Argumento Cosmológico de La Existencia de Dios

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Argumento cosmológico De la existencia de

Dios

¿Por qué existe algo, en lugar de nada? ¿Qué causó el universo?

En filosofía y teología natural, un argumento cosmológico es un tipo


de argumento en el que la existencia de Dios como un ser único y trascendente se
infiere a posteriori a partir del movimiento, causalidad, cambio, composición,
temporalidad, contingencia o finitud respecto al cosmos como conjunto o de
procesos dentro de él.1 Tradicionalmente es conocido como el argumento de la
primera causa,2 y como el argumento causal34, incluso ha llegado a vérsele
como un argumento cosmogónico.5 Cualquiera que sea el término que se le
emplee, el argumento cosmológico es más una categoría para distintos tipos de
argumentos, en vez de un único argumento, que utilizan un patrón general de
argumentación (Logos) con el que se infiere a partir de hechos particulares
alegados al universo (Cosmos) la existencia de un ser supremo.
El término y definición de «argumento cosmológico» fue dado por Immanuel
Kant en su obra Crítica de la razón pura, donde distinguió tres tipos de
argumentos para la existencia de Dios: ontológico (basado en el concepto a
priori de Dios como "el ser más real", ens realissimum, sujeto de todos los
predicados), cosmológico (basado en la necesidad de ser causa de todo lo
existente) y físico-teleológico (basado en la evidencia de diseño en el orden del
mundo).67
Las premisas básicas de un argumento cosmológico están regidas bajo el
concepto de causalidad. La conclusión del argumento tiene como objetivo
demostrar la existencia de una Primera Causa o Primer Principio, que
subsecuentemente es dicho de ser Dios. La historia del argumento cosmológico se
remonta a los tiempos de Aristóteles (c. 384-322 a.C) con su Motor Inmóvil. Fue
retomado por el neoplatonismo y el cristianismo primitivo y luego por la filosofía
islámica antigua en los siglos IX y XII, y reintroducido a la teología cristiana en
el siglo XIII por Tomás de Aquino en sus obras Suma teológica y Suma Contra los
Gentiles. El argumento cosmológico está cercanamente relacionado al principio de
razón suficiente de Gottfried Leibniz y a la máxima nada surge de la nada atribuida
a Parménides.8 Los defensores o formuladores históricos destacados del
argumento cosmológico se encuentran: Aristóteles, Plotino, Avicena, Al-
Ghazali, Maimónides, Tomás de Aquino, así como la mayoría de los pensadores
adheridos al teísmo clásico.
El argumento fue objeto de debate por filósofos como David Hume con su crítica a
la causalidad, y luego por Immanuel Kant con su crítica al concepto de «ser
necesario».1 Más adelante, el filósofo Bertrant Russell redujo el universo a un
simple "hecho bruto" del cual su existencia no exige una explicación; «está ahí, y
eso es todo».9 Astrofísicos como Stephen Hawking1 y Neil Degrasse
Tyson reiteraron esta opinión.10 Actualmente aún se sigue debatiendo la validez y
solidez de estos argumentos, además de aportarse nuevas versiones. Entre los
defensores contemporáneos se encuentran: William Lane Craig, Robert Koons,11
Richard M. Gale, Alexander Pruss,1213 William L. Rowe1415 y Edward Feser.16 Por
otro lado, destacan los críticos: J. L. Mackie, Graham Oppy y Quentin Smith.

Historia

Platón y Aristóteles, representado en La escuela de Atenas de Rafael. Los dos desarrollaron


argumentos de primera causa.

