indicaron que, en el caso de los almuerzos, el
costo por kilocaloría era 2,7 veces superior al costo de la CBA, mientras que, en el de los desayunos, era
4,0 veces superior (Monroy-Valle, Valle y Toledo Chaves, 2015).
En Costa Rica se hizo un análisis nutricional de los productos que se adquirían habitualmente en los
hogares según los datos obtenidos en las ENIGH de 2004 y 2013. De acuerdo con la información procesada
a partir de la base de datos, en 2004 el costo promedio por kilocaloría de los alimentos consumidos
fuera del hogar era 2,5 veces superior al de los consumidos dentro de él. En 2013, a su vez, ese costo era
3,7 veces superior.


12
En la metodología que utiliza la CEPAL se define una relación creciente entre el costo por kilocaloría del consumo fuera del hogar y
el costo por kilocaloría del consumo dentro de este. Lo anterior se basa en el supuesto de que el consumo fuera tiene un costo más
alto debido a que en él se incorpora el costo del servicio, y de que este costo aumenta a lo largo de la distribución de los ingresos. A
la hora de estimar las líneas de pobreza, ambos supuestos se aplican de la siguiente manera: se considera que el costo del consumo
fuera del hogar es un 50% más alto que el del consumo dentro de él para los hogares del primer quintil de ingresos por persona, un
75% más alto para los del segundo quintil, un 100% más alto para los del tercer quintil, un 150% más alto para los del cuarto quintil
y, finalmente, un 250% más alto para los del quintil más rico.
30 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

3. Limitaciones de la medición de la ingesta calórica (energía)


mediante encuestas de hogares
Un tema que se debe considerar de forma especial al utilizar la información sobre el gasto para construir
las líneas de pobreza es la capacidad de las encuestas para ofrecer una estimación adecuada del nivel y la
distribución del consumo de alimentos de los hogares. La evidencia disponible muestra que los resultados
son muy sensibles a las características del instrumento de recolección.
Un primer aspecto a tener presente es la medición de la ingesta calórica promedio. Las estimaciones
de la ingesta calórica de 18 países de América Latina presentadas en CEPAL (2018) muestran que, en
general, en las encuestas de condiciones de vida se suelen estimar promedios de ingesta calórica más
altos que los que se obtienen en las encuestas de ingresos y gastos. A su vez, esas estimaciones no resultan
coherentes con los niveles esperados según el producto interno bruto (PIB) por persona de los países o
las hojas de balance de alimentos publicadas por la FAO.
Una consideración adicional tiene que ver con la capacidad de las encuestas de ingresos y
gastos para ofrecer una medición representativa del gasto en alimentos de los hogares y, por tanto,
del consumo aparente de energía de estos. Cuando el gasto alimentario se recolecta en diarios de
autorreporte, el período de captura (de 7 o 15 días) no se corresponde necesariamente con el patrón
de adquisición de los productos de cada hogar. Los productos que se pueden almacenar por varias
semanas pueden haber sido adquiridos antes o después del período de referencia del diario, lo que
implica que el gasto declarado puede ser significativamente mayor o menor que el consumo efectivo
de alimentos. En principio, esta discrepancia a nivel de los hogares no afecta la representatividad de la
información cuando esta se utiliza de manera agrupada, por ejemplo, por dominios de estudio o deciles
de ingreso. Si la muestra se distribuye de forma adecuada entre los días de la semana y los meses del
año, cabe esperar que los casos en que una compra importante queda fuera del período de referencia
se compensen con los casos en que dichas compras sí se consignan. No obstante, la existencia de estas
discrepancias lleva a que la información no sea representativa del gasto de cada hogar en particular.
Respecto al primer punto, la literatura brinda alguna evidencia respecto del impacto que tiene
la forma de recolección de los datos sobre la medición del gasto de los hogares. Parecen existir dos
perspectivas contrapuestas en relación con el instrumento para indagar sobre el gasto en alimentos. La
visión tradicional y ampliamente extendida considera que el uso de cuadernillos de autollenado diario
representan la forma más confiable de medir el gasto de los hogares (Beegle y otros, 2012). No obstante,
algunos estudios muestran que las encuestas basadas en recordación conducen a mejores estimaciones
(véase, por ejemplo, Backiny-Yetna, Steele y Yacoubou Djima, 2014).
El rápido aumento de la riqueza y la urbanización en los países en desarrollo, acompañado de
metodologías de medición no acordes con este fenómeno, tiende a profundizar las restricciones que
enfrentan estos instrumentos para reflejar adecuadamente el gasto de los hogares. La urbanización y el
aumento del poder adquisitivo han hecho que la alimentación basada en la preparación de las comidas en
el hogar a partir de los ingredientes adquiridos en él vaya disminuyendo mientras aumenta el consumo
de comidas preparadas fuera. A su vez, el registro de estas últimas es menos detallado, sobre todo el de
las cantidades, y eso afecta de forma directa la estimación de la ingesta calórica aparente. La transición
hacia la vida centrada en grandes urbes, donde los productos que se consumen no necesariamente son
los que se producen en el lugar donde se habita, da lugar a diferencias de precios derivadas de los costos
de transporte. La dificultad para medir estas diferencias espaciales en el costo de vida puede llevar a que
se confunda un mayor estándar de vida con un costo de vida más alto, lo que repercute en la asignación
energética y nutricional de los productos, y da lugar a una estimación errónea del costo de alimentarse.
En consecuencia, es común encontrar casos en que el consumo equivalente de calorías obtenido a partir
de la información del gasto en alimentos se encuentra por fuera de los intervalos compatibles con la preservación
de la vida humana. Según la información del gráfico 1, los hogares en que la ingesta calórica promedio por
persona es inferior a 500 kilocalorías al día o superior a 6.000 kilocalorías al día representan alrededor del 10%
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 31

de los hogares de la República Dominicana y el 20% de los de Costa Rica. Al analizar el promedio de la ingesta
calórica aparente en función del requerimiento promedio por persona de los hogares, vemos que, en la mayoría
de los países del SICA, la ingesta es inferior a 0,5 veces o superior a 1,5 veces el requerimiento promedio en al
menos el 30% de los hogares, independientemente del nivel de ingreso de estos (véanse los gráficos 2A y 2B).

Gráfico 1
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): distribución de los hogares
según la ingesta calórica aparente diaria promedio por persona del hogar, área urbana
(En porcentajes)

Costa Rica (2012-2013)

Rep. Dominicana (2006-2007)

Guatemala (2014)

Honduras (2004)

Nicaragua (2014)

Panamá (2007-2008)

El Salvador (2005-2006)

100
0 10 20 30 40 50 60 70 80 90

Menos de 500 kcal De 500 kcal al 50% inclusive del reqpc

Del 50% al 150% inclusive del reqpc Del 150% del reqpc a 6.000 kcal inclusive Más de 6.000 kcal

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos de las encuestas de hogares de los países.
Nota: Reqpc corresponde al requerimiento energético promedio por persona. Los datos se obtuvieron de encuestas de ingresos y gastos
en todos los países excepto en Guatemala, cuyos datos provienen de encuestas de condiciones de vida.

Gráfico 2
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): distribución de los hogares del primer y quinto quintil
de ingresos por persona según la ingesta calórica diaria promedio por persona del hogar, área urbana
(En porcentajes)

A. Primer quintil

Costa Rica (2012-2013)

Rep. Dominicana (2006-2007)

Guatemala (2014)

Honduras (2004)

Nicaragua (2014)

Panamá (2007-2008)

El Salvador (2005-2006)

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Menos de 500 kcal De 500 kcal al 50% inclusive del reqpc

Del 50% al 150% inclusive del reqpc Del 150% del reqpc a 6.000 kcal inclusive Más de 6.000 kcal
32 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

B. Quinto quintil
Costa Rica

Rep. Dominicana

Guatemala

Honduras

Nicaragua

Panamá

El Salvador

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Menos de 500 kcal De 500 kcal al 50% inclusive del reqpc

Del 50% al 150% inclusive del reqpc Del 150% del reqpc a 6.000 kcal inclusive Más de 6.000 kcal

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos de las encuestas de hogares de los países.
Nota: Reqpc corresponde al requerimiento energético por persona promedio.

Además, en un porcentaje significativo de casos el gasto en alimentos no concuerda con el nivel


de ingreso o de gasto total de los hogares. A manera de ejemplo, en los gráficos 3 y 4 se muestra a qué
deciles de ingreso y de gasto por persona, respectivamente, pertenecen los hogares cuyo gasto alimentario
se encuentra en torno a la línea de pobreza extrema de la CEPAL en los países miembros del SICA. Se
observa que los hogares están repartidos a lo largo de toda la distribución: alrededor del 10% de los
hogares situados en torno a la línea de pobreza extrema corresponden al noveno y al décimo decil de la
distribución de ingresos por persona del hogar. Este resultado es particularmente relevante cuando el gasto
en alimentos se utiliza como una variable indicativa del nivel de bienestar del hogar (por ejemplo, cuando
se emplean metodologías en que se requiere usar esta variable al seleccionar la población de referencia).

Gráfico 3
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): proporción de hogares cuyo gasto alimentario
se encuentra en torno a la línea de pobreza extrema en cada decil de ingreso por persona
(En porcentajes)
35

30

25

20

15

10

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Costa Rica (2012-2013) Rep. Dominicana (2006-2007) Guatemala (2014) Honduras (2004)

Nicaragua (2014) Panamá (2008-2009) El Salvador (2005-2006)

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos de las encuestas de hogares de los países.
Nota: Se considera que el gasto alimentario se encuentra en torno a la línea de pobreza extrema cuando es de un 10% inferior a un 10%
superior a dicha línea.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 33

Gráfico 4
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): proporción de hogares cuyo gasto alimentario
se encuentra en torno a la línea de pobreza extrema en cada decil de gasto por persona
(En porcentajes)
35

30

25

20

15

10

0 10 20 30 40 50 60 70 80 90 100

Costa Rica (2012-2013) Rep. Dominicana (2006-2007) Guatemala (2014) Honduras (2004)

Nicaragua (2014) Panamá (2008-2009) El Salvador (2005-2006)

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de datos de las encuestas de hogares de los países.
Nota: Se considera que el gasto alimentario se encuentra en torno a la línea de pobreza extrema cuando es de un 10% inferior a un 10%
superior a dicha línea.

