Derechos Fundamentales

Descargar como docx, pdf o txt
Descargar como docx, pdf o txt
Está en la página 1de 3

FECHA 31 de mayo de 2020

Nº: 7 TITULO: Derechos fundamentales


Iluminado Prieto Curto. Abogado. Asesor Fiscal

No hay derecho. Como sabemos es una frase al uso que, quizás en el contexto de una
conversación privada y expresando una queja puede tener más o menos sentido, pero
que, en el ámbito del Derecho, en el del ejercicio de nuestros derechos o en el del
cumplimiento de nuestras obligaciones, no cabe. En estos casos es preciso conocer tanto
el contenido y alcance de nuestros derechos como de nuestras obligaciones, teniendo
siempre presente el tenor literal de los artículos 6 y 7 del Código Civil, resaltando de
estos que “la ignorancia de las leyes no excusa de su cumplimiento” y que “el error de
derecho producirá únicamente aquellos efectos que las leyes determinen” (art. 6.1) , y
que, “los actos realizados al amparo del texto de una norma que persigan un resultado
prohibido por el ordenamiento jurídico, o contrario a él, se considerarán ejecutados en
fraude de ley y no impedirán la debida aplicación de la norma que se hubiere tratado de
eludir” (art. 6.4); que “ los derechos deberán ejercitarse conforme a las exigencias de la
buena fe” (art. 7.1) y que “la ley no ampara el abuso del derecho o el ejercicio
antisocial del mismo […]” art. (7.2).

Estas ideas del Código Civil, establecidas para las relaciones civiles entre particulares,
son también válidas cuando la relación se establece entre el “poder público” y el
particular, entendiendo por poder público toda autoridad, todo funcionario público, o
entidad sufragada con dinero público y que dependa de la Administración Pública sea
esta estatal, autonómica, provincial o local. Es decir, se aplica tanto a las relaciones
horizontales entre particulares, como a las relaciones verticales, entre el “poder público”
y el particular. Sus efectos se denominan horizontales y verticales, según el tipo de
relación.

En las relaciones entre el “poder público” y el particular, relaciones verticales con


efectos verticales, arriba se impone y abajo se somete, siempre es preciso tener presente
que quien detenta el “poder” tiene tendencia al abuso, a la imposición arbitraria de su
interpretación de las cosas y de las normas, olvidando tanto que “ la Administración
Pública sirve con objetividad los intereses generales y actúa […] con sometimiento
pleno a la ley y al Derecho”, como que “los Tribunales controlan la potestad
reglamentaria y la legalidad de la actuación administrativo, así como el sometimiento de
esta a los fines que la justifican” ( artículos 103.1 y 106.1 de la Constitución), y tiene
también tendencia a no tener en cuenta las ideas apuntadas del Código Civil. Es
conocido el dicho de que “el poder corrompe, y si es absoluto, corrompe
absolutamente.”

Frente a esa arbitrariedad, frente a esa corrupción de personas concretas que encarnan el
“poder público” se establecen en nuestra Constitución los derechos fundamentales y, en
el Convenio Europeo de Derechos Humanos y otros Tratados Internacionales, los
derechos humanos.

Iluminado Prieto Curto. Abogado. Asesor Fiscal. C/ Azafranal nº 32, 5º. 37001. Salamanca
Telf. 923.26.10.00. Móvil 615.46.01.20. Correo iprieto@ceresnet.com
¿Cuáles son los derechos fundamentales que amparan al ciudadano frente a los “poderes
públicos”? Aquellos que lesionados su reparación o tutela ha de ser pretendida ante los
Jueces y Tribunales ordinarios, y de no ser atendida tal pretensión por estos, tal tutela se
puede recabar a través del recurso de amparo ante el Tribunal Constitucional. Según el
artículo 53.2 de la Constitución, estos derechos y libertades son los reconocidos en sus
artículos 14 a 29, y la objeción de conciencia recogida en el artículo 30.

La interpretación del alcance y contenido de estos derechos fundamentales y libertades


públicas corresponde al Tribunal Constitucional (art. 161.1.b de la Constitución), pero
atención, el Tribunal Constitucional (que no es parte del Poder Judicial, sus miembros
no son jueces de carrera como los de los Juzgados, los de las Audiencias Provinciales, o
los Tribunales Superiores de Justicia de las Comunidades Autónomas y del Tribunal
Supremo) habla a través de sus resoluciones, y para que hable y responda alguien le
tiene que interpelar, y ese alguien es a través de su abogado el particular (que ha visto
lesionado su derecho fundamental o libertad pública, y que alegada ante los Jueces y
Tribunales llamados ordinarios, los que componen el Poder Judicial, y que ha agotado
todos los recursos ante esos Tribunales), y la interpelación se hace a través del recurso
de amparo.

