T-017-21 (1) Tutela Cuidador
T-017-21 (1) Tutela Cuidador
T-017-21 (1) Tutela Cuidador
1
El Estado y los particulares vinculados a la prestación del servicio público de
salud deben facilitar su acceso en observancia de los principios que rigen la
garantía del derecho a la salud. Lo anterior, implica que las EPS no deben
omitir la prestación de los servicios de salud por conflictos contractuales o
administrativos internos o con las IPS contratadas, que impidan el acceso,
práctica y finalización óptima de los tratamientos iniciados a los pacientes.
2
Respecto de las atenciones que pueda requerir un paciente en su domicilio, se
tiene que: (i) en el caso de tratarse de la modalidad de enfermería se requiere
de una orden médica proferida por el profesional de la salud correspondiente,
ya que el juez constitucional no puede exceder su competencia al proponer
servicios fuera del ámbito de su experticia; y (ii) en lo relacionado con la
atención de cuidador, se trata de casos excepcionales derivados de las
condiciones particulares del paciente, frente a lo que la Corte ha concluido
que es un servicio que, en principio debe ser garantizado por el núcleo
familiar del paciente, pero que, en los eventos en que este se encuentra
materialmente imposibilitado para ello, se hace obligación del Estado entrar
a suplir dicha deficiencia y garantizar la efectividad de los derechos
fundamentales del afiliado.
3
CONCEPTO CIENTIFICO DEL MEDICO TRATANTE-Es el
principal criterio para establecer si se requiere un servicio de salud
Magistrada Ponente:
CRISTINA PARDO SCHLESINGER
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Bogotá D. C., veinticinco (25) de enero de dos mil veintiuno (2021)
SENTENCIA
I. ANTECEDENTES
5
Dentro del proceso de revisión del expediente de la referencia se consideraron
los siguientes hechos:
6
1.5. El 4 de diciembre de 2019 la EPS SOS negó la petición de la señora
Carmen Lucía Zuluaga. Al respecto, adujo la importancia del cuidado del
paciente en el medio de transporte y concedió la posibilidad de que la
peticionaria tomara el servicio en compañía de un conocido o amigo cercano
que estuviera al tanto de sus condiciones de salud14.
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contributivo y que los servicios que ha requerido para la atención de sus
condiciones de salud han sido prestados de manera adecuada y oportuna.
2.1.2. Agregó que la EPS no presta servicios que no cuenten con prescripción
médica, ya que “no es pertinente suministrar servicios solicitados a voluntad
de la accionante”18, como es el caso de la pretensión central de la acción de
tutela. Además, afirmó que el Plan de Beneficios en Salud (PBS) no cubre
“recursos humanos con finalidad de asistencia o protección social como es el
caso de cuidadores, aunque dichos servicios de asistencia sean prestados por
personal de salud”19. Adujo que la EPS no ha incumplido ninguna de sus
obligaciones respecto de la paciente, ya que, ante la situación familiar descrita
por ella, le fue concedida la posibilidad de tomar el servicio de transporte con
un acompañante cercano que conociera sus condiciones de salud.
8
2.1.6. El Ministerio resaltó la importancia de la garantía de protección del
derecho a la salud después de la entrada en vigencia de la Ley 1751 de 2015.
Agregó que, frente a los elementos excluidos del Plan de Beneficios de Salud,
cabe tener en cuenta que el servicio de transporte es complementario y por
tanto debe verificarse la incapacidad económica del paciente para que dicho
servicio sea dejado a responsabilidad de la EPS.
4.1.1. Mediante sentencia del trece (13) de enero de dos mil veinte (2020), el
Juzgado Segundo Penal Municipal con Función de Control de Garantías de
Roldanillo - Valle decidió negar el amparo deprecado en la acción de tutela. El
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Juez de instancia argumentó que no hubo negativa de la EPS para prestar los
servicios que corresponden a la accionante, ya que le fue concedida la
posibilidad de tomar el transporte con una persona que no hiciera parte de su
núcleo familiar. Adicionalmente, consideró que no sería responsable por parte
del juez de tutela exonerar del requisito de acompañante a una paciente que lo
necesita, teniendo en cuenta sus condiciones de salud.
4.1.2. Finalmente, resaltó la importancia de que los pacientes cumplan con los
deberes impuestos por la ley y el reglamento de las EPS para no incurrir en la
figura de abuso del derecho que observó al analizar el caso concreto.
4.2 Impugnación29
10
Con fundamento en lo anterior, la accionante solicitó revocar la sentencia de
primera instancia y, en su lugar, conceder el amparo invocado.
4.3.1. El dieciocho (18) de febrero de dos mil veinte (2020), el Juzgado Penal
del Circuito de Roldanillo -Valle, desató la impugnación y confirmó lo
proveído en la sentencia de primera instancia.
