Ecología Política #63

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63

Interdependencia
y vida en común

Producir común como condición ecológica


y desafío político
ecologíaPolítica
Cuadernos de debate internacional

Índice
EDITORIAL

OPINIÓN

11 La interdependencia como presupuesto 51 Regenerar territorios, reapropiar


ético-político de lo común: disputa alimentos, reconstruir comunidad. La
feminista en los territorios simbólicos y experiencia en Santiago Tlacotepec,
en las prácticas políticas estado de México
Ana Lilia Zarco Salazar Carolina Gonzaga, Ana Gabriela Cabrera
Rebollo y Oliver Gabriel Hernández Lara
16 Comunalizar la trama agroalimentaria,
una política de la esperanza BREVES
Leonardo Rossi
61 Hacia otra economía y otra política. De
20 Las imaginaciones socioecológicas la interdependencia al autogobierno
de los ecofeminismos centrales popular-comunitario
y periféricos: incomodidades y Eduardo Aguilar y Gustavo Oliveira
encuentros en la producción de lo
común 65 No sin las nutrias: coalición
Soledad Fernández Bouzo multiespecie contra el
y Mª Eugenia Mediavilla hidroextractivismo y en defensa de la
vida en común en el suroeste de Costa
EN PROFUNDIDAD Rica
Francesc Rodríguez
27 Estrategias discursivas de reexistencia
en defensa de la vida: nociones 70 Abejas nativas para reexistir:
emergentes de comunalización en desalambrar los vínculos con la red de
movimientos de mujeres de Abya Yala vida de nuestros territorios
Liliana Buitrago Arévalo Rita Valencia

36 La apuesta ecológica del confederalismo 75 «Ha nacido una tradición»


democrático en la Federación Cosmopolítica y violencia en el norte de
Democrática del Norte y Este de Siria Guerrero
Rodrigo Rubén Hernández González Abraham Zaid Díaz Delgado

43 Desalambrar territorios y saberes: 80 Parque histórico del futuro: memoria,


Proceso de Liberación de la Madre militancia y reparación ecológica en las
Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi ruinas de la masacre de Monte Sole
Andrea Fajardo Camacho y la Minga de Prieto Autorino y Michele Bandeira
Comunicación del Proceso de Liberación de la
Madre Tierra
85 Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil
en Defensa de Tepoztlán
Larisa de Orbe

REDES DE RESISTENCIA

94 Colectivizar el tiempo, desmonetizar


las necesidades. Veinticinco años de
experiencia autogestionaria en el CSO
Kan Pasqual
Marc Gavaldà

99 Resistir con los peces: claves para una


ecología política multiespecies desde
América Latina
Juan David Arias-Henao

105 Cuidar es resistir: saberes y


experiencias de mujeres en conflictos
socioterritoriales
María Paz Aedo

CRÍTICA DE LIBROS Y RESEÑAS

110 Afectividad ambiental: sensibilidad,


empatía y estética del habitar
Yone Sundari

113 Ecología e igualdad. Hacia una relectura


de la teoría sociológica en un planeta
que se ha quedado pequeño
Iñaki Bárcena

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Esta revista ha recibido una ayuda a la edición del Ministerio
de Educación, Cultura y Deporte.
Subvención 2021.

Editores: Consejo de Redacción:


Joan Martínez Alier, Ignasi Puig Ventosa, Anna Diego Andreucci, Sofía Ávila, Gualter Barbas
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Equipo editorial invitado: González Hidalgo, Santiago Gorostiza, David Llistar,
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Ortega Cerdà, Ignasi Puig Ventosa, Jesús Ramos
Coordinación editorial: Martín, Tatiana Roa, Jordi Roca Jusmet, Carlos
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Impresión: Manuel Toledo, Juan Torres Guevara e Ivonne Yanez.
Pol·len edicions, sccl.
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Virginia Fernández Nadal. ISSN: 1130-6378
ISBN: 978-84-122278-4-0
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Editorial

La dinámica del capital, con su lógica de au- En diálogo con Donna Haraway, consideramos
toexpansión infinita, avanza sobre territorios y que esto quiere decir, por lo menos, dos cosas.
cuerpos/poblaciones depredando los ecosistemas En primer lugar, implica generar una práctica
y los entramados comunitarios sobre los que re- analítica capaz de asumir los aterradores desafíos
posa la vida en común. En los umbrales de la del presente, creando la capacidad de coproducir
depredación, las luchas por la defensa de los te- caminos concretos y potentes que, lejos de dar
rritorios de vida hacen visible la centralidad de la lugar a falsas ilusiones o desilusiones, puedan ca-
cogestión de las relaciones de interdependencia nalizar soluciones parciales, pero reales, ante la
intra y transespecies, como requisito ecológico diversidad de problemas que encaramos. En se-
y como desafío político para la sobrevivencia gundo lugar, supone colocarse ante la crisis desde
de la especie humana. Así, se hace evidente su un lugar distinto, que renuncia al control, para
responsabilidad en el sostenimiento de la trama asumirse como parte de una realidad vulnerable
de la vida y en la construcción colectiva y auto- e interrelacionada, que afecta y es afectada todo
determinada de existencias dignas, en medio de el tiempo.
los devastadores escenarios de la crisis ecocivili-
zatoria que nos acecha. Los textos de este número de Ecología Política
abonan de algún modo este esfuerzo. Un esfuer-
¿Cómo construir un diálogo crítico de saberes zo que apunta a poner en juego la clave de la
capaz de responder ante semejante desafío? ¿Qué interdependencia para pensar la crisis con una
lecturas de la crisis podemos producir y disputar mirada centrada en los vínculos vitales que se te-
para elaborar respuestas fértiles? jen entre seres necesariamente diversos, para re-
producir y sostener la vida en común, en medio
Quienes coordinamos el presente número de y en contra de los múltiples procesos de despojo
Ecología Política llevamos años cultivando estas y devastación impulsados por los metabolismos
preguntas, en una relación de aprendizaje y re- necróticos del capital y las mediaciones patriar-
conocimiento mutuo entre las comunidades de cales, coloniales, clasistas y especistas que los sos-
trabajo del Seminario de Entramados Comuni- tienen e impulsan. Un esfuerzo que apuesta por
tarios y Formas de lo Político anidado en el Ins- construir una perspectiva crítica que, además de
tituto de Ciencias Sociales y Humanidades de la superar los dualismos cartesianos muchas veces
Universidad Autónoma de Puebla en México y el reiterados por la ecología política, sea capaz de
Colectivo de Investigación de Ecología Política visibilizar, desde un punto de vista situado y en-
del Sur en Catamarca, Argentina. El cultivo de carnado, los términos en los que nos tejemos con
dichas preguntas nos ha llevado a compartir la otras y otros en la trama de la vida que somos y
urgencia de tejer conjuntamente una perspecti- habitamos.
va centrada en la interdependencia y la vida en
común, que busca indagar con respons-habilidad Este número surge de esta apuesta común y
(Haraway, 2019) en los problemas que el colapso apunta a reconocernos con otros y otras en la
ecológico-civilizatorio nos obliga a enfrentar. búsqueda urgente de conectar los saberes par-
ciales y situados que, desde distintas latitudes,

