Antropología-Magia, Ciencia y Religión
Antropología-Magia, Ciencia y Religión
Antropología-Magia, Ciencia y Religión
INTRODUCCIÓN:
En el presente trabajo se dará a conocer que la magia es anterior a la religión, pero no muy
distinta, pues ambas tienen y siempre han tenido por objeto relacionarse con lo desconocido, con
lo que la religión sigue llamando sobrenatural, la magia creyendo que el universo está regido por
leyes inmutables, que actúan mecánicamente, y la religión inventando que está regido por seres
conscientes, por otra especie de hombres, con los que es posible la conciliación, la magia
oraciones, cuando no por sacrificios, que durante muchos siglos fueron cruentos, generalmente
OBJETIVOS:
General:
Específicos:
Magia y religión: dos formas de pensamiento que nos han conducido a una de las maneras
más fascinantes y misteriosas por las que los seres humanos nos hemos relacionado con el
ambiente.
La magia es anterior a la religión, pero no muy distinta, pues ambas tienen y siempre han tenido
por objeto relacionarse con lo desconocido, con lo que la religión sigue llamando sobrenatural, la
magia creyendo que el universo está regido por leyes inmutables, que actúan mecánicamente, y
la religión inventando que está regido por seres conscientes, por otra especie de hombres, con los
que es posible la conciliación, la magia mediante conjuros, amenazas e intimidaciones, y la
religión mediante súplicas que llama oraciones, cuando no por sacrificios, que durante muchos
siglos fueron cruentos, generalmente mediante la ofrenda de animales, y en religiones concretas
mediante sacrificio de seres humanos.
Son a la vez de manera separada arte, ciencia, práctica o conjunto de creencias y dogmas. Cada
pueblo, cultura, institución e individuo les ha dado una significación tan específica o tan
indeterminable.
Después, y durante muchos siglos también, magia y religión convivieron, no sólo entre los
pueblos que llamamos primitivos, sino en las grandes civilizaciones neolíticas y urbanas, como
eran las asentadas en las orillas de los grandes ríos, en la India, Mesopotamia y Egipto.
Magia y religión están, por tanto, inseparablemente unidas en la India, tanto en ritos como en
creencias, y en el antiguo Egipto la magia era el verdadero fundamento de su religión, lo que se
observa también en la Biblia, especialmente en lo que se refiere a los portentos, milagros y actos
sobrenaturales que se atribuyen tanto a Moisés (Antiguo Testamento), como a Cristo, santos, etc.
en el Nuevo. Siempre pensé, por eso, que los milagros atribuidos a Cristo en los Evangelios eran
simple magia, hasta que después he creído más bien que son puros inventos.
Religión, Magia y Ciencia
Incluso hoy día se pueden ver en muchas civilizaciones que quienes desean obtener algún favor
de algún dios lo sujetan y detienen mediante ritos, sacrificios, oraciones o encantamientos, para
obligarles a conceder lo que le imploran.
A finales del s. XIX en Francia, por ejemplo, la mayoría de sus campesinos creían que los
sacerdotes poseían poderes irresistibles y secretos con los que, aunque no fueran lícitos, podían
alterar las leyes del mundo físico. Los vientos, las tormentas, el granizo y la lluvia estaban a su
disposición y obedecían su voluntad. Incluso el fuego se extinguía por voluntad sacerdotal, y por
eso cobraron fama las misas llamadas del Espíritu Santo, de eficacia tan milagrosa que jamás
encontraban oposición en la divina voluntad: Dios se veía forzado a otorgar lo que se le pidiera
de esta forma, por inoportuna y temeraria que fuera la petición. Los sacerdotes seculares eran
reacios a celebrarla, pero los monjes no tanto, especialmente los capuchinos. Como el miedo a
las fuerzas de la naturaleza es lo que ha creado la religión, la ya culta Europa no se diferenciaba
en esto mucho del antiguo Egipto, aunque los egipcios no recurrían para estas prácticas a los
sacerdotes, sino a los magos. En esos años se creía en Provenza que los sacerdotes podían
impedir las tormentas, y en esos supuestos poderes residía el prestigio del clero.
Pero lo curioso es que los campesinos gascones, cuando querían vengarse de sus supuestos
enemigos, inducían a sus sacerdotes a que dijeran una anti misa que llamaban de San Secario, y
que había de celebrarse en un templo en ruinas o abandonado, acompañado el sacerdote de su
barragana, concubina o manceba, para que le sirviera de acólito o monaguillo. La misa se
celebraba, exactamente, de once a doce de la noche, la hostia que se bendecía era negra, no se
consagraba vino, y en su lugar bebía el sacerdote agua de un pozo en el que se decía que se había
ahogado un recién nacido sin cristianar, sin recibir el bautismo. El sacerdote hacía la señal de la
cruz en la tierra, con el pie izquierdo, y la misa se farfullaba al revés, desde el final al principio.
Y dicen que con estas misas el enemigo contra el que se aplicaba la misa se debilitaba poco a
poco, hasta morir lentamente, sin que médico alguno pudiera remediarlo.
desconoce de lo que experimenta, como sucede con el universo, al que la ciencia aplica
conceptos que no difieren mucho de cualquier mito religioso. Con todo podemos decir que las
asociaciones de ideas a las que nos hemos referido, si están correctamente aplicadas producen
ciencia, y si se aplican incorrectamente producen magia, con lo que la magia viene a ser hermana
bastarda de la ciencia.
Para relacionar magia y religión debemos definir primero la religión como propiciación o
conciliación de los poderes que se creen existentes y superiores al hombre (dioses, santos, etc. ),
y que se cree que dirigen y gobiernan el curso del universo, la naturaleza y la vida humana. Y
aún tenemos, hoy día, al Papa rogando a sus dioses trinitarios que llueva, cese cualquier
calamidad pública, etc.