Estos resultados implican que la información sobre la ingesta calórica debe utilizarse con precaución.
En particular, la construcción de la CBA no debería depender de forma crítica de esta variable. Asimismo, los
resultados sugieren que los datos sobre el gasto en alimentos pueden no brindar una buena aproximación
al consumo de alimentos de los hogares, sobre todo cuando esos datos se utilizan de manera desagregada.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 35

II. Selección de la población de referencia

A. Métodos tradicionales
La población de referencia es el grupo del que se obtiene la estructura de consumo y precios para construir
la CBA. De ese grupo también se obtiene la relación entre el gasto en alimentos y el gasto total para
estimar el coeficiente de Orshansky.
En la medición de la pobreza por ingresos habitualmente se han utilizado dos caminos para definir
la población de referencia. Ambos consisten en utilizar una variable indicativa (proxy) del nivel de vida,
que se pueda contrastar con un umbral de suficiencia.
Uno de estos caminos es el método que por lo general se ha utilizado en América Latina y en
la CEPAL, que consiste en tomar la ingesta calórica aparente como variable indicativa del bienestar.
Esta variable se contrasta con el requerimiento calórico recomendado, lo que da cuenta de la
suficiencia de la ingesta. La población de referencia corresponde al grupo de hogares, ordenados
según su ingreso por persona, que en promedio tiene una ingesta calórica igual al requerimiento
recomendado (CEPAL, 1991).
En la segundo camino, conocido como método iterativo, se utiliza el ingreso (o el gasto) en sí mismo
como indicador indirecto del nivel de vida, y ese indicador se contrasta con un criterio de suficiencia que
corresponde a la línea de pobreza extrema o de pobreza. Dado que en este caso el criterio de suficiencia
no se conoce de antemano, pues para eso es necesario haber completado el proceso de estimación de la
línea, se seleccionan distintos grupos de referencia de forma iterativa hasta que se produce la concordancia
entre el ingreso (o gasto) promedio del grupo de referencia y la línea de pobreza que se construye a partir
de él (Ravallion, 1998).
Los dos métodos que tradicionalmente se han utilizado para seleccionar la población de referencia
dependen, ya sea de manera directa o indirecta, de la ingesta calórica aparente. En el caso del primer
método, que consiste en ordenar los hogares según su ingreso por persona y elegir al grupo cuya ingesta
calórica aparente sea igual al requerimiento calórico recomendado, la utilización de la estimación de
calorías es evidente.
En el caso del método iterativo, el hecho de que este depende de la ingesta calórica no se manifiesta
de forma explícita en la formulación de la metodología. No obstante, de no ser por la diferencia entre
la ingesta calórica del grupo seleccionado y el requerimiento calórico, la línea de pobreza sería siempre
36 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

igual al gasto promedio de cualquier grupo seleccionado, por lo que la convergencia se produciría a lo
largo de toda la distribución del ingreso13.
La medición de la ingesta calórica mediante encuestas de gasto presenta algunas limitaciones que
ya se han mencionado y que hacen deseable que la selección de la población de referencia no se base
exclusivamente en esta variable.
Además, cabe considerar que, a medida que la disponibilidad de calorías de bajo costo ha aumentado
en la región, la subnutrición ha disminuido visiblemente y los problemas asociados a la obesidad han ido
aumentando. Por tanto, el déficit de calorías ha perdido representatividad como indicador de la situación
de pobreza.
La población de referencia también se puede seleccionar sobre la base de diversas carencias críticas
que pueden estar presentes en los hogares y que suelen utilizarse en el método de las necesidades básicas
insatisfechas (CEPAL, 2018) que se describe a continuación.

B. Método basado en carencias críticas


Para superar el problema de que los métodos descritos anteriormente dependen de la ingesta
calórica y para lograr una mayor coherencia en cuanto a las características que debe cumplir la
población de referencia, la CEPAL (2018) utiliza una metodología basada en una combinación de los
criterios que se aplican en los métodos tradicionales. De conformidad con el criterio de suficiencia
que se emplea en el método de la ingesta calórica, se evalúa en qué medida los hogares presentan
una serie de carencias críticas14. Además, se aplica la noción de concordancia proveniente del
método iterativo y se establece que la población de referencia no puede tener un gasto inferior
a la línea de pobreza.

1. Identificación del grupo de referencia en función de las carencias críticas


Las categorías de privación que se habían de evaluar se seleccionaron sobre la base del método de las
necesidades básicas insatisfechas que la CEPAL aplica y que tiene una larga tradición de uso en América
Latina (Feres y Mancero, 2001b). Las privaciones que se captan mediante este método coinciden con
el concepto de pobreza absoluta y su medición se basa en variables disponibles en la mayoría de las
encuestas de gasto de la región. A los efectos de seleccionar la población de referencia se establecen
cuatro grupos de carencias críticas: vivienda, servicios básicos, educación y alimentación (véase el
cuadro 13)15.

13
Al comparar las ecuaciones de la línea de pobreza (LP = CKCi * RC * COi), donde CKCi corresponde al costo por kilocaloría del
grupo de referencia i, RC corresponde al requerimiento promedio de la población y COi corresponde al coeficiente de Orshansky del
grupo de referencia i, con la del gasto promedio de cualquier grupo de hogares i (Gi = CKCi * Kcali * COi), donde Kcali corresponde
a las ingesta calórica aparente del grupo de referencia i, se advierte que el gasto promedio y la línea de pobreza comparten dos
factores comunes, CKC y CO. En la medida en que Kcal y RC sean iguales, la línea de pobreza será igual al gasto medio del grupo y
se producirá la convergencia deseada (CEPAL, 2018).
14
La evaluación de otras carencias críticas, además de la alimentaria, tiene por objeto identificar mejor los hogares que deben
integrar la población de referencia. El propósito de esta evaluación no es crear una medida multidimensional de la pobreza,
sino proporcionar un análisis más robusto de la satisfacción de las necesidades básicas como base para construir la línea de
pobreza monetaria.
15
En relación con cada uno de los indicadores, la privación se define sobre la base de los datos que se obtienen de las encuestas de
ingresos y gastos utilizadas en CEPAL (2018), buscando la mayor homogeneidad metodológica posible en su utilización a nivel
regional. Estos indicadores y sus umbrales pueden adaptarse a las especificidades y disponibilidad de datos de cada país.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 37

Cuadro 13
Definición general de los indicadores de privación

Dimensiones Indicadores de privación


Vivienda
Precariedad de los materiales de la vivienda Viviendas que tienen piso de tierra o techos o muros construidos
con materiales precarios
Hacinamiento Hogares que tienen más de tres personas por cuarto
Servicios básicos
Carencia de fuentes de agua mejoradas Hogares que obtienen agua de alguna de las siguientes fuentes:
- red pública fuera del terreno (en áreas urbanas)
- pozos no protegidos
- fuentes móviles (aljibe, carro tanque, aguatero, entre otros)
- río, quebrada, lluvia y otros
Carencia de saneamiento mejorado Hogares en alguna de las siguientes situaciones:
- con evacuación no conectada a red de alcantarillado o fosa séptica
(en áreas urbanas)
- que no disponen de servicio higiénico
- con evacuación sin tratamiento o a la superficie, río o mar
Educación
Asistencia escolar Hogares que tienen al menos un niño en edad de asistir a la
educación primaria o al ciclo básico de secundaria (de 7 a 15 años)
que no asiste a ningún establecimiento educativo
Alimentación
Ingesta calórica Hogares cuya ingesta calórica por persona es inferior al
requerimiento promedio
Participación del gasto en alimentos en el gasto total Hogares que destinan más de tres cuartas partes de su presupuesto
a la compra de alimentos

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por ingresos: actualización metodológica
y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018.

Para representar las necesidades en materia de vivienda, se utiliza la precariedad de los materiales
o la condición de hacinamiento. A su vez, para representar el acceso a los servicios básicos se emplea
un indicador de acceso al agua o un indicador de acceso al saneamiento. La selección de la variable
que se va a utilizar para cada una de estas dos dimensiones dependerá del grado de correlación con
el ingreso. Las carencias que se detectan por medio de estos indicadores no siempre corresponden
a una incapacidad de acceder al bien o al servicio por falta de ingresos, puesto que también pueden
deberse a una insuficiente oferta de servicios adecuados, o a características culturales y territoriales,
entre otras. Debido a lo anterior, se elige el indicador que presente un mayor porcentaje de hogares
con carencias críticas en los quintiles de menores ingresos y un bajo porcentaje de carencias críticas
en los quintiles más altos.
En lo que respecta a la educación, como derecho fundamental que permite a las personas
adquirir las competencias necesarias para desarrollarse adecuadamente en la vida productiva y social,
se considera que existe privación cuando hay al menos un niño en edad de asistir a la educación
primaria o al ciclo básico de secundaria (de 7 a 15 años) que no lo está haciendo. No se toman en
consideración las carencias en el logro educativo de las personas mayores a este tramo de edad, ya
que corresponde a una carencia producida en el pasado, que generalmente no puede subsanarse
por medio del ingreso presente.
En cuanto a la alimentación, se utiliza el criterio habitual de insuficiencia calórica o un criterio
indirecto basado en la participación del gasto en alimentos en el gasto total del hogar. Este último
criterio resulta especialmente necesario cuando en la encuesta se registra una ingesta calórica excesiva.
38 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Al igual que se hace en los métodos de pobreza multidimensional basados en el enfoque de conteo
(Alkire, 2007), luego de definir los indicadores de privación, se suma el número de carencias en cada hogar.
Existen diversas opciones para determinar el número de privaciones que permiten clasificar un hogar como
carente o no carente. Una de ellas es el criterio de unión, en que un hogar se define como carente si tiene al
menos una privación. Otra es el de intersección, en que un hogar se define como carente si tiene privaciones
en las cuatro dimensiones.
En concordancia con la práctica habitual de construcción de índices de pobreza multidimensional
(Santos, 2019), se propone utilizar un criterio intermedio en que un hogar se define como carente cuando
presenta carencias en al menos dos de las cuatro dimensiones. Este criterio se adapta mejor a los posibles
errores de medición de las variables utilizadas y permite obtener resultados más coherentes al establecer
comparaciones entre los países.
En el cuadro 14 se presenta una comparación entre los tres criterios, con base en la información de
las encuestas utilizadas en CEPAL (2018). Se observa que, según el criterio de intersección, la población
de referencia de todos los países se ubicaría en el primer quintil móvil de ingreso por persona, lo que
implica un elevado error de exclusión; si se aplica el criterio de unión, por su parte, en cinco de los siete
países el quintil de referencia sería prácticamente el quinto quintil, lo que supone un elevado error de
inclusión. El criterio intermedio permite obtener una población de referencia más concordante con el
nivel de desarrollo económico de los países.