4 ecologíaPolítica
estamos elaborando para pensar de forma con- y desarmar las llamadas «cadenas agroalimen-
junta e intervenir colectivamente en la defensa tarias» que «desnutren» la trama de la vida de
y apropiación de los territorios de vida que ga- manera compleja y diversa. Consideramos un
rantizan nuestro sustento. acierto teórico y político situar el alimento como
un eje central de la actual disputa en torno a
Con esta apuesta común, pensamos las luchas la gestión de la trama de interdependencia que
por la defensa de los territorios de vida como somos y habitamos.
procesos reiterados de lucha en contra y en me-
dio de los términos de interdependencia impues- Cierra la sección un artículo cuyo objetivo es
tos por las mediaciones capitalistas, patriarcales describir las imaginaciones socioecológicas que
y coloniales, en busca de posibilidades más sa- emergen como producto del trabajo y el pen-
tisfactorias de organización y reproducción de la samiento de mujeres preocupadas por diversas

Editorial
vida en común, intra y transespecies. De igual problemáticas socioambientales. Para ello ob-
modo, entendemos lo común como una forma servamos los planteamientos analíticos de los
de la interdependencia que alienta las fuerzas de ecofeminismos centrales y periféricos; sus con-
la cooperación y cuida los términos de la autorre- vergencias, desencuentros y razones de ser.
gulación para garantizar el sustento de una trama
comunitaria, una forma que está en constante En la sección «Profundidad», contamos con
en pugna —al menos desde hace quinientos textos que permiten conocer de forma situada
años— con las dinámicas necróticas del capital, las maneras como se disputan los términos de
que limitan la fuerza de la cooperación y alteran, interdependencia en la reproducción de la vida.
dañan y sofocan la autorregulación. Así, en el primer artículo vemos que Latinoamé-
rica-Abya Yala ha experimentado un aumento
Los textos que integran este número reflejan los acelerado de la desigualdad, del extractivismo y
diálogos que buscamos nutrir, y en ese sentido la acumulación por desposesión que favorece la
permiten mirar la diversidad de los debates y las impunidad y los procesos de descomunalización.
reflexiones a partir de experiencias en diferentes En los movimientos de mujeres y comunidades
geografías, y de la vivencia de cuerpos concretos. de Abya Yala se han levantado voces contra el
extractivismo. Al calor de sus marchas, comuni-
Abrimos la revista con la sección de «Opinión», cados y manifiestos, como parte de su discurso
que cuenta con miradas aluzadas por los (eco) político público, surgen propuestas epistemo-
feminismos, así como sobre la alimentación en lógicas y político-ontológicas que constituyen
una clave de esperanza. De esta forma, en su representaciones discursivas de reexistencia. El
artículo, Ana Lilia Zarco Salazar nos propone artículo de Liliana Buitrago Arévalo analiza es-
una apretada síntesis de un conjunto largo de tas representaciones discursivas como práctica
conversaciones en torno a la producción de lo sociopolítica. Neologismos como el terricidio
común, en un esfuerzo por hilar conocimientos en el movimiento de mujeres indígenas por el
cultivados y practicados por algunos pueblos in- Buen Vivir en Wallmapu, la consideración de las
dígenas y también regenerados, tejidos y simbo- perspectivas del «cuerpo-territorio-tierra» para
lizados en constelaciones de prácticas feministas la sanación y el establecimiento de ecosofías y
contemporáneas. cosmogonías en los feminismos comunitarios
en Guatemala, entre otras, son ejemplos de esta
Por su parte, Leonardo Rossi toma un punto de creatividad político-discursiva que marca una
partida concreto, cotidiano e imprescindible: el ruta de comunalización y una perspectiva de
alimento. Desde ahí abre un debate pertinente transformación.
y urgente sobre múltiples dimensiones del meta-
bolismo social, convocando a conocer, entender