Platón (c. 427–347 a. C.) y Aristóteles (c. 384–322 a. C.) plantearon argumentos
de primera causa, aunque cada uno tenía ciertas advertencias notables.17 En
las Leyes (Libro X), Platón postuló que todo movimiento en el mundo y el Cosmos
era «movimiento impartido». Esto requirió un «movimiento de origen propio» para
ponerlo en movimiento y mantenerlo. En el Timeo, Platón postuló un «demiurgo»
de sabiduría suprema e inteligencia como el creador del Cosmos. En la República,
arguyó que el universo no surgió de la combinación azarosa de los átomos.
Argumentó cosmológico a favor de una fuente del movimiento que se mueve por sí
mismo, que es el espíritu o el alma, la fuente del movimiento cósmico.18
Aristóteles fue el primer filósofo en formular un argumento cosmológico. En el libro
VIII de la Física y en el libro XII de la Metafísica, Aristóteles desarrolla y demuestra
su concepto del Primer motor inmóvil a partir del problema del movimiento y
valiéndose de su teoría de la causación.
Según Aristóteles, todo movimiento requiere la existencia de un móvil y de un
motor. El hijo no existiría sin los padres, el árbol no existiría sin la semilla , ni la
velocidad de una flecha sin el impulso del brazo y del arco. Ahora bien, si el motor,
el ser que otorga el movimiento a otro, es a su vez un ser en movimiento, es
necesario que otro motor le otorgue su movimiento. Así, los padres, que son el
motor del hijo, son a su vez movidos por sus padres. La semilla, que es el motor
del árbol, es a su vez movida por un suelo fértil. Este tipo de relación entre móviles
y motores, parece llevarnos a una serie de seres que se otorgan el movimiento los
unos a los otros previa a los seres que son evidente a nuestros sentidos. Sin
embargo, la serie de móviles y motores no puede ser infinita. Si dijéramos que lo
que se mueve, es decir, todo el universo, tiene una infinitud de motores, ello
querría decir que el mundo en el que vivimos habría debido recorrer una infinidad
de formas de ser antes de llegar a ser lo que ahora es. Si así fuera, si el mundo
hubiera tenido que venir de una serie infinita, nunca hubiera podido llegar a ser
como es ahora,, puesto que el infinito no puede recorrerse. Y llegaríamos a esta
extraña contradicción: este mundo que nos rodea estaría al mismo tiempo aquí e
infinitamente lejos de donde esta. Cualquiera de las cosas que nos rodean y todas
ellas en su conjunto, serían una presencia infinitamente ausente, infinitamente
alejada de llegar a ser. Lo cual equivaldría a afirmar que el mundo real es a la vez
irreal, Por lo tanto, para no admitir tan colosal contradicción debemos admitir que
existe un primer motor. En otras palabras, para ser este motor verdaderamente el
primero, debe de ser inmóvil, es decir, no estar en movimiento, porque si no lo
fuese y estuviese en movimiento, necesitaría que otro motor que le otorgase
movimiento y la regresión de motores iniciaría de nuevo. Y, como todo lo que se
mueve, está en potencia y como todo motor está en acto , el primer motor inmóvil,
debe ser acto puro, es decir, el primer motor debe ser plena y últimamente lo que
es, sin potencia alguna, sin poder transformarse en algo más ni tender a ello, debe
ser, por tanto, una sustancia con toda la plenitud del ser en sí misma.
Unos siglos más tarde, Plotino (c. 204/5-270 d.C), un
pensador platónico argumento y enseñó sobre lo totalmente trascendente y
supremo, «lo Uno», el cual era indivisible, indistinto, in-multiplicable y más allá de
las categorías del ser y del no-ser. «Lo Uno» no podía ser ninguna cosa existente,
ni siquiera la mera suma de la totalidad de partes, sino previo a todo lo existente.
Plotino identificó esta concepción de «lo Uno» con concepciones platónicas
de bien y belleza.
Al-Kindi (c.801-873 d.C), un filósofo musulmán influenciado por un marco teórico
aristotélico y neoplatónico, arguyó sobre la «absoluta unidad» de Dios a partir de
lo que es la unicidad y la composición en el mundo. Al-Kindi decía que, mientras
un cuerpo es uno, también se encuentra compuesto por diferentes partes. Una
persona, por ejemplo podría decir «veo un elefante», y eso significa que
«ve un elefante», pero el término 'elefante' se refiere a un especie de animal que
contiene a muchos. Por esto, Al-Kindi se refiere a que mientras nosotros podemos
pensar en un ser existente como «uno», en realidad, dicho ser existente es «uno»
y «muchos». Por tanto—concluye más adelante el filósofo—, Dios es
absolutamente uno, tanto en ser como en concepto, carente de toda multiplicidad,
de tal forma que ese es su único atributo y por tanto, no encontrado en nada más
que en El.
Avicena (c. 980-1037 d.C), otro filósofo islámico propuso un argumento formal a
favor de la existencia del Dios islámico. Avicena argumento que debe de haber un
«necesariamente existente», es decir, un ente que no puede no-existir. Su
argumento razonaba que el conjunto entero de seres contingentes debía tener una
causa que no fuera contingente pues de serlo estaría forzosamente incluida en el
conjunto de seres contingentes. Por tanto, debía de existir un necesariamente
existente, el cual también poseía atributos como la unidad, simplicidad,
inmaterialidad, intelecto, bondad y generosidad, de tal forma que se correspondía
con Alá. (Ver Prueba de la veracidad).19

Descripción

Si todo efecto tiene una causa, o hay una regresión infinita de causas o una primera causa incausada.

La estructura tradicional de un argumento cosmológico:

1. Algunas cosas de nuestra experiencia son o


están X.
2. Todo lo que es o está X requiere de una
causa, especialmente para su existencia en
el aquí y ahora (un principio derivado de la
causa y efecto).
3. Tal serie causal debe tener un miembro
más fundamental (principio de terminación
de una serie causal).
4. Aquello que da terminación a la serie
causal, es-no X o no-está X .
5. Aquello que da terminación a la serie causal
también posee los atributos divinos: unidad,
inmutabilidad, inmaterialidad, eternidad,
omnipotencia, etc., y por tanto, es a lo que
nos referimos con el nombre o
término Dios.
 Donde X significa que algunas cosas de
nuestra experiencia son o bien contingentes, o
bien están en movimiento, o bien son
compuestos, o bien son distinguibles en su
esencia y existencia, etc.
Como se puede notar, los diversos argumentos cosmológicos hacen uso de series
causales, que bien pueden ser jerárquicamente/esencialmente ordenadas (un tipo
de serie en donde las causas están subordinadas entre sí y son dependientes
entre sí todo momento al producir un cierto efecto)
o accidentalmente/temporalmente ordenadas (un tipo de serie donde las causas
de manera independiente producen un efecto dado en algún tiempo ya sea largo o
corto).

Versiones del argumento[]


Existen varios tipos de clasificaciones para el argumento cosmológico. La
distinción es importante porque las objeciones planteadas contra una versión
pueden no serlo en otras.20 Para Graham Oppy, la diferencia de cada argumento
se encuentra en las conclusiones de estos y las premisas para llegar a dicha
conclusión.21 Estas clasificaciones son importantes porque las objeciones hacia
una versión del argumento pueden ser irrelevantes en otro. 1
William Lane Craig distingue tres tipos de argumentos cosmológicos deductivos en
términos de su aproximación a una regresión infinita de causas. El primero,
defendido por Aquino, se basa en la imposibilidad de una regresión
infinita esencialmente ordenada. El segundo, que Craig llama el kalām. El
argumento sostiene que un retroceso temporal infinito de causas es imposible
porque un infinito real es imposible, e incluso si fuera posible, no podría realizarse
temporalmente. El tercero, propugnado por Leibniz y Samuel Clarke se basa
abiertamente en el principio de razón suficiente.1
Argumento del primer motor[]
Artículo principal: Primer motor inmóvil
El argumento del primer motor o la primera causa comienza con el hecho de que
hay un cambio en el mundo efecto de alguna causa o motor. Cada causa es en sí
misma el efecto de otra causa y esta cadena se mueve en una serie que nunca
termina o se completa por una primera causa, que debe ser de una naturaleza
radicalmente diferente, ya que no es causada por sí misma. Tal primera causa es
un aspecto importante, aunque no la totalidad, de lo que el cristianismo quiere
decir con Dios.22
Aristóteles[]
Para Aristóteles, todo lo que está en movimiento en el cosmos, es movido por otro
ser en movimiento;23 y el movimiento movimiento esta subordinado al acto y
la potencia es la actualización de una potencia. El movimiento en sí, como la
actualización de una potencia es un «acto incompleto» y una potencia eterna, ya
que si se actualiza, no hay movimiento.24 Aunque sostiene que el movimiento del
universo es eterno,25 Aristóteles se topa con la siguiente dificultad:
Todo ser en acto tiene, al parecer, la potencia, mientras que el que tiene la potencia no siempre pasa al
acto. La anterioridad deberá, pues, pertenecer a la potencia. Si es así, nada de lo que existe podría
existir, porque lo que tiene la potencia de ser puede no ser aún.
Metafísica. XII, 6, 1071b 15-30.

