Vargas Castro
Vargas Castro
Vargas Castro
RESUMEN ABSTRACT
El presente artículo se inscribe en el marco de la investi- This article is part of the UBACyT research “Variations in
gación UBACyT “Variaciones en la posición judicativa del the analysand’s judicial position. Case study in the Adult
analizante. Estudio de casos en el Servicio de Clínica Psychological Clinic Service in Avellaneda”. Guilt appears
psicológica de Adultos en Avellaneda”. La culpa se presen- as a great complication in any analysis, regardless of the
ta como un gran escollo en todo análisis, sin importar la clinical structure involved. Likewise, the judgment and its
estructura clínica en juego. Igualmente, el juicio y sus va- variations, as an ethical expression of the subject in its
riaciones, en tanto expresión ética del sujeto en su relación relationship to the Other, is unavoidable in the direction of
al Otro, resulta ineludible en la dirección de la cura. Estas the cure. These two variables, guilt and judgment, are ar-
dos variables, culpa y juicio, son articuladas para proponer ticulated to propose two variations in the analysand’s judi-
dos variaciones en la posición judicativa del analizante: de cial position: from guilt to suspension of the trial, via trans-
la culpa a la suspensión del juicio, vía la transferencia; y fer; and from the suspension of the trial to the trial/act, via
de la suspensión del juicio al juicio/acto, vía la construcción the construction of the phantom. Finally, subjective dismis-
del fantasma. Finalmente, la destitución subjetiva se plan- sal arises in relation to innocence as a treatment of guilt in
tea en relación a la inocencia como un tratamiento de la the analysis.
culpa en el análisis.
Keywords:
Palabras clave: Guilt - Judgment - Phantom - Act - Innocence
Culpa - Juicio - Fantasma - Acto - Inocencia
1
Universidad de Buenos Aires (UBA), Facultad de Psicología, Instituto de Investigaciones. Email: vargascastrod@yahoo.com.ar
“Lleve cada uno su culpa deseos, tanto en su vertiente sexual, dado que entra en
Y no habrá culpables”. conflicto con la ley de la prohibición del incesto; como en
Antonio Porchia su vertiente mortífera, dado que también al padre no sólo
se le desea la muerte por ser un obstáculo para acceder
Introducción a la madre, sino que también se le ama.
El presente texto es resultado de la vigente investigación Posteriormente, en el “mito científico” que es Tótem y
UBACyT “Variaciones en la posición judicativa del anali- tatú, considera que el inicio de la cultura tiene lugar con
zante. Estudio de casos en el Servicio de Clínica psicoló- el asesinato del tiránico padre de la horda primitiva, el cual
gica de Adultos en Avellaneda”, así como solidaria de su era el poseedor de todas las mujeres de las cuales priva-
predecesora “El sentimiento inconsciente de culpa como ba a sus hijos. El parricidio, resultado de la rebelión de
índice negativo del deseo: detección y tramitación en el éstos, lejos de otorgarles libertad, los atosigó de arrepen-
tratamiento psicoanalítico en diferentes tipos clínicos. timiento, ya que ellos no sólo estaban habitados por
Estudio de casos en el Servicio de Clínica de Adultos de sentimientos hostiles hacia su padre sino también por
la Facultad de Psicología en Avellaneda”; ambas dirigidas amorosos. Nació entonces una conciencia moral –que
por el Dr. Gabriel Lombardi. posteriormente Freud denominará superyó– que expresa-
La presencia de la culpa es inminente en cualquier cura ba dicho arrepentimiento.
analítica, sin importar la posición subjetiva del ser de la Posteriormente, el creador del psicoanálisis considera a la
cual se trate –neurosis, psicosis, perversión–. culpa como una variante tópica de la angustia. El senti-
En la histeria, la culpa se mantiene en el silencio del sín- miento de culpa tiene lugar a partir de un juicio de aproba-
toma conversivo: el mal paso se traduce en parálisis o ción o desaprobación que, inicialmente, fue dado por las
dificultad para caminar. En la neurosis obsesiva, aparece figuras parentales, y posteriormente, introyectado como
la culpa por pensamientos hostiles dirigidos a otros. En la herencia del complejo de Edipo.
paranoia, el Otro tiene la culpa, sea Dios o el vecino. En En esta misma dirección, en los desarrollos freudianos
la melancolía, la sombra del objeto cae sobre el yo, cul- encontramos la articulación entre culpa y angustia en sus
pándolo con hostigamiento. últimos desarrollos de dicho afecto correspondiente al
Si hablamos de culpa, es porque allí se ha realizado un texto “Inhibición, síntoma y angustia”. Allí, plantea a la
juicio, cuestión que ocupó a Freud desde sus primeras culpa como angustia frente al peligro de la pérdida de amor
elaboraciones respecto al aparato psíquico. La jerga freu- del superyó. Éste peligro resulta ser un desplazamiento
diana respecto al juicio y las defensas frente de la castra- del desvalimiento y dependencia del sujeto respecto al
ción –ambas cuestiones que Lacan retomará–, son impor- Otro primordial.