ecologíaPolítica 5
Rodrigo Rubén Hernández González revisa las tierra», sino que involucra una transformación
apuestas del Confederalismo Democrático en el integral del modo de cultivo; se trata de restituir
Kurdistán sirio para reconstruir las tramas de la la diversidad y la mutualidad de intercambios
vida en un territorio en disputa, y profundiza entre seres convivientes: la reparación de los flu-
en las políticas ecológicas que desde 2012 han jos ecológicos del suelo imbricada en la sanación
desarrollado. Así, podemos conocer las prácticas del tejido social comunitario.
encaminadas a la soberanía alimentaria, la re-
forestación y el diseño habitacional empleando El grupo integrado por Carolina Gonzaga Gon-
ecotecnias y espacios que nutran la comunalidad zález, Ana Gabriela Cabrera Rebollo y Oliver
echada a andar en Kobane en 2015, así como la Gabriel Hernández Lara cierra esta sección con
experiencia en el poblado de Jinwar, diseñada el artículo «Regenerar territorios, reapropiar ali-
con una «perspectiva ecológica y de género». mentos, reconstruir comunidad». En él abordan
la experiencia de trabajo con campesinos miem-
El texto colectivo de Andrea Fajardo y la Minga bros de la Asociación Local de Productores de
de Comunicación del Proceso de Liberación de Maíz Gutiérrez Linares, en Santiago Tlacote-
la Madre Tierra (Colombia) aborda justamente pec, con quienes reconocen la complejidad de
un ejercicio analítico-reflexivo en clave de peda- defender el territorio en medio de la separación
gogía política popular sobre lo que cabe consi- impuesta sistémicamente entre las ciudades y el
derar como uno de los desarrollos más radicales campo. Así, acercan a quien los lea a apuestas
y fructíferos por su potencia transformadora, en situadas para regenerar la producción de vida en
el convulso escenario contemporáneo de nuestra común, la cual se nutre también de los límites
América. El Proceso de Liberación de la Madre y retos implicados en otras formas de organi-
Tierra nos habla de una iniciativa política comu- zación.
nitaria que busca al mismo tiempo «plantar un
límite a la voracidad del monocultivo de caña de En «Breves» presentamos cuatro artículos. En el
azúcar y regenerar los vínculos sociales y ecoló- primero, Eduardo Aguilar y Gustavo Oliveira hi-
gicos mediante luchas que fisuran la lógica del lan de modo sintético tres problemas de fondo:
capital y apuestan por otras formas de vida». En- uno epistémico relacionado con la imprescin-
clavada en el corazón del Valle del Cauca, prota- dible urgencia de superar/desarmar la idea de
gonizada por comunidades adscritas al Consejo «desarrollo» como horizonte deseable en lo eco-
Regional Indígena del Cauca (CRIC), esta ex- nómico y lo político; la segunda temática está li-
periencia de desalambrar y hacer retroceder no gada a la explotación y salarialización del trabajo
solo el latifundio, sino también el monocultivo, y sugiere el camino de la autogestión, y una ter-
representa una lucha histórica contra una insti- cera propone abandonar la idea del Estado como
tución fundacional del orden colonial-patriarcal única forma factible de organización de la vida
del capital: el régimen de plantación, el dispositi- en común. Desde esa tríada recorren aspectos de
vo de poder que desde fines del siglo XV afectara la larga disputa por la gestión de la interdepen-
los procesos sociometabólicos de reproducción dencia que en esta colección se actualiza.
social de la vida de la Tierra y en la Tierra, con-
taminándolos de codicias, violencias y opresio- Por su parte, Francesc Rodríguez presenta las po-
nes. Desalambrar no solo evoca esa reexistencia tencialidades de las coaliciones más que humanas
ancestral originaria contra el despojo, no solo en defensa de los territorios y de la reproducción
reivindica la vigencia de la reforma agraria como de la vida en común, retomando la experiencia
aspecto medular de una transformación auténti- concreta de pobladores de la cuenca del río San
camente orientada a la restitución de la justicia Rafael, en Costa Rica. A través del análisis de
y la paz, sino que también nos revela que tal las evaluaciones de impacto ambiental (EIA) del
reforma agraria no se agota en el «reparto de la Proyecto Hidroeléctrico San Rafael, deja en evi-

6 ecologíaPolítica
dencia que el conocimiento de las especies que Monte Sole, teatro de una de las más violentas
habitan los ríos, o su desconocimiento, prefigura masacres nazifascistas ocurridas en territorio ita-
planes que permiten o no producir condiciones liano durante la Segunda Guerra Mundial. Con
de interdependencia para una vida más o menos una prosa cautivante y conmovedora, los autores
en común. cuentan cómo a partir de la iniciativa de Luigi
Fontana y del trabajo cooperativo de monjes,
Rita Valencia aborda cómo la crisis de las abejas campesinos, peregrinos y activistas, Monte Sole
se ha centrado en una especie, Apis mellifera, sin no solo volvió a ser habitada, sino que se fue
nombrar que lo que está enferma es nuestra for- transformando en una trama comunitaria viva,
ma de relacionarnos con ellas, nuestra ontología en donde la memoria del pasado prospera en un
relacional. Al abrir la mirada a la gran diversidad presente abierto y creativo, cargado de futuros
de abejas, nos permitimos sentir y saber la com- posibles y esperanzadores.

Editorial
pleja red de relaciones que conforman la vida.
Esto nos recuerda que los pueblos originarios En el último artículo de esta sección, Larisa de
de Abya Yala han desarrollado diversos tipos de Orbe aborda un movimiento de resistencia de
vínculos con las abejas nativas, que son parte de jóvenes surgido en 2011 ante la imposición de
prácticas pluriversales de ser/estar en el mundo. un proyecto carretero en Tepoztlán, México,
Sin las abejas nativas, nos resultará imposible que significó el despojo y el desmantelamien-
revertir la devastación de nuestros territorios to parcial de procesos comunitarios y de bienes
propia del Plantacionceno/Capitaloceno. comunes para favorecer la dinámica moderna
capitalista. Se visibilizan algunos episodios del
Abraham Zaíd Díaz Delgado expone el origen movimiento en los que la producción de lo co-
de una propuesta artística y cultural en la comu- mún y las relaciones de interdependencia surgie-
nidad de San Miguel Tecomatlán como expre- ron como respuesta a dispositivos micropolíticos
sión cosmopolítica emprendida por la población de elaboración de subjetividad impuestos por el
frente al incremento de la violencia y la deman- Estado, el patriarcado adultocéntrico y la lógica
da de narcóticos en la región de Tierra Caliente del capital.
(estado de Guerrero). En el «pueblito» (como
también se le conoce) se trabaja el policultivo «Redes de resistencia» se abre con el artículo de
para el autosustento, pero la agricultura local se Marc Gavaldà, quien expone la experiencia del
ha visto amenazada por la posible invasión de Centro Social Ocupado (CSO) Kan Pasqual
los grupos delictivos para producir ilegalmente (Barcelona). Esta nos acerca al conocimiento de
goma de opio, amapola y marihuana. En esta las formas organizativas que durante veinticinco
zona crece una variante endémica de chile, re- años han puesto en el centro de la cotidianidad
sultado del policultivo, no comercializada fuera la producción de una vida en común, con un
de la región. El «chile criollo» ha sido tomado balance de las horas de trabajo y las actividades
como principal sujeto en la defensa del territorio entre quienes habitan y sostienen este CSO.
al optarse por su promoción y mercantilización
con la creación de la Feria del Chile Criollo, una Juan David Arias-Henao, a partir del estudio de
estrategia para evitar la violencia y garantizar el un movimiento por la defensa del río Samaná
futuro de las siguientes generaciones al conver- Norte, en los Andes colombianos, argumenta
tirla en una tradición. que la resistencia no es una facultad excepcional
del ser humano, sino una forma de interacción
En el artículo «Parque histórico del futuro», con el mundo. En este sentido, los movimientos
Prieto Autorino y Michele Bandeira narran el ambientalistas resisten con otras especies, acu-
proceso de restauración ecológica y reconstruc- diendo a ellas para sobrevivir y para encontrar
ción de la memoria ocurrido en la localidad de herramientas que permitan defender los terri-

