Tesis de Fanny
Tesis de Fanny
Tesis de Fanny
CON FOLIO:___________
1
Dedicatoria.
Mi tesis se la dedico a mis padres ya que gracias a su sacrificio y esfuerzo he
pedido llegar hasta aquí, poder tener una carrera. A mi segunda Madre María Estela
Carrasco que ya no se encuentra aquí, ¡pero un día le juré que llegaría a lograrlo! A
mi novio que siempre estuvo conmigo de manera incondicional y nunca me dejo
sola, a pesar de los obstáculos gracias por tanto.
A mis amigos presentes, ¡por siempre echarme la mano cuando no podía lograrlo!
Los amo.
Gracias a todos.
2
Agradecimiento:
El principal agradecimiento a Dios quien me ha guiado y me ha dado la fortaleza
para seguí adelante.
Y a mi familia por siempre estar ahí.
Y a todas las personas que de alguna manera le ayudarnos a hacer este trabajo en
especial a Ángela Espinoza como lo dice su nombre es un ángel y ella hizo posible
esto.
3
ÍNDICE.
DEDICATORIA………………………………………………………………2
AGRADECIMIENTOS………………………………………………………3
ÍNDICE………………………………………………………………………..4
INTRODUCCIÓN……………………………………………………………7
RESUMEN……………………………………………………………………9
1.1. ANATOMÍA……………………………………………………………………………9
1.1.1.7. VÓMER………………………………………………………….28
1.2. FISIOLOGÍA…………………………………………………………………………35
1.2.1.1. LA PIEL………………………………………………………….35
4
1.2.1.3. EPIDERMIS……………………………………………………..35
1.3. FISIOPATOLOGÍA……………………………………………….…………………52
1.3.1.2. NEUROPRAXIA………………………………………………..52
1.3.1.2. AXONOTMÉSIS……………………………………….……….53
1.3.1.3. NEUROTMÉSIS………………………………………….…….53
1.4. EQUIPO……………………………………………………………………………..59
1.4.1.3. MASAJE…………………………………………………………61
1.4.1.4. REEDUCACIÓN………………………………………………..62
5
1.5. TRATAMIENTO………………………………………………………………….….64
6
Introducción:
Se presenta el tema tratamiento kinésico de la parálisis facial periférica de Bell,
poniendo en manifiesto que es una disfunción del nervio facial sin causa detectable
alguna, y unilateral. La parálisis se caracteriza por la pérdida de la función motora y
sensorial del nervio. El enfermo ante esta afección no puede controlar sus
expresiones faciales: elevar las cejas, parpadear y sonreír. Su boca se desvía,
dificultando el hábito de comer y beber. Estos pacientes acuden al servicio de
emergencia sintiendo la desesperación de percibir cómo su cara se va deformando y
tratando de encontrar una respuesta a la misma.
7
Resumen:
La parálisis facial afecta la musculatura de la mímica facial, generando alteraciones
estéticas, funcionales y psicosociales. El manejo multidisciplinario es clave para
lograr los mejores resultados, especialmente como apoyo a la cirugía reconstructiva.
La estrategia de tratamiento está basada en un enfrentamiento sistemático de
acuerdo a las características semiológicas y electromiográficas de cada paciente, lo
que permite agruparlos de acuerdo a la reversibilidad y severidad de su patología.
Los métodos de reconstrucción quirúrgica pueden ser estáticos o dinámicos (injerto
cruzado de nervio sural, colgajo muscular libre con injerto de nervio sural ipsilateral
o cruzado y colgajo mini-temporal). Incorporar la terapia física dentro del protocolo
quirúrgico puede lograr mayor activación muscular, mayor simetría facial y reducir
molestias postoperatorias como el edema facial, manejo de cicatrices, entre otros.
Aunque existe reconocimiento sobre el impacto que posee el tratamiento de la
parálisis facial, no existe a la fecha amplio consenso sobre cuál es el óptimo manejo
de esta condición, y a pesar de los avances reportados durante los últimos años y la
cantidad de técnicas propuestas en la literatura, la reanimación facial sigue siendo
un desafío en cirugía reparadora.
8
CAPÍTULO 1. MARCO TEÓRICO:
1.1. Anatomía de la cara:
Los huesos pares son los maxilares superiores, los malares, los unguis, los
cornetes inferiores, los huesos propios de la nariz y los palatinos. El impar es el
vómer. (Quiroz, 2013, p.97)
Presenta las siguientes pares: dos caras, cuatro bordes, cuatro ángulos y una
cavidad o seno maxilar.
9
unido al resto del maxilar, en tanto que su borde interno, muy rugoso, se
adelgaza hacia atrás y se articula con el mismo borde de la apófisis palatina del
maxilar opuesto. Este borde, hacia su parte anterior, se termina a favor de una
prolongación que constituye una especie de semiespina, la cual, al articularse
con la del otro maxilar, forma la espina nasal anterior. El borde anterior de la
apófisis palatina, cóncava por arriba, forma parte del orificio anterior de las fosas
nasales. Su borde posterior se articula con la parte horizontal del platino. Al nivel
del borde interno, por detrás de la espina nasal anterior, existe un surco que,
con el del otro maxilar, origina el conducto palatino anterior. Por él, pasan el
nervio esfenopalatino interno y una rama de la arteria esfenopalatina.
Por delante del orificio del seno, existe un canal vertical o canal nasal, cuyo
borde anterior se halla limitado por la apófisis ascendente del maxilar superior, la
cual, sale del ángulo anterosuperior del hueso. Esta apófisis en su cara interna y en su
parte inferior tiene la cresta turbinal inferior, que se dirige de adelante atrás y se
articula con el cornete inferior; por encima de ella se encuentra la cresta turbinal
superior, que se articula con el cornete medio.
10
cual se une con el resto del hueso, un vértice, truncado y rugoso, que se articula
con el hueso malar, tres caras y tres bordes.
La cara superior u orbitaria es plana, forma parte del piso de la órbita y lleva un
canal anteroposterior que penetran en la pared con el nombre de conducto
suborbitario. En la cara anterior se abre el agujero suborbitario, terminación del
conducto antes mencionado antes y por donde sale el nervio suborbitario. Entre
dicho orificio y la giba canina, existe una depresión llamada fosa canina. De la
pared inferior del canal suborbitario salen unos conductillos excavados en el
espesor del hueso, y que van a terminar en los alveolos destinados al canino y a
los incisivos: son los conductos dentarios anteriores. Por último, la cara posterior de la
apófisis piramidal es convexa, corresponde por dentro a la tuberosidad del maxilar y
por fuera a la fosa cigomática. Exhibe diversos canales y orificios, denominados
agujeros dentarios posteriores, por donde pasan los nervios dentarios posteriores y las
arterias alveolares, destinadas a los gruesos malares. (Quiroz, 2013, p.98-100)
11
Figura 1.1.1. Nota. La imagen representa la distribución de los elementos que
conforman la cara interna del maxilar superior. Tomado de “Anatomía Humanal”
(p.97) por Q. G., 2013.
12
Figura 1.1.3. Nota. La imagen representa la distribución de los elementos que
conforman la cara externa del maxilar superior. Tomado de “Anatomía Humanal”
(p.98) por Q. G., 2013.
Hablando de los bordes y ángulos que tiene nuestro maxilar superior, Quiroz
(2013) nos menciona lo siguiente:
13
parte posterior llevan dos o más cavidades secundarias. Su vértice
perforado deja paso a su correspondiente paquete vasculonervioso del
diente y los diversos alvéolos se hallan separados por tabiques óseos, que
constituyen las apófisis interdentarias.
