Aniversario de Bodas
Aniversario de Bodas
Aniversario de Bodas
Summary
La vida diaria de Isaac transcurría tranquila y pacíficamente hasta el punto de cuestionarse si era de
verdad algo "normal". Desde que sus padres se habían divorciado, cuando era niño, nunca había
tenido un momento tan relajante y agradable como este así que por eso, a veces se despertaba y
miraba a su alrededor para preguntarse ¿Es esta realmente su vida diaria y es realmente la vida
correcta? ¿No es un sueño? ¿Es en realidad el tiempo que le correspondía para vivir? ¿Era
posible que si despertaba un día, este sueño feliz se desvaneciera y volviera a su vida antigua? ¿A
esa que parecía barro?
Isaac suspiró, parpadeando continuamente porque de verdad le era difícil determinarlo.
Entonces, en un momento, los brazos duros que comenzaron a envolver suavemente su espalda le
recordaron que este momento era completamente la vida real.
Una voz borracha se escapó dulcemente desde abajo y le llegó de inmediato a los oídos.
El susurro, fluyendo ahora a través de sus hombros desnudos, provocaba siempre que su piel se
volviera caliente y también que comenzara a hormiguear. La mano que le había empezado a
envolver la cintura y suavemente barría también su costado y sus costillas, incluso pareció estarle
haciendo cosquillas a propósito para que se concentrara únicamente en él...
En poco tiempo, se derramaron sobre sus antiguos pensamientos numerosas sensaciones que
provocaron que Isaac exhalara levemente. Fue un suspiro de alivio, a decir verdad. Luego,
lentamente volvió la cabeza y dirigió su completa atención al hombre que siempre había logrado
regresarlo a la realidad en un simple parpadeo: El rostro de Félix, que exhalaba e inhalaba
regularmente sin abrir los ojos, llenó por completo cada parte de su vista. Las características
artísticas de sus rasgos y las distintas líneas de su barbilla, eran tan hermosas y perfectas que no
podía ignorar ninguna esquina o sección. Isaac miró fijamente el rostro del hombre, podía hacerlo
por toda la eternidad sin dejar de hacer latir su corazón como un demente cada vez que lo tomaba.
A veces exhalaba un suspiro como si fuera una adolescente enamorada y a veces simplemente
sonreía igual a si fuera un niño. Era increíble. Siempre era increíble lo que provocaba en él. En
primer lugar, era sorprendente que este hombre fuera la persona que le daba una tranquilidad de
ensueño y una vida tan increíblemente pacífica. A veces podía llegar a estar tan complacido que no
lograba distinguir entre sueños y realidad y por eso también existía en él el hecho de que este
hombre, solo este hombre, era el único que lo podía sacar a flote cada vez que miraba el entorno
como si estuviera perdido. Félix llegaba a conocer su propio cambio antes incluso que él mismo,
era más ágil que cualquier otra persona que hubiera conocido jamás y le parecía honestamente
fascinante que supiera sobre sus sentimientos y pensamientos internos. Algo que nadie en el mundo
podía notar porque su expresión facial no era variada. Además, a pesar de lo aterrador que podía
llegar a ser, siempre fue comprensivo y amoroso y no tenía entonces más opción que sorprenderse
cada vez.
Por eso, no pareció tener más remedio que amar a este hombre con todo su corazón. Locamente.
Isaac susurró esto en voz baja, exhalando durante un largo rato antes de sentirlo pegar sus labios
contra su hombro. Le acarició suavemente la mejilla porque pareció haberse quedado dormido de
nuevo y le estimuló la barbita utilizando las yemas de los dedos. Incluso este sentimiento cotidiano
era encantador, por lo que Isaac curvó la punta de sus labios sin saberlo.
"Bien… Desde la mañana tienes cara de estar lleno de pensamientos inútiles, ¿Pero ahora
estás dándome cariñitos para que vuelva a dormir? Tan lindo..."
Félix seguía murmurando con la voz terriblemente ronca. Estaba somnoliento así que todavía no
podía ni siquiera abrir bien los ojos. Su susurro, que sonó un poco irregular porque continuaba con
los labios en su hombro, le hizo cosquillas en la piel hasta sentir incluso como si esa voz llena de
humedad le penetrara directamente en el cuerpo a través de cada una de sus venas. Si le ponía
atención a la sensación dulce y cálida que suavizaba el interior de su pecho por más tiempo del
necesario, era posible que comenzara a enloquecer.
De repente sintió curiosidad por esto y lo preguntó. Félix sacudió levemente la cabeza y frotó una
vez más los labios contra su bonito hombro.
"Si no supiera lo que estás pensando, lo que está pasando con este perfecto hombre de aquí,
¿Qué clase de persona sería? Soy tu alfa después de todo".
Luego, con una voz menos despierta, comenzó a roncar y a dejarle la piel llena de un montón de
baba. Había muchas ocasiones en las que se despertaba hasta tarde debido a que era de esos
hombres que dormía mucho durante la mañana, e incluso cuando se despertaba temprano, se sentía
como un zombie que hablaba y hablaba pero sin saber realmente lo que decía.
La dulce respuesta hizo que su corazón comenzara a reír de nuevo. Era Félix quien sabía más
sobre él que Isaac mismo. Cuando recordaba ese hecho y pensaba en todo lo que habían pasado
juntos, todo el camino que habían recorrido, su cabeza se volvía tan feliz que incluso pareció
pertenecerle a otra persona. No podía soportarlo porque era más adorable que nadie y sentía que lo
volvía un ser tierno también. Finalmente, Isaac volvió a levantar la mano para continuar con sus
suaves toques a su mejilla. No solo su mejilla en realidad, sino también en sus cejas tupidas y
pulcras, el puente nasal alto y los labios delicadamente esculpidos que le hacían parecer como si
fuera un dibujo. Félix frunció el ceño igual a si le picara y luego parpadeó rápidamente hasta hacer
mover un montón de veces sus largas y rubias pestañas...
"No sabía".
Ante las contundentes palabras de Félix, Isaac volvió a reír sin darse cuenta de que lo estaba
haciendo. Como dijo, era un completo estimulo porque su pene ya estaba increíblemente erecto.
Como si demostrara con orgullo que estaba sano y en excelente forma. Además, la carne, que
parecía estar dándole una fuerte sensación de calor, ya estaba presionado contra sus muslos una y
otra vez y otra vez desde hace un tiempo. Obviamente estaba muy atento en eso, pero fingió no
sentir nada y seguir jugueteando casualmente con su cara. Luego, muy despacito, Félix comenzó a
acariciar su piel con la cabeza de su pene antes de intentar meterlo por entre sus muslos también.
Era como si estuviera diciendo ¿Podemos jugar ahora? No pudo evitar reírse de su
comportamiento infantil pero obsceno que siempre se revelaba solamente para él.
"¿Entonces estabas fingiendo que no? Solo tocar mis mejillas es feo. Que mal educado..."
Félix sacudió lentamente su cintura y levantó por completo la cara. De inmediato, se revelaron un
par de ojos azules que revoloteaban como un mar profundo bajo unos párpados hinchados. Eran
unas pupilas asombrosamente hermosos. Perfectas. A diferencia de la parte inferior de su cuerpo,
que ya tenía un pene frotándose incansablemente contra su muslo en un movimiento que revelaba a
la perfección lo promiscuo que era, su expresión parecía excepcionalmente transparente y clara.
Era un mar profundo que pareció estar dispuesto a tragárselo por completo.
Pero Isaac continuaba mirando sus ojos, como si tuviera todo el mar azul profundo metido allí.
Félix, que estaba acostado sobre sus hombros, todavía con sus labios sobre su piel y esa expresión
de cachorrito silencioso, abrió más los ojos y levantó la parte superior de su cuerpo por completo.
En un instante, el cachorrito silencioso desapareció en alguna parte y fue tragado por una enorme
ola llena de furia.
El hombre frente a él, que había logrado cubrir la brillante luz de la madrugada con su espalda,
curvó la boca para mostrarle una sonrisa. Era una expresión que no cualquiera podía ver y que
Isaac conocía tan bien como lo hacía con la palma de su mano. Estiró voluntariamente sus brazos y
los envolvió alrededor de sus hombros, antes de dejar que su cuerpo entero se recargara en el suyo:
"Es extraño que la persona que mejor me conoce en este mundo no sepa que me enamoro
cada mañana y cada momento".
Una tranquila confesión se esparció por los labios de Isaac así que por un segundo, Félix
simplemente se detuvo para mirarlo. En definitiva no lo conocía mejor que nadie porque no sabía
que diría eso.
"Esto… Vaya, Isaac. Uff. Cada vez que dices algo así, tan completamente inesperado, siento
que mi corazón comienza a latir demasiado fuerte y que mi vida se reinicia de nuevo o que,
mis pulmones hacen " dgjhfy "... No sé lo que estoy diciendo. Honestamente. Creo que voy a
morir".
"De ninguna manera, no digas eso. Ni siquiera quiero pensar en la vida sin ti".
Isaac respondió con calma y dio fuerza a los brazos que tenía alrededor de su cuello. Como
pidiendo un beso de inmediato, bajó los ojos hasta la mitad y le mandó una mirada sutil que
provocó que Félix entrecerrara los ojos y levantara los labios. Sin embargo, no inclinó la cabeza y
no lo besó tan fácilmente como Isaac pensaba que lo iba a hacer. Más bien, solo lo miró como si
buscara algo en su cara.
"Es raro. El hombre que conocí en la floristería por primera vez no se encuentra por ningún
lado. Solo queda un Omega, que es lindo y que me hace querer comérmelo día a día hasta
dejarlo inconsciente".
Félix, que había estado analizando a Isaac por un tiempo, murmuró esto como si estuviera
realmente sorprendido. Era un tono de alguien que realmente estaba enamorado, aunque Isaac
tuviera un rostro casi tan inexpresivo como de costumbre.
De pronto, aunque Isaac estaba abrazando la nuca de su esposo, pareció que estaba tratando de no
juntar sus ojos con los suyos. Era vergonzoso ¿Qué parte de él era exactamente linda? Sin
embargo, Félix pareció estar lo suficientemente metido en su propia emoción como para darse
cuenta de eso. Era un hombre tentado por la lujuria.
Por supuesto, Isaac no parpadeó ni una sola vez mientras enfrentaba a su esposo. Incluso después
de vivir juntos como pareja durante ya un año, había muchos antiguos hábitos y pensamientos que
todavía no podía eliminar.
Félix se rió a carcajadas mientras lo miraba, con las manos acomodadas ahora a ambos lados de la
cabeza de Isaac. Y con una expresión un poco tímida que solo su esposo podía reconocer, con un
poco de calor y emoción mezcladas en su pecho, Isaac lo invitó a besarlo en silencio. Sólo
entonces, Félix se inclinó como si fuera a caerse sobre él. Sus torsos desnudos se tocaron y el
aliento caliente de los dos se mezcló hasta volverse un revoltijo. Lo habían hecho anoche, pero
ahora los dos se estaban emborrachando con sus presencias desde temprano en la mañana, como si
se hubieran extrañado.
"Félix..."
Isaac lo llamó silenciosamente por su nombre, con una pierna estirada y envuelta alrededor de su
cintura. La sensación de que el agujero donde aún quedaba la persistencia de la noche anterior, se
estaba mojando de nuevo, hizo que Félix comenzara a enloquecer sin poder evitarlo. De hecho,
habían pasado solo tres meses después de que diera a luz a Callie, por lo que había sido difícil para
los dos tener una relación adecuada. Incluso no hace mucho, cuando el trabajo de Félix se volvió
ajetreado, comenzó a realizar tantos viajes de negocios que ya casi nunca lo veía en la casa. Por
eso, hoy, el impulso de abrazarlo se volvió excepcionalmente fuerte. A pesar de que anoche estaba
jadeando debajo de él. De hecho, incluso se sintió más desesperante.
Antes de enlazarse y casarse, se enredaban como unas fieras locas una vez a la semana como
excusa por un contrato. Cuando comenzaron a vivir juntos lo hacían en cada parte de la casa así
que haberlo frenado tan de golpe, era increíblemente extraño. La mayor culpa de esto fue debido
al embarazo y luego el período entre el alumbramiento y la recuperación, que fue bastante largo.
Ahora, además de eso, pareció como si solo se juntaran más y más razones para no tocarse en
semanas.
"Hoy estás haciendo algo que normalmente no haces, cariño ¿Por qué estás tan lindo? ¿De
verdad quieres meterte en problemas?"
De repente, Félix mostró un signo de vergüenza y arqueó las cejas también. Esto se debía a que
sabía muy bien que no podía beneficiarse en nada de estar emocionado por la mañana porque, en
unos momentos, un par de niños y personas comenzarían a preguntar, llorar y molestar. ¡Y
definitivamente no iría con ellos luciendo excitado! Isaac rió en voz baja, fingiendo no conocer lo
lindo que era en el interior, aunque ciertamente era muy evidente para todos.