11
2. Respuesta de la EPS accionada, Servicio Occidental de Salud S. A
2.3. En primer lugar, la accionada señaló, como cuestión previa, que la señora
Carmen Lucía Zuluaga Mejía se encuentra afiliada a la EPS Servicio
Occidental de Salud en el régimen contributivo, como cotizante y en rango
salarial A. Además, indicó que, en ocasiones anteriores, la accionante presentó
diversas acciones de tutela en contra de la EPS. En una de ellas solicitó el
servicio de ambulancia básica para sus traslados a la ciudad de Cali y el
amparo fue concedido. En otra oportunidad, requirió el cambio de IPS
encargada de sus traslados ambulatorios y en sentencia del 7 de febrero de
2019 el juez concedió la petición de la accionante.
2.4. Por otro lado, frente a la acción objeto de revisión de esta Sala, la
accionada argumentó que, a pesar de que la EPS ha hecho el esfuerzo
necesario para suplir las necesidades y solicitudes de la afiliada, esta no hace
un uso adecuado de los servicios puestos a su disposición. Agregó que el
comportamiento de la accionante constituye un abuso del derecho y el
incumplimiento de sus deberes como afiliada dispuestos en la Ley 100 de
1993 y la Resolución 4343 de 2012.
2.5. Así, por ejemplo, la accionada refirió algunos correos enviados por la IPS
anteriormente encargada de prestar el servicio de transporte. En estos se
expusieron quejas y sugerencias frente al comportamiento de la paciente en
los traslados. Al respectó, afirmó que “la paciente solicita se recoja en
horarios no correspondientes, exige paradas durante su traslado, ha
ocasionado el retiro de conductores y enfermeros por el trato de la paciente,
(…)”35 entre otras múltiples quejas acerca del traslado con la paciente.
35 Ver página 6 del escrito de respuesta de la EPS S.O.S al Auto de medida provisional.
12
prestados por personal de salud”36. Además, sostuvo que en virtud de los
lineamientos de la Resolución 2003 de 2014 y las indicaciones que en ella son
recogidas para el traslado de pacientes en medio de transporte ambulatorio, se
entiende la exigencia de la IPS de que el paciente cuente con un acompañante,
siendo familiar de primer y/o segundo grado de consanguinidad, ya que se
hace necesaria la presencia de una persona conocida de la paciente, que esté al
tanto de su condición durante los trayectos y de sus requerimientos de salud,
horarios de citas médicas, procedimientos, entre otros. Lo anterior, en procura
de garantizar el bienestar de la paciente al interior del vehículo.
1. Competencia
13
2. Procedibilidad de la acción de tutela
Cabe destacar, sobre este punto, que el Juez de primera instancia vinculó al
Ministerio de Salud y Protección Social, a la Secretaría de Salud
Departamental del Valle del Cauca y a la IPS Cardio Urgencias Tuluá S.A.S;
sin embargo, la Secretaría de Salud y la IPS Cardio Urgencias Tuluá S.A.S no
38 La Sala Séptima de Revisión de Tutelas conformada por los Magistrados Cristina Pardo
Schlesinger, José Fernando Reyes Cuartas y Alberto Rojas Ríos.
39 Constitución Política de 1991, artículo 86.
40 “Por el cual se reglamenta la acción de tutela consagrada en el artículo 86 de la
Constitución Política”.
14
dieron respuesta a la acción. El Ministerio de Salud, por su parte, argumentó
su falta de legitimación en la causa por pasiva. Al respecto, la Corte considera,
como se verá, que el análisis constitucional del asunto se desarrolla entre la
accionante y la EPS como parte legitimada en la causa por pasiva, frente a
quien se presenta la controversia jurídica.
2.3. Inmediatez
2.4. Subsidiariedad
41 Sentencias T-805 de 2012 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio; T-188 de 2020 M.P. Gloria
Stella Ortíz Delgado, entre otras.
42 Ver, entre otras, las sentencias T-834 de 2005 M.P. Clara Inés Vargas Hernández; T-887
de 2009 M.P. Mauricio González Cuervo; T-246 de 2015 M.P. Martha Victoria Sáchica
Méndez; SU108 de 2018 M.P. Gloria Stella Ortíz Delgado; T-188 de 2020 M.P. Gloria
Stella Ortíz Delgado.
43 Ver, entre otras, las sentencias T-200 de 2017 M.P. José Antonio Cepeda Amarís; SU189
de 2019 M.P. Alberto Rojas Ríos.
15
El artículo 86 de la Constitución Política indica que la acción de tutela es de
naturaleza residual y subsidiaria, por tanto su procedencia se encuentra
condicionada a que (…) el afectado no disponga de otro medio de defensa
judicial, [o] ii) cuando existiendo un medio de defensa judicial ordinario este
resulta no ser idóneo para la protección de los derechos fundamentales del
accionante o iii) cuando, a pesar de que existe otro mecanismo judicial de
defensa, la acción de tutela se interpone como mecanismo transitorio para
evitar la consumación de un perjuicio irremediable44.