Ángulos. El maxilar superior presenta cuatro ángulos los cuales son dos
superiores y dos inferiores. Del ángulo anterosuperior se destaca la apófisis
ascendente del maxilar superior, de dirección vertical y ligeramente inclinada
hacia atrás. Aplanada en sentido transversal, está ensanchada en la base
donde se confunde con el hueso que la origina. Su extremidad superior presenta
rugosidades para articularse con la apófisis orbitaria interna del frontal. La cara
interna de esta apófisis ascendente forma parte de la pared externa de las fosas
nasales, mientras su cara externa, más o menos lisa y cuadrilátera, presenta
una cresta vertical llamada cresta lagrimal anterior; por delante de la cresta se
inserta el músculo elevador común del ala de la nariz y del labio superior; por
detrás de la cresta forma la parte anterior del canal lagrimal. Sus bordes, que
son en número dos, se articulan, el anterior, con los huesos propios de la nariz,
en tanto que el posterior lo hace con el unguis.
Cada borde y ángulos tienen una función dentro de todo lo que conlleva la cara.
Cada uno tiene una función y una razón por la cual estar ahí y por qué debe ir donde
va. Uno pensaría que el hecho de que sean huesos de la cara no es tanta información,
sin embargo, sí es mucha para poder saber por dónde irnos.
14
suborbitario y
La pared superior
y lleva,
comunica con
cigomática. La pared
dientes.
La base es
se encuentra el
se desprenden tres
borde se
el conducto lacrimonasal.
El vértice está
la apófisis piramidal.
A partir de esto, podemos saber cómo es que se distribuye cada parte de este
hueso por la cara, qué aspectos tiene, qué toca y qué protege, qué cubre y cómo se
alinea con cada tejido que se topa.
15
Figura 1.1.4. Nota. La imagen representa las relaciones dentarias del seno
maxilar. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.99) por Q. G., 2013.
Hablando de este hueso, es un hueso muy importante debido al lugar donde está
situado y la forma que tiene, además de que es el más marcado y puede tener muchas
situaciones que pueden ser graves por donde están.
Forma el esqueleto del pómulo y está situado entre el maxilar superior, el frontal,
el ala mayor del esfenoides y la escama del temporal. De forma cuadrangular,
se pueden distinguir en él dos caras, cuatro bordes y cuatro ángulos.
Los ángulos son todos ellos más o menos dentados, articulándose el superior
con la apófisis orbitaria externa del frontal; el posterior con la pófisis cigomática;
y el inferior y el anterior, con la apófisis piramidal del maxilar superior.
17
Estos huesos, como se menciona, necesitan grupos musculares o tejidos
blandos que sean coordinados según los movimientos debido a la gran cantidad que se
realizan en el día, necesita estar todo en su lugar.
Figura 1.1.5. Nota. La imagen representa la cara externa del hueso malar. Tomado de
“Anatomía Humanal” (p.101) por Q. G., 2013.
Después, Quiroz (2013) nos cuenta sobre los huesos que van a conformar
nuestra nariz para dar estructura.
Son huesos planos, de forma cuadrangular, situados entre el frontal por arriba y
las ramas ascendentes de los maxilares superiores por fuera y atrás. Se distinguen en
ellos dos caras y cuatro bordes.
18
La cara posterior constituye la parte más anterior de la bóveda de las fosas
nasales y ostenta múltiples surcos para vasos y nervios, uno de los cuales, con
frecuencia más marcado que los otros, es el surco etmoidal para el nervio
nasolobar.
Nos cuenta sobre las caras, los bordes así como también su estructura y
osificación donde nos describe cada uno cómo es, qué lo conforma y sus
características.
Continuamos con los huesos que conforman nuestra cara con el siguiente:
La cara externa lleva una vertical o cresta lagrimal posterior, que se termina
inferiormente por una apófisis en forma de gancho (…). Esta apófisis integra el
orificio superior del conducto nasal. La cara externa se halla dividida en dos
porciones por la cresta lagrimal. La posterior es plana y se continúa con la
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lámina papirácea del etmoides, mientras la anterior es acanalada y contribuye a
formar el canal lacrimonasal. (…) sirve de inserción al tendón reflejo del orbicular de
los párpados. (Quiroz, 2013, p.103)
En esta parte del texto se nos platica sobre las caras que se encuentran en este
hueso en específico, pero sólo es una parte
Figura 1.1.6. y 1.1.7 Nota. Las imágenes representan la cara externa y la cara interna
del unguis, respectivamente. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.103) por Q. G.,
2013.
Continuamos con las caras que continúan conformando este hueso. Quiroz
(2013) nos platica lo siguiente:
El borde superior se articula con la apófisis orbitaria interna del frontal, en tanto
que el inferior contribuye a formar el conducto nasal. De los otros dos bordes, el
anterior se articula con la rama ascendente del maxilar superior y el posterior con la
lámina papirácca del etmoides.
20
Osificación. Se desarrolla a expensas de un solo centro, que aparece en el
tercer mes de vida intrauterina. (p.104)
Parte horizontal. Por su forma que es cuadrilátera, posee dos caras y cuatro
bordes. (Quiroz, 2013, p.104)
Figura 1.1.8.
Nota. La imagen
21
representa el hueso palatino visto por detrás. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104)
por Q. G., 2013.
La cara superior, cóncava transversalmente, forma parte del piso de las fosas
nasales, mientras que la inferior, rugosa, contribuye a formar la bóveda palatina.
La cara externa presenta tres zonas, la anterior de las cuales, rugosa, se articula
con la tuberosidad del maxilar superior, formando con ella el conducto palatino
posterior. Otra zona rugosa, situada más atrás, va a articularse con la apófisis
pterigoides. Entre ambas zonas rugosas existe una superficie lisa, no articular,
que en el cráneo articulado forma el fondo de la fosa pterigomaxilar. (Quiroz,
2013, p.104-105)
22
Figura 1.1.9. y 1.1.10. Nota. Las imágenes representan el hueso palatino
visto por su cara interna y el hueso palatino visto por la cara externa,
respectivamente. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.103) por Q. G., 2013.
23
Quiroz (2013) nos platica más sobre los bordes de este hueso.
Por medio de una lámina ósea (…) que sale de él, este borde contribuye a cerrar
la parte posterior del orificio del seno maxilar.
Nos cuenta sobre qué es lo que conforma esta parte, qué aspectos son los que
distinguen a este hueso de los otros.
24
Figura 1.1.11. Nota. La imagen representa la vista posterior externa de la
apófisis piramidal. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.
La apófisis orbitaria está unida al resto del hueso por un istmo óseo bastante
estrecho cuya cara interna lleva la cresta turbinal superior. Examinada en
detalle, esta apófisis presenta en su lado externo dos fasetas lisas. La anterior
es horizontal y constituye parte del piso de la órbita en su porción posterior,
mientras que la externa, dirigida hacia abajo, contribuye a formar la fosa
pterigomaxilar. En la parte interna de la apófisis existen tres superficies rugosas
articulares, la anterior de las cuales se articula con el maxilar superior; la
posterior con el esfenoides y la tercera, que es interna, con las masas laterales
del etmoides. En las facetas posteriores y media se observan cavidades o
semiceldillas que se transforman en celdillas completas al articularse con los
huesos correspondientes.
