Modernismo
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“DON BOSCO”
LA LITERATURA MODERNISTA
GRUPO 1
AREQUIPA - 2022
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Con ese punto de vista, la búsqueda modernista -y su desafío a la larga- era conformar
otros medios o modos de decir, dada la rigidez a que se había llegado, especialmente
en la reiteración de lugares comunes en el uso idiomático y también literario. Rubén
Darío atacó en tal sentido el peso de la tradición, afincada en América, por influencia,
es claro, de España.
Desde esa condición de origen, los escritores modernistas, esto es, aquellos que se
definen en lo actual como necesidad y actitud, construyen su estética, que, de un
modo u otro, intenta resumir y sintetizar lo moderno mediante la experiencia literaria
y vital, donde textualizan la vida en la ciudad, también el cuerpo, la vida interior y las
palabras que se plantean como desafío para expresar su pleno sentido. Así, hay una
tensión entre lo que es el texto literario como construcción de lenguaje y de mundo,
versus la constitución social fragmentada, que intenta de todos modos una especie de
unidad espiritual.
La observación crítica que surge de lo anterior resulta del examen que pudiera hacerse
sobre la idea de movimiento literario, que, en rigor, perfila desde cierto ángulo la
lectura de una obra o un conjunto de ellas, cuestión que no fue evitable por los
escritores que se adscribieron a la propuesta de Darío. En concreto, la definición
interior de "el movimiento de libertad que me tocó iniciar en América" dice Darío en
1905, excede lo literario; en ese ámbito, su eventual ordenamiento como línea
programática fue negada por él mismo, y en gran medida no es del todo irrelevante
que haya pensado así, considerando la búsqueda de coherencia con su propia actitud
intelectual, que le llevó a resistirá una solicitud de "voces insinuantes": la escritura de
un manifiesto, según leemos en las páginas introductorias a Prosas Profanas 1896.
3.Temas centrales
Los temas tratados son muy variados, pero estos son algunos de los más recurrentes:
4.Características
El Modernismo es una época cuyo objeto tiene distintas interpretaciones, con estas
dos posturas fundamentales:
Esa búsqueda dio lugar a un tipo de literatura muy particular, signada por algunas de
las siguientes características.
Cosmopolitismo
Carácter aristocrático
El modernismo no abrazaba las causas populares, ya como temas, ya como estilos. Por
el contrario, se remontaba a la búsqueda de una estética refinada con un cierto
sentido aristocrático.
Octavio Paz plantea que el modernismo, más que tener una creencia, andaba en
búsqueda de una creencia. En sus palabras leemos:
...la idea del pecado, la conciencia de la muerte, el saberse caído y desterrado en este
mundo y en el otro, el verse como un ser contingente en un mundo contingente.
Esta nota no-cristiana, a veces anticristiana, pero teñida de una extraña religiosidad,
era absolutamente nueva en la poesía hispánica.
Por ello no es extraño, según este autor, advertir un cierto ocultismo en las
inquietudes de los escritores modernistas, lo que para Paz es algo muy propio de la
poesía moderna occidental.
Individualismo
Algo del modernismo recuerda al espíritu romántico. Octavio Paz señala que, de
hecho, cumplió una función semejante. A este respecto, sostiene “no fue una
repetición, sino una metáfora: otro romanticismo”.
Sensorialidad y sensualismo
El modernismo busca construir una estética a partir de la evocación de imágenes
sensoriales, lo que de alguna manera lo vincula al diálogo interdisciplinario con las
demás artes. Colores, texturas, sonidos, son parte de las evocaciones características de
este movimiento.
Búsqueda de la musicalidad
Es notorio también el gusto por el cuidado de la forma en todos sus detalles, lo que le
da un carácter preciosista.
Aliteración frecuente,
Exacerbación del ritmo
Uso de la sinestesia
Uso de las formas antiguas de la poesía, así como variaciones sobre las mismas
Versos alejandrinos, dodecasílabos y eneasílabos; con aportes de nuevas
variantes al soneto.
Mitología
Entre 1885 y 1914 se produjo una “crisis universal de las letras y del espíritu”, que
configuró la mentalidad del ser humano del nuevo siglo. Entre los rasgos más
importantes podemos destacar:
6.Antecedentes
Recibe las influencias de dos movimientos franceses de la segunda mitad del XIX: el
Parnasianismo y, sobre todo, el Simbolismo (para algunos críticos el Modernismo es el
nombre que recibe el Simbolismo en las letras hispánicas), pero también de la
literatura norteamericana y rusa.
Por eso no es extraño que el modernismo defienda la huida del mundo real y lo
cotidiano, se refugie en la época clásica, medieval o en la búsqueda de otro mundo
interior, que describe los sentimientos más profundos.
Sus mayores exponentes fueron Alfons Mucha en las artes gráficas, Tiffany en el diseño
de joyería, Gustav Klimt en pintura, y en arquitectura Victor Horta, Joseph Maria
Olbrich o los españoles Domenech y Montaner y Puig y Cadafalch. Este estilo se
caracterizó en todas sus vertientes por su gusto por los elementos naturales, la
vegetación y sus elementos curvos, también por el uso de los nuevos materiales como
el cristal y el hierro, y la profusión de la decoración. Características que pueden
percibirse en las obras de Gaudí, que, dentro de su peculiar estilo, es uno de los
exponentes más reconocidos del modernismo catalán.
Por todas estas cualidades, la tendencia modernista es considerada como un arte total,
y marcó de una forma impactante los comienzos del siglo XX. Hoy en día, sigue
sirviendo de inspiración a los creadores de todas las partes del mundo.
Los géneros del modernismo son la poesía, la prosa y la dramática. Dentro de estos
géneros se pueden evidenciar dos temáticas principales. La primera es la sensorial,
relacionada con el culto por los sentidos y la belleza. La segunda es intimista, con un
tono más melancólico, sensual y triste. Todos los autores modernistas tienden a tomar
una postura o la otra en sus obras literarias.
7.1Poesía
La poesía modernista rompe con el tono clásico literario empleado hasta el momento.
Se presenta de manera innovadora y original, velando por la belleza sobre todas las
cosas.
7.2Prosa
La prosa modernista fue tan impecablemente desarrollada. De este modo, las obras
del modernismo se convirtieron en verdaderas y prestigiosas obras de arte.
La novela como subgénero de la prosa redujo ampliamente su argumento y se encargó
de expresar con mayor profundidad las ideas y sentimientos de sus personajes.
Es así como los protagonistas de cada obra contaban con una función de conciencia
que les permitía manifestar sus emociones y definir su mundo. El lenguaje utilizado por
la prosa modernista tiene una función expresiva de orientación lírica.
7.3Dramática
8.Objetivo Artístico
No es extraño, por lo tanto, que en ese momento se haya manifestado una especie de
verbalismo desmesurado, una sobrecarga de recursos literarios, la fusión de códigos
de la pintura y la música traspasados a la palabra escrita, el sentido del ritmo y de los
objetos que responden al criterio estético de la ornamentación de los espacios.
Aparecen los símbolos. Con esto, decimos que en verdad la supuesta inspiración de
raíz romántica (las Musas) equivalen más bien a una impostura, un juego o una
invención fantástica, pues en este contexto la espontaneidad ha pasado a un nivel
secundarísimo.
La dinamita y premios Nobel, inventada por Alfred Nobel en 1866, supuso una
revolución en el campo de los explosivos. Fue utilizada con fines muy diversos como la
minería, las infraestructuras ferroviarias y, tristemente, también la guerra y el
terrorismo, además fundó los premios que llevan su nombre
Williams Carlos Williams (1883-1962) nació, vivió casi toda su vida y murió en
Rutherford (Nueva Jersey). Su padre, William George Williams, hijo de ingleses, se
dedicó a los negocios en la vecina Nueva York; su madre, Raquel Hélène Hoheb, nacida
en Puerto Rico, tenía ascendencia francesa y fue aficionada a la pintura. Williams,
además de inglés, habló pronto español y francés.
De 1897 a 1899 estudió en Suiza, pasando algún tiempo en París. En 1902 terminó el
bachillerato en un centro neoyorquino y decidió estudiar medicina en la Universidad
de Pennsylvania. Allí conoció a Hilda Doolittle y a Ezra Pound, con quien mantendría
una intensa amistad hasta el final de sus días. Debido a la influencia materna, flirteó
algún tiempo con la pintura. Entre 1906 y 1909 trabajó como interino en varios
hospitales a la vez que cortejaba a Florence Herman, la «Flossie» de sus poemas,
Después, tras un tiempo estudiando pediatría en Leipzig, viajó por los Países Bajos,
Francia, Inglaterra y España. De vuelta en su país, abrió en 1910 una clínica privada en
su ciudad natal y en 1912 se casó con su prometida.
En cierto modo, Williams tuvo una doble vida, viviendo en una suerte de destierro
interior voluntario. Por una parte, convivió cincuenta años con su mujer, residiendo
siempre en la misma casa, dedicado a su familia y a su profesión, llegando a asistir el
parto de más de dos mil neonatos; por otra, fue un creador infatigable y un
considerable teórico de la poesía y el lenguaje que produjo a la sombra la práctica
totalidad de su obra: poesía, relato, novela, ensayo, una autobiografía y alguna obra de
teatro. El reconocimiento sólo le llegaría muy al final, cuando todos sus compañeros de
generación habían ido recibiendo paulatinamente la atención que a él se le negaba.
El entorno de un escritor, la vida que lleva –o, si es que puede, la vida que decide
llevar– son fundamentales para entender su visión de mundo y su obra. A este
respecto, el caso de Williams resulta paradigmático: su día a día (trabajo, pacientes,
familia, etc.) está íntimamente relacionado con su obra y es –en cierta medida– su
humus.
Por eso, a la par que hablemos de su poesía, parece necesario hacerlo también de su
vida; y, a la vez que nos aproximemos a ambas, resultará esclarecedor compararlas con
las de los otros grandes poetas norteamericanos de su generación, cotejando –aunque
sea someramente– sus diferentes trayectorias y valores.
a. La Carretilla Roja
Williams construyó este poema muy breve en 1923, y siempre ha sido conocido como
uno de los mejores ejemplos de un verdadero poema imaginista. El “movimiento
imaginista” comenzó en 1913, diez años antes de que Williams escribiera este poema.
La poesía imaginista se centra en la representación objetiva de objetos.
Muchas cosas depende una
carretilla roja
barnizada por la lluvia
entre las gallinas blancas
Williams describe cómo todo en una granja depende de todo lo demás; de ahí las dos
primeras líneas del poema. Dice que la carretilla y el pollo no pueden contribuir a la
granja sin el otro; Si Williams hubiera querido, podría haber agregado numerosas
imágenes visuales a este poema sobre todas las otras cosas que son necesarias en una
granja, pero este no era su estilo. Le gustaba ser conciso y directo. ¿Crees que usó
efectivamente esta metáfora para mostrar el mensaje de su poema?
Más allá de sugerir la importancia de esta imagen específica, el poema también puede
interpretarse como una meditación sobre la naturaleza de la percepción en general, es
decir, el poema no solo busca enfatizar el valor de este objeto en particular, sino
también revelar cómo rápidamente la visión y la comprensión del mundo pueden
cambiar. La percepción misma se presenta, así como subjetiva y falible, más que como
un reflejo objetivo de la realidad.
Sin embargo, el orador, al argumentar que "mucho depende de" la carretilla roja,
anima al lector a mirar más de cerca. Y aunque el poema tiene solo una oración, el
hablante divide la imagen de la carretilla en seis líneas diferentes, obligando a la
imagen de la carretilla a permanecer con el lector por más tiempo del previsto.
Por qué razón, el lector no puede estar seguro: tal vez sea porque la carretilla
representa algo mucho más grandioso, como toda una comunidad de trabajadores
agrícolas con exceso de trabajo e infravalorados, o porque la carretilla tal vez le
recuerda al hablante el valor de la simplicidad.
"La carretilla roja" es una frase con varios mensajes que nos deja William Carlos
Williams, publicado originalmente en la colección de 1923. El poema es simple y fácil
de leer, pero contiene mensajes profundos que tratan de la identidad personal y
encontrar su lugar en el mundo. Estados de Williams en su autobiografía que las cuatro
estrofas son como una «pieza de paño, estirada sobre un marco.»
Williams quería sus poemas en paralelo al mundo real. Decidió usar un lenguaje
simple, común y cotidiano vocabulario para describir los objetos y las ideas en "La
carretilla roja", como también esta obra afecta a los lectores porque el limitado
número de palabras lleva una riqueza de significado, además que la obra lleva grandes
énfasis.
Williams al crear potentes imágenes visuales sin utilizar signos de puntuación para
separar sus pensamientos nos hace dar a entender que "disuelve las fronteras
tradicionales entre una cosa o idea y otro," El poema es abstracto y emocional, además
de que también nos llenó de varios mensajes simbólicos y sentimentales a lo largo que
profundizamos más su poema.
Desde pequeño entra en contacto con las artes a través de la música y el dibujo. En
1915 comienza a estudiar Filosofía y Letras, así como Derecho, en la Universidad de
Granada. Forma parte de El Rinconcillo, centro de reunión de los artistas granadinos
donde conoce a Manuel de Falla.
Entre 1916 y 1917 realiza una serie de viajes por España con sus compañeros de
estudios, conociendo a Antonio Machado y que inspiran su primer libro Impresiones y
paisajes (1918).
Otro viaje a Buenos Aires en 1933 hace crecer más su popularidad con el estreno de
Bodas de Sangre y a su vuelta a España un año después sigue publicando diversas
obras como Yerma o La casa de Bernarda Alba (1936) hasta que, en 1936, en su
regreso a Granada es detenido y fusilado por sus ideas liberales.
Escribe tanto poesía como teatro, si bien en los últimos años se vuelca más en este
último, participando no sólo en su creación sino también en la escenificación y el
montaje.
En sus primeros libros de poesía se muestra más bien modernista, siguiendo la estela
de Antonio Machado, Rubén Darío y Salvador Rueda. En una segunda etapa aúna el
Modernismo con la Vanguardia, partiendo de una base tradicional.
En cuanto a su labor teatral, Lorca emplea rasgos líricos, míticos y simbólicos, y recurre
tanto a la canción popular como a la desmesura calderoniana o al teatro de títeres. En
su teatro lo visual es tan importante como lo lingüístico, y predomina siempre el
dramatismo.
En la actualidad Federico García Lorca es el poeta español más leído de todos los
tiempos y el 11 de noviembre de 2008 la Biblioteca del Instituto Cervantes de Tokio es
inaugurada con el nombre de Federico García Lorca.
a. Bodas de Sangre
El tema principal tratado en este gran drama es la vida y la muerte. Pero de un modo
arcano y ancestral, en la que figuran mitos, leyenda y paisajes que introducen al lector
en un mundo de sombrías pasiones que derivan en los celos, la persecución y en el
trágico final: la muerte.
La idea secundaria es el amor; Amor que fue el que protagonizo gran parte de la obra,
ya que todo giraba en torno a él. Este se presenta en amores falsos, verdaderos y no
correspondidos. En cuanto al amor de madre a hijo u otro es casi nulo; ya que solo se
alude al amor y desamor de pareja.
Uno de los grandes mensajes que nos deja esta magnífica obra es que debemos dejar
que el dinero triunfe sobre el amor, la conveniencia económica no entrega ni por muy
poderosa que sea el mejor premio que la vida nos deja que es seguir al verdadero
amor, por tanto, un amor a fuerzas puede crear desenlaces como el de esta cruel
historia de las Bodas de Sangre.
El tema principal tratado en este gran drama es la vida y la muerte. Pero de un modo
arcano y ancestral, en la que figuran mitos, leyenda y paisajes que introducen al lector
en un mundo de sombrías pasiones que derivan en los celos, la persecución y en el
trágico final: la muerte.
Es la honestidad porque en la obra dice q la novia se casa con el novio cuando aún ama
a su ex novio llamado Leonardo y entonces si la novia le hubiera sido sincera al novio q
no lo amaba no hubiera pasado este tipo de tragedia si la novia le hubiese sido sincera
al novio
1. Personajes principales:
La muerte
Leonardo
2. Personajes secundarios:
En 1900 se trasladó a Madrid y publicó sus dos primeros libros de textos, Ninfeas y
Almas de violeta. La muerte de su padre en este mismo año y la ruina familiar,
confirmada cuando él y su familia perdieron todo su patrimonio embargado al fallar el
Tribunal Supremo a favor del Banco de Bilbao, le causaron una honda preocupación,
vivida intensamente a causa de su carácter hiperestésico, algo neurótico y nefelibata
En 1936, año que marca en su obra el paso de la etapa intelectual a la etapa suficiente
o verdadera, estalla la guerra civil y apoya decididamente a la República, acogiendo a
varios niños huérfanos en una de sus casas.
Sin embargo, se siente inseguro en Madrid, pues el diario socialista Claridad emprende
una campaña contra los intelectuales y es Manuel Azaña quien ayuda a salir de la
capital al matrimonio por vía diplomática.
Se instala en Washington como agregado cultural. En 1937 se traslada a Cuba para dar
tres conferencias; en 1938 su sobrino falangista, Juan Ramón Jiménez Bayo, perece en
el frente de Teruel, lo que dejó a Juan Ramón absolutamente destrozado. Según
Zenobia, «El dolor dejó a Juan Ramón absolutamente estéril por casi año y medio».12
De él escribió el poeta en su autobiografía Vida.
Aunque por edad pertenece al novecentismo o generación del 14, mantuvo estrecha
relación con las generaciones anteriores (modernismo, que influyó su primera etapa) y
posterior (generación del 27, a la que apoyó al menos en sus primeros trabajos luego
los atacó y de la que fue uno de los principales modelos, así como referencia para
algunos de los autores vanguardistas). Busca conocer la verdad y de esta manera
alcanzar la eternidad. La exactitud para él, es la belleza. La poesía es una fuente de
conocimiento, para captar las cosas.
a. El platero y yo
La obra Platero y yo trata sobre la vida de un burro muy querido llamado Platero. Este
asno está bajo el cuidado de un jovencito que lo quiere y lo trata como si fuese su
mejor amigo. Por diversas razones, entre ellas la muerte de sus familiares, este
muchacho no confía en las demás personas.
i. Inicio (I-XXIV)
También cuando el burro se clava una púa y casi se queda cojo, entonces el muchacho
le cura con agua del arroyo. Entretanto, el narrador descubre a Platero los detalles de
su niñez por la calle donde vivió y el paisaje durante una puesta de sol.
El narrador describe los rasgos propios de esta estación y también cómo Platero
chorrea sangre a causa de las picaduras de los tábanos. Durante el verano, los
protagonistas viven las siguientes aventuras: el día que presencian una tormenta muy
fuerte; la llegada del tiempo de vendimia, mientras el narrador descubre las diferentes
labores en el campo y en las bodegas de la zona.
En septiembre, Platero y el joven acuden a una fiesta con fuegos artificiales, el animal
se asusta por el ruido. En este mismo mes, el narrador cuenta cómo muere una de las
niñas del pueblo que jugaba con el burro. También describe la muerte del canario.
La entrada de esta estación hace que Platero esté cada vez más perezoso. En octubre,
los niños vuelven al colegio y no juegan en la calle. Este hecho hace que el burro y el
joven estén aburridos.
v. El invierno (CXVIII-CXXXVIII)
Cuando llega el invierno, el narrador describe un día lluvioso desde su casa. En esta
estación, los protagonistas viven las siguientes aventuras: la noche en que salen a
contemplar las estrellas mientras el resto del pueblo se resguarda del frío de la noche;
el día de Reyes, el cual el protagonista recibe con nostalgia; el lunes de Carnaval,
cuando los niños se disfrazan y las calles se llenan de gente, el ruido no agrada a los
protagonistas.
