Tesis de Fanny

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 80

INSTITUTO DOCTOR CARLOS COQUI

LICENCIATURA DE TERAPIA FÍSICA Y REHABILITACIÓN


TEMA:

“EMS en puntos motores y guantes de textura en parálisis facial con


hemiparesia por EVC isquémico.”

CON FOLIO:___________

TESIS QUE PRESENTA:


Estefanía Arellano Sosa
PROFESOR DE APOYO:
DR. Raymundo Peña Sánchez
REVISIÓN DE TESIS HECHA POR:
Maricela Cornejo

TORREÓN, COAHUILA A FECHA:

1
Dedicatoria.
Mi tesis se la dedico a mis padres ya que gracias a su sacrificio y esfuerzo he
pedido llegar hasta aquí, poder tener una carrera. A mi segunda Madre María Estela
Carrasco que ya no se encuentra aquí, ¡pero un día le juré que llegaría a lograrlo! A
mi novio que siempre estuvo conmigo de manera incondicional y nunca me dejo
sola, a pesar de los obstáculos gracias por tanto.
A mis amigos presentes, ¡por siempre echarme la mano cuando no podía lograrlo!
Los amo.
Gracias a todos.

2
Agradecimiento:
El principal agradecimiento a Dios quien me ha guiado y me ha dado la fortaleza
para seguí adelante.
Y a mi familia por siempre estar ahí.
Y a todas las personas que de alguna manera le ayudarnos a hacer este trabajo en
especial a Ángela Espinoza como lo dice su nombre es un ángel y ella hizo posible
esto.

3
ÍNDICE.

DEDICATORIA………………………………………………………………2

AGRADECIMIENTOS………………………………………………………3

ÍNDICE………………………………………………………………………..4

INTRODUCCIÓN……………………………………………………………7

RESUMEN……………………………………………………………………9

CAPÍTULO I: MARCO TEÓRICO…………………………………………9

1.1. ANATOMÍA……………………………………………………………………………9

1.1.1. HUESOS DE LA CARA……………………………………………………9

1.1.1.1. MEXILAR SUPERIOR…………………………………………...9

1.1.1.2. HUESO MALAR………………………………………………...16

1.1.1.3. HUESOS PROPIOS DE LA NARIZ O HUESOS


NASALES…………………………………………………………………………………18

1.1.1.4. UNGUIS O HUESO LAGRIMAL………………………………19

1.1.1.5. HUESOS PALATINOS…………………………………………21

1.1.1.6. CORNETE INFERIOR…………………………………………26

1.1.1.7. VÓMER………………………………………………………….28

1.1.1.8. MAXILAR INFERIOR…………………………………………..30

1.2. FISIOLOGÍA…………………………………………………………………………35

1.2.1. GENERALIDADES DE LA PIEL………………………………………...35

1.2.1.1. LA PIEL………………………………………………………….35

1.2.1.2. ESTRUCTURA DE LA PIEL…………………………………..35

4
1.2.1.3. EPIDERMIS……………………………………………………..35

1.2.1.4. EXPRESIÓN FACIAL………………………………………….38

1.2.1.5. MÚSCULOS DE LA CARA…………………………………….38

1.2.1.6. LOS MOVIMIENTOS DE LOS LABIOS……………………...41

1.2.1.7. LAS ARTICULACIONES TEMPOROMANDIBULARES……45

1.2.1.8. LOS MÚSCULOS MASTICADORES DEL CIERRE


MANDUBULAR…………………………………………………………………………..46

1.2.1.9. LOS MÚSCULOS DE LA APERTURA MANDIBULAR…….47

1.2.1.10. EL GLOBO OCULAR: UNA ENARTROSIS PERFECTA…49

1.3. FISIOPATOLOGÍA……………………………………………….…………………52

1.3.1. FISIOPATOLOGÍA DE LA CARA……………………………………….52

1.3.1.1. AXONES DAÑADOS…………………………………………..52

1.3.1.2. NEUROPRAXIA………………………………………………..52

1.3.1.2. AXONOTMÉSIS……………………………………….……….53

1.3.1.3. NEUROTMÉSIS………………………………………….…….53

1.3.1.4. HABLANDO FISIOLÓGICAMENTE………………………….54

1.3.1.5. FISIOPATOLOGÍA DE LA EVOLUCIÓN…………………….56

1.4. EQUIPO……………………………………………………………………………..59

1.1.4. EQUIPO PARA EL TRATAMIENTO……………………………………59

1.4.1.1. TRATAMIENTO TÉRMICO……………………………………59

1.4.1.2. TRATAMIENTO DE ELECTROTERAPIA……………………60

1.4.1.3. MASAJE…………………………………………………………61

1.4.1.4. REEDUCACIÓN………………………………………………..62

5
1.5. TRATAMIENTO………………………………………………………………….….64

1.5.1. TRATAMIENTO DE LA LESIÓN…………………………………….….64

1.5.1.1. ASPECTOS IMPORTANTES………………………………....64

1.5.1.2. OTROS TRATAMIENTOS A TOMAR EN CUENTA…….….64

1.5.1.3. EVALIACIÓN FISIOTERAPÉUTICA………………………….65

1.5.1.4. PRINCIPIOS DEL TRATAMIENTO…………………………..71

6
Introducción:
Se presenta el tema tratamiento kinésico de la parálisis facial periférica de Bell,
poniendo en manifiesto que es una disfunción del nervio facial sin causa detectable
alguna, y unilateral. La parálisis se caracteriza por la pérdida de la función motora y
sensorial del nervio. El enfermo ante esta afección no puede controlar sus
expresiones faciales: elevar las cejas, parpadear y sonreír. Su boca se desvía,
dificultando el hábito de comer y beber. Estos pacientes acuden al servicio de
emergencia sintiendo la desesperación de percibir cómo su cara se va deformando y
tratando de encontrar una respuesta a la misma.

7
Resumen:
La parálisis facial afecta la musculatura de la mímica facial, generando alteraciones
estéticas, funcionales y psicosociales. El manejo multidisciplinario es clave para
lograr los mejores resultados, especialmente como apoyo a la cirugía reconstructiva.
La estrategia de tratamiento está basada en un enfrentamiento sistemático de
acuerdo a las características semiológicas y electromiográficas de cada paciente, lo
que permite agruparlos de acuerdo a la reversibilidad y severidad de su patología.
Los métodos de reconstrucción quirúrgica pueden ser estáticos o dinámicos (injerto
cruzado de nervio sural, colgajo muscular libre con injerto de nervio sural ipsilateral
o cruzado y colgajo mini-temporal). Incorporar la terapia física dentro del protocolo
quirúrgico puede lograr mayor activación muscular, mayor simetría facial y reducir
molestias postoperatorias como el edema facial, manejo de cicatrices, entre otros.
Aunque existe reconocimiento sobre el impacto que posee el tratamiento de la
parálisis facial, no existe a la fecha amplio consenso sobre cuál es el óptimo manejo
de esta condición, y a pesar de los avances reportados durante los últimos años y la
cantidad de técnicas propuestas en la literatura, la reanimación facial sigue siendo
un desafío en cirugía reparadora.

8
CAPÍTULO 1. MARCO TEÓRICO:
1.1. Anatomía de la cara:

1.1.1. Huesos de la cara:

Primeramente, lo que le da estructura a nuestra cara. Comenzaremos a hablar


sobre nuestros huesos de la cara de la siguiente manera:

Los huesos de la cara se dividen en dos porciones llamadas mandíbulas. La


inferior está integrada únicamente por el maxilar inferior; la superior, en cambio,
es muy compleja y está construida por trece huesos: doce de ellos están
dispuestos por pares, a un lado y otro del plano sagital o de simetría, mientras el
restante es impar y coincide con este plano.

Los huesos pares son los maxilares superiores, los malares, los unguis, los
cornetes inferiores, los huesos propios de la nariz y los palatinos. El impar es el
vómer. (Quiroz, 2013, p.97)

Tomando en cuenta que hablando superficialmente, existe esto, a continuación,


todas las especificaciones de cada lugar.

1.1.1.1 Maxilar superior:

Ahora hablaremos del hueso que se encuentra en la mayor parte de la


mandíbula, contiene varias características que se mencionarán a continuación.

Este hueso forma la mayor parte de la mandíbula superior, su forma se


aproxima a la cuadrangular, siendo algo aplanada de fuera a dentro.

Presenta las siguientes pares: dos caras, cuatro bordes, cuatro ángulos y una
cavidad o seno maxilar.

Cara interna: en el límite de su cuarta parte inferior destaca un saliente


horizontal, de forma cuadrangular, denominado apófisis palatina. Esta apófisis,
más o menos plana, tiene una cara superior lisa, que forma parte del piso de las
fosas nasales y otra inferior rugosa, con muchos pequeños orificios vasculares
que forma gran parte de la bóveda palatina. El borde externo de la apófisis está

9
unido al resto del maxilar, en tanto que su borde interno, muy rugoso, se
adelgaza hacia atrás y se articula con el mismo borde de la apófisis palatina del
maxilar opuesto. Este borde, hacia su parte anterior, se termina a favor de una
prolongación que constituye una especie de semiespina, la cual, al articularse
con la del otro maxilar, forma la espina nasal anterior. El borde anterior de la
apófisis palatina, cóncava por arriba, forma parte del orificio anterior de las fosas
nasales. Su borde posterior se articula con la parte horizontal del platino. Al nivel
del borde interno, por detrás de la espina nasal anterior, existe un surco que,
con el del otro maxilar, origina el conducto palatino anterior. Por él, pasan el
nervio esfenopalatino interno y una rama de la arteria esfenopalatina.

La apófisis palatina, divide la cara interna del maxilar en dos porciones. La


inferior forma parte de la bóveda palatina, es muy rugosa y está cubierta en
estado fresco por la fibromucosa palatina. La superior, más amplia, presenta en
su parte de atrás diversas rugosidades en las que se articula la rama vertical
del palatino. Se encuentra más adelante un gran orificio u orificio del seno
maxilar, el cual, en el cráneo articulado, queda muy disminuido en virtud de la
interposición de las masas laterales del etmoides por arriba del cornete interior
por abajo, del unguis por delante y de la rama vertical del palatino por detrás.

Por delante del orificio del seno, existe un canal vertical o canal nasal, cuyo
borde anterior se halla limitado por la apófisis ascendente del maxilar superior, la
cual, sale del ángulo anterosuperior del hueso. Esta apófisis en su cara interna y en su
parte inferior tiene la cresta turbinal inferior, que se dirige de adelante atrás y se
articula con el cornete inferior; por encima de ella se encuentra la cresta turbinal
superior, que se articula con el cornete medio.

Cara externa: en su parte anterior se observa, por encima del lugar de


implantación de los incisivos, la foseta mirtiforme, donde se inserta el músculo
mirtiforme, foseta que está limitada posteriormente por la eminencia a giba
canina. Por detrás y arriba de esta eminencia destaca un saliente transverso,
de forma piramidal, o apófisis piramidal. Esta apófisis presenta una base, por la

10
cual se une con el resto del hueso, un vértice, truncado y rugoso, que se articula
con el hueso malar, tres caras y tres bordes.

La cara superior u orbitaria es plana, forma parte del piso de la órbita y lleva un
canal anteroposterior que penetran en la pared con el nombre de conducto
suborbitario. En la cara anterior se abre el agujero suborbitario, terminación del
conducto antes mencionado antes y por donde sale el nervio suborbitario. Entre
dicho orificio y la giba canina, existe una depresión llamada fosa canina. De la
pared inferior del canal suborbitario salen unos conductillos excavados en el
espesor del hueso, y que van a terminar en los alveolos destinados al canino y a
los incisivos: son los conductos dentarios anteriores. Por último, la cara posterior de la
apófisis piramidal es convexa, corresponde por dentro a la tuberosidad del maxilar y
por fuera a la fosa cigomática. Exhibe diversos canales y orificios, denominados
agujeros dentarios posteriores, por donde pasan los nervios dentarios posteriores y las
arterias alveolares, destinadas a los gruesos malares. (Quiroz, 2013, p.98-100)

Nuestro maxilar tiene muchísimos aspectos con muchísimos espacios donde se


involucran bastantes tejidos como músculos que son muy importantes al momento de
hablar, masticar, etc.

11
Figura 1.1.1. Nota. La imagen representa la distribución de los elementos que
conforman la cara interna del maxilar superior. Tomado de “Anatomía Humanal”
(p.97) por Q. G., 2013.

Figura 1.1.2. Nota. La imagen representa la distribución de los elementos que


conforman la cara interna del maxilar superior y palatino. Tomado de “Anatomía
Humanal” (p.98) por Q. G., 2013.

12
Figura 1.1.3. Nota. La imagen representa la distribución de los elementos que
conforman la cara externa del maxilar superior. Tomado de “Anatomía Humanal”
(p.98) por Q. G., 2013.

Hablando de los bordes y ángulos que tiene nuestro maxilar superior, Quiroz
(2013) nos menciona lo siguiente:

De los tres bordes de la apófisis piramidal, el inferior es cóncavo, vuelto hacia


abajo y forma la parte superior de la hendidura vestibulocigomática; el anterior
forma la parte interna e inferior del borde de la órbita, mientras que el posterior
se corresponde con el ala mayor del esfenoides, formándose entre ambas la
hendidura esfenomaxilar.

Bordes: se distinguen en el maxilar cuatro bordes, a saber:

1. Borde anterior, que presenta abajo la parte anterior de la apófisis palatina


con la espina nasal anterior. Más arriba muestra una escotadura que, con
la del lado opuesto, forma el orificio anterior de las fosas nasales, y más
arriba aún, el borde anterior de la rama o apófisis ascendente.
2. Borde posterior. Es grueso, redondeado y constituye la llamada
tuberosidad del maxilar. Su parte superior lisa forma la pared anterior de la
fosa pterigomaxilar y en su porción más alta presenta rugosidades para
recibir a la apófisis orbitaria del palatino. En su parte baja, el borde lleva
rugosidades, articulándose con la apófisis piramidal del palatino y con el
borde anterior de la apófisis pterigoides. Esta articulación está provista de
un canal que forma el conducto palatino posterior, por donde pasa el
nervio palatino anterior.
3. Borde superior. Forma el límite interno de la pared inferior de la órbita y
se articula por adelante con el unguis, después con el etmoides y atrás
con la apófisis orbitaria del palatino. Presenta semiceldillas que se
completan al articularse con este hueso.
4. Borde inferior, llamado también borde alveolar. Presenta una serie de
cavidades cónicas o alveolos dentarios, donde se alojan las raíces de los
dientes. Los alvéolos son sencillos en la parte anterior, mientras en la

13
parte posterior llevan dos o más cavidades secundarias. Su vértice
perforado deja paso a su correspondiente paquete vasculonervioso del
diente y los diversos alvéolos se hallan separados por tabiques óseos, que
constituyen las apófisis interdentarias.

