Cuarta Tradicion
Cuarta Tradicion
Cuarta Tradicion
AUTONOMÍA es una palabra bien altisonante. Pero en lo que se refiere a nosotros, sólo quiere
decir que cada grupo de A.A. puede llevar sus asuntos como mejor le convenga, excepto en los
casos en que A.A. como un todo se vea amenazada. Ahora se nos presenta la misma pregunta que
surgió en la Primera Tradición. ¿No es algo temerario y peligroso que los grupos tengan tanta
libertad?
A lo largo de los años, se han probado todas las desviaciones imaginables de nuestros Doce Pasos
y nuestras Doce Tradiciones. Era inevitable, dado que en general nosotros somos una banda de
individualistas impulsados por ambiciones egoístas. Hijos del caos, de manera desafiadora hemos
jugado con fuego repetidas veces, pero hemos salido ilesos y, según nos parece a nosotros, más
sabios que antes. Esas mismas desviaciones constituyeron un vasto proceso de pruebas y tanteos,
el cual, por la gracia de Dios, nos ha traído a donde nos encontramos hoy.
Cuando las Tradiciones de A.A. se publicaron por primera vez en 1946, habíamos llegado a estar
convencidos de que un grupo de A.A. podría capear cualquier temporal. Nos dimos cuenta de que
el grupo, al igual que el individuo, tendría finalmente que adherirse a los principios ya probados
que garanticen su supervivencia. Habíamos descubierto que en este proceso de pruebas y tanteos
había perfecta seguridad. Tanta confianza teníamos en este principio que en el enunciado original
de esta tradición de A.A. aparecía la siguiente frase significativa: “Cuandoquiera que dos o tres
alcohólicos se reúnan en interés de la sobriedad, podrán llamarse un grupo de A.A, con tal de que
como grupo no tengan otra afiliación.”
Claramente, esto significaba que se nos había otorgado el valor de reconocer a cada grupo de A.A.
como una entidad individual, exclusivamente dependiente de su propia conciencia para guiar sus
acciones. Al trazar nuestro rumbo por esa vasta extensión de libertad, sólo fue necesario indicar
dos escollos a salvar: Un grupo de A.A. no debe hacer nada que pudiera causar grandes perjuicios
a A.A. como un todo, ni debe afiliarse con nada ni con nadie. Correríamos un verdadero peligro si
empezáramos a llamar a algunos grupos “mojados,” y a otros “secos”, a unos “Republicanos” o
“Comunistas” y a otros “Católicos” o “Protestantes.” Si el grupo de A.A. no mantuviera su rumbo,
se perdería irremisiblemente. Su único objetivo tenía que ser la sobriedad. En todos los demás
aspectos, tenía una completa libertad para decidir y actuar. Cada grupo tenía el derecho a
equivocarse.
Cuando A.A. se hallaba aún en su infancia, comenzaron a formarse muchos grupos muy
entusiastas. En cierto pueblo, surgió un grupo especialmente enérgico. La gente del pueblo
también estaba entusiasmada por el asunto. Los ancianos, dejándose llevar por su fantasía,
soñaban con ambiciosas innovaciones. Les parecía que al pueblo le hacía falta un gran centro de
alcoholismo, una especie de proyecto piloto que sirviera de modelo a los A.A. de todas partes. En
la planta baja tendrían un club, en el primer piso se desintoxicaría a los borrachos y se les daría
dinero para pagar sus deudas atrasadas; el tercer piso estaría dedicado a un centro educativo—
ajeno a toda clase de controversias, por supuesto. En sus fantasías, el resplandeciente edificio
tendría varias plantas más, pero para empezar, tres serían suficientes. Todo esto supondría gastar
mucho dinero de otras personas. Por mucho que cueste creerlo, a la gente rica del pueblo le
pareció una idea fabulosa.
La cuarta tradición es una manifestación de la democracia donde nos enseña a manejar la libertad
y la responsabilidad en equilibrio.
Todas las tradiciones está basada en los pasajes bíblicos y esta tradición no es la excepción está
basada en un pasaje bíblico Mateo 18:20 que dice que cuando 2 o 3 más se reúnan en mi nombre
yo estaré presente. Lo mismo dice que cuando 2 alcohólicos se reúnan con el mismo propósito
puede ser un grupo de alcohólicos.
Bill W. explica porque escribió en el libro el lenguaje del corazón en la página150 las tradiciones
en 8 puntos:
1 Los abusivos se aprovechaban,2 los solitarios padecían su soledad,3 los comités se disputaban,
4los nuevos grupos se veían atacados por dificultades inaudita,5 los oradores charlateaban, 6 los
grupos se desgarraban en controversias , 7 sus miembros se hacían profesionales y vendían el
movimiento, 8 grupos enteros se emborrachaban y sus relaciones publicas eran un fandango.