ecologíaPolítica 7
torios. Si es así, cabe preguntarse cómo pensar la de abandonar toda fe ciega en la ciencia y asu-
estos procesos de resistencia desde una ecología mir que la crisis socioecológica que atravesamos
política multiespecies latinoamericana. Para no tiene solución tecnológica ni política viable,
responder este interrogante, conviene señalar si no aceptamos los límites fisicobiológicos y eco-
tres claves: a) comprender las maneras en que sistémicos del planeta.
el extractivismo degrada las condiciones de su-
pervivencia de diferentes especies (incluido el Lucía Linsalata, Mina Lorena Navarro, Ama-
humano); b) poner a otras especies vivas en el ranta Cornejo Hernández, Raquel Gutiérrez
primer plano de las investigaciones, y c) pensar y Horacio Machado Aráoz
la vida en común con una amplia diversidad de
seres en constante interdependencia.
Referencias
Cierra esta sección María Paz Aedo, quien abor-
da las prácticas de cuidado de comunidades de Haraway, D., 2019. Seguir con el problema. Ge-
mujeres en regiones chilenas históricamente nerar parentesco en el Chthuluceno. Bilbao,
afectadas por diversos factores de contamina- Consonni.
ción y degradación de los entornos de vida. La
bahía de Chañaral y las localidades de Quintero,
Ventana y Puchuncaví configuran una geografía
mórbida, en que convergen relaves mineros y
efluentes tóxicos industriales y metalúrgicos que
se esparcen por los aires, las aguas y los suelos,
y cuyas terminales son —también— las células
de los organismos humanos que habitan esos
territorios en sacrificio. En ese marco, la autora
reflexiona sobre el sentido político de cuidar;
una micropolítica ligada a la reparación de los
cuerpos, las afecciones y los afectos, a la denun-
cia del poder tecnocrático y patriarcal corpo-
rativo y estatal que prolonga la violencia de la
contaminación en escenarios de impunidad e
invisibilización de los daños.

Por último, contamos con dos críticas de libros.


En la primera, Yonné Sundari invita a leer el li-
bro Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía y
estética del habitar de Ingrid Toro y Omar Felipe
Giraldo, un texto audaz y refrescante que nos lle-
va a pensar el problema ambiental desde los re-
gistros afectivos, la sensibilidad y los sentimien-
tos que emergen en el ser cuerpos entre cuerpos.
En la segunda, Iñaki Bárcena brinda una suge-
rente reseña de Ecología e igualdad. Hacia una
relectura de la teoría sociológica en un planeta que
se ha quedado pequeño, del sociólogo valenciano
Ernest García, y nos propone reflexionar sobre
una de las enseñanzas más significativas del libro:

8 ecologíaPolítica
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Opinión

La interdependencia como presupuesto


ético-político de lo común: disputa
feminista en los territorios simbólicos y
en las prácticas políticas
Ana Lilia Zarco Salazar

Comunalizar la trama agroalimentaria,


una política de la esperanza
Leonardo Rossi

Las imaginaciones socioecológicas de los


ecofeminismos centrales y periféricos:
incomodidades y encuentros en la
producción de lo común
Soledad Fernández Bouzo y Mª Eugenia Mediavilla

10 ecologíaPolítica
Salazar, A. (2022) «La interdependencia como presupuesto ético-político de lo común: disputa feminista en los territorios simbólicos y en las
prácticas políticas». Ecología Política, 63: 11-15.

La interdependencia como
presupuesto ético-político de lo
común: disputa feminista en los
territorios simbólicos y en las
prácticas políticas
Ana Lilia Salazar Zarco*

Opinión
Resumen: En las últimas décadas, las invita- Abstract: Lately, in the face of critical invitations
ciones críticas de intelectuales de los márgenes from intellectuals from the margins, new ways
han impulsado nuevas formas de analizar e in- of analyzing and interpreting reality and the So-
terpretar la realidad y las ciencias sociales. Las cial Sciences have been promoted. Feminists are
feministas son parte de estas intelectuales que one of the groups of these intellectuals who have
han propuesto problemáticas y modos de abor- placed problems and the ways of approaching
daje con lógicas distintas a las de la modernidad them from a different logics than from those of
capitalista y su patriarcado. También los pueblos capitalist modernity and its patriarchy. The nati-
originarios y sus luchas y narrativas han descolo- ve peoples and their struggles and narratives have
cado la lógica colonial de la matriz eurocéntrica dislocated the colonial logic of the Eurocentric
con eje en la blanquitud y el capital. Ambas prác- matrix from whiteness and capital. These poli-
ticas políticas y construcciones filosofías brindan tical practices and the philosophical thoughts,
elementos para entender el mundo desde otros have elements to understand the world from
lugares, como la categoría de territorio que esta- other places and logics, such as the category of
mos abriendo y complejizando. Por ello, en esta territory that we are opening and complexif-
reflexión se presentan brevemente algunas de las ying. This reflection presents some of the con-
experiencias convergentes frente a formas socia- vergences between experiences of relations that
les del patriarcado, que condujeron a la crítica are generated in the reproduction of life outside
del capital y a la confirmación de las relaciones capital and for the community. I conclude that
generadas en la reproducción de la vida fuera del reproduction relations are interdependent and
capital, centradas en la comunidad y el servicio. are key in the analysis of other ways of mana-
Se concluye que las relaciones de reproducción ging power and organizing social life, especially
son de interdependencia y resultan claves en el in community horizons.
análisis de otras maneras de gestionar el poder y
organizar la vida social, sobre todo en horizontes Keywords: territories, care, life,
comunitarios. interdependence, stewardship