Como dijo, era mejor apurarse un poco para no meterse en tantos líos.
"Muy rápido."
Fue entonces cuando Félix sacudió el cuello e inclinó la cabeza contra él. Inmediatamente, sus
labios húmedos se entrelazaron y sus lenguas comenzaron a enredarse en un impulso loco. Sus
largos dedos frotaron y retorcieron sus pezones, que se habían vuelto más regordetes que antes
debido a la leche, hasta hacerle gritar.
"Umm... ¡Um!"
Incluso con ese breve contacto, se sintió tan dulce que no supo que más hacer. Isaac frotó el
apretado pene de Félix con las piernas. Fue un gesto de ansiedad para que entrara rápidamente.
No podía detenerse en lo que quería aunque sabía que no encajaba con el gusto de Félix, quien por
lo general disfrutaba mucho de los juegos previos durante mucho tiempo.
"Pero yo quería..."
Isaac estaba respirando muy rápido, hablando mientras fingía no darse cuenta de la insatisfacción
de Félix. Los ojos del hombre se entrecerraron y sin embargo, como si también fuera difícil para él
aguantar más, agarró el muslo de Isaac y apresuradamente empujó todo su pene dentro. La
sensación de la estrecha apertura de su agujero, extendiéndose, lo emocionó hasta el infinito. Isaac
inclinó la cabeza hacia atrás por reflejo y contuvo la respiración tanto como pudo. No hubo
dificultad para entrar porque estaba húmedo todavía, pero la carne caliente y la sensación de que
estaba extendiendo cada una de las arrugas de su ano, se precipitó dentro de él hasta hacer que no
se pudiera acostumbrar fácilmente.
Isaac respiró y se inclinó hacia atrás. Sin embargo, Félix estaba ocupado todavía empujando su
pene. Al principio, entraba despacio como si no quisiera lastimarlo, pero pronto, igual a si no
pudiera soportarlo más, lo clavó con fuerza sin ningún motivo. El frente de sus ojos brilló en
blanco. Se quedó sin aliento hasta la barbilla y sintió que el pene lo tenía en el estómago. Cuando
comenzó a sacudirle la cadera, se le puso la piel de gallina y un sudor frío le recorrió la espalda.
Ah, era demasiado. La excitación se estaba extendiendo por todo su cuerpo. Isaac gimió en voz
baja y abrazó a Félix por los hombros.
"Isaac, ha, Isaac, ¿Por qué te gusta enloquecer a la gente desde la mañana?"
Félix exhaló salvajemente entre dientes y una excitación apasionada comenzó a flotar entonces por
el rostro de los dos. Había una profunda pasión en la mirada que le había dedicado a Isaac, así que
su garganta se quemó hasta el punto en que tuvo que humedecerse los labios secos con la lengua.
Entonces Félix, que se balanceaba bruscamente, de repente bajó la cabeza y buscó los labios de
Isaac...
Pero en ese momento, los dos dejaron de moverse al mismo tiempo como si lo hubieran ensayado
desde hace un tiempo
El obsceno movimiento de Félix se detuvo. Isaac, que estaba esperando un beso, con su brazo
alrededor del hombro de Félix, volvió su mirada hacia la puerta sin saber que hacer con su rígido
cuerpo. Este fue el nuevo factor que había hecho cada vez más difícil la relación matrimonial de
Isaac y Félix.
De repente, Félix miró a Isaac con una expresión triste que no le sentaba nada bien. También era
cierto que pareció a punto de ponerse a llorar. Sus cuerpos ardían con la emoción del sexo pero
aún así, sus palabras no le parecieron nada lógicas. Pretendamos no escuchar nada, finjamos
dormir y no contestar. Sonaba bien... Pero, como si hubieran notado sus planes, escucharon
nuevamente un golpe en la puerta.
Isaac dijo esto con calma, con un largo suspiro que provocó que Félix se derrumbara sobre él,
quejándose como un hombre que pareció haber perdido el mundo.
" Hah , maldita sea. Por eso dije que era difícil por la mañana. Odio ser un adulto y odio...
Odio mi semen por haberte hecho bebés con él."
Incluso su voz triste había perdido energía. Isaac miró la cabeza de Félix sobre su pecho, extendió
la mano y acarició suavemente su cabello despeinado. Esos pelitos que parecían una deslumbrante
arena dorada y que se envolvían a la perfección alrededor de sus dedos hasta provocar una
sensación encantadora.
Definitivamente fue su culpa porque sabía que no tenían tiempo, pero tenía prisa y ganas y lo
alentó.
Se escuchó un tercer golpe. La persona que llamó a la puerta estaba pareciendo un poco urgente.
Entonces Isaac se rió y dijo: "No podemos evitarlo". como una excusa.
"Pack"
El colchón se agitó levemente ante la caída de un adulto bastante pesado. Al parecer Isaac lo había
pateado antes de que terminara esa oración. Desde el costado, Félix dijo: "¡Ugh!" Se había
escuchado claramente, como un gemido y luego como un lamento. Pero Isaac estaba demasiado
ocupado caminando hacia la puerta y vistiéndose como para escuchar.
"No podía evitarlo, eres muy ruidoso. Además, Benjamín está esperando ".
"Ve con el niño, anda, quedátelo si quieres y déjame aquí."
Félix gritó contra la espalda de Isaac. Isaac miró a Félix una vez con una expresión que decía
"suficiente." y pronto abrió la puerta que había estado cerrada.
Chapter 2
El rostro de Isaac, que hablaba alegremente mientras miraba por las rendijas de la puerta medio
abierta, se relajó de repente apenas vio a su hijo frente a él.
Para el niño, Isaac estaba lleno de sonrisas amistosas y sinceras y a su lado, dejaba de parecer una
persona un tanto insensible. Era un padre amistoso y amoroso en todo sentido de la palabra.
Benjamin, mostrando sus mejillas regordetas, miró hacia la habitación con sus ojitos azules bien
abiertos. Como siempre, era lo suficientemente lindo como para querer morderlo o atacarlo a
besos. Hasta le había hecho olvidar todos los arrepentimientos que había tenido con Félix hace
solo unos segundos.
Isaac se arrodilló frente a su hijo para comenzar a saludarlo. Luego besó su oreja, sus mejillas
regordetas, su nariz y su frente hasta provocar que el niño se riera y terminara por colocar su brazo
alrededor del cuello de su padre.
Benjamín, que se había vuelto más hablador a últimas fechas, visitaba a Isaac y a Félix varias
veces durante el día. Por la mañana, en cuanto abría los ojos, a veces comenzaba a llorar con tanta
fuerza que corría a la otra habitación para sentir la protección que solo podían ofrecerle sus padres.
Casi era a la misma hora de siempre, como si fuera un relojito. Y debido a la llegada de Benjamin,
las horas de la mañana para Félix e Isaac se vieron obligadas a reducirse significativamente hasta
que ya eran casi inexistentes.
Al inicio, cuando escuchaba a Benjamin llamando a la puerta incluso después de estar enredado
por mucho tiempo junto a su esposo, Isaac colocaba los hombros rígidos y salía a su encuentro con
un semblante que mostraba a kilómetros lo inexperto que era todavía en esto. Y no hacía falta decir
que la emoción que había estado ardiendo entre los dos siempre se enfriaba rápidamente. No solo
por Benjamin, sino porque también estaba Callie. Una bebé de menos de 3 meses que lloraba fuerte
sin siquiera proponérselo y que, por consiguiente, destrozaba el ambiente aunque apenas estuviera
comenzando. Podían decir que eran desafortunados por tener una increíble facilidad para
encenderse cuando estaban solos porque entonces, incluso si creaban un buen momento y
mezclaban sus cuerpos, era difícil decir que se sentían satisfechos cuando les cortaban el rollo justo
por la mitad.
Aun así, el niño, que lo miraba con los ojitos cubiertos de estrellas, era tan lindo que no le
importaba perder mil momentos sexuales por estar con él. Es más, ¡Podría dejar de lado esa vida
simplemente por tener a su niño tan cerca como ahora!
Isaac abrazó a Benjamin hasta acunarlo entre sus brazos, frotó sus mejillas contra el suave cabello
de su niño, lo besó y también lo olió detenidamente. A esa edad, Benjamin todavía tenía un aroma
dulce que se parecía al olor lechoso característico de un bebé. Un olor que lo arrullaba... El mejor
aroma del mundo entero.
Isaac le susurró esto a Benjamin mientras miraba todavía a Félix, que parecía estar haciendo un
berrinche de bebé. El niño asintió y caminó sigilosamente hacia la cama.
Él sabía que Félix era una persona que dormía mucho por la mañana y que trabajaba
principalmente por la noche, por lo que a menudo se despertaba hasta muchísimo más tarde que
todos los de la casa. De vez en cuando, al notar que dormía como una piedra, Isaac tomaba a
Benjamín y salía silenciosamente de la habitación para no molestarlo por lo que el niño estaba
bastante familiarizado con todo esto y también, muy acostumbrado a intentar no despertarlo. Tanto
así, que esta vez iba lo más despacito posible... Era una consideración amable, de un niño por su
papá. Incluso se llevó el dedo a los labios para decirle a Isaac que se callara.
"Shhh."
Isaac, que todavía estaba en cuclillas frente a la puerta, pareció tan enternecido que inclinó
suavemente la cabeza y se rió en voz alta. Mientras tanto, Benjamin había comenzado a subirse con
lentitud sobre la cama para escabullirse hacia su papá. Terminó acostándose a su lado, apretó su
carita sobre la cara de Félix y preguntó:
Con una vocecita minúscula. Luego, con un rostro bastante serio, susurró otra vez:
"Papá, ¿Duermes?"
Isaac, mirando la imagen, apretó la comisura de su boca con toda su palma. Casi había comenzado
a reír a carcajadas gracias a esto.
Benjamín miró a Félix, que todavía no le había dado ninguna respuesta y elevó los hombros como
si se hubiera dado por vencido. Sin embargo, en ese momento, la manta se movió bruscamente y
los hombros de Félix, apenas visibles, comenzaron a crisparse y a temblar con muchas ganas. Era
obvio que él tampoco podía soportar la risa. Al final, Isaac, con una breve sonrisa, se levantó de
donde estaba y caminó hacia el colchón para hacerle compañía. Al mismo tiempo, Félix de repente
se levantó de un salto y dijo: "¡Guarrr!" Con una voz increíblemente fuerte. Levantó los brazos y
fingió ser un tigre listo para saltar. Benjamín, quien le instó nuevamente a Isaac a guardar silencio,
se movió como si lo hubiera asustado. Cayó hacia atrás con un sonido sordo y luego, comenzó a
reír con mucha fuerza.
"Si estaba durmiendo, pero Benjamín me despertó. Vaya, abrir los ojos me da mucha
hambre ¡Tendré que comerme a Benjamín! ¡Guarrr!"
Félix agarró a Benjamín, que estaba luchando y agitando sus piernitas, y comenzó a morderle las
mejillas utilizando los labios. El rostro de Félix estaba lleno de alegría, mordiendo y tirando de la
carita del niño como si fuera un pequeño malvavisco. Le levantó la camiseta, colocó la boca sobre
su suave vientre y comenzó a soplar aire hasta que el niño rió a carcajadas y se quedó sin
respiración. El hombre llamado, el mejor Alfa del mundo, el famoso traficante de armas y el Alfa
dominante más raro, no estaba por ningún lado en ese momento. Cuando jugaba con su hijo, era
tan travieso que resultaba difícil saber quién era el niño y quien el papá. Isaac miró a Félix como si
se estuviera derritiendo.
El niño, que se estaba riendo tanto como para hablar con una pronunciación poco clara, le dijo esto
mientras señalaba a Isaac.
"Hmm, que me coma a papá Isaac suena delicioso ¿Realmente me das permiso?'
De repente, Félix levantó los ojos y miró a Isaac, sentado todavía en el borde de la cama. La risa
del hombre se había derramado sobre sus pupilas azules y le estaban mostrando ahora un mar azul
profundo que revoloteaba cariñosamente. Aunque por supuesto, en esa bondad también había un
sentimiento impuro que solo Isaac podía reconocer. Contrariamente a la intención del niño, le
hizo tener un sentimiento bastante... Insidioso. El sentimiento de emoción, arrepentimiento, deseo
e insatisfacción que tuvo que calmar hace un momento.
Isaac, reconociendo el interior lujurioso en la mirada de su esposo, tiró de la punta de sus labios
hacia arriba antes de comenzar a reír. Aunque lo había estado evitando todo el tiempo. Dicho eso,
la mirada de Félix se entrecerró:
"Seguramente tienes un sabor fabuloso. Después de todo, eres el único que se adapta
completamente a mi gusto."
"Ah..."