Cuadro 14
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): población de referencia obtenida
(expresada en quintil móvil de la población) según el criterio de selección de carencias críticas que se aplique

País Criterio de unión Criterio de intersección Criterio intermedio


Costa Rica (2012-2013) 32-51 1-20 1-20
El Salvador (2005-2006) 75-94 1-20 33-52
Guatemala (2014) 79-98 1-20 45-64
Honduras (2004) 81-100 1-20 43-62
Nicaragua (2014) 81-100 1-20 40-59
Panamá (2007-2008) 56-75 1-20 4-23
República Dominicana (2006-2007) 81-100 1-20 31-50

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de tabulaciones especiales de las encuestas de hogares.
Nota: Según el criterio de unión, un hogar se define como carente si tiene al menos una privación en materia de vivienda, servicios
básicos, educación o alimentación. Según el criterio de intersección, un hogar se define como carente si tiene privaciones en las cuatro
dimensiones. Según el criterio intermedio, un hogar se define como carente si tiene privaciones en al menos dos de las dimensiones. Se
selecciona el primer quintil móvil en que un 10% o más de los hogares se defina como carente según el criterio aplicado. Este corresponde
al criterio utilizado en CEPAL (2018).

El criterio adoptado para seleccionar la población de referencia consiste en elegir el primer quintil
móvil en que un 10% de los hogares tenga al menos dos carencias (véase el cuadro 15). No se utiliza un
umbral del 0% de carencias, ya que la correlación entre las variables monetarias y no monetarias no es
perfecta, por lo que se encuentran hogares con carencias incluso en el quintil más alto de la distribución
de ingreso por persona.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 39

Cuadro 15
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): proporción de hogares
con dos o más carencias críticas, por quintil móvil, 2006-2014
(En porcentajes)

Quintil móvil (percentiles)


País
1-20 11-30 21-40 31-50 41-60 51-70 61-80 71-90 81-100
Costa Rica
6,8 3,3 2,3 1,0 0,0 0,0 0,1 0,2 0,1
(2012-2013)
El Salvador
26,7 21,9 17,3 10,6 7,0 5,1 3,1 1,3 0,4
(2015-2006)
Guatemala
33,9 26,3 19,3 15,2 11,5 7,5 4,2 2,3 0,8
(2014)
Honduras
26,0 24,0 19,1 15,5 11,3 6,7 4,1 2,6 1,2
(2004)
Nicaragua
25,8 19,9 16,2 13,0 9,1 5,1 3,0 3,3 2,3
(2014)
Panamá
13,2 4,3 2,2 1,5 1,2 0,8 0,1 0,0 0,0
(2007-2008)
República
Dominicana 24,4 21,4 15,5 11,2 7,7 1,5 0,4 1,8 1,6
(2006-2007)

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por ingresos: actualización metodológica
y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018.

2. Concordancia con la línea de pobreza


Aun cuando la población de referencia elegida permita satisfacer un estándar mínimo de carencias
críticas no monetarias, esto no necesariamente es congruente con la construcción de un criterio de
suficiencia que se aplique a la escasez de recursos monetarios, como es la construcción de la línea
de pobreza.
Para asegurar esa congruencia se utiliza el método iterativo. Luego de construir la línea de
pobreza a partir del estrato de referencia obtenido aplicando el criterio de las carencias críticas, la
línea se contrasta con el gasto promedio del quintil de referencia: si la línea se encuentra por encima
de dicho gasto, la población de referencia se mueve un percentil hacia arriba en la distribución del
ingreso por persona y se vuelve a repetir el procedimiento; si la línea es menor o igual que dicho
gasto, la población de referencia a partir de la cual se obtuvo la línea de pobreza será la población
de referencia utilizada.
En la totalidad de los países de la región de los que se disponía de información, la población de
referencia seleccionada aplicando el criterio de las carencias críticas mostró un gasto promedio superior
a la línea de pobreza obtenida. Por consiguiente, las líneas finales de pobreza y pobreza extrema se
construyeron a partir de ese grupo de población.
40 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

3. Uso de deflactores geográficos de precios


En la metodología descrita se elige una sola población de referencia que sirve tanto para construir la
CBA como para estimar el componente no alimentario de la línea de pobreza16. Dado que la población
se selecciona a nivel nacional, está compuesta por hogares de las diversas regiones geográficas del
país, lo que permite construir las CBA y las líneas de pobreza específicas de los diversos dominios
de interés.
Dado que la población de referencia está integrada por hogares de áreas en que hay distintos niveles
de precios, en el momento de construir los quintiles móviles es necesario aplicar un deflactor de precios
a la variable de ordenamiento de los hogares, ya sea el ingreso o el gasto. Con ello se busca corregir las
posibles diferencias de poder adquisitivo entre las distintas áreas geográficas de un país, de modo que
los hogares seleccionados tengan un nivel de vida similar.
La información necesaria para construir los deflactores geográficos de precios debería provenir
de los datos obtenidos para calcular el IPC. No obstante, en la mayoría de países de la región el IPC
suele referirse únicamente a las áreas urbanas. En ese caso, es posible calcular deflactores de precios
con base en las propias encuestas de gastos, aun cuando ello plantea al menos dos inconvenientes. El
primero es que, dado que se debe contar con información sobre las cantidades adquiridas y los valores
unitarios, solo es posible obtener deflactores de precios relativos a los productos alimenticios. Por
tanto, la representatividad del deflactor dependerá de cuánto las diferencias entre los precios de los
bienes no alimentarios del área urbana y rural se asemejen a las diferencias entre los precios de los
bienes alimentarios de dichas áreas. Si se considera que el valor de la vivienda presenta diferencias
apreciables entre ambas áreas, existe la posibilidad de que en los deflactores se sobrestime el costo
de vida del área rural. Un segundo inconveniente es que las diferencias relativas a los costos unitarios
entre las áreas geográficas no solo corresponden a diferencias entre los precios pagados, como se
supone implícitamente en el cálculo de los deflactores, sino también a diferencias relativas a la calidad
de los productos adquiridos (Gibson, 2016).
Los deflactores de precios calculados con base en las encuestas de gasto de la región muestran
que las diferencias entre las áreas urbanas y las rurales no llegan al 10%, por lo que el efecto práctico de
utilizar estos deflactores en el ordenamiento de los hogares es leve (véase el cuadro 16).

Cuadro 16
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (4 países): relación entre los precios
de los productos alimentarios del área urbana y el área rural de los países
sobre los que se dispone información, 2007-2014ª

País Relación
Costa Rica (2012-2013) 0,968
Guatemala (2014) 0,943
Nicaragua (2014) 0,926
República Dominicana (2006-2007) 0,982

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por ingresos: actualización metodológica
y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P), Santiago, 2018.
ª Se excluyen El Salvador y Honduras, ya que en esos países se utilizaron los precios del índice de precios al consumidor (IPC).

16
Ravallion (1998) plantea utilizar dos poblaciones de referencia distintas, con el objetivo de calcular un límite inferior y un límite
superior para el componente no alimentario de la línea de pobreza. El límite superior corresponde al gasto en bienes no alimentarios
que realizan los hogares cuyo gasto en alimentos es similar a la línea de pobreza extrema, y por tanto requiere identificar a dicho
grupo como población de referencia. No obstante, las consideraciones planteadas en la sección II sobre las limitaciones de las
encuestas de ingresos y gastos de los hogares para obtener una estimación del gasto en alimentos que sea representativa a nivel de
los hogares hacen que sea cuestionable utilizar este procedimiento para estimar las líneas de pobreza.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 41

III. Canasta básica de alimentos

A. Selección de productos
Para construir la canasta básica es necesario disponer del listado completo de los productos adquiridos
por la población de referencia17. En él se proporciona la información que permite identificar el producto
(el nombre y el código), el gasto realizado, la cantidad adquirida, y el aporte de calorías y nutrientes. El
listado se expresa por persona, lo que supone dividir la suma total de cada variable (gasto, cantidad, calorías
y otros nutrientes) entre la cantidad de personas de la población de referencia, independientemente
de si ellas consumieron o no cada uno de los productos en particular.
El número de productos del listado completo varía entre las diversas encuestas. Las encuestas de
ingresos y gastos, en que la información se recopila mediante un listado abierto, suelen contener un número
mayor de productos que las encuestas de condiciones de vida, que por lo general se basan en un listado
cerrado. En la región, el número de productos de consumo que hay en el listado completo de productos
adquiridos por la población de referencia varía de 67, en Nicaragua, a 483, en la República Dominicana.
Estos datos se refieren al área urbana: en el área rural la variación es similar (véase el cuadro 17).
Para simplificar la construcción de la CBA y el análisis de su composición, el listado completo
de productos se clasifica en grupos alimentarios. Si bien los gastos registrados en las encuestas suelen
agruparse según la Clasificación del Consumo Individual por Finalidades (CCIF), es conveniente utilizar
una clasificación distinta basada en las propiedades alimentarias de los productos. El número de grupos
alimentarios va a depender de los criterios que se apliquen para clasificar los productos. Por ejemplo,
la actualización de la Tabla de Composición de Alimentos de Centroamérica del INCAP (2018) contiene
25 grupos de alimentos y un total de 2.657 productos; en la actualización metodológica de CEPAL (2018),
a su vez, los productos se clasificaron en 14 grupos18.


17
En la práctica, la información de las encuestas de hogares se refiere a los productos adquiridos para consumir y no a los productos
efectivamente consumidos. No obstante, en la construcción de las canastas básicas se supone que los productos adquiridos
corresponden, en promedio, a los productos consumidos, por lo que en esta sección se utilizan ambos términos de manera indistinta.
18
Los grupos son los siguientes: i) granos; ii) panes y cereales; iii) leguminosas; iv) vegetales (verduras u hortalizas); v) raíces y
tubérculos; vi) frutas; vii) azúcares; viii) grasas y aceites; ix) leche y productos lácteos; x) carnes, aves, pescados, mariscos y huevos;
xi) bebidas no alcohólicas; xii) bebidas alcohólicas; xiii) productos alimenticios no especificados previamente, y xiv) comidas y
bebidas fuera del hogar (incluye comidas y bebidas preparadas para llevar).
42 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 17
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): productos alimentarios
adquiridos por la población de referencia
(En número)

País Área urbana Área rural


Costa Rica (2012-2013) 442 415
El Salvador (2005-2006) 447 334
Guatemala (2014) 109 110
Honduras (2004) 130 129
Nicaragua (2014) 67 66
Panamá (2007-2008) 334
República Dominicana (2006-2007) 483 382

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de encuestas de los respectivos países.