Palabras clave: territorios, cuidado, vida,


interdependencia, corresponsabilidad

* Directora de Tlalyaocihuah AC. E-mail: zarcoal@gmail.com

ecologíaPolítica 11
Salazar, A. (2022) «La interdependencia como presupuesto ético-político de lo común: disputa feminista en los territorios simbólicos y en las
prácticas políticas». Ecología Política, 63: 11-15.

Introducción

Para disputar la capacidad de reproducir la como la organización de las festividades. Los en-
vida, los feminismos y los pueblos originarios tramados comunitarios tienen cierta capacidad
han construido sus propias herramientas teóri- de determinar las condiciones de su subsunción
co-metodologías, tanto para la reflexión simbó- al capital en la modernidad y dislocan las for-
lica de lo ético (filosófico) como para la práctica mas en que se organiza el poder más allá de la
política concreta (activismo/lucha). El objetivo noción de lo público y lo privado por lo menos
es presentar una discusión que se suscribe a los de dos maneras: a partir de los propios procesos
principios críticos y argumenta la afirmación de autogestión reproductiva de la vida y de los
descolonial feminista y de reivindicación y per- de autorregulación política colectiva (Gutiérrez
tinencia cultural de las mujeres y los pueblos ori- y Salazar, 2015). Pues, cuando la comunidad or-
ginarios, que han sido claves en el ejercicio de ganiza el trabajo concreto y los intercambios de
reproducción de la vida comunitaria y escapan otra manera que no es la de la tiranía del trabajo
a la lógica de reproducción de la vida del capital. abstracto, reproduce la vida para sí misma y no
Esto potencia políticamente estas acciones que para el capital.2
se disputan en los territorios1 de lo simbólico-fi-
losófico y de lo político y su práctica. Dicho de otro modo, en los entramados o tra-
mas comunitarios los bienes materiales pueden
Las relaciones sociales basadas en la producción intercambiarse a partir de dispositivos y códigos
y el consumo con una lógica capitalista del sala- establecidos por las mismas tramas.
rio aparecen como una entidad exterior al sujeto
que no lo dota de capacidad para dar una forma Resulta entonces que ese sistema de circulación y flu-
propia a su concreción social, pero la lógica co- jo de bienes comunitarios no solo permite la repro-
munitaria, basada en el servicio, se disputa esta ducción fisiológica o eminentemente material de los
capacidad. Por ello, en las siguientes líneas se miembros de la comunidad, sino que también genera
puntearán algunos elementos, algunas claves que y reafirma sus mecanismos de inclusión y reproduce
permitan comprender dichas formas sociales — la socialización de estas: produce orden simbólico que
las comunitarias— y la implicación en ellas de dota de sentido a las exuberantes formas de reciproci-
relaciones de interdependencia. dad de la vida común (Gutiérrez y Salazar, 2015: 34).

Lectura crítica del trabajo en clave


comunal

Las formas políticas de lo comunitario obligan


a pensar el poder desde un orden distinto. Ello
permite concebirlo sin sometimiento o jerarqui-
zación, un argumento basado en la posibilidad
1
La apropiación del espacio y la producción y reproducción del
territorio encierran, en su esencia, un proceso contradictorio
de que «no toda relación de poder sea una rela- que impulsa nuevas configuraciones territoriales en las que es-
tán presentes tanto las continuidades y discontinuidades como
ción de dominación» (Gutiérrez y Salazar, 2015: la integración y la fragmentación, el diálogo y la indiferencia
37). entre las porciones de una misma unidad, o entre diferentes
unidades espaciales (Hermi, 2017: 2). También de diferentes
dimensiones o lógicas.
La visión de la producción de lo común tiene 2
«Cuando hablamos de reproducción de la vida nos referimos
sus fundamentos en el trabajo concreto y en al conjunto de actividades y haceres materiales, afectivos y sim-
bólicos que generalmente han quedado invisibilizados, negados,
el disfrute o consumo de sus productos todos devaluados, feminizados, naturalizados en el capitalismo-pa-
triarcado-colonialismo y que son, al mismo tiempo, la base de
los días —en lo cotidiano— y, también, en las extracción y generación de valor» (Navarro y Gutiérrez, 2018:
experiencias extraordinarias, lúdicas y estéticas, 53).

12 ecologíaPolítica
Salazar, A. (2022) «La interdependencia como presupuesto ético-político de lo común: disputa feminista en los territorios simbólicos y en las
prácticas políticas». Ecología Política, 63: 11-15.

En este sentido, lo común cuestiona los princi- coloniales) ni tradicionales y que, además, hacen
pios básicos de la modernidad capitalista y des- posible construir horizontes de transformación
monta los privilegios que la división sexual del más amplios y concisos, con mayor capacidad de
trabajo y la división estatal de lo público/privado concreción para el cambio (Gil, 2017).
han otorgado a los varones —y, de paso, a algu-
nas mujeres—. Puede, pues, considerarse como Con sus narrativas, los feminismos de lo común
una manera de ordenar el mundo, es decir, de ilustran que las formas sociales comunitarias
ser y estar en común o comunidad. implican relaciones de interdependencia que in-
cluyen lo simbólico, lo celebrativo, los rituales,
La interdependencia como eje lo afectivo y lo político-institucional —como el
político-filosófico en clave comunal sistema de cargos, la asamblea, la colectiva, el
grupo, el círculo—. Estos elementos aproximan
Se considera importante recuperar algunas re- lo común a un orden social que parece ser más
flexiones político-filosóficas (en el sentido pro- humanitario, pues se acerca a las emociones en
fundo de lo ético-político) y de la práctica polí- donde encuentra espacio para profundizar las

