Solucionario A Las Actividades Del Libro
Solucionario A Las Actividades Del Libro
Solucionario A Las Actividades Del Libro
PLATÓN
La República
Libro VI (§§18-21) y Libro VII (§§1-5)
Autor:
Carlos Roser Martínez
DIÁLOGO
www.editorialdialogo.es
ACTIVIDADES DE REPASO
1. Enumera los principales sucesos y acontecimientos políticos que Platón vivió en su juventud
La verdadera motivación de la filosofía platónica fue política, según el propio autor confiesa en su
“Carta VII”, en la que dice que desde muy joven sintió deseos de participar activamente en la política
de su ciudad, pero la realidad política de su tiempo le resultó decepcionante y le llevó a la convicción
de que todos los Estados de su tiempo estaban enfermos, es decir, mal gobernados, debido a la inepti-
tud o inadecuación de sus gobernantes.
3. Explica cuál es el remedio o la “medicina política” que Platón propone para acabar con los
males de los Estados de su tiempo.
Platón cree hallar este remedio en la filosofía. En efecto, como dice en la “Carta VII”, tras la decepción
con la política real de su tiempo, se vio obligado a reconocer “en alabanza de la verdadera filosofía,
que de ella depende el obtener una visión perfecta y total de lo que es justo, tanto en el terreno político
como en el privado, y que no cesará en sus males el género humano hasta que los que son recta y ver-
daderamente filósofos ocupen los cargos públicos, o bien los que ejercen el poder en los Estados lle-
guen, por especial favor divino, a ser filósofos en el auténtico sentido de la palabra.” Esta “medicina
política” contra la enfermedad de los Estados de su tiempo se conoce con el nombre de teoría de filó-
sofo-gobernante y pretende asegurar que aquellos que dirijan el estado sean los más capaces, no sólo
intelectualmente, sino moralmente.
4. Enumera y resume tres teorías filosóficas defendidas por los sofistas y que Platón critica
5. Explica en qué consiste el intelectualismo moral de Sócrates y cómo influirá sobre Platón.
El intelectualismo moral de Sócrates es una teoría ética que afirma que sin conocimiento sobre aquello
que es el bien, lo justo y los demás valores éticos, no puede haber acciones verdaderamente buenas y
justas. Y, si alcanzáramos el conocimiento de dichas cosas, los seres humanos, siendo como somos
seres racionales, no podríamos más que actuar justa y rectamente. En suma, la virtud se basa en el co-
nocimiento del bien, sin el cual no puede existir; por otra parte, lo contrario de la virtud, es decir, el
vicio, no es ni más ni menos que desconocimiento de lo verdaderamente justo y bueno. Esta teoría éti-
ca influyó poderosamente sobre Platón, quien la acepta plenamente y además la aplica al terreno de la
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política. El resultado de ello es la propuesta platónica de un gobierno de filósofos, que gobernarán ins-
truidos previamente en el conocimiento de la justicia, del bien y de los demás valores morales.
Una Idea es una realidad inmaterial, inmutable, que no ha sido creada, sino que es ingénita e impere-
cedera, inaccesible a la vista y a los demás sentidos, pero sí accesible a la inteligencia; es además un
modelo perfecto e ideal que copian imperfectamente las cosas materiales y sensibles. Por eso cada Idea
es la causa del ser o de la esencia de una pluralidad de cosas sensibles que la copian o imitan.
Las realidades sensibles son materiales, accesibles a la vista y a los demás sentidos, es el mundo de las
apariencias, en constante devenir; se trata de un mundo de cosas que nacen y perecen, que son copias o
imitaciones de las Ideas, de los cuales dependen ontológicamente. En cambio, las realidades inteligi-
bles son inmateriales, invisibles pero accesibles a la inteligencia (por eso se llaman inteligibles); son
realidades más auténticas que las sensibles, inmutables, ingénitas e imperecederas. Incluye a los obje-
tos matemáticos y a las Ideas; estas últimas son modelos ideales o arquetipos copiados imperfectamen-
te por las cosas sensibles y son además únicas y subsistentes.
Platón explica la relación entre ambos tipos de realidades mediante los términos “copia” o “participa-
ción”. Así, afirma que las realidades sensibles copian las realidades inteligibles, si bien de manera
imperfecta. O también, que las realidades sensibles participan de las realidades inteligibles.
10. Resume brevemente qué es lo que, en síntesis, defiende la teoría platónica de las Ideas.
La Teoría de las Ideas afirma la existencia de ciertas realidades inmateriales, únicas, inmutables, eter-
nas (ingénitas e imperecederas), absolutas, trascendentes, separadas del mundo físico, no accesibles a
los sentidos pero sí a la inteligencia, e independientes de las cosas sensibles y de las opiniones huma-
nas. Las Ideas son, además, paradigmas o modelos perfectos e ideales que constituyen las esencias de
las cosas sensibles y son imitadas por éstas de forma más o menos imperfecta, a la manera como una
sombra copia o imita el objeto que la produce.
11. Explica por qué según Platón es necesario que existan realidades inmutables.
Si no existieran realidades inmutables, es decir, si las únicas realidades existentes fueran las realidades
sensibles en permanente cambio, sería imposible hallar un conocimiento auténtico y verdadero sobre la
realidad, pues cuando creyéramos haber hallado cualquier verdad sobre algo, para entonces ya habría
cambiado, con lo que dicha verdad perdería su validez. Para que exista la posibilidad de lograr un co-
nocimiento objetivo y verdadero sobre una realidad, dicha realidad no puede estar en continuo cam-
bio, ha de ser permanente. Dado que esa clase de realidades no existen en el mundo sensible, es preciso
suponer que existe otro ámbito distinto de realidades inmutables sobre las que sí es posible hallar co-
nocimiento verdadero.
12. Explica las diferencias que Platón establece entre opinión y conocimiento.
La opinión es un saber de grado inferior que tiene por objeto la realidad sensible; se basa en los senti-
dos y es por eso oscuro, superficial, aparente y poco fiable; además, la opinión es cambiante y relativa.
En cambio, el conocimiento científico o conocimiento propiamente dicho es un saber acerca de las
realidades inteligibles (objetos matemáticos e Ideas); su fuente no son los sentidos, sino la inteligencia;
es claro, objetivo, fiable, permanente y universalmente válido, no relativo.
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13. La teoría de las Ideas es, en primer término, una teoría de la realidad. Explica de qué manera
esta teoría de la realidad sirve a Platón para justificar su posición frente al relativismo de los
sofistas.
En efecto, la teoría de las Ideas es una teoría que afirma que existe al menos un ámbito de la realidad
que es inmutable y no sometido al nacimiento y a la muerte ni a variación alguna a lo largo del tiempo.
Sólo porque hay realidades así es posible plantearse la posibilidad de alcanzar conocimiento científico,
es decir, un conocimiento objetivo, universal, no cambiante y definitivo sobre alguna parte de la reali-
dad. Pero si es posible lograr un conocimiento con estas características, aunque sea sólo sobre una par-
te de la realidad (la más auténtica), entonces no tienen razón los sofistas al defender que toda verdad es
siempre relativa y que es imposible alcanzar ninguna verdad absoluta y objetiva. Y es que los sofistas
no distinguen entre ser y parecer; para ellos real es lo que parece real y las cosas son como nos parece
que son. De ahí su relativismo.
14. Sintetiza las semejanzas y diferencias entre los objetos matemáticos y las Ideas.
Semejanzas: Ambos son inmateriales, eternos, inmutables, perfectos e ideales, trascendentes, invisi-
bles, inteligibles, y, por tanto, sólo accesibles a la inteligencia; también son modelos que las cosas sen-
sibles copian imperfectamente.
Diferencias: Los objetos matemáticos no acaban de ser plenamente subsistentes, pues copian a algunas
Ideas; éstas son, en cambio, absolutamente subsistentes. En este sentido podemos decir que las Ideas
son más reales y auténticas que los objetos matemáticos. Además, éstos admiten la pluralidad, mientras
que las Ideas que copian son únicas y no admiten la pluralidad.
15. Resume la principal crítica que Platón formula contra la democracia ateniense.
16. La democracia ateniense era, entre otras cosas, un sistema para la elección de los cargos pú-
blicos importantes. Formula la alternativa que Platón propone a la democracia para seleccionar
a los dirigentes políticos.
La alternativa que Platón formula se sintetiza en la llamada teoría del filósofo gobernante. Esta teoría
propone un gobierno de filósofos, es decir, un gobierno formado por los mejores ciudadanos que han
sido formados moral e intelectualmente por el propio Estado para que, cuando les llegue el momento,
asuman la dirección del gobierno y las principales funciones públicas. El sistema educativo estatal, y
no la decisión de la mayoría, se convierte entonces en el instrumento de selección y de formación de
las mejores naturalezas, destinadas algún día a dirigir la ciudad.
Influenciado por el intelectualismo moral de su maestro Sócrates, Platón está convencido de que sin
conocimiento sobre el verdadero bien y la verdadera justicia no puede haber acciones verdaderamente
justas y buenas. De ahí que el buen gobernante deba formarse en el conocimiento del bien y de la justi-
cia para ser capaz de conducir a la ciudad hacia el bien y la justicia. De lo contrario, los gobernantes
son como ciegos conduciendo a otros ciegos. Ahora bien, el bien y la justicia en el Estado no son sino
un reflejo del Bien y de la Justicia en sí, es decir, de las Ideas eternas de Justicia y de Bien. De modo
que la ciencia que el político necesita conocer no es otra que la filosofía, la cual le proporcionará una
visión general sobre el Bien en sí, la Justicia en sí y otros valores eternos. Dicho conocimiento le ser-
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virá para ver más claro en el mundo de los asuntos humanos a la hora de gobernar, y también para diri-
gir con ecuanimidad y moderación su vida personal, lejos de ambiciones personales que pongan en
peligro el buen gobierno y la armonía de la ciudad. El orden político del Estado debe ser un reflejo del
orden cósmico representado por el Mundo de las Ideas, de ahí la necesidad de conocer éste último me-
diante la filosofía si se quiere lograr la armonía y la justicia en el Estado.
Gobernar la propia alma consiste en lograr la armonía entre sus partes. Lo mismo que en el mundo
sensible existe un orden imperfecto que copia el orden perfecto representado por el mundo de las
Ideas, el alma debe existir también un orden natural entre sus partes que copie el orden del mundo de
las Ideas. Este orden natural consiste en que la parte racional ejerza un sabio control sobre las partes
irracionales del alma, es decir, sobre la parte irascible (emociones y pasiones) y la parte apetitiva (ape-
titos y deseos materiales); cuando esto ocurre estamos ante un alma bien gobernada o un alma en ar-
monía. Si, por el contrario, es una de las dos partes inferiores la que se impone, estamos ante un alma
mal gobernada. Gobernar la propia alma consistirá entonces, no en eliminar las emociones ni los de-
seos materiales, sino en moderarlos lo necesario para que no se desborden y acaben tomando el con-
trol, apartándola del orden natural, de lo bueno y de lo conveniente.
19. ¿Y gobernar bien el Estado? Según Platón ¿por qué es importante que los dirigentes políticos
sepan también gobernar su propia alma?
Gobernar bien el Estado es semejante a gobernar bien la propia alma: En esencia, se trata de que las
dos clases inferiores (guardianes y productores), se sometan a la superior (gobernantes filósofos), que
representan la racionalidad. Se trata de reflejar también el orden natural de las cosas, a imitación del
orden que reside en el Mundo de las Ideas. Hay desorden y, por tanto, mal gobierno, cuando quienes
no están preparados para dirigir el Estado ni por naturaleza ni por educación, asumen las funciones de
gobierno. Es decir, cuando quienes asumen esta función no son los verdaderos filósofos, sino aquellos
que tienen una naturaleza y educación de productor o de guardián. Entonces se rompe el orden natural
y entonces reina el mal gobierno.
Por otra parte, es necesario que los dirigentes políticos sepan también gobernar su propia alma para
llevar una vida recta en el terreno personal; de este modo, en su acción de gobierno, no se dejarán lle-
var por ambiciones personales de poder, de riqueza o de gloria, porque han moderado los deseos de
estas cosas, es más, en cierta medida desprecian estas cosas, pues, gracias al conocimiento que les ha
proporcionado la filosofía, saben que no dan la verdadera felicidad humana, que son sólo “vanas
sombras” del verdadero bien.
20. Diferencias entre Platón y los sofistas a la hora de entender la educación que deben recibir
los aspirantes a dirigentes políticos.
Para Platón el fin de la educación de los aspirantes a gobernantes debe ser seleccionar y formar moral e
intelectualmente a los mejores; la disciplina que permite lograr este objetivo es la filosofía o dialéctica,
que deberá conducirlos al concomiendo de las Ideas, particularmente de las Ideas de Bien, Justicia y
Belleza, y que irá precedida por el estudio de las matemáticas como preámbulo de la filosofía; en cam-
bio, para los sofistas el fin de la educación debe ser ayudar a quienes acuden a ellos a lograr poder,
popularidad o influencia en la Asamblea; de ahí que los sofistas enseñen disciplinas como la oratoria,
la retórica o la erística, tendentes a aumentar el poder de persuasión, clave del éxito político en la de-
mocracia ateniense.
Por otra parte, las diferencias entre Platón y los sofistas se dan, no sólo en el objetivo que debe lograr
la educación de los aspirantes a políticos y en las disciplinas que deben cultivarse, sino también en la
manera misma de entender la educación y en el método: En efecto, para los sofistas la educación es
una mera transmisión de conocimientos del que sabe al que no sabe, de ahí que consideren justificado
cobrar por sus enseñanzas; en cambio, para Platón, en la línea de Sócrates, educar no consiste en
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transmitir conocimientos, sino en estimular las facultades de conocimiento que dormitan en el alma de
cada uno para que, guiado por el educador, uno mismo alcance el conocimiento de la verdad y el bien.
VERTICAL: Intelectualismo
HORIZONTALES: 1. Opinión 2. Idea 3. Asamblea 4. Devenir 5. Irascible 6. Idéntico 7. Demiurgo 8.
Participación 9. Heráclito 10. Relativismo (Errata: La fila 10 debe estar inmediatamente debajo
de la 9) 11. Cosmos
(Pedimos disculpas por las erratas, que se corregirán en próximas ediciones).
En la edición de valenciano:
VERTICAL: Intelectualisme
HORIZONTALES: 1. Opinió 2. Idea 3. Assemblea 4. Devenir 5. Irascible 6. Idèntic 7. Demiurg 8.
Participació 9. Heràclit 10. Relativisme 11. Cosmos
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BLOQUE 1: EL BIEN EN SÍ. COMPARACIÓN CON EL SOL
(“LIBRO VI”, Caps. XVIII-XIX)
1. ¿LO DICE EL TEXTO?: Lee atentamente los dos capítulos que integran este bloque y
contesta verdadero o falso. V si estás de acuerdo con la interpretación que se hace del
texto; y F en caso contrario. En caso de que contestes F, razona tu respuesta en tu cua-
derno de clase, apoyándola en el texto.
a) V
b) F (Una opinión puede ser recta, pero sin conocimiento)
c) F (El momento referido se recogen en el “Libro IV” de La República, no en el “Libro V”;
concretamente en 441c y siguientes)
d) V (al menos eso es lo que dice en 506c y nuevamente en 506d),
e) V
f) F (unidad y multiplicidad)
g) F (intervienen tres: el ojo, lo visto y la luz)
h) V
i) F (Es causa de ambas cosas)
j) F ( se refieren al conocimiento y la verdad, que aparecen mencionados unas líneas antes)
4. ACTIVIDAD GUIADA: Define los términos “lo múltiple” e “Ideas”, dejando claro a qué
se refiere cada uno y remarcando la contraposición entre ambos; deberás partir de la informa-
ción del texto y completarla con tus conocimientos sobre la filosofía del autor. Sigue la siguiente
pauta (ver los consejos del apartado final “La Prueba de Acceso a la Universidad”
TABLA DE OPOSICIONES
CONVIENEN A CONVIENEN A
“LO MÚLTIPLE” SU CONTRARIO (“IDEAS”)
Muchas cosas buenas Lo bueno en sí
Muchas cosas hermosas Lo bello en sí
Múltiples Unidad, Una sola Idea
Aquello que es
Es visto, no concebido; vistas Concebidas, pero no vistas
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RESPUESTA
LO MÚLTIPLE E IDEAS: Con la expresión “lo múltiple” se refiere Platón en este texto a lo sensi-
ble, una de cuyas características es la pluralidad o la multiplicidad, frente a la unicidad de cada Idea. Esta
contraposición se refleja muy bien en los ejemplos del texto: Hay muchas cosas sensibles buenas (“mu-
chas cosas buenas”), pero la Idea de Bien que todas esas cosas imitan es única (“lo bueno en sí”), y lo
mismo pasa con las cosas hermosas y la Idea de Belleza (“lo bello en sí”); en general la realidad sensible
es múltiple, mientras que cada Idea es única. En 507b Platón, por boca de Sócrates, identifica claramen-
te “lo múltiple” con lo sensible cuando dice que “es visto, pero no concebido”; en cambio, las Ideas se
identifican con la realidad inteligible, pues de ellas se dice que son “concebidas, pero no vistas”.
