Guía para Emprender - Modulo 1 Borrador 1
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Módulo 1 - Borrador 1
Aspectos a revisar:
Revisar estructura.
Quitar info no relevante. Dejar sólo esquemas prácticos. Si hay un párrafo
de 5 líneas que puede resumirse en 1 o 2 sin perfer info importante,
hacerlo.
Dividir teoría y práctica más claramente.
Elegir cómo dirigirnos al lector para hablar de él o su proyecto. Vos/ Tu/
Nosotros.
Agregar “x” a los pronombres personales.
Revisar tiempos verbales y ortografía.
Y cualquier otra cosa que te parezca mejorable.
Índice
“Ponerte las pilas para romperla con las redes” puede ser el camino que te lleve
al éxito. Pero… ¿qué es el éxito para vos?
Emprender este camino hacia la alegría y la plenitud no es cosa sencilla ni se
llega de un día para el otro. Precisa trabajo y sobre todo compromiso. Es por esto que
para alcanzar a ese punto tan deseado, sin frustrarnos ni perdernos en el medio, es
importante tener claro cuál es nuestro sueño.
Esto es difícil, y raro, porque no nos enseñan a descubrir qué deseamos, sino a
consumir propuestas ajenas. Muy pocas personas tienen decidido con autenticidad
cuál es el sentido de sus vidas y cómo quieren vivirlas. El resto de nosotros pasamos
el tiempo con tantas ideas de lo que queremos, debemos o aún peor: podríamos hacer
con nuestras vidas, que muchas veces terminamos sintiendo una parálisis interna por
sobre exigirnos en el pensamiento.
Nuestro objetivo no debería ser obsesionarnos con tener una idea exacta de todo.
Eso puede frustrar más que ayudar. Lo que sucede, es que como dijo Séneca: “No hay
viento bueno para el que no sabe dónde va”. Tener claro cómo querés que sea tu
vida te ayudará a encontrar la motivación necesaria para moverte cada día en
esa dirección. Por eso, para llegar a donde vos desees con esfuerzo, pero también
disfrutando la corriente, es importante que vos mismo descubras qué deseás para tu
futuro.
Si te sentís identificadx con esta pequeña confusión: estás en el mejor momento.
Este especio es tuyo, y vale un montón. Te propongo que agarres papel y lápiz, y
que busques un lugar tranquilo para conectarte con vos.
Esta guía tiene como foco central plantar las bases de tu proyecto artístico y
profesional, pero es fundamental que puedas transitar este emprendimiento en
equilibrio con todos los aspectos de tu vida.
Por ello te propongo responder las siguientes preguntas. No hace falta que las
completes a rajatabla ni que las pienses demasiado. Te sugiero escribir unas pocas
líneas pero que sean muy tuyas.
No trates de pensar en tu trabajo ideal. Sino en tu vida ideal, y de reflexiónar qué
trabajo puede hacer que tengas esa vida.
Te recomiendo que te vayas una hora a algún lugar alejado de todo el ruido que
tenes a nivel personal y hagas esta reflexión ayudándote de las siguientes preguntas.
Las respuestas no están en tus pensamientos, están en tus emociones, así que
pregúntale al corazón
¿A quién envidiás?
En vez de sentirte mal por pensar en la vida de otra persona, pregúntate qué es
lo que tanto te llama la atención. Pensá en 3 personas cuya vida o situación te
provoque algo de celos e indagá en la sensación: qué tiene esa persona que vos no
tengas? ¿Exactamente qué es lo que te da tanta envidia? Tal vez sea su situación
económica, lo mucho que viaja o su agitada vida social. Sea lo que sea, vos también
podés tenerlo, el primer paso es saber que lo querés.
¿A quién admirás?
Elegí tres modelos a seguir: Puede ser quien sea, desde un cantante hasta una
actriz, activista o compañero de trabajo. ¿Quién dirías que te inspira? Descubrir
quién te inspira dice mucho de tus valores y consecuentemente de tu pasión. Anotá a
continuación 3 personas que admires y el porqué de tu admiración. ¿Qué cualidades
tienen esas personas? ¿Cómo podrías moldearlas a vos?
Ahora que sabés qué vida querés vivir, te va a ser mucho más fácil elegir el
trabajo que te puede llevar a vivirla.
Tal vez tenés claro que querés emprender desde el arte, o por el contrario, quizás
la idea de tener una “empresa” o una “marca” te resulta algo extraño y lejos de tu
estilo. Si este es el caso y no querés tener una empresa propia, porque sólo te
imaginás ofreciendo un servicio, un producto, o tu arte en sí mismo, atenti. Para poder
lograr constancia y darle fuerza a tu proyecto, es importante que lo asumas como un
negocio, para que tu trabajo y tu obra sean reconocidas por el valor que tienen para la
sociedad, tanto en términos racionales y emocionales, como en términos económicos.