Por otro lado, el artículo 6 del Decreto 2591 de 1991 establece que la eficacia
de un posible mecanismo ordinario de defensa debe ser apreciada atendiendo
las circunstancias en que se encuentra el solicitante 45. Al respecto, la Corte ha
indicado que la procedencia de la acción es evidente cuando se advierte la
posible vulneración de los derechos fundamentales de personas que se
encuentren en circunstancias de debilidad manifiesta en razón de su edad, su
condición económica, física o mental46. Por esta razón, se consideran sujetos
de especial protección constitucional a los menores de edad, las mujeres
embarazadas, los adultos mayores, las personas con disminuciones físicas y
psíquicas y las personas en situación de desplazamiento47.
Esta Corporación ha considerado que el procedimiento ante la
Superintendencia Nacional de Salud, para resolver controversias entre las EPS
y sus afiliados, no puede considerarse un mecanismo de defensa judicial que
resulte idóneo y eficaz para la protección de los derechos fundamentales 48.
44 Artículo 86 de la Constitución Política. Ver, sobre el particular, las sentencias T-847 de
2014 M.P Luis Ernesto Vargas Silva; T-067 de 2017 M.P. Alejandro Linares Cantillo y C-
132 de 2018 M.P. Alberto Rojas Ríos.
45 Ver sentencias T-149 de 2013 M.P Luis Guillermo Guerrero Pérez y T-010 de 2019 M.P.
Cristina Pardo Schlesinger.
46 Sentencia T-010 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schlesinger, y sobre la protección especial
a personas en situación de discapacidad, ver sentencias T-933 de 2013 M.P. Jorge Ignacio
Pretelt Chaljub, T-575 de 2017 M.P. Alejandro Linares Cantillo, T-382 de 2018 M.P. Gloria
Stella Ortíz Delgado, T-116 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schlesinger.
47 Ver sentencias T-293 de 2015 M.P. Gloria Stella Ortíz Delgado, T-252 de 2017 M.P Iván
Humberto Escrucería Mayolo y T-010 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schlesinger.
48 Ver, entre otras, las sentencias T-490 de 2020 M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo, T-
010 de 2019 M.P. Cristina Pardo Schelesinger y T-375 de 2018 M.P. Gloria Stella Ortiz
Delgado. En ellas la Corte Constitucional indicó que este mecanismo no es idóneo porque:
i) “no contempla un término para que las Salas Laborales de los Tribunales Superiores de
Distrito Judicial resuelvan la apelación que eventualmente se presenta contra la decisión
adoptada en primera instancia”; ii) “no consagra mecanismos para hacer cumplir lo
16
Adicional a lo anterior y, teniendo en cuenta que se trata de una persona en
condición de discapacidad por su estado físico, como se verá en el desarrollo
de esta providencia, sus derechos deben ser protegidos de manera prevalente.
Por lo tanto, la Sala encuentra satisfecho el requisito de subsidiariedad y
reconoce que la acción de tutela procede como mecanismo autónomo y
definitivo para proteger los derechos fundamentales invocados, presuntamente
vulnerados por la entidad accionada.
Establecida la procedencia de la acción de tutela, la Sala continuará con el
análisis de fondo del presente asunto.
17
servicio de salud; (iv) el derecho a la seguridad social y a la vida en
condiciones dignas, y finalmente, (v) abordará el estudio del caso concreto.
4.2. Al respecto, es preciso mencionar que hace más de dos décadas la salud
fue catalogada como un derecho prestacional cuya protección, a través de
acción de tutela, dependía de su conexidad con otra garantía de naturaleza
fundamental50. Más tarde, la perspectiva cambió y la Corte afirmó que la salud
es un derecho fundamental, autónomo e irrenunciable, que protege múltiples
ámbitos de la vida humana51. Esta misma postura fue acogida en el artículo 2
de la Ley 1751 de 2015, mediante la cual se reguló el derecho fundamental a la
salud y cuyo control previo de constitucionalidad se ejerció a través de
la sentencia C-313 de 201452.
18
4.4. Con todo, el derecho a la salud adquiere una doble connotación 56, como
garantía fundamental y como servicio público a cargo del Estado. Esto conlleva
la observancia de determinados principios consagrados en la Ley 1751 de
201557 que orientan la prestación de los servicios de salud de manera oportuna,
eficaz y de calidad58 y que se materializan a través del establecimiento del
denominado Sistema de Salud.
4.5. Dentro de los principios que orientan la garantía del derecho fundamental a
la salud, contenidos en la Ley 1751 de 2015, cabe destacar el principio de
continuidad. Este señala que las personas tienen derecho a recibir los servicios
de salud de manera continua, es decir, una vez iniciada la prestación de un
servicio determinado, no podrá ser interrumpido por razones
administrativas o económicas60 (se resalta).
4.6. Conforme al numeral 3.21 del artículo 153 de la Ley 100 de 1993, el
principio en comento implica que “(…) toda persona que habiendo ingresado
al Sistema General de Seguridad Social en Salud tiene vocación de
permanencia y no debe, en principio, ser separada del mismo cuando esté en
peligro su calidad de vida e integridad”. Por lo tanto, y según ha sido
expuesto por la Corte, el mencionado mandato hace parte de las
responsabilidades a cargo del Estado y de los particulares comprometidos con
la prestación del servicio de salud61.