Ángulos. El maxilar superior presenta cuatro ángulos los cuales son dos
superiores y dos inferiores. Del ángulo anterosuperior se destaca la apófisis
ascendente del maxilar superior, de dirección vertical y ligeramente inclinada
hacia atrás. Aplanada en sentido transversal, está ensanchada en la base
donde se confunde con el hueso que la origina. Su extremidad superior presenta
rugosidades para articularse con la apófisis orbitaria interna del frontal. La cara
interna de esta apófisis ascendente forma parte de la pared externa de las fosas
nasales, mientras su cara externa, más o menos lisa y cuadrilátera, presenta
una cresta vertical llamada cresta lagrimal anterior; por delante de la cresta se
inserta el músculo elevador común del ala de la nariz y del labio superior; por
detrás de la cresta forma la parte anterior del canal lagrimal. Sus bordes, que
son en número dos, se articulan, el anterior, con los huesos propios de la nariz,
en tanto que el posterior lo hace con el unguis.

Cada borde y ángulos tienen una función dentro de todo lo que conlleva la cara.
Cada uno tiene una función y una razón por la cual estar ahí y por qué debe ir donde
va. Uno pensaría que el hecho de que sean huesos de la cara no es tanta información,
sin embargo, sí es mucha para poder saber por dónde irnos.

Hablando sobre la estructura y la osificación del hueso principal, tenemos cómo


se distribuye esta estructura ósea por cada parte de la cara así como de dónde se
origina. Quiroz (2013) nos cuenta lo siguiente:

Estructura. La parte anterior de la apófisis palatina, la base de la apófisis


ascendente y el borde alveolar están formados de tejido esponjoso, mientras el
resto del hueso se haya constituido por tejido compacto. En el centro del hueso
existe una gran cavidad, base interna y vértice externo. Como es natural, dada
su forma, en dicha cavidad se distinguen paredes, base, vértice y bordes. La
pared anterior corresponde a la fosa canina donde se abre el conducto

14
suborbitario y
La pared superior
y lleva,
comunica con
cigomática. La pared
dientes.

La base es
se encuentra el
se desprenden tres
borde se
el conducto lacrimonasal.

El vértice está
la apófisis piramidal.

Osificación. Se origina el maxilar superior mediante cinco centros de osificación


que aparecen al final del segundo mes de vida fetal, a saber: 1°, el externo o
malar; 2°, el orbitonasal; 3°, el anteroinferior o nasal; 4°, el interno inferior o
palatino; y 5°, y último, el que forma la pieza incisiva, situado entre los centros
nasales y delante del palatino. (p.101)

A partir de esto, podemos saber cómo es que se distribuye cada parte de este
hueso por la cara, qué aspectos tiene, qué toca y qué protege, qué cubre y cómo se
alinea con cada tejido que se topa.

15
Figura 1.1.4. Nota. La imagen representa las relaciones dentarias del seno
maxilar. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.99) por Q. G., 2013.

1.1.1.2. Hueso malar:

Hablando de este hueso, es un hueso muy importante debido al lugar donde está
situado y la forma que tiene, además de que es el más marcado y puede tener muchas
situaciones que pueden ser graves por donde están.

Forma el esqueleto del pómulo y está situado entre el maxilar superior, el frontal,
el ala mayor del esfenoides y la escama del temporal. De forma cuadrangular,
se pueden distinguir en él dos caras, cuatro bordes y cuatro ángulos.

La cara externa es lisa, convexa y sirve de inserción a los músculos


cigomáticos.

La cara interna es cóncava y constituye parte de las fosas temporal y


cigomática.

El borde anterosuperior es cóncavo y forma el borde externo y parte del


inferior de la base de la órbita. De él se desprende una lámina ósea dirigida
hacia atrás, cuya cara superior, cóncava, constituye parte de la órbita mientras la
16
inferior forma parte de la fosa temporal con el nombre de canal retromalar. Recibe
esta lámina el nombre de apófisis orbitaria y presenta un borde libre y dentado, por el
cual se articula con el maxilar superior y el ala mayor del esfenoides.

El borde posterosuperior forma parte del límite de la fosa temporal y está


constituido por una parte horizontal, que se continúa con el borde superior de la
apófisis cigomática, y otra vertical, en forma de S alargada, donde se inserta la
apóneurósis temporal.

El borde anteroinferior es dentado y casi recto, y se articula con la apófisis


piramidal del maxilar superior.

El borde posteroinferior es también rectilíneo, grueso y rugoso, articulándose


ya en el ángulo posterior con la extremidad anterior de la apófisis cigomática y
sirve de inserción el músculo masetero.

Los ángulos son todos ellos más o menos dentados, articulándose el superior
con la apófisis orbitaria externa del frontal; el posterior con la pófisis cigomática;
y el inferior y el anterior, con la apófisis piramidal del maxilar superior.

Estructura. Está formado el hueso malar por tejido compacto en la periferia y


por tejido esponjoso en el centro. Aparece atravesado por un conducto en forma
de Y, que naciendo en la cara superior de la apófisis orbitaria, se divide ya en el
interior del hueso, en dos ramas, una de las cuales va a abrirse a la cara externa,
en tanto que la otra termina en la cara temporal. Este conducto, llamado conducto
malar, es recorrido por una ramita nerviosa procedente de la rama orbitaria del
maxilar superior.

Osificación. Es originado por tres centros de osificación que aparecen al final


del segundo mes de vida intrauterina y se sueldan al final del quinto. Uno de
ellos da origen a la porción cigomática, y los otros dos a la orbitaria. (Quiroz,
2013, p.101-102)

17
Estos huesos, como se menciona, necesitan grupos musculares o tejidos
blandos que sean coordinados según los movimientos debido a la gran cantidad que se
realizan en el día, necesita estar todo en su lugar.

Figura 1.1.5. Nota. La imagen representa la cara externa del hueso malar. Tomado de
“Anatomía Humanal” (p.101) por Q. G., 2013.

1.1.1.3. Huesos propios de la nariz o huesos nasales:

Después, Quiroz (2013) nos cuenta sobre los huesos que van a conformar
nuestra nariz para dar estructura.

Son huesos planos, de forma cuadrangular, situados entre el frontal por arriba y
las ramas ascendentes de los maxilares superiores por fuera y atrás. Se distinguen en
ellos dos caras y cuatro bordes.

La cara anterior, convexa transversalmente, es cóncava de arriba abajo en su


parte superior, en tanto que la parte inferior es también convexa. Presenta un
orificio vascular y sirve de inserción al músculo piramidal de la nariz.

18
La cara posterior constituye la parte más anterior de la bóveda de las fosas
nasales y ostenta múltiples surcos para vasos y nervios, uno de los cuales, con
frecuencia más marcado que los otros, es el surco etmoidal para el nervio
nasolobar.

El borde superior es dentado y grueso, y se articula con el frontal.

El borde inferior, más delgado, se une al cartílago de la nariz.

El borde anterior es grueso y rugoso, articulándose por arriba con la espina


nasal del frontal y con la lámina perpendicular del etmoides, mientras en el resto
de su extensión lo hace con el hueso del lado opuesto.

El borde externo o posterior, biselado a expensas de su cara interna, se articula


con la apófisis ascendente del maxilar superior.

Estructura. Estos huesos se hallan constituidos exclusivamente de tejido


compacto y están atravesados por un conducto vascular.

Osificación. Cada uno se origina a expensas de un centro de osificación que


aparece a mediados del tercer mes de la vida intrauterina. (p.102-103)

Nos cuenta sobre las caras, los bordes así como también su estructura y
osificación donde nos describe cada uno cómo es, qué lo conforma y sus
características.

1.1.1.4. Unguis o hueso lagrimal:

Continuamos con los huesos que conforman nuestra cara con el siguiente:

Es un hueso plano de forma cuadrilátera, colocado en la parte anterior de la


cara interna de la órbita, entre el frontal, el etmoides y el maxilar superior.
Presenta dos caras y cuatro bordes.

La cara externa lleva una vertical o cresta lagrimal posterior, que se termina
inferiormente por una apófisis en forma de gancho (…). Esta apófisis integra el
orificio superior del conducto nasal. La cara externa se halla dividida en dos
porciones por la cresta lagrimal. La posterior es plana y se continúa con la

19
lámina papirácea del etmoides, mientras la anterior es acanalada y contribuye a
formar el canal lacrimonasal. (…) sirve de inserción al tendón reflejo del orbicular de
los párpados. (Quiroz, 2013, p.103)

En esta parte del texto se nos platica sobre las caras que se encuentran en este
hueso en específico, pero sólo es una parte

Figura 1.1.6. y 1.1.7 Nota. Las imágenes representan la cara externa y la cara interna
del unguis, respectivamente. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.103) por Q. G.,
2013.

Continuamos con las caras que continúan conformando este hueso. Quiroz
(2013) nos platica lo siguiente:

La cara interna presenta un canal vertical que la divide en dos y corresponde


con la cresta de la cara externa. La parte posterior se articula con el etmoides,
completando las celdillas etmoidoungueales.

La anterior, rugosa y con sus surcos vasculares, contribuye a formar la pared


externa de las fosas nasales.

El borde superior se articula con la apófisis orbitaria interna del frontal, en tanto
que el inferior contribuye a formar el conducto nasal. De los otros dos bordes, el
anterior se articula con la rama ascendente del maxilar superior y el posterior con la
lámina papirácca del etmoides.

Estructura. Se halla formado únicamente por tejido compacto.

20
Osificación. Se desarrolla a expensas de un solo centro, que aparece en el
tercer mes de vida intrauterina. (p.104)

También nos habla sobre la osificación y la estructura de este hueso, cómo se


desarrolla y cómo está formado.

1.1.1.5. Huesos platinos:

Primeramente, ubicación de estos.

Están situados en la parte posterior de la cara, por detrás de los maxilares


superiores. Se pueden distinguir en cada uno de ellos dos partes o láminas: una
horizontal, más pequeña y una vertical.

Parte horizontal. Por su forma que es cuadrilátera, posee dos caras y cuatro
bordes. (Quiroz, 2013, p.104)

Nos cuenta que son distinguibles por sus características diferentes.

Figura 1.1.8.
Nota. La imagen

21
representa el hueso palatino visto por detrás. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104)
por Q. G., 2013.

Continuando con las características, entramos los bordes y sus características.

La cara superior, cóncava transversalmente, forma parte del piso de las fosas
nasales, mientras que la inferior, rugosa, contribuye a formar la bóveda palatina.

De los bordes, el anterior, delgado y rugoso, se articula con el borde posterior


de la apófisis palatina del maxilar superior. El borde posterior sirve de inserción
a la aponeurosis del velo del paladar. Al unirse con el borde del lado opuesto,
forma la espina nasal posterior, dirigida hacia arriba y atrás, y sobre la cual se
inserta el músculo palatostafilino.

El borde externo se une al borde inferior de la porción vertical de este hueso. El


borde interno se articula con el borde homónimo del lado opuesto y forma por
arriba una cresta donde se articula el vómer.

Parte vertical. Es igualmente cuadrilátera. Su cara interna lleva dos crestas


anteroposteriores. La de arriba o cresta turbinal inferior, lo hace con el cornete
inferior. Ambas crestas limitan una superficie que forma parte de la pared
externa del mento medio. En cambio, la superficie situada por debajo de la
cresta inferior, interviene en la formación del meato inferior.

La cara externa presenta tres zonas, la anterior de las cuales, rugosa, se articula
con la tuberosidad del maxilar superior, formando con ella el conducto palatino
posterior. Otra zona rugosa, situada más atrás, va a articularse con la apófisis
pterigoides. Entre ambas zonas rugosas existe una superficie lisa, no articular,
que en el cráneo articulado forma el fondo de la fosa pterigomaxilar. (Quiroz,
2013, p.104-105)

Las características de cada parte del hueso contienen características muy


específicas que hacen ver que no hay otro igual que ciertos.

22
Figura 1.1.9. y 1.1.10. Nota. Las imágenes representan el hueso palatino
visto por su cara interna y el hueso palatino visto por la cara externa,
respectivamente. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.103) por Q. G., 2013.

23
Quiroz (2013) nos platica más sobre los bordes de este hueso.

De los cuatro bordes de la parte vertical, el anterior es delgado y se superpone a


la tuberosidad del maxilar.

Por medio de una lámina ósea (…) que sale de él, este borde contribuye a cerrar
la parte posterior del orificio del seno maxilar.

El borde posterior, también delgado, se articula con él a la interna de la apófisis


pterigoides.

El borde inferior se une con el externo de la rama horizontal. Del borde


resultante parte un saliente óseo, dirigido hacia abajo y atrás, que ocupa el
espacio comprendido entre las dos alas de la apófisis pterigoides y es conocido
con el nombre de apófisis piramidal del palatino. Esta apófisis presenta dos
superficies rugosas, donde se articulan las alas pterigoideas, y otra intermedia,
lisa, que contribuye a formar la fosa pterigoidea. En la parte delantera del borde
inferior se abren los orificios (uno o dos) de los conductos palatinos accesorios.
(p.106)

Nos cuenta sobre qué es lo que conforma esta parte, qué aspectos son los que
distinguen a este hueso de los otros.

24
Figura 1.1.11. Nota. La imagen representa la vista posterior externa de la
apófisis piramidal. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.

Después, se continúa hablando sobre los escondites que se encuentran en esta


parte del hueso donde se insertan más cosas para hacer las funciones de ese hueso.

El borde superior lleva en su parte media una escotadura profunda, llamada


escotadura palatina, situada entre dos salientes irregulares, de los cuales el
anterior se denomina apófisis orbitaria y, el posterior, apófisis esfenoidal. La
escotadura queda cerrada por el cuerpo del esfenoides y transformada en el
agujero esfenopalatino, el cual pone en comunicación la fosa pierigomaxilar con
las fosas nasales y deja paso al nervio y a los vasos esfenopalatinos.