tadas del campo del Derecho, teniendo un lugar central en Además de la culpa, Freud (1926/2003) nos plantea un
sus desarrollos teóricos. sentimientos inconsciente de culpa que luego reformulará
En razón de esta articulación entre culpa y juicio es que como “necesidad de castigo”, correspondiente a la resis-
consideramos insoslayable preguntarnos qué tratamiento tencia del superyó, siendo uno de los mayores obstáculos
ofrece un análisis respecto de la culpa, así como qué en la cura psicoanalítica. Sin embargo, por más dificulta-
cambios resultan fundamentales en la posición judicativa des que le deparó, y gracias a su agudeza clínica, Freud
del analizante. pudo distinguir diversas formas en las que se manifestaba
Es así que, en el presente texto, presentamos dos cambios dicho sentimiento inconsciente de culpa en cada uno de
en la posición judicativa del analizante en relación a la los tipos clínicos, llegando a considerar que la gravedad
culpa en el recorrido de un análisis. Para ello, inicialmente, en los casos estaría dada por las relaciones del yo con el
presentamos algunos desarrollos de Freud y Lacan res- superyó: “La enfermedad es utilizada como un medio de
pecto a la culpa y el juicio para, posteriormente, ubicar los ese ‘autocastigo’; el neurótico se ve forzado a comportarse
dos cambios señalados previamente, a saber: 1) De la como si lo gobernada un sentimiento de culpa que, para
culpa a la suspensión del juicio, vía la transferencia; 2) De satisfacerse, precisara de la enfermedad en calidad de
la suspensión del juicio al juicio/acto, gracias a la construc- castigo” (Freud, 2003/1926: 20).
ción del fantasma. El superyó –dirá Freud cuando formalice la segunda tópi-
ca– está lejos de tener una relación simple con el yo, ya
Culpa que tiene sus raíces en el ello, de tal forma que está al
En la obra freudiana como lacaniana encontramos diver- tanto de las pulsiones que pugnan por satisfacerse, las
sas articulaciones respecto a la culpa. Nuestra intención cuales desconoce el yo por efecto de la represión, pero el
no es realizar un recorrido exhaustivo al respecto –para superyó le hostiga como si estuviera al tanto de ellas. En
tales fines, véase Gerez Ambertín (2013)–, sino ubicar razón de esto, la culpa cumple una función de índice, de
algunas elaboraciones que nos permitan extraer conse- allí que el analista no deba pretender eliminarla.
cuencias en su relación al juicio. Es en este marco en el que podemos ubicar la diferencia
Freud situará tempranamente la culpa en relación al deseo entre culpa inconsciente –reprimida y resultante del com-
y la ley. Es así que al plantear al complejo de Edipo como plejo de Edipo que se expresa como sufrimiento– y culpa
el complejo nuclear de las neurosis, señalará que el infan- consciente que se expresa como arrepentimiento.
te está habitado por deseos incestuosos y de muerte hacia Freud (1930/2003) nos dice que además de los síntomas
la pareja parental. La culpa sería expresión de dichos neuróticos ser satisfacciones sustitutivas de deseos se-
xuales reprimidos, toda neurosis consolida sus síntomas para pagar el precio del acceso al deseo, entendiendo al
con un monto de sentimiento inconsciente de culpa vía el deseo como la metonimia del ser:
castigo, lo que formaliza diciendo que “cuando una aspi-
ración pulsional sucumbe a la represión, sus componentes El arroyuelo donde se sitúa el deseo no es solamente la
libidinosos son traspuestos en síntomas, y sus componen- modulación de la cadena significante, sino lo que corre por
tes agresivos, en sentimiento de culpa” (p. 21). debajo de ella, que es hablando estrictamente lo que somos
La relación entre el sentimiento inconsciente de culpa y y también lo que no somos, nuestro ser y nuestro no-ser– lo
la culpa son complejos y no necesariamente excluyentes, que en el acto es significado, pasa de un significante a otro
de allí que el creador del psicoanálisis afirme que el neu- en la cadena, bajo todas las significaciones. (Ibíd., p. 382).