Para construir la CBA se selecciona un número acotado de productos que sean representativos
de los hábitos de la población, que sean coherentes con la noción de canasta básica y que además
faciliten el seguimiento de la estructura de la canasta y de los precios. Con ese fin, se pueden seleccionar
productos que cumplan criterios independientes relacionados con la universalidad del consumo, el
aporte energético y la participación en el gasto. Por ejemplo, en CEPAL (1991) se seleccionaron los
productos que cumplieran con alguno de los siguientes criterios: que hubieran sido consumidos por al
menos el 20% de los hogares, que aportaran al menos el 1% de las calorías totales, o que representaran
al menos el 1% del gasto alimentario total y el 5% del gasto del grupo alimentario al que pertenecieran.
Menchú y Osegueda (2002) plantearon operacionalizar los criterios de manera similar y establecieron
que un producto sería parte de la CBA si era consumido por al menos un 25% de los hogares, aportaba al
menos un 0,5% de las calorías totales o representaba al menos un 1% del gasto total en alimentos. En la
construcción de la CBA de Panamá se seleccionaron productos que hubieran sido consumidos por más
del 18% de los hogares, aquellos cuyo aporte calórico fuera superior al 0,5% y aquellos a los cuales los
hogares hubieran destinado el 1% o más de su gasto total. Se incorporaron además cinco productos que
no cumplían con ninguno de los criterios (Gobierno de Panamá, 2015)19. En el caso de la CBA de Costa
Rica, por otra parte, se incluyeron los productos que el 10% o más de los hogares habían declarado y que
aportaban al menos el 0,5% del consumo calórico total o cuyo gasto correspondía a por lo menos el 0,5%
del gasto en alimentos (INEC, 2010).
En la metodología que se plantea en CEPAL (2018) se propone que el criterio principal de selección
de los productos sea el que supone elegir los que son adquiridos por un determinado porcentaje de hogares
de la población de referencia20. Los criterios que no se utilizan (el de participación en el gasto y el del
aporte de energía) tienden a ser redundantes y no contribuyen a construir una canasta más representativa
de los hábitos de consumo ni a mejorar el perfil nutricional de esta.
Como complemento del criterio del porcentaje de hogares, en la actualización metodológica de CEPAL
(2018) se indica que la canasta siempre debe incluir al menos los dos productos que se consuman con más
frecuencia en cada grupo de alimentos, aunque el porcentaje de hogares que los adquiera sea inferior al
umbral seleccionado. De esta manera se garantiza que todos los grupos de alimentos estén representados
en la CBA y que la composición de esta sea variada, lo que contribuye a la calidad de la alimentación.
Un elemento adicional de la selección de los productos que forman parte de la CBA es la
eventual exclusión de ciertos productos, que se realiza con fines esencialmente normativos. En

19
Esos productos eran la corvina, el ajo, la mayonesa, el repollo y el té.
20
En CEPAL (2018) se utilizaron porcentajes específicos para cada país (de un 3% a un 21%), y de esa manera se seleccionaron alrededor
de 60 productos para cada CBA.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 43

algunas de las canastas básicas construidas en la década de 1990 —CEPAL (1991) y algunas canastas
básicas nacionales— se excluía el consumo fuera del hogar porque este se consideraba un tipo de
consumo que tenía fines más recreativos que alimentarios, y porque su costo por kilocaloría era
excesivo para la noción de canasta básica. Sin embargo, el consumo fuera del hogar tiene una
importancia cada vez mayor en los hábitos de consumo de la población, por lo que excluirlo afecta
la representatividad de la CBA y no es recomendable. Por otra parte, tanto en las metodologías de
CEPAL (1991 y 2018) como en las canastas básicas alimentarias de los países es habitual excluir las
bebidas alcohólicas, ya que ellas se asocian con un hábito más social que nutricional y no constituyen
un consumo socialmente deseado.

B. Calidad nutricional de la canasta básica de alimentos


Si bien es cierto que el propósito primario de la CBA no es ofrecer pautas de alimentación, se debe
asegurar que la canasta cumpla con ciertos estándares nutricionales, de manera que el costo estimado
no sea inferior al de una canasta que permita nutrirse de forma adecuada. Tanto en las canastas que
se calculan en los países como en las que construye la CEPAL, además de la estimación de la energía
se incorpora algún criterio que permite estimar la calidad nutricional (Fuster y otros, 2006; Graciano y
Risso Patrón, 2011). A su vez, con base en la evaluación nutricional es posible ajustar la CBA.

1. Evaluación nutricional
Las recomendaciones nutricionales se hacen con el propósito de mantener la salud de la población. En
este contexto, la salud está marcada por una baja prevalencia de enfermedades relacionadas con la dieta
en la población (FAO/OMS, 2004).
En lo que respecta a las canastas básicas alimentarias que se utilizan para medir la pobreza, la
evaluación nutricional se hace después de seleccionarlas. El cumplimiento de las metas nutricionales
asegura que el costo de la canasta básica permita a la población, en promedio, alimentarse de una
forma que le permita mantener la salud y lograr un desarrollo cognitivo y físico acorde a las etapas
de desarrollo.
La evaluación nutricional puede centrarse en los macronutrientes, que son los nutrientes que aportan
energía, en los micronutrientes, que son las vitaminas y minerales, o en ambos. En el primer caso se busca que
haya un balance adecuado en el suministro de calorías de los distintos nutrientes, tomando como referencia
las recomendaciones que la OMS hizo en 1989, en que se fijó como meta que las proteínas aportaran entre
el 10% y el 15% de las calorías totales, los carbohidratos, entre el 55% y el 75%, y las grasas, entre el 15% y el
30%. Esas recomendaciones se revisaron en OMS/FAO (2002) y, si bien se mantuvieron los intervalos meta
de las proteínas, los carbohidratos y las grasas totales, se hicieron algunas modificaciones. En particular, las
metas se desagregaron según la calidad de las grasas, debido a que la composición cualitativa de estas en
la dieta modifica el riesgo de padecer enfermedades cardiovasculares. Por esta misma razón se disminuyó
la meta de consumo de sodio y, a su vez, la del porcentaje de carbohidratos provenientes de las azúcares,
debido a su alta correlación con la obesidad (véase el cuadro 18).
En casi todos los casos, las evaluaciones nutricionales de las canastas básicas alimentarias se
centran en los intervalos de grasas, carbohidratos y proteínas totales, y no en sus desagregaciones. Lo
anterior se debe a que, como ya se ha expuesto, las encuestas que se utilizan para obtener las canastas
alimentarias no son lo suficientemente detalladas como para hacer una correcta evaluación a un nivel
más desagregado.
44 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 18
Intervalos meta de ingesta nutricional como proporción del total de energía consumida
(En porcentajes)

Grasa total De 15 a 30
Grasa saturada Menos de 10
Grasa polinsaturada De 6 a 10
Grasa trans De 1 a 2
Carbohidratos totales De 55 a 75
Azúcares Menos de 10
Carbohidratos complejos No recomendados
Proteínas De 10 a 15
Colesterol Menos de 300 mg/día
Sodio Menos de 5 g/día
Frutas y verduras 400 g/día como mínimo

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de cuadro de Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación
y la Agricultura (FAO)/Organización Mundial de la Salud (OMS), Vitamin and Mineral Requirements in Human
Nutrition: Report of a Joint FAO/WHO Expert Consultation, Bangkok, 2004 [en línea] http://www.who.int/nutrition/
publications/micronutrients/9241546123/en/.

En algunos estudios realizados en poblaciones localizadas de los países del SICA se ha demostrado
que en ellos se consume una cantidad suficiente de carbohidratos y que, en determinados casos, el
consumo de estos es excesivo en la población en general. La información también indica que el consumo
de grasas es bajo pero adecuado. En lo que respecta a las proteínas suministradas por los alimentos, sin
embargo, satisfacer las necesidades nutricionales se vuelve un importante problema en la población
debido a los patrones culturales y al costo elevado. Las dietas deficientes en proteínas favorecen la
desnutrición materna y, como resultado, se incrementa el riesgo de que el peso de los niños sea bajo al
nacer y de que haya desnutrición crónica (FAO y otros, 2018a).
La disponibilidad de proteínas para el consumo humano depende principalmente de que haya
productos de origen animal, como los huevos, la leche y la carne, entre otros. Las leguminosas, algunas
nueces y las semillas a menudo complementan el requerimiento dietético de proteínas, sobre todo
en poblaciones en cuyo patrón alimentario no se incluye el consumo suficiente de proteínas de origen
animal. Las leguminosas suelen tener una mayor participación en el patrón dietético de la población de
los países más pobres que en el de la población de los más ricos (FAO y otros, 2018b). Por consiguiente,
las fuentes vegetales dominan el suministro de proteínas a nivel mundial (57%), seguidas de la carne
(18%), los lácteos (10%), el pescado y los mariscos (6%) y otros productos animales (9%). Sin embargo,
se espera que la cantidad de carne demandada por los consumidores en los países en desarrollo se haya
duplicado en 2020 (Henchion y otros, 2017).
Existe una relación entre el nivel de ingreso y el consumo de proteínas de origen animal. A medida
que se incrementa el ingreso del hogar, se observa un aumento del consumo de carne, pollo, leche y
huevos, y una disminución relativa del consumo de cereales (OMS, 2003). En el gráfico 5 se muestra la
relación entre el ingreso nacional y el consumo de fuentes de proteína.
En algunos países del istmo centroamericano hay poblaciones en que la prevalencia de la desnutrición
crónica es muy alta (De Onis y otros, 2019), como en Guatemala, donde dicha prevalencia es la mayor del
continente y llega al 48%. La prevalencia de desnutrición crónica es alta en El Salvador (20,6%), Honduras
(22,7%) y Nicaragua (23%), intermedia en Belice (19,3%) y Panamá (19,1%), y baja en Costa Rica (5,6%)
y la República Dominicana (7,1%) (FAO y otros, 2018b; OMS/UNICEF/Banco Mundial, 2017). El retardo
en el crecimiento físico o la desnutrición crónica están estrechamente asociados con la pobreza y son
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 45

un fiel reflejo de las estructuras sociales e institucionales que existen en los países en desarrollo. Esto
ocurre sobre todo por la carencia de alimentos en cantidad y calidad suficientes, y porque no se cumplen
las metas nutricionales, principalmente en lo que respecta a las proteínas. La oportunidad para revertir
las prevalencias actuales se da en los primeros 1.000 días a partir de la concepción, es decir, hasta los 24
meses de vida. El segundo momento en que el crecimiento es acelerado y por tanto aumenta la demanda
biológica de proteína dietética es la adolescencia. La desnutrición crónica tiene consecuencias que duran
toda la vida y merman el potencial de desarrollo social y económico de la población afectada. Además,
existe evidencia de que la desnutrición crónica se relaciona con una mayor probabilidad de padecer
sobrepeso y obesidad. Evitar este flagelo social en la población depende, entre otros aspectos, de que
en el gasto familiar esté contemplado el consumo diario de una dieta equilibrada.