La apófisis orbitaria está unida al resto del hueso por un istmo óseo bastante
estrecho cuya cara interna lleva la cresta turbinal superior. Examinada en
detalle, esta apófisis presenta en su lado externo dos fasetas lisas. La anterior
es horizontal y constituye parte del piso de la órbita en su porción posterior,
mientras que la externa, dirigida hacia abajo, contribuye a formar la fosa
pterigomaxilar. En la parte interna de la apófisis existen tres superficies rugosas
articulares, la anterior de las cuales se articula con el maxilar superior; la
posterior con el esfenoides y la tercera, que es interna, con las masas laterales
del etmoides. En las facetas posteriores y media se observan cavidades o
semiceldillas que se transforman en celdillas completas al articularse con los
huesos correspondientes.

La apófisis esfenoidal, más pequeña que la orbitaria, sale de la rama vertical


casi en ángulo recto, dirigiéndose hacia dentro, atrás y ligeramente hacia arriba.
Su cara superoexterna se aplica contra la base de la apófisis pterigoides,
formando con ella el conducto pterigopalatino, que da paso al nervio y a los
vasos pterigopalatinos. La cara inferior contribuye a formar la bóveda de las
fosas nasales.

(…)

25
Estructura. Formado principalmente por tejido compacto, solamente la apófisis
piramidal presenta tejido esponjoso.

Osificación. Se desarrolla este hueso a expensas de dos centros primitivos que


aparecen al mes y medio de la vida fetal. Uno de ellos forma la apófisis piramidal
y la porción vertical, exceptiando las apófisis, mientras el otro origina el resto
del hueso. Posteriormente aparecen dos centros complementarios, que
producen las apófisis orbitaria y esfenoidal. (Quiroz, 2013, p.106-107)

Hablando también sobre su osificación y su estructura nos informamos sobre su


desarrollo y dónde se forma para realizar sus funciones.

Figura 1.1.12.
palatino en la
2013.

1.1.1.6. Cornete inferior.

Continuando con lo

imaginarias todo lo que conlleva la estructura de la cara) es el siguiente.

Es un hueso de forma laminar adherido a la pared externa de las fosas nasales.


De contorno ligeramente romboidal, se pueden distinguir en él dos caras, dos
bordes y dos extremidades.

Caras. La cara interna, vuelta hacia el tabique de las fosas nasales, es convexa;
su mitad superior es más o menos lisa, mientras la inferior lleva diversas arrugas
y surcos vasculares. La cura externa es cóncava y forma la pared interna del
meato inferior. (Quiroz, 2013, p.107)

26
Una característica muy peculiar es que los huesos de la cara tienen muchos
surcos vasculares y muchas arrugas, parece que son los huesos que más arrugas
tienen.

Figura 1.1.13. Y 1.1.14. Nota. Las imágenes representan el cornete inferior


de la cara interna y el cornete inferior de la cara externa, respectivamente.
Tomado de “Anatomía Humanal” (p.107) por Q. G., 2013.

Después, continuamos con los bordes, viendo con qué se articulan y viendo más
características pequeñas inimaginables.

Bordes. El borde superior se articula con la cara interna del maxilar superior y
con la misma cara de la lámina ascendente del palatino. Comenzando por
delante, se puede observar en él una laminita delgada, de forma cuadrangular,
que se articula al mismo tiempo con el unguis y con los bordes del canal nasal,
completando así el conducto nasal y recibiendo por eso el nombre de apófisis
lagrimal o nasal. Por detrás de esta existe una ancha lámina, dirigida hacia
abajo y llamada apófisis maxilar o auricular, la cual al articularse con el borde
inferior del orificio del seno maxilar, lo reduce. Por último, en la parte posterior
se encuentra todavía otra pequeña lámina, dirigida hacia arriba y atrás, que se
articula con la apófisis unciforme del etmoides y se llama apófisis etmoidal.

El borde inferior es libre, grueso y convexo y no presenta apófisis.

27
Extremidades. La anterior se articula con el maxilar superior, mientras la
posterior, más aguda, lo hace con el palatino. Ambos se apoyan sobre las
crestas turbinales inferiores de dichos huesos.

Estructura. Está formado exclusivamente por tejido compacto.

Osificación. Se origina a expensas de un solo centro de osificación, el cual se


desarrolla muy tardíamente hacia el cuarto o quinto mes de vida extrauterina.
(Quiroz, 2013, p.107)

También, sobre la estructura que forma, que es exclusivamente por tejido


compacto así como su osificación, dándonos a conocer sobre dónde se origina y
cuándo se desarrolla.

1.1.1.7. Vómer

Continuando, entramos con el hueso vómer, donde nos cuenta todo sobre él.

Es un hueso impar, situado en el plano sagital; junto con la lámina perpendicular


del etmoides y el cartílago forma el tabique de las fosas nasales. Es de forma
cuadrangular y muy delgada. Se distinguen en él dos caras y cuatro bordes.

Caras. Son planas y verticales aunque sufren con frecuencia desviaciones


volviéndose convexas o cóncavas. Forman parte de la pared interna de las
fosas nasales y presentan varios surcos vasculares y nerviosos, de los cuales
uno, dirigido hacia abajo y adelante, es profundo y aloja al nervio esfenopalatino
interno.

Bordes. El superior se abre en forma de ángulo diedro, dejando un canal dirigido


de adelante atrás, cuyas vertientes, llamadas alas del vómer, se articulan con la
cresta inferior del cuerpo del esfenoides. Como la cresta no alcanza el fondo
del canal, se forma un conducto que recibe el nombre de esfenovomeriano, y
por él atraviesa una arteriola que riega el cuerpo del esfenoides y el cartílago
del tabique. El borde inferior, delgado y rugoso, se encaja en la cresta media
que forman en su unión de las ramas horizontales de los palatinos por atrás, y
las apófisis palatinas de su unión las ramas horizontales de los palatinos por

28
atrás, y las apófisis palatinas de los maxilares superiores por delante. El borde
anterior es oblicuo hacia abajo y hacia delante articulándose su parte superior
con la lámina
c a r t í l a g o d e l
interno de los orificios posteriores de las fosas nasales (…).

Estructura. En la
totalidad.

Osificación. Resulta
t o d a v í a s o n a p
l á m i n a s s e o r
comienzan a soldarse por su parte inferior a partir del tercer mes de la vida fetal.

E l c a r t í l a g o n
rechazado a medida que progresa su soldadura. (Quiroz, 2013, p.107-108)

A s í c o m o s u e s
compacto en su totalidad, como nos menciona y nos platica sobre la osificación de este
hueso.

Figura
1.1.15. Nota.
La
imagen

29
representa la cara lateral derecha del hueso vómer. Tomado de “Anatomía Humanal”
(p.104) por Q. G., 2013.

Figura 1.1.16. Nota. La imagen representa la pared interna de las fosas nasales:
porción del vómer. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.

1.1.1.8. Maxilar inferior

Después tenemos a nuestro maxilar inferior, el cual tiene características


diferentes a los otros huesos.

Forma él solo la mandíbula inferior y se puede considerar dividido en un cuerpo


y dos ramas.

Cuerpo. Tiene forma de herradura, cuya concavidad se halla vuelta hacia atrás.
Se distinguen en él dos caras y dos bordes.

Cara anterior. Lleva en la línea media una cresta vertical, resultado de la


soldadura de las dos mitades del hueso, y conocida con el nombre de sínfisis
mentoniana. Su parte inferior, más saliente, se denomina eminencia
mentoniana. Hacia fuera y atrás de la cresta se encuentra un orificio, agujero
mentoniano, por donde salen el nervio y los vasos mentonianos. Más atrás aún,
se observa una línea saliente, dirigida hacia abajo y hacia delante, que partiendo
del borde anterior de la rama vertical, va a terminar en el borde inferior del
hueso; se llama línea oblícua externa del maxilar y sobre ella se insertan los
siguientes músculos: el triangular de los labios, el cutáneo del cuello y el
cuadrado de la barba.
30
Cara posterior. Representa, cerca de la línea media, cuatro tubérculos llamados
apófisis geni, de los cuales los dos superiores sirven de inserción a los músculos
genioglosos, mientras sobre los dos inferiores se insertan los geniohideos.
Partiendo del borde anterior de la rama vertical, se encuentra una línea saliente,
línea oblicua interna o milohioidea, que se dirige hacia abajo y hacia adelante,
terminando en el borde inferior de esta cara; sirve de inserción al músculo
milohioideo. Inmediatamente por fuera de las apófisis geni y por encima de la
línea oblicua, se observa una foseta o foseta sublingual, que aloja la glándula
del mismo nombre. Más afuera aún, por debajo de dicha línea y en la proximidad
del borde inferior, hay otra foseta más grande, llamada foseta submaxilar, que
sirve de alojamiento a la glándula submaxilar. (Quiroz, 2013, p.108-109)

Nos habla sobre su cuerpo y las caras que lo conforman, las líneas, los
tubérculos encontrados, así como también algunas ramas y fosetas.

F i g u r a 1 . 1 . 1
anterolateralmente. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.

A continuación,
caras.

Bordes. El bo
digástricas, situadas una

31
musculo digástrico. El borde superior o borde alveolar, como el inferior del
maxilar superior, presenta una serie de cavidades o alvéolos dentarios. Mientras
los anteriores son simples, los posteriores están compuestos de varias
cavidades, y todos ellos se hallan separados entre sí por puentes óseos o
apófisis interdentarios, donde se insertan los ligamentos coronarios de los
dientes.

Ramas. En número de dos, derecha e izquierda, son aplanadas


transversalmente y de forma cuadrangular; el plano definido por cada una de
ellas es vertical y su eje mayor está dirigido oblicuamente hacia arriba y hacia
atrás. Tienen, por consiguiente, dos caras y cuatro bordes.

Cara externa. Su parte inferior es más rugosa que la superior, ya que sobre
aquélla se inserta el músculo masetero.

Cara interna. En la parte media de esta cara, hacia la mitad de la línea diagonal
que va del cóndilo hasta el comienzo del borde alveolar, se encuentra un
agujero amplio, denominado orificio superior del conducto dentario: por él se
introducen el nervio y los vasos dentarios inferiores. Un saliente triangular o
espina de Spix, sobre el cual se inserta el ligamento esfenomaxilar, forma el
borde anteroinferior de aquél orificio. Tanto este borde como el posterior se
continúan hacia abajo y adelante, hasta el cuerpo del hueso, formando el canal
milohioideo, donde se alojan el nervio y los vasos milohioideos. En la parte
inferior y posterior de la cara interna, una serie de rugosidades bien marcadas
sirven de inserción al músculo pterigoideo interno.

Bordes. El borde anterior está dirigido oblicuamente hacia abajo y adelante. Se


halla excavado en forma de canal, cuyos bordes divergentes se separan al nivel
del borde alveolar, continuándose sobre las caras interna y externa con las
líneas oblicuas correspondientes; este borde forma el lado externo de la
hendidura vestibulocigomática. El borde posterior, liso y obtuso, recibe también
el nombre de borde parotídeo, por sus relaciones con la glándula parótida.

32
El borde superior posee una amplia escotadura, denominada escotadura
sigmoidea, situada entre dos gruesos salientes: la apófisis coronoides por
delante y el cóndilo del maxilar inferior por detrás. La primera es de forma
triangular, con vértice superior, sobre el cual viene a insertarse el músculo
temporal. La escotadura sigmoidea está vuelta hacia arriba y comunica la región
mesetérica con la fosa sigomática, dejando paso a los nervios y vasos
mesetéricos. El cóndilo es de forma elipsoidal, aplanando de delante atrás, pero
con eje mayor dirigido algo oblicuamente hacia adelante y afuera; convexo en
las dos direcciones de sus ejes, se articula con la cavidad glenoidea del
temporal. Se une al resto del hueso merced a un estrechamiento llamado cuello
del cóndilo, en cuya cara interna se observa una depresión rugosa donde se
inserta el músculo pterigoideo externo.

El borde inferior de la rama ascendente se continúa insensiblemente con el


borde inferior del cuerpo. Por detrás, al unirse con el borde posterior, forma el
ángulo del maxilar inferior o gonion.

Estructura. Está formado por tejido esponjoso, recubierto por una gruesa capa
de tejido compacto. Este tejido, sin embargo, se adelgaza considerablemente al
nivel del cóndilo. Se halla recorrido interiormente el maxilar por el conducto
dentario inferior, el cual comienza con el orificio situado detrás de la espina de
Spix y se dirige hacia abajo y adelante, a lo largo de las raíces dentarias,
llegando hasta el nivel del segundo premolar. Aquí se divide en un conducto
externo, que va a terminar el agujero mentoniano, y otro interno, que se
prolonga hasta el incisivo medio.

Osificación. Al final del primer mes de la vida fetal se forma una pieza
cartilaginosa llamada cartílago de Merkel, a expensas del cual se originarán las
dos mitades del maxilar inferior, que son independientes al principio.

En dicho cartílago aparecen entre los 30 y 40 días de la vida fetal seis centros
de osificación, a saber: 1°, el centro inferior, en el borde maxilar; 2°, el centro
incisivo a los lados de la línea media; 3°, el centro suplementario del agujero

33
mentoniano; 4°, el centro condíleo para el cóndilo; 5°, el centro coronoideo, para
la apófisis coronoides; 6°, el centro de la espina de Spix.

Desarrollados a expensas de dichos centros, los dos semimaxilares se sueldan


definitivamente, contuyéndose la sínfisis mentoniana, al tercer mes de la vida
extrauterina. (Quiroz, 2013, p.110-111)

También nos cuenta sobre la estructura y la osificación de este último hueso de


nuestra cara.

Figura 1.1.18. Nota. La imagen representa las inserciones musculares del


maxilar inferior. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.

1.2 Fisiología de la cara.

1.2.1. Generalidades de la piel:

1.2.1.1. La piel:

L a p i e l e s e l ó r

más grande, es de los más delicados.

La piel es vital para nuestra salud y bienestar globales. Además de actuar como
primera línea defensiva del organismo frente a bacterias y virus, la piel sana
mantiene el equilibrio de líquidos y contribuye a regular la temperatura corporal.

34
Es muy sensible y reconoce el toque más suave así como el dolor.

Es el órgano más grande y visible, que cubre casi 2m2 y representa casi 1/6 de
nuestro peso corporal. El estado de la piel puede ejercer también un impacto
significativo sobre nuestra autoestima. (Díaz, 2021, p.2)

La piel es delicada por ser sensible y es necesario cuidarla porque una de sus
funciones es proteger.