(…)
25
Estructura. Formado principalmente por tejido compacto, solamente la apófisis
piramidal presenta tejido esponjoso.
Figura 1.1.12.
palatino en la
2013.
Continuando con lo
Caras. La cara interna, vuelta hacia el tabique de las fosas nasales, es convexa;
su mitad superior es más o menos lisa, mientras la inferior lleva diversas arrugas
y surcos vasculares. La cura externa es cóncava y forma la pared interna del
meato inferior. (Quiroz, 2013, p.107)
26
Una característica muy peculiar es que los huesos de la cara tienen muchos
surcos vasculares y muchas arrugas, parece que son los huesos que más arrugas
tienen.
Después, continuamos con los bordes, viendo con qué se articulan y viendo más
características pequeñas inimaginables.
Bordes. El borde superior se articula con la cara interna del maxilar superior y
con la misma cara de la lámina ascendente del palatino. Comenzando por
delante, se puede observar en él una laminita delgada, de forma cuadrangular,
que se articula al mismo tiempo con el unguis y con los bordes del canal nasal,
completando así el conducto nasal y recibiendo por eso el nombre de apófisis
lagrimal o nasal. Por detrás de esta existe una ancha lámina, dirigida hacia
abajo y llamada apófisis maxilar o auricular, la cual al articularse con el borde
inferior del orificio del seno maxilar, lo reduce. Por último, en la parte posterior
se encuentra todavía otra pequeña lámina, dirigida hacia arriba y atrás, que se
articula con la apófisis unciforme del etmoides y se llama apófisis etmoidal.
27
Extremidades. La anterior se articula con el maxilar superior, mientras la
posterior, más aguda, lo hace con el palatino. Ambos se apoyan sobre las
crestas turbinales inferiores de dichos huesos.
1.1.1.7. Vómer
Continuando, entramos con el hueso vómer, donde nos cuenta todo sobre él.
28
atrás, y las apófisis palatinas de los maxilares superiores por delante. El borde
anterior es oblicuo hacia abajo y hacia delante articulándose su parte superior
con la lámina
c a r t í l a g o d e l
interno de los orificios posteriores de las fosas nasales (…).
Estructura. En la
totalidad.
Osificación. Resulta
t o d a v í a s o n a p
l á m i n a s s e o r
comienzan a soldarse por su parte inferior a partir del tercer mes de la vida fetal.
E l c a r t í l a g o n
rechazado a medida que progresa su soldadura. (Quiroz, 2013, p.107-108)
A s í c o m o s u e s
compacto en su totalidad, como nos menciona y nos platica sobre la osificación de este
hueso.
Figura
1.1.15. Nota.
La
imagen
29
representa la cara lateral derecha del hueso vómer. Tomado de “Anatomía Humanal”
(p.104) por Q. G., 2013.
Figura 1.1.16. Nota. La imagen representa la pared interna de las fosas nasales:
porción del vómer. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.
Cuerpo. Tiene forma de herradura, cuya concavidad se halla vuelta hacia atrás.
Se distinguen en él dos caras y dos bordes.
Nos habla sobre su cuerpo y las caras que lo conforman, las líneas, los
tubérculos encontrados, así como también algunas ramas y fosetas.
F i g u r a 1 . 1 . 1
anterolateralmente. Tomado de “Anatomía Humanal” (p.104) por Q. G., 2013.
A continuación,
caras.
Bordes. El bo
digástricas, situadas una
31
musculo digástrico. El borde superior o borde alveolar, como el inferior del
maxilar superior, presenta una serie de cavidades o alvéolos dentarios. Mientras
los anteriores son simples, los posteriores están compuestos de varias
cavidades, y todos ellos se hallan separados entre sí por puentes óseos o
apófisis interdentarios, donde se insertan los ligamentos coronarios de los
dientes.
Cara externa. Su parte inferior es más rugosa que la superior, ya que sobre
aquélla se inserta el músculo masetero.
Cara interna. En la parte media de esta cara, hacia la mitad de la línea diagonal
que va del cóndilo hasta el comienzo del borde alveolar, se encuentra un
agujero amplio, denominado orificio superior del conducto dentario: por él se
introducen el nervio y los vasos dentarios inferiores. Un saliente triangular o
espina de Spix, sobre el cual se inserta el ligamento esfenomaxilar, forma el
borde anteroinferior de aquél orificio. Tanto este borde como el posterior se
continúan hacia abajo y adelante, hasta el cuerpo del hueso, formando el canal
milohioideo, donde se alojan el nervio y los vasos milohioideos. En la parte
inferior y posterior de la cara interna, una serie de rugosidades bien marcadas
sirven de inserción al músculo pterigoideo interno.
32
El borde superior posee una amplia escotadura, denominada escotadura
sigmoidea, situada entre dos gruesos salientes: la apófisis coronoides por
delante y el cóndilo del maxilar inferior por detrás. La primera es de forma
triangular, con vértice superior, sobre el cual viene a insertarse el músculo
temporal. La escotadura sigmoidea está vuelta hacia arriba y comunica la región
mesetérica con la fosa sigomática, dejando paso a los nervios y vasos
mesetéricos. El cóndilo es de forma elipsoidal, aplanando de delante atrás, pero
con eje mayor dirigido algo oblicuamente hacia adelante y afuera; convexo en
las dos direcciones de sus ejes, se articula con la cavidad glenoidea del
temporal. Se une al resto del hueso merced a un estrechamiento llamado cuello
del cóndilo, en cuya cara interna se observa una depresión rugosa donde se
inserta el músculo pterigoideo externo.
Estructura. Está formado por tejido esponjoso, recubierto por una gruesa capa
de tejido compacto. Este tejido, sin embargo, se adelgaza considerablemente al
nivel del cóndilo. Se halla recorrido interiormente el maxilar por el conducto
dentario inferior, el cual comienza con el orificio situado detrás de la espina de
Spix y se dirige hacia abajo y adelante, a lo largo de las raíces dentarias,
llegando hasta el nivel del segundo premolar. Aquí se divide en un conducto
externo, que va a terminar el agujero mentoniano, y otro interno, que se
prolonga hasta el incisivo medio.
Osificación. Al final del primer mes de la vida fetal se forma una pieza
cartilaginosa llamada cartílago de Merkel, a expensas del cual se originarán las
dos mitades del maxilar inferior, que son independientes al principio.
En dicho cartílago aparecen entre los 30 y 40 días de la vida fetal seis centros
de osificación, a saber: 1°, el centro inferior, en el borde maxilar; 2°, el centro
incisivo a los lados de la línea media; 3°, el centro suplementario del agujero
33
mentoniano; 4°, el centro condíleo para el cóndilo; 5°, el centro coronoideo, para
la apófisis coronoides; 6°, el centro de la espina de Spix.
1.2.1.1. La piel:
L a p i e l e s e l ó r
La piel es vital para nuestra salud y bienestar globales. Además de actuar como
primera línea defensiva del organismo frente a bacterias y virus, la piel sana
mantiene el equilibrio de líquidos y contribuye a regular la temperatura corporal.
34
Es muy sensible y reconoce el toque más suave así como el dolor.
Es el órgano más grande y visible, que cubre casi 2m2 y representa casi 1/6 de
nuestro peso corporal. El estado de la piel puede ejercer también un impacto
significativo sobre nuestra autoestima. (Díaz, 2021, p.2)
La piel es delicada por ser sensible y es necesario cuidarla porque una de sus
funciones es proteger.