Opinión
tica concreta (activismo-luchas) de producción vinculaciones.
de lo común que, al cuestionar la marginación
y desigualdad impuestas, critican los mandatos Estas prácticas de organización, participación o
culturales individualistas, capitalistas, patriar- vinculación comunitarias implican, además, ac-
cales, racistas, etc., para afirmar que todas las ciones concretas de producción de objetos que
personas merecen ser tratadas con dignidad, también transforman a quien las realiza, lo cual
priorizando lo comunitario. es considerado trabajo en una forma comuni-
taria, es decir, una forma social distinta y que
Esto permite pensar la lucha por lo común como disputa las exigencias del capitalismo para su
una propuesta de transformación, una manera reproducción. Tales prácticas de organización
de habitar el mundo que no se basa en la do- concretadas en acciones o trabajo desbordan las
minación, la explotación y el despojo, sino en limitaciones del espacio o territorio social y crean
el trabajo común para el bienestar de todas y condiciones para la configuración del poder y lo
cada una de las personas de la comunidad. La político basada en una forma social comunitaria,
noción de lo común es una categoría central para desde la interdependencia y la corresponsabili-
construir horizontes de emancipación y de trans- dad.
formación social anticapitalistas, antipatriarcales
y antirracistas porque genera interrelación e in- Por ejemplo, una lectura desde los feminismos
terdependencia para el cuidado de la vida, de las de lo común de la celebración es que en esta se
personas y su entorno natural. crean interacciones recíprocas —corresponsabi-
lidad— y relaciones de interdependencia entre
En este marco, los feminismos de lo común son las personas (mujeres, hombres, jóvenes) a tra-
movimientos políticos, sociales, económicos, vés de prácticas tales como distribuir la comida,
intelectuales y culturales que intentan construir antes, durante y después de la festividad y, por
condiciones para la concientización de las rela- lo tanto, en la producción, la elaboración y la
ciones sociales generadas en el trabajo del cui- distribución del alimento desde su siembra.
dado de la vida en y para la comunidad. Estas
propuestas en América Latina convergen con la Desde la perspectiva de los feminismos de lo co-
lógica de producción de lo común de los pueblos mún con una lectura marxista, la producción y el
originarios y permiten pensar y mirar las luchas consumo de la comida (su producción y elabora-
desde nuevos lugares de disidencia, que no son ción, el trabajo concreto) no solo forma parte de
hegemónicos (capitalistas, patriarcales, racistas, la resistencia identitaria, sino que resguarda una

ecologíaPolítica 13
Salazar, A. (2022) «La interdependencia como presupuesto ético-político de lo común: disputa feminista en los territorios simbólicos y en las
prácticas políticas». Ecología Política, 63: 11-15.

semilla política, pues «la praxis de producción/ en este nivel, dejaríamos el ejercicio de lo políti-
consumo implica la reproducción de las relacio- co exclusivamente en manos de la clase política
nes sociales o políticas que la constituyen. Se partidista, centrada en el estrato más alto de la
crea así el sujeto social» (Fuentes, 2015; 196). institucionalidad estatal. Este reduccionismo no
Es decir, el trabajo concreto se articula con la permitiría ver una lógica más general de la cons-
capacidad de concreción social desde la interde- titución y el ejercicio de lo político; se correría
pendencia, configurando una dimensión semió- el riesgo de minimizar las capacidades de lucha
tica de la cultura en el sujeto tan profunda como o resistencia de otros sujetos, y se negarían sus
la de las emociones (Suárez, 2018). posibilidades de aprender y sumar para construir
nuevos horizontes de trasformación social.
Los feminismos de lo común consideran la co-
rresponsabilidad y la interdependencia como de- Para los feminismos de lo común la identidad es
rivas de la comunalidad producida por el trabajo una construcción discursiva que se materializa
de reproducción de la vida o trabajo concreto en prácticas sociales concretas. Tales feminismos
que crea valor de uso, con una profundidad que permiten entender los imaginarios patriarcales
incluso alcanza el nivel psicoafectivo y el sostén de pueblos que, aunque disputan al capitalismo
de su consecuencia: el poder comunal. y su forma social, siguen produciendo discursos
y lógicas de relaciones diferenciadas (desiguales)
Así, la epistemología de los feminismos de lo entre hombre y mujeres. Por ello, se considera
común devela la dimensión de actividad y capa- que estos feminismos brindan claves para repen-
cidad humana que acompaña y da forma a todas sar nuevos horizontes de resistencia y lucha ante
las experiencias vividas: la dimensión sensible de los embates de la matriz colonial (patriarcal-ma-
lo político; como lo llama Ana Suárez (2018). chista, capitalista-clasista, biologicista-racista).
De esta forma, en la producción y el consumo
se gestan relaciones humanas, se configura la Los feminismos de lo común son una corriente
subjetividad creadora de bienes que resultan del de pensamiento social que tiene como clave la
trabajo. Esto confirma la visión y el ejercicio del política en femenino (Gutiérrez, 2015) y un or-
poder desde lo comunitario con dos pilares: la den simbólico de la madre (Muraro, 1991), no
interdependencia que «se urde en el conjunto de patriarcal, que se acerca a la versión del ánima del
actividades, trabajos y energías interconectadas psicoanalista Carl Jung (2002), para quien, en la
en común para garantizar la reproducción sim- psique humana, lo femenino es lo que reconcilia
bólica, afectiva y material de la vida» (Navarro y une, nutre, alimenta, cuida de la vida en comu-
y Gutiérrez, 2018: 48), y la corresponsabilidad nidad; un orden fuera de la lógica patriarcal de la
o respuesta a ese acto que permite cubrir nece- modernidad capitalista, de su individualización
sidades. Se generan en contextos que se afectan y sus roles de género, al que lo masculino y los
mutuamente y se crean vínculos con una bilate- varones también habrán de sumarse con prácti-
ralidad recíproca, materialmente hablando deri- cas menos violentas y destructivas del entorno.
vada del trabajo de servicio y de cuidado (Favela,
2014). Los feminismos de lo común proponen despa-
triarcalizar (Galindo, 2013) los horizontes de
Conclusiones emancipación para volverlos inclusivos e iguales.
Así, estos proponen nuevas maneras de pensar el
La configuración del poder y lo político basada poder y de ordenar el mundo que llevan implíci-
en la interdependencia y la corresponsabilidad ta una ética del cuidado comunitario de la vida:
visibiliza el carácter obsoleto de algunas prácticas la interdependencia.
políticas estatales actuales para entender emer-
gencias. Si al pensar el poder nos quedáramos