Luego es necesario que el acto sea anterior a la potencia en cuanto a la esencia 26


y que haya un ser que mueva todo sin que este sea movido. 27 Ya en el VIII libro de
la Física, Aristóteles habla de un ser inmaterial que no padece ningún cambio y
que es el principio físico del mundo. Por no ser material, él mismo no es algo físico
(Fis., II, 7, 198 a 36). Después, en el libro XII (Lambda) de la Metafísica,
Aristóteles aboga por la existencia de un ser divino y parece identificarlo con el
«primer motor inmóvil», quizá influenciado por el «Nous» de Anaxágoras. El primer
motor no puede tener magnitud, ni finita o infinita, y en consecuencia, es indivisible
y sin partes. Esto, unido a que en el capítulo noveno habla de Dios, la vida del
motor inmóvil es el pensamiento autocontemplativo «νοήσεως νόησις; noeseos
noesis», es decir, «pensamiento del pensamiento». Según Aristóteles, los dioses
no pueden distraerse potencialmente de esta eterna autocontemplación porque,
en ese instante, dejarían de existir. Esto ha llevado a muchos autores a hablar
de Providencia.28
«Está claro entonces que no hay lugar, ni vacío, ni tiempo, fuera del cielo. Por lo tanto, todo lo que está
allí, es de tal naturaleza que no ocupa ningún lugar, ni el tiempo lo envejece; ni hay ningún cambio en
ninguna de las cosas que están más allá del movimiento más externo; continúan a lo largo de toda su
duración inalterable y sin modificaciones, viviendo la mejor y la más autosuficiente de las vidas ... Desde
[el nacimiento de todo el cielo] deriva el ser y la vida que otras cosas, algunas más o menos articuladas
pero otras débilmente, disfrutan».
De Caelo , I.9, 279 a17–30.

Aristóteles argumentó a favor de la idea de varios motores inmóviles, como son los
motores inteligentes de los planetas y las estrellas. Estos parecen ser dioses, pero
todo hace suponer que sean sustancialmente diversos de Aquel «primero», que
merecería ser identificado con el que el hombre contemporáneo entiende por Dios,
uno que accionaba cada esfera celeste, que creía que vivía más allá de la esfera
de las estrellas fijas y explica el movimiento eterno del universo.
Tomás de Aquino[]
Esta sección es un extracto de Primer motor inmóvil § Tomás de Aquino[]
Tomás de Aquino intentó relacionar el motor inmóvil con el Dios cristiano.

En su libro Summa Theologiae, santo Tomás enseña lo que es conocido


como Quinque viae, cinco argumentos racionales que él usa para probar la
existencia de Dios. El primer argumento es la Vía del primer motor:29
[...] En este mundo hay movimiento. Y todo lo que se mueve es movido por otro. [...] Igualmente, es
imposible que algo mueva y sea movido al mismo tiempo, o que se mueva a sí mismo. Todo lo que se
mueve necesita ser movido por otro. Pero si lo que es movido por otro se mueve, necesita ser movido
por otro, y este por otro. Este proceder no se puede llevar indefinidamente, porque no se llegaría al
primero que mueve, y así no habría motor alguno pues los motores intermedios no mueven más que por
ser movidos por el primer motor. [...]. Por lo tanto, es necesario llegar a aquel primer motor al que nadie
mueve. En este, todos reconocen a Dios.
Tomás de Aquino, Summa Theologiae - Parte Ia - Cuestión 2 - Artículo 3

Similarmente, Tomás afirma en su segunda Vía de la causa eficiente argumenta


que nunca observamos que algo se cause a sí mismo, siendo lógicamente
absurdo. La serie de causas no puede retroceder infinitamente, luego se ha de
necesitar una primera causa del universo que sea a su vez incausada. 30
[...] En las causas eficientes no es posible proceder indefinidamente porque en todas las causas
eficientes hay orden: la primera es causa de la intermedia; y ésta, sea una o múltiple, lo es de la última.
Puesto que, si se quita la causa, desaparece el efecto, si en el orden de las causas eficientes no
existiera la primera, no se daría tampoco ni la última ni la intermedia. Si en las causas eficientes
llevásemos hasta el infinito este proceder, no existiría la primera causa eficiente; en consecuencia no
habría efecto último ni causa intermedia; y esto es absolutamente falso. Por lo tanto, es necesario
admitir una causa eficiente primera.
Tomás de Aquino, Summa Theologiae - Parte Ia - Cuestión 2 - Artículo 3