1.2.1.2. Estructura de la piel:

La estructura que tiene es que hay 3 capas que hacen que la piel no sea tan
sensible como si no hubiera tanta protección.

La piel, órgano dinámico constantemente cambiante, se compone en tres capas


principales: epidermis, dermis y tejido subcutáneo, cada una de las cuales está
formada por varias subcapas. Los anexos de la piel, como folículos y glándulas
sebáceas y sudoríparas, también desempeñan diversos papeles en su función
global. (Díaz, 2021, p.3)

Es necesario cuidarse a pesar de tener un tipo “3 oportunidades” debido a que la


recuperación es difícil y puede dejar secuelas como cicatrices que en ocasiones, no se
recuperan bien.

1.2.1.3. Epidermis:

La primera capa de la piel es de las primeras que reacciona cuando hay un


problema.

La epidermis, como capa más externa que vemos y tocamos, nos protege frente
a toxinas, bacterias y pérdida de líquidos.

Consta de 5 subcapas de células llamadas queratinocitos. Estas células,


producidas en la capa basal más interna, migran hacia la superficie de la piel
madurando y experimentando una serie de cambios.

Este proceso, conocido como queratinización (o cornificación), hace que cada


una de las subcapas sea distinta.

35
 Capa basal (o estrato basal): Es la capa más interna, donde se producen los
queratinocitos.
 Capa espinosa (o estrato espinoso): Los queratinocitos producen queratina
(fibras de proteína) y llegan a adoptar forma de huso.
 Capa granular (estrato granuloso): Comienza la queratinización: las células
producen gránulos duros y, a medida que éstos empujan hacia arriba, cambian a
queratina y lípidos epidérmicos.
 Capa clara (estrato lúcido): Las células están densamente comprimidas,
aplanadas y no pueden distinguirse unas de otras.
 Capa córnea (o estrato córneo): Es la capa más externa de la epidermis y
comprende, en promedio, unas 20 subcapas de células muertas, aplanadas, en
función de la parte del cuerpo que recubre la piel. Estas células muertas se
desprenden regularmente en un proceso conocido por descamación. La capa
córnea es también asiento de los poros de las glándulas sudoríparas y las
aberturas de las glándulas sebáceas

Las células de la capa córnea se unen entre sí por medio de los lípidos
epidérmicos. Estos lípidos son esenciales para la salud de la piel: crean su
barrera protectora y fijan la humedad. Cuando faltan los lípidos, la piel puede
llegar a estar seca y puede percibirse tirante y áspera. La epidermis está
cubierta por una emulsión de agua y lípidos (grasas) conocida como película
hidrolipídica. Esta película, mantenida por secreciones de las glándulas
sudoríparas y sebáceas, contribuye a mantener la piel flexible y actúa como
barrera adicional frente a bacterias y hongos.

La parte acuosa de esta película, conocida como manto ácido protector,


contiene: Ácido láctico y diversos aminoácidos del sudor. Ácidos grasos libres
del sebo. Aminoácidos, ácido pirrolidincarboxílico y otros factores hidratantes
naturales (FHN), que son predominantemente productos secundarios del
proceso de queratinización

Este manto ácido protector proporciona a la piel sana su pH ligeramente ácido,


entre 5,4 y 5,9. Es el medio ideal: Para que vivan los microorganismos afines a la

36
piel (conocidos como flora cutánea saprófita) y sean destruidos los
microorganismos nocivos. Para la formación de lípidos epidérmicos. Para las
enzimas que impulsan el proceso de descamación. Para que la capa córnea
sea capaz de repararse a sí misma cuando esté dañada En la mayoría de las
partes del cuerpo la epidermis tiene un espesor de sólo 0,1 mm
aproximadamente en total, aunque es considerablemente más delgada en la
piel que rodea los ojos (0,05mm) y considerablemente más gruesa (entre 1 y
5mm) en las plantas de los pies. (Díaz, 2021, p.3)

Esta capa es la primera que es atacada cuando sucede algún accidente y es de


la que siempre tiene una secuela si algo le sucede.

Figura 1.2.19. Nota. La imagen representa los estratos encontrados en la


epidermis. Tomado de “Anatomía funcional del rostro” (p.5) por D. J., 2021.

1.2.1.4.
Expresión facial:

Hablando sobre
los

37
músculos que forman parte de la cara, está lo principal para lo que son que es la
expresión facial.

La expresión facial permite la comunicación, adecuación y regulación de las


emociones dentro del contexto social.

Bajo la piel un complejo conjunto de músculos íntimamente relacionados dan


vida a nuestro rostro, son los llamados músculos faciales.

Estos músculos tienen al menos una inserción en la piel.

 Músculos faciales

Los músculos de la cara contribuyen a la apertura y la oclusión de los orificios


de la cara, a la masticación y a la expresión mímica. Tienen tres características
comunes principales:

 Una inserción móvil cutánea.


 Están inervados por el nervio facial.
 Están agrupados alrededor de los orificios de la cara y son constrictores
dilatadores

Los músculos faciales de la cabeza se dividen en 4 grupos:

1. Músculos de los párpados y de las cejas.


2. Músculos de la oreja.
3. Músculos de la nariz.
4. Músculos de los labios. (Díaz, 2021, p.16-17)

Es importante saber todos los músculos involucrados en la cara que intervienen


en los movimientos para la hora de la terapia.

1.2.1.5. Músculos de la cara:

Los músculos de la cara tienen diversas funciones, pero la principal es poder


gesticular, expresarse con la cara.

38
Los músculos de la cara son muy particulares ya que, al contrario que otros
músculos del aparato locomotor que unen huesos entre ellos, no mueven ningún
hueso y sólo se insertan en un hueso de un único lado del cráneo, e incluso en el
caso de algunos músculos, no se insertan en ningún hueso. De hecho, se
insertan en la cara profunda de la dermis y mueven la piel, de ahí su antigua
denominación de músculos cutáneos. La función de estos músculos fue estudiada
específicamente por Duchenne de Boulogne.

Su principal función es la de controlar los orificios de la cara que pueden abrir y


cerrar, especialmente los ojos y la boca, más accesoriamente las fosas nasales,
y en absoluto los conductos auditivos externos.

Su segunda función es la de modificar la expresión facial para exteriorizar y


expresar los sentimientos. En este sentido, actúan según un lenguaje universal,
que entiende el mundo entero, y que refuerza el lenguaje de las palabras. Este
lenguaje facial casi siempre se acompaña de un lenguaje gestual, expresado por
las manos, este último también universal.

(…).

 Alrededor de los ojos: El músculo orbicular del ojo, con su parte orbital (2)
y su parte palpebral (3). La contracción de este músculo esfínter (en forma
de anillo) cierra los párpados. El cierre de los ojos es por lo tanto un
fenómeno activo: incluso durante el sueño, el orbicular de los ojos
conserva un tono suficiente como para mantener los ojos cerrados. Este
tono desaparece con la muerte: se cierran los ojos de los muertos. En la
vida corriente, el cierre rápido, automático e inconsciente de los párpados,
el guiño, es muy importante para mantener la humidificación del globo
ocular mediante las lágrimas. La apertura de los ojos también es un
fenómeno activo por contracción del músculo elevador del párpado
superior está integrado en la órbita. Entre los ojos, en la raíz de la nariz,
se localizan dos músculos, el músculo procero (4) y el músculo corrugador
de la ceja (5) que permiten fruncir y aproximar las cejas. Por encima de
las cejas, el músculo frontal (1) permite mover el cuero cabelludo hacia

39
delante. Forma junto con el músculo occipiral un músculo digástrico, cuyo
tendón intermediario es la aponeurosis epicraneal que sirve de soporte al
cuero cabelludo. El músculo occipiotal desplaza el cuero cabelludo hacia
atrás. (Kapandji, 2012, p.286)
 Alrededor de las fosas nasales: Existen pequeños músculos dilatadores
(…), y sobre todo, al lado del músculo nasal (6), que frunce la nariz, puede
hallarse el músculo elevador del labio superior y del ala de la nariz (7).
 Alrededor de la boca: El músculo orbicular de la boca (12) también es un
esfínter que no tiene ninguna inserción ósea. Cierra el orificio bucal.
Todos los otros músculos abren la boca:
 Unos elevan el labio superior, como el músculo elevador del ángulo
de la boca (8): su contracción descubre el diente canino;
 O desplazan hacia arriba y afuera, como los músculos cigomáticos
menor (9) y mayor (10);
 O desplazan hacia afuera la comisura labial, como el músculo
buccinador (17) y el músculo risorio (13), que se insertan sobre el
músculo masetero (11) que es, como el músculo temporal (18), un
músculo masticador. Afinan los labios, permitiendo su vibración en
el embudo de una trompeta (…);
 O desplazan la comisura de los labios hacia abajo, como el
músculo depresor del ángulo de la boca (14), que es el músculo del
desprecio;
 O desplazan hacia abajo el labio interior como el músculo depresor
del labio interior (15), que participa en el beso;
 Finalmente, el pequeño músculo mentoniano que asciende el
mentón (16), frunce la piel del mentón, primer signo de pena antes
del llanto…

Nos platica sobre cómo interactúan los músculos del área de los ojos, fosas
nasales y de la boca para poder activarse y realizar ciertos movimientos que son
particulares de los ojos.

40
Figura 1.2.20. Nota. La imagen representa los músculos marcados del texto
anterior. Tomado de “Fisiología Articular” (p.287) por K. A., 2012.

1.2.1.6. Los movimientos de los labios:


Kapandji (2012) nos cuenta sobre lo que se involucra en los movimientos que
intervienen los labios:
Los movimientos de los labios son determinantes para todos los gestos de la
alimentación: abrir la boca, coger un alimento con los labios y a continuación
cerrar la boca durante la masticación. Cuando cualquier individuo se prepara
para beber, los labios se adelantan en dirección al vaso. Se trata de un gesto
que los animales, excepto los monos, no pueden realizar; es por lo que los
mamíferos superiores beben con la lengua, lamiendo. La boca también desempeña
un gran papel en la expresión facial: la risa, la sonrisa, el desprecio, el odio, el

41
disgusto, la duda, el rechazo. Todos estos sentimientos, y también muchos otros
se expresan en primer lugar por la forma de la boca.
La boca también interviene en las relaciones afectivas, como el beso, o durante
el canto.
Redondeándose, la boca puede emitir sonidos, un silbido. El no poder silbar
prueba la parálisis facial.
Estos movimientos dependen de los músculos:
 Cigomático mayor (20) que eleva y desplaza hacia arriba y hacia afuera
las comisuras de la boca, realizando así una sonrisa con la boca cerrada;
 Buccinador (21), en profundidad, y el músculo risorio, en superficie,
desplazan con firmeza hacia fuera las comisuras de la boca, lo que,
afinando los labios, les permite vibrar durante el soplido: esta es la forma
en la que se toca la trompeta, el trombón y la trompa.

La sonrisa (22) es el resultado de la semiapertura de la boca, cuyas comisuras


se desplazan hacia arriba y hacia fuera gracias a los músculos cigomáticos mayor y
menor y el músculo risorio mientras que el labio inferior se desplaza hacia abajo
por la acción del músculo depresor del labio inferior y del músculo mentoniano.

Finalmente, la contracción del músculo depresor del ángulo de la boca (23)


desciende las comisuras de la boca para expresar el desprecio. (p.288)

Cuando nos damos cuenta todo lo que se involucra para realizar un solo
movimiento de los labios, te das cuenta lo que realmente hace tu cuerpo, lo que hacen
tus músculos para poder realizar las expresiones faciales.

42
Figura 1.2.21. Nota. La imagen representa los músculos marcados del texto
anterior. Tomado de “Fisiología Articular” (p.289) por K. A., 2012.

Para poder pronunciar las palabras, la boca gesticula ciertos movimientos. Desde
pequeños nos enseñan las vocales, es lo primero que nos enseñan para aprender a
escribir y las repetimos y repetimos y repetimos. Kapandji (2012) nos cuenta qué
pasa…

La boca entreabierta, como para sonreír (24), puede pronunciar la vocal A


abriéndose ampliamente, y la bocal I permaneciendo apenas abierta.

43
Pronunciando “insistí” en el momento de una foto, la boca está en posición de
sonrisa…

Sin embargo, la contracción más marcada del músculo orbicular de la boca (25)
redondea y cierra la boca para permitirle pronunciar O, también U…

La posición U, es aquella en la que la boca está más cerrada, más redondeada, y


los músculos que normalmente la abren y la engrandecen están distendidos.
(p.290)

Así nos damos cuenta que cuando se pronuncian ciertas letras, gesticulamos
demás, así se pueden escuchar fuerte y claro además de que nos expresamos
gracias a las palabras.

44
Figura
1.2.22. Nota.
La imagen
representa los

45
músculos marcados del texto anterior. Tomado de “Fisiología Articular” (p.291) por
K. A., 2012.

1.2.1.7. Las articulaciones temporomandibulares:


Cuando se comienza a estudiar sobre este aspecto, nos famos cuenta todo lo
que se involucra para algunos movimientos que se nos hacen simples a la vista.
Las articulaciones temporomandibulares son articulaciones de las que se habla
poco, pero que sin embargo tienen una importancia vital, ya que sin ellas no se
puede comer. Permiten los movimientos de la mandíbula: el hueso maxilar
inferior se articula con la base del cráneo por dos articulaciones de tipo condíleo,
localizadas justo por delante y por debajo del conducto auditivo externo.
Estas articulaciones están mecánicamente unidas y no puede por lo tanto
funcionar la una sin la otra. Garantizan ambas la función masticatoria.
La mandíbula, cuyo cuerpo tiene una forma curvada, que recuerda la herradura
de un caballo aplastada transversalmente, contiene en su borde superior el arco
alveolar inferior. En su parte posterior, se prolonga arriba y atrás por dos ramas
ascendentes, que terminan en un cóndilo, sujetado el mismo por una zona
retraída, el cuello. Por delante del cóndilo, la rama ascendente finaliza en la apófisis
coronoide, aplanada transversalmente.
Los movimientos de la mandíbula son complejos. A continuación se
esquematizan mediante seis flechas:
 El más simple movimiento en sentido vertical con:
 Un movimiento de apertura, que permite introducir alimentos entre las
arcadas dentales;
 Un movimiento de cierre, que permite alcanzar los alimentos y sobre todo
masticarlos;
 Un movimiento de lateralidad, hacia la derecha y hacia la izquierda, que
permite deslizar la superficie de los molares inferiores sobre la superficie de
los superiores, como si se tratase de una rueda de molino con el objetivo de
aplastar y moler los alimentos;

46
 Un movimiento longitudinal, en el sentido anteroposterior de avance y de
retroceso, que puede combinarse con os movimientos de lateralidad, para
realizar lo mejor posible el movimiento de moler circular entre los molares.

