Guía para Emprender - Modulo 1 Borrador 1

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Guía para emprender un negocio creativo en las redes sociales

Módulo 1 - Borrador 1

Aspectos a revisar:

 Revisar estructura.
 Quitar info no relevante. Dejar sólo esquemas prácticos. Si hay un párrafo
de 5 líneas que puede resumirse en 1 o 2 sin perfer info importante,
hacerlo.
 Dividir teoría y práctica más claramente.
 Elegir cómo dirigirnos al lector para hablar de él o su proyecto. Vos/ Tu/
Nosotros.
 Agregar “x” a los pronombres personales.
 Revisar tiempos verbales y ortografía.
 Y cualquier otra cosa que te parezca mejorable.

Para más adelante:


 Revisar los ejemplos acorde a 3 rubros de creativos específicos.

Índice

Guía para emprender un negocio creativo en las redes sociales_______________1


MÓDULO 1: Construí una marca sólida que represente tus valores.____________3
Lección 1: Tu motivación personal._______________________________________3
¿Qué quiero hacer? ¿Cuál es mi sueño?______________________________3
Lección 2: Tu proyecto profesional._______________________________________5
El Método IKIGAI________________________________________________5
Creación de la marca__________________________________________________6
Sobre vender arte________________________________________________7
Introducción a la identidad de marca______________________________________7
Marca personal vs. Marca comercial_________________________________8
Tu valor diferencial_______________________________________________9
Tu cliente ideal_________________________________________________13
Misión y visión_______________________________________________________14
La misión_____________________________________________________14
La visión______________________________________________________15
MÓDULO 1: Construí una marca sólida que represente tus valores.

Lección 1: Tu motivación personal.

“Ponerte las pilas para romperla con las redes” puede ser el camino que te lleve
al éxito. Pero… ¿qué es el éxito para vos?
Emprender este camino hacia la alegría y la plenitud no es cosa sencilla ni se
llega de un día para el otro. Precisa trabajo y sobre todo compromiso. Es por esto que
para alcanzar a ese punto tan deseado, sin frustrarnos ni perdernos en el medio, es
importante tener claro cuál es nuestro sueño.
Esto es difícil, y raro, porque no nos enseñan a descubrir qué deseamos, sino a
consumir propuestas ajenas. Muy pocas personas tienen decidido con autenticidad
cuál es el sentido de sus vidas y cómo quieren vivirlas. El resto de nosotros pasamos
el tiempo con tantas ideas de lo que queremos, debemos o aún peor: podríamos hacer
con nuestras vidas, que muchas veces terminamos sintiendo una parálisis interna por
sobre exigirnos en el pensamiento.
Nuestro objetivo no debería ser obsesionarnos con tener una idea exacta de todo.
Eso puede frustrar más que ayudar. Lo que sucede, es que como dijo Séneca: “No hay
viento bueno para el que no sabe dónde va”. Tener claro cómo querés que sea tu
vida te ayudará a encontrar la motivación necesaria para moverte cada día en
esa dirección. Por eso, para llegar a donde vos desees con esfuerzo, pero también
disfrutando la corriente, es importante que vos mismo descubras qué deseás para tu
futuro.
Si te sentís identificadx con esta pequeña confusión: estás en el mejor momento.
Este especio es tuyo, y vale un montón. Te propongo que agarres papel y lápiz, y
que busques un lugar tranquilo para conectarte con vos.

¿Qué quiero hacer? ¿Cuál es mi sueño?

Esta guía tiene como foco central plantar las bases de tu proyecto artístico y
profesional, pero es fundamental que puedas transitar este emprendimiento en
equilibrio con todos los aspectos de tu vida.
Por ello te propongo responder las siguientes preguntas. No hace falta que las
completes a rajatabla ni que las pienses demasiado. Te sugiero escribir unas pocas
líneas pero que sean muy tuyas.
No trates de pensar en tu trabajo ideal. Sino en tu vida ideal, y de reflexiónar qué
trabajo puede hacer que tengas esa vida.
Te recomiendo que te vayas una hora a algún lugar alejado de todo el ruido que
tenes a nivel personal y hagas esta reflexión ayudándote de las siguientes preguntas.
Las respuestas no están en tus pensamientos, están en tus emociones, así que
pregúntale al corazón 

¿Qué es el éxito para vos?


¿Qué cosas amás?
¿Qué te hace sentir feliz y en plenitud?
¿Qué querés que la gente diga sobre vos en tu cumpleaños #75?
¿Cómo querés que te recuerden el día de tu funeral?
¿Dónde querés estar en cinco años?
¿En qué lugar? ¿Cómo será tu casa?
¿Con qué personas interactuarás todos los días?
¿En qué trabajarás?
¿Qué otra cosa harás cuando no estés trabajando?
¿Con qué mínimo de dinero? ¿Qué harás para conseguirlo?
¿Con qué estado de salud? ¿Qué harás para mantenerla?

