Estudios Criticos de Historia Arabe Espanola Tomo 2
Estudios Criticos de Historia Arabe Espanola Tomo 2
Estudios Criticos de Historia Arabe Espanola Tomo 2
197599
GRITIC08
1>E
ESTUOIOS
Historia arabe
espaflola
SER-IE)
(SEOUNOA.
1*011
FRANCISCO CODERA
Da
lA
Reales
Acarferr^ias
fipanola y
rte la
Historla.
AL LBCTOH
En
oste
volumen rcproducinios
ciui-
de los cualca no podriates afios," y proporcionar cjemplarca ni aun raos por las iiueatros mayores amigos, a circunstanciaa cspeciales en so publicados: los eiiatro tra-bajos ron la Historia refleren principalmenU a
que
fue-
el
ultimas deterinind
la
mi
afici6n al estu'y
Ungua
Arabe,
laa in-
VJ
ha
sultado corto:
les
el
lector juzgarA
ta-
dos.
El Autor.
-
h
.^
--^
?:
'
/.-.^
COHHIGENDA
ADDENDA
Lin.
Uase.
UM
Importancla general que tiene para Espaftael estudio de la Lengua Arabe, y especial para los que han nscldo en el antlguo reino de Araff6n (1)-
Ilmo. Sr,:
dirija la
palabra deadeestesitiOjquienbajo todos conceptOB oeupa el ultimo lugar entre los digDiscurso de apertiira eu
la
(1)
Utiii-ersidad de
ZaragozA,
Francisco Cortor, catedrMico numerario do Lengua Qrioga y do Loiigua Arabo en los Kstudios ampliadosporla mpuiaci6n,w l.^de Octnbredo 1870. [Rdici6n 611 la oual s modifica \ii trAriscripci6u de los noinbres Arabes, en oonformidad con la norma acepfcadaeti la CoUccif>nde Ks^Hd/o.^vlra&ffs, expuosta en la Jirodticcion al tomo I por D, Edaardo Saavodra. Tam bi&n SB raodifioa la ortografla^ procnrando se^nir la
por D,
'
acordada por
[ ]
Real Acadcmta E&pafiolft], Maroamos con este signo los p^rrafoH y notas
la
aiiadidos^
_
d**.
~
el
claustro
y Uenar xina mision, para la quf^, re^onozco, me faltaa conocimientos suficientes y et arte de la exposiijioii, En la necesidad de dirig'iros la palabra en este sotemne acto, era no pequena dificultad para ml ele^ir un asiinto, sobre el cual pu' diera hablaroa de modo, que ya que no agradable, 03 fuera menos molesto por la novedad quizA e interns local del mismo. Una
par este
;-4
9,
4'
como
ief, aca-
A-
I
I
J
'
de Aragon y de ios resultados obtenidos hasta hoj'; pero he creido uo ser fuera de proposito decir algo de su importancia general^ de la que tiene para Eapaiia, y de la especial que tener debiera para Ios que
hiatoria
han nacido en
el
refundo eu laimportanciainmensa que tioiie para la hifltoria de la Kdad Mndia im todas 6US manifestaciones, y para la FilologJa comparada* Sin pretender rebajar eu io uiAsmlnimo la civili^acldn criatiana de ios sigios medios, es iududable que desdc el sig^lo viii al xiri Ios mxxBulmanesj taiito do Orlontecomo de Occidente, einpnnaron el cetro del saber eu todos loa ramos, escribiendo infinidad de Hbros en una leugua que, con nifts verdad que la latlna, ha podido Uamarse lengua de comunicaci6n entre Ios sabios; piles era escrita y aun hablada del mismo modo por loa musulmaneSj fueran naturaies de Egipto, Kspana el Almagreb, bien hubieran nacido en Ios
loa palsea
paises regados por el jfeufrates, el Tigris, el el Oxus; por los judlos habitantes en Indo
miisTilmanes y por miichos cristiano8 del rito oxiental; al paso que el latin, si eacrito era entendido por el clero en todos los pueliloB de Europaj y aun, si se quiere,
por
vulgo en la parte meridional, en modo alguno podia servir para la comunicacidn hablada; pues la diferoncia de pronunciael
que aun
teudieran con snma dificuUad. El pueblo ^rabe, no solo es el que mAs obraa produjo en la Edad Media, pues, cuando tan poco se cuttivabau las ciencias, no hubiera dado una grau prueba de f ecundidad presentAndose con una literatura m^s rica y variada, que las de los pueblos que en
la
-^z
lite-
puede asegurarse, sin g6nero alguno de duda, que niugun pueblo antiguo nl moderno, al menos hasta el siglo xix, cuenta un niimero tan prodigioso de escritores; y no se crea que cada uno de los
rarla, sino que
que
otra obra: lo
que
nos-
Uamamos
portentos de fecundidad en
autores criBtianos de la
derna, es en ellos muy comiin; y si iios sorprende, como pudieran escribir tanto el aog61ico Doctor Santo TomAs, y, sobre todo nuestros SuArez y el Tostadn, no inenos deberA sorprendernos ia feeundidad do nnestroa escritores Arabes, Baste citar los nombres de Abdelmfelic ben ttabib el Salemi^ natural de Hu6tor, cerca de Granada, dequien se dice que escribio mil cineuenta libros de toda clase de asuutos, segun la Biblioteca arAblco-hispana de Abenaljatib (I): de Fajrodia ben Aljatib, natural de Raya en Persia, se cODservan los titulos hasta de cln* cuenta obras deTeologia, Derecho,Mediciua' Historia, Astrologla, (tc. (2): de MohAined Alfarabl teuemos los de sesenta, alguna de las cuales, la Enciclopedia, se encuentraentre los nianuscritos del Escorial
titulos de cieiitoseisobras,
(3):
del
gran
algunasdolascuales fueronvertidas al latin, versionesquesdlo impertectamente dan idea del m6rito del au-
(1)
tomo
II, ph-
^na
(2) (B)
Casiri,
Caeirf,
tomo tomo
I, I,
pAg. p^g.
183 190.
6
tor,
por ser apenas comprensibles; lo cua! aada debe extranamos^ atendida la diflcultad de hacer buenas traducciones del 5.rabe, cuaudo con tau pocos medios se contaba para su estudio(l)De Avicena se conservan loa tltulos de euarenta y siete obras de toda clase de asuntoa; a los veintiuQ anos habia escrito 3U Encielopedia, que a instancia de su hijo ilustr6 despu6s en veiote tomos: sus obras versan sobre Medieina, Teologia, Filosofla, Aatronomla, do la Leiigua arabe, de Matemdtieas, de Zoologia, de Botinica y hasta de
For no hacernos interminablesj nos eontentaremos con citar algo de Yacub Alquindl, gran filosofo del siglo lu de la h6gira; se cor.servan de 61 los titulos dedoscientas una obras, divididas en diez y siete grupoSj que nos permitiremos copiar, a saber: Opera pkilosophica IG, - Logica 9. Arithmetica U. Sph(Brica ^. Musical, Astrologica IQ. Geometrica 21- De orbi
Cetreria
(2).
opeYaV).~De Animab.Politica 11. Meteor ologica d. Optica l.Prolegome na 'd,~Mucelanea 28. i*or los titulos de
ccdesti
(1)
I, I,
pA^.
266.
(3)
tomo
p^g. 270.
.^
algunas de las obras se comprende que Yacub Alqiiindl, coraolos denids poligrafos Ara bes, no temia abordar las m^s elevadas cuestionea de todos los ramos del saber: para probar nuestro aserto, bastara indiear los tltulos de alguuas, tales como los pone Casiri; Quod maris superficies sit sphmrica.De tmanguli et cuadranguli divissione {sive de anguli rectilinii trisectione et ctiadrisectioDe morsu canis rabie correpti.De ne). Somni et Somnioruvi causa. --Quod anima mtTtioria et intellectu ex se prcedita sit^ anttquam in corpus infundatiir. - De instrumen-
Us
qiiibus stadiorura
numerus
et
corporum
Tuagnitudo intelligatiir.-De instrumenii descriptionej quo corpora ocidis nostris objecta^ quantum distent dignoscamus. Refelluntur qui auri et argenti conficiendi artem
jactant
Si se
{1},
conservaran todos los libros escritos por los AiabeSj apenas habria clase alg\iiia de conocimientos sobre cuya historia en
eaos siglos no reflejaran
una
luz
may
viva;
pero aunque se hayan perdido o no se conozeau gran parte de sus obras, quedan niAs
Oasirijtomol, pA^, 353 y
Bigiiiontea.
(1)
~
que
suficientes
para con ellas poder rehacer la historia de eada uno de los ramos del saber; pues si bien es verdad que quedarian algunaa lagunas para ver la marcha que el eapfritu Arabo ha seguido en su deseuvolvimiento, el gran niimero do Bibliotecas ardbigas sean Diccionarios biogrdficos ybibliogrdficos, proporcionarla preciogasindicacio-
oes para eorapletar el cuadro de la historia de cftda una de las ciencias: los Arabes erau
tan afteionados a esta clase de trabajos, que tienen Bibliotecas (Diccionarios) de los cadies cfilebres, de los poetas, -de los guerreroa, de los companeros deMahomaj de los emires v califas poetas, de los cipgos c61ebrea, de los mfidicos, deios ra6dicos intru-
soa, de los matemAticoSjdo las ninjeres c61ebres, de los peraonajea que Horecieron en letras y arraas ea las poblaciones importantes, como en esta de Zaragoza, etc.: tales Bibliotecaao llbros dan noticias muy curio sas de cadauno de los persouajcs que cultivaron este o el otro ranio del saber, con lo cual puede conocerse la civilizaci6n e his* toria de los mulsumanes mucho mejor que la vida Intima de nuestros mayorea; puea los historladores europeoa, aun loa griegos y la-
tiiioH, c-isi
nada nos dicen do la vidfv dol pueblo, ocu[>dndo3e solo en la de los principes y capitanes, y do las giierras que han desolado a
los difereutes Estados.
Para
la geografia
de
la
Edad Media en
especial,
pueden adquirh-se preciosiaimoa dates en las relaciones de los viajeros Aradesbea; pues con au aficion a los viajes,
arrollada por
cer, al
gnnaci6n a
Meca, durante la Edad Media por ellos fueron easi los unices que viajaron tndo el mundo conocido. Si un motive relila
gloso impulsaba a todo musulmiin, que-de bueiio se preciara, a ompreuder largaa poregrinacioues con objeto de visitar la patrla de
Uigar donde doseansaban sua restos, motives no monoa poderesos, pare es-
Mahonaa y
el
peciales, impulsaban
viajes
cuyo
relate
tlene mayor interims cientllico: lea intilaiunanes dedlcadoB al esttidlo del Derncho y de la la Teologla, no monos eutusiastaa per
olencla que lOB que en la Earopa meridional y central abandonaban bu patria para BArteloa oir las celebradas leceiouea do los iban y Baldos en las Universidades do Italia, biiaca de profeseres profundamcnte ver-
en
-^
10
besdeEspaiiay Aimagreb acudian a Tiinez, GairouAn, El CairOp Damasco y Bagdad. Los entregados a la vida religiosa buacabaoj a
veces a distancias iiiaiensas, loa ejemplos y consejos de algiin piadoso anacoreta; y por
<^1
^^-%
-
geogrAfico dela situacion de la autigua Illiberis, al meiioa im dato, que no sabemos c6mo interpretar^n los que la colocan donde
Granada (1). A veces, en un mUrao individuo, como sucede con ei c61ebre viajero Abenhaucal y
la a&tual
'i
;
^
l-j_
"i"" ^
con
1
I
-^
Abuabdala Moh^med bon AlmahruG, pormaneciendo algunos dfas en la zagiiia (habit.aoi6n Bolitarln) quo hay fnerade Grana<Ia, doiido mo obsequio muc3io: despufis fui coo 61avisitar la cclehro y vonorada ormita conocida por la orraifca del Aguila; pues Aguila os el nombro de una montanaquo domina el exterior de Granada a distanoiado unaaocho millas^ cerca do Medina Elvira, quo eat& arruinada. Vi tambi^ji a eu Bobrino Abulha-.
hijo del piadoso y santo jeqiie
-^
:h^'
'S ^
MAs de una
la que, sin
vez,
11
curiogidad, de
una loable
embargo, injustamente se despoja a los semitasj y el deseo de enterarse de ios usos y costumbres de pueblos extranjeros, llevaron hasta la India, la China y la isla de Madagascar algunos Arabes naturales del
como
Al-
modernos, Seetzen^ ilustre explorador de la Siria, y Burckhardtj de la Nubia, fueron los prioieros que dieron aconocer la gran loiportanciageogrAfica de rGdactados la obra Viajes de Abenbatutu, por el granadino Abenchozay, en vista de las relaciones dictadas por el mismo viajero; y sin embargo, solo conoclan la obra por brides compendios: aunque se tenia noticia que existia algiin ojemplar de la redaceion
Los
cfilebres viajeros
fl^n
Aly
boil
Ahmed
Es
vordjid
poro como en uno do los ci^dices, quo los editores diooii ser de lomAsconiplotoy correoto, dice Klvira, creomos dobe sdmitirse sa leccion, aunque en el autografo de AbencboKay dig-a Attirah; paes nadie cita en las eercaaijis de Granada una poblacidn llamada de esto niodo (lahn Batuta. Texte et U-aduction par C. DKFEiKMKitv K'r le. Dr. B. R. SANGUiNaTJ, tomo IV, p^g. 972 y 37B),
que
el fcexto
irimitiva,
12
ningun europeo podia aprovecharsedefel: graeias a la conquista de la Argelia, en Constantina se encontraron varios ejemplares, y en 1853 la Sociedad AsiAtlea public6 el texto, aeonipafiado de una traducci6n por Defremerl y SanguinRtti. Abenbatutasalid de TAnger, su patria, a la edad de veiotidos anos en 1335, regresando en 1349: durante entoa veioticuatro anos, no a61o visitd los palses que tenfa que atraveaar para cumplir con la obligaci6n de iin celoBO muslim, sino que exploro las diferentefi provincias de la Arabia, Siria, Persia, Irac arabl, la Mesopotamia, el Zanguebar, el Asia Menory la Rufiia meridioDal, haciendo una excursion a Gonstiutinopla: despu^s atraveB6 la Bucaria y el AfganistAn, Ilegando al vhWe del Indo, donde vifiit6 la corte de Dehli, capital entonces Ae\ Imperio musulmAn en la India, detenlSndose en este pals por eapaclo de dos auos. Encargado de una misida diplomd-tica cevca del emperador de laChina, arribd a la costa de Malabar, puerto de Calicut, emporio entonces del comerelo de la India con las regioues occidentales y orlentales de Asia; pero contrariado
por
-^
-^
"
13
Maldivas, donde permanecio aiio y medio, Itenando las fimcioues de cadi, y volviendo a eraprender sus viajes, visito Ceildu, el Archipi61ago indio y parte de la China, dando por termlnado su primer viaje, y volviendo a su pa^ria, TAiiger, en 1319, de?pu6s de veinticuatro aaos de ausencia: ap6nas liegado a sii patria, visito nuestro pintoresco
reino de Qranada> El ultimo viaje de Abenbatuta no habia de ser meuoa Iraportaute:
en 1351 sali6 do Fea para explorar el SiidAn y el pals de los negros: en eata ultima expedicidn visito laa dos capitales del SudAii, Slelli y Tombuctu, siondo, como observa el
sabiogeografo Walckenaer, el primer viajero que haya penetrado en el Interior de Africa, entre aquellos cuyoa viajes se han
publieado (1). Las relacionesde viajes como la rte Abenbatuta, mejor que los historia.lores, nos dau a conocer la vida intima de los pueblos inusulmanes; pues el viajero, tan pronto se pone en comunlcaei6n con los principes de los palsee que visita, como con los aabios y peniten(I)
Abenbatuta, tomo
1,
p&g
5.
tea
14
do
nos a
sie^npre
una poetica
que pretendamos que los *lrabes fneran los maestros de la Europa cristiaua en la Edad Media, hay que confeaar que ellos
Slu
conservaron viva la tradicion de los eoiiocimiento3 griegoa, traduciendo al Arabe, bien directaniente, bien por el intermedio del siriaco, coino quieren algiinos, las obras de los fil6soos, natiiralistas, medicos y matemAticos griegos, coraentAndolas luego. Gracias a estas traducciones hechas por los Arabes, ba podido la Europa nmderna conocer algunas obras griegas, cuyos originales se ban perdido: tales son, algunos libros de Apolonio de Perga sobre los conoa^ y varios libros de los Comentarios de Galeno sobre los Bpid4micos de Hipdorates. Hace pocos aflos se ha encontrado la traducci6n Arabs de un pequeSo tratado de Euclides sobre In halanza (1),
Dumast, i'OrwH^iwmc rendu
v^^i
{)
P, G. de
classique,
^kg. 20,
\
V
Aunque
ea
15
miiy eomixu decir lo contrario, los Arabfts no fuerou solo rtepositarios trans-
misores de
his cieucias,
de Aristoteles, mejor o peor interpretadas como le sucedia a la Eiiropa [ca^i liasta nuestros tiempos], no quedaron estacionados ni en 6sta ni on otras clases de co nocimientos: asi, en la FHosofia de la Historia y del Derecho Abenjaldiin es dif^no predecesor de Vico y dn Montesquieu: la Jledicina fu6 perfeccionada por los medicos encargados de la ch'nica en Bagdad, poblacion donde se organize el primer sorvicio de hospltales regulares' llegando a pre^^enlir, y algo rn^s, segiin las indicacioness que nos hacen, infinidad de cosas malaniente repiitadas modornas, debiendoseles, entre otraa, los primeros ensayos de litotricia. Se ha creido que en Matcmaticas, y sobre todo en Aatronomla, no habian hecho mils que coplar a los griegos: tal opinion, que no se aviene con la exiatencia de un globo celeste ejecutado en el siglo xui, no puede en modo alguno sostenerse, cuando vemos a Abuife-
16
da tenalar y destribir en !j75 el tercer movimiento irregular de la luiin, cu^o descubriniiento ha pasado por uno de los titulos de gloria deTico brahe;cuando vemos aAbnhasfin sustituir on trigonometria ai enipleo de las cuerdas el de loa senos y tangentea^ y a Abenhaitfi.n oxponiendo claramente los elamentos de lageometrfa tlamada Aeposicidny
othocientos anos aiitbs de Caruot. Tales hechos uo deben sorprendernos de parte de UD pueblo, a quion perteneee, si no precisamen-
de ios c^lculos, pues que los indios lej disputan la inveDcion, al menos el honor de haber deaenvuelto el Algebra, y eslo, hasta el punto de haber he* cho entrar en ella las ecuaciones de tercer grado (I). Los drabes, que tanto viajaron dejiiudouos dato-s preciosos para la geografia eu la descrip^i6n de sus viajes, no fueron menos dados a las obras hisWricas; siendo tal la abundancia de las que se citanj ya geaerales, ya particuIare=T ya biogrdficas, que apenas s eneuentra un personaje importante o una
te la geaeralii^acidn
P. Q-, do
(1)
cUtssiquey
pag, 1?.
17
poblacion de ftlg^una importaDcia que no tuviera su lustoriador. Hachi J<alifa afirma haber llegado a su noticia mil trescientos
escritos historicos, luimero q le parece
muy
uo
es raro eu^
contrar citadas muehas obras, principalnieiite oceidentales, no conocidas per el celebrado autor del Diccionarto bibliogrAfico, a pesar de bu exquifcita drli^encift. Si se Jjos preguntasieiitre los hi*toriadores Arabes hay algun Tucldides, SaUistio o Tjlci-
convendrcnios en que nuncn llegaron a tanta peifeccion literarifl; pero de aqul no se deduce quo tengan tan poco ni6Tlto come generalmente se admite, y para ml, aunqae sienta decirlo, depende de ineurrir en uno de los mismos defectos que a los seniitasse achaean, y que son propios de la raxa humato,
na
(1)
CtnuMro de
Ut
ITntversklad de
Qraiiada en
la recepcinn
todr^tico iiwnierario da Lon^jua ArabOj el dta 15 do Soptienibre do ISo'2. f'sto cxoolonto DiaciirfiO, tan Uono do orudici6ii arAUiga, puo'lo dar una idea bawlnnto
rf
18
Dice nnestro querido amig^o el Sr. Sfrnonet en el Discurso antes citarJo: <Los historiadores Arabes ban incurrifio tanibi^n en otro defecto censurado por Abenjaldun, que es el no haber atendido a Jos canibios y circunstancias distintas que experimentan las naciones con la sucesidn de los siglos, Juz gando de los hechos pasados por el estado actual de las cosas. Pueblo inmovilj conservador y fijo en la tradicion y costumbre; pueblo para quien nada pasa ni se altera, y que vo confundirse el pasado, el presente y el faturo en una idea eterna e ininutable,
como
Bin
horizonte sienipre sereno e igual de sus desiertos; pueblo contento con lo actual,
el
porvenir e indiferente a las ventajasy inejorag de una civillzacidn mAs adelantaria, el Arabe no ha compreadido la idea del progreso y del perfecciona-
afepiraeiones al
la historia,*
O mucho
nos equivocaraos, o los que hacen est^ cargo alosArabes incurren en el mismo defecto:
en la^pocaenque floreci6 la cultura Arabe, fJhabJa algun pueblo, no de Europa, sine del mundo conocido o por conocer, que estuviera tan adelantado en la critica hist6riea, quehubiera Uegado a reflexiouar sobre los
guos bajo
los
el
19
que
es iiiuy reciente
grade de reflexion; tatito^ que algun moderno achaca a los historiadores arajfoneses, quizA con ^obrada razon, el que uunca los escritoros de las cosas de Aragou han sabido prescindir de las ideas que tenlan sobre el poder real, para juzgar la monarqula
este
de los primeros slglos de la reconquista; lo cual ha side causa de que no se hayan interpretado rectamente los docatnentos de ouestros archivos; y osto no es solo aplicable
a Aragou, sino tainbi*^,n a Castilla (1). Se necesita tanta fuerza de reflexion para fljarse per &t mismo en lo absftrdo de atribuir
a personajes do otras epocas o pueblos nuestras ideas y rnodo de ver las cosas, que el teatro, casi hasta nuestros dias, al inenos en los trajes, no ha sabido prescindir de prosentarnos los personajes grieg03 y romanos corao Bi fueran espanoles del siglo xvi, y en Fian-
(1)
la
A^^ndcmia de
ij
la Jfistoria
en la
recepcion jmhlica
Abril de 1862,
D. Manuel Olh-er
IlKrtadii el dra
S de
pJ^ff, 38.
-^ 20 cia coroo
si
hubieran vivido en la corte de nuestros auLuis XIV. El que quiera ver si que florecia la tores de la misma 6poca, en
de historiografia Ai-abe, sabian salvar este
fecto, lea
lo
el
macede Berceo, y verd al conquistador d& doaico coLvertido en un paladin cristiano filoaofo Aristoteles en un la Edad Media, y al bajo reverendo preceptor del regio alumno, AristotJl. No dcbe, por tanel nombre de D. historiadores arabes el no to, aehacarse a Sos teuido en cuenta la diferencia de
!os
hechos his-
cuanto quizA seaAbenprimeramentft jaldun, en eUiglo xiv, quien ester llamase la atencion de la critiea sobfe punto. Otros dos defectos capitales se achaean, y en parte con razon, a loa autores Arabes; pero que tambifen son de la 6poca y no exclusivos suyos, a saber: el haber copiado servilmensiemte y aceptado con ciega confianza [no
pre] cuanto otros escribieron o les transmitieron por tradicion, y la exageracion en que iacurren, principalmente al referir las
victorias y conqulstas del islamismo; asl^ al referir !a batalla de Zallaca, en que fue ven-
21
cido el gran Alfonso VI, calculan ]a p6rdida de los cristianos en mAs de sesenta mil hornhres,casi todos Icsqueentraxonen acci6n(l). Para atenuar el desprestigio que pudiera
recaer sobre los historiadores arabes, y &incerar]09 deestos cargos nuiy fundados en si^ y advertidos antes que nadie pop el gran
historiador Abenjaldun -en sus Prolegomenos, que pudieran considerarseeomo unalntroduccion al estudio de lahistori3j noa con-
teataremo8 eon preguntar: Nuestro historiador Mariana, y iqu6 (iecimos Mariana? algiin eompiJador moderno quo ha aervido de
texto en los Institutos^^cuAntascosasrefiere que no pueden ser adnnitidas, no decimos
por una crltica exigente, sino ni fain por el mAs cr6dulo admirador de nuestros grandes historiadores? Y respeeto de esageracion ^qu6 podemos decir de los ^rabes, cuando, seingiio nuestros cronistas, en la batalla mAs signiflcanteniurieron ni^s sarracenos que
dado estas batallas en los terrenos montuohasta era 80S de Asturias y Aragou, donde
mafcerialraente
(I)
29
tan DUFnerosos? Y aotese, como prueba de la imparcialidad de loa autorea Arabes, que, a uuestro modo de ver, esageran hasta sus
mismas derrotas; asl, en la batalla de Aljandec o de la hoya^ ganada por Ramiro II en 938 cerca de Zamora, dice Almacari que murieron cincuertta mil musulmanea (1), y en la e61ebrede las Navas de Tolosa, segun confesion del mismo autor, de peiscientos mil musulmanes, apeaas quedaron mil (2), En descargo deunos y otros, no queremos dejar de hacer una observacion: cuantas veces se reiice una inultitud considerable de persoEdicidn do Leyden, torao T, pa^, 22a (Los autoros Arabos llaman bataUa do A^anrfec {de
(1)
lahoya)laque los cristianoH llamaii (Jo Simanoas y dan bastantefi mas not.icias quo nuostros cronieones* fijando sn fecba en H de xaual del an e 327, al que Hainan ano de Aljandee; la fecha rosulta l,^ de Agosto del
afio 939: oonfiesan In
dorrota con niuorte do 50.000 muaulmanes, entre loscuaJcs se citan varios personajes biograiiadoaou los Biccionarios biogMficos. Mesudi,
Praderas de oro, y Abonalatir, t. VIII, pAg. 268, dicf'n quo Bflmiroll Uovaba como vizir general a un
flufl
en
primo do AbderrAbman que habia aido vali (gobernador) de Santnrfii, ei cual aconsejo a Ramiro qae no persiguiese a Jos fugitivos, y despu^s se roooncHid con eu antigno seiior.]
(2)
Ton^oll.p^g, 69,
23
su numero, nas, el que pretendo calcular suponi6naiempre le cree mucho mayor, aim probarlo dole la mejoi- biiena fe. ^Querfeis
palmariameute? Asistid a una manifestadespu^s a fiesta piiblica: preguntad eion la vuestros amigos eu^ntos han asistido, j mayor parte, no teniendo en cuenta el mimero de hombres mayores de edad que hay en la pobiacion, guiados por la impresion que lescauso la multitud, calcularan que en la aaistieron mAs individuos que hay misma; y si cre6isque aesta exa^eracion puepartldo, de conducir el interes personal o de suponed la reunion de! genero que querilis,
y como haya en
supondrA tad seguros de que la generalidad que hay mAs de seis mil: si a estas consideracioies se agreg-a la profunda impre8i6n
hombres mAs acostumbrados a la vida de Ios campamenbatalla sem-, to^, el aspecto de uu campo de
ios
brado de cad^ver^-a y heridos iiioribundos, DO extraiiar^is que [la tradicion y con ella] exageren el Ios historiadores de todas edades numero de loa muertos en esas terribtes luchas.
24
11
Si
el
tanta importancia^ para el conocimiento de la historia de loy tiempos medios, no le tiene inferior para una clase de estudios, nacida,
podemos deeir, en nuestros dias: para la ciencia creada por los Grim y Boppj y desarrollada por otros no
menos
laboriosos inveeti-
de las tranBformaciones del lenguaje las emigraciones suceaivas de los pueblos desde que se separaron en la gran IJanura de Senaar, segiin la tradieion biblica indlca, y eatA a punto de demostrar la ciencia mAs
exigente-
grandes familias de lenguas que reconoce la Filologia moderna, la semitica es la que tiene caracteres mAs mareados; tanto, que la gran semejanza de las lenguas que la constitnjeu, no ba podido pasar inadvertida a niaguno que haya temdo conocimiento de dos de ellas; asl, el judio Maim6nides dice en el siglo xii: <Eu cuanto a la
las tres
De
25
lenguas arabe y hebrea, convienen cuaaLos las coiiocen eu que ambas sou una sola ieagxxa sin geneio algUDO tie duda. y lo mistno suceile con el siriaco, afin de ambas> {1), No ^s tau inarcada la semejan^ia giaiiiatical
y lexicol6;^iea
que cons-
grupoa o familias, ia indo europea y Ja turaniana] pero dados ios estudios que 36 ban llevado a cabo en los ultimos anos, tainpoco cabe duda alguna respe*o de la semejanza que las lenguaa de una inisma farnilia tienen eutre si. Las dos familias que mAs inter6s inspiran, son la semitica y la indo-europea, por la importancia historica dc ios puebtos que a ellas pertenecen; pues semitas e indo-europeos sou los pueblos que ban estado al frente de la civilizacidn, al uienos desde Ios albores de la
historia.
Para
el estudio cotnparativo,
todos con-
vienen en que, eutre las indo-europeas, la lengua sdnscHta cs la lu^s importante, sin decir por esto que sea la mAs antigua, por cuanto a favor de la luz que ella ha difundido, se esplican perfectameute formas irreCasiri,
(1)
tomo
I,
pAg. 292.
gulares del
latiiij
26
del griego y del alemAn, por mSs que ella a sii vez reciha en ciertos casos la expiicaeion de sus aiiomalias de estas mi^nias, del gotico o del gal6s.
Entre
las
disputan la preferencia el hebreo y el Arabe, apareciendo en lontananza una tercera^en favor de la cual probablenieiite se decidir^ la competencia^ euando, nierced al ausilio
que hoy
le
baya
los
generaciones de veinte siglos. Esta lengua es la asiria, hablada por im inmenso pueblo deade el siglo xxiii al i antes de la era vulgar en lo^ grandes imperios de Ninive y Babilonia, extendiendo sn do minlo a Pera6pa!is, Suaa, Ecbatana, Van, costas de Siria, islas del MediterrSneo y boeas del Nilo (1). Con la toma de Babilonia por Giro la lengua asiria deeae, siendo solo la lengua de los vencidos; y si la soberbia de los Aeam6nidas le concede un lugar en las inscripcionea en que quiereQ perpetuarsus conquistafl, pronto desaparecerA con la lenlas
Moi:iaiiti
(1)
gua de
los
27
vencedoresj vencidos y subyugados a su vez por el conquistador macedooio. Estaba reservado al siglo xix resucitar las
leDguas de los antiguos pueblos, salvadas providencialmente en las inscripciones esparcidas entre las ruinas de los templos del Egipto y Asia central. El Egipto fu6 el primero que sali<5 de sus soinbrlas necropolis, habiendo encontrado un Daniel, segun la expresion del cardenal "Wissemanj en el geuio de Champolion (1), Asl como la inscripcion bilingue de Roseta dio la clave para la interpretacion de los jeroghficos egipcios, las inscripciones de Pers6polis hablan de servir para deseifrar las de Nlnive y Babilonia [aunque en condiciones niuy diferentos]: en Pers6polis las inscripciones que nos recuerdan los hechos de los Ciros, Xerxes y Darlos, estdn redactadas en tres lenguas: la pritnera es, naturalmente, la de los vencedores, la lengua de los pereas antiguos, perteueciendo las otras doa a los pueblos vencidos; no habiendo un dO' cumento como la inscripcion de Roseta, que
Viscitrsos sohre las reUoiontH que e.iisten ciencia3 y la religifjn revelada. DifiCiirpo 8."
(1)
enlrc las
Persia, por
28
sirviera de puuto conocido de apoyo, ha sido preciso encontrar sohre las ruiiias de la
lo
que
ha consagi ado como el e&fuerzo mAs maravilloso del eapiritu hximano (1)^ No me es posible en este momento exponer los trabajos llevados a cabo para llegar a la interpretacirtn de estas inscrlpciones, y las grandes dificuUades que ha sido precise
la ciencia nioderna
veneer; pero
los liltimos
trabajos de Bopp,
de Speegel y Lepsius no permiten dudar de laesactitud de las traducciones de los tex tosariosde las inscripciones tritingiies (2);
es
mejor conocidos. No es tan completo el toiioeimiento que ha podido hasta hoy adquirirse de Ja lengua asiria, lengua indudablernente semitica, que ocupa el uUimo lugar en las inseiipclones trilingues de Pers6poiis; pero la prueba hecha por la Sociedad AsiAtica de Londres en 18Jj7 nos pone en el oaso de asegurar que
(1)
(2)
i
'a
y que,
si
29
-"
esUn
vencidas,
en algunos easos no son completamente seguras las traducciones dadas por estSn conlos asiiiolo^os, eu aquellos en que formes, debemrs prestarles completo as^ntimiento
(1).
Estos trabajos de ioterpretacidn de una lengna, de la cual no tenomos ni giamAtica ellos se nl diccionario, exigeUj en los que a
guas que
Lh
ae
supongan
aflnes;
pnes en
ellas
AaiaMca, a prosentar instaucJas tiG M. Fox Talbot, so mlajo a do una lar^a este, biijo pUoffOf^oHado^la tradmvciou
(1)
inscripcioii do Ti^'lat-riUsor
I,
roy do
Afiirift
(roiimba
on
ir>r)0
logos cnsayafioii In traduccioii del miflmo tojtto. Rawlinsoii,KiiicUsy Oj^port acudiorr^n al namamiento, prescntaodo, doiitro del mos, la traducciin correspondionto: la pnioba fu6cle lo loas HUtirt facto rio: so notaron las somejnns^as y diforencias, y la Oomisi6n pudo convoncorsodeqao la priioba era dooifliva: la
mecripcion trata do diforontos matorias, pasaodo bruscamontodGmiaa otra, y sin embargo, imichoa mtftmo paeaJGsfuoroo traduoidoflabsolutamoDto del
traductores; hubo otros, on los on quo s61o diforlan on una palabra, en un matiz, una ospresion mAs o monos folia (Monant, obra oita-
modo porloRCuatro
da, pA(f.
24).
"
30
es precise busoar las fortnas y el signifieado de las paiabras cuya lectura se vaya fljando: paralas leaguas gemUicas^ niiiguna sirve
como el drabe, pov ser. entre las conocidas de esU rama, la mfis rica en formas
tanto
gramaticales; pues nos da a conoeer en todo 8u desarrollo algunas, que, como la declinaciony modificaciones del futuro, ban casi
desaparecldo del hebreo y arameo, y otras que, como los plurales, llatnados fractos per los antiguos gramAticos, internos por algunos modernos, solo aparecen enlarama arAbigoetiopica, por haberse desarrollado esta for-
ma
rama
la opi-
menos
los pri-
las ina
cripeiones asirias tonemos noticias defcalladaa de muchos reyes, olvidados por espacio de veinticinco siglos; se ban ampliado las que
fl)
Essai
i)hirkls arabes
por M. Har-
Wlnfif
se tei
31
laude
otros,
conocidospor loshistoria-
dores griegos, y se han leldo las conquiatas de algiuios^ como Snrgon, el vencedor de Azdod y de Samaria, de qiuen no habla mAs noticia que la que nos daba un versicxilo de
ia Biblia;
al
auu
ciencias do Nini
ve y Babiloiua, por haberse descubierto arcMvos y bibliotecas, consigaados, no en deleznables papiros, sine en ladrillos, hacina-
doscomo
chives.
Y
esto
por'si OS ocurriera la
haya podido
ser
ingenioso forjado por honibres visiouarios, OS hare notar que no ha faltado a estoa estudios la prueba de la contradicci6n: han sido combatidos en sou de burla y a nombre de la filosofia mAs radical. Rendu se encargo de
combatir los dt^rechos que ta lengua asiria alegaba para ser considerada como semitica: en vista de las asereionea de Oppert respec to del semitiamo de esta lengua, el autor de Bistoria de las lengtias semiticas, viendo consignadoa hechos que derriban por la
#
los hijos
dp.
32
Sem, salio ai freute de los estiidlos asii-ios, procurando atacar las partes debiles que pudierarj tener, tanto respeeto de )a lectura, como del caMcter de la lengiia nuevamente descnbierta; liegando a sectar, en virtud de una iiiduccion, al parecer bieu fundada, que no habia lengua semftica en la que donda no se expresase por bh:a para por l:-~todo por col: nsl, el descubrimieiito de una lengua semltica, en la que (7o?i(7e so expresase 'pQvina:-a por ana: - todo por gab, serfa para el filologo un fenomecocasi tfin diffc-il de admitir como lo hubiera sido para Cuvier un carnicero de
dientea llanos ounmastodontealado. (l).En verdad.quela intei pretacion de los mjllares de inscripciones asirias vienen a trastor-
nar las ideas que muchos, siguiendo a Hendn, se hablan formado de los semitas; pues siendo .^atos, segun la creacion de los crlticos, monotdstas por naturaleza, enemigosde
las ai'tes pldsticas e incapaces
Jouruel
.les
Hisioire y^niraU
syMme rompar/des
tiquM,
lanques simi-
~
ria
63
imperios asirioy caldeo a destrulr los trea pretendidos caracteres del aemitismo. Asi es, dice Menantj que M. ReoAn ha comprendido bien cuAnto habiado convencional en su teoria y no ha querido publicar el selos
de
snponiendo con el Dr. Hinckaquela lengua asiiia e3t6 llamada a representar entre las semitaael papel que entre las i^doeuropeas ha cabido al sdnscrito, nunca el drabe pcrdera su iinportancia para el ostudio de la filologia comparada; pues si en cuanto a las formas gramaticales puede el asirio servir de iaxo de union entre nuasy otras, haciendo inenos marcado ei antagonisrao gramatical que entre ellas ha querido marcarse, ef Arabe, co no la lejtgua semita de mAs larga vida y mayor desenvolvimlenlexicol6gico, serA siempre la clave principal para la coinparac!6n 16sica entre amto
Auo
has famillas.
Verdad
J
es
ta)
Menant,
pilK-206.
34
matical niogua caso hace de la semejanza de palabra3,suponi6ndola casual o efeeto de la onomatopeya, doade 6sta es muy mar^ada, y no reconociSndola donde hay que admitir el cainbio de al^una letra; pero asi
eomo dentro de
la
misma
familia se
ban
flja-
do las reglas de transformacion, y se admite por todos los fllologos identidad de origen entre palabras, como equus, latiu.; ippoSj griego; sequor, lat.j eppomai, gri,; misceo, lat,; mignumi, gri-; mater^ lat.; meter, gri.; TTiother, ingles; Muther, alemdn; Thugater, gri.; Thochter, al.; Daughtevj ing,; pater^
lat,; faihevj ing.;
reglas que
bagan ver semejanzas, que por nadie pnedan ser puestas en duda,
no admifcamos la identidad de las cuatrocientaa ralces, que como comunes a
Aunque
ramas semitfca e indoeuropea nos presenta Bailhache (1), cieo que no puede en modo alguno negarse la exiatencia en ambas
las
(!) gties
Trait (Vitnion entre les deux granges families des Ianaryennes et eemitiquea par Louis Bailhache. Paria,
1866.
familias,
(le
35
palabras que no puedeu explicarse m por la onomatopeya, ni por la comunicaclon de iiuos pueblos con otros, ni mueho menos por la casimlidad, que uada explica. En mi sentir, la comunidad de origen, 0, al menos, el contacto primitive de
ias lengiias semiticas e indoeiiropeas no es
un hecho reconocido por la fitologia, poique se teme que esto sea una prueba mAs en favor de la revelacion de la Biblia: mu6veuos a jnzgar en cierto mode de los m6vlles secretes de alg:una escuela moderna el ver que
ilegan a sentar de un
lo
modo
absoiuto,
como
hace M, Chav^e
(1),
la imposibilidad de
reducirlas a
un
sumo, podrla pretender que, dado el eatado actual de los conocimientoa, no podia asegurarse procedleran de un mismo orig'en. Aun afiliAndose a la eacuela puramente gramatical, que ningtiu caso hace de la identidad de las palabras, si no en(uientra analogia en las formas, podemos casi asegurar la comunidad de origeti de la rama semltica e indo-eurpoea; las formas gramaticales mAs importantes son seguramente
(1)
\
Baininche,
pAgf, li.
^
la declinacion
3B
y coojugacion, tjHay e! autagonismo que se supone entre las lenguas Ilamadas de agiutinacion y las de flexion? Seguramente que no: son lo mismo: la aglutinaeion, cuando Uega asercasi desconocida per serliitimala union dounoselemeutoscon otros, constituye la flexion: la conjugacion semita, no teniendo mAs que dos tiempos, no ha tenido que modiflcar tanto como la indo europea los afijos derivados de los pro nombreSj queen ambos sistenias, unidos a
la ralz, constituyen esencialmente la conju-
son bastante conocidos ni aun en la rama indo-europea (1); pero ambas convienen, si se tiene en euenta la declinacion S.rabe y asiria de las inscripciones mas antiguas, en anadir algo por el fin para indicar los diferentes oasos.
Ill
Si el estiidio de la
lengua Arabe
es intere*
(I)
gina
37
para conocer mejor la historia de mucho^ pueblos en la Edad Media, y proporciona no poca Iiiz a la filologia comparada, tanto para descifrar las autiguas iascripciooes fenioias,
cartaginesas, himyaritas, palmiranas, nabateas y asirias, como para conjeturar en
cuanlo cabe las emigraciones de los semitas en los primeros tiempos*, antes que la historia propiamente tal deje percibir su luz, para los espanoles tione mayor interns; pues ya no se tratade conocer la historia ajena, siuo la propia; puesto que espaiioles cotno nosotros eran los uaLuralea del Andalus, tanfco los que sufrienio a veces toda clase de vejaciones profesaban la religion del Crucificado, como ios que creiaTi en la misidn divina de Mahoma, Los Arab63 espanoles, partlcipando con no poca gloria de la cultura difundida en Oriente por la proteccion
que a
las letras
dispen-
saron ios AbasieSj escribieron tanto en todos los ramos, que es dificil formarse idea de su prodigiosa fecuudidad. Ya antes heraos creido oportuno citar a AbdelmSlic ben Habid Asaleinl, natural de
88
sobre toda clase de aaiintos: los autores 4rabes, en general, se distinguen por lo que
pudi6ramos Uamar su enciclopedismo: con la raisraa facilidad escriben de Teologia, de Medicina, de MatemAticas y Astronomia^ que de Historia y Filosofla, No es nuestro Srnimo, ni cabria en los estrechofl limiles que a ello pndi6ianiG3 dedicar, hacer una reseua de la Hteratura arAbiga en Espaaa: los poetas y poetisas abundan tanto en la corte de los ealifaa do Cordoba, y despufis en las de los reyes de Taifas, que muy bien pueden comparaise, bajo el aspecto poi^tii-o, A !a cortede D. Juan 11 de Castilla.
La
les,
gracias a las preciosas noticias que nos da Aheuh&zam en su c^lebre carta y a las colecciones po6ticas y dicciouarios de los
Abenalabar y
otros,
nOB pudiera eer mAs conocida que la de nuestros poetas del siglo xvi. Al que quiera formarse una idea cabal de la poesfa hlstorica, IJrica y descriptiva de losArabea audaluces y de los principales escritores en estos gSneros, le remitlremos al erudite y eoocien-
el
claustro de la
39
Universidad Central por D. Leopoldo de EguUaz y Yanguas, distingiudo arabista y catedratico de Literatura espauola en la Universidad de Granada, Ldstima es que no piiedau piiblicarse con traduccion casteilana la infinidad de poeslas espafiolas que se conservau eu las bibliotecas, para que de este modo se salvaran del olvido miichas compoaiciones, en especial llricO'descriptivas, que segun Casirl, por su composicion, en nada ceden a las Odas de Horacio (1), Las ciencias naturales en todos sus ramos, sobre todo la Medicina, si tal vez en el estado de adelanto a que hoy pretendeu haber llegado, no hicieran progresos notables con el 'studio de los aiitores Arabes, nos darlan a conocer miicho major su historia, y al menoa habria de confesar la clencia moderna que muchoa descubrimientoa que pasan, y que, tal vez en realidad por haberse olvidado, son modernos, fiieron bechos por los dra
(I)
Cftairij
tomo
in
I,
p&(f, 128:
<Rocontionun hactonus
Oflio quEo ah
I
t^-
poetarum ploros
HorHtlaoi8f dant.
si
'
|:=
V
^'
que sea
40
^
por mas
mucho
tiempo, los
prescindir de explotar estos dos preciosos veneres de nuestra hisEoria intima: gracias
podemos beneficiar otra mina de mAs t&cll acceso, de donde, si Io3 extranjeros y alguno que otro espaiiol han reeogido preciosos dates para nuestra historia, no deja de ofrecer auQ ancho caoipo a ciantos teng^n la abnegacidn de dedicar sus vigilias en obsequlo de la hi&toria patria: esta mina es la historia
si
Arabe propiameote dicha. Sabido es de cuantos se han dedicado a lag invedtigacioiies historicas acerca de los primeros siglos de la reconquista, lo escasfsimas que son las no Jclas que nos dan los cronicones cristianos,
Nuestros antepasados, en los dos primeros sigios de la dominacioa iirabe, apeuas se cuidaroD de consignar por escrito las hazafias que a cada momento llevabaa a eabo. Es
liamado Isidore de Beja escribe 6u crdnica hacia 754, dando buenas DoHciaa de la pritnera 6poca de los Arabes en EspaBa; tanto, que esto ha hecho suponer al sabio holandds R. Dozy que fu6 compuesta
el
verdad que
41
en Cordoba (1); pero parece ser que ia obra de Isidore de Beja no fueconocida de los cristiauos del Norte quizA hasta el si^lo si; pues SebastiAn do Salamanca, que coinpxiso su cronica en el reinado de Alfonso III ^8*i6'910), se queja de la iiicuria de sus ante pasados, que desde San Isidoro de Sevilla nada habian escrito sobre Li historia de
Espafia.
la iocuria
de
los cris-
tlanoa durante los siglos viu y ix, coincide la primera 6poca de la historiografia-Arabe,
en
la
que apenas
memoria para
fechas de los prlncipales aconteciinientos, no debieron de sentir la necesidad de consignar por escrito
las
consignarlas sin pretensiones literarias; pues segun aparece del an6mmo de Paris, titula-
do Ajbat'machm'Aa, re^nhd. que >a a fines del aiglo viii se consignaron por escrito va-,
(1)
Recherche^ snr
ie
Vhi.<itoire politique ^t la
lUlvvatHvc de
2.
motjen
ng?.,
tomo
I.
pAgina
^
rias tradiciones,
42
"-
que fueron luego coleccioDadas en el xi. Del ya eitado Abdelm61ic ben Habib Asalemi, muerto en 853^ se conserva
algo relative a la historia de Espana; pero solo da noticias de escaso interns, quizA por haber tratado del misino asunto en alguna
de SU8 niuchas obras. Las verdaderas fuentes para la historiade los c-irabes de Espana, son los historiadores de los siglos x, xi y xir. En el siglo X se escribenmuUitud de Die*
cionarios biogrAfieos de los cAtibes (secretarios),
teologos, jurisconsultos y
las
II,
cadles,
verdadera historia eon los Casim ben Asbag, Raxfs (Ahmed ben MohAmed ben Muza), Uamado el historiador porexce-
Abenabderrabih, Abenalcotiya, biznleto de Sara, nieta de Witiza y Arib ben Saad de Cordoba.
hijo I?a,
lencia,
y su
Con la calda del Califato se abre una nueva era para la historiografia drabe, inaiigurftndose su edad de oro: los
AbenhayAn exceden a
encontraron rivales en
AbenhAzam y
y no
Horn-
sus anteceaores
los posteriores.
tico del pais les
43
el
Uevaron a consideraclones,
cano
de hacer, y adeinds, tanipoco hiibieran podido esponerlas: la tradicion oral estaba alia viva, y con su aiixilio loa cscritores cordobeses del stglo SI pudieron rectiRcar las
relaciones parciales e incoaipletas de sus serviles predecesores: clieates de los Omevas,
coriio
lo
los
historiadores anteriores,
si
bieu no
franqneza, niereciendo inds fe cuando se trata de las acciones y carActer de los principea omeyas, a quienes muchas veces nos presei)tan desde un punto do vista menos favorable: viviendo en una 6poca en que la antigua sociedad habla sido transformada, triuufando e) principio aristocrJitico, siem* pre en Iticha con cl nion^rquicoj separAndose por fin las nacinnalidades heterogSneas con la fundacion de los reinos independlen tes, los escritpores del siglo xi fueron llevados a la reflexi6n; comprendleron el verdadero sentido do las turbulencias que no hablan eesado de ensangreutar el Andalua y, no HmitApudose a eacribir la historia de una sola
famllia, ensancharon el
-i
_
<]Uft
44
hablan concluido por derribar el Oalifato de Cordoba. Si se conservaran f nte^ras las obras de los
AbeohAzam, Alhomaidi, Abenhay5.n, Abulgualid ben Ztiilun, Abenabulfayad y MohAdestronado por AlmotAdld de Sevilla^ no soJo la historia de lo3 Arabes espafioles, sino tambifin !a de los reiDOs de Asturias y Leon, nos seHan mis conocidas que Us de ningim otro pueblo de
med beu
Europa eo la Edad Media: por desgracia, do <iOo8ta que se conaerven las obras puramente hiatfiricaa de estos autores
y solo puedeu suplir su presuniida perdida las nunierosas y extensas citaa que se encuentran ea los
(I),
xcr
(1)
[Un tomo
muy
intereflanto
tie
AbenhayAn
cl
fuA
idoiititlcado
tooadeSidi Hamuda:diinoscuentado6len
4eUiR
lioy
ftl-
rauchos]
(1),
45
gran escasez de noticias que nos proporcionan los autores cristtanos de loa primeros y aun siguientes siglos de la reconquista, y ateodidas las esigencias de la crltica de Masdeu y su escuela, inAs descontentadiza que crUica, apenas hay acontecimienio sobre el que no se haya sembrado la duda: gracias a los datos proporcionados por los histortadores Arabes, se ban aclarado muchos puntos, cayendo en deserfedito la crltica de Masdeu, que suponia apocrifos casi todos los doeximentos cristianos conservados en
la
En
punto de pretender el alemAn Schcefer en su Geschickte Spaniens que nada se habr^ hecho en tanto que Masdeu no haya sido refutado punto por punto, del raismo modo que 61 ha combatido el Gesta Roderici (2).
al
(1)
H. p. A. Dozy, Introduction
{de
al
Bayauo-t-Mogrib
cronique de Arib
foiSy
Maroc
et
fragmens de
la
la
tout pitbti*?
ei
pour
premiere
prec^dd
d'Hne introducthn
acconipagn*? de
par R. P. A, Dozy. Loydo, 18i8 y 1854. Dozy. Jiccherches, tomo I, p^g. 7B. (2)
Dos gruesos volumenes en octavo ha escrito el sabio orientalista holand^s M. Dozy, examiuando con toda elase de datos puntos oscuros de nuestra historia durante la Edad Media: nos contentaremos con indicar ligeramente dos o tres. Masdeu y otros escritores, dando mucha fuerza al argumento puramente neg-ativo de que en las cronicaa de Isidoro Pacence y de Sebastian de Salamanca no se hace menGi<iii de! conde D, JuHAn, pretenden que este pernaje no ha existido, y que forjado por Ja fkbula en loa siglos anteriores al xii, paso a la historia con la erdnica del monje de Silos: dando por sentado que los documentos crlstianos nada digan de D. Julian (1)^ noa compensan plenarnente de su silencio los aatores
Arabes: easi cuantos hablan de la conquista del Andalus, mencionan la traicibn de don JuliAn, con la causa que a ello dio lugar; y
si
(I)
doiide
y quodeiiondia do Coiifttantinopia. Obra citada, pAg. 67. Y Ajhar tnoGhmna, puUlicado por la Academia do la Historia, pAg. 150.
todos casi del mismo
47
-^
modo
ae qaiere supo-
uer que los xmos han copiado a los otros sin discerniiiiiento, y que, por tanto^ son un solo
testimonio, anadire nos qxie, seguu Albecrl,
en el siglo xf, algunos piiiitos cerea de Ceuta conservaban aiin tunombre: por otra partej M.deSlaneaseguiaqueen losanalesde AdzDzahabI se encueutra uu pasajectuioso, delji^ ^ cual i-esulta que D. JuliAn tuvo no hijo Ila- 1*:^^ mado Pedro o M^lic Pedro, como le llama- /^ ^ ban los Arabes, y que uu nieto llamado Abdallah abrazo el islamisino (1): no pasaii en si-
QuostraK idoas rospecto a la porsoiiJilida'l de P. Julian, piicdo verso lo que, con ul tittilo Ei Uafnado C'^nJe 1>. Jidinii, piibSicamOP en lii Ki^i-isfd ilc
(1)
[^[odi^^.'!^d!I^i
de
Hbro
Kst'iiios criticos
ardhigo-esimiola en
lios Arahe-'}^
el
Uccion
y anatUroinos que por el mnyoi' estudio del toxto do! Paccna'^ do -cada dia os nia?i profaMda iiaestra lionviccion do quo el llamaJo C'otidc D, Juliiin es transformacion dol JTrhanus \\ Olhdn y qiin ee le Ita atribiiido todo y inuclio mas do lo que de UrEntH
baiius- const^.]