Al final, durante los últimos capítulos, Platero muere y el narrador queda solo y
nostálgico, mientras guarda la esperanza de que el burro siga ahí.
Para hacer el mismo reclamo con diferentes palabras, cuando los sentidos que los
seres humanos poseemos en común con las bestias, infundidos con el amor de nuestro
corazón, nos permiten, a través del escritor, intuir esa experiencia. En algunos
momentos vemos al poeta, comportándose con Platero tan alegre y afectuosamente
como los niños pequeños se comportan hacia cachorros y gatitos.
Por su parte Platero responde como los animales jóvenes a los niños pequeños, con
igual alegría y afecto, como si supieran que finalmente somos todos hermanos en este
mundo también que no importa cuán humildes seamos, debemos tener a alguien a
quien amar, o nos secaremos y pereceremos
Es una obra que transmite mensajes nobles del amor hacia un animal, amor puro entre
un hombre y su asno, aún contra las adversidades siempre prima el amor. También el
valor de la amistad. Sus mensajes hacen referencia a que siempre necesitamos una
compañía y un amigo, además de esto siempre debemos cuidar y proteger a los
animales como amigos y como seres vivos con derechos sobre este mundo. La bondad
junto a la inocencia de los animales se representa como algo merecedor del cielo,
descanso eterno, es ahí que la esperanza y la fe hablando en la misericordia divina, se
hace humana. Platero personifica la nobleza animal para los humanos sensibles (se
podría decir el vínculo que se puede llegar a formar) en las que se creó un personaje, el
protagonista y un animal con virtudes verosímiles y poéticas. Además del cariño y el
respeto a los animales, Platero nos enseña valores tan importantes como la
importancia de nuestro patrimonio rural y cultural o el lado más cruel de la vida a
través de la muerte del burro Platero.
Rafael Ángel Troyo (18 de junio de 1870 – 4 de mayo de 1910) novelista, cuentista,
poeta y músico. Nació en Cartago, Costa Rica. Es considerado uno de los exponentes
del modernismo, y una figura de la cultura costarricense del siglo XX. Sus padres son
José Ramón Troyo y Dolores Pacheco Ugalde.
Estudió en el Colegio San Luis Gonzaga. Tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos
para estudiar ciencias económicas. En su ciudad natal fue el dueño de un lujoso chalet
construido por el arquitecto Francisco Tenca, allí llegaban políticos, artistas, músicos y
bohemios. Uno de ellos fue entre ellos Rubén Darío.
Dirigió la revista Pinceladas con la ayuda del escritor centroamericano Máximo Soto
Hall. También fue el director de La selva, La musa americana y Revista nueva. Fue
víctima mortal de un terremoto en Cartago en el año de 1910, una viga de madera de
la Iglesia de María Auxiliadora cayó encima, Troyo se encontraba disfrutando de un
coro de niños cuando sucedió el siniestro. Sus restos se encuentran en un mausoleo en
el Cementerio General de Cartago.
a. Estudios Realizados
Estudió en el Colegio San Luis Gonzaga. Tuvo la oportunidad de viajar a Estados Unidos
para estudiar ciencias económicas. En su ciudad natal fue el dueño de un lujoso chalet
construido por el arquitecto Francisco Tenca, allí llegaban políticos, artistas, músicos y
bohemios. Uno de ellos fue entre ellos Rubén Darío.
b. Obras de Rafael Ángel Troyo
Fue compositor de varias piezas musicales como Mi Princesita, Marcha Triunfal, Día de
Bodas, y Los Cascabeles.
i. Corazón Joven
La tía Gabriela despierta al amor al ver a su sobrino y abriga las esperanzas de lograr
realizar sus anhelos que no vivió en su debido momento, víctima de un padre celoso
que le impidió realizar sus sueños. Le negó todo contacto con joven alguno, y no
contento con ello, la internó en un convento para alejarla del mundo exterior. Esto
hizo que la tía Gabriela despertara al amor, cuando ve a su sobrino.
Su corazón era joven, aunque su cuerpo viejo. Esta es la tesis de la novela. Pero su
romance onanista terminó cuando llegó Margarita, su protegida.
Aquí comienza su calvario, su tragedia. Jorge, que ya antes había visto una foto de ella,
que su tía Gabriela tenía en la sala, se enamoró perdidamente de su belleza y cuando
ésta llega a la casa, después de una corta estadía en París, Jorge no hace más que
concretar sus amorosos deseos, que por demás son correspondidos, de igual manera
por Margarita.
Aquí comienza la tragedia para la tía Gabriela que no soporta el amor ente ellos y hace
lo indecible para evitarlo, hasta enviar dos cartas diferentes al padre de Margarita para
intrigar y evitar la posible boda de Jorge y Margarita.
Esta interesante obra y novela relata la historia de Jorge Nodelle, un joven libertino
que escapa del mundanal ruido de París y va a visitar a su vieja tía Gabriela, que vive en
el campo. En casa de la tía conoce a Margarita, ahijada de Gabriela, de quien se
enamora perdidamente. Sin embargo, su idilio despertará los celos de quien menos
pensaba. En la que transmite mensajes y sentimientos como el amor, los celos
V. José Martí
José Julián Martí Pérez fue un poeta, ensayista, partidario de la independencia cubana
y mártir que nació el 28 de enero de 1853. Se sabe que asistió al Instituto de Segunda
Enseñanza y a Escuela Profesional de Pintura y Escultura, en la Habana. Desde joven se
caracterizó por sus ideales revolucionarios. A los 16 años fundó un periódico llamado
La Patria Libre
La conquista y colonización de Cuba, que tuvo lugar en los primeros años del siglo XVI
–cuando los españoles llegaron a la isla y se encargaron de exterminar a los nativos– y
que se extendería hasta inicios del siglo XX, fue el evento histórico que influiría en
mayor medida los ideales políticos de José Martí, llevándolo a participar activamente
en los primeros intentos de liberar al pueblo cubano del yugo español. Su simpatía
hacia la liberación de Cuba del dominio español le valió ser condenado a seis meses de
labores forzadas en 1868.