¿A quién envidiás?
En vez de sentirte mal por pensar en la vida de otra persona, pregúntate qué es
lo que tanto te llama la atención. Pensá en 3 personas cuya vida o situación te
provoque algo de celos e indagá en la sensación: qué tiene esa persona que vos no
tengas? ¿Exactamente qué es lo que te da tanta envidia? Tal vez sea su situación
económica, lo mucho que viaja o su agitada vida social. Sea lo que sea, vos también
podés tenerlo, el primer paso es saber que lo querés.

¿A quién admirás?
Elegí tres modelos a seguir: Puede ser quien sea, desde un cantante hasta una
actriz, activista o compañero de trabajo. ¿Quién dirías que te inspira?  Descubrir
quién te inspira dice mucho de tus valores y consecuentemente de tu pasión. Anotá a
continuación 3 personas que admires y el porqué de tu admiración. ¿Qué cualidades
tienen esas personas? ¿Cómo podrías moldearlas a vos?

¿Cuál es tu don especial?


Lo que sea, pensá en algún premio que hayas recibido, preguntale a tus amigos y
familiares que es lo que valoran más de vos, pensá en qué harías si tuvieras que
impresionar a alguien o en qué sos experto. Anota 10 cosas que te hagan únique, ya
sea tu poder de convicción, tu habilidad para conectar con los demás o hacer
malabares.
¿Cuál era tu asignatura preferida en el colegio?
Tal vez era matemática o las clases de arte. ¿Cuál era esa asignatura a la que
realmente te gustaba ir? Tal vez tengas que prestar atención a tus primeros instintos
para descubrir que es lo que realmente te remueve por dentro. También podés
preguntarte cuáles eran tus pasiones hace 10 o 20 años, ¿por qué dejaste de lado
ese hobby? ¿te gustaría retomarlo?
Recordá uno de los mejores días cotidianos de tu vida:
Normalmente el mejor día de nuestra vida coincide con que estamos de viaje o
tenemos una fiesta especial, pero intenta pensar en un día normal y corriente que te
gustara especialmente. ¿Qué hiciste en ese día tan ideal? Anotá cada detalle en un
papel y después intenta descifrar qué es lo que te hizo tan feliz: ¿hablaste con alguien
que te inspiró, te tomaste más tiempo para vos o visitaste algún lugar nuevo?

¿Qué querés aportar al mundo?

¿Qué harías si ganaras la lotería?


Imagínate que ganas suficiente dinero como para sostenerte y vivir una vida
bastante plena sin tener que trabajar. ¿En qué invertirías tu tiempo? Puede que
aquello que harías en una situación tan ideal como esta también puedas hacerlo para
ganar un sueldo. ¿Y si tuvieras 250.000 euros para invertir meramente en formación,
¿que estudiarías?

Si tuvieras tiempo para hacer un voluntariado, ¿qué harías?


Muchas veces la clave para tener éxito profesional es trabajar para una causa.
Posiblemente esta pregunta te ayuda a encontrar la tuya.
Anotá las respuestas en un papel. Al final de todo reléelas, y combinalas. Entre
tus hobbies, intereses y propósitos vas a encontrar una idea mucho más clara de la
vida que querés tener.

Lección 2: Tu proyecto profesional.

Ahora que sabés qué vida querés vivir, te va a ser mucho más fácil elegir el
trabajo que te puede llevar a vivirla.

¿Pero por qué necesito un “trabajo”? Si la idea es hacer arte...

Tal vez tenés claro que querés emprender desde el arte, o por el contrario, quizás
la idea de tener una “empresa” o una “marca” te resulta algo extraño y lejos de tu
estilo. Si este es el caso y no querés tener una empresa propia, porque sólo te
imaginás ofreciendo un servicio, un producto, o tu arte en sí mismo, atenti. Para poder
lograr constancia y darle fuerza a tu proyecto, es importante que lo asumas como un
negocio, para que tu trabajo y tu obra sean reconocidas por el valor que tienen para la
sociedad, tanto en términos racionales y emocionales, como en términos económicos.
Vamos a ayudarnos de todo el ejercicio anterior para trazar tu proyecto

El Método IKIGAI

Ikigai es una palabra japonesa que resume <la prioridad, la motivación> y <la


belleza>. Los japoneses adoptan esta palabra y la transforman en un estilo de vida, en
la razón por la cual deciden levantarse cada mañana.
Desde que lo hice por primera vez, la perspectiva que me reveló lo considero un
enorme un regalo para mí misma y para reencontrarme con mi verdadera esencia.