Como se sabe, Platón distingue dos niveles de realidad: por una parte la realidad sensible, aludida
en el texto con la expresión “lo múltiple”; y por otra parte, la realidad inteligible, de la que forman
parte las Ideas y los objetos matemáticos. El texto se refiere sólo a las Ideas, dejando de lado los obje-
tos matemáticos. Las realidad sensible es el ámbito de cosas que nos muestran los sentidos, particu-
larmente la vista; se trata de cosas materiales, sometidas al nacimiento y a la muerte, y en constante
devenir; tienen por tanto una realidad impermanente, evanescente o inestable. En todo caso, lo poco o
mucho que tienen de real se lo deben a que participan de las Ideas o las copian. Las Ideas, en cambio,
pertenecen al ámbito de la realidad inteligible, que puede concebirse, pero no verse, como dice el tex-
to, concretamente en 507c; al contrario que las realidades sensibles, no admiten la pluralidad, son
realidades inmateriales, ingénitas e imperecederas, inmutables y constituyen, por decirlo así, los mo-
delos ideales o paradigmas que las cosas sensibles imitan imperfectamente. Por eso son la esencia de
las cosas sensibles y por eso el texto alude a ellas con la expresión “aquello que es”, es decir, aquello
que permanente y eternamente es, en contraposición a lo sensible, que es impermanente y pura apa-
riencia.
RESPUESTA
OPINIÓN SIN CONOCIMIENTO: La opinión es para Platón un grado de saber limitado exclu-
sivamente a las cosas del mundo sensible; opinión es el saber imperfecto que los seres humanos tene-
mos acerca de cualquier cosa que sea sensible. Es, pues, un grado de saber inferior al conocimiento
científico (episteme), el cual no versa sobre las cosas sensibles, sino sobre las inteligibles. Además, la
opinión se basa en los sentidos, es poco fiable, relativa y cambiante, lo mismo que su objeto; se con-
trapone en todo esto al conocimiento, que es un saber basado en la inteligencia y no en los sentidos,
enteramente fiable, universal, objetivo y permanente.
En el texto, sin embargo, se habla en realidad de “opinión sin conocimiento” y de “opinión recta
sin conocimiento”, de la cual se dice que es “defectuosa”. La opinión sin conocimiento- debemos
contraponerla a la opinión con conocimiento. En efecto: Cuando opinamos, sea con conocimiento o
sin él, estamos hablando siempre de cosas sensibles. Por otra parte, nuestra opinión puede ser recta o
no recta. Por ejemplo, cuando alguien opina que es bueno cumplir la ley de la ciudad, su opinión es
recta, mientras que si alguien opina que es bueno actuar siempre contrariamente a la ley, su opinión
no lo es. Hay, pues, opiniones rectas y opiniones no rectas. Las primeras son acertadas, las segundas
no lo son.
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Ahora bien, uno puede tener una opinión recta sin conocimiento o con conocimiento. En efecto, si
alguien opina que es bueno cumplir la ley de la ciudad, sin saber en realidad en qué consiste el bien en
sí ni lo justo en sí, es decir, sin tener conocimiento acerca de las Ideas de Justicia y de Bien, entonces
su opinión es recta, pero sin conocimiento, y es “como un ciego que va por buen camino”, como dice
el texto, concretamente en 506c; de él no podemos decir que sepa realmente de lo que habla, sino que
tiene “opinión recta sin conocimiento”. En cambio, uno puede tener opinión con conocimiento cuan-
do, tras haber adquirido saber acerca de las Ideas de Bien, Justicia, etc… al opinar sobre los asuntos
humanos, entiende que lo bueno es respetar las leyes de la ciudad. También esto es opinión, pero fun-
dada en el conocimiento de la esencia del Bien.
En suma, la opinión sin conocimiento se contrapone a la opinión con conocimiento. La primera
puede ser a veces acertada, pero es ciega, al no fundarse en el conocimiento verdadero de lo inteligi-
ble; en cambio, la segunda, aun cuando versa sobre asuntos humanos y cosas sensibles, no es ciega,
pues se basa en el conocimiento de lo inteligible; es también un saber sobre copias, pero basado en el
conocimiento profundo del modelo.
6. Explica las expresiones contrapuestas “un objeto iluminado por la verdad y el ser” y “algo
que está envuelto en penumbras, que nace y perece”; después de aclarar su significado, define
los conceptos a los que se refieren, partiendo del texto, completando con tus conocimientos y
remarcando la contraposición entre ambos.
TABLA DE CONTRAPOSICIONES
RESPUESTA
“UN OBJETO ILUMINADO POR LA VERDAD Y EL SER” y “ALGO QUE ESTÁ EN-
VUELTO EN PENUMBRAS, QUE NACE Y PERECE”: Con la expresión “un objeto iluminado
por la verdad y el ser” se refiere Platón a cualquier Idea, en contraposición a las realidades sensibles,
a las que el texto alude precisamente con la expresión “lo que está envuelto en penumbras, que nace y
perece”. Como se sabe, las Ideas son realidades inteligibles, inmateriales, eternas, inmutables, tras-
cendentes, que constituyen los paradigmas o modelos perfectos e ideales que las cosas sensibles co-
pian imperfectamente. Son, por tanto, las esencias de las cosas sensibles, las cuales les deben su ser y
su realidad. Por otra parte, las realidades sensibles son realidades visibles o accesibles a los sentidos,
son materiales, están sometidas al nacimiento y a la muerte -por tanto, son perecederas-, y, tal y co-
mo decía Heráclito, están en constante proceso de cambio.
El texto deja claro en 508d que, mientras que las primeras son inteligibles, y el alma puede obtener
de ellas conocimiento, las segundas son realidades sobre las que no cabe un conocimiento definitivo
(episteme) sino tan sólo “opiniones cambiantes” (doxa), es decir, un saber confuso y oscuro, relativo
y meramente sensible. Esto se debe al tipo de realidad que poseen unas y otras, y Platón trata de ilus-
trar esto comparando el alma y su búsqueda de conocimiento y de inteligencia, con el ojo y su bús-
queda de la visión: En efecto, al alma le pasa lo mismo que al ojo; cuando éste apunta a objetos ilu-
minados por la luz del sol obtiene una visión clara, pero cuando se dirige a objetos envueltos en la
penumbra, ve con dificultad. Análogamente, el alma, cuando apunta hacia las Ideas, obtiene conoci-
miento e inteligencia (recordemos que la inteligencia es el grado máximo de saber); mientras que si
apunta hacia las cambiantes cosas sensibles sólo obtiene meras opiniones. Ello es así porque cada Idea
está “iluminada por la verdad y el ser”, debido a su participación directa de la Idea de Bien, que es la
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que da el ser a las Ideas y las hace inteligibles para el alma, a la manera como el sol hace visibles las
cosas sensibles para el ojo humano.
7. Define el término “Idea del Bien”, exprimiendo la información que el texto da y comple-
tándola con tus conocimientos de fuera del texto.
IDEA DE BIEN
RESPUESTA
IDEA DE BIEN: Para Platón, la Idea de Bien es la Idea suprema, representa la máxima perfección y,
por tanto, lo máximamente real. Es también la expresión del orden de lo real (causa final y causa del
orden del mundo), así como de la unidad del Mundo de las Ideas (principio unificador de todas las
Ideas). Todas las Ideas participan de ella. Además es la causa de su realidad (función ontológica) y de
su cognoscibilidad (función epistemológica), y además su conocimiento es el objetivo último de la
educación filosófica del gobernante, pues se requiere para poner orden tanto en la propia alma como
en la sociedad (función ético-política). La Idea de Bien cumple, pues, al menos estas 5 funciones en el
sistema filosófico de Platón.
En el texto, Platón trata de explicar qué es la Idea de Bien, pero lo hace por analogía con el sol, al que
llama “el hijo del bien”. Por lo que se refiere a la función epistemológica de la Idea de Bien, el texto
viene a decir en 508b-d que, lo mismo que el sol hace visibles los objetos visibles al iluminarlos con
su luz, la Idea de Bien hace inteligibles las Ideas al iluminarlas con la verdad y de este modo el alma
puede lograr de ellas un conocimiento claro (inteligencia). En 508d también se dice que la Idea de
Bien, al tiempo que causa el conocimiento y la verdad de las demás Ideas, ella misma es también obje-
to de conocimiento, es más, es la meta última que persigue la educación filosófica. En esto también se
asemeja el bien al sol: el sol no sólo hace visibles las cosas sensibles, sino que también él mismo es
visible y objeto de la visión (508b). También dice el texto que, al igual que el sol, el Bien en sí no es
sólo causa de la cognoscibilidad de las Ideas, sino también de su ser mismo y de su esencia, y es que
las Ideas, en tanto que modelos de perfección, copian o imitan a la Idea de Bien, de la cual participan.
Por último, el texto esboza hacia el final una enigmática frase sobre cuyo significado los expertos han
debatido mucho: “El bien no es esencia, sino algo que está por encima de aquélla”. Un significado
posible de esta frase es que las esencias de las cosas sensibles son, en sentido estricto, las Ideas. La
Idea de Bien sería la esencia de todas las esencias, es decir, una especie de súper-esencia en torno a la
cual la realidad en su conjunto alcanza el orden y el sentido.
8. Aclara las expresiones contrapuestas “aquel otro mundo” y “este” mundo; define los con-
ceptos filosóficos a los que aluden, remarcando la contraposición entre ambos, y sirviéndote
tanto de la información del texto como de tus conocimientos sobre Platón.
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RESPUESTA
AQUEL OTRO MUNDO Y ESTE MUNDO: En el contexto de este capítulo del “Libro VI”, con
la expresión “aquel otro mundo” se está refiriendo Platón en 508d al mundo sensible; mientras que
con el demostrativo “éste” se refiere al mundo inteligible. La clave está en que cuando habla de
“aquel otro mundo” menciona a la luz, la visión y el sol, que gobierna el mundo sensible; por el con-
trario, cuando se refiere a “este” otro mundo, habla del conocimiento, la verdad y la Idea de Bien, que,
a semejanza del sol en el mundo sensible, gobierna en el reino de lo inteligible.
Como sabemos, Platón distingue dos ámbitos de realidad: las realidades sensibles, accesibles a la
vista o a otros sentidos, materiales, cambiantes, sometidas al nacimiento y a la muerte, impermanen-
tes, etc… Por otra parte tenemos las realidades inteligibles, formadas por los objetos matemáticos y
las Ideas; se trata de realidades inmateriales, invisibles e inaccesibles a los sentidos, pero accesibles a
la inteligencia, ingénitas e imperecederas, inmutables, trascendentes, subsistentes, etc… Estas reali-
dades son imitadas imperfectamente por las realidades sensibles, las cuales deben su existencia y su
esencia a las realidades inteligibles. Y así como en el mundo de las realidades sensibles (“aquel otro
mundo”) reina el astro sol, en el mundo inteligible (“este” otro mundo) gobierna la Idea de Bien.
En el texto se mencionan algunas características que definen al mundo sensible: Por ejemplo, en
508cd se dice de las cosas sensibles que, por estar “envueltas en la penumbra”, no pueden ser objeto
de conocimiento (episteme), sino tan sólo de “opiniones cambiantes”, que como sabemos representan
un grado de saber inferior basado en los sentidos. También se alude al mundo sensible con la expre-
sión “lo que nace y muere”, en alusión a la impermanencia que definen las cosas sensibles, y en con-
traposición a las realidades inteligibles, que, como hemos dicho antes, son ingénitas e imperecederas.
Por último, el texto alude a las realidades inteligibles con la expresión “objetos del conocimiento”,
para remarcar el hecho de que sólo ellas, iluminadas por la verdad y el ser, pueden ser objeto de ver-
dadero conocimiento.
TABLA DE CONTRAPOSICIONES
LA ESENCIA LA GENERACIÓN
Por obra del Bien Por obra del sol
Las cosas inteligibles Las cosas que son vistas
El ser El crecimiento y la alimentación
El Bien no es esencia, sino algo por encima
RESPUESTA
LA ESENCIA Y LA GENERACIÓN: En general, en filosofía se ha denominado “esencia” a la na-
turaleza última e invariable de una cosa, o de la realidad en general, que es, por así decirlo, su verda-
dero ser en base al que se explican sus cualidades y su comportamiento. Para Platón las esencias de
las cosas sensibles se hallan, no en ellas, sino “separadas” de ellas; son las Ideas trascendentes. En el
texto se viene a decir que la Idea de Bien aporta a las cosas inteligibles, además de su inteligibilidad,
“el ser y la esencia” (509a). “Esencia” tiene aquí en parte el significado que hemos mencionado antes
de naturaleza invariable y última de una cosa, pero creemos que, para entenderlo bien en este contex-
to, hay que contraponerlo al término “la generación”. Esta expresión es usada por Platón en varias
ocasiones para referirse al mundo sensible, que es un mundo de cosas que nacen y mueren; en este
texto va asociada también a “las cosas que son vistas”, de las que se dice que reciben del sol “la gene-
ración, el crecimiento y la alimentación” (509a). Análogamente, las cosas que son inteligidas reciben
de la Idea de Bien “el ser y la esencia”. Así, el Bien es causa del ser de las cosas inteligibles, lo mis-
mo que el sol es causa de las cosas sensibles. Entendemos que con las expresiones “esencia” y “gene-
ración” se alude, respectivamente, al carácter invariable de las realidades inteligibles y al carácter
perecedero y cambiante de las realidades sensibles. Las primeras son esencias invariables e ingénitas,
mientras el ser de las segundas se caracteriza por “la generación y el crecimiento”; no son esencia.
Tampoco son propiamente “ser”, sino devenir, que, como se sabe, es algo intermedio entre el ser (lo
permanente e invariable) y el no ser (la nada).
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III. ACTIVIDADES DE SÍNTESIS DE UN TEXTO Y DE ARGUMENTACIÓN
10. Haz una síntesis del capítulo XIX. Para ello vuelve a releer el capítulo y completa con las
palabras que faltan en las comparaciones que lleva a cabo Platón entre el sol y el Bien
Véase:
http://enciclopedia.us.es/index.php/Plotino
http://viocioplotinadelconocimiento.wordpress.com/
http://www.monografias.com/trabajos51/filosofia-plotino/filosofia-plotino.shtml
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12. PLATÓN Y AGUSTÍN DE HIPONA: Documéntate sobre San Agustín (Agustín de Hipo-
na, siglo V). ¿Cómo reinterpretará San Agustín la Idea de Bien?
Véase:
http://www.webdianoia.com/medieval/agustin/agustin_filo.htm
http://www.wikiteka.com/apuntes/contexto-historico-san-agustin/
http://www.xtec.es/~fcarrio1/hfilo/dossieres/dossieragustin.doc
13. ACTUALIZACIÓN: ¿Se podría seguir manteniendo en algún sentido desde la ciencia
moderna —astronomía, física, cosmología— que el orden imperfecto visible en el universo físi-
co plasma un orden perfecto matemático del cual es reflejo? Indaga en qué consiste el llama-
miento que Platón hizo a los astrónomos de su época de “salvar los fenómenos” y di si eso mis-
mo serviría hoy en día para la astronomía actual.
Platón animó a los astrónomos de su época a “salvar los fenómenos”. La verdadera astronomía no
debía ser una astronomía empírica, sino que debía “salvar los fenómenos”. ¿Qué quiere decir esto?