rótico no es tan culpable como cree ni tan inocente como
se siente. Finalmente, señalemos que Lacan presenta una terna
Por su parte, Lacan, en su seminario El deseo y su inter- entre falta, culpa y deseo. Tengamos presente la equivo-
pretación, dirá que Hamlet –protagonista de la tragedia cidad –que también se da en castellano– de la palabra
shakespeareana– da cuenta del drama del deseo y del francesa manque, falta. Es evidente la remisión al campo
sujeto moderno. Allí, plantea lo que llama “culpable de ser”: jurídico –cometer una falta– pero también hace referencia
a la falta que da lugar al deseo. Dependiendo el registro
Hamlet en cambio, sabe que es culpable de ser. Le resulta de dicha falta, estaremos entonces acentuando una forma
insoportable ser. Antes de cualquier comienzo del drama, él de lectura de la falta u otra, cuestión que despliega Lacan
conoce el crimen de existir. A partir de ese comienzo, se en su seminario La relación de objeto. Una de las ocasio-
encuentra frente a una elección por realizar en la cual el nes en las que podemos ubicar dicha terna es cuando el
problema de existir se plantea en términos que lo caracteri- psicoanalista francés propone respecto al duelo que sólo
zan, a saber To be or not to be, que sin remedio lo introducen estamos de duelo por quien podemos decir “Yo era su
en el ser, tal como él lo articula muy bien. (Lacan 1958- falta”. Señala que por una regresión en juego, esta dimen-
1959/2014, p. 272) sión de la falta ligada al deseo del Otro, es leída imagina-
riamente como “¿En qué le falté?”, lo que da lugar a la
Lacan precisará que “ser o no ser” es una frase en sus- culpa, desconociendo el sujeto que, si pudo ocupar ese
penso que debemos completar de la siguiente forma: “ser lugar de castración en el Otro, fue precisamente porque
o no ser…el falo materno”. En este sentido, podemos –como se enuncia comúnmente– dejó qué desear (Lacan,
plantear la hipótesis –que nos servirá posteriormente– de 1962-1963/2006).
que la “culpa de ser” se opone a la destitución subjetiva
–solidaria del deser– de allí que toda idea de “ser” tenga Juicio
como equivalencia culpa. Debemos, entonces, escribir: Inicialmente resulta fundamental destacar la influencia de
ser = culpa. Franz Brentano en las elaboraciones freudianas respecto
En el seminario siguiente, La ética del psicoanálisis, nos del juicio. En su texto de 1874, La psicología desde el
presenta una formulación respecto a la ligazón entre culpa punto de vista empírico, es posible rastrear en varios pun-
y deseo, considerando que sólo podemos sentirnos culpa- tos lo que Freud irá desarrollando desde textos tan tem-
bles por haber cedido en nuestro deseo. Más allá de los pranos e inéditos como “Proyecto de psicología para neu-
pertinentes cuestionamientos y críticas que se pueden rólogos”, al igual que más tardíos como “La negación”
realizar respecto a lo problemático de plantear “nuestro (Molica, Mordo, Otero, Thomson y Vargas, 2021).
deseo”, dado que presentaría un deseo desarticulado al Sobre la génesis del juicio, Freud (1950/2003) plantea
deseo del Otro (Muñoz, 2020); consideramos esclarece- que es el resultado al que arriba el yo por medio de un
dora la precisión que realiza Lacan respecto a este punto hallazgo dentro de su organización, a saber, la corres-
al introducir la dimensión de la traición: pondencia entre las percepciones externas y las internas
del propio cuerpo. Esto da lugar a una separación de los
Lo que llamo ceder en su deseo se acompaña siempre en el complejos perceptivos entre constantes –como cosa del
destino del sujeto […] de alguna traición. O el sujeto traiciona mundo, no comprendida– y variables –movimiento de la
su vía, se traiciona a sí mismo y él lo aprecia de este modo. cosa, comprensible–.
O, más sencillamente, tolera que alguien con quien se con- Hablar de génesis del juicio es pertinente en tanto que, al
sagró más o menos a algo haya traicionado su expectativa, principio, en el aparato psíquico predomina la represión,
no haya hecho respecto a él lo que entrañaba el pacto […] la cual elimina la investidura libidinal de las representacio-
Algo se juega alrededor de la traición cuando se la tolera, nes que pudieran ser fuente de displacer. Posteriormente,
cuando, impulsado por la idea del bien –entiendo del bien de el juicio –sirviéndose de las huellas mnémicas de la reali-
quien ha traicionado en ese momento, se cede al punto de dad– determina si una representación es falsa o verdade-
reducir sus propias pretensiones […] (Lacan, 1959-1960/ ra, en tanto está en consonancia o no con la realidad, por
2009, pp. 381-382) más que fuese fuente de placer o displacer.
Respecto al juicio adverso, Freud considera que no hay un
Resulta de nuestro interés para los fines de nuestros próxi- equivalente inconsciente: “En lugar de la desestimación
mos planteos remarcar que, en este contexto, Lacan con- por el juicio, hallamos en lo inconsciente la ‘represión’.