La estructura que tiene es que hay 3 capas que hacen que la piel no sea tan
sensible como si no hubiera tanta protección.
1.2.1.3. Epidermis:
La epidermis, como capa más externa que vemos y tocamos, nos protege frente
a toxinas, bacterias y pérdida de líquidos.
35
Capa basal (o estrato basal): Es la capa más interna, donde se producen los
queratinocitos.
Capa espinosa (o estrato espinoso): Los queratinocitos producen queratina
(fibras de proteína) y llegan a adoptar forma de huso.
Capa granular (estrato granuloso): Comienza la queratinización: las células
producen gránulos duros y, a medida que éstos empujan hacia arriba, cambian a
queratina y lípidos epidérmicos.
Capa clara (estrato lúcido): Las células están densamente comprimidas,
aplanadas y no pueden distinguirse unas de otras.
Capa córnea (o estrato córneo): Es la capa más externa de la epidermis y
comprende, en promedio, unas 20 subcapas de células muertas, aplanadas, en
función de la parte del cuerpo que recubre la piel. Estas células muertas se
desprenden regularmente en un proceso conocido por descamación. La capa
córnea es también asiento de los poros de las glándulas sudoríparas y las
aberturas de las glándulas sebáceas
Las células de la capa córnea se unen entre sí por medio de los lípidos
epidérmicos. Estos lípidos son esenciales para la salud de la piel: crean su
barrera protectora y fijan la humedad. Cuando faltan los lípidos, la piel puede
llegar a estar seca y puede percibirse tirante y áspera. La epidermis está
cubierta por una emulsión de agua y lípidos (grasas) conocida como película
hidrolipídica. Esta película, mantenida por secreciones de las glándulas
sudoríparas y sebáceas, contribuye a mantener la piel flexible y actúa como
barrera adicional frente a bacterias y hongos.
36
piel (conocidos como flora cutánea saprófita) y sean destruidos los
microorganismos nocivos. Para la formación de lípidos epidérmicos. Para las
enzimas que impulsan el proceso de descamación. Para que la capa córnea
sea capaz de repararse a sí misma cuando esté dañada En la mayoría de las
partes del cuerpo la epidermis tiene un espesor de sólo 0,1 mm
aproximadamente en total, aunque es considerablemente más delgada en la
piel que rodea los ojos (0,05mm) y considerablemente más gruesa (entre 1 y
5mm) en las plantas de los pies. (Díaz, 2021, p.3)
1.2.1.4.
Expresión facial:
Hablando sobre
los
37
músculos que forman parte de la cara, está lo principal para lo que son que es la
expresión facial.
Músculos faciales
38
Los músculos de la cara son muy particulares ya que, al contrario que otros
músculos del aparato locomotor que unen huesos entre ellos, no mueven ningún
hueso y sólo se insertan en un hueso de un único lado del cráneo, e incluso en el
caso de algunos músculos, no se insertan en ningún hueso. De hecho, se
insertan en la cara profunda de la dermis y mueven la piel, de ahí su antigua
denominación de músculos cutáneos. La función de estos músculos fue estudiada
específicamente por Duchenne de Boulogne.
(…).
Alrededor de los ojos: El músculo orbicular del ojo, con su parte orbital (2)
y su parte palpebral (3). La contracción de este músculo esfínter (en forma
de anillo) cierra los párpados. El cierre de los ojos es por lo tanto un
fenómeno activo: incluso durante el sueño, el orbicular de los ojos
conserva un tono suficiente como para mantener los ojos cerrados. Este
tono desaparece con la muerte: se cierran los ojos de los muertos. En la
vida corriente, el cierre rápido, automático e inconsciente de los párpados,
el guiño, es muy importante para mantener la humidificación del globo
ocular mediante las lágrimas. La apertura de los ojos también es un
fenómeno activo por contracción del músculo elevador del párpado
superior está integrado en la órbita. Entre los ojos, en la raíz de la nariz,
se localizan dos músculos, el músculo procero (4) y el músculo corrugador
de la ceja (5) que permiten fruncir y aproximar las cejas. Por encima de
las cejas, el músculo frontal (1) permite mover el cuero cabelludo hacia
39
delante. Forma junto con el músculo occipiral un músculo digástrico, cuyo
tendón intermediario es la aponeurosis epicraneal que sirve de soporte al
cuero cabelludo. El músculo occipiotal desplaza el cuero cabelludo hacia
atrás. (Kapandji, 2012, p.286)
Alrededor de las fosas nasales: Existen pequeños músculos dilatadores
(…), y sobre todo, al lado del músculo nasal (6), que frunce la nariz, puede
hallarse el músculo elevador del labio superior y del ala de la nariz (7).
Alrededor de la boca: El músculo orbicular de la boca (12) también es un
esfínter que no tiene ninguna inserción ósea. Cierra el orificio bucal.
Todos los otros músculos abren la boca:
Unos elevan el labio superior, como el músculo elevador del ángulo
de la boca (8): su contracción descubre el diente canino;
O desplazan hacia arriba y afuera, como los músculos cigomáticos
menor (9) y mayor (10);
O desplazan hacia afuera la comisura labial, como el músculo
buccinador (17) y el músculo risorio (13), que se insertan sobre el
músculo masetero (11) que es, como el músculo temporal (18), un
músculo masticador. Afinan los labios, permitiendo su vibración en
el embudo de una trompeta (…);
O desplazan la comisura de los labios hacia abajo, como el
músculo depresor del ángulo de la boca (14), que es el músculo del
desprecio;
O desplazan hacia abajo el labio interior como el músculo depresor
del labio interior (15), que participa en el beso;
Finalmente, el pequeño músculo mentoniano que asciende el
mentón (16), frunce la piel del mentón, primer signo de pena antes
del llanto…
Nos platica sobre cómo interactúan los músculos del área de los ojos, fosas
nasales y de la boca para poder activarse y realizar ciertos movimientos que son
particulares de los ojos.
40
Figura 1.2.20. Nota. La imagen representa los músculos marcados del texto
anterior. Tomado de “Fisiología Articular” (p.287) por K. A., 2012.
41
disgusto, la duda, el rechazo. Todos estos sentimientos, y también muchos otros
se expresan en primer lugar por la forma de la boca.
La boca también interviene en las relaciones afectivas, como el beso, o durante
el canto.
Redondeándose, la boca puede emitir sonidos, un silbido. El no poder silbar
prueba la parálisis facial.
Estos movimientos dependen de los músculos:
Cigomático mayor (20) que eleva y desplaza hacia arriba y hacia afuera
las comisuras de la boca, realizando así una sonrisa con la boca cerrada;
Buccinador (21), en profundidad, y el músculo risorio, en superficie,
desplazan con firmeza hacia fuera las comisuras de la boca, lo que,
afinando los labios, les permite vibrar durante el soplido: esta es la forma
en la que se toca la trompeta, el trombón y la trompa.
Cuando nos damos cuenta todo lo que se involucra para realizar un solo
movimiento de los labios, te das cuenta lo que realmente hace tu cuerpo, lo que hacen
tus músculos para poder realizar las expresiones faciales.
42
Figura 1.2.21. Nota. La imagen representa los músculos marcados del texto
anterior. Tomado de “Fisiología Articular” (p.289) por K. A., 2012.