El elenco de derechos fundamentales y libertades públicas es el siguiente, (art. 14)


igualdad ante la ley, sin que pueda prevalecer discriminación alguna; (art. 15) derecho a
la vida y a la integridad física y moral, eludiendo la tortura o las penas o tratos
inhumanos o degradantes; (art. 16) Libertad ideológica, religiosa y de culto, sin que
nadie pueda ser obligado a declarar sobre esos extremos; (art.17) libertad y seguridad,
con limitaciones a la detención preventiva y la obligatoriedad de recibir información de
las razones de su detención, de ser informado de sus derechos y de ser asistido por
abogado; (art. 18) honor, intimidad personal y familiar y propia imagen, así como la
inviolabilidad del domicilio y el secreto de las comunicaciones; (art. 19) elección de
residencia y circulación por el territorio nacional, así como entrar y salir de España;(art.
20) libertad de expresión, de producción y creación literaria, artística, científica y
técnica, libertad de cátedra, comunicar y recibir información veraz y secreto profesional
de periodistas; (art. 21) reunión pacífica y sin armas; (art. 22) asociación, que no podrá
ser ni secreta ni de carácter paramilitar; (art. 23) participar en asuntos públicos -política-
y acceder a funciones y cargos públicos; (art. 24) la tutela judicial efectiva en el
ejercicio de sus derechos e intereses legítimos, sin que, en ningún caso, pueda
producirse indefensión, así como otras garantías procesales; (art. 25) no ser condenado o
sancionado por acciones u omisiones que en el momento de producirse no constituyan
delito o infracción administrativa; ( art. 26) prohibición de los Tribunales de Honor;
(art. 27) derecho a la educación y a la libertad de enseñanza, formación religiosa y
moral de acuerdo a las convicciones de los padres, creación de centros educativos; (art.
28) sindicación libre y derecho a la huelga; (art. 29) derecho de petición; (art. 30.2 )
objeción de conciencia.

2
Obsérvese que derechos como el de contraer matrimonio (art. 32), el derecho de
propiedad y herencia (art. 33), el derecho de fundación, (art. 34) el derecho al trabajo,
así como otros muchos como el derecho a la vivienda (art. 47) no son derechos
fundamentales reconocidos en la Constitución, y por tanto, su lesión no podrá ser
tutelada en su momento por el Tribunal Constitucional.

Estos derechos fundamentales y libertades públicas no son ni mucho menos conceptos


teóricos, abstractos; no, se ejercitan y se lesionan en la vida cotidiana de las personas, de
todos nosotros. ¿Quién no se ha sentido discriminado alguna vez? ¿Quién no conoce la
existencia de tratos vejatorios? ¿Y los problemas religiosos? ¿Quién no ha oído hablar
de problemas en algunas detenciones practicadas por las Fuerzas de Seguridad? ¿Y de
los problemas de honor e intimidad de personas famosas? ¿Quién no se ha tenido que
morder la lengua en alguna ocasión, censurarse o no ha podido comunicar haciendo
pública una información veraz socialmente relevante? Y , ¡ay! ¿Quién no ha padecido la
falta de tutela judicial efectiva de jueces y tribunales en el ejercicito de sus derechos e
intereses legítimos, aunque sólo sea por la consuetudinaria tardanza en la obtención de
una sentencia y resolución de los subsiguientes recursos? Por no hablar de los
problemas en torno a la educación de nuestros niños y de su formación religiosa y
moral.

Pare el lector un momento, traiga a su memoria recuerdos sobre los interrogantes


anteriores y piense sobre ellos; concluirá que los derechos enumerados son lesionados
asiduamente, algunos de ellos en relaciones entre particulares, casi todos por los
“poderes públicos”, por las personas que encarnan esos poderes públicos. Y piense
también, cuando la arbitrariedad de esa persona que ocupa el cargo es norma, cuando
alguna lesión de esos derechos y libertades se ha producido y es sufrida por el lector,
por su entorno o por terceros, piense sobre la dificultad real de obtener su tutela y
reparación, del Juzgado al Tribunal Constitucional: el tiempo que se le ha dedicar y el
dinero que se ha de pagar. Piense; … ¿hay derecho?, ¿hay Derecho?

iprieto@ceresnet.com
615.46.01.20

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy