Psicopatología

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Psicopatología

Tarea semana 5
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Percepción
1- Que es la Sensación
Fenómeno que hace referencia a la manera cómo nuestros receptores sensoriales y el
sistema nervioso representan físicamente nuestro ambiente externo. Como proceso,
los estímulos ambientales generan la excitación de grupos de receptores sensoriales
de la misma modalidad que, a través de su conexión con el sistema nervioso central,
aportan información al organismo.

2- Que es la percepción
La percepción es un proceso psicológico de integración en unidades significativas de
determinados conjuntos de informaciones sensoriales. Los receptores sensoriales se
activan en función de la presencia o no de estímulos sensoriales.
Desde el punto de vista psicológico; la persona, como ser propositivo, busca y
estructura sus percepciones implicando a la vez procesos cognitivos, emocionales,
interpretativos y evaluativos que se asocian a estas percepciones. Así, podríamos decir
que, mientras en el primer caso la persona "capta" pasivamente sensaciones, en el
segundo la persona "percibe" activamente su entorno.

3- Cita las dos Clasificación clásica de los trastornos sensoperceptivos


Los trastornos de sensopercepción son defectos en la organización de los datos
sensoriales. Los trastornos de la sensopercepción se clasifican en dos grupos:
 Distorsiones sensoriales.
Una distorsión sensorial consiste en la percepción de un objeto real pero modificado
en alguna de sus cualidades. Hay varios tipos:
De la forma: se distorsiona la forma del objeto. Se perciben los objetos más pequeños
de lo que realmente son y a esto se le denomina macropsia.
La macropsia: un objeto se percibe con un tamaño más grande que el tamaño real.
La pomopsia: es percibir un objeto a tamaño constante independientemente de la
distancia que medie entre el observador y el objeto.
La dismegalopsia consiste en que los objetos se perciben torcidos.
La metamorfosia la percepción de los objetos sufre una mutación constante en cuanto
a su forma. Aparecen en cuatro tipos de trastornos:
 En lesiones en el lóbulo temporal.
 En delirios febriles infantiles.
 En las crisis epilépticas.
 En las psicosis esquizofrenias agudas.

De la cualidad: Son distorsiones producidas por una invasión de colores que tiñen la
percepción. Es un síntoma producido por la ingesta de tóxicos alucinógenos.
 Cloropsia: en el que los objetos se perciben de color verde.
 Xantopsia: la percepción se tiñe de color amarillo.
 Eritropsia: en el que la percepción se tiñe de color rojo.
De la intensidad.
 Hiperestesia: la intensidad perceptiva aparece aumentada.
 Hipoestesis: la intensidad perceptiva aparece disminuida.
 Intensidad selectiva: unas veces aparece la intensidad aumentada y otras
disminuida.
De incorporación afectiva: Se modifican las afecciones ante determinadas conductas.

 Errores sensoriales.
Ilusión: Consiste en la percepción equivocada o errónea de cualquier estimulo
sensorial, consiste en una transformación del objeto a percibir, se falsifica el estimulo
que desprende el objeto.
Existen unas condiciones que favorecen la aparición de este fenómeno:
Falta de atención del sujeto: es decir, interpretamos erróneamente a causa de una
distracción momentánea. Puede ser fruto de otro síntoma psicopatológico. Por
ejemplo, por disminución del nivel de conciencia.
El estrés emocional de la persona, persona cansada, miedo, soledad.
La ambigüedad del objeto a percibir.
Alucinación: Consiste en la percepción de algo que no existe y se considera como real,
es decir, es una percepción sin objeto siempre es patológico.
Tiene tres características definitorias:
Se perciben con la misma claridad que una percepción real.
Siempre se tiene que percibir en el espacio exterior, siempre tiene proyección espacial.
La persona esta absolutamente convencido de que lo que percibe es verdadero y real.
Clasificación de las alucinaciones. Se clasifican en función del sentido de las cuales son
percibidos:
 Visuales: falsa percepción visual. Pueden variar mucho en cuanto a temática y
complejidad.
 Auditivas: consiste en una falsa percepción auditiva que al igual que las visuales
también varían en cuanto a complejidad por ejemplo silbidos, palabras sueltas,...
Existen dos muy frecuentes:
Fenómenos imperativos, la persona escucha una voz que le ordena a actuar de una
determinada manera, incluso en contra de su voluntad.
Alucinación auditivas auto referenciales: el sujeto percibe a dos o más personas
hablando de él y generalmente no hablando bien.
Gustativas y olfativas, falsa percepción del gusto y olfato; la alucinación gustativa
más común suele ir asociada a los delirios de envenenamiento la comida y todo lo
que ingiere le sabe a veneno. La alucinación olfativa mas común suele estar
asociada a los delirios de putrefacción, la persona cree que se le pudre un órgano y
lo huele.
 Táctiles, es una falsa percepción táctil. Por ejemplo, sensaciones de frío, de calor,
de humedad. Puede estar asociada a los delirios electrizantes (personas que
sienten descargas).

 Cenestésicas o de sensibilidad interna: suelen ser de tipo visceral, por ejemplo que
le faltan órganos internas, que tienen diferentes tamaño los órganos.
El problema de la alucinación es que la persona pierde el control sobre la capacidad de
diferenciar el mundo interno del externo (lo que es la realidad de la fantasía que
tiene). Esta diferenciación de lo que es interno y externo es una capacidad que se
adquiere, se aprende.

Pseudo alucinación o alucinación psíquica.

No es propiamente dicha una alucinación porque no tiene proyección espacial sino que
la persona la percibe dentro de si mismo. Son imágenes mentales percibidas de forma
nítida, clara y experimentada como reales. Tienen un carácter involuntario.

- Alucinosis.

Es un síntoma similar a la alucinación y consiste en una percepción nítida y clara con


proyección espacial. Carece de juicio de realidad, es decir, que la persona sabe que no
es real la imagen que esta viendo. Se produce siempre por consumo de alucinógenos.

- Síndrome de automatismo mental.

Autor: Miren Edurne Cobos Lafuente. Publicado: 2005. Descrito por Clerambault. Se
caracteriza por tres cosas, primero porque la persona sufre de una gran cantidad de
alucinaciones visuales y auditivas, en segundo lugar como consecuencia de estas
alucinaciones o unidas a ellas se produce un triple automatismo (a nivel motor, ideico
y verbal) la persona actúa, piensa y habla de forma automática, robotizada, como si
alguien la ordenara que lo hiciera así, y en tercer lugar el individuo siente un
desdoblamiento de su pensamiento, su pensamiento se repite tanto interna como
externamente.

Las alucinaciones ocurren en las diversas áreas o esferas sensoriales. Así se dan:

- alucinaciones auditivas.

- visuales u ópticas.

- de olfato y el gusto.

- táctiles o hápticas.

- propioceptivas.

- quinestésicas.

- cenestésicas.

Las alucinaciones son indicadores definitivos de psicosis o de perdida de la conducta


con la realidad.
AMBIVALENCIA: presencia simultanea de juicios contradictorios o de actitud o
emociones opuestas, hacia una misma persona o situación puede manifestarse
abiertamente como en los estados esquizofrénicos o de una manera encubierta tal
como ocurre en las neurosis.

AMNESIA: perdida mayor o menor de la memoria en alguna de sus formas o en varias


de ellas. Se distinguen:

* la amnesia de fijación en la que el sujeto no puede adquirir o fijar nuevas


experiencias como ocurre característicamente en el síndrome psico-orgánico o
síndrome cerebral crónico y en los estados de entorpecimientos o anublamiento de la
conciencia.

* la amnesia de evocación, retrógrada en la que pierden más o menos los recuerdos ya


adquiridos, como en psicosíndromes orgánicos.

* la amnesia de tipo selectivo o psicógeno, donde por inhibición, para evitar angustia o
depresión en relación a asuntos significativos, no afloran determinados recuerdos
transitoriamente y algunas veces enteros períodos de la vida e incluso todo lo relativo
a la propia identidad y vida pasada.

* SINDROMES

- SINDROMES AMNESICOS: síndrome de corsakoff, psicosíndrome amnésico tipo


corsakoff, síndrome amnésico confabulatorio puede presentarse en forma aguda,
reversible y mas frecuentemente como una variante singular del psicosindrome
orgánico. Comprende básicamente los siguientes síntomas: desorientación, dificultad
para el registro de nuevas impresiones o se amnesia de fijación, perdida de memoria
para la sucesión temporal, amnesia retrograda y tendencia a confabular. En este
síndrome estaría particularmente afectado el sistema límbico-hipocámpico por
tumores, intoxicaciones o anoxia prolongada. Psicosis de corsakoff alcohólica (291.1);
psicosis de Corsakoff no alcohóloca (293.9)

- SINDROMES DE ANGUSTIA: conjunto sintomático en el que se distingue:

- Un síndrome psíquico.

- Un síndrome físico.

El síndrome psíquico comprende básicamente:

- Una vivencia de hallarse expuesto a un peligro determinado asociado a n sentimiento


de profundo desamparo ante el mismo.

- Un sentimiento de muerte inminente


- Inquietud, tensión o excitación psíquicas.

El síndrome físico consta comúnmente de:

- Una expresión facial típica de angustia.

- Inquietud psicomotora y a veces en caso de gran angustia retardo o inhibición


psicomotora

- Dilatación pupilar, palidez facial, transpiración, increpo de la frecuencia del pulso, aun
en reposo, frecuencia respiratoria por encima del 20 en reposo, sequedad de la boca,
perdida del apetito, diarrea, insomnio, perdida del deseo y de la potencia sexual,
elevación de la presión arterial sistólica, de la glucosa sanguínea, incremento de a
excreción de adrenalina y 17 OH. Ketoesteroides y tensión muscular aumenta, etc.

Se distingue varios estados de angustia de acuerdo a su etiología (exógeno, endógena,


psicógena) y a los síndromes asociados: 1. estado de angustia de origen toxico 3.
Estados de angustia asociados a depresión involutiva. 4. estados de angustia a
depresión endógena. 5. estados de angustia asociados a esquizofrenia 6. Estados de
angustia de tipo de la neurosis de angustia 7. Reacciones de angustia 8. Angustia
objetiva de origen ambiental (paúl kielholz) (182). Muy común es la angustia
secundaria a depresión que incluso puede llegar a enmascararle.

- SINDROME CEREBRAL CRONICO: Síndrome psicoorganico (eugen bleuler) cuadro


sintomático crónico, generalmente irreversible, debido a noxas o agentes patógenos
que dañan al cerebro (corteza) de manera difusa y persistente caracterizado por:

- alteraciones de la comprensión atención y orientación

- empobrecimiento y lenificación de la actividad psíquica

- déficit de la capacidad de abstracción

- mengua de la memoria, sobre todo de fijación y para los hechos recientes

- labilidad afectiva

síntomas y signos de la enfermedad.

Incluye demencias síndrome amnésico, psicosis orgánicas (demencias) también los


casos leves psicoorganicos también denominados secuelas de lesiones cerebrales
crónicas leves difusos (eugen y manfred bleuler) que conforma a la clasificación,
sección V de las enfermedades de la organización mundial de la salud, correspondería
a los síndromes cerebrales orgánicos no psicoticos (309) de evolución prolongada o
crónica.

- PSICOSIS ORGANICA: psicosis de origen orgánico, incluye:


- los síndromes cerebrales agudos

- los síndromes cerebrales crónicos (psicosindrome orgánico de Bleur) con


manifestaciones de nivel psicótico.

ANGUSTIA: (del latín angustia, dificultad) sin ansiedad, los francés distinguen entre
ansiedad y angustia, pero las diferencias se refieren ante todo a la experiencia a
manifestaciones físicas de opresión o construcción en la angustia. En lengua castellana,
ansiedad y angustia son términos sinónimos

La angustia es una emoción o estado de animo cuyo atributo peculiar es un estado de


miedo sin aparente motivo o un sentimiento de amenaza impreciso o indefinido al que
acompaña una vivencia de desamparo e impotencia y reacciones biológicas de alerta o
activación cortical, neurovegetativos medular

En la angustia básicamente se vive una amenaza a los sistemas de seguridad del


individuo. Es un estado afectivo sumamente desagradable e intolerable si se prolonga,
se le califica de anormal cuando es intenso y duradero. Es uno de los síntomas
psiquiátricos mas frecuentes, pudiendo presentarse asiladamente o asociado a otros
síntomas neuróticos (fobias obsesiones e incluso a los de tipo histérico o sea
conversivos y disociativos).

A menudo se asocia a depresión. Se da también en las mas diversas psicosis se ha


diferenciar el estado de angustia que puede experimentarse durante un periodo de
tiempo mas o menos prolongado del rasgo de angustia o disposición para su aparición.
Clínicamente se clasifican los estados de angustia atendiendo a su duración intensidad
y manifestaciones:

- en crisis o acceso

- estados ínter críticos

- crisis larbados o equivalentes

- con determinadas manifestaciones somáticas acentuadas y de primer plano (cardio


vasculares respiratorios de tensión muscular, etc.)

ANUBLAMIENTO DE CONCIENCIA: transtorno cualitativo o productivo de la conciencia


donde a un mayor o menor entorpecimiento o degradación de la conciencia se asocia
otras alteraciones psiquiatritas o contenidos anormales DELIRIO: Estado de
anublamiento de conciencia de breve duración (horas, días) consistente además de la
mayo o menor degradación del nivel da la conciencia e ilusiones particularmente
visuales, con amnesia, mayor o menor, consecutiva. Forma de síndrome cerebral
agudo, sintomático de enfermedades infecciosas, delirium tremns. Delirios tóxicos e
infecciosos síndrome cerebra agudo, tipo anublamiento, delirio.
APATIA: indiferencia afectiva anormal, mengua o ausencia de reactividad afectiva de
los impulsos y del interés. Índice de esquizofrenia y de síndromes psico-orgánicos
avanzados (demencias)

AUTISMO: alejamiento o perdida de contacto con la realidad y en el que destaca un


tipo de pensamiento dominado enteramente por tendencias subjetivas no rectificadas,
sin verificación o comprobación consensual o social.

No confundirle con el aislamiento, retraimiento o apartamiento de las gentes síntoma


primario de esquizofrenia (e. bleuler). 26

BLOQUEO DEL PENSAMIENTO: interpretación o detención del curso del pensamiento o


de la asociación de ideas, sin pérdida del conocimiento o de la conciencia. Se presenta
en los estados esquizofrénicos constituyendo parte de la llamada sintomatología
primaria o básicamente estos muy a menudo se acompañan de un sentimiento de
interferencia o influencia exterior. En las reacciones situacionales y en las neurosis
ocurre:

v Selectivamente como fenómeno inhibitorio en relación o como respuesta a la


emergencia de un complejo afectivo o temas o asuntos de significación psicológica
personal

v Como expresión de desorganización por angustia intensa.

COLERA: emoción que lleva a atacar mas o menos abiertamente lo que molesta u
obstaculiza, su intensidad umbral de aparición varían según los individuos así como la
capacidad para dominar su expresión, puede acompañarse pero no necesariamente de
comportamiento agresivo. En neuróticos hay con frecuencia cólera y agresión
inhibidas, rara vez exteriorizadas (ver agresión hostilidad)

CONVERSION: signo o manifestación caracterizada por pérdida de función en los


sistemas nervioso de la vida de relación sin base estructural y explicable por fenómeno
de inhibición central (vg, amaurosis, sordera, anestesias, parálisis, etc) en relación a
angustia o depresión intolerables síntomas conversivo. Neurosis histérica conversiva.

COMPULSION: ejecución reiterada o repetida de un acto a pesar de la intención de


controlarle, su realización alivia la angustia y su impedimento le aumenta. Índice
definitivo de neurosis observa-compulsiva cuando se elimina la posibilidad de psicosis.