Félix, que estaba desnudo, pareció bastante animado para ese momento.
"Eso parece..."
Isaac frotó la mejilla de Félix mientras veía como sus pupilas comenzaban a formarse con ese
común brillo profundo y descarado. Pareció como si la fiebre hubiera subido sin su conocimiento
así que definitivamente estaba indefenso ante ese hombre desvergonzado que había revelado sin
trabas la clara lujuria que sentía por él.
"No, no te comas a papá Isaac. Eres un mal tigre. ¡Malo, malo! ¡No es comida!"
En el momento en que estaban a punto de decir algo el uno para el otro, el grito contundente de
Benjamin rompió la atmósfera sutil que había comenzado a fluir por el cuarto y entre los dos. El
niño, que había estado jugando bien hasta ahora, rápidamente agarró a Félix de la cara y lo regañó
con fuerza. Pareció sentir que el estado de ánimo de su papá mirando a Isaac era muy serio.
Félix, que se sintió avergonzado por un momento, sonrió con ganas y abrazó al niño nuevamente
contra su pecho. Le mostró una hermosa sonrisa, como la de un ángel, y le limpió las mejillas con
los dedos una y otra vez para que dejara de llorar. Benjamín realmente estaba asustado de que se
devoraran a su papá.
"Bueno."
Félix preguntó, haciendo que su voz sonara más profunda de lo que en realidad era. El niño
parpadeó y levantó la mano para responder. Adoptando la completa actitud de un niño que estaba
asistiendo al kinder y que había aprendido la manera correcta de responder a las preguntas de su
maestra.
"¡Tortillitas dulces!"
"Oh, ese es el menú de desayuno favorito de papá. Entonces, ¿Vamos a comerlo juntos?"
Benjamín aplaudió y vitoreó por las palabras de su padre. Incluso le agarró de la mano para bajar a
comer inmediatamente.
Félix, que no podía ponerse de pie estando desnudo, se envolvió la parte inferior del cuerpo con
una manta, curvó los labios y se rió:
"Benjamín, baja primero y come. Papá se lavará y se pondrá ropa muy rápido ¿Qué
opinas?"
"Oh, en ese caso, ¿Tendría que volver a comerme a papá Isaac? Perfecto".
Benjamín, asombrado por la aparición de Félix, acercándose a Isaac con la boca bien abierta,
agarró la mano de Isaac y tiró de él para adelante, como si fuera un valiente caballerito
protegiéndolo del villano. Ante el movimiento desesperado de su hijo, Isaac se rió en voz baja y se
levantó de su asiento para seguir a Benjamín.
Pero incluso aunque dijo eso, Félix se acostó boca abajo de nuevo. Saludó casualmente a Isaac y a
Benjamín con la mano mientras salían por la puerta y adoptó un semblante que les decía que si lo
intentaba, podía quedarse bien dormido en un segundo. Sin embargo, la emoción que no lograba
desaparecer de su interior, pareció permanecer también en la mirada que le había dedicado a Isaac.
Una mirada con fiebre. Isaac le respondió con una sonrisa, luego cerró la puerta y salió también.
Comenzó a caminar por el pasillo, dirigido por el valiente caballero Benjamín, quien lo salvó del
tigre hambriento.
Benjamin preguntó mientras miraba para arriba. Después del nacimiento de la niña, Benjamín
estaba increíblemente feliz y activo, llamándose a si mismo "el mejor hermano mayor". Y por
consiguiente, cuidando de Callie como si fuera el trabajo para el que había nacido. Parte de su
rutina diaria: Despertar a Isaac todas las mañanas y luego ir a ver a la bebé.
Fue cuando Isaac respondió que, como si hubiera escuchado la conversación entre papá e hijo, el
sonido de un bebé llorando llegó de una habitación no muy lejana a donde estaban los dos.
Benjamín corrió hacia allí, alarmado por la voz llorosa que le informaba que estaba despierta. Isaac
también caminó considerablemente más rápido.
Al entrar a la pieza, la niñera, que había estado cuidando a Callie durante toda la noche, sonrió
alegremente y saludó a Benjamin e Isaac con una marcada reverencia. Isaac también la saludó,
luego tomó a callie de entre las cobijitas y la sostuvo entre sus brazos para comenzar a arrullarla.
Ahora, con más de tres meses de edad, Callie apretaba los dos puñitos con fuerza y lloraba con la
boca bien abierta. Era una señal de que tenía hambre.
"Benjamin, amor, creo que Callie tiene hambre. ¿Me dejas alimentarla primero?"
Benjamin, mirando al bebé que sostenía Isaac, asintió amablemente. Mientras tanto, la niñera le
había entregado hábilmente un biberón bien lleno de leche que Isaac aceptó encantado. Sonrió, y
se sentó entonces en una gran silla mecedora. La observó cerrar los ojos con fuerza y colocó con
cuidado el chupón en su boquita.
La bebé, que lloraba lo suficientemente fuerte como para verle la úvula, agarró el biberón con
ambas manos y comenzó a succionar de una forma bastante desesperada.
Callie era una niña muy bonita, como una muñeca con mejillas regordetas, ojos redondos y cabello
negro rizado. Algo que se alejaba lentamente de la apariencia "fea" de un bebé recién nacido. En
particular, cuando abría mucho los ojos, notaba que su pupila azul prusiano era completamente
igual a la de Félix, o incluso más oscura que la de Félix. Brillaba como una joya rara...
Callie era suficientemente hermosa como para admirarla para siempre. Cuando la tenía contra su
pecho, a veces se preguntaba si era realmente su hija ¿Esta niña tan bonita salió de mi estómago?
Imposible. Sin embargo, a diferencia de Benjamín, que era suave desde chiquito, ella lloraba a
menudo y era bastante terca. En ese momento, Félix dijo que no era normal que fuera así y que tal
vez incluso necesitarían un exorcismo. Cómo si estuviera fingiendo no saber que tenían
exactamente la misma personalidad.
"Callie tenía mucha hambre". Benjamin, mirando a Callie durante un largo rato, como si
estuviera cuidando de ella aún en esta situación, de repente asomó la cabeza y susurró esto. Era una
voz que decía que se esforzaba por no molestar al bebé mientras sostenía el biberón y tomaba su
fórmula. "Por eso se lo come muy, muy rápido".
Benjamin explicó la condición como si fuera un portavoz de Callie. En el rostro del niño, los
sentimientos de orgullo eran desenfrenados.
Cuando Isaac le preguntó esto con una sonrisa amistosa, Benjamin asintió y dijo:
"Bebé, papá dice que no deberías comer tan rápido. Tu pancita va a doler ¿Entiendes?"
Luego, con una expresión bastante severa, miró a Callie, chupando la botella, y la regañó para que
tomara leche todavía más despacio. No había otro hermano más confiable que él así que Isaac
apenas contuvo una risa que pareció estallar involuntariamente.
Benjamin cuidaba muy bien a su pequeño bebé, con curiosidad y muchísima amabilidad. Al mismo
tiempo, no se olvidaba de darle consejos sin importar que tuviera 3 meses. Callie miraba a
Benjamin y comenzaba a reírse. Luego, había momentos en que lo golpeaba al balancear sus
bracitos en su dirección. También hubo instantes en los que luchaba y pateaba y aún así, Benjamin
jugaba con ella muy pacientemente. Sacudiendo juguetes frente a ella, inventando historias, riendo,
protegiéndola. Era un buen hermano. Pero cuando veía a Benjamin y Callie así, le venía un
recuerdo del momento en que dio a luz al niño. Solo y mientras huía. Tenía recuerdos del tumulto
de no saber cómo lidiar con el recién nacido y el recuerdo del pequeño bebé, que admiraba porque
era lindo incluso aunque había llegado a una vida difícil. Cuando miraba a su diminuta Callie, solía
pensar mucho en eso. Le venía a la mente la situación y los sentimientos que por un momento
había olvidado y que eran tan diferentes a los de ahora como para causarle algo de terror.
Miró a su alrededor sin saberlo. Como si no pudieras creer esta situación de ensueño. ¿Este
momento no era realmente un sueño sino una realidad? Se repitió la misma pregunta que se hizo
al despertar.
Los pensamientos de Isaac mirando a Callie, se evaporaron ante el grito de Benjamín desde un
costado. Entonces Isaac parpadeó y levantó la cabeza.
"De acuerdo."
La botella realmente se había vaciado rápidamente y Callie, que había estado llorando antes de
entregarle la leche, miró a su alrededor, parpadeando con sus ojos redondos como si estuviera
satisfecha de sentir su estómago bien llenito. Con los ojos azules más profundos que los de
Benjamin, el bebé más parecido a Félix estiró sus cortos brazos, que ni siquiera podían llegar a su
cabeza, y comenzó a pedir que la cargaran.
Isaac se puso de pie, sosteniendo a Callie en su hombro y palmeando su espaldita un par de veces
mientras se movía por aquí y por allá. El sonido de Callie, que tenía las mejillas contra su piel, fue
un eructo muy bonito. No sabía que llegaría el día en que volvería a tener a un pequeño bebé entre
sus brazos así que se sintió como algo refrescante. Aunque Callie había nacido hace meses, cada
vez que la tenía a su lado pensaba que era nuevo y se emocionaba un montón. Hace un año,
sucedió algo que ni siquiera podía imaginar así que esos sentimientos no podían considerarse del
todo extraños.
"Vamos. La abuela también está esperando".
Benjamín volvió a tomar la delantera mientras Isaac caminaba sosteniendo a Callie en uno de sus
brazos.
Benjamin todavía adoraba estar con su abuelita materna, Jessica Parker. Dormían en la misma
habitación porque el hábito de estar con ella, quien lo había criado en nombre de Isaac durante todo
este tiempo, nunca cambió. Y a ella siempre pareció causarle ternura que al tener miedo, despertara
temprano en la mañana y llamara a la puerta de la habitación de sus papás. Luego tomaba a Isaac e
iban juntos a ver a la bebé. Y si Callie aún no estaba despierta, comerían juntos y cuando se
despertaba temprano, como hoy, esperaba a que tomara toda su leche y luego bajaban al comedor.
Sus días siempre comenzaban así. Y hoy también pareció ser una mañana tranquila y cálida.
De repente, mientras colocaban los hotcakes favoritos de Benjamin sobre la mesa, el niño preguntó
esto en un pequeño y triste susurro. Había pensado en ello de la nada así que Jessica, que estaba
sentada justo a su lado, también miró a su hijo con una expresión un tanto curiosa. Isaac hizo una
pausa por un momento mientras veía a Callie entre sus brazos y a Benjamin, comiendo hotcakes.
Desafortunadamente, incluso ante esto Isaac no sabía que responder. Nadie conocía perfectamente
cuando regresaría Noah, ni siquiera si sería pronto. Noah era como Félix, o incluso más lento que
Félix la mayor parte del tiempo. Sin embargo, cada vez que se despertaba, era el primero en ir a ver
a Benjamín. A veces aparecía cuando Benjamín estaba desayunando, y otras veces se quedaba
acostado toda la mañana charlando con él sobre ridiculeces y luego iba por el niño a la escuela.
Pero ya había pasado mucho desde que se fue. De hecho, existía una impresionante sensación de
falta debido a esto. Una atmósfera extraña en toda la casa... En primer lugar, no se había ido
porque quisiera pero tampoco estaba siendo amenazado. Al menos, según la explicación de Noah.
Y además, llamaba todos los días, como le había prometido a Isaac hacer. Dijo que estaba a salvo
y que habían ocurrido asuntos personales que le obligaban a estar fuera por un tiempo. Le aseguró
que volvería pronto. Estaba nervioso, pero Noah dijo que todo estaría bien. Y ya que no podía
evitarlo, solo estaba esperando que le hablara al celular todos los días, como siempre.
Cualquiera que fuera la historia, Noah, que era inusualmente querido por Benjamin, desapareció
repentinamente y ocasionó que el niño se sintiera muy, muy triste. Incluso cuando pareció que lo
había olvidado por un momento, de repente preguntaba cuando volvería y colocaba una expresión
increíblemente lúgubre en su carita. Pareció que ahora no podía ni comer fácilmente sus hotcakes
espolvoreados con almíbar, que le encantaban tanto, por el recuerdo de su tío que se había ido sin
decirle nada. Simplemente estaba pinchándolos con un tenedor y luego, mostraba unos ojos llenos
de lagrimitas.
"Amor, tu tío está bien. Vendrá después del trabajo. Si tu tío llama hoy le diré que venga
pronto ¿Bueno?"
En caso de que Benjamín se echara a llorar, Isaac habló y le hizo una promesa poderosa. Sin
embargo, en lugar de la atmósfera alegre de la mañana, la atmósfera turbia que se había puesto
sobre la mesa no pareció desaparecer fácilmente. En los brazos de Isaac, solo Callie, que jugaba
con su pequeño sonajero, estaba emocionada y balbuceando.