56 Ver, entre otras, las sentencias T-117 de 2020 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, T-402 de
2018 M.P. Diana Fajardo Rivera, T-036 de 2017 M.P. Alejandro Linares Cantillo y T-121 de
2015 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
57 Ver artículo 6 de la Ley 1751 de 2015, Ley estatutaria de salud.
58 Corte Constitucional, sentencia T-259 de 2019 M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo.
59 Capítulo desarrollado con fundamento en las sentencias T-637 de 2017, SU124 de 2018
y T-170 de 2019, todas con ponencia de la magistrada Gloria Stella Ortiz Delgado.
60 Segundo literal d del artículo 6 de la Ley 1751 de 2015.
61 Sentencias T-124 de 2016 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y en la SU124 de 2018 M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado.
19
4.7. Adicionalmente, esta Corporación fijó, en su momento, los criterios que
deben observar las Entidades Promotoras de Salud para garantizar la
continuidad en la prestación del servicio que proporcionan a sus usuarios,
específicamente sobre tratamientos médicos ya iniciados. Al respecto indicó
que:
“(i) las prestaciones en salud, como servicio público esencial, deben
ofrecerse de manera eficaz, regular, continua y de calidad, (ii) las
entidades que tienen a su cargo la prestación de este servicio deben
abstenerse de realizar actuaciones y de omitir las obligaciones que
supongan la interrupción injustificada de los tratamientos, (iii) los
conflictos contractuales o administrativos que se susciten con otras
entidades o al interior de la empresa, no constituyen justa causa para
impedir el acceso de sus afiliados a la continuidad y finalización óptima
de los procedimientos ya iniciados”62.
4.8. Por lo anterior, la Corte considera que el Estado y los particulares que
prestan el servicio público de salud están en la obligación de brindar el acceso
a este, atendiendo el principio de continuidad. Así, las EPS no pueden limitar
la prestación de los servicios de salud que impliquen la suspensión o
interrupción de los tratamientos “por conflictos contractuales o
administrativos internos o con las IPS contratadas, que impidan la
finalización óptima de los tratamientos iniciados a los pacientes”63.
62 Ver, entre otras, las sentencias T-1198 de 2003 M.P. Eduardo Montealegre Lynett, T-164
de 2009 M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, T-479 de 2012 M.P. Nilson Pinilla Pinilla
y T-505 de 2012 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. Reiteradas en la sentencia T-124 de 2016
M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y en la SU124 DE 2018 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
63 Sentencias T-124 de 2016 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y en la SU124 de 2018 M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado.
64 Sentencia T-121 de 2015 M.P. Luís Guillermo Guerrero Pérez
20
b. El goce efectivo del derecho a la salud de las personas en situación
de discapacidad. Reiteración de jurisprudencia
21
indirectamente dificulte el acceso a los servicios de salud para las
personas con discapacidad (…)” (se resalta).
4.13. Por otro lado, dentro del marco del derecho internacional, el Pacto
Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales (PIDESC),
aprobado mediante la Ley 74 de 1968, reconoce en su artículo 12 el derecho
de toda persona al disfrute del más alto nivel posible de salud física y
mental” y establece las medidas que deberán adoptar los Estados para
asegurar la efectividad de este derecho, tales como “la creación de
condiciones que aseguren a todos asistencia médica y servicios médicos en
caso de enfermedad”71.
4.14. En esta línea, la Convención sobre los Derechos de las Personas con
Discapacidad (CDPD), aprobada mediante la Ley 1346 de 2009, establece en
su artículo 25 que todas las personas con discapacidad tienen derecho a gozar
del más alto nivel posible de salud. En consecuencia, exige a los Estados
proporcionar los servicios de salud pertinentes de manera que se puedan
prevenir y reducir al máximo la aparición de nuevas discapacidades72.
4.15. A su turno, la Ley Estatutaria 1618 de 2013 73 determina, en su artículo
10, una serie de medidas que deben ser adoptadas por las entidades
prestadoras de servicios de salud en armonía con el artículo 25 de la CDPD 74.
Sobre dichas medidas, es relevante resaltar: “(i) la de garantizar la
accesibilidad e inclusión de las personas con discapacidad en todos sus
procedimientos, lugares y servicios; (ii) la de establecer programas de
atención domiciliaria para la atención en salud de las personas con
discapacidad; y (iii) la de eliminar cualquier medida, acción o
procedimiento administrativo o de otro tipo, que directa o indirectamente
69 M.P. Cristina Pardo Schelesinger.
70 Postura expuesta en la sentencia T-657 de 2008 M.P. Humberto Antonio Sierra Porto.
71 Artículo 12 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales.
72 Sentencia T-232 de 2020 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
73 Ley Estatutaria 1618 de 2013 “Por medio de la cual se establecen las disposiciones
para garantizar el pleno ejercicio de los derechos de las personas con discapacidad”.
74 Sentencia T-232 de 2020 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
22
dificulte el acceso a los servicios de salud para las personas con
discapacidad” (se resalta).