CONFABULACION: falsos recuerdos o fabricaciones instantáneas y variables empleadas


para rellenar los vacíos o lagunas de la memoria. Se ve en el síndrome amnésico
confabula torio (síndrome de korsakoff)

CONFUSIÓN: estado de anublamiento de la conciencia con marcada disgregación y


otras manifestaciones de ruina de la configuración psíquica además de ilusiones
alucinaciones. Forma de síndrome cerebral agudo o reacción exógeno, sintomática de
enfermedad general o cerebral infecciosa o toxica. Amnesia. Síndrome cerebral agudo
tipo anublamiento confusión mental.

DELUSION: (delirio de la nomenclatura francesa): delusión (del latín ¨deludere¨


engañar) es una creencia patológica, ¨ una idea falsa ¨ en posición evidente con la
realidad, traduce una alteración profunda del funcionamiento psicológico.

Es un signo de perdida del contacto con la realidad y de desintegración personal o sea


de psicosis. La delusiones s juicios erróneas, afirmaciones o negaciones sin base o
funcionamiento, objetivo, inconmovibles frente a la persuasión o a la evidencia de la
realidad, defendidos a través de sucesivas argumentaciones o fundamentaciones, con
una negatividad básicas para comprenderles y rectificables.

Las delusiones surgen en síndromes cerebrales agudos y crónicos y en psicosis


asociadamente a una grave amenaza a la integración o estructuración de la vida
psíquica. Tiene un significado de negación de la realidad y pueden simbolizar la
amenaza o peligro vivida por el sujeto o las defensas frente a la misma.

Se pueden clasificar en:

- Delusiones depresivas: de pobreza, indignidad, ruina y de culpa.

- Delusiones de enfermedad o hipocondríacas.

v Delusiones nihilistas o de negación de la propia existencia o de partes corporales del


mundo exterior.

- Delusiones de grandeza o expansivas.

- Delusiones paranoides, de autor referencia, persecutorias de perjuicio o daño


delusiones de celos o celotipias erotomaníacas.

- Las delusiones depresivas se presentan en las depresiones endógenas psicóticas


(depresiones psicóticas psicóticas, fases depresivas de la psicosis maniaco depresiva,
melancolias seniles) las delusiones expansivas o de grandeza.

4 - Desarrolle brevemente Distorsiones perceptivas o sensoriales.


Percepción distorsionada de un estímulo existente. Se producen cuando el estímulo
(“fuera” del sujeto (PIR02, 134)) se percibe de forma distinta a la esperada teniendo en
cuenta sus características formales, o si se percibe de manera distinta a la habitual,
siempre contando con la existencia real y accesible del estímulo a nuestros sentidos. La
anomalía no se encuentra en los sentidos, sino en la integración del mismo en la
percepción.
a) Anomalías en la percepción de la intensidad de los estímulos.
En este grupo se incluyen las anomalías que se producen en la intensidad con la que
solemos percibir los estímulos. Estas anomalías pueden producirse tanto por exceso
como por defecto a lo largo de un continuo: en el primer caso se califican como
hiperestesias y en el segundo como hipoestesias.
La ausencia absoluta de percepción de la intensidad estimular se denomina anestesia.

Sabemos que la intensidad con la que percibimos los estímulos, como por ejemplo la
luz, depende no sólo del propio estímulo luminoso, sino también de otros muchos
factores, tales como el cansancio, la habituación, el nivel o la intensidad estimular
previa, o las propias características y estado de nuestros órganos sensoriales, entre
otros.
Por lo tanto, la intensidad con la que podemos percibir un determinado estímulo en un
momento dado no es simplemente una cuestión de todo o nada, sino que depende de
una multiplicidad de factores externos al individuo (características del estímulo), pero
también internos a él (o sea, las características del propio organismo receptor).

En este sentido, puede hablarse de un continuo o dimensión de percepción de la


intensidad de los estímulos, que varía como consecuencia de:

a) las características del estímulo a percibir


b) el contexto o el momento en que se produce la percepción
c) el sujeto que percibe (el receptor).