En 1871 fue deportado a España, lugar en el que continúo con sus estudios obteniendo
un título como abogado por la Universidad de Zaragoza. Además, se dedicó a escribir y
publicar sus ensayos políticos. Regresó a Cuba en 1878, pero de nuevo fue Expulsado a
España en 1879. Después de diversos viajes y de haberse ganado por sus publicaciones
el desprecio del dictador venezolano, Antonio Guzmán Blanco, se refugió en Nueva
York donde pasaría el resto de su vida (a excepción de viajes ocasionales). Durante
estos años, Martí fue un prolífico escritor, entre sus obras destacaron sus poemas y
ensayos en los que siempre fueron fuertes sus ideales de libertad.
En 1892 fue electo delegado del Partido Revolucionario Cubano, con centro de
operaciones en Nueva York. Durante tres años estuvieron planeando una invasión a
Cuba, y, finalmente en 1895 llevaron a cabo su proyecto. Llegó a Cuba en abril de
1895, con miras a comenzar la invasión. Murió el 19 de mayo de ese mismo año
emboscado por tropas españolas durante una batalla
Versos libres es una obra lírica perteneciente al segundo período creativo de Martí en
la década de 1980 y está ambientada en Nueva York. Todos los poemas mantienen una
clara unidad, el poeta monólogo en soledad y mantiene agravadas sus tensiones
íntimas. Martí identifica el arte con la lucha. Es un pensador, un hombre de profunda
comprensión humana y compasión, partidario de la democracia y liberal.
i. Estructura
El poema está dividido en diez partes de tamaño y forma desiguales, cada verso tiene
diez sílabas, excepto el primer verso de la estrofa que tiene siete sílabas. Así como las
líneas que encontramos en cada estrofa son consistentes, no encontramos palabras
claras.
El carácter melódico se logra a través de movimientos tonales. Por ejemplo, en las
primeras seis líneas, las sílabas más fuertes caen en dos, cuatro, seis y diez sílabas
arriba.
El poema se puede dividir en cuatro partes: La primera parte abarca toda la primera
estrofa: es una introducción en la que se habla en grandes rasgos del poeta y su
creación. Del verso trece al cuarenta y uno: Es un momento de reflexión en el que se
expresan las opiniones y sentimientos del poeta, se trata de ganar dinero, pero
acertado y recuerda su humilde infancia.
La tercera parte va desde el verso cuarenta y el dos hasta los setenta y cuatro versos:
trata el tema del amor de forma idealizada, pero también vemos la agonía y el
sufrimiento que provoca. Como último del verso setenta y cinco en adelante
encontramos el año de su patria y sus lamentos por la corrupción de la sociedad en su
vida.
ii. La retórica
1. Mis versos
Estos son mis versos. Son como son. A nadie los pedí prestados. Mientras no pude
encerrar íntegras mis visiones en una forma adecuada a ellas, dejé volar mis visiones:
¡oh, cuánto áureo amigo que ya nunca ha vuelto! Pero la poesía tiene su honradez, y
yo he querido siempre ser honrado. Recortar versos, también sé, pero no quiero. Así
como cada hombre trae su fisonomía, cada inspiración trae su lenguaje. Amo las
sonoridades difíciles, el verso escultórico, vibrante como la porcelana, volador como un
ave, ardiente y arrollador como una lengua de lava. El verso ha de ser como una
espada reluciente, que deja a los espectadores la memoria de un guerrero que va
camino al cielo, y al envainarla en el sol, se rompe en alas.
Tajos son estos de mis propias entrañas, –mis guerreros. – Ninguno me ha salido
recalentado, artificioso, recompuesto, de la mente; sino como las lágrimas salen de los
ojos y la sangre sale a borbotones de la herida.
No zurcí de éste y aquél, sino sajé en mí mismo. Van escritos, no en tinta de Academia,
sino en mi propia sangre. Lo que aquí doy a ver lo he visto antes, (yo lo he visto, yo). – Y
he visto mucho más, que huyó sin darme tiempo a que copiara sus rasgos. – De la
extrañeza, singularidad, prisa, amontonamiento, arrebato de mis visiones, yo mismo
tuve la culpa, que las he hecho surgir ante mí como las copio. De la copia, yo soy el
responsable. Hallé quebrantadas las vestiduras, y otras no y usé de estos colores. Ya sé
que no son usados. – Amo las sonoridades difíciles y la sinceridad, aunque pueda
parecer brutal. Todo lo que han de decir, ya lo sé, lo he meditado completo y me lo
tengo contestado. –
2. Académica
Memoria de Presidio
4. A mi alma
Narrador peruano que encarnó el tránsito definitivo del modernismo a las vanguardias
y que es considerado, junto con los poetas José María Eguren y César Vallejo, uno de
los forjadores de la literatura peruana contemporánea.
En 1905 ingresó en la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, pero dejó las clases
al año siguiente para emplearse como dibujante en las revistas Aplausos y silbidos,
Monos y Monadas, Actualidades, Cinema y Gil Blas, donde también trabajó como
director artístico.
En 1909 publicó sus primeros versos (en la línea del todavía triunfante modernismo) en
la revista Contemporáneos, y al año siguiente decidió reanudar sus estudios; la
universidad, sin embargo, nunca llegó a interesarle mucho, y en 1913 terminó por
abandonarla definitivamente.
Su estancia en esta ciudad la aprovechó para escribir una serie de artículos que, bajo el
nombre de "Crónicas de Roma", publicó en los diarios limeños La Nación (desde
noviembre de 1913 hasta enero de 1914) y La Opinión Nacional (entre mayo y julio de
1914), pero definitivamente lo más importante de su estancia en Italia fue su
participación en el concurso literario organizado por La Nación con el cuento "El
Caballero Carmelo", que resultó ganador del primer premio (3 de enero de 1914). Tras
recibir la noticia del derrocamiento del presidente Billinghurst, el 6 de febrero del
mismo año renunció a su cargo diplomático y regresó a Lima.
De nuevo en la capital peruana, y luego de una fugaz detención por conspirar contra el
nuevo gobierno (junio de 1914), Valdelomar comenzó a trabajar como secretario
personal del polígrafo peruano José de la Riva Agüero (1914-1915).
Bajo la influencia de Riva Agüero escribió su primer libro, La Mariscala (Lima, 1914),
biografía novelada de Francisca Zubiaga (1803-35), esposa del presidente Agustín
Gamarra y figura importante de la política peruana durante algunos años. Para
entonces Valdelomar ya era un colaborador frecuente de numerosas publicaciones
limeñas como los diarios El Comercio y La Crónica, y las revistas Balnearios, Mundo
Limeño y Variedades, en las que publicaba sus poemas, cuentos y artículos.