14 ecologíaPolítica
Salazar, A. (2022) «La interdependencia como presupuesto ético-político de lo común: disputa feminista en los territorios simbólicos y en las
prácticas políticas». Ecología Política, 63: 11-15.

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de lo común. Debates contemporáneos desde
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ecologíaPolítica 15
Rossi, L. (2022) «Comunalizar la trama agroalimentaria, una política de la esperanza». Ecología Política, 63: 16-19.

Comunalizar la trama
agroalimentaria, una política de la
esperanza
Leonardo Rossi*
Introducción
Resumen: Al entender que la crisis civilizatoria
encuentra raíces en la ruptura del vínculo políti- Atravesamos tiempos de crisis multidimensional
co entre la humanidad, el alimento y los territo- a escala planetaria: ecológica, sanitaria, alimenta-
rios, el siguiente artículo busca contribuir a una ria, política, afectiva. Tal como ha sido definida,
epistemología-política que sitúa la dimensión se trata de una profunda crisis civilizatoria. En
comunal como clave de la práctica democrática este sentido queremos apuntar aquí la intrínseca
y el plano agroalimentario en un lugar central implicación entre el trastorno múltiple que se
del ejercicio político inherente a la sostenibilidad cierne sobre la red biosférica, el calamitoso esta-
de la trama de la vida humana y no humana. do nutricional de la mayor parte de la población
mundial y la grave erosión de la política en su
Palabras claves: socio-metabolismo, ontología sentido profundo, es decir, entendida como la
política, comunalidad agroalimentaria capacidad de organización autónoma de las co-
munidades para la producción y sostenibilidad
de la vida. Ponemos atención en el rol clave que
la evolución histórica del sistema agroalimenta-
Abstract: Understanding that the Civilizational rio capitalista ha tenido en el desarrollo de este
Crisis finds roots in the political rift between cuadro crítico, como asimismo en aquellas prác-
humanity, food and territories, the following ticas contemporáneas que nos abren horizontes
essay contributes to the political-epistemology emancipatorios.
field highlighting communality as a key of de-
mocracy and placing agri-food dimension in the Desnutrir la red de la vida en común
center of the political praxis to sustain the web
of (human and non-human) life. Las cadenas agroalimentarias industriales actúan
hoy como las principales usinas de la alteración
Keywords: social metabolism, political ontolo- de los ciclos vitales: son responsables directas de
gy, food communality la deforestación a gran escala, base de la sexta
extinción masiva de especies y causa primaria
de la liberación descontrolada de carbono a la
atmósfera. A eso debe añadirse el uso desmesu-
rado de combustibles fósiles para mantener el
gigantismo agrícola que han creado. Deman-
dantes de una uniformidad genética —vegetal y
animal— sin precedentes, con sus implicancias
ecológico-sanitaras, atizan una y otra vez brotes
* Becario doctoral IRES-Conicet (Catamarca-, Argenti-
na). Colectivo de investigación Ecología Política del Sur. virales y la proliferación de plagas antropogéni-
E-mail: leo.j.rossi.ep@gmail.com camente fomentadas.

16 ecologíaPolítica
Rossi, L. (2022) «Comunalizar la trama agroalimentaria, una política de la esperanza». Ecología Política, 63: 16-19.

Estrictamente atadas a la lógica de la ganancia, sociedades crecientemente precarizadas y violen-


estas redes entrelazan tanto siembra, acopio y tadas y crisis estructural de la institucionalidad
venta de granos —en gran medida basados en política existente.
paquetes de transgénicos y biocidas— como
producción cárnica industrial, alimentos ultra- Alimento, tejido comunal de la vida
procesados y sus terminales de distribución y humana y no humana
venta. Al final de la cadena aparece una masa
de población afectada de manera sistemática por Sostener que el profanado vínculo humano con
lo que debería ser una de las bases primarias de el alimento está en las raíces de la crisis civili-
una vida saludable: el alimento. A pesar de las zatoria es una clave de lectura que parte de la
cifras récords de cosechas que el agronegocio estricta revisión de la historia biocultural del
exhibe cada año, cerca de dos mil millones de linaje, una historia eminentemente política.
personas padecen formas moderadas o graves de Recordemos que la cooperación social, en tanto
inseguridad alimentaria, y el sobrepeso marca modo genérico de organizar el trabajo humano
una tendencia que podría alcanzar al 40 % de para reproducir la vida, ha implicado formas