Estas vías no demuestran la existencia del Dios cristiano, pero Tomás cree que es
posible inferirlo tras reflexionar sobre la naturaleza de esta causa a partir de otros
principios metafísicos plausibles. Además, las versiones de estos argumentos en
la Summa Theologica no están completos, ya que algunas premisas están
suprimidas.31 La presentación más completa del argumento del motor inmóvil de
Aquino se encuentra en la Summa contra Gentiles con 32 párrafos.32
Edward Feser[]
Versiones modernas del argumento del primer motor inmóvil han sido formuladas
por filósofos como Edward Feser con su "prueba aristotélica", que consta de 49
premisas16 y dos etapas (una primera que prueba la existencia de algo y que luego
en la segunda etapa se muestra que posee atributos divinos). En la primera etapa,
Feser argumenta siguiendo a Aristóteles que si el cambio es "la actualización de
una potencia" entonces "las cosas tienen potencias que pueden actualizarse"; y
que todo cambio sólo puede comprenderse plenamente si se siguen series
causales jerárquicas que no puede retroceder infinitamente, llegando hasta sus
primeras causas.33 Entonces:16
6. La ocurrencia de cualquier cambio C presupone algo o sustancia S que cambia.
7. La existencia de S en un momento dado presupone en sí misma la actualización concurrente del
potencial de existencia de S.
8. Entonces, cualquier sustancia S tiene en cualquier momento algún actualizador A de su existencia.
9. La propia existencia de A en el momento en que actualiza a S presupone o (a) la actualización
concurrente de su propio potencial de existencia o (b) el hecho de que A sea puramente real.
10. Si la existencia de A en el momento en que actualiza S presupone la actualización concurrente de su
propio potencial de existencia, entonces existe una regresión de actualizadores concurrentes que es
infinita o termina en un actualizador puramente actual.
11. Pero tal regresión de actualizadores concurrentes constituiría una serie causal jerárquica, y tal serie
no puede retroceder infinitamente.
12. Entonces, o A en sí mismo es un actualizador puramente actual o hay un actualizador puramente
actual que termina la regresión que comienza con la actualización de A.
13. Entonces, la ocurrencia de C y por lo tanto la existencia de S en cualquier momento dado presupone
la existencia de un actualizador puramente actual.
14. Entonces, hay un actualizador puramente actual.

Siguiendo a Feser, las series causales jerárquicas deben tener un primer miembro
“que pueda actualizar su potencial de existir sin tener que actualizarse él mismo”. 33
Esto es el "Motor inmóvil" de Aristóteles, o según Feser, el "actualizador no
actualizado", siendo este actualizador una mente "inmutable, eterna, inmaterial,
incorpórea, perfecta, omnipotente, totalmente buena, inteligente y omnisciente" en
en él existen las "formas o patrones manifiestos en todas las cosas". 16
Argumento de la contingencia[]
El argumento de la contingencia sigue por otra ruta un movimiento de
pensamiento básico similar desde la naturaleza del mundo hasta su base última. 22
Las cosas cuya existencia necesita explicación son seres que dependen para su
existencia de otros seres. Por sí solos no pueden proporcionar una explicación de
la existencia de cada ser contingente. Por lo tanto, lo que causa que explica la
existencia de estos seres debe incluir un ser necesario. 1 El filósofo Joshua
Rasmussen expresa el argumento de la contingencia de la siguiente forma: 3435

1. Para cualquier propiedad intrínseca p que (i)


pueda comenzar a ser ejemplificado y (ii)
puede ejemplificarse por algo que tiene una
causa, puede haber una causa de que p
empiece a ejemplificarse. (Principio causal)
2. La propiedad c de ser un concreto
contingente en particular es intrínseca
propiedad.
3. La propiedad c puede comenzar a
ejemplificarse.
4. La propiedad c puede ejemplificarse por
algo que tiene una causa.
5. Puede haber una causa de que c comience
a ejemplificarse (1–4).
6. Si (5), entonces hay un ser necesario. Por lo
tanto:
7. Hay un ser necesario

Tomás de Aquino[]
En la era escolástica, Tomás de Aquino formuló el «argumento de la contingencia»
en su tercera via, siguiendo a Aristóteles al afirmar que debe haber algo que
explique por qué existe el Universo. Dado que el Universo podría, bajo diferentes
circunstancias, posiblemente no existir (contingencia), su existencia debe tener
una causa, no simplemente otra cosa contingente, sino algo que existe por
necesidad (algo que debe existir para cualquier otra cosa exista). En otras
palabras, incluso si el Universo siempre ha existido, aún debe su existencia a una
causa no causada. Aquino dijo además: «... y esto entendemos que es Dios».36
El argumento de Aquino desde la contingencia permite la posibilidad de un
universo que no tiene principio en el tiempo. Es una forma de argumento de
causalidad universal. Aquino observó que, en la naturaleza, había cosas con
existencias contingentes. Como es posible que tales cosas no existan, debe haber
algún tiempo en el que estas cosas no existan. Por lo tanto, según Aquino, debe
haber habido un momento en que nada existía. Si esto es así, no existiría nada
que pudiera traer algo a la existencia. Los seres contingentes, por lo tanto, son
insuficientes para dar cuenta de la existencia de seres contingentes: debe existir
un ser necesario cuya inexistencia es imposible, y de la cual se deriva la
existencia de todos los seres contingentes.
Leibniz[]
Gottfried Leibniz hizo un argumento de la contingencia con su principio de razón suficiente.