"¿Diez noches?"
Benjamín respondió sin energía, abrió su mano y comenzó a contar cuántos días habían pasado
desde aquella vez. Sin embargo, como no conocía bien la cuenta y no tenía idea de la fecha, todo lo
que hacía era doblar y desplegar los dedos a voluntad.
Diez noches... Solo habían pasado tres días pero Isaac respondió con calma para intentar
tranquilizarlo.
"Sí, Benjamín. Como dijo papá, tu tío salió a trabajar y volverá muy pronto si esperas.
Tienes que ser muy, muy paciente."
Jessica también habló con el niño a su lado. Sin embargo, el rostro de Benjamin rara vez pareció
volver a la normalidad mientras que Callie, entusiasmada con el juguete que tenía en la mano,
había comenzado a aventarlo contra la mesa para hacerlo sonar todavía más.
"Si sabe que Benjamin lo está esperando tan ansiosamente, Noah comenzará a creerse
mucho."
Una voz refrescante vino desde detrás de su espalda así que, mirando en esa dirección,
descubrieron que Félix, vestido con ropa cómoda después de tomar una ducha, entraba al comedor
como si estuviera ansioso por participar en la charla. Aunque solo estuviera usando una camisa
polo azul de manga corta y pantalones de algodón hasta los tobillos, los ojos de Isaac se abrieron
ante lo hermoso que se veía. Negó con la cabeza. Era cierto que era su esposo y el Alfa que se
había enlazado con él, pero era extraño estar tan poseído por su presencia en todo momento y en
cada ocasión.
Jessica, que ya había terminado de comer, preguntó esto mientras se levantaba de su asiento para
ayudarlo a servirse algo. Félix la saludó cariñosamente y se sentó.
Besó la coronilla de la niña que Isaac sostenía entre los brazos, con un sonido escandaloso de sus
labios, y luego le dio unas palmaditas en la cabeza a Benjamin, que aún no se había logrado
tranquilizar.
Félix miró al niño y dijo esto con mucha dulzura. Pero Benjamín, que estaba triste, solo levantó la
vista:
"No puede ser, ese tío malo. Bueno, su personalidad está podrida así que uno se podría
esperar que...¡¡¡Auch!!!"
Félix, que siempre comenzaba a decir un montón de palabrotas cuando hablaba sobre Noah, esta
vez solo jadeó y cerró la boca como si se estuviera muriendo de dolor. Esto había sido provocado
porque justamente Isaac le había pateado la espinilla debajo de la mesa. Literalmente fue solo un
toquecito, pero como siempre, la reacción de Félix fue terriblemente exagerada.
A veces miraba a Félix de una manera fascinante y a veces simplemente lo reprendía con una
expresión increíblemente severa. Solo entonces, Félix suspiró y levantó las manos para extender
una bandera blanca e indicar que había perdido.
"Benjamin, el tío Noah se puede encontrar en cualquier lugar justo ahora. Tiene una
personalidad extraña e inusual, pero es bueno interpretando el papel de un tío común para ti
por lo que regresará poco después del trabajo solamente para estar contigo. En cambio, pide
que te traiga muchos regalos como castigo. Muchos, muchos regalos".
Luego maldijo a Noah, volteando sus palabras y hablando con una voz y un tono extremadamente
malvados pero sinceros. Pronto, incluso le dijo que pidiera muchos regalos a forma de
compensación.
Los ojos de Benjamin brillaron rápidamente. No entendía del todo las palabras de su padre pero
pareció que si que lo había hecho con la palabra regalo. En lugar del consuelo de que su tío, que
había estado ausente, regresaría, pareció distraerse con el regalo que seguramente le traería. Era un
niño después de todo y como tal, cambiaba rápidamente de sentimientos. Además, era demasiado
débil para el soborno y las cosas materiales.
"Claro, hizo que Benjamin se preocupara de esta manera así que, por supuesto tiene que
compensarlo. ¿Qué deberías pedir esta vez? Hmm, el último regalo de cumpleaños estaba
todo feo. ¡Ya sé! Un bote de agua para tu cumpleaños. O dos botes de agua."
"Entiendo que cumplir años es importante pero un bote es un regalo sin sentido para el
niño."
Isaac refutó en voz baja desde un lado de la mesa, pero Félix ni siquiera hizo un esfuerzo por
fingiór escucharlo. Solo estaba allí, frotando su barbilla y pensando más seriamente que Benjamin
sobre que regalo pedir -O arrancarle- a Noah.
"Para nada, la última vez el abuelo le dio una isla así que, no nos haría daño pedir un parque
de atracciones."
"¡Félix!"
"¿Qué?"
Isaac no podía soportarlo ni por un minuto más así que lo llamó por su nombre. Fue entonces
cuando Félix, quien tenía la idea de tomar el parque de atracciones bajo el nombre de Noah, se
despertó de sus pensamientos y miró completamente a Isaac.
"Ponte a desayunar. Benjamin va al Kinder así que ya se nos está haciendo tarde."
"Por supuesto."
Félix lo abrazó cálidamente, lo besó en la mejilla y se despidió de él. Isaac se levantó de la mesa,
tomó a Benjamín de la manita y dejó a su esposo para que reflexionara sobre todo lo que había
hecho mal. Hoy, en lugar de Isaac, Jack llevaría a Benjamin al jardín de niños, pero al menos
quería dejarlo dentro del auto y desearle un bonito día.
Pero incluso antes de dar un paso, de repente Félix habló con una voz profundamente apagada, a
diferencia de la que ponía habitualmente. Isaac lo miró asombrado por su tono dominante, pero el
hombre solo había decidido sentarse derecho para poder seguir comiendo. Afortunadamente,
Benjamín se había subido al auto rápidamente con un aspecto que le decía que se había olvidado
momentáneamente de la ausencia de su tío. Isaac hizo un gesto con la mano al niño, quien agitó
los deditos con entusiasmo contra la ventana incluso después de abrocharse el cinturón de
seguridad. Y solo después de que el auto con el niño desapareciera en la distancia, dejó a Callie
con Jessica por un tiempo y regresó junto con Félix. Su esposo, que no era un gran fanático del
desayuno en primer lugar, estaba bebiendo un espresso mientras miraba la pantalla de un teléfono
celular que tenía en la mano. Era italiano y estaba tomando espresso justo como uno. Isaac se
acercó a él y se sentó en frente. Por lo general le gustaba bromear mucho con este asunto pero,
ahora, le había dicho algo tan extraño como "Tengo algo que decir" con una expresión
impresionantemente seria. Y ahora tenía mucha curiosidad por saber qué era.
"Dime."
Sin embargo, el tema que Félix sacó a relucir, con un rostro sin sonrisa, fue completamente
inesperado. Un aniversario de bodas. Isaac, que estaba tenso sin saberlo, se sintió avergonzado
por un momento y luego parpadeó sin comprender en lugar de responder de inmediato. De hecho,
ya había pasado un año desde que empezaron a vivir juntos. Y hace un año, apenas se habían
enlazado después de varios incidentes y Benjamín, su madre y él, habían ido a vivir todos juntos.
Sin embargo, la fecha de la firma del certificado de matrimonio, el aniversario legal, pareció ser
justamente la semana entrante.
Después de captar lo sucedido, Isaac respondió trás organizar mejor cada uno de sus pensamientos.
Hace apenas unos meses, recordaba que Félix le había mandado a traer un montón de regalos
lujosos diciendo que era por su aniversario de "compañeros." Y al mismo tiempo, también le
respondió a su pregunta sobre lo que quería hacer en su aniversario de bodas, diciendo que estaba
bien tal y como estaba. Félix se sintió decepcionado, pero Isaac pareció tan tranquilo como de
costumbre. En ese momento estaba a punto de dar a luz a Callie así que Isaac no estaba pensando
correctamente ni se detenía tanto en las costumbres que deberían hacerse para conmemorar un día
determinado. No, estaba bien decir que era ignorante y amante de lo simple. Incluso la boda se
celebró brevemente en una oficina del gobierno así que preferiría mil veces hacer todo de manera
breve y sencilla. Se preguntaba si simplemente se podía pasar por alto el aniversario de bodas.
Tenía un segundo bebé y un niño que iba al kinder. Además, Isaac no podía tener la personalidad
suficiente para pensar afectuosamente sobre sus aniversarios en primer lugar. No era que no le
gustaran esas cosas sobre fechas importantes de bodas, simplemente no tenía ese tipo de
personalidad. Pero de repente, ahora, volvía a mencionar el aniversario de bodas cuando quedaban
menos de unos días para eso.
Isaac, quien estuvo preocupado por Noah, quien de repente abandonó la mansión, se sintió todavía
peor gracias a esto.
"... Realmente no quiero nada y no sé cómo celebrarlo. Ya tenemos dos hijos y uno de ellos es
un recién nacido para variar."
No importaba cuanto lo pensara, no podía encontrar una respuesta adecuada para esto. Pero cuando
expresó honestamente sus sentimientos, los ojos de Félix se entrecerraron aún más y luego, suspiró
con fuerza. Pareció que había arrojado la respuesta incorrecta.
"Isaac, está bien decir que no quieres nada. ¿Pero que hay de mi? ¿No piensas escucharme al
menos?"
Isaac estaba cegado por su pregunta. Sintió como si lo hubieran golpeado con un arma hasta
ocasionarle un impacto contundente.
"Ah..."
No había nada que decir. Cuando lo volvió a pensar, la verdad es que pareció tener toda la razón.
No había una ley que dijera que cuando él no quisiera nada significaba que su esposo tampoco lo
quería. Fue demasiado egoísta. Tal como le preguntó, debería haberle preguntado también qué
deseaba y haberse preparado de antemano para cumplir con eso. Debería haber sido más
considerado porque conocía que él había estado esperando por su primer aniversario de bodas con
mucha ilusión. Tardíamente, surgió el arrepentimiento.
Isaac no pudo ocultar su vergüenza y se frotó la comisura de la boca utilizando la palma entera de
su mano. Félix suspiró profundamente:
"Para mí, el día en que me enlacé contigo es un día significativo, pero el aniversario de bodas
es un día muy especial también. Es solo una vez al año. También es nuestro primer
aniversario."
Isaac ni siquiera se había preocupado de su propio cumpleaños durante mucho tiempo. No había
nadie que se ocupara de ello antes y como resultado, a menudo lo pasaba por alto, olvidando
incluso el día. Como nunca había tenido una relación especial con alguien, evidentemente nunca se
había ocupado del cumpleaños o aniversario de otra persona. Su personalidad en sí también era
insensible, pero también era un enorme problema que no tuviera ni idea de lo que se supone que
tenía que hacer. Él ni siquiera se había ocupado del cumpleaños de Benjamin la primera vez y
¿Qué sabía realmente de un bebé recién nacido? Incluso ahora, Jessica siempre era quien iba por
la bebé y la abrazaba tiernamente. Dándole una pequeña muñeca o otro juguete para que pudiera
dormir. El año pasado fue la primera vez que tuvo la fiesta de cumpleaños de un niño y fue porque
su madre lo había instado a que invitara a a los amigos de Benjamin.
"No sé mucho sobre esto así que... Házmelo saber lentamente. Qué es un aniversario y qué
hacer en esos momentos. Si me preguntas qué quiero, diré que no quiero nada porque no sé
que quiero, entonces..."
"De acuerdo. Entonces para empezar, a partir de ahora pregúntame lo que quiero."
Félix habló, con una suave y seductora sonrisa dibujada en su boca. Isaac tragó saliva, y la
vergüenza se elevó hasta llegarle a la cabeza.
"¿Qué quieres?"
Frotándole las mejillas y apenas acercándose otro poquito, cerró los ojos...
"Claro. Por favor, dime. Seré feliz si es un regalo que puedo hacer."
Por alguna razón, la voz de Isaac se iba haciendo cada vez más y más pequeña. Ni siquiera sabía la
razón así que se lo atribuyó a qué la mirada de su esposo era demasiado ardiente.
"El regalo que quiero en realidad no es nada de otro mundo. Es algo muy, muy pequeño. Por
supuesto que puedes hacerlo."
Isaac se sintió un poco ansioso por la apariencia de Félix. Suspiró brevemente y elevó las cejas a
modo de interrogante ¿Qué quería que le diera exactamente? Era una atmósfera que parecía como
la que esperarías antes de que sucediera algo bastante importante.
"Te escucho".
Isaac inicio cuidadosamente sus palabras, con la ominosa premonición de que se pondría serio
para luego lanzarle una ridiculez.
"Primero, llegas a la habitación. Y te vas a poner esa lencería de encaje negro que me pone el
pene como..."
"¿Por qué?"
