Este documento discute el régimen hereditario para el derecho agrario en Panamá. Explica que el Instituto de Desarrollo Agrario es la única entidad competente para determinar el sucesor de un beneficiario agrario fallecido. Aunque se permiten los testamentos, estos solo serán válidos si el heredero designado cumple con los requisitos legales para ser adjudicatario de la tierra. El Instituto puede adjudicarse la tierra si no hay un heredero idóneo.
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Este documento discute el régimen hereditario para el derecho agrario en Panamá. Explica que el Instituto de Desarrollo Agrario es la única entidad competente para determinar el sucesor de un beneficiario agrario fallecido. Aunque se permiten los testamentos, estos solo serán válidos si el heredero designado cumple con los requisitos legales para ser adjudicatario de la tierra. El Instituto puede adjudicarse la tierra si no hay un heredero idóneo.
Este documento discute el régimen hereditario para el derecho agrario en Panamá. Explica que el Instituto de Desarrollo Agrario es la única entidad competente para determinar el sucesor de un beneficiario agrario fallecido. Aunque se permiten los testamentos, estos solo serán válidos si el heredero designado cumple con los requisitos legales para ser adjudicatario de la tierra. El Instituto puede adjudicarse la tierra si no hay un heredero idóneo.
Este documento discute el régimen hereditario para el derecho agrario en Panamá. Explica que el Instituto de Desarrollo Agrario es la única entidad competente para determinar el sucesor de un beneficiario agrario fallecido. Aunque se permiten los testamentos, estos solo serán válidos si el heredero designado cumple con los requisitos legales para ser adjudicatario de la tierra. El Instituto puede adjudicarse la tierra si no hay un heredero idóneo.
El Derecho Agrario es un derecho de actividad, donde lo importante es el
ejercicio, el actuar, el hacer, y cuya representación se manifiesta a través de la empresa. Es por ello que debió concebirse un régimen hereditario específico para el Derecho Agrario. La aplicación del régimen hereditario se vincula con la característica de la asignación de ser un contrato de duración, en consecuencia desde el momento mismo en que el beneficiario se encuentra en el fundo y hasta que hayan transcurrido 15 años desde la inscripción del derecho en el Registro Público y se haya procedido a la cancelación de las obligaciones con el Instituto, el mismo operará plenamente, sin perjuicio de que el Instituto pueda intervenir cuando actos post morten pongan en peligro la unidad de la empresa o el sistema fundiario basado en una racional distribución de la tierra.
En materia dentro de la vía judicial se encuentran dos modalidades: La
testamentaria: existe un testamento debidamente otorgado ya sea cerrado o abierto. Y la sucesión legítima: ante la falta de testamento o si existe, pero no cumple con los requisitos, se tiene que no existe voluntad del causante por lo que la declaratoria de herederos y la distribución se hace conforme a la ley.
La determinación del sucesor no es competencia de los tribunales civiles, ni
tampoco de los tribunales agrarios, la Ley la otorgó exclusivamente al ente agrario encargado de la asignación, es decir al Instituto de Desarrollo Agrario, por una parte para vigilar y proteger la integridad física del bien, y por otra porque en caso de no existir sucesor idóneo, en los términos establecidos por la Ley el bien debe volver a la titularidad y patrimonio del ente agrario para que éste proceda a adjudicarlo a otro beneficiario que reúna los requisitos establecidos por el ordenamiento jurídico. Pero si la determinación del sucesor ha sido otorgada como competencia al ente agrario, ello no significa que va a ser éste quien decida la que van a suceder al causante. Desde este punto de vista procede tanto la sucesión testamentaria como la ab intestato. Por lo tanto solo podrá ser designado heredero quien reúna las condiciones exigidas por la Ley, y así aún cuando el causante haya otorgado testamento éste no podrá tener validez si el designado no reúne las condiciones exigidas para ser adjudicatario, o si tratándose de una sucesión ab intestato los posibles herederos no pueden ser beneficiarios, procediendo en consecuencia el Instituto a adjudicarse por falta de heredero idóneo, y en ese caso se deposita en el Juzgado el valor del bien, para que los herederos sean satisfechos económicamente y el Instituto pueda luego adjudicar a otro beneficiario el inmueble en virtud de otro contrato de asignación de tierras. Como no se establece en la Ley ningún procedimiento administrativo deberá aplicarse subsidiariamente el de la Ley de Administración Pública, declarando al Instituto beneficiario, mediante acuerdo de su Junta Directiva al heredero que corresponda según el caso. La herencia o legado, es un modo mortis causa, por medio de una disposición testamentaria, posibilidad autorizada y contemplada en el artículo 69 de la Ley de Tierras y Colonización, la cual no establece que requiera de autorización de la Junta Directiva del INDER. Siendo que la eficacia de todo testamento requiere del cumplimiento de una condición suspensiva (hecho futuro e incierto) consistente en la muerte del testador, condición a partir de la el testamento empieza a generar efectos jurídicos y no antes.
Un adjudicatario puede testar y al momento de su deceso estar las limitaciones
vencidas. La eficacia de la disposición testamentaria está sujeto en que el heredero o legatario califique en el procedimiento administrativo que ha de llevarse estando o no las limitaciones vencidas; pero esto es un requisito de eficacia y no de validez del testamento, el cual, por sí solo, es válido al ser reconocido como tal por la norma indicada, pero con eficacia relativa por las limitaciones mortis causa que la ley impone a los herederos, no a la voluntad de testador. ANEXOS