Sin embargo, su labor como periodista estuvo ligada principalmente al diario La
Prensa, donde tuvo a cargo la sección "Palabras" desde julio de 1915 hasta su
alejamiento del diario en 1918. También publicó en La Prensa sus "Crónicas frágiles",
donde hizo conocido su seudónimo de El Conde de Lemos; y los "Diálogos máximos", a
manera de conversaciones entre dos personajes, Manlio y Aristipo, a través de los
cuales descubrimos las personalidades de Valdelomar y del escritor José Carlos
Mariátegui.
Para ello, se contó con la participación del maestro Oscar Cavero, quien, acompañado
de un cajón al compás de aires peruanos, hicieron variaciones sobre el tema “El gallo
camarón” de nuestra talentosa compositora Chabuca Granda. El Caballero Carmelo es
uno de los cuentos más famosos de la narrativa peruana de comienzos del siglo XX, y
aún, en nuestros días, sigue siendo popular especialmente entre la gente joven.
Contado en primera persona por un niño de 12 años, el cuento transmite muy bien el
ambiente pueblerino, la época, el color y el tono conmovedor del niño y de sus
hermanos que tratan de salvar a un viejo gallo de pelea, que debe enfrentarse a otro
más joven, sólo por lavar el honor del dueño (padre de los niños), cuyo orgullo fue
menoscabado al ser tildado de ser un fanfarrón.
Y creció muy engreído por todos en realidad lo querían bastante, y pronto le llegarían
las ofertas de pelea, y así fue un día en el almuerzo su padre les dio la noticia y el
querido Carmelo no solo pelearía, sino que lo haría con ají seco que era el gallo más
temido Había aceptado una apuesta para la jugada de gallos de San Andrés, el 28 de
junio. Nosotros recibimos la noticia con profundo dolor. El "Carmelo" iría a un
combate, y a luchar a muerte, cuerpo a cuerpo, con un gallo más fuerte y más joven.
Hacía ya tres años que estaba en casa, había él envejecido mientras crecíamos
nosotros, ¿Por qué aquella crueldad de hacerlo pelear? Mis hermanos y yo no
podíamos dejar de pensar que aquel día se acercaría. Llegó el día terrible. Todos en
casa estábamos tristes. Un hombre había venido seis días seguidos a preparar al
"Carmelo".
Una frondosa higuera daba acceso al circo, bajo sus ramas enarcadas. Mi padre,
rodeado de algunos amigos, se instaló. Al frente estaba el juez y a la derecha el dueño
del paladín "Ajiseco". Al empezar cada dueño salió con su gallo Lanzaron al ruedo con
singular ademán. Brillaron las cuchillas mirándose los adversarios, dos gallos de débil
contextura, y uno de ellos cantó. Colérico respondió el otro echándose en medio del
circo; mirándose fijamente, alargaron los cuellos, erizadas las plumas, y se
acometieron. Hubo ruido de alas, plumas que volaron, gritos de la muchedumbre, y a
los pocos segundos de jadeante lucha cayó uno de ellos.
Así continuó la pelea uno caía el otro atacaba cada uno daba lo mejor de sí, Carmelo al
lado del otro gallo lucia más viejo así que la mayoría apostaba por el ají seco, hasta
que al final después de ver tanto sufrir pues ya casi vencido y sin fuerzas dio su último
esfuerzo y con un picotazo venció al ají seco este enterrando el pico, entonces la
felicidad nos embarcó había ganado, demostrando su gallardía hasta el final, pero
después vino lo peor pues había quedado muy herido, entonces el resto de los días
que le quedo fueron muy tristes lo cuidamos dando lo mejor de nosotros, pero ya era
la hora, Carmelo tenía que descansar lo vimos morir, y nos echamos a llorar, no
podíamos soportarlo el caballero y compañero de aventuras se había ido Así pasó por
el mundo aquél héroe ignorado, aquel amigo tan querido de nuestra niñez: el
"Caballero Carmelo”
En el cuento “El Caballero Carmelo”, hay que rescatar la creación de los personajes que
hace Valdelomar, ya que cada uno de ellos cumple su papel a cabalidad, El escritor nos
muestra el perfil físico y psicológico del protagonista, el Carmelo; ya que él dará vida a
la obra con sus acciones. Valdelomar también describe pictóricamente el puerto de
Pisco donde pasó su niñez. Las acciones que desarrollan los personajes están cargadas
de amor, ternura, tristeza y de valentía. La obra está escrita en tiempo pasado. El autor
maneja magistralmente el idioma y no abusa de los recursos literarios. El estilo del
autor es simple y exquisito, ya que logra atrapar al lector de comienzo a fin en la
lectura.
Hombre de vasta cultura, fue el máximo exponente del modernismo argentino y una
de las figuras más influyentes de la literatura hispanoamericana. Pasó la niñez y la
adolescencia en su tierra natal, y tras breve temporada en Santiago del Estero, se
estableció en Buenos Aires en 1895. Trabajó en el diario El Tiempo y en 1897 fundó,
con José Ingenieros, La Montaña, periódico socialista revolucionario.
Sin embargo, poco a poco fue retrocediendo hacia posturas más conservadoras: tras
un breve período de adscripción al pensamiento liberal, se inclinó decididamente hacia
la derecha y acabó convertido en uno de los principales valedores del fascismo
argentino, sobre todo a partir de 1924, fecha en la que proclamó que había llegado "la
hora de la espada". Seis años después, ya consagrado como una de las cabezas
pensantes del movimiento reaccionario austral, colaboró activamente con el golpe de
estado militar del general José Félix Uriburu (6 de septiembre de 1930).
A partir de 1910 Leopoldo Lugones cambió de registro poético para centrarse en una
exaltación de su tierra y sus gentes (Odas seculares, 1910). Posteriormente los asuntos
cotidianos, vistos al trasluz de una rutina íntima, se convirtieron en el objeto de su
siguiente entrega poética, titulada El libro fiel (1912), obra a la que siguieron otros
poemarios como El libro de los paisajes (1917), Las horas doradas (1922) y Romancero
(1924). Al final de su trayectoria poética, Lugones se decantó por el cultivo de una
poesía narrativa: Poemas solariegos (1927) y Romances del Río Seco (que vio la luz,
póstumamente, en 1938).
Leopoldo Lugones fue un escritor prolífico y variopinto que supo cultivar diversos
géneros; destacándose sobre todo como poeta, ensayista, periodista y cuentista.
Es la primera, al desperezo
Poeta español que fue uno de los más destacados precursores del modernismo.
Comenzó su carrera literaria como periodista en diarios de Andalucía. En 1880 envió su
poema Arcano a Gaspar Núñez de Arce, quien le ofreció trabajo en La Gaceta de
Madrid. Se trasladó entonces a la capital, donde, con los años, colaboró en los más
prestigiosos periódicos y revistas de su época.