El filósofo alemán Gottfried Leibniz hizo un argumento de la contingencia con


su principio de razón suficiente en su Monadología, donde Intenta demostrar la
existencia de un ser necesario e inferir que este ser es Dios:
«No se puede encontrar ningún hecho que sea verdadero o existente, ni ninguna proposición
verdadera», escribió, «sin que haya una razón suficiente para que sea así y no de otra manera, aunque
no podemos conocer estos motivos en la mayoría de los casos». Formuló el argumento cosmológico
sucintamente: «¿Por qué hay algo en lugar de nada? La razón suficiente [...] se encuentra en una
sustancia que [...] es un ser necesario que lleva la razón de su existencia dentro de sí mismo». 37

Leibniz piensa que el mundo pudo ser de otras infinitas maneras, en tanto que
existen infinitos mundos lógicamente posibles, y la razón por la que el mundo es
así y no de otra manera es Dios, y la razón por la que Dios eligió este mundo y no
otro de los infinitos posibles es porque «éste es el mejor de los mundos posibles»
acorde con sus atributos de perfecta bondad e infinita sabiduría.38 El principio de
razón suficiente también es empleado por Samuel Clarke en su argumento
cosmológico.1 El argumento de Leibniz, denominado como "argumento
cosmológico leibniziano",39 ha tenido muchas formulaciones.
Alexander Pruss formula el argumento como el siguiente:40

1. Cada hecho contingente tiene una


explicación.
2. Hay un hecho contingente que incluye todos
los demás hechos contingentes.
3. Por lo tanto, hay una explicación de este
hecho.
4. Esta explicación debe involucrar a un ser
necesario.
5. Este ser necesario es Dios.
William Lane Craig lo formula de la siguiente forma:41

1. Todo lo que existe tiene una explicación de


su existencia (ya sea por la necesidad de su
propia naturaleza o por una causa externa).
2. Si el universo tiene una explicación de su
existencia, esa explicación es Dios.
3. El universo existe.
4. Por lo tanto, el universo tiene una
explicación de su existencia. (de 1, 3)
5. Por lo tanto, la explicación de la existencia
del universo es Dios. (de 2, 4)

Los filósofos Richard Gale y Alexander Pruss propusieron una nueva versión del
argumento basado en un principio de razón suficiente débil (donde "solo requiere
la posibilidad de que haya una explicación para cualquier proposición verdadera")
para la existencia de "un ser sobrenatural necesario que es muy poderoso,
inteligente y bueno y crea libremente el universo" pero no un "Dios absolutamente
perfecto (el que esencialmente tiene todas las omni-perfecciones)".13 Por otro
lado, el filósofo Michael Almeida formuló un argumento basado en el realismo
modal de David Lewis y un principio de razón suficiente fuerte (donde "todo lo que
existe tiene una explicación absoluta para su existencia [...] no hay hechos
contingentes") para la existencia necesaria de Dios como explicación absoluta de
todo lo que existe.1
Argumento cosmológico Kalam[]
Artículo principal: Argumento cosmológico Kalām
Otro tipo de argumento cosmológico que se basa en una primera causa inicial del
universo. Este argumento cosmológico se le denomina Kalam y se desarrolló
como un concepto dentro de la teología islámica, especialmente en la
tradición mutakalliman.1 Una de las primeras formulaciones del argumento
cosmológico Kalam viene de Al-Kindi (siglo IX), que fue uno de los primeros
filósofos islámicos en intentar introducir un argumento para la existencia de Dios
basado en premisas puramente empíricas. Su principal contribución es el
argumento cosmológico (Dalil al-Huduth) para la existencia de Dios, en su
obra Sobre la Primera Filosofía.42 Fue refinado en el siglo XI por Al-Ghazali (en La
Incoherencia de los Filósofos) y en el siglo XII por Averroes. Al-Ghazali escribió:
«Todo ser que comienza tiene una causa para su comienzo; ahora, el mundo es
un ser que comenzó; por lo tanto, posee una causa para su comienzo». 43
El argumento cosmológico del Kalam es consistente con el relato bíblico, donde
dice que Dios es la Primera Causa no causada, el cual creó al universo por su
propia voluntad ex nihilo (de la nada).44
William Lane Craig[]
William Lane Craig resucitó los argumentos islámicos ofreciendo una defensa contemporánea
del argumento cosmológico Kalām.

Uno de los mayores defensores contemporáneos es William Lane Craig, quien le


dio tal nombre y estructura general en su libro The Kalām Cosmological
Argument:45

1. Todo lo que comienza a existir tiene una


causa para su existencia;
2. El universo comenzó a existir.
3. Por lo tanto, el universo tiene una causa
para su existencia.

A partir de la conclusión del silogismo inicial, Craig defiende el Principio Causal de


la primera premisa afirmando que «algo no puede surgir de la nada»; y el finitismo
temporal de la segunda premisa apelando observaciones científicas, como Big
Bang y el teorema de Borde-Guth-Vilenkin; y con dos argumentos lógicos en
contra de la posibilidad metafísica de un infinito actual y su formación por
adiciones sucesivas usando experimentos mentales como el hotel de
Hilbert de David Hilbert.46

1. Si el universo no empezó a existir,


entonces, existe una colección infinita
actual de eventos pasados.
2. Pero una colección infinita actual de objetos
cualesquiera es imposible (ver el hotel
infinito de Hilbert).
3. El universo empezó a existir (por 2 y 3).

Refiriéndose a las implicaciones del teísmo clásico que siguen a este argumento,
Craig concluye:
Sobre la base de nuestro argumento, esta causa tendría que ser incausa, eterna, inmutable, atemporal e
inmaterial. Además, tendría que ser un agente personal que elija libremente crear un efecto en el
tiempo. Por lo tanto, sobre la base del argumento cosmológico kalam, concluyo que es racional creer
que Dios existe.47

Alexander Pruss[.]
Esta sección es un extracto de Argumento cosmológico Kalām § Otras
formulaciones[.]
Una versión del argumento Kalam fue formulada por Alexander Pruss. A diferencia
de las versiones de Al-Ghazali y Craig, Pruss no argumenta en contra de la
posibilidad de un infinito actual (pues pondría las matemáticas en peligro según
Pruss) o de infinitas secuencias pasadas (finitismo temporal) y defiende lo que
Pruss denomina finitismo causal, donde un número infinito de cosas no puede ser
causalmente anterior a una cosa. Entonces el argumento sigue de la siguiente
manera:48