Mientras cortaba sus palabras, Félix preguntó insatisfecho, bajando las cejas con la misma
expresión que ponía Benjamín antes de hacer un puchero. Isaac tenía una sensación de vergüenza y
pena entrecruzados en el pecho así que lo miró de nuevo antes de abrir la boca:
En estos casos, Félix era un hombre que parecía más un niño que Benjamin.
"Ah, en mi cumpleaños. No está mal, no está mal. Recuerda, debes usar lencería de encaje
negro con medias de red, liguero, tacones... Ah, y un pug de cola de conejo. Puede ser de esos
que suenan cuando los aprietas"
Isaac paró su tren de inmediato. Si lo dejaba continuar, parecía que la fantasía continuaría sin fin.
Incluso tenía miedo de hasta donde podría llegar.
De hecho, en su cumpleaños, en diciembre del año pasado, no pudo hacer nada por él porque su
cuerpo, con un bebé casi a término, no le dejaba hacer gran cosa. Félix, que conocía la situación
mejor que nadie, pasó tranquilamente su cumpleaños a su lado sin siquiera pedir nada. Por eso,
aunque tuvo pequeños obsequios y comida deliciosa, era cierto que tuvo un cumpleaños lamentable
en muchos sentidos. Aun así ¿Quién hubiera sabido que tendría fantasías tan ridículas? Isaac
negó con la cabeza. Una vez más, Félix frunció el ceño con descontento, pero no dijo ya nada. En
cambio, se acercó a Isaac y dijo:
Su voz baja y hundida, sus ojos entreabiertos y su expresión sin risa hicieron que Isaac se pusiera
nervioso en un instante. Además, su vientre se apretó fuertemente sin saberlo debido a que sus
feromonas se esparcieron como un perfume en el ambiente.
Isaac lo miró fijamente, exhalando un ligero suspiro que se había calentado en la base de su
diafragma.
Sin embargo, la palabra que soltó fue bastante inesperada. Los ojos de Isaac se agrandaron cuando
lo miró de nuevo.
"¿Perdón?"
"Creo que sería bueno pasar tiempo contigo durante una semana o un mes. Solos. Ni
siquiera pudimos irnos de luna de miel. ¿No es verdad?"
Eso era correcto. Después de enlazarse, vivieron juntos durante varios meses, ocupados, lidiando
con lo que sucedió, con lo de Isaac y luego de eso, con el abuelo materno de Félix. Entonces, de
inmediato, Callie había entrado en sus vidas así que podían decir que había sido un año en el que
no habían logrado tomar ni un solo aliento.
"¿No piensas lo mismo? Nos enlazamos y nos casamos, pero realmente no pudimos disfrutar
de una luna de miel, y mucho menos del sexo de la luna de miel. ¡No pudimos hacer nada de
eso!"
"Además, estábamos ocupados. Hubo momentos en los que tuve que contar los días que veía
tu cara en un mes".
"Isaac, entonces estás de acuerdo ¿No? Al menos un día. No, solo pasa dos días conmigo".
Una voz infinitamente dulce irritó sus oídos, era como si estuviera llevándole hacía una tentación
secreta. Su corazón había comenzado a latir rápidamente y luego, terminó por asentir. Los niños
eran tan adorables que le encantaba estar con ellos a cada momento, pero como nunca habían
pasado tiempo a solas después de casarse... Solo de pensar en eso hizo que su pecho saltara.
Cuando Isaac respondió positivamente, Félix le preguntó esto con un rostro increíblemente
iluminado. Parecía un niño que estaba emocionado por la expectativa de poder recibir el regalo
que quería después de mucho tiempo. Isaac se rió de esa apariencia.
"A cualquier lugar. Creo que estaría bien estar contigo en cualquier lado".
Antes de conocer a Félix, no tenía mucho tiempo para estar con Benjamin y por eso deseaba estar
con él a cada instante. Quería recuperar el tiempo que había perdido así que sus hijos siempre
estaban en primer lugar. Sin embargo, también extrañaba el tiempo que podía disfrutar a solas con
Félix. Estaba bien en cualquier lugar si podían tener citas sin la interferencia de nadie, ¿Qué
importaba realmente donde fuera? Lo único importante era que los dos pudieran pasar un rato
tranquilo.
"Resulta... Solo resulta... Que casualmente compré una bonita isla en el Caribe."
"Esta muy lejos. Con solo regresar a casa tomará los dos días."
San Diego era una ciudad hermosa con un clima templado y rodeada de un mar azul
impresionante, pero viviendo allí, no podría disfrutar de la ciudad como verdaderos turistas.
Aunque a Isaac eso tampoco le importaba. Alojarse en un hotel en mal estado en el corazón del
centro de San Diego durante dos días hubiera sido divertido también siempre y cuando Félix le
hiciera compañía.
Isaac dijo esto en voz baja, acariciando la mejilla de Félix con las yemas de los dedos. El hombre
suspiró por un largo rato, como si fuera lamentable que no hubiera tiempo suficiente para ir a un
lugar mucho más bonito.
"Entonces, esta vez será así... Pero la próxima prométeme que vamos a planificar
adecuadamente todo nuestro viaje y, a irnos a un lugar mucho mejor. Al menos durante una
semana".
"Por supuesto."
De hecho, no importaba si planeaban un viaje la semana entrante, ahora era importante porque se
trataba de su aniversario de bodas. Sin embargo, quería ir a un lugar lo suficientemente cerca para
mantener a sus hijos vigilados y poder correr directamente a ellos si algo sucediera. Había muchas
preocupaciones porque Félix no era un tipo normal. Especialmente, ahora que Noah no estaba para
cubrirlo justo como antes...
Dada la situación actual, pareció no poder evitar sentirse increíblemente ansioso. Incluso si solo se
había ido dos días. Sin embargo, como siempre, Félix solo inclinó la cabeza en señal de que no
sabía lo que estaba pensando.
"¿Qué pasa?"
Fue un momento en el que se sintió bastante asustado con solo pensarlo e incluso, pareció que ya
no podría hablar. Era su mejor amigo después de todo.
"Han pasado unos días desde que estuvo fuera de casa, no te preocupes demasiado."
Isaac miró a Félix con una mirada fuerte. No importaba lo mala que fuera su relación... No, de
hecho, parecía ser cierto que se trataba de un primo que también consideraba muy cercano, solo
que no quería admitir que lo amaba.
"No te preocupes por Noah sino por el sujeto que está con Noah ¿Por qué estás tan
angustiado por ese tonto? Seguro está perdido por allí o... En el mundo del dildo."
Si alguien lo escuchara, podría pensar que Noah era realmente un tipo estúpido.
"Deberías preocuparte."
"Isaac, podrás hablar con él cada bendito día, pero realmente no conoces a Noah. No tienes
que preocuparte por él en absoluto."
Pasó la pequeña taza de café de su mano a la base y luego, Félix habló con una voz y una mirada
bastante serías:
"Noah es el verdadero nieto de Vincenzo Felice . A diferencia de los otros nietos, este tipo
viene de una línea directa de Felices ¿Sabes lo que eso significa? Significa que Noah es el
único que ha sido educado desde la infancia para hacerse cargo del apellido Felice en nombre
del abuelo. Ser el líder del negocio familiar."
"..."
"Últimamente puede parecer que está atrapado frente a su computadora y que es una
persona aburrida que ni siquiera sale a tomar el sol pero, uff. No debes ignorar el proceso de
crecimiento que tuvo que pasar. Ni las cosas que puede hacer."
Isaac tragó saliva sin su conocimiento. Era algo que definitivamente no sabía. La persona que fue
educada como el sucesor de los Felice no fue el dominante Alfa Félix, sino el Omega Noah. Isaac
estaba avergonzado por algo en lo que ni siquiera había llegado a pensar. Hasta ahora, a pesar de
que Noah era miembro de la familia de la mafia, creía profundamente que solo era un hacker con
un alma peculiar y una personalidad que quedaba bien lejos de todos esos asuntos. Las acciones o
palabras de Noah, sin importar dónde mirara, no le recordaban a los mafiosos.
"Aunque soy Alfa, no soy el nieto real de Vincenzo Felice . Para los italianos, eso está en las
venas. Por supuesto, mi abuelo me ama a mí y a Noah por igual y yo también crecí con la
misma educación pero, Noah... Él es más importante que yo."
Félix se encogió de hombros de manera insignificante. De repente, había recordado lo que dijo su
abuelo materno, Vincenzo, la última vez que lo vio. Dijo que aún no tenía sucesor así que le estaba
pidiendo a Isaac que se convirtiera en uno. Sus palabras decían que tanto Félix como Noah se
habían negado a ocupar el lugar de sucesor.
"Sí, el asiento del sucesor está vacío ahora así que... Tal vez quiere pasarle todo a Benjamin."
"..."
"Pero sería lo mismo, es complicado para alguien que no es completamente Felice ."
Resultó que cuando le preguntó qué pasaría si su brazo derecho, Lucca, fuera su sucesor, Vincenzo
se mostró un tanto incómodo con la idea. No sabía que existía ese tipo de regla sobre la sangre.
"No pienses que el abuelo me preguntó a mi primero. Fuí... La opción de reserva, supongo.
Noah es el mejor. Con él, siempre me he dado cuenta de inmediato que soy el segundo en
todo."
Félix respondió con calma, como si no fuera gran cosa. Luego le contó que por eso se había
apartado de Vincenzo y comenzado el negocio de las armas. Esa también fue información
inesperada, por lo que Isaac no pudo hablar más y miró a Félix desde la distancia.
"La familia de la mafia, entre ellos, la familia Felice, que es una de las más grandes, no es tan
hábil como parece. Digo, es algo que puedes notar con solo mirar al abuelo." Félix negó con
la cabeza como si odiara pensar en ello. "Supongo que fue porque siempre contaron con Noah
para todo y, como se fue y comenzaron a sentirse desafortunados, mi abuelo me dijo que
dejara mi negocio y regresara. Pero ya sabes, después de hacer crecer un negocio durante
tanto tiempo y descubrir la diversión de ganar dinero, ¿Por qué volvería allí? Incluso Noah
piensa como yo."
Félix, que pareció bastante perdido en su historia por un minuto, miró el reloj como si temiera
haber pasado mucho tiempo en ello. Luego, se puso de pie lentamente.
"Entonces, ¿No sería más beneficioso preocuparse por el tipo que está con Noah en lugar de
gastar tiempo preocupándose por él?"
Isaac no pudo encontrar ninguna respuesta a su pregunta así que Félix se movió lentamente y se
acercó a él.
"Además, Noah también es el mejor Omega dominante del mundo. Isaac, ¿Sabes qué es un
omega dominante?
Isaac endureció sus hombros. Así como no sabía que Noah había sido criado como el sucesor de la
familia de la mafia, tampoco sabía nada sobre él siendo Omega dominante. Isaac vivió como un
beta hasta su adolescencia y como un omega recesivo s partir de los 20 años por lo que, en
realidad, carecía de todo tipo de conocimientos sobre alfa u omega. Félix abrió su discurso con una
sonrisa:
"Es una abeja reina. Sería como la abeja reina de las avispas. De esas que atacan a la abeja
que se aproxima para aparearse y matan a la abeja que se junta accidentalmente".
Abeja reina. No se le había ocurrido eso. Félix también negó con la cabeza como si no quisiera
dar más explicaciones "Un Omega dominante es mucho más peligroso que los recesivos.
Incluso yo, que soy Alfa dominante tengo problemas para tratar con él."
Isaac tragó saliva. Cuanto más escuchaba la historia, más sentía que no era el Noah que conocía.
No era coherente con lo que sabía y la actitud lúgubre que le estaba formando con sus palabras.
"¿Y no dices que te habla al teléfono todos los días? Dijo que era personal, ¿Verdad?
Entonces no hay nada más que decir."
"Alguien se lo llevó..."
Su cabeza se quedó en blanco. Noah, a quien conocía, era un hombre amable y alegre, que a veces
temblaba y roncaba y jugaba con Benjamín de manera amistosa ¿Cuál era la realidad de Noah
entonces? Fue un momento en el que estaba confundido por lo que desconocía. Félix puso su mano
sobre el hombro de Isaac y lo besó suavemente en la mejilla. Solo entonces, logró que despertara
de sus pensamientos.
"Entonces, en lugar de eso, pensemos en dónde quedarnos durante dos días la semana que
viene. Si Noah te necesita, lo sabrás y podrás ayudarlo, pero eso no pasará ahora".
Félix, con una sonrisa, era tan brillante como el mismísimo sol. Isaac asintió en silencio y una vez
más, dejó que su esposo le besara el costado de la cara, en las mejillas y en los labios también.
Luego le dio la espalda y salió del comedor sin más.
"Ay, Noah."
Una esquina de su pecho estaba pesada. Sin embargo, negó con la cabeza y se levantó de su
asiento. Era porque había escuchado a Callie llorar desde la distancia.
Chapter 4
Un poco de olor a pescado se mezcló con la brisa fresca. Era, evidentemente, el aroma peculiar y
característico del mar.