Incursionó en todos los géneros (narración, teatro, ensayo y poesía), pero es sobre
todo en esta última actividad donde más logros alcanzó. Su poesía, demasiado vasta en
producción y temas, atestigua la riqueza exuberante de un espíritu no suficientemente
disciplinado, circunstancia que da a sus páginas un evidente carácter discontinuo en
cuanto a los matices.
Abundante en imágenes, inclinado al fasto decorativo, espléndido innovador de la
versificación, creador de un colorido fantástico y prodigiosamente musical, Rueda es
considerado un precursor del modernismo, movimiento que no quiso aceptar como
teoría, aunque igualmente los poetas hispanoamericanos vieron en él a un maestro.
Nacido en el seno de una familia campesina, tuvo apenas una educación elemental,
aunque desde muy joven recibió clases de latín y lírica española de manos de un
sacerdote de su aldea natal. Entre 1870 y 1882 residió en Málaga, donde desempeñó
diversos oficios y publicó sus primeros poemas, que aparecieron en el periódico El
Mediodía de Málaga.
En 1880 vio la luz su primer libro, Renglones cortos, integrado por versos publicados
con anterioridad en el citado periódico desde su nuevo puesto de redactor y
caracterizado por cierto prosaísmo quintanesco, que parecía situarlo dentro de la lírica
decimonónica. Su siguiente obra, Noventa estrofas (1883), lo reveló sin embargo como
un poeta innovador en las formas métricas. Publicado en Madrid, adonde se había
trasladado para incorporarse a la redacción de La Gaceta de Madrid, el libro contó con
un prólogo de Gaspar Núñez de Arce, su mentor en la capital de España, a quien iba
dedicado.
A partir de entonces Rueda se consagró al estudio de los clásicos españoles del Siglo de
Oro y de algunos extranjeros (Chateaubriand, Lamartine y, sobre todo, Víctor Hugo),
mientras, alentado por su amigo Alfredo Vicente, publicaba sus primeros “cuadros
andaluces” en el diario madrileño El Globo. Éstos, recogidos poco después en el libro
Cuadros de Andalucía (1883), inauguran una serie de colecciones de cuentos en los
que domina la descripción del ambiente regional y folclórico: El patio andaluz (1886), El
cielo alegre (1887), Bajo la parra (1887), Granada y Sevilla (1890), Tanda de valses
(1891) y Sinfonía callejera (1896).
A estos rasgos hay que sumarle el cromatismo y un acusado sensualismo, muy
presentes también en sus primeras novelas -El gusano de luz (1889), La reja (1890), La
gitana (1892)-, que llevaron a Juan Ramón Jiménez a llamarle “el colorista nacional”.
El desbordamiento de los sentidos, unido al culto a la belleza y al arte que refleja toda
su obra, han hecho que una parte de la crítica considere al poeta malagueño como el
verdadero precursor del modernismo español, anterior incluso a Rubén Darío. De
hecho, dos años antes de que el nicaragüense dedicara un elogioso y significativo
“Pórtico” en verso al poemario de Salvador Rueda titulado En tropel (1892), el
malagueño ya había escrito piezas tan audaces como los sonetos que componen el
Himno a la carne (1890), libro del que Juan Valera censuró su “sensualidad enfermiza”,
pero cuya aproximación al acto sexual, cargada de mística religiosidad, idealiza este
último y supera el erotismo explícito. También su novela La cópula (1906) fue atacada
en su momento por naturalista e impúdica, pese a que su visión del amor y el sexo,
encajada en un panteísmo espiritual y simbólico, la aleja de cualquier pornografía al
uso.
Desde enero de 1916 una enfermedad pulmonar le obligó a pasar algunas temporadas
en la isla de Tabarca (Alicante), lo que no le impidió ocupar su nuevo empleo en la
Biblioteca de Derecho de Madrid, una vez ascendido a jefe de tercer grado dentro del
Cuerpo de Archivos, Bibliotecas y Museos. Apenas transcurrido un año, el 9 de
diciembre de 1916 partió nuevamente hacia Filipinas y en noviembre de 1917
emprendió su último viaje a América para recalar en México y, otra vez, en Cuba. Los
cinco viajes a América y a Filipinas (1909-1918), precedidos siempre por la fama de sus
versos, acabaron afianzándole en el papel de misionero de la Hispanidad, tal como
refleja el extenso y tardío poema El milagro de América (1929).
En 1919 alegó una vieja afección de bronquitis para solicitar su traslado a la Biblioteca
Provincial de Málaga, donde trabajó hasta que en 1927 fue jubilado a petición propia.
Elegido académico correspondiente de la Andaluza en junio de 1926, pasó sus últimos
años entregado a una vida austera, mientras recibía frecuentes homenajes de sus
paisanos y continuas visitas de poetas como José María Souvirón y Manuel Altolaguirre
en su casa de Gibralfaro. Rueda es también autor de algunas piezas dramáticas que
son una mera prolongación de su obra lírica, como los idilios La musa (1901), La
guitarra (1907) y Vasos de rocío (1908). En última instancia, fue decisivo su papel de
nexo entre el romanticismo y el modernismo gracias a su personal aportación a este
movimiento.
a. La cópula
La protagonista de esta novela es Rosalía, la hija única de un rico moro comerciante de
piedras preciosas, que cuando se retiró del negocio fue a vivir los montes andaluces.
Esta circunstancia (al igual que a nuestro autor) marca la vida de Rosalía, que vive en
plena naturaleza y donde el mundo se descubre de forma intuitiva. La perentoria
necesidad sensual de Rosalía le lleva a recordar al antiguo empleado de su padre,
David, un gigante bonachón bastante mayor que ella. En su encaprichamiento, no
cejará hasta que su padre dé con él y lo devuelva a su lado. Así, su coito final en un
palacio de Granada estará precedido de varios encuentros sexuales en los que prima la
naturalidad y la inocencia de los protagonistas.
A este propósito, dice Luis Antonio de Villena, poeta y uno de los más grandes
conocedores del fi de siecle hispánico, que “el texto es en verdad bello, pero hoy
notamos ese pudor que coharta, aunque aquí sea llevado a puerto razonablemente”
La cópula es una novela plenamente modernista. El modernismo centró su interés por
la poesía, como sabéis, pero los intentos de trasladar ese lenguaje tan poético y
musical a la prosa también estuvieron a la orden del día. De hecho, alguna de las
críticas que el autor recibió en su época, es que su obra era un poema en prosa.
Problemática menor que no ha de importarnos si queremos disfrutar de esa prosa
fulgurante, exuberante, entre empalagosa y sublime, que el modernismo llevó a sus
últimas consecuencias y que Rueda domina como nadie.