[Pued verse a esto proposito lo que ol profesor de la Universidadde Palermo, Rnrico Besta, dice on sulibro La Sardegna Medioevftte Le vicende poliiiehe dal 460 al (doadt^ elaiio697). Elesar132G-P-^lerrao, 1908, pAg, cado africano no oxistia ya, *> por mejor dooir, no quo-
-s.^2
48
leneio las cronicas ^rabes la deserciou de los hijos de Witiza, que iban en el ej6rcito de D, Rodrigo, maudando Sisberto el aia
derecha y D, Opas la izquierda: por la relaci6n que de tsto hace el Ajbar machmua^ parece que los hijos de Witiza i^ose concertaroo con los Arabes, sino que abandonaron a D, ftodrigo, creyeiido que serla vencido, y quizi
daban a Bizancio sino la Cerdoiia y las Baleares, Diohlj Afr, byz., p. 5^, y Geixer, Themenverf., p. 85^ piorroganlacaidadel oxarcado liasta el 714 o a la conquista de Ceuta, quo habia sido la sode del
Conde
Julian,
investido
osta hiincierto^
may
puoa parte de una ingeiiiosa conjetura de iDozy, el cual en el p&rrafo de Isidoro Pacense referent a la con* quista de Espana per Muza coasilio nobUisslmi viri Urlani tzfricande regionis sub dogtnate ciithoUcfi6 fidei exorti, sos-
en vg-z de exorti deberia leerse exarchu La corroecion no es necesaria; mo pareoe que tienen razon
pecho
q\io
W>'nhau8sen on Nachrichten
d.
Konigl. GeaaeUsehOrft d,
43J^-liS9
Conde
JttUdiij
hUtoria drahe-espa-
jT6;a{Zaragoza,190^, pAgs.45-9i),demotr6qtieIprGten-
dido Condu J uiian fue un OlbAn u Oly^n, bereber criS' tiano, jefo do uro do los Estadoa bereberes, que so ibrmaron on la Maariiiinia y Tingitana ul dosaparecer de
ollafi la
dominacidn bizantina.]
49
muertOj y que, vacante el trono, podrlan elloa ocuparlo; pues el objeto de los Arabe&, crelan que era solo recover botin (1), No \e bastd al Cid el haber side el espanto de l03 moroa y la admiracioii de los cristiaDos de su tiempo para &ftlvarle de los ataques de la critica moderna, que no s61o habla de poner en dtida sus hazanas, sine hasta su mlsnia existencia, couvirtI6ndoIe en un mito; pero nierced a los docximentos Arabes, no caben ya en modo al^uno tales dudas, no 86I0 respecto a su existencia, sino ni aun en cuanto a los hechos niAs irnportantes de! h6roe castellano,
sabio holandSs
los
manuseritos
de su rica Biblioteca, en uno, que el catAIo* go daba como fragmento de Almacari, encontr6 la primera parte del tomo terceto de la Dajira del Abenbasam, obra escrita dlez
Ajhar macJimiiaj pAga. 7 y 8 del tosto. [A pesar do quo hoy, quiziV son muchoa I08 qu admitOD el pacto provio do loa hijos do Witiza con Muaa,
(1)
y que ^sto envi6 aTArio como anxiliar, doh inolinamoa a oreor que no liubo tmtos prei^ios, y qao b61o hubo la traici^n quo iodioan autores Arabes e insinua olaraTuente oi FaooniioJ
^i
-_
50
esta anos despu6s de la muerte del Cid: en obrase hallaa not.icias detalladas sobre las hazauas del Campeador, de qiiien el autor 6rabe dice: Este hombre, la calainidad de su tiempo por su amor a la gloria, por la prudente flrmeza de ear^cter y por su valor heroico, era uno de los milagros del Senor; poco despu6s murio de muerfce natural en Valenel peudon de cia: la victoria seguia siempre
combatiendo a sus jefes, tales como Garola (Ordonez, eonde de N^jera), llamado por burla Boca-torcida, al conde de Bareelona y a Aben-Radicnir {rey de Arag6n) (1).
tianos),
Comparanio Dozy laa detalladas notieias que noa da Abenbasam con la Crdnica general, la Gesta lioderici y demSs documentos de toda clase, tauto fi.rabes como eristianos, ha venido a inducir que raerecen cr6dito casi en todo, siendo indudablemente la Crdnica general, en \o que se reflere a cierta
6poea del Cid, traduccion de autor Arabe coutempordneo, llegando con su acostumbrada eagaeidad hasta senalar con bastan(1)
Dozy,
Recherches,
tomo
II,
y&g.
2i, 2.*
edicWn.
sites visoB
tor
tres capltulos en
que DOiiy distribuye sus estudios sobre el Gid, a saber: Fuejiies^El Giddela realidady El Cid dela poesia, articulos que Uenan la mitad del tomo II {2.*^ ed.) de
sus Meeherches swr Vhistoire
et la
litteratu-
redes arabes deV Espagne pendant Ic vizyen dge, merecen ser leldos por ^uaiitos quierau conocer la historia del Cid, y casi de la Espaua ea hii 6pocaj y al mismo tiempo admirar la laboriosidad con
quo
los
extmnjfiros
iuvestiga
No ban
de
las
en duda en nombre de una crltica exigente por domAs; ha^e ocupado tambi6n ea ilustrar no pocos, que los sa bios P16rez y Hisco no pudieron aclarar por
tra hlstorla pueatos
no encontrar datos suEicienLea. Kl c6lebre AbenhayAn y Arib le ban dado la dare para aclarar no poco el reinado de Alfouao ol IV. Pi6rez (tomo XIX), viendo que en documento de 927 D. Sancho, hijo priinog^nito de Ordono It y hermano de Alfonso IV> llama este ano primero de hu reinado, y apo^
-- 52
de D. Rodrigo, segun el ctial, D. Alfonso IV abdico en el ano 926, segundo de su reinado, cree que D, Sancho sueedio a su hermano Alfonso en el reino de Galicia, ya que D. Ramiro II fu6 quien sueedio en el reino de Leon: esta explicaeionj que nosatisfacia por complete al mismo Plorez, es inadmisible para su continuador Risco, que haprobadOj por medio de documentosj ser falsa la abdicacion de Alfonso IV en 927 y que no tuvo lug^ar, al menos, hasta el 931: con las investigaeionea de Eis* CO se complico la cuestion en vez de aclararse; pues no cabla eonciliacion alguna, teniendo en cuenta lo poco que de todo esto dice Sampiro unico hiatoriador original para esta 6poca; pues se contenta con decir que a la muerte de Fruela II (925), le sucela autoridad
,
yandose en
Is
-"V
Ordono
II
y que, mAs tarde, Alfonso se hizo monje, despu6s de haber abdicado en favor de su her-
Abenjaldiin,
confirmado eu alguno de sus estremos por Aribt de C6rdoba, escritor del mismo siglo x, did la clave para salir del laberinto en que
se
hablan perdido
los
f'
53
Dice el texto rte Abeujaldun: Dice AbenhayAn: despues de la muerte de Fruela (II), hijo {lege hermano) de Ordono (11), acaecida en 313, su hermano (sobrino, pues Alfonso era hijo de Ordoiio II) subio al tro-
principales del reino. Alfonso tuvo por aliados a su sobrino (primo hermano) Alfonso, hijo de Fruela (11), y a su suegro Saneho, hijo de Garcia, senor de los vaseos: habiendo ido
juntos para combatir a Saucho, fueron derrotados y se separaron reunidos de nuevo, despojaron a Saucho, arroj^ndole de Leon:
:
Saneho huvo a la extremidad de Galicia, dando a su hermano Ramiro, hijo de Ordono (II), el gobierno de la parte occidental de su reino haeia Coimbra. Saneho muri6 despues de esto sJn dejar sucesion* (1). Resulta del texto de AbenhayAn que habiendo Alfonso IV sucedido a su tio Fruela II, fu6 despojado del trono por su hermano Saneho; pero gracias a la proteecion de su suegro Saneho Garc6s, o de su cunado Grarcla SAnchez, y de su prlmo Alfonso, hijo
(1)
Dozy,
Beckerche,
tomo
I,
pig. 156.
de Fruela
IT,
54
volvid a recobrar el trono, vifendose obligado D. Sancho a retiraise a Galicia, donde debia de tener mAs partidarios.
Do
estas guerras
autores cristiaDOs;
el el
Cronicon Albendecsej en rigor, nombra a D. Sancho como rey de Leon, nonibrando dos veces a su hermano D. Alfonso, Men que ol editor ha creldo que Bobraban dos versos, como lo manifiesta la nota; Duo hi versus redundant. Dozy ae ocupa despufis en averiguar la fecha en que
tuvieron lugar cada uno de los sucesos niencionados, sirvifendose de los documentos conocidos por Florez y Kisco, y cuya luz 6fatos no pudioron aprovechRi\ Casi todos toa reinados de esta 6poca reeiben lods o nienos luz
de loB docuraeDtos drabes, y el que, tal vea por mal entendido patriotismo, quiera preacindir de los resultados obtenidos por el sabio holand^s tantas veces eiladoj se expone>
como ha sucedido a
inclulr en sus obr*
s
escritores respetables,
nombre
del autor.
55
IV
El estudio de la lengiia Srabe tieue mayor importaneia, por mds directa, para los des-
cendientea de aquellos montaiieses (salvajes al decir de algun historiador Arabe) quo^ acogidos resiatentes en las escabrosidades del Pirineo central, salvaron sii independencia despu6s de la desastroaa batalla del Lago de la Janda, comunmente llamada de Guadalete, que pusiera fia a la monarqula de Ataulfo y Recaredo (I). Un ligero estudio de ia lengua Arabe es suflciente para haceruos conocar una rama muy importante de la literatura aragonesa;
deiTota lljimjida do Guftdalete tuvo hignr, no junta a osto Ho, sino n\ Laeo do la ilandn: v^ase on la
(I)
La
RevisUi de Esttaiiay
U y B^g'iiiontG, la
carba
eobre
Jdndaf ooini\nmont llamada do Guadalcte, porD. Jos6y D- Mamiol Oliver y Hurtado, al Excmo- Sr. D, Antonio Cinovas del Castillo (do las Koales Aoadomia^ Enpaiiola y de la
Historift).
[La donominaoiiSn dj Batalit tie Gitadahie ha sido dofdndidarociontomente por o1 Roneral Biirgiioto on su
libro Rectiflcaciones histdHcas.
Do
Gitadalete a Covadotiga.]
--tr- j.-_
>L-^"f-^--
bien es vordad que se necesita gran preparacion para poder gustar las bellezas de loa poetas aribigo-aragoneses de que nos da cuenta Asso del Rio, y otras de las que se tlene noticia, merced a la publicaciin de catAIogos de manuscritos Arabes; pues s61o las existeotes de los pootas tochibles, pertenecientes a la fauiilia del primer rev de Zaragoza, compondrianun tomo de regulares dimensiones; s! es verdad, repetimos, que para gustar aus bellezas se necesitan conocimient09 no f Aciles de adquirir, bastaa pocos dlas
de Irabajo para poder oatudiar !a iiteratura aljamiada, que en ninguna parte sedesarroU6 como en Aragon. Hasta loa liltlraosano^ del siglo xvui no ae sabia quo loa judios y moriscos hubieran escriro en castellano, pero con aus caracterea [drabea y rablnicos]; aal que, sin que a nadie pueda hacerse cargo, tales obras pa&aron por estar eacritas en lengua persa, bereber rablnica. Aunque la mayor parte de los muchos escritos ar&bigos que de esta clase se encuentran sou obras de devoci6n para
loa morlscos, que,
narlos, deseoaoclan
ya su lengua, no dejan
57
siendo de advertir que casi todas ellas parecen pertenecer a morUcos aragoneses, Al Sr, Tickuor debemos la publlcacion de
algunaa composiclones aljamiadas de esta clase; de las tres que publico, una es deblda indudablemente a un inoiiseo aiag^on6s, natural de Rueda de! rio Xalon, y las otras, si no son debidas a moriscos aragoneses, en Arag6n al meuos se encontraron (1), jCuAntas de eataa obras, preciosas por mAs de un
concepto, se ban perdido, y se pierden aun en nuestros dias, por no baber quien pueda apreciar su contenido, siendo asi que quince
dias de estndlo aerlan inuy suflcientes para poder entenderias! Si no temlferaraos abuaar
los llmi-
marcadoa a este discurgo, insertariamos algo de un codice encootrado ha pocos anoa cerca de eata capital, y escrito con motivo de cierta reunion de honrados muslimes hablda en Zaragoza en w^ dia de los siete del ano veinticinqueiio (1525), como dice al prln-
His toria de la Hteratura espaiioUi,Xf or M.G- Tick nor traducida al oaBtellauo con aUioiones y notas orftions^ porD. Pasoual de Gayangos y D. Enriquo do Vedia, tomo IV, pAgB. 247 a 931 y pAg. 416 do laa iiotas.
(1)
-- 68
hace dejarlo para dar noticia meior oeasion, en que podamos al publico detallada de dicho c6dice, daudo
las noticiaa
algun tanto ciiriosas que conimpertinencias (1). tiene, a vueltas de mil tamOtro ramo de los ejtudios arabea, que
pocos diaa, si bi6a esigirfa solo el esttidio de en hubiera quieii ayudara a loi aficionados quizA a nadie inte los primeroa pasos, y quo el osturesa lanto coino a los avagonesas, es
dio de !a Numismjltiea Arabs
(-2).
cnatrocientos foEstc curioso codioo, de mas de (1) Ebro: recientomente lios, fa6 oncontrado on Aloalfide amigo y comha sido adqairido por nuestro qaerido macha^prepanero D. Pablo Gily Gil, quien entrolas posee, podr& oiosidades antiguas de t.odo f,'6"ro que reunido en ensefiar a los aficionados ^sta mAa, que ha su museo. de la oolec[SsKi iiiterosante c6dicc, como los domfis Junta para del Sr. D. Pablo Gil, adquirido por la
oi6n
ampHacioti de eHwlioa
(iBsc.rito
e
investigaciones cientificas,
el
ha sido
ampliamente, bajo
aija217 a 23S, en ol curioso libro Hanuscriloa drales y exlractoa por mUidos ae la biblivter-a de la Junta. Noticia ij diroccidn de los alumnosdolasecci6n Arabe, bajo la J.
Ribera y M. Asln.-- Madrid, 1912.] [Una prueba deque para leer o interpretar laa (2) monedas Arabes no son necesarios graudea conocimientos do la lengua firabe, la tenemos en el hecho de
59
Desde hace algunos siglos se vienen coleecionando con afan las monodas romanas, que si piiedeu servir mucho para conocer el estado de las artes y la indurnentaria en las diferentes 6pocas en que se aciinaroUj poco aprovechan para el estudio de la histo ria propiamente tal; piies no dan a conocer mAs que el nombre del emperador, ciudad o faniilia que las iicun6; alguua vez el motivo de su acuiiacion y el ano indlrectamente,
por
el
Consulado.
Hoy
leccionistas es
mAs
las
romanas;
1:0
pudiendo
muchasvece^ conocerse,
por qai6n fueron aciinadas, por no uaarseentonces losordinales para distlnguir los monarcas de un misino norabre. Las monedas Arabes casi siempre contienen mfta datos; pues, excepto Ins acufiadaB
que quieiiGs hoy oonooen quiz^ mejor quo nadle las monodas Arabea espafiolns^ graoiaa a sq afici6n y ftptitud para estoa eatudios, han llefrado a esto con el a\ixilio de mi modesto Hbro Tratado de in Kiiminuisticd Ardhigo-espanola, puUioadO on 1879.}
> i
60 --
hasta Abderr&hmen III y por los almohades, indican el ano, la poblacion y el nombre del Califa. ineluyendo muchaa vecea el nombre del primer ministro o hdchib, y quizA el de! encarg^ado de la casa de moneda; pero en ultimo resultado, las acunadas hasta poco antes de la calda del Califato de Cordoba, tienen solo el interns eomun a todas, por cuanto la sucesion de los califas era conocida eon exaetitud: con el establecimiento de los reinos independientes o de taifas^ se acuaa mo-
neda a nombre de los varios prlacipes que se apoderan del mando en Cordoba, Sevilla, Almerla, Murcia, Granada, Valencia, ToleZaragoza, etc., reconoeiendo unos, como los de Zarag-oza, Tortosa y Dedo, Badajoz,
Hi-
de quien se titulan primeros ministros; reconoeiendo otros a un Abdala abstracto, y hablendo, por fin, quienes parecese eonservan neutrales, como declarando vacante la dignidad suprema. La historia de esta 6poca, confusa por dem&Sy auu despu^s de los trabajos del sabio holand63 tantas veces cltado, sdlo puede aclararse por medio de las monedas; pues
J^
los historiadores
61
nos dan noticiaa poeo detalladas. y mAs de una vez contradictorias entre si: de los reyes de Zaragoza, por ejeaplo, ni aun sabemos los uombres, pues la mayor parte de los autores Arabes han hecho dos personajes de unosolo, segun la opinion de M. Dozy, quien en la aeguuda edici6n
de sus /^ecAe7'c/ie,s admite quo solo hnbo uu rey de la primera dinasLIa, y qne el asesinado en 1039 fa6 Mondirj no sn hijo^ la existencia de un Moiidir coino rey de Zaragoza en 1036^ 6poca muy posterior a la en que se dice que murio, es conflrmada por monedaa Arabes exiatentes en esta capital y descouO' cidas hasta hoy (1): de Suleiman ben Hud, fundador de la segunda dinastla de nuestrOB
reyes, dlcen los historiadores Arabes, algu-
no eon duda, que murid en 1046, y tambi6n tenenios monedas en las que consta que vi-
[En virtud dol conocimiento de estns monedae, que Gomunicamos al Sr. Dozy, al publioar la S.'^ edioi6n de ^tl% Jtechtrciiea moditic6 au9 idoas, admitiendo que fueroii tres los reyos de Zaragoza de la 1.* dinasttftj resaUandool hecho citrioso de qod en la 1.* edioi^nadmitieso con laaatoridad de la gcnoralidad do los hiBtoriadoros dt>* Jieyes, on la 2.*, como nos decia on carta que oonaervamoa, engaiiado por Abenaljatib (on
(1)
62
via en 1048: son tantos los datos iiuevos pro porcionados por las poeas monedas Arabes
de Zaragoza que hemos podido ver, que no tememos asegurar modifican bastante la suoeaion de sus reyes, si bleu, hoy por hovj no puede con ellas establecerse una sucesion diferente, por ser pocas las conocidas: la obscuridad quese observa en la sucesidn de los reyes de Zaragoza, existe ig^ualmente respeeto a los de otros punt;os: si se reunieran [o estudiaran] todas tas monedas drabes que existen en poder de los aficionados, no dudamos que podria aclararse no pocio esta parte de nuestra historia. Pero no se cifra en esto el principal inte* r6s del estudio de la leogua drabe, sino que consiste en la influencia que debe tener en los estudios historieos sobre el origen del veiuo, que llamarernos pirenaico, por no aparecer tercianio en la debatida cuestion
cnyo manusodto laa bioprrafias de Moiidir I y d^ su nietO Mondir II se eonfundieTon en una), admitid que s6lo habia habido uii Rey, y en la3." edicidn admitid que habian sido tres, combinando los datos de las jnonedas con loa textos ^rabos, aun del mismo Abenaljatih qxx'^ jneJiGit>n&, R Mondir postrero, cuya palabra no
J
le
lada prioridad.
63
la
tan venti-
Cuantosse ban dedicado a eselarecer los oiigenes del reino pirenaico, convienen en la escasez do monunientos pertenecit^.ntes a los dos prlmeros siglos, y en la poco segura fe que merecen los exi&teutes, de los cuales apeuas hay uno que haya podido pasar por original a los ojos da la mAs benigna critica: es verdad, que poco importa que iin dociimeuto no sea original, con tal que aparezca como copia hecha directamente v no por relacion; pei^o, por desgracia, muchos de los documentos de nuestros monasterios de San Juan de la Pena y San Salvador de Leirej
archivos de! rdino por mucho tiernpo, est^n, a no dudarlOj escritos por referenda o eo-
piados sobre los originales, euando 6stos quizk no eran entendidop, en c&pecial las feestaban mal conservados, Estos car* chas, gos, que alguno podria creer inculpacioues iauzadas contra tales documentos por la critica moderna^ pesan sobre los mismos desde
que fuerou examinados por sus mAs ardientes defeosores; pues en los Moret, Briz Martinez y
los
autores
del
Teatro histdrico de
las iglesias de
64
^
los
tramos documentos en
cuales,
segun
confesion de los citados autores, la fecha esU equivoeada por haber puesto el copista unaC, dem&s o de menos por haber to-
rnado
de la era por anos de Nuestro a Sefior Jeaucrlsto o por haber agregado la fecha del &no una o niAa cifras correspondientea al mes viceversa. Estas suposicioeuyos nes, admisibies en ciertos casos, pero limitea es dificil marcar, hacen que no haya un documentOj sobre Lodo de los que se reis, fieren al siglo viii y primera mitad del
los auofl
,
negado por al guno de nuestros cronistas, en el mere hecho de haber supuesto que eataba equivocada la fecha. Como los nombrrs de ios personajes
casi
crlfltlanos, reyes,
que en
los
con frecuencia, resulta que por el sincronlsmo no puede resolverse la cueati6n, como parecia natural, tanto mAs, cuanto la existencla de la mayor parte de ellos no podia probarse por uiedio dlrecto. La fecha controvertida de alguno de estos documentoa
graciaa a la mencion que ea 61 Be hace de dos Arabes seml-indepeudienteB de C6rdoba, personajes de los cualea los an-
puede
fljarse,
tores Arabes
65
menos
fre-
cueneia. El docuraento en cuesti6n refiere 1^ particion de los t6rminos del monasterio de Labasal, calendAndose del modo sig-uien-
Facta carta in Aera uccccxxxi vegnante Rege Fortunio Garceanis in Pampilona et Gomite Galindo Aznar in Avagone^ Adefunsus in Gallecia, Garcia Aznarez in
te:
)
Raimundus in Pallares, pagani vero Mahomat Abenlupo in Valletierra et Mahomat Atawel in OscQj Abbas Dominus
Gallias,
Bancius in Cenobio SS. Juliani et Bassilis(E de LabassaU Este docimento apareco confirmado por Garcia SAnehez en la era 936, citando lo& mismos personajes: la partleularidad de que en xin mismo docuinento se inencioneu los mismos magnates, suponlAudoles on vida, y gobernando sua reinos^
obispados y monastertos por mAs de clncuenta anos, debia bacer desconOar de tal documentOj y no admitlr por su sola autoridad ulnguno de los puntos que de 61 piidleran reclblr confirmacidn; sin embargo, ha side eitado para probar varlas cosas, que con toda seguridad podemos decir que sonfalsas.
refiera al
llamadoFor-
tuuo Garc^s I, y que, al eopiar et documento, se puso uaa C do mAs (1), Kl P. Huesca le cita para probar quG hacia el alio 947 era v^ll de la ciiidad sertoriana
MahoTnat Atawel
(2;;
Huesca
Estas interpretaciones y otras que de ellas se derivan, caen por S7i base teniendo en
cuenta la 6poca en que vivicron los dos gobeniadores arabes i:iencioiiadoi en el documento, el eual, eon la concurrencia de los perfionajea citadosj solo puedeadmitiiseenla primera parte sin enmendar la fecha, como quiere Moret: veanios !a prueba. De MohAmed Abeiilupo pocas noticias hernos podido encontrar en los autores Arabes: Abenhavan, spgiin Dozy^ dice de Moh^med ben L-opn, hieto ilel grau Muxa IT, queen 871 u 881 se vio obli^ado a vender la ciudad de Zaragoza a liainiuiido, conde de Pallas, biftn fuera por f alta de dinero o por la im-
(1)
^Ioi'>t,
dU
i-eiiio
de
Kamrra,
382.
(2)
Teatvo
histot-ico
tomo
V.
fi 1
poder
aao897, estando Liipo ben MohAtned en^^sJiii^L, le llego la noticia de la muerte de su padre MohAmed ben Liipo (2), Las memorias de MoiiAmed Atag'uU no son deeisivas respecto del punto disciitido; pero estan niuy lejos de eontradecir las consecuencias que de lo anterior puedan y deban deducirsei encontramos menci6n do el en el mii^mo Abenadari, pAgs. T47 a 15i, y en los aflos de 906 al 911, ea cuya 6poca MohAmed beo Abdehn^Iic Ataguil se al^odero de Barbastro, AlquSzar y Boltana [la Barbitania] en 906: de Monzon v Lerida en 907: de un Rueda o Roda en 903, y tambi6n del cagtilio
Abenadaridicequfl en
e!
(1)
(9)
Eeeherches^
tomo
I,
pA^. ^37.
el
(aLopebGn MohAmed) en
g]ra=^89
la muerte do au
que hoy podriamos afiadir a los datosaqui consignados respocfco a MohAmed tien I^npe, datos ciue tienen lug-ar mAs oportuno en otro trabajo <luo va a continuacion con el titulo IJmiie!^ pyohahles de
e^^
[Pooo
mas
lo
68
de Wonte-pedroso; en 909 se apodero de tres castillos, cuyos nombres aparecen obscures; en 910 preiendiodirigirse a Pamplona y reunirse alii con Abdala ben Moh^med ben Lupo;de&pu^ssediiigi6 al valleo do de Barcelona, haciendo una incurBion en el de TArrega, donde le aalio al encuentro el rebelde Suniario, y prestando Allah su proteccI6n a
los rauslimesj hlclerou
gran matanza en
los
cristianos.
demarcacl6n de los tferminos del monasterio de Labasal, que no pu o ser despu6s del 897, ano precisamente que ni area per dos veces el documento; ni mucho antes, ya que el gobierno de
la
MohAmed
al
menos: reaulta adernAs, que si bien espoBible que el llamado por alguoos Garcia ISiguez II y 8u esposa dona Urraca fueran sorprendidos por MohAmed ben Lope y Mohfi,med Ataguil, en modo alguno pudo Sancho Garces, el Ces6n, arrojar del valle de Tena (de Valtierra en su caso) a Mohdmed, muerto ocho anos antes de que fuera conocido y entrara a reinar el pdstumo de Garci'a y
61)
dona Urraca, como quieren generalmeote nuestros historiadores, a quienes sig^iie el mfis moderno de todos D. Bartolom6 Martinez
(1),
La3 noticias esparcidas aqui y aWk en los autores Arabes, no polo sirven para aclarar heebos aislados, como el qua aoabamos de citar y la prision de Fortiin Garc6s (2), sine que pueden dar luz sobre toda la historia
primitiva
.el reino pirenaico.
(1)
Sobrarhe
I,
\j
\\k^.M2. La prision Je Fortun Garc6s ea Admitida por (2) unos y negada por otro**^ por cuanto sa permAiionoia en Cordoba, por ospaoio do vehuo aftos, paraoia ostar
tomo
oristiaiios existen->
No protoiidomos ipio
por
los au-
toroa iraboft scan infaliblos; pero so deboii toner muy on ciionta^ eiocnpre que de nn modo cxproso afirnion
concretamoHa traducir litoralmonto lo quo dicon Abonadari y Almacari. Dice el primero: *Kn ot afjo 240 (86 '>h) ol Kmir Uoh^mod bon AbdorrAhmcn onvif^ de oxpedieic^u oontra el territorio de ramploiia a uno do aiia jefoB, el caal salio en esta oxpedici6n con salida qae no bubo antes otra iffual on la muHitnd y abiindancfa, lo complete del n^moro y la maniiestaci^n del miodo; puofl OarciaoBtaba oatoneos confederado oon Ordoflo, nei\or de Qalioia: oste jefo permaneoii^ subyugando la
a esto punto, noa
un hccho: respocto
70
Cuantos autores se ban ocupado en la historia de Aragon y Navavra, han corjfesado expJlcita o iniplicitameDte la faita de \uz^ en especial para los primeros tiempos; y sij dando cr6dito a la tradiicion vaga y confusa que sin duda existiria en los monasterios de Leire y San JuAn de la Peua^ han admitido la
existeneia do los cuatro primeros reyes antes de Inigo Ariata, se han visto en Ja necesi-
dad de defender su
qxies
tieiTa
ta
"Je
<1g
trein-
destruyo las moracbis, Jirranco kus fmtos, coi^ijidsto :ili|uerias y c;isTiUii,'^; soapodero, entre otros, del do Caxtil, en el guo hi'/.o prifiionero a P^ortiin^ liijo
tlos (Ua^;
tie
Uovo a Oorda-
Erair le eiivio a sn pai^: Fortdn vivio cieiito voijite anos> (t, 2, pa^. 90). Almacari dice: En ol aiio 2)17:^ t&J'/s) onvioHoUftmcd una expedition haoia las partes de Pamplona: su rey (iraentonces Garcia, hijo do liiiijo. que ostaba oonfedeiado con Ordoiio, hijo de Alfonso: ocasioao drtuo (Mohameti; en el territorio do Pamplona, y se volvio dtspnes do liaboria subyu^-'flo y conquistado muchos do huh castillosi hizo prisioncro aFortiin, liijorio au roy (de Pamplona) Garcia, el cual periiianeci^ prisionero en Cordoba veinto aft03.(I
el
~
cientes
y,
71 --
que al mismo Briz Martinet no podian hacer gran fuerxa, ya que en cada iino de ello3 reconoce los puntos dSbiles; bien preteudiendo que la feeha esta equivocada, que el escribiente afiadio algo de su iiivencion, (jQ liere esto decir que pueda asegurarse que no existieron tales reyes, capitanes o como an les quiera llaniar? Nos parece que la critica, al resolver de un modo tenninante esta cuestion^ precede de ligero: ya que n03 hemes permitido abandouar a nuestros concienxudos liistoriadores, que reconoclan *scr
obscuras todas las series de reycs, y que debiamo3 esperar que el tiempo, coino descubridor de las cosas, desterrara ]as tinieblas, y ecu una Inz superior mostrara la ver-
dad (1): tambiSn noa serA pei*mitido tratar de invalidar las razones con las que la critica moderna cr,;e habor probado que ni existieroity nipudieron e^ii^tir, reyes de Arag6n Navarra hasta mitad del siglo ix. DoycIasGsde enemigos tiene la hiatoria de los primitivos tietnpos de Aragon: unos
ponen
tD
F.
Lamberto, Teatro
de Aragdn,
tomo
II,
niim.
^.
pmebas aducidas por
rros,
72
los
aragoneses y oava-
limiUndose a destrulr, y aseguran que nada puede ediflcaie sobre ios escombros, que ellos amontoaaii: otros, poniendo a su servicio una profunda erudicioo, se proponea conducirnos al trav6s del intrlncado iaberinto de nuestra hiatoria, oonatruyendo un nuev^o edificio con materiales no aprovechadoa hasta ahora, y alguno que otro recogido de entre losescombroa del antiguo edifloio, que ellos ban contribuido aderrlbar: a la primera clase pertenecen, que nosotros sepamos, los Sres. Lafuente (D. Modesto), don Antonio CabaniUes y otros, constituyendo la segunda los hermanos D. Manuel y don Jos6 Oliver y Hurtado, Si los primeros se If mitaran a descubrir la
parte d6bil de nuestra historia sin esagerarla, nada tendrlamos que decir contra elloa,
nosotros queeonfesamos,
la
si
se quier^j hasta
pruebas alegadas en favor de la esistencia de los reyes anteriores a Inigo Arista: en especial el Sr. Cabanilles proeedio con tal ligereaa (l), que no creemos
nulidad de
las
(1)
Como
pruoba
dft
aoad4mico,
oi-
73
deber pasar en aUencio ei ningua valor de alguoa de sus objeciones; siquiera sea para que nuestros alumnos est^n prevenidos, y ya que su obra es may coDsultada por ellos, no le prestea la fe ciega que para nosotros tuvo, cuando por primera vez la leimos, llegftudo a ereer que rauchos de nuestros documentoseran flngidos, pero con tan poca habilidad, que era preoiso eerrar los ojos a la luz
hablar de! Cratticon del Pacense, *Dozy, dice, le atribuyo a San Isidore, que liabfa miiorto antes de la invasion, suponiendo que en vez d Isidorus HispaJe-nsis ieyose abusivamento Isidoras Pacens's, manera faoil de alterar todos los nombres y Bubvertir todos los sucoror', tomo 1, pAg. i30. Imposiblenos parocia pudiera incurrir en tal anacronismo, qaien^ como Dozy, so habia dedicado por espaoio de tautos aos al ORtudio do nnestra hiiitoria; pero no podiaiuos salir do ia duda^ya que el Sr. Cabaniileano iodici on ouAl de sus obras habia cometido tal error el sabio historiador holand^s: leyendo despu^do nuevo un capitulo d M. Dozy sobre la CrAnica do Tsldoro -de Beja, nos convenoimos de que el Sr. Cabauilles habia leldo de cori'ida la primera p4gina de dioho capltulo, en el que efcctivamente supone la sustituci^n de Pacensis por Hispalensis, aunque no en el sentido que le atribuye, ^ino piira indicar que no consta de un modo indudable que el autor de la or6nica sea un laidoro Obispo de B^a.
teremos
lo
quo
fllcc al
74
para no haber doscubierto la impostura; lo quf. hacia muy poco honor a la perspicacia de Ids Zurita, Blancas, Sandoval, Moret, Yanguaa y otros mucbos. Prescindieado de las oonsideraciones geuerales con que corabate las exageraciones de los historiadores naVarros y aragoneses, que dan
las noticias
mAs minuciosas
sobre
orgj^nizacion los primitives reyes y aobro la que politica que a sum reiiiados atribuyen, y
fies propia de siglos mas adelantados, nos jaremos en tres cargos mas concretos, con
loa que,
eomo
oti-os
demoler pov coinpleto los fundamentos de credibilidad de toda nuestra .historia en los primeros siglos. Dice como prutiba de las absurdas Mbulas inventadas en Aragon y Navarra: <iQuien quitard a los navarros la gloria de haber hecho prisionero a AbderrAhmen I? ^Quien del a los roncaleses, que llevan la oabeza Califa en su bandera, la gloria de que una moza de sus montes matase a este perro moro, que
sin
embargo
miirio
ti-anquila
(1).
Historia de
Si bien
es.
To
la
ex-
6poea de Abderrahmen I, es preciso tener en cueiita, que pocos refierea a ella los acontecimieiitos tan vaga y oonfiisamente menciouados en el piivilegio, y que pareco mas admisible con Oihernart que deban refeiirse al ano 922 y, por consiguieute, ja no hay en todos la pretem-iou de que
fieren a la
el
niaerto sea
AbderrAhmen
el
I,
pueblo voncales, si se gloria de habermatado a algun piincipe moiOj a no haber tornado la tradicion de los historiadores posteriores al siglo xv, no asegurarA que sea Abderrfthmen I, 3' si ahora lo oree a&i, depende de quo, admitida la tradlcidn
Creenios que
por los historiadores, relirieiido 6sto9 loa hechos menciouados por el piivilegio a la IH, tenian que epoca de Abderr.-Vhmen I admitir fuera el muerto nno de 68tos, por cuanto no les ccurria una observacion. que conocida mejor la historla Arabo y auu los equlvoooa de su lengua, nos parece muy nalaaHoalosAcaclemias de la Hiatoria y do Cicnoiafl morales
poUtJoafl,
tomo
I,
pi\g. -11^
76
tural: nuestros hisfcoriadores aatiguos eu general, Uaman reyes moros a los jefes que
gobernadores delas ciudades, aunque no hubleraa negado la obedlencia al Califa de Cordoba; asl, Jaca; se gloria de haber matado a los pies de sus muros ouatro reyes moroa, cuyas cabezas coioca en su escudo, como m^s tarde Huesea, despu6s de la batalla de Alcoraz, hace ]o misino con id6nUco motivo; y oiaro es que ni una ni otia ciudad pudieron tener la pretension de haber dado muerte a cuatro
mandabau
que hoy
tiene;
pues
ros se refiere a
una
y los de Huesea sabian muy bien que peleaban contra el poder del rey de Zaragoza, auxiliado por tropas enviadas por elrey de CastiUa: si la palabra rey^ conservada en las tradiclo-
musulmana obedecia a un
solo rey,
nes de ciertos pueblos, tiene diferentesigniflcado que antes, aerA una falta de exactitud de lenguaje, imputable mfis a nosotros
que a
los antiguos.
Sr.
fe
Cabania la an-
^Qai6a
presta
los epitafios
de
Sau Juan de
la
77
Pena, computados por la era espanola, calculados en numeros drabes^ y mencionando odificios que no esistieron hasta sigloa despufes?* Al leer por primera vez estas pocas linpas, creimos ser de todo
punto imposible volver sobro Ja cuesti6j; pues DO podlamos flgurarnOQ que los gravisimos cargos lanxados contra las InEcripciones sepulcraleade San Jiian de la Pena lo hubieran side con tanta ligereza: para convencerse de ello, oastarA citar muy pocas
palabras del P.Huesca dirigidas a Masdeu y que pueden aplicarsn cuantos repitan bus infundados cargos, sin tomarse la moleatia de leer a los que a Masdeu contestaron, y antes que a, Masdeu, al maestro Yepes, de quien aqu611o tomara, y de cuya equivocacion habia ya prevenido al publico el P. Moret.
Masdeu, dice
el
P. Huesca,
arma todasu
que en el aiglo XVI eacrlbid en un cartapacio Fr, Juan Baranguds, m&B para dar noticias de los peraonajes enterrados en San Jufin, que con
crltica contra las inscrlpciones
la pretensifin
dequs fueran
inscrtpcionesse-
pulcrales, de las cualea, a61o tres pueden verse por la disposicibn en que estftn los se-
78
como supoueMa&deu, tomaiidolo de las inscripciones de Fr, Juan de Bavangu^s^ (1)El tercer cargo que a miestra historia se hace, pareceri sin duda mAs grave a muchos, que dao a ls arg-umoiitos negatives, como dice Dozy, m^s fuerza de la que en
buena
^CaUarian, dice, los escritores coeUneos? i^o dirlan que se habian erigidoestos reinos, quetenlanuna serio veconocida de i;eyes, el Viclarense, el Pacense, D. Sebas-
do Aibelda y todos los escritores casi contempoiAneos al suceso? Si hubiera en tiempo de Alfonso IH el Magno mas reinos que ol de Asturias y el califato, f^diria este rey, hablando de la fortuna con que el g-obernador de Toledo, Muza, ocupo a Zaragoza, Tudela, Huesca y otros puebloB, que hinchado deorgullo mand6 serllamado per los suyos el rercer rey de Espaiia? Tertium liegem> (2).
tian, el
monje de
Silos, el
(1)
Teatro
histftri'-o
de
I'l.f
iglesias dc
AragOnj
lomo
VLIT,
Cabanillef',
obra
citarla, toroo
T,
pAjr.
ji5 y 416,
Este argumoiJto
los autoiM's citados,
79
sileacio de
iie{>'ativo del
uada prueba, o si prueba algo, (sqiietampooo coiuta la existeneia dePelayo, piies el Pacenso, coutempo'
rAneo ne Pe!a\
tolico,
0, I'\-ivi]a
y Alfonso
el
Ca-
uada dice de eiioSj siendo posterior eu mAs do uu sig'lo el primer autor cristiano que de elios hace Hieucion: adeinas, coiiio el
cronicon de D, Alfonso
resultaria
el
Magno llega a
ei
866,
que
niismo
Cabanillesrl reinaio do lil^go Aristaj que debia de liJibe]' muerto en 866, pxieslo que auos aiitv.'9 reiiiaba ya su hijo Garcia Ifligueii, toniendo hijo o hijos de mayor edad,
deautores <'lrabeB(l). AdemAs, si las palabras Tertium Jiegem del croQicoii de Alfonso III ban de entenderse en el seiitido de que no hubiera niAs que dos reyes eu Espana, ^jserla posible que
segiin el testimonio
y inucbo nienos el I, estuviera casado con la hija del rey luig^o Aiibta, como dice el Sr, Oliver, siguiendo la aiitoridad del codiee de MeyA? ^Por iin, no esistiria el con-
Mu/.a
IIj
dado de Barcelona, que para los ^irabes era tan reino como el de Galicla, como elloslla(1)
"J
man
al
80
de Astiirias y Leon? Resulta, por tanto, que ai el razonamiento del Sr, Cabanilles tiene algunafiierza, a ftnes del sigloix
no habia mds estados independientes eu Espafia que el de Asturiab, e! de Cordoba y el fundado por Muza 11. Lob hermaaos Oliver y Hurtado (1) no se limitan a manifestar lo viciado de algunos documentos de nuestra hlstoria y la falsificaci6n de otros^ como el liamado Conftrmaci6n de la Carta de Aladn por Carlos el Calvo;
sino que, destruldas caai todas las afirmaciones de nuestros cronistas respecto al si^ 1
glo VIII y principios del ix, intentan establecer con los datos tornados de los autorea francos y los que suministra el codlce de
MeyA,
la historia de
Aragon y Navarra en
X.
primera parte se encarg6 D. Jos6 Oliver eu el Discurso de contestaci6n; y es pceciso confesar que^ deapu6s de su erudito y concienzudo trabajo, no cabe ya cifcar la Carta de Aladn en apoyo de algiina de lasmuchas cuestiones que parece se propuao resolver con su ficei6n el digno 6muIo de
la
(1)
De
DiecurBOs citados.
^
RomAii do y Tovar, M. Rabanis
i'r,
SI
-.
!a
qnien priniero puso de manifiesto la falsificacion de dicha Carta (1), sin que pudiera dar con cl fnlsifieador, que, a no dudarlo, fu6 el nieiicionado Pellicer, segxin prueba el ilustrado acadCmico. CoiKO el demoler es mucho mAs fAcil qiie
fxx^
el
edificar,
si
los
hermanos Oliver
llenaroii
perfectamente la prirnora parte d(j la obra que se habian propuesto, nos parece que no anduvieron tan acertados en la segunda, llevada a r,abo prineipahnonte per D. Manuel en su iJiscurso de reception: en 6i se propone averiguar la forma, iicmpo y circunstancias en que hubo de vcrificarse el na^ cimienio del reino de Pamplona. El Sr. Oliver (2), citaudo at Sr, Miiuoz y
M. Kjibimi". nurdoo?',
1H4[;
iLa rtxironticklad o ftritij;M<-''la'l do U llumaUrt CHrtu de Alaoii fue doreiidid/i jior Mr. JuIoh do EJohetousso tio I. afore en trabHJo piiblicn^lo on ol tomo XI Jol UtcAteil Sciences et Arts lie tr-<ifau.e dc la Snciet^ dW{/riciilture d'Agen. Aiiet^t 18JiO. Phfccc probndo quo la Carta ost4
,
riiscurflo citH<Io
JA;^. 7.
82
liomerOj dice: Las luchas que mantuvieion sus habitantes (los de ias nioatanas del Pirineo) con sarracenos, asturianos y francos^ y el modo de hacerles giierra, prueban que
\ivJan de la mistna manera despu6s de la invasion de los Arabes, que lo habian hecho anteriormente los vascones por espacio de algunos siglos- Tribus guerreras eran y tribus guerreras continuaron despu6s de la irrupcion.* En estas ultimas palabras del senor Munoz y
Romero pueden
siutetizarse
de
los nion-
taneses del Piriaeo desde su parte mAs occidental hasfca el condado de Ribagorza. ^Hay bastantes datos para asegurar que
de estas montanas formaban un Estado? No. ^Los hay para asegurar, como quiere el Sr, Oliver, que eran tribus aisladas? Tampoco; pues quizA tengamos dalos habitantes
tos
en contra. El Ajbar machmtuay Almacari dicen efectivamente que D. B-odrigo, al presentarse los Arabes, estaba ausente de la corte combatiendo a Pamploaaj por arduo asunto que le habia ocuvrido en aquella comarca. ^Prueba esto ni remotamente, como pretende el senor Oliver^ que los vascones, entendlendo
- 83
por tales a los de Aragou y Navarra, resistieron el dominio de los godos hasta que soii6 gu hora postrera en la Peninsula? Nos parece que no; pues muy bien podian l03 vascones
haberse eouforniadn con el dominio ^e los godos y por motive de algun arduo asuuto que cou Rodrigo les ocurriera, sublevarse los de Patiiplona. sin que r}or esto pueda decirse que fueran tribus aisladaa. Despu^s de ia entrada de los Arabes, eucontramos que los vascones de Pamplona y los de Afranch, ciiyo noinbre es muy vago, se rebelan con frecii'inciaj o por mejor decir, los autores Arabes hacen mencion repetidas veces deexfediciones contra Pamplona y los vascos en general: as!, de los de Pamplona consta que en 755 dcstrozaron las tropas que contra elloa onviara Yu-uf (I): iii de estas expedicionc3 ni de las posterlores puede in ducirse que fueran tribus alsladas(2); pues si
J
(1)
II,
p^-
gina
(2)
[Como
mos
los
84
autores Arabes no mencionan el centro de esta resistencia, serA solo un argunioiUo negative, que lo misino podria apiicarse a la restauracion de Asturias; ya que general-
el
centro de la resis-
francos hicieron a ITspana, quiere el Sr. Oliver indiieir su tesis de la separacion de las tribus, que Unas reconocfan la supremacla franca,
las tres expediciones
los
De
que
rechazindolaotras; y hasta se atreve a fijar qui^nes perteneeian a los ueos, qui6nes a los otros; al meuos scnala como partidarios del protectorado franco al conde Aznar Galin-
con sus yernos Garcia Malo y Muza, senor de Borja y Terrero, a quien algunos, dice, confunden con &u padre Muza ben Fortiin, Las tres espedieiones de los francos a Navarra, en 777 con Carlo Magno, en 812 con Ludovico Pio y en 823 con los condes Eblo
dez, y
como
y Aznar, aparecen tan obseuras en sus causas y en sus efectos, que nada seguro puede dedueirse ie ellas en cuanto al estado de los
vascones; de ninguna de laa tres puede casi decirse otra cosa slno que fueron desgraciadas para los francos, sobre todo la primera
y
5.
;
85
Ludovico Pio penetro hasta Pamplona, donde permanecid, segiin los autores francos, el tiempo que tiivo por conveiiiente, que parece 110 fu6
tercera.
En
la segunda,
mucho: poco sumisos estarlan los vascones, cuando solo piocediendo con mucha cautela pudD Ludovico evitar que se repitiesen laa
escenas de Ilonccsvalles. Verdad es que el Sr. Oliver, al referir la expeduion de Carlo Magoo eu 777, habla do <Ia formidable confederaci6nde los gobieruos y pequefios senorlos del Pirineo, que ea
't
union con otios deseoiitentos amenazaron ol reino de AbdcrrAlitnen I, llamando en au aiixilio el poderoso brazo de! gran monarca de la criatianrtad, Carlo Magno (I), que hubo de volver atrAs sin rocoger m^^s que preudas y rehenes, entregados en garantla de vaaallaje por los gobernadores Arabesy los sefiojefes de las trlbus diversaa, res criitianos a&entadas en aquellas regiones*, Del test!
monio de los autores Arabas y francos, consta que Carlo Magno f n6 llamado a Zaragoxa
por los Arabes; quifines fueran figtos, no cons ta claro; pues los fran^sos menciouan a AbenDlBoarao oitado,pAg. H.
(I)
it
8G
--
el
Ajbar raachmua, que en cambio parece indicar (pues Doxy DO se muestra seguro de la inteligencia del testo) (1), que con Abenalarabi estaban en connivencia Abderrabmen ben Habib, que se revelo en Murcja antes de tiempo, y su sunado Abulasuad, hijo de Yiisuf: de los ttes jefes de la supuesta eonspiraciou, AbderrAhmen beu Habib fue muerto antes de la entrada de Carlo Magno; de Abulasuad nada se sabe, no apareeiendo clara^ ni aun despu6s de la publicacidn de Igs textos Arabes, la condueta de Abenalarabi; el unico senor cristiano a quien Dozy haeti intervenir en esta gxicrra, es uu hijo de Belascot o Velasco, en cuyo territorio acampo el Emir despu6s de devastar a Pamplona y Collure, y de recorrer el pais de los vasco& y la Cerretania; y aun eate Galindo, hijo do Belascot^ hay tan poca seguridad de que fuera de los coaligadofl contra AbderrAhmen I, que el mismo senor
Oliver s61o lo dice per la autoridad del cita-
(1)
Dozy.
Hi3toir& des
la
tomo
I,
p6^i-
na
378.
87
do Dozy, quien uo nos dice de doade ha tornado la Loticia, anadiendo el Sr. Oliver: .Lo iududablees que iiste (AbderrAhmou I)
le
tomo
iin hijo
en reheues, concedlt^ndole
al
la
pazy obligdndole
personal.*
Uu
que puede
de-
cir algo
en favor del aislamiento e independencia de laa tribus en el Pirineo: reflrientlo Abenadarlla expedici6n por la que, segim
Almaeari, Bermudo (Alfonso el Caste) pidio ayiida al rev de los vflscos, en el auo 784,
dice:
.En efaiio 179 (79 %) el imam Ilixem ben Abderrahmen envio en la expedici6n de lleverano a Abdelcarim ben Mogueits, que de go a la ciudad de Astorga, eu el interior
en Galiciai [los autoros Arabes incluyeu Itegble la Galicia, ?ran parle do CastiUa]: ja noticla de que Alfonso habia reunido habia pedido aulas tropas de su pais, y de estas comar xilio a los vascos y al pueblo tos almagos can, que estan inmediatas a il, de
otros>.
(l)-
Abonadari, tomo
II,
V^H-
<S6.
'
coQice de MeyA,
el
88
autor tantas veccs citado refiere la expedicion de Muza 11, a quien solo por la autoridad del mencionado codice hace cuuado de Garcia Malo, y ambos, yernos de Inigo Arista (t); aunque io do Muza, seftor de Eoija y Terreroj dGba referirae al
Muza benFortunj
segiin M.
Dozy
(2),
!o
oe Garcia, con quien JIuza hizo alians^a, ofendido con el SulUn dcspu^.s de la expedi cion a Barbitaiiia en 840, io refiere al rev de Pamplona. <AbdftrrAhmen, dice, salio para
dcntro de Tudeia, y envio a su hijo MohAmed con un ej6rcito que se adelanto hasta Pamptona, trabando recia batalla con los cristianos venidos a su ensitiar al rebelde
cuentro, y matando al misoio Garcia, que en perdona los comaiidaba y era de los mds grandes re.ea o senores que habia entre
el]03> (843, 8t4).
Dozy, a quien te refiere el autor, nada dice de la muerte de Garcia, quizd porque haya creido merecen m^s au-
toridad Anoguairi, Abenjaldiin y Abeaadari a quienes se refiere, que Almacari, que serAj
suponemos,
el linieo
que
24,
la
menciona, aun
(t) (3)
Discurso citado,
Reeherches,
p^iof.
tomo
I, ifkg. 222.
palabras arriba copiadas, sino eon otras eseuoialmente diferentes en cuanto a !a ciiestiou que se debato: dice fisi, traducido literahnente: <Y en el auo 229-81^1 envio ( Abde.'rAhmeii a bu hijo MohA-
que no con
las
medconlos
y fu6 muerto Garcia, seiior de ella (de Pamplona): era fil, de loa mAs grandes reyes de los cristiuaos* (1), Lo dicho hasta ahora no^ aiitoriza para sentar que del primei i:]g:Ii) donue^tra restauracion poco o iiada puede decirs(^ Si
la gener^ilidfld de luu strow liisloriadores,
que con mAs o inenos niodiHciK'iones no ban he cho otra cos a que ti ansci ibir en sns libros lo
Pinnatejine, sienipre qne sur> relates no ies ban parecido sobradameiiti^ absurdos, ban dado deconeignado en
la liHniada Historia
muy
seguras,
que rocientemente, s^iguiendo otio ruinbo, ban pretendido ju'o bar qne antes de cierta 6poca wo pudo aparecer ia idea de un Estado, podrjl ser que tengau raz6n, ^ero hasta
(1)
Almacari, tomo
I,
pA^. 222.