Era fin de mes, pero el viento en la playa era tan fresco como de costumbre. El sol ardiente brillaba
sobre su cabeza y la brisa, con un olor salado, soplaba tranquilamente hasta chocar contra sus
caras. El encanto del vasto mar era interminable...
Fue cuando innumerables yates se pararon en la costa, mirando hacia el frente, que Isaac despertó
de sus pensamientos y volvió la cabeza.
"La gente que pasa no deja de mirarte. No sería un problema sacarles los ojos cada vez que
me doy cuenta pero, como ahora no tengo tiempo, solo me quedo preocupado y celoso".
Félix, que estaba a su lado, sonreía brillantemente incluso aunque había derramado un sonido tan
espeluznante... Isaac negó con la cabeza, tan indiferente que pareció no sorprenderse por sus
amenazas.
Puso una expresión sorprendida, como si no se esperara en absoluto esa respuesta. Su cabello
dorado, resplandeciendo como si se rompiera a la luz del sol, se agitaba suavemente con el viento
así que quizá por eso parecía más atractivo que nunca.
El hombre tenía un rostro impecable, era escultural, tenía gran estatura y un cuerpo sólido. La
mayoría de las personas que pasaban se detenían a mirar a Félix, un extraño y guapo personaje que
ni siquiera necesitaba una tarjeta de presentación. Y cada vez que veía a esas personas, las que no
podían ocultar sus expresiones de admiración mientras caminaban por la orilla, los celos de Isaac
aumentaron inevitablemente. No pensaba en la inquietante idea de querer sacarles los ojos, como
Félix, pero pensó completamente en querer golpearlos con todas sus fuerzas. Aunque sabía que era
una emoción tonta, era difícil controlarla.
"Yo no quiero mostrarle a mi esposo a nadie. Mirarte, con esa expresión, me hace pensar que
debí haberte dejado en casa. Es gracioso."
Isaac, quien honestamente reveló sus sentimientos, se frotó las mejillas que sentía calientes. La
mirada de Félix era tan intensa que incluso se sintió como si picara.
"Mi Omega me está tentando cada vez con mayor fuerza a medida que pasan los días... Dios,
quiero abrazarte tanto ahora mismo que, si te digo que yo estoy a punto de estallar, ¿Me
creerías?"
Félix, que se acercó, inclinó la cabeza completamente en su dirección. La brillante luz del sol se
oscureció para arrojar una sombra directo en su cuerpo y, al mismo tiempo, sus suaves labios
cayeron sobre los suyos y el sonido de su carne húmeda comenzó a escucharse por todas
direcciones. Se le escapó un gemido.
Cada vez que le mordía y luego lo soltaba, los ruidos se extendían dulcemente por toda la playa y
eso, por supuesto, solo comenzaba a provocar que la fiebre explotara con furia dentro de sus
cuerpos. A partir de ese momento, sus feromonas comenzaron a fluir cada vez con mayor densidad
a su alrededor.
"Oh, Dios mío, realmente desearía no sentir la mirada de la gente ahora. Después de todo, en
serio estoy a punto de perder el control."
Félix, que apenas había bajado los labios, se rió amargamente debido a todas las emociones que
estaba comenzando a experimentar. Isaac, que no podía escapar de su espesa feromona, aún lo
miraba con los ojos increíblemente borrosos. Como vagando en un sueño.
" Mírate nada más... Creo que deberíamos salir de este lugar ahora mismo. ¿Qué piensas?
¿Está bien?"
Félix limpió los labios húmedos de Isaac con las yemas de los dedos y le pidió su opinión. Isaac
asintió de inmediato. Fue un problema porque también estaba lleno de una terrible emoción...
Al responder, Félix tomó la mano de Isaac y dio un paso para adelante. En la dirección en la que
caminaban, vio un hermoso yate blanco que se parecía muchísimo al de la primera vez. Durante los
dos días siguientes, sería el lugar en donde pasarían tiempo a solas.
Chapter 5
Félix se acercó, con una bebida en cada mano, y colocó entonces una expresión bastante curiosa en
la cara. Al principio, cuando dijo que quería salir al mar, tenía miedo de que fuera una especie de
broma. Con el tiempo, solo pareció terminar terriblemente curioso.
Para enfrentar esta decisión, Isaac había tomado medicamentos contra el mareo antes de llegar
hasta el puerto deportivo. Además, también había tomado la misma cápsula que le habían recetado
durante el embarazo en caso de que el medicamento anterior dejara de funcionar. Sin embargo,
incluso si el yate se estaba sacudiendo por las olas, estaba seguro de que la experiencia de vaciar su
estómago rápidamente ya se había resuelto el año pasado.
"¿Qué estás pensando exactamente? Dijiste que fuéramos al mar en un yate pero sigo sin
entender exactamente el por qué."
"No lo sé..."
Iban a ser únicamente dos días. Dos días en los que Félix le había pedido a Isaac estar juntos como
regalo para su "aniversario de bodas". Por eso, Isaac reflexionó durante algún tiempo y luego,
finalmente respondió: "Vamos a un yate en el mar". Pero ahora que lo analizaba más a fondo, tal
vez había cometido un error porque cada vez que el yate se balanceaba de un lado para otro,
empezaban a crecer en él las espinas claras del arrepentimiento. No obstante, antes de decir algo
como "Olvídalo, vámonos." el yate ya había abandonado el muelle y se dirigía rumbo al vasto
mar.
El año pasado, cuando conoció a Félix, el hombre había sacado a Isaac de la floristería y lo había
metido en silencio a un yate con la única finalidad de hacerle firmar un contrato. Fue un momento
bastante absurdo, a decir verdad. Tanto que en ese instante ni siquiera podía imaginarse que un
año después volvería a montar en el mismo bote. Y menos por voluntad propia.
"Es asombroso estar aquí otra vez. El año pasado, hubo un momento en que me arrastráste y
me amenazáste con no devolverme a tierra si no firmaba ese estúpido contrato".
Isaac negó con la cabeza, en respuesta a las extrañas pero naturales palabras que siempre solía
soltar Félix. Luego, el hombre se apoyó en la barandilla donde Isaac estaba recargando los brazos
y se inclinó también hasta rozar piel con piel:
"Pero la verdad es, que desde entonces estoy muy enamorado de ti. Fue bueno que me
obligaras a esto."
Félix le tendió a Isaac un vaso con una bebida colorida y después comenzó a reírse:
"Ya te dije, no era en serio. Solo... Lo pensé. Porque en ese momento estabas actuando como
si no estuvieras interesado en mí."
"Porque las cosas no iban bien conmigo."
Félix, con un brazo sobre la barandilla, miró otra vez a Isaac. El mar azul profundo y sus pupilas,
que se parecían a las olas, se sacudieron lo suficientemente rápido como para hacer que su cabeza
se sintiera toda empapada en un instante. En realidad, varias emociones extrañas vinieron a su
mente justo como si fuera una marea.
También había siempre dudas sobre si realmente era esta su vida real. No podía creer nada de lo
que estaba experimentando a últimas fechas así que solo miraba a su alrededor y comprobaba las
cosas que estaban a su lado. Quizá la realidad había logrado ser tan dolorosa que ahora estaba
soñando algo ridículo y feliz para lograr compensarlo. Se levantaba un poco más tranquilo solo
después de mirar a su alrededor durante un rato y haber comprobado que era realidad.
Después de revelar cuidadosamente sus propios pensamientos y las preocupaciones que nunca
había sacado a relucir, la mirada de Félix, mirándole seriamente, comenzó a verse más intensa.
Isaac se quedó observando el mar azul profundo, fingiendo no conocer el significado de su
expresión:
"Así que, al menos una vez más, quería salir al mar contigo... Fue aquí donde me trajiste
cuando me sacaste del camino aquella vez. Quiero decir, el contrato fue ridículo, pero por eso
es que puedo estar contigo ahora."
"..."
"Y por eso pensé que era un buen lugar para visitar ahora que es nuestro aniversario de
bodas. Quería... Darme cuenta un poco más claramente de que este lugar donde estoy
parado, no es un sueño o una fantasía sino una realidad. Aunque sigo sin poder creer que me
sienta tan feliz."
Isaac sonrió tímidamente y tocó el vaso que tenía en la mano utilizando las puntas de los dedos.
Las gotas de agua fría fluyeron hacía abajo, hasta mojarlo...
"Isaac, ¿Recuerdas lo que te dije en ese entonces?" Félix, que todavía estaba mirando a Isaac,
preguntó esto con los ojos un tanto cerrados. "Te rogué que no sonrieras delante de otras
personas. Hablo de, esa expresión que estás haciendo justo ahora... Y la razón es porque,
cuando sonríes, Isaac, eres la criatura más hermosa del mundo."
"Félix..."
"Maldita sea, quería ir despacio y hacer crecer la atmósfera entre los dos pero, no puedo
hacer eso cuando te ves así".
Y en un instante, Félix terminó por arrojar la bebida que sostenía en la mano. El cóctel de colores
se esparció al azar por todo el suelo de la terraza hasta que después, la propia bebida de Isaac
terminó por rodar también hasta chocar con la baranda. Sin embargo, ninguno de dos le prestó
atención a los vasos derramados porque los labios, que se superpusieron con urgencia, estaban
demasiado calientes como para poder pensar en algo más. Eran suaves, desesperados... Su lengua
gruesa había comenzado a invadir su boca abierta de un modo casi rítmico y el beso que envolvió
su carne y la chupó dolorosamente durante segundos eternos, se sintió como un movimiento casi
bastante salvaje. Pese a esto, Isaac no se resistió ni una sola vez. Rodeó con sus brazos los duros
hombros de Félix y lo sostuvo contra su pecho utilizando cada una de sus fuerzas. La fiebre se
disparó, el sudor comenzó a correr hacia abajo y un gemido escapó de sus labios, involucrado en
un movimiento de barrido codicioso con la lengua y las membranas mucosas de su boca. El
movimiento de Félix se volvió brusco y pareció que el sonido de su boca se había agrandado con
un amplificador. Le chupó los labios y la lengua sin dudarlo y, al mismo tiempo, comenzó a
quitarle la camiseta y a desabrocharle los pantalones. Entonces Isaac levantó la cabeza.
Además de Isaac y Félix, había varias personas en el yate. Sin contar al capitán, había cocineros,
criadas y guardaespaldas también. ¡Y no importaba cuán ancho fuera! Estaban a plena luz del día,
con el sol cayendo sobre sus cabezas y además, estaban precisamente en la cubierta, no en el
interior. Solo de pensar en hacer actos obscenos en un lugar en el que no se sabía exactamente
cuándo ni dónde aparecerían las otras personas, le hacía sentir escalofríos.
"Nadie está mirando. Y nadie va a salir a menos que los llame. Relájate".
Sin embargo, Félix respondió con calma y lamió lentamente el cuello expuesto de Isaac. Las
feromonas que fluían justamente de esta parte parecieron volverse todavía más espesas que la
última vez que le hizo el amor así que, en un instante, Isaac jadeó por el olor que sopló en la punta
de su nariz.
"En primer lugar, si alguien viniera y lograra verte, así fuera un mechón de tu cabello, lo
arrojaría de inmediato al mar."
"Umm..."
"Así que, abre las piernas Isaac... Porque te haré darte cuenta de que lo que puedes encontrar
entre mis brazos es real ."
Isaac no pudo encontrar ninguna respuesta que darle. La mano de Félix se hundió debajo de sus
pantalones así que solo jadeó, agarrándolo con fuerza igual a si fuera a estallar en cualquier
momento. Su culo estaba bien levantado y, como si no pudiera darse cuenta, su voz baja comenzó
a volverse demasiado erótica.
Félix le lamió la nuca y después le frotó las nalgas con ambas manos mientras le clavaba bien
duro los dientes. Su mano, que había estado acariciando y frotando sus nalgas durante un buen
tiempo, de repente bajó y se detuvo en su entrada. El hombre se rió en voz baja al sentirlo
completamente empapado para él:
"Ah, mierda..."
Y en cuanto susurró, mientras Félix le estaba mordiendo el lóbulo de la oreja, sus largos dedos le
abrieron la entrada e invadieron por completo la pared de su interior. Solo lo habían penetrado dos
dedos en este momento pero una sensación de vértigo impresionante se esparció de inmediato por
cada parte de su sistema. Los dedos de sus pies, que estaban descalzos sobre la cubierta, se
encogieron y el aliento que comenzó a salir de la punta de sus labios se volvió impresionantemente
caliente. El sol brillando en lo alto y el calor propio de Félix le quemaba el cuerpo .