Todos estos movimientos no poseen ejes fijos: los movimientos de la mandíbula


son el ejemplo mismo de los movimientos alrededor de los ejes instantáneos
evolutivos, como suele ocurrir en la biomecánica. (Kapandji, 2012, p.294)

Es impresionante todo lo que se involucra con simples movimientos que vamos


aprendiendo desde el día que nacemos, los hacemos desde la gestación, y vamos
dominándolos hasta aprender de ellos.

1.2.1.8. Los músculos masticadores del cierre mandibular:

Es importante saber cuáles son los músculos involucrados en cada aspecto de la


masticación. Estos músculos llegan a producir problemas en algún momento.

Los músculos de la oclusión mandibular son tres, de los cuales dos son visibles
en una visión externa del cráneo:

 Músculo temporal, ancho, potente y plano, que se inserta en forma de


amplio abanico en toda la superficie de la fosa temporal, por debajo de la
arcada cigomática que atraviesa, para insertarse por medio de un tendón
en la apófisis coronoides de la mandíbula;
 El músculo masetero, se origina en la cara externa del ángulo de la
mandíbula, para insertarse en el borde inferior de la arcada cigomática;
 El músculo pterigoideo medial, que se origina en la cara interna del ángulo
de la mandíbula, se dirige oblicuamente hacia arriba, hacia dentro y hacia
delante para insertarse en la concavidad de la apófisis pterigoidea. Se
localiza por detrás del borde posterior de la mandíbula. Este tercer
músculo no es visible más que tras la extirpación de la mitad opuesta de
la mandíbula. En esta visión externa del cráneo, puede apreciarse
entonces la cara interna de la mandíbula derecha. (Kapandji, 2012, p.300)

47
Estos problemas, debido a la masticación, el movimiento que produce puede
tener algún problema del cual no atendamos, y podría producir algún problema en
donde se quede “trabada la mandíbula” y haya mucho dolor e incluso sea grave, así
que es algo importante que debe tratarse al momento de tener algún problema o algo
anormal que pueda resultar peor.

Figura 1.2.23 y 1.2.24. Nota. Las imágenes representan las acciones que hacen
los músculos de la mandíbula. Tomado de “Fisiología Articular” (p.301) por K. A.,
2012.

1.2.1.9. Los músculos de la apertura mandibular:

Es importante tomar en cuenta de lo que habla Kapandji (2012) respecto a los


músculos que nos ayudan a abrir la boca.

48
Los músculos motores de la apertura mandibular, y por lo tanto de la apertura de
la boca, son más numerosos y menos potentes que los que garantizan la
oclusión mandibular. Es necesario recalcar que la gravedad actúa en el sentido de
la apertura: es lo que se produce automáticamente durante el sueño o en caso de
pérdida de conciencia.

Los músculos motores de la apertura están ubicados, todos excepto uno, por
debajo de la mandíbula. El hueso hioides y el cartílago tiroides desempeñan el
papel de relevo entre la mandíbula y el orificio superior del tórax, formado por la
primera costilla, a cada lado, y el manubrio esternal, en el centro.

Los músculos se reparten pues en dos grupos: los músculos subhioideos y los
músculos tirohioideos.

Los músculos infrahioideos comunican el aparato tirohioideo con la cintura


escapular y el esternón. Se hallan de dentro afuera, en el borde inferior del hueso
hioides.

 El músculo tirahioideo, que desciende verticalmente para fijarse en la


vértice superior de la cresta oblicua del cartílago tiroides. Se prolonga
hacia abajo mediante los tres músculos siguientes;
 El músculo esternotiroideo, banda muscular que parte de la vertiente
inferior de esta misma cresta para acabar fijándose sobre el manubrio
esternal;
 El músculo esternohioideo, que se extiende desde el esternón al hueso
hioides y se fija sobre el manubrio esternal por fuera del anterior,
sobrepasando el extremo interno de la clavícula. Se fija sobre el hueso
hioides por fuera del músculo tiroideo;
 El músculo onohioideo, músculo estrecho y digástrico, que parte del borde
superior del omóplato, su vientre inferior se dirige hacia arriba, hacia
dentro y ligeramente hacia delante hasta la fosa supraclavicular, donde
presenta su tendón intermedio. A partir este punto, su vientre superior
cambia de dirección para ascender casi verticalmente e insertarse en el
borde inferior del hueso hioides, por fuera de los anteriores.
49
Todos estos músculos descienden el hueso hioides y el cartílago tiroides y
ofrecen resistencia a los músculos suprahioideos.

Los músculos suprahioideos forman la zona superior de los músculos de la


apertura mandibular. El hueso hioides está atado por detrás a la base del cráneo
por:

 El músculo estilohioideo, que se extiende desde la apófisis estiloides al


hueso hioides;
 El músculo digástrico, cuyo vientre posterior se fija sobre la apófisis
mastoides. Se dirige hacia abajo y hacia delante y su tendón intermedios e
desplaza por la corredera fibrosa, para fijarse al pequeño hueso hioides.
Su vientre anterior cambia de dirección y se dirige hacia arriba y hacia
delante para fijarse a la cara interna de la parte mentoniana de la
mandíbula. (…)

El hueso hioideo está unido a la mandíbula por medio de dos músculos más:

 El músculo geniohioideo, vasta capa muscular que se extiende desde el


hueso hioides a la cara interna de la mandíbula;
 El músculo milohioideo, vasta capa muscular que se extiende en
semicornete entre el hueso hioides y la cara interna de la mandíbula (se
trata del músculo milohioideo izquierdo que forma el suelo de la boca).

Todos estos músculos descienden la mandíbula, apoyándose sobre el hueso


hioides, fijado por los músculos infrahioideos. (…) estos músculos son flexores a
distancia del raquis cervical si actúan sinérgucamente con los músculos
masticadores. (p.302)

Es importante tomar en cuenta cada aspecto que se toma en cuenta para abrir la
boca, todos los músculos que intervienen dentro de esta acción y todo o que realiza
esta función.

1.2.1.10. El globo ocular: una enartrosis perfecta:

50
En el momento que se comienza a hablar sobre la vista, nos damos cuenta que
es un tema importante debido a que al ser un sentido importante, a pesar de que todos
los sentidos son importantes, la vista es algo que debe ser demás cuidadoso.

(…) el globo ocular es una enartrosis, una articulación esférica, como las
articulaciones de la cadera y el hombro. (…), un globo esférico compuesto por la
esclerótica flexible y resistente, incluida en la vaina del bulbo del ojo,
proporcionando una superficie de deslizamiento también esférica y flexible, y por
lo tanto permanentemente adaptable, separada del globo (…).

De hecho, la vaina del bulbo del ojo, gruesa en torno al ecuador del globo, se
hace progresivamente más fina y más flexible hacia los polos, especialmente hacia el
polo posterior por donde penetra el nervio óptico.

Este sistema esférico, envuelto en una atmósfera celuloadiposa, semilíquida,


suspendida en las paredes de la órbita por medio de tractos fibrosos que emanan
de las vainas de los músculos del globo ocular: músculo recto superior, músculo
recto inferior, músculo oblicuo inferior, músculo elevador del párpado superior. Es
la mejor suspensión elástica de todo el cuerpo. Está perfectamente protegida en
las paredes óseas de la órbita, por delante, por los párpados, y la continuidad del
revestimiento está garantizada por la conjuntiva, que se repliega en forma de
fondo de saco conjuntivo sobre el globo ocular. Esta enartrosis es tan perfecto que
podría tomarse como ejemplo para otras enartrosis. (…) contiene tres pares de
músculos, una por cada grado de libertad.

 Las dos partes de músculos rectos controlan los movimientos


rectangulares, horizontales y verticales:
 Mirada hacia arriba: contracción del músculo recto superior;
 Mirada hacia abajo: contracción del músculo recto inferior;
 Mirada lateral: contracción del músculo recto lateral, del lado de la
dirección de la mirada, y del músculo recto medial del lado opuesto.

En la mirada rectangular, la articulación esférica del globo ocular se comporta


como un cardan: dos ejes (…), dos grados de libertad. Todo es sencillo:

51
 Las cosas se complican en el caso de la mirada oblicua, bien hacia arriba,
bien hacia abajo. Es entonces cuando interviene el tercer par de músculos
motores del ojo, los rotadores en torno al eje polar octagonal a los dos
ejes vertical y horizontal, cuyas acciones son simétricas y opuestas:
 El músculo oblicuo inferior es el más simple. Se inserta en el lado
externo del globo, lo rodea por el debajo del ecuador, y,
dirigiéndose hacia dentro, acaba fijándose en la pared de la órbita
en su ángulo inferior interno. El músculo oblicuo inferior izquierdo
hace girar el globo en el sentido de las agujas del reloj, denominado
sentido horario. El músculo oblicuo inferior derecho le imprime una
rotación anti-horaria. Así pues son perfectamente antagonistas y no
se contraen nunca a la vez;
 El músculo oblicuo superior es más complejo. Se trata de un
músculo digástrico, cuyo tendón intern,edio se pliega sobre sí
mismo en una polea fibrosa fija al borde superointerno de la órbita.
Su primer cuerpo muscular tiene un trayecto idéntico, pero opuesto
al del músculo oblicuo inferior: se inserta en el lado externo del
globo, envuelve su ecuador por arriba, y se dirige hacia dentro para
introducirse en la polea. Cambia entonces de dirección para fijarse,
en el fondo de la órbita, con los músculos derechos. El músculo
oblicuo superior izquierdo hace girar el globo en el sentido anti-
horario. El músculo oblicuo superior derecho le imprime una
rotación horaria. En este sentido son pues perfectamente
antagonistas y no se contraen jamás a la par. Sin embargo, poseen
una sinergia cruzada con los músculos oblicuos inferiores: el
músculo oblicuo superior derecho con el músculo oblicuo inferior
izquierdo; y viceversa. Igualmente, son antagonistas homolaterales:
el músculo oblicuo superior derecho contra el músculo oblicuo
inferior derecho; e igualmente en el caso del lado izquierdo.
(Kapandji, 2012, p.306)

52
Es importante saber sobre los movimientos que son básicos dentro de la vista
para que, por si ocurre algún problema, sea fácil de identificar, sobre todo en la parálisis
facial.

1.3. Fisiopatología.

1.3.1. Fisiopatología de la cara:

1.3.1.1. Axones dañados:

Antes de comenzar con cada uno de los posibles daños causados por la parálisis
facial, comenzaremos hablando desde la raíz.

Cuando un axón del nervio facial se daña, ocurren importantes cambios


histológicos y bioquímicos en el cuerpo de la célula, tanto proximal como
distalmente al lugar de la lesión, y el nervio dañado ya no es capaz de conducir
impulsos a la musculatura facial, produciéndose la parálisis. Sunderland, junto
con los estudio previos de Seddon de 1943, propuso una clasificación que explica los
diferentes mecanismos que ocurren en las lesiones periféricas de los nervios,
llamándolas neuroapraxia, axonotmesis y neurotruesis, ésta última a su vez con
tres grados, pérdida del endoneuro, pérdida del perineuro y sección nerviosa
completa. Usando éstas definiciones patológicas, el daño nervioso se clasifica de
primer a quinto grado para su significado pronóstico y terapéutico. (Ortega, 1995,
p.67)

Nos cuentan sobre qué es lo que pasa en los nervios que además, está
clasificado para que se pueda definir qué tipo y qué características tiene cierta parálisis
facial.

1.3.1.2. Neuropraxia:

Primeramente, Ortega (1995) nos explica una clasificación dentro del problema
de la parálisis facial.

Así se denomina al bloqueo de la conducción nerviosa: el nervio está físicamente


intacto, pero la conducción bioquímica de los impulsos nerviosos está bloqueada.

53
La neuroapraxia es un primer grado de bloqueo en el cual la vaina de mielina
está conservada y no ocurre degeneración walleriana.

Clínicamente hay parálisis con mantenimiento relatico de la sensibilidad térmica y


algésica, lo que Erb llamó hace un siglo, parálisis paradójica, ya que los axones
de pequeño calibre apenas se alteran. Este es el tipo de lesión predominante en
las parálisis agudas traumáticas, “parálisis del Sábado por la noche”, parálisis por
“torniquete” y muchas parálisis de Belí. El bloqueo de la conducción es
probablemente debido a la obturación de los canales iónicos producidos por
pequeños desplazamientos focales de mielina. La recuperación es habitualmente
completa en plazo máximo de 3 a 6 semanas, gracias a la remielinización
producida por proliferación de células de Schawnn. (p.69)

Así podemos entender que el tratamiento que se implemente cuando ocurra este
problema, será diferente a los otros.

1.3.1.2. Axonotmésis:

Otro lugar donde ocurre otra lesión, se desarrolla esta, que se explica de la
siguiente manera:

Es el daño nervioso en que ocurre degeneración walleriana distalmente a la


lesión, es un daño de segundo grado y conlleva pérdida de la vaina de mielina
pero con integridad del endoneuro. La recuperación es más lenta que en el grado 1
pero también completa. El axón se regenera a razón de 1 mm. al día,
aproximadamente. (Ortega, 1995, p.69)

Una característica de esta lesión es que la recuperación es algo lenta, sin


embargo, lo importante es que con buen tratamiento, la persona se recupera
completamente.

1.3.1.3. Neurotmésis:

Los grados más graves entran en este aspecto donde con más trabajo y bien
desarrollado el tratamiento, el paciente puede tener una recuperación buena. Ortega
(1995) nos platica sobre esto:

54
Del tercer al quinto grado se llaman neurotruesis, dependiendo de la integridad
del endoneuro, perineuro y epineuro con sección nerviosa completa.

En las lesiones de tercer grado, hay ruptura del endoneuro y degeneración


walleriana, pero se conserva el perineuro. Es muy probable que en este tipo de
lesión se produzca o una reinervación incompleta por degeneración axonal
retrógrada y/o bloqueo del crecimiento por fibrosis cicatricial; o una reinervación
aberrante por ramificación, o errónea por crecimiento axonal en el endoneuro de
otro axón con funcionalidad diferente.

