Pedir Y Recibir: El Poder de
Pedir Y Recibir: El Poder de
Pedir Y Recibir: El Poder de
EL PODER DE
PEDIR Y
RECIBIR
Día 6: El Poder de Pedir y Recibir
Ayer estuvimos hablando acerca del poder que tienen las oraciones
eficaces. Vimos que, en la oración, el principio del “pesímetro” no debe
aplicarse, porque no es cuestión de cuánto tiempo oras, sino del grado
de conexión que obtienes con Dios a través de la oración.
Déjame empezar orando por ti: “Señor, gracias por esta oportunidad
que tenemos mis hermanos y yo de conectarnos a Ti a través de este
recorrido. ¡Gracias por Tu amor tan increíble, y por todo lo que has
preparado para nuestras vidas, Señor, Dios mío! Gracias porque
podemos venir ahora delante de Ti, y experimentar Tu bondad, Tu
Presencia, y Tu Amistad. ¡Gracias porque eres un Buen Padre, no hay
nadie como Tú! Te pido que ahora mis amigos y yo estemos atentos a Tu
voz, y que mi querido/a amigo/a que está viendo este vídeo ahora
conmigo pueda sentir Tu Presencia de una manera muy especial en Su
vida. en el Nombre de Jesús. ¡Amén!”
Muchas veces nos han enseñado que tenemos que tener una estructura
en la oración, en la que primero tenemos que dar gracias a Dios, y
luego tenemos que reconocer Su grandeza, y luego tenemos que pedir
por las necesidades de la iglesia y de los demás, y por último, si nos
queda un poco de tiempo, quizá podemos pedir rápidamente por
nosotros por alguna necesidad… pero no demasiado, solo unos
segundos, para evitar caer en egoísmo.
Déjame orar por ti: “Señor, te pido que mi querido/a amigo/a pueda
experimentar el placer que sientes por él, que le amas tanto que quieres
concederle sus deseos más profundos, y que sobre todo quieres
ayudarle a crecer en Ti, quieres ayudarle en cada parte del camino. Te
pido que, a partir de hoy, mi querido/a amigo/a aprenda a venir delante
del Trono de la Gracia con confianza, para pedirte ayuda
constantemente, y vivir en esa libertad de saber que no está solo, sino
que Tú le ayudas en cada paso que dé. Que pueda experimentar el gozo
profundo y el poder de las oraciones contestadas, y que eso cambie su
vida para siempre. En el Nombre de Jesús, ¡Amén!”