sidere que el único bien que hay es el que puede servirnos Acaso la represión pueda describirse correctamente como
el estadio intermedio entre el reflejo de defensa y el juicio hacen aquí más que aislar ese acto en el gesto de la partida
adverso” (Freud, 1905/2003, p. 167). de los sujetos. Podrían imaginarse otros modos de expre-
Uno de los textos en los que Freud desarrolla más exhaus- sión del acto de concluir. Lo que hace la singularidad del
tivamente la función del juicio es “La negación”. Allí, con- acto de concluir en el aserto subjetivo demostrado por el
sidera que dicha función tiene dos decisiones: una, con- sofisma es que se adelanta a su certidumbre, debido a la
cerniente a atribuir o desatribuir una propiedad a una cosa; tensión temporal de que está cargado subjetivamente, y que
y otra, admitir o impugnar la existencia de una represen- bajo la condición de esa anticipación misma, su certidumbre
tación de la realidad: “La propiedad sobre la cual se debe se verifica en una precipitación lógica determinada por la
decidir pudo haber sido originariamente buena o mala, útil descarga de esa tensión, para que finalmente la conclusión
o dañina” (Freud, 1925a/2003, p. 254). no se funde ya sino en instancias temporales totalmente
Concerniente a la primera función antes descrita –atribuir objetivadas, y que el aserto se desubjetivice hasta el grado
o desatribuir una propiedad–, originariamente, el yo-pla- más bajo.
cer, concerniente al principio del placer, considera como
equivalente lo externo y lo malo, en tanto fuentes ambos Dentro de las características que es posible ubicar en los
de displacer, queriendo sólo introyectar lo bueno y expul- posteriores desarrollos de Lacan respecto al acto (Vargas,
sar lo malo. Con respecto a la segunda función –admitir o 2020), podemos ya encontrar algunas de ellas, como es
impugnar la existencia– concierne al yo-realidad, solidario la ausencia de garantía y la certeza –“se adelanta a su
del principio y examen de realidad. Dicha función consiste certidumbre”-, así como la destitución subjetiva –“desub-
en determinar si algo representado en el interior del yo es jetivice”– y la libertad –que ulteriormente Lacan precisará
plausible de reencontrarse también en la realidad. al adjudicarla al sin-sentido.
Recordemos que una de las cuestiones que plantea Freud Lacan (1961/2008) ubica el juicio dentro de los pagos del
(1926/2003) es que el intento de huida que es la repre- analista en su texto “La dirección de la cura y los principios
sión, y el síntoma resultante, mantiene el conflicto lejos de su poder”, manifestando que, además de pagar con su
de la resolución por la motilidad, “le está prohibido traspo- palabra y su persona, el analista paga con su juicio íntimo:
nerse en acción” (p. 91), alejado del mundo exterior, im- “¿olvidaremos que tiene que pagar con lo que hay de
pidiendo que el conflicto encuentre resolución en la reali- esencial en su juicio más íntimo, para mezclarse en una
dad material, de modo tal que se limita al plano psíquico. acción que va al corazón del ser (Kern unseres Wesens
Vemos entonces por qué el propósito analítico sea el jui- [núcleo de nuestro ser], escribe Freud) : sería él el único
cio en tanto es “la acción intelectual que elige la acción allí que queda fuera del juego?” (p. 561). Vemos aquí que
motriz, que pone fin a la dilación que significa el pensa- pagar con su juicio más íntimo posibilita al analista actuar,
miento mismo, y conduce del pensar al actuar” (Freud, y no de cualquier manera, sino apuntando al ser, a conmo-
1925a/2003, p. 256). verlo, como plantearemos en otro apartado.
La regla fundamental analítica implica en sí misma el jui- En consonancia con lo señalado en el apartado anterior
cio, o más precisamente, la suspensión de éste. En la in- respecto a que de lo único que se puede ser culpable es
vitación a decir lo que se le ocurra al paciente, sin importar de haber cedido en su deseo, Lacan (1959-1960/2009)
su contenido, se introduce una lógica que suspende el plantea la pregunta: “¿Ha usted actuado en conformidad
juicio ya realizado, o más precisamente, la invitación a con el deseo que lo habita?” (p. 373). Esta pregunta, que
revisarlo. connota la extimidad del deseo, es a la que el análisis, en
Resulta tan decisivo para Freud el lugar del juicio en el tanto juicio, dará lugar.
método analítico que, a diferencia de los otros métodos Al respecto, nos plantea un redoblamiento del juicio, al
previamente utilizados, lo ubicó como uno de los propósi- considerar que no sólo se trata, en el campo ético del
tos del mismo, consistiendo en “el descubrimiento de las análisis, de un juicio sobre nuestra acción, sino que dicha
represiones y su relevo por operaciones del juicio que acción ya entraña un juicio, por más que sea implícito. Se
podían desembocar en la aceptación o en la desestima- trataría, entonces, de un juicio sobre el juicio, cuestión que
ción de lo rechazado en aquel momento” (Freud, 1925b/ no nos parece alejada de lo que señalamos con Freud,
2003, p. 29). respecto al análisis como posibilidad de revisión de los
Muy tempranamente, Lacan se ocupó del juicio en su juicios.