En el cuarto grado el perineuro que rodea a los fascículos está interrumpido,


mientras que en el quinto grado la zona lesionada llega hasta el epineuro y por
tanto todo el nervio está seccionado. En ambos casos la continuidad del nervio
únicamente se puede recuperar con el abordaje quirúrgico. (p.69-70)

En este tipo, es algo difícil que haya una buena recuperación, debido a la zona
que deteriora.

1.3.1.4. Hablando fisiopatológicamente:

Ortega (1995) nos platica sobre qué es lo que pasa al 100% respecto al fallo que
provoca la parálisis facial.

Fisiopatológicamente, en cualquier lugar donde haya pérdida de la continuidad


axonal (axonotmesis y neurotmesis), la parte final del axón degenera,
probablemente en minutos. Las fibras proximales degeneran minimamente, con
frecuencia hasta el primer nódulo de Ranvier aunque de manera ocasional puede
llegar hasta el tercer nódulo. Numerosos organelos y enzimas transportados por
el axón se aproximan a la zona lesionada y en unas horas puede observarse
inflamación de los bordes axonales asociada a alta actividad enzimática. Casi
todo el tronco nervioso proximal se ensancha pronunciadamente en las dos semanas
siguientes, lo cual explica probablemente, la menor velocidad de conducción
durante la regeneración. Varios días después de la lesión también se pueden
observar la aparición de pequeños brotes emergiendo de los bordes del axón,
incluso en número excesivo, si bien sólo aquellos que encuentren el camino de

55
las células de Schwann se desarrollan completan la regeneración, el resto se atrofia
o forma un neuroma.

Mientras tanto en el cuerpo celular están realizándose unos cambios muy


específicos, presumiblemente, preparando la regeneración axonal. Estos
cambios, ahora conocidos como cromatolisis, fueron descritos por Nissl en 1892, e
incluyen inflamación de los cuerpos celulares, desintegración de los cuerpos de
Nissl con hipertrofia del retículo endoplásmico rugoso, incremento del RNA y
múltiples enzimas, movimiento del núcleo a la periferia y formación de un casquete
nuclear basofílico. Otros cambios incluyen la distribución enzimática y un marcado
incremento de las células de la microglia perineuronal, cambios que parecen
permanecer incluso después de que la regeneración está completada. Estas
células de la microglia pueden desplazar entradas postsinápticas de axones
próximos y si los cambios se hacen permanentes explicarían funciones faciales
alteradas, que se pueden observar tras la regeneración. Junto al aumento de la
síntesis proteica neuronal, hay incremento en la liberación del material
recientemente sintetizado y transportado por el axón. Para dirigir el crecimiento
de los brotes de regeneración, se producen unos cambios específicos en el lugar de
la lesión. Por degeneración walleriana, a lo largo de una semana, el axon distal y
su vaina de mielina se descomponen en relación con la proliferación de células
de Schwann y de mastocitos que, trabajando sinérgicamente, eliminan el axón distal
y su vaina, procesos conocidos como axonolisis y mielinolisis. Simultáneamente,
las células de Schwann que están proliferando se alinean a lo largo del eje de las
fibras degeneradas y forman las bandas de Búngner, visibles ya al quinto día de
la lesión y por tanto, preparadas para albergar los brotes axonales que hayan
comenzado a producirse. Sin embargo, mientras que un brote axonal que
alcance uno dé estas bandas crecerá fácilmente hasta llegar al punto terminal, no
existe especificidad conocida para aceptar una fibra en particular en estos canales
recientemente formados, por lo que el mantenimiento de una alineación
apropiada entre los segmento proximal y distal del nervio lesionado es de
importancia vital para que la regeneración resultante sea funcionalmente normal.
Fisiopatológicamente, esto explica la mejor evolución de las axonotruesis

56
comparativamente con las neurotmesis. Una vez que la fibra ha encontrado su
camino, la célula de Schwann comienza la remielinización y en período de unos
pocos meses la fibra recupera su situación previa a la lesión tanto en tamaño
como en su vaina de mielina. Las fibras crecen de 1 a 4 mm al día por lo que
teóricamente, el facial debería ser capaz de crecer desde el ángulo
cerebelopontino a la periferia en no más de 6 meses. Tras un período de
crecimiento, la posibilidad de éxito en la regeneración decrece, ya que después
de 90 a 100 días, las bandas de Eúngner degeneran y son sustituidas por tejido
cicatricial. Es más, con el paso del tiempo comienza la atrofia muscular por
denervación con lo cual incluso regeneraciones neuronales directas servirán de
muy poco. Sin embargo, la musculatura facial parece retener su habilidad para
recibir reinervación durante un período de tiempo inusualmente largo,
habiéndose descrito casos de recuperación funcional tras varios años. (p.74-77)

Es impresionante darte cuenta de todo lo que toca el tener una parálisis facial, el
proceso para que se produzca y cause el daño que causa siendo reversible e incluso
llegar a ser irreversible.

1.3.1.5. Fisiopatología de la evolución:

Hablando un poco más de lo que conlleva presentar una parálisis facial, Ortega
(1995) nos cuenta lo siguiente al respecto:

La musculatura humana parece retener su arquitectura e integridad celular


durante años y aunque la atrofia de las fibras musculares comience a las pocas
semanas de la denervación, este proceso parece ser reversible, al menos hasta que
haya pasado suficiente tiempo para que la fibrosis limite la motilidad funcional de las
fibras musculares. Esto puede ocurrir en meses o en años, dependiendo de los
músculos involucrados, siendo los faciales de los grupos que más tiempo
mantienen su capacidad de regeneración si son nuevamente reinervados. Es
más, los músculos denervados o lesionados, se hacen más receptivos a la
reinervación, desarrollando, incluso, nuevas placas motoras. En todo caso y
mientras no se pueda fijar un tiempo límite, cuanto antes se complete la
reinervación, más probable es una recuperación satisfactoria.

57
Basándose en estos procesos fisiopatológicos, el resultado último de la
recuperación de una lesión nerviosa facial puede variar considerablemente,
dependiendo de la intensidad de la lesión. Así en las neuroapraxias, en las que
no hay degeneración axonal, no hay pérdida de placas motoras ni desestructuración
muscular ni ocurre atrofia, la recuperación total debería suceder en unas
semanas.

Cuando ha habido una pérdida de la continuidad axonal, aún podría ocurrir una
recuperación similar. Dado que la recuperación debe ser precedida de
degeneración y posterior regeneración, se retrasará hasta que la regeneración
progrese desde el lugar de la lesión a las placas motoras. El tiempo de evolución
puede pronosticarse si se conoce la distancia entre la lesión y la placa motora ya
que el crecimiento axonal es de 25 a 50 milímetros al mes. Sin embargo, la
recuperación puede ser incompleta aunque sin poderse predecir la aparición de
sincinesias.

Cuando se produce una lesión tipo neurotmesis proximalmente a las ramas


periféricas del nervio facial, la pérdida de los tubos del endoneuro produce una
pérdida total de guías para las fibras nerviosas en regeneración, por lo que no
hay ninguna especificidad durante la regeneración y cualquier fibra puede alcanzar
una banda de Bíángner y terminar reinervando algún músculo denervado. Puesto que
la colocación espacial de la mayoría de las fibras del tronco principal del facial es
aleatoria, es muy probable que la reinervación periférica involucre por azar
nervios que centralmente engloben ramas distintas de las afectadas
originariamente en la parálisis, siendo esta la explicación más probable para la
aparición de sincinesias. Por tanto, la existencia de neurotmesis se correlaciona con
prácticamente el 100 % de regeneraciones aberrantes.

Otra posible alteración tras la regeneración se ve únicamente cuando la lesión


produce degeneración proximalmente al ganglio geniculado. Son las conocidas
como lágrimas de cocodrilo, referidas a la lacrirnación que se produce como
respuesta a estímulos gustativos que normalmente producirían salivación. El
mecanismo probable es que las fibras eferentes salivares del núcleo salivar

58
superior, fibras normalmente destinadas a las glándulas salivares submaxilares y
sublinguales vía la cuerda del tímpano, crecen inapropiadamente hacia el nervio
petroso superficial mayor alcanzando la glándula lacrimal vía el ganglio
esfenopalatino. Comprendiendo la fisiopatología, es posible planear el
tratamiento quirúrgico, en este caso neurectomía del vidiano.

Un minucioso conocimiento de la neurofisiología, de la clínica y de la


fisiopatología del nervio facial hace posible comprender y analizar la mayoría de
los problemas del nervio facial, ayudando a predecir el pronóstico y actitudes
terapéuticas correctas. (p.77-80)

Es impresionante cómo es tan específico cada aspecto que representa cada área
y que precisamente por eso, es necesario dar un tratamiento adecuado.

59
1.4. Equipo.

1.4.1. Equipo para el tratamiento:

1.4.1.1. Tratamiento térmico:

Muñoz y Toquero (2009) nos cuentan algo sobre el equipo que podríamos
implementar para el tratamiento de la parálisis facial:

Antes de empezar el tratamiento propiamente dicho, aplicaremos una lámpara


infrarroja durante 10 minutos y a un metro de distancia de la cara; es importante
proteger el ojo con una compresa estéril y húmeda. La hipertermia obtiene una
relajación muscular importante a la hora de realizar la sesión. (p.6)

La aplicación de esta lámpara nos va


a permitir como “calentar” la zona y
prepararla para poder comenzar con el
tratamiento adecuadamente.

60
Figura 1.4.25. Nota. La imagen representa la lámpara que puede tomarse como
opción para aplicación de tratamiento térmico. Tomado de “Fisioterapia de la
parálisis facial” (p.6) por P. M. Y A. T. 2009.

1.4.1.2. Tratamiento de electroterapia:

Es importante este aspecto de utilizar la electroterapia como un mecanismo para


poder realizar un tratamiento más estructurado.

Según bibliografía consultada y diferentes autores, existe mucha disparidad en cuanto


al tratamiento de electricidad. Personalmente decidimos no aplicar ningún tipo de
corriente eléctrica por la posibilidad de crear un hemiespasmo residual. Según nuestra
búsqueda bibliográfica existen autores que hablan de la utilización de corrientes de
media frecuencia (2 500 Hz), modulada en amplitud y en largos periodos. En intervalos
variables de 0.3 a 3 segundos. (Muñoz y Toquero, 2009, p.6)

Sin embargo, hay autores e incluso fisioterapeutas que no se agarran de la

electroterapia, esto porque ya sea que le tienen miedo e incluso que lo ven como una
contraindicación, incluso, los EMS, no aparecen como una opción debido a esto, ya es
muy vieja la creencia de usar para todo la electroterapia.

61
Figura 1.4.26. Nota. La imagen representa la lámpara que puede tomarse como
opción para aplicación de tratamiento de la electroterapia. Tomado de
“Fisioterapia de la parálisis facial” (p.6) por P. M. Y A. T. 2009.

1.4.1.3. Masaje:

Lo primero que nos enseñan cuando entramos a la carrera es la introducción


para los masajes (por esto, nos llaman masajistas) pero es la parte esencial para la
carrera, nuestras manos es lo que más debemos cuidar, para los tratamientos.

La finalidad del masaje es esencialmente para obtener efectos circulatorios,


favoreciendo el metabolismo celular y estimular la troficidad tisular muscular. Y
otra parte importante es el rol psicológico para ganar confianza con el paciente y
obtener su relajación). Existe una relajación importante a nivel facial.

La realización del masaje intrabucal e intranasal permite la relajación de los


músculos profundos (bucinador y elevador superior labial). Se efectúa con la
ayuda de dos dedos internos y el pulgar fuera en modo de pinza. Se realiza
mediante presiones circulares. El masaje se hace en un orden establecido.

 Se empieza en la región del entrecejo hacia el sillón nasogeniano., el ala de la


nariz, el labio superior y después pasando bajo el mentón a lo largo del maxilar,

62
subimos hacia la oreja, donde el masaje se hace de una manera más enérgica
donde terminamos hacia las cejas.
 Después masaje del frontal, comenzando por los temporales, después
deslizándonos con ligera presión de los dedos hacia el eje de simetría de la cara
y retornamos hacia los temporales en estiramiento ligero, finalizando en dirección
a la raíz del cabello y haciendo un masaje transversal a nivel de las arrugas.
 Masaje de los ojos; que debe de ser repetido de 5 a 6 veces. Comienza en la
región del entrecejo, pasando por los parpados superiores hasta el ángulo
externo del ojo y volviendo bajo el ojo hasta la raíz de la nariz. El mismo masaje
se realiza a la inversa y se termina por un estiramiento de la piel del ángulo
externo. Finalizando con un ligero pinzado rodado de los pómulos. Es importante
realizar el masaje alrededor del globo ocular en apoyo con el hueso y NUNCA
sobre el globo ocular.
 Masaje de labios de dentro hacia fuera seguido de un estiramiento hacia el
exterior. Existe también otro tipo de masaje que se puede hacer al comienzo y al
final de tratamiento que consiste en pases suaves, lentos y simétricos sobre los
dos lados de la cara en apoyo un poco más fuerte sobre el lado paralizado.
Realizamos presiones con deslizamiento superficial, presiones locales y
pinzados rodados suaves. Procuraremos no provocar reacciones reflejas del lado
sano. (Muñoz y Toquero, 2009, p.7)

El principal objetivo es la circulación, es poder activar los vasos sanguíneos para


que se pueda dar un mejor tratamiento.

1.4.1.4. Reeducación:

Muñoz y Toquero (2009) nos cuenta sobre la reeducación que se implementa


para el tratamiento.

Hay que volverle a dar al enfermo el esquema corporal y hacerle retomar


conscientemente el movimiento de sus músculos.