1. Hay causas.
2. Si cada causa tiene una causa, hay una
circularidad de causalidad o una regresión
causal infinita.
3. La circularidad en la causalidad es
imposible y las regresiones causales
infinitas son imposibles. (Por finitismo
causal)
4. Entonces, no todas las causas tienen una
causa.
5. Entonces, hay una causa no causada.
6. Cada cosa contingente tiene una causa.
7. Entonces hay un ser necesario.
Aquí, la premisa (1) es ampliamente aceptada, aunque hay algunos filósofos que piensan que debido a
que la física fundamental se puede formular sin la palabra “causa”, se debería ser escéptico sobre si
existe causalidad. La premisa (4) es aún menos controvertida. [...] La premisa (2) es bastante poco
controvertida, aunque se ha propuesto que el universo puede explicarse por causalidad circular
(ver Quentin Smith) [...] Eso deja dos premisas altamente controvertidas: (3 ) y (6).

Pruss defiende la tercera premisa mediante paradojas como la lámpara de


Thomson o la paradoja de la Parca (Grim Reaper Paradox). En cuanto a la sexta
premisa:
Sin embargo, no tendré mucho que decir sobre (6) y la identificación de Dios con la primera causa. [...]
Uno puede entonces argumentar que la elegancia y unidad de las partes observadas del nexo causal
nos da alguna razón para pensar que la causa última es singular en lugar de plural. Uno podría
desplegar más argumentos de diseño para argumentar que la causa última probablemente sea un
agente movido por buenas razones [...] Me gustaría que este artículo fuera una invitación para que un
ateo se tome en serio el finitismo causal y, por lo tanto, se tome en serio la existencia de una causa
última no causada, quizás plural, y luego unirse en una investigación común de cómo es probable que
sea esta causa última sin causa.

Este argumento ha sido defendido y/o reformulado por filósofos como Robert
Koons,49 Jacobus Erasmus,50 y Benjamin Victor Waters.
Argumento metafísico para la existencia de Dios[.]
El teólogo cristiano medieval Juan Duns Scoto creó unos argumentos metafísicos
para la existencia de Dios en su obra Ordinatio.52 Fueron inspirados por los
argumentos de Aquino. Su explicación es larga y se puede resumir de la siguiente
manera:5354

1. Un ser puede ser producido.


2. Algo se produce por sí mismo, por nada o
por otro.
3. No por nada, porque nada surge de la nada.
4. No por sí mismo, porque un efecto nunca es
causa de sí mismo.
5. Por lo tanto, se produce por otro; lo
llamamos A.
6. Si A es el primero, entonces hemos llegado
a la conclusión.
7. Si A no es primero, sino también un efecto,
volvemos a 2). A se produce por sí mismo,
nada u otro.
8. Del 3) y 4) la serie continuará infinitamente
o finalmente llegaremos a algo que no tiene
nada antes.
9. Una serie ascendente infinita es imposible.
10. Por lo tanto, existe un ser primero A.

Escoto trata inmediatamente con dos objeciones que puede ver: primero, que no
puede haber una primera, y segundo, que el argumento se desmorona cuando 1)
es cuestionado. Afirma que la regresión de causas esencialmente ordenadas,
incluso si existiera, debe haber una primera causa eficiente de esa serie que se
encuentre fuera de la serie. Lo segundo que dice puede responderse si la
pregunta se reformula utilizando la lógica modal, lo que significa que la primera
afirmación es «Es posible que se pueda producir algo». 54

Críticas[.]
David Hume[.]

David Hume criticó el principio de causalidad necesaria del argumento.


David Hume destacó el problema de la inducción y argumentó que las relaciones
causales no eran verdaderas a priori, ya que la premisa de causalidad se ha
llegado a través del razonamiento a posteriori (inductivo), que depende de la
experiencia.55 Hume explica que ningún objeto revela a través de las cualidades
captadas por nuestro sentidos ni sus causas ni sus efectos, y que nuestra idea
de causalidad consiste del hábito que tenemos de que ciertos acontecimientos se
den tras otros que los preceden.56 En consecuencia, no tenemos ninguna razón
para creer que el primero causó al segundo, o que continuarán apareciendo
siempre en conjunción constante en el futuro.57
«No tenemos otra noción de causa y efecto que la de ciertos objetos, que siempre han estado unidos
entre sí, y que en todos los casos pasados se han encontrado inseparables. No podemos penetrar en la
razón de la conjunción. Solo observamos la cosa en sí, y siempre encontramos que a partir de la
conjunción constante los objetos adquieren una unión en la imaginación.»58

Por último, Hume sostuvo que cuando se explican todas las partes y elementos de
un conjunto, se explica todo el conjunto en sí mismo. Luego si se explicase todo
dentro del universo, el universo ya tendría una explicación. 20 También Hume
consideró la posibilidad de que el mundo podría haber surgido por la combinación
aleatoria de átomos desde el caos de forma natural, a la que llamó «la
hipótesis epicúrea».5960
Immanuel Kant[.]

Immanuel Kant objetó al concepto de un «ser necesario» del argumento cosmológico y ontológico.

Immanuel Kant en Crítica de la razón pura se opuso al uso del «ser necesario».
Sostuvo que el argumento cosmológico, al identificar el ser necesario, se basa en
el argumento ontológico, que a su vez es cuestionable.6162 Tampoco se puede
buscar el fundamento de la existencia de Dios, la razón de su ser, en Él mismo ya
que se afirmaría su anterioridad y posterioridad respecto de sí mismo.63 Según
Kant:
«Para poner bien a salvo su fundamento, esta prueba se basa en la experiencia, lo cual le permite
ofrecer de sí misma una imagen distinta del argumento ontológico, que pone toda su confianza en
meros conceptos puros a priori. Pero la demostración cosmológica no se sirve de esta experiencia más
que para un único paso, el requerido para llegar al ser necesario [...]. Toda la fuerza demostrativa
contenida en el llamado argumento cosmológico, no consiste, pues, en otra cosa que en el argumento
ontológico, construido con meros conceptos; la supuesta experiencia es superflua; tal vez pueda
conducirnos al concepto de necesidad absoluta, pero no determinar tal necesidad en una cosa
determinada».38

Bertrand Russell[.]