Para poder pronunciar las palabras, la boca gesticula ciertos movimientos. Desde
pequeños nos enseñan las vocales, es lo primero que nos enseñan para aprender a
escribir y las repetimos y repetimos y repetimos. Kapandji (2012) nos cuenta qué
pasa…
43
Pronunciando “insistí” en el momento de una foto, la boca está en posición de
sonrisa…
Sin embargo, la contracción más marcada del músculo orbicular de la boca (25)
redondea y cierra la boca para permitirle pronunciar O, también U…
Así nos damos cuenta que cuando se pronuncian ciertas letras, gesticulamos
demás, así se pueden escuchar fuerte y claro además de que nos expresamos
gracias a las palabras.
44
Figura
1.2.22. Nota.
La imagen
representa los
45
músculos marcados del texto anterior. Tomado de “Fisiología Articular” (p.291) por
K. A., 2012.
46
Un movimiento longitudinal, en el sentido anteroposterior de avance y de
retroceso, que puede combinarse con os movimientos de lateralidad, para
realizar lo mejor posible el movimiento de moler circular entre los molares.
Los músculos de la oclusión mandibular son tres, de los cuales dos son visibles
en una visión externa del cráneo:
47
Estos problemas, debido a la masticación, el movimiento que produce puede
tener algún problema del cual no atendamos, y podría producir algún problema en
donde se quede “trabada la mandíbula” y haya mucho dolor e incluso sea grave, así
que es algo importante que debe tratarse al momento de tener algún problema o algo
anormal que pueda resultar peor.
Figura 1.2.23 y 1.2.24. Nota. Las imágenes representan las acciones que hacen
los músculos de la mandíbula. Tomado de “Fisiología Articular” (p.301) por K. A.,
2012.
48
Los músculos motores de la apertura mandibular, y por lo tanto de la apertura de
la boca, son más numerosos y menos potentes que los que garantizan la
oclusión mandibular. Es necesario recalcar que la gravedad actúa en el sentido de
la apertura: es lo que se produce automáticamente durante el sueño o en caso de
pérdida de conciencia.
Los músculos motores de la apertura están ubicados, todos excepto uno, por
debajo de la mandíbula. El hueso hioides y el cartílago tiroides desempeñan el
papel de relevo entre la mandíbula y el orificio superior del tórax, formado por la
primera costilla, a cada lado, y el manubrio esternal, en el centro.
Los músculos se reparten pues en dos grupos: los músculos subhioideos y los
músculos tirohioideos.
El hueso hioideo está unido a la mandíbula por medio de dos músculos más:
Es importante tomar en cuenta cada aspecto que se toma en cuenta para abrir la
boca, todos los músculos que intervienen dentro de esta acción y todo o que realiza
esta función.
50
En el momento que se comienza a hablar sobre la vista, nos damos cuenta que
es un tema importante debido a que al ser un sentido importante, a pesar de que todos
los sentidos son importantes, la vista es algo que debe ser demás cuidadoso.
(…) el globo ocular es una enartrosis, una articulación esférica, como las
articulaciones de la cadera y el hombro. (…), un globo esférico compuesto por la
esclerótica flexible y resistente, incluida en la vaina del bulbo del ojo,
proporcionando una superficie de deslizamiento también esférica y flexible, y por
lo tanto permanentemente adaptable, separada del globo (…).
De hecho, la vaina del bulbo del ojo, gruesa en torno al ecuador del globo, se
hace progresivamente más fina y más flexible hacia los polos, especialmente hacia el
polo posterior por donde penetra el nervio óptico.
51
Las cosas se complican en el caso de la mirada oblicua, bien hacia arriba,
bien hacia abajo. Es entonces cuando interviene el tercer par de músculos
motores del ojo, los rotadores en torno al eje polar octagonal a los dos
ejes vertical y horizontal, cuyas acciones son simétricas y opuestas:
El músculo oblicuo inferior es el más simple. Se inserta en el lado
externo del globo, lo rodea por el debajo del ecuador, y,
dirigiéndose hacia dentro, acaba fijándose en la pared de la órbita
en su ángulo inferior interno. El músculo oblicuo inferior izquierdo
hace girar el globo en el sentido de las agujas del reloj, denominado
sentido horario. El músculo oblicuo inferior derecho le imprime una
rotación anti-horaria. Así pues son perfectamente antagonistas y no
se contraen nunca a la vez;
El músculo oblicuo superior es más complejo. Se trata de un
músculo digástrico, cuyo tendón intern,edio se pliega sobre sí
mismo en una polea fibrosa fija al borde superointerno de la órbita.
Su primer cuerpo muscular tiene un trayecto idéntico, pero opuesto
al del músculo oblicuo inferior: se inserta en el lado externo del
globo, envuelve su ecuador por arriba, y se dirige hacia dentro para
introducirse en la polea. Cambia entonces de dirección para fijarse,
en el fondo de la órbita, con los músculos derechos. El músculo
oblicuo superior izquierdo hace girar el globo en el sentido anti-
horario. El músculo oblicuo superior derecho le imprime una
rotación horaria. En este sentido son pues perfectamente
antagonistas y no se contraen jamás a la par. Sin embargo, poseen
una sinergia cruzada con los músculos oblicuos inferiores: el
músculo oblicuo superior derecho con el músculo oblicuo inferior
izquierdo; y viceversa. Igualmente, son antagonistas homolaterales:
el músculo oblicuo superior derecho contra el músculo oblicuo
inferior derecho; e igualmente en el caso del lado izquierdo.
(Kapandji, 2012, p.306)
52
Es importante saber sobre los movimientos que son básicos dentro de la vista
para que, por si ocurre algún problema, sea fácil de identificar, sobre todo en la parálisis
facial.
1.3. Fisiopatología.
Antes de comenzar con cada uno de los posibles daños causados por la parálisis
facial, comenzaremos hablando desde la raíz.
Nos cuentan sobre qué es lo que pasa en los nervios que además, está
clasificado para que se pueda definir qué tipo y qué características tiene cierta parálisis
facial.
1.3.1.2. Neuropraxia:
Primeramente, Ortega (1995) nos explica una clasificación dentro del problema
de la parálisis facial.
53
La neuroapraxia es un primer grado de bloqueo en el cual la vaina de mielina
está conservada y no ocurre degeneración walleriana.
Así podemos entender que el tratamiento que se implemente cuando ocurra este
problema, será diferente a los otros.
1.3.1.2. Axonotmésis:
Otro lugar donde ocurre otra lesión, se desarrolla esta, que se explica de la
siguiente manera:
1.3.1.3. Neurotmésis:
Los grados más graves entran en este aspecto donde con más trabajo y bien
desarrollado el tratamiento, el paciente puede tener una recuperación buena. Ortega
(1995) nos platica sobre esto:
54
Del tercer al quinto grado se llaman neurotruesis, dependiendo de la integridad
del endoneuro, perineuro y epineuro con sección nerviosa completa.
En este tipo, es algo difícil que haya una buena recuperación, debido a la zona
que deteriora.
Ortega (1995) nos platica sobre qué es lo que pasa al 100% respecto al fallo que
provoca la parálisis facial.
55
las células de Schwann se desarrollan completan la regeneración, el resto se atrofia
o forma un neuroma.