Veamos: Aun cuando los sentidos nos muestren una trayectoria irregular de los planetas y de otros
astros, prueba de la imperfección del mundo sensible, la inteligencia debía de ser capaz de explicar el
movimiento visible e irregular de algunos astros como resultado de movimientos circulares perfectos
y regulares. Y justamente eso es lo que hicieron los astrónomos que siguieron a Platón: expresar el
movimiento irregular de los planetas como resultado de la combinación de movimientos circulares,
regulares, armónicos y proporcionados, descriptibles matemáticamente pero ocultos a la vista. Algo
semejante es lo que hace la ciencia moderna desde la revolución científica del Renacimiento y desde
Galileo: Para que la razón y la experiencia se armonicen y “encajen” en el experimento, habrían de
darse en la realidad condiciones ideales que no se dan; condiciones ideales, sin embargo, que la razón
puede comprender. En cierto sentido, la ciencia moderna indaga una realidad definida por condiciones
ideales, más perfecta y matemáticamente expresable, oculta tras la realidad visible que los sentidos
nos muestran, menos perfecta y más inexacta. Y esa realidad ideal que la inteligencia indaga es más
profunda y verdadera, y explica la realidad sensible que los sentidos nos muestran.
13
BLOQUE 2: SÍMIL DE LA LÍNEA
(“LIBRO VI”, Caps. XX-XXI)
1. ¿LO DICE EL TEXTO?: Lee atentamente los dos capítulos que integran este bloque y
contesta verdadero o falso. V si estás de acuerdo con la interpretación que se hace del texto; y
F en caso contrario. En caso de que contestes F, razona tu respuesta en tu cuaderno de clase,
apoyándola en el texto.
14
II. ACTIVIDADES DE DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
TEXTO: CAPÍTULO XX
4. Define la expresión el “género visible”, sirviéndote de la información que aporta el texto, así
como de tus conocimientos sobre el pensamiento de Platón.
GÉNERO VISIBLE: Con la expresión “género visible” Platón se refiere al mundo sensible, esto es,
al ámbito de cosas que se nos muestran a la vista y a los sentidos. El mundo sensible es el ámbito de
las realidades materiales, sometidas al nacimiento y a la muerte, en constante proceso de cambio y de
trasformación, y de las cuales no es posible alcanzar verdadero conocimiento, sino tan sólo una clase
inferior de saber poco fiable, cambiante y relativo al que Platón denomina opinión. Por eso en el texto
Platón llama también al género de lo visible “lo opinado”, en contraposición a “lo conocido” (510a) o
lo inteligible. El género visible se contrapone el género de lo inteligible, formado por los objetos ma-
temáticos y las Ideas; este último es un ámbito de objetos con características contrapuestas a las reali-
dades sensibles: son eternos, inmutables, inaccesibles a la vista, pero sí a la inteligencia, inmateriales,
etc… Los objetos que componen el género visible imitan a los del género inteligible, que poseen, por
decirlo así, mayor grado de realidad y de autenticidad. Sólo las cosas inteligibles pueden ser objeto
de verdadero conocimiento.
En el texto, concretamente en 509d-510a, se clasifica a los objetos del género de lo visible en dos
subcategorías, de menor a mayor grado de realidad: En primer lugar, “las imágenes”, que incluye las
sombras y reflejos de las cosas; se trata de cosas que copian los objetos visibles del siguiente segmen-
to. En segundo lugar, los objetos que son copiados por las imágenes, más auténticos y reales: los ani-
males, las plantas, los seres físicos y naturales en general, y también todas las cosas fabricadas.
IDEAS: Con el término “Ideas” o “Formas” se refiere Platón a ciertas realidades inmateriales, abs-
tractas, eternas, inmutables, trascendentes, sólo accesibles a la inteligencia, que constituyen las esen-
cias y los modelos perfectos e ideales que las cosas sensibles imitan o copian de forma imperfecta.
Las Ideas son por tanto la causa del ser de las cosas sensibles y existen con independencia de los
hombres y de las opiniones humanas. En el texto, concretamente en 510b, se hace referencia a la ma-
nera como son conocidas las Ideas, en contraposición a la manera como son investigados los objetos
de la matemática. A diferencia de cómo proceden los matemáticos, para conocer las Ideas se parte de
hipótesis, pero para elevarse desde ellas a un principio último no hipotético ( la Idea); además, en esa
investigación el alma no se apoya en nada sensible, como hacen los matemáticos, sino tan sólo en el
puro razonamiento dialéctico.
6. Define los dos sentidos diferentes que en el texto tiene el término “imágenes” (observa que
se usa para referirse a dos clases de objetos diferentes).
15
IMÁGENES: Este término aparece en varias ocasiones en el capítulo XX, pero con dos referentes
diferentes. En primer lugar, el término “imágenes” hace referencia a los objetos que ocupan el seg-
mento inferior del género de lo visible: sombras y reflejos en el agua y en otro tipo de superficies
(509d-510a). Se trata de los objetos con menor grado de realidad y autenticidad; no sólo porque son
sensibles, sino porque, dentro del género de lo visible copian los objetos del segmento superior: los
animales, las plantas y las cosas fabricadas (todos los objetos naturales y artificiales del mundo mate-
rial). En correspondencia con su grado inferior de realidad, el alma humana tan sólo puede alcanzar
sobre ellos un grado de saber que Platón denomina imaginación, que es el grado más oscuro y distor-
sionado de la opinión.
Por otra parte, en 510b se usa también el término “imágenes”, pero ahora se refiere a los objetos del
segmento superior del género de lo visible (seres naturales y seres fabricados), que justamente antes
eran los modelos imitados por los objetos del segmento inferior. Así, los diagramas y las “figuras
visibles” de triángulos, cuadrados, números, etc… que dibujan los matemáticos para ayudarse a discu-
rrir pertenecen, en tanto que “cosas fabricadas” o artificiales, al segmento superior de lo visible. Pero
ahora aparecen como copias de los objetos matemáticos, a los que se parecen; por eso se les llama
aquí también “ima´genes”, porque son “imágenes” o copias visibles de los objetos matemáticos. Así,
lo que antes era modelo de las sobras y reflejos, ahora aparece como “imagen” o copia de los objetos
matemáticos. Las “imágenes” en el primer sentido imitan a las “imágenes” o copias en el segundo
sentido y son, por tanto, las primeras son menos auténticas y reales.
7. ¿A qué se refiere la expresión del texto “aquello a que ellas se parecen”? Define y clarifica el
concepto al que se refiere sirviéndote, tanto de la información que aporta el texto, como de
tus conocimientos sobre la filosofía platónica.
“AQUELLO A QUE ELLAS SE PARECEN”: Esta expresión, que aparece en 510d, se refiere a los
objetos matemáticos, de los que el texto cita como ejemplos “el cuadrado en sí y su diagonal”. La
expresión alude al hecho de que los matemáticos usan figuras visibles o dibujos, que imitan a los ob-
jetos matemáticos, los cuales son en realidad invisibles e inteligibles.
Los objetos matemáticos son para Platón, en efecto, objetos inteligibles, y, según dice el texto, ocupan
el segmento inferior del género de lo inteligible. Se trata, por tanto, lo mismo que las Ideas, de objetos
inmateriales, ingénitos e imperecederos, inmutables, abstractos, invisibles a la vista, pero accesibles a
la inteligencia. Aristóteles nos dice que Platón consideró que, aunque inteligibles, los objetos mate-
máticos se diferencian de las Ideas en que admiten la pluralidad (hay muchos círculos, por ejemplo),
mientras que las Ideas que estos objetos imitan son únicas (hay una sola Idea de Circularidad). Son los
inteligibles inferiores, frente a las Ideas, que son los inteligibles superiores.
Por lo demás, en el texto, concretamente en 510b-e, se dice que a la hora de investigar sobre los obje-
tos matemáticos, el alma parte de hipótesis o axiomas no demostrados y que injustificadamente toma
por evidentes (axiomas) y en ellos funda sus demostraciones; además, como hemos dicho, se ayuda
para discurrir sobre ellos de copias sensibles que se les parecen, siendo que dichos objetos son inteli-
gibles y por tanto, invisibles. Estos inconvenientes son los que justifican que Platón considere que el
saber que el alma obtiene sobre los objetos matemáticos sea una forma inferior de conocimiento a la
que denomina “pensamiento”, más clara que la opinión pero menos clara que el conocimiento que se
alcanza con la contemplación de las Ideas (noesis o inteligencia)
8. Define el término “pensamiento” con el significado con el que aparece en este capítulo
16
ro que la “inteligencia”, que corresponde el grado de saber más elevado y más claro. El pensamiento
no es opinión, sino una forma de conocimiento (episteme), pero una forma inferior, más oscura que la
“inteligencia” (noesis). Si ésta última versa acerca de las Ideas (inteligibles superiores), el pensamien-
to versa acerca de los objetos matemáticos (inteligibles inferiores), los cuales imitan a las Ideas. En el
texto, concretamente en 511d, se dice que “pensamiento” es el nombre que Platón asigna a la opera-
ción de los geómetras y demás. Además, se dice que “es algo que está entre la simple creencia (opi-
nión, doxa) y el conocimiento (noesis, inteligencia). A lo largo de todo el capítulo Platón justifica
por qué esto es así. En síntesis, la razón de ello tiene que ver con la manera de proceder de los mate-
máticos, que, por una parte, se apoyan en figuras visibles para razonar sobre los objetos matemáticos,
que no obstante son inteligibles; y, por otra parte, fundan sus teoremas en hipótesis o axiomas no sufi-
cientemente justificados, tomándolos injustificadamente por verdades evidentes sin más.
TABLA DE OPUESTOS
RESPUESTA:
CIENCIA DIALÉCTICA y “LAS LLAMADAS ARTES”: Platón denomina “ciencia dialéctica” a
la ciencia suprema, que se ocupa de alcanzar conocimiento sobre las Ideas y sus relaciones, y particu-
larmente de la relación de cada Idea con la Idea de Bien. Por eso, en el texto, concretamente en 511b,
Platón la coloca en “el segundo segmento de lo inteligible”, en correspondencia con las Ideas. La dia-
léctica es, pues, la que proporciona un conocimiento más auténtico, estable y objetivo sobre la esencia
de la realidad, pues las Ideas son las esencias de lo real. Se identifica con la filosofía, y en el “Libro
VII” de La República, aparece como la enseñanza suprema en la que deberán formarse los futuros
filósofos antes de acceder al cargo de gobernantes, pues sólo ella puede conducirles al conocimiento
de la Idea de Bien, necesario para poner orden en su propia vida y en el Estado. En el texto, concreta-
mente en 511b, se deja claro que, a diferencia de “las llamadas artes”, la ciencia dialéctica se apoya
exclusivamente en el “poder dialéctico de la razón” y “sin recurrir en absoluto a nada sensible”. Ade-
más se dice, que, aun cuando parte de hipótesis, las toma como simples supuestos, usándolas para
elevarse desde ellas hasta el principio, es decir, hasta la Idea investigada. Todo ello hace que Platón,
por boca en esta ocasión de Glaucón (511b), afirma que la ciencia dialéctica proporciona una “visión
del ser y de lo inteligible” más clara que “las llamadas artes”; por eso es la única que proporciona
conocimiento en sentido estricto (noesis o inteligencia).
Por lo que se refiere a “las llamadas artes”, Platón se refiere con esta expresión a las matemáticas (a
“la geometría y las ciencias afines a ellas”: aritmética, astronomía, armonía, etc…). Estas ciencias se
ocupan de los llamados entes matemáticos, que ocupan el primer segmento inferior de lo inteligible,
pues son objetos inteligibles y comparten con las Ideas características comunes (inmateriales, invisi-
bles, eternos, subsistentes, inmutables, etc...). Sin embargo, a la hora de conocerlos, los matemáticos
se apoyan en figuras sensibles que copian imperfectamente dichos objetos; además, como se dice en
el texto, parten de hipótesis que toman como verdades evidentes y definitivas, y deducen de ahí sus
17
conclusiones. Todo esto hace que el saber que proporcionan sobre lo inteligible sea un saber menos
claro que el saber que el alma alcanza mediante la ciencia dialéctica, por lo que en el texto se le llama
“pensamiento”, refiriéndose con ello a algo que no es simple opinión (pues versa sobre lo inteligible y
no lo contempla con los sentidos, 511b), pero no llega al grado de claridad del conocimiento en senti-
do estricto, que es el saber acerca de las Ideas (noesis, inteligencia). El pensamiento, no obstante, en
tanto que vinculado a un saber acerca de objetos que son inteligibles, puede ser considerado conoci-
miento en sentido laxo (episteme), aun cuando se trate de un grado inferior de episteme.
10. Define el término “hipótesis” y los dos usos que se pueden hacer de ellas, según el texto.
11. El capítulo XX es un texto principalmente expositivo; si nos piden un resumen de las ideas
del mismo utilizaremos el modelo de síntesis que hemos trabajado ya en actividades anterio-
res. Completa el siguiente esquema incompleto, en el que se recoge una síntesis de las ideas
principales del texto, así como de las ideas secundarias subordinadas a cada idea principal.
18
SÍNTESIS COMPLETA CAPÍTULO XX:
1. El Bien en sí reina la región inteligible, el sol en la región visible (509d)
2. Símil de la línea (aspecto ontológico): Hay dos grados de realidad: la visible y la inteli-
gible (509d-510a)
2.1. El segmento inferior corresponde a la región visible, que copia a la región inteligi-
ble, y se subdivide en dos partes (509d-510a):
2.1.1 Parte inferior: “Imágenes” (que copian los objetos de la parte superior)
2.1.2 Parte superior: “Animales, plantas y cosas fabricadas”
2.2. El segmento superior corresponde a la región inteligible. Se subdivide en dos par-
tes: (510b)
2.2.1 Parte inferior: Objetos inteligibles que el alma investiga ayudándose de imágenes
visibles y partiendo de hipótesis no debidamente justificadas: los objetos matemáticos
2.2.2 Parte superior: Aquellos objetos inteligibles que el alma investiga con la sola ra-
zón sin ayuda de imágenes sensibles, y yendo de las hipótesis a los principios: las Ideas
3. Aclaración sobre el proceder de los matemáticos (510c-e):
3.1. Parten de hipótesis que no justifican porque las toman por evidentes (510c-d)
3.2. Deducen a partir de ahí sus conclusiones (510e)
3.3. Se sirven de figuras visibles para discurrir sobre cosas que no son visibles (510e)
12. Continúa tú EL ESQUEMA anterior en el punto 4, sintetizando las ideas del capítulo XXI y
mostrando la estructura expositiva o argumentativa del texto.
19
13. TEXTO ARGUMENTATIVO: Considera el texto que va desde 510c (“Creo que sabes
que…”) hasta 511d inclusive (hasta “…creencia y el conocimiento”). Sintetiza las ideas prin-
cipales del texto mostrando su estructura argumentativa. Al tratarse de un texto predomi-
nantemente argumentativo, lo mejor es hacer un breve resumen que recoja EL TEMA, LA
TESIS y LOS ARGUMENTOS en defensa de la misma, exponiéndolos con claridad, conci-
sión y orden (ver el apartado “Orientaciones para la Prueba de Acceso a la Universidad”).
El TEMA central de este texto, que es un fragmento del símil de la línea, es la distinción entre
objetos matemáticos e Ideas, entre matemáticas y dialéctica. La TESIS que el autor defiende
sobre este asunto es que el saber sobre los objetos matemáticos, aún siendo más claro que la
opinión, es inferior en claridad al de las Ideas, lo que nos lleva denominarlo pensamiento, no
conocimiento en sentido estricto (noesis, inteligencia). Las RAZONES O ARGUMENTOS en
que Platón se basa para defender dicha tesis son las siguientes:
1- A la hora de investigar sobre los objetos matemáticos, los matemáticos parten de hipótesis (axio-
mas) que dan por buenas y verdaderas al considerarlas evidentes. A partir de aquí, mediante de-
ducciones extraen sus teoremas (510bc). En cambio, la ciencia dialéctica, que es la ciencia que in-
vestiga sobre las Ideas y sus relaciones, aún cuando parte también de hipótesis, las toma como
simples supuestos desechables para ir ascendiendo, paso a paso, hasta el conocimiento de la Idea.
2- Por otra parte, las matemáticas, aún cuando se ocupan de objetos que, lo mismo que las Ideas, son inteli-
gibles, sin embargo, a la hora de discurrir sobre ellos, los matemáticos se sirven de “figuras visibles”,
que son en realidad copias imperfectas de esos objetos invisibles. En cambio, la dialéctica, al investigar
las Ideas hace uso sólo del poder dialéctico de la razón, sin recurrir en su apoyo a nada sensible.