Cada vez que su esposo pasaba la mano por sus pantalones a medio bajar, se escuchaba entonces
un crujido húmedo. Sus oídos se calentaban con el sonido lujurioso de los alrededores y el susurro
de las olas pareció tragarse hasta los ecos. Sus dedos, moviéndose por su interior, comenzaban a
cruzarse y moverse como si hicieran una tijera y todo esto había logrado hacer que se sintiera muy
apretado bajo su pared interior sensiblemente hinchada. Y como había pensado que pasaría,
cuando frotó y frotó con las yemas de los dedos varias partes al azar, tuvo que jadear, ahogándose
como un pez tirado lejos del agua. Se estaba volviendo loco. Las lágrimas se asentaron en sus ojos
y le temblaron los dedos de los pies.
Sacudió la cabeza y se frotó la frente contra su hombro. Félix también estaba jadeando:
"Ah... Ahora mismo, quiero ir dentro de ti. Muy, muy adentro de ti. Ya no aguanto más, ah...
Isaac".
Isaac, nuevamente no pudo darle ninguna respuesta a Félix, quien lo había llamado con una voz
increíblemente entrecortada. Y allí, mientras estaba parado con sus piernas temblorosas y sensibles,
de repente le quitó por completo los pantalones junto con su ropa interior. Como la piel de una
serpiente, toda ella cayó al suelo en un sonido sordo y en un instante, el cuerpo desnudo de Isaac,
sin una sola parte cubierta, se reveló ante la intensa luz de la mañana y perfectamente bajo sus
pupilas. Eran unos muslos firmes con un líquido espeso que había comenzado a salir por debajo del
agujero que Félix había estado removiendo con los dedos.
"Vaya..."
A primera vista, era como si Isaac tuviera un físico delgado debido a la ropa. Sin embargo, cuando
se la quitó y la apartó del camino, podía ver unos músculos bastante bien entrenados y
posicionados en su cuerpo. Se sentía incluso, algo dominante.
Félix miró hacia abajo, admirando por completo el cuerpo de su Isaac. Desde el cabello negro, que
se había esparcido por el viento, hasta el escote suave y los hombros bien afilados. Esos largos
brazos y piernas y los impecables abdominales y músculos creados por el largo ejercicio. Quería
lamerlos uno a uno hasta que ya no quedara nada. Deseaba devorarlo. Su piel pareció arder
dondequiera que esa mirada llena de deseo corriera si que por supuesto, el rostro de Isaac se puso
increíblemente rojo al darse cuenta de eso. Quería levantar la mano y taparse los ojos de ser
posible. Algo como un sentimiento extraño que era difícil de describir con palabras simples. La
brisa fresca del mar le hacía cosquillas en la piel y, combinado con sus manos, podía decir que era
un ambiente perfectamente planeado para ponerle la piel de gallina.
Aunque ya se había enredado con Félix en la piscina al aire libre de la mansión, esa vez era una
noche oscura y la puerta estaba literalmente cerrada para que nadie pudiera entrar. Y de todos
modos, estaban dentro de su propia casa. Pero ahora, ¿No es en un yate con el mar fluyendo por
todas partes algo inapropiado? El lugar era enorme y aunque Félix había ordenado a sus hombres
que no deambularan por allí, esa era la cubierta de todas maneras. No sabía qué pasaría y, estar con
el cuerpo todo desnudo, le hacía tener la sensación de que su garganta se estaba quemando.
Finalmente, Isaac abrió la boca para comenzar a susurrar lo que pensaba. Sin embargo, Félix solo
lo besó con más entusiasmo que al inicio, de lado a lado como una persona que no quería escuchar
nada. Igual a si estuviera fingiendo demencia. Abrazó el cuerpo de Isaac con fuerza y besó sus
labios y sus mejillas un montón de veces. Luego hizo lo mismo con su barbilla, con el lóbulo de su
oreja, con su nuca y su nariz y lo miró con una expresión de éxtasis.
Fue en ese momento.
De repente, como si miles y decenas de millones de flores estuvieran en plena floración, el aroma
dulce pero brillante, fresco pero distante, envolvió por completo a Isaac. Más bien, en lugar de
simplemente cubrirlo, penetró en su cuerpo a través de su piel y se apoderó de sus pulmones. No
podía respirar y sintió como si su cuello estuviera envuelto por un par de manos. Fue porque el
Alfa dominante Félix había perdido los estribos y dejó salir todas sus feromonas. Isaac gritó en
silencio ante el festín de aromas, las extremidades le temblaron y finalmente, sus rodillas se
rompieron y cayeron hacia adelante. Félix lo abrazó suavemente y le frotó la espalda.
"Shhh, está bien mi amor ¿Qué no eres mi omega? Todo va a estar bien, no hay forma de que
pueda lastimarte. Mírame, no voy a hacerte daño. Es el efecto de la feromona alfa, por eso
ahora se siente como si no pudieras soportarlo. Solo, respira profundo y déjate llevar."
Su voz cariñosa, perforando sus oídos, le hizo temblar desde la parte baja de la espalda hasta la
cabeza. Luego, el sudor brotó de inmediato. No sabía qué hacer con la creciente emoción y al
final, de su pene rígido, el líquido que estaba saliendo por su pequeño orificio, fue tomado por sus
dedos para untar con él el área de su trasero. ¡Fue una sensación terrible! No, fue terrible e
increíblemente asombrosa también. La intensa excitación que lo estaba distrayendo hizo que las
extremidades le temblaran y que comenzara a preguntarse si realmente podía seguir aguantando
toda esa emoción.
"Hey, está bien. Todo está bien. Libera tus feromonas, así como yo lo hice. Entonces lo
tomaré tanto como pueda".
Félix, que estaba mordiendo finamente el lóbulo de su oreja antes de inspeccionar también su
pabellón auricular, lo instó a liberarse por completo. De hecho, era algo que ni siquiera había
hecho alguna vez así que pareció natural que estuviera tan asustado. En casa, no importaba que tan
alejados estuvieran de la puerta de la habitación, si este Alfa dominante decidía dejar escapar todas
sus feromonas, era evidente que todos los que trabajaban en la mansión tendrían que salir casi
cubriéndose la cara. Pero ahora estaban al aire libre. En medio del océano que solo se extendía
hacia el horizonte. Con eso en mente, se podría decir que la elección del lugar que hizo Isaac fue
increíblemente excelente, aunque por supuesto que esa no había sido su intención. Félix se rió en
voz baja mientras abrazaba a su esposo, que se aferraba a él y se frotaba como un gatito mientras
temblaba. Luego, de repente se quitó toda la ropa también y dejó a Isaac completamente recostado
en el suelo de la terraza. Sin embargo, pareció que Isaac ni siquiera se había dado cuenta de que el
suelo de la cubierta le tocaba la piel y no pareció comprender que su esposo se estaba presionando
contra él mientras acariciaba su cuerpo terriblemente entrenado. En realidad, tenía la cabeza vuelta
un lío. Loco de entusiasmo y pasión.
"Entonces..."
Pero las palabras que estaba a punto de soltar no pudieron continuar hasta el final. En cambio,
Isaac sacudió su cintura, luego envolvió sus piernas alrededor de la cadera de Félix y tiró de él para
poder sentirlo contra su pecho. Parecía ser similar a cuando le llegaba el celo, solo que ahora
simplemente estaba tan emocionado que sus ojos se habían empañado...
"Isaac, bebé, quiero beber de tus feromonas así que, hazlo. Está bien hacerlo aquí".
Entonces Félix, que había enterrado la cara de Isaac en su pecho y lo había lamido vorazmente
desde arriba para abajo, dijo esto en una voz baja que pareció más bien, algo como un gruñido.
Estaba tan excitado que sus pupilas azules se volvieron negras, sus manos temblaron y luego,
sonrió mientras Isaac comenzaba a sollozar. Incluso fue extraño que rogara:
"Lo haré, pero primero beberé tus feromonas. Luego pondré dentro de ti todo lo que me
pidas."
Félix estaba emocionado y ansioso por apaciguar a Isaac, quien no sabía qué hacer ante tanto
estimulo. Luego, se inclinó, y chupó tenazmente sus hinchados pezones con la punta de la lengua,
limpiando la leche materna que goteaba con facilidad debido al trabajo de succión de Callie. Y la
comida de la niña era deliciosa para el adulto también.
Originalmente era un hombre que decía estar seco. Debido a que era un Omega recesivo, había
parecido rendirse con esto porque recordaba que ni siquiera había producido leche en la época de
Benjamin. Pero ahora, el líquido goteaba como si fuera agua y por eso, Félix siempre estaba
ansioso y a menudo, atormentaba cruelmente su inflamado pezón. Además, lo que inicialmente era
pequeño como un granito de arroz, ahora era grande como una moneda. El color también se volvió
más oscuro y la textura al tocarlo con la punta de los labios era bastante regordete. Por eso, en
estos días, no pudo dejarlo ir y comenzó a acosarlo persistentemente. Para su fortuna, hubo muchas
ocasiones en las que Félix sintió que Isaac también se había vuelto todo un pervertido.
Isaac sintió dolor y sacudió la espalda, jadeando con la cara enrojecida mientras empujaba sus
dedos hacia la cabellera rubia brillante de su esposo. Cuando lo abrazó, se sintió tan lujurioso que
Félix empujó un pene firmemente erguido entre su entrada y lo frotó una y otra vez. Ocasionando
que Isaac levantara las manos y se cubriera el rostro mientras seguía el ritmo de unos movimientos
que parecieron ser penetrantes, crujientes y obscenos.
"Yo también me estoy volviendo loco, mi amor. Pero es lo normal en un aniversario de bodas,
¿No es verdad? Y en momentos como estos está bien divertirse un poco y dejar salir todo lo
que hemos estado guardando. Me encanta emborracharme de ti. Puedo beberte por días, por
meses enteros. Quiero enloquecer y morir por tu causa".
Félix, mirando la figura de su esposo con una mirada llena de alegría, jadeó, bajando el brazo de
Isaac para dejar al descubierto su bella cara. Y después de un rato, finalmente Isaac miró a Félix,
con los ojos rojos, y se aventuró a sostener también su pene con las manos... Y entonces en ese
instante, el elegante aroma del hombre también se filtró. Si la feromona de Félix era el aroma de
las flores al abrirse en primavera, el aroma de Isaac se acercaba al elegante perfume de la madera.
Un bello olor que parecía una pieza entera entre fruta y roble. Una fragancia limpia, fresca y rica,
pero densa. Tanto que comenzó a teñir gradualmente todo el entorno. Era un aroma contrario a los
que eran llamativos, como los de Félix e incluso, no era tan vibrante. Solo lograba esparcirse de
manera insignificante y en realidad, era tan tenue que algunos Alfas ni siquiera podían percibirlo.
Sin embargo, Félix pudo oler el aroma claramente, y en un instante, comenzó a emborracharse y a
tener la sensación de una mente distante. Era una feromona que había arrojado su Omega así que lo
amaba. Un fuerte olor a árbol viejo, pero erótico. Erótico hasta la locura realmente. La pasión
irresistible pasó ante sus ojos y como si ya no estuviera dispuesto a aguantar, agarró el muslo de
Isaac con todas sus fuerzas, exhaló brevemente, agarrándolo lo suficientemente fuerte como para
dejar una huella y luego, le abrió las piernas de par en par. Sacudió su gruesa verga contra la pared
interior de Isaac en un gesto despiadado y salvaje, haciendo que la parte superior de su cuerpo se
moviera y se agitara a la vez. Los muslos se le habían vuelto locos.
Isaac no pudo tragar toda su saliva, así que dejó que goteara. Pasó su brazo alrededor del cuello de
Félix, golpeando violentamente su espalda con las uñas y luego, dejando que su cabeza pegara
contra su clavícula un par de veces. Todo su cuerpo se estremeció de un modo que incluso había
hecho que su visión se apagara y luego, que viera un cielo azul claro sin nubes sobre la cabeza de
su esposo.
Sus feromonas estaban completamente dentro de él y Félix pareció estar en la misma situación.
Ambos embriagados por las feromonas del otro, exhalando sin esconderse, enredándose como
bestias y satisfaciendo una sed inagotable.
"Felix, Felix, ah, ahí, más, más, más profundo, más duro ¡Más duro!"
Las demandas que habían sido ocasionadas por el hambre se filtraron sin su conocimiento. Y cada
vez que lo escuchaba, Félix se apresuraba contra Isaac como si fuera alguien diferente. Puck, puck,
puck, su piel empapada chocó con la suya, haciendo un ruido fuerte y profundo.
Ya no estaba Isaac.
Ya no estaba Félix.
Ya no había razón.
Su "bestia con cuernos" pareció ser más tierno que esto. Un momento en el que estaba tan
confundido que pensó que era peligroso y de repente, el semen delgado salpicó de la punta del
pene de Isaac hasta ocasionar un gemido poderoso ante circunstancias tan inesperadas.
"¡¡Ah!!"