90
solido funahorasus aserciones carecen de damento. pesado siemDirlase que la fatalidad ha pertenecientes a la pre sobre los documentos cristiauos ni ^rabes historia de Aragon. Ins primeros eseribieron nuestra historia en como los otros deaiglos; pero tanto los unos documentos, que, iaron esparcidoa miichos para rehacer conservarse. pudieran servir a cuantos se historia. Conocidb es de nuestra San por ella que el mooasterio de
inbercsan segiin Juan de la Pena, cuoa y avchivo, autores, de la monarqula aragonenuestros remosido variaa veees, desde los mfts
sa,
ha
ran
Ids
que
am
mucho mAs afortunada nuestra PobladH la historia de parte de los Arabes. mayor frontera 'superior (Arag6n), en su
No ha
pudo teaev en
mAs
influencia,
siglo
xi,
mayor
cosas,
si
9L
ca de Abden Ahmeu III: es verdad que si los de Cordoba se ocuparon poco en nuestras hi chasj no debio de suceder lo inismo con los historiadores de Huesca y Calatayud y de las familias que en diferentes tpocas tiivleron preponderancia en Arag6ii, AbenhAxani, en su celebrada carta, que puede comparar&e per niAs de un concepto con el Froemio dirigido por el marques de Santillana al condostable de PorlugaL hace menci6n de tres historias, cualqniera do las cualea nos compensaria probablemente de la falta de noticias pertenecientee a la primera 6poca. La familia de los Benica&i, llamada tambi6n Benilope, reprosentante en Ara-
g6n del partido de los renegados, familia de gran influencia durante los Biglos vin y ix tuvo su historiador: lo mismo le sucdi6 a la de los Tochibies, representante del partido Arabo yenienl, la cual suplanf6 en la
influencia a ia de los Benlcasi, gracias a la polltica maqulav6llca del Kmir Abdala, que apoy6 a los tochibfes en sa rivalidad con loa
la dinastia
92
su
el tro-
del
No
representado
por los Beiiiatagiiil, o al menos no es tan coaocida !a historia de esta familia; pues
solo de dos o tres de sus individuos
notamos
hecha ment-ion en
autores Arabes, que nosotros hernos visto; pero por lo5 hechos de
los
armas
Mohamed
Atagiiil
y pot el enlace de un Atoel rey moro, quiza 6ste mismo, con una nieta del rey Garcia Iniguex, seo:uii el cddice de MeyA, podenioa conjeturar la pr( ponderancia de esta familia en los primeros anos del siglo x y hasta ultimos del xf,
Como
en
los
puntos que, segun nuestros historiaiorea, debieron de formal el llmite de la domlnacion mnsulmana y la ctiatiana de Navarra y Aragon, pareee iadudable que, si hubieran llegado a nosolros sus obras, hubieran podido suplirla faita de historiadores primitlvos, e indemnizarnoB de !a desaparicion de los docuraentos que indudablemente debieron existir en
los
en
93
San JiJ^n (io ]a Tefla; poro^ por desgracia, solo los nombres so eonseinau deestas historias. sill que AbeiihAzam nos diga ni siquiera el nombie de sue aiitores (t), Entre Ifls inuchas cindades que, eobre todo
'i
en
el
debe-
m05 niencionar ailiiesca, cuya histoiia hasta el ano 1107 fu6 escrita porMohSmed ben SIxiza conocido por Abumotavrif (2), No tendria fanta importaucia para la primera 6poca de nuestra historia la de Calata>'ud, escrita lambi^n en
el
el Tochibi,
sigio xi,
por
ben Suleiman Alqueibi; pero no dejarla de darnos noticias muy apreciables, no s6lo de los ftrabes aragoneses, sino tarnbii^n de los cristianos, sobie todo de los hechos de arnias llevados a cabo por el gran Batallador (EJ). Por desgracia, de todas estas obras b61o tenemos noticias no muy circui:stauciadas por cierto, lo oual nos hace presumlr que ya en tlempo de los AbenbAzam y Abenalabar eran poco conocidas [o cif adas] las obras que
MohAmed
(1)
<2)
^it)
tomo
11,
pA^.
19-2
"
trataban de
las cosas
94
de \^fronteTa superior: tanto mas podemos sospechar eslo, cuaiito Abenjaldiiu, que tan enterado se aianifiesta de las cosas de AsturiaSj tomdndolo en su mayor parte de Abenhavan, da escasas y coofiisas noticias de Cataluna conio condado y como reino, sin decir una palabra del de Aragon como tal (1): es verdad que casi todos los grandes historiadores vivieron en Cordoba, Granada o SeviMa; y asi, ann pudiera suceder que se encontrara algiiii iibro icn* portante para la historla, entre los que van apareciendo constantementCj si bien per desgracia se destruyen por despreciados, se guardan demasiado^ creyendo puedan conteiier noticias de i^^noralos tesoros.
i-
*^
(1)
gI
conocimiento de ha-
bersG escrito estas obras^ y la idea do que si llegabn a poderlas appovouhar podria rosolver al*^unas cuestio-
primitiva de Arag*5n, mo movieron a estudiar la lengua Arabe, que po' ^3a conexioii tenia con mis estadios do TeologiUj y que porfin dotormiiK^ la mavcha de toda mi vida dosde que obtuvdlft cAtedrade Latin y Qriego en ol Inetituto provinoial do L^rida,]
la historia
no9
d.G las
roferontes
~
No
95
quiero abaa-louar estesitio, sin dirigirtne a vosotros, mis queaidoa jovenes, pues que a voaotros principalniente se dirige este
trabajOj conio la solemne ceremonia que le motiva: habeis visto la grand i iniportaneia
del estudio de la Lengua drabe para coiiocer eu todas siis nianifestacioncs la historia de
tiempos niedios y ])oder conaprender los grandes trabajos do la Filologia comparada^ que tanto coiitribuye a dar a couocer, en cuauto es posible, las transmigraciones do
los
los
pueblos en los tiempos primitivos: vosotros, que tan amantes sois de la imparciali
dadj porque vuestvoa cora/-ones juvcuiles anslan la verdad^ tened en cuenta que la historia, no estudiada eu las fuentes, nnichas veces nos hace ver las cosas, no como f ueron, o al inenos como las reflrieron Io3 hlstorladoies cootAneos, sino al travfig del prisma con que las vi6 el autor: hay eu ei hombre (no &6 por qu6) lal propensiou a enteuder ias cosas como conviene a siis ideas, que con
la me]or
buena
fe atribuJmoa a los
demAs
lo
tanto,
acudir a las fueutea en cuanto os sea poslble. Kl estudio que os recomiendo tiene, ea verdad, pocos alicientes, y sobre todo exlge al-
gnus,
^ste sea el motivo
96
los otvos,
y qiiiza
de que siendo Espana la nacion que mAs debiera ciiltivar estos estudios, en ninguna otra se aprecien menos, Vosotros, mis queridos joveneSj nacidos en el suelo clAsico de la constancia en el estudio, estAis en el caso de iniciaros en el eonoeimiento de la lengua Arabe^ para que, cuando terminada vuestra carrera literaria est6is, unos en vuestras casas, otros en los destinos que hayflis conqulstado con vuesti'a aplicacion, poddis, como per vladedescanso y di6tracci6n, dediearos a la leetura de los textos drabes, y asi quiz^ se consiga lavar a nuestra querida patria de la tspecie de bald6n que sobre ella pesa, por haber descnidado estos estudios- He dicho.
La Dominaci6n ar^biga en la Frontera Superior, o sea, poco mas o menos, en la cuenca del Ebro y en la Galia meridional,
anos
7li
a815
(n).
La Real Academia de
la Historia, al
nom-
brar niievos individuos para las vacantes que en sus escafios va dejaudo vacios la implacable miierte, no acostumbra llamar a su seno sino a los que en sm tareas literarias
ban dado ya pruebas de cultivar con exito los estndios que forman el institute de esta
sabia Coiporacion, ^;CuAl ha podido ser la causa de que, al traLar de llenar la vacante producida por la miierte de su ilustre iodivi-
duo y
Eamon
Fort, distinguido catedrAtico en varies UniDiscurso hido ante la Heal Academia de la Historia en la recepcion pi'ihlica dt D. Francisco Codera y Zaidin cl dia 20 de AbHl de J879.
{a)
98 --
Solo puede explicaise tal excepdon, teniendo en cuenta el especialisimo interes quB profeaa a los estudios arabigos; y como, por desgracia, son poeos sus ciiltivadores, haTara querido sin
esto a los
dediean, concedi6ndome tan senalada honra, aunque poco o nada pueda esperar de mi iiiiitii cooperaeion. En cambio de tantagenerosidad por parte de la Acadede mi falta de merecimientos, solo mia
que a
elloB se
y puedo ofreeerle, como don, la promesa de dedicarme con ahicco a las tareas de su instituto: promesa poco de agradecer, pues nada vale, ni cuesta mueiio a quien no tiene
mds
obligaeion ni
mAs
gusto.
Elegido para este honroso puesto por mi carActer de aficionado a los estudios ar^big08, al tratar de cumplir el precepto reglamentario de presentarme ante vosotros exponiendo un punto historieo, venia como obllgado a tratar alguna cuestion diflcil de nuestra historia Arabe. Al quererme fijar en
un punto
me
99
supe no qiiise prescindir: fu6 el siguiente: Estudiaba yo en la Uoiversidad de Zaragoxa, y ai ver en los autorfts no aragoueses la narracion de los priinevos tiempos de la reconquista^ negando la historia do todo lui siglo a ios reinos de Amgoii y Navarra, que con tanto enttisiasmo y profunda coQvicci6u habia escrito uno de mis qiieridos maestros, hoy difunto fct), compreudiendo que, si aqu6llos quizA. no tenfan raz6n a los ojos de la crltica para negar nueslros heehos, Aragon y Navarra eii manera alguna podian defenderlos con bueuas razones^ pensft que en los
a uteres arabes
podrla encontrar
noticias
que
me
de probar, con escaso resultado, a esLudiarh- sin inae>tro, hube de apla zar mi proposito para inejor ocasi6n. Recordando esto, coino por giatitud, no he podido resistir a la teotacion de elegit
turft, de^pufis
Historia de Aragon,
(a)
compuesta por A.
S.,
y corre-
g-ida, ilufltrada
dr^tico de lengua griega d la Universidnd de Zarag'Oza. Zaragoza, imprenta y libroria de Roque Gailifa, iS4B,
r-_U
^:^
<4
100
para tema de mi trabajo un punto de historia de Aragon, o quo se roce con ella. Conociendo ahora por qu6 los historiadoreB Arabes, cuyos textos poseemos, do resiielven en sua prolijas narraciones la cuestion que me faabia ilevado a! estudio de sii lengua, e inclinado, hoy per hoy, a creer que es exagerado, si no faiso, lo que de los primeros tieicpos de la recooquista cuentan nuestroa iiistoriadore& aragoneses y navarroSj y que en las diferencias de unos y otros Ilevan quizA la peer parte mis paisanos, me he decidido a examinar ios hechos probados de la Dominacidn ardbiga enlafrontera superioTy sea, poco Tnds o menos^ en la cuenca del EbrOt y en la Galia meridional^ desde el aiio 711 al 816. La tarea que me piopODgo, en su parte priDcipal, no Bolo estd per llenar, sino que hay que deshacer lo hecho: me refieroala higtoria firabe de Arag6n y Navarra; pues la del mediodia de las Galias estA hecha y por persona competente (a): s61o trato de ella en razon a que sirve para ilustraria
{a^
et
de France e
9' et 10'
Saooie, en
"
101 -^
porque
dar noticias de lo que a la Galia meridiona! se reflere, no dejan de informamos de lo que a nosotros atafie, Sabido es de todos que los pueblos que en
ios siglos viir, IX
y x vivfan en
las vertien,
ron su
en diminutos cronicones, semejantes a los que por losmismos tiempos se escriblan en otras regiones, ni
historia, ni siqiiiera
muy
a
distante.^, ni aisladas
si
de los pueblos
pi^
renaicos, o
la
escribieron, no ha Itegado
noticia. Esto
nosotros ni
aun su
ha
sido
causa de que los historiadores aragoneses y/vC'^ iiavarros,nos61ohayan tratado de coordina/** sus tradicioues, mas o raenos alteradas, cop^ las noticias que en su Historia Arahwm diei'd ra el ilustre arzobispo de Toledo, Xim6nez d< E-ada, sino que hayan aceptado cuautas invenciones produjera la feeunda inventiva de Miguel de Luna y Faustino de Borb6n. De un modono mAs favorable ha influido
183S.
102
en la historia de Aragon D, Jos6 AntoDio Gonde con su Hintoria de la dominacion de loa drabes en Espaiia, La obra de Conde, quo al publiearse tuvo
un 6xito
en el acerbas crftieas que, si exag^eradas por lo acerbaa, a mi modo de ver no cai-ecen d fundamento. Fuera de Kspaua, niiestro autor ha perdido ca?! por complete la au(]oridad, y pocos son los que le citan: no sucede !o misuio entre nosotroflj donde niuchosule copian y sigiieo, sin saber que se ban puesto en duda su coinpeteiicia y buena f e. Hecho tanto mS& delamentar, cuanto que ]a completa confianzaen ]os datos de Coade es causa deque obras de no escaso merito, bajo otros concept08, pierdan mucho de su iinportancia (a). No creo que deba yo eotrar a esaminar detenidamente la obra de Conde; pero como he de prescindir de los datos que pndieran haberme servido, me creo en el caso de fun-
(a)
No
a.
ami
prop6sito.
\-
k- -
103
dad literaria; y para esto, citar6 hechos, que para mi pnieban de uu modoindudable qiie Conde no sabia o uo queria dtidar, y que si eucontraba algiin nudo gordiauo que no pudiera desatar,
cortaba y salia del paso. Bien conoddas sou hoy las uveiuurasy hazanas del Viriato de la 6poca lirabe, OmarAbenhafsuo, qu^ por ospaeio de casi medio siglo sostuvo, en lo que hoy ea proviucia de MAlaga, el estaiidarte de la iudependencia
lo
Prfncipes
Omeyas de
Cordoba, Conde leyo y entendio bastante Men los textos Aiabes, si no los que hoy leemos impresos, otros ig^uales en el fondo; pero no encontrando en Andalusia el Bobastro o Bibastro, corte do Omarj le ilevo a Barbasconfunde a tro en Aragon, cuyo nombre se veces en los autores iirabes: puesto en eata pendiente, fanfcaseo los nombres de Hueaca, Roda, Benabarre, Benasquo, Ainsa, Moaen vex z6n, etc. trasladando alii a su h6roe, Ecija, de llevarle a Poley, Ronda, MAlaga,
J
Elvira, etc-
(a).
(a)
Hie*'*
~
Esto es
lo
104 -.
queyo
si
vex
supOQga que,
autores arabes publicadoa poneii la rebelion de Omar en Andalucla, quiz^ alguno, que hoy no conocemos,
log
pero no lo haber indicado las dudas que le produjeran lo3 que refierea I03 sucesos de otro modo
como dice Conde: poaible es, creo: aunque asf fuera, debia
(Ap6adice 1). Y aqui viene como de molJe una advertencia, que deben tener muy en cuenta los que se dedfcan a estudios historicos, en especial a los arabigos: es precise aaber dudar y tener suflciente abnegacion para confesar que no se eatieiide una cosa: no es huminodrk
algunoa que ya os inoportuJto ot r-ii-etir lo dioho, rebajanrio la autoridad liiatoricado D. Antonio Uonde, pero como toU^vvIa liay quien le cita como autoridad &n ht materia y aun critica a losftrabistaspor esto, no creemos inoportuno repotir la campana, y para respondor por mi parte al cargo Que quiz^ ee refiero a mi, ropito que no he dicho qn todo lo qoo hay en Conde sea disparatado, sine que hay mucho, y qaoloanoarabistas no esfc&n on condicionea do distinguir lo bueno de lo male, y sigo creyondoque no hal>rA un arabisU que se atrova a consignar un hecho citado por Conde, del cual perflonalmonte no haya oncontrado menoidn en algnn autor Arabe.)
pArficor a
afiOd,
105
falta de siuceridad,
ilante ignorar lo que no se tiene obligacioa de saber; pen* e^ afrentoso que despu^s lle-
sin
el
objeto
de este discurso, Derrotado el ej6rcito de D. Rodrigo deapu6s do los multiplicados y saiigrientos encuentros habidos junto al iago de la Janda (2) con las tropas del iDvasor TAric ben Zlyad, en los dias de 28 de KamadAn a 6 de XaualdelaQo 92 (19 a 26 de Julio del aiio 711) (3), pronto los invasorea paseau sus vietoriosas huestes por gran parte del Alandalus; pues TArie, dejando para sua capitanea la conquista ie las regiones de Cordoba, MAlaga, Granada y Murcia, despu6s de apoderarse de Toledo, que encontr6 abandonada, segiin se dice, se habia dirigido al Norte, pasando por Guadalajara y llegando a Ainaya. En esta primera expedici6n, TAric no He* go hasta la region del Ebro, pues notlcloso sin duda do la llegada a Espaiia de su patrono Muza, vu6lvese a Toledo para cumpllmentarle y ponerse a sus brdenes: 6ste, que
habiendo entrado en Alandaliis en Ramaddn del ano 93 (de 11 de Junio a 10 de Julio de 712), eo el mismo mes del auo siguiente se habia apodei'ado ya de Sidonia,Car[nonajSevilla y M6rida> en la que, despu^s de una formal resistencia, entra por capltulaclou en el d!a de la fiesta dela ruptuia del ayuno (1.^ de Xaua!), o sea en 30 do Junio del ana 713 (a), sin detenerse en M6iida mas que un mes, se dirige a Toledo, y alii, o en el distrito de Talavera, adonde se adelantara a saludarle, repreiide y iiumilla a TAric por haber conquistado a Tolelo y la parte norte^ contra la orden que le habla comunicado de no pasar de Cordoba, o mejor dicbio, del punto dondft le alcfin^aso
sii
mensajero.
(a)
Cuando un autor
iii
se ite por
drA COiiipIeta
ri
cit^i.
J fistoi re
"I-
de VAfrique et de VEs-
Mogrib, itav
Ibn Adha(dfi
la
ChroniqHC d'Arih
Cor"
done),
tomo
II,
par It, P. A. Dozy (Ley de, 1818-J85]), pag. 17. Nosotros escribiinos AhenidaruCoUc-
que puI:
blica la Real
Academia do
Historia,
tomo
Ajbar
^rutehmna (Colecci6n
do tradicionos), Oronica an6nima del siglo xr, dnda a luz por primora vez, tradueiday anotada por Dh Emilio Lafuente y Alcantara, Aoad^mico de namorO' Madrid, 18S7,p&g99.
107
~
Muza y
le
pasd con 61 lo que le paso (a),seguu la expresion de un autor ^rabe, salio de Toledo par& Zaragoza^que coriq'iisto con cuaotoscastilios y forialozas habia ea torno de ella (6). Segun algmioi aixtores Arabes, que probablemente ea esto no andau bieu inforaiados,, sigtiieiulo adelante en sus rApidas conquls* tas en Gataluna y las Galias, Muza y Tdric se apoderan deBarcelona, v pasando los Pirineos hacen lo mismo con Xarbona y Avinon, no deteniendoie en sus coirerlas hasta Uegar a la ciudad de Lion, lifnite por aquella parte de las conquistas do Maza Conf undiendo detalies do expedlcionea posteriore:ij algunos autores Arabes aupouen que el inti^pido Cartoa Martel, que aun no figuraba, hizo leLroceder alguu tanto a loaatrevidoij invasores, obligAndoles a retroceder hasta Aviiion v Narbona, doDde huble^
pA^. IK* AlmncHrl, Attaltc tessut^ rhiat&irt; ct tatitte'rature desarabe^d'Kspagnepar AtJ/flfcJciW, publics |)ftr MM. K. Dozy, G, Dugat, L, Krehl etW.Wriyht.Loyde, 1855-1^1,5 vol., tomo I, pAgi{h)
Abonftdarl, tomo
IJ,
iia 172.
108
ron de guarecerse (a); y la tradicion, para salvar la gloria de Muza, lehace retroceder, no por respeto a las armas de Carlos Mattel, sine porque habiendo llega^lo a las ruinas de una ciudai antigua, eneontro una
-estatua, y en ella escritaa estas
palabras: Oh hijos de I^mael, hasta aqui serd vuestro Urmino: volveos, y si preguntdis para qui
OS habdis de volver^ os dir^, que as volvereis
el
lo
habHs
hecho
{b).
Volvi6rons6 en efecto, y entre tanto, se dice riue Muza recibi6 la orden de dirigirse a Oriente; pero en vez de obedecer, atravesando sin duda la cuenca del Ebro, siQ torcer haeia Pamplona (si blen se dice que con<[Uist6 el pals de Ids Vascones, penetrando en su territorio hasta llegar a un pueblo cuya gente era como bestias) (4), se dirige a las regiones del Norte de Eapana, donde recibe la sumisi6n de los jefes de Gaiicia y de
pAga. 172 y 173 Ibn-el-Athiri Chronicon quod per fectiasimitm inscri" {b) Mtur, GfJiditCarolus Johannes Tornbor^. Publico Sumtu, Lugduoi BatavoTum, 1867-75, tomo IV, pAg. 418,
(a)
AlmacarJ, tomo
I,
'
Esoribiromos
Abenulalir,
los
109
en Lugo un seguudo mensajero con la orden de dirigirse a Damasco, le fu6 precise obedecer; TAric, llauiado al mismo tiempo, tele unio desde la frontera superior {a], Conquistada por Muza y TAric toda la region de la vertienle meridioual de ios Pirineos, siquiera fuera solo en conjuutOj pues lo3 niisnios autores Arabes exceptuau de suaconquiatas los monies de Pamplona y Cava' coxa (?) *=^^ '^ y la Peiia de Pelayo, teriti oportuno exaininar la eoiidicion en que que daran ios vencidos, 1 cual debi6 ser la general a que se sometieron en Espana los pueblos conquistados, segiin que ofrecieran
^
una gran resistencia, o que pronto se eutregaran al vencedor. Por los autoies Arabes nada concrete sabemos de la resiateucia quo a la invasi6n< opuaieran Ios cristianos de Navarra Aragdn y Cataluna, y fiolo do Zaragoza sabemos, no que opusiera onfirgtca resisteucia a Ios
invasores, sino quehubode sujetarae a aceptar durlsimas coudiciones, que equlvale a io
mismo:
(ij)
asi io
Abenalfttir,
n^
poco cr6dito
(a),
tiu
y asl se ha inferido, aunque sin razon, segVtn mi sentir, de ias palabraa que le dedica Jsidorn de Boja (5). Llatnado Muza a Damasco^ queda con el gobierno de Alaudalus su hijo Abdelaziz^ quien, en los dos auo^ y nieses de niaiido, no Gonsta que por si o por sus capitanes hicieso invasion alguna en el valle del Ebro, aun-
que
se ascgtira por los antores que durante su valiazgo se conquistaron niuchas o las
restaiites ciudades, pero
no se mencionan (6), Tampoco de Ayub, primo y sucesor del infortunado Abdela^iz, asesinado de orden, o
al nienos, sin pesar del ingrato califa Suleiman (c)j cansta de un modo expreso que en
(a)
Viari^Jot,
HiMoirQ
dc.t
AraMs
et
Paris, 1851, pi^g. 82, tomo I^ en la p^g. IV dice: Lg ro^sitdes fjiifcaest prijicipalement omprunteiirJ/^s^o^Veifc
la
domination des Arahes en Ksjiagm:, par JoSBph Conde. En ol tomo It, pAg. IV, dirigicnrlofie a M. Dozy, ie
quo jo no sais pas Tarabe efc -que n'ayaiit point VheurouaefAcult^ de recoarir aux f'Oarces originalos, j'ai du m'en rapportou ati talent -et A la aiDc6rit6 des tradnclotirst, Qf) Aboualatir, tomo V, pAg. IJ. Almacarl, tomoJ,
pagina,
(c)
liacG observar-d'abord
lib.
dice,
por el crntra'
rio,
quo
los ^eis
I
Ill
nombre del
Castillo
pses de
sii
valiazgo se dirigiera a
la froiitera superior: el
consideirado
como
testinionio de la estaucia
de Ayiib en
estas re^ionos;
por mi parte
Dada eucuenlro en
los aiitores
arabes refe-
rente a este punto, y sospecho que nada teiiga que ver con este emir, [Ei Arzobispo D, Rodrigo dice que la fund6,] Al interiuo Ayub reenip]a7.a a fines del ano 97 (Agosto de 716) Alhor ben Abdel-
Alahor do nuestras cronicas), quien, enviado a Alandaliis por el gobernador de Africa, Mohamed ben Yezid, gobierna dos anos y ocho meses, durante cuyo tiempo, segun el Pacense, acomete la Galia Narbonesa, haciencJo la guerra y ajustaudo pam6Iic
(el
ces (a),
Gomo
en
los
francos eneontrainos inencl6n de expediciones de Albor al otro lado de los Pirineos, quizA deba admitirse que el Pacense no es* taba bien informado de lo que pasaba en
(a)
flJ
Ajhar
~
Omar
112
de-
aquellas regiones, de las cuales no habia ser f Acil el tener noticias esaetas (6)-
ben Abdelaziz, luego de ocupar el trono de los Catifas, iiombra en el ano lOO para el gobierno de E?pana al Jaiilanl Asamah ben M61ic, cuya probidad le era conocida, eneargdndole que, de las tierras y denies
bieues inmueblea conquistados por fuerza de aimas, sacase el quinto para Dios, y hecho esto, deja^o las alquerias en poder de iosj
conqiiistadores
(a).
Habiendo Asamah salido de expedicion contra los rumies o contra los francos, que
aqul es igual, sufrio el martirio, e3 desir, murio peleando con el enemi^o en el auo 102, en el dia de Arafah (9 de Dzulhiehah 10 de Junto de 721) {b). Segun algun autor Arabe, esto acontecii en Tarazona (c), pero
(a)
Ajbar mach-miiaj
pfi g.
I> pftgi'
jia 145.
Abeoadari, totao Ilj p^gs. 25 y 26, ?eg\in Aben PascualT apud Ahiiaoarl, tomo 11* pAg. 9, la mnerte tnvo lugar on ol dia 8 d el misnio mes. deberia leer(c) [ ProbabUmente, en vez de Tarazona 86 Tarascon, ceroa d Tolosa, pob5aci6n del departamento BocOs del Rddano; observaci^n <ae nos indico el
(h)
Sr,
D. Eduardo Saavedr^,]
lo
113
mSa
Paeense, que murio en Tolosa peleando contra el daque do Aquifania, quien le hlzo fiufrir uaa gran derrota, hasta el punto de
que no quedara im niusliuij segiin e! aserto, exagerado sin duda, de AbeiijayAn (a).
interinamente Abderrfihraen ben Abdala el Gafeqni, pronto es reemplazado por Ambasah beu Sohaim el Quelbi, quien, n lucho de&graciadamenle con los
Nombrado
francos por medio de sussAtrapasj segiio expreaion del Pacense, no asi en la ultima expediciou, que dirige personalmente; pues
segun Abeualatir, en
ano 107 Ambasah llego a Carcasoua, y habi6ndoia sitiado, sua moradores hubieroa de acceder a las condiClones impuestaa por el vall espaiiol, prometiendo entregarle la mitad de! distiito y los prisloueroa muslimes que habia en la ciudad, a condicion ndemSs de pagar el tribuenemigos de los to, y hacer la guerra a los
el
mu^Iimea [b). Y por cierto que no esU exagerado Abenalatir, si hemos de dar te a lo que dice el Chronicon Moissiacensef cuyo autor natuvalmente debia esUr inejor ente(a)
tb)
114=
al frente de un rado y dice que Ambasah, Galias a los ej6rcito, acometio a las gran de Tolosa, tomo cinco auos de la batalla conquisto por fiierza a Carcasona, y por eoviando los recapitulacion hasta Nimes,
henes a Barcelona (7). misma expedicion se refiere probaA ebta cuando dice blemento el mismo Chronicon, A^ro^o del afio 72o el mi6reoles 22 de .que a Autun y que, los sarracenoH destruyeion ciudad, se habiendo tornado el tesoro de la de iiu gran volvie.-on a Espafia, cargados
botln.
mejor Poco de8pu6B de esta expedicion, o murio Ambasah de al voiver de ella, dicbo,
como muerte natural, en Xabftn del ano 107, autores Aradice el PacensB y los mAs de los
(a).
bes
Fihri,
Abuuisah ben Alahoas, elKeiQi -O^rn&n bea benObaid el Caiieni, el Jatami,-Alhaytam MohAmed ben Abdalah el Asehai(6), qae y
Abonalatir, tomo V, p&g. ii73. Ajhar V6anae los Apfindicoa a la tradaccidn dol
Co)
(6)
en
ei
115
al 730,
goberaaron
Gafequl, el mUmo que, eiiando la batalla da Tolo5a en el ana 102, se habia puesto al freute de las derrotadas huestcs musulmanas, Al perfodo de este emir serefieren lo3 trAgicos sucesos do la rebolion de Mumiza, y su aliaaxa con Eiidoj, diiquo de AquLrania,
ol
Jiueede
da en matrimonio sn bella hija Lam pegia, y el deiastroso fin de ambo3 ainantes, despeiiado ftl de una altnra en las montauaa
que
!e
de la Cerretania, al verse impotento para salvar a su amada Lampogia, y inAs desgraciada oUa al ser presentixda al omir juntamente con la cabdza de an espoao, y eavia la de3pu6s a Damasco, cual dlgno proseute
loa autorej
(a),
Arabea db la
Munuxa
y por
clerto
que no
[Rospocto a l03 boclios atrihiildon al U(^r'fi.i0v<? o supuesto JUunuza voaso lo que dijimoa on ol tomo VLI do
(a)
116
Pacense; pues refleren eetosEueesoaalafio lU, diciendoque Alhayla tierra de tain ealio de expedicidn contra Munuza y que la conquist6 (8). en los autores francos m^B notables
eoDcuerdan con
el
Como
(pAg. HI) reproduoienesta Cohccion de Estudios Arahe.^ Jievhfa de Aragdn (con do artioulOB pabliciuiOH en la
immeros 7. 8, 9 motivo do una obrade M. Jaurgam), 1901. y 11 de IfXX) y 2, 4 y n de A lodicho hace quince afios nos parece oportnno
afiadir lo BiguiGute:
La transformaci6n del nombie quo propueideManrefla ir-/^- en Mnnu.a i^'el liecho de moB como posible, resulta autori/ada por
error por truchique nueatroH cronistas, inducidos a tiaduclaii textoa raanes poco escrupuloscs, ..uo !es de una pocon facilidad tomaban el nombro
arubes,
blaci6n por
de Becha y Cronica GenerHl on<^oii tramoK los nombres en loB Cbociralgadra convortidoB en lieycs, cuando Gobemador de Becha o textoB probablemento dirJa: quien no doAljadra:]a confuBion es rauy fftcil para repara on Butilezas oonoco lo iiombres propios y no error. El gramaticales, que podrian preservarlo del lirahe, y por tanautor do la Crinica crco que no sabla traducci6i. que le hiciesen to tenia quo atooerso a la eran cornenteB de laB recitflcionos hiatiricaa quo ya oir que Uegaper aquelloB tiempos; loa cristianoe, al ontendian quiz& ba laacei/U (expodicSAn do verano), general Aceila, que la expediciin iba mandada por el y
ael lo ooiiBiiino
ol
aUuna
Cr6nica.]
117
que la alianza de Eudon fu6 coo \\u Abderr4hmen, me hace dudar del dicho del Pacense, sobre cuya autoridad parece que se ha fuudado esta bistoria (9) o fAbiila, La batalla de Poitiers, en la cual fu6 derrotado y mnerto AbderrAhinen por ias victoriosas armas do Carlos Martel, la refieren
conformes en
tianos;
el
segiiu
118
Abderr^hmanos de hierro, matan al rey y ^racias cuyo ejfircito se pone en salvo, men, la maDoche que sobrevino al punto: a
a la
preparados siguiente, Ics venccdores, fiana
encontrarsecon para renovar el combate, al el camque los arabes hablan abandonado tratan pamento, temen una emboseada y no dividi6ndoseguirles el alcance, sino que de eonvenienteniente los despojos, se vuelse ven alegres a bus hogares^ (a). au derrota, L09 autores Arabes confiesan sufrio cl inartidiciendo que AbderrAhraen soldados en Kamarlo con multitud de sus de ddn del aiio U4 (de 25 de Octubre a 23
Noviembre de
732),
espeidea diciones se cometieian, puede darnos AbderrAhmen: en lo que se cuenta de este una de sus expediciones, cl ejircito se habia apoderado de una estatua (un hombre) de
IsidoroPaccneo, chronicon Moissiacenee. 160. cee al Ajhar tnachm^u, pdgs. 1B7 y Ajbartachmua,-p.d6.-A]mAGKTi,toinoJ, p. 14G(h) tomo IV, Abooalatir.tomoV, p^g. 374.'Abonjaldan,
(a)
Ap6ndi-
p&gina 110 de
lac.
la Gdioi6n
de
fiU8
obras,
hecha en Bou-
oro,
119
adornada de perlas, jacintos y esmeraldas: hizola pedazos, y deapiies de sacar el quiuto, la lepartio entie los soldadog que habian estado con 61: sabido esto por el gobernador de Africa, Obaidah beu AbdenSIimen, se enojo iniicho y ie reprendio; pero el vallj que, era varon justo, dice Abenalatir,
tranquilo con las signientes palabras del Alccr4n: Si los cielos y la tieeontefito
mwy
rra fites7i de pedazos ttriidos^ Aid los hubiera establecido coma po7xi6nde her encia para los que le temen (a). Muerto AbderrAhinen, le succdid iumediatamente Abdelnifilic ben Katdn, a quieu enviaba el gobernaJor de Africa con orden de reemplazarle; el nuevo emir eiitr6 en el nilsmo mes, en que muri6 su antccesor, o en el
siguiente, scgiin algiin autor,
Parece que Abdelm61ic, duro e ivjusto en sus juicios penso mAs en enriquecerse con las exacciones arrancadas a los espafioles que con los despojos recabados de los francos: -anionestado por no haber liecho
,
Abenalatir^ tomo V, p, 130. Ibn Abd-ol-Hakem*e, History of the conquest ofSpaiHf edited and tranclatod by John Harris Jones. London, IS58, piVf. 17.
(a)
120
cosa alguna de provecho contra 68tos, sale de Cordoba con todo ei ej6rcito, intentando aniquilar a los habitantes de laa cumbres pirenaicaa, y dirigi^ndose per lugares estrechos, nada prospero hace, y deapufis de per-
der a muchos de los sayo3, se vuelve por carainoa extraviados, cooveacido del poder de Dlos, a quien por fin habian acudido los pocos cristianos quo se mauteiiian on las cumbres de los montesi (10). Esto dice el Pacense,
y aunque meno5
del
nihilproR'
perum gessit
Pacenso, piies dicen que eu los el alio 115 (^73 Vi) f^i^ contra la tierra de Vascones y volvio ileso; auadiendo algiin autor (a) que tuvo encuentros con los oristianos y cogio botin: a coiUtiiuacion anadi^ que fue deput?sto, lo cual podria toniarse como consecuoncia qui/A de ^u poco aciertoo celo en las expedicionea, bien que el nanibramiento de Okbah ben Alhaehah el ^alull
para reemplazarle en Xaual del afio 116(3 de Novicmbre a 1/* de Diciembr^ de 73t) obedeo a a reiacioiios de clien*.ela que lo
(a)
Almaoari, tomo
I, pnij. U<3-
121
imlau a 6ste con el niievo gobernador do Africa, Obaidata ben Alhabhab. Okbah, que habia eJegido el gobierno de Alandalua por ser fi outera con lo5 cristiauos. continuo con vigor las expediciones contra 6stoa ea las Oalias, y a no haber sido por Carlos Mattel, constante balaarto de la Eu^ ropa cristiana contra las huestes del Islam, sabe Dies qu6 hubiera side de la Europa. Okbah, al decir de loi autores Arabes, todos los auos hacia 1^ guerra santa, y auuqiie no teneoaos nmchos pormenores acorca do 61, se ascgura que conquisto a Pamplona y a Galieia, excpptuando la Pena de Pelayo, Alava y Narbona, que pobI6 de muslimes y el rio Rodano reflejo en sus aguas la fortaleza fronteriza contra los cristlanos (a). Aunque Narbona habia aido conquistada antes, quizA hasta entoncea no recibi6 un gobernador quo, tenieudo a sus drdeues tropas aumerosaSf pudiera, no solo defenderla de los ataques del enemigo, sino emprender expediciones contra el interior con inAs pro* bablUdades de 6xlto favorable: es lo cierto
Almacari, tomo I, p&g. Abenadari. tomo II, pi^g. 29.
(a)
1^6,
y tomo
122
que por primerii vez encontranios de un niodo claro uu gobernador de Narbona, Yusuf ben AbderrAhmen, que eiiiprende corre rlas por el icterior; as( conta por el Chroni con Moissiacense, donde leen'os que Yusseph Iben Adder oman, iiombrado goberuador de Narbona en el afio 734 (= 11 Ve ^)^ ^^ el ano fiiguiente pasa el Eodaoo; entra en Aries por capitulacion (pace)^ invade los tesoros de la
ciudad, y durante cuatro anos devasta y saquea toda la provincia Arelatense; al saber
.esto
un
ej6rcito de
Avinoo matfl n
los
cuentra, y pasando el Rodano se dirige a si tiar a Narboua: euando Carlos estaba en el cerco, Okbah, gobernador de loa farracenos
en Espana, envla un ej6rcito numeroso a las drdenes de Amor Iben Ailet: dejando Bobrj Narbona la iniiad de su e^6rcito, con la otra mitad t^ale Carlos al encueiitro de Amor y !e derrota sobre el rio Berre, muriendo la mayor parte de los soldados Oiusliineb (11).
Arabes no encontramos mfis noticias concretaa sobre las expediciones de Okbah, que debieron de ser numerosas, dado
los autores
En
V2S
Islanij
laindicacion de que se establecio en Narbona para desde alii liacer la gnerra santa. Depiiesto en una sublevacion del piieblOj habiendo por causa de enfermedad hecho entrega del mando a su antecesor y sucesor
Ahdelm61ic ben KatAn^ inuere en Carcasona en Safar del ano 123 (= 74 o/i). Gravisimas son las complicacionea que en e8to3 alios produce la rivalidad de las tribus Arabes y que dan lu^ar a sangiientas guerras, que no es mi Aninio narrar, sino en lo indispensable para que pnetla entenderse la parte que en ellas tomaron los inulsumanes de la frontera superior. Los berfeberes de Africa, exasperados con las continuas exacciones de sn gobernadorj se rebelan conlra la dominacion ftrabe; derrotan al vali y hacen lo mismo con el nuraeroso ej6rcito mandado de Oriente conobjeto de toinar de ellos una terrible venganza^ y matan al jefe Cultum, acorralanco en Ceula a Ics restos fugitivos que pudieron escapar de sxi venganza. Cuaudo en Espafia se tuvo noticia de estoft Buce&os, lo9 ber^beres establecidos en la parte norte de la Peninsula, como valladar con-
tra las
124
annas cristianas (segun ae dice), se sublevan oo masa y echaii de si y matan a lo3 Arabes establecids entre elios. El emir Abdelm^iie ben KatAn nada supo de esta sublevacion, hasta ver eu Cordoba loa fugitives de Galicia, Astorga y de las demas ciudadea del otro lado de los puertos de Guadarrama. Solo loa dtabes de Zaragoza y su frontera no tuvieron que huir, puea eran mAs en numeio que los ber6beres y eatos no
loaacosaron. La sublevacioD de los ber6bere3 espaaoles
hace que el emir AbJe!ai6licse vea obligado a traer de Africa los restos del ejftrcito de <]ultum, que con Baloch estaban acorraladoa en Ceuta, y a quienes hasta entonces no habfa querido ni eiiviar auxilioa ni pasar a Espana: reunidos los sirios con Balech en favor db los mu3,iliT!ane5 yemenies, domiuaotds a la sazda enAlandatus, si per de pronto pelean juntos y derrotan a los ber6beres espanolepj luego se sublevan contra el emir y lo denonen, dando el mando a Balech, a quien obligan a dar ignoniiniosa muerte al anciano Abdehnelic. Doa hijoa de 6ste, Katdn y Omeyah, que hablau huldo de Cordoba, el uno a Mdrlda y
el otro a
125
Zaragoza, al saber la muerte de su padre, Hainan a las armas alosdescontento?,. lUmamieny en odio a I09 sirios acndeu a to los Arabes beledles y los berfberes y musea, muslimes viejoa y nuevos: reladfes, unido un ej^rclto de lOO.OtXl hombre?, desde
M6rida a Narbooa, se riiiigen conlra Balech,. que ies sale al euciientro con casi la qnlnta
parte de fuerza, pero que, sin embargo, Ies hace snfrir una gran denota, saliendo trlunfantes Ics Eoldados de Balech, los cualea so hubieran Henado de riquezas, gloria y alegrla, si no fuera povque su emir se hallaba postrado de laa heridas que recibid en la batalla, y de tas cuales murio a los pocos dfas, en Xaual del afio 1S4 (= 8 de Agoi^to a 5 de Septlembre de 742) (a). A la muerte de IJalech, los sirios dieron el mando aTaalabnh ben Saleinah el Amillj conforn^.e a las instrucciones que diera el callfii Hixem ben Abdehnelie cuando cl ej6rcito de Cultum salio de Stria para sofocar la rebelidn de Africa (b).
(fl)
mtia,
(6)
Abenadari, tomo II, p^gf, iJl y 32.Aibfir nia<hpAg. ^S^Abenalatir, tomo V, pAgs. Se9 y 974. Abenadari, tomo I!, pApr, 33.
126
Corto y poco tranquilo fu6 el valiazgo de Taalabah; piKS habiendo siicedido a Baleeh en Safar del afio 125 (4 de Diciembre de 742 a 1,*^ de Enero de 713), fii6 reeniplazado por Abuljatar Alhosam ben Dirar el Quelbl, enviado a Espana por el gobernador de Africa para calmar la agitacion y odio mutuo de Unas tribus con otras: ni del uno nl del otro tenemos iioticias i]ue a nuestro objeto se refieran, y nada tiene de extrano; pues dado el corto niaiido del primero y las agltaciones de los ber6beres de M6rida, no es de siiponer que proyectara lejanas expesegundo, harto trabajo tenia con calmar las discordias de las tribus, acogiendo con benignidad lo misnio a los hijoa de Abdelm6lic y Aben Abunisah, que a Taalabah, y distribuyendo a los arabes de Oriente en las poblaciones que mAd se asemejaban a su f-als natal (a)M^anifesto lue^o Abuijatar predileccion por los yemenleSj y esto basto para que Asodfelones; y
ol
Abonadari, tomo TI, pA?- 33. Sogiin Abenalatir, tomo V, pag, 375, Taalahab y Abon Abunjsah fuoroo indultadoa por Abuljatar: se^Oln los mAs de loa autores, eUos do9 y dioa mAs, cuya presoooia podfa ofrecer peligro, fueroD desterrados.
(a)
Tiiail
127
ben HAtim se uniera con los modaries, y pronto hubo prelexto para que en el afio 127 (= 74 -^l^) renaciesft la ma] apagada guerra eutte ambas tribus; dundo porreauUado
el qiie
Abiiljatar qiiedasft prisioDerp y que le sustituyera, no Asojuail, jefe del partido coligado, &iiio Tuebali, a qiiten, con gran tacto politico, se
habia couferido la primacia para calmar rivalidades de tribus, Muerto Tuebah antes de dos aiios, los yemenlop aspiran de nuevo a) mando, preten-diondo que e! einirsoa Abuijatar: oponenae loa modaries eon Aeomail, y so pa<:an cuatro nieses sin emir, bien que para cuidar do la
adniinistracion de justicin ko noinbro a Ab-
derrAhmen ben Katir el I-iajml (a). Al ver que la situacion se agravaba, convinferon todos en que los niandaso Yusuf ben AbderrAhmen el Fihrj, acordando que el inando durase solo un ano y que despiifis, los yemenics uombrarian de entre ellos: llegado el plaxo, los yemenies querlan nombrar
emir, pero Asoinail Iqs acometl6 de noche, matando a muchos, y entre ellos al misftl
mo Abuijatar:
(a)
esta es la batalla de
Xckuo-
376.
128
da, arrabat de Cordoba, en la que de una parte pelearon Yiisuf y Asomail,y de la otra Abuljatar y los que seguiaii su parLido: e&to
fiucedfa en
el
ano 130
(a)
{=
74 V^).
Despu^s de la batalla de Xekunda, Yusnf 8igui6 de emir de Alandalus hasta la entrada de AbderrAhmen T, sin que faltaran tur^ bulencias y rebf liones. Entre 6stas se cueiita la del valf de la frontera de Narbona, Ab-
derrAhmen ben Alcama el Lajml, caballero valiente y ^e gran autoridad; poro su reheHon no tuvo coiisecuenciaa funestas para Yiisuf pues caando el de Narbona se preparaba ara ir contra 6ste, bus soldados se apoderaron de 61 y presentaron a Yusuf su cp;
boza: los autores no fijan el ano {b), MAs graves debieron de ser los acontecimientos de Zaragoza. En el ano 132 (= 749 y
750), Yusuf, oscurecido por la
preponderant
ciaquOEobre
apartarlo do
61
si
y le confiere el cargo de vali de Zara^oza y eu frontera (c): alU permanecio Aeomail, aln que sepamos nada de6tj has(a)
(6)
tomo V, pAgs. Ji7r>y 376. Almacari, tomo II, pAg* IT^Abeualatir, tonio
Abenalatir,
288.
IT,
V, p&g.
(p)
Abenndad, tomo
pAg.
38.
129
ta que en el ano 136 6 137 {) so rebela hacia las partes de Zaragoza en favor de la nueva dinastia de los Abasles Alhobab ben
Ka-
que otro3 autores Hainan Teinim ben Mabad el Fihri, a quien se une Amer ben Amiu el Abilari: (Hte ya antes se habia rebelado contra Yusuf en Algeciraa, y habfa tenido que aceptar la condicion de esel Zohri,
uaha
Amer, quo sitian en Zaragoza a Asomail, quien en vano pide anxllios a Yusuf; piies
deseando desembarazarse rte ^1, seabstuvo de auxiliarle, pretextando las calamidades y miserias do Alandalus; recurri6 Asomail a los jefes de las tribiis de Kinesriu y Damasco, y dstoa pudieion recabar de otros el que fueaen en auxilio de Asomail; al Hegar a Toledo las tropas auxiliares, tenfendo
68te,
noticia
ostrecha-
do por los robeldej, envlan un luensajero con el eneargo de que, para reanimar y soar
teuer
el
el
abatldo espJritu
rie
los sitlndo-
(a)
pAg.
H'>.
^M'
^y
if
Pvl-.
p--^ i'
_- -
res,
130
piedras, en bizo llegar a la eiudad unaa palabras: cuales estaban esci-itas estas las <Baen ^nimo, anuncia la paz, oh muro, a cortar el sitio. te llega ausilio y se va bien a ti las (yeguas) hijas de Avach Vienen
enfrenadas,
ysobre
generosos,
Nizar.. pues ellos (son de la tribu) de la Guando las piedras cayeron dentro de al menos eiudad, llevAronlas a Asomail, o
alguna de
sabia,
ellas,
que
le fu6 leida,
pues
6)
no
los sitiados,
sesostu-
auvieron hasta que, al acerearse las tropas sitio, saxiliares, los i-ebeMes levantaron el a liendo Asomail al cncucntro de los aliados, quienes dio regalos y vestidos segiin sus categorias.
no
lo hizo,
sino
que
ies
eiudad volvidndose 61 a C6rdoque ba, y reeibiendo ol gobierno de::TDiedo, tencrle le di6 Yiisuf, quien sin duda querla
abandono
la
apartado
(12).
131
Entrados en Zaragoxa Alhobab y Amir allipermanecieron hasta el auo 133 (^lb%), pues en el ultitno mes del 137, Yusuf y Asoniail habian reimido siis tropas y cafdo aobre 'Zaragoza, cuyos habitaiites, tejiiendo los estragos que el ej6reito iba a caiisar, entregai-on a Amir, a su liijo (Vahab) y a Azohrl, los cuales fueron aheirojados.. Queria
(Yiisuf) matarlos,
sobre el particular a los jefes de la tribu de Kais, opinarou uiiilnimemcute que no debia hacer tal eosa, siiio conclucii-los presoa. Los que con mas energia sostuvieron eata opinion, fueron Suleiman ben Xiheb y Alhosain
nfanenquenoselesmatase, losprendio. Discurrioluego mandar un destacamentoeontra Jos vascones de Pamplona, que habian sacu dido el yug-o musuImAn, como los galleg-os, y designando para este objeto una division, di6 el mando a Abenxihcb, a quien queria aiejar, y nombro jefe de la caballeria y vang-uardia a Alhosain ben AdachAn, enviandolos con pocaj fuerzas a fin de que perecieseii
^
:
-
L
P
desastrosamente. Pusi6ronse 6sto9 en mar_ cha, y cuando se alejaron, tomo Yiisuf la vue:ta COD esca?as Iropas hasta llegar al rio
Jarama, donde
132
Alhosain doB habian perecido, refugiSndose amparo de con los re&tos en Zaragoza, bajo el
qnien Abuzaid Abderrfthmen ben Yiisuf, a gobernador de la su padre babia nombiado dispuso que frontera. Esta nuevale alegro, y
fuosen preAmir, su hijo Vahab y Azohri le Ya nos gentados. Asomail le habia dicho: haz ahora ha iibrado Dlos de Abenxiheb; la-eabeza. venir a e&tos otros y coitales el anterior Era por la mauana, y aquel dia y al JahabIa permanecido acampado junto Mand6, rama, muy cotitento y satisfecho. cat^eza, y aai se pues, que se les coHase la la comida; co" ejecuto. Dii^pusifironle a poco
.Abensiheb mio con Asomail, y Hte le dijo: Amir y a ha sido muerto; has matado tii a hijos hasAzohri; Espaua es tuya y de tus disputfirte ta el Antecristo. iQ.\i\en puede
la?, (a).
machmua.
133
Lafuente AfcAatara:
no dan tan exteusos detalles otros aiitores; pero al menos Abenadari men^iona las dos divisiones qucfnerou enviadfls, uua contra los vasconosy otra contra Galicia, y la darrota de una de ellas, cuya iioticia le lle?6 euel misinodia que otra, funeata para 61, de la entrada de AbderrAhnieii ben Moaviyah, y 9U recoHOGimieatoy aclamael6a por muchag de las poblaeiones del Mediodia, Con la entrada de AbderrAhmen y g-uerras consiguientes eon Yusuf, se iiiterr^mpe hi noticia de sueesos referentes a la frontera
superior, casi hasta queseinician en ella las rebeliones, promovidas, ayudaias, o solo J^elaciojiadas, con Carlo Maifiio; pues encuentro linicameate las siguientes noLioias;
valiaxgo de Yiiswt iosmasulmanes de la GaUa Gotica dehlan de encontrarse casi aislados deloj espanoles; asl que, sltiados los do Narbona por Pipino en el afio 753, segun los Annates de Metz, a
Eq
apodera do la ciudad, snce80 que, aeguu el Chronicon Moissiacense, uo tieue lugar basta el ano 7oi), y ann entonces
los trea afioa se
los
godos
el
dejarlos sub
-a
i
-
-^
134
leyea,
coa la cual promesaestos raatan a los sarracenos que habla en la ciudad, que de tal modo pasa a poder de los reyes francos (a).
Asesinado YusiiF el Fihri cerca de Toledo en el aaoU2 (^759-760), dice Abenalkotiyah que <los negocios quedaron tranquilos para AbderrAhinen^el cuai nombro gobernador de Narbonay de lo que estabatniido a ellahasta Tortosa, a Abderr^hmen ben Okbah:* (6)En el aao ll7(=76Vo), tomada Toledo a los rebeldes, o mejor dicho, entregados estos a Bfeder y Teraam ben Alcama, jefea de la
ex:pediei6n, ^ste, que habla sido h&chib y jenombrafe de Ub espediciones militares, es
do gobernador de Toledo (c) y, despu6s, de Huesea, Tortosa y Tarazona: como Abenalabar solo dice qne despu6i de tomar a Toledo, Temain goberno a Iluesea, Tortosa y Tarazonaj no consta si fu6 sucesiva o simulU-
neamente, como
(a)
es
probable
(13),
nm
Annales Mettemes: apud Pertz, ^Tommenta Germahistorica, tomo 1, p^g- mi.Chronkon Moissiacense,
Fertz,
apud
(p)
tomo
I,
pag- ^3^-
Abenalkotiyah, pi\g. 30 de la dicion que tieoe en prensa la Real Academia do la Hi&toria. Abenadarf, tomo II, p4g* 55, (c)
135
Por estos mismos afios, tambiiu Bfider, el fiel companero de AbderrAhmeii, debi6 de anrtar
por
el valle del
para la fionteia, y se adelanto hacia Alava, a la que hizo la guerra, reduci6ndoIa a la obedieucia y sacAndole cre-
{=76V8)
salio
cido tributo: *habicndo dado ordeaes para explorar esta regioa y eotorarse de los proyectos del enemigo, hubo quien, habi^udose
internadOj
manifesto lo malo del secreto y de la duda en la frontera* (a). QiiizA se refieraa a estos aiios las expediciones de AbderrAlimen I coQtra el pais de los francosj do los vascoiieg y de los que eatAn inAsalld, delas cuales tierras volvi6 vieie
contmuaeida auadeAlmacarl, que estaba en su intencion el renovar el iinperio de bs lUnurneniAn en Orlente; pero que murio sin conseguir su esperanza (6); de este intcnto, que parece .concibi6 hacIa Iob liltimos anos de su reinado, hubo de desistir per sucesos que tuvieron lugar en la frontera y de que debemos tratar aqui.
torioso; pues a
(a)
(h)
^t
^*"
BNTRADA DE
OARIiO
fc.N
136
MAGNO V SU DERROTA
KUN0RSVALLE8
Los acontecimientofl a que se refiere este epfgrale, andan tan confundidos en autorf Arabes y cristiauos, que no es fAcil poner de acuerdo nl ami a loa de una sola clase. Temeridad parecerd que, despu6s de esta conEesidn, y teiiiendo en cuenta lo que esuacionales y extranjeros, haa escrito recientemente sobre este punto, iotente yo hablar de 61; pero no es culpa mia el que no me satisfagau las narracrftores distinguidoa,
por no encontrarlas confirmadas porlos escH tores co0t&neos,uni' cos testimonios a fos que debemos acudir,
clones a que
reflero,
me
proeurando ilusfrarlf-s. En el ano 161 (= 77 Vs)' o qiii'i^ antes, desembarco en la costa de Todmir, vinieudo de Africa, AbderrAhmen ben Habib el Flhri, partidario de los Abasles: este personaje, alto, rubio, de ojos axules y ralo de cabello, es conoL-ido por el Siclabi; vcnia con objeto de hacer !a g^uerra a los eapanoles y hacerles entrar on la obediencia de los Califas de Orlente: ya en Espafia, esciibio a Suleiman
bea
137
ben Arabi, gobernador de Baroelona (o Zarag:oza}, invitAodole a eutrar en su negocio y a prestar obediencia al califa AIniahdi: Suleiman, o no accedio a lo
YacUn
que
SiclabI le proponia, o acepto, pero no cumplla, e irritado ^ste, rnarcho con sus beei
el
Suleiman, que le sallo al encueiitro y le derroto {a), Entre tanto, el emir AbderrAhmeu se habia dirigldo hacia Todmir con numeroso ej6rei'
pala dc
r6beres contra
incendiando la escuadra de SiclabI con objeto de acosarle en su retirada: vuelto t^sto de su flustrada expedicion a la frontera, se acoge a una montana foi tiflcada de las cercanlas dc Valencia, y el prlncipe, no sinti6udose sin duda con fuorzas para someterle per Us armas, acude al medio mAs expedito para
to^
mds de
lina vez, se
de sus eneinigos: habiendo ofrecido mil monedas de oro al que le prescntase la cabeza del aventurero^ co tardo mucho en caer
libro
en
sn
la tentacion
at
uno de
la
los ber6beres,
que
aoompanaban
amo
le corto
<(i)
36.