3- En suma, debido a estas deficiencias del método que emplean los matemáticos, las matemáticas no
proporcionan la misma claridad que el método dialéctico (aplicable sólo a las Ideas). Por todas las
anteriores razones, y a modo de conclusión o TESIS, el texto afirma que las matemáticas no pro-
porcionan conocimiento en sentido estricto (noesis), sino algo que podemos llamar “pensamiento”,
para hacer referencia a algo más claro que la simple opinión, pero más oscuro que el conocimiento,
que es propio sólo de las Ideas. (No obstante, el pensamiento es el grado inferior de conocimiento
en sentido laxo -episteme).
b) Resume brevemente en qué consiste la posición que podemos denominar “platonismo ma-
temático”.
El platonismo matemático defiende que los objetos matemáticos tienen una existencia metafísica real,
en sentido fuerte, al margen y con independencia de la existencia o no de la mente humana. Los objetos de
la matemática no son invenciones de la mente humana, sino objetos inmateriales con existencia plena, so-
bre los cuales la mente puede discurrir.
15. RELACIÓN CON SÓCRATES: Resume la influencia de Sócrates sobre su discípulo Platón.
Véanse las páginas de la 19 a la 23 del apartado del libro “Contexto filosófico de Platón”. Véase
también el cuadro de la página 23.
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BLOQUE 3: EL MITO DE LA CAVERNA
(“LIBRO VII”, Caps. I-III)
1. Localiza y subraya en el texto las siguientes expresiones que aparecen en 515-d y, teniendo
en cuenta el contexto, contesta a qué se refiere Platón con ellas:
— “aquellos objetos cuya sombra veía antes”
— “lo que antes habían contemplado”.
— “lo que entonces se le mostraba”
RESPUESTA:
— “aquellos objetos cuya sombra veía antes”: esta expresión se refiere a los objetos que desfi-
lan detrás del muro, esto es, a las estatuas transportadas de hombres y animales. Metafóricamente re-
presentan cosas del mundo sensible, tales como los seres naturales y objetos fabricados, de cuya in-
vestigación se ocupan los filósofos de la naturaleza y los expertos en saberes técnicos. Son más reales
que las sombras, pero siguen siendo una copia de lo verdadero, de las Ideas.
— “lo que antes había contemplado”: se refiere a las sombras. Metafóricamente representan las
visiones deformadas de las cosas del mundo sensible, propias del hombre corriente, sometido a los
prejuicios, a la superstición y a las costumbres.
— “lo que entonces se le mostraba”: Ídem que “aquellos objetos cuya sombra veía antes”.
2. ¿Por qué razón el prisionero se resiste al principio a aceptar que las estatuas que causan las
sombras son más reales que las sombras? ¿Qué significado metafórico tiene esto? Pon ejemplos
de la vida real en que ocurra algo similar.
El propio texto da la clave de la respuesta. Los prisioneros han sido “obligados a mantener inmóvi-
les sus cabezas” durante toda su vida y, por tanto “no han visto otra cosa de sí mismos o de sus com-
pañeros sino las sombras proyectadas por el fuego” (515-a). Por esa razón se resisten a aceptar que las
estatuas que ahora ven son más reales que las sombras que siempre han visto y que desde siempre han
tomado como la única y verdadera realidad, pues no conocían otra cosa. El significado metafórico de
esto es claro: las costumbres, los prejuicios y las falsas creencias de siempre en las que uno ha sido
educado desde pequeño, son un obstáculo para el conocimiento; la misma ignorancia del ignorante,
que cree saber, cuando en realidad no sabe, constituye una barrera para el conocimiento y para su li-
beración. Son muchos los ejemplos de la vida real que pueden ejemplificar esto: algunas mujeres de
cierta edad y que han tenido escasas oportunidades de acceso a la educación, frecuentemente son las
más acérrimas defensoras y las transmisoras de los valores sexistas tradicionales que las esclavizan y
las marginan, y los defienden con mayor fervor cuanto mayor es su ignorancia. También, muchos pre-
juicios contra el otro (“moros”, “sudacas”, “franchutes”, “maricas”, etc.) se fundan frecuentemente
en falsas creencias y en el desconocimiento absoluto de lo que se desprecia, y resultan muy difíciles
de erradicar si desde siempre se ha pensado así. Otro ejemplo: en el Renacimiento, a pesar de las evi-
dencias expuestas por Galileo Galilei de que la Tierra giraba alrededor del sol y de que en la luna
existían cráteres y montañas, la Iglesia y la ciencia oficial de la época se resistieron durante siglos a
aceptar esas nuevas ideas y a renunciar a las ideas tradicionales.
3. La misma relación que se da en el mito entre las cosas del exterior y las cosas del interior
(sombras y estatuas), se da entre el mundo inteligible y el mundo sensible. ¿Con qué palabra o
palabras puede definirse dicha relación?
Imitación o copia. Así como las cosas del interior de la caverna copian o imitan de forma más o
menos imperfecta, las cosas del exterior, así también el mundo sensible, representado por el interior
de la caverna, copia o imita el mundo inteligible, representado metafóricamente por los objetos del
exterior.
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4. Lee atentamente los tres capítulos que componen este bloque y anota en este cuadro, el sig-
nificado que Platón atribuye a estas metáforas:
• Los objetos del interior de la caverna En conjunto, representan las cosas del mundo sensible,
y sus sombras sometidas al cambio y al devenir. Son sólo copias o imi-
taciones de la verdadera realidad, es decir, de las Ideas
(representadas en el mito por las cosas del exterior).
• La subida al mundo de arriba El arduo y duro camino de la educación del filósofo, que
es también un camino de liberación.
22
5. LOCALIZA, SUBRAYA Y RELACIONA. Localiza y subraya en el capítulo II del texto
las expresiones que aparecen en la columna de la izquierda. Interpreta el lenguaje metafórico de
algunos elementos del mito relacionándolos con su significado:
Analogía entre el sol y el Bien: así como, una vez fuera de la caverna, el sol es lo último que per-
cibe el prisionero liberado, ascendiendo escalonadamente desde la visión de los reflejos a la de los
objetos y de éstos a la de las estrellas y la luna, así también la Idea de Bien será lo último que con-
temple el filósofo, y constituye la meta última del conocimiento y de la educación. Por otra parte, así
como el sol hace que las cosas del mundo visible, al iluminarlas con su luz, sean visibles para el ojo,
así también la Idea de Bien hace que las Ideas del mundo inteligible sean cognoscibles para el alma
humana, al introducir en ellas orden, perfección y racionalidad, de modo que la Idea de Bien es la
causa de la cognoscibilidad de las demás Ideas, lo mismo que el sol es la causa de la “visibilidad” de
las cosas sensibles.
Analogía entre el sol y el Bien: así como el sol es la causa de todas las cosas que existen en el
mundo visible, pues gracias a él viven las plantas y los animales, causa las sombras y los reflejos de
las cosas, y regula y gobierna todo en el mundo visible, así también la Idea de Bien es la causa de todo
lo que hay de recto y de bello en las Ideas y en las cosas del mundo sensible y constituye el fundamen-
to ontológico de todo lo real, debido a que las Ideas participan de la Idea de Bien, y las cosas sensibles
de éstas.
Analogía entre el sol y el Bien: así como la luz del sol introduce claridad durante el día y nos res-
cata de la oscuridad de la noche, iluminando nuestros pasos y el entorno, así también el conocimiento
de la Idea de Bien debe ser la antorcha que guíe las acciones humanas, tanto en el terreno de la vida
privada (el de la ética) como en el de la vida pública (el de la política), de modo que apunten siempre
23
hacia lo mejor y lo más justo. Sin el conocimiento del Bien en sí, los individuos y los políticos son
como caminantes sin rumbo y sin guía, perdidos en la oscuridad de la noche.
7. Lee el mito de la caverna desde el principio hasta 516c y explica a qué concepto filosófico
se refiere Platón con la metáfora “ver las cosas de arriba”. Defínelo a continuación, sirviéndote
de tus conocimientos sobre la filosofía platónica y completando la definición con la información
metafórica que el texto aporta sobre dicho concepto.
La expresión “visión de las cosas de arriba” se refiere a la contemplación por parte del prisionero
liberado de las cosas del exterior de la caverna; se trata de una metáfora del conocimiento verdadero
(episteme); éste tiene por objeto lo real y auténtico, las esencias, es decir, lo inteligible y, particular-
mente, las Ideas; a diferencia de la simple opinión, el conocimiento (episteme) se caracteriza por ser
universal, objetivo, y por fundarse en la inteligencia, y no en los sentidos. La expresión mencionada
se contrapone en el texto a la “visión de las cosas de abajo”, es decir, de las cosas del interior de la
caverna (sombras y estatuas). En efecto, con esta expresión Platón se refiere a la opinión (doxa); ésta
no es propiamente conocimiento acerca de lo verdaderamente real, sino acerca del mundo sensible y
cambiante, que, como se sabe, tan sólo es una copia del mundo de las Ideas; esta clase de saber se
caracteriza por ser superficial, poco fiable, cambiante y relativo, y por basarse, no en la razón, sino en
los sentidos.
El siguiente cuadro puede resumir el significado metafórico de las expresiones usadas por Platón:
Las sombras y obje- Las cosas de arriba. La VISIÓN de las La VISIÓN de las
tos del interior de la sombras y objetos del cosas de arriba.
caverna. interior.
MUNDO MUNDO
SENSIBLE INTELIGIBLE LA OPINIÓN EL CONOCIMIENTO
(EPISTEME)
TABLA DE OPOSICIONES
CIENCIA DE ALLÍ LO CONTRARIO
(LA VERDADERA CIENCIA)
"su anterior habitación" (el interior de la "arriba" (516-a)
caverna)
"compañeros de cárcel" (el prisionero liberado)
"honores y alabanzas" en la caverna El filósofo "compadecería" (516-c), no "envi-
diaría" (516-d)
Aquellos que "disciernen" mejor las som- "ver las cosas de arriba" (516-a)
bras
Aquellos que son "más capaces de profeti- "estar en condiciones de mirar y contem-
zar" sombras plar" el sol (516-b)
"mundo de lo opinable" El mundo de "arriba"
"opinar acerca de sombras" ...............................................
24
RESPUESTA:
● (Aclaramos el significado en el texto de la expresión a analizar
Con la expresión “la ciencia de allí” Platón se refiere a la ciencia de la caverna, que es tan sólo un
saber acerca de sombras que pasan y de ecos de voces, de un mundo envuelto en las “tinieblas”, como
dice el texto en 516-e.
● (Aclaramos el cocepto al que se refiere dicha expresión y echamos mano de nuestros conoci-
mientos sobre el autor)
De manera metafórica, la expresión “ciencia de allí” representa la simple opinión o doxa, que, como
se sabe, para Platón es un saber menos claro y fiable que el conocimiento (la episteme); además, es un
saber vinculado a los sentidos, relativo y cambiante, y tan sólo llega a captar la apariencia de las co-
sas, pero no su verdadera esencia. La opinión es el grado de conocimiento o el estado mental en que
nos hallamos cuando usamos los sentidos para contemplar las cambiantes cosas del mundo sensible y
material, sometidas al devenir incesante, al nacimiento y a la muerte.
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MARTÍN ALIAGA
TABLA DE OPOSICIONES
RESPUESTA:
Con la expresión “miserias humanas”, se refiere Platón a los “asuntos humanos”, es decir, a
aquellas cosas que ocupan y preocupan a la mayoría de los mortales (prisioneros de la caverna), y que
pertenecen al ámbito de lo opinable, al mundo de lo sensible, pasajero, cambiante y material, envuelto
permanentemente en “las tinieblas” de la opinión, como sugiere el texto en 517-d.
Platón pone como ejemplo de esas “miserias humanas” a “las sombras de lo justo o las imáge-
nes de que ellas son reflejo”, sobre las que los hombres discuten “en los tribunales o en otro lu-
gar”, (517-d), en clara alusión a la justicia de los hombres y a las opiniones que los hombres tienen
sobre lo justo. Además, la expresión “sombras de lo justo” aparece en el texto contrapuesta a la “jus-
ticia en sí”, esto es, a la Idea eterna e inmutable de Justicia, independiente de las opiniones e inter-
pretaciones humanas. Volviendo de nuevo a la expresión “miserias humanas”, esta expresión se
contrapone a las “contemplaciones divinas”, expresión que se refiere sin duda alguna a la contem-
26
plación de las Ideas eternas e inmutables, que, como se sabe, constituyen las esencias que el filósofo
trata de investigar, ajeno e indiferente a las opiniones de los hombres y a los “asuntos humanos” y
materiales que tanto preocupan a los mortales. Por eso dice el texto que es natural que el filósofo se
muestre torpe cuando, perdido en “las alturas” del conocimiento abstracto y acostumbrado a la con-
templación de las Ideas eternas, pase a ocuparse de los simples “asuntos humanos” y de las cosas ma-
teriales y sensibles, que tan sólo son copias imperfectas y oscuras de las Ideas. Mediante la expresión
“miserias humanas”, Platón pretende poner de manifiesto la inferioridad ontológica y epistemológica
de las cosas sensibles y opinables, en relación a las Ideas.
10. Capítulo III: Analiza y explica la expresión “la justicia en sí”, en contraposición a la ex-
presión “las sombras de lo justo o de las imágenes de que son ellas reflejo”.
TABLA DE OPOSICIONES
RESPUESTA
La expresión “la justicia en sí” se refiere sin duda alguna a la Idea de Justicia, que representa la
noción eterna de justicia, invariable, perfecta, atemporal, independiente de las opiniones de los hom-
bres y de las circunstancias históricas, y accesible a la inteligencia (nous). En el texto, Platón conside-
ra a la justicia en sí como una de esas “contemplaciones divinas” que ocupan la mente del filósofo,
ajeno a los asuntos mundanos y a los quehaceres cotidianos que tanto preocupan a la mayoría de los
mortales (“miserias humanas”). Por otra parte, la “justicia en sí” aparece claramente contrapuesta a
“las sombras de lo justo” y a “las imágenes de que son ellas reflejo”, expresiones que se refieren a la
justicia de los hombres, esto es, a la justicia empírica y temporal, a las leyes y a las opiniones que los
hombres tienen sobre lo justo, a los diferentes y variables modos de entender la justicia según cada
Estado y cada época histórica. El texto dice que sobre estas cosas, envueltas permanentemente en “las
tinieblas” de la opinión, los hombres discuten en “los tribunales o en otro lugar cualquiera”, sin ni
siquiera haber llegado nunca a contemplar la Idea de Justicia. El texto también deja claro que, a dife-
rencia de la justicia en sí, la justicia de los hombres es objeto de interpretación (es una de esas cosas
que los hombres “interpretan”), y por lo tanto de opinión, y no de conocimiento. Por otra parte, como
se sabe, la justicia en sí es el modelo eterno y el paradigma ideal que imperfectamente copian las le-
yes humanas y las opiniones humanas sobre lo justo, que en el texto aparecen aludidas como simples
“imágenes” de la Justicia en sí o, incluso, como sombras de esas imágenes (copias de copias).
11. a) ¿Cuál es el tema principal sobre el que habla Platón de forma metafórica en estos ca-
pítulos? b) Relaciona cada capítulo con la temática particular que aborda cada uno de ellos:
27
12. Sintetiza al menos tres ideas que Platón nos está transmitiendo de manera metafórica
acerca de la educación a través de la alegoría de la caverna.
a) La educación del filósofo es un proceso largo, arduo y costoso, no exento de resistencias y difi-
cultades (“áspera y escarpada subida”, les cuesta reconocer que las estatuas son más reales que las
sombras, ojos dolidos que se deslumbran por exceso de luz, etc…)
b) Es también un proceso de liberación y de profunda transformación interior: el saber nos hace
libres.
c) Consiste en transitar de la opinión vulgar al conocimiento sobre la esencia de la realidad, del
mundo de la tiniebla al mundo de la luz
d) Tiene como meta última la contemplación de la esencia última de lo real, que es el Bien en sí
e) El conocimiento que proporciona la educación se busca no sólo por un interés teórico, sino
también práctico (hay que volver de nuevo al interior de la caverna y ocuparse de los asuntos huma-
nos)
f) El que se educa como filósofo debe de recorrer por sí mismo el largo y arduo camino de ascen-
sión; este camino no pueden recorrerlo otros por nosotros, si bien podemos contar con la ayuda y la
guía de otros que ya lo han recorrido (los personajes ocultos que liberan, obligan y fuerzan al prisio-
nero a efectuar la ascensión y a mirar a la luz).
g) La ignorancia, los prejuicios y costumbres de siempre nos esclavizan
13. SÍNTESIS DEL TEXTO: Relee nuevamente los capítulos I y II. Se trata de un texto ex-
positivo, aunque con algún párrafo argumentativo. Haz una síntesis de ambos capítulos a modo
de esquema. Sigue la siguiente pauta de trabajo:
4. La liberación de un prisionero.
4.1. Siente dolor al ser obligado.
4.2. Se resiste, hay que obligarle a mirar la luz del fuego y a ascender.
4.3. Insiste en tomar las sombras de siempre como más verdaderas.
4.4. Se deslumbra al salir y ha de acostumbrarse poco a poco, mirando por orden: las som-
bras de los objetos, sus reflejos, los objetos mismos, la luna y las estrellas y finalmente
el sol.