Pese a algunas objeciones que puedan hacerse a la edición, La cópula es un libro que
entusiasmará, como señala De Villena, a los amantes del modernismo simbolista.
José de la Riva-Agüero y Osma nació en Lima el 26 de febrero del 1885, del matrimonio
compuesto por José Carlos de la Riva-Agüero y Riglos y María de los Dolores de Osma y
Sancho-Dávila. Descendía de importantes familias de origen virreinal y de esos linajes
provenía también la fortuna y la tradición que heredó. Recibió también de su familia
un marcado sentido de responsabilidad respecto a sus deberes como destacado
miembro de la dirigencia del país.
Alumno brillante en el colegio de los Sagrados Corazones (Recoleta), destacó aún más
en los estudios universitarios en las facultades de Filosofía y Letras y Derecho de la
Universidad de San Marcos. Fortaleció allí su interés por la investigación en historia y
literatura peruanas, renovando el conocimiento en ambos campos con sus tesis El
carácter de la literatura en el Perú independiente y La historia en el Perú. La primera
de las cuales mereció la felicitación de Miguel de Unamuno y la segunda el
reconocimiento de la intelectualidad de esa época y de generaciones posteriores.
Dedicó sus últimos años al proyecto del que no se sentiría defraudado: su apoyo
decidido a la marcha de la Universidad Católica del Perú. Participó en las actividades
institucionales como docente y miembro del Consejo Superior -luego Consejo
Universitario- y se preocupó por tomar las medidas legales necesarias para que, a su
muerte, su fortuna pudiera contribuir al sostenimiento de la Universidad y consolidar
así su futuro económico.
Que José de la Riva Agüero y Osma escribiera a los veinte años, expuso que la raza
española y la indígena intervienen en la formación del carácter literario peruano.
Desarrolla el concepto de “espíritu español”, que es dualista, polarizador, idealista y
realista al mismo tiempo; y en cuyo estilo peca por exceso de intensidad
reconcentrada a modo de un Quijote que se recoge en sus pensamientos, o bien por
acumulación ociosa y redundante como una Sancho Panza charlatán.
Sin embargo, destaca que aquel espíritu literario en el Perú es una vaga y oscura copia,
sin vigor y precisión: Imitación. Sin embargo, este hispano degenerado posee su
proverbial “gracia criolla”, por eso la parte más genuina de nuestra literatura es la
jocosa y la satírica, que recuerda claramente la picardía tradicionalista española,
presente por ejemplo en José Zorrilla o Camilo José Cela, que es flexible, aguda, de
imaginación viva pero templada, de inteligencia discursiva pero rápida y lúcida, de
representaciones claras, muy propenso a la frivolidad y a la burla, de fácil expresión,
limpia y amena. Los españoles son apasionados, exultantes y de encendidos dotes de
festividad, que es para Riva Agüero el modelo del criollo.
En ese sentido, nos dice Riva Agüero que la literatura peruana forma parte del
castellano, porque nos remitimos a usar aquella lengua como tradición en la formación
de nuestra cultura literaria. La lengua castellana da la forma que se expresa en el arte y
que sin ella no se podría haber incubado una literatura heredada de un conjunto de
reglas, de herramientas, de caminos. Por ello, la literatura peruana imita a la española,
que imita a la alemana, la francesa o la inglesa; es decir, que es una literatura de
imitación de imitación. Ya por eso un crítico literario peruano (creo que fue Antonio
Cornejo Polar) llamó a esta propuesta como “carácter dependiente de la literatura del
Perú independiente”.
Así, cada vez que hable de literatura peruana, y más cuando se hable de una literatura
peruana “original”, se referirá a aquellos autores que encajen con más precisión en su
idea de “criollismo”; es decir, los escritores más genuinamente peruanos serán los más
exclusivamente criollos.
Este no es un carácter único del Perú, también lo poseen la literatura de toda América
Latina hasta entonces (1905), y aunque hubo ingenios sobresalientes, no basta si los
factores son hostiles para la construcción de una gran literatura. Se evidencia que
nuestra literatura no es muy avanzada comparándola con el resto de los países
circundantes, pero que puede llegar a florecer con el paso del tiempo (Y lo hizo con
César Vallejo o Mario Vargas Llosa, solo por nombrar un par de nombres universales).
Como solución, Riva Agüero plantea que para que haya más originalidad que imitación
en nuestra literatura necesitamos un ideal propio. Y para que este exista debe confluir
en nuestra sociedad los siguientes factores: Homogeneidad étnica, Confianza, Vida
intelectual activa, Desarrollo social y económico. Además, Riva Agüero, henchido de un
determinismo absoluto y cierto pesimismo, afirma que siempre habrá imitación en
nuestra literatura.
Poeta, ensayista y dramaturgo boliviano que fue la figura más representativa del
modernismo en la literatura de su país. Su constante actividad política y cultural quedó
en buena medida reflejada en la variedad de los enfoques que se aprecian en el
conjunto de su obra. Hijo de un diplomático de Potosí, ejerció también la diplomacia
como embajador en Estados Unidos y Brasil y como representante de su país ante la
Sociedad de Naciones, en Ginebra, además de ser más tarde ministro de Relaciones
Exteriores.
En 1917 publicó su segundo y último libro de poesía, Los sueños son vida, en el que
abandonó el ámbito germánico y se refugió en un intimismo y paisajismo sentimental,
con el que se acercó más a un cierto posmodernismo donde tenían cabida unas
reflexiones de carácter más personal, aunque sin abandonar sus singulares elementos
fonéticos.
Ricardo Jaimes Freyre fue también autor de ensayos sobre teoría literaria como Leyes
de la versificación castellana (1912), en el que analizó la búsqueda y el hallazgo de
nuevas fórmulas líricas, en una exposición teórica que, si bien fue superada por
investigaciones posteriores, influyó fuertemente en su momento sobre un numeroso
grupo de escritores bolivianos, argentinos e incluso españoles.
Escribió asimismo una obra de investigación: La historia del descubrimiento de
Tucumán. Otros títulos emparentados con la crónica fueron Historia de la Edad Media
y de los Tiempos Modernos, La hija del Jefté y el drama histórico Los conquistadores
(1928), obras sin embargo menores en comparación con su lírica. Sus Poesías
completas no se editaron hasta 1944.
a. Castalia bárbara
El mundo exótico, tan afín a los modernistas, no es buscado por Freyre en escenarios
del Oriente, generalmente luminosos y cálidos, sino en los espacios fríos y oscuros de
los países nórdicos, reflejando con gran belleza y musicalidad la épica inherente a sus
leyendas, ornamentada por un lenguaje pulido y preciosista.
9. Conclusiones