Bertrand Russell sostuvo que el universo existe como hecho bruto, sin requerir de una explicación.

En cuanto al argumento cosmológico, el filósofo Bertrand Russell admite que es


más aceptable que el argumento ontológico y no puede ser refutado con tanta
facilidad.64 Russell también menciona en su autobiografía la siguiente reflexión:
No creía en la vida en el más allá, pero sí creía en Dios, pues el argumento de primera causa, me
parecía irrefutable. Pero a la edad de dieciocho años, poco antes de ingresar en Cambridge, leí la
autobiografía de John Stuart Mill, en la cual explicaba cómo su padre le enseñó que no se puede
preguntar «¿Quién me creó?», ya que esta pregunta conllevaría la de «¿quién creó a Dios?». Esto me
llevó a abandonar el argumento de la primera causa y a comenzar a ser ateo.
Bertrand Russell, Autobiografía de Bertrand Russell, 1967.

Russell niega que el universo necesite una explicación. En su debate de radio de


la BBC con Frederick Copleston, Russell sigue a Hume sosteniendo que dado que
derivamos el concepto de causa de nuestra observación de cosas particulares, no
podemos preguntar sobre la causa de algo como el universo que no podemos
experimentar.65 Es decir, aunque todo dentro del universo requiere de una causa,
no se sigue el universo en sí mismo deba tenerla (falacia de composición). El
hecho de que cada humano tenga una madre no significa que toda la raza
humana tenga una madre.
Ese argumento, supongo, no tiene mucho peso en la actualidad, porque, en primer lugar, causa no es
ya lo que solía ser. [...] Si todo tiene que tener alguna causa, entonces Dios debe tener una causa. Si
puede haber algo sin causa, igual puede ser el mundo que Dios, por lo que no hay validez en ese
argumento.66
Bertrand Russell, Por qué no soy cristiano, 1967
Russell rechazó el principio de Leibniz de la razón suficiente, reduciendo el
universo a un simple hecho bruto, del cual su existencia no exige una
explicación.55679 El universo no necesita explicación; «está ahí, y eso es
todo». Stephen Hawking reiteró esta opinión,1 diciendo que: "El método usual de la
ciencia de construir un modelo matemático no puede responder a las preguntas de
por qué debe haber un universo que sea descrito por el modelo. [...] Si
encontrásemos una respuesta a esto, sería el triunfo definitivo de la razón
humana, porque entonces conoceríamos el pensamiento de Dios." 68
Similarmente, Neil Degrasse Tyson expresó que: «desearía tener una mejor
respuesta para ti, pero el universo no tiene la obligación de tener sentido para
ti».10 Además, Russell considera el concepto de un «ser necesario» Reconoce que
las definiciones y las pruebas lógicas pueden ser necesariamente ciertas, pero no
que existan necesariamente.69 Para Russell, el monadismo de Leibniz lleva
necesariamente al ateísmo, en tanto que las mónadas son ontológicamente como
autosuficientes, no necesitando entonces a Dios. 38
J. L. Mackie[.]
John Leslie Mackie en The Miracle of Theism se opone al argumento cosmológico
dirigiendo su atención primero como se retrata la imposibilidad del infinito. Mackie
objeta que asume ilícitamente un punto de partida infinitamente distante para la
serie temporal y luego declara que es imposible recorrer la distancia desde ese
punto hasta hoy. Sin embargo, si tomamos en serio la noción de infinito, debemos
decir que en un pasado infinito no habría ningún punto de partida, incluso uno
infinitamente distante.
Mackie admite, sin embargo, que muchas personas aún albergan dudas sobre la
existencia de un infinito real en el mundo real y que no todos los matemáticos o
filósofos están listos para aceptar el infinito real. Además, la astronomía actual
apoya una historia pasada finita para el universo. Pero aun si el universo comenzó
a existir, no hay una buena razón para aceptar un Dios con el poder de crear algo
de la nada porque o Dios comenzó a existir en un punto en el tiempo (lo cual sería
contingente), o ha existido infinitamente (esto plantearía el problema del infinito
real), o la existencia de Dios es atemporal (lo cual sería un completo misterio). 70
Otras críticas[.]
Una objeción al argumento argumento cosmológico básico es que simplemente
establece que existe una primera causa en lugar de un Dios del que estriban los
atributos de la omnisciencia, la omnipotencia y la omnibenevolencia.71 Richard
Dawkins en su best seller El espejismo de Dios criticó las tres primeras vías de
Tomás de Aquino argumentando que «de ninguna manera está claro que Dios
proporciona un terminador natural a las regresiones infintas de Aquino» y que
tampoco «existe en lo absoluto ninguna razón para dotar a ese terminador con
cualquiera de las propiedades normalmente adscritas a Dios». 72
Esta es la razón por la que el argumento a menudo se expande para mostrar que
al menos algunos de estos atributos son necesariamente verdaderos como en el
argumento Kalam dado anteriormente. 1 Sin embargo, dicho argumento ha sido
criticado por filósofos como J. L. Mackie, Graham Oppy y Quentin Smith; físicos
como Paul Davies, Lawrence Krauss y Victor Stenger; y autores como Dan
Barker.73 Miguel de Unamuno sostuvo que la afirmación de que todo ser tiene una
causa solo aplica a los fenómenos producidos a la materia, pero no a la materia en
sí misma, ya que la materia es la sustancia de la que parten los fenómenos y
nunca se ha observado empíricamente tal cosa. 74 La "prueba aristotélica" de Feser
también ha sido criticada por Oppy75 y Richard Carrier.76
Por otro lado, Michael Martin formuló un argumento Kalam a favor del ateísmo.77
Carl Brownson sostuvo que el problema del mal podría refutar la necesidad lógica
de Dios y por consiguiente los argumentos ontológicos y de contingencia
fallarían.78 Richard Gale sostiene al estilo kantiano que ningún argumento
cosmológico puede ser sólido por la imposibilidad de un «ser necesario».20
Tanto los teístas como no teístas en el siglo XX han mostrado un
cierto escepticismo al argumento. Si bien William L. Rowe había defendido el
argumento cosmológico, sus críticas al principio de razón suficiente le impiden
aceptar el argumento como satisfactorio.15 Para el filósofo cristiano Alvin
Plantinga, «esta pieza de teología natural es ineficaz». 79 Xavier Zubiri discutió así
como la teología en la que se apoya Duns Escoto y las vías de Tomás de Aquino,
las cuales no se basan "en hechos susceptibles de análisis", sino en "la
interpretación metafísica de unos hechos". 47 Zubiri sostuvo en su lugar un
argumento basado en la idea de religación, donde realidad de las cosas es índice
de la realidad divina.8047 Por otro lado, Richard Swinburne rechazó las versiones
deductivas del argumento, pero usa las versiones inductivas para un caso
acumulativo para la existencia de Dios, 1 y sostiene que Dios como la mejor
explicación más simple o el último hecho bruto de por qué existe todo lo demás. 39