Gráfico 5
Países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA): fuentes proteicas
como proporción de las proteínas totales consumidas por la población, por nivel de ingreso, 2017
(En porcentajes y en dólares de 2017)

100 16 000

14 000
80
12 000

10 000
60

8 000

40
6 000

4 000
20
2 000

0 0
Nicaragua Honduras El Salvador Guatemala Belice Rep. Costa Panamá
Dominicana Rica

Otros Leguminosas Leche Carnes Cereales PIB per cápita

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de Banco Mundial, “PIB per cápita (US$ a precios actuales) – Latin America& Caribbean, Chile”
[en línea] https://datos.bancomundial.org/indicador/NY.GDP.PCAP.CD?locations=ZJ-CL.

El aporte de energía de cada una de las canastas básicas de los países y áreas geográficas se puede
estimar sobre la base del sistema Atwater, en que se utiliza un factor único de equivalencia para cada
macronutriente, sin importar en qué alimento se encuentre. El aporte de energía de las proteínas y los
carbohidratos son 4,0 kilocalorías por gramo y, el de las grasas, 9,0 kilocalorías por gramo.
La evaluación nutricional de las canastas básicas alimentarias puede abarcar también el ámbito
de los micronutrientes (las vitaminas y los minerales). En la región existen micronutrientes que suelen
ser deficientes debido al patrón de consumo alimentario de los países. Mediante la implementación
de políticas y programas dirigidos a erradicar la deficiencia de micronutrientes se ha logrado reducir la
prevalencia de muchas de estas deficiencias, pero hay muchas que aún existen y constituyen problemas
de salud pública en la región (López de Romaña y Cediel, 2017). Las más estudiadas en las encuestas
de situación de los micronutrientes en la población son la deficiencia de hierro, yodo, zinc, ácido fólico,
vitamina B12, vitamina A y, recientemente, vitamina D.
Se han hecho estudios sobre la suficiencia de los micronutrientes en poblaciones que viven
en campos de refugiados en el continente africano, cuya principal fuente de alimentos es la canasta
básica que se distribuye; los hallazgos sugieren que es necesario proporcionar suplementos para
cubrir las necesidades alimentarias diarias (Stuetz y otros, 2016). Estas poblaciones dependen en gran
46 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

medida de la asistencia alimentaria y a menudo corren el riesgo de padecer enfermedades debidas a la


carencia de micronutrientes. Se sugiere que en el contexto de los programas de asistencia alimentaria
de emergencia se evalúen los factores que aumentan la probabilidad de que haya deficiencia de
micronutrientes (OMS, 2004). Esta situación es similar a la de los hogares de las personas que viven en
países de ingresos bajos y medianos, donde la diversidad dietética puede estar limitada por el ingreso
(Soto-Mendez y otros, 2011).
Los factores que permiten estimar la ingesta aparente de nutrientes a partir de la descripción de
los alimentos declarados en la encuesta están disponibles en las mismas tablas de composición de los
alimentos de las que se obtiene la información sobre las calorías. A su vez, se dispone del requerimiento
promedio estimado de los distintos nutrientes21.
La aplicación de estos datos y criterios a las canastas básicas de la región que se presentan en CEPAL
(2018) muestra una situación diversa en cuanto al aporte de vitaminas y minerales. Si bien el requerimiento
establecido en relación con la mayoría de los micronutrientes evaluados se satisface con facilidad, hay
algunos déficits, particularmente los de calcio y hierro, que se presentan de forma generalizada en la
mayoría de las canastas y a lo largo de toda la distribución de ingresos.

2. Ajustes de la canasta básica de alimentos por consideraciones nutricionales


En el contexto de la medición de la pobreza, el objeto principal de la CBA es determinar el costo mínimo
que es necesario afrontar para satisfacer las necesidades básicas de alimentación de forma adecuada,
considerando los hábitos de consumo de la población. Por ello, la canasta se construye a partir del gasto
observado en una población de referencia que se selecciona entre las personas que se encuentran apenas
por encima de la situación de privación, sin llegar a ella.
Dada la forma en que se construye, la canasta observada satisface el requerimiento de energía, pero
no necesariamente otras necesidades nutricionales. Ello plantea la posibilidad de modificar la composición
de la canasta de manera que cumpla con uno o varios de esos requerimientos. Dicha posibilidad no puede
concretarse sin introducir un grado considerable de discrecionalidad en el proceso de construcción de la
CBA, que depende de los criterios y preferencias de quienes hagan los ajustes, y que puede distorsionar
el costo resultante de la canasta.
Dado que la CBA es un instrumento que se utiliza para determinar un valor monetario, se propone que
los ajustes que se le hagan por razones nutricionales solo se justifican si no hacerlos llevaría a subestimar
el costo de adquirir una canasta nutricionalmente adecuada. Si el costo de la canasta basada en los hábitos
observados permite adquirir otra canasta que es mejor desde el punto de vista nutricional, entonces la
canasta cumple el propósito para el que fue creada y no debería modificarse. Esto permite que el costo
de la CBA sea el resultado de un proceso estandarizado y comparable, y minimiza la posibilidad de que
otro tipo de consideraciones puedan sesgar el resultado.
La posibilidad de modificar la CBA difiere según el tipo de indicador nutricional que se
pretenda corregir. Si la CBA observada no satisface las recomendaciones respecto a la estructura de
macronutrientes, se propone utilizar el procedimiento que se describe en la actualización metodológica
de CEPAL (2018). En él se aplica un ajuste a las cantidades de todos los productos que componen un
grupo en particular, o varios grupos alimentarios, y no a los productos de forma individual, con el fin
de reducir la discrecionalidad del proceso. Así, en caso de que sea necesario aumentar la participación
de las proteínas, se incrementan en la misma proporción todos los productos clasificados como
leguminosas, las carnes, las aves, el pescado, los huevos y los productos lácteos. En caso de que sea
necesario aumentar los carbohidratos, los rubros que se deben modificar son los granos, los panes y
cereales, y las raíces y tubérculos. El ajuste de las grasas se realiza directamente en los productos del

Al igual que ocurre con el requerimiento energético, los requerimientos nutricionales se basan en el requerimiento promedio
21

estimado, que indica “el nivel diario de ingesta de un nutriente que alcanza los requerimientos para la mitad de los individuos sanos
según su etapa del ciclo de vida y sexo” (Instituto de Medicina de los Estados Unidos, 2000).
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 47

rubro de las grasas y los aceites. El aumento de las cantidades y las calorías correspondiente a estos
ajustes se compensa con una disminución proporcional en los demás rubros, de tal manera que las
calorías que la canasta proporciona se mantengan constantes.
Por otra parte, hay varios motivos para recomendar que no se hagan ajustes destinados a corregir el
aporte de micronutrientes en la CBA. En primer lugar, los micronutrientes pueden variar en gran magnitud
entre productos cuya descripción es similar. Dado que la especificación de los productos no se proporciona
con suficiente detalle en las encuestas, hay un margen amplio de error en la asignación de coeficientes y
eso puede afectar los resultados. A manera de ejemplo, la cantidad de calcio presente en 100 g de queso
mozzarella es 30% superior a la cantidad de calcio presente en la misma porción de queso duro amarillo.
En segundo lugar, mejorar el perfil nutricional de la canasta modificando productos particulares
puede incidir en el costo de manera muy distinta. Por ejemplo, se puede incrementar el aporte de hierro
modificando la cantidad de carne magra de res o de hígado de res. Según el tipo de carne cuya cantidad se
elija incrementar, y dependiendo de si el costo del producto elegido es superior o inferior al costo promedio
de la canasta, el costo resultante de esta podrá aumentar o incluso disminuir en mayor o menor grado.
Un tercer elemento que se debe considerar es que las deficiencias sistemáticas de micronutrientes
en una población son un problema que abarca al colectivo y no a un individuo u hogar en particular. Esto
significa que son un problema de salud pública que afecta prácticamente a toda la población, aunque por
lo general se concentre en grupos más vulnerables desde el punto de vista económico, geográfico o social.
Dado que el Estado tiene la responsabilidad de hacer lo posible por resolver estas deficiencias por medio
de intervenciones como la fortificación y el enriquecimiento de los alimentos de consumo generalizado,
o la suplementación acorde a las necesidades de la población, es posible satisfacer los requerimientos
sin modificar de manera apreciable los patrones de consumo.
En los países miembros del SICA hay programas de fortificación de alimentos, y en los sistemas de
salud pública de la mayoría de ellos hay intervenciones de suplementación (véase el cuadro 19). Tal es el caso
de la sal fortificada con yodo, el azúcar fortificada con vitamina A, la harina de trigo enriquecida con tiamina,
riboflavina, niacina, hierro y ácido fólico (Soto Bonilla, 2016), y los programas de suplementación de hierro o
micronutrientes focalizados en la población menor de 5 años, las mujeres en edad fértil, las embarazadas y las
lactantes. La cobertura de estos programas de suplementación es diversa y no siempre es de carácter universal.
Los programas de fortificación han sido exitosos en la región, y generalmente se han llevado a cabo mediante
alianzas público-privadas con la industria alimentaria y sobre la base de leyes o normativas nacionales.

Cuadro 19
Países del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA): programas nacionales
de entrega de micronutrientes, por país

El República
Programa Belice Costa Rica Guatemala Honduras Nicaragua Panamá
Salvador Dominicana
Fortificación del azúcar
Vitamina A
Fortificación del arroz
Tiamina, niacina,
ácido fólico, hierro,
vitamina B12,
vitamina E, zinc,
selenio
Fortificación de la
harina de maíz
Tiamina, riboflavina,
niacina, ácido fólico,
hierro
48 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

El República
Programa Belice Costa Rica Guatemala Honduras Nicaragua Panamá
Salvador Dominicana
Fortificación de la
harina de trigo
Tiamina, riboflavina,
niacina, ácido fólico,
hierro
Fortificación de la sal
Yodo y flúor
Suplementación
en embarazadas y ?
mujeres en edad fértil
Suplementación en la
?
niñez (de 6 a 59 meses)
Suplementación en los
?
mayores de 60 años
Fuente: Elaboración propia, sobre la base de información oficial de los países.
Nota: Los datos surgen de leyes y decretos de los diferentes países entre 1961 y 2016.

