Concepto Interdiccion
Concepto Interdiccion
Concepto Interdiccion
INTERDICCIÓN
Situación jurídica de una persona que está total o parcialmente privada del goce o
del ejercicio de sus derechos en virtud de la ley o de una decisión judicial.
Quedan prohibidas las penas de muerte, de mutilación, de infamia, la marca, los azotes,
los palos, el tormento de cualquier especie, la multa excesiva, la confiscación de bienes y
cualesquiera otras penas inusitadas y trascendentales. Toda pena deberá ser
proporcional al delito que sancione y al bien jurídico afectado.
Dicha disposición es una respuesta histórica a penas del mundo antiguo que eran
consideradas como “crueles, inhumanas, degradantes, producto de la tiranía y del
sadismo”. Por ello, fueron expulsadas paulatinamente del sistema jurídico mexicano hasta
su culminación en la prohibición antes mencionada. De esa forma, se configuró como un
límite de actuación del poder del Estado respecto de aquellas penas que producen una
grave afectación a la dignidad de las personas.
En dicha resolución, el Alto Tribunal utiliza de manera equivalente los términos pena y
sanción. Así, en el entendido de que el vocablo sanción se refiere al “castigo o carga que
se impone al merecedor de ella”, se puede afirmar, como lo hizo la Corte, que el primer
párrafo del artículo 22 constitucional no solo es aplicable al derecho penal. De hecho, ello
sería congruente si se asume la figura del legislador racional pues sería absurdo pensar
que dicho precepto fuera exclusivo del ámbito penal, ya que eso permitiría la imposición
de las sanciones prohibidas en otras materias. En ese orden ideas, la proscripción de la
porción normativa en cuestión se refiere a las restricciones o privaciones de derechos
impuestas por el Estado a aquel que se ubica, por situaciones de hecho, en el supuesto
normativo que lo haga merecedor de ella, y que resultan en una grave afectación a los
derechos humanos por ser crueles, inhumanas y degradantes.
Ahora bien, la interdicción es un acto que anula a la persona del orden jurídico mediante
una examinación que, con base en sus características físicas y psicológicas, pretende dar
cuenta de su capacidad de gobernarse. La consecuencia directa de estos es la sustitución
de la voluntad de la persona interdicta mediante una representación forzosa. Ello lesiona
de manera evidente el derecho a la capacidad jurídica y, en consecuencia, a la
personalidad jurídica. Por tanto, dicha institución expulsa y anula del mundo jurídico a la
persona interdicta y provoca la sujeción de ésta a la voluntad y arbitrio de otra: su tutor. La
gravedad de la interdicción queda en evidencia por la afectación que la restricción a la
capacidad jurídica produce a otros derechos humanos. En ese sentido, el Comité sobre
los Derechos de las Personas con Discapacidad advierte que:
Por ello, la interdicción resulta en una forma de la muerte civil pues implica “la pérdida de
los derechos civiles de la persona, es decir, supone, la pérdida en una persona de su
personalidad jurídica”. De hecho, la restricción de la capacidad jurídica implica la
disminución del estatus de persona como con la capitis diminutio del antiguo derecho
romano. En ese sentido, la posibilidad de restringir la capacidad jurídica implicaría asumir
que hay personas que son más persona que otras, dentro de un paradigma de derechos
humanos en el que no es posible asumir dicha gradualidad.
En conclusión, la interdicción es una institución del derecho civil que, a la luz del modelo
social de discapacidad, resulta violatoria de los derechos humanos. Por un lado, es
discriminatoria por hacer una distinción no justificable respecto a la capacidad jurídica de
las personas. Por otro lado, se configura como un trato cruel, inhumano y degradante que
debe ser proscrito en relación a lo establecido por el primer párrafo del artículo 22
constitucional. Así, advertir tanto la gravedad de la interdicción, como las razones de su
inconstitucionalidad favorece la transición de un sistema de sustitución de la voluntad a un
sistema de apoyos, ajustes razonables y salvaguardias que reconozca plenamente el
derecho a la capacidad jurídica de las personas con discapacidad.
REQUISITOS
TUTELA
Artículo 449. - El objeto de la tutela es la guarda de la persona y bienes de los que no
estando sujetos a patria potestad tienen incapacidad natural y legal, o solamente la
segunda, para gobernarse por sí mismos.
Están sujetos a tutela: 1) los menores no emancipados que no estén bajo patria potestad;
2) los incapacitados, cuando la sentencia lo haya establecido; 3) los sujetos a la patria
potestadprorrogada, al cesar ésta, salvo que proceda la curatela (art. 222 C.C.).
Pueden ser tutores todas las personas; pero las jurídicas si tuvieren finalidad no lucrativa
y figure entre sus fines la protección de menores e incapaces. Quedan excluidos de la
tutela quienes estén privados o suspendidos de la patria potestad o total
o parcialmente de los derechos de guarda y educación; los condenados a pena privativa
de libertad, mientras cumplan la condena; los legalmente removidos de una tutela anterior
y los condenados por cualquier delito que haga suponer fundadamente que no
desempeñarán el cargo (art. 243 C.C.); ni quienes tengan conflicto de intereses con el
tutelado; aquellos en quienes concurran imposibilidad absoluta de hecho; quienes tengan
enemistad manifiesta con el tutelado y los que no tengan medio de vida conocido o mala
conducta; los quebrados y concursados no rehabilitados si la tutela se extiende
al patrimonio.
Son atribuciones del tutor: la de representar al menor o incapaz en los actos en que no
pueden intervenir éstos por sí solos; recabar el auxilio de la autoridad en el ejercicio de la
tutela, y corregir a los menores razonable y moderadamente; la retribución del
cargo, conforme a las posibilidades del patrimonio del tutelado (fijable entre el 4 por 100 y
21 por 100 de la rentabilidad de los bienes); hacer suyos los frutos de los bienes del
tutelado, si los padres, en testamento, lo autorizasen a cambio de prestarle alimentos.
Está obligado el tutor:
a) Al inicio del cargo: inventariar los bienes del tutelado dentro del plazo de sesenta días a
contar del que hubiese tomado posesión del cargo, siendo prorrogable el periodo por el
juez si existiese causa para ello. Dicho inventario se hará con citación del ministerio
fiscal y cuantas personas estime el juez conveniente. El tutor que no incluya en
el inventario los créditos que tenga contra el menor se entiende que los renuncia. Los
bienes de dinero, alhajas, objetos preciosos y, en general, los que a juicio de la autoridad
judicial no deban quedar en poder del tutor serán depositados en establecimiento al
efecto.
El artículo 272 C.C. enumera una larga relación de actos para los que también es
necesaria la autorización judicial, actos todos ellos que pueden
significar detrimento del interés patrimonialdel tutelado.
Al cesar en las funciones, debe el tutor rendir cuentas de su gestión, en el plazo de tres
meses prorrogables. La intervención judicial probando dichas cuentas no impedirá
el ejercicio de cualesquiera acciones que puedan asistir al tutelado o a
sus causahabientes. La acción para reclamar la rendición de cuentas prescribe a los cinco
años, contados desde la terminación del plazo establecido para efectuarlo.
CURATELA
Hay que tener en cuenta que la institución de curatela se produce de oficio, si bien los
parientes cercanos del parcialmente inhabilitado o menor están obligados a promover el
procedimiento de designación de curador. Además, cualquier persona podría poner en
conocimiento del Juez o el Ministerio Fiscal la existencia de otra persona que necesita ser
sometida a curatela.