56
comparativamente con las neurotmesis. Una vez que la fibra ha encontrado su
camino, la célula de Schwann comienza la remielinización y en período de unos
pocos meses la fibra recupera su situación previa a la lesión tanto en tamaño
como en su vaina de mielina. Las fibras crecen de 1 a 4 mm al día por lo que
teóricamente, el facial debería ser capaz de crecer desde el ángulo
cerebelopontino a la periferia en no más de 6 meses. Tras un período de
crecimiento, la posibilidad de éxito en la regeneración decrece, ya que después
de 90 a 100 días, las bandas de Eúngner degeneran y son sustituidas por tejido
cicatricial. Es más, con el paso del tiempo comienza la atrofia muscular por
denervación con lo cual incluso regeneraciones neuronales directas servirán de
muy poco. Sin embargo, la musculatura facial parece retener su habilidad para
recibir reinervación durante un período de tiempo inusualmente largo,
habiéndose descrito casos de recuperación funcional tras varios años. (p.74-77)
Es impresionante darte cuenta de todo lo que toca el tener una parálisis facial, el
proceso para que se produzca y cause el daño que causa siendo reversible e incluso
llegar a ser irreversible.
Hablando un poco más de lo que conlleva presentar una parálisis facial, Ortega
(1995) nos cuenta lo siguiente al respecto:
57
Basándose en estos procesos fisiopatológicos, el resultado último de la
recuperación de una lesión nerviosa facial puede variar considerablemente,
dependiendo de la intensidad de la lesión. Así en las neuroapraxias, en las que
no hay degeneración axonal, no hay pérdida de placas motoras ni desestructuración
muscular ni ocurre atrofia, la recuperación total debería suceder en unas
semanas.
Cuando ha habido una pérdida de la continuidad axonal, aún podría ocurrir una
recuperación similar. Dado que la recuperación debe ser precedida de
degeneración y posterior regeneración, se retrasará hasta que la regeneración
progrese desde el lugar de la lesión a las placas motoras. El tiempo de evolución
puede pronosticarse si se conoce la distancia entre la lesión y la placa motora ya
que el crecimiento axonal es de 25 a 50 milímetros al mes. Sin embargo, la
recuperación puede ser incompleta aunque sin poderse predecir la aparición de
sincinesias.
58
superior, fibras normalmente destinadas a las glándulas salivares submaxilares y
sublinguales vía la cuerda del tímpano, crecen inapropiadamente hacia el nervio
petroso superficial mayor alcanzando la glándula lacrimal vía el ganglio
esfenopalatino. Comprendiendo la fisiopatología, es posible planear el
tratamiento quirúrgico, en este caso neurectomía del vidiano.
Es impresionante cómo es tan específico cada aspecto que representa cada área
y que precisamente por eso, es necesario dar un tratamiento adecuado.
59
1.4. Equipo.
Muñoz y Toquero (2009) nos cuentan algo sobre el equipo que podríamos
implementar para el tratamiento de la parálisis facial:
60
Figura 1.4.25. Nota. La imagen representa la lámpara que puede tomarse como
opción para aplicación de tratamiento térmico. Tomado de “Fisioterapia de la
parálisis facial” (p.6) por P. M. Y A. T. 2009.
electroterapia, esto porque ya sea que le tienen miedo e incluso que lo ven como una
contraindicación, incluso, los EMS, no aparecen como una opción debido a esto, ya es
muy vieja la creencia de usar para todo la electroterapia.
61
Figura 1.4.26. Nota. La imagen representa la lámpara que puede tomarse como
opción para aplicación de tratamiento de la electroterapia. Tomado de
“Fisioterapia de la parálisis facial” (p.6) por P. M. Y A. T. 2009.
1.4.1.3. Masaje:
62
subimos hacia la oreja, donde el masaje se hace de una manera más enérgica
donde terminamos hacia las cejas.
Después masaje del frontal, comenzando por los temporales, después
deslizándonos con ligera presión de los dedos hacia el eje de simetría de la cara
y retornamos hacia los temporales en estiramiento ligero, finalizando en dirección
a la raíz del cabello y haciendo un masaje transversal a nivel de las arrugas.
Masaje de los ojos; que debe de ser repetido de 5 a 6 veces. Comienza en la
región del entrecejo, pasando por los parpados superiores hasta el ángulo
externo del ojo y volviendo bajo el ojo hasta la raíz de la nariz. El mismo masaje
se realiza a la inversa y se termina por un estiramiento de la piel del ángulo
externo. Finalizando con un ligero pinzado rodado de los pómulos. Es importante
realizar el masaje alrededor del globo ocular en apoyo con el hueso y NUNCA
sobre el globo ocular.
Masaje de labios de dentro hacia fuera seguido de un estiramiento hacia el
exterior. Existe también otro tipo de masaje que se puede hacer al comienzo y al
final de tratamiento que consiste en pases suaves, lentos y simétricos sobre los
dos lados de la cara en apoyo un poco más fuerte sobre el lado paralizado.
Realizamos presiones con deslizamiento superficial, presiones locales y
pinzados rodados suaves. Procuraremos no provocar reacciones reflejas del lado
sano. (Muñoz y Toquero, 2009, p.7)
1.4.1.4. Reeducación:
Fases de la reeducación:
Pasiva:
63
Se realiza antes que aparezca el movimiento voluntario. Se le
demandará al paciente que realice unos ciertos gestos mímicos, el
fisioterapeuta al mismo tiempo realiza una simetría del movimiento
del lado paralizado. Deberá ser un trabajo activo y controlado del
lado sano y pasivo del lado paralizado. Es importante decir que la
mayoría de los movimientos faciales son sinérgicos, quiere decir,
que las dos hemicaras deberán actuar en el mismo tiempo.
Deberemos enseñar al paciente a controlar la contracción aislada
de cada grupo muscular de la cara; para ello le pediremos la
realización de una contracción activa bilateral, consiguiendo una
simetría del movimiento mediante la ayuda de nuestros dedos en el
lado paralizado. Por ejemplo: le pediremos al paciente que sonría
(mediante una contracción de los zigomaticos), el paciente en la
fase pasiva solamente logrará movimiento en la hemicara sana;
nosotros simularemos el movimiento del lado paralizado subiendo
con nuestros dedos la comisura labial hacia arriba, de esta forma
conseguiremos una sonrisa simétrica. Sin olvidar que realizaremos
el movimiento pasivo a la misma velocidad que se realiza el
movimiento en el lado sano. Esta maniobra pasiva ejercida por el
fisioterapeuta se realizará en todos y cada uno de los movimientos
indicados anteriormente.
Activa:
Comienza en el momento de la aparición del movimiento voluntario.
Fase activa con ayuda: Todos los ejercicios se realizan delante de
un espejo para tomar conciencia del movimiento. El espejo deberá
tener una línea media para poder dividir las dos hemicaras y hacer
el ejercicio más preciso. El fisioterapeuta terminará siempre el
movimiento demandado siempre y cuando el paciente no llegué al
final de este. Es importante realizar estiramientos musculares de
cada uno de los músculos del lado paralizado para mejorar el
64
trofismo muscular. Fase activa sin ayuda: Podemos acelerar la
recuperación utilizando modos de resistencia. (p.7-8)
Siempre comenzando con la pasiva y después con la activa para que el paciente
pueda ir aprendiendo y pueda ir mejorando sus aspectos.
1.5. Tratamiento.
65
Antes de comenzar un tratamiento, podemos investigar otros tratamientos para
poder darle un tratamiento alternado y más completo.
66
Agregándole algunos puntos más como estos, harán la terapia aún más
completa en conjunto y haciéndola una rehabilitación integral.
67
evaluados de 0 a 4. La gravedad solo tiene una acción mínima sobre los
músculos cutáneos.
68
Músculo superciliar: Músculo corrugador de la ceja. Frunce el entrecejo hacia la
raíz de la nariz, deprimiendo el vientre de la ceja. Es el músculo de la atención,
de la reflexión y de la desaprobación.