Fases de la reeducación:

 Pasiva:

63
 Se realiza antes que aparezca el movimiento voluntario. Se le
demandará al paciente que realice unos ciertos gestos mímicos, el
fisioterapeuta al mismo tiempo realiza una simetría del movimiento
del lado paralizado. Deberá ser un trabajo activo y controlado del
lado sano y pasivo del lado paralizado. Es importante decir que la
mayoría de los movimientos faciales son sinérgicos, quiere decir,
que las dos hemicaras deberán actuar en el mismo tiempo.
Deberemos enseñar al paciente a controlar la contracción aislada
de cada grupo muscular de la cara; para ello le pediremos la
realización de una contracción activa bilateral, consiguiendo una
simetría del movimiento mediante la ayuda de nuestros dedos en el
lado paralizado. Por ejemplo: le pediremos al paciente que sonría
(mediante una contracción de los zigomaticos), el paciente en la
fase pasiva solamente logrará movimiento en la hemicara sana;
nosotros simularemos el movimiento del lado paralizado subiendo
con nuestros dedos la comisura labial hacia arriba, de esta forma
conseguiremos una sonrisa simétrica. Sin olvidar que realizaremos
el movimiento pasivo a la misma velocidad que se realiza el
movimiento en el lado sano. Esta maniobra pasiva ejercida por el
fisioterapeuta se realizará en todos y cada uno de los movimientos
indicados anteriormente.
 Activa:
 Comienza en el momento de la aparición del movimiento voluntario.
Fase activa con ayuda: Todos los ejercicios se realizan delante de
un espejo para tomar conciencia del movimiento. El espejo deberá
tener una línea media para poder dividir las dos hemicaras y hacer
el ejercicio más preciso. El fisioterapeuta terminará siempre el
movimiento demandado siempre y cuando el paciente no llegué al
final de este. Es importante realizar estiramientos musculares de
cada uno de los músculos del lado paralizado para mejorar el

64
trofismo muscular. Fase activa sin ayuda: Podemos acelerar la
recuperación utilizando modos de resistencia. (p.7-8)

Siempre comenzando con la pasiva y después con la activa para que el paciente
pueda ir aprendiendo y pueda ir mejorando sus aspectos.

1.5. Tratamiento.

1.5.1. Tratamiento de la lesión:

1.5.1.1. Aspectos importantes:

Es importante tomar en cuenta antes del tratamiento qué es lo que se busca


dentro de tratar a nuestro paciente y hay diferentes aspectos.

El tratamiento de la parálisis facial tiene, razonablemente, que basarse en: a)


tipo de la parálisis; b) etiología y naturaleza de la lesión causal; c) lugar en el
cual se ha producido la lesión; d) intensidad o magnitud de la lesión y de la
parálisis; e) tiempo transcurrido entre la iniciación de la parálisis y el examen
del enfermo. (Ubillus y Sánchez, 2018, p.260)

Teniendo en cuenta estos aspectos, podremos comenzar con los distintos


tratamientos.

65
Antes de comenzar un tratamiento, podemos investigar otros tratamientos para
poder darle un tratamiento alternado y más completo.

1.5.1.2. Otros tratamientos a tomar en cuenta:

o Protección del ojo para impedir que se seque la córnea, utilización de


gotas lubricantes y apósitos para cubrir el ojo durante la noche.
o Masaje de los músculos debilitados.
o Toxina botulínica para la sincinesia y los espasmos hemifaciales.
o Metil-cobalamina.
o Otros con efecto incierto: acupuntura y estimulación eléctrica
transcutánea.
o Descompresión quirúrgica en las primeras tres semanas de iniciados los
síntomas es recomendada en los pacientes que persisten con perdida
funcional, sin embargo la Academia Americana de Neurología no
recomienda esta práctica en la parálisis facial de Bell.
Una vez que el paciente llega a nosotros para poder tratarle debemos de realizar
un estudio del tono y coordinación de los músculos de la cara. El tono de la cara
se debe de comparar de manera simétrica con el lado contralateral y en reposo.

El tono será evaluado de la siguiente manera: 0 = tono simétrico y normal, -1 =


hipotonía ligera, -2 = hipotonía fuerte, +1 = hipertonía ligera, +2 = hipertonía
fuerte. Podremos observar que cuando está presente una parálisis del nervio
facial, si el factor dominante es una hipotonía, existirá una disminución de las
arrugas de la frente, la caída de la comisura labial, caída nasogeniana y del
parpado homolateral al lado paralizado; mientras que una hipertonía del nervio
facial existirá los síntomas contrarios. La existencia de sincinesias, que son
contracciones involuntarias asociadas a los movimientos voluntarios, esto
ocurre cuando no existe un control verdadero sobre cada rama del nervio facial,
se intenta sonreír por ejemplo y a la vez que se realiza esa única acción se
acopla un movimiento de cierre del ojo. (Ubillus y Sánchez, 2018, p.260)

66
Agregándole algunos puntos más como estos, harán la terapia aún más
completa en conjunto y haciéndola una rehabilitación integral.

1.5.1.3. Evaluación fisioterapéutica:

Comenzaremos con la evaluación fisioterapéutica antes de iniciar con el


tratamiento de nuestro paciente analizando muy bien cada aspecto que se presente por
si, en determinado momento cuenta algo que pueda cambiar el tratamiento que
teníamos pensado, sea 100% adecuado lo que usaremos para él.

El tratamiento fisioterapéutico tendrá en cuenta la evaluación que se dividirá de


la siguiente manera empezando por:
1) Sensibilidad: aunque sólo un tercio de los pacientes se quejan de trastornos del
gusto, el 80% de ellos muestran una disminución del sentido del gusto. A veces
se encuentra una hipoestesia térmica en los dos tercios anteriores de la lengua
en el cuales se ven afectado el gusto dulce, salado y amargo, lo que indica lesión
de la cuerda del tímpano. Aproximadamente la mitad de los pacientes con
parálisis de Bell pueden referir parestesia de la cara e incluso pinchazos y dolor
de oído, que puede extenderse a la región mastoidea e incluso a la región
occipital y la mandíbula; a veces son síntomas prodrómicos de la parálisis y la
preceden dos o tres días. Estas molestias suelen estar relacionadas con la
gravedad de la parálisis facial, de forma que en la parálisis facial de pronóstico
favorable no suelen presentar dolor o este es leve.
2) Fuerza muscular: se realiza con el paciente en posición sentada o en supina. La
gravedad no es un factor a tener en cuenta en el proceso de evaluación de los
músculos de la cara. El nervio facial inerva los músculos de la mímica que son el
orbicular de los ojos, los cigomáticos tanto el mayor como el menor, el risorio,
Platisma, Elevador del labio superior y del ala de la nariz, depresor del ángulo de
la boca, y el depresor del labio inferior.
Los músculos masticadores como los temporales, maseteros, pterigoideo
interno y externo, estos músculos son inervados por el V par craneal o trigémino;
el elevador del parpado superior lo inerva el motor ocular. Los músculos son

67
evaluados de 0 a 4. La gravedad solo tiene una acción mínima sobre los
músculos cutáneos.

0: Ninguna movilidad de la porción de piel observada a simple vista o con luz


rasante sobre la terminación cutánea profunda del musculo.

1: Movilidad de la porción de piel una vez que se da la orden de movimiento.

2: El paciente es capaz de realizar el movimiento cinco veces, con una amplitud


completa pero de forma asincrónica con el lado sano.

3: El paciente es capaz de realizar el movimiento entre ocho y diez veces, con


una amplitud completa pero de forma asincrónica con el lado sano.

4: El paciente es capaz de realizar el movimiento de forma sincrónica y


simétrica; el movimiento está integrado en la mímica voluntaria.

3) Músculos a evaluar: Los músculos de la mímica presentan algunas


particularidades. La mayoría tiene una inserción ósea fija mientras que otros
tienen origen aponeurótico y terminación subcutánea profunda, por lo que su
inserción es móvil. Estos músculos desempeñan un papel fundamental en la
comunicación verbal y no verbal.
Están agrupados alrededor de los orificios de la cara y son constrictores o
dilatadores. Se dice también que los músculos dilatadores son músculos
suspensores de los músculos constrictores. La mayoría de los músculos están
inervados por el nervio facial, excepto el elevador del parpado superior, que esta
inervado por el nervio motor ocular común. En comparación con otros nervios
del organismo, el nervio facial, esencialmente motor, tiene posibilidades de
regeneración durante cuatro años.

 Músculo frontal: músculo epicraneal o músculo occipitofrontal. Este musculo se


encarga de la elevación de la ceja y la frente se pliega, formando arrugas
horizontales. Cuando se da la parálisis facial periférica la frente no se eleva en el
lado lesionado, la aponeurosis epicraneal se estira oblicuamente, hacia abajo y
hacia atrás del lado sano. Es el músculo de la sorpresa.

68
 Músculo superciliar: Músculo corrugador de la ceja. Frunce el entrecejo hacia la
raíz de la nariz, deprimiendo el vientre de la ceja. Es el músculo de la atención,
de la reflexión y de la desaprobación.
 Musculo piramidal de la nariz: eleva la raíz de la nariz; actúa en caso de
deslumbramiento, en sincronía con el orbicular del ojo, y participa en su
protección. Forma arrugas horizontales en la raíz nasal.
 Músculo transverso de la nariz: musculo nasal. Eleva y dilata las aberturas
nasales; expresa la sensación de asco y trabaja con el músculo procero cuando
ambos se contraen al máximo.
 Músculo orbicular del ojo: la porción orbitaria lleva acabo la oclusión palpebral.
Es antagonista del músculo elevador del parpado superior. Su contracción
forzada provoca arrugas en la parte externa del ojo (patas de gallo). La porción
orbitaria está formada por fibras musculares rojas de contracción lenta y tónica.
 La porción tarsiana o palpebral cierra con mayor fuerza la hendidura palpebral, la
acorta y forma pequeñas arrugas en los bordes ciliares superior e inferior;
también interviene en la oclusión palpebral forzada (protección ocular contra el
deslumbramiento). Las fibras musculares son pálidas y su contracción es rápida
y fásica.
 Músculo cigomático: es el musculo de la sonrisa, elevador y abductor de la
comisura lateral.
 Musculo cigomático menor: es el músculo del llanto.
 Musculo canino: es elevador del ángulo de la boca. Eleva el labio superior a nivel
del canino, sin volverlo hacia afuera: es el musculo del desprecio y de la burla.
 Músculos elevadores: elevador del labio superior y del ala de la nariz que levanta
y vuelve el labio hacia afuera, mostrando los dientes del maxilar superior y
poniendo la boca cuadrada, cuando trabaja sincrónicamente con el depresor del
labio inferior y con el mentoniano. El dilatador de las ventanas nasales, pequeño
músculos plano que ayuda a aumentar el diámetro horizontal de las aberturas
nasales. El mirtiforme o depresor del tabique nasal, que baja la parte inferior del
ala de la nariz, estrechando transversalmente el orificio. El músculo del barbero,
que baja el labio superior.

69
 Músculo orbicular de la boca: es un músculo que cierra la cavidad bucal, la
comprime acercando las comisuras en un plano horizontal. Cuando se contrae,
frunce los labios; también trabaja con el compresor de los labios en la succión.
 Músculo risorio: estira la comisura labial en un plano horizontal, adelgaza los
labios y participa en la sonrisa enigmática, en los niños, forma los hoyuelos.
 Músculo buccinador: es el músculo más profundo. Permite comprimir la mejilla
cuando la cavidad bucal está llena de aire, agua o alimentos. Intervienen en la
elaboración del bolo alimenticio en el interior de la cavidad bucal durante la
masticación. En el músculo de los trompetistas. Trabaja comprimiendo la cara
interna de las mejillas contra la superficie de los dientes.
 Músculos depresor del ángulo del labio inferior: triangular de los labios: este
músculo tira del labio inferior oblicuamente hacia abajo y ligeramente hacia
afuera; trabaja sincrónicamente con el músculo cutáneo del cuello durante su
contracción máxima. Es el músculo del sufrimiento y del terror.
 Musculo platisma: Músculo cutáneo del cuello. Estira la comisura labial hacia
abajo y hacia afuera, a la vez tira hacia arriba de la piel de la parte anterior y
superior del tórax que llega hasta el pezón. Al contraerse, acorta la altura del
cuello aumentando su diámetro horizontal.
 Musculo depresor del labio inferior: músculo cuadrado del mentón. Es un
pequeño músculo que levanta y vuelve hacia afuera el labio inferior. Trabaja
sincrónicamente con la borla de barba, músculo elevador del mentón. Tira hacia
abajo y hacia afuera de la parte lateral externa del mentón.
 Músculo borla de barba: eleva la parte central de la piel del mentón hacia arriba y
hacia delante, frunciéndola al levantar el labio inferior.
 Músculos auriculares extrínsecos: son músculos inervados por el nervio facial.
Son 3 y mueven el pabellón auricular. Generalmente, su acción es prácticamente
nula. Sin embargo en la recuperación de la parálisis facial pueden volverse
activos después de una inervación aberrante. Todos los músculos, con sus
acciones, confieren a la cara su identidad. Por lo tanto, tienen un papel
fundamental en la representación del individuo. Esta visión de la persona es
diferente ya que incluye lo visto y lo vivido.

70
4) Sincinestesias: son movimientos involuntarios e inconscientes, que se producen
cuando se realizan otros movimientos voluntarios, y que son conocidos como
movimientos parásitos o asociados, debido a que la realización de un
movimiento genera la producción de otro involuntario asociado. Los tipos de
sincinesias encontrados con más frecuencia en la parálisis facial son:
 Orbicular del ojo y cigomáticos (ojo- mejilla): El cierre del ojo provoca el ascenso
del ángulo labial.
 Frontal y cigomáticos (frente- mejilla): La elevación voluntaria de la ceja provoca
el ascenso del ángulo labial.
 Cigomáticos y Platisma (mejilla-cuello): La sonrisa provoca una contracción del
Platisma.
 Cigomáticos y orbicular de los labios (mejillalabio): El intento de sonreír provoca
una contracción labial que impide cualquier sonrisa.
Se evalúan de la siguiente manera:

0: Ausencia de sincinesia: ningún movimiento anárquico del frontal, se


manifiesta principalmente: al cerrar los ojos y al mover la boca.

+1: Inhibición voluntaria de la sincinesia: sincinesia que aparece con el cierre


espontaneo del ojo o con el cierre forzado; y al movimiento de dilatación o de
constricción de la boca.

+2: Inhibición de la sincinesia por apoyo digital:

 Al cerrar el ojo o mover la boca, para evidenciar una posibilidad de corrección de


esta anarquía.
 Mantener las fibras musculares del frontal en posición excéntrica máxima,
mediante una presión digital que se oponga al movimiento patológico.
 Al cerrar los ojos, después de haber sujetado el frontal.
 Se le pide al paciente, con la cara en reposo.
 Intentar lentamente cerrar los ojos. El sujeto debe mantener el movimiento
después de haber retirado progresivamente la presión digital.