Según lo anterior, puede parecer un sinsentido hablar de anomalías en este ámbito, ya


que admitimos la existencia de un continuo de intensidad de la percepción. Sin
embargo, existen ciertas situaciones en las que sí que podemos hablar de tales
anomalías, especialmente cuando una persona califica como exagerada o como
mínima la intensidad de un estímulo que está al alcance de sus sentidos, a pesar de
que otras personas que se hallan en la misma situación o momento dicen percibirlo
con una intensidad normal, o al menos con la que habitualmente se suele percibir ese
estímulo concreto. Por lo tanto, son las características del receptor, y no las del
contexto o las del estímulo, las que probablemente se hallan aquí alteradas.

La anomalía puede tener origen neurológico, o guardar relación con una alteración
transitoria de los órganos sensoriales —como sucede en ciertos estados tóxicos—, o
bien puede ser de origen funcional —como ocurre en muchos trastornos mentales—.
En este último caso, la alteración sería claramente de naturaleza perceptiva, ya que
tanto los receptores neurales como los sensoriales funcionan correctamente o dentro
de los límites de la normalidad.

Así, la intensidad de las percepciones puede verse alterada en trastornos mentales


complejos, como las depresiones, y se manifiesta mediante quejas sobre la
incapacidad para «sentir» o notar los sabores, los olores, los sonidos, etc. («Todo me
sabe igual»)

Otros pacientes pueden presentar hiperacusia, es decir, quejarse de que todos los
sonidos que escuchan son exageradamente altos; incluso una conversación en voz baja
puede resultar intolerablemente ruidosa. Esta alteración es frecuente no sólo en los
trastornos afectivos o del estado de ánimo, sino que también puede aparecer asociado
a un trastorno de ansiedad, a migrañas, o en estados tóxicos, tales como la ingestión
aguda de alcohol.

Asimismo, en algunas esquizofrenias, en los estados maníacos y en éxtasis producidos


como consecuencia de la ingestión de ciertas drogas pueden producirse hiperestesias
visuales, en las que los colores parecen mucho más intensos y vívidos de lo normal.

Otro ejemplo, especialmente para el caso de las algesias, lo constituyen las histerias de
conversión o disociativas, en donde la persona no da muestras de sentir dolor a pesar
de que se le aplique algún estímulo que lo produzca. Pero también pueden presentar
los síntomas opuestos, como por ejemplo hiperalgesias o hiperestesias referidas al
dolor, cuyo carácter suele ser discontinuo y cambiante, lo que suele servir para
distinguirlas de otras hiperalgesias de origen orgánico.

Así pues, estos pacientes pueden presentar una amplia variedad de síntomas
relacionados con anomalías en la percepción de la intensidad estimular: desde
anestesias hasta hiperalgesias y dolor psicógeno, sin que existan causas orgánicas que
lo justifiquen.

En todo caso, es importante tener en cuenta que muchas enfermedades de origen


neurológico, y por lo tanto con una etiología claramente orgánica, cursan con
alteraciones de este tipo, por lo que debemos ser cautos a la hora de aplicar un
diagnóstico de «trastorno funcional» (esto es, sin causa orgánica) ante la aparición de
distorsiones de este estilo.0

b) Anomalías en la percepción del dolor


Esta modalidad especial constituye la percepción de la intensidad de los estímulos que
causan dolor; en este caso se habla de hiperalgesias versus hipoalgesias, en donde la
ausencia total de percepción de dolor se denomina analgesia.

c) Distorsiones en la percepción de la cualidad


Van asociadas en muchas ocasiones a las anteriores y hacen referencia sobre todo a las
visiones coloreadas, a los cambios en la percepción del color de los objetos y a la
mayor o menor nitidez y detalle de las imágenes.
Por lo general, estas anomalías están provocadas por el uso voluntario o inducido de
ciertas drogas, como la mescalina, y/o de medicamentos, como la digital, así como por
lesiones de naturaleza neurológica. Pero también pueden aparecer en trastornos
mentales, como las esquizofrenias o las depresiones: por ejemplo, un paciente
esquizofrénico puede quejarse de que todo lo que come está amargo, o de que las
flores huelen a excrementos; y un depresivo puede decir que todo «lo ve» (en el
sentido de que lo experimenta o lo vive) negro, opaco o sin color. Sin embargo, si le
pedimos que enumere los colores de un cuadro, los identificará correctamente.
De nuevo, en este tipo de casos nos hallamos frente a un correcto funcionamiento de
los órganos sensoriales: es la percepción del mundo la que está alterada en este
paciente (Gelder, Gath y Mayou, 1989; Sims, 1988).
d) Anomalías en la percepción del tamaño y/o la forma
Se trata de distorsiones en la percepción visual de la forma (dismorfopsias) y/o del
tamaño (dismegalopsias) de los objetos. Dentro de estas últimas se distingue entre
micropsias y macropsias (o megalopsias), en las que los objetos reales se perciben,
respectivamente, a escala reducida (o muy lejanos) o a escala aumentada (o muy
cercanos).