Como vemos en el gráfico de arriba, para poder encontrar tu propio Ikigai tenés
que primero definir las siguientes aristas: 

 Lo que amás.
 En lo que sos buena. 
 Por lo que te pueden pagar. 
 Y lo que el mundo necesita. 
No es una tarea nada fácil, te lo aseguro, y lleva un tiempo de pensamiento
importante. Pero una vez que ves el panorama general, te asombrás: para esto soy
buena, y para esto vine al mundo (o al menos, temporalmente estoy en el mundo para
esto). Esa sensación de propósito hace que la circunstancias actuales de nuestra vida
sean mucho más «tolerables», si es que aún no estamos viviendo lo que siempre
soñamos para nosotras mismas.

Te voy a ayudar a armar el tuyo.

 En cada pregunta hacé una lista de todo lo que creés.


 Luego seleccioná esas respuestas que en todas las preguntas coinciden o
se relacionan en forma combinable.
 Cuando lo tengas ahí, buscá combinarlas y tendrás tú ikigai tu propósito de
vida

Empecemos: 
 ¿Qué es lo que amás? Pensá en todo eso que podés pasar horas
haciendo sin importar que te paguen, o quién te lo pida, o para qué lo
estás haciendo. No tiene que ver necesariamente con cosas relacionadas
al mundo profesional. Podés escribir que amás la lectura, la cocina, tejer,
limpiar el piso, lo que sea. Intentá escribir al menos 3 cosas que ames. 
 ¿En qué sos buena? Sin miedo y sin preocuparte por parecer
“egocéntrica”. Si no reconocés vos tus virtudes ¿quién lo va a hacer?
Escribí también 3 cosas en las que vos creas que sos realmente buena.
 ¿Por qué te pueden pagar? Recordá que todavía no hace falta que tus
respuestas estén relacionadas entre sí. Quizás en el primer punto pusiste
que amás leer y acá ponés que te pueden pagar por cocinar, no es
momento aún de unir estas puntas. 
 ¿Qué necesita el mundo? Según tu visión sobre la vida, ¿qué nos hace
falta como sociedad? Quizás sean mayores oportunidades de trabajo,
quizás nuevas formas de comunicarnos, lo que vos creas que haría del
mundo un lugar mejor. Recordá que un propósito completo, debe servir a
los otros.

Una vez que tengas completo todos tus círculos, es momento de ver cómo se
relacionan entre sí.

Por ejemplo: 
¿Qué es lo que amás? Amo el arte, la comunicación y descubrir sistemas nuevos.
¿En qué sos buena? Escuchando y comprendiendo al otro. 
¿Por qué me pueden pagar? Por manejar programas de diseño. 
¿Qué necesita el mundo? Más facilitadores que permitan la creación de nuevos mundos y
nuevos horizontes. 

En este caso, mi ikigai sería escuchar a emprendedores y visionarios, y ayudarlos


en la creación de nuevos mundos a través la creatividad en los medios de
comunicación.

Creación de la marca

Para encarar lo que se viene me gustaría simplificar una perspectiva comercial


que creo fundamental para emprender cualquier negocio.
Sobre vender arte

Para poder vender algo, lo que sea, es importante que tengamos en claro el
siguiente concepto de marketing:

Vender, significa ofrecer un beneficio a alguien, a cambio de un


precio convenido. Pero este beneficio no se define como las
características de un producto o servicio, sino como el valor racional
y emocional que aporta a la vida de la otra persona. El valor de lo
que ofrecemos no está en el precio material de nuestro producto o
servicio, sino en cómo va a cambiar la vida de quien lo compre.

Para dejar esto aún más claro te quiero compartir un ejemplo de la copywriter
española Maïder Tomasena sobre la agenda más vendida en España:

Cuando comprás una agenda, ¿qué buscas en realidad? ¿Un


cuaderno con tapa dura o blanda con cierta cantidad de hojas? ¿o la
posibilidad de organizar tu tiempo para ser más productivo y vivir con
más tranquilidad?... Creo que todos coincidimos que es la segunda
¿Cierto? Ahora, qué pasaría si esta marca da en el clavo y te dice,
sin vueltas, que con su producto podés conseguir librarte de todas
esas preocupaciones. ¿Te importaría realmente que cueste un poco
más que otras agendas? No, porque cuando encontrás una marca
que conoce cuáles son tus problemas y sabe cómo solucionarlos, te
emociónás y te sentís identificado. Cuando alguien nos llama la
atención y nos dice exactamente lo que necesitamos oír estamos
dispuestos a pagar más de lo que parece.

Esta perspectiva para entender el valor de las cosas en el mundo comercial aplica
tanto a una agenda, como a la venta de un servicio de edición, o el ofrecimiento de un
show en vivo. Como dice Maider Tornasena, para poder transmitir el valor de nuestro
trabajo, ya sea una pieza de cerámica, una fotografía, o nuestra promoción como
influencers, más que concentrarnos en sus características materiales, es fundamental
destacar cómo nuestro trabajo va a mejorar la vida de quien elija llevarlo consigo,
solucionando un problema concreto, o satisfaciendo un anhelo y acercando a nuestro
cliente a aquello que desea.