texto “El tiempo lógico y el aserto de certidumbre anticipa- En esta misma dirección, que en dicho seminario Lacan
da. Un nuevo sofisma”. En el sofisma que allí plantea afirme que el análisis sea un juicio encuentra sus antece-
respecto a tres prisioneros que deben deducir el disco del dentes en Freud cuando considera que “domeñar los fe-
color que los representa para quedar libres, y al cual no nómenos de la transferencia depara al psicoanalista las
pueden acceder intuitivamente, al momento de concluir – mayores dificultades… pues, en definitiva, nadie puede
en las escansiones correspondientes y en articulación con ser ajusticiado in absentia o in effigie” (Freud, 1912/2003,
el instante de ver y el tiempo de comprender– lo ubica p. 105).
como un juicio en tanto que es un acto:
De la culpa a la suspensión del juicio
Finalmente, el juicio asertivo se manifiesta aquí por un acto. Para iniciar nuestra conjetura respecto a la primera varia-
El pensamiento moderno ha mostrado que todo juicio es ción en la posición judicativa del analizante, consideramos
esencialmente un acto, y las contingencias dramáticas no fundamental señalar que entre los autores lacanianos, y
quizás por la equivalencia que se suele realizar entre ne- que podemos considerar como equivalente a sacar de la
cesidad de castigo y goce, no se menciona el costado mudez la culpa de la necesidad de castigo:
culposo que se satisface en el síntoma. No omitir esta
cara del síntoma nos permite afirmar que, así como el El síntoma sólo queda constituido cuando el sujeto se perca-
análisis implica un tratamiento del síntoma –en el sentido ta de él […] el primer paso del análisis […] es que el síntoma
analítico del término, en tanto aquello que divide al suje- se constituya en su forma clásica, sin lo cual no hay modo de
to–, también es un tratamiento de la culpa. salir de él, porque no hay modo de hablar de él, porque no hay
Ahora bien, como ya lo destacaba Freud, no basta con un modo de atrapar al síntoma por las orejas. ¿Qué es la oreja
padecimiento subjetivo para que alguien realice una de- en cuestión? Es lo que podemos llamar lo no asimilado del
manda de tratamiento. Mientras se cuente con un saber- síntoma, no asimilado por el sujeto. (pp. 302-303)
hacer al respecto –cuestión que no se restringe al fin de
análisis respecto al síntoma (Schejtman, 2015)–, solidario Sólo de este modo es posible romper con la egosintonía,
muchas veces de una respuesta con valor de verdad para ubicando la ajenidad del síntoma, su carácter de cuerpo
el sujeto al respecto; resulta improbable que se efectúe la extraño, de forastero sin invitación.
consulta. Dicha respuesta anticipada la podemos localizar Ya sea por una contingencia o por el valor traumatizante
en el fantasma, lugar que soporta el deseo y, a su vez, del analista, se efectúa una puesta en suspenso de las
funciona como pantalla simbólico-imaginaria que cubre lo respuestas que el sujeto se ha dado hasta el momento
real. El circuito que sigue el vector desde el deseo hasta respecto a su padecer. Este padecimiento que, al ser ego-
el fantasma corta el circuito evitando la pregunta por el sintónico, otorgando un falso ser, podemos escribirlo como
deseo del Otro: padeser.
Resulta entonces necesario tomar la vía indirecta, la de la
asociación libre, por los caminos desconocidos que abren
a la pregunta por el deseo del Otro, lo que posibilita la
apertura del grafo. Si el fantasma da un falso ser, un obje-
to postizo al deseo, la apertura al enigma del deseo del
Otro implica una puesta en cuestión de esta identificación
al objeto en el fantasma. Es por ello que la pregunta que
corona el grafo no es “¿Qué quiere?”, sino ¿Qué me quie-
re?, es una interrogación directa al ser. Esta puesta en
interrogación resulta equivalente a un cuestionamiento
respecto de la culpa, entendiendo a la culpa en términos
de ser el falo del Otro.
Lacan afirme que “al comienzo del psicoanálisis está la El psicoanálisis promueve una relación entre sujeto y res-
transferencia. Lo está por la gracia de aquel al que llama- ponsabilidad que no debe escamotearse, responsable de la
remos, en la linde de esta declaración, el psicoanalizante” posición de sujeto quiere decir ser responsabilizado por la
(Lacan, 2012/1968, p. 265). división, esa es la estructura traumática de la imputación de
Otro aparato de formalización nos resulta igualmente útil responsabilidad, que implica que el sujeto no se disculpe
para este primer cambio en la posición judicativa del ana- bajo la coartada de la existencia de acciones que podrían
lizante. Recordemos que Lacan inicia desarrollando sus ser consideradas indeliberadas, inmotivadas y por ello irres-
elaboraciones sobre el análisis y el cuadrángulo de Klein ponsables. (Muñoz, 2017, p. 609).
desde el seminario Los cuatro conceptos fundamentales
del psicoanálisis respecto a las operaciones de alienación De la suspensión del juicio al juicio/acto
y separación, pasando por el seminario La lógica del fan- Ubiquemos ahora el segundo cambio en la posición judi-
tasma, y extendiéndose hasta el seminario siguiente, El cativa analizante.