Musculo piramidal de la nariz: eleva la raíz de la nariz; actúa en caso de
deslumbramiento, en sincronía con el orbicular del ojo, y participa en su
protección. Forma arrugas horizontales en la raíz nasal.
Músculo transverso de la nariz: musculo nasal. Eleva y dilata las aberturas
nasales; expresa la sensación de asco y trabaja con el músculo procero cuando
ambos se contraen al máximo.
Músculo orbicular del ojo: la porción orbitaria lleva acabo la oclusión palpebral.
Es antagonista del músculo elevador del parpado superior. Su contracción
forzada provoca arrugas en la parte externa del ojo (patas de gallo). La porción
orbitaria está formada por fibras musculares rojas de contracción lenta y tónica.
La porción tarsiana o palpebral cierra con mayor fuerza la hendidura palpebral, la
acorta y forma pequeñas arrugas en los bordes ciliares superior e inferior;
también interviene en la oclusión palpebral forzada (protección ocular contra el
deslumbramiento). Las fibras musculares son pálidas y su contracción es rápida
y fásica.
Músculo cigomático: es el musculo de la sonrisa, elevador y abductor de la
comisura lateral.
Musculo cigomático menor: es el músculo del llanto.
Musculo canino: es elevador del ángulo de la boca. Eleva el labio superior a nivel
del canino, sin volverlo hacia afuera: es el musculo del desprecio y de la burla.
Músculos elevadores: elevador del labio superior y del ala de la nariz que levanta
y vuelve el labio hacia afuera, mostrando los dientes del maxilar superior y
poniendo la boca cuadrada, cuando trabaja sincrónicamente con el depresor del
labio inferior y con el mentoniano. El dilatador de las ventanas nasales, pequeño
músculos plano que ayuda a aumentar el diámetro horizontal de las aberturas
nasales. El mirtiforme o depresor del tabique nasal, que baja la parte inferior del
ala de la nariz, estrechando transversalmente el orificio. El músculo del barbero,
que baja el labio superior.
69
Músculo orbicular de la boca: es un músculo que cierra la cavidad bucal, la
comprime acercando las comisuras en un plano horizontal. Cuando se contrae,
frunce los labios; también trabaja con el compresor de los labios en la succión.
Músculo risorio: estira la comisura labial en un plano horizontal, adelgaza los
labios y participa en la sonrisa enigmática, en los niños, forma los hoyuelos.
Músculo buccinador: es el músculo más profundo. Permite comprimir la mejilla
cuando la cavidad bucal está llena de aire, agua o alimentos. Intervienen en la
elaboración del bolo alimenticio en el interior de la cavidad bucal durante la
masticación. En el músculo de los trompetistas. Trabaja comprimiendo la cara
interna de las mejillas contra la superficie de los dientes.
Músculos depresor del ángulo del labio inferior: triangular de los labios: este
músculo tira del labio inferior oblicuamente hacia abajo y ligeramente hacia
afuera; trabaja sincrónicamente con el músculo cutáneo del cuello durante su
contracción máxima. Es el músculo del sufrimiento y del terror.
Musculo platisma: Músculo cutáneo del cuello. Estira la comisura labial hacia
abajo y hacia afuera, a la vez tira hacia arriba de la piel de la parte anterior y
superior del tórax que llega hasta el pezón. Al contraerse, acorta la altura del
cuello aumentando su diámetro horizontal.
Musculo depresor del labio inferior: músculo cuadrado del mentón. Es un
pequeño músculo que levanta y vuelve hacia afuera el labio inferior. Trabaja
sincrónicamente con la borla de barba, músculo elevador del mentón. Tira hacia
abajo y hacia afuera de la parte lateral externa del mentón.
Músculo borla de barba: eleva la parte central de la piel del mentón hacia arriba y
hacia delante, frunciéndola al levantar el labio inferior.
Músculos auriculares extrínsecos: son músculos inervados por el nervio facial.
Son 3 y mueven el pabellón auricular. Generalmente, su acción es prácticamente
nula. Sin embargo en la recuperación de la parálisis facial pueden volverse
activos después de una inervación aberrante. Todos los músculos, con sus
acciones, confieren a la cara su identidad. Por lo tanto, tienen un papel
fundamental en la representación del individuo. Esta visión de la persona es
diferente ya que incluye lo visto y lo vivido.
70
4) Sincinestesias: son movimientos involuntarios e inconscientes, que se producen
cuando se realizan otros movimientos voluntarios, y que son conocidos como
movimientos parásitos o asociados, debido a que la realización de un
movimiento genera la producción de otro involuntario asociado. Los tipos de
sincinesias encontrados con más frecuencia en la parálisis facial son:
Orbicular del ojo y cigomáticos (ojo- mejilla): El cierre del ojo provoca el ascenso
del ángulo labial.
Frontal y cigomáticos (frente- mejilla): La elevación voluntaria de la ceja provoca
el ascenso del ángulo labial.
Cigomáticos y Platisma (mejilla-cuello): La sonrisa provoca una contracción del
Platisma.
Cigomáticos y orbicular de los labios (mejillalabio): El intento de sonreír provoca
una contracción labial que impide cualquier sonrisa.
Se evalúan de la siguiente manera:
71
El paciente, que no puede controlarse delante de un espejo estando sus ojos
cerrados, mantiene un dedo rozando el frontal como testigo de su inmovilidad. La
sincinesia debe desaparecer.
Al movilizar la boca:
Después de haber sujetado el frontal.
Se le pide al paciente, con la cara en reposo, que intente lenta y
progresivamente la constricción de los labios.
Retirar progresivamente la presión digital.
Se debe alcanzar un equilibrio entre el frontal, que permanece en su posición de
reposo, y el intento de movimiento de contracción de los labios.
El paciente se controla delante de un espejo.
La sincinesia debe desaparecer.
+3 Sincinesia irreprimible:
El frontal se contrae tanto como el cierre de los ojos como con la constricción de
la boca, aunque se hagan los intentos de inhibición.
El Hemiespasmo: la contracción involuntaria del frontal participa en el espasmo
de la hemicara, atrayendo el lado sano hacia el lado patológico. (Ubillus y
Sánchez, 2018, p.260-263)
Es importante tener en cuenta que el tratamiento que le pongamos a nuestros
pacientes, son 100% individualizados, cada tratamiento será personalizado por más
que la patología sea la misma que la de otro paciente, sí, pero cada ser y cuerpo son
diferentes, así que lo realizaremos así.
Ahora sí, empezaremos a hablar del tratamiento, qué podemos llevar a cabo con
el paciente ahora que tenemos los detalles de su patología, podemos revisar qué
utilizar con él y qué no.
72
de su patología. La rehabilitación especializada es parte fundamental de un
tratamiento adecuado y ésta comienza con una evaluación inicial de la simetría
en reposo, los movimientos voluntarios e involuntarios, la continencia ocular y el
impacto sicológico.
(…)
73
importante es mantener los dedos presionados con firmeza sobre la piel, pres
ionándolos y levantándolos, para después mantener la posición estirada con la
duración.
6. Facilitación neuromuscular propioceptiva: los movimientos faciales se ejecutan
en los patrones diagonales. La cara se debería tratar bilateralmente; el lado más
fuerte refuerza los movimientos del lado más débil. El sincronismo para el énfasis
impidiendo el movimiento completo en el lado más fuerte, estimulará más aun la
actividad en los músculos más débiles, los movimientos fuertes en otras partes
del cuerpo reforzaran a los movimientos faciales. Manejo de tejidos blandos.