Si vendés un show, no vendés tus horas de canto. Vendés la experiencia zarpada


que transmite tu música y lo que van a sentir con la producción de ese vivo.
Si vendés piezas artesanales, no vendés la manufactura de un material. Vendés la
delicadeza de tu trabajo, y el espíritu que transmite sobre tu mirada sobre la vida.
Si ofrecés clases de baile, no vendés videos buscables en Youtube. Vendés
empoderamiento, vendés la posibilidad de conocer otras personas en un entorno
distinto, de compartir una búsqueda. Das herramientas para desafiarte, para conocerte
a vos misme y para liberar energías con disfrute.

Entre muchas otras cosas…

Introducción a la identidad de marca


Por esta razón, porque uno trasmite un mundo con lo que ofrece, tanto para
posicionarte como artista como para ofrecer productos y/o servicios desde una
empresa propia, es fundamental que observes y trabajes tu identidad de marca.
La identidad de marca se conforma por todos los elementos que te distinguen,
como persona o como empresa, frente al público. Todos poseemos una marca que
nos diferencia del resto. La construimos diariamente con nuestras elecciones, nuestra
personalidad, nuestros valores, estilo, gusto, forma de comunicarnos, etc. Y lo mismo
sucede con los proyectos económicos. Una marca se constituye por todos los
elementos que hacen a la percepción de este proyecto frente al mundo.

Marca personal vs. Marca comercial

Si tu objetivo es posicionarte como artista o trabajador autónomo freelance, de


alguna manera vos mismo vas a ser la cara de tu negocio y esto significa que al
mostrar tu trabajo, vas a estar construyendo una marca personal.
La marca personal es la huella, la impronta de una persona. No sólo el estilo, los
conocimientos y la experiencia, sino también cómo los transmite, sus valores o lo que
hace sentir a los demás. Es que la personalidad, como hemos dicho arriba, forma
parte de la marca. Y al tratarse de algo tan personal e individual, cada cual tiene la
suya.

Algunas ventajas de emprender una marca personal son las siguientes:

 Emprender con una marca personal es más llevadero porque hablás desde
tu propia persona, por lo que no requerirá definir y crear una nueva
identidad.
 Otra de las ventajas es que no es un requisito imprescindible que creemos
nuevos perfiles en redes sociales si ya disponemos de ellos.
 Y por último, una marca personal facilita posicionarse como
especialista dentro de una temática concreta, pero no de varias temáticas
en general.

Y esto nos lleva a comentar las desventajas de la marca personal.

 Tu marca personal está ligada a tu persona, por lo que es más


complejo transferir la propiedad o el negocio a una entidad distinta si en el
futuro querés vender tu marca como entidad.
 A su vez, como depende de vos y vos sos quien da la cara, resulta un poco
más complicado contratar a otras personas para que hagan parte del trabajo
que realizás, aunque conforme se va haciendo y va pasando el tiempo resulta
más sencillo.
 Otra de las desventajas es que algunos clientes, pueden pensar que la marca
no tiene la infraestructura necesaria para trabajar con ellos. Pero esta es una
observación genérica, y por supuesto puede trabajarse para que esto no sea
un impedimento.
 Ahora si por el contrario, tu objetivo es ser dueño/a de un negocio también te
va a resultar fundamental crear una marca comercial. No se trata sólo de crear
un logo o de poner a tono tu página web, sino de definir tus valores, pensar
muy bien qué cosas positivas vas a dar al mundo y trabajar en la forma
correcta para comunicarlo. Todo lo que transmitís, ya sea desde tu marca
personal o desde tu marca comercial, da información a tus posibles clientes
sobre quién sos y qué cosas positivas tenés para ofrecerles a ellos.
Ventajas de las marcas corporativas:

 La primera ventaja de las marcas corporativas es que transmiten


más presencia, compromiso y seriedad. Obviamente tendremos que
asegurarnos de comunicarnos de la forma adecuada para que nadie se
sienta engañado, por decirlo de alguna forma, sobre todo al principio si
estamos solos al frente de la marca.
 Por otro lado, no está tan ligada a tu persona. Podés contratar a otros o
delegar tareas y los cambios de cara a los clientes no serán tan visibles
porque se entiende que ellos contratan los servicios de una entidad que se
percibe como una empresa. Digamos que los cambios en ese sentido no
les afectan tanto como en la marca personal, aunque esto es algo genérico
y depende de cada caso.
 De la misma forma, si queremos vender la marca o incluir socios nuevos,
es más fácil que en el caso de la marca personal ya que cuenta con mayor
independencia, no hay tanta vinculación a la persona y existe mayor
flexibilidad.
 Otra de las ventajas respecto a la marca personal es que en la marca
corporativa, en principio, será más sencillo conseguir una inversión ya que
transmite más empaque, puede tener un equipo, más posibilidades de
crecer, etc.
 Por último es una buena opción si queremos llevar varios proyectos,
podremos crear varias marcas distintas y alinear cada una a una identidad
apropiada para su público consumidor.
 Así que como vemos hay varias ventajas a la hora de crear una marca
corporativa en comparación con la marca personal.