acto psicoanalítico. Dentro de las variaciones que realiza Una de las cuestiones remarcadas por Lacan respecto a
a dicho cuadrángulo, encontramos los vectores que mar- las funciones del fantasma es su significación absoluta, lo
can su irreversibilidad, de allí la posición de las flechas en que resulta fundamental, ya que podemos entender esto
cuestión. como posición judicativa: no es una significación más,
Respecto a la variación judicativa que nos estamos ocu- como la que la interpretación posibilita develar, o el desci-
pando, implica un viraje de la respuesta anticipada del framiento de un sueño; se trata de un juicio desde el que
fantasma a la pregunta sobre la causación inconsciente se juzga. Por eso Freud, en su análisis del fantasma “Pe-
del síntoma, la cual implica el paso desde el “no pienso” al gan a un niño”, muestra cómo esta significación impregna
“no soy” del cuadrángulo. Allí, la culpa la podemos ubicar toda la existencia del sujeto. Este redoblamiento del juicio
como forma de rechazo del inconsciente –en tanto elec- lo señalamos respecto al campo ético del psicoanálisis
ción “natural” del ser hablante respecto al inconsciente–, que advierte Lacan, de allí que la construcción del fantas-
al escribir al yo como conocedor de su sufrimiento, como ma posibilita reconstruir un juicio implícito respecto a qué
causa de sí –“por mi culpa, por mi culpa, por mi gran cul- objeto ha sido el sujeto para el Otro.
pa”. La experiencia del análisis pone en suspenso esa Que sea necesaria la construcción del fantasma en el
supuesta causalidad establecida para abrir a una causa análisis da cuenta de su función de desconocimiento, de
desconocida, en tanto conmueve la identificación alienada juicio implícito, dado que el sujeto allí se encuentra elidido:
del sujeto al yo. El sujeto dividido, fruto de la suspensión
del juicio, encuentra en la opacidad del síntoma el interro- El funcionamiento del deseo –o sea del fantasma, de la vaci-
gante de quien advierte la extimidad de la causa. lación que une estrechamente al sujeto con el a, aquello
Como lo manifiesta Ventoso (2009), resulta necesario mediante lo cual el sujeto se halla suspendido de ese a resto,
pasar del “no pienso” de la alienación de la egosintonía, identificado con él– permanece siempre elidido, oculto, sub-
solidaria de la respuesta fantasmática, al “no soy” de la yacente a toda relación del sujeto con un objeto cualquiera, y
egodistonía del síntoma y el sujeto, cuestión que abre así tenemos que detectarlo allí. (Lacan, 1962-1963/2006, p. 257)
la dimensión del Otro y al Sujeto-supuesto-Saber como
pivote de la transferencia. Por eso, en el fantasma “Pegan a un niño”, vía su cons-
trucción, el sujeto en tanto objeto escópico se reintroduce
en la escena, pasando del “Pegan a un niño” a “Soy pega-
No pienso Alienación do por mi padre”. Reintroducción que le permite separarse
Elección forzada
Yo al des-identificarse del objeto en cuestión.
Culpa de ser
Causa de sí En razón de esto, consideramos pertinente lo que Lacan
señala en la “Proposición del 9 de octubre del psicoanalis-
Verdad ta de la Escuela”, respecto al momento de terminación de
Transferencia
la transferencia, vector que posibilitó el primer cambio en
la posición judicativa: “cuando por haberse resuelto el
No soy deseo que sostuvo en su operación el psicoanalizante,
Sujeto dividido este ya no tiene ganas de confirmar su opción, es decir, el
Suspensión del juicio
Causa inconsciente resto que como determinante de su división, lo hace caer
de su fantasma y lo destituye como sujeto. (Lacan, 1968
Figura 3. De la culpa a la suspensión del juicio /2012, p. 270).
vía transferencia Teniendo en cuenta esta afirmación, haciendo uso de los
desarrollos planteados por Lacan en la clase del 20 de
Esta puesta en suspenso de la culpa es la que también marzo de 1968 de su seminario, y retomando el cuadrán-
permite abrir a la dimensión de responsabilidad analítica, gulo de Klein, resulta coherente que en la parte inferior
no en tanto lo que se sabe, sino en tanto el saber no sabi- izquierda, Lacan escriba no sólo al objeto a en tanto, como
do. Es responder incluso por un sueño, como lo planteó acabamos de leer, resto que determina la división del su-
Freud; responsable de lo que se es efecto, no causa: jeto, sino también el –phi:
No pienso Alienación
Elección forzada
destitución subjetiva. Los tres prisioneros –culpables–,
Yo
Culpa de ser
advienen inocentes –y libres– en el momento que resuel-
Causa de sí ven el sofisma, en que advierten el objeto que han sido
$<>a para el Otro. Esta inocencia libre es la que conviene al
Tra
ns
fer
en
Verdad
acto analítico, teniendo presente que, como lo señalará
cia
Lacan (1960/2001), se trata de la libertad del sin-sentido
–“no morder el sentido”, dirá el psicoanalista francés res-
a -phi No soy pecto a la interpretación analítica–, cuestión que entra en
Destitución subjetiva Sujeto dividido
Suspensión del juicio
resonancia con la ganancia de libertad de la destitución
Inocencia Construcción del fantasma
Juicio / Acto Causa inconsciente subjetiva.