4.16. Por su parte, la Ley 1751 del 2015 75, en su artículo 11, dispone que la
atención en salud de las personas en situación de discapacidad no podrá ser
limitada por ningún tipo de restricción administrativa o económica. Por lo
tanto, “las instituciones que hagan parte del sector salud deberán definir
procesos de atención intersectoriales e interdisciplinarios que le garanticen
las mejores condiciones de atención”.
23
a dichas entidades procura brindar un acceso efectivo a los servicios de
salud78.
5.2. Adicionalmente, la Corte señaló los criterios que deben ser tenidos en
cuenta por las EPS para garantizar la continuidad en la prestación del servicio
que ofrecen a sus usuarios, específicamente sobre tratamientos médicos ya
iniciados, bajo el entendido de que:
78 Ver, entre otras, las sentencias T-423 de 2019 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, T-310 de
2016 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio, T-289 de 2013 y T-388 de 2012 M.P. Luis Hernesto
Vargas Silva, T-970 de 2008 M.P. Marco Gerardo Monroy Cabra.
79 M.P. Antonio José Lizarazo Ocampo.
80 Sentencia T-124 de 2016 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva.
81 Ver, entre otras, las sentencias T-1198 de 2003 M.P. Eduardo Montealegre Lynett, T-164
de 2009 M.P. Gabriel Eduardo Mendoza Martelo, T-479 de 2012 M.P. Nilson Pinilla Pinilla
y T-505 de 2012 M.P. Jorge Iván Palacio Palacio. Reiteradas en la sentencia T-124 de 2016
M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y en la SU124 DE 2018 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado.
24
física, mental o sensorial82. Ellas, como sujetos de especial protección, tienen
derecho a obtener la totalidad del componente médico previsto para el manejo
del padecimiento que les sobrevino83. De manera que todos los pacientes
puedan acceder efectivamente a los requerimientos necesarios para atender su
condición de salud y tengan la oportunidad de vivir en el mayor nivel de
bienestar posible.
82 Sentencia T-339 de 2019 M.P. Alberto Rojas Ríos, en la que se reiteran las sentencias T-
887 de 2012, T-298 de 2013, T-940 de 2014, T-045 de 2015, T-210 de 2015 y T-459 de
2015.
Sentencia T-952 de 2011 M.P. Jorge Iván Palacio Palacion, reiterada en la sentencia T-310
de 2016 M.P. Jorge Ivan Palacio Palacio.
83 Sentencia T-339 de 2019 M.P. Alberto Rojas Ríos.
84 Sentencias T-124 de 2016 M.P. Luis Ernesto Vargas Silva y SU124 de 2018 M.P. Gloria
Stella Ortiz Delgado.
85 Las siguientes consideraciones se basan en lo expuesto en las sentencias T-260 de 2020
M.P. Diana Fajardo Rivera, T-527 de 2019 M.P. José Fernando Reyes Cuartas, T-423 de
2019 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, T-065 de 2018 M.P. Alberto Rojas Ríos, T-196 de
2018 M.P. Cristina Pardo Schlesinger, T-644 de 2015 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez.
86 Ver, entre otras, las sentencias T-414 de 2016, T-065 de 2018 M.P. Alberto Rojas Ríos,
T-423 de 2019 M.P. Gloria Stella Ortiz Delgado, T-527 de 2019 M.P. José Fernando Reyes
Cuartas, T-260 de 2020 M.P. Diana Fajardo Rivera.
25
5.5. En primer lugar, el artículo 26 de la Resolución 5269 de 2017 señala que
el servicio de enfermería domiciliario es una modalidad de atención como una
“alternativa a la atención hospitalaria institucional” que debe ser otorgada en
los casos en que el profesional tratante estime pertinente y únicamente para
cuestiones relacionadas con el mejoramiento de la salud del afiliado87.
Por lo anterior, y según ha sido precisado por la Corte, el auxilio que se presta
por concepto de servicio de enfermería debe ser específicamente ordenado por
el galeno tratante del afiliado y su suministro depende de unos criterios
técnicos-científicos propios de la profesión, que no pueden ser obviados por el
juez constitucional, por tratarse de una función que le resulta completamente
ajena89.
5.7. Ahora bien, respecto del servicio de cuidador, la Resolución 1885 de 2018
lo define como “aquel que brinda apoyo en el cuidado de otra persona que
sufre una enfermedad grave, congénita, accidental o como consecuencia de su
avanzada edad, que depende totalmente de un tercero, sin que lo anterior
implique sustitución del servicio de atención paliativa o atención domiciliaria
a cargo de las EPS”.
26
ser garantizado por el núcleo familiar del afiliado y no por el Estado 91,
teniendo en cuenta que la finalidad del cuidador es garantizar la atención
ordinaria que el paciente requiere dada su imposibilidad de procurárselos
por sí mismo92.
27
suplir dicha deficiencia y garantizar la efectividad de los derechos
fundamentales del afiliado95.
5.12. Ahora bien, la garantía del servicio de transporte, por vía jurisprudencial,
admite el desplazamiento del paciente con un acompañante, siempre que su
condición etaria98 o de salud99 lo amerite. Para conceder el transporte de un
acompañante, es preciso verificar que “(i) el paciente es totalmente
dependiente de un tercero para su desplazamiento, (ii) requiere atención
permanente para garantizar su integridad física y el ejercicio adecuado de
sus labores cotidianas y (iii) ni él ni su núcleo familiar cuenten con los
recursos suficientes para financiar el traslado”100 (se resalta). En ese evento
los costos asociados a la movilización de ambas personas, corren por cuenta
de las EPS101.
5.13. Según lo anotado hasta este punto, puede concluirse que el transporte,
pese a no ser directamente una prestación de salud, es un mecanismo
28
necesario para el acceso a los servicios del sistema. Esto último es
comprensible en el marco de la garantía efectiva del derecho fundamental a la
salud, pues, como se ha reiterado en esta providencia, el sistema está en la
obligación de remover las barreras y obstáculos que impidan a los pacientes
acceder a los servicios de salud que requieran. En consecuencia, será el juez
de tutela el que tendrá que analizar las circunstancias de cada caso y
determinar si se cumple con los requisitos definidos por la jurisprudencia para
tal fin102.
102 Sentencias T-228 de 2020 M.P. Luis Guillermo Guerrero Pérez y T-409 de 2019 M.P.
Gloria Stella Ortiz Delgado.
103 Resolución 2003 de 2014, Ministerio de Salud y la Protección Social. Anexo
correspondiente al manual de inscripción de prestadores y habilitación de servicios de
salud, numeral 2.3.2.8 sobre transporte asistencial.
29
lineamientos del Ministerio de Salud, son las necesidades del paciente al que le
es prestado el servicio. De esa manera, cooperarán en el bienestar y obtención
de la estabilidad en materia de salud que busca promover, brindar y garantizar
el Estado, a través del Sistema General de Seguridad Social en salud.
6.1. En reiteradas ocasiones, esta Corporación ha señalado que los usuarios del
sistema de salud tienen el derecho constitucional a que se les garantice el
acceso efectivo a los servicios médicos necesarios e indispensables para tratar
sus enfermedades, recuperar su salud y resguardar su dignidad
humana104. Sobre este punto, la Corte ha resaltado que en el sistema de salud,
quien tiene la competencia para determinar cuándo una persona requiere un
procedimiento, tratamiento, o medicamento para promover, proteger o
recuperar su salud es, prima facie, el médico tratante. Por lo tanto, es el
profesional de la salud el que está capacitado para decidir, con base en
criterios científicos y por ser quien conoce de primera mano y de manera
detallada la condición de salud del paciente,105 si es necesaria o no la
prestación de un servicio determinado.
104 Sentencias T- 345 de 2013 y T-036 de 2017, reiteradas en las sentencias T-061 de 2019
y T-508 de 2019 M.P. Alberto Rojas Ríos.
105 Ib. Ídem.
106 Ib. Ídem.
107 Sentencia T-061 de 2019 M.P. Alejandro Linares Cantillo.
30
servicios de salud a que tienen derecho los usuarios. En este orden de ideas, en
la sentencia T-345 de 2013108, ampliamente reiterada con posterioridad, la
Corte señaló que:
31
7.2. Por otro lado, respecto de la vida en condiciones dignas, en la sentencia T-
041 de 2019109 la Corte reiteró que la dignidad humana es un valor fundante y
constitutivo de nuestro ordenamiento jurídico, un principio constitucional y un
derecho fundamental autónomo110. Es así, como se ha considerado que la
salud, la integridad física, psíquica y espiritual, así como el acceso a las
condiciones materiales mínimas de existencia, entre otros, constituyen los
presupuestos irreductibles para una vida digna.111 Asimismo, en la sentencia T-
033 de 2013112, la Corte explicó que el derecho a la salud guarda una estrecha
relación con la dignidad humana, debido a que las prestaciones propias de esta
prerrogativa, permiten que el individuo desarrolle “plenamente las diferentes
funciones y actividades naturales del ser humano, lo que consecuentemente
elev[a] el nivel de oportunidades para la elección y ejecución de un estilo de
vida”113.
7.4. Con todo, es preciso concluir que la debida protección y garantía del
derecho fundamental a la salud redunda en la protección de la dignidad de la
persona y la vida en condiciones dignas, así como el recto funcionamiento y
aplicación del servicio de seguridad social en salud.
32
8. Análisis constitucional del caso concreto
116 Ver a folio 16 del cuaderno único en el que la accionante sostiene que su núcleo
familiar está conformado por su madre de 84 años, quien requiere cuidados especiales pues
tiene osteoporosis avanzada y tuvo que someterse a una cirugía de columna vertebral; su
hermano de 60 años, quien padece una condición de discapacidad y requiere cuidado
constante; su hermana de 50 años, quien se encarga del cuidado de su madre, de su
hermano y los quehaceres del hogar; y su sobrino, quien es normalista superior y trabaja en
jornada diurna y dispone de 2 días (como máximo) al mes para acompañarla.
33
8.4. En su contestación, la EPS accionada indicó que ha hecho el esfuerzo
necesario para suplir las necesidades y solicitudes de la afiliada, pero esta no
hace un uso adecuado de los servicios puestos a su disposición. Agregó, que el
comportamiento de la accionante constituye un abuso del derecho y el
incumplimiento de sus deberes como afiliada. Esta afirmación fue sustentada
en correos enviados por la anterior IPS prestadora del servicio de transporte en
los que se exponen quejas y sugerencias frente a conductas de la usuaria.
8.6. Por otro lado, el juez que conoció en primera instancia el asunto negó el
amparo invocado y argumentó que la EPS concedió la posibilidad de tomar el
transporte con una persona que no hiciera parte del núcleo familiar de la
accionante. De manera que, al presentar una alternativa como solución a la
solicitud de exoneración de acompañante, la EPS no desconoció los derechos
fundamentales de la señora Carmen Lucía Zuluaga.
Ahora bien, la Sala considera relevante precisar varios aspectos respecto de las
decisiones de instancia y la respuesta de la EPS Servicio Occidental de Salud,
frente a las pretensiones de la accionante.
117 Página 8 del escrito de respuesta de la EPS SOS al Auto de medida provisional.
34
La vulneración del derecho fundamental a la salud por desconocimiento
de los principios de acceso efectivo y continuidad
35
8.10. Por otro lado, frente al principio de continuidad, esta Corporación señaló
que configura la garantía de la prestación del servicio de salud a los pacientes,
sin que este sea suspendido, en ningún caso, por razones administrativas,
jurídicas, económicas, entre otras. Por ese motivo, el tiempo que la accionante
tomó el servicio de transporte sin compañía, permite consolidar la confianza
legítima de ella en la IPS. Así, la exigencia de un acompañante en el medio de
transporte ambulatorio resulta ser un requisito inesperado y que la accionante
no se encuentra en condición de cumplir, dadas sus condiciones familiares.
Esta situación se torna relevante para la Sala, toda vez que la señora Carmen
Lucía Zuluaga no pudo continuar tomando el servicio de transporte, ya que la
EPS e IPS se negaron a prestarlo sin el lleno de dicho requisito. Por tanto, la
falta de transporte no permite el acceso al servicio de salud requerido por la
paciente para atender su patología, debiendo enfrentar la suspensión de su
tratamiento y, con ello, las secuelas que la interrupción de este ocasiona en su
cuerpo.
Sobre este punto, cabe destacar que, de acuerdo con lo indicado por el
Ministerio de Salud en su intervención, la importancia de verificar la
incapacidad económica del afiliado responde a la necesidad de que el servicio
de transporte sea responsabilidad de la EPS119. Vale precisar, por tanto, que
este criterio no resulta aplicable al caso concreto, ya que no se discute el
derecho de la paciente al transporte, sino un requisito impuesto para acceder a
este servicio ya concedido. Adicionalmente, es claro que el desplazamiento
que la accionante requiere es producto de la ausencia de red de servicios de
hidroterapias en su lugar de residencia. En consecuencia, no resulta
susceptible de discusión la capacidad económica de la solicitante, ya que el
desplazamiento a otra ciudad se hace necesario ante la falta de red y se trata
de un servicio concedido previamente.
36
derecho a la salud, dificulta la posibilidad de gozar efectivamente de este
derecho. Situación que arraiga una gran preocupación, teniendo en cuenta que
la no existencia de prescripción médica que disponga la necesidad de
acompañante, hace que el requisito se torne injustificado. En consecuencia, la
condición de acompañante, en el caso bajo análisis, constituye una barrera
administrativa que impide el normal acceso al goce efectivo del derecho a la
salud de la accionante.
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hidroterapias; pero, la compañía dentro del servicio de transporte no constituye
un elemento necesario para la recuperación de la salud de la paciente.
8.15. Ahora bien, en relación con la figura del cuidador, esta Corporación ha
determinado que es procedente, a cargo de la EPS, cuando se cumplan los
requisitos trazados por la jurisprudencia constitucional, recogidos en esta
providencia. El análisis de tales requisitos se da una vez determinada la
condición de dependencia del paciente, de manera que el cuidador realice las
actividades básicas que el paciente, por su condición de salud, no puede
ejecutar de manera autónoma.
8.17. En suma, es claro que la procedencia de una medida judicial que ordene a
una EPS suministrar el servicio de auxiliar de enfermería o cuidador requiere el
cumplimiento de parámetros determinados que así lo ameriten. Por lo tanto,
habiendo comprobado de manera inequívoca que en el caso objeto de análisis
constitucional no se configuran los elementos para que a la accionante pueda
ser atribuible una de las anteriores figuras, se descarta la necesidad del tipo de
acompañamiento en comento.
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cuestión no comporta una situación de total dependencia de un tercero, de ahí
que la accionante haya podido tomar el servicio de transporte por más de ocho
años sin compañía del tipo exigido por la EPS.