Cuando estas distorsiones se refieren al propio cuerpo reciben el nombre de


autometamorfopsias (Scharfetter, 1977). La persona suele ser consciente de las
anomalías que está experimentando, y sus reacciones emocionales ante la experiencia
varían enormemente, pues pueden ir desde el agrado hasta el terror y la ira. En la
mayor parte de las ocasiones, las metamorfopsias se asocian a distorsiones en la
percepción de la distancia: por ejemplo, un paciente puede ver sus propios pies mucho
más grandes de lo que en realidad son y a una distancia mayor de la normal.
Todas estas anomalías se presentan en una amplia gama de situaciones: desde los
trastornos neurológicos (tales como la epilepsia o los producidos por lesiones en el
lóbulo parietal, o en estados orgánicos agudos) hasta como consecuencia de los
efectos de determinadas drogas (por ejemplo la mescalina). Sin embargo, son muy
poco frecuentes en los episodios agudos de esquizofrenia y en los trastornos
neuróticos (Sims, 1988).
e) Distorsiones en la integración perceptiva
Se trata de anomalías poco frecuentes, que a veces aparecen en los estados orgánicos
y en la esquizofrenia. El paciente parece incapaz de establecer los nexos que
habitualmente existen entre dos o más percepciones procedentes de modalidades
sensoriales diferentes. Por ejemplo, un paciente que está viendo la televisión
experimenta la sensación de que existe una especie de «competición», e incluso un
conflicto, entre lo que oye y lo que ve, como si ambas sensaciones no tuvieran nada
que ver entre sí, o como si vinieran de fuentes de estimulación diferentes, y lucharan
entre sí por atraer su atención. Las conexiones entre ambas modalidades sensoriales
(auditiva y visual) han fracasado o no se han establecido correctamente, y por ello la
persona tiene la sensación de que proceden de fuentes diferentes y de que atraen al
mismo tiempo sus recursos atencionales (Sims, 1988).

En estos casos estamos ante un ejemplo de lo que se denomina escisión perceptiva, en


la que el objeto percibido se desintegra en fragmentos o elementos. Además de
ejemplos como el que acabamos de comentar, las escisiones pueden ceñirse sólo a las
formas (morfolisis), o a la disociación entre color y forma (metacromías).

El fenómeno opuesto a la escisión se denomina aglutinación, y consiste en que las


distintas cualidades sensoriales se funden en una única experiencia perceptiva. En este
caso, el paciente parece incapaz de distinguir entre diferentes sensaciones. Una forma
especial de integración es la sinestesia, una asociación anormal de las sensaciones en
la que una sensación se asocia a una imagen que pertenece a un órgano sensorial
diferente. Un ejemplo sería la audición coloreada, es decir, «ver» colores cuando se
escucha música.
f) Distorsiones es la estructuración de estímulos ambiguos. Ilusiones y
Alucinaciones
La ilusión puede conceptualizarse como una distorsión perceptiva en la medida en que
se defina como una percepción equivocada de un objeto concreto. Esto equivale a
admitir que las ilusiones son perceptos que no se corresponden con las características
físicas objetivas de un estímulo concreto.

Desde una perspectiva psicológica clásica, las ilusiones son el resultado de la tendencia
de las personas a organizar, en un todo significativo, elementos más o menos aislados
entre sí o con respecto a un fondo. La ilusión de Müller-Lyer, las ilusiones por
contraste, o las figuras reversibles, son ejemplos típicos de ilusión, ampliamente
estudiados por la psicología experimental.