Pero no todo son pros, también hay contras.

 La principal desventaja de las marcas corporativas es que a las personas


nos cuesta más conectar con ellas, pues solemos percibirlas como una entidad
más abstracta aunque trabajar en la comunicación nos ayuda para que esto no
sea un problema.
 Por dicha razón, desde ese punto de vista, el trabajo que debe realizar una
marca corporativa a nivel de comunicación es, generalmente, más complejo.
Pero es un trabajo posible, y que con calma puede resolverse
estupendamente.

 Ahora que distinguís más claramente la diferencia entre una marca personal, y
una corporativa, tomate un tiempo para revisar tus planes y elegí a qué tipo de
marca se alínea mejor tu proyecto.

Tu valor diferencial

Ya tenés más o menos claro qué tipo de producto o servicio querés ofrecer.
Pero… ¿Qué te diferencia de tu competencia? Hablar de «valor diferencial» está de
moda. Parece incluso un concepto ególatra, en plan «soy distinto».
 Pero no se trata de eso, ni mucho menos. Se trata de exponer de manera clara
nuestro posicionamiento en el mercado respecto a la competencia, qué ofrecemos de
distinto, y tiene mucho que ver con nuestra construcción de marca.
En la era de internet, es más importante que nunca evidenciar nuestra diferencia:
la gente se está un minuto y medio en nuestra página web de media y hace tres clics.
O le cuentas por qué tiene que elegirte a ti, o saltará rápidamente a otra pestaña. 
 ¿Sos el más rápido? ¿El más pionero? ¿El único que trabaja baja tu
metodología? Comunícalo bien.
 Y un último consejo: te recomiendo que la propuesta diferencial de tu negocio
responda a una necesidad primaria de tu cliente y que no sea fácilmente clonable. Lo
de «buena atención al cliente» o «pasión por lo que haces» no es suficiente motivo
para que te elija a ti e, incluso, esté dispuesto a pagar de más. El valor diferencial es
el precio simbólico que está dispuesto a pagar. Vamos a ganarlo.

Ejercicios para diferenciarte de tu competencia y que tu propuesta sea auténtica y


como ninguna otra:

Paso 1. Primero, mirar hacia adentro.


Agarrá una hoja en blanco y contestá estas preguntas. No tienen que ser todas y
no tienen que ser exactamente las mismas, son una guía para que veas el estilo de
preguntas que te pueden ayudar.

Si ofreces un servicio y tu marca sos vos, podrías responder:


 ¿Cuáles son tus fortalezas?
 ¿Cuáles son tus valores? ¿En qué cosas crees?
 ¿Hay alguna habilidad o algo que te destaquen mucho tus amigos o
conocidos?
 ¿Qué experiencias tuviste a lo largo de tu vida?
 ¿Qué crees que podrías aportar que tu competencia no puede?
 ¿Cómo te definirías con 3 palabras?

Si vendes un producto, algunas preguntas adicionales que podrías hacerte son:


 ¿Por qué elegiste este producto y no otro? ¿Cuál es la historia?
 ¿Cuál es la personalidad de tu marca? ¿Si fuese una persona famosa,
como quién sería?
 ¿La personalidad de tu marca es igual a la tuya o son dos cosas
diferentes? ¿Cuál es la diferencia?
 ¿Qué valores querés transmitir con tus productos?
 ¿Tus productos tienen algún diferencial específico? (Quizás la calidad de
los materiales o la originalidad del diseño o que el proceso de producción
cuida el medio ambiente)

Lo más importante es que escribas las respuestas. Muchas veces


pensamos “bueno, pero esto ya lo sé”, y cuando nos sentamos a escribirlo nos damos
cuenta que hay cosas que quizás no teníamos tan claras o tan definidas o que nos
cuestan sacar de nuestra cabeza y poner en un papel. O quizás te das cuenta al
escribirlo que hay partes de tu historia, valores o fortalezas que nunca se te habían
ocurrido usar para tu marca de una forma más intencional.

Estas respuestas te van a ayudar a crear una marca más auténtica y eso es lo
más importante a la hora de atraer a otros. Porque la autenticidad se siente de lejos.
Las personas conectamos con las historias y mensajes detrás de las marcas.

¿Por qué alguien va a preferir tu producto o servicio al de la competencia? Por


cómo lo presentes, lo que comuniques, los valores que transmitas, las historias que
cuentes. Así vas a llamar la atención y atraer a esas personas que conectan
emocionalmente con tu forma de ser, con tus pensamientos e ideas, con la
personalidad de tu marca.
Por supuesto después es imprescindible que la calidad de lo que ofreces se hable
con todo lo que estás prometiendo y comunicando, pero de nada sirve tener un
producto o servicio increíble si no lográs primero atraer a esas personas que estén
dispuestas a pagar por eso, no?