4.5. Cae en la cuenta de que eso es lo auténticamente real y de que el sol es la causa de todo.
28
14. Identifica los núcleos temáticos que se abordan en el capítulo III y haz una síntesis de
las ideas del mismo siguiendo el mismo procedimiento que en la actividad anterior.
2. La Idea de Bien.
2.1. Lo último que se percibe en el mundo inteligible.
2.2. Es la causa de todo lo bello y recto.
2.3. Ha engendrado al sol.
2.4. Es productora de verdad y conocimiento en el mundo inteligible (hace inteligibles a las
restantes Ideas).
2.5. Hay que conocerla para proceder sabiamente en la vida y en la política.
15. Lee atentamente el párrafo 518a-b y responde: ¿Cómo llega Platón a la afirmación de
que “esa su risa será menos ridícula que si se burlara del alma que desciende de la luz” (518 b)?
ORIENTACIONES: Debes comenzar aclarando el punto de arranque o de partida de la argu-
mentación de Platón, hasta llegar, por pasos, a esa conclusión, intentando clarificarla al máxi-
mo. Mejor si numeras los pasos de la argumentación.
RESPUESTA:
1. EL PUNTO DE PARTIDA de la argumentación de Platón arranca de 517-d, en donde nos dice
que no resulta nada extraño que aquel que ha pasado largo tiempo dedicado al conocimiento de las
Ideas, aparezca al principio torpe y ridículo ante los demás cuando pasa a ocuparse de los “asuntos
humanos”, objeto de simple opinión y envueltos en la oscuridad. Platón juega aquí con la metáfora de
la luz y de las tinieblas, lo cual nos remite al mito de la caverna: la luz hay que relacionarla con el ex-
terior de la caverna, el mundo de las Ideas y el conocimiento, mientras que las tinieblas representan el
interior de la caverna, es decir, el mundo sensible y la opinión.
2. En 518-a continúa con la metáfora de la luz y las tinieblas, y, COMPARANDO el alma con el
ojo, EXPLICA que, lo mismo que los ojos pueden ofuscarse al pasar de las tinieblas a la luz o al pasar
de la luz a la oscuridad, el alma puede ofuscarse por dos causas similares: a) al pasar de la opinión al
conocimiento, y b) al pasar del conocimiento a la opinión.
3. DE AHÍ DEDUCE Platón que, al ver a alguien que tiene dificultades para discernir bien las co-
sas del mundo sensible, antes de reírnos insensatamente de su torpeza, hemos de averiguar cuál de las
dos anteriores es la causa de su ofuscación. En efecto, Platón considera “dichosa” y envidiable el alma
de quien, tras conocer las Ideas, desciende al mundo de lo opinable. POR EL CONTRARIO, compa-
dece al alma que, acostumbrada a vivir entre las sombras de lo sensible, comienza el ascenso hacia las
Ideas y, “cegada por la luz” de la verdad se muestra torpe e incapaz de reconocerla.
4. EN CONSECUENCIA, Platón considera más “ridícula” y necia la risa del que se burla del alma
dichosa, es decir, del alma que “desciende de la luz”. Esta risa es la risa del ignorante, que, incons-
29
ciente de su propia ignorancia y cegado por ella, se ríe de aquel que ha alcanzado una verdad superior.
POR ESA RAZÓN su risa es ridícula y necia. POR EL CONTRARIO, la risa del que se burla de la
torpeza del alma que intenta con dificultades, pasar de la opinión al conocimiento, sin haberlo alcan-
zado aún, estará más justificada y será menos necia. DE AHÍ CONCLUYE PLATÓN QUE esta última
risa “será menos ridícula que si se burlara del alma que desciende de la luz”.
E. Lledó considera la violencia la reacción propia de aquellos que viven aferrados a su propia ig-
norancia y a su propia estupidez, y se niegan a aceptar una verdad más auténtica u objetiva, pues ello
pondría en peligro las ideas sobre el mundo, la vida, el bien y el mal, lo valioso, lo no valioso, etc...
que hasta ahora habían tomado por verdaderas e incluso por sagradas. Aceptar que las costumbres de
la sociedad en que hemos crecido, sus normas, valores e ideales, creencias morales y religiosas, el
orden social y político establecido, en fin, que todas esas cosas podrían estar equivocadas por comple-
to, sería como reconocer que uno ha vivido toda su vida en el engaño; aceptar esto es duro, tanto que
surgen fuertes resistencias y puede provocar una reacción defensiva violenta. Vivir en la ignorancia
resulta para algunos muy cómodo, creer ciegamente en algo y aferrarnos a las cosas, incluso a las apa-
riencias, da seguridad; además, para algunos la ignorancia y los prejuicios suelen reportar privilegios
de orden social, económico o político, privilegios que ahora podrían peligrar. “La cólera de los imbé-
ciles llena el mundo”, dice Lledó. La imbecilidad que deriva en violencia es la ignorancia en forma de
prejuicios y fanatismos de tipo religioso, político, ideológico o cultural, que generan violencia contra
todo aquello que pueda poner en peligro el mundo de sombras que hemos construido y que dan senti-
do a nuestra vida o alimentan nuestros estúpidos privilegios.
b) Ilustra esta interpretación con al menos tres fenómenos o acontecimientos históricos y del
presente en que la ignorancia esté a la raíz de fanatismos de cualquier tipo que alimenten into-
lerancia y violencia.
Ver las páginas de la 13 a la 15 del apartado “Contexto Filosófico de Platón”. Ver también tabla
resumen de la página 23.
18. PLATÓN Y LOS PITAGÓRICOS: Resume brevemente los aspectos en que los pitagóri-
cos influyeron en la filosofía de Platón.
Ver las páginas 12 y 13 del apartado “Contexto Filosófico de Platón”. Ver también tabla resumen
de la página 23.
30
BLOQUE 4: EDUCACIÓN Y POLÍTICA
(“LIBRO VII”, Caps. IV-V)
1. ¿LO DICE EL TEXTO?: Lee atentamente los dos capítulos que integran este bloque y
contesta verdadero o falso. V si estás de acuerdo con la interpretación que se hace del texto; y
F en caso contrario. En caso de que contestes F, razona tu respuesta en tu cuaderno de clase,
apoyándola en el texto.
2. LOCALIZA, SUBRAYA Y RELACIONA: Comprueba que has llevado a cabo una lectu-
ra detenida y atenta del capítulo IV. Localiza y subraya en dicho capítulo las expresiones que
aparecen en la columna de la izquierda. Y teniendo en cuenta el contexto en que aparecen, rela-
ciónalas con las de la columna de la derecha.
1-h; 2-i; 3-a; 4-k/g; 5-b; 6-d; 7-f; 8-c; 9- j; 10-e; 11- g/k
3. LOCALIZA, SUBRAYA Y RELACIONA: Haz lo mismo con las siguientes expresiones que
aparecen en el capítulo V.
31
II. ACTIVIDADES DE DEFINICIÓN DE TÉRMINOS
TEXTO CAPÍTULO IV
RESPUESTA:
En primer lugar, por educación los sofistas entienden el arte de “proporcionar ciencia al alma que
no la tiene” (518-c). Educar consiste para ellos en una mera transmisión de conocimientos por parte
del que sabe (el sofista) al que no sabe. Es por eso que, como es sabido, los sofistas la concebían co-
mo un intercambio de saber a cambio de dinero. Pero, según Platón, los sofistas entienden la educa-
ción como si se tratara de “infundir vista a unos ojos ciegos”, lo que significa que el alma del que se
educa es incapaz de conocer por sí misma la verdad, lo mismo que unos ojos que carecen de la facul-
tad de ver. En el texto, Platón critica esta forma de entender la educación, señalando que los sofistas
olvidan que en el alma de cada hombre existe ya una cierta facultad innata de conocimiento (“esa fa-
cultad, existente en el alma de cada uno”), la cual, por sí sola, es capaz de aprehender la verdad y de
alcanzar el conocimiento, pero siempre y cuando esté vuelta hacia donde debe (lo inteligible).
A partir de la crítica a los sofistas, Platón propone un concepto alternativo de la educación que, de
acuerdo con el texto, se puede caracterizar del siguiente modo:
a) De 518 c-d se desprende que la educación es “el arte” de lograr que “el alma entera” (en alusión
a las tres partes del alma: racional, irascible y apetitiva), se aparte de lo sensible (“lo que nace”), don-
de jamás encontrará la virtud ni el conocimiento, y se vuelva o encamine hacia lo inteligible (“el
ser”), donde hallará la verdad y el bien. Al afectar al alma entera —y no sólo a la parte racional—,
Platón está concibiendo la educación, no como una mera adquisición de conocimientos, sino también
como un proceso de formación moral que debe culminar en el logro de la virtud y del bien.
b) Por eso, la meta última de la educación será la contemplación de la Idea de Bien, que es, no
sólo el fundamento último de todo lo real, sino también la guía que debe orientar la acción individual
y política del gobernante.
c) La diferencia entre el concepto platónico de educación y el de los sofistas radica justamente en
los términos “volverse” e “infundir”, respectivamente. La educación no consistirá para Platón en “in-
fundir” conocimientos, sino en reconducir y reorientar la inteligencia (“el órgano con el que cada cual
aprende”), presente ya en el alma de cada cual, de modo que deje de mirar hacia lo sensible y mire
hacia lo inteligible (“el ser”).
32
5. Define el concepto filosófico aludido con la expresión del texto “lo que nace”, contraponién-
dolo al concepto filosófico aludido con la expresión “el ser” (518c), partiendo de la información
ofrecida por el texto y completándola con el conocimiento que tengas de la filosofía de Platón.
RESPUESTA:
LO QUE NACE y EL SER: Platón usa frecuentemente la expresión “lo que nace” para referirse al
mundo sensible o a las realidades sensibles. Como se sabe, Platón defiende un dualismo ontológico,
según el cual hay dos niveles o grados básicos de realidad: las realidades sensibles que se nos mues-
tran a la vista, y las realidades inteligibles, sólo accesibles a la inteligencia. Frente a estas últimas, las
realidades sensibles se caracterizan por estar sometidas al nacimiento y a la muerte, de ahí que Platón
escoja la expresión “lo que nace” para referirse a ellas, en contraposición a las realidades inteligibles,
que son ingénitas. Las realidades sensibles son además inmateriales, cambiantes e impermanentes, y
copian a las realidades inteligibles, particularmente a las Ideas, las cuales constituyen su esencia y
fundamento. Por eso, el saber que podemos obtener de las cosas sensibles siempre será oscuro y con-
fuso, y Platón lo llama opinión, a diferencia del conocimiento (episteme), el cual sólo puede versar
acerca de lo inteligible.
En el texto se está hablando de cómo hay que entender la educación y se dice que ella debe lograr
que el alma se aparte de “lo que nace” y se vuelva hacia “la contemplación del ser”. Con la expresión
“el ser” Platón se está refiriendo a lo inteligible en general, es decir, a lo eterno e inmutable, pero par-
ticularmente a las Ideas y, en último término, a la Idea de Bien, que es, como dice el texto en 518d, “la
parte más brillante” del ser. Las Ideas son, como hemos dicho, las esencias de las cosas, los modelos
perfectos, eternos, inmutables, invisibles e inmateriales que las cosas sensibles (“lo que nace”) copian
de manera imperfecta. Su conocimiento es, según dice el texto, el objetivo que debe perseguir la edu-
cación del filósofo. Por otra parte, Platón usa la expresión “el ser” como contrapuesta a el devenir,
que es algo intermedio entre el ser (lo estable y permanente) y el no ser (la nada); el devenir caracteri-
za también a las realidades sensibles, que están siempre dejando de ser lo que eran para empezar a ser
una cosa que aún no son. El ser se contrapone también en cierto sentido a la apariencia, expresión que
también utiliza a veces Platón para referirse a lo sensible.
TABLA DE OPOSICIONES
33
A título orientativo, ofrecemos la respuesta de un alumno, seguida de un breve comentario valo-
rativo.
7. Define los conceptos “el alma entera” y “virtudes del alma” que aparecen en este capítulo,
partiendo de la información ofrecida por el texto y completándola con el conocimiento que ten-
gas de la filosofía de Platón.
RESPUESTA:
ALMA ENTERA y VIRTUDES DEL ALMA: Para Platón el ser humano se compone de un cuerpo
material y mortal, y de un alma inmaterial e inmortal. Por influencia pitagórica, Platón da prioridad al
alma sobre el cuerpo, hasta el punto de que identifica el yo con el alma misma, y considera que el
cuerpo es, en cierto sentido, una cárcel, una limitación para el alma, y un obstáculo para el conoci-
miento. Si el cuerpo pertenece a lo sensible, el alma tiende hacia el conocimiento y lo inteligible, que
es su lugar natural, por decirlo así. Platón asume también de los pitagóricos la teoría de la reencarna-
ción. El alma, además de ser principio de vida es principio de conocimiento. La expresión del texto
"alma entera" alude al hecho de que el alma se compone de tres partes o funciones: racional, irascible
y apetitiva. En los escritos de Platón no siempre queda claro si se trata de tres partes, de tres almas
distintas o de tres funciones de una única alma. En todo caso, la parte racional del alma tiene como
función el conocimiento de la verdad y del bien; la parte irascible es la sede de las pasiones y emocio-
34
nes, y busca honores y reconocimiento; por último, la parte apetitiva es la sede de los apetititos y de-
seos materiales, y busca satisfacerlos. Un alma justa es un alma armonizada, esto es, un alma en la
que la parte racional gobierna las partes inferiores irascible y apetitiva. Esto se logra cuando cada
parte desarrolla la virtud que le es propia: Así, cuando la parte racional desarrolla la virtud de la pru-
dencia o sabiduría; la irascible, la virtud de la valentía; y la apetitiva, la de la moderación. La justi-
cia es una virtud que corresponde al alma entera. En síntesis, prudencia, valentía, moderación y justi-
cia serían las VIRTUDES DEL ALMA, esto es, cualidades o excelencias que posibilitan que el alma
cumpla bien su función. En el texto, concretamente en 518e-519a, se dice que las virtudes del alma en
general, son bastante parecidas a las del cuerpo, en el sentido de que, aun cuando no existan al princi-
pio, pueden desarrollarse gracias a "la costumbre y el ejercicio", es decir, gracias al hábito y a la repe-
tición de acciones. Por otra parte, la alusión al "alma entera" en 519c al hablar de la educación, da a
entender que ésta no involucra sólo a la parte racional, sino también a las otras dos (irascible y apeti-
tiva) y al control de las emociones y apetitos; la educación no afecta, pues, sólo a lo intelectual, sino
también a lo moral; como sabemos, por influencia del intelectualismo socrático, estos dos aspectos
están íntimamente relacionados en la filosofía de Platón.
TEXTO CAPÍTULO V
8. Define las expresiones relacionadas “ley” y “armonía entre los ciudadanos”, que aparecen
en el texto; para ello relaciónalos con otras expresiones del texto, como el conocimiento de “la
verdad sobre lo justo”, el tipo de gobernante, etc… y completa con tus conocimientos de la filo-
sofía política de Platón.
9. Explica la expresión metafórica “vanas sombras”, que aparece en el párrafo que va de 520c
hasta el final del capítulo V y define el concepto filosófico al que se refiere, apoyándote tanto en
el texto como en tus conocimientos sobre Platón.