Por su parte, la vida cotidiana nos ofrece abundantes ejemplos de experiencias


ilusorias: cuántas veces hemos creído ver a un amigo al que estamos esperando en la
puerta del cine y, al acercarnos con nuestra mejor sonrisa, o al darle un golpecito en la
espalda, nos damos cuenta del error. O quién no ha escuchado alguna vez pasos detrás
de uno al caminar por una solitaria y oscura callejuela. Y quién de nosotros es capaz de
no ver la paloma que sale de la bocamanga del prestidigitador.
Como señala Reed (1988), en todos estos casos podemos encontrar ciertos elementos
comunes: por un lado, una cierta predisposición personal a interpretar la estimulación
en un sentido y no en cualquiera de los otros posibles; y por otro, la ambigüedad o
falta de definición clara de esa estimulación que estamos recibiendo y/o de la situación
en la que se produce. Así pues, lo que en realidad parece suceder en estas experiencias
que calificamos como ilusiones es que los estímulos que estamos realmente
percibiendo se combinan con una imagen mental concreta.

Un tipo especial de ilusión es la pareidolia, en la cual el individuo proporciona una


organización y significado a un estímulo ambiguo o poco estructurado: ejemplos de
pareidolia son las caras que vemos dibujadas en el perfil de una montaña o en las
llamas que surgen de una chimenea. Natural mente, las pareidolias no son en absoluto
patológicas (quizá lo sería la incapacidad para formarlas), y en este sentido constituyen
un magnífico ejemplo de lo que constituye una experiencia mental anómala, en la que
el término «anomalía » no implica patología, enfermedad o morbidez. Otro ejemplo
sería la sensación de presencia denominada así por Reed (1988) para hacer referencia
a una especie de «sexto sentido», que conlleva una experiencia senso-perceptiva
compleja. En este caso, la persona tiene la sensación de que no está sola, aunque no
haya nadie a su alrededor, ni sea capaz de identificar claramente algún estímulo que
apoye esa sensación, tal como una voz, una música o cualquier otro signo similar.
Este fenómeno es extraordinariamente frecuente en ciertas situaciones vitales, tales
como el cansancio físico extremo o la soledad acompañada de disminución drástica de
estimulación ambiental. Pero también puede aparecer asociado a estados de ansiedad
y miedo patológicos, a esquizofrenia, a histeria y a trastornos mentales de origen
orgánico.

Téngase en cuenta que los estados emocionales intensos constituyen una causa
fundamental para la aparición de ilusiones. Así, por ejemplo, en un estado delirante
agudo el umbral perceptivo es más bajo de lo normal y el paciente se encuentra
aturdido, ansioso, activado, etc., todo lo cual le predispone a experimentar ilusiones.
Según Hamilton (1985), las ilusiones tienen cierta importancia diagnóstica al menos
por tres motivos. En primer lugar, por su probable asociación con otros signos y
síntomas; en segundo lugar, porque son indicativas de un estado emocional elevado; y
finalmente, porque pueden alertar al clínico acerca de la existencia de una base
etiológica para la falta de claridad perceptiva, si es que no están presentes causas
obvias de oscuridad ambiental, por ejemplo, o de adormecimiento.

En todo caso, es importante recalcar que las ilusiones son el producto de una
combinación entre predisposiciones internas o subjetivas (deseos, motivos,
expectativas, emociones, cansancio, etc.) y externas (características físicas del
estímulo, contexto o fondo en que se produce, etc.). Y en gran medida se pueden
concebir como identificaciones y/o interpretaciones nuevas —como reconstrucciones
— de estímulos que se hallan presentes y al alcance de los sentidos (Reed, 1988). Una
vez examinadas las distorsiones perceptivas vamos a dedicar el resto del capítulo a los
engaños perceptivos, que tradicionalmente constituyen el apartado más importante
de las psicopatologías de la percepción, tanto por el valor diagnóstico que poseen
como por la complejidad que revisten.

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