No te preocupes ahora por cómo vas a aplicar todo esto, por ahora sólo escribí las
respuestas. Intentá sacar toda esa información de tu cabeza y ponerla en una hoja.
Una vez que tengas todas las respuestas ahora sí vamos a salir a mirar un
poquito a la competencia, para tener un panorama de qué otras cosas está viendo y
recibiendo ese cliente al que querés atraer.

Paso 2 – Mirar un poco hacia fuera (la competencia)


Una vez que tengas claro cuáles son tus valores, tus principios, tu personalidad…
eso que no va a cambiar independientemente de lo que veas que están haciendo otros
al lado tuyo, vamos a mirar un ratito para afuera para tener un panorama de qué está
pasando en tu industria.

Lo que te propongo es que hagas un poquito de investigación en Google,


Facebook o Instagram y elijas quiénes son tus 3 principales competidores. Anótalos en
esa misma hoja.
Revisá un rato sus redes sociales, su página web, sus paquetes de servicios o
productos y anotá qué es lo que ofrecen, qué comunican, qué valores o personalidad
transmiten.
¿Hay cosas comunes a los 3? ¿hay algo que hace solamente uno y no los
otros? ¿en qué se diferencian? ¿dónde está el foco de cada uno? ¿hay algo que los
demás no están ofreciendo que a vos te gustaría ofrecer? ¿hay algo que en general
hacen todos similar y a vos te gustaría hacer diferente?
Una vez que tengas ese análisis listo, entonces es hora de mirar todo junto. Ya
tenés escritos los diferentes elementos de tu identidad y tenés un pantallazo de lo
que están haciendo otros.

Paso 3 – hora de elegir


En función de tus fortalezas, tu historia, tus valores y teniendo en cuenta esas
cosas que viste que otros no están haciendo tan bien o que a vos te gustaría hacer
diferente, te invito a que ELIJAS las 3 cosas que querés como pilares diferenciales de
tu negocio.
Veamos un ejemplo para que sea un poco más claro. Imaginate que tenés una
tienda de ropa y definís que tus diferenciales son:
Tener talles más grandes: porque cuando hiciste el análisis de la competencia
viste que esto es algo que no hay en tu mercado
No seguir las colecciones tradicionales: porque definiste que la originalidad para
vos es algo muy importante y algo que te resaltan mucho tus amigos.
Usar sólo proveedores que cuidan el medio ambiente: porque es uno de los
valores que definiste o porque en tu trabajo anterior tuviste una experiencia con esto
que te gustaría aplicar en tu negocio.

O quizás definís 3 diferenciales totalmente diferentes, como por ejemplo:

La atención personalizada: porque en tus fortalezas salió la empatía y que te


gusta relacionarte personalmente con la gente, entonces lo querés llevar a la vida en
tu negocio ofreciendo un espacio donde las personas no sólo vayan a comprar ropa
sino que reciban tu asesoría.
Tener productos de diseñadores independientes emergentes: porque sos
diseñadora de indumentaria, conocés muy bien el rubro y es algo que podrías
aprovechar que tus competidores no tienen.
La calidad superior de tus telas: porque cuando hiciste el análisis de tu
competencia, viste que acá hay espacio para ofrecer cosas de mejor calidad.
Como ves, un mismo tipo de negocio puede posicionarse totalmente diferente en
función de los pilares que definas como tus diferenciales.

¡Y por supuesto siempre teniendo en cuenta quién es y qué quiere tu cliente ideal!
Te propongo que no sean más de 3 cosas porque después en la práctica (y como
vamos a ver ahora en el último paso!) te puede resultar muy complicado hacer todo.

Paso 4 –La ejecución!


Una vez que definas esas 3 cosas en las que querés diferenciarte, viene el paso
más importante de todos: ¡bajarlo a concreto y llevarlo a la práctica!
Es muy lindo decir “mi diferencial es la atención al cliente”, pero si después eso no
se traduce en acciones reales, no te va a servir para atraer ni retener más clientes.
De nada sirven palabras escritas en un papel si después no se hablan con
las acciones del día a día en tu negocio, con tus decisiones de inversión o dónde
enfocás tu tiempo. La coherencia es clave.
La ejecución es más importante que cualquier estrategia en un papel o cualquier
diferenciación “muy sofisticada”. Es preferible pensar cosas simples, pero que las
lleves a la vida y se respire en todo lo que hagas.