Si dijimos, a propósito de lo manifestado por Lacan res-
Figura 4. De la suspensión del juicio al juicio/acto pecto a Hamlet, y por ende, al drama del deseo, que se
vía la construcción del fantasma trata de “ser o no ser…el falo de la madre”, es por ello que
la construcción del fantasma, y la posible caída del mismo
Si el neurótico hace de su castración la garantía del Otro, como objeto a, da lugar a la inocencia –en tanto deser–,
y el fantasma permite sostener a este Otro sin falta, es que por revelarse el objeto que se ha sido para el Otro en el
la travesía del fantasma, y la construcción que posibilita, fantasma como respuesta anticipada que obtura la pre-
hace posible esa caída de ser el falo del Otro. gunta por el deseo del Otro. Dejar de ofrecer su castración
Mientras que en la primera variación judicativa la reaper- a la garantía del Otro es también advertir que no es el falo,
tura del grafo implicó la pregunta por el deseo del Otro, de allí que se inscriba como –phi, en simultaneidad a la
una puesta en interrogación –“¿Qué me quiere?”–; esta caída del a del fantasma.
segunda variación produce una pérdida de ser…el falo, Si el inocente es aquel que no causa daño, podemos con-
aquello con lo que pretendió obturar la falta en el Otro. Es jeturar que también allí hay un tratamiento de la necesidad
así que, como vimos, Lacan considere que el único bien de castigo, posibilitando otra satisfacción que cesa con el
es el objeto con el que pagamos el acceso al deseo, obje- plus de sufrimiento como modo de expiar culpas frente a
to que somos y no somos, aquel ubicable en el intervalo una falta irreductible que posibilita el deseo.
significante, a saber, el objeto a.
Resulta de igual importancia lo señalado por Lacan unos Conclusiones
párrafos después del citado previamente, dado que articu- Luego del recorrido realizado, podemos ubicar las si-
la inocencia, destitución subjetiva y deseo: “Hablar de guientes conclusiones y puntos a ser trabajados en futu-
destitución subjetiva nunca detendrá al inocente, cuya ros artículos.
única ley es su deseo” (Ibíd., p. 271). Gracias a puntuar algunas elaboraciones en Freud y Lacan
Esta referencia a la detención –que podemos leer en tér- respecto a la culpa, pudimos evidenciar, en el primero, la
minos de inhibición, remarcando el empleo fundamental articulación de ésta con el deseo y la ley en el complejo de
de la fantasía en la neurosis en tanto sostiene el deseo Edipo, al igual que remordimiento en el mítico asesinato del
como inhibido (Lombardi, 2003)– en relación a la culpa y padre de la horda primitiva. Igualmente, destacamos su
al deseo, lo ubicamos en los desarrollos freudianos cuan- solidaridad con el síntoma, así como en su presentación
do comentamos la relación entre culpa y angustia como silenciosa en la necesidad de castigo. En el segundo, de-
peligro de pérdida del amor del superyó. notamos una culpa de ser, solidaria de la identificación al
Esta pérdida en juego en el juicio como acto también im- falo; ceder en el deseo como aquello de lo único que nos
plica la pérdida del lugar del Ideal, el lugar amable para el sentimos culpables, en consonancia con la traición en el
Otro, lugar de la traición, tal como lo señalamos con Freud nombre del bien; y la equivocidad de la lectura de la falta
a propósito del sujeto entre satisfacción de la pulsión y el poniendo como ejemplo lo ocurrido en el duelo.
amor parental. La pérdida de identificación al falo de la En la misma dirección, el juicio ocupó a ambos analistas
destitución subjetiva permite el pago de la deuda con el a lo largo de sus enseñanzas. Freud la plantea temprana-
deseo que la culpa acusa. mente en la constitución misma del aparato psíquico, en
Respecto a la inocencia mencionada por Lacan, propone- su articulación de exclusión al síntoma, al igual que en el
mos que no tiene nada que ver con aquella alma bella de análisis por la asociación libre como invitación a suspen-
la que Lacan hace mención respecto al paranoico, tampo- der el juicio. En Lacan, ubicamos tempranamente al juicio
co con la bella indiferencia histérica. Si nos remitimos a la en tanto acto, en el centro de la ética analítica como un
etimología, vemos que el inocente es quien no es nocivo ni juicio implícito en la acción, así como el pago con el juicio
para sí ni para otros. Esto, sin embargo, tampoco se trata íntimo dentro de los pagos del analista.