35
RESPUESTA:
La expresión “vanas sombras” hay que entenderla en el contexto del mito de caverna, expuesto en
capítulos anteriores. De acuerdo con el texto, dicha expresión se refiere a las cosas por las que luchan
y se enfrentan entre sí la mayoría de los hombres, (los prisioneros de la caverna), tal y como parece
desprenderse de 529-d: “luchan unos con otros por vanas sombras”. El texto dice además que los polí-
ticos que luchan por esas “vanas sombras” son los responsables de que la mayor parte de las ciudades
vivan “entre sueños”, es decir, estén gobernadas por políticos ambiciosos que, al carecer de una ade-
cuada visión de “la verdad con respecto a lo bello y a lo justo y a lo bueno”, desconocen su verdadero
bien y el de la ciudad, y gobiernan basándose en el engaño para satisfacer sus ambiciones personales.
Del texto se desprende claramente que “el mando”, el poder, los honores, la gloria, pero también
“los bienes personales”, “el oro” y “las riquezas” (521-a), son claros ejemplos de lo que Platón meta-
fóricamente llama “vanas sombras”, esas cosas que con tanta ansia ambicionan la mayoría de los hom-
bres, y particularmente los políticos corrientes, y que son el motivo principal de las disputas y enfren-
tamientos entre unos y otros, que acaban llevando a la ciudad a la ruina y a la anarquía absolutas. A
excepción del “verdadero filósofo”, que desprecia esas cosas, el texto da a entender que la mayoría de
los hombres considera estas cosas como si fueran “algún gran bien” (520-d), pero en esto se equivo-
can, pues no son sino “vanas sombras” del verdadero bien humano, es decir, de la verdadera felicidad
humana, que no consiste en riquezas, poder o bienes materiales, sino en una “vida buena y juiciosa”,
como se indica en 521-a. Pero los hombres, en su ignorancia, toman las sombras del bien por el ver-
dadero bien.
10. ¿A qué se refiere Platón en 520c con la metáfora “lo que es cada imagen y de qué lo es”?
Define los conceptos a los que Platón se refiere con ella basándote tanto en tus conocimientos
sobre la filosofía de Platón como en el texto.
Esta expresión tiene como transfondo el mito de la caverna, y quiere decir que el filósofo conoce,
tanto a las cosas del mundo sensible (las “imágenes”, “lo que es cada imagen”), como las Ideas, (es
decir, aquello de lo cual las cosas sensibles son “imágenes”, como dice el texto). Si seguimos leyendo
el texto se nos aclara bastante el significado de la expresión. En efecto, la razón de que los filósofos
conozcan “lo que es cada imagen y de qué lo es” es que han visto ya “la verdad con respecto a lo bello
y a lo justo y a lo bueno”, en alusión a las Ideas de Belleza, de Justicia y de Bien. Así pues, los filóso-
fos no sólo conocen —como la mayoría de los hombres— “lo que es cada imagen”, es decir, no sólo
conocen las opiniones de los hombres sobre las cosas sensibles que éstos llaman bellas, justas y bue-
nas, sino que conocen también las Ideas, las esencias que esas cosas copian. Así, saber lo que es cada
imagen es poseer opinión; saber de qué es imagen cada cosa es poseer conocimiento. Centrándonos en
ambos conceptos, la opinión es para Platón un saber de grado inferior, centrado siempre en cosas del
mundo sensible (imágenes o copias de las Ideas); es además un saber poco fiable, relativo, cambiante,
basado en los sentidos. En cambio, el conocimiento científico es siempre un saber acerca de las reali-
dades inteligibles, estables y eternas; se trata de un saber basado en la inteligencia, no en los sentidos
y versa sobre lo auténticamente real, no sobre meras imágenes de lo real. Además es enteramente fia-
ble, universal, absoluto, permanente.
TEXTO CAPÍTULO IV
11. TEMA, TESIS, ARGUMENTOS: Lee el capítulo IV hasta 519c y sintetiza las ideas del tex-
to; para ello haz un resumen indicando el tema de que trata, la tesis del texto y los argumentos o
razones en su defensa. (Sigue las orientaciones que encontrarás en el apartado “La prueba de
acceso a la Universidad”, al final de este libro)
36
El tema de este texto es la educación, concretamente el concepto de educación. El autor defiende la
tesis de que la educación es el arte de lograr que el que se educa haga un uso adecuado de las faculta-
des y capacidades innatas existentes en su alma, para lo cual debe lograr que ésta mire hacia la esfera
de lo inteligible, dejando de focalizarse en lo sensible. Los argumentos en los que Platón apoya esta
tesis son los siguientes:
1. Para defender esta tesis, Platón critica, en primer lugar, el punto de vista contrario, el de los sofis-
tas, aludidos en la primera línea del texto con el pronombre indefinido “algunos”. Según su punto de
vista, educar consiste en "proporcionar ciencia al alma que no la tiene", es decir, la educación consis-
tiría en una mera transmisión de conocimientos por parte del que sabe (el maestro o sofista) al que no
sabe (el discípulo). Esta concepción presupone, erróneamente, que el alma de aquel que se educa, a
diferencia del alma del maestro, es algo así como "unos ojos ciegos", esto es, un alma que carece de la
capacidad de conocer por sí misma, de ahí que necesite que alguien que le "infunda visión" y le apor-
te conocimientos. Frente a esto, Platón defiende un innatismo de las facultades: No es cierto que el
alma del que se educa sea como "unos ojos ciegos", esto es, unos ojos que carecen de la facultad de
ver; por el contrario, en el alma de cada uno existe ya una facultad innata de conocimiento que le
permite alcanzar el conocimiento del bien y de la verdad. Y como dice en 519a, la "virtud del conoci-
miento" es una virtud o capacidad que siempre existe y que "jamás pierde su poder".
2. El problema es que esa facultad no siempre está dirigida hacia donde debe: Normalmente mira
hacia lo sensible ("lo que nace"), siendo que debe mirar hacia lo inteligible ("el ser"). Como se indica
en el texto, concretamente en 519a, en el primer caso esta capacidad o virtud es "inútil y nociva",
pues jamás encontrará la verdad, tan sólo simples opiniones, y además confundirá el mal con el bien;
pero en el segundo caso es "útil y ventajosa", pues hallará la verdad y el bien.
3. Para ilustrar esta idea, en 519ab, Platón pone el ejemplo del alma de aquellos que son "malos pero
inteligentes"; estos gozan de una facultad innata de conocimiento especialmente aguda y fina, pero, al
estar volcada a lo sensible (los placeres, apetititos, ambición de poder, de bienes materiales y de hono-
res, etc...), toman el mal por el bien, y ponen su inteligencia al servicio del mal. Platón indica cómo la
educación debería actuar con ellos, haciendo que sus almas, mal orientadas, miren hacia lo abstracto,
inteligible y verdadero.
4. De todo lo anterior se sigue entones LA TESIS que enunciábamos al principio: que la educación
consiste, no en proporcionar conocimientos, sino en lograr que el alma (particularmente de aquellos
que son especialmente inteligentes por naturaleza) deje de buscar el bien y la verdad en el mundo de
lo sensible y lo material, y ponga a discurrir sus facultadas innatas de conocimiento, girándose hacia
la esfera de lo abstracto e inteligible, donde podrá hallar la verdad y el bien.
12. Explica clara y detalladamente el argumento mediante el cual Platón afirma en 518e-519a,
que la virtud del conocimiento puede resultar útil y ventajosa o, por el contrario, inútil o nociva.
Puedes empezar así tu respuesta: Platón parte de la existencia en el alma humana de una cierta
facultad de conocimiento, que a diferencia de las restantes virtudes es innata y "jamás pierde su
poder", como dice el texto en 518-e. Ahora bien, ...
A título orientativo, ofrecemos la respuesta de una alumna, seguida de un breve comentario va-
lorativo.
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13. Explica los argumentos en que Platón se basa para afirmar en 519c que “ni los ineducados
y apartados de la verdad”, ni tampoco “aquellos a los que se permita seguir estudiando hasta el
fin” son “aptos para gobernar una ciudad”. Para elaborar correctamente tu respuesta es aconse-
jable que tengas presente lo siguiente:
a) En 519-b se dice, en efecto, que los “ineducados y apartados de la verdad” no son aptos para
gobernar la ciudad. La razón que se da es que “no tienen en su vida ningún objetivo particular, apun-
tando al cual deberían obrar”, tanto en lo que concierne a su vida privada como a su vida pública
(519-c). Influenciado por el intelectualismo moral de Sócrates, Platón está presuponiendo que sólo si
se ha alcanzado el conocimiento del Bien en sí y de la verdad, es posible llegar a ser un buen gober-
nante. En el texto, el Bien es justamente el objetivo al que debe de apuntar el buen gobernante en su
vida privada y en su vida pública. Ahora bien, sólo una educación adecuada puede proporcionar al
gobernante la visión del Bien que ilumine y guíe su praxis individual y política. De ahí se sigue que
“los ineducados y apartados de la verdad” no serán “aptos para gobernar”. Para ilustrar esto, en 519-a
se menciona el ejemplo de los inteligentes pero malos, a quienes probablemente alude la expresión
“los ineducados”.
b) En el texto se dice igualmente que tampoco “aquellos a los que se permita seguir estudiando
hasta el fin” serán “aptos para gobernar la ciudad”. La razón que se da es que “teniéndose por trans-
portados en vida a las islas de los bienaventurados, no consentirían en actuar” (519-c). Con esta metá-
fora Platón se refiere al paraíso de la vida contemplativa. En efecto, los filósofos han descubierto en
una vida dedicada a la filosofía y a la investigación de la verdad (la contemplación de las Ideas), una
fuente inmensa de felicidad; de ahí que, si se les permite permanecer en esa vida, no accederán por
propia voluntad a ocuparse de la política y de los asuntos mundanos, que tanto preocupan a la mayoría
38
de los mortales, sino que preferirán seguir estudiando hasta desentrañar la esencia misma de la reali-
dad. Esto se refleja muy bien en el mito de la caverna: el prisionero liberado, una vez ha vencido todas
las resistencias y obstáculos, y ha descubierto el mundo exterior, no añorará el mundo de sombras en
el que vivía, y se sentirá feliz por haber cambiado, y, lógicamente, no tendrá deseos de volver a ocu-
par su anterior lugar en el mundo de los hombres.
TEXTO CAPÍTULO V
14. TEMA, TESIS, ARGUMENTOS: Sin embargo, si nos centramos sólo en la parte más ar-
gumentativa del texto anterior, para hacer un resumen de la misma es preferible usar el modelo
de resumen tema-tesis-argumentos. (Ver el apartado “La prueba de acceso a la Universidad”, al
final de este libro). Lee desde 520b hasta el final del capítulo V y sintetiza las ideas del texto,
mostrando en tu resumen la estructura argumentativa: el tema, la tesis del autor y los argumen-
tos en su defensa
a) El primer argumento lo encontramos en 520-b, y podemos resumirlo así: los filósofos se hallan
en deuda con la ciudad; la razón de eso es que en la ciudad ideal es el Estado quien se encarga de la
formación de los filósofos y, por tanto, en justa reciprocidad, es “justo” que “reintegren” a la ciudad
la deuda que tienen con ella (argumento de la justa reciprocidad).
b) El segundo argumento lo encontramos en 520 c-d, y se reitera también al final del capítulo. Vie-
ne a decir que los filósofos deben gobernar porque ellos son “los más capaces” (520-c) y “los más
entendidos acerca de aquello por medio de lo cual se rige mejor el Estado” (521-b). La razón de eso es
que han visto “la verdad con respecto a lo bello y a lo justo y a lo bueno”, es decir, conocen lo que es
la esencia eterna e inmutable de lo bello, de lo justo y del bien (Ideas), y por tanto, conocen también
en qué consiste el bien de la ciudad, de ahí que, una vez acostumbrados de nuevo a las cosas del mun-
do sensible, serán capaces de ver “infinitamente mejor” que ningún otro.
c) El tercer argumento se desarrolla a partir de 520-b: a diferencia de la mayor parte de los políti-
cos, que acuden a la política movidos por la ambición de riquezas, de honores y de poder, enfrentados
los unos a los otros y causando así un grave daño a la ciudad y a sí mismos, los filósofos “irán al go-
bierno como a algo inevitable” (520-e), es decir, por puro sentimiento del deber. La razón de eso es
que, al haber visto el bien en sí y lo justo en sí, desprecian las riquezas y el poder, y por tanto no lu-
charán por ellas, pues saben muy bien que esas cosas no son sino “vanas sombras” del verdadero bien
humano, de la verdadera felicidad, que consiste en “una vida buena y juiciosa”. Es por eso que el filó-
sofo “desprecia los cargos públicos”, como se dice en 521-b, ya que ha hallado en el conocimiento de
la verdad una fuente inagotable de felicidad, “una vida mejor que la del gobernante”, de ahí que pre-
fiera entregar su vida a la filosofía antes que a la política, o, dicho metafóricamente, que prefieran el
mundo de arriba a la caverna. Por eso, si gobiernan, lo harán, no pensando en sí mismos, sino porque
saben que eso es lo justo. “Son hombres justos a quienes ordenamos cosas justas”, y por esa razón
serán los mejores gobernantes, los que la ciudad necesita realmente.
15. Explica en detalle cómo se argumenta en el párrafo anterior que para tener “una ciudad bien
gobernada”, el gobernante ha de tener una “vida mejor” y distinta a la del político corriente.
39
toman todas estas cosas “como si fueran algún gran bien”, cuando en realidad, para una mente que ha
captado el verdadero bien, tan solo son apariencias del bien (520-d).
c) De ahí se sigue que “la ciudad que viva mejor” será aquella cuyos gobernantes tengan menos
deseo de serlo. Eso será la prueba de que no acuden a la política para enriquecerse (520-d).
d) Ahora bien, para tener gobernantes así es necesario que los que han de mandar, ya antes de ac-
ceder al gobierno estén disfrutando de una vida mejor que la de los gobernantes y políticos corrientes,
es decir, una vida no basada en el hambre de “bienes personales” y en el ansia de riquezas o de poder,
ya que estas cosas generan luchas y enfrentamientos que causan la ruina a la ciudad entera. Esa vida
mejor es una “vida buena y juiciosa” (521-a).
e) Del texto parece desprenderse con claridad que el que tenga una tal vida despreciará las rique-
zas y los demás bienes materiales. Si acude a la política no lo hará en busca de estas cosas, pues dis-
fruta ya de una vida feliz y, al haber visto ya “la verdad acerca de lo bello, lo justo y lo bueno”
(Ideas), sabe muy bien que aquellas cosas tan sólo son “vanas sombras” que no dan la felicidad.
f) De ahí se sigue que no luchará por estas cosas como hacen otros ni se servirá de su poder para
alcanzarlas, de donde se sigue que si el gobernante tiene “una vida buena y juiciosa”, entonces ten-
dremos “una ciudad bien gobernada” (521-a).
16. PLATÓN Y LOS SOFISTAS: Compara la filosofía de Platón con la de los sofistas. Para
ello escribe una carta, dirigida a los sofistas, en la que tú adoptes el papel y los puntos de vista de
Platón. Esta carta debe de reflejar las diferencias entre Platón y los sofistas en temas como la
posibilidad de conocer la verdad, la realidad, la moral, la política y la manera de entender la
educación
Orientaciones: el texto puede adoptar la forma de una carta, firmada por Platón. Puede plantearse
también una carta en sentido inverso, es decir, un sofista se dirige a Platón para criticar o contraponer
sus puntos de vista.
17. PLATÓN Y SU CONTEXTO HISTÓRICO: Explica en qué consiste la teoría platónica del
filósofo gobernante y relaciónala con el contexto histórico y biográfico que le tocó vivir a Platón,
haciendo mención de la “Carta VII”
La teoría platónica del filósofo gobernante es el núcleo esencial de la propuesta política de Platón
y propone dejar la responsabilidad de gobernar en manos de una élite de hombres sabios formados en
la filosofía, el conocimiento de la verdad y del bien. Se trata de una especie de aristocracia en el sen-
tido literal del la palabra: gobierno de los mejores, pero de los mejores en virtud y en saber, no enlina-
je o sangre. Esta propuesta, como el propio Platón confiesa en su "Carta VII", arranca de la decepción
que provocaron en Platón algunos acontecimientos históricos y políticos ocurridos en su juventud:
Guerras del Peloponeso entre Esparta y Atenas, derrota de esta última bajo régimen democrático, Go-
bierno sanguinario de los 30 Tiranos tras la derrota frente a Esparta, revolución de Trasíbulo y reins-
tauración de la democracia ateniense, juicio y ejecución de Sócrates bajo la democracia recién restau-
rada, luchas intestinas por el poder entre los partidarios del bando democrático y los del bando oligár-
quico, luchas que llevaron a Atenas a la ruina, políticos ambiciosos de poder y de honores, etc... To-
dos estos acontecimientos y circunstancias llevaron a Platón a desconfiar, tanto de la democracia co-
mo de la oligarquía, y a proponer como forma de gobierno ideal un gobierno de hombres sabios y vir-
tuosos, esto es, un gobierno de filósofos. Por otra parte, la democracia, que había sido durante más de
un siglo la forma de gobierno de Atenas, tenía, a juicio de Platón ciertos inconvenientes: se basaba en
el supuesto de que cualquiera puede asumir cargos de responsabilidad política, de ahí que algunos de
esos cargos fueran asignados por sorteo y otros por votación de la mayoría, frecuentemente desinfor-
mada o manipulada mediante las artes de la retórica o de la oratoria aprendidas de los sofistas.