138
tada a AbderrAhmen, quienj fiel a su promesa, hizo entrega de loa mil dinares, precio de la cabeza del atrevido partidario delos Abasies (a).
Todosestosaucesos tenian higar durante ioa afios 161 y 62 de la h^gira, (777 a 779). Est&n absolutameiite confornies en esta narracion AbenaJatir, Anouairiy Abenjaldiin, si Men 6ste hace a Suleiman gobernador do Zaragoza y los dos priinoros le suponen en IJarcelona: Abenadari omite todo lo referente a las relacionea con Suleiman ben Yactfin ben Alarabi, y el Ajbar machm^a, conforme con los primeros, anade algunas palabras de
mi inodo de ver, ban dado lugar a que ^L Dozy haya escrito un largo capiLulo de una novela, historica si, paro novela, quo luego examidificil
inteligencia que, a
nar6.
mismo tiempo en que sixedlan loa acontecimienloa que te ban referido, tenian
Por
el
lugar otros,
ni
menos interesantes
ni
raAa
AnouHirl, matniecrito copiado por M Dozy para nupstro qnerido maestro ol Sr. D. Paecofll de Gayangos: fol, 2, rec Abonjaldiin, tomo III, pig- 210,
{a)
^(^2*
claros: Carlo
amigo; se encoutro cou las puertas cerradas;. hubo dp voiverse desairado, y por afiadidura sufrio uu grave percance en Roncesvalies, Estos son los hechos admitidos, Quien le
llamo, qiiieu
le
pre heroica Zaragoza, funesta siempre a las armas francesas, y qui6n le d^rroto en lioncesvalies, soiicuestionea dn dificil resoluci6n; pues ni los autores francos ni los Arabes dan
noticias satisfactorias, y
diau esperarse de
cronicones hispano-cviatianosj a euyos autores parece que poco o nada interesaba lo que se referfa a los crislos
que m&s noticias da sobre estos sucesos, que apenas mencionan los otros, es Abenaiatir; pero no careee de ificultades su relacion. A su vevy el Ajbar machtni'ia menciona algunos detalles mils y omite
El autor Srabe
otros no
confundiendo los sucesos, quizJl niAs que ei primer axitor. Teniendo en cuenta la fecha que a la venida de Carlo Kagno asignaa las crbuicas francas, resulta, segun mi sentir, la siguieute narraci6n;
777
poco
iinportaute^,
Eq
el afio
(=
16
%)
se pres6nt6 en
Pa-
^
<lerb6n, Suleiman
140
a sua instanoiaa, Carlo Magno reunio sns tropas y se puso en marcha, en la esperanza, cotno dice Eginhardo, de apoderarse de algunas ciudades, Suleiman ben Aiarabi sali6 a recibirle o le acompanaba, y se dirigieron juntos a Zaragoza; pero, sea que sb le adelantaae hacia ella, no sabemoa desde donde, Hoaain ben Yahya el ABsarl, del linaje de Saad ben Obadah, como dice Abenalatirj o
cODfor-
Suleiman, se arrepintiese entonces de su traicidn, o que los mualimes zaragozanos ie forzasen a ello, eierra las puertas^ y 4espu68 de un furrte conibate en el que mu-
meeon
rieron muchos sarracenos, al decir de la Grdnica Rivipullense, Carlo Magno concibe sospechas de Suleiman; le echa mano, y se lo
lleva consigo bacia su pala: al pasar por Pamplona, destruye sa& murallaSj y conti. niia su marcha. Gaando Carlos se habia apar-
tado del territorio mnsulniAn, y se creia completamenteseguro, caen sobxe 61 con sus tropas Malruh y Ayxon, hijos de Suleiman, y ponieudo en libertad a su padre, se vuelven on ftl a Zaragoza, pues hablan enlrado en
::
En
clabJ,
141
en-
ragoza Suleiman ben YactAn s Alliosain ben Yaliya, le distrajeron de su intento (6), Esta rebplion tuvo lugar en el ano 163^ (=779 y 780), cnando AbderrAhnien habfa hecho publico su proposito de dirigirae a Siria; pero conaidcrando, con raz6n, que la cosaoragrav^ para 61, desistiodesu proyectada expodicion, y, sin duda, aprovechando lo8 medios que t&nla dispuestos, enviarla en el acto contra los rebeldes a Taalabah ben Obaid, que los conibati6 fuertemente; pera un dia, habiendo Taalabah vuelto a su campamentOT Suleiman se aprovecbo de su poco cuidado, y haciendo una salida, se apoder6
de
61
J
con
lo
(c),
Eq
ia) ih)
(e)
vista de esto,
el
ano 164
(=
78
%)
y^v^'-A^ar macbmua, pAg. dO;*. Almakarf tomo II pAgs,31ya7, Abeualatirj tomo VT,, piginA42,
fol- 2,
,
Anouairf,
AbderrShmen
sali6
142
y,
mo de redocir
a los rebeidesj
reuniesen
alii
las rebeliones
de
>^
--
la
reb6li6u habia perdido fuerzas; puos introducida la discordia entre los rebeldes, Alhosain
habla dado inuerte a Suleiman en un dia de vierues, en la mezquita aljama, quedAndose como linico senor de la ciudad, Los hijos de Suleiman, al menos Ayx6n, hablan huido a Narbonaj segun apareae de los hechos posterioreg (a),
habia apretado el sitio de Zaragoza, cuaiido, conforme a sus ins trucciones, se pre^entaron los prineipes, y con ellos los que antes se habJan rebeladOj <jomunicA.ndole la suniisidn de otros: en vista de esto, Alhosaiu deseo la paz, y habi6adose humillado hasta ofrecer obediencia, AbderrAhmen accedi6 a ello y le apazguo, tomAndole en rehenes a su hijo Said. Aprovechancio las fuerzas que habia re.
Ya AbdorrAhmen
H^
^J
'
(a)
Abdiiftiatir, totno
103.
p&giDa
.^-^
143
Zaragoza, AbdenAhmea sale de expedicioo contra 1 pals de los francos o de ios vascones, y liegaudo a Calahorra coaquista a Biguera (a): despu6s de destruir ias fortalezas de esta region, dirigesB contra las vascones y acampa junto a iin castillo, del cual se apodera, adelantindose luego contra Balduino ben
Ids rebeldes de
cuya fortale^a sitia y toma por fuerxa, despuSs de haber combatido a sus defensores, qaie le presentaroii batalla eu el monte: en esta expodiciin, segxin el Ajbar machm'Aa, el emir fu6 a devastar a Pamplona: volvl6 despues contra la comarca de los vascones y de Cerdaaa, y acampando en el pais de Abenbelascot, le tom6 un hijo en rehenes, y le concedio la paz, obligando a aqn61 a pagar el tribute personal (&). Vuelto AbderrAhmen a Cordoba, en el ano siguiente, o sea 165^= 78 Vah hubo de anviar de nuevo coatra Zaragoxa un ej6rcito a las ordeues de GAlib ben I^emam ben Alcarnah
Atlel {?),
pAg:,
A%Aibar machmm,
AS\
^ ^J
144
pues que Aihosainse hablarebelado de onevo: Said, hijo de Alhosain, mozo valiente y astuto, a quien eu la cainpana anterior habia tornado en rehenes, solo un dia estuvo en poder de Abderr^hmeu, pues pronto encontro medios de evadirse, refugiAndose en el territorio de Pallas (?;, y ahora estaba ya en Zaragoza con su padreEmpenadoun combate junto a Zaragoza, los rebeles sufrioi on gran descalabro y cayeron prisioneros muchos de los soldados de Alhosain, entre los cuales se hallaba su hijo Yahya; enviadoa por GAlib a C6rdoba, Abderr^hmen raaudo darles muerte: seguia el sitio sin interrupcioa, sin que decayera el 6nimo de los rebeldeSj y en el ano 166 (=^ 78 Vg)^ AbderrAhmen hubo de dirigirse de nuevo contra Alhosain, con lo qua, estrechado el sitlo, y combatidos los muros de la ciudad con 36 mfinquiDaa de guerra, los de Zaragoza se echaron a los pies del prlncipej entregAndole a Alhosain, que fu6 muerto (o entro por
r-
comodiceotro aiitor), AbderrAhmen di6 muerte a Alhosain, y ademds designo de entre los vecinos un hombre llamadoRiztr de la trlbu de Baranis, a quien cortd los pies
fuerza,
y las
manos: ^stasfueron
las dos
unicas vic-~
'rj
--rl:^
^.-.-.^
145
timas que saerifioo entoncea en castigo de las prolougadas revueltas habidas en Zaragoza, y dejando do gobernador a All ben Hainzah, sevolvio a C6rdoba (a). La narracioQ de estossucesos estd tomada
de lo que dice Abeoalatir, anadieiido aigunos detalleacopiados del Ajbar machmua, log dos autores que dan mfl,8
casi literalraente
si
blea
ambfs
l08
confunden; puos
el
primero narra
dos veces (en ios afios 157 y 163) la insurreccion de Zaragoza y el llamamiento de Carlo
Magno, y
ma
seguodo refiere hacia esta ultifeeha todos Ios sucesos que debieron coel
menzar
bastante diferente estAo contados tales sucesos por M. Dozy, cuya relacion transeribimos, haciendo de paso una ligera impugnacion: <La revoluclou de Ios berfiberes del centro no fu6 reprlmida sine deepufis de dlez afios de guerra, cuando Xiqueyah fn6 asesioado por dos de sus compaueroa; y duraba
(a)
De un modo
pAgina 103 y
10
146
~
w
-
auDi cuando una confederacion formidable Uarao a Espanaaun conquistador extranjero. Los mieinbros de esta confederacion eran el Kelbi Alarabl, gobernador de Barcelona,
el
Fibri
,
Yiisuf apeltidado el Eslavo, porque su cuerpo delgado y alto, su blonda cabellera y sus
azules ojos recordaban el tipo de esta raza, de ia cual muchos individuos vivlan en Es-
Abulasuad, hijo de Yiisuf, a quien AbderrAhmen habia condeoado a cautividad perpetua; pero que habia logrado burUr la vigilancia de sus carceleros, fingi6ndose ciego. Al principio no se quiso creer su ceguera.-, despu^s de mucho tlempo, ua dia, aprcvechando un moraento de descuido, Abulasuad se ech6 al rio, que atraveso a nado, y montando el caballo (que ^e tenian preparado), tomo a galope el camipaiia
como
esclavns, y en
fin,
no de Toledo, adonde llego sin tropiezo> (a). <Tan profundo era el odio que estos trea jefes profesaban a Abderrdhmeu, que resotvieron implorar el auxilio de Carlo Maguo, a pesar de que este conquistador, que ya llenaba el mundo con la fama de sus hazanas,
Abenalabar, pig,
56.
(a)
era
el
147
~
del islamis-
mo. Fiieron, por eoiisigaiente, eu el afio 777 a Padeibon, doiide Carlo Slagno tenia entonces el Consejo y Campamento de primavera y le propusieron una alianza contra el emir de Espaiia. No vacilo Carlo Magno en
aceptar
Tenia entonces las manos libres y podia pensar en nuevas con* quistas, Los sajonea ae hablan sometido a su dominio y al cristianismo (asl al menos lo crela), pues millares de ellos venlan en aquel momento a bautizarse en Paderbon, y Wittekind, el mks terrible de sixs jefes, se habia visto obligado a dejar el pals y bnscar asilo en las tierras de un priocipe danfts- Se convino, pues, en que Carlo Magno franquearla los Pirineos con nuinerosaa tropasj que Alarahi y sus aliados del Ebro lo recouocerlan por soberano,~y que el Eslavo, deapu6s de haber reclutado tropas berberiscaa en Africa, las conduciria a la provincla de Todmir (Murcia), doude seouudarla el movimiento del Norte euarbolando el estandarte del califa Abasf, aliado de Carlo Magno. En cuanto a Abulasuad, ignoranios la parte de Espana en que debla operar-* No pareco sino que M. Doxy encontr6 en
la proposicifVn,
-^.
148
*in
ferencia de Paderb6D, donde quedara consignado todo lo que en secreto se tratara; pues los autores conocidos y que cita, nada
Continuemos. diceu de <Eata formidable coalieidn, que no habla decidido su plan de campaiia sine despufes de haberlo deliberado inaduramente, amenazaba ser niucho niAs peMgrosa para AbderrAhmenquenioguna do las anteriores: afortunadamente para 61, la ejecucion no correspondl6 a los preparativos. Verdad es que el
todo eBto.
x^^^
Eslavo desembarc6 con un ej^rcito berberlsCD en la provincia de Todmir; pero llego demasiado pronto y antes que Carlo M^^gno hubiera pasado el Pirineo; asi que, ciiando pi di6 socorros a Alarabf, 6ste le mand6 a deplan adoptado en Paderbon, 8u papel era pex'manccer en el Norte parasecundaral ejercito de Carlo Magno (a).
cir
-_-_
H.^
que, segiin
el
{a)
Afii ea
derselaspalabraBdelautordol jl?V>ff"mi(cftm(a, ElEftlavo esoribio a Alarabi, pidifindolo que hioieso causa comun OOD k]i Alarabi lo reBpotidi<S: 'Yo no d^ar^ de ayudarte. > El Eslavo qu6d6 tanto inks descontento da etarespucHtfli ouanto que vio qne Alarabi no ronoia tropafi para ir on su auxilio*, etc-
Vi^jt
-
-M
" U9 Kl odio entre fihrie3 y yemonieg estaba demasiado arraigado para que no se supusiera traici6n por
el
ambas
partes.
Crey6ndose
Eslavo vendido por Alarabl, volvi6 sua armas contra 61; pero fu6 batido, y de vuelta a la provincia de Todmir, asesinado por uii berfiber de Oretum, a qtiien inprudentemente habia concedldo su confiaDza, no sob-
rrAhmen* *En el memento, pues, en c[ue el ej6rcito de Carlo Magno se aproximaba al Pirlneo, uno de lo8 tres jefes Arabea con qulenes contaba, habIa dejado de existlr. Probablemente, por no decir con segurlSiclabi dad, esfalso este ultimo aserto, fu6 muerto en el ano 162, Ann siiponiendo que fuese a principlos de! qQo, que comen6 el 28 de Sptieir bre del 778, es lo probable quo vlvleae aiin, cuando Carlo Magao llegd a Zarago'/a.
ninguna cr6nlca franca nl Arabe nos cuenta lo que htzo, Como tampoCO nos dice que entraae en la. imaglnarla
bllmente, que coalicion
(II)*
<No
le
150
~
como AbuTaur,
gobernador de Huesca, y el cristiano Galindo, conde de Cerdafia.> Nombre y condado, que, si no son ilusion de M. Dozy, es muy problemAUeo que el uuo corresponda al otro: hacia la Cerdana hubo un Abenbelascot, a cuyo hijo se Uevo en rehenes el emir: que se
llamaBe Galindo, y sea el Galindo Belascotene8 de que habla el codice de MeyA, es muy dudoso: el que fuese aliado de Alarabl y Carlo MagLO, es conjetura de M. Dozy, enuneiada como hecho sin piueba alguna.
Sin embargo, Alarabi no habia permanecido Inactivo. Secundado por Hosaiu ben
=-^?
Yabja, uno de los descendkmtes de aquel Saad ben Obadah, que aspiro al Califato des-
pu^sdo
derado de Zaragoza.* Probablenifutc era gobernador de alM, uo de Barcelona, como dicen los niila de los au-
pues de otro nmdo i.o dirian que se habia rebelado el ano 163, sir.o el 161: tarnpoco era para omitido Jo de que se apodera ra do Zavflgoza para ofreceria a Carlo
tores;
-t^
Magno.
Pero cunndo ei ej6reJto de Carlo Magno lleg6 delante de las puertas de esta ciudad.
---i
(el
151
que tenlan
rey de los saiu ben Yahya^ sobre todo, no hubiera podido consooLiilo sin renegar dc los recuerdos de familia, quo le ecan tan aagrados. Vieiido que no podia persuadir a sus conciudadanos, y no querioodo que Carlo Maguo supusiese que io habia onganado, Alarabl se puso en
sus manos espontAneamente,* Ni se eutregd espoutAueamente, nl consta que tratase do persuadir a sus conciuda-
danos.
cHabia debido, pues, Carlo Mngno do empezar ei sitio dc Zarago;ia, cuando recibiA una noticia que trastoino todos sua proytcWitteltind hal)la vuelto a Sajonia; a bu voz los sajones, vucltos a lasarmas, aprovechando la auscncia del ejfircito franco, y lievAndoIo todo a sangro y fuego, hablan ponetos:
trade ya hasta cl lihioj apoderftudose de Deutz, frento a Colonla,> (Obligado a dejar a toda priaa las orlllas del Ebro para volver a las del Rhln, Carlo Magno march6 hacia Roncesvalles, Entre las roeasy las selvas que dorainan el foudoseptentriooal de este valle, bo hablan embosca-
152
do los vaecos, Hevndos por su odio inveterado contra los francos y Avidos de botln. Desfilaba el ej^rcito franco
exigfa lo estrecho del terreno; los vascos dejaron pasar la vanguardia; pero cuaiido llegd la retaguardia, emlo
da y larga, como
barazada con los bagajes, se precipitaron sobre ella,y aprovechando la Jigereza de sus armas y ia vontaja de su posicionj la arrojaron al fondo del valie y matarou, despu6s de un tenaz combate, hasta el ultimo, entre elios a Rolando, capitAn de )a frontera de Bretaaa; luegogaquearon los bagajes, y protegidos por las sorabras de la noche, que ya eapesaban, se desparramaron por diversos lugares con extrema celeridad* {a), tTal fu6 el desastmso fin de esta expedidon de Carlo Magi.o, emprendida con tan felJces auapicios. Todos contribuieron a que se nialograsej exeepto el emii cordob6s contra quien iba dirigida, si fcien 6ste se apre8ur6, al menofij a aprovecharse de las venta-
anales francos, on Pertz, Monumenta Ge^^ani<s, torao I, pAj?inas 16, 81, 156-9, 296, 3i9, con ol Afijar machmua, folios
fiuossos, los
(a)
91 v., 95 V.
99 v.
>-i*"
jas
153
~
de Za-
que debfa a
los
vascos cristianos y a un jefe fiajou, ciiyo nombre mismo le era acaso desconocido, y marcho contra Zaragoza para
ragoza^ a
(a).
Abderr^hmen no tuvo que apresurarse muchOj cuando no se movi6 de C6rdoba hasta el ano 163, o sea dos despu6s de la ida de
Carlo MagnocAntes que hubiese llegado al termino de Su viaje, Alarabi, que aeompauaba en su retirada a Carlo Magno, vuelto a Zaragoza, habia dejado de existir; pues HosaiUj que le
(La Guestioti hUt^rioA do la llamada derrota do Koucesvalles pnr^ce que im adlantado poco: diroota o indirectainento ha fiido trntada por varios, ontre otrosporXl. Jaurffaiii on hu libro La Vftsconie; M, Coulot on Ktude sur VOffxce de Gironc; BourrouSRO ei) La Charte d^Aiaon y otros; M Rcn^ Basset public6 ea la lUvue Historique (tome LXXXI V, nnn6ol9(M.) uii artleulo con eJ titulo L^s Aocumetits arahes mr Vexpedition de Oharle Magne en Espagne, iiisortando los docuinentoa Arabos pubHcados por iiosutros y nl^j^unos m&s, intoi"prot^ndolos de otro modo; ppio 8in llegar a iina sola' cion qnesatisfaj^af indicH quo ol cminentoorltico francos M- G. haris ettuvo conforrae con nuestras aprociaeionee, annque parece, e-egdn le decfa on carta particular^ quo habia cambiado do modo do peosarj
{a)
154
coDsideraba como un traidor a s\i religion^ le hizo dar de punaladas en la mezquita. Asediado ahora por AbdeiTdhmeiij Hosain se sonietio; mas tarde, levanto de nuevo el estandarte de la rebolion; pero entonces bus
conciudadanos, aaediados de nuevo, le entregaron a AbderrAhmen, que despu6s de mandarle corlar pies y manos, dispuso que le matasen a golpes de maza, Dueno de Zaragoza cl emir, ataco a Jos vascos e hizo tributario
"-'
--'--
Abulas uad intento aiin otra vebelioOj pero en la batallade Guadalimar le hizo traiciou el general que mandaba su ala derechs, y los cadAveres de cuatro mil de sus companeros flirvioron de pasto a los lobos y a los bulal
coode de
la Cerdaiia.
Por
ultirao,
tres (a).
Lo de Abulasuad nada tiene que ver con lo de Carlo Magno, como sucede con otras rebeliones del mlsmo tiempo, a cuyos jefes
pudiera con
la
(a)
tsUft
pooma do Abul Majachl sobre esia baen Ahen AJjatibt man. P., foL 2U r. y v.
'V&aeo ol
155
hace M, Dozy, resulta probado que el emperador fu6 llamado a Zaragoza s61o por los musulmanea y que estos miamos le cerraron
las pueitas:
hechos ambos coiifirniados por les aatores fraucos, si biea el segundo no de uu modo claro, pues por uo confesar ol dosaire, casi iudicau que, &l no entro en Zaragofue porque no quiso, contentftudose con llevarae rehenesza,
^Qui6ues le derrotaron en Roncesvalles? Mucho se ha difit;utido sobre este punto, pero, con tan pocos datos, cada uno ha podido defender la cauaa que le fuera niAs simpAtica. Al principio, no conoiiiiiudose los autores
francos
rrota,
mAs
da por los poetas en los slglos medios: conocidos despu6a los textos, y dicifindoae en ellos que habiau side los vasconos, se 6U9cft6 la cuestion de quiftnes erau los designados por la palabra vasco7tes y a qui^nes so referla el Astiouomo, Aducidos uuevoadatos, fiobrt) todo los do Abeualatir, no conoeidos o no citados por M. Dozy, porquesupublicaciiu es posterior^ en mi sentir no puede atribuirse este hecho m&s que a los musulmanea de Zaragoza; pueS'
^
Aunque
la relacion
156
de Abenalatir no deja de
>s
ofrecer dificultades, sobre todo en el modo con que Suleiman fuera reacatndo por sua
Wjos, resulta que volvio a Zaragoza, sin que *e Eepa c6nio ai cuindo (15) El teatimonio de los poetas de ios siglos xf y 311 no deja de tener importancia; pues aunque sea dificil averiguar lo que haya de verdaderamente tradicional en La Chanson de Roland (sig, xi) y en Le Roman de Roncevaux, es lo cierto quo en ambas obras po6tleas se atribuye la victoria de Uoncesvallea a MarsillOj rey de Zarago/,a. linica poblaci6n de E8pafia,eegun la poesIa,que el Kmperador no pudo conquistar. E* verdad que MarsiHo tiene poderoaoa aliados, prin^ipesj no solo do Espana, Bino de Africa y Asia, cuyos nombre^s son Ian caprichosos, quo con dificultad puede adivinarse qu6 ciudad o
=^-/-
se cita co-
mo
lea
como
llama La Chanson de Roland; pero son :661o auxiliares, no sabemos si reales o porticos,
Los unices testlmonios^ que pueden adu-cirse en contra de la dorrota de Carlo Magno por loa Arabes, creo que son el de Eginhar-
167
percance a la persobre fidia de los vascones, que se echaron el fondo la retagwardia y la precipitaron en
Eginhardo atribuye
el
del valle.
Que
este autor
fe,
pues
se no queria o no podia decir la verdad, prueba examinaiido 8U narraci6o: dice que Carlos, pasados los Pirineos, rec!bl6 la sufortalezas raisi^n de todas las poblacionea y delante de las cuaies se presento, y que volp6rvi6 su ej^rcito tin habei- experimentado
dida alguua,
si
no es que en
la cuinbre
de
un poco de la quede perfldia de los vasconcs; y luego dice los francos la retaguardia murieron lodos de hasta el ultimo; que los vascones, despuis aprovechahaber.te apodi^mdo del botin, se ron de la noehepara dispersarse rdpidamen(ni despuis) no hubo te, V que por eiUoiicefi medio de tomar vengnnza de este descalabro; porque a scgtiida de semejante gotpe de que mano, el encmigo sc dispersd de tal modo los pun no se pudo recoger noticia alguna de irle a bttscar. tos donde habria sido precUo uno, ,ic6mo ae SI de los vencidos no qxxedd
!03 Pirineoa tuvo
que
sufrir
mmmm
158
'S='
supo quienes eran los enemigoa? AdGmAs, &i hablan Eido los pt^rfldos vascones, fueran loa uUrapirenaicoa con el conde Liipo, conio parece que flngio el alitor del Privilegio de los A^ e$te lado, como parece mAs Ala6n, natural, ^no sabia Carlo Magno donde tenfau habitualraente sus moradas? Si, como dice el poeta sajon, esto anublo durante el resto de su vida la frente siempre sereua del emperador, ^^e concibe que no intentase al menos castigar a loa vascos? Otra cosa ea si los enemigos a quienes habJa que castigar ran los moros de Zaragoza; pues esto ya r^.querJa mSs preparativos*
El teatimonio del Altobizcar Cantud
(a)
(a).
V^aso accrca del AHohi^c.ar CayUtid lo qtio dtco cl distinguido critico D. Manuel Mil^ y Fontanals, catedrAtico do Ja Univorsidad do Barcelona, eti ru interesanto obra Dc lapocsia h irmc a popular castclUina^ ro-ff. 135, [Kn el tomo 3." del HoUtin de la Jteal Academia de la J/wfeWtf, nVimoro de Soptiombre del883, M. Wentworth WorBlorSj corrosjiondiento oxtranjoro de la Aeadomia, di6 umpliftimas noticias de la faUificacidn de dicho Canto, quo tsali/j al pi^blico por primera vez on 1634, dontro ds un laryo artlculo, quo su autor, M. Oaray do Mong-lavo^ fundador y secretario perpotuo de
L'InsliUtt
Iliittoriqiie,
compuso y
ostairip6
gji el
Journal
(tomo
I,
afto 1) do
-olaol6n histiSrioa',]
que pu
iiera.
159
opiaroa quo propon^o, care^e de toda fiierza inieotras no esl6 fuera de duda sii retnota antiguedad, en favor de la cual, hoy per hoy. la critica imparcial e iUistrada estA muy lejos de pronuuciarse. [Es inds: se sabe ya que
es de este siglo].
Poco3 auos habian trauscurrido desde que Suleiman ben Alarabl y Alhosain ben If ahya el Ansarl, los dos rebeldea de Zaragoza, hablaa desaparecido de la escena^ eiiando vienen a enarbolar de nuevo la baiidera de la rebelion Said^ hijp de Alhosain, y MatruK ben Suleiman, rebel&ndose, no contra AbderrAhmen, que acababa de morir, sino contra
3U hijo y sucflsor Hisem, El primero que se rebelo fii6 Said ben Alhosain, a qui en ya homos vistofigurar en las guerras de su padre. Refugiado Said en Segontia [?], del distrito de Tortosa, desde la
un llamamieuto a inucha los yemeulcF, y habifindoiele unido gente, se apoder6 do Tortosa en el aiio 172 ^^7g8^^)^ochando de altf al gobornador
muorte de su padre,
hizo
Yusnf
I
"-=
el
Keyef,
Parece que
::^
160
aclamaroo; pues un Muza ben Fortun, que se habfa Jevantado con los modarles reconociendo a Hixem, hfzo frente a los desig-oios de Said, luchando, no sabemos donde, y le
derrotd y mat6; luego se apodero de Zaragoza; pero Chahdar, cliente de Alhosain ben
Yahya, y que, per tanto, lo era de Said para vengar la miierte de su patrono, se aizo contra Muza y le mato, quedando Zaragoza emancipada probablemente de la obediencia de Hixem.
,
autor de la vida de Ludovico Plo, en el auo 790 (= 17 ^/^ h.), estando en Tolosa, be le presentaroii pidiendo iapaz, y llevando presentes, legados de parte de Abutaur, jcfe sarraceno, y de los deniAs jefes limitrofes a la Aquitania: nada mis sabemos de esto ui por los autores francos ni por Io
el
Segiin
Arabes: do nuevo aparece el Abutaur (de Huesca), sin que pndamos saber qui6n es.
Por estos mismos anos de 172 6 173, en que Hixem I estaba ocupado con la rebeli6n de sus hermaaos Suleiman y Abdala, aerebelaba en Barcelona Matruh ben Suleiman ben AlarabJ, apodorftndose de Zaragoza y Huesca. Rn f 1 ano \U =79o/i), cuandoHixem se vlo libre de la guerra contra sua
{
"^
161
heimanos, euvio hacia Zaragoza im ejfercito numeroso a las ordenes de AbuotmAo Obaidala ben OtinAn: sitio 6ste la ciudad, y no habiendo podido tomarla, se retiro a Tora Tarazon*, desde donde molestaba tosa alenemigocou cootiuuas correrlas, interceptAadole la entrada de proviaiones: el temor al enemigo no debfa de aer muy grande en Zaragoaa, cuaudo Matruh podia sallr de caza; pues un dla en que, entretenido en
esto, Ianz6 au hatc6ii contra
ir
una garza,
61
al
dos criadoa
bou Yiisuf y Aben dos compflfieros, Salt6n, loB cuales le dleron muerte, cortAndole la cab^za, que euviaron a Abuotmftn
Obaidala: hailAbase 63te en Tortoaa, y al punto 86 dirigi6 a Zaragoza, donde no eucontr6 resiatencia: prueba caai luequfvoca
de que la tralcidn habia sido comprada, conio tantas otras veces (a). Desembarazado de las cosaa de Zaragoza* AbuotmAn quiso hacer una expedicidn por el pal3 de Afranch, y dirigiendose contra Ala-
Amrm
VI, pigs, 60 y Sa.-Abenadari, tomoll, pftga.63y 65. Aoovftirl, fol, 3, rjc.-Aberfja!d6D,tomolV, pAg. 1^1.
(a)
Abenalattr,
tomo
IG2
va y Castiila, se dice que veudo al enemigo, matando a inuchos, pues que Dios le presto
auxilio
{a).
En
l03
et
176 (^ 792/3), el niismo Abdelin61iG ben AbdetuAhid, AbuotmAn aunquopueden spr !as do? expediciones oraflo siguiente de
en una de ellas, el mimero de cabezas corta ias a los cristianos Uego a mAsdenuevemil ^aigo mflnos)(t);y por si en aquel ano no ae habfan cortado bastantea cabezas de cristianos, al ini8mo tiempo lleg6 (a Cordoba) la noticia de que en tierr,': de
dinariaii por ano:
Bermudo
el
Ma
yor, derrotado este, los niuslimeshablan he cho tal matanxa, que se cortaron diex mil cabezas, ademAs de las que no habfan pod!
do contareo por haber sido muohos los muertos en los montes (c). Aunque los autores Aiabes no dan cuenta del progreso de las armas cristianas en las escabrosldades del Pirineo, por las espediAnouairi^ Tol. H, rec Abonalatir, tomo VI, pAgiiialS3. Abonjaldi^n, tomo TV^pAg, 121, Abonadarl, tomo II, pAg, eo^Abenalatir, to(b)
(a)
mo
VI,
pApT'
OL
II, pfig, 66.
<o)
AbeoftdaH, tomo
-^
- 163
"
ciooes que a estos puntos tieuen que enviftr, por el 6xito poco favorable do nlgunas, so y piiede iuferir algo la marcha de la reconquista.
Casi todas la^ expedicioncs antcriores son contra mu&ulmaiics que en la froiitera so rebel aban contra los Omeyas de Cordoba:
paU de
(a).
la
Gerrctania (Hnrbitania en
Almacari)
Habiendo comonzado por Gerona, donde estaban Io3 valientes fronteros de Afraiich,
.:T
y arrutno sua miiros y dg totorres; pero euando wslaba a puiito hacia Narinarla, levanto el cam;^o y se fu6 no bona, doudo hizo lo misuio (es docir, que
mat6 anisdefensores
Abe.m1atir,lomo VI, pAs. 5i --Abor.n.IH, () moIT,i.^ir.05.-AnovaiH,fol.a,rco.-Almncnrl,tomoI, dobla onmbifir 1 p&([inft218,onyo editor crfiy6 quo por ii<trnonibro CcrdaSa o Cerrtlaniyah <lo loa cA.Ucob
bitanin.
to-
- 1G4
el
pudo tomarla):
luegro recorrlo
pais duran-
te algunos meses,
amenazaodo
cil
e!
determiaar quifines eran los inontaneses llamados Al-Mat-hus, enyo territorio aoienaz6).
de estas expedicioiies se refieren probablemente las cronicas francas al decir que en 793 hubo batalla entre los sarraeenos y Jos franccs^ resultanrlo vencedores los
primeros-
A una
Esta espedicion es c61ebre en los autores ^rabes por el botin que en eila so cog;i6, pues dlcen que el importe del quinto, destinado, como si dij6ramos, a ohraspias, ascendio a 45 000 monedas de ore {a): se dice que entre las condiciones duras impuestas a los venoldos, fu6 una la dc llevar a Cordoba niimero de cartas de tierra del muro de Narbona, y que de esta tierra se edified la mezquita que habia en el jardin del alcAzar (6),
Las campanas de
96) solo
ios
(a)
(6)
Abenadarij tomo
Almacflrf^
tomo
T^
pkg. 218.
-:\
165
m! proposito; pero,
sin
mueha
^
importancia: al
dos hermanos, cfilebrea entie lo3 historiadores Arabes y no deaconocidos de los nues-
De
la canipaiia
las
iS
ordenes de Abdelcarim ben AbdeluAhid benMogueits, dan pocas noticias los autores: se reducen a las fdrmuUs ordinarias de hacer botin y volverse sanoy CastiUa a
salvo,
::^-i
^-j-
expedici6n contra Galiela, raandada por au hermano Abdelm61lc;, h&chib de Hixem. En el ano 179 (= 79^/g) Abilelm61ic sale coo
la
numeroao
ej6rcito
contra
el
pals
de Gallcla,
-m
_ _
r^
llegaudo a Astoria, donde sabe que el rey de los gallegos, Alfonso el CaBto, habia reunldo sua ejftrcltos y pedido auxUloa al rey de /OS ya5cone6' (o a los magaatoa) (10); y efec tivamente ae le prestaron, pues eran veclnos: tambffin le enviaroii algunos refuerxos
losqueestAn
coiitigiios
los
vascones, los
Al-Machii3 y la geote de estas regiones: salia Alfonso al encuentro de Abdclm61ic, pero a pesar dehaber reiinldo tantagente, no se atrevid a pelear, y volvi6 pasoa atrAs, al de-
^^:
l"
H^
~
eir
166
peraigui^ndole el emir: 6ste habia dividido su ej6rcito, enviaudo por otro lado con 4.000 jioetes a Farech ben Canenahj quiBii parece que, despu6s de haber sufrido algiin descalabro de parte de
de
61,
De muy
diferento
manera
nuescuales
dedican dos o tres llneas el que mAs, El Cronicdn Albeldense dice de D. Alfonso que consiguid muchas victorias sobre los ismaelitaSj venciendo las huestes de los gfetulos, una dehajo de Asturias en Lutos y otra en Galicia en Anceo (a). Mas noticias da, con notoria exageracion^ Sebastian de Salamanca, o el autor del Chronicon que lieva su nombre; pues dice que en el aiio 3,^ del rcinado de Alfonso el Casto^ ei ejSrcito de los Arabes entro en Asturias a. las 6rdenes de un jcfe llamado Mokehid, y quealcanzados por el rey Alfonso ea Lutos^ f ueron muertos cerca de setenta mil, incluso el general (6),
EBpana Sagrada, tomo XITI, y>kg. d52r Espatia Sagrada, tomo XIIT, pAg- 484.
(a)
(&)
'
167
*-
r
'
Se conoce que al bueno del Obispo,, o a los D. Alfouso III, le coslaba inenos matar a moros que le eosto a Alfonso II: el general 6b a quien mata con el nombre de llokehid, AbdeluAhid ben el mismo Abdelmilic ben Mogueits, cuyo nombre de familia Abeu Mogueits se descubre a las claras en el Mokehid Mugaiz do algxin codice. Suponiendoquehayaalgo de verdad en
la uaii-aeion cltada,
podriamos sospeehar jele que el mueito f ii6 Farech ben Cauenah, descalabro, quo de la division que aufrio el deseguro no perdi6 cerca de 70.000 boines admibres-rpero la muerte de Farech no pues que el mismo personaje figura siblo, I, de anoa despufts en la corte de Alhiquem quien fu6 cadt (a).
-3-
Mueito Hixem
suc6delesil
liijo
^i^
.'
;l
^j^
Stf
V<
\
aao de su reinado envi'a contra la primer 6rdenes de frontera un gran ej6clto a las en Aben Mogueits (muerto el auo anterior tan vaga segiin nuestros autores): es Lutos, Abdeltanarraeion de esta campafia de la nl bablendo llegado hasta el mar,
rim, que
Abenadari, tomo
IT,
(a)
P^g-
70.
al AtlAntico o al
168
si
siquiera coiTiprendemos
fu6
ai
Cautabrico
(a),
Mediterr^neo
Probablemente se refiere a esta expedici6n la salida del rey Luis con uu gran e]6rclto contra Espana, dedonde.se volvio absque bello^ Begun los autores francos (&).
En
el
anol81(=79V8lsereb^laen lafron-
-fj
Bahlul ben Maxruk, de qiiien s6Io sabemos que se apodero de Zara goza y deapnes de Huesca^ y que estuvo en relaciones con Ludovico Plo, quien en el afio 798 recibio en Toloaa los legados de Ba-
tera superior un
r:p
-^i
^^
senor de los lugares montuosoa proxlmos a la Aquitania, seguu el autor de la vlda de Ludovico Plo (t). No aparecenelaros los sucesos relacioaados con Bahiul: qui6n le supono aiuigo, o al inanos que hospedii en ZaiRgozR a Abdala ol Valon^ien su paso para Fraiicla{d) adonde efectivatnento fu6 on el ano 797, se-
-^
^v-
-M
Abonadarf.tomo II, pfig-. 70.~Aiiouftirf, vor, Alioiialatir, tomo vr, pAgs. 102 y 103.
(a)
(ft)
fol, 3,
-Iti
Videapud Portz, Monrftnenta Gcrmanio^, tomo V&ginasiS, 48y 222. (c) Apuf liouquot, tomo VI, pAgfs, 91 y UH.
(d)
I,
L'^^
-^
Aboiiadari, tomo
-AiiouRiH, foL
4.
t^
gun
rece
lo
169
mig^os
mAs probable; quien loa supooe eoeen este mismo aiio, acometiendo Ab-
dala a Balhul en Zaragoza, o en los afios 183 y 184, en que Bahlul se apodera de Hues ca contra Abu AmrAn, que parece set el gobernador, y Abdala el Valen<;l {b), quienea seguQ alguu autor, le hablan derrotado en el
ano anterior. Nada niAs sabemos de Bahlul ben Mazruk Abulhachach, cuyo nnmbre nos harla sospechar quefiieae ber^ber, y el de su padro, o ascendieate Mazruk, nombre no Arabe ni ber6ber, quo sepamos, pudiera bacer creer que perteneciaa una familia indfgena que hubiera aceptado
el
en Huesca.
Segiin el Poeta Saxdn^ Ludovlco fu6 enviado en 797 contra la ciudad de Huescn, y parece quo se volvi6 sin combatiria: en eata
Vido
ftpnd Pertz,
Monumcnta
Otrmanior,
tomo
1,
(c)
Anouairl, fol. 4. Abenalatir, tomo VI, pAg. U3, Ap\xd Peviz, Slonumenia Otrmaui/p, tomo I, pAgi-
nftft
253y
266.
170
Como en estoaaBosAlhAqueni
estaba ocu-
padoeniasguerras contra siis tlos Suleiman reinado y Abdala, qne ya hablan turbado el de 6U padre Hixem, los francos de Cataluna, ayudados por Carlo Magno, ee apoderan de Barcelona en elauol85 (=801/2). Irasladando a eHa sua fronteras deade Gerona, donde
las
hemos
Los autores arabes y los francos convienen en la feoha: los Arabes nada dicen del gobernador Zato, dd quien ios auales francos aaeguran que en 797 se habia presentado
a en Aix-la-Cliapellej a p-estar obediencia Carlo Magno, y que despufis fu6 hecho pri* sionero en Bar.^elonaLos lutoros Arabss parece como quo tienen cuipeuo en no hacer menciou de los traidores: por fttos inismos afios fignra en las cr6nicas francaaun A-^an (b), gobernador de Huesca, que presenta a Carlo Magno las haves de la ciudad, y tampoco lo eneontramos nicncionado eii los autores Arabes.
AbonnUtir, tomo VI. pA^s. 102 y 104, AlmacaI,
yiftfi;.
(a)
t\,
iomo
iSi
3t9.
BorAol Abu AmrAn quo homos visto \ oco ha de (fObornndoron HaeBcn, y n quiou derrota BaJilui?
(ft)
De
los cristianos
171
do Navarra, o de aquellft parte, dan por evitouces los autorea Arabea una uoLicia, que no ileja de tener suma importaneia historicn, por inAs que siis consecuencias fueran de corta diiraci6n. A la iiianera con que eutre los cristianos recibido una loa nobles que crolan haber ofeusa de su rev o seDor so desafnrahan pasdndose al enemigo, se desatoro de Alhftquem I una faniilia do las faniilias de
AIandaixis,genteesfor7.aday agnerrida, pa-
sando a los iuiioles, es decir, a los crisfciauos, quienos con este mottvo aumentaron ^u poque der, y ru6 tan grande su vehemencia,
habi<^ndola so adelantaron liasta Tudela, y
sitlado, so
apoderaron de ella, haciendo prlensionero a su gobernador Yiisuf, al cua! careelaron vu Sajrab-Kaii; (la Pefla de
CaiSijAzagra?)'
(a).
[Probnblemenlo Auiym o QutI, villas, la primora sogundft de liv do Lodo la proviiiciii do Navarra, y la p6<Ie dogrono, pueB t-ualquieru do innbos nombros e .3^^- P7 rf. Q.i*, oonrivarsedolnombio
(rt)
^*3
.s-*^iei3n, aervnndoel primerolnioUas del nombro pnoblos tuvioroB it(y ol ficgundo do (?"!>; ambos
Ub sobre tinapeua.
Kn
cl
tomo XLVIII
del Bohtin de
l<i
Real Acaittmia dr
172
glo a Zaragoxa para defenderlade im go)pe de maoo, o si estaba alii, 00:00 dicen otros, lapusoen estado de defeasa, y Iiabiendo re
unido un ejerjito, lo envio contra los criatianos de Tudela a la* drdones do uii primo suyo^ cuyo nombre no micontrainos mencionado; habiendofiate encontrado a los politoidtaa, los ata^o
y voncio coa
^nuertu de la
la debilidad
los cris-
mayor
tianoft,
parte,
y aprovechando
se dirig6 contra Sajrah-Caia (Azagra), la sitla y toma, poniendo on libertad a su sobrlno Yusuf, aquiea envia a Zarago-
za
(a).
<Con fan proaperos sucesos, se ODgrandecl6 el poder de Amrus entre los Infleles, ex-
HUtorut, tiUxm^To do Abril do 1906, publicamos con ol tltnlo Limiies prohahlCB de la conqH^ta artibe en la CordilUra Pirenaica via iKTtio articulo, on ol cual discufcila
moaflmpliamontoGBta
hemos
Ahmones a cosa^
pA^r. 128,
4.beiijaldAn,piBr. 126.
173
tendi^ndosesu fama entre elloa y permaneneciendo de gohernador deU frontera.> Creo que cstos acontecim!eutos puedeD colocarse en el ano 188 (= 80 ^4^, fecha que les asigna Abenalatir, si bien Aiiovairi loa rereflere al 186, y Abeojaldim al 189, (jQui^nes eran los cristiauos que se apoderaron deTudela, y a qu6 poblactfin corresponde al Sajrah-Cais, adoude fu6 conducido prisionero el exgobernador YiUxi(?Cuestionesson tstasque no me tocaresolver,porque paia ello no encueiitro datos en los au tores Arabea, y uo rccuerdo haberlas visto
indicadas en los cristiaiioa. Este gobernador de las fronteraa^ Amnis ben YiUnf, parece indudablo que debe ser el Amoroz de las cronicas francae, que en R09, muerto el conde Aur^olo, frontero de
los
francos contra Huesca y Zarajtoza, se apoderd de loa castillos que Aste habia eata*
do oneargado de defender, envlando uq mensaje al Etnperador, asegurAndolo que 61 y los suyos querlan sometorse a la don^Inaci6n de los francos- El Emperador envi6 en 810 otros ineneajeroa a Zaragoxa, cnyo gobernador Amoroz pidl<i tener una conferencia con loa jefes encargadoa de la defeusa de
la
174
pensaba
Marca
haeer la suniision, que do tuvo lug^ar^ por accidentosque sobrevinieion y que Eginhardo uo maniflesta; aunque d& la narration se desprende que entabladas al mismo tienipo uegoci aci ones de pax por Abulaz(AlhAquem 1 Abulasi _^.^IaM ^}\) y aceptados al parecer
los preliminares
en el vnismo ano,
Amorox
de AlhSqueijij y hubo de refugiarse en Huesca, De la rebeliin de este Amni3 no encuentromAs noticia en los autores firabes que la de haber side enviado contrail por AlhA* quern I Abdeloariin ben MogueitSj quien procuro concilidrsele \ lo llevo consigo a Cordoba, doiide AlhSquem le hizo su amigo y habi6ndolG dado la investidura, le envio a Zaragoza^ TuJela y Hucsea^ trasIadAndole despu6s al tseguer o frontera, donde murio; no se citan fechas {a). Este Anirug ben Yiisuf, muladl (hijo de matrlmonio mixto?) de Huesca, habia sido uorabrado gobernador de Toledo por su cahijo
(a)
grina
175
riater Je tal, pava enganar major a los nodomlbles toledanos, que, pocn afectos a !a
Omeyaa, fiieron p6rfidaraente asesinados [>or Amrus, de atuerdo con AIh&quein, en el ano 18L (== 79 '/sV Este mismo Ainms, u otro del misnio nomnaclon de
!os
-
bre,
f ii6
en Zaragoza, como heaios visto, al rebelde Matruh ben Suleiman el ArabljCuya cabeza fu6 enviada a Cordoba. Por este mismo tiempo, ano 806, loa navaanos anteriorros y pamploneses, quo en los
-L:
I
sanacenos, fueres se hablan aliado con los de ron recibidos en la alianza (in fldem) palabras de Carlos. iQii6 quiei-en decir estas diverlos Annalex TlUani, tan Eo-inhardo
y samente interpretadaa pornuestros autoree?
No
lo s6 (a).
Los francos, que Ionian en 8U poder una buena parte de la actual Catalufia con ol
no.n)brede Marca HispAiiica, croyeronque podlan hacer retroceler aunmAs las fronteTortoras de.los muulmanos, y acometer a la.ciudad mAs fuerte que Ionian 6sto9 por
sa,
(a)
Amatts
Tiliani,
apud
Pertz,
tomo
I,
pAg. ^4-
176
~
_-^^i
aquella parte: con tal objeto, penetra en Espana Luis, rey do Aquitania, ai frente de un ej6rcito; se dirige a Tortopa y lasitia por algiin tiempo; pero viendo que no le era fAcil
tomarla pronto, se vueive sano y salvo: es-to dice Eginhardo, proeurando disfrazar el fracaso soiemne qne una vck m&s experimenta ban en Espafla las armas de Carlo Magno, Eginhardo refiere la eiitrada de este ej^rcito en el afio 809. Segiin ios autores Arabes,
r-^.
<AIhAquem
I,
que I^uis, hijo preparaba un ej^rcito para marchar contra Tortoga, rounio I03 suyos, y a las 6rdenes de AbderrAhmen, su hijo priraogfinito, Ios envi6 contra Luis: reuniftronsele muchos voluntarios de la guerra santa, y juntos mar-
_ ^-
""- -
- _c
-_"
s-a
charon basta encontrarse con Ios francos en Ios llmites del pals de eilos, antes que obtuviesen ventaja aiguna de Ios muslimes: tra-
bada
la
bafcalla,
ambos
ejfercitos
pusieron
todo su euidado en ella, consumlendo sus fuerzae, basta que (ensalzado sea) hiza descender su protecci6n sobre Ios muslimes, siendo derrotadoa Ios infieles con gran
AU
^:^
^-
=ii
los
177
rl-
c09
Los autoroa
(=80 0/7),
no
al 193,
que
es el qiie
con el historiador franco: todos estAn conformes en el fondo del relato, variando s61o en detalles de poca importancia. Rebelados los de M6nda en el afio 194 (=809-810), y ocupado AlhAquem durante dos o tres afios en combatirlos, aprovechaban la ocasiou los francos de la fronteva, haciendo mueho dano a los mnslimes: noticloso Alhfiquem del estado grave en que se encontraba la gente de la frontera, hasta qu6 piinto habia llegado el enemigo cou ellos, y, Bobre todo, babiendo oldo que una mujer musulmana habia sido hecha prislonera, y que gritaba: <HAquem, acude a socorrernos>, !e hizo grau iinpresldn: en segulda reuDi6 8U3 ej6rclt03, y hechos los preparatives nec6sarioE,march6 contra el pals de los francos en el afio 196 {=:^ 81 ^/g), e hizo estrago en
d. Abenalatir, tomo VI, p&g, 188. Abopjalddn, tomo IVpAg. 137. Abeoftdarl, tomo 11, p&'ffina TJ.^Almacari, tomo I. p&g. 2i0.