“Tu compromiso está donde están tus ACCIONES” 


Si decís por ejemplo que tu diferenciación es “lo personalizado de tus servicios”,
pero después terminás aceptando tantos clientes que no te queda nada de tiempo
para hacerlos realmente personalizados, tus acciones no se están hablando con tus
palabras. Quizás tendrías que aceptar menos clientes pero cobrar un poco más caro
para llevar a la vida la personalización y un servicio hecho a medida. O definir que la
personalización no es lo que más te interesa y tu diferencial será otro. Cualquiera de
las dos opciones, pero UNA de las dos opciones.
Este paso consiste entonces en bajar a concreto qué significan y cómo se
traducen en acciones esas palabras que definiste como tu diferenciación.
Lo importante es que definas qué significan para vos y cómo se va a vivir en tu
negocio y para tus clientes.
Quizás para vos “personalizado” significa algo diferente que para mi o para otros.
Acá no hay bien o mal, es lo que vos quieras que signifique para tu negocio y tus
clientes.
Siguiendo el ejemplo de la tienda de ropa, si definiste “sólo proveedores que
cuiden el medio ambiente”, ¿qué significa cuidar el medio ambiente? ¿cómo lo vas a
chequear? ¿qué les vas a pedir como prueba? ¿Cómo le vas a mostrar eso a tus
clientes?. Concreto, concreto, concreto.

Lo que te invito entonces que hagas ahora en esa misma hoja es:
 Que anotes qué significa cada una de esas palabras para tu negocio, con
el mayor detalle posible.
 Que anotes todo lo que hoy hacés concretamente para llevar esas cosas a
la práctica.
 Que pienses si hay algo más que podrías hacer o ideas nuevas que no
habías pensando antes.

Por último, sería bueno que escribas también cómo es una semana típica hoy en
tu emprendimiento, cuántas horas le dedicas a cada cosa. ¿Para qué esto? Para que
chequees si donde hoy estás poniendo tu foco, tu tiempo y tus recursos se habla con
las cosas que querés que tus clientes perciban como diferenciales. ¿Hay algo que
tendrías que ajustar o cambiar para ponerle más foco, tiempo y recursos a esas cosas
que definiste como diferenciales? ¿Algo que tengas que dejar de hacer? Porque sino
“servicio y foco en el cliente” puede ser una frase que quede escrita en el aire. No va a
ser tu diferencial hasta que no conviertas esa palabra en acciones que tus clientes
vivan, vean y sientan.

¿Implica un trabajo extra todo esto? Claro que sí. Por eso son tus diferenciales y
lo que hará que tus clientes se sientan atraídos por tu propuesta.

Tu cliente ideal
¿Qué es el cliente ideal?
“Quiero vender mucho, así que quiero venderle a todo el mundo”… Bueno, maso.
Aunque cuesta creerlo, para tener más clientes te conviene especializarte en un
tipo de cliente muy concreto. El problema es que ya sea porque llevas varios años en
el rubro, o porque recién estás empezando a veces cuesta discriminar y decidirte por
sólo un tipo de clientes.
A continuación te comparto un ejercicio para elegir con qué tipo de clientes te
conviene trabajar y con cuáles no:
El primer paso es crear un listado de todos los “estereotipos de clientes” con los
que te imaginás que podés o querés trabajar. Por ejemplo, si diseñás agendas alegres
y llamativas, podés pensar en dirigirlas a amantes del baile de entre 12 y 20 años, a
emprendedorxs de entre 20 y 30, a diseñadorxs gráficos, a fanáticxs del ciclismo
(porque capaz también te gusta el ciclismo y muchos diseños podrías relacionarlos
con ello), o a niñxs fanáticos de los superhéroes (y ofrecerles diseños alternativos de
sus ídolos favoritos, entre otros). Anotá en papel de 5 a 10 tipos de clientes aprox.,
uno debajo del otro. Si no se te ocurre ninguno, podés anotar los clientes que ya has
tenido o que ya han consultado por tus servicios. Con el nombre o alguna
identificación pequeña alcanza.
Ahora vamos a evaluar a estos clientes en función de 3 preguntas clave. Poné un
puntaje para cada pregunta a cada cliente.
¿Disfrutas trabajar para este tipo de cliente? ¿Te divertís? ¿Te hace sentir bien?
¿Este cliente está dispuesto pagar el precio que corresponde por lo que ofrecés?
O tiene dudas y cuesta que elija pagar tu tipo de producto o servicio en tiempo y
forma.
¿Qué tan rentable es el cliente? ¿Este cliente podría llevar más productos o
servicios complementarios con su compra? ¿Podría convertirlo en un ingreso
mensual? Por ejemplo: unx nenx fanáticx de los superhérores llevó un cuaderno,
¿podría además llevar una cartuchera, útiles, o algo similar? Si fue alguien de 20 a 30
años fanáticx de tus diseños, ¿podría convertirse en un ingreso mensual?