40
18. PLATÓN Y OTRAS FILOSOFÍAS POLÍTICAS: Platón tiene una idea estatalista y or-
ganicista del Estado a) Explica lo que esto significa b) Infórmate sobre otras ideologías o teorías
políticas de otras épocas que puedan calificarse también de estatalistas u organicistas. c) Infór-
mate sobre la valoración que hacen del Estado el anarquismo y el liberalismo y responde: ¿Es-
tarían de acuerdo con el punto de vista de Platón sobre la relación entre Estado e individuo?
Razona tu respuesta.
a) Platón tiene una concepción estatalista del Estado, según la cual el bien del Estado prima sobre el
bien del individuo, que debe supeditase a él. Además, su visión del Estado es organicista, de modo
que la organización de la sociedad es comparable a la de un organismo vivo en el que cada parte u
órgano desempeña una función en beneficio de sí mismo y del conjunto del organismo. Así ocurre con
las clases sociales que componen el Estado platónico.
b) Estatalismo: El modelo de Estado que propone Hobbes, filósofo británico del siglo XVII. El Estado
socialista marxista. El estado totalitario nazi o fascista.
c) Organicista:
- Aristóteles también defenderá un organicismo social: el Estado es como una especie de "ser natural"
connatural al hombre, que surge para satisfacer las necesidades naturales que otras dos agrupaciones
naturales de individuos anteriores a él -la familia y la aldea- no pueden satisfacer. Con el Estado se
logra por fin la autosuficiencia.
- Podemos considerar organicista también el modelo de sociedad feudal propio de la Edad Media, que
asigna funciones específicas a cada estamento (defensiva, agrícola, comercial, artesanal, de gobierno,
etc...)
- En general también podemos considerar organicista, cualquier concepción filosófica que insiste en la
idea de la sociedad como una empresa cooperativa en la que todos se benefician de la aportación de
todas y cada una de sus partes o miembros. Por ejemplo, la idea que John Rawls defiende de la socie-
dad en su Teoría de la Justicia.
d) Para el anarquismo cualquier forma de poder es indeseable; el aparato del Estado representa el po-
der y la coerción máximos, los cuales corrompen, tanto a quienes los ejercen como a los gobernados.
Para el liberalismo el individuo prima sobre el Estado y la colectividad; no rechazan cualquier forma
de Estado, pero sólo aceptan aquellas formas que encajen con el denominado Estado liberal, esto es,
un Estado mínimo con funciones y poder muy limitados, el necesario para poder garantizar los dere-
chos individuales de los ciudadanos, pero no más del necesario. La propuesta política de Platón, que
coloca el Estado por encima del individuo y se basa en la idea de un Estado fuerte, provocaría, con
seguridad, el rechazo rotundo de anarquistas y liberales.
19. PLATÓN Y SU CONTEXTO HISTÓRICO: Repasa la crítica que Platón lanza contra la
democracia de su tiempo y explica qué aspectos de esa crítica tendrían hoy también actualidad
en las democracias del siglo XXI.
Muchos aspectos de la crítica que Platón formuló contra la democracia de su época tendrían hoy vi-
gencia en la democracia actual. Por ejemplo, tampoco en las democracias actuales la decisión de la
mayoría garantiza la justicia en una decisión, por mayoritaria que sea. Además, las técnicas de persua-
sión que se usaban en la época de Platón para lograr influencia y poder (la oratoria, la retórica, etc...)
han adquirido hoy formas nuevas a través de la imagen y los medios de comunicación de masas, la
publicidad y las técnicas de marketing aplicadas también a la venta de las diversas opciones políticas
en campañas electorales, etc... La mayoría, frecuentemente desinformada o manipulada, no puede
garantizar ni en la actualidad ni en época de Platón, una decisión justa. Platón denuncia también algo
que ocurre también en la actual democracia: la falta de idoneidad de aquellos que acuden a la políti-
ca, cosa que vemos particularmente bien en aquellos gobernantes que acuden a la política cegados
por la ambición de honores, poder o riquezas, en lugar de acudir a ella para perseguir el bien común;
41
la lucha y la competencia con otros candidatos rivales pone en peligro lo más sagrado del Estado: la
unidad y la armonía.
21. ACTUALIZACIÓN: ¿Cómo podría mejorarse o corregirse la actual democracia para ase-
gurarnos de que quienes nos gobiernan tienen las cualidades morales requeridas?
ALGUNAS REDACCIONES
De las 7 redacciones que se presentan a continuación, las tres primeras han sido extraídas de exámenes
realizados a lo largo del curso por alumnos y alumnas, y van seguidas de un breve comentario valorativo.
En general, se han elaborado siguiendo, en la medida de lo posible, los consejos y las pautas que se recogen
en el apartado V del libro, titulado “La prueba de Acceso a la Universidad”. Obvia decir que no pretende-
mos que sean modélicas; por supuesto que otros enfoques o planteamientos pueden ser igualmente acepta-
bles, si se centran en el problema y mantienen cierta unidad y coherencia. La experiencia en el aula muestra
frecuentemente que los alumnos y alumnas aprenden imitando o copiando modelos, de ahí que un recurso
que a veces suele dar buenos resultados es ofrecerles algunos de estos modelos, naturalmente, después de
que ellos hayan hecho el esfuerzo por sí mismos. Se les puede pedir también que comparen y que se autoca-
lifiquen.
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probablemente debido a un problema de expresión y/o de una insuficiente asimilación de ciertos con-
tenidos. Tres de los 6 párrafos que conforman la redacción son introducidos por partículas conectoras
(3º: sin embargo, 5º: mientras que, 6º: en resumen), que ayudan a hilvanar mejor el texto y a darle
mayor coherencia. La alumna contrasta además la opinión de Platón con la de otros autores (los sofis-
tas), y menciona además las influencias de Sócrates y a los pitagóricos en aspectos que encajan bas-
tante bien con el título de la redacción.
[2. Desarrollo]
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[3. Conclusión]
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[1. Introducción]
Esta redacción plantea el problema de la relación entre el conocimiento de la verdad y el buen gobierno de la
ciudad: ¿Se requiere algún tipo de conocimiento especial para gobernar un Estado? ¿O, por el contrario, cual-
quiera está capacitado para asumir tareas de gobernante? Por otra parte, ¿qué se entiende por conocimiento de
la verdad? ¿Es posible acaso acceder al conocimiento verdadero de lo real? ¿Y de qué manera puede ser útil
este conocimiento para gobernar una ciudad? A lo largo de esta redacción intentaremos contestar a algunos de
estos interrogantes, siguiendo a Platón. Partiremos de las circunstancias histórico-políticas en las que vivió y
el núcleo de nuestra exposición será la doctrina política del filósofo-gobernante, que nos remitirá inevitable-
mente a la Teoría platónica de las Ideas.
47
[2. Desarrollo]
● En la “Carta VII” Platón nos confiesa que desde muy joven su verdadera vocación fue la política, pero que
muy pronto renunció, decepcionado por la política de su tiempo, a participar en la vida política de su ciudad;
la juventud de Platón coincidió con una época de gran inestabilidad política en Atenas y en esta carta nos
habla de decepciones y desilusiones, de revueltas y cambios constantes de gobierno, de luchas por el poder,
etc… Descontento tanto con la democracia como con la oligarquía, Platón llega a la conclusión de que todos
los Estados de su tiempo estaban “enfermos” y de que su enfermedad consistía en que estaban mal goberna-
dos. Y así decide dedicarse por entero a la filosofía para hallar en ella el remedio o la “medicina política” que
necesitan los Estados enfermos de su época.
● El remedio político que Platón acaba proponiendo es la doctrina del filósofo gobernante, que consiste en
formar en la filosofía a los gobernantes, o bien, que los verdaderos filósofos asuman la dirección del gobier-
no. La propuesta de Platón es, en pocas palabras, un gobierno de sabios o filósofos, una especie de “merito-
cracia” o aristocracia del saber y de la virtud (gobierno de los mejores). Pero ¿Por qué un gobierno de filóso-
fos? Para responder a esta pregunta es fundamental tener en cuenta la influencia del intelectualismo moral de
su maestro Sócrates, pues la propuesta política de Platón resulta de aplicar en el terreno de la política la doc-
trina ética de su maestro. En efecto, Platón está convencido de que para gobernar con sabiduría y justicia el
Estado, los gobernantes deben acceder primero al conocimiento de la verdad sobre lo justo, lo bello y lo bue-
no, pues sin este conocimiento, un gobernante es como un ciego dirigiendo a un ejército de ciegos, o como un
piloto que dirige una embarcación sin conocer el arte del pilotaje. En opinión de Platón sólo la filosofía puede
proporcionarnos un conocimiento objetivo sobre lo justo y lo bueno; de ahí su propuesta de un gobierno de
filósofos, y de ahí que la ciencia política que el gobernante necesita conocer sea para Platón la filosofía.
● Pero podemos preguntarnos ¿Acaso es posible alcanzar un conocimiento verdadero y objetivo sobre lo
justo, lo bueno y lo bello? Frente al relativismo y al escepticismo de los sofistas Platón está convencido de
que es posible alcanzar conocimiento verdadero sobre cierto ámbito de la realidad, pero para ello es necesario
suponer la existencia de ciertas realidades eternas, no sometidas al devenir, pues de las cosas cambiantes y
perecederas que nos muestran los sentidos, no es posible hallar un conocimiento firme. Platón acaba, en
efecto, postulando la existencia de ciertas realidades inmutables, eternas, trascendentes e inmateriales, inac-
cesibles a la vista y a los demás sentidos, pero accesibles a la inteligencia. A estas realidades les dio el nom-
bre de Ideas o Formas y son las esencias de las cosas materiales, cambiantes y visibles, pues son los para-
digmas o modelos perfectos e ideales que estas cosas copian imperfectamente, y por eso son su esencia y la
causa de su ser. Platón acaba así distinguiendo dos ámbitos de realidad: la realidad auténtica, a la que llama
mundo inteligible, formado por las Ideas y también por los objetos matemáticos (que comparten característi-
cas con las Ideas); un nivel inferior de realidad, la que nos muestran los sentidos, y al que llama mundo sensi-
ble, que copia imperfectamente las realidades inteligibles. Gracias a que existe un ámbito de la realidad de
esencias eternas e inmutables, es posible obtener conocimiento verdadero (episteme); pero de las realidades
sensibles y cambiantes que los sentidos nos muestran sólo podremos alcanzar, como mucho, opiniones relati-
vas y diversas.
● Ahora que hemos expuesto la postura de Platón sobre la posibilidad de lograr un conocimiento objetivo y
verdadero sobre lo justo, lo bello y lo bueno, volvamos a su propuesta política. El mundo de las Ideas repre-
senta para Platón el orden y la armonía trascendente que copian imperfectamente el mundo sensible y el mun-
do de los asuntos humanos (el de la sociedad y la política). De modo que para el gobernante es de la mayor
importancia conocer ese orden trascendente, para poder imprimir orden y armonía en el Estado y en su propia
alma. La expresión máxima de ese orden trascendente es la Idea suprema de Bien, que se halla en la cima de
todas las demás Ideas, y que es la meta última del conocimiento. Por todo esto, la base de la propuesta políti-
ca de Platón se basa en educar a los gobernantes hasta permitirles que alcancen la visión de dicha Idea. Con
este fin, Platón diseñó un complejo programa educativo que debía seleccionar a las mejores naturalezas para
irlas educando en el conocimiento de la verdad y del bien. Las principales materias que compondrían este
programa serían las 5 disciplinas matemáticas (aritmética, geometría plana, geometría de volúmenes, astro-
nomía y armonía) que conformarían la parte introductoria (“el preludio”); en la importancia que Platón otorga
a las matemáticas detectamos clara influencia de los pitagóricos. Pero la materia fundamental en la educa-
ción de los gobernantes será la dialéctica, esto es, la ciencia de las Ideas y de sus relaciones, y particularmen-
te de la relación de cada Idea con la Idea de Bien. Gracias al poder dialéctico de la razón el filósofo irá ascen-
48
diendo de Idea en Idea, hasta contemplar las Ideas de Justicia, de Belleza y de Bien, las cuales deberá luego
tomar como modelo y guía para gobernar su propia vida y a la sociedad, ya de regreso al mundo de los asun-
tos humanos. En el mito de la caverna esto último está representado por el descenso del prisionero liberado al
interior de la caverna, y tras haber contemplado las cosas del mundo de arriba y el sol (Ideas e Idea de Bien),
deberá volver al mundo de las sombras para gobernar y discutir sobre las sombras del bien y de lo justo a la
luz del nuevo conocimiento que ha hallado.
[3. Conclusión]
● EN CONCLUSIÓN, descontento con otras formas de gobierno (y particularmente con la democracia ate-
niense), desilusionado con la política de su época, Platón acaba proponiendo como forma ideal de gobierno el
gobierno de los mejores en conocimiento y en virtud, esto es, un gobierno de filósofos. Y es que sólo la filo-
sofía puede proporcionar al gobernante el conocimiento necesario sobre lo eternamente justo, bello y bueno
para dirigir su propia vida y el Estado con sabiduría y rectitud. Para combatir el relativismo de los sofistas,
Platón necesita suponer la existencia de un ámbito de realidades eternas, perfectas e inmutables, de las que sí
es posible obtener conocimiento gracias a la filosofía. Por ello, el gobernante, deberá conocer el orden y la
armonía del mundo de las Ideas, y las Ideas de Belleza, Justicia y Bien, para tomarlas como modelo y guía en
su vida privada y cuando llegue el momento de gobernar, para lograr así que el Estado y la sociedad acaben
copiando, aunque sólo sea de manera imperfecta, la armonía y el orden eternos del Mundo de las Ideas.
[1. Introducción]
El enunciado de esta redacción plantea la cuestión de la relación entre matemáticas y política en
Platón: ¿Cuál es el papel que juegan las matemáticas en el proyecto político de Platón? Para responder
a esta pregunta será necesario plantearnos antes algunas preguntas previas: ¿Cuál es el papel que jue-
ga la educación en general en el proyecto político de Platón? ¿Qué relación hay en general entre polí-
tica y educación? Estas cuestiones, sin embargo, nos llevarán a plantear la relación entre ontología,
por una parte, y educación y buen gobierno, por otra. Una vez aclaradas estas cuestiones estaremos en
condiciones de determinar posteriormente el papel que las matemáticas desempeñan en el programa
educativo de Platón así como en su proyecto político.
[2. Desarrollo]
En la “Carta VII” expone Platón la motivación fundamentalmente política de su filosofía. Después de
haber vivido muy de cerca los avatares políticos que conmovieron la Atenas de su tiempo, llegó al conven-
cimiento de que los males de la humanidad no tendrían remedio hasta que los gobernantes fueran filósofos,
pues estaba convencido de que sólo la verdadera filosofía puede proporcionar al gobernante un conocimien-
to adecuado de lo que es justo y bueno. Influido por el intelectualismo moral de su maestro Sócrates, piensa
que sólo si se conoce adecuadamente qué es la justicia, se puede obrar justamente, tanto en el terreno políti-
co como en el privado. Pero, frente al relativismo moral y al convencionalismo de los sofistas, el bien y la
justicia no son para Platón conceptos subjetivos ni meras convenciones. En efecto, la teoría de las Ideas de
Platón afirma la existencia de ciertas realidades eternas, inmutables, subsistentes, únicas, inmateriales, obje-
tivas y accesibles al conocimiento. Entre estas realidades se encuentran los valores éticos y morales (la Jus-
ticia en sí, el Bien en sí, etc.), que el gobernante debe conocer, pues deben servirle de guía para el buen go-
bierno del Estado. Por ello, la educación de los futuros filósofos-gobernantes juega un papel importantísi-
mo en el proyecto político de Platón y tendrá como objetivo fundamental alcanzar el conocimiento de las
Ideas, y sobre todo, de la Idea suprema de Bien. Pero, ¿cómo conseguir el objetivo que la educación se plan-
tea? Es aquí donde entran en juego las matemáticas, las cuales cumplen al menos dos funciones importantes
en relación al objetivo que Platón persigue:
En primer lugar, Platón considera que las matemáticas cumplen la importante función de obligar al
alma a usar de la inteligencia para alcanzar la verdad en sí, esto es, el conocimiento de las Ideas, co-
nocimiento indispensable para el buen gobierno de la polis. Como se explica en el “Libro VII”, los
objetos de los que se ocupan las distintas disciplinas matemáticas (aritmética, geometría bidimensio-
nal, geometría tridimensional, astronomía y armonía) serían de esa clase de objetos que, al provocar
en el alma sensaciones contrarias, estimulan la inteligencia y el pensamiento, y con ello hacen que el
49
alma despegue de lo sensible y se eleve hacia lo conceptual y abstracto, lo cual es, como hemos dicho,
el objetivo de la educación.