(a)
Aiiovn,1rl, fol.
t2
la tierra de
ellorf,
178
apoder^udose de rauchas
-J
matando a
lle-
hombres, cautlvando a
las
mujeres y
quem, sale a canipan.-i contra los francos de lle^ar a Barcelona la Marca Ilispdnica, y al en jueves, Ciicoatro que los cristianos hablan acampado antes que 61: .los suyos querfan dar ia batalla en el mismo dia; pero Abdala
pouerse se opuBO, y al dia sigiiiente, al
el sol,
inand6 prcparar
los Alcoraues;
dispuso las
61 de pie,
hizo oraci^n de dos genuflexiones; en seguida convoc6 a la gente, y todoa reunidos hicieron oraci6u de una sola genuflexi6n: los
cristianos que velan eato, no adivinaron su objeto, y croyeron que los muslimes practi-
^^
- J_=
caban alguno de los ritos y preceptos de su profeta, cuando en el acto manda emprender el combate, per ser esta la hora en que
Abnnadari, tomo II, p&g. 76. Abonalafcir, VI, pag- 1^, Abenjalduii, tomo IV, pig. 137.
to-
3^.r
(a)
me
-=
_-
^z2
179
abreu las puertas del Parftlso y AlA escucha las oraciones de los que le temen: sorprendidos los eristianos cou csto, no es de extrauar, si Al^ lil?,o
gracia a
infiele&,
los miislimes
do
quo ftieron derrotados y dispersados, con muerte de nuichos tie ellos; termiuado el combate, Abdala planto eu el auelo una larga cana, y dada ordeu de cortar lae
cabezas de los mnertoa, fueion recoguias y puestas alrededor de la caua hasta que 6sU dej6 de verse* (a). QiiizA como tardia consecuciicia d^ esta expedicioiij que resultaria ateutatoria a la paz pactadaenSlO y rntilicada tmS12, Egiohardo dice que fu6 rota en 815 la paz que se
2(K){= 81 ^l^), el teinible Abdelcarim ben Mogueits, que tautaa expediciones habia mandado contra los cristlauos da Galtcia y de la frontera, sale de nuevo con-
Ea
el ftiio
tra el pals de los cristianos, sluque sepamos hacia d6ude se dirigl6; pues auuque dlceii
los autores
que fu6
al pals de
al
{i)
_- _
180
O^
-:^
magnatesj se opone a Abdelcarim junto a un ilo, sobre el eual se libian prolongados y sangrieutos combates, en Ics que, como es 6e suponer, mueren mucbos niagnates cri&tianos, al decir de los autores Srabes: nose separan ambos ej6rcito& hasta que, tobreviniendo las lluvias, crece
separa por complete, y los muslimes, que, despu^s de todo, no habfan podida echar de alli a los crlstianos, se volvieron
el rlo, los
_-5
5r^
^"
vencedores
{a).
que esla bat alia fueEe la misnia que Alfonso el Qasto gan6 junto al
seilti eitrafio
:
No
rio
Anceo,
al
i vP
dense y el Obispo Seba^fidn de Salamanca^ si bien los detalles qi;e ^ste da de haber tenido lugar en el aBo del reinado de Alfonso (ano S21), y los jefes que la maudaban, no venaos que coincidan. Si son los mismos Eucenos, no debe estrafiarnos que^ habiendo quedado iudeciso el 6xito de la campafia, ambss partes se atribuyeran la victo-
SXX
ria (17),
_^
L-_
.7^:
^4
181
Expuestas cuantas notioias pertenecientes a lo9 pueblos pirenaicos en el siglo viii me ha Bido poiible encontrar ea los autores &rabes, combiuadas 6fltas con lo que nos dtcen
los oroniconea francos
los
hiapano-latinos,
la suerte
de estos
primer siglo de la dominad6n musulmana en nueatra Peniosula? (jLleffo 6sta hasta las cumbres del Pirineo, o se detu-
vo en las primeras estribacioaes? No creo que pueda darse una conteatacion categdrial menos yo no me atrevo a darla. ca,
cosa es digna de Uamar la ateu3i6n: las invaaiones Arabes que se dirigeu al trav69 de los Pirineos, generalmente van por la
Una
parte oriental, y asl los autores citan con frecueueia el territorio de Gerona y de la Cerdafia; alguna vez se dirigen al Oceidente, pasando por Pamplona; no eonsta que atravesaaen el Pirineo central, y por esto
y Burtauia (Boltana?), uuicaa poblaciones de aquella regl6n que encuentro en los gofigrafos o en hietorJadores de suce-
Roda
tonada Bareelo-
na por Ludovico
"^
--"
- 182
ra la emaiicipaci6n de lo que con auxilio de loa francos constituye, primero la Marca HispAnica y luego el Condado de Cataluna, cuya historia, sin tener cronistas propiosj^ queda delineada por los historiadores francos en las vidas de Carlo Magno y de liiidovice PJo, ^C6mo no sncede lo mismo con la historia pHmitiva de Navarra y Aragon? Es que estos
-5
pueblos Lenian que recibir la iufluencia del imperio de Carlo Magno al trav6s de la Gasciifia y la Aqulfania; y por tanto, Uegaba tan debilitada, que apenasse dejastntir: de aqui el que poeas veces hablen los hlfitoriadoreg francos de sucesos referentes a Navarra, Aragfin, Sobrarbe, Uibagorza y PaIIAst condados estos cuatro que se da por aentado^ con pocas y no muy valederas pruebaa, que dependieron mAs o nienos tlempo de los Carlovingios; loa bidgrafos de Carlo Magno aseguran, al onumerar sus conqui&tas, que por la parte de Espana reclbi6 la sumiiji6n de los pueblos que bana ei Ebro desde fiu uacimiento basta el mar BaleArlco; pero cuantas veces quiso probar que erasefior de aquellas regiones, aus ej6reitos vieron que plempre cruzaban pals enemigo.
_";
^>
~--^<
El que
l08
183
mAs
noti-
Aragon y Navarra, se debe, entre otias causas, a que, como queda indicado, haeia estos puntos bubo ya eu el sicias respecto a
glo viii faniilias o iudividuos poderosoa que tenlan, al parecer, como vinculado el gobierno de la frontera, y que rebeldes, o inAs bien pocoB sumisos a AbderrAhmen y suceaores,
poco iniportaba a featos el que los cristlabuscasen lios lea hiciesen la guerra, o que apoyo en Carlo Maguo, para detenderse en tiempo para el case de que el euiir tuviera
asl
vemos
lo9 que, cuando la rebelidn ea manifieata y emires van contra ellos, despu^s de sujefcarcludad en los, les dejan el gobierno de la que 86 rebelau, como aucede con Hosain el
Abdarl en Zaragoza; con Matrnh ben Suleiman, a quieu despufis de la muertedeau padre encontramos de gobernador de Barcelofraternlzado na; eon Amrus, que hablendo como con el rebelde Hoaain, aparece luego
sigobernador de Huesca, y en el aiglo en guiente con loa Banulope en Zaragoza y Tudela.
Como
ria de
184
autorea Arabes ni aun la del ix recibe gran iuz, a pesar de ser bastantes las noticias que encontramos en loa autores publicados,
primer tercio de este siglo y aun antes quizA, comienza a figurar como frontera al reiuo de Navarra, cuya existeacta se va manifestaDdo, una familia, que durante un alglo sostiene 3U csplendor luehando, ya contra los gobernadores de Zaragoza, de cuya ciudad se apoderd mAs de una vez; ya contra los reyes de Pamplona, ya contra los condes de Castilla y reyes de Le6n, Familla de renegades o muladios, 3ln Dies, ain patria y sin rey, tan pronto sirve de poderoao auiiliar a los Oineyas, como aliada de loa navarros o vascones consigue aflrmar flU independencia, y llega alguno de sus indlviduos (Muza II) a titularse el tercer rey de Espaua, sin duda por la extension del territorio que !e estaba sujetOp pues qiie 8U reino se exteudla desde Huesca a Toledo. Poco despufis figuran eu Huesca y toda aquella regi6n, siibdltos a veces, rebeldea cast siempre a los Omeyas, ciertos pereonaje*, algunoa de cuyos nombres parecen indicar que pertenecen a la misma familia de los Banulupo; otro, reproduciendo los nomCasi deade
el
bres del muladf
185
Yusuf, el p6rfido
Amrus ben
asesino de los muladies de Toledo en tiempo de Alhfiquem I, hace sospechar que quizA
sea descendiente auyo; y por fln, ya a principios del siglo Xj figura como rey de Haesca, extendlen Jo su dominio hasta Barbastro,
Boltaiia?, Alqu6zar?, Roda?, Pallas?,
Monz6n
un MohAmed ben Abde!m6!ic Atavil, el mlsmo que figura reiuando eu Huesoa en el auo 893, segiin la escrltura de partlcidn de ios t6rminos de Nabasal,que existla en San Juau de la Pefla; pues este documeay Lerida, to eatA calendado, reinando Fortunio Garcia
en Pamplona^ el conde Galindo Aznar en Arag6n...y los paganos Mahomal Abenlupo en Valtierra y Mahomat Atavel en Suesca (a), Tengo para mi que el territorlo sujeto a eataBfamiilas f u6 el punto desoparaci6n euIre musliuies y cribtianos desde mediados del siglo viii: los pueblos do la montafia, donde
estas farailias no pudioron
fijar
su planta,
si
BeimH/a y a Mohdmtd Atatnil,qviO horaoa hallado on DuOHtros oatmUos despu^B do U publioncidn do osto Dimirso, pnoden vorArftheSt ao en oi toino VII do oata OoUcci6n 'ie Kstwlios
(a)
[Lfta noticitts
referontoa
ft
los
pAsiiia-2>4n24fS.l
186
tributo
y sobre todOi a lasiQcursiones devastacioras, parece muy verosimil quo nunca doblaron por completo la cerviz indoraable al yugo sarraceno, y asi puede admitirse como esacto el dicbo de SebasUAn de Salamanca, <pues Alava, Vizcaya, Ala6n (el condado de Arag-dn?) y Orduna, se oncuentra que siempre fueron
poaeldas por sua aTitiguos dueuosj lo
pagar
mismo
(a).
que dominaron los Banumuza y los Atavil, los muflulraanes y cristianos, o, mAs bien, muladles renegades, subditos de estas familias, serian los que mAs en relacidn debieran de estar con los cristianos de Navarra, Aragon, Sobrarbe, Ribagorza y PallSs; y coino, por
Dada
otra parte, hay bastantes datos para asegurar que los Banumuza y Atavil estaban en-
varra y Aragou en los siglos ix y z. Estas familias tuvieronsus historiadores (19); si bien no se sabe que sus historias se
-=c
(rt)
pftg. -iS^.
_
^_
187
conserven en niiiguna biblloteca. Con los dfttos que se encueiiti-an osparcidos en los autores, podrlan rehacerse en parte, y con ello ganarlan no poco, asl la historia de Arag6n Navarra, como la del condado de Casy
de Alava, de cuyos territoBannmnza, ries fueron duenoa en parte los Banulope o Banuca^i (pnes de los trea modos se les llama), de qnienes por esto dan no poca3 noticias los cronicones Albeldeuse y
tllla y proviiicia
de Alfonso III. Procuren los gobiornos extender el estuoportuuo dio de la lengua arilbiga-, denle aliciente y debido premio; exijanle de cuanen archives y tC3 hayan de tener colocaci6n mfts bibllotecas, o al menos, y qulzA fnera plazfls prflctico, dense por oposiei6n algunas
a j6vene3
arabitas,
que con
este pequeflo
musulmasucesos que nes, ea imposible apreclar los pasaron, sin el profundo y bien eucaminada eatxidio de los nuichos docuQientos que de
dominaci6n de
los
los
irabesse conservao. Quiera Dloa, para Men de la Historia paestos estria, acercar ese dia, en el cual, en
183
^^
caftosy en otrosno menosilustrea, revivirAn lostiempos pasadoa, sacdndolos de las denaas tinleblas en que se hallan eavueltos has*
ta ahora.
\'^:
DOCtJxMENTOS E ILUSTRA.CIONES
MAS SOBRB CONDE
F&g. 101 del texto.) Por si lo dicho en el texto no prueba bftstante la ligereza de Condej pasemoa a un terreno, donde por ser los docuraeiitos de otro gfinero, no cabe la aalida de que qiiizA poseyera documentos que nosotros no tenemos. En el tomo V de las Memorias de la Real Academia do la Historia se imprtmlo una erudlta Memoria, lefda por Conde, sobre la Moneda ardbiga y en especial la acuiiada en Espana por los Principes musulmane: en dicho trabajo, Conde corrig!6 no poeas cosas equtvocadas por bus antecesores, y hublera podido hacer mucho mfts, si hubiera sabido dudar. Dejando aparte la iuterpretacidn de algunos nombres y fecbas, que muchas vecea es de todo puntoimposlbleleer, sine despu^sde haber compaiado inuchos ejemplares, noa encontraraos con algunos hechos muy termi(Niim,
1.
nantes,
Conde reprodujo en
y
12,
la lAm,
I,
n\lma- 10>
xem
te: el
190
autorizaba a suponerlas de este prJncipe; pero es el caso, que pasando mis adelante en su lectura, ias mismas monedaa contradecian tal suposi'iion; pues en la del num. 10 debla de leerse con bastaute claridad: En el nombre de Allah fue acunado este dinar c?* Al-Andalus, ano 8 y 30 y 400, Conde debio sin duda leer esto^ pues tenia bastaote prActica para leer las mouedas bien comervadas y cuyos caracteres no fueran muy dificiles; y sin eiubarg-o, como la fecha 438 no cabia en la cronolog-ia del reinado de Hixeni, se permitio alterar la uuidad, la decena y la centena, asegurando en la pAgina 255 que en la orla dice: En nombre de Bios Heacnnd este dinar en Medina Azahra, ado 389. La tfti moneda fuA acunada por AlmotAdid de SoviMa, que toma el titulo Et hdchib Abhad, doride Cof:de leyo El hdchib Elaglab. Las de los numeros Xi y 12 esUn acuiiadas por Almanzor de Va^eacia, probablemente en los anos 416? y do 435 a 438: Connie, ereyfindolas de Ilixem^ cuyo nombre se lee en ellaa, dice que ambas ^Btkn acunadas en Medina Azahra; que en la primera nose conocia la fecha,--y que la stgunda era del
le
como Imam,
--.I
.t-
--a
afio 392-
Sin embargo de ser tan grandea las Hbertades que en la interpretaoiou de tales monedas se permiti6 Conde, todavia se laa t0m6 mayores en otia. Atribuye a Alhdquem H, y acunada en JHedtna Azahm.ano... una moneda de oro de
_
=!
^m^
- 191
la
Yahva
el
Hamudi, aexmada en
eiudad
de Ceiita. ano de 414 a 419. No hay tal uombre de Alhiiqueiii, ni el sobreiiombre Alniostdnsir, ni el hftchib Said.
En
el
la 11. A,
Ai-moslant;ir hiPrincipe Alhaguem Said dice: llah -- Amir ahnujuiiun: El imam Yahyah Principe heredero ainir ahmiminin^Idris. Ahnolali biUah Conde no tenia obligaciou ilc saber loer esta moneda, que hoy niismo, quizft nadie hubiera podido leer, a no ser por la especiallsima habilidad que para tales trabajos te n(a el distinguido numisiniitico D. Antonio Delgado, ciiya habilidad es muy probable
que se hiibieVa eatrellado ante las dificulta des que ofrecen estas inonedas, a no haber
visto algunas del niisino principe, pcco poateriorea, pcro do caracteres nuicho niAs claros.
la Sieudo de todo punto Indole de eate trabajo, copiar y diseutir detailadamente cuanto rcferenlo a la Frontera superior di&o J). Antonio Conde, nos liinitamoa a oxtractar ru contenido cu proposiclones eoncretas, cuya callficaci6n ponemos on seguida: las que no constan en los autores *: Arabes, que yo he visto, van marcadas con las citas eatAn tomadas de la 6dicl6n de 1820. PAg. 59. Mnza habl6 ante el califa Suleiman de las cuaUdadea de los del pals de Af ranch Con.sia en los autores riroies. Los caudlUoB de Abdelaziz corrleron 61. -* tlerra de Pamplona y de los vasconea. la
iniposible,
., ,
dada
**
* *
6L
192
Aynb fu6 a Zaragoza donde ffobernaba HAnax. Ayub coBstruyo un castillo que se 65llamo Galat Ayub.
65,
El eepulcro de Hanax estaba a la puerta del niediodla en Zaragoza. ConstaEl emir Alhor penetro en la Galia 68. narboneuse. Co;*sto en el Pacense y en el
la
Galia oarbo-
ben Abdela altan6 y sojn^^g^o a los cristianos de los montes de Afranch, que se habian rebelado por las ventajas de los de Narboua, v les obligo a pagar tributo. En tiempo de Ambasah se rebelaron 75. los de lacomarca en Tarazona. * 76. Ambasahj por medio de sus caudlllos, hizo entradas en tiena de Afranch. Con^ia. 78. Ambasah corrio v talo toda lacomarca de Narbona.- Consta. 78, Ambasah fu6 herido mortalmente en la Galia.-* 78. El emir Yahya paso a los raontes de los vascones. 79. El caudillo OtmSn ben Abunisah andaba en las fronteras de Afranch-* Ei emir Alhaytara envio a las fronte80. ras de Afranch al caudillo Otm^n ben Abu nisah, 80. OtmAn ben Abunisah es el Munuza de nuestras cr6nlca?.~Ss muy dudoao si no
falsa.
.T
La
identidad do
U);-{
con
Munuza
OtmAn ben
Abunisah es admitida por todos ononos por M. Dozy: recientemente la eociientro en un erudito trabajo de M. Ernest Mercier sobre
La du
Bataille de Poitiers et les vraies causes rectd de rincasioih arabe, tome septlenij de la Revi(,e Hintorique. Mai Aout, 1878-
M. Reinaud, en
la
ben KatAn fu6 nombrado emir por el gobernador de Africa, Falso, AbdeliutMic, luego que entr6 en Espa89iia, paso a lasfronteras ds AfiRnch^ Falso.
88-
Abdelmi^Iic
emir entro en tierra do Afranch en el ano 118. JVo es eierto, 93. Okbah, no hallando culpable a Abdelm61ic hen KatAn, le mandd pasar n lasfronteras coil cargo de vall de la cabatlerla.- * Okbflh hubo de volverse desde Zara 9 gO'/ja^No co7ista en los autores drabcs;si en el Pacensen
91.
Abde!m*^li(^ vA
16
^
94.
194
Okbah, de vxielta de
En
el
afio
124,
'Afranch, -Habia muerto, o al menos dejado el mando a principios del am 123. Abdelm^lie ben KatJln estaba en Za93. ragoza, cuando fu6 avisado de la entrada
de IbsbiriosconBUecb ben Bixry Taalabah ben Salemah.-ro<7o falso, o [tergiversadoj Asomai! hen Hatim se manifesto 114. miiy ofendido con AKnljatar Alhosam, por> que no ie dio el gobierno de Zaragoza-
faho. Asnmail fm^ a su gobierno de Zara120, goza, y eotre (VI y Tuebah gobernaban la peninsula Falso, 12 ^ Yuduf dio el gobierno de Zaiogoza
es
'
Todo
de AsomaiL -Fa^vo; 7io he visto mencionado hijo alguno suyo. Yusnf envio a su hiJo Abden Ahnien, 127. llamado Abulaauad, a las fronteras de Afraneh, cou el Okaili, primo de Asoinail, y con Suleiman ben X\\\^\>.Disparatado, Gome esta proposicion es de las que necesitan meno3 explicaciones para su refutacion, porque va iniplicita en el testo, noa perraltimosrefutarla. -El hijo de Yiisuf, llamado Abulasuad, no era AbderrAmen, sino Moh&mmad: el Okaili no ea otro que Alhosftin ben Adachan, que eon Suleiman ben Xiheb, fueron enviados por Yiisuf desde Zaragozft contra los vascones de Pamplona con poea gente para que muriei^en: si el Okaili era primo de Asomail, como dice Conde, y
al hijo
195
con
el
el hijo
devids.
Aaomail va a Zaragoza eu auxillo de su hijo, amenazado por el rebeUio Amir. Disparatado. Asomail ontra en la ciiidad, y des140. pu^s sale en biisca do lorf auxillos que espeva^ba,-- Disparatado^ como loda larelacidn del sitio de. Zaragoza. 150, Los partidarioa de Amer ben Amru peleaban contra los ie Yiuuf en las dsperas sierras de las fnentes del Tajo. Yusuf vencio cerea de Calat Ayub lo6, al hijo de Amir el Abdari. (La relacl6n de or estecapitulo es de lo menos alterado Conde; conipArese, ain embargo, con la que danios en el texto,) 165. Suleiman ben Xlheb fa6 enviado contra los cristianos, que impedian la comu^ nicacidn con Narbona, y murl6 en la batalla en el auo I39.--7faMrt muerto en 188, al ser enviado contra Pamplo7ia por Ydsuf i^&B.se el texto, pAg- 131).
177-
AbdorrAhmen
envid a Asomail a la
196
tera de AfraBch,- Duparafe. Mi. AFomail, con licencia de Abderrihmen, se letira a sii casa de Sigiienxa*- Dis-
paratado.
ano 148 Nsdar y Zeid ben AIudah fueron contra los iLontes de Galicia y de los vasccnes-^* 192, Ed et ano 151 aportaron cerca de Toitosa diez barcos con ei candillo Abdala E.Htos i^ucesos son ben Habib el Siclabl. diez anos posteriores, y estdn completamente desfigurados {y^a^^ el textOj p^gs, 136 y 137). Abderiilinien I, en el afio 156, dio el 198. gobiertiO de Zaragoza a Abdelm61ie ben Omar ben MernAn. De esie Abdelm^Jic hen Omar, esto es, tiempo hijo dt; Omar, que los cri&tianos de llamariaii Omarifi filiuSj resulto en las cronlcas de aquella edad el rev Marsilius de Zaragoza, que raencionan la bistoria y romances de Carlomagno* No consta que este kijo de Omar estuviese en Zarogoza; pero de. todos modos^ el MaraiUo parece ser Suleiman hen Yaktdn: como de este nombre resultd Marsilio, no seme alcanza, 199. Temam ben Amrii ben Alcamah estuvo de gobernador en Hnesca y Tarazona. Consla^ antique prohohlemente fu6 despu4s de lo que el outor supone, 200. Hopain el Abdarl fiie decapitado en
190-
En
el
En
el
afio
162,
envalentonados
los
_-
~
criatianos,
197
llegamn en sus aigaras hasta Zaragoza, y fiierou recha^ados por los valles de Huesca y L6rida. 218. Said ben Hosain, vail de Tortosa, se rebalohacia el aFio lli, Verdad lo de lai^ebelidn; no el que fuese gobernador de lortosa. 223.
Enelafio
174,
el
vall
Abu Otmdn
vencio al rebslde Said ben Hosain, que raur!6 en la bataila, ^o es exacto: v4ase el
texto. 223, Eq 174 se rebeia en la Espaua oi ieutal Bahliil ben Marznk y se apodera de Zaragoza, uni6ndo3elo io3 gobsinadores de
Huesca, Barcelona y Taiazona. -* 224. En el ano 175 hacen los Arabes una -entrada en la parte orientai de los Puertofi. 224,
En
\o\
el aiio 176
das per
monte3 de loa vasconei< Pu^de referirse a la expedicion de Abaotmda, 225. En el ano 177 se tonio !a ciudad de Gerona, y sus nioradores fueron degoUadosFalso,
225,
La misma
suerte cupo a
log
de Nar-
bona,, Fdlso,
Quedodevai! de ZaraK:oza Abiala ben Abdelm61ic ben MoruAa, 232, Eielauo 1-^1 loscristianosde A f ranch
225.
vencieron a los caudiUos rnuslimes Bxhiul y Abutahir, y so apoderaron de Narbo na y Gerona. (Narbr>iia wstaba on poder de los francos desde e! ano 759 ( 14 V2) (vide IlQlnaud,obracitada,p&g, 81)^ y los deGero-
*
.;-rr:
198
-r
na (segun el Chronicon Moissiacen ie) se en16 ^k): por los tregaron a Carlos en 785 docunieLtos Arabes citados en el texto, sabemos que en 177 estaba eu poder de los
(
181 AlhiSquem envio al vaU Foteis ben Suleiman en anxlMo de los muslimes de la fionteraj disponlendo que se le unieten las tropaa do Iluesca y Zara234.
'-"---"5"
En
el aiio
Hasan, vali cie go con ruiiics tratos, * AlhJ^quem recol)r6 las ciudades de 234. Huesca y L^rida, y entro en Geroiia, Barcelona y Narbona: dejando or f ronturos a Abdelcarim ben Abdelvfihid y a Foteis ben Suleiman, r^o volvio aToJedo.
[
2BS.
238.
sitiaroa
V toniaron a Gprona. *
ben Marzuk
239. 239.
llegaron a Tarra-
gona y Tortosa. *
I.OS cristianos se
apoderan de Bar-
celona en Wo.-Consta.
gobernadnr de Toledo, es llevado preso a Charadaque por los nobles para calmarlaagiitacion del pueblo. (V^anselosiuceKOsde Tiidela, tomada per los cristianos^ y llevado Yiisxif a Sahra Kais (Azagra), que Conde identifica con Jadraque.} 240, En el ano 187 Alli^quem entr6 en
Yiisuf,
mucha
ale-
^4^
*
Wj
-^
**
*
-^.'
-.<
210-
199
vali
de Tudela
a.
AlhiquemoeupdaPamplonay Hnes240, ca, visitando la frontera de Afranch. 240, En ol ano 187 Yusuf, vail de Tudela,
cay6 en una cmboscada, 240, AlhAquern paso a Tarragona y
la
reeobro, persis:uiendo al rebelde BalhuL* 240- Eq 188 AlhAquem vencio junto a Tortosa al rebelde Balhul, a quien maad6 eortar )a cabeza. 244. Enelafio 190 loscristiaaos de Afraah haeen incursionea en el pais de los musliraes- 247, En el aiio 193 los cristiaiios de Af ranch ponen sitio a Tortosa. (V6ase el texto.) AbderrAhmen, hijo de AlhAquem, re247cibio orden de ir desde Zaragoza contra loa
francos,* 249. Abdelcarim hablaestado de gober-' nador en Tudela, Huesca y Zaragoza. (Oreo que Conde entendio mal el texto de Abeualabar, en la biografia de Abdelcarim.) 249, En el ano 197 Abderr^ihinen, hijo de AlhAquem, vueive a la frontera de
Afranch. 249. AbderrAhmen concerto una tregua con loa cristianos de Galicia y de Afranhc 255. En el aflo 203 pasd a la frontera de
Afranch, y contuvo las correrlas de
tianos. -"*
Insistir tanto sol)re el poco crfidito que, segun tni opinion, debe daiae a los aaertos de Conde, porque eu virtud de
los cris-
He creldo deber
'
-- -'^^9
-^
20t)
lo dificiles
que entre nosotros son loa estudios bibliogrAficos, son inuchoa los que para el estudio de nuestra historia patria, ea su parte 3,rabe, i*o conocen i!iS.s fuente que
o ]oa autores que le han seguido, como Viardot y D. Modesto Lafiiente: hoy mismo publlcacioii obras importantes, eatfltn en cuyos autores no han liebido en otras fuentes, [Oasi lo niisrao sueede hoy, 11316.]
Conde
Sobre la mal llamada Batallade juadaletc^ v^ase De labatalla de Vejer o del lago de la Janda^ comiiriTnente llamada de Guadal^te. Carta al excelentlsimo Sr, D. Antonio CAnovas del CastiUo (de las Reales Academias Espauola y de la Historia), por D. Josfe y D. Manuel Oliver y Hurtado; en la lieviata de Espana, t. XT, paginas de 5 a 20,
(Niim.
2.
PAg. 1050
Abenadari,t. II, p4' gina 10, ti'ae la fecha 28 de Rumaddn del ano 92 como primer dfa de la batalla, que duro ocho dias, hasta e! doraingo siguiente: lomismo dice Abenalatir, t. IV, pAg. 445, con la unica diferencia de no indicar que fuese doniingo. El Ajbar mackmiia y Abenjaldun, f- 1, v., conformes en el ano, no determinan el mes. AbdeluAhid tampnco fija el dfa del mes, convioiondo en qaefa6 en RamadAu del ano
3.
(Num.
P^g.
105.)
>f
^^3
92. -Pfig.
6.
I
108,)
(Niim.
4.
PAg,
De
lo
_'
-^ii--
darl,
201
pag, 18, parece iuferirse que Tirik recorrio el territorio de los vaseones antes de la conquista de Zaragoza.
tomo
II,
fcXPHJDlCl6N DB
Muza
salio de Tolelo
con
has-
lo3 ej6rcito3, conquistando lasciudades, ta quo ae le someti6 el Alandalus: lo8 jefes de Galicia venlan a el y pedlan la paz, que
les concedio,
tropas) fueron de expedicion contra los vaseones, euyo territono conculco, hasta que lle^aron a un pueblo (que eran) como bestias. Luego torcio ha(eucia loj francos ha&ta llegar a Zarago/.a, de tre Zaragoza) y Cordoba hay la distaneia un mes o cuarenta uoches. Dice, y dicen que Abdalaban Almoguirah
(las
'6'^
ben Abubordah, dijo: Esnbayo con losque iban de expedicion con Muza en Alandalus,
\
A
hasta que llegamos a Zaragoza, que era de Muza, lo mAs distante adonde ll^gainos con excepto un poco mils allA de ella, y llegamos cual a una eiudad que estil sobre el mar, la tenia cuatro puertasi dice, mientras nosotros adela esttlbaniossitiando, ho aqul quo se lanta Ayarben Ajil, que era jefe dola guardiadeMuza, ydijo: iOh emir, he dividido partes el ej6rcito en cuatro partes sobre las de las puertas de la eiudad y quoda la puerta inAs distante, sobre la cual hay un icollado?* Y dijo Muza; Esta puerta ciertamente nosotros mlraremos, si Allah quiere.. En se-
202
dijo:*
^
\.
^Gudntas provisioues tienes?* Djje: cNo hay con nosotros siao im saco,* Dijo: <No queda contigo siuo ua saco, y tu erea de io mAs desahogado del ejSrclto, (jcdmOj puea^ estarAn los demAs?> fjOh! Allah, sAcalos de esta puerta y enviqii6celos,> Entr6 en ella Muna y envio a su hijo SleruAn en busca de ellos, y habi6ndolos alcanzado, acelero la inut*rte en elloSj y cogieron de lo que habfa con ellos y en la eiudad cosa grande. Dice, y dicen que Chafar ben Alaxtar decJa: estaba yo con los que en compania de Muza hicieron la giierra en Alandalus, y sitlibamos una gran fortaleza, hacla ya veintltantas nqches, y no podfamos contra ella: cuando esto se prolongo sobre 61, nos convocd diciendo: (Ainaneced dispueatos eu batalla,* Pcnsabatnos que le habia llegado noticia de que se aproxinuiba refuerzo del eneniigo, y que qnoria abaudouai-los: al amanecer estAbanios formarios, y habifendose puesto en pie, hizo oracidn de *la alabaoza para Allah>; luego, dijo: oh^ Rentes, yo me voy a poner delante de loa batallones- enando me veAis que yo digo AUak es grande y cargo, decid; Allah es grande y cargad; y dijeron las gentes: Ensalx.ado sea Allah; no ves que la sagacidad se ha apartado de 61 (hii perdido el juicio), pues nos nianda que cargemos contra las piedras, y 710 {hay) camino para eUoli Dijo, y so afleiant6 entre los escuadrooea donde le vieen las gente^^: en seguldfl levantd laa manoa y ae adelantd a la in-
^-<-
,-
i^l
r-^
-^--
.-'
203
vocRci6n, siiplica y Ilanto, de modoqiie prolongo s estancin en pie, y nosotros estftbamos en pie miraudo su Oracidn a Allah, y DOS tei ia preparados. En segiiida Muza df jo: Allah es grande, v las g-eiues dijeron: Allah es gravde: cargo Muza y oargnron la? gentes; dijo. y se jderrumb^? la paite de la forcon taleza, que estaba inraediata a nosotros, nosotros do Id que eutrarou las gentos ^a de loa ella? y no supe.sino iiie la caballerfa mustimes... en elia, y conqulstola Allah para nosotros: cuando amanecimos, >a hablaraos cogido de pMsioneios y perlas to que no pxie-
de contarse-
fl Abcinia Dijo, V tiH' conto niia lUicrta ben Muza, la cnal (>i-;i verldica y buena, quo
, i,
cnstUlo do cu\ a ^pnto era ellay perella ,. t!,cftrcade? otro eastilio: ilijo alll, y con inaneti'6 contra nosotros, sitiando pues no Iban de 61 estaba su famlla e hijos; expediclftii siuo con elloa, por to que esperaban e,n csto del promlo. Hijo ella: en soguida Muza y la geiite eIbI casLillo sali6 contra coinbatieron con (-l rucrtemoiito, conqulstando Allah para i^l. I>ijo ella, y cuando la
Mu7a
sUio
e!
gente
did otro cfistillovirt csto, se entrefeaun ron al arbltrio do Mu/.f>, de modo qiio en signlente solo dia couqulgto Ina dos; fil dia luvo un llego a un tercer eastilio, en el cnal encucntro con las gentc.', peleando todos
fuertemeiite.hastaquei/o.'imu.s/njie.v/^iteron sus derro'adoHP -D\ jo, v niandd Muza por de tlendaa, v fueron qnUndaa las cublertfts
vis-
- 2ai
tas.D\io, habian sido rotas de vaiuas de las espadas lo que no puedecontarae. -Dijo, yseaoimaron los miislinieSj y ^recrudecto? el combate: en se^uida Allah conquisto para 61 y le auxiliOj concediendole buea fia, etcAbeokotaybah, ms. del Sr. D. Pascual Gayangos, f, 61,
PAg, 110,)S61oporrefereiiciada mos esta noticia toniada de la Ilisioire des peuples at ties etats Pyrhiiena, par Cenat Moncaut, premi^Tc ed,, t- I. p. 417.-^En la 3/ed,,t. I, dice lo raisiiio, aunque omite la cita de Ebn hhajan ap. ahm, f. 57 6. Supongo que CtMiat Moaoaut tomo esta no ticia de M. Viardot, en quien la oncuentro
(Niim.
5.
y
--'
tanibi6n
(I).
V68e lo que dine, Isidore) Pacenee: Sicque (Muza) non solum nlferiorcm Hispaniatn^ sed etiain citeriorem usque ultra Caesaraugustamj anUqnis.nmam ac florentissivia^n cinitatevij diiduni ja^n judicio Dei pacaptivitale depopulat: civitates decoras igne concreTiiando praecipitat: seniorcs et potentes saectUi cruci adjudical: juvenes atque lactentes pugionibus trucidat: .sicque dum tali terrore cu/tctos stimulate pacem, nonnxdlae ciuiiates quae residuae erant^ jam, coactae procla^nitenter apevtan, gladio,
et
fame
tanty
atque suadendo
et
[HtsloiredfsAraheset des stores d'EifpagitCf parLouia VSarbot, Paris, 1851, 1. 1, p&g. 82, no olta a Men hhtjan,]
iV
-.
^-^
v-x
dam f(tint:
trant,
2(p5
mora pdita condonant: sed ubi impdrata pace, territi metu recalci'
nee
fempti ifetum effugientes, fame et diversa morfe periclitanttir: etc. De estaa palabras parece inferirae que Miiza devasto ia EspaBa citerior hasta m&B a\\& dft Zaragoza; no qun esta [lobiacion hlvi07ita7ia
ad
de los moros en Zaragoza no debe fijane en 716, coino hacea alp^unos de nuestros antorps arag:onesis, sino anies de Sepliembre del ano 7U;^pnP8 cl auo 95 dela h6glra, en que Mnza regres6 a Africa, terniin6 en 15 de Septiembre de dlcho ano; aim puede dfterniinarse algo njAs: Muza aali6 de M(^rida pn c! mos de Xanal del 04 {Julio de 713), diritrit^ndose a ToU-do y dcsp\i6s a Znragoza, en cnyo viaie fodemos aiiponer que invirtiese un par do meses, y re*ultftrA 811 entrada en Zarago^a hacla priiiclpios del aiio 95, o sea Septiembre u Octubre del aRo
La entrada
713.
(Niim. G. PAg. 117.) Cenat Moucaut da por corrienfe que Alhor o Alahor hizo la conquipta de Narhona; pern cnnio supono el vaHazgo do Alhor <leppu^s del ano 100, e;i que es reenipla/adb por Apamab, caen por su Ijase todoB los estudios que hayan podldo bacer los autorefi modernoa a qufencB cita. Histoire des peuples et des eiatst Pyrinien^y 3.' edition, 1873, t. I, pAg, 477,
M, Reinaud admite
hor en
el
Ins invafllonee
lo
de Alpor
Langiiedoc; pero
hace
sftlo
*-"
T" -,-J^-KT^'
^j^ J-
^^4>n*
^r^"*"
206
la autoridad de Isidore Pacense y de! arzobispoD.Rodrigo, q le pobablemente lo tomo del primero. M. Mercier, en el trabajo citado, adinite
que desde 712 toa Arabos tenian en su poder uua parte de la Septimania: a lo sumo seria deadeelTU.
(Num- 7. PAg. lU.) Ainbiza, rex Sar race norumt cum ingenti exercita post quinto anno GaUias aggreditur, Carcasonam expugnaty et capit, et usque Nemauso pace conquisivit; et ohsides eoriim Barchinona transmittit. - Chrofiicon Moissiacease, apudPertz. Monumenta Germaniea, t. I, p^g. 290,
-_
_
en los autores 861o encueiitro que *A.lhaytam se diri^io contra Munuza> Abenadari,L 11, pag. 27 yen Almacari, t. 1, pA^. 115. y Abenjaldiin, folio 2, v., que <se dirig^io contra la tierrade l:.ji^ (itji^ en los ms.) y la cooqui8t6, no
(Num.
8.
PAg. 116.)
Como
veo bastauteprol^ado que ot 'i^j^^ o 'iS:^S* de los autores Aiabes sea nominee de persona y no de lugar, por m&s que al sabio M- Dozy no le haya ocurrido dudar.
(Num,
ge sua
9.
PAg. 117.)
Eudo Sarracenos
in
auxUium
cum re--S
digalem usque perveniunt cimcta vastantes, aecclesias igne crematis, Pictams basilicam Sancli HVarii incendunt.
207
An. 720, 12. Coiifraquos Karlus auxitio Dei fretns Sarracenoriim infinitam multitudinem simul cum rege eoru7n prostravit, demcHsqtiP. hostibiif^ citm triumpho regreditur. An. Laura^^eusps Minores, Pertz, t I,
SeKiin esto. podria suponerse que on el aiio 726 (10 V,s) Carlos vtMsdo a Enrton aliado con iin AbderrAlimen, que piidiera sei el mismo AbderrAhmen hen Abdala, que estuviese de gobernador do la frontera,
A esta expodici6n pa120.) rece que refieren !as tradioiones rie Sau Juan de la Pena la drstruccion de la fortaieza,
(Num.
10.
P&g,
Ilaniada de Pano, que cuontan eaai todos nuestrofl bistoviadove= con roferencia aja
Pena^ publicnda recientemento per primera vez por la Excrna. DiputaciAn provincial de Zaragoza, Como las palabias del hi*>loriador pinafcense prueban que confundi6 dos suceSOS de 6poca muv diferente, se ha crefdo que ningiin crftditomeroclan; y en verdad que no merocfMi mucho; si bien es de suponer que alguna trndiciAn existia referente a Abdeimfillc ben KatAn, y diflcilmente so encontrarA otro hocho a qne pueda referlrse: tan el suceao: sin embargo, no dobl6 do ser prdspero para los cristianos, como supone la Cr6nica; si bien la derrota de los firabea pudo 8er en otro punto de lofl Plrineos,
Ci'dnica
an6nma
rffi
Smi Juan de
la
208
arabes que ftguran en esta relacion, el uiio conio gobernador da Narbona y el otro como general del ejfircito, que va en su auxilio, no es fdcil decir a punto fijo qui6iies sean; puede, sin embargo, avenUirarse alguna
coujetura.
El goberuador Yusseph ibin Abderrajnan^ 68 probablemente ei Yusuf ben Abderr^hmen el Fihrl, que luego veremos de vali de Alandalus, hasta la enti^ada de AbderrAhmen 1, El Atnor ibin Ailet o Carlet, es quixA el
ben Amrii ben Uahab el Abdari, que veremos figurar de??pii^r^ en Zaragoza, y que segun el Ajbar machmua habia sido jeife de las expediciones militares antes del valiaxgo de Yiisuf, a quien en esta ocasion prest6 auxilio en Narbona, di es fimdada la conjetura anterior,
Amer
{Num.
gina
17;
12.
t.
Pkg. ISO.)
I,
Alroacari,
t-
II,
t,
pAII,
pA^.
148,
Abenalatir,
Abenadarf,
t.
V, pa-
gina 353."^Abenjaldun, t, IV, pag. 120, refieren estos suceeos, y llaman Aihobab ben Rauahah el Zohrl a uno de los rebeldes de Zaragoza. Abenadarl, t. II, p&g. 39, y Abenalatir, t, Y, p^g, 376, !e llaman Temim benMobadel Zohrl: debeu de reterirse sin
duda
ai
mismo individuo.
13.
(Num,
mam
Este
PAg. 1340
Temam
' . -
209
-J
vivi6 aiin largos afios despu6s de haber ido ft la Frontera superior, pues muri6 a Aeqs del reinado de AlhAquem I, en e! afio 206 (=82 V2 de J. C): uri tereer nieto snyo. 11a-
mado
aiin m&s larga vida y escribio uu poeaia hist6rico celebrado sobre la coiiquista de Al-Andalus^ sobrelos nombres de tos ?raliefi y califas {sic) que hubo en ella, desci'ibiendo las guerras desde el tiempo de la enirada de Tdric hasta fines del reinado de Abderrdii-'
tambifiii
Temam,
alcansso
muy
men
11-
aveiiguar qui6n por primcra vez haya vertido la idea de que uno de los hijos de Yusiif el Fihrl entrase en lacoalfcidn con C^rlomagno. La en eontraiiios en M. Viardot^ y suponemos, que vlendo en algunas erdnicas francas que se llama Ibin Yusseph uno de los sarracenos que van a Paderb6n conlbinaiarabi, dl6 por sentado que era un hijo de Yiisuf el Fihri, y que era, itasim: qiiizA M. Dozy, inducido por este autor, dando por admisible que fuese nn hijo de Yusuf el Fihri, lo ha convertido en MohAmed Abulasuad el Fihrf, que entouces eataba frente de sus parciales, y a qui en reemplaz6 su bermano. Fijemos la cuestion: Algunos autores francos dicen qne eon Aben Al-Arabi iba Abufaurde Huesca, que dej6 en rehenes un hermano y un yerno: oiros autores no menclonau a Abutauro, y si a Ibin Ynsaeph, anadiendo alguno que dej6 en rehenes un hijo: pareoe,
(Nftin,
U. PAg.
149.) Dificil
cs
14
210
pues natural que sea el uiismo individuo, en lo cual no hay diflcultad al^una. En los autores Arabes solo encuentro un personaje ^5, de que parece ser con la alcurnia de
,
^-'
trflnscripciou el Abutauro; pero el que cita Almacaii, aunque quiz& pudlera ser el mismo, ninguna razon especial nos induce a ello, pues solo da de 61 noticias literarias.
circunstancia de ^ev hijo de un Yiisuf tampoco nnsda baataute iU'.;aBr4e! Amrus ben YuHiif que iignvR en lluesca muy pocos anofi dBS|U('',s y que ya figuraba antefl, y que
La
se llamase tainbic^n
^j
^*-'I?
No
lo s6.
Para mayor
permanecia atonito
211
v gritaba qui6u conduirA al ciego a su prision., y era vuelto. Ea* tonces lo3 pre303 bajaban al rio grantie .{que
eonducia? para la pu^ifil^aci6n y ablucion por un conducto subterrAiieo quo habfa ahlo hecho para ellos debajo de tierra, puea entonces el lu^ai- de 61 estaba adherido al alcAzar para ^bajar? ellos y para sus guardas: la vlgllaucia de Abulasiiad habla sido desciudada desde que hubo medio de asegurarse de 61 per causa de su ceguera: alll se 3lrvi6 de astucia para manejarse con algunos clienaprovechando tes que tenia en Cordoba, y hasta tlegar a la ocasion, paso el rio a uado un caballo, que le eataba preparado on la de ^ribera del rio? con ul^unos oonli.lente;; sus amigos. ,, a enhallo, buyo t;oHabiendo monfcndo rriendov se salvo acogiendose on loledo: ^habi6nhlzo un ilamamiento en su favor y doae conciliado las geiitos eon su proniesa.'S acampO salio con un gran ejtireiLohasta que donde se junto a 103 alfoces de Ja6n, hacia Moauldirigio contra 61 Abdorri\hmcn ben vah eon sus tropas, y habi6ndole euoontrado ellas, una V otra vez, lo dorroto en todas tuviomatAndolc mucha goute. En CAstulo Vado de ron amb03 una gran batalia en el engaiiO la victoria, en la cual AbderrAluneu al gea Abulasaad, puea habiendo eicrlto convino neral que mandaba el ala derecha, con AbdorrAhmen en arrastrar a la ;ug J^^ derrotado Abul8U lado: hIzo!o asl, fiendo no asuad v muertos nmchosde los suyoa. Ya
l03
,
212
_-
levanto cabeza deppu^s, y se cuenta que decia refirifendose al dia de Castulo: *Por ei dIa del jincio, estuvo levantada la punta de la espada y me levant6 con ella,> ^Defendfa jo la faniiiia y las pupilas me dieron en el!a.> SeguD Arrazl, esta batalla del Vado de la victoria acaecid en miSrcoles a priucipios del mes Rebia primero, del aiio 168 (de 21 de Septiembre a 20 de Ootnbre de 785), despu^s de haberse opiiesfo antes de esto durante mucbos dias.'Ansde (Arra?J), *y en ella fueron niuertos de Abulasuad cuatro mil de BUS soldadoe, ademAs de los que cayeron en el rio y en los barrancos y de los que murieron en las sendas de los months. En su fuga llego hasta CA&tulo sobre el Guadalimar, y marchando en el acto hacia cl Oceidente, llego a Ja ciudad de Coria, continuando de xino en orro lado v en la rebelion hasta que murio en el afio 170* (=78c/g), Tambi6n C dice que AbderiAhinen salio de expedicion contra 61 en el ano 170, y que cuando (Abulasuad) se apercibio dii ^1, huyo
i
-4
^
^
--cz
-^
a un Canaveral espeso; luego se marcho a ^Kequena? de Toledo y all! murio, Levantose luego su hennano Kasem ben Yii&uf, y habiendo salido contra 61, AbderrAhmen ben Moauiyah, cufltdo 6sie estuvo
sepair^
golo,
deConayte
retiiiindose
cerca del rebelde, se preseutd sin salvoconducto, y el emir le recibi6 y concedio la paz, tras'sddndolo a Crirdobfl, dondo le hizo mercedes; fu6 el iiltimo de los que se rebelaron
=^-
2ia
contra 61. -Abena'abar, apud Dozy, Notices ,vir quelques maniiscrtLi, pAgs. 56 y 57.
a Cariomagno.
VI,
pAj..- 7.)
77 ^U), Suleiman mlsmo ano (157 ben YaktbAn el Qtielbl, indujo a Carlo (Mag-
en
ei
rey de Afranch, a que saltesfi contra el de los mualiiiiea de Alandalua, y sallfendole al encuentro en el camino, se dlrlgli en su conipauia a Zaragoza; habi6ndosele adelantado Alhosaln ben Yahya el Anaarl, do la descendencia de Saad ben Obadah, se fortified en Zaragoza. Carlos, rey de Afranch, concibio aospochas do Suleiman, y liabiendo echado mano en 61, lo tomoconsigo hacia au pais. Guando Carlos ae habia apartado del terrltorio de loa raualimea y ae crola completatneiite seguro, cayeron eobre 61 con sua ej6rcltoa Matruch y Ayx6D, hijoa de Suleiman, y ponlendo en libertadaau padre ae volvieron con 61 a Zaragoza, donde hablendo ^entrado en negoclaeiones con Alhoaain? se puaieron de acueriio para rebelarae contra
no), pals
Abderrihmen.
(Abanadarl,
entr6 en Alandalua AbderrAhmen ben Habib el Flhrl, el conocido por el SlclaM; Deaeinbarc6 en !a costa de Todmir y alll nermanecid, ^y no comenz6 para 61 en eate peraflo la injuria? Se le Uamaba el SIclabI,
En
el
II,
el l&i,
'
'^rt
"
-"i
--
214
qiie
eabello..,
Y en el ano 1G3 se rebelo en las cercanfas de Todmir AbderrAh^nen ben Habib et Fihri, de quien precede niencion en el ano anterior. Habiendo, el emir' AbdprrAhmen salido de expedicion contra 6t, Aben llabib JiuyA, y fij^ndoae en un lugar escabroso, el ejfeVcito (del emir) recorrio el distrito de Todmir, y se adelant^^ al de Valencia, despuis de haber incendiado los barcos en la cos ta del mar: luego, el bercber Maxcar se ech6 sobre Aben Hablb ei SiclabJ y le mato,
Memoria
Siclabi a Alandalus^
y de sumuerte.
(Abenalatlr,
t.
VI,
prig:, 36).
este arlo (161=77 Vs) aunque se dice tainbi6n que fuA en el de 160, Abderrahmeu ben Habib el Kihrl, el conocido por el SiclabJ (y se Uamaba de este inodo por su eetatura y color pAlido y rubio)^ pas6 de Africa a Alandalua para hacer la guerra a los espafides y hacerloa entrar en la obediencla del
Y en
f
|
Imperlo AbasI: habiendo desenibarcado en la costa de Tcimir, escribfd a Suleiman ben YactAn, JnvitAndole a entrar en &u ne^ocio y a hacer Ja guerra a Abderrfthmen el OineVah, y prestar obedieucia al califa Almahdi: Suleiman, que estaba en Barcelona, no le CODtestd, e irritacio el Siclabi, se dtrigid con %m bereberes en direccidn^al pais de. SuleimaUf^quele derrot6, votvl^ndose el Siclabi Kacla Todmlr: entre tanto, AbderrAbmen.el
r--
/^: [
T
h - \
Omeyah
215
se-habla dirigido hacla 61 cou niiraero y preparacidn (correspondlente), y habia quemado sua bareos para acosar al Siclabl en su hulda; subiose 6ste a uii monte fortlflcado en las cercanlas de Valencia, y el Omevah ofred6 mil dinares a quieii le llevase su cabeza; en virtud do cuya oferta, un hombre de los bereberes se apoder6 de el, y habiendole dado niuerte, presentd su cabeza a AbderrAhmen, que entreg6 loa mil dinares; 8u muerte tuvo lugar en el aQo 162.
Relacidn del pmo del Siclabi a Alandalus y de lo que fui de M ha~sta que fui muerto. (Anowairf, ms. de D. Pascual GayangOB,
fol. 2).
se dice que iu6 en En el ano 161, Africa, Abderel 162, paso a Alandalus desde rAhmen ben Habld el Slclabl: no era eslavo sine que se le llamaba asi por 8U altura, por la 8U delga iez v mblcundez: pas6 para haoer gilerra a AbderrAhmen (el Omevah) e Invitarle a la obedieiicia de Almahdl ben Abuchafar Almansur: fue su paso por la coata de escrlbid a Suleiman ben Yactftfl Todmir,
aunque
y para que entrase con 61 estaba Suleiman eu Barcelona y no le coutestd (o no accedi6 a lo quelepedia), por lo que, Irrltado el SlclabJ, contra el terrifee dirigi6 con BUS bereberes ftl, y torio de Suleiman, quien salid contra habi6ndoe encontrado, trabaron combate y Suleiman le derrot6. \. Todmir, y habienVolvi6tte el Siclabl hacia que.nd do llegado AbderrAhraen junto a 61,
:
^^
los
21fi
L
barcos para estorbarle la fuga; dirigiose el SiclabI a un monte fortifleado en las carcariias de Valencia, y habiendo AbderrAhmen ^prometido por 61? mi! dinares a quiea le ll^vaae la cabeza del rebeldo, acometiole Un hoinbre de lo8 bereberes, que IJevo su cabexa a Abderrahtnen, quien le dio los mil dinare8::fU6 su muerte en el ano 162.
n J
fAbenjaldun, ms. de D- Pascual Gayangos). Luego se rebels, procedente de Africa, AbderrAhraen ben Habib el Fihrij el conocido por el Slavo, el cual proclamaba elreconocimiento de ios Abasies. Habiendo desembarcado en Todmir, se le reunieron lo3 bereberes: estaba de gobernadar on Barcelo^ ua Suleiman ben f a&tAnj a quien escribio el Slavo invitdndole a tomar parte con 61; pero no le contesto (p uo accedio), por lo que se fu6 eontrii 61 con los bereberes, y habi6ndole salido al encuentro Suleiman, derrotd al Siclabf, quien ae volvlo a Todmir. (Entr tanto) AbderrAhmea (L^) se habia diriffido contra 61' desde C6rdoba, y (el reBeldejae acogio a una montaiiade Valencia: (el principe) AbderrAiirnen espareio contra 61 las riquezas, y uno de los soldados berebef res le cogio de improvise y presento su cabeza a AbderrAtimen: esto tuvo lugar en el afio 62, y AhderrAhmen se volvio a Cordoba.
r
>
-^
|
Aparicidn y desaparicidn de la propaganda en favor de los Abmies en Aldndalus, { Abenjaldiin, edie. de Boulac, t. lit, p. 21O0
.
.