71
 El paciente, que no puede controlarse delante de un espejo estando sus ojos
cerrados, mantiene un dedo rozando el frontal como testigo de su inmovilidad. La
sincinesia debe desaparecer.
 Al movilizar la boca:
 Después de haber sujetado el frontal.
 Se le pide al paciente, con la cara en reposo, que intente lenta y
progresivamente la constricción de los labios.
 Retirar progresivamente la presión digital.
 Se debe alcanzar un equilibrio entre el frontal, que permanece en su posición de
reposo, y el intento de movimiento de contracción de los labios.
 El paciente se controla delante de un espejo.
 La sincinesia debe desaparecer.
+3 Sincinesia irreprimible:

 El frontal se contrae tanto como el cierre de los ojos como con la constricción de
la boca, aunque se hagan los intentos de inhibición.
 El Hemiespasmo: la contracción involuntaria del frontal participa en el espasmo
de la hemicara, atrayendo el lado sano hacia el lado patológico. (Ubillus y
Sánchez, 2018, p.260-263)
Es importante tener en cuenta que el tratamiento que le pongamos a nuestros
pacientes, son 100% individualizados, cada tratamiento será personalizado por más
que la patología sea la misma que la de otro paciente, sí, pero cada ser y cuerpo son
diferentes, así que lo realizaremos así.

1.5.1.4. Principios del tratamiento:

Ahora sí, empezaremos a hablar del tratamiento, qué podemos llevar a cabo con
el paciente ahora que tenemos los detalles de su patología, podemos revisar qué
utilizar con él y qué no.

La estrategia de tratamiento está basada en un enfrentamiento sistemático de


acuerdo a las características semiológicas y electromiográficas de cada
paciente, lo que permite agruparlos de acuerdo a la reversibilidad y severidad

72
de su patología. La rehabilitación especializada es parte fundamental de un
tratamiento adecuado y ésta comienza con una evaluación inicial de la simetría
en reposo, los movimientos voluntarios e involuntarios, la continencia ocular y el
impacto sicológico.

(…)

Dentro de las técnicas de tratamiento usadas se encuentran:

1. Tratamiento térmico: calor local: compresa húmeda-caliente por 10 minutos en la


hemicara afectada, para mejorar la circulación.
2. Drenaje linfático manual: con el DLM (método original Dra. Vodder), actuamos
directamente sobre el tejido conectivo laxo y los líquidos que en él se alojan,
consiguiendo recuperar su equilibrio en los casos en que esté alterado,
regulando su normal funcionamiento. Y en los tejidos sanos, potenciando la
acción del sistema linfático. Por su aplicación lenta, monótona y rítmica el DLM
tiene efectos sobre el sistema nervioso vegetativo, siendo la terapia ideal en
aquellas circunstancias en las que el aumento de la función parasimpática esté
presente.
3. Acupuntura: la acupuntura es altamente efectiva para tratar la parálisis que se
produce súbita o gradualmente, pues la aplicación de punciones permite
estimular el músculo afectado y acelerar la regeneración nerviosa”, afirma. Y
agrega que el tratamiento es más efectivo si se aplica de forma inmediata al
aparecer el trastorno; lo ideal es que inicie 24 a 48 horas después de
presentarse los síntomas. La terapia consiste en la aplicación de punciones en 6
a 8 lugares específicos de la cara, además de uno en la mano y uno en pies
durante 20 minutos por 15 días como mínimo para lograr una mejor
recuperación.
4. Electroterapia: electroterapia: aunque existe una controversia respecto al uso y
efectividad, ya que se estimula el punto motor del músculo y no el nervio.
5. Estiramiento: con los dedos índices, medio y anular, realice un estiramiento
sobre cada punto de dolor por presión en dirección ascendente. Cada aplicación
deberá durar entre 5 y 6 segundos. Repítalo tantas veces como lo necesite. Lo

73
importante es mantener los dedos presionados con firmeza sobre la piel, pres
ionándolos y levantándolos, para después mantener la posición estirada con la
duración.
6. Facilitación neuromuscular propioceptiva: los movimientos faciales se ejecutan
en los patrones diagonales. La cara se debería tratar bilateralmente; el lado más
fuerte refuerza los movimientos del lado más débil. El sincronismo para el énfasis
impidiendo el movimiento completo en el lado más fuerte, estimulará más aun la
actividad en los músculos más débiles, los movimientos fuertes en otras partes
del cuerpo reforzaran a los movimientos faciales. Manejo de tejidos blandos.
7. Estimulación sensorial: funcionalmente, los músculos faciales tienen que trabajar
contra la acción de la gravedad; se deberá tener en cuenta cuando se elija una
posición para el tratamiento.
La parálisis facial o la parálisis de Bell se refiere generalmente a la debilidad de
los músculos faciales debido al daño temporal o permanente al nervio facial.
Los investigadores encontraron un músculo relajado para contraerse cuando es
estimulado por un estímulo vibratorio con una frecuencia de 100-200 Hz. Este
es el llamado reflejo tónico de la vibración (TVR) que puede ser grabado usando
EMG. Todos los dispositivos rígidos generan vibraciones de 100 Hz. Se
recomienda utilizar el reflejo de la vibración tónica para contraer los músculos
débiles (100 Hz), aumentar la estimulación sensorial, relajar los músculos
compensatorios (50 Hz) y reducir el dolor facial.

8. Vendaje Neuromuscular: Tratamiento con unas vendas o vendaje neuromuscular


que es parecido al que utilizan los deportistas cuando tienen lesiones musculares
y lo que hacemos es que creamos zonas de estímulo manualmente y
conseguimos, mediante las vendas, que ese estímulo se mantenga en el tiempo.
Una gran ventaja es que este efecto que producen las vendas se puede
mantener durante veinticuatro horas y, al día siguiente, otras veinticuatro y lo
más interesante y que nos hace tener un éxito tan importante en el tratamiento
de la parálisis facial es la constancia del estímulo que mantenemos con las
vendas. La evolución siempre es progresiva. (Ubillus y Sánchez, 2018, p.263-
264)

74
Aquí, nos podemos dar cuenta lo que dice sobre la electroterapia, que existe
controversia en cuanto a su uso debido a que realmente se estimula el punto motor del
músculo para su movilidad, sin embargo, no se estimula el nervio cuando realmente es
completo
para que pueda
volver a su
normalidad o
por lo menos un
90%.

Figura
1.5.27. Nota. La
imagen
representa la aplicación de la acupuntura para mejoría en la parálisis facial.
Tomado de “Fisioterapia en la parálisis facial” (p.263) por U. E. y S. A., 2018.

75
Figura 1.5.28. Nota. La imagen representa la aplicación del vendaje
neuromuscular para mejoría en la parálisis facial. Tomado de “Fisioterapia en la
parálisis facial” (p.264) por U. E. y S. A., 2018.

Algunos otros ejercicios necesitan ciertas etapas para poder desarrollarse y que
puedan ayudar con la terapia a nuestro paciente. Normalmente, siempre se empieza de
menos a más, en este caso, comenzamos con ejercicios pasivos hasta poder activar las
zonas y que el paciente pueda hacerlos solo.

9. Reeducación muscular frente a espejo: las principales acciones van


encaminadas a lograr el correcto funcionamiento de la oclusión del ojo y de la
boca. Debemos distinguir:
 Etapa inicial: se caracteriza por asimetría en reposo, movimientos mínimos
voluntarios. Ausencia de sincinesias y daño funcional severo. Se realizarán:
Ejercicios activos asistidos: el paciente se auxilia por el dedo índice y medio
colocado sobre el músculo a trabajar en dirección al movimiento deseado,
sosteniéndolos por unos segundos en hemicara afectada. Hacer énfasis en
realizarlos simétricamente respecto a hemicara sana y en forma aislada con el
resto a los músculos de hemicara afectada, dándole mayor importancia a los
músculos orbicular de los párpados y labios, ya que son los últimos en
recuperarse.

76
 Levantar con los dedos la ceja involucrada y sostenerla por unos
segundos. La asistencia manual disminuirá progresivamente de acuerdo
con la recuperación muscular.
 Ejercicios activos: se retira la presión digital y se solicita trabajar en el
siguiente orden: frontal, superciliar, elevador del labio superior, canino,
buccinador, borla y cuadrado de la barba, triangular de los labios, cutáneo
del cuello y por último los cigomáticos. Ejemplos de ejercicios:
 Contraer los labios como si se fuera a dar un beso (Orbicular de los labios
y compresor).
 Dilatar el ala de la nariz hasta levantar el labio superior y enseñar los
dientes (Dilatador de la nariz, canino, elevador del labio superior).
 Expulsar aire lentamente, como soplando por una cañita (Buccinador,
cigomático mayor, cigomático menor).
 Sonrisa amplia dirigiendo la comisura labial hacia afuera y atrás (Risorio).
 Apretar los dientes lo más fuerte posible (Cutáneo del cuello, triangular de
los labios).
 Arrugar el mentón (Mirtiforme, cuadrado de la barba, borla de la barba).
 Elevar las cejas (Occipitofrontal).
 Juntar las cejas (Ciliar).
 Cerrar los ojos (Orbicular de los párpados).
 Inhibición del reflejo de Bell: se logra enfocando los ojos del paciente en
un objeto fijo a 30.5 cm abajo al frente del paciente, intentando cerrar
ambos ojos hasta ocluirlos. Enfocar el ojo hacia abajo ayuda a iniciar que
el párpado inferior se eleve.
 Etapa de facilitación: se caracteriza por incremento de movimientos voluntarios y
ausencia de sincinesias. Se realizarán:
 Movimientos faciales activos simétricos, haciendo énfasis al paciente de
no realizar movimientos incoordinados en forma bilateral, con el fin de
evitar movimientos distorsionados del lado afectado, ya que esto lo coloca
en una función menos óptima respecto al lado sano.

77
 Si el paciente no presenta signos sugestivos de sincinesias, indicar
ejercicios resistidos: la resistencia manual se aplica en dirección opuesta
a los movimientos deseados con movimientos faciales aislados, sin causar
movimientos en masa o sincinesias.
 Sonidos pronunciando consonantes y vocales en forma aislada y palabras
que favorezcan el músculo orbicular de los labios.
 Etapa de control: se caracteriza por la aparición de movimientos anormales y
anárquicos, los músculos responsables deben colocarse inmediatamente en
posición de estiramiento sostenido para inhibirlos. Los músculos propensos a
sincinesias son los orbiculares. Los ejercicios de estiramiento para lograr
disociación son:
 Ojo-boca: si durante la actividad del orbicular del párpado derecho se
observa que la comisura labial se levanta hacia arriba y afuera con la cara
en reposo, el paciente deberá inhibir el cigomático mayor. El paciente
colocará su pulgar izquierdo en el interior de la mejilla derecha, con el
índice y el medio en el exterior, mantendrá la mejilla estirada entre los tres
dedos oblicuamente hacia abajo y hacia el lado sano sin tirar del párpado
inferior derecho. Cerrará los ojos suavemente, luego con fuerza,
manteniendo la mejilla estirada.
 Boca-ojo: se le pide al paciente que coloque la boca en protrusión con los
labios juntos y redondeados y se observa que el ojo derecho se cierre,
incluso mínimamente, entonces se le pedirá que enganche la mejilla
derecha con el índice sobre el surco nasogeniano. El paciente deberá
estirar la mejilla, empujarla oblicuamente hacia abajo y hacia el lado sano,
controlando el ojo en un espejo, esbozar el trabajo del orbicular de los
labios.
En cuanto el paciente perciba la contracción sinérgica del orbicular del párpado,
deberá detener el movimiento. A continuación, cuando obtenga un buen
equilibrio entre los músculos agonistas y antagonistas, podrá retirar
progresivamente la presión digital y equilibrar los músculos del lado sano.

78
Ejercicios enfocados para el control de movimientos anormales o sincinesias,
los cuales consisten en enfatizar solamente el movimiento del músculo a
trabajar en lo posible sin provocar movimientos anormales. El rango del
movimiento aumentará siempre y cuando se controle los movimientos
anormales.

 Fase de relajación: Se realizarán palmo percusiones a hemicara afectada y


ejercicios de relajación Jacobsen’s, que consisten en una contracción sostenida
de tres a cinco segundos, seguidas de relajación completa aplicada a músculos
faciales específicos. (Ubillus y Sánchez, 2018, p.264-265)
Así como hay fases intensas en cuanto al ejercicio hay fases en las cuales el
reposo y la relajación son de suma importancia ya que también toman el papel
importante que son y son necesarias también.

Así como se tiene un fisioterapeuta, para que la rehabilitación sea mucho más
completa, es necesario llevar algunas otras áreas de la salud, esto por si dejará alguna
secuela y también como ayuda en el proceso.

10. Ayudas técnicas: el personal de enfermería será el encargado de elaborar y


capacitar al paciente en el uso de parche ocular y férula bucal y del párpado. El
parche ocular de uso nocturno está indicado en pacientes con incapacidad para
ocluir el ojo durante el sueño, previene la lesión corneal, debe ser colocado
previa asepsia de la región y con el ojo debidamente cerrado. La férula bucal
está indicada cuando la asimetría facial es de tal magnitud que limita las
funciones de alimentación y comunicación. La parálisis facial es una patología
frecuente con muy buena evolución con tratamiento fisioterápico, donde
dependiendo de la afectación del nervio (siempre que sea reversible) tiene un
pronóstico de mejora de hasta un 90%. Pero hay que resaltar que sin tratamiento
la evolución puede mejorar en solo un 50% por eso es fundamental la figura del
fisioterapeuta que enseñe al paciente la reeducación muscular de la hemicara
afectada. En ambos casos se comprobó que a la aplicación del Vendaje
Neuromuscular presentaron notables mejorías desde la primera semana de
aplicación, siendo un tipo de terapia que actúa las 24 horas del día, permitiendo

79
una constante estimulación, misma que acorta el tiempo de recuperación del
paciente con Parálisis Facial Periférica. La incidencia de la parálisis facial
periférica recidivante en la edad pediátrica es similar a la de la edad adulta (6-
12%). Las recurrencias parecen ser más probables en los primeros dos años, por
lo cual sería interesante el seguimiento de estos pacientes al menos durante este
tiempo. Parece que en el caso de parálisis faciales periféricas recidivantes hay
un peor pronóstico. (Ubillus y Sánchez, 2018, p.265)
La multidiciplinaridad que existe entre el área de la salud es muy funcional en las
patologías para ir encontrando rápidamente la solución con la parálisis, que todo se
haga correctamente y adecuadamente de manera que realmente se le ayude al
paciente desde psicológicamente (en cuanto el aspecto) así como lo físico (donde
entramos nosotros para poder ayudar con ese aspecto).

80

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy