Resumen - Vita Consegrada

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LA EXHORTACION APOSTOLICA "VITA CONSECRATA"

Introducción
La Exhortación apostólica de Juan Pablo II está elaborada a partir de los trabajos del último Sínodo
de Obispos tenido en Roma en el otoño de 1994 (1).
Después de treinta años del Concilio Vaticano II la Exhortación postsinodal de Juan Pablo II ha
tratado de volver a poner en la palestra de la reflexión eclesial el tema de la vida consagrada (2).
La Exhortación no sólo va dirigida a los religiosos o Institutos de vida apostólica, como han hecho
otros documentos posconciliares. Con su Exhortación trata de dirigirse e involucrar a toda la Iglesia
en el convencimiento ": "A todos los fieles -obispos, sacerdotes, diáconos, personas consagradas,
laicos- así como a cuantos se pongan a la escucha..." (n. 4)..
El estilo utilizado
Si la Exhortación apostólica puede ser meditada es sobre todo por el estilo en que está escrita. En
ella no se pretende elaborar un tratado sistemático sobre la vida consagrada.
División interna y contenidos
La Exhortación se divide en tres partes o bloques temáticos que corresponden a tres ideas clave:
identidad-comunión-misión.
CAPÍTULO III

SERVITIUM CARITATIS

LA VIDA CONSAGRADA
EPIFANÍA DEL AMOR DE DIOS EN EL MUNDO

Consagrados para la misión

A imagen de Jesús, el Hijo predilecto « a quien el Padre ha santificado y enviado al mundo » (Jn 10,
36), también aquellos a quienes Dios llama para que le sigan son consagrados y enviados al mundo
para imitar su ejemplo y continuar su misión. Esto vale fundamentalmente para todo discípulo.

Pero es válido en especial para cuantos son llamados a seguir a Cristo « más de cerca » en la forma
característica de la vida consagrada, haciendo de Él el « todo » de su existencia.

En su llamada está incluida por tanto la tarea de dedicarse totalmente a la misión; más aún, la misma
vida consagrada, bajo la acción del Espíritu Santo, que es la fuente de toda vocación y de todo
carisma, se hace misión, como lo ha sido la vida entera de Jesús.

La profesión de los consejos evangélicos, al hacer a la persona totalmente libre para la causa del
Evangelio, muestra también la trascendencia que tiene para la misión.

Se debe pues afirmar que la misión es esencial para cada Instituto, no solamente en los de vida
apostólica activa, sino también en los de vida contemplativa.

La vida religiosa, además, participa en la misión de Cristo con otro elemento particular y propio:  la
vida fraterna en comunidad para la misión.

La vida religiosa será, pues, tanto más apostólica, cuanto más íntima sea la entrega al Señor Jesús,
más fraterna la vida comunitaria y más ardiente el compromiso en la misión específica del Instituto.

Al servicio de Dios y del hombre

Para realizar adecuadamente este servicio, las personas consagradas han de poseer una profunda
experiencia de Dios y tomar conciencia de los retos del propio tiempo, captando su sentido teológico
profundo mediante el discernimiento efectuado con la ayuda del Espíritu Santo.

Ante los numerosos problemas y urgencias que en ocasiones parecen comprometer y avasallar
incluso la vida consagrada, los llamados sienten la exigencia de llevar en el corazón y en la oración
las muchas necesidades del mundo entero, actuando con audacia en los campos respectivos del
propio carisma fundacional.

Su entrega deberá ser, obviamente, guiada por el discernimiento sobrenatural, que sabe distinguir
entre lo que viene del Espíritu y lo que le es contrario.

De este modo la vida consagrada no se limitará a leer los signos de los tiempos, sino que contribuirá
también a elaborar y llevar a cabo nuevos proyectos de evangelización para las situaciones actuales.
Colaboración eclesial y espiritualidad apostólica

Se ha de hacer todo en comunión y en diálogo con las otras instancias eclesiales. Los retos de la
misión son de tal envergadura que no pueden ser acometidos eficazmente sin la colaboración, tanto
en el discernimiento como en la acción, de todos los miembros de la Iglesia.
La vida consagrada, por el hecho de cultivar el valor de la vida fraterna, representa una privilegiada
experiencia de diálogo. Por eso puede contribuir a crear un clima de aceptación recíproca, en el que
los diversos sujetos eclesiales, al sentirse valorizados por lo que son, confluyan con mayor
convencimiento en la comunión eclesial, encaminada a la gran misión universal.
Los Institutos comprometidos en una u otra modalidad de servicio apostólico han de cultivar, en
fin, una sólida espiritualidad de la acción, viendo a Dios en todas las cosas, y todas las cosas en Dios.
En efecto, «se ha de saber que, como el buen orden de la vida consiste en tender de la vida activa a
la contemplativa, también por lo general el alma vuelve útilmente de la vida contemplativa a la activa
para realizar con mayor perfección la vida activa, por lo mismo que la vida contemplativa enfervoriza
a la activa»[179]. Jesús mismo nos ha dado perfecto ejemplo de cómo se pueden unir la comunión
con el Padre y una vida intensamente activa.

1. "Confessio Trinitatis" (identidad)


El icono del Cristo transfigurado es para Juan Pablo II la mejor imagen de lo que la VC (6) tiene como
identidad propia: su carácter "cristiforme". Como la imagen de Cristo transfigurado anticipa la gloria
que será oscurecida en su pasión y revelada en la resurrección, así la vida consagrada anticipa la
condición futura del hombre y muestra la configuración cristiforme de toda la Iglesia: es un signo
escatológico del Reino (n. 16).
Para la Exhortación papal, todo parte de la acción trinitaria de Dios en su iniciativa de llamar a la
persona consagrada a una vocación especial dentro de la Iglesia. Presenta los consejos evangélicos
como "don de la Trinidad" y da mucha importancia al papel de cada persona trinitaria en la
configuración e identidad de la vida consagrada. Además, el icono de la Transfiguración sugiere el
camino entre dos montañas: del Tabor al Calvario. Así la vida consagrada y su forma de vivir los
votos, se enraíza en la experiencia de los apóstoles recorriendo el camino pascual de Jesús, camino
que nos desvela el rostro Trinitario de Dios. Camino que revela también la bajada del monte, a la vida
cotidiana más dura, y el doloroso camino hasta la cruz..
En todo este bloque que describe la identidad de la VC está presente de modo recurrente el papel del
Espíritu Santo como fuente y dador por excelencia del carisma de la VC. No en vano la cuarta parte
del bloque lleva por título: "Guiados por el Espíritu de santidad".
2. "Signum fraternitatis" (comunión)
También aquí es la Trinidad el fundamento del signo de comunión que la VC está llamada a dar en la
Iglesia y para el mundo. En general, en este bloque se abordan cuestiones más prácticas que en el
anterior. En una primera parte se expone todo lo referente a la vida fraterna y la vida común (n.42,
45), el servicio de la autoridad (n. 43), el lugar de las personas ancianas (n. 44). Junto al fundamento
trinitario de la vida fraterna se inserta aquí con fuerza la eclesiología de comunión. La Iglesia es "Una"
en virtud y a imagen de la Trinidad. De ahí que la categoría de "comunión" sea indispensable para
expresar su constitución. Como "communio" se autoconcibió la Iglesia indivisa del primer milenio y así
la sigue concibiendo el Oriente cristiano.

"Servitium caritatis" (misión)


En este tercer bloque el icono que va a presidir la reflexión va a cambiar. Es el de Jesús lavando los
pies a sus discípulos en la última cena (Jn 13, 1-5). Si la VC es "cristiforme" debe bajar, debe llegar al
suelo, a los oficios más bajos, si es que su servicio quiere ser como el de Jesús, entrega por amor
que no teme la humillación hasta la muerte más infamante.
Siguiendo la teología bíblica, la Exhortación propone que toda consagración es para una misión. La
VC, "es" misión, en su propia esencia "a imagen de Jesús, el Hijo predilecto 'a quien el Padre ha
santificado y enviado el mundo' (Jn 10,36)" (n. 72). Por eso, "en su llamada está incluida la tarea de
dedicarse totalmente a la misión... la misión es esencial para cada Instituto" (n. 72).
Importante señalar una anotación que la Exhortación sitúa ya en el pórtico de esta tercera parte.
Puesto que sobre los Institutos (sobre todo de vida activa) se cierne siempre la sombra de un
activismo exagerado que con facilidad "desfonda" a la persona consagrada, en el n. 72 se advierte:
"antes que en la obras exteriores, la misión se lleva a cabo en el hacer presente a Cristo en el mundo
mediante el testimonio personal. ¡Este es el reto, éste es el quehacer principal de la vida consagrada!
Cuanto más se deja conformar a Cristo, más lo hace presente y operante en el mundo para la
salvación de los hombres".
Por esta razón, el Documento tiene muy claro que el requisito imprescindible de una apostolado
eficaz es una intensa espiritualidad que hace posible el amor "hasta el extremo". Una espiritualidad
que llama "sólida espiritualidad de la acción" (n. 74) y que está alimentada de la Palabra de Dios, la
comunión con Cristo en los sacramentos (sobre todo la Eucaristía) y la vida fraterna (10). Todo ello
para poder "amar con el corazón de Cristo" (n.75).
Según la Exhortación, para la VC la misión parte sobre todo de su condición profética, tal como lo
señala el título de la segunda parte de este bloque: "El testimonio profético ante los grandes retos".
Es éste un tema que ha partido sobre todo de las aportaciones que los religiosos hicieron a la
preparación del Sínodo y a su mismo desarrollo (Propositio 39). A este tema la Exhortación dedica
varios números que son de una gran belleza teológica y profundidad espiritual (n. 84-95). En ellos se
recuerda la íntima unión existente entre VC y martirio, y se vuelven a contemplar los votos en la
dimensión profética que adquieren frente a los grandes retos éticos y humanitarios que hoy se
plantean en nuestro mundo y ante el futuro.
Mención aparte merece la consideración del punto cuarto de este tercer bloque que trata sobre el
servicio que la VC debe prestar al ecumenismo. Dicho punto lleva por título: "comprometidos en el
diálogo con todos". El interés ecuménico que Juan Pablo II acaba de mostrar de cara al tercer milenio
de la Iglesia (12)es constatable de forma muy patente en todo el Documento.

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