de querer hacer el bien al paciente, cuestión que podemos Como esfuerzo de formalización de los puntos previamen-
localizar en Freud respecto a su advertencia al furor curan- te destacados, articulamos culpa y juicio, haciendo uso del
di y el principio soberano de abstinencia; así como en La- grafo del deseo y el cuadrángulo de Klein. Consideramos
can (1961/2002) en la afirmación de que se dirige la cura, el cambio necesario respecto al síntoma para que este
no al paciente, viniendo la curación por añadidura. fuese analizable como un cambio también respecto a la
Proponemos, entonces, que la inocencia –teniendo como culpa. Propusimos al fantasma como corto-circuito al que
referente el texto “El tiempo lógico…” – está dada por la el análisis ofrece la vía de la asociación libre, vector que
abre a la pregunta por el deseo del Otro, poniendo en Lacan, J. (1958-1959). El seminario. Libro 6. El deseo y su inter-
cuestión las respuestas anticipadas que la obturaban. pretación. Buenos Aires: Paidós, 2014.
Ubicamos a la elección forzada en dirección a la alienación Lacan, J. (1959-1960). El seminario. Libro 7. La ética del psicoa-
del sujeto al yo como momento de culpa de ser, al consi- nálisis. Buenos Aires: Paidós, 2009.
derarse como causa de sí. La opacidad del síntoma posi- Lacan, J. (1961). La dirección de la cura y los principios de su po-
bilita la apertura a la transferencia como campo virtual del der. En Escritos (t. II, pp. 559-615). Buenos Aires: Siglo vein-
Otro, así como a la ficción del Sujeto supuesto al Saber, al tiuno, 2008.
ubicar el sujeto una causa inconsciente para el síntoma. Lacan, J. (1962-1963). El seminario. Libro 10. La angustia. Bue-
Propusimos a la construcción del fantasma como correla- nos Aires: Paidós, 2006.
tiva de la construcción de un juicio que se había manteni- Lacan, J. (1964). El seminario, Libro 11: Los cuatro conceptos
do como implícito, gracias al cual el sujeto se destituye fundamentales del psicoanálisis. Buenos Aires: Paidós, 2009.
subjetivamente y se realiza como castración. Lacan, J. (1966-1967). Seminario 14: La lógica del fantasma.
Conjeturamos que la inocencia que subraya Lacan en re- Inédito.
lación al deseo y al acto resulta un tratamiento de la culpa Lacan, J. (1967-1968). Seminario 15: El acto psicoanalítico. Inédito.
en el análisis, dado que la destitución subjetiva es el precio Lacan, J. (1968). Proposición del 9 de octubre de 1967 sobre el
que se paga por la satisfacción que posibilita el acto, con- psicoanalista de la Escuela. En Otros escritos (pp. 261-277).
trario al soporte fantasmático que sostiene al deseo como Buenos Aires: Paidós, 2012.
inhibido. Lacan, J. (1976-1977). El fracaso del Un-desliz es el amor. A la
Como resultado del recorrido realizado, varias son las manera del seminario oral de Jacques Lacan. México D.F: Ar-
aristas posibles de ser trabajadas en futuras investigacio- tefactos, 2008.
nes. Una de ellas consiste en el vector desde el juicio/acto Lombardi, G. (2003). El empleo fundamental de la fantasía en la
hasta el punto inicial en el cuadrángulo –esquina superior neurosis. En Hojas clínicas. Buenos Aires: JVE.
derecha–, lugar en el que podemos ubicar el paso –¿pa- Molica, M., Mordoh, E., Otero, T., Thomson, S., y Vargas, D. (2021).
se?– de analizante a analista, modo en que queda seña- Juicio, elección y síntoma. En Memorias XIII Congreso Interna-
lada la articulación entre juicio y deseo del analista. En cional de Investigación y Práctica profesional en Psicología,
esta misma dirección, queda la pregunta de cómo articular XXVIII Jornadas de Investigación, XVII Encuentro de Investiga-
el juicio con el fin de análisis como identificación al sínto- dores en Psicología del MERCOSUR, III Encuentro de Investi-
ma, como propuesta que, conjeturamos, intenta sopesar gación de Terapia Ocupacional, III Encuentro de Musicoterapia.
la destitución subjetiva. Universidad de Buenos Aires. Argentina (En revisión).
Igualmente, la afirmación de Lacan en un momento tardío Muñoz, P. (2017). Deseo y responsabilidad. En Memorias IX Con-
de su enseñanza, en donde considera que se es más o greso Internacional de Investigación y Práctica Profesional en
menos culpable de lo real (Lacan, 2008/1976-1977) pare- Psicología XXIV Jornadas de Investigación XIII Encuentro de
ce también mesurar la afirmación de la inocencia destaca- Investigadores en Psicología del MERCOSUR. Facultad de
da en la Proposición del 9 de Octubre sobre el psicoana- Psicología - Universidad de Buenos Aires, Buenos Aires.
lista de la Escuela, resultando pertinente poner en tensión Schejtman, F. (2015). Sinthome, ensayos de clínica psicoanalítica
estas dos elaboraciones en los respectivos momentos de nodal. Grama.
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