Cosmología moderna[.]
La teoría del Big Bang se ha usado para validar la premisa de que el universo tuvo
un comienzo. No obstante, una de las críticas del argumento es que Dios no es el
único candidato para una causa no causada del universo, como las fluctuaciones
cuánticas o el Big Bang como causa última no causada de todas las otras
entidades contingentes.81 Richard Hanley sostiene que los bucles causales no son
lógica, física o epistémicamente imposibles, "la única característica posiblemente
objetable que comparten todos los bucles causales es que se requiere la
coincidencia para explicarlos".82 Quentin Smith propuso que el universo puede
explicarse por causalidad circular 83 y citó el ejemplo de las partículas virtuales para
afirmar la sostenibilidad de los fenómenos naturales no causados. 84 Sin embargo,
Andrew Loke sostiene que el bucle causal sufre el problema de la circularidad
viciosa85 y Craig argumentó que "las partículas virtuales no vienen literalmente a
existir espontáneamente de la nada. Más bien la energía encerrada en el vacío
fluctúa espontáneamente de tal manera que se convierte en partículas
evanescentes que vuelven casi inmediatamente al vacío". 86
Varios cosmólogos y físicos sostienen que un desafío al argumento cosmológico
es la naturaleza del tiempo. Carlo Rovelli dijo que «uno encuentra que el tiempo
simplemente desaparece de la ecuación Wheeler-DeWitt»87 y Thomas Hertog dijo
que cuando «rastreamos la evolución de nuestro universo hacia atrás en el
tiempo, en algún momento llegamos al umbral de la inflación eterna, donde
nuestra noción familiar del tiempo deja de tener significado». 88
Según la propuesta de James Hartle y Stephen Hawking, el universo no tiene
origen como lo entenderíamos, simplemente no tiene fronteras iniciales en el
tiempo o el espacio,89 del mismo modo que una esfera no tiene un lugar inicial
(Estado de Hartle-Hawking).90 En Breve historia del tiempo, Hawking dijo "que en
cuanto el universo tuviera un principio, podríamos suponer que tuvo un creador"
pero "si el universo es realmente auto contenido, si no tiene ninguna frontera o
borde, no tendría ni principio ni final: simplemente sería. ¿Qué lugar queda,
entonces, para un creador?". Carl Sagan escribió en la introducción del libro que la
conclusión de Hawking fue "un universo sin un borde espacial, sin principio ni final
en el tiempo, y sin lugar para un Creador". 68 Quentin Smith argumentó que "la
cosmología de Hartle-Hawking" es inconsistente con el teísmo clásico 91 y Graham
Oppy sostiene que el naturalismo da un explicación más sencilla que el teísmo en
cuanto al origen del universo.1 No obstante, Hertog y Hawking formularon una
nueva teoría de la estructura global de un multiverso finito y con un límite finito en
el pasado.8890
En Un Universo de la nada, el físico Lawrence M. Krauss explica que "un universo
que podría surgir y es plausible que lo haya surgido de una «nada» (refiriéndose
al vacío cuántico) más profunda, implicando la ausencia del espacio mismo y, que
algún día puede volver a la nada a través de procesos que pueden no solo ser
comprensibles, sino también procesos que no requieren de ningún control o
dirección externos".92 No obstante, Craig argumentó que el vacío cuántico, al
contener energía cuantificable y medible, no puede ser descrito como «nada».
Otras críticas señalan que argumentos como el Kalām implican la teoría A del
tiempo o presentismo en oposición a la teoría B del tiempo o eternalismo, pero la
teoría B del tiempo ha recibido más apoyo de la comunidad física.9394 Esto
probablemente se deba a su compatibilidad con la física y al hecho de que
muchas teorías como la relatividad especial, el modelo ADD y la cosmología de
branas apuntan a una teoría del tiempo similar a la teoría B. Sin embargo también
se han formulado argumentos que no adopta posiciones tan controvertidas con la
teoría del tiempo y la imposibilidad de un infinito real.95 Edward Feser afirma que la
pregunta no es sobre qué inició las cosas o cuánto tiempo han estado pasando,
sino más bien qué las mantiene en marcha. 96

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