Evaluá a cada cliente del 1 al 10 para cada pregunta y sumá los resultados. La
tabla debería verse algo así:

Tipo de cliente Disfrute Pago Rentabilidad Total


Emprendedorxs 6 8 10 24
Ciclistas 7 6 3 16
Diseñadorxs 10 8 5 23
gráficos

Ahora que tenés el puntaje que representa a cada cliente, seleccioná aquel con el
puntaje más alto. Este cliente, es tu cliente ideal. Porque disfrutás trabajar con él,
sabe valorar tu trabajo, puede pagarlo sin problema, y el esfuerzo de conseguir ese
cliente te da un beneficio que rinde más que una única vez.
En este cliente deberías pensar siempre, para mejorar tus servicios y para crear tu
plan de comunicación. ¿Qué disfrutaría ver este cliente? ¿Cómo hacer su vida más
placentera o más sencilla con mi producto?
Quizás estás pensando: ¿Pero no puedo dirigirme a nadie más entonces?
Sí, claro. Podés aceptar clientes que no coinciden al 100% con ese perfil de
cliente ideal, eso depende de vos, pero sí te conviene dirigir todo tu mensaje solo a
ese tipo de cliente ideal porque si no, no conseguirás que te vengan más de esos. De
esta manera te posicionarás como un experto del rubro, y dejarán de llegarte clientes
pesados que no te gustan.
Mi recomendación es que si tenés 3 tipos de clientes con el puntaje alto, podés
elegir tu cliente ideal, y los otros 2 serán tu segundo círculo de ingresos, pero no son
tu prioridad. Más adelante veremos cómo dirigirnos a nuestro cliente ideal, sin perder
la oportunidad de llegar a estos 2. Pero es primordial que descubras cuál es el
primero.

Misión y visión

¿Por qué debemos definir nuestra misión, visión y valores? Seguro escuchaste
esto mil veces y se debe a que es una forma muy sencilla de alinear todo lo que
trabajaste hasta este momento.

Somos humanos, por lo que nos conectamos con las historias de quienes nos
rodean. Cuando somos capaces de crear con éxito una conexión con nuestros clientes
y empleados, muchos de ellos pueden permanecer leales a nuestra empresa o
negocio de por vida.

Una vez que la empresa tiene un objetivo determinado, estos


conceptos permiten situarse en el presente (misión) y proyectarse hacia el futuro
(visión): desde el plano racional, qué queremos lograr y cómo; y desde el emocional,
inspirando e incentivando a tu equipo a actuar de la manera correcta en situaciones
desfavorables.

Para esto todos en la empresa deben saber responder sin dudas a las tres
preguntas básicas que definen el proyecto:

¿Quiénes somos?
¿Qué deseamos ser?
¿Qué valores tenemos para lograr conseguirlo?

La misión
La misión de una empresa define e informa principalmente de qué es lo que hace
la compañía, a que se dedica, cómo lo lleva a cabo y cuál es su propuesta de valor;
además se puede completar haciendo referencia al público hacia el que va dirigido y
con el factor diferencial, mediante la cual desarrolla su actividad.

 Descirbir qué hace tu negocio


 Describir para quien
 Cuál es su ventaja competitiva
 Y por qué lo hace

Algunos ejemplos son:

Google
Misión: Organizar la información del mundo y lograr que sea útil y accesible para
todo el mundo.

Nike
Misión: Ser el más grande vendedor de zapatos y ropa para atletas en el mundo.

Ahora respondé las preguntas mencionadas y escribí en 3 líneas la misión


presente de tu proyecto.

La visión
La visión de una empresa contempla las metas que nos hemos propuesto
conseguir en el futuro, es la concepción de lo que queremos llegar a ser. La visión es
la perspectiva ideal que le gustaría ver a la empresa entorno al mundo, sus clientes y
ella misma. Para formular una visión es necesario que entre en juego el entusiasmo,
los sueños y la ilusión pero la visión tiene un carácter motivador e inspirador, por lo
tanto todas las metas que planteemos sobre ella, deben ser obligatoriamente realistas
y alcanzables.

Para la definición de  la visión de nuestra empresa, nos ayudará responder a las
siguientes preguntas:
 ¿Qué quiero lograr con este proyecto?
 ¿Cómo quiero que sea el proyecto en el futuro?
 ¿Qué podría incorporar a la empresa que no esté haciendo?
 ¿Para quién lo haré?
 ¿Me dirigiré a otro tipo de clientes? 
 ¿Ampliaré mi zona de actuación?
 ¿Qué recursos o cualidades debo tener en el futuro para conseguirlo?

Algunos ejemplos son:

Google
Visión: Ser el más prestigioso y el más importante motor de búsqueda del mundo.

Nike
Visión: Traer inspiración e innovación a cada atleta del planeta.

En función de estas preguntas y ejemplos, escribí en un máximo de 3 líneas una


visión inspiradora, realista y sencilla para el futuro de tu proyecto. 

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