Vamos a ayudarnos de todo el ejercicio anterior para trazar tu proyecto
El Método IKIGAI
Como vemos en el gráfico de arriba, para poder encontrar tu propio Ikigai tenés
que primero definir las siguientes aristas:
Lo que amás.
En lo que sos buena.
Por lo que te pueden pagar.
Y lo que el mundo necesita.
No es una tarea nada fácil, te lo aseguro, y lleva un tiempo de pensamiento
importante. Pero una vez que ves el panorama general, te asombrás: para esto soy
buena, y para esto vine al mundo (o al menos, temporalmente estoy en el mundo para
esto). Esa sensación de propósito hace que la circunstancias actuales de nuestra vida
sean mucho más «tolerables», si es que aún no estamos viviendo lo que siempre
soñamos para nosotras mismas.
Empecemos:
¿Qué es lo que amás? Pensá en todo eso que podés pasar horas
haciendo sin importar que te paguen, o quién te lo pida, o para qué lo
estás haciendo. No tiene que ver necesariamente con cosas relacionadas
al mundo profesional. Podés escribir que amás la lectura, la cocina, tejer,
limpiar el piso, lo que sea. Intentá escribir al menos 3 cosas que ames.
¿En qué sos buena? Sin miedo y sin preocuparte por parecer
“egocéntrica”. Si no reconocés vos tus virtudes ¿quién lo va a hacer?
Escribí también 3 cosas en las que vos creas que sos realmente buena.
¿Por qué te pueden pagar? Recordá que todavía no hace falta que tus
respuestas estén relacionadas entre sí. Quizás en el primer punto pusiste
que amás leer y acá ponés que te pueden pagar por cocinar, no es
momento aún de unir estas puntas.
¿Qué necesita el mundo? Según tu visión sobre la vida, ¿qué nos hace
falta como sociedad? Quizás sean mayores oportunidades de trabajo,
quizás nuevas formas de comunicarnos, lo que vos creas que haría del
mundo un lugar mejor. Recordá que un propósito completo, debe servir a
los otros.
Una vez que tengas completo todos tus círculos, es momento de ver cómo se
relacionan entre sí.
Por ejemplo:
¿Qué es lo que amás? Amo el arte, la comunicación y descubrir sistemas nuevos.
¿En qué sos buena? Escuchando y comprendiendo al otro.
¿Por qué me pueden pagar? Por manejar programas de diseño.
¿Qué necesita el mundo? Más facilitadores que permitan la creación de nuevos mundos y
nuevos horizontes.
Creación de la marca
Para poder vender algo, lo que sea, es importante que tengamos en claro el
siguiente concepto de marketing:
Para dejar esto aún más claro te quiero compartir un ejemplo de la copywriter
española Maïder Tomasena sobre la agenda más vendida en España:
Esta perspectiva para entender el valor de las cosas en el mundo comercial aplica
tanto a una agenda, como a la venta de un servicio de edición, o el ofrecimiento de un
show en vivo. Como dice Maider Tornasena, para poder transmitir el valor de nuestro
trabajo, ya sea una pieza de cerámica, una fotografía, o nuestra promoción como
influencers, más que concentrarnos en sus características materiales, es fundamental
destacar cómo nuestro trabajo va a mejorar la vida de quien elija llevarlo consigo,
solucionando un problema concreto, o satisfaciendo un anhelo y acercando a nuestro
cliente a aquello que desea.
Emprender con una marca personal es más llevadero porque hablás desde
tu propia persona, por lo que no requerirá definir y crear una nueva
identidad.
Otra de las ventajas es que no es un requisito imprescindible que creemos
nuevos perfiles en redes sociales si ya disponemos de ellos.
Y por último, una marca personal facilita posicionarse como
especialista dentro de una temática concreta, pero no de varias temáticas
en general.
Ahora que distinguís más claramente la diferencia entre una marca personal, y
una corporativa, tomate un tiempo para revisar tus planes y elegí a qué tipo de
marca se alínea mejor tu proyecto.
Tu valor diferencial
Ya tenés más o menos claro qué tipo de producto o servicio querés ofrecer.
Pero… ¿Qué te diferencia de tu competencia? Hablar de «valor diferencial» está de
moda. Parece incluso un concepto ególatra, en plan «soy distinto».
Pero no se trata de eso, ni mucho menos. Se trata de exponer de manera clara
nuestro posicionamiento en el mercado respecto a la competencia, qué ofrecemos de
distinto, y tiene mucho que ver con nuestra construcción de marca.