Mientras miraba hacia abajo, un líquido blanco, turbio y pegajoso, salpicó todo el camino hasta
llegar a su estómago y pecho también. Y empapado, Isaac simplemente suspiró... Parecía que no
había en él una parte que no fuera lujuriosa y luego, surgió dentro de su pecho una sensación de
calor increíblemente espeluznante. Algo aplastante. Después de todo, debido a la apertura de sus
feromonas había hecho con su esposo lo que normalmente nunca hacía. Pero de todos modos,
pensando que todo había terminado, Isaac dejó caer su energía en la cubierta y se derritió para
dejar de pensar en eso.
Comparado con el estilo sexual habitual de Félix, esto fue extremadamente corto. Había logrado
estar tan entusiasmado que ya no tenía energía para nada más y sintió que incluso podía llegar a
desmayarse. Suspiró, se tomó un descanso y se tomó un momento para ordenar su mente.
Puck.
Con un sonido contundente, un dolor sordo, que pareció ser ocasionado por el golpe de un
martillo, se quedó asentado en la base de su estómago. ¡Que duro fue! El cuerpo le fue empujado
hacia arriba y hacia abajo en una situación repentina así que Isaac se volvió hacia Félix otra vez,
con un rostro que aún no se había despojado por completo del calor inicial. Luego, Félix se pasó el
pelo sudoroso hacía atrás de las orejas y frunció los labios hasta colocarlos en un ángulo extraño.
"Isaac, ¿No crees que es demasiado temprano para descansar? Es solo el comienzo, pero
¿Por qué te estás estirando como una lagartija tomando el sol?"
Sus muslos bien abiertos temblaban levemente, como una ramita. El semen se filtraba a través de
su ano cada vez que Félix empujaba, apretaba y embestía e incluso después de la eyaculación, su
pene estaba bien enterrado dentro de él así que, aunque eyaculó, pareció que no se había encogido
en absoluto. ¿Eso quería decir que le gustaría seguir teniendo sexo? ¿¡En serio!?
"Fe... Félix..."
"Isaac, bien. Ah, muy bien. Así, mi amor, me gusta que te vuelvas loco. Me gusta que no dejes
de jadear. Ah... Dime que te gusta. Dime que te gusta, dímelo..."
Félix, quien de repente tiró a Isaac del suelo y lo sentó en su regazo, levantó su espalda y lo instó a
responder. Isaac asintió con fervor. Era difícil pronunciar una oración adecuada entre los
constantes gemidos que fluían en su dirección pero dijo que sí, luego lloró, tomó su mejilla y lo
besó.
"Me gusta, ah, me gusta mucho. Me gusta, me gusta, me gusta tanto que creo que es un sueño.
Ah, pero si es un sueño, entonces es lo suficientemente bueno como para no querer despertar
nunca más".
Luego, chupando codiciosamente los labios de Félix, confesó todo lo que tenía dentro de su
corazón. El Alfa, que estaba envolviendo su cintura con un brazo, sonrió brillantemente.
"Si es un sueño, entonces me quedaré contigo dentro de él. Pero escucha, ya sea un sueño o
una realidad, nunca volverás a estar lejos de mi alcance. Así que... En el futuro, tienes que
recordar esto cada vez que te sientas sin respuestas. Cuando tu realidad parezca convertirse
en un sueño, ven conmigo y aferrate a mi justo como lo haces ahora. Entonces, no te soltaré
hasta que el sueño se convierta de nuevo en algo verdadero. No tienes que tener miedo,
porque yo estoy aquí. Y porque no voy a dejarte nunca. Nunca."
A diferencia de sus movimientos, su voz era infinitamente hermosa. Isaac volvió a sentirse
borracho con sus palabras, que se estaban rompiendo dulcemente en sus oídos. Como olas del mar.
"Claro que lo haré... Solo te necesito a ti y a los niños. Ah, a cada hora, todos los días, voy a
abrazarte siempre."
Isaac inclinó la cabeza mientras lo abrazaba. Labios calientes y lenguas dulces llenaron las bocas
de los dos hasta perder el control. Isaac sacudió su espalda mientras daba la bienvenida con gusto a
un gesto que era dulce y adorable y que creaba a su vez, una sensación extraña.
Félix se rió en voz baja mientras abrazaba a Isaac. A pesar de que había parecido una bestia,
mezclado con sudor y semen, sonrió con una cara increíblemente feliz. Isaac también le sonrió...
El cielo azul de repente se había vuelto rojo. En la cubierta de un yate flotando sobre el vasto mar,
simplemente habían rodado hasta terminar por abrazarse. Hoy era su aniversario de bodas después
de todo, y era maravilloso celebrarlo con su amado alfa entre sus brazos.
"Oye..."
"¿Um?"
Isaac susurró, besando la punta de su nariz. Félix tenía una sonrisa más brillante y hermosa que
antes.
Su cálida y amistosa voz cubrió el barco mientras se abrazaban fuerte. Como él dijo, fue un
aniversario de bodas maravilloso e impresionante. También, fue un día digno de celebrar.
Habían cenado tarde, teniendo el cielo rojizo y el mar azul celeste como único espectáculo.
Después de eso, bebieron vino y continuaron una conversación ligera hasta altas horas de la noche.
Durante el día, el calor era terriblemente ardiente pero, ahora, estaban disfrutando de una agradable
velada refrescante y pacífica. Era un momento perfecto.
"Hace mucho tiempo, los mares oscuros me daban muchísimo miedo. Supongo que es desde
que escapé solo de la isla".
Isaac, que estaba empapado en sus pensamientos, abrió silenciosamente su discurso mientras
miraba el cielo donde la luna redonda se veía particularmente brillante. Félix dejó de picar el queso
con su tenedor y volvió la mirada hacia él.
"Pensé que nunca volvería a salir al mar. Especialmente, no quería ver más el mar de
noche?"
Cuando habló, Félix preguntó como si tuviera mucha curiosidad para esperar pacientemente. Isaac,
mirando hacia el cielo negro mientras escuchaba el sonido de las tranquilas olas, se volvió hacia él
en un instante. Sus ojos, mirándose directamente, se hundieron profundamente al igual que el cielo
oscuro se mezclaba con el mar que lo rodeaba.
Isaac rió amargamente. A pesar de que estaba tomando medicamentos para el mareo, se le estaba
haciendo difícil tragar comida. Ni siquiera podía beber menos de medio vaso de vino. Es por eso
que el interior de su pecho se sentía un poco incómodo cada vez que el yate se sacudía junto con
las olas. Afortunadamente, no fue tan severo como el año pasado.
"Es una pena". Félix dejó descansando la barbilla en la mano antes de chasquear la lengua.
Luego, como Isaac, que apenas y había tocado el vino, dejó en paz el tenedor con queso. "Estoy
preocupado porque no parece que puedas cenar. Si te sientes incómodo, no tienes que beber."
Félix, cuyo rostro estaba abrumado por las preocupaciones, extendió la mano y le quitó la copa de
vino que Isaac sostenía. Su esposo, que lo había dejado actuar de la manera que quisiera, tenía
ahora una ligera sonrisa en la cara.
"No es tan malo, tranquilo. Tomé médicamentos así que estoy de maravilla. Más bien, solo
quería... Darte las gracias".
"Es gracias a ti que puedo sentarme tranquilamente mientras veo el mar en la oscuridad".
Lo miró, elevando la cara mientras su esposo comenzaba a hacer la misma expresión ardiente de la
última vez. Isaac miró al mar de nuevo o de lo contrario seguramente perdería su vergüenza y
comenzarían a buscarse la boca de nuevo.
La brillante luz de la luna caía con fuerza sobre el mar negro y provocaba, por supuesto, una
hermosa e interesante vista. También había pasado un tiempo significativo desde que tuvo la
impresión de que algo era "hermoso".
El pasado de atravesar el vasto mar solo ya no se encontraba por ninguna parte. En cambio, Félix
estaba allí junto con él. Un hombre fuerte que lo sostenía con firmeza, sin temblar, y que lo
observaba con una mirada que contenía todo el mar azul profundo en las orillas pupilas. No había
ninguna razón para tener miedo.
"Ni siquiera en mis sueños llegué a pensar que iba a escuchar esa confesión."
Félix, que escuchaba en silencio la historia de Isaac, susurró esto tiernamente mientras sus ojos se
cruzaban. Sus mejillas, los lóbulo de sus orejas y su nuca estaban calientes mientras sonreía como
si estuviera absolutamente feliz.
"¿Tú?"
Cuando Isaac preguntó con asombro, Félix se inclinó sobre la mesa pequeña, reduciendo todavía
más la distancia entre los dos.
"..."
Isaac no pudo hablar más ante sus dulces susurros. Félix sacudió los hombros y se rió.
Como un niño juguetón, su voz mientras estaba sonriendo y hablando, se sintió muchísimo más
hermosa que nunca antes. Isaac miró hacia arriba sin ocultar su rostro ligeramente enrojecido.
Asintió.
"Realmente me gustaría".
Cuando se imaginaba a Félix y a si mismo, caminando por el mismo sendero, incluso después de
volverse viejos, una sonrisa impresionante comenzaba a atrapar su boca. No parecía ser malo.
Fuera lo que fuera, nunca le pareció malo una vida junto a él. Isaac miró el mar oscuro y estuvo
inmerso en sus pensamientos durante mucho tiempo. Luego, exhaló brevemente ante la nueva idea
que le había venido a la cabeza:
"Félix, por eso quiero hablarte sobre algo importante".
Luego, volviendo a mirar en su dirección, abrió tranquilamente su discurso hasta que Félix, que
estaba bebiendo el vino de Isaac, dejó de moverse:
"Te amo, muchísimo. Y amo a mi familia justamente de la misma manera así que siempre
quiero estar allí para protegerlos".
Félix tampoco sabía lo que había sucedido cuando él no estuvo allí así que rápidamente puso rígido
su rostro. Las palabras de Isaac hicieron extraña la atmósfera. Incluso ahora, era un ambiente que
no concordaba en absoluto con una noche de bodas.
"Lo que quería decir es que, Noah es muy, muy importante para mí. Es mi familia. Y si a ti te
hubiera pasado algo ahora, Noah definitivamente no se quedaría quieto".
"Dijiste que no tengo nada de que preocuparme pero... Estoy preocupado. Por eso quería
decirte que si no vuelve en la fecha que prometió, iré a buscarlo de inmediato. Lo haré solo si
es necesario".
"No importará."
Fue una respuesta clara así que la expresión de Félix se volvió aún más fría debido a esto. Parecía
que había mucho que decir ahora que el pensamiento de disfrutar un rato del aniversario y el
ambiente que no coincidía flotaba bruscamente entre los dos. Pero poco después, Félix suspiró de
una manera profunda, como si estuviera consciente de que había perdido.
"En primer lugar, digamos que ya sabía que te ibas a poner así".
Fue infinitamente encantador verlo gruñir, con los labios fruncidos. Siempre se ponía así cuando
era terco.
"Gracias."
Isaac susurró.
"¿Gracias? De todos modos, solo tendrías que pensar en mi en este momento. ¿Por qué
piensas en Noah y te vuelves loco por él? Ay, Noah, Noah."
"Jajaja. Lo siento."
Félix, quien rápidamente reveló sus celos, se acercó a Isaac, todavía mostrando una expresión
desagradable.
"Así que ahora... Estoy planeando entrar y retenerte entre mis brazos para que solo hables
de mi ¿Qué opinas?"
Félix, acercándose a su nariz, preguntó esto con una voz increíblemente sutil. Isaac parpadeó y
levantó la cabeza, observando al hombre que sostenía la copa de vino que le había robado. Y tal
vez era porque el aroma del vino circulaba a su alrededor, pero su apariencia bajo la suave luz era
terriblemente erótica. Ojos medio caídos, una sonrisa en la comisura de su boca. Una expresión
teñida de lujuria mientras tragaba vino tinto. Una tentación absoluta, ciertamente.
Isaac pasó saliva. Aparentemente, hace un momento el tema sobre Noah había sido tan inesperado
que la atmósfera cambió en un solo momento. Y como tal, Félix había resultado un experto en
lograr resaltar la atmósfera inicial. Por supuesto, lejos de ser malo, Isaac comenzó a mostrar una
reacción bastante entusiasta ante esto.
"De acuerdo."
Isaac respondió con calma, presionando su mano contra su pecho como si así pudiera retener su
corazón enloquecido. Félix, por otro lado, se rió como un niño que finalmente se había liberado de
toda su ira. Luego, como si no pudiera soportarlo más, se levantó y extendió el brazo en su
dirección:
"No hay niños para contenerme ahora así que corre ¡Corre antes de que se nos haga tarde!"
Los dos se tomaron de las manos y se dirigieron a la cabina, corriendo. El sonido de la risa de los
dos, en el barco, impregnó el mar oscuro. Era un sonido de emoción, como si fueran niños
jugando.
<Fin>
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