C. Valoración de la canasta básica de alimentos


Las dos vías habituales de valoración de la CBA son los precios implícitos obtenidos directamente de
las encuestas y los precios provenientes del IPC. No es poco frecuente que en la práctica se utilice algún
procedimiento en que se combinen ambas vías.
La opción recomendada para valorar la CBA es utilizar la información sobre los costos unitarios
que se obtiene de las encuestas de gastos. Dichos costos coinciden con la descripción de los productos
adquiridos y con el tipo de establecimientos que frecuenta la población de referencia. Ahora bien, en las
encuestas de gastos no se suelen relevar directamente los precios que se pagan por los productos. Por
ello, los precios se obtienen de manera indirecta como el cociente entre el gasto realizado por los hogares
y la cantidad de unidades adquiridas. En ese sentido, el costo unitario de los productos puede actuar
como un indicador de la calidad de la información, puesto que permite detectar posibles incoherencias
entre el gasto y la cantidad. Debido a esto es importante validar los precios implícitos de las encuestas
comparando los resultados con alguna otra fuente de información, como los precios del IPC, aun cuando
la comparabilidad sea limitada.
Si en la encuesta de gastos no se proporciona la información necesaria, es posible utilizar directamente
los precios del IPC para valorar la canasta. Esto presenta algunas dificultades, como el hecho de que en el
IPC no se recogen los precios de todos los productos de la encuesta y, en los casos en que esto sí ocurre, los
precios pueden corresponder a variedades distintas de las registradas. Por otra parte, el precio de algunos
productos fluctúa de manera considerable a lo largo del año, sobre todo el de los productos estacionales, como
las frutas y las verduras. Además, los precios del IPC son promedios que corresponden a toda la población,
por lo que no reflejan necesariamente los atributos de calidad y lugar de adquisición del producto que compra
la población de referencia. Por último, los precios del IPC de los países de la región se recogen solamente
en las áreas urbanas y no en las rurales, por lo que su representatividad en estas últimas puede ser limitada.
En la República Dominicana se utilizaron precios implícitos para valorar la CBA. En primer lugar,
se estimaron la media, la mediana y la moda de los valores unitarios por área geográfica. Para estimar la
media se eliminaron los precios del 10% más alto de la distribución. Finalmente, como valor unitario del
producto se utilizó el menor de los estadísticos calculados (ONE, 2012).
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 49

En Guatemala, por su parte, la canasta se valoró según los precios del IPC, lo que supuso recodificar
los productos de la encuesta de tal manera de asociarlos con alguno de los 22 productos a los que se
daba seguimiento en la canasta del IPC. Luego, para lograr que los precios fueran representativos
de los distintos niveles geográficos, a nivel nacional se utilizó el promedio de las 8 regiones y los 28
centros de cotización, y a nivel urbano y rural se tomaron los centros asociados a las características
de la urbanidad o la ruralidad, respectivamente. Como criterio principal para determinar si un punto
de cotización correspondía a un área urbana o rural se tomó la cantidad de habitantes informada en
la Encuesta Nacional de Ingresos y Gastos Familiares (ENIGFAM) 2009-2010 (Monroy Valle, Rodríguez
Valladares y Toledo Chaves, 2013).
En la actualización metodológica de la CEPAL se utilizaron precios implícitos para valorar la CBA.
Se emplearon precios medianos y estos se contrastaron con los precios del IPC. En la mayoría de las
canastas evaluadas, el costo total al que se arribó utilizando ambos vectores de precios (encuesta e IPC)
fue similar, por lo que se consideraron adecuados los precios implícitos obtenidos de la encuesta. Solo
en los casos de El Salvador y Honduras los precios derivados de la encuesta se reemplazaron por una
combinación de precios del IPC (para los productos en que estos estaban disponibles) y de las relaciones
de precio implícitas en la encuesta (para los precios de los demás productos).

D. Línea de pobreza extrema


En el contexto de la medición de la pobreza, el costo de la CBA corresponde a la línea de pobreza extrema.
Por tanto, la pobreza extrema se entiende como aquella situación en que las personas no tienen ingresos
suficientes para adquirir los alimentos, ni siquiera sin preparar.
El costo de la CBA puede expresarse como el producto de dos factores: el requerimiento calórico
promedio por persona y el costo por kilocaloría 22. El requerimiento calórico promedio se obtiene a
partir del proceso que se describió en la sección II.A y se determina de manera estrictamente normativa,
con base en las recomendaciones de ingesta energética. El costo por kilocaloría, a su vez, constituye
el resultado principal de la construcción de la CBA. En ese valor se resumen las diversas opciones
escogidas a lo largo del proceso acerca de los bienes que componen la canasta y su cantidad física,
precio y aporte calórico.
A continuación se brinda un ejemplo del cálculo del costo por caloría de cada producto y del
costo de la CBA en su conjunto, que luego se traduce en la línea de pobreza extrema. En el cuadro
20 se presenta a modo de ejemplo una canasta que contiene diez productos. Se dispone de la
siguiente información: el aporte de energía de cada producto, expresado en calorías por cada 100 g,
que proviene de la tabla de composición nutricional; el factor de aprovechamiento, que también se
obtiene de esa tabla; la cantidad consumida de cada producto, expresada en kilogramos brutos por
persona al día, y el precio por kilogramo, que puede ser, como se señaló en secciones anteriores,
el precio mediano o medio, si se trata de los precios implícitos de la encuesta, o el precio del IPC.
Con base en esta información se obtienen los kilogramos netos consumidos, que corresponden
a la porción comestible de cada producto y que se estiman multiplicando los kilogramos brutos
por el factor de aprovechamiento (obtenido de las tablas nutricionales). También se obtienen las
calorías consumidas por persona al día, multiplicando las calorías de cada producto cada 100 g
por 10 (para obtener las calorías por kilogramo) y por los kilogramos netos consumidos. El costo
por kilogramo consumido de cada producto se obtiene multiplicando los kilogramos brutos por el
precio por kilogramo.
Como se aprecia en el ejemplo del cuadro 20, la selección de productos para la CBA no asegura en
primera instancia que el requerimiento calórico se cumpla. En el ejemplo se supone que el requerimiento
promedio de la población corresponde a 2.000 calorías por persona al día. Por consiguiente, se debe


22
En la práctica se calcula el requerimiento por persona al mes, multiplicando por 30 el requerimiento por persona al día.
50 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

ajustar la canasta para satisfacer dicho requerimiento y, con ese fin, se genera un factor de ajuste de la
siguiente manera:
Factor de ajuste = requerimiento calórico/total de calorías consumidas = 2.000/1.697,42 = 1,1783
El factor de ajuste obtenido se utiliza como se muestra en el cuadro 21.

Cuadro 20
Estimación de las calorías consumidas por persona al día y del costo por kilogramo consumido
en una canasta de diez productos seleccionados a modo de ejemplo

Kilogramos Kilogramos Costo por


Precio por Calorías
brutos netos kilogramo
Calorías Factor de kilogramo consumidas
consumidos consumidos consumido
(cada 100 g) aprovechamiento (en unidades por persona
por persona por persona (en unidades
monetarias) al día
al día al día monetarias)
(A) (B) (C) (D = B x C) (E) (A x D x 10) (B x E)
Carne
289 0,02 0,91 0,018 55 52,60 1,05
de res
Leche
56 0,025 1 0,025 19 14,00 0,35
líquida
Arroz 387 0,062 1 0,062 10 239,94 14,88
Papa 70 0,072 1 0,072 7 50,40 3,63
Tomate 18 0,075 0,98 0,074 9 13,23 0,99
Frijoles 340 0,132 1 0,132 11 448,80 59,24
Pan 274 0,114 1 0,114 13 312,36 35,61
Papayas 39 0,027 0,67 0,018 5 7,06 0,19
Limones 29 0,039 0,84 0,033 6 9,50 0,37
Azúcar 387 0,142 1 0,142 8 549,54 78,03
Total 1 697,42 194,35

Fuente: Elaboración propia.

La multiplicación de los kilogramos brutos por el factor de ajuste permite que las cantidades
consumidas y, por lo tanto, su aporte nutricional y su costo, se ajusten al requerimiento promedio de la
población. El costo por caloría se obtiene dividiendo el costo por kilogramo consumido entre el requerimiento
calórico. En el ejemplo del cuadro 21, el costo por caloría corresponde a 0,1349 unidades monetarias.
Luego, el valor de la CBA puede expresarse como el producto del requerimiento promedio de la
población y el costo por caloría, a saber:
Costo de la CBA = requerimiento promedio de la población * costo por caloría = 2.000 * 0,1349 =
269,8 unidades monetarias.
A nivel mensual, el costo de la CBA por persona se obtiene multiplicando el valor anterior por 30,
lo que da 8.094 unidades monetarias.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 51

Cuadro 21
Estimación de las calorías consumidas por persona al día y del costo por kilogramo consumido en una canasta
de diez productos seleccionados a modo de ejemplo, ajustado para satisfacer el requerimiento calórico

Kilogramos Kilogramos Costo por


Precio por Calorías
brutos netos kilogramo
Calorías Factor de kilogramo consumidas
ajustados consumidos consumido
(cada 100 gr) aprovechamiento (en unidades por persona
consumidos por por persona (en unidades
monetarias) al día
persona al día al día monetarias)
(B x factor de
(A) (C) (D = B x C) (E) (A x D x 10) (B x E)
ajuste)
Carne
289 0,024 0,91 0,021 55 61,97 1,46
de res
Leche
56 0,029 1 0,029 19 16,50 0,49
líquida
Arroz 387 0,073 1 0,073 10 282,71 20,65
Papa 70 0,085 1 0,085 7 59,38 5,04
Tomate 18 0,088 0,98 0,087 9 15,59 1,38
Frijoles 340 0,156 1 0,156 11 528,80 82,24
Pan 274 0,134 1 0,134 13 368,04 49,44
Papayas 39 0,032 0,67 0,021 5 8,31 0,26
Limones 29 0,046 0,84 0,039 6 11,19 0,51
Azúcar 387 0,167 1 0,167 8 647,50 108,34
Total 2 000,0 269,81

Fuente: Elaboración propia.


CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 53

IV. Línea de pobreza

A. Costo de los productos no alimentarios


La estimación del costo de los productos no alimentarios constituye un punto central en la medición
de la pobreza. A diferencia de lo que ocurre con los bienes alimentarios, respecto de los cuales existen
criterios exógenos de suficiencia, como los requerimientos de energía y otros nutrientes, en el caso de
los productos no alimentarios no hay parámetros de suficiencia exógenos que puedan utilizarse para
estimar el consumo mínimo necesario para satisfacer las necesidades básicas.
El método que utiliza la CEPAL y que se emplea en la gran mayoría de los países de la región consiste
en estimar el gasto en bienes no alimentarios dividiendo el gasto total entre el gasto alimentario. Luego,
la línea de pobreza se estima multiplicando la línea de pobreza extrema por este cociente, que se conoce
como coeficiente de Orshansky (o inverso del coeficiente de Engel).
Dado que el estrato poblacional de referencia se elige de modo que sea representativo de un
estándar de vida de suficiencia, es razonable que tanto la CBA como el componente no alimentario
provengan del mismo grupo. Por ello, para determinar la línea de pobreza se utiliza la misma población
de referencia que se emplea para construir y valorar la CBA.

B. Selección de productos
Aun cuando el componente no alimentario de la línea de pobreza se resume en un solo factor y no es
necesario construir una canasta con los bienes y servicios correspondientes, resulta recomendable hacer
una selección de los productos que intervienen en el cálculo del coeficiente de Orshansky. En los países
de la región, los procedimientos que se llevan a cabo con este propósito son diversos. En la República
Dominicana, por ejemplo, se eliminan los productos que pertenecen a la categoría “otros” y los productos
superfluos de las siguientes categorías: bienes y servicios diversos; diversión, entretenimiento y cultura;
muebles y accesorios, y vestuario y calzado (ONE, 2012). En otras opciones de depuración se excluyen
los gastos según la elasticidad ingreso y la percepción de necesidad (México), se aplica un coeficiente
exógeno (Colombia) o se aplica el coeficiente observado sin modificaciones (Uruguay).
En la metodología de CEPAL (2018) se lleva a cabo un procedimiento análogo al que se emplea al
construir la canasta alimentaria: los productos no alimentarios se seleccionan en función del criterio de
54 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

la frecuencia de consumo en la población de referencia, y se incorporan los bienes que son adquiridos
por al menos el 10% de los hogares. A su vez, para asegurarse de que estén representados los distintos
rubros de bienes no alimentarios, los productos se clasifican en siete categorías: vivienda, salud, ropa
y calzado, transporte, equipamiento de la vivienda, educación y otros gastos. A fin de garantizar la
inclusión de algunos rubros que son indispensables en una canasta básica, se incorporan todos los ítems
correspondientes al alquiler (pagado e imputado)23 y los servicios básicos de la vivienda, la educación
primaria y secundaria, y el transporte público.
La aplicación de un mismo umbral en todos los países (10%) da lugar a canastas no alimentarias
de distinto tamaño, que depende del nivel de desagregación con que se capturen los productos en la
encuesta (véase el cuadro 22). Por ello, después de seleccionar los productos según el porcentaje de
hogares que los adquieren, es necesario analizar los rubros que quedaron incorporados y excluidos, para
asegurarse de que estos permitan cumplir el criterio de canasta básica y de que todos los rubros estén
representados de forma adecuada en la línea de pobreza.

Cuadro 22
Efecto de la depuración en el gasto y el número de productos del componente no alimentario

Proporción del
Número gasto depurado
Número original
Gasto original Gasto depurado depurado de respecto del
de productos
productos gasto original
(en porcentajes)
Vivienda 15 743 438 456 99 15 119 289 081 15 96
Salud 790 612 529 88 333 233 109 8 42
Ropa y calzado 2 320 917 952 109 1 492 536 864 11 64
Transporte 3 528 749 039 74 2 708 391 397 7 77
Equipamiento de la
vivienda y mantenimiento 2 367 463 303 160 936 288 904 8 40
de equipos
Educación 1 232 206 747 48 519 077 065 8 42
Otrosª 5 401 518 682 303 2 587 144 282 17 48
Total 31 384 906 708 881 23 695 960 702 74 76

Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), sobre la base de encuestas de hogares de los países.
ª Incluye comunicaciones, artículos personales, esparcimiento, cultura, aparatos electrónicos y turismo, entre otros.

Si bien es cierto que el componente no alimentario de la línea de pobreza se estima como un


todo, es posible analizar su composición por rubro (véase el cuadro 23). Se observa que la vivienda (que
incluye tanto el alquiler pagado como el alquiler imputado y los servicios básicos) es la categoría que
más pesa en los gastos no alimentarios, con una participación que va del 37% al 64% en el área urbana,
y del 34% al 58% en el área rural de los países de la región. El rubro “otros” (que incluye los gastos en
comunicación, artículos personales, esparcimiento y cultura, entre otros) es la segunda categoría con
más participación en el gasto no alimentario, y representa el 16% del gasto no alimentario, mientras
que el rubro del transporte representa en promedio el 13% del gasto no alimentario rural, tanto en el
área urbana como en la rural.


23
En los países en cuya encuesta no se estimó el alquiler imputado respecto de los hogares propietarios de su vivienda, el costo de la vivienda
se estimó extrapolando a toda la población de referencia el valor de los alquileres pagados por los hogares que hicieron ese gasto.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 55

Cuadro 23
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): estructura del componente
no alimentario de la línea de pobreza, 2006-2014
(En porcentajes)

Ropa y Equipamiento
País Vivienda Salud Transporte Educación Otros
calzado de la vivienda
A. Área urbana
Costa Rica, 2013 64 1 6 11 4 2 11
El Salvador, 2006 42 5 6 10 9 4 23
Guatemala, 2014 41 5 4 12 6 16 16
Honduras, 2004 37 26 4 10 6 4 13
Nicaragua, 2014 49 10 5 11 6 6 13
Panamá, 2007 37 2 14 17 7 5 18
República
44 5 7 16 4 3 20
Dominicana, 2007
Promedio simple 45 8 7 13 6 6 16
B. Área rural
Costa Rica, 2013 58 1 7 14 5 2 13
El Salvador, 2006 41 7 8 11 9 1 23
Guatemala, 2014 46 6 7 9 7 12 15
Honduras, 2004 39 23 4 9 8 4 14
Nicaragua, 2014 38 24 7 10 5 3 13
Panamá, 2007 ... ... ... ... ... ... ...
República
34 5 9 25 6 1 22
Dominicana, 2007
Promedio simple 43 11 7 13 7 4 16

Fuente: Elaboración propia sobre la base de encuestas de hogares de los países.

El porcentaje de gasto no alimentario destinado a la educación y la salud es más heterogéneo y


depende del acceso a los servicios públicos gratuitos o subsidiados. En el caso de la salud, los gastos fluctúan
de un 1% a un 26% en el área urbana, y de un 1% a un 24% en el área rural; en el caso de la educación, el
gasto varía de un 2% a un 16% en el área urbana, y de un 1% a un 12% en el área rural.
El coeficiente de Orshansky (CO) se estima como el cociente entre el gasto total (que equivale al
gasto alimentario más el gasto no alimentario en los productos seleccionados) y el gasto alimentario,
por área geográfica, a saber:
CO = (gasto alimentario total (GA) + gasto no alimentario depurado (GNA))/GA
Supongamos que en el ejemplo del cuadro 22, el gasto alimentario total (GA) de la población de
referencia, para el área urbana es 18.227.662.078 sin depuración24, y el gasto no alimentario depurado
de la misma área geográfica es 23.695.960.702, por lo tanto:
CO = (18.227.662.078 + 23.695.960.702)/18.227.662.078 = 41.923.622.780/18.227.662.078 = 2,3
En el caso de las líneas de pobreza presentadas en CEPAL (2018), los coeficientes de Orshansky en
los países de la región van de 2,0 a 2,5 en el área urbana, y de 1,8 a 2,5 en el área rural, tomando como
período de referencia el año en que se realizó la encuesta de gastos de cada país (véase el cuadro 24).

El gasto alimentario sin depuración corresponde al total del gasto alimentario de la población de referencia antes de realizar la
24

selección de productos que nos conduce a la CBA.


56 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

Cuadro 24
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países): coeficientes de Orshansky, 2004-2014

País Área urbana Área rural


Costa Rica, 2013 2,3 2,1
El Salvador, 2006 2,2 2,1
Guatemala, 2014 2,5 2,5
Honduras, 2004 2,1 2,1
Nicaragua, 2014 2,0 1,8
Panamá, 2007 2,1 ...
República Dominicana, 2007 2,1 1,8
Fuente: Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL), “Medición de la pobreza por
ingresos: actualización metodológica y resultados”, Metodologías de la CEPAL, N° 2 (LC/PUB.2018/22-P),
Santiago, 2018.

C. Líneas de pobreza y actualización en el tiempo


Tal como se señaló anteriormente, las líneas de pobreza se estiman multiplicando el costo de la CBA,
que constituye la línea de pobreza extrema, por el coeficiente de Orshansky correspondiente al año de
la encuesta a partir de la cual se obtuvieron las líneas.
Para obtener las líneas correspondientes a otros períodos, el valor base se modifica según cómo
hayan variado los precios entre el período base y el período respecto del cual se desea estimar.
En la metodología de CEPAL se utilizan dos índices de precios: la CBA se actualiza con base
en la variación del IPC correspondiente a los alimentos, y el costo del componente no alimentario
se actualiza según la variación promedio del IPC respecto de ese tipo de bienes y servicios. Este
proceso implica que la variación de las líneas de pobreza puede no corresponder con la variación
del IPC general, debido a que la ponderación que reciben los alimentos en la línea de pobreza
es distinta que en el IPC general. Asimismo, esta forma de actualizar la línea implica que el
coeficiente de Orshansky varía en el tiempo, según cómo varíe la relación entre el precio de los
alimentos y el precio de los bienes y servicios no alimentarios en cada país (véase el cuadro 25).
Cabe considerar además que, si bien los índices de precios disponibles en los países de la región
abarcan únicamente las áreas urbanas, estos se utilizan para actualizar tanto las líneas urbanas
como las rurales.

Cuadro 25
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) (7 países):
evolución del coeficiente de Orshansky, por país y año, áreas urbanas, 2002-2016

País Circa 2002 Circa 2008 Circa 2012 Circa 2016


Costa Rica 2,7 2,3 2,3 2,3
El Salvador 2,3 2,1 2,2 2,1
Guatemala 3,5 3,0 ... 2,5
Honduras 2,0 2,0 2,1 2,2
Nicaragua 2,1 2,1 ... 2,0
Panamá 2,3 2,1 2,0 2,0
República Dominicana 2,1 2,0 2,0 1,9

Fuente: Elaboración propia, sobre la base de encuestas de hogares de la región.


CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 57

Otra opción posible para actualizar las líneas de pobreza extrema y de pobreza consiste en
utilizar un solo IPC para ambas (por ejemplo, el IPC general), o la variación de los precios del IPC por
producto. El uso de un solo deflactor no resulta una práctica recomendable, ya que no permite capturar
las diferencias en cuanto a la evolución del precio de los alimentos y del precio de los bienes y servicios
no alimentarios. Si bien esto puede funcionar bien en períodos de baja inflación, se corre el riesgo de
producir distorsiones en los resultados cuando aumenta la brecha entre la variación de los precios de
ambos tipos de productos25.
La opción de llevar a cabo la actualización según cómo varíe el precio de cada uno de los productos
que integran la CBA o el componente no alimentario de la línea de pobreza se ha utilizado en diversos
países de la región. En la medida en que se disponga de la información necesaria para ello, esta opción
permite realizar un seguimiento más detallado del costo de los productos representados en las líneas
de pobreza extrema y de pobreza.

D. Consideraciones adicionales relativas a la medición de la pobreza

1. Incorporación del alquiler imputado y de otros servicios en especie


La inclusión de los bienes y servicios en especie en la medición de la pobreza plantea un desafío particular.
Si se asigna un valor monetario a un bien o servicio recibido por el hogar, y si dicho valor se considera
parte de los ingresos de este, por coherencia es necesario que el valor de ese bien o servicio se encuentre
incorporado en la línea de pobreza. Así, si en el ingreso se incluye el alquiler imputado, que corresponde al
valor del servicio que presta la vivienda propia a quienes habitan en ella, entonces en la línea de pobreza
se debe incluir el costo del alquiler de la vivienda (Beccaria, 2007). Dicho costo corresponde al gasto que
tendría la población de referencia si todos los hogares tuvieran que pagar por su vivienda.
No obstante, cuando se asigna un valor monetario a un bien o servicio en especie, implícitamente
se supone que ese monto se puede utilizar para cubrir cualquier otra necesidad. Por tanto, si hubiera una
discrepancia entre el monto del ingreso en especie y el costo considerado en la línea de pobreza, se puede
producir un sesgo en la medición de la pobreza. A manera de ejemplo, si la única fuente de ingreso que
recibe un hogar es el alquiler imputado de la vivienda, y este monto es más alto que la línea de pobreza
extrema, el método indicará que este hogar no se encuentra en situación de pobreza extrema, pese a
que no cuenta con el dinero necesario para adquirir una canasta básica de alimentos.
Para atenuar el riesgo de que la inclusión del alquiler imputado en el ingreso lleve a clasificar
erróneamente hogares que deberían ser considerados pobres, en CEPAL (2018) se aplica una cota máxima:
el alquiler imputado del hogar no puede exceder el 50% del ingreso total de este. Una opción alternativa
consiste en no sumar al ingreso el alquiler imputado, sino utilizar líneas de pobreza diferenciadas para
los hogares arrendatarios y los hogares propietarios. Ambas líneas representarían un monto similar de
gasto en todos los componentes no alimentarios, excepto en el que corresponde al alquiler de la vivienda:
la línea de los propietarios no incluiría el costo del alquiler, mientras que la línea de los arrendatarios sí
lo incluiría. De esta forma se garantiza que cada hogar sea evaluado según el costo efectivo que supone
satisfacer sus necesidades, y se evita el sesgo que surge de la discrepancia entre el valor asignado al
alquiler imputado y el costo de la vivienda implícito en la línea de pobreza.
Estas consideraciones referidas al alquiler imputado también deberían aplicarse si en el ingreso se
incluyen otras transferencias de bienes y servicios en especie. Si el monto de las transferencias es reducido
y con ellas se atienden necesidades que están consideradas en la línea de pobreza, resulta razonable
incorporarlas en el ingreso. Un ejemplo es la entrega de alimentos en especie en establecimientos
escolares, ya que esa entrega tiene por objeto satisfacer una necesidad que está considerada en la línea

Por estos motivos, en 2008 la CEPAL abandonó la práctica de utilizar un deflactor único, a fin de considerar de forma adecuada el
25

rápido incremento de los precios de los alimentos que se registró alrededor de ese año (CEPAL, 2008).
58 CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos...

de pobreza, y su monto corresponde solo a una parte del costo de los alimentos que se consideran en
dicha línea. No obstante, la monetización de otros servicios, como los programas estatales de prestación
gratuita de cuidados médicos o el otorgamiento de becas escolares, puede provocar una mayor distorsión
en la medición de la pobreza y resulta desaconsejable.

2.Utilización de escalas de equivalencia


En la metodología tradicional de medición de la pobreza por ingresos, tanto las líneas de pobreza extrema
y de pobreza como los ingresos se expresan por persona y por mes. Por lo tanto, se asume que los costos
de cubrir las necesidades básicas no difieren de una persona a otra.
Lo anterior supone una simplificación, porque se sabe que tanto los umbrales de suficiencia alimentaria
como la satisfacción de las necesidades básicas no alimentarias varían dependiendo esencialmente del sexo
y la edad de las personas. En la literatura sobre medición del bienestar se ha planteado la relevancia de
utilizar escalas de equivalencia, que son índices del costo de vida relativo de los hogares que se determinan
considerando dos aspectos. El primero de ellos son las economías de escala, que hace referencia a que,
el aumento del gasto en un bien es menos que proporcional al aumento del número de personas que
integran el hogar. Un ejemplo de esto es que el hecho de que se incorpore un nuevo miembro al hogar
no significa directamente que este deba adquirir una nueva vivienda. Un segundo aspecto que se debe
considerar son las equivalencias de consumo, que se refieren a la variación de las necesidades físicas de
las personas según sus características personales, sobre todo la edad y el sexo. El menor requerimiento
de calorías que tienen los niños respecto de los adultos es un ejemplo habitual de este elemento.
En las escalas de equivalencia se eligen un tamaño y una composición del hogar para expresar los
indicadores en un estándar común. En general se utiliza un hombre adulto como parámetro común y,
por lo tanto, el número de “adultos equivalentes” del hogar será siempre menor o igual que el número
de miembros de este.
En términos generales, para estimar escalas de equivalencia hay que comparar el gasto realizado
por los hogares de distinto tamaño y composición que tengan un mismo nivel de bienestar (o un mismo
nivel de “utilidad”). Para ello se dispone de distintos métodos, como el de Engel, en que se asocia el nivel
de utilidad con el porcentaje del gasto destinado a la compra de alimentos, y el método de Rothbarth,
en que se usa el gasto en bienes de adulto como indicador de bienestar. La validez teórica y empírica de
estos métodos sencillos y de otros más complejos ha sido objeto de diversos cuestionamientos, por lo
que ninguno de ellos es aceptado ampliamente (Deaton, 1997).
Ante la falta de métodos ampliamente extendidos para estimar escalas de equivalencia de forma
empírica, es común recurrir a fórmulas que tienen por objeto representar un comportamiento estilizado
de las diferencias del costo de vida entre hogares dada su composición y estructura.
En la actualización metodológica de la CEPAL no se incorporaron escalas de equivalencia, ya que
se consideró cuestionable su aporte a la precisión y comparabilidad de los resultados entre países. Se
concluyó que seguir la práctica habitual de adoptar una fórmula estandarizada no sería consistente con la
diversidad de estructuras demográficas en los países de la región. A su vez, se tuvo en consideración que
el uso de escalas de equivalencia puede llevar a resultados contrarios a las prioridades de política pública.
Por ejemplo, reconocer las diferencias individuales en el requerimiento calórico lleva a estimar líneas
de pobreza extrema con umbrales menores para los niños y las mujeres que para los hombres adultos.
CEPAL Lineamientos metodológicos para la construcción de canastas básicas de alimentos... 59

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Definicion_y_Metodologia.pdf.
Las canastas básicas de alimentos constituyen un elemento fundamental para la
determinación de los umbrales usados en la medición de la pobreza por ingresos
y son un indicador imprescindible para el diseño y seguimiento de las políticas
públicas orientadas a mejorar las condiciones de vida y reducir las desigualdades
en la región.
El propósito de este documento es proporcionar a los países miembros del
Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) un marco metodológico
Laslacanastas
común para básicas
construcción de lasde alimentos
canastas constituyen
básicas unque
de alimentos, elemento
permita
fundamental
avanzar hacia una mayorpara la determinación
armonización de ylos
estadística umbrales
lograr usados
una adecuada
en la medición
comparabilidad de la pobreza por ingresos y son un indicador
de los resultados.
imprescindible para el diseño y seguimiento de las políticas
Este trabajo es el resultado de un proceso participativo y de consenso,
públicas orientadas a mejorar las condiciones de vida y reducir las
que contó con el aporte de las oficinas nacionales de estadística que
desigualdades en la región.
integran la Comisión Centroamericana de Estadística del Sistema de
El propósito de este documento es proporcionar a los países
la Integración Centroamericana (SICA), con el apoyo técnico de la
miembros del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA) un
Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) y
marco metodológico común para la construcción de las canastas
el apoyo financiero y técnico de la Unión Europea a través de los
básicas de alimentos, que permita avanzar hacia una mayor
Programas Regionales en Seguridad Alimentaria y Nutricional de
armonización estadística y lograr una adecuada comparabilidad
Centroamérica PRESANCA II, PRESISAN II y PROGRESAN-SICA
de los resultados.
de la Secretaría General del SICA, así como del Programa sobre
Este trabajo es el resultado de un proceso participativo y de
Estadísticas y Datos del décimo tramo de la Cuenta de las
Nacionesconsenso,
Unidas paraque contó con el aporte de las oficinas nacionales
el Desarrollo.
de estadística que integran la Comisión Centroamericana de
Estadística del Sistema de la Integración Centroamericana (SICA),
con el apoyo técnico de la Comisión Económica para América
Latina y el Caribe (CEPAL) y el apoyo financiero y técnico de la
Unión Europea a través de los Programas Regionales en Seguridad
Alimentaria y Nutricional de Centroamérica PRESANCA II, PRESISAN
II y PROGRESAN-SICA de la Secretaría General del SICA, así como
del Programa sobre Estadísticas y Datos del décimo tramo de la
Cuenta de las Naciones Unidas para el Desarrollo.

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