Objeto de la religión es complacer a las divinidades que ha inventado, y como son los sacerdotes
y profetas, por centrar en ellos a los autores sagrados, los que inventan religiones, en unas se
aplaca a los dioses con sacrificios, más o menos cruentos, en otras con caridades y buenas obras,
cánticos de himnos en todas, y humos de incienso.
La religión implica primero creer en seres sobrehumanos que rigen lo que llaman mundo
(universo), y después en la pretensión de atraer su favor. La religión cree, por tanto, que el
universo es regido por seres conscientes y personales, por hombres como yo digo, mientras la
magia cree más bien que es regido por seres inconscientes e impersonales. La religión es, por
eso, conciliación del ser humano con los poderes sobrehumanos o sobrenaturales que ha
inventado, mientras la magia pretende dominar poderes que cree inmutables, apelando a
conjuros, hechizos, encantamientos y espíritus que tampoco existen. La magia coacciona a sus
dioses, mientras la religión sólo intenta aplacarlos. Pero religión y magia creen que pueden
manejar, más o menos, sus propios inventos.
En el antiguo Egipto, por ejemplo, los magos proclamaban su poder de obligar a los dioses a que
realizaran sus mandatos, amenazándolos incluso con la destrucción en caso de desobediencia, lo
que prueba que sacerdotes y magos eran unos y los mismos, y que sabían que los dioses eran sus
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inventos. Por eso el hechicero declaraba que diseminaría los huesos de Osiris, o revelaría su
leyenda sagrada, si el dios se mostraba rebelde.
De igual modo en la India, al menos hasta tiempos muy recientes, la trinidad hindú, (Brahma,
Vishnú y Siva), está subordinada a los brujos, que por medio de sus conjuros (mantras) creen
ejercer poder y autoridad sobre ella, hasta obligarla a ejecutar sumisamente todo lo que le
manden los hechiceros.
Este conflicto de principios entre magia y religión explica la hostilidad del mago con el
sacerdote, cuando predominaba la magia, y del sacerdote con el mago, cuando predomina la
religión: pues tanto magos como sacerdotes siempre se han creído intercesores y mediadores
entre sus inventados dioses y sus crédulos fieles. Y no olvidemos que durante muchos siglos
magia y religión, magos y sacerdotes, fueron unos y los mismos, propiciando los sacerdotes la
buena voluntad de sus dioses mediante sacrificios y oraciones, y los magos mediante conjuros y
hechizos, ambos mediante ceremonias, más o menos litúrgicas.
Durante estos largos siglos se practicaron, pues, simultáneamente ritos religiosos y mágicos, que
es lo que sigue sucediendo en muchos pueblos que seguimos llamando primitivos. Los
aborígenes australianos, por ejemplo, practican la magia, aunque no son religiosos, y la
confusión entre religión y magia, en la Europa de finales del XIX, hacía que se encontraran en
Escocia imágenes de madera taladradas con alfileres, para matar, mediante magia, a algún odiado
hacendado o predicador; o se quemaran en Irlanda a mujeres consideradas brujas, o se
despedazara y matara en Rusia a doncellas para fabricar con ellas candelas de sebo humano, a
cuya luz esperaban los ladrones hacerse invisibles,
Las inteligencias perspicaces, que no los pueblos, percibieron primero la falsedad de la magia, y
después la idéntica falsedad de las religiones. Se perdió, pues, fe en la magia cuando la mayoría
comprendió que no manejaba a placer las fuerzas de la naturaleza que decía dominar, como se
está perdiendo la fe en la religión en Europa, a partir del siglo XVIII, cuando el Estado dejó de
ser Iglesia, y ambos de imponer teocracias sagradas.
Recuerden que magia y religión han tenido éxito cuando se las creía causas de que soplasen los
vientos, relampaguearan los rayos, o retumbaran los truenos; las que habían construido nuestro
planeta, y todo el universo; las que alimentaban a hombres, animales y aves; las que fertilizaban
el suelo, hacían surgir las selvas, brotar manantiales, infundir vida mediante soplos en las narices
de un muñeco de barro, o evitar hambres, pestilencias y guerras.
Religión y magia han sido siempre sumisión humana a divinidades o conjuros inventados por el
hombre, siendo estos inventores sacerdotes o magos. Y ambas se han desprestigiado cuando
algunos hombres pensantes descubrieron sus falacias, y la mayoría de los pueblos pasaron de
creyentes a críticos, con peligro de muerte para los pensadores, pues en realidad los crédulos
pueblos han sido siempre más fanáticos, y numerosos, que las Iglesias y sectas mágicas.
Recuerden que incluso los esenios, coinventores del cristianismo, creían ayudar al sol a que
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saliese con sus oraciones, igual que muchos coetáneos, y posteriores, creían que el sol salía
cuando ellos encendían una vela; o que surgía la primavera cuando se vestían de verde.
Religión, Magia y Ciencia
CONCLUSIÓN:
Recuerden que magia y religión han tenido éxito cuando se las creía causas de que soplasen los
vientos, relampaguearan los rayos, o retumbaran los truenos, religión y magia han sido siempre
sumisión humana a divinidades o conjuros inventados por el hombre, siendo estos inventores
sacerdotes o magos. La religión implica primero creer en seres sobrehumanos que rigen lo que
llaman mundo y después en la pretensión de atraer su favor. La religión cree, por tanto, que el
universo es regido por seres conscientes y personales, por hombres como yo digo, mientras la
magia cree más bien que es regido por seres inconscientes e impersonales
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REFERENCIAS:
http://www.ilustrados.com/tema/1204/Magia-religion-Magia-ciencia-religion.html