En segundo lugar, como refleja el mito de la caverna, el tránsito de la oscuridad a la luz, de la opi-
nión al conocimiento y de lo sensible a lo inteligible, no puede realizarse bruscamente, pues la luz
acabaría por deslumbrarnos. El prisionero liberado, necesita de un período de adaptación hasta poder
mirar directamente al sol. Y esa es justamente la función que cumplen las matemáticas en la educa-
ción del filósofo-gobernante: hacer que su alma se adapte progresivamente a la verdad y a la luz. Por
otra parte, recordando el símil de la línea (“Libro VI” de República), los entes matemáticos pertene-
cen, al igual que las Ideas, al género de lo inteligible, y, aunque se hallan en un nivel ontológico infe-
rior al de las Ideas, tienen características similares a ellas: son inmutables, eternos, inmateriales, per-
fectos y accesibles sólo a la inteligencia, y no a los sentidos. Así pues, las matemáticas constituyen
para Platón una especie de “preludio” o propedéutica de la dialéctica, que es el saber último que inter-
esa al filósofo y, por ende, al político. Pero las matemáticas tienen importantes limitaciones, lo que
lleva a Platón a no considerarlas propiamente conocimiento, sino sólo pensamiento (algo superior a la
opinión pero inferior al conocimiento). Estas limitaciones tienen que ver con el método que utilizan,
que parte de hipótesis de las que el matemático no da cuenta. De ahí que sólo la dialéctica pueda pro-
porcionarnos la visión clara y precisa de la verdad que el gobernante necesita.
[3. Conclusión]
En conclusión, para Platón la salvación del Estado pasa por una educación adecuada de los que en
el futuro han de gobernarlo. Esta educación debe estar orientada al conocimiento de los valores mora-
les eternos y objetivos (Idea de Bien, de Justicia, etc.) que han de servir de guía para el buen gobierno
del Estado. Las matemáticas cumplen aquí una función propedéutica, es decir, orientan, preparan y
entrenan adecuadamente el alma antes de dedicarse a la ciencia más elevada (la Dialéctica), la cual
permitirá la contemplación de las Ideas mismas y, finalmente, de la Idea de Bien, cuyo conocimiento
resulta imprescindible para el buen gobierno del Estado.
[1. Introducción]
El título de esta redacción hace referencia a dos grados o niveles diferentes de conocimiento: la
opinión (doxa) y el conocimiento propiamente dicho (episteme). En realidad, el problema que bajo
este título se plantea es el problema del conocimiento de la verdad. ¿Es la verdad relativa a la opi-
nión subjetiva de cada cual? ¿Vale lo mismo la opinión del sabio o la del hombre de ciencia que la
del hombre corriente? ¿Son lo mismo opinar y conocer? En el caso de que contestemos que no,
cabría preguntarse entonces: ¿es acaso posible alcanzar verdades objetivas y universales? ¿Sobre
qué cosas u objetos es posible alcanzar tales verdades? Como es sabido, estas son algunas de las
cuestiones que Platón se plantea y a las que intenta responder mediante su filosofía. A lo largo de
esta redacción expondremos el punto de vista de Platón sobre estos temas que, como veremos, con-
trasta abiertamente con la postura de otros filósofos contemporáneos suyos, los sofistas, para quie-
nes opinar y conocer son la misma cosa.
[2. Desarrollo]
Platón acepta de su maestro Sócrates que el conocimiento propiamente dicho (la episteme) ha de
ser infalible, universal y objetivo. Además el conocimiento ha de tener por objeto lo auténticamente
real (“lo que es”), y para Platón lo auténticamente real es lo que no cambia, lo que permanece estable
y siempre idéntico a sí mismo. De todo esto se sigue que el conocimiento de las cosas sensibles no es
posible, pues éstas no son ni permanentes ni estables, ya que se encuentran, como dijo Heráclito, en
permanente devenir, de modo que cuando creyéramos haberlas conocido, para entonces ya habrían
cambiado. De las cosas sensibles no puede decirse propiamente que son verdaderamente, sino que
están siempre llegando a ser (devienen). Por eso, de ellas tan sólo cabe simple opinión (doxa). En co-
herencia con este punto de vista, Platón considerará que las investigaciones de los filósofos de la na-
turaleza (Tales, los atomistas, etc.), son en cierto sentido inútiles, pues no pueden ofrecernos conoci-
miento, sino sólo opinión, pues se centran en el estudio del cambiante mundo físico.
50
La opinión es para Platón un nivel inferior de conocimiento, que tiene por objeto el mundo de las
cosas sensibles, lo cambiante, lo aparente, lo que deviene, y no lo que verdaderamente es. La opinión
es así un conocimiento superficial, aparente, poco fiable, relativo, vinculado a los sentidos y a las apa-
riencias y, como su objeto, es cambiante e inestable. Pero entonces, si todo cambia, ¿no hay más que
opiniones, y no hay conocimiento? Más allá de las realidades sensibles, Platón afirma la existencia de
una clase de objetos inmutables, permanentes, inmateriales, eternos, no accesibles a los sentidos, pero
sí a la inteligencia. Platón denomina a estas realidades “Ideas”. Al ser permanentes y estables, es po-
sible alcanzar sobre ellas un conocimiento objetivo, universal e infalible. Por otra parte, habrá que
dejar claro que, aunque la opinión no constituye verdadero conocimiento, no deja de ser una cierta
clase de conocimiento, aunque de nivel inferior al de la episteme. Esto es lógico, porque el mundo
sensible es una copia del mundo inteligible y, en esa medida, la opinión (si es opinión verdadera) nos
aproxima, siquiera un poco, a las realidades inteligibles, que constituyen el modelo y la verdadera
realidad.
En el mito de la caverna el paso de la oscura caverna a la claridad del mundo exterior representa de
forma simbólica el paso de la opinión al conocimiento, del mundo de lo opinable en el que viven la
mayor parte de los hombres, al mundo del conocimiento, al que debe acceder el filósofo. Y en el pasa-
je de la línea, Platón distingue a su vez dos niveles de opinión y dos niveles de conocimiento. Así,
dentro de la opinión distingue entre a) Imaginación, y b) Creencia. Por su parte, dentro del conoci-
miento distingue entre a) Pensamiento, y b) Inteligencia. Cada uno de estos cuatro subniveles episte-
mológicos se corresponde con un subnivel ontológico diferente, de modo que, a mayor grado de reali-
dad, mayor claridad en el conocimiento, y viceversa.
Por otra parte, tal y como señalábamos en la introducción, el punto de vista de Platón es muy dife-
rente al de los sofistas que, en general, defienden el relativismo epistemológico, según el cual toda
verdad es siempre relativa. Expresión de este relativismo es la célebre sentencia de Protágoras: “El
hombre es la medida de todas las cosas”. Así pues, para los sofistas no es posible un conocimiento
objetivo y universal de lo real. Platón aceptará que el conocimiento que nos suministran los sentidos
acerca del mundo material y físico es relativo, pero no el conocimiento (episteme) que nos suministra
la inteligencia acerca de “lo que verdaderamente es” (las Ideas). En cambio, para los sofistas, lo que
una cosa es, no es algo diferente de lo que una cosa parece ser. Para ellos, las cosas son lo que a
cada uno le parece que son. En suma, ser y parecer son lo mismo. Ser verdadero y lo que a mí me pa-
rece verdadero son también lo mismo. Por lo tanto, lo mismo es conocer que opinar: toda opinión es
verdadera para quien la dice y, por consiguiente, no hay distinción entre opinión y conocimiento ver-
dadero.
[3. Conclusión]
En resumen, conocimiento y opinión son para Platón dos niveles epistemológicos diferentes, que
se corresponden respectivamente con dos grados ontológicos diferentes: el mundo inteligible y el
mundo sensible. Mientras que el conocimiento versa sobre lo verdaderamente real, estable, permanen-
te, eterno y perfecto, la opinión versa sobre las apariencias sensibles, lo cambiante, lo perecedero,
simples copias imperfectas del mundo inteligible, y es ontológicamente inferior. Platón está conven-
cido de que el conocimiento verdadero y objetivo es posible, pues hay cierta clase de objetos concep-
tuales, eternos, inmateriales, que no cambian y que existen con independencia de las opiniones huma-
nas. A estos objetos Platón los denominó Ideas, y sólo sobre ellas es posible el conocimiento. Cual-
quier saber que no verse acerca de ellas, sino acerca de lo cambiante y sensible, será tan sólo simple
opinión.
[1. Introducción]
El título de esta redacción plantea el problema de la relación entre política y dialéctica o, dicho de
otro modo, entre filosofía y gobierno de la polis. Platón expone en la “Carta VII” los avatares y con-
vulsiones políticas de la Atenas de su época: la guerra frente a Esparta, el violento gobierno de los 30
Tiranos, la posterior restauración democrática de Trasíbulo, la injusta condena de su maestro Sócrates
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bajo el gobierno democrático, etc. Todos estos acontecimientos le llevaron al convencimiento de que
todos los Estados estaban mal gobernados y de que los males de la humanidad no tendrían remedio
hasta que los gobiernos estuviesen en manos de los filósofos. Esta es, en síntesis, la doctrina del filó-
sofo-gobernante, en la que se aprecia claramente la influencia del intelectualismo moral de Sócrates.
El tema de esta redacción nos obliga a preguntarnos por el papel que juega la dialéctica en este pro-
yecto político. Pero para contestar a esta cuestión será preciso que respondamos antes a otras pregun-
tas previas: ¿Qué papel juega la educación en el proyecto político de Platón? ¿Qué función cumple la
dialéctica en el programa educativo de Platón? Responder a estas cuestiones nos llevará a su vez a
exponer los presupuestos ontológicos y epistemológicos en los que se sustentan tanto la educación
como la política de Platón, por lo que será inevitable referirnos a la Teoría de las Ideas.
[2. Desarrollo]
Como dijimos antes, Platón propone como remedio a los problemas políticos de su tiempo un go-
bierno de filósofos, al considerar que sólo la filosofía puede ofrecer una visión adecuada de lo justo y
de lo bueno, imprescindible para que los gobernantes se conduzcan recta y sabiamente como indivi-
duos y para que gobiernen sabiamente encaminando el Estado hacia la justicia, la felicidad y la armo-
nía. Como se sabe, Platón rechaza la democracia como forma de gobierno, pues ésta se basa en el
supuesto de que cualquiera está capacitado para dirigir el destino político del Estado. Por contra, pro-
pone como gobierno ideal una especie de aristocracia o gobierno de los mejores, pero bien entendido,
pues se trata de una aristocracia del saber y de la virtud, no del linaje o de la sangre. Sólo un gobierno
así puede ponernos a salvo de la incompetencia, de los abusos y de la ambición de los gobernantes
corrientes. Este es, en suma, el núcleo fundamental de la propuesta política de Platón.
De lo anteriormente dicho puede deducirse el importante papel que la educación de los futuros go-
bernantes juega en esta propuesta política. Es el Estado el que debe de educar en la filosofía y en otras
disciplinas a los futuros gobernantes. Para ello deben elegirse las mejores naturalezas, aquellas que
posean dotes naturales adecuadas para el estudio y destaquen también por cierta predisposición natu-
ral a la virtud. La educación consistirá en lograr que estas naturalezas bien dispuestas se encaminen
hacia el conocimiento de lo verdadero, de lo bueno y de lo justo. Para ello, el alma debe volverse
hacia lo inteligible, apartándose de lo sensible. Para entender esto es inevitable referirnos a la teoría
de las Ideas, que constituye el núcleo fundamental de la filosofía platónica. La teoría de las Ideas
afirma que, aparte de las realidades sensibles, cambiantes, materiales y sometidas al nacimiento y a la
muerte, existen ciertas realidades superiores, ingénitas e imperecederas, inmutables, inmateriales,
abstractas, indivisibles, accesibles sólo a la inteligencia, y que constituyen las esencias de las cosas
sensibles y los paradigmas o arquetipos ideales que las cosas sensibles copian. A estas realidades Pla-
tón les da el nombre de “Ideas”. Sólo de ellas puede haber conocimiento en sentido estricto (episte-
me), mientras que de las realidades sensibles, aparentes y cambiantes, tan sólo puede haber simples
opiniones (doxa), jamás conocimiento. Entre las Ideas destacan la Justicia en sí, la Belleza en sí, etc.,
y, en la cima de todas ellas, el Bien en sí. Frente al relativismo de los sofistas, Platón defenderá, pues,
la existencia de ciertos valores éticos y estéticos objetivos, inmutables y eternos cuyo conocimiento es
indispensable para que sirva al gobernante de guía en el gobierno de la ciudad.
Y aquí es donde entra en juego la dialéctica. La dialéctica es el saber acerca de las Ideas y sus rela-
ciones, el conocimiento de las esencias eternas e inmutables de las cosas, cuyo término final es la vi-
sión del Bien en sí o Idea suprema, la cual es el fundamento de todo lo real y la expresión suprema del
orden racional que gobierna el mundo, a imitación del cual el gobernante deberá gobernar el Estado.
Sin embargo, la dialéctica requiere como preparación y entrenamiento previo el cultivo de las mate-
máticas, que constituyen, por así decirlo, su preludio o antesala. Platón distingue además entre la dia-
léctica ascendente y la descendente. La primera representa el camino que el alma debe recorrer desde
los objetos matemáticos hasta las Ideas, partiendo de hipótesis que se tomarán como simples supues-
tos que servirán de trampolines o peldaños para ascender hasta las Ideas. A partir de ahí, el alma, va-
liéndose exclusivamente del poder dialéctico de la razón, de argumentos y refutaciones, debe ir de
Idea en Idea, sin recurrir a nada sensible, hasta alcanzar el Bien en sí. Esto se refleja muy bien en el
mito de la caverna, en el que la dialéctica ascendente está representada por el camino que recorre el
prisionero liberado a partir del momento en que sale al exterior de la caverna, y que culmina con la
visión del sol (representación metafórica de la Idea de Bien). Por otra parte, la dialéctica descendente
consistirá en la aplicación del conocimiento alcanzado acerca de lo inteligible y eterno, al mundo de
lo sensible, y en particular al ámbito político. En efecto, una vez contempladas la Idea de Bien y las
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restantes Ideas, el filósofo debe ocuparse de los asuntos humanos y asumir la dirección política de la
polis, gobernando el Estado y su propia vida a la luz del conocimiento de esos principios eternos. En
el mito de la caverna esto se representa simbólicamente con la vuelta del prisionero liberado al mundo
de sombras en el que viven sus antiguos compañeros de prisión.
[3. Conclusión]
En conclusión, y contestando directamente al título propuesto, Platón rechaza la democracia y
otras formas de gobierno, y en su lugar propone, como solución a los problemas políticos de su tiem-
po, el gobierno de los mejores en virtud y en saber. Esta propuesta política se completa con un ambi-
cioso programa educativo que persigue como objetivo final formar a ciertos individuos en el conoci-
miento de las esencias inmutables y eternas, a la luz del cual serán capaces de gobernar sabia y rec-
tamente. Y justamente este conocimiento es el que nos proporciona la ciencia dialéctica, la cual re-
quiere del cultivo de las matemáticas como propedéutica o preparación. La dialéctica es, pues, la
ciencia suprema y el remate de las demás disciplinas en las que deberán educarse los futuros filóso-
fos-gobernantes, los cuales tomarán el Bien en sí como guía y modelo para gobernar, tanto a sí mis-
mos como a la ciudad.
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