7. Estimulación sensorial: funcionalmente, los músculos faciales tienen que trabajar
contra la acción de la gravedad; se deberá tener en cuenta cuando se elija una
posición para el tratamiento.
La parálisis facial o la parálisis de Bell se refiere generalmente a la debilidad de
los músculos faciales debido al daño temporal o permanente al nervio facial.
Los investigadores encontraron un músculo relajado para contraerse cuando es
estimulado por un estímulo vibratorio con una frecuencia de 100-200 Hz. Este
es el llamado reflejo tónico de la vibración (TVR) que puede ser grabado usando
EMG. Todos los dispositivos rígidos generan vibraciones de 100 Hz. Se
recomienda utilizar el reflejo de la vibración tónica para contraer los músculos
débiles (100 Hz), aumentar la estimulación sensorial, relajar los músculos
compensatorios (50 Hz) y reducir el dolor facial.
74
Aquí, nos podemos dar cuenta lo que dice sobre la electroterapia, que existe
controversia en cuanto a su uso debido a que realmente se estimula el punto motor del
músculo para su movilidad, sin embargo, no se estimula el nervio cuando realmente es
completo
para que pueda
volver a su
normalidad o
por lo menos un
90%.
Figura
1.5.27. Nota. La
imagen
representa la aplicación de la acupuntura para mejoría en la parálisis facial.
Tomado de “Fisioterapia en la parálisis facial” (p.263) por U. E. y S. A., 2018.
75
Figura 1.5.28. Nota. La imagen representa la aplicación del vendaje
neuromuscular para mejoría en la parálisis facial. Tomado de “Fisioterapia en la
parálisis facial” (p.264) por U. E. y S. A., 2018.
Algunos otros ejercicios necesitan ciertas etapas para poder desarrollarse y que
puedan ayudar con la terapia a nuestro paciente. Normalmente, siempre se empieza de
menos a más, en este caso, comenzamos con ejercicios pasivos hasta poder activar las
zonas y que el paciente pueda hacerlos solo.
76
Levantar con los dedos la ceja involucrada y sostenerla por unos
segundos. La asistencia manual disminuirá progresivamente de acuerdo
con la recuperación muscular.
Ejercicios activos: se retira la presión digital y se solicita trabajar en el
siguiente orden: frontal, superciliar, elevador del labio superior, canino,
buccinador, borla y cuadrado de la barba, triangular de los labios, cutáneo
del cuello y por último los cigomáticos. Ejemplos de ejercicios:
Contraer los labios como si se fuera a dar un beso (Orbicular de los labios
y compresor).
Dilatar el ala de la nariz hasta levantar el labio superior y enseñar los
dientes (Dilatador de la nariz, canino, elevador del labio superior).
Expulsar aire lentamente, como soplando por una cañita (Buccinador,
cigomático mayor, cigomático menor).
Sonrisa amplia dirigiendo la comisura labial hacia afuera y atrás (Risorio).
Apretar los dientes lo más fuerte posible (Cutáneo del cuello, triangular de
los labios).
Arrugar el mentón (Mirtiforme, cuadrado de la barba, borla de la barba).
Elevar las cejas (Occipitofrontal).
Juntar las cejas (Ciliar).
Cerrar los ojos (Orbicular de los párpados).
Inhibición del reflejo de Bell: se logra enfocando los ojos del paciente en
un objeto fijo a 30.5 cm abajo al frente del paciente, intentando cerrar
ambos ojos hasta ocluirlos. Enfocar el ojo hacia abajo ayuda a iniciar que
el párpado inferior se eleve.
Etapa de facilitación: se caracteriza por incremento de movimientos voluntarios y
ausencia de sincinesias. Se realizarán:
Movimientos faciales activos simétricos, haciendo énfasis al paciente de
no realizar movimientos incoordinados en forma bilateral, con el fin de
evitar movimientos distorsionados del lado afectado, ya que esto lo coloca
en una función menos óptima respecto al lado sano.
77
Si el paciente no presenta signos sugestivos de sincinesias, indicar
ejercicios resistidos: la resistencia manual se aplica en dirección opuesta
a los movimientos deseados con movimientos faciales aislados, sin causar
movimientos en masa o sincinesias.
Sonidos pronunciando consonantes y vocales en forma aislada y palabras
que favorezcan el músculo orbicular de los labios.
Etapa de control: se caracteriza por la aparición de movimientos anormales y
anárquicos, los músculos responsables deben colocarse inmediatamente en
posición de estiramiento sostenido para inhibirlos. Los músculos propensos a
sincinesias son los orbiculares. Los ejercicios de estiramiento para lograr
disociación son:
Ojo-boca: si durante la actividad del orbicular del párpado derecho se
observa que la comisura labial se levanta hacia arriba y afuera con la cara
en reposo, el paciente deberá inhibir el cigomático mayor. El paciente
colocará su pulgar izquierdo en el interior de la mejilla derecha, con el
índice y el medio en el exterior, mantendrá la mejilla estirada entre los tres
dedos oblicuamente hacia abajo y hacia el lado sano sin tirar del párpado
inferior derecho. Cerrará los ojos suavemente, luego con fuerza,
manteniendo la mejilla estirada.
Boca-ojo: se le pide al paciente que coloque la boca en protrusión con los
labios juntos y redondeados y se observa que el ojo derecho se cierre,
incluso mínimamente, entonces se le pedirá que enganche la mejilla
derecha con el índice sobre el surco nasogeniano. El paciente deberá
estirar la mejilla, empujarla oblicuamente hacia abajo y hacia el lado sano,
controlando el ojo en un espejo, esbozar el trabajo del orbicular de los
labios.
En cuanto el paciente perciba la contracción sinérgica del orbicular del párpado,
deberá detener el movimiento. A continuación, cuando obtenga un buen
equilibrio entre los músculos agonistas y antagonistas, podrá retirar
progresivamente la presión digital y equilibrar los músculos del lado sano.
78
Ejercicios enfocados para el control de movimientos anormales o sincinesias,
los cuales consisten en enfatizar solamente el movimiento del músculo a
trabajar en lo posible sin provocar movimientos anormales. El rango del
movimiento aumentará siempre y cuando se controle los movimientos
anormales.
Así como se tiene un fisioterapeuta, para que la rehabilitación sea mucho más
completa, es necesario llevar algunas otras áreas de la salud, esto por si dejará alguna
secuela y también como ayuda en el proceso.
79
una constante estimulación, misma que acorta el tiempo de recuperación del
paciente con Parálisis Facial Periférica. La incidencia de la parálisis facial
periférica recidivante en la edad pediátrica es similar a la de la edad adulta (6-
12%). Las recurrencias parecen ser más probables en los primeros dos años, por
lo cual sería interesante el seguimiento de estos pacientes al menos durante este
tiempo. Parece que en el caso de parálisis faciales periféricas recidivantes hay
un peor pronóstico. (Ubillus y Sánchez, 2018, p.265)
La multidiciplinaridad que existe entre el área de la salud es muy funcional en las
patologías para ir encontrando rápidamente la solución con la parálisis, que todo se
haga correctamente y adecuadamente de manera que realmente se le ayude al
paciente desde psicológicamente (en cuanto el aspecto) así como lo físico (donde
entramos nosotros para poder ayudar con ese aspecto).
80