!k
217
En el afio 161 paad de Airica a Alaudalus, AbaerMhmen ben Habid el Fihrlj aelaman-.
do a los Bauualabas, Habiendo desembarcado en la costa de Mureia, escribio a Suleiman ben YactAn, gobernador de Zaragoza, (proponifindole) la obediencia al califa Almahdi; dinno habiendole contestado (Suleiman), se los bereberes que ffio contra su territorio eon el ibao con61; pero Suleiman le derroto y como Siclabl hubo de voWerse a Todmir, y dirigldo contra al mlsmo tlempo se hubiese Alandalus, y hu61, AbderrAhraen, seuor de para esbiese quemado los barcos eu el mar salvacion, 6sie trechar a Abeiihabib en au tortificada en las se acogio a una montaiia inmediaciones de Valencia: AbderrAhmen lo cual, haofreeio por 61 mucho diEiero, cou prebiendose apoderado de 61 un bereber, le (el pr'ncisento la cabeza, y AbderrAhinen el ano Ib-i. oe) le did mil dinares: esto era en peosar) a Esta rebeli6n tuvo solicito (hizo AbderrAhmen en ir de expedicion a la blria septendeade Alandalus contra los enemigos habi6ntrionales, para toraar desquite; pero ben dosele rebelado en Zaragoza Sul6iman Yactin y Alhosaln ben Yahya ben Said ben
Saad
el Ansari, le distrajeron
de lo que in-
tentaba respecto a
esto.
emir Abderr&Umen hizo dipublico el preparative para marehar en castlgo de reccion a la Sirla, para buacar el
En
218
eho publico. En el aSo 165 fii6 p6rfido en Zaragoza Alhosain ben Yahya, el cual rompi6 (el pacto): Abderrahmen envid contra 61 eon numeroso ej6rcito a GSMb ben Temam ben Aicamah, y habiendtf pelefldO(jfueron cogidoFPmuchos de
los soldados de Alhosain, entre ellos su hijo Isa. Habifendolos euviado (GAlib) a Abde-
en Zaragoza Suleiman ben Yactan v Alhosaio ben Yahya ben Said ben Obadah el Ansarl, ]e parecio grave el negocio de ellos y deaigtio de esto, dejando lo qiie habia he-
rrAhnieni,e8tele8
sitfando a Alhosain. En el afio 166 Abderrdhmen inarcho bacia Zaragoza, y la slt}6 y apret6, plantaudo contra ella 36 m6quinaa, con lo que la domin6 por la fuerza y maid a Alhosain coa muerte vergonzosa: a lagente de Zaragoza la expuIsA de elJa ^a la derecha que so adelanta dc 61?, pero en seguida los hizo voiver a eila.
sigiiid
ben Aicamah
H, pdg. 31.) Y {AbderrAhmen I) en el aflo 163 proclam6 la expediei6n a la Siria para quitarla de poder de loe Banualabae, y escribid a muchos de los de bu familia, de ens cHentes y servidumbre: deseaba nombrar lugarteniente en Alandalus con una parte de su ejercito a, su htjo Suleiman, y marchar 61 con la turba de
t.
(Almaearl,
l08
de
le obedeciesen; pero luego desistld esto por causa del asnnto de Alhosain el
que
Ansarl, queenZaragoi^alevantoconmociones
contra
slto.
ftl,
219
Abenalatir, tomo VI, pAgi. 48 k 46. el ... Y en este ano (163) Abderrflhmen Omevahjsenor de Alandflhis, dio a conocer que 86 ijreparaba a innrchar a Slria con el propfisito de borrar el Imperio Abasl y de
ven^anza de ellos; pero habifendose rebelado en Zaragoza Suleiinau ben YactAn V Alho?ain ben Yahya ben Said ben Saad be-.i OtmAn ei Ansarl. y siondo cosa grave la rebe!i6n de ellos, hubo de deslstir de lb que se habia propuesto.
touiar
Kiitrn el ai\o 161.
..
en el inismo aiio,
AbderrAhmen
Oine^ah iiiftrcho hacia Zaragoza despn^B de algun liempo de haber enviado u ella a Taataba ben Obaid al frente ue im numeroso ejferclto, pues Suleiman ben YactAn y Alhosain ben Yahya se hablan unido para negar la obedlencla a AbderrAhmen, segun hemos dicho antes, y ellos dos estaban en Zara'goza. Taalaba los combatid fuertemente, y en unodelos dlas, habiendose vuo'.to a su campamento, SuI61man ^aprovech6 bu desculdo? V habiendo beeho una Balida, se apoder6 de
el
61
y lo cogiA, dispersAndose en
el
acto bu
-,
,
ej6rcito,
Suleiman, despu^deeato, llamn a Oario (Magno), rey de los francos, prometlendo entregarle la cludad y a Taalaba; pero cuando de lleg6 a 61, do estaba fntegro en manos Suleiman, flino Taalaba; tom6, pues, Carlo
- ^^ a (Taalaba) y se vplvio a su pals, crevendo recibir por 61 un gran rescate; pero AbderrAhmen eu mueho tiempo no hizo gestiones en su favor, hasta que por fin ^designo? quiea lo pidiese a ioa francos, que Je dieron libertad.
habia adelantado. Alhosain ben Yahya, entre tanto, habla dado muerte a. Suleiman ben Yactdn, quedAndose por unico s^fior de Zaragoza: inmediatamente despuSs de esto.Ilego a 61, AbderrShmen, y euando ya habia apretado el sitio, llegaron de las diferentes regiones sus hijos, y eun ellos todos los que antes se le- habian rebeladOi comunicA^dole la sutnision de otros: en vista de esto, Alhosain deseo la paz, y habi6ndose humiilado haata la obediencia AbderrAhmen aceedio a ella y le apazeuo^ despues de toinar a su hijo Said en reheues, le dej6 y mareh6 de expedicion al pals de Afranch, que subyug6, robando y haciendo prisioneros: habiondo llegado a Calahorra, coi,quist6 a Biguera, y despu^s de destrulr las fortalezas de esta parte, paso al pals de los vascones: habiendo acampado junto al Castillo de ^.^i^, se apodero de 61:
euando l!eg6 este afio, Abderr^hmen marcho hacia Zaragoza, distribuyendo a sus hi]os por las provincias para que reuhazasen a todos los rebeldes, y que despu^s ae reuniesen con 61 en Zaragoza, adonde se les
..Y
^yY
^y^J-L
^21
gentes se dirigieiron al monte de ella, y alii les presentaron la bataUa, pero los muslimes &e spoderaron de ella por fuerza y la destrayeron: eu segxiida AbderrAhmen se volvio a CorJoba. ,., En el mismo ano (16o) Alhosain ben Yahya hizo traicidn en Zaragoza, rompiendo con Ab'errAhinen, que envio contra 61 con un ej^rGito numeroso a GAlib ben Temam (dice Tsomaniah) ben Alcainah: habifendose trabado combate, cayeron prisioneros muchos deles soldados de Alhosaim, entre ellos su hijo Yahya: enviados a] emir Abderrfihmen, ^ste mando darles miierte, y entre tanto Temam ben Alcainah (leg, GAlib ben Temam ben Alcamah) seguia sobre Alhosain
fortaleza
sitio:
las
sitiAndole. Despii6s, en el afio 166, el emir Abderriihmen salio en persona hacia Zaragoza, y habi6ndo!a sitiado para estrecharla, plant6 contra ella treinta y seis catapultas: dueuo de Zaragoza por la' fuerza, dio a Alhosain
una muerte vergonzosa y expuls6 a sus habitantes ^a, la derecha que se adolantaba de
61?;
los hizo
volver a la eiu-
(Abenadari, t, II, piig. 58.) En el ano 165 se rebeto centra el emir AbderrAhmen, Alhosain bon Yahya ben Said ben Obadflh Alansarl en Zaragoza, por lo que (el emir) marchd contra 61 con numeroso
222
a prestarla obedieucia^ poni^ndose en sus manoa; acepto {el emir) sii vuelta y no refthaz6 su respuesta, y despuSs de hflberle perdonado y hecho caso omiso de lo que habfa sido de 61^ le hi:o permaneeer 'le vail en Zaragoza: el emir se dirigio a Cdrdoba, tremolando la bandera, vencfrdor do los enemigos- En seguHa Alhosain fu6 p6rfido e iugrato al benftficio, y manifesto a la descarada la hipocresfa e hixo saber la ruptura abiertanicnte; por lo que march6 tarnbi(!^n contra 61 el Imam, que lecombatio fuertemente e hizo sufrir daflos aZaragoza, hasta que la conquisto por una bvecha en su tnuro, conquista infame, matando a Alhosain yaua corapaneros con muerte pronta, dAndoles por vall a AH ben Hainzah, y volviose a Cordoba nianife^tarido su gloria*
el
lihro
AUgrla
del
alma
dice:
En
el
ano 167 el Imam fu6 de expodici^n a Zaragoza contra Ilosain i)en Yahya, a quien sitio haata totnar per fuerza la ciudad, matando a Hosain de unaherida en el cerebro, mientraa la multitud estaba con 61; hizo salir la geute de la ciudad hacia una alqueria a tres millas a la derccha para estar junto a elloa: deapu6s de alguno^ dfas los envi6 a la ciudad y 61 se dirigio a Cdrdoba.
(Abenjaldun, ma. de D, Pascual Gavangos, fol. 6,)
Kn
el
alio
161
AbderrAhmen
se dirigio a
223
Zara^oza, donde estabau rebelados Suleiman ben YactAn y AlhoaaiD ben Yahja^ a quiQues ya habia sitiado Taalabah ben Obaid, U130 do sus capltanes; pero la chidad se defeodio contra A!, y habieado Suleiman apoderAdose de Taalabah, le eiivio al rey de
los f rancns,
Llego (AbderiAhnien) ^cnando ya hai>ia levantado el sitio y le habia hecho entre^a de Taalabah? Luego Alhoaaln se apoderi de Suleiman y le dio muerte, quedindose solo: AbderrAmen lesitid hastaqnelehizo aceptar la paz; y el emir se marchrt al pais do los francos y de los vascoues, v de los sonoros que hay u\fi^ allA de ellos, v'sc volvio a su habUacion (a Cor Zarajoza doba\ Alhosain hizn traieioa
g-obeniador Abenalcamah se dirigi6 contra t^l V co^io a siis soldados: luego, en el ano GG\ AbderrAhmen marcho contra M, y so apoder6 de ella pot fuorzaj matando a Alho sain y trasladando (matando aegiui el texto de Boulac) a la gente de Zara^oza.
el
(Ajhar mackmud, traducciAn del Sr. Lafuente Alcantara, p.^g^^. 102 a lOn). XJn ano de-ipu(^s, se levantn en Todmir Ab derrAhmen ben Habih AUihri, llamado el Eslavo, y eacribio a Suleiman Alarabl, de la tribu de Quelb, que estaba eu Barcelona, invitindole a que abra-^ase su cauaa, Alarabi le contestd que no dejaria de ayudarle; mas, encolerizado Alfihrl, al ver que a pcsar de esta contestaci6n no reunla tropas para
224
venir en su ayuda, fue a combatirle, pero qued6 vencido por Alarabi y se volvio a Todmir, adondeel emir se dirigiOjasolandoaquella comarca, Un individuo de la tribu de Bernes, natural de Oreto, llamado,.., se present6 al Fihri,como8iiMito voluntario, y tal sinceridad flngio, que llego a ger uno de los hombres de su mayor confiauza y a inspirarle la mayor seguridad. Entonces le sorprendio y le mato, volvi6ndose despu^s con su caballerfa adonde el emir se ballaba.
Acontecio despu^s la relxilion de Alarabi en Zaragoza, en union con Hosain ben Yahya Aiansari, desecudiente de Saad ben Obada. E! emir mando contra ^1 a Taalaba ben Abd con un ej6rcito que sitio ]a ciudad y la combatio por algunos dfa?, Alarabi aprovecho la ocasion en que el ejt^rcito descuidose alg'iin tanto en ei asedio, porque los soldados, viendo cerradas las puertasdela ciudad, creyoron que Al-irab! se habia ya eansado de la gtierra, y entonces prepare su eaballeria, y^ cuando menos pensabau, les ftcometio; puso en fug-a a los sitiadoree y cogi6 prisionero a Taalaba en su tienda reniiti6ndoIo a Kdrolo, Luego que 6&te tuvo en au poder al prisionero, deseo tambifen poseer la ciudad de I^aragoza, y vino a acampar junto aella. Sus habitanres le eombatieron val^rosamente, hasta que le rechazaron,obligAndole a volver a su pals, Fu6 luego el emir a combatir a Zaragoza, y ocurrio que hallAndos acampado cerca
,
con
235
disputa
diciendo que los masamudas erao superiores a los Arabes. GAIib le asesto una cuchillada le mato, sin gran desagrado del emir, quien coutiimo su marcha hasta acampar eu la alquerla de Sautaver, eu la cual preudio hasta treiuta v seis persouas, eutreellas Ililel, cuyo hijo Daud matador del Fatiml, se escape; remitidos loB presos a Cordoba, fuerou eucerrados en una casa de )a ciudad, que era el iu^ar destinado para cSrcei. Antes de que el emir llpg-ase a /iara^oza, Alhosaiu ben Yahya Alausari acometio a Alarabi un viernes en la mezqui(a mayor y lo hizo matar, quedando unico dueno del mando, Aison, hijo del asesinado, que habia huido a Narbona, lue^o que supo la lle^ada del emir a Zaragoza, vinose para esta ciudad y se coloco detr^s del rio, hasta que un dJa, vio salir de la ciudad al matador de 8u padre, que llego hasta el dlque del agiia. Entonees Iaiiz6 a la corriente su caballo, JIamado ei Fogo.io, y saliendo al encuentro del asesino, lo mato, volvi6ndose despu6s con sus compafieros. Entonees tom6 este sitio el nombre de Vado de Aisdn. El emir llam6 a Aison a su lado, y vino a formar parte de su ej6rcito, combatiendo con H'^ai'agoza. Cuando los defenaores de la ciudad se vieron muy apurados, pidi6 Alhosain la paz, quole fu6 oforgada, dando a su Mjo en rehenes, EI emir lo recibio se apary t6 del cerco; mas el hijo de Alhosain, que se
;\'
,
16
236
Ilamaba Said y era hombre vigoroso, no esfcuvo eo e! eJ6reito del emir sino un dia, dAnque tenia en tiedose trazas para huir a.
.
rras de Pallarfea,
fu6 a devastar a Pamplona y Coliure (?), volvio despu6s contra la comarea de loa vascones y de Cerdana, y acampo en el pals de Abenbelascot, cuyo hljo tomo en rehenes, y le concedio la pa^s, obligAndose aqu6l a pagar el tributo personal. Luego prendio a Aison, temiendo se le lebelase.
El
ecTiir
de Hosain se vio con su padre, volvio 6ste a la rebeldia, y el emir salio contra Zaragoza, rodeAndola para combatirla eon miquinas de guerra, en numero de treinta y seis, segiin se cuenta, y tanto estreeho a laciudad, que vinierou a iroplorar su clemencia y le entregaron a Hosain, que entonces fu6 la iinica victima, en union con otro xaragozano que designo, llamado Rizq, de la tribu de Bernes, a quien inando cortar los pies y las raanos, muriendo en 6egulda, Despues regreso AbderrShmen a Cordoba y aposentose en la liusafa.
Lnego que
el hijo
777. DCCLXXVIII.,, Ad eumdem placitum venientes Sarraceni de partibus Spaniae; hi sunt Ihinalarahi et filius Dejucefi, qui et latinae Joseph nominatur.
t,
V, pSgl-
Ano
~
DCCLXXVII.,,
227
venertmt Sarrarem de partihuff Hispaniae, hi stmt IbinalarabiH films Dejuce ft, qui et latine Joseph nominatur, similiter et gener
ejus.
{Egiiikardi Annales de gestis C. M., Bouquet, t. V, pfig. 2uB0 DCCLXXVn,., Venit iisdem et loco et tempore ad Itegis praesentiam de Hispania
Sarracenusqtudamnominelbinaiarabi^ cum
aliis
Sarracenis aociis
f
vitates.qiiibus e fecerot*
(771
(Annales 220y221.)
111 (778).
tes
Tiliani,
,,,
Pertz,
t.
I,
pSginas ^
Sarraceni de partibu^s Spaniae] hi sunt Ibinalarabi et fitius Vejucefi, qui et latine Joseph nominatui\ 119f (779>, Tunc domnus imperator agens partibus Hispaniae per diias vias] tma per Pampalo7iiavij per qtiarn ipse perrexit usque Caesar aiiguHlam: ibi obsides receptos de Ibinalarabi et de Abutauro^ Pavipalonia destructa, Hispaaos, Wascones subiugatos, reversus est in Franciam.
Moimacense, PerEz, t. I, pAg. 2960 Et in anno 778, congregans Carolus rex exercitum magnum^ ingressus est in Spa(Cr.
^'
^l
\
<
^
228
Pampelonara. Etibi TmiruH Sarracenoriim rex, venit ad eum, et tradidit cinitafes quas habuit, et dedit ei obsides fratrcm .suuvi et filium. Et inde perrexit bisque ad Caesar ajig a staTn, Et
7iia, et
conqidsivit civitatem
r-J
dit'ni
in
illis
partihics raoraretur.,.
POETA SAXO
pAgs. 2^1 y 235.) Tunc SarracetiUfi quidani pervenerat iHnc, Nomine qui patrio dic/iis fi'it Ihi'udarahi. llic cvvi non paucis ^'iociis ac cioihus, illwtn Qui comitahaaturj fi::e.^ reg'onU JHberae Liquentem, Carolo se ded'dit, ac sinml urbesj Hex Sarracenus, quibnshnnc praeffcerat olim Ob hoc Saxonum tandem rfgione relicta, Gallica regna j)Btif ; p(^i haec Aquitania regeni Insigntiii Varolum- tenet ad paschaUa festa. IIS, Ind. 15. Ilorlatu i^arraceid cum se merao[rati JIispa}>afi urbe^ quasdani sibi suhfJere posse JIaud fruHra speravt, i-o sua viaxima coepit Agniina per celsos Wasconu^iL ducere inontes. Qui emit prima f'7/rinei ivga iam superasset. Ad Pompeionenit quod feriur fobUe cast7^nvi Esse Navarrorum, x'-evieits id. coeperat armis; Traiciensqr'e vado faviosnm flumnn lliberum, Cesaris AugtfUi quandam de voMvie dictam ^Vrbetn. prnecipuavi terris 2}eiietramt in iUis, Acceptis tavten obsidibu^, qnos Ibinnfarhi Ja-iii dictus par iter que- sua de genie fideles^ Illn&tresque viri dederant, sic inde recessit,
(Pertz,
t. I,
-^
AcPomj^elonemrediens^ deiecerat eivs Ad terrain vmros^ fieret ne forte rebellis. Cumque Pyrenei regressits ad, iutima saltus,
Millie cutn lasso calles iratisr.endtret arias, Insidias eius snvimo sub vertice vioniis
^ ^
\ \
\i
J
Tendere
22i)
Wa-'^cotie^ ausii
Denique postrenio'^ pop'fli regalia adorti^ Mis si lb lis priiito fifernmtf. ex collibiis aUiff, Et FrancoR. qua vis artnis aiiiviisqite pr lores,
cDtgiistns focus iufei^ioves* Itexiavi praec.es^it .tar'htinqnt, reman ^eraf. agtnen Cura vehendarinn q'wl rer'nii praepediebat. Fit 2^<fV0 7- kinc- exHrrAtihus. snhttoque tJunultu TuTbafitur^ victrix Jatronunt titrba nefanda Iitg&nte7)i Tapuh prae.davi^ phiresqne necavit.
Inijyar fecit
et
Natnqti^ palatini qtridam ce-idere Jiiiniati^i, Coniniendata qnibus reffalis copia gazae, Predones illos spoliis ditavit opimis.
His
per devia saltns Fugerttttf, celerant. ftterant qnihua ardua moiitiB Abdita Hlrfrritm voVi^ locfi jfofa profunde.
gestiSt ho'ite^ vas'i
Quos firga dilapso^ itiv.^figcbiiU el itox Indans eripiiif, kf^qnoretnr i-t idtio uvl^a. Acr focAtiiis taitffifii qnoiiunti pennannt viiuJttnn^
Trisiia regali snhdt.xit nnhila ni^nti,
Prospera
quai)i fecere.
{Eginhardi AnnaleSy Pertx, t- I, p<^^- 169.) Venit in eodem loco ae tempore ad regis prae^entimn de Hinpania Sarracenus qui"
cutn aliis Sarracenis socuH suis, di'xtfiii^ se ac citntateSy quiints eum rex Sdrrartiforum pT^a^'feceraL Idcirco reXjperacto mem.or{do co7iventu, in Gallia reverses natale^n D<nniniin Duttiaco villa, pascha vero in Aquitania apud Cassinoillum^
J
raceni
:--r-^^
230
tameii
lavit.
{Eginhardi Vita Caroli M, Pertz, t. II. pigs. i47 y 4i8.) Cum enim assiduo ac paene confinuo cum SaxonibuH hello certaretitr^ dispositis per congrua confiniorum lorapraesidiis^ Hiapa-
adparatu adgreditur^saltuque Pyrinei superato^ omnibus quae adierat oppidis afque casteUis in
belli
deuvdo
231
'
re-
permiiWascones in
summi mouHs
posUis htJiidiisest enim locus ex opaciiate sitvarum, quar%t.m ibi maxima eaf copia, vtsidiis ponendts oportu7ius extremain impedimentorum partem et e.os^ qui novisiyni agminis incedentes^ ftubsidis praevedentes tuebantur, demper incursanies, in auhiecfam vailemdekiunt, cornertoque cum eisproelio^ usquead unum omries
vertice
interficiunt. ac direptis ijnpedimentis, 7wctts beneficio, quae iam insfahat, profecli, su7n7na cum celrrifafr iu direr.^-a disperguntur, Adiuvabat hi hoc facto Wasconcs et (cvitas armoru7n. et loci in quo res gen-batur situsy
contra Francos et armoritm grav.itai^ et loci iniquftas per onmia Waaconibus reddidit iinpare.s, Inquo praelio fJggihardtis 7^egiae
e
mensae praepositus^ AnsebnuH C07nes palatiiy et Hruodlavdua Britanici limitis praefectus^ cum aliis cojnpluribus inlerficiuntur. Neque hoc factum ad praesens vindicari poferat,
quia hmfis
ut nc
re
perpetrata
ita dispersiis
est,
tium
ftma quidem
Ifi-
PAf?, lOrx)
El tftxto
deBoulac
los pl-
vascones: \o^ dl6 al req de los waxcoHe.v.-AliiiacarI, torao II, pAg- yi8, Abonalatir. t. VI, pSg- 100, y Abenjrtldun, ms. de D. P. Gayangos.-Abo-
-->;^-
2'd2
'
lo
pidio a los
vocabatur Alhabbez, et alius Meiic, utrique Alcorexis. Igitur audacter iiigresu.stint; aadacius et deleti sunt: u?w nayiique tempore imusinloco qui vocatuv Naharon, alter in fluvio Anceo perierunt. [Chronicon Sebastiam,'2'l-^ Ksp, 8a^r., t. XIII, pig. 485.)
(Num. 17. PA^. J80.) Iluius {Adefonsi) regm anno XXX geminiis Chaldaeoram Exercitus Gallaeciam petiit, quorum unuH eorum
con Sebastiani.
Abenadarimeiicionaelrlo .,..! Ar6n,que puede muy bien ser el Naharon del Chroni-
Vkg. 181.) M. M. J. de Goejo en 8U Descriptio Al-Magribi ex libra liegionum Al-Yaqubi, rf firi^,iidose a los Yaceiises, none una nota tomada de Al-lctakri, cuva traduciMon dice Pod Vascojies, medii inter eos et urbes confiniorum, habitant Licenses, quoruni terra penimulani a Francia seiiingit. Ill minus quam omnes Hispaniae Christiani calavntatibus sunt obnoxii. -PAg. IG.
18.
(Num.
{Num.l!).PAff.l86.) LoahiBtoriadoresAra1)68 espanolcs, clientes on su ma.yor parte de [08 Oraeyaha y entusiastas de e'sta dinastla los postenores, al referir la historia de los tro3primci-os siglos, generalmonte s61o uos dan notlcia de las cosas quo se reiacionan cou los piincfpes de C6rdoba: la* guerras que Ipa inontsneaes del PIrineo pudieran tener
iSJ3
con los ffobernadores de las fronteras, aun cuandofuesenfieles a! Call fa, lesiiUeresaban poco, mieutras no tuvieran gran importaueia: mucho raenos hablan de intereaarfes estas guervaa, cuaiido los gobornadorcsseconvertlan en rebeldes, como sucedia niAs de una vez eon los de Tudela, Zaragoza y
Hupsca. Abenhazaui, en su c6lebre carta sobre la Hteratura Arabe eapanola, mencioua ontre
otras, tres historias particulares sobre laa fa-
milias de loa Baniimuza, Tochibles y Banu Atawil, establecidaa en la froutera, y de aeguro que, si tales obras so encontravan, aclararian niuchoa juntos de nuestra historia; plies adomAs de las relaeinnespuerroras con
^*^
j ?
nuestros montaneses de Aragon y Navarra, tnvieroD otras niAs Intimas; ya qne, scffun las genealogies del llaniado c6dice de MeyA, los Banulope cstuvieron enlazados con la diuaatia de Ifiigo Arista, y la de los Ataull {o Atoel) con los condes de Arag6u.
Limites probables de la Conqulsta Arabe en la Cordillera Pfrenaica (1)Siendo la historia rte Ids Arabes de Espafla tan obscura en sn conjunto, rosulta de ordlnarlo que, en cuanto se pretende dar noUcia de iiua regi6n o de una serie de acontecimientos rofereiites a la dqminacion inusulmana, so parte de tindicioiies vagns, admltiendo ideas falsas o al inenos exageradas respecto a la conqulsLa, y se admiteu hechos, que en parte alguna aparecen probados, Para los tiempoa de la invasion Arabe, de fuentes cristianas aoerca de la conqulsta de la Cordillera Pirenaiva,%<}\0 lenemoa lo poco
%-.
nos dice el y qui/A no inuy exacto (2) que llamadol-firforo Pacense o /Uidnimo de Cdrdo-
Esto Acadcmia de
(1)
(2)
mimcr-o
\\o
Abril do
llKXi
y on
VII
tirada ai^arlOn
Puedevorae
lo
quo homoK
diclio on ol tonio
})hs:.
de
IH y
siif.
ba,
23(!
pues los autoi-es S,rabes en realidad nada dicen de la conquista de esa region, sino que a losumor.03 dan noticia de expediciones
posteriores, llevadas a cabo, no coti idea de coiiquista, sino con la de coger botin, o a io BUmo de debilitar a los cristianos para que
no estuvieran en g-anas y en condieiones de hacer dano a los musultnanes; esta difercncia de propdsUo por p.irtp. de los moras, de
verdadei-a conquista y ocupacion o de solo botin, no Iia sido tenida bastaute en cuenta por nuestros autores moderuos, que no se ha-
blan fijado en
ella. la falta
peaar de
absoluta de noticias
pertinentes a esta cuestion, se ha dado como corriente por cast todos los historJadores
los
que
la
Cordillera Pirenaica; \-Qvo que muy pronto fueron arrojados, no se sabe por quien, de la parte inAs montailosa, donle se detuvo la reconquista por bastante tiempo, haata que, bacia initad dei sigio xt, los jefes o reyea
de 103 Estados, Ndoarra, Aragdn y Condes de la Marca hispdnica, pudieron aspirar a mayores empresas y acometieron la reconquista de la tierra menoa montuosa, y luego
la
237
Roda en
minacion de
los
t-
regionalistas, dir6
(i)
Boutin de
la
Historia,
tomo XXXVI,
p&ginalSS.
Ar tomo Vll,
238
rritorios
muy quebrados y
las
propongo exponer
llevado a la conclusion indicada de que la j)arte o zona mas alia de los Pirijieos
me han
f(i4
no
en poder de
temeraria y antipatriotica esta diida, y, por tanto, lacuestion, ya que la mayor parte de nuestros libros de historia hoy dan por corriente que Jaca fu6 conquistada de los ^rabea por el Conde Aznar SAnchez en el ano
832 {=210/7 de la h6gira), do donde reaultaria que debio de estar en poder de los moros unos
cien anos; algunos autores adelantan esta reconquista-
probado que el Conde Aznar SAnchez arrancase del poder de los moros en estos anos la ciudad de JacaP Posible es la reii^itk
conqufsta, pero ningnna noUcia de ella encontramos en los autoreg drabes tampoco en auiores cristianos; es mAs, en los autores
Arabes noencontramos mencionada laciudad de Jaca, sfao a lo sumo en los gedgrafos^ y digo esto, porque si bien el gedgrafo El Ediifli,enIapartepubllcadaytraducldaporDo!iy
239
yGoeje, mencioua las ciiidades ^^^^ y *^5Uv que se ha traducido por Jaca(l)> es poco probable que ambas ae refieran a la misma poblacion y que 6sta sea la Jaca do Aragdn,
pues de
^^L^.
se dice
que estaba en
el
el
dhna
qiieestdn, dice,
Jaca?, lArida, Mequbienza y Fraga; la cita de \^^y^ es mucho mAs vaga, ya que el autor sienta que Toledo estft en el centre de
de Santiago sobre el mar de loa Ingleses, de Jaca al oriente (de Toledo), de Valencia aUudeste y de Ahueiiasobre el
Lisboa
al oeste,
mar de
Siria.
Kl ml&mo Edrlsi en la deacripcl6n de la Espana cristiana, texto y traduccidn publicados por el Sr. 1). Eduardo Saavedra, menciona cuatro veces a *3lrv, pero sin que pueda asegurarse que ae refieren al Jaca de
Arag6n, ya que
tal
VEspagnt par Rdriai, un texto arabo,.. aveo niio traduction, dos notos ot
(1)
V A frique
et de
KlOBsaire.
240
no es seguro que los geografos drabes mencionen de un modo expllcito la Jaca de Aragou, parece bagtante elaro que mencionah a los Jacetanos, como gento independiente del poder
vfer,
Sij
como acabamos de
musulm^n.
El Istahri, marcando en cierto modo el perimetro de Alandalus, dice <iuego (se va) a la region doMurcia; luego a la de Valencia, luego a la de Tortosa, que es ia ultima de las eiudades que ostAn sobre el mar; luego se une por la parte del mar con el pals de Alafraneli, y por la parte de tierra con el
pafs de
j^V--^U
de guerra y pertenece a los cristianos; luego se une con el pals de los Bascones, que tambi6n pertenece a los cristianos; luego al pals de los Gallegos, que tambi6n pertenece a los
cristlanos
El
(1),
mismo
Istahri,
(1)
M-
tliao, 1S^0.
241
fll^
M- Goeje (1), dice lo mismo suprimiendo gunas palabias, Poco antes que Istahri^ que escribid su
bro entre
los
li-
auo3 308 y 307 de la bSgira (915 y 920), tenemos a Jacubi, quieu deseribiendo la parte del norte, dice ^Inego (se va) deade Guadalajara hacia orieutoa laciiidad de Zaragozaj que C8 de las in ay ores ciudades de la froutera de Alandalu8 sobre un rio llamado Ebro, y al norte de ella (hay) una ciudad llamada Tudela, frente a la tierra de los infieles llamados ilascoues, y al norte de esta ciudad hay otra Ihimada IIuesGrt, que
estA limitrofe de los Francos de
una
clase
llamados
los
los
Chascas*
(2),
ea
seguro que
gedgrafos iirabcs niencioneu a Jaca de Arag6n, pero es casi segnro que los Chascaa
(2)
na
en
855.
(ino
f
do
los o6dlcop,
vez
estjiba
osorlio
que menciona
grafo
242
el
Jacxibi,
cabalmento
geo-
mAs
a los Jaqueses, ya que dice que Huesea coiiflna con una tribu o clase de Francos que llaraan Jaque&es, y esto no puede referirse
;alos otros Jaqueses,
que parecen
si
resixltar
dates del Edrisi no est^in tergivert^adoa por el autor, que tomara mal o confundicra sus notag, como sospecha persona muy competente en
en la parte de Cataluua,
los
estasmaterias. La confusion pudo quiz^ originarse por la semejanza de nombres entre Jacetaiios y Laceianos de los autores antiguos. De la suerte del territorio de Jaca pocos anos antes de la fecha eu que se supone con-
quistada de Jos nioros por el Conde Aznar Sanchez, nos pueden dav alguna idea las noticias que los autores francos, y mas aiin los Arabes, consif^nan respecto a un personaje moro, liahhilj que por los anos 790 figuraba
al
emir de Cordoba
hacia la parte inferior de la Cordillera Pirenaica en la actual provincia de Huesca. Dice Oihernat (1) refiriSndose af autor de
Notitia uiriusque VoJiconme, pAg- 2l9-
(1)
6ste se dirigio
243
a Tolosa, donde tuvo junta general {conveniiira generalem)\ que alll re-
cibio y despacho los mensajeros de Alfonso de Galicia, a los que *cuin donis suseeplt et pacifice remisit, neciion et Eahahic Sarra-
cenorum
niae proxiinis principabatur, missos pacem peteates et dona ferentes, suscepit et rem^sit-^ que rauerto Bahlul, fu6 Conde de esta regi6n Aur6o!o, y a sn vez^ muerto 6ste en 809, Amrozj prefecto tie Zarflgoza y Huesca, 5ucedi6 en el mando (de esta re^^ion) prometiendo entregarla a Liuiovico Pio, Los autores franco?, de quienes toina Jos dates el autor de Nofitia utriu.'ique VacO'
niaey diceii (en
mi
sentir) parte
de la verdad,
^"
pero no toda, ni todo veidad; los autores Arabes diccrj tanibiOn algo^ pero de todos modes las figuras de estos personnjes no aparecen claras. Abenialdun(t,omo IV-I.26)s6lo dice que <en el auo 181 (= 70-^ de J. C.) Bahlul, hijo de Marzue, &e rebelo en la regidn (o por las partes) dela Prontera y se apodero de Zaragoza, auadiendo a continuaci6n, que en el
mismo
aiio llegd (a
Zaragoza) Abdala
el
Va-
-rj-
lenciano,
(VI-108)
tlo
244 -"
cho.-^AbGnadarl (11-71)
~ Abenalatir
y el Ms, Ar. Ac, num. 80 (foL 266) emplean en parte las mismas palabras, anadiendo que Bahlul era conocido por Abulhachach^ consignando de un modo explicito que Abdala el Valenciano, que se dirigia a Francia, Ilego a Zaragoza y se hospedd eon
Bahlul: algo inAs no9 dice Auouairf (Ms. Ar-
a contiuuacion de lo dicho por los anteriores, que pone con las mismas palabras, aiiade quo -luego Abdala marchd a Hucsca, hospedindose en ella coo
Ac,
pero habi6ndose dirigido haciaelia Bahlul, log sitio, y separados de ellos los Arabt's, Bahlul entro en iluesca, niarchAiidose Abdala hacia Valencia, en la que peroianecio: esto(sucedfa)en el ano 184
Imrin y
los Arabes;
Tratando del ano 18B dice Abenaiatir (VI-US) que *en este ano hubo discordla y guerras entre un gran capitAn, llamado
Sin du<U por orrata do algun copista lo llama hiJQ dt Merudn on voz <I6 h\jo <U Marzitc, errata muy extl)
^j^'J^'*
P^^
AbuimrAay
243
Balilul, hi jo do Marziic,
de los priiicipaies Valeuciano estaba con AbuimrAu v fueron derrotado3 los de Bahlul con muerfe de mu" chos de 6llos>. En la misma pAgina, Abenaiatir refiere la Uegada de Ab^'ala el Valeuciano a Huesca al auo 184, sus discordias con Bahlul y an
retlrada a Valencia.
morn A/An,
dicienrlo:
Azan Sarracenuii
praefectns Oscae clavrs nrbis vmn afiis donis liegi viiait, piomitens earn .se tradititnnn, si
oj^portunitas eveniret; pero
la
oportunidad
no lleg6. Sin que aepanios cuAndo deaaparoce Bahlul^ nos encontranioa^segun losaiitoreafrancos, tnaniiando en el inismo terrltorio al Conde Auriolo, que re&idla a este U.do de loa
Pirineoa {trans Pyrinnum^ dicen los autores
Huesca y Zaragoza eu los confines de la Espana y de la Galla {in conflnio,0in comerlio, seKun los textos), Muerto Aur6olo on el afioBOO (= 192/^ h,), Amroz, prefecto de Zaragoza y Huesca, ocup6 el tefrancos), contra
24 ii
dor venir a su obediencia con cuanto tenia (A71. Berlin, en E.sp. Sag,^ tomo X, paga- 57:i y ^^)1.--Marcahispdnica, colinnna 296), En el nnismo ano 800 parece que Amroz se rebeia contra Alharjuem: asl lo coufligna
fol. 267),
di-
!a
Frontera;
luego viielvc a la obediencia; rnando alii ^nueveauos, riiez mescs v dlas, A]go ma3 dicen de Amroz los AnaJes Bertinianos, {Esp. Hag.^ X, pdt,^ 508 y XII, pAgina573j al aaegurar que Amroz entablo negociacloneacou Carlo Magno para entregarlo Zaragoza, y por muchaacansas no se llevo a efccto, y que expiiUado de Zaraj^oza por Abderrah ineii, hi jo de Abaiaz, -se vi6 ohligado a entrar (-n Iluesca. Aunque Abierrahtardo Ijasl antes anos ensuceder a 6U padro en el inando, (ano fS21 203/o h,) pudo ir en tiempo de su padre. El terriLorio que gobernaron Bahlul y e!
nien
II
Condc AhHoIo^
(6ste
segun
lo
que dicen
loa
autorea francos) y del cual se apoderi luego Amroz^ incorpordndolo a au (Jomiiiio de Hueaca, paiece que debia sor la faja que
media entre Hueaca y laa montaiias de Jacfi, ya que era Conde frente contra Huesca y
247
Zaragozaj y no es do supoiier que estuviera encargado de la defeasa do todo lo que media eiitre Iliiesca y las Cumbres de los Pirineos, Quizii algiuia antigua fortaleza quei esistlei a donde hoy se conservan los restos
de Loarrc, sirvieae de giiarida a Kalilul y despu^s ol Conde Aiirfiofraacfee. lo, como ya sospecho alguQ alitor
del
anUguo
castillo
Jaca,
si
la eatancia del
Conde franco ei* esa region, estaria ya de un modo expllcito bajo la protecci6n o domiuio de los francos, quo luogo crearlau ol Condado de Aragoii, o sxirgiria, einftiicipAu-
dose do
toria,
gIIos:
nebulosidades de nuestra
es Imposlble resolvcr:
his-
que boy
como
que la residoucia do IJahlul y luego del Conde Aur^olo, fuese el castillo de Alqut^zar. Sohrarbc y Uibagorza.~VA\ Sobrarbe tcnemo5 la villa de AlquAzar, de la que encuenal indl-^ tro niencion expresa en Abenadarl,
car
que en el auo 291 (-^00*^/7) AbenatauiU Berey moro de nuesea^en^usluchascou los apodero, ullofe, que dominaban en L6rida. ae
de
los castillos
de Barhastro y Alquizar
tomo VII,
pAp. 240.
(1)
(1)
--
24B
y de
Barbitania, que suponeinos hablan obedecido hastacnionces al emir de Cordol.upo, ba, rormaudo parte del gobiemo de
la
hljo
de Mohamed. Los autorea Arabes cltan con relativa freeuencia el territorio de la BarbitaDia, si biea en el nombre hay bastante vagilertad, pwes
t-'i^'^j^ cle no pocas veces aparece escnto modo que podrfa sospecharse, como ha sucedido, que se trata de Roltaua, poblacion que no encuentro mencionada en loa autores
Arabes,
con eate nombve i-^''^^j> que no figura en el gran Diccionario geo~ grdfico de Jacut, quien de un modo muy essi
no
lo es
llndaba con el distrito de Lerida y babla sido {a.barrera entre musulmanes y cristianos*; parece resultar que la Barbatania comprendla los territories de Sobrarbe y Illbagorza en su parte baja, y coino dice que habiasido
la
(I)
Abeiia on
el raoro
Kaafa.
249
uunca
al
doraiiiaron
de un modo pevmanente
reconquiata por
estoa limites.
los
cristianos miis
alU de
El noinbre j^^^\
Alqu^zar {o AlcAzar),
t6mese como palacio o coino fortaleza, nos iodicarla que alll sc establecieron los Arabes de un inodo especial, y la existenoia cerca de Alquezar, de pobiacrones quo por sua uombres parecen Arabes (Las Almuuias y Almaxorre) y el que no haya mAs al norte poblaciOD alguna, cuyo uombre parexca de origen Arabe, pueden hacernos sospechar que por esta parte Alqu6zar fu6 el llmite de )a domlnaci6n muanlniana; so supone recon-
el aiio 1091,
Bahlul y do Aur6olo y a esta cireunstflncia de ser reaidencia do un gobeniador da catoj^orla, robelde Unas voces al poder de C6rdoba, sumiao otras, dbberia su nombre, no tomando
de AlealA, que parecia inAs natural? La misma circunstancia pudo dar orig-en a la tradici6n deque alll hubo uu rey morOt al que, cual otra Judit, dlo muerte una donceel
-r-=- -r_:*^. z-
/J^-^
^
..
lia
250
"
"-"-;
crdneo del rey raoro, segiin la tradici6n locals estaba eitspotrado en uoa de las paredesdel claustro de ia iglesia. El mismo Jacut, al Iratar de Barbastro, dice que era de loa distritos de la Barbataniaj y que a elJaT)erteueclan los castillos de
de Alqufizar;
el
.
f
'
'^
!
^
que hemos heeho meneion; tambifen al tratar de Huesca se menclona la Barbatania, dicieiido quo ios distritos de Huesca estaban lindaban con los de la Barcoiitiguos
batania.
encontramos algnnaa notlcias referentes a la Barbatania, que genevalineiite escriben JBarbotana^ De la6poca romana se conoceuna iiiscripci6n latina, en la que con la abreviatura, BARB pai-ece indicarse el territorio de Bar^
En
ba&tro
quo como terra Barbotano^ cousta en documento delauo 551 (2). .En documento del ano 1080, publicado por el P. Villamieva (3), se conaerva la tradlcion de la Barbotania^ mencionando onnu regio
(1),
F J 1
(1)
I'i
HMori't,
tomo IV,
(5j
Idem
Viaje
0)
W^raWo, tomo
XV,
pAff. 283.
^-
V^
^
m.-^^-
251
Barbutana, la ctial, cuando fuese conquista dade poder de los ismaelitas, deberia perte-: necer al Obispadode RodaLasnoticiaa referentes al Roda de Ribagorza con las iudicacioiies concretas, que se refteren a las doi consagractoaes de sii Iglesia Cfttedral^y lasque luego veremos que se refieren a Ager, al norle de Bala^uer, nos
sugirieron la ideade que dichas poblaclones no fuerondominadas por loi musulmanes en
lo3
.
Roda
al
tiempo de su consagiacion eu ol atio 9:>7, sufl fuodadores, el Conde Ramon y la Condesa^ Erinisouda, no hacen iadicacion alguna de que hubieran conquistado su territorio del podeiMnuauImaii; a lo smno de los t6rmiuosen que el documento estA redactado podria
inferirse
(1),
bla aide aaiento dc Obispado; pero general*' Diente se admite quo dUhos ConooJ ee iimi:
i
^:
taban a restaurar la silla episcopal de Xtoda.^ Ahora Men, alguna noticia que se encuen-; traenftutor Arabe nos iudica que aigunos anos antes, el castillo de Roda habia sido
(1)
V^aseen
Villanutvfi,
tomo XV/pAff-2H5.
deatruido (en
el
252
ano
296 = QO^/g J.
C)
por
Moh^med
Atauil, rey
mcro de
Hiiesca, quien
vistOj se
habla apoderado de Barbastro, Alqu6zar y la Barbatania, y luego en el auo siguiente se apoder6 de Monzon y L6rida; todas estas poblaeiones perteneelan al uall semi -indepen* diente Mohdmed, hijo de Lupo, Como el texto referente a Koda es muy especial y podria alguien sospechar que, si las mcncionadas conquistas de MohAmed Atauil fueron contra musulmanes, lo mismo podria suponerse de la Roda, conviene copiarlo y
dos aiios antes,
cotnentarlo.
como hetnos
Abenadarf (tomo 11-149) dice: <En el mismo ano (29G 90&/jj) MohAmed, hijo de Ab-
delm61ic Atauil^ salio contra PaHares?! (PallAs?) en el nies de ramadAn^ e hixo alU una
gran matanza;
te del cajBtillo
lleg:61e
un emisario de
la geu-
le en61, lo
tregaron,
habi^iidose adelantado a
deatruyo; en
apodero del Castillo de Monie-Pedroso^ conocido per Monte de las piedras, >
afio se
,
mlsmo
253
que,
aunque el Rota nombre de Hota es comiin y hubia otro no cabe en Cataluua, junto a Vic, parece Roda de duda de que este sueeso se refiere a
Ribagor^a: a MohAmed Atauil, duefio un Barbatania, iuteresaba extender sureino niAs poeo mSs at norte, quiz* !e iuteresaba tei-ntorio que aada hacer iacursiones en resursos, enemigo coaobjeto de proeurarse
dinatural era que tales incursioues se y lo criatianos, per rigiesen contra territories gran que, como hemes visto, no tuviera mis
de la
AdemAs, pues los cvistianos vesulta del texto; cla a aumas de Mode Roda, ameuaKados por las para pohimed, no sinti6ndose Bon futrzas ofrecen espontftueamente lb que
der resistir, parecia natural que
exigiese; y uornialea efeetivamente, en las condicioues sometifendose a de la conqiiista musulmana, rehenes en gael tributo y a eutregar pagar pero Mohirantia, se terminaba la guerra; necesitaba destruir la fortaleza,
MohAmed
med
Atauil Barbaprobablemei.te era f rontera de la que visto, segun Jaeut, tania, que eomo hemos barrera een'a en este tiempo la
habia sido y
o 54
tomo a los cristianos el rey moro de Huesca, no son fAciles de identificar: ei cas.tillode Moof.e-Pedros, Monte de las piedras, conquistado en el misrno aiio que el de Roda, bieii piidiera ser. un castillo que estiiviese donde hoy la ermita de Nuestra Senora de Pedruy en el t6rmino de la Puebla de Roda, como sospecha mi companero y amigo
;t6
Saavedra. La sumlsion de Roda, o de sus ruinas, al poder de MohAmed Ataiiil, probablemente debio de ser muy corta y transitoria; si bien SU3 efectoi con la destruccion del castillo y destrozos eausados on la poblacion pudieron durar largos aaos^ pues la devastacion seiia bastante general: asi, nada tiene de extrauo
el Sr.
que se tardase cincueuLa anos (de 908 a 957) en reataurar la iglesia de modo que pudiera
ser eonsai^Tada.
antes de la fecha 908 por ning^una parte sueoa la reconquista i^e Roda, y entniices eataba en poder de los ciistiano5,
Como
puede admitirse que siempre habia estadoiudepeiidiente, quizA con alguna corta .sumision a pagar tributo o parias, Las devastaciones producidas por Mohd*
1101-3
255
quizi la igined Ataui! puedeii explicarnos que eslabao los dftHoda respecto Obispos, cuana los DOinbres de siu antiguos coutestar a la circular eti el ano 1102, al do
ncia
eii
del
Monasterio de Ripoll, pidea sufragios los nombi-an por poi- los Obispos difantos, y Raimundus retrograde de, este mode: orderi sia antecesEpiscopus homie viemoriae, sive EpiSalomor- Episcopus, Avinulftts sores; Episcopus, Odisendiis scopus, Aimericus
Episcopus
scimtts
(1).
et
aliorum,
quorum nomma
ne-
prniieros admitimos que Roda en los Si poder de la aonquista no cayo on tiempos de porfectaraente con ilrabes, esto cuadraria los
deque mftso inenosautori/^ada, la tradici6n, II en la carta kizo eco el Papa Pasciial se Raisus poseiioi.es a San
enqiio confirino dide Roda y Barbastro: en mundo, Obispo de los irabes, carta, refevida la invasion eha est ut episcopahs 86 anade; Unde factum in montana cathedra, quae lUerdac fmrat
transiret, in
oppidum
videlicet,
quod
liota
dicitur
(2).
([)
(2)
-pkg. 130.
pfig.
U3-
Si la traslacWn
256
a Roda tuvo lugar en los primeros fcienipos de la dominaci6n musulmana o en tiempos posteriores, no constaj y si bien es verdad que generaimente se atribuye a los primeros t!empos la desaparicion del Obispado de L6rida, nos parece m^s explicable en tieinpos
basfcante posterlores,
si
de
la Sede Episcopal
se ha de atrlbulr a
de los obispadoa no fu6 simultdnea, y se debid principalmente a lacasi extinci6n de grey cilstiana en alg^unas cittdades hacia fines del siglo x. Restauradalaigtesia de Roda en el ano 957, se dice que medio siglo despu6s, hacia
el
aentir, la desaparicion
r
=
ano 1010,
sufri6
una
niieva devastacion
;
por parte de los ^rabes y en ella fu6 hecho prisionero el Obispo Aimerico, qxie huho de rescatarse con dinero que recogio en Francia (1); esta incursion, con mds motive que la anterior, debio de tener por objeto principal el iiacer botin, y de este modo se explica perfectamente que a los pocos anos los
(1)
obra citadn,
tomo XV,
pftg. isi.
en Roda;
sioa
es
257
eata Incur-
deba
394 de
mencionar
de Albesa.
Un
llo
de Roda de Kibagorza por MohAmed Atauil, se hace meacion en lo3 aulores francos de una civifas Rota deatrulda por el Ila-
mado Godo Aizon en tiempos de Ludovico Plo en el afio 826(^21% h(^gira), si bien es
verdad que los autores que dan la notlcia suponen que la cijt'tas Hota eataba muy inmediata a Ausona (Vic); pero ya el P, Vllianueva {en el tomo VI, pAg, 1) propu?o la dnda de si la destruccidu do Roda por el Godo Aizon se referJa a la Roda. junto a Vie, o a la Roda tie Rlba^ors'.a: el autor con fiesa que }a eojijetttra es d^bil y me- basta^ anade, haberla propuesto. Fiii m'\ soutir, la idea parecio aventurada al P. Vlltanuova en virtud de una preocupnclAn muy jfeneraK
de admitir casi conio nn dogma euanto rcApecto a las cosaa de CataluBa dicen loa autores francos refet-ente a losBlgloa vin, ix y x, y tales autoree estAn muy lejos de inorecer la fe que se les ha concedldo; como creo ha17
ber probado
(1), los
258
Mag-
biogi-afos de Carlo
no y Ludovico PIo en muchos casos no supieron la verdad o no podlan decirla. Las razones que hoy pueden hacer mis probable la sospecha del P. Vlllanueva de Aizon que la Roda destrulda per el rebelde
es la
Roda de Ribagorza, son las siguientes: Pareee que hubo un solo Aizon, del que
los
dan noticia
autores Arabes, reflrifendole Aizon realos tiernpos de Carlo Magiio: este al paso que el flulta personaje historico de loa autores francos aparace en ac,
Aiz6n
que
son moralmente Imposibles, y que aceptados francos, tal como los relatan los autores hacen poco honor al Principe, a quien, sin embargo, se pretende ensalzar; sobre todo
las relacionea
de Aizon eon
el
emir de Cor-
doba, Abderrahmen II, tales como aparecen en la relacion franca, puede asegurarse que son imposibles, como cremos haber probado.
En
los autores
(1)
VU.
I'tips. -'Ol
si-t.
259
francas; en cambio, del Aiz6n moro, personaje verdaderaniente historico, resultan dates
que expUcan lo que los autores francos atribuyen a su godo Aiz6n, como sou, el haher sido aliado de los fi^aiicos^al haber vwelto a la obedicncia del emir de Cordoba V el haber hecho la guerra por la Cerdana y
regioneb limltrofcs. No repetiremos aqul cuanto del moro rebelde Aizon pudimos cousignar en nuestro trabajo: baste decir que *reconciliado con
AbderrAhineu I, en Zaragoza, en el ano 166? ^^7g2^g) niarcha con fste contra Alaba y CastUla y despufts a la Cerretania, dondo el
ej^rcito del
Emir recoge mucho botlu y so* mete a Abeiibelascot, que se presta a pAgar tributo> (pftg. 212). Los autores Arabes que narran esta expediclou no citan nombres piopios de poblaciones: solo meneionan la Cerretaniay r Ahenhelascoi; como las denominaciones de region son generAlmente vagas, pueden nuiy bien indicar
el
llmite adon-
de Uogaunaexpedicion, omitiendo los nombres de lasreglones Interraedias, Teniendo en cuenta que la remlniscencla franca en lo relative a Aiz6n, menciona el nombre de Roda, podrlaraoa muy bien supo-
260
ner que la Roda que se supone deatrulda por Aix6n, fuese 3a Eoda de Ribagorza, sometida, no destruiday por las armas del Emir, acompanado de Aizoiij ya que la Roda junto
a Vie pareee estar mAs all& del llmite a que llego la expediei6n deAbdeirAhmeny Aizbn. Que este flupnesto godo^ en realidad moroy nos6lo anduvo, sino que tuvo su asiento por
^1
^ ?
parte de Roda de Ribagorza, pareee la indica bastante claramente el doeumento quesugirio la idea al I\ Villanueva: en la escritura de consagracion de la iglesia de San Esteban del Mall, pueblo muy proximo al de Roda de Ribagorza, los Condes Unifredo y Toda dicen en el ano 971, sicut autem ibi mitto totum ipsum alodem, qui.fuit de Ezone traditore\ este Ezoii iraidor pareee pueda identificarse con 1 Aixon moro Uaila
-;.
rJ
dor
traidor a los FrancoSj con quienes estuvo durante algiin tiempo. Si admiLimos que la civitas Rota, a la que
se refleren los autores francos al tratar
con
gran confusiou de Ics hechos en que tomo parte Aizdn, se refiere a ia Eoda de Eibagorza, no seria aventurar mucho el admltir que fuera la residencia de Abenbela&cot,
-y
#'
^4'
~
que,
261
bien hubiera estfldo independiente basta entoiices, o qutzd hubiera estado so-
metido a pag-ar tributo qwe eiitonces rehusara pag-ar, al -^ual hubiera de soiueterse de nnevo, eonio espoiitAneaineote ofreci6 Roda un siglo despu^s al verse :iiTieimzada por las armas de MohAmed AtauilEl suponer a Abenhelnscot, Coude de la Cerdana, coinoindic6 Dozy, no parece que sea aceptable, ya que en los docuuientos referentes a la Cerdaua, imicho mAs numerososquelos referentes a Ribagor/.a, uo se hace
mencion de
tal
peraonaje,
seg^iiu
nos dice
de
!a historia
Af/ei\En trabajo leido ante la Acadeniia en Abrii de IDOO, emltl la Idea de que Afi^er quizA no habla caldo en poder de los moros hasta niltad del sig-lo xi, 1050 (1); las razones en que me fundaba eran los sigulentes heehos coosiguados por el ? Viilanueva con motive de su viaje a la villa do Ager y exanaen de bu archivo (2): * Ya en el aiio 1036
(1)
lioUtin
'te
la
Heai
Acd'h-rni't
r/t
fa
iti'/rid
tomoXXXVI,
i>6g.
4N.
y-
y
y
262
1041 auena esta villa poblada de cristianos con un monabterio gobernado por el Abad
.
Lanfranco; pero antes de 1050 ( =44 Va) ^^1vieronlosir.orofl arecobrar su posesion, quemando en su entrada las escritwras que hallaron de loscristianos>; consta e&to ultimo en documento del ano 1061, en la cual feeba estaba de nuevo libre del poder musulmftD, Ahora bien, si en el ano 1037 el Abad Lanfranco reclania y gana en juicio ante el Conde de 0rgel, Borell, derechos que correspondian a la Abadia de Ag-er en Artesa (pAgs- 109 y245)y en el ano 1041 habia en Ager, al meno8 tres iglesias con los titulos de Sa7i Vicente, de San Pedro y de San Salvador^ en mi aentir, esto iudica, o que nunca habia estado en poder de los Srabes, o que, al menos, hacla mucho tiempo que habia sido reconquistada; y como nadie indica una reeonqulsta anterior a este tiempo, ni parece probable que la hublera, ya que la vordadera reeon-
qulsta indudable e historica de la llnea subpireinalca en toda su extension no se inicia hasta estos tiempos, dob parece mAs racional
>
admitir la hipitesis de la no dominaoi6a musulmana en esos terrllcrios, o a lo siimo, que se someterlan a pagar tributo, que como
\- -I
263
hemos visto, ofresierou los de Roda al verse amenazados por las armas del rey de Huesca
1011 y 1061
parte de los moros, segiin reautta del docuroento, en el que como motivo para no poder presentar en juicio el testamento de la raadre de dos hermanas que litigabau, se ale'^a que fu6 destruido por los inoros quando Sarraceni ipsum castrum et villam de
Ager ceperimtj omyies scHpturas^ quas ibi repererunt, cremaverunt et deleverunt (pAgina 94). E-esulta, por tanto. que en el tiempo que media entre 1041 y 1061 los moros ae apoderan do Ager y vuelven a perderlo. ^Es que Arnaldo Mir de Tost la reconquista hacia el ano 1050, eonio sospecho el padre VUlanueva, o que la incursidn de la que results el saqueo e incendio de Ager se debi6 a una invasion de moros que tuviera sim-
quiera de las dos hlp6tesi8 es admisible, pues como en esta fecha habia en L6rlda rey moro Independiente, pudo 6ste tratar de
extender ua poeomAs sus doralnios, lo qne no era corriente en 6pocaB anterlores, como
_
sueetlio
264
heehas en Cata* luna por Almaiizor, y poeos auos despu^s porsu hijo Abdelm6lic en el ano 1003, en quese dio la batalla de Albesa, en la que murio Berenguer, Obispo de Elna, como noa dlcen el Necrologio de Soda (1) y la Crdnica
en
las ineursionea
de Ripoll {"2): quizA en los trances de esta bataila bubo de rendirse (el Coode?) Armengol, hijo de Borrellj que anos despu6s (en Junio de lOiO) muiio en la batalla de Acaba albdcaVy peleando en favor dj Mohamed Al^. raehdij uno de los dos usurpadores del califato de Cordoba contra el d6bil Hixem II (3). La fecha concrota de la batalla de Albesa, de la eual solo sabiamos el ano por los test!raoiiios cifcados, est^ inAs piintualizada en Abenalfaradl, qiiien dice de uno que mu.
<
A
el
texto ii^^l^M)
cerca de Balague (Es^inguev)^ eljuevesadiez por andar del mefi rehi postrero del ano 393
(=19 de Febrero
<l)
J':sp.
del
ano
XLVI,
1003)
(4),
Sd'j.j
tomi)
pA*f,
HiO.Vilianifeva,
BJ3.
lomo V, p^g" '2^' Abenjaldun, IV", p4g. 185. Dozy, Histoh-e (3) dts mulsumans d'JKspf*ffne tojno llT, pAg> 296,
Yilianuevat
(4)
tomo
VII, pAg.
152.
la
2G5
-De
l08
^rabes de la parte de la Cordillera Pireuaiea al oriente del territorio que fu^ despufes Condado de Paliaa, nada concrete encuentro en loa
autores Arabes; pues sospecho que lo que ae ha tornado por confirmaeion de la rebeliou del verdadero o false Muauza, nada tiene que ver con ella, y noa inclinamos a creer
que se reflere a la conquista del territorio de Minorisa o Manresa por el emir Alhaitain. Abenjaldun (t. IV, pAg:. U9), dice del emir Albaitam que <vino a Espafia en el mes dede Abril a 5 tierra de Mayo de 729), fu6 de expedicion a de Li-rs^ y la conquisto, permaneciendo de
moharrem
del auo
lU (=de
Abenadari
(t. 11,
pftg- 27),
dice y
el
fui
ci6n contra
na
145),
Abenjaldiin, y
Abenadari, poneLwy^.advierte ennotaque Almacarl loa manuscritos de Abenjaldiin y ponen lx.yi.\ de donde resulta que en palabra
266
ma-
razou para etlo. En otra parte he discutido si existio o no un perBonaje Uamado Munuza (1): prescindamos aqui de eata cuesti6n que no hace al caso.
Examinemos
si
liay
para expresar que Alhaitam fuese a someter a un rebelde? Tal como eatA en Abeaadarij conlanoticia incompleta, podria admitirae, aunquelo natural hubiera side el deoir que le habia derrotado o sometido; en lo8 otros toxtos se dice que Alhaitam f\x& de
expedicion contra tierra de ^t.S.^ y que la conquistd; si el objeto era someter a un rebeldflj poco a cuento veuio el indicar que habIa conquistado su tierra sin decir nada del rebelde. Admitido que en la expeiicion de Alhai-
tam se trata de un
pais,
y en
este
tiempo las
expediciones es probable que se hicieran aiin con objeto de conquista, ^de qu6 pat* se trata? DIflcil es contestar a esta pregunta con los pocos datos que boy teuemos, pues no indicando los autores hacia qu6 parte de Espa(\)
tomo VII,
267
na estaba la tierra de V^^a-, cabe buscarla en cualquiera de los puntos de la Peninsula, que no coiiste que hubiera sido conquistada previamente: fljAndonos en la parte oriental ligera de la Cordillera Pirenaica, con una
modiflcacl6n en
no3 resultarla Minorisa o Manresa: en los manuscritos Arael
nombre
i con un solo bes occidentales, escrito el punto ^, se confunde f&cilmente con el -^i y cddices es muy posible que constando en los
'i^^fi--,
e impreso ^^j^"
en tipoa onlinarios;
la correccion
que Dozy
trataba acept6 per el prejuicio de que se viode Munuza, paleogrAficamente es m&s que niodilenta, pues de las cinco letras hay que dob flcar dos: para que la rectifioaclftn permitimos no parezca tan atrevlda y aun de temerarla, dada la autoridad merecida que goza el autoi hoiaud6s, advertiremos que la rebeliin del voi dadero o hupuesto Alhaitam, Muii iiza es posterior al emirato de que dos o tres aflos de si bien no hay mfts
diferencla. AlhaiSi se probase que la expedlciin de
tam
66 reflere a Manresa, de
un modo
indi-
que
la
268
que contra todo esto puede adu^irse, como prueba de alguu valor, el hecho, mfirS menos hiatdrico, del gobierno de Munuza en la Cerdana; de esto hemos tratado con alguna extension en el trabajo citado, donde el lector puede ver las razones en que nos apoyamos para dudar de la relacion del
es
Verdad
llamado Isidoro Paeense^ o Andnimode Cor* doba de Toledo^ como le llama autor muy
respetable-
SlD que contradiga a !o dicho, ni aun a lo que S6 dirA luego, puede admitirse que los musulmanes se apoderaron de los puntos mis
importantea del valle del Segre, ya que resulta muy probable que por esta parte pasaban de ordinarlo a las Galias; varias veees se indica en tiempos posteriores el paso de expedicioaes musulmanas por laOerretaniai sin que esto Implique el dominio de esa regi6ii por los raoros, antes al contrariOj parecen Indlcar los autores que los musulmanes pasaban por pals enemigo haciendo botlo.
Aunque
la exiatencia
de monasterios en la
269
domiclpios del IX no prueba, en rigor, la no nacioD de los ftrabes en el territorio, es un de la indicio que se ha tornado eomo prueba
reconquista, y quizA puede aducirse mejor eooio prueba de la no conquistaexisEl P. Villanueva (t. xi), cita como Trestente en el aiio 785 el Mo7iasterio de ponts o Centelles a tres leguas de Urgel; en
una Conde Santa Grata, sobre el rio Busia en el dado de PallJls; en tiempo de Carlo Magno, Bellera, enain fijar ano, el de San Gines de
en 781, e! de TaGerri, y en 806, el de San Saturnino o de hernolesy a media legua noroeste de Urgel. El Principe Quintiliano (1). Al tratar de la parte moa" la conquista o no conquista de tanosa de Catalufia, uo cabe boy prescindir de
tre loa rios Flaioiselt v Bosia;
mencionai- al Uamado Principe Cluintiliano. oreo, El P. Villanueva fu6 el primero, segiin que encontro y publlc6 una corta nofcleia de Monasterio este personaje: en un e6dlce del el de Ripoll, de letra del siglo VJii, encontr6 teste cronologlco sigulente: tAh incarnatioVillanueva,
(1)
tomo X; pAg.
1.
__ J
-
-l
ne autem Dfii
270
~
in pj^eseiitem,
primum
est
anniDCG.xxx,vi, Mientras no hubo mk% no ticiaa referentes a Quintiliano que la publicada por el P. ViUaiiue^a, cabia poner ea duda la existenda de este personaje, sospechanilo que pidiera haber equivoeacion en la fecha; pero eiicontrados nuevos datos, cual es la noticia de la rauerte de Quintiliano en el ano 778, en la cual fecha, segiin un martirologio de San Juan de las Abadesasj ^td, senior in de MocronOy pareceque hay que admitir la exlstencia de este personaje
corao seiipr o rey ojefe de un territorlo mAa menos extenso en los inontes de Mont-
groay, tanto mAs, cuauto eo documento del aiio 804 figura otro Quintiliano, seiior de
hijo o nieto
sucesordel Principe Quintiliano (1). Admltase o no la oxistencia de un Qiii7itiliano^ seiior de Moiitgronyy con un territorio
U bibHografCa
amiga D. Joa-
^-
mAso menos
gaodo
los
271
mor03,sie9 que antes habian estadosometidoa de veras a los godos, segulrlan gobernAndoae, poco mAs o meno3, del mistno modo, poni6ndofie al frente del gobierno de cada valle o pueblo la peraona de mAs presmetigio, fonnando nucleos naturales niAs o
nos extern OS, hasta que, andando el tiempo, antes de fin del siglo, Carlo Magno extiende la 8U influencia, los anesioua mAs o menos a moderna, q^i*^^^ '^ ^^^^ supone recon-
qulsta del poder de los moros, es en realldad conquista contra o sobre les naturales del pais por las armaa o Influencia de los Francos, contra cuya dominacidn pronto hubo quejas, como lo indican las reclamaciones elev,adas a Carlo Magno por los naturales
alude un diploma del ano 812, y poi" cierto quo entre loa reclamantes flgura uu Quintiliauo, que blen pudo ser Montel mismo que figura como senor de
del pais, a las cuales
grony en
doeumento citado del afio 804, Es muy posible que Quintiliauo y Abenbelascot, de quien hemos hablado antes, f ueaen jef es indlgenas que rigieran pequeflos estael
272
dos autonomos, hasta que fueran absorbidos por la influeDcia carlovingia, ios mds orien-
y de ua modo mAs complete, pero se amancipan antes; es muy posible que como QuintUiano y Abenbelascot hubiera otros jetes, cuyos nombres no ban Uegado
tales quizA antes
nosolros.
uor Balari
(2),
123 corresponden al
Condado
deUrgel, 84al de Cerdana y 31 al dietrito de Berga, eorrespondleudo las 40 restantes al PallAs y Ribagorza. ^Todas estas poblaciones hablan sido reconquistadas por Ios uaturales del pais con o 8iu el auxllto de Carlo Magno? E^to ultima es lo que se cree generalmeote, pero sin pruebas; puea ios autores francos no meneionan espedieion algnna de Carlo Magno a estos puntos, cuya conqulata, si hubiera teniLa fecha rosulta del 81^, aunquo pareee ofreoer graves difi'^'UltadosT por las cnalcs Ios mAs conooedores de la hiRtoria local suponen et documento del afio *^.
(1) (3)
273
do que hacerse, hubiera exigido muchas eampanas, ya que, suponiendo a los moros en posesi6n de los caatillos o pueblos mAs o meDOs defendidos, no era cosa fAcll echarlos de ellos por lo quebrado del terreno: para poder desalojar de los riscos a muy pocos ee necesitan muchos hombres, y, por auadidu-
en tales territories, ejercitos numerosos no pueden moverse. Contra esto podrA alegarse que en el documento de eonsagraci^n se indica que la los iglesia de Urgel habla side destruida por de los infieles y restaurada por los padres que asistea al acto en tiempos del piisimo
ra,
Emperador
Carlos Augusto.
Si el dato da la destrucci6n
de la Igleala
musulmanes es exacto, lo que no negamos, no probarla que Urgel huque biera estado en poder de ios moros, sino
de Urgel por
los
^_
bastaba que hubieran pasado por alii, probablemente en alguna de las incursiones al del otro lado de los raontes: por todo el valle Segre hasta las cumbrea pirenaicas sospechamos que los arabea pasaron varias veces, como quizA lo hicierou por Jaca;que el pais tales visiy las iglesias sufririan mucho con la tas, no hay para qu6 decirlo; de mode que
18
iglesia
274
bien ser destruida, en parte, se eatiende, pues ios soldados nose entretienea en arrancar las piedras,
de Urgel pudo
muy
para que pudiera ser verdad lo de no dejar piedra nohre piedra, como en sentido hiperbolico se dice de TacOiDO se necesitaria
rragonaen cuyas murallas ciclopeas ni Ios b^rbaros ni Ios Arabes dejaron piedra sobre piedra^ y alll permanecen inmoviles Ios bioques ciclopeosj protestaudo de tales afirmaciones.
Admitido que Ios puebtos mencionadoa en la escritura de consagraei6n de la iglesia de Urgel no estuvieran nunea de un modo permanente en poder de Ios moros, (-hasta donde ae extendla el pals Ubre? Se pueden marcar jalones, pero sin Ilegar a detalles^ que mucho menos pueden senalarse en PallASjRi-
pueblos cifcados con Ios nombres actuales, correspondencia' que nos ha sido facilitada con su habitual generosidad por ei Sr. Miret y Sans, resuitaria que en la fecha 819 6 839 eran IndepeudienteB loa pueblos al norte de la iinea limitada por las poblaciones de Tremp, Oliana, Solsona, Lladurs, Guixea,
275
Cisguer, Gironeila y Santa Maria de Merles^ CQ los actuales partidos judiciales deTremp, Solsoua y Eerga,
quiere decir eato que al mediodia de estas parroquias o iglesias del Obiapado de Urgel no hubiera otros pueblos independieu-
No
pues ya queda iodicado que Ager noa parecfa haber estado en estas coudiciones. Hay algunos indioios de que la froatera que separaba a los moros y cristianos era una faja o llnea mAs o menos aucba, que como por acuerdo tAcito, pues la neeesidad obligaba a ello, permanecla despoblada algodeestoindica e! autor dela vida de Ludovico Pto, ai decir hablaodo del a&o 790?i Ludovicns ordiiiavit illo tempore in finibus Aquitanorwm ciTcumquaque firtnissimam tutelam. Nam civitaterti Ausonam^ castrum Cardonani^ CastrumseiTam et reliqua oppi^
tes,
da
oli'm deserta
mnnimt^
hahitari fecit, et
Burrello Gomiti
cum
da commisit
Si
(1),
eu
el
alio
sean habiiadas Vic, Cardona, Caserras y otras ciudades, desiertas o abandonadas au(l)
SS'^.
tes,
276
podrla muy bien suponerse que el abandono despoblacion habia obedecido a esta circuDStaneia, ya que el llmite de la dominacion musulmana pr6ximumente llegaba a
esallnea, y no se dice que conquistara esas poblaclones, sino que las fortified e hizo que fuesen kabitadas; lo que en realidad era un r'eto a loa muaulmanes, indicando el proposito de hacer retroceder la frontera de separacidn, emprendiendo luego verdadera
em-
presa de recouquista, aunque quizA con poco conoeimiento de los elementos con que po-
dlan contar ios Francos: es lo cierto que las empresaa de Carlo Magno y Ludovico Pio en la Marea hispaoica fueroa poco lucidas y de escaso o ningun resultado.
I-
r^-.
Ja
do^
Poco y DO muy seguro es ]o que se sabe respecto a la suerte de Narbona, Gerona y Barcelona durante el tiempo en que, con o sin alternativas e intervalos ra^s o menos largos, estuvieron sometidas a la dominaci6n de los musulmanes; ni aun consta con segiiridad la feeha en que eayeron en su poder,
pues ni
los autores cristianos ni los ftrabes
dan
tion;
combinando los suministrados por unos y otros, podemos Uegar a ver algo claro en este punto: esto es lo que n03 proponemos en el presente trabajo, en el cual procuramos aprovechar los^ datos aceptables que heraos encontrado en los auy gracias
si,
^=*
tores &rabes, aclar&ndoios y comptetAndolos con las notieias <[ue suministran las Crdni-
dos para lo
my~
pues
si
278
do servirse de los datos de los historiadores ArabeSj ha sido tomAndolos del ya entonces desacreditado Conde^ o de los que en realidad, como Viardotj Romey y otros no haclan nifts quo modificar la narracion de aqu61, cuaudo no la encontraban aceptable.
intentaremos diseutir, ni siquiera haremos niencion de muchos aconteciraientos que autores respetables admiten como hist6rie08j fuudados en tradiciones niAs o menofi corrientes en autores anterlores; e&to nos
-
No
llevaria a tener que escribir un libro no pequeno, ya que la impugnacion de cosas disparatadas, muchas veces reaulta muy dificil
'i"
:^
y larga. Cataluna, como Aiagcn, no tuvo Cronicas coetAneas do los primeros siglos de la recouquista, y cuando so quiso suplii esta defi-' ciencia, se aceptaron las narraciones n^As antiguas, aunque no coetAneas do las Cronicas francaa, reapecto a las invasiones de los Arabea en el Mediodfa de Francia, en cuyas narraciones, naturalmente, se bubo de insertfir algo referente a las piimeras incursiones de los muslimes vn Cataluiia de paso
<
"-=
_ -
-<
9=;^
^:.-
PIL^-:
para
las Galias,
279
los
tiempos de PepinOj el considerar la Marca hispdnica como parte integrante de la Qalia, fu6 causa de que los autores posteriores se interesasen niAs por narrar los sucesos, que a fines del siglo VIII y primera mitad del ix se desarrollaron en lo que hoy es Catalufla, Aragon y Navarra, No son mueho mAs abundantea que on las Cr6nicas francas los datos consignados por los autores Arabes, de que dispdnemosj con relacidn a los territories meocionados; hi
ya que desde
bien respecto a los de las Cronicas francas tienen la ventaja de su ilaci6n y el que no estfin en eontradieci6n o incongruencia con el mode de ser del pueblo musulmAnj como frecuenteraente sucede con la narraci6n de las Cr6nicaa francas, que atribuyen a personajes musulmanes hechos que nos parece imposible que un musulmin hnblera pensado
en
ello (1).
(1)
De
alffuiins
jiajesmulsumanes tratamos con algoiia Gxtensiiii on 217 ol tomo VII de In Coleccidn de Estudiofi Arahes, \th^s
y
r.
eiguientes.
'
los
el
280
n
f
autores Arabes, se explica fAcilmente por becho de que ea general los historiado-
de Jos Omeyas, no tenlan interfes eo narrar las guerras de los moros de Cataluna y Arag6a en bus luchas con Ids oristianos, ya que con frecueucia eran rebeldes at poder central de los omires de GdrdobaLos autores drabes mencionan pocas veces la ciudad dc Gerona, pero como 68ta se encuentra en la dlrecclon que ordioariamente bablan de seguir las tropas de los invaaores musutmanes para llegar a Narbona, eatas lucursiones podrAn servirnos para conjeturar si Gerona, en un momento dado, estaba somctida o no a la dominacldn musulmana; por este motivo, aunque uuestro inter^s estd principalmente en ilustrar la bistoria de Cataluna, narramos, como relaclonadas con nuestro asunto, las expedlcionea de los musulmanes a la Septlmania, Galia, Narboua y Aquitania, aunque en la narra: ci6n no eneontremos mencioqados los norabres de Gerona y Barcelona. Como las invaaiones de los aarracenos en Francia fueron estudiadas en el primer terres, clieutefl
^r^^
ii
*,
281
cio del siglo pasaflo por M. Reinaud (1), aprovechando las noticias de los autores francos
datos suminiotrados por los autores Arabes m^a importantea, aua loa que uo estabao publicados entonces, como AhJiacari^ el Ajbar machmtiay o sea An6nimo de Pari8\
los
Abenalcutiya y Aniioitaii'l, parecequenuesmucho lo tro trabajo huelga, ya que uo es nuevo que de autores Arabes podemoa aprovechar, y que, por supuesto, cooio hemos ludicado, al tratar de la ocupacida y suerte deNarbona, por necesidad hubo de dar laa noticias que refercntes a Gerona y Barce-
celona se ligaban con las que formaban el objeto primordial de su libro; sin embargo, creemos que no hutlga nueatro trabajo, aunque 8610 abarca parte de lo tratado por
F"--^
M, Reinaud, o sea, las invasionea del simAa liraitado las glo viu y aun de un niodo que hacen re(ereucia a Barcelona, Gerona y Narboua. La obra de M. Reinaud parece que ha
France 4n Invasions des Sarratins eu Frame it de pendant Us 8\ 9- H IQ' Savoie, en Piemont ei dans la Suisse
(1)
_X
-
atdenrs
cMiUns
ti
mahom-
.-'.
tan*,
por M, Relnflud,
Paris, 1836,
-J:
282
y espe-
cialmente por mia paisanos Ios autores aragoneses y por Ios catalanes; hoy pueden hac^raele serios reparos respecto a la autoridad que concedi6 a diferentes fuentes, de
que se sirvld, tanto crfstianas como alg^unas de las supuestas musulmanas, Eq la Introditccidn^ M, Reinaud hace inacertadas respecto al (xoco valor de rnuchas de las tradloiones locales, que no se apoyaii en documentor coetAneos, citandoalgun caso muy notable de tradicion
dicaciones
muy
disparatadameote auacrouica; pero aun aprovecha otras, que quizA no sean admUlbles y que hayan nacido con bastante
local
que
se
Para
del JX conviene
autor en que
]as
Cr6nlcas
posteriores a Carlo
Magno
to-
mfindolo de
elios
la
mayor parte de
Ios ero-
aCarlo Mag-
hechos mfis importantes relatives a Ios moros, Uevados a cabo por sus antocesoresy por Ios prlncipes que le sucedieron.*
Ios
no
283
Lo mismo sucedli en Espafia con Muza, ft quieii se atribuyeron muchos hechos posterior ea.
.Las Oronicas de Saint Denis, dice M. Reinaud (pAg. XXVIII), que gozaron do la mds a alta estima en Francia, no cometizaron siglo xii, y ser eseritas iiaata mediados del para
aeontecimientos anteriorcs, el redactor se Uinito a admitir las relacioiies co
los
rrientes.*
verAsl es que, durante largo tiempo, las daderas fuentes de la Historia de Franciaxvii estuvieron abandonadas, y hastaelsiglo Roman de Garin y las obras atiAlogas
el
fueron casi las iinicas fuentes consultadas; romances a las cr6la confusion paso de los do sannieas, y de fistas a muchas leyendas
tosCcomosin duda sucedid entre nosotron),. lo verde modo que es imiy dlficil discernir dadero de lo faUo: es verdad que esto se dises imcierte a veces; pero en miiohos casos mediar posible probar el anacrouismo, a no uno una felta casualidad, como 8ucedi6 con batalla de 108 supuestoa incldentes de la de admiteque Poitiers, en el cual la tradici6n
un destacamento del ej6rcito derrotado, y acu* que se habia refugiado en Tarbes, fu6
:^
_=^
284
xhillado por los cristianos, guiados por San MissoUn, preabftero de Tarbes, que el autar
de
Essais historiques sur le Bigorre, M, d'Av^zac, ha reoonoeido que es anterior en algunoa sigios a laa iovasioues musulmanas> (pAg, 50),
los
Como expHcacidu de
tos
la falta de
documen-
coetAneos referentes alosprimeros tiempo3 de la invasidn Arabe, dice M, Eeinaud (pAg:- XI): *La 6poca de las invasiones de los sarracenos en Francia correaponde preoisamente a los tiempos mAs desastrosos y mAs obscuros de nuestra hlstoria. Cuando estftB invasiones oomenzarou, hacia ei afio 712,
laPraneia estaba divida enfcre los Francos del Norte, que ocupabau la Neustria, la Austrasia y la Borgona, y los Francos del Mediodia, que eian duenos de la Aquitania desde ei Loira a los Pirineos, y los restos de los Visigoios, que hablan conser/ado una parte del Laoguedoc y de la Proveuza.* M, Reinaud(pdg, LXI) creia que la larg:a distancia que nos separa de los tiempos de las invasiones de los sarracenos, no permltlan esperar que se Jleg^ue a llenar todas las lagunas, que aun existlan respecto a la
Jiistoria
dice,
285
que se presentarAn nuevos hechos*. Algo, aunque poco, ereemos aclarar con el
testimoaio de autores Arabea antes desconocidos, y aun puedenesperarse nuevos deseubrimientos, como es el de !a Bistoria de
Francia desde Ctodoveo hasta mitad del siglo Xy escrita per Godmar, Obispo de Gerona para AlhAquem II, siendo aun principe^ heredero, es decir, antes del ano 350 (20 de
Febrero de 961 a9 de Febrero de 962), obra de la cual MasoudI vi6 un ejemplar en Egigto* Respecto a la autoridad que deba darse al teslimonio de autores Arabes osuputstos taReinaud admiles, debemos insistir en que cuantio como proeedente de autores Arabes caldo en to dice Condej quieu aun no habla descr6dito, y hoy es sabido que tiene poca
autorldadj por no neg&rsela por completo; creo haber probado (1) que buena parte deexpedielones de los hechos referentes a las
los
musulmanes haeia
como
estAn narrados por Conde, son falsos o dudo* otros 80S y no proceden de autores Arabes: de
Discarsoleidoantela Real Acad^mia do la Historiaon lareG6pci6n pfiblicftde D. Francisco Codera y Zaidin, ol dta 20 do Abril de 187a Madrid, 1879,
(1)
-.
-^
=^A^'<^
286
muchod hechos no hay mencion en loa libros hoy corrientea, que son bastantes mSs que loa que pudo ver Conde. M. Reinaud hace notar {p5g. XIX) que ^pareee que Coude no tuvo conocimiento de una obra que (dice) lehabrlasido muy iitil>\ se refiere a !as Cartas para ilustrar la histo' Ha de la Espana drahe^ ohxo. publieada en Madrid en 1796 por D, F. de B. (Paustino de Borbdn): M. Reinaud, a pesar do haber notado que ios testos pa^recen alterados (en reaiidad supongo que [algum s o muchos] fingidos), l^s dagrau impo^tancia,admiti6ndo]os como de autores Arabes (1).
Tanibi6n respecto al valor de la Bistoria Arabii'tn del Arzobispo D. Rodrigo Ximfenez de Rada hay que hacer salvedades: se admite por Reinaud y por m,uchos, que estA tomada de autores Arabes: no lo niego; pero hay algo mucho tornado de autores cristianos de tradiciones; al menoa hay pArrafos co-
uingunafe que morece la obra del llamado Fau-tino de Borb6n, trat^ con al^uoa oxton(l)
De
la tiooa o
Bi6n en dos trabajos publicados od ol Boletin de. la Real Acadetnia de Ja Historian toino VIIT, p&gs. 429 a iS9j y to-
me
IX,
pigfl, 337
B43.
287
piados del llamado Isidoro Pacense o Andnimo de Cordoba, y como veremos eu lugar
oportunOj del Asama de los autores Arabes hace dos personajes, 2^ama, que muere derrotado en la batalla o sitlo de Toiosa, y Azam, que es asesiuado por los suyos al volver de una expedicion a Tarazona.
Hechas estas consideraciones, se comprenderA que la obra o eatudio de M, Reinaud aeereadelas invasiones de los Sarracenos
en Francia, merecia ser rehecha de nuevo, lo que no sabemos se haya iotentado ea Francia, donde, algunos escritores regiona-
Mediodiasiguen aiin rindiendo culto a los errores de Oonde. Pudiera creerse que este trabajo estaria realizado por la obra o folleto de Zotenberg (1), y asl lo supuse; pero adquirida la obra, vl con sorpreaa que era una simple tlrada aparte de dos f ragmentos o capitulos de ia Historia general de Languedoo\ el que nos
les del
(1)
do<j-
Extraitduiotne Ilde VHistoire gen^mle de LangueInvasions de^ Yisigothes el deft Ardbes en Frsncef par
hibliothecaire
M, H. ZoUnherg,
au d^partement des
ol caplfculo
manm-
criisdelaIiiblioih'equ&Kaiinnale.Toa\Q\i&&> 1876-
.^l
_
loteresft
288
y lleva el epigrafe Invasions des Sarrazim dans le Languedoc d'apr&s les historiens musulmans, y que los autores de
6Bta ae habian limitado a repetlr lo escriio por Relnaud, con las mismas citas de textoa
ftrabes o aceptados
^
de modo que la no hay para qu6 tener en cuenta especial publicaci6n de esta obra de Zotenberg.
eomo
tales,
MUZ A
AS08 93-94
(19
DE OCTUBKB DE
A 26 UE
SHlPTlliMBER Dw713)
Siendo evidente por la rnarcba de los aeonteclmientoa que Muza no pudo por falta de
tiempo atravesar
por mAs
Lacronologiado ]a estanciado Muza en Espaiia rGBuItanlgun tanto vaga on los antoros Arabee, annq^ela diBoropaiioia 6S corta^ roiuciindose a cuatro o cfnco moses niAa o moDOS. Abonootatba {CoUcci&n de Ohras amhigaa de HUtoria y Geografia ciQG ]}nWoa. \R Real Acadcmia de la Histocapftnlo que ria, tomoll, en proDsa, pftg. 138) on ol tltnla Siilidttde Kiufl de Alamlalus dice quo 6ste perma(1)
nooi6 on olla vointo moeed, si bion al ospooificar el tiemtlos dico quo permanoci6 ;io reatante del auo
289
menos fantsisticos y maravJllosos, presctndlmo8 de Ueiiar con olios iinaa pAginas, que
poco o nitigun interfis teudrian para la verdadera hlstoria. M- Reinaud consigoa, y parece admitlr, atg'unos de los hechos atribuidos a las incurslones de Muza en las Galias, aobre todo los referentes a loa tesoros de las igleslas do Narbona V Carcasona; pero advierte (pAg- 7) que
mes*a u!timos) y Klffiinoa moaesdol nfto Oi: lo misroo y con el mlHino error dofijarvointc jnoscB dico olantordolMs. 12;^2dQ la BiWiotoca do Argol, folio 162 r. (num. 1836 dol CatAloRO do Fa^nan): loa autores Arabes convioiioo on quo Mnza ontrA on Alaodallis (U do Juuio a 10 do on ol mos de raraadnn dol ano
CTiatro
Julio del 712), y en el misnio moa del nfio BiRUionte so -Imbiftapodorado ya de Sidonia, CarmoDa, Sevilla y M^rida, on la quo,dBspa6s do una formal roeiBt^ocin, ontr6 por capitulacidn el dta 1," do xnual (30 do Ju-
nio do71JJ):Bindetenorse on Mfiridanl^ qno an moa, Ralo parit Toledo y ae adelanta haoia ZarajrozA, Hoffandoalgomfta allA. Alojinzado una y otra Yez,sogtti loa antoros, por dos monsajeroa dol Califa con ordon do preaontarflo en Damasco, rofirrosa a 06rdoba, donde oelebralaflestft dolsaoriflcio dol afloS:* <Ub. oltado) :y
pasa el mar,,do mode que aponae invierto troa meaeo on todaflaasoorrorlaBporolKorto, que no pudioron
10
uum.m^J&r^^J-^'^
290
alautorej cristianos no haceu meDCion guna de la entrada de Muza en Francia, y ligeras insupone, por tanto, que ae limits a
los
curaiones,
que no creemos admisibles; verdsd Muza hubiera lle68 que aun admitldo que Mediodia gado en bus incursioaes hasta el parte orleDtal, de Francia, entrando por la hubienada tendria de extrano que no las mencionado los autoroa que tratan de rau ouauto el tealas cosas de los Francos, por formabA parte de la tro de tales incursiones como extioguida monarqula vlsigoda; pues
y"
r J r I
aer
paaeo militar: paaado el Estrecho y Fostab el j*is^ atravoBando el Norte de Africa, llega a primero del afio 96 vea, a aeis por andar del mes robl Hega a Damasco dos meses an10)
mAs que an
a^deUmuem,
ffina 19),
p&ff.
pfe-
que
inuri6 a
modiados
del
mea cbumada
2.^
dol ano
{Febroro de 716) (.Abenadari, toroo II, pfigibiograna ll--Aibar machm-^, p&g. 29.--AbGnalfaradi, supone la salida de Muaa fla U9i): tambi4n el Pacens podrAn no sor y Tfirio para Oriente dootro dol afio 9U exactbsostosdatoa^perode todos modos, consba que que a la CO el a&o 96 Muza estaba en Ifriquia, y muertedelcalifAAlualida mitad del sexto mes del
9r>
afloOeMuzahablatenido varias oonferenciaB con 1 Arabes, t. VII, Oalifa, (Puede verse Coleccidn de Estudioa la p&ginaa ff7, 103 y 1C6, y mi Discurso de rc6poi6n en
Real Academia de la Historia, t>Ag
3.)
S5'
ir
- 291 dice Abenadari (tomo II, pdg. 9), el fe.iiW) de Rodrig-o se extoodia hasta Naibona. que
era froatera de Alandalus, lo mAs distante de ella, coDtigua a Francla*. Abenhazam (VTs. Ai\ Ac,, n.** 6, f. 196 v.),
hablando de
losiiArvf
regidn de Narbona^ de modo que si en el texto no hay error, tendrlamos que cerca de Narhona, se estableci6 fAtnilia de origen ^rabe: como el autor nada dice de la fecha en que ios Benibachila? se estableeieron en la regidn de Narboua^ no aporta dato de inter6s especial para el objeto, pues aunque figuran eu uuesira historta al menos dos individuoa de esta familia, uo eonsta que fuoran de Narbona.
AlandaluSf en
la
tiene la noticia
que
da referente a Narbona Abenaljatib, quteii en la biografla del granadino Abub6quer MohAmed ben Ahmed ben Zaid boa Alhasan ben Ayub ben IIAmid b'en Zaid ben Mondial, de Arrasl, el Gafequf, aflade, tomAndolo
indirecto nos
T'^-'^V
--
292
,
.~>-
V'
'ilslj^jc
ii.l'^.s
'(o
(tienen)
gran multitud de
enel Dobleza antigua, pues se distinguieron luego se servicio (del Estado) en Narbona: trasladaron a Toledo, luego a C6rdoba y que (por fin) a Granada. > Ha blames creldo de Barceloel nombre de Zato, gobernador Cr6no en tlempo de Carlo Magno segiin las hoy nlcas francas, soria algun a*-* Saad,
Zato nos inclinamos a cieer que on el nombre hay alguna remiaisconcia de esta faaiilia o de aJgiin individuo de ella (Abenaljatib.
Ihata imp., tomo
II,
I-^^
pAg.
9i).
t
i:
(1)
enyez
."'^
del
nombre ^J>J^
m
A
J
'._ 1
>
> J
293
ABDELAZIZ
ANO 96
(?)
(16
DS SBPT1E3MBRB DH 714 A 5 DM
715)
SEPTIEUBKB DE
Los autores ftrabea, al hablar de Abdelaziz, hijo y sucesor del coDquistador Muza, dicen que conquistd muchas eiudades, que
nadio menclona, ni detallan sus campaiias; polo eu uno encuentro una noticia concreta e Interesante; el autor del c6dico 1232 (hoy 1836), de la Blblioteca de Argel (al folio 162 r.), al hablar de la ealida de Muza de Alandaliis, dice: *y oombro lugarteniente
aobre Alandalik a Abdelfiziz, el cual salid de expedicidn con la gente haata que lleg6 a Narbona>. Esta es la primera noticia concreta que eneuentro de la liegada de los musulmanes a Naibona, noticia que para el presente trabajo tiene particular importancia, puea antes
de llegar a Narboua, ea desuponer que Barcelona y Gcrowa quedasen sometldas con poca o ninguna resistencla. El autor no fija la fecha, que tlene que estar comprendida entre los aflos 95 ^ 97 de la h6gira (713 a 716 de J. C-)-
^'-'-.-.i^Si.
-r-
t-
->i
2U4
M. Reinaud nada dice de iocursiones en Franeia en tiempo de Abdelaziz; pero como luego al bablar de Alahor dice (pAg. 12) que Job autores firabes hacen meoclfiu de algu' nas nnevas incnrsionea heehas en el Law-
guedoe en
auo 718, implicitameDte que" darlB conflrmada !a invasion en tiempo de Abdelazi/., o si se quieie de Muza: anade
el
que
lo8
iiiualiines
ilegaron
obsUcuIo y que regresaron con muchos cauti vos. Se refiere a Isidoro Pacense, y al Arzobispo D. Eodrigo, quienes no dicen tanto, como vamoa a ver.
biicontraiT
^^j
aSO 98
(25 DIO
14
DE AGOB*
autoros Arabes nada encuentro de incursionos de los musulmanes en la Galia Narbouesa durante el gobierno de
Aunque en
- i
Alahor o Alhor, es desupocer quecontinuara la obra de su predect^sor Abdelaziz, y asJ lo Indica el An6nimo de Cdrdoba o Isidora Pacense, dieiendo (niimero 43, pAgina 393^, tomo VIII de la Esp. Sagr.): AIahor per Hispanlamlacertosjudlcum mittit, et debel-^ lando et paciflcando pene per tres anqgs
r
fc
295
Qalliam NarbonenaempGtlt.i <Alahorenvla por Espana muUitud de jueces, y casi da*: raute tres auos, ya con guerra, ya con paz,
Galia Narbonesa*, afiadiento datos respecto a la dureza de sxi administracion con crUtianos y mxisnlmanes, pero sin hacer menclon de pobIaci6n alguna
se dlrige contra la
.----z --
de la Galia. EI Arzobispo D< Rodrlgo afiade mAs ootlciaa respecto a AlahOFj y por cierto que lo afiadido,al menos parte deello, esfalsoipuos dice: *et califa Suleiman di6 orden a Alahor, a quieji Jiabta dado el gobierno de Efipana, de que devastase la Galia Narbonesa y sometiese la Espana CUerior, en la que se habian rebelado algunos criitianOiAlahor habta Bido nombrado para e! gobierno de Espafia, no por el Callta, slno por
^.
^5.
gobernador general de If riquia, Mohdmtd hen Yezid^ de cuyo gobierno dependfa entonces el de Espaiia con derecho a nombrar representante, y no es probable que el Califa diera drdenes especialfls al gobernador de
el
Espafia.
;
La
algunos, cristlanps BO hablan rebelado edla. Espafia Gtterior,podrA ger vordad; peradjir.
'^i
^
c^\
296
damoa que )o sea, y en nuestro cobcepto no puede tomarse como punto de partida para coDjeturas acerca de cristlanOB rebelados, a no.serqueae tome como a tales a los de Pelayo, cuyo alzamieuto Sjan algunosen tiempo de Alahor.
Como queda
Alahor a laG^lia Narbonesa, ni arcgl6n alguna, a pesar de hablar expresarnente de su gobierno con detalles respecto a su llegada y durac:6n de su mando hasta que f u6 destiluldo
reemplasado, Lo que de Alahor dice Isidore Pacense relativo a nuestro asunto, nos parece aceptabio en ti fldmitido que Abdelaziz hubiera ocupado a Narbona, como parece ademAs indicarlo el que la Cronica de Moi?8ac{l) diga que 4en do3 afios fuA conquistada casl toda
Espafla*, de la que era
te la
T.
una no
pequefia par-
Bouqu^L JUrum Oallicarum et Franctcarum Scriptom, edlolAn DesUUe, afio MDCOCLXIX, \tkg. 4 del to mo H- JSt infra /luog atinor Sarraceni pern totam Spaniam
(1)
Eq
ruhJiciunU
i.
^^h=^
Pacenae y cou
61 el
297
Arzobispo D. Rodrigo, principalmeate de au dureza cou los musulmauea, noa parece tambi^o algo sospechoso, dicen de dado que loa autores ftrabea nada ^deapuea de su esto; aat Abeoaleutiya dice: del gocondiicta con Muza y de destituirle Suleiman confiri6 el mando do Ilrlblorno,
del Alqula y de lo que hay detras de ella, hijo magreb, a Abdala (Ifiase Abu Abdala), Abdala, de Yexld, oliente de Cais, y Abu goblerno de Alandahljo de Yezid, di6 el Tsaquea Alahor, hijo de Abdelmfelic, el li\8 al pues entonces la Espaua portonecla ; el gobierno de vall de Ifriquia, qulen daba Alahor no Alandaliia a quieu le placia y hasta que fu6 cead de ser gobernador de ella nombrado Callfa Omar ben Abdelazlz (1). Abenadarl (t. II, p. 24) dice de Alahor: dii .Cuando Suleiman, hijo de Alhiqiiem, Moharaed ben Yexid, el mando de Ifriquia a Alasi, el oHente de la hijade AlhAqiwm ben gobernaAndaliis y TAog^r perteneeian al Mohidor de Ifriquia, y (en vlrtud de esto) medbenYozirl enviode gobernador de AlnnTS-
(1)
.,l6n
Ru publioftVi.
is-
>
X
tL
1^
pallia a este
298
Alahor ben Abderrahman con' 400 hombres do los jefes de Ifriquia: Alahor permaneeio de gobernador en ella trea anoa y trasladd el gobierno desde Sevilla a Cordoba: fu6 su eutrada en Atandaliis en el afio 99 de la h6gira/ Una prueba de que antes del afio 100 de la h6gira, Narbona eataba en poder de los mul. aUmanep, encontramos en AdabI(Bibl, Arab, hisp.j t. Ill, p. 12),quien hablando de Toledo dice que ^estaba a mitad {del camino) entre C6rdoba y Narbona, limite (6sta) de la Frontera de Alandalus, y laaordenes (los eseritos) de Omar, hijo de Abdelaaiz, llegaban a Narbona, de la que despu6s se apoderaron Ids infleles, y hoy estA en su poder. Corao Omar II ocupo el 8o!io de Jos califas en el ano 99 hasta el 101 de la h6gira, puede inferirse de aqul que al inenos desde el go-^ bierno del emir Alahor Narbona formaba parte del dominio de los Arabes^ y por lo tanto, que lo mismo puede decirse de Barcelona y Gerona, aunque de ello no tengamos
'
1^
f
h
5-
I-
^^^
DOtlcia concreta,
299
aNO 100
(?) (3
primeros .tiempos de ia dominacion especialmeate a de" los Ar Abes en Espana y noticia que nos la de Barcelona se r^fiere la da AbeDhazam(M3. Ar. Ac.n.6, f. 215r.)di-
los
ciendo que Omaiva, hijo deAlmohAchir, y hennano de Abdala, troneo festede los Tochibies en Espana, entro con Muza y fu6 porvall de Barcelona durante dos auos: desgracia la noticia es ineompleta, pues no^
feeha alguna, pero es de supoaer qaeae> esperar' refiere a los primeros tiemposr es de queen algiin otrolibco se encueatren mis noliciasdeeste Oraaira, y puede esperarae-' que asi suceda en la obra acerca de los que'
eita
^_=^
con Muza entfaron en Egipto, por donde hubieron do pasar ciiantos vinleron a Espafla: es obra que no sabemos si se conserva- Esta por hoy la priinera noticia que de Barcelona' las DOS dan !o3 autoi-es Arabes, descartando que eomtan en la narraei6n de los hechos
fabulOBOs de Muza.
.
^
-V
1
.
^r
^ -^^.j.^Kr-^v^^ ^.nig^^.
I I
-^
f^"
300'
^ -
de'tolosa
:-
DE 720 A
721)
DB JU1
LIO
DE
Hasta el afio 102 de la h6gira no encontramos eu Io3 autores flrabes notioia concreta de Invasion on las Galiaa, y aun esta noticla reaulta vag^a en si, pues se reduce a decir *que en el aao 102 el gobernador Asama (el Zama do nuesfcras cronicas) murl6 mirtir, es decir, fu6 muerto en tierrade loacristianos*.
Esto dice Abenjaldiin (t, IV, p. 118); pero como. antes eu lamisma pfigina mencionala conquista de Barcelona y de las fortalezas y llanuras de Castilla, y retroceso de los godos y gallegos a los montes de Castilla y Narbona, podria muy bien suponerse que esto se
auo 102; puea parece que el autor ba-bla de un mode general de las conquistas llevadas a cabo duran^ te el mando de los gobernadores. Abenadari (t. II, p. 25) y Abenalfaradi
n r
t.
suponen
-^
r3Ql
muerto en Tarazona (1) en el.ano 102, en el mes de dulhicha, en ei dia de Arafa, o aea el 9 del mesy si bieq el primero cita la fecha lOO,
que reetifica con la autoridad de Arrazj; Adabi (biog. 839) retra^a bu nnievte hasta el inismo mes de! afio 103,fi]ando el dia 8; Abenalatir (t. V, p. 373) indica que fu6 muerto en el afio 102 <al volver del teatro de la gue
rra (la casa de la guerra). La falta de detalles de)a batalla
niuere
dice
Zama
el
parto por
obtuvo pr6speros sucesos en Occidente, y que por medio de 8U general Zama, que conserv6 el gobierno en Espana un poeo menos de tres afios, hizo el catastro de la Espana Ulterior y Ci-
que
terior
fio
para iraponer los tributes... y que al (Zama) hizo suya la Galia Narboneaa,
Lamaerte de Zama on
Taraaona, aunqa conBignada por varioa aatoros iraljos, es poco probablo y OS may posiblo que e) nombro haya aido alterado por
(1)
,*>*^*;>
Tflrsc5ft?, villa
do roctierdos romanos a 98
kilometroaal Sur de Tojosa, en el camioo quo oonduCO a la frontera eapai^ola por la Cerdana: a&l iioa lo tndicanuestro quorido amigo ol Bxcmo^. Sr.D- Eduardo de Saavedra.
30S
-acometio a los Francos c<yn frecuentes gueNarborras, y pmo eu la dicha fortaleza de .naguardiaeeleota para defenderla: el men-
clonado general
Tolosa, la cerea e intenta atacar coo toda elase de mAqulnasj pero loa Frances, enteradosdelcasOjSeunenasuiefeEudon, y junto
a Toloaa traban ambos ejfircitofl grave combate. en el que los Francos mataii a Zama, jefe del ejiircito de losaarracenos, con parte de la multitud, y persigueo a! resto
del fugitive ej6rcito, del cual toni6 el
1^
man-
do
Abderrdhman ben Abdila el Qafequf duraute im mes, hasta que de orden superior llegd Ambasa {CoL da Obras ardbigas de
y Geog.,t. I, pAg. 132), Paulo DiAcono, aiitor poco posterior al auceao de la batatia do Tolosa, a quien pudiera creerse bien enterado, dice, confundiendo las batallas de Tolosa y Poitiers, que a loB diez aiios de haber entrado en EspaBa <!os Sarracenos, viniondo con sus mujerea e hijos coino |>ara habitar en ella, entraron en la Aquitania y fumou derrotados pox Carlos y Eud6n, quienes a p^sar de estar enemistadoB, se unieron para pelear juntos contra los Sarracenos, contra los cuates caUi&t.
>.
yeron
nos y
los Fi-anc^os,
rte
303
378,000 Sarrace-
mataudo
Francos s61o murlerou 1.500 (CoL de Obras ardbigas de Hist, y^ Geog., t67), Kl autor no cita raAs nombres t. I, p. que los de Carlos y Eud6n, e hizo bien, porque con esto habla bastanto para ver que
los
e&taba mal enterado. Estas son las linicas noticias que de la derrota de Asama o Zama constau por los autores cristianos; pues lo que dicen otros autorcs, iueluso el Contiuuador del Biclarense (pAg. 146 de ia obra, anterior), parece ser parAfrasia de lo dicho pou i&idoro Paceuse, El Ar^obispo \). Rodrlgo, deapufes de narrar la batalla de Tolosa y la muerte de Zama contorme en el fondo con lo que dice
el
par-
prohahlcmente par
mala
de algun texto drabe, que le iraduciria atgx'tn moro, convirti6 a Zama en otro personaje, Azain, hfjo de MAHc, a quien el callfa Yezid hace laa mlsinas advertenclas o encargos do forniaei6n del catasgobernado dos trOj y dice que *habiendo
afios
y medio, volviendo de devastar a Tarazona, fu6 muerto traidoramente por los Buyos''
>'
.:7ii
-.
>
304
Sospecho que ia confasidn de D, Rodrigo precede de que eJ primer relato referenPacense, te a Asama e&ta tornado de Isidore y el segnndo de traducci6n de, texto ftrabe, que le diera el nioro o moros que le ayudagen en bus trabajos hist6ricoa. Si el Arzobls* po hubiera podido leer por si ei texto Arabe, de que parcce tradueci6n el segundo relato, hubiera coniprendido que ^zam, Aejode J/efic,
eraJ.)U
,.
^^..,)l lo
mismo que
el
Zama:
la trau8cripci6n de
-^-Jl por
natural en ud nioro, puea no pronuDciando la ultima, resulta Asam. No puede caber duda de que se trata del miamo personaje y
eegunda relaci6n precede deun texto Arabe, ya que en ella se dice ademAs que Azam hizo construir el puente de C61;doba en el aSo I02y que lesucedi6 Arabasa, datos arnbos quecon&tan aai en autoresAra bes al hablar de Aeaina. M* Reinaurt (p. 18) dice que Azama, como habiaii hecho sus prodecesorcB, se adelant6 bacia el Languedoc y puao sitio a Narbona, que bin duda habia sido fortiftcada en el Intervalo, y ae apoder6 de ella, y afiade:
de que
la
r-r-
*Asama
305
Narbona
la pla-
resolvio hacer de
y aumento
las
oeupar
poblacioues inmediatas, y se dirigio a To]osa, capital de la Aquitania, le puso sitio y miirio d^ uu bote de lanza; esta bata-
Ua iu6 en
el
mes db
Mayo
de 72L.
M. Reinaud parece dar por seotado que Narbona no habla aido ocu* pada por los miisulmanes hasta esta fecha,
ve, aqui
Comose
ocupacion no habla tenldo Ingar hasta entonces, no constan en los autores a quienes se refiere, la Gronica de Moissac y Paido Didcono, que aunque no muy posteriores a la batalla de Tolosa, no tienen para este caso la autoridad que les coocede-por los testimoniosaducldospoco ha, consta con absolutacertidumbreque Narbona habla sido ocupada anos antes. IjOS autores iirabes, al narrar la derrota y muerte de Asaroa, no raencionan el lugar de la batalla ni por tanto a Tolosa, nombre que flgura en la narraci6n de Isidore Pacense y de easi todos los autores cristianos posteriores, que tratao de este suceao; pero en
naturals^,
si
la
20
806
cambio algunos autores le suponen muerto que el en Tarazoaa (Tarascon?); hemos visto Arzobispo D. Rodrigo haeiendo de Asama primero dos persona jes Zama y Azam, el aaesinado niuere en Tolosa, y el segundo es
de por lo6 suyoB al volver de la devastaeidii su Tarazona, o en esta ciudad al volver de dicen expedl3i6a contra loa francos, como algunos autores arabes. La feeha de la batalla de Tolosa y mueren el 21 de te de Asama ha^- que fijarla, no
>:
Mayo
sino
como
dice M. Reinaud,
de Junio del mlsmo ano; pues como dice el autor aoonimo del Fathalandalus y algiin otro, fu6 muerto en el dia de Arafa, o sea noveno dla (1) del mea de dulhieha, o sea el ultimo mes del ano musul-
en
10
S'-
.-.(J:
H-
Almaoarl (tomo H, pag. 9) dicB que segun Abenhayan Aeama ntr6 (a gobernar) en et meg de ramadin m&rtir en del ftiio 100 y que segun Abenpaacual murI6 dulhioha) tierra de los Francos el dia de Taruiya (8 de del ano 102, El autor d la obra En-Nedjoun, extractada por M, muerE Fagnao, dice (pAg. 15) tambifen qoe Asama fue Taruiya (8 de to por Ior rums (los cristianos) el dia dumioha) del afto 103 (debe leerse aiio 102, puesto que del mando el suoesord Asama, Ambasa, se encarga en el eegundo mes del afio 108),
(1)
^i
miin:
807
como
mando
reaulta
vaguedad en
los
autores, dis*
crepando en algaiios meses, hay que aceptar el tiempo de dos anos y cuatro meses, que asigaa Abenadarl, resultando que g^obern6 durante cuatro meses del ano 100 y los anos
101 y 102(1),
TJn ano justo despuSa de la rota de Tolosa muerte de Asama, si las fechas no estAn
Zurita^ siguiendo ciertos Anales antlguoBf dice
aufri6
(1)
tambi^o el yugo mahometano la oiudad do Narbona, ganada por el moro Senia; pero que otros autores m^Or onteraddS eo las bistopias &rabes, atribuyen a Alahor la oo n qui sta dead o el Ebro al Pirineo (Esp, Sag,, tomo XLIII, p&g. 70jP. P. Merino y
que on 715 ya
Respecto a Asama o Zamael error de2!urita fSgura en parte en el CrotJiMn de Ripolt, donde se lee ^Villanueva, Via, Lit., tome V, p&g, 242): nAn. 707, 9ela Canal).
ma Rex cum sarraoenis in Hispaniam ingresaus est...*. 715, Seoia Rex sarracenorum Nn> (probable men to m).
La CronicadeS.
gina
S45),
ma o
como Zurita arriba citado, llama Senla o ZaAsama: -DCOXV, Ind. XIII- SeniaEex cum sar,
raoenis ingressas est Hiapan iam Con el nombre Aeama o Samfl. ha ocnrrldo una raodilicacidn o tranfformaoion contffariaa la que copiBtas o editorett hioieron
con
el
nombre de Abengania, a
quien por
la aupresidn
308
musulmAn venido de
Adabi
his., t.
Oriente, segiin dice (blog. 1402) y Abenalabar (Bib. Ar. YI, biog. 1208); ambos en la biog. de
maim, hijo
en Alandaliis, donde le mataron los cristianos en el dia de Arafa (9 del mes de dulhicba) del aiio 103: Abenalabar anade que le menciona Abusaid ben Mnun en su bistoria,
apesar de que y que lo omite AhenaJfaradi, era de su asunto, y efectivamente no hace mencidn de ^1 y menciona a otros que vlnieron con Muza. La indicacion de que le menciona Abusaid ben Yiinus merece Uamar la atenci6u, porque probablemente tratarS, de los otros personajes que entraron en Espafla, habiendo pasado por Eglpto y pudiera muy bien suceder que iios conservara datos, que los autores que se sirvieron de 61, no ereyeron opoituno transmitir: recu6rdeae que
AdabI, con motivo de la biografia de Abib ben Abuobaida, nos conserv6 el famoso Tratado de Teodomiro o Capitulacidn de OrihueJiila, que tomd de la obra de Abusaid ben nus: interesaria buscar esta obra en las bl"
-5
\-^.
309
C.\PITULA.CION DE CARCASONA
ANO 107
(19
Abenalatir(torao V, pAg. 101) dice: Eu el afio 107 e! vall de Alandaliis Ambasa, hijo de Xohaim el Quelbi, va con un gran ej6rclto contra el palsdeloa Francos; acampa juntoa Carcasona, la sttia^ y sus moradores capitaIan (al parecer sin resistencia) entregando la niitad de sus distritos (de la poblacion),
todos Ids pri^ioneros muslimes (que habia en ella) y el botin de ellos (lo que se les habla
comprometea ademAs a pagar ei tribute personal^ a ser juzgados como gente de dima (como jiidloa y cristianos protegidos), a hacer la guerra a quten la hiciequitado); se
sen los muslimes, y a estar eu paz con !o9 apazguados: luego Ambasa di6 la vuelta, dejAndolos, y murid en el raes de xabAn,
<am6i^3(al volver) corao habla muerto Asa-
a&o 102, Segdn Almacarl (tomo II/p&g< 9) Ambasa entr6 en Safar del aiio lOS v con su entrada
el
+
ma, en
C6s6 AbderrAhrnan:
Ambasa
fu6 personal-
310
mente de expedicion a tierra de los Francos duy murio en sab&n del ano 107, habiendo
rado 8w valiato cuatro anoa y cuatro meses, aunque se dice ocho meses. Abmed Anasiri (tomo 1, phg. 47) dice que vali la gente de Alandaliis habia pedido al
envlase qulen los mandase; de Amy esto despufes de !a inuerte violenta de CalroiiAn
basa, hijo
les
deXohaim
el
Quelbi, martir. ea
una de
expedicionea contra los Francos. Eate detalle, siimlnistrado por Ahmed Anaalgun hisBirl, puede hacernos creer que en
las
toriador antiguo se eneuentra narrada de este modo la muerte de Ambasa, y noa explica
el
adverbio
Abenalfttir de
teliglble por
Ai!
haber omitido
palabras
J-Xc-
tiempo de la vuelta o retirada, que son las empleadas por Abenadarl al hablar de la muerte de Asaraa, M. R6inaud(pag. 22), coino de ordinario, da iDds detalles, aceptando lo que diceu au-
.^1
al
tores cristianos posteriores, en especial la Cr6nica de Moissac, a la cual aflade bastante, pues en ella 86lo dice: "Ambise Rex Sar-
racenorum cum lugeati exercitu post quintum annum Ob-Wisa aggredttur, Carcasonam
expugnat
311
usqae Noemaus pace conquisibit, et obaides eorum Barchlnona transmisit* (Coi. de Obras ardbigas de Historiay Geog tomol, pig- 166), y ala embargo, M. Reinaud dice: <En 724 Ambasa Eranquea los Pirineos, toma a Careasona, quees entregada al furor de los soldados; Nimes le abre las puertas, y entrega rebenea, que son Uevados a Barcelona.* Ambasa fu6 muerto en una de sub expedidones en 725 (Reinaud, pAgina 22), Su lugarteniente Hodeira se vi6
et capit et
,
espedicion s^ reSere probablemente elsaqueodelaciudadde Autiin por los aarraceuos el 22 de Agosto del afio 726, del cualbacemeiiiiioQelChronlconMoissiacense, a continuaci6n del pArrafo copiado poco ha.
A esta
cap!tuiaci6n de Caroagona es iutere* sante, por cuanto nos pruebaque laa condl-
La
ciones otorgadas a la cludad son las que se concedlan de ordiaario, como en el Tratado de Teodomiro: tamb!6n parece ludlcarse que
musulmana en la mitad de la ciudad, ya que entregan la mltad de sus distrltoa y ae comprometen a pagar el tributo peraonal: en Autdn parece
ae estableeld
alll
poblacifin
312
que no intentaronestablecerse y que se limitaroa al saqueo: en 6poca. posterior, cuando las laeurslones de los moros no se haclan con idea de conquista, sine con la de hacer botin y debilitar al enemigo, no seria de extrafiar tal conducta, que en estos tiempos nos parece rara y quizA no sea completaraente exacta. La toma de Carcaaona, que por testimonio de autores cristianos y arabea fu6 debida a
Ambasa, como queda indicado, ae atribuy6 a Muza, resuUando lo mismo que hicieron las Cr6nicas (rancas, como dice Eeinaud,
atribuyendo a Carlos Martel o a Carlo Magno hechos posteriores.
BATALLA DE POITIERS
AND 114
(3
PIfl-
la ranerte de
Ambata en
el afio
107 se
suceden los efinieros gobiernos de los valles. Odra ben Abdala el Fihrl (interino), YaAt/a ben Salenia el Quelbl, 107 al ni).-Odaifa ben Alahutts el Queisi, llO.Otman ben Abunisa, 110 111 Alhaitsam ben Obaid el
313
Quilabi, in.-Mohdmed ben Abdala el AxAbdala ctai, 111-112 y Abderrdhman ben interino ea el Gafequl, quien ya hal)la sido
el afio
102 a la muerte de Zama o Asama: el s61o de Abderrdhman eonsta iiicuisi6n eu territorio de las Galias, donde tuvo un encuentro eon loa francos, en el cual fu6 de-
rrotado su ej^reito en el mea de rainadAn del aiio 114 (752-739) en el lugar conocido por Calzada de los mdrtires, por haber mnerto mArtires (es deolr en la guerra sansoldata) Abderrdhman cov. muchos de sus
dos
Almacari, tomo
II,
pAg. 9) Abenalatir, tomo V, pAg. 374, y otros autores que pudiftramos aiiotar). Esta batalla ea conocida entre nosotros per la
Batalla de Poitiers.
Gafequ! se dice que en el afio 113, pues habla comenxado en sa far, hizo una expediaiAn contra loa fraucoa, devastando el pals: en el botln habia un hombre (estatua) de oro, adornada con perjacintos y esmeraldaa, y habiSndolo las,
De Abderrihmau
el
hecho pedazos, lorepartio entrelossolJa 'Os: leeael vali de Africa, dH quien ilependfa,
cribi6 araouestAudoIe;
pero AbdrrAhman,
le contesto
con es-
-iS._j_.
314
los huri-
que
le tetnen>
En Aben-
m&i
enfirgica (bio-
Lnego, en eate miamo aiio o en el siguiente.eomoes la verdad.saliodeexpedicidn contra el pals de los francos, y 61 y los suyos murieron mftrtires (Abenalatir, V, pSgi-
na
180).
p&gina 374 del raismo tomo dice que obtuvo oi maiido en aafar del aiio 112 y que ninrid mdrtir ea ramadin de 114 Abenadari (tomo II, pkg. 28) dice que entr6 en aafar de 112, goberuo dos anos y aiete a echo mesea y fmi muerto en ranaadAn de 114 (en la pAg. 37 del tomo I dice llo). Sogiin el Fathalandalus {p&g. 27), Abder-
En
ia
rAhman entra en
nombra-
do por et vall de Africa: va de expedicidn al Afraoch y muere mfirtir en la Calzada de 108 mdrtv^es en ramadin de U5, despuSa de un gobierno de un aflo y ocho meses. Como se ve, la fecha de la batalla de Poitiers y muerte del emir Abderr&hraan por las ttopaa de Eud6D y Ca^'los Martel no apa-^
315
reee fijada del mismo modo por los autorefr Arabes; pero no hay neeesidad de baeernoa cargo de las variantes y discutirlas ampHamente, ya que el heeho es conocido y conslderado como de traacendental iinportaticU
en la Hiatoria Universal, al raenoa en la de Europa, y de un modo directo on la de Francla y Espana; ei bien noa parece que se ha exagerado au importaneia, a cuya aprecla* ci6n, equivocatj^ en mi coDcepto, ha contribuldo el tomar al pie de la letra laj palabras empleadas por el ^(}7umode L6rdoba: Abderrahman multitudine sui exerctttts repU-
'
tam
prospiciena terram^ palabraa parafraseadas por los autorea poateriorea, hasta el punto de que algunos modernoa dicen que
cpara alistaree en laa banderas de Abderr&hman hablan veuido trlbus eoteraa de Arabia, de Siria, de Egfplo y de Africa^; aaerto no iucougrueuto al solo falso, aiuo absurdo por
eatado del Jalamiamo. De laa exageracionea indicadaareapceto a importancla de la batalla de Poitlere no
la
ya que
de lasgrandea exageracionea acompafiadae en terglversaciooea aaacrdnicas, conatan Didcono^ autor eaal contemporAneo, Paulo
>,
"
la batalla,
316
de
quien dice en el texto antes citado que <despu6s de die^ a&os de la eotrada 4e los SarracenoB en fispana, sedlrigieron -con 8US mnjeres e hijos a la Aquitania, como patahabltar alH, y aunque Carlos (Martel) eataba entoncea en desacuerdo con Eud6n, "sin embargo, unidosennno, pelearon jnntos contra los Sarraceiios, y cayendo I'la Francos sobre ellos, mataron trescientos setenta y cioco mil Sarracenos y de loa Francos s6Io murleron mil quipieotos, EudOnjConsus soldados, acometiendo el campamento de los Sarracenos, mato a muchos, destrnyendolo
todo-
confundio y refuodio en una dos batallas memorables, la de Tolosaylade Poitiers, asignAodole la fecha de la primera, diez a&os despu^s de la entrada de los Sarracenos en Espana, o sea el ano 102, ya que la entrada fu6 eti ol 92, e introduclendo como protagonista, adem^s de Eud6n, Duque de Aquitania, el vencedor del ano 102, a Carlos Martel con sus Francos, principalea <h6roes de la Jornada de Poii!ers, SI el bueno del autor crey6 que habian m uer to (rc^cien^o^ setenta y cinco mil sarracenos y sdlo mil
El autor
317
qulnientos cristianos, se coooce que.no se fij6 en la importancia del nilmero, Los tfirminos en que estA redactado el relate de esta batalla nos confirman en^la idea de que el testimonio de la3 Cr&nicas francos^
en lo referbnte a Us hichns con los Sarracenos deberian ser objeto de \m,estudio especial y de conjunto, para ver qii6 autoridad debe conced^rseles respecto a los sucesos de cada perlodo. No son los autores crlstianos los linieos en confundir las batallas de Tolosa y Poitiers:. tambi6n algunos Arabes se confnndieron, debido quizA a que ambas recibieron el nombre de batalla de la Calzada de los Tndrth'es, segun Aben Pascual en Almacarl (II, p6glua 9), confundiendo a veces los afios en que gobierna cada vail, Al narrar la batalla de Poitiers dice M. Reinaud (pAg. 41): <Parece que en 732 el
ej6rcito
firabe
atraviesa
los
Pirlneos por
Pamplona y
de iJigorra y de
y sitio a Burdeos.,. lios autores crlstianos cuyo relate en verdad ea extremadamente defectuoso, no hacen mencion de la toma de Tours y suponen que el tesoro de San Martin qued6 intacto^
Beam
n_ ^L
318
"
(pdg. 44). <... Segiio algunos autores, la batalla ae di6 en el mes de Octubre del ano
732 (pAff, 46)-
Conjo prueba do lo que se habrA fantaseado, tanto en el eaao de esta batalla, como -en otros muchos, baste eitar el hecho eonsignado por M- Reinaud (pAg. 45, nota), de que el autor de la Nouvelle histoire de Tours,
publicada en 1828, cita una lelacion Arabe de la batalla, escrita por un niusulniAn que astuvo preaente; pero anade <que esta rela-ci6n, traduclda al francfes, le fu6 enviada por una mano deBconocida>. (Falsarios en todas partem, aan en loa tiempos modernos.) M. Eelnaud oonviene (pAg, 48) en que <no se puede admitir la relacion de al^unas Cr6nicaa cristianas, que hacen subir a trescientos setenta y cmco mil el niimero de los Sa rracenos muertos de la batalla de Tours o de Poitlers; pero anade: <no puede negarse
dirigieron contra
nuestro hennoso pals No creo exista prueba alguua de que el ej6rcito mandado por AbderrAhinan y derrotado en Tours o Poi^iera fuese mayor ni m&a aguerrido que los
- -:
ejereitos
319
que antes y aun despu6s invadieron la Franeia: que Eudon s6Io con sus tropas de la Aquitania no pudiese defender
con 6xito 3u proviucia contra la incursibn de AbderrAhraan, no prueba que 6sta revlstiera condioiones extraordinarias.
AbdelmMic bsn Oatdn, Bucesor de AbderrAhmaa el GafequI, hizo su entrada en Alandaliis en raraad^n de 114 y goberu6 (primera vez) dos afios, aunque Aluaquidl dice que fueron cuatro..., en 116 fu6 de ex!=^
"
Vaseos, a quienea bati6 e hizo botin; fu6 depuesto en ramadAn del IIG, 8ucedi6ndo!e Ocba(Alinacari, I, 146),
pedicidn contra
los
CONQUISTAS DE OCBA
AN08
116 A
Despix6s del corto gobierno del emir Abdelmfilic ben Cat&n (114 a 116). que reunii loa restos del ej6reito derrotado en PoltierB,
gobern6 la Espana masulmana durante siete ano8 Ocha hen Alhachach el Saluli, de quien
se diceCAbenftdarl, II, pAg. 28)
los
<que todos
a^os hacia la guerra contra los politelstas (cristianos), conquistando las ciudadea, y
-__
-.
-que
61 f u6
320
quien conqnisto a Narbona, Gali cia y Pamplona, poblfindolas (Almacari^ t, I, p6g. 140) de umslimes*. Qu6 deba en.tetiderse en este caao por conquista de Narbonay Pamplona no es fAcil determinarlo; qulz4 hasta entonces hablan estado sometirfigimen de tribtitOj como lo estuvo Pamplona, segiin piiede conjeturarse
dafi
bajo
el
-Pamplona en el slglo viii), auuque respecto a Narbona nos parece dificil que no se instalara eu ella guarnici6n musulraaoa al tiempo de la (priArabes,
t,
VII, p&g,
169,
a Ocba son bastante vagas en los autores Arabes (Abenjatdiia, t- IV, p&s. 11!)) y poco conformes entre si en los detalles del tiempo de su
Como
mando, pero no en lo rcferente a susconquistas, debemos convenir en que no estaban muy bieii enterados, y que por lo tanto
8ua datos deben admitirse con reservas, y no sorprenderaos de que resulten contradic-
321
Abenadari (t. II, pAg. 28) dice que <6ntr6 en el mes de xaual del a5o 116; que todos los auos salla de expe^icion contra los infieles y que couquisto a Narboua, Galicia y Plamplona y las hizo habitacion de los rauslimes, y permaneci6 eu Alandaliis hasta que, habiendo fdo a tierra de los francos, habi6ndose encontrado con los ej^rcitos de los enemigos, fu6 muerto cod los suyos en la Calzada de los mdrtires (fatso; hay confusion con la bfttalla dc Poitiers): su gobierno duro cinco aflos y dos mese3>. El autor anonirao del FathalandaWis {edigir 68te:
cion GonzAlez, pAg. 29) dice que Ocba eutr6 en el auo 110 {16ase 116), y que hlzo la guerra santa conquistando en Galicia muchas
poblaciones como Pamplona y otras: sigul6 de vali hasta el afio 121, en que se rebel6 contra 61 AhddmiHc hen Catdn*. Aimacari (t. I, pAg. 146) dice que ^depues-
Abd8lm61ic en raraadAn del afio U6, entra Ocba en 117 y gobierna blen clntio afios, de modo que la habitacldn de los musHmea
to
Il6g6
aNarbonay
_
en
el
322
se re-
ano 121
.1.
relo contra
eoho
Alandalus. le de8terr6 de dice que afar coutra Ocbafu6 en s At'aztla rebellou elegido Abdelsle.do entonees ^1 afio 123, anoB y eato, goberi.6 seis lluc Ocba. seguo Carca.ona en safar
Segun ^^^'l^^^:'l
r^ro
.ese's y
m-i6 en
^^Lrl^::oA..acarld.e(t.I.P^^^^^^^^^^ quizA en dctalle que no consta dando aigun Abenpascual (no en o^a parte: .Recuerda nombrado publicada) que Ocba fu6 la obra Alhabpor Obaidala ben
vaUde Alandalus
lab que
to
paakLelanoin.aunquesedlcequefue
conducta en Uego de mode que Narbona ; BUS conqui.tas cuya fo
alabado por su afio anterior; el
habitacion de los mu.lune., I ser sobre e o r^bita e.taba ta ela frontera
rio
fronLa
Narboa, en
la
que
cmco anos
323
oecio en ella durante algunos ano?, conquiato la tierra hasta Uegar a Narbona: conqnia-
tambi6u Galicia, Alava y Pamplona, j no quedo sin conquistar mAs que la Penai a la que ee refgi6 Pelayo*. La confusion o Incongruencia que a veees fie nota en las relaciones de los Arabes, depende on gran parte de que los textos sou extractos de otras obras, y que se pasa de un
to
autor a otro sin transicion o lazo de enlace, o se omiten palabras esenciales del texto
estractado. Al ano 731 refiere la Crdnica de Moisac el nombramiento de un vail deNarbonayla noticia de sus iucursiones en Provenza, pues
dice
Hist,
Geog., t. I, pAg. 1G6) <que por este tiempo obtiene el gobierQO de Narbona Jusseph ibn
Abderaman
Fihrl, el
(Jusuf
ben
Abderrahman
obtuvo
el el
que catoree
afios despufes
gobierno de toda Espaua), quien al aiio siguiente (o eu otro ano) pasa el R6dano, se le entrega Ar]6s, cuyos tesoros invade, y por eapacio de cuatro anos despuebla y saquea toda la provincia de Arl63, Extrano nos parece eate relato: en las muchas noticias y aun biograflaa de Jiisuf, uin-
324
gunaindicacion encuentro de esto, que no deja de ser algiin tanto estrano: por otra parte, tambi6nparece raro que ia ciudad de Arlfes no dependiera de los Arabes y que se rindleae sin hacer resistencia, que sin duda habrla heelio otras veces, ya que no es de uponer que sometida Narbona anoa anjiea,
no hubieran intentado los musulmanes apoderarse de !as poblaciones inmedlatas cuando por el Norte hablan tratado de extenderde vali se mucho m&r. que Jusuf estuviese de Narbona durante cuatro anos, en los cuales saquease la Provenza, cabe perfactamencon las solas te, aunque incursionea serias tuerzae de un vali de Narbona no dejan de extranainos, y casi podriamos negar rotun-
damente.
consecuencia un poco tardla de las dovastacionee cometidas por Jiisuf en Provenza, narra la Grinica de Moissac {Col. de Obras ardbigas de Hist, y Geog., t. I, pigina 166) una expedidn de Carlos Martel en el afio 737, diciendo que Carl08, al saber que los Sarracnios devastaban la provineia de Arl68 y ciudades inmediatas, reunido un
Gomo
gran
ej6relto,
acomete
la
ciudad de Avifi6n,
alii
eneuentra
y,
325
paaado el Rodano, se apresura a siiiar a Narboca: al saberlo Ocba, rey de los Sarracenos de Espafia, envia en auxUio de Narbona un ejfercito a las drdeues de Amor ibin ailet: Carlos le sale al eneneutrD con parte
del oj6rcito Bitiador,
rlo
le
derrota junto al
Berre,
El continuador deFredegario,
aunquecon
tfirminos diferentes y con alguu detalle m&s, narra estos mismos sncesos (pAg:. 169 de !a obra citada), convinlendo en que Carlos se
apodera de Aviu6n y pasado el R6dano sitia a Narbona y, encerrando en ella a su rey Athlma, derrota el ej6rcito que a las 6rdenes de Amor habia sldo enviado en auxi lio de Narbona por los magnates y prlnclpales de los Sarracenos, El 6xito de las armas francas en el afio 737, que coincide con todo el afio 519 de la h6gira, tal como lo narran los aiitorea citados, nos chocRj sin que tengamos medio de comprobaci6n ni tampoco de lmpugnact6n concreta: los nombres de ios personajea &rabes, que flguran en ei relate, son deseonocldos para ml: respecto al vali de Narbona Athima no encuentro qul6n pueda ser^ aun-
r-
i"-
?
3
,
32G pero DO veo que alguoo de ellos iiitervenga ea las cosaa de guerra de esle periodo, Respecto al Amor ibin ailel, conio le ilama
la
Cronica lie Moissac, o Amor, sin aditamento, como le liania el continuador de FredegarlOt fospecho
que pueda
str e!
Amor
Alabdari o Amir, hi jo de Amru Alabdari^ coino llaman los autores drabes a uii perso' jiaje de este nombre^ que iuterviiio de un inodo muy notable en sucesos de Zaragoza
pocosaBos despu6a: Abenalabar (Dozy, Notices, pAg- 32J dice en la biografia de Amir que <mandaba las expedicionesy las aceifas (Inttursioues de verano) de parte de Jiisuf, hijo de Abderr^hman el Fihrl y ensucooipauia, y bien pudo estar en laexpedicion a la Pravenza en el afio 731 con Jusuf, quien
por cierto, anos despu6s le hizo prisionero y mato por haberse rebelado en Zaragoza en favor de los AbbAsidas (Doxy, Not., p&g. 52; Abenadari, II, 39y 43), Pospecho que las incnrsiones o expediciones en Francla y que segiia la Crfinica de Moissac y el Continuador de Fredegario se refieren comollevadas a cabo por Jiiauf el subordinados suyos en los anos 73i y Flhri 737, si enelerran algo de verdad, deben re-
ferirse a tiempo
327
algo posterior, al periodo del emirato de Jusuf el Fihri, 129 a 138 do la hegira (746 a 755 de J. CO-
Pruebas: Acabamos de ver que Abeaalabar en la biografla de Amir (que parece ser el Athot o Amor ibin ailet mencionado per la Cronica de Moissac y el Coutinuador de Fredegario) dice qii^ maiidaba las expediciones y las aceifas de parte de Msuf el Fihri; pues bieu, este aorabramieato no puede prot^eder sine de! emir do Cdrdoba; y esto inismo InstDiia la Cronica de Moissac al deenviado en sococir que Amor ibin ailet fu6
rro de
Narboua per el rey de los Sarracenos de Espana, si bien le llama Ocba en vez de Jusuf: verAad es que pudiera Araor haber desempenado ya en tiempo de Ocba el papel que desempeno despu^s en tiempo de Jiisuf
segiin Abeoalabar.
Por incideneia encontramos una uoticia referente a Narbona, de donde era vaU de parte de Abdelm6lic ben Catftn, Abderrdh-
man
ben
Ahama
el
Lajmi, quieo
al
tener
noticfa de la
328
mes
del
miierte
el
ignominiosa dada a
AbdelmSHc en
peniiltimo
ano 123
por las tropas de Balech, ae uiii6 a los hijoa de Abdeim6lic para vengar su nmerte ^v fu6
en la que victorioso, pero herido gravemente Balech por AbderrAhman beu Alcama, murio a los pocos diaa
el
hferoe de la batalla,
Dan
y Abenalcutiya (pAgs. 16 y 17 del texto impreM^ pero no publicado aiin por la Academia}(l)y Almncari (II, ly, 17),
traduccidn)- Abenadarl
(t,
II,
p%.
39),
M) DobomoH haoor iiotnr quo (n ol maiiuncrito do Abonaicutiyn.al vnlide Narbona no Is llamrL Abderrahtnan hen Ocba el J^jmi, rqkvu vomos on e! toxto publioado por M. Houdas, pAg, 207, y por la tradurcion do M. OJierboDUenu, publicada on ei Journal Aaintiqu^ tU Paris, tomo VIII, pijr, 445, ai\o I8r>8. En el toxto de 1a
AcademlA ite puBo AbdorraJLman ben Alcama el Lahmijftin duda i>on)uo ol Sr. (JlRyaii^oa crayd eon ras^D quo^Hieera 8u nombre, ya queafll consta on los troft
autoros oitadofl, poro oa ol miinu8orito quo alrviA para lalmprcwi^n ho olvld<^ do poner la notji corr&Bpondiente.
So oonflrma
la rdctlAoaof^n
beoha por
ol Sr.
Oayan-
t
^
1-
--
329
747 A 31
A NO
DB
Ahnacari
pkg, 17)
el
y Abenadarl
(t.
II
dfcaeion de ser vali de Narboiia, puesel primero dice que instalado Jusuf el Fihri como
gobernador de Alaudahis, 129 a 138, <8iitre los qup so rebelaron estuvo AbderrAhman
Lajml, caballeio de Alaiidaliis y vail de la Frontera de N"arbona, vaioD valiente y de gran autoridad: mientraa preparaba la expedicion contra Jusuf, se irritaton contra 61 siis soldados y llevaron su cabeza a 6ste> (a Jiisiif). Almacarl advierte que
el
ben
Alcama
la
AbeDhayAn; en
Abenadarl, el texto, que en el fondo es igual, parece Indicar que Jusuf habia ido contra 61 yque al poco tiempose lo entrego Dios: no se
indica fecha alguna. pero debe intduirse entre los anos 129 y 138^ en que Jusuf fu6 emir
de Alandalus.
^os |>or el patronlmico del vali de NHrbortaT u quieu ro Uatna Lajmi on &1 toxto do Ab&nalcuUya, comn en ioa
330
Jo
era de hecho, Pepino, hijo de Carlos Martel, su primer ciiidado, segiia el Arzobispo Marca (MareahispAnica, coK 239), *fa6 librar a la Galia Gotica del poder de los Sarracenos, y al efecto en el aao 75? (parte de 13iy 135 de la h6glra) llev6 alii su ej6rcito y sitio a Narbona, en la que aun so albergaban sarracenos; pero no pudo apoderarse de ella a peaar de haber einpleado todos los medios de que eatODces fe disponia, y no habiendo podido obligaria a reodirse, dejo en ella guarnici6n suficiente, la cual oprimio a los ciudadanos con diarios ataques, y al cabo de tres anos de guena, o de sietSj como quierea otros, se apoiero de Narbona, y expiilsados de toda la Gotia aquellos hombres, liberto a los crifetianos de la servidumbre de los sarracenos,
l03
como
de
Anales de Melz^ al afio 752, y de los AnianenseSf al ano 759 , M. Reiaaud (p, 78), conforme con lo dieho per Marca, afiade que AbderrAhman I (comenz6 a reinar en 138, de 16 de Junio de 755 a 5 de Junlo de 756), en cuanto pudo, envi6 un ej6rcito en auxilio de Narbona a las drdenes de Suleiman, pero los Sarracenos
*.
-:
331
fueron sorprendidos en medio de laa montanas y hechos pedazos; no se asigna feeha a esta espedi'^ion, que no9 pareceimaginarlaj. forjado del y que el tal Suleiman ae habr& nombre del que los autores francos llaman Solinoam, qiiesuponen gobernador de Barcelona y Gerona por aquellos anos o poeo despu6s, y que parece ser el Suleiman AbeQalarabi de los autores Arabea. M. lieinaud admitequelos cristianos de Narbona, que sufrian mueho con el sitio o mfis bien bloqueo, en que los tenian las tropas de Pepiao desde el ano 752, entabladas
negociaciones, y ante la proraesa de respetarles su legislaci6n gotica, se entregaron
en
el aflo 759.
Aunque
los
autores
franceses
admiten
la
Narbona pa86 a
dominacion de los Reyes francos en el raeocionado ano de 759, y que despufes, si hubo alguna incursion sobre Narbona, 6sta no lienos go a caer en poder de loa musulmanes, pareee poco probable, ya que esto se aviene mal eon la noticia que ponemos a continuade ofrecion, que, cotno vamos a ver, no deja
cer en
si
difieultades graves.
^r
_ANO 142 (4
332
22 DE ABRIL
Abenalcutiya (pAg, 273, eJ. de Ploudas, y pAg, 30, ed, de la Aeademia) dice que muerto JiSsuf el Fihrf cerca de Toledo, se reconceutro todo el mando en manos de AbderrAhman, quien envid come vall de Narbona y su territorio ha^ta Tortosa a Abderrdhman ben Ocba: aunqnQ no pone la feeha, eomo 6sta va ligada a la inuerte de Jiisiif, y fiste fu6 muerto en el mes de racheb del ano 142 (de 28 d(r Octubre a 26 de Noviembre de 759)
{Aber^alatir,
t,
que en
Octubre del ano 759 Narbona hasta Tortosa estabaea poder de los muslimes. La particularidad de que esta noticia conste solo en Abenalcutiya - el que est6 en contradiccion con lo que se cree per los autores francos que Narbona estaba ya en poder de los crlstianoa -y el que no encoiitremos mencI6n deeste Abderrdhman benOcba, nos hacedudar de la exactitud dpi relato. Es verdad que este mismo autor menciona antes a AbderrAhman ben Ocba, pero ya hemes visto, por el testimonio de otros autores, -que Ids heehos atribuidos a 6ste en los tex-
/-
r:-
tos citados
333
deben atribuirfie a Abderrdhman 6c>i Alcama^ como corrigi6 el Sr, Gayangos, y por cierto que en el texto objelo de estas
observaciones (p^g. 30 del texto impreso) dejo el Dombre tal como sin dxida estA en el manuscritOj porque recordaria que et personaje de quien aqui 86 habla no podia ser el mismo que el de los textos anteriores, en los cuales sedecia que habla sido muerto al dirigir la campaiia contra Jusuf el Fihrl. Ahora blen, qui6n pueda ser est Abder*
86 explicArmelo; afios
antes eneuentro intervinieudo en las revueltas de Africa un pevsonaje de este mismo nombre, que fu6 muerto en el ano 124; por
tanto no puede ser 6ste. Por los mismos anos a que se refieren es* tos sucesos, e interviniendo de un modo muy^
principal en los que se desarroilan luego, eneuentro un personage, a quien se pudiera
OcfifljSuprimiendo,
nombres intermedios; pues se le llama generalmente Abderrahman, hijo de Hahib, Mjo de Abuobaida, hijo de Ocba, hijo de Nafi el Fihri, conocidoporel Siclabi, de qulen constan muchas notieias, entre otras, que noR da Almacarl
muehas
veces,
^
{t-II,
'del
334
J-.^^l
,^\'>
pAg.
13)
deque era
Grande
chundy y de los companeros o soldados deBaiech',peroquecuando6st6hizo con sutlo AbdelmUic ben Catdn lo que hizo (cruciflcar\o entre un cochiao y uo perro), se separo de 61, UDi6ndose a loa que pretendiau vengarle, a qofenes se uni6 tambi6n (eomo queda diw
cho)
el
gobernador de Narbona: por ]os que se refiere el suceso en cuesLion parece que AbdeiT^hiiian beu Habib estaba en Africa; al menos fi3:ar6 de im modo muy principal en Ids sucesos de all& despuSs del ana 1'25 (4deNoviembred6 742a25deOctubrede743), en cuya fecha fu6 desterrado de Alandaliis por haber intei-venido de un modo inuy activo en las luchas del tiempo de Balech: luego en el ano 161 o 1(>2 vueive a Espana proclamando a tos Ab^sidas, de aeuerdo con Carlo Magno, segiin Dozy; pero fracasada ia coalicionj si lahubo, combatido por AbderiAhman I, fn6 niuerto traidoramonte en el ano 163 (17 de SopLiembre de 779 a 6 de Septiembre de 780). Por tanlOj no creemoa que si efectivamente hubn un AbderrAhman ben Oeba gobeniador de Narbona, nombrado por AbderrAhman I, sea 6ste,
Lahml, tiempos a
335
779)
porque ya en otra parte trat6 de este punto con alguua extension, y poco o nada podria anadir a
el
tema de
este trabajo,
adenifis
lo dicho (!)
ANO
172 (tl
31
DK MATO
Muerto AbderrArhmauI en
alio 172, le
sucede su hi jo Hixem I, contra quien se rebelan sus dos hermanos Suleiman y Abdala; aprovechando la oeaslon de estar ocupado el Principe en la giierra promovida por sua hermanos, siguiendo la marcha de otros jeben Sufes, se subleva en Barcelona Matruh leiman ben Joctdn, quien, habifendosele uniante la Real Acadomia de la HisCodora toria en la re<iepci6n publioa de D- Francisco y Zaidin el dia20de Abril de 187&.
(1)
Djsourso
loitlo
*.^
"y
l^"^
.>-^
336
do mucha gentSj se apodero de Zaragoza y Huesca; esto dice Abenalatir (VF^ P^g- 80)Abenadarl (tomo II, pAg. 64) pone una ind!caci6n especial, diciendo a continuaciou de la entrada de Muza ben Fortun en Zaragoza: Lue^o ae adelantd desde Barcelona Matruh ben Suleiman el Arabi, proclamando a sii padre (o bajo la obediencia de su padre) y se apoder6 de Huosca, Zaragoza y toda la Frontera.* Abenaljatib(M:s, Ar. Ac., n. 37, foh 147 r,) parecereferir almismo anol72el fin delarebeliou de Matruh, diciendo que <Hixem fu6 a Zaragoza donde estaba Hatruti ben Suiei*
apoder6 Alft,., y luego (fjaiios despu*^s?) salio de oxpedlei6n contra el pais de los cristianos acompauado de suscapitaues, que le iiablanltevado... con lo que conqulstolas ciadades deNarbonay sitio a Afranch?* (fil texto me resulta obscure.)
Iti
man
ANO 177
(18
DB ABEIL DE 793 A
DB ABRIL
DB En
el
79)
ilixem envi6 contra la tierra de los cristianos con iu espedicion de verano a Abdelmilic ben Abdeludhid ben Mo17?,
ano
moriae
337
me-
ea ella lleg6 a Afraneh (<;iu6 cludad e3?)qne sitio, abrieiida brecha en sua muros con m^qumas de guerra; anienazo el pai^s de los inagos (normandos?j
y dio vueltas por el pals enetoigo durante alguuos ineses, quemando alqueriaa y combatiendo fortalezas y cayo sobre la ciudad de Narbona; fa6 conquista {o expedicion) graude: el precio del quinto de Jos prisioneros Kego a 45.0U0 monedas de oro pure* (Abenadarij tomo II pAgs. 65 y 66),
pag, 218) ciieata esta eainpafia de Abdelm^lie del modo siguientei Luego (Hixem) le onvio con los ej^rcltos en el ano 177 contra Narbona y Gerooa y caub6 en ellas muchos danos (luego estaban ya
Alraacarl (tomo
I,
en poder de los eritUanos), concuico el paia de la Cerrotania (el testo dice Barbitania, los manuscritos Cerretania) y se extendi^ lejos por el pais de loa infleles, derrotAndoles.
El mismo autor^ poeaa lineas antes, hablando de un modo general, dice: <En su tlempo fu6 eonquistada Narbona, la c61ebre, y entre las condicionea dnras impueatas a los apazguados de la gente de Galicia, fu6
rf
el
338
que hablan de llevar a la puerta de su alcftzar en Cordoba y con esa tierra construy6 la mezquita, que estA delaate de la puerna,
*Hixem
n esteafio(177)enviaa Abdelm6iie ben AbdeluAhid ben Mog-uits con un ej^reito: entran en el pals de los Francos y Hegan a Narbona y Gerona (dice 5J-J le^): comienza por Geroua, donde estaba l\A.^ (^l^ defensa?) de los
^
Francos: niat6 a sus honibres y destruyd sus muros y estuvo a punto de eonquistaria, pero seseparo de ella para irse a Narbona, donde hizo lo rai^mOj conculcando su pais y ]a tierra de la Cerretania. De la redacci^n de la campana de Abdel ni6lic ben AbdeluAhid, tal corao consta en la generalidad de los autores Arabes, podria
que Gerona y Narbona fueron reconquistadas por los musulmaues; pero ^l texto de Anouairl, aucque obscuro para alg^n detalle, no da Jugar a duda de que no fueroD reconquistadas, sino simplemente amenazadas y saqueadas en parte, pues de
quizfi inferirse
.3;
339
Gei-ona dice que estuvo a puoto de ser tomada y que el ej^rcito marchd a Narbona, doude hizo lo mismo, es deelr, asolar sa-
quear el pais, que seria el objeto de la eampaua, pues el perfodo de conquistas para oeupacion pevmaneote habia terminado se-
gun
parece.
103) da basfcantes inAs
esfca
M. Reinaud {pkg.
detalles de
expedicion, detalles que quiza seau verdaderos, aunque no todos, y solo constats por los autores francos.
F
ANO 185
-'i
(20
Muerto Hixem 1 en e! ano 180 y proclamado su hijo Alhdquem I, se niegan a reconocerle sus tlos, quieues ya at principio del
reinado anterior hablau promovido guerra contra su hermano Hlxem: diceu los autores Arabes *que en el aao 185 los cristiauos,
aprovechando la ocasidn deestar AlhAquem ocupado en la guerra de sus tlos, se apoderaron de la ciudad de Barcelona en AlandaIiiSj tomAndola de los musUmes y trssladando a ella la defensa de sus fronteras, que los muslimes retrocedieron al otro lado de ellos
t^i
>
;v.
340
(AbenaUtir, t. VI, 102 y 115; Abeujaldun, Anouairi, Ms. Ar. Ac, n. 60, t. IV, p^g. 125; fol. 240). lol. 17; Ms. Ar. Ac, n. 8?, deEn i03 autores Ar. bes ua ncontramos lie Barcelotalles respecto a la recouquista guaruina pnr lod cristianos: no pudiendo la
<
cion
musulmana
Alh^quem, que no podia enviar el prfncipe fuera puede supoiierse que la resi-iteiicia rio
por los autores p6rdiAvabes ni la fecha podeinos fijar de la para ellos de la ciudad de Barcelona; en
muv fenaz y
[.rolon^ada:
da Aleambio, son varioa !o3 que al hablar de de manzor fiian la fecha en que se apodero pcro evidf.ntementc. sin proposito de
ella,
eonservarla en su poder. Resulta de lo dicho que la historia de la domiaaei6n musulmana en Barcelona, Gorona y Narbona queda aim envuelta en Uniefundadas blaa: s61o por conjeturas bastante
podemos fijar aproximadamente el tiempo en que las tree ciudades eayeron en su poBarcelona.sader, y el aiio coucreto en que restauraeI6n li6 de 61: de la reeonquista o cristianas de Gerona y Narbona s61o aproximadamente podemos fljar la fecha, o m&a bien dosechar algunas de las que se han
- 311
--
creldo Jiceptables: e.-^peciahiK^j^e hi reconqiiista de Geroiia no recibe lux alguna del testimonio de los autores ^labes, y habria que discutir largameote y con pruebas
roco golidas las diferentes fechas dadas por !os autores regiotiales, coiivinieiido los mfts eu que paso a poder de los cristiaisos en el ano 785, admitiendo algunos que la recobraron los moros en 793, para perdeila de nuevo en 7;)7 798, recobrarla en ( ste iiEtimo aBo, y perderla definitivamente en el 800 (1).
Kl fijary discutir los datos aditcido^ on pro de cada una de eptis opir>iones nos habria do tlevarcoii poca utilidad a esoribir un libro; on oambio quizA faera >jt.il el publioar lascitas bibliogrAficas, quQ para ca^daopjniou tenemos reuiiidas; al^un ftutor francos
(1)
moderno, M. Coulee,
tornado parte on la protonsi6ii deilustrarlahistoria de (rorona bajo algun aspooto special, sin que on nuostra pobro opinion liaya adolantado gran cos^a )a solucion do las dificiiltades
lia
del coiijunto,
mr
MAS NOTABLES
no
Abdelaziz, vall de Espana: su muerte, 126 El vall Abdelmolic traea lossirios, que desde la muerte de Cultum estaban acorralados en Ceuta por los berebe* res, y con su auxilio veuce a los rebeldes espanoles; pero los sirios le deponen, dan el mando a sxi jefe Baleeh y le obllg^au a dar muerte al anciano emir. 124 Kat&n yOmeya, hijos de Abdelni61ic, refugiados, el uno en M6rida y el otro en Zaragoza, se sublevan, reunenun gran ejfircito que esderrotado por el de Balech, mucho menor, auuque con muerte de fiste^ aSo 742, 133 Abdert&hman I entra en Alandalag en el aSo 138; es reconocido como emir
independlente.
^-^
Pags.
344
llevado por
le
10,^
Omar Abenhafsun
falsedades,
210
Mohamed ben
Magno?
^Ri-
bagorza? 80 Carta ds Alaoii: ^falsa?, defendlda por Mr, Jules de Bourrousae. 264 Batalla de Albesa. 87 Alfonso el Casto pide auxilio a los vaacos en 79 L 52, 53 y 54 Alfonso IV: tuchas de este reinado aclaradas por autores Arabes.
177
En
ano 812, AlMquem 1 envia una expedicion contra los francos, que hacian incursiones en la Frontera: tjdone!
de?
56 y 57 Literatura aragonesa aljamiada. 6 Yacub Alquindi en el siglo ni h. escribe mAs de 200 obras. , 168 Altobizcar CantuS; faUifieacidn mod.erDa< 14
345
PagsI L 7
mucho a
^'
pscribio
moiosorientales.
vidadas.
-7 Materias
expues-
Arabes. 15 y 16 Los- Arabes transmiteii con aumeiito casi totas por los
22 Imparci alidad de
19 Historia primitiva de Aragon y Navarra negada por aiitores no regnfcolag: su obscuridad e imposibilidad de defenderla, 71 Impuguadores de la his-
de Aragon. 184 Ni aun en el siglo ix la historia de Aragon recibe miicha Inz de los antores Arabes: razon de ello. 112 El vali Asania derrotado y mueito en ^Tarrtscdn? cerca de Totosa, 27 La resucitada lengua Asiria en la Filologia comparada de las lenguas seraitoria primitiva
tas,
.
127 Los modarles descontentos de Ahutjatar por su predileccion por los yemenies,
Pjgs,
;M6
queda pHel
niando a
rivalidades,
242 Bahlni rebelde: ^.d^nde gobernaba? 186 Los Banumuza y Banuatauil enlazados
eon los reyes de Navarra y condes de Arag6n.--185 y 233 Historias de los Banuniuza, de los Tochibles y de los Banuatauil. 248 La Barbitania o Barbutania (tierra de
Baibastro).
293 Barcelona
delazu?^178, 298, 299 y 340.-339 Barcelona iTcnnquistada en el afio 186 h, 123 Los berebeicri espaiioles, secundando a iosde A frica,sesublevan; graves compUcaciones; no en Arngon, donde eran
pocos.
Espana,
111 Oalatayudj ^fundada por el emir Ayub:"
el
ano
107.
206 Tomada por Anbasa. 113 Amba sa conquista Carcasona y Nimes* 85 Carlo Magno llamado por los Arabes a
347
t
eumentos referentes a Carlo Magno-*170 Los eristianos ayudados por Carlo Maguo? se apoderan de Barcelona en
el afio
185
^'-
^^'^
^.-.
Abdala el Valenciaiio, antiguo allado de Carlo Magno,reconciliadoconsu 80briQO Alhdqueml, va contra la Marca HispAnica y derrota a )os francos, que habian acampado junto a Barcelona.
c
-^1
':
49 El Cid: datos en los autores Arabes. 46 El Conde Don Julian: ^Hnbo tal peisonaje? 101 y 285 Don Jos6 Antonio Conde y su Historia de la Dominacidn de los drabes en Espana: su funesta influencja.
191 a 199 Datos hist6ricos en Conde; sxi calificacion, dudosos , exactos , falc^
SOS, constan,
189
pafiolas leidas
\ ^^.^'
-
iV/
^
,
Pigs
-
348
do conqnista al
^;cuAl
3,
6S Fortuii
prislonero en
Cordoba
durante veinte anos, 84 Expediciones de los francos en Navarra y Aragon en ios siglos vui y ix, 181 os Arabrfs invaden ta Galia por el Piri-
neo oriental: alguna vez por Pamplona; fjnnnca por el Pirineo Central?
88 lluza, senor de Borja y Terrero: batalla en 843 u 844: muerte de Garcia de Na-
varra,
.
La
(ieogiafia en la
Edad media
es pu-
rameute ^rabe285 Godmar, Obispo de Gerona: su Historia de Erancia ^en Arabe? desde Clodoveo
hasta mitad del siglo x, ^^ 55 ^200 Batalla de Gnadalete o de la Janda-
349
274 ^,Hasta donde llegaba en Espana lo no conquistado por los Arabes? 7 y 8 CoTi los libios Arabes que se conservan, bien estudiados, se aclararla la Historia de casi todas las ciencias, 43 y 44 El siglo xt, siglo de oro de la Historiografia slrabe espailola: AbenhayAn, AbenhAzam. 3, 44 y 45 Historiadores Arabes posteriores
al siglo Xi.
nez de Rada, - 286, 29o y 303. 236 Isidoro Pacense, oAuonimo de C6rdoba, ^mereee entero crMito? ^^estaba bien informado? ^sabla Arabe? No, 238 Jaea, ^estuvo en poder de los Arabes? 101 y 104 (:SIigiiel de Luna y Eaustino de
Borbon
Ealsarios?
66 MohaniedAbenliipo(Notieias Arabes de). 67 Mohamed Atauii (Noticias Arabes de)205 Munuza, - 206 Munuza, cpersonaje ficticio? Tergiversaci6n de nombre de lugar: ^de Manresa? 115 y 116 TrAgicos
sucesos de
el
Munuza y su
360
108 Miiza, desobedeoiendo ^1 Califa, desde el Noreste se clirige al Noroestej y llega hasta Lugo, donde recibe nueva orden; obedece y marcha a Damasco. 107 Muza y Tdric desde Toledo, <;van a Zaragoza, Catalufla y las Galias? ^hasf
Loton en Cat al una? 204 Muza en Zarago:i:a ^por sumision sin lucha? 288 JIuza no atraveso los Pi201 (jMuza contra los vaseorineos.
ta Li6n?
(-0
nes?
Ill y 205 Alhor o Alahor sucesor de Ayub, ipasa a la Galia Narbonesa? 291 Nar-
bona frontera de Alandaliis. 293 Abdelaziz llega y tonia a Narbona. 120 Okba ben Alhacharh contlaita las expediciones contra
8US"
'
y 331 (jNarbonaen podet de los francos desde el ano 752 6 759? 134. En el ano 142 h, (=7S9 y 760 J. C-) es nombrado vall de Nai-bona hasta Tortosa AbderrAhmen ben Okba. 128 El vall de Narbona AbderrAhmen ben Alcama se rebela contra Yusuf, pero fius Soldados se apoderan de 61 y preMartel.
133
"^
>.
Pags.
351
Narbona y Gerona en
ano791.
teuemos dalos concretos. 182 Escasez de notieias de Navarra, Aragon, Sobrarbe, Ribagorza y PaJiAs en los antores francos: razon de esto. 58 Importancla de la Mnmism&iica ^rabe para la historia de Espana en los siglos XI y XII.
ga
lie
el
ben CatAn y niuere en el aflo 123. 83 Los Vascoues ^ie Pamplona en el siglo
Vlil,
82 Montafieses del Pirineo Cential y Occidental: su estado nniy obscure. 117 y 312 Batalla de Poitiers: Victoria de Carlos Martel con muerte del emir
AbderrAhman. Fantaseados sus detalles y esagerada su importancia. 119 Abdelm^licben Catftn siicede aAbderrAhman muerto en Poitiers: expodicidn sin resultado en los Piriaeo&.
'.--.i
-^
Piga-
352
269 El Prineipi Qaintiliano. 237 Reconqni^ta de Purroy, PiizA, Caserres, Mufiones, Moozoi}, Os de Ealaguer, Alqu^zar, Huesca, Barbastro, Balaguer y Caiasanz. ^ 31 RenAn: sus prejuicios eoutra el semitismo de ia lengua y pueblo asirio, 236 Hasta mitad del sio^Io xi no romienza la recoiiquista ve.rdaderamente histdrica en Ribaj^orza, PallAs y Sobrarbe. 251 Roda de Ribagorza. 125 Los sirios dan elmando a Taalaba, que
pronto, para calmar las discordiasj es reemplazado por Abuljatar, quien dis-
8u pals natat.
105 Primera
131 Eu 147j do vail de Hnesca, Tortosa ,y Tarazona? 300 Batalla de Tolosa: afio 102. 171 Los cristianos de Navaira, ayudados de
una familia de
353
donde es rescatado por tropas de su padre Amrus ben Yiisaf. 9 Viajes de los imi&ulnianes: raz6n de
elioi*,
pactadocouMu-
zaPNo,
127 Mxierto Tueba, losyemeiites aspiran al
mando para
Abuljatar, pero se oponen los modaries con Asoraail, y es nonibrado Yiisuf el Filiri por un auo, y se acuerda que despuf^s loi^ j etnonies
'i
>
nombrariau pero liefjado el plazo Asomail ios acomete de hnproviso y veiice con muerte de Abuljatar^ a5o 130, batalla de Xeciinda, 131 Yiisuf y Asomail van a Zaragoxa contra los rebeldes, algunos de los cuales les son
;
eatregados por los moradores; Yilsuf queria matarlos; pero en vista de Dpini6n contraria de los jefes, desiste y los envla con pocas tropas contra los de Pamplona, que habian sacudldo el yugo: Mn derrotados los musulnianes
y muettos
lla
los jefes,
como Yusuf
de-
despufis de la batael
deXecundaen
'^H
-.
-^
\
\
-
~
el
354 --
la llegada de
Abder-
Muerte de Zama
Asama
en Tarazona
En
envia un gnieso ej6rci* to contra Matruh, rebelde en Zarago2sa. 168 En 797 Bahlul rebelde se apo791?
Hixem
dera de Zarag-oza y Huesca. 159 Hacia 790 rebeliones en Zaragoza con Said ben Alhosain y luego se apodera de Zaragoza y Huesca Jlatruh ben Suleiman.
"^^
INDICE GENERAL
Importancia general que tiene para Espafia el estudio de la Lengua Arabe y especial para los que han nacido en el antiguo E-eiuo de Aragon, La Dominaoiou arAbiga en la Prontera Superior, o sea, poco m^s o menos, en la cuenea del Ebroy en la Galia meridional, afios 711 a 815. > Llmites probables de la conquiata Arabe ea la Cordillera Pirenaica Narbona, Gerona y Barcelona bajo la dominacion musulmana
,
97
235 277
343