8.19. En primer lugar, tanto la EPS como los jueces de primera y segunda
instancia consideraron oportuno y necesario que la paciente tome el servicio
de transporte acompañada. Ello, por su seguridad, protección y bienestar al
interior del vehículo. Frente a esto, no desconoce la Sala el interés válido de
las Entidades e Instituciones Promotoras y Prestadoras de Servicios de Salud
en suministrar a los usuarios un adecuado servicio. Sin embargo, dicho interés
no puede ser antepuesto cuando ello resulta en el desconocimiento del mismo
derecho fundamental que se busca promover, proteger y garantizar.
8.20. Con todo, los jueces de instancia sostuvieron que no resulta ser un
comportamiento responsable el que el juez constitucional exima a la paciente
del requisito de acompañante si sus condiciones de salud lo ameritan. Sin
embargo, los togados dejaron de tener en cuenta que amplia jurisprudencia de
esta Corporación indica que no le es dado al juez de tutela conceder medidas
que no estén debidamente avaladas por el criterio científico, o que la situación
fáctica evidencie la necesidad urgente de que el juez ordene un servicio no
prescrito por el médico.
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ambulatorio, como el cambio de posición cada 20 minutos; sin embargo, en
ningún momento el médico adujo la necesidad de que la paciente tome el
servicio con compañía adicional al personal de la ambulancia. En
consecuencia, el criterio médico no puede ser reemplazado por el jurídico, y
menos aún por el criterio administrativo de una EPS o IPS, ya que solo los
profesionales de la medicina pueden decidir sobre la necesidad y la
pertinencia de un tratamiento o servicio de salud.
8.24. Con base en lo anterior, vale decir que la Resolución en comento por la
que “se definen los procedimientos y condiciones de inscripción de los
Prestadores de Servicios de Salud y de habilitación de servicios de salud”,
procura brindar a los usuarios un servicio de calidad para acceder a los
elementos que son requeridos para la garantía del derecho a la salud. No es
cierto que esta resolución exija que el paciente deba contar con un
acompañante, siendo familiar de primer y/o segundo grado de consanguinidad.
Lo anterior, configura una interpretación de la IPS encargada de suministrar el
servicio de salud, que busca seguir los lineamientos de dicha resolución; sin
embargo, al considerar la medida para el caso concreto, se encuentra que no es
aplicable, ya que no es esencial y se aleja de los parámetros y criterio
científico del médico.
8.25. Así las cosas, es relevante precisar que todas las entidades prestadoras de
los servicios de salud, así como las instituciones promotoras de dichos
servicios, están en el deber de observar los lineamientos prescritos en la citada
resolución, de manera que el derecho a la salud de los usuarios sea garantizado
de manera efectiva. Sin embargo, ello no indica que las EPS o IPS puedan
formular requerimientos que constituyan cargas que el paciente no está en el
deber de soportar, si no es una herramienta esencial y necesaria para que el
acceso al servicio de salud sea garantizado en debida forma.
8.26. Por esta razón, la EPS SOS, así como la IPS Cardio Urgencias Tuluá, no
pueden desconocer los principios aplicables a la garantía del derecho a la salud
con la implementación de medidas que no son esenciales a la hora de tomar el
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servicio de transporte en estudio. En esta línea, la Resolución 2003 de 2014
señala que las ambulancias básicas, en cuanto al talento humano, deben contar
con “tecnólogo en atención prehospitalaria o técnico profesional en atención
prehospitalaria o auxiliar en enfermería, en cualquier caso, con certificado de
formación en soporte vital básico”. Por lo tanto, la paciente cuenta con la
compañía necesaria para la atención que requiere el transporte ambulatorio
desde el municipio de Roldanillo a la ciudad de Cali, ya que el personal de la
ambulancia está en capacidad de seguir las recomendaciones que el médico
tratante señaló para los traslados.
8.27. Con todo, llama la atención que los togados de las instancias analizadas
señalaron que el juez constitucional no debe conceder excepciones a la
accionante, por considerar irresponsable una acción tal, al tiempo que, con sus
decisiones, avalan una medida administrativa que se aparta del criterio del
médico tratante. De hecho, también resulta contradictorio que la EPS
accionada sostiene que no presta servicios que no cuenten con prescripción
médica125, a la vez que exige el cumplimiento de un requisito que no se deriva
de una prescripción médica.
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accionada, ni a la IPS prestadora del servicio de transporte, imponer requisitos
que la paciente no puede cumplir, y que además, afectan sus derechos a la
salud, a la seguridad social y a la vida en condiciones dignas. Por lo tanto, la
Sala concluye que no le es dado al juez constitucional avalar un protocolo
que, al ser analizado frente al caso concreto y en observancia del criterio
médico, resulta ser innecesario, poco razonable y desconocedor de los
principios de accesibilidad y continuidad en el servicio y derecho a la salud.
IV. DECISIÓN
RESUELVE:
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TERCERO.- En su lugar, CONCEDER el amparo invocado de los derechos
fundamentales a la salud, seguridad social y vida en condiciones dignas de la
accionante, con la eliminación del requisito de acompañante, familiar o
conocido, en medio de transporte ambulatorio básico.
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MARTHA VICTORIA SÁCHICA MÉNDEZ
Secretaria General
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