En la era de internet, es más importante que nunca evidenciar nuestra diferencia:
la gente se está un minuto y medio en nuestra página web de media y hace tres clics.
O le cuentas por qué tiene que elegirte a ti, o saltará rápidamente a otra pestaña.
¿Sos el más rápido? ¿El más pionero? ¿El único que trabaja baja tu
metodología? Comunícalo bien.
Y un último consejo: te recomiendo que la propuesta diferencial de tu negocio
responda a una necesidad primaria de tu cliente y que no sea fácilmente clonable. Lo
de «buena atención al cliente» o «pasión por lo que haces» no es suficiente motivo
para que te elija a ti e, incluso, esté dispuesto a pagar de más. El valor diferencial es
el precio simbólico que está dispuesto a pagar. Vamos a ganarlo.
Estas respuestas te van a ayudar a crear una marca más auténtica y eso es lo
más importante a la hora de atraer a otros. Porque la autenticidad se siente de lejos.
Las personas conectamos con las historias y mensajes detrás de las marcas.
No te preocupes ahora por cómo vas a aplicar todo esto, por ahora sólo escribí las
respuestas. Intentá sacar toda esa información de tu cabeza y ponerla en una hoja.
Una vez que tengas todas las respuestas ahora sí vamos a salir a mirar un
poquito a la competencia, para tener un panorama de qué otras cosas está viendo y
recibiendo ese cliente al que querés atraer.
¡Y por supuesto siempre teniendo en cuenta quién es y qué quiere tu cliente ideal!
Te propongo que no sean más de 3 cosas porque después en la práctica (y como
vamos a ver ahora en el último paso!) te puede resultar muy complicado hacer todo.
Lo que te invito entonces que hagas ahora en esa misma hoja es:
Que anotes qué significa cada una de esas palabras para tu negocio, con
el mayor detalle posible.
Que anotes todo lo que hoy hacés concretamente para llevar esas cosas a
la práctica.
Que pienses si hay algo más que podrías hacer o ideas nuevas que no
habías pensando antes.
Por último, sería bueno que escribas también cómo es una semana típica hoy en
tu emprendimiento, cuántas horas le dedicas a cada cosa. ¿Para qué esto? Para que
chequees si donde hoy estás poniendo tu foco, tu tiempo y tus recursos se habla con
las cosas que querés que tus clientes perciban como diferenciales. ¿Hay algo que
tendrías que ajustar o cambiar para ponerle más foco, tiempo y recursos a esas cosas
que definiste como diferenciales? ¿Algo que tengas que dejar de hacer? Porque sino
“servicio y foco en el cliente” puede ser una frase que quede escrita en el aire. No va a
ser tu diferencial hasta que no conviertas esa palabra en acciones que tus clientes
vivan, vean y sientan.
¿Implica un trabajo extra todo esto? Claro que sí. Por eso son tus diferenciales y
lo que hará que tus clientes se sientan atraídos por tu propuesta.
Tu cliente ideal
¿Qué es el cliente ideal?
“Quiero vender mucho, así que quiero venderle a todo el mundo”… Bueno, maso.
Aunque cuesta creerlo, para tener más clientes te conviene especializarte en un
tipo de cliente muy concreto. El problema es que ya sea porque llevas varios años en
el rubro, o porque recién estás empezando a veces cuesta discriminar y decidirte por
sólo un tipo de clientes.
A continuación te comparto un ejercicio para elegir con qué tipo de clientes te
conviene trabajar y con cuáles no:
El primer paso es crear un listado de todos los “estereotipos de clientes” con los
que te imaginás que podés o querés trabajar. Por ejemplo, si diseñás agendas alegres
y llamativas, podés pensar en dirigirlas a amantes del baile de entre 12 y 20 años, a
emprendedorxs de entre 20 y 30, a diseñadorxs gráficos, a fanáticxs del ciclismo
(porque capaz también te gusta el ciclismo y muchos diseños podrías relacionarlos
con ello), o a niñxs fanáticos de los superhéroes (y ofrecerles diseños alternativos de
sus ídolos favoritos, entre otros). Anotá en papel de 5 a 10 tipos de clientes aprox.,
uno debajo del otro. Si no se te ocurre ninguno, podés anotar los clientes que ya has
tenido o que ya han consultado por tus servicios. Con el nombre o alguna
identificación pequeña alcanza.
Ahora vamos a evaluar a estos clientes en función de 3 preguntas clave. Poné un
puntaje para cada pregunta a cada cliente.
¿Disfrutas trabajar para este tipo de cliente? ¿Te divertís? ¿Te hace sentir bien?
¿Este cliente está dispuesto pagar el precio que corresponde por lo que ofrecés?
O tiene dudas y cuesta que elija pagar tu tipo de producto o servicio en tiempo y
forma.
¿Qué tan rentable es el cliente? ¿Este cliente podría llevar más productos o
servicios complementarios con su compra? ¿Podría convertirlo en un ingreso
mensual? Por ejemplo: unx nenx fanáticx de los superhérores llevó un cuaderno,
¿podría además llevar una cartuchera, útiles, o algo similar? Si fue alguien de 20 a 30
años fanáticx de tus diseños, ¿podría convertirse en un ingreso mensual?
Evaluá a cada cliente del 1 al 10 para cada pregunta y sumá los resultados. La
tabla debería verse algo así:
Ahora que tenés el puntaje que representa a cada cliente, seleccioná aquel con el
puntaje más alto. Este cliente, es tu cliente ideal. Porque disfrutás trabajar con él,
sabe valorar tu trabajo, puede pagarlo sin problema, y el esfuerzo de conseguir ese
cliente te da un beneficio que rinde más que una única vez.
En este cliente deberías pensar siempre, para mejorar tus servicios y para crear tu
plan de comunicación. ¿Qué disfrutaría ver este cliente? ¿Cómo hacer su vida más
placentera o más sencilla con mi producto?
Quizás estás pensando: ¿Pero no puedo dirigirme a nadie más entonces?
Sí, claro. Podés aceptar clientes que no coinciden al 100% con ese perfil de
cliente ideal, eso depende de vos, pero sí te conviene dirigir todo tu mensaje solo a
ese tipo de cliente ideal porque si no, no conseguirás que te vengan más de esos. De
esta manera te posicionarás como un experto del rubro, y dejarán de llegarte clientes
pesados que no te gustan.
Mi recomendación es que si tenés 3 tipos de clientes con el puntaje alto, podés
elegir tu cliente ideal, y los otros 2 serán tu segundo círculo de ingresos, pero no son
tu prioridad. Más adelante veremos cómo dirigirnos a nuestro cliente ideal, sin perder
la oportunidad de llegar a estos 2. Pero es primordial que descubras cuál es el
primero.
Misión y visión
¿Por qué debemos definir nuestra misión, visión y valores? Seguro escuchaste
esto mil veces y se debe a que es una forma muy sencilla de alinear todo lo que
trabajaste hasta este momento.
Somos humanos, por lo que nos conectamos con las historias de quienes nos
rodean. Cuando somos capaces de crear con éxito una conexión con nuestros clientes
y empleados, muchos de ellos pueden permanecer leales a nuestra empresa o
negocio de por vida.
Para esto todos en la empresa deben saber responder sin dudas a las tres
preguntas básicas que definen el proyecto:
¿Quiénes somos?
¿Qué deseamos ser?
¿Qué valores tenemos para lograr conseguirlo?
La misión
La misión de una empresa define e informa principalmente de qué es lo que hace
la compañía, a que se dedica, cómo lo lleva a cabo y cuál es su propuesta de valor;
además se puede completar haciendo referencia al público hacia el que va dirigido y
con el factor diferencial, mediante la cual desarrolla su actividad.
Google
Misión: Organizar la información del mundo y lograr que sea útil y accesible para
todo el mundo.
Nike
Misión: Ser el más grande vendedor de zapatos y ropa para atletas en el mundo.
La visión
La visión de una empresa contempla las metas que nos hemos propuesto
conseguir en el futuro, es la concepción de lo que queremos llegar a ser. La visión es
la perspectiva ideal que le gustaría ver a la empresa entorno al mundo, sus clientes y
ella misma. Para formular una visión es necesario que entre en juego el entusiasmo,
los sueños y la ilusión pero la visión tiene un carácter motivador e inspirador, por lo
tanto todas las metas que planteemos sobre ella, deben ser obligatoriamente realistas
y alcanzables.
Para la definición de la visión de nuestra empresa, nos ayudará responder a las
siguientes preguntas:
¿Qué quiero lograr con este proyecto?
¿Cómo quiero que sea el proyecto en el futuro?
¿Qué podría incorporar a la empresa que no esté haciendo?
¿Para quién lo haré?
¿Me dirigiré a otro tipo de clientes?
¿Ampliaré mi zona de actuación?
¿Qué recursos o cualidades debo tener en el futuro para conseguirlo?
Google
Visión: Ser el más prestigioso y el más importante motor de búsqueda del mundo.
Nike
Visión: Traer inspiración e innovación a cada atleta del planeta.
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