Opinión
la población adulta en 2025, según la FAO. Si políticas específicas que hacen a la interacción
estos datos son la cara más difundida del extravío entre sujeto y comunidad, y entre comunidad
del vínculo humano con la alimentación, hay y territorio habitado. Dentro del trabajo comu-
que agregar los impactos del cotidiano consu- nitario, organizar la provisión y distribución de
mo de microdosis de agrotóxicos que persisten alimentos se tornó un aspecto insoslayable del
en frutas, verduras, harinas; los antibióticos en proceso evolutivo y adaptativo tanto en términos
productos de origen animal; aditivos para los biológicos como socioantropológicos.
ultraprocesados, y otro largo etcétera, todo lo
cual abre el abanico a la propagación de nuevas En los entrecruzamientos de esta doble depen-
enfermedades incubadas en la industria de lo que dencia, social y ecológica, se fraguó la propia es-
aquí llamamos toxocomestibles, para hacer justicia pecificidad humana. Estas formas de organizar
al alimento. la producción social de la vida ponen de relieve
la politicidad del proceso alimentario en tanto
De forma extendida, las miradas liberales de la eje a partir del cual la humanidad reguló los
política, a derecha e izquierda, no han concebi- flujos energéticos entre los congéneres y con la
do la cuestión agroalimentaria como un punto naturaleza no humana. Así, desde una perspec-
nodal en términos ontológico-políticos. Tema de tiva histórica, la comunidad política, lejos de ser
autorregulación del mercado para unos, cuestión un constructo imaginario, ha estado definida y
de políticas asistenciales para otros e ítem fijo moldeada en el devenir de los desafíos, tensio-
en la «inevitabilidad» agroexportadora para casi nes y goces en torno a la obtención, el reparto,
todos, el profundo vínculo tejido entre humani- el acopio y el consumo de los elementos vitales
dad-alimento-territorio y su correlación con el (sobre todo alimento y agua), y su sostenibilidad
sentido denso de la praxis política han quedado en el tiempo.
sistemáticamente velados. El desarrollo histórico
muestra el inseparable lazo entre capitalismo, pa- El vínculo entre sujeto, comunidad, alimento
trones oligárquicos de control territorial, aniqui- y territorio, y la circularidad de los cuidados,
lación de la trama de la vida y descomunalización las responsabilidades y las obligaciones en torno
política. Si se sigue este hilo, la teoría política a este entramado, han pasado de considerarse
crítica ya no puede omitir las vinculaciones de la norma del estar humano en la Tierra a verse
orden sistémico entre expropiación de la auto- como una verdadera anomalía. Si bien existieron
nomía alimentaria, hacinamiento urbano-vacia- en la historia precapitalista experiencias fallidas
miento rural, degradación ambiental-sanitaria, del vínculo humano con el territorio habitado a

ecologíaPolítica 17
Rossi, L. (2022) «Comunalizar la trama agroalimentaria, una política de la esperanza». Ecología Política, 63: 16-19.

partir de sistemas agroalimentarios predatorios, el abordaje de la comunalización —aunque sea


no pocas ni casuales veces asociadas a regímenes embrionaria— en ámbitos marcadamente atra-
políticos autocráticos, estas no han sido la norma vesados por la huella moderna, urbana y capi-
en la temporalmente extensa y geográficamente talista.
diversificada marcha humana por la Tierra. Al
final, es la dinámica del capital la que se organiza Sostenemos que aquellas prácticas que desde
de un modo íntegro y sistemático sobre la aliena- las tramas agroalimentarias fomentan en sus
ción y mercantilización de la tierra, del trabajo, dimensiones tanto materiales como simbólicas
del alimento y de la propia comunidad política. el sentimiento de ser comunidades en la Tierra
son un verdadero compost epistémico-político.
En este orden, la fractura sociometabólica descrip- Así lo venimos observando en organizaciones
ta por Marx, que tan bien apuntó el trastorno en de producción para el autoconsumo, colectivos
los ciclos regenerativos del suelo que implicó la de agricultoras y agricultores ecológicos, asocia-
agricultura capitalista, permitió dar cuenta tam- ciones de consumo consciente, espacios donde
bién del distanciamiento afectivo de esos hijos e se articulan redes de intercambio entre sujetos
hijas de la Tierra respecto a su madre nutricia, y orientados a promover un vínculo con la tierra
respecto a la propia comunidad de comensales. que recupere su dimensión humana, que tenga
En ese sentido se torna crucial problematizar este el horizonte local como guía, que tienda a des-
desgarro irreparable en tanto trastorno ontoló- intoxicar y nutrir los suelos, el agua, los cuerpos,
gico-político que nos ha llevado a este presente las emociones, pero, en especial, las propias re-
de deshumanización en el sentido más literal. laciones políticas con el alimento como nudo.
Reconocer que hemos devenido una especie au- Hablamos de ámbitos donde existen formas de
topercibida como desafiliada de la Tierra, ajena cooperación basada en decisiones en común, no
a las responsabilidades comunales que debemos mediadas por una instancia representativa, en
asumir respecto a los territorios que habitamos y torno a cómo, con quién y de qué modo produ-
también al cuidado de nuestros congéneres, y las cir, distribuir y consumir alimentos concebidos
implicancias de estos desatinos para nuestra pro- como eje clave para sostener la vida.
pia existencia, es una necesidad impostergable.
No proponemos abordar actos individuales en
Una política terrícola procura de una mejor alimentación como mero
objetivo personal, ni proyectos aislados en torno
Una teoría política crítica para este tiempo no a la producción ecológica de alimentos por va-
puede obviar ya una relocalización epistémica liosos que sean. Tampoco planes de distribución
de la humanidad como dependiente y potencial alimentaria saludable dirigidos desde arriba, sea
cuidadora del mundo no humano, en tanto or- por el Estado u organizaciones que replican las
ganismos vivientes con capacidad política para formas jerárquicas de la política. Si bien nuestro
organizar su condición de afectantes y afectados planteo se nutre de los valiosos aportes prove-
dentro de ese entramado biofísico. Será crucial nientes de la agroecología política, de diversas
entonces centrar la atención en aquellas prácti- luchas por la soberanía alimentaria y de las
cas, incluso provisorias, que tienden a formas reflexiones en torno a las tensiones al interior
políticas de lo común (Gutiérrez y Salazar, 2015; de estos campos (Calle et al., 2014; Giraldo y
Gutiérrez et al., 2016) sobre aspectos clave para Rosset, 2016; Giraldo, 2018), creemos clave
la supervivencia, como el uso sostenible del agua enfatizar la especificidad política de aquellas
y de los alimentos, la biodiversidad, las prácticas tramas concretas que actúan sobre el horizonte
autónomas de cuidados, crianza, salud, hábitat y agroalimentario inmediato a partir de formas de
pedagogías acordes a estos tiempos. Desde nues- decisión comunales. El peso de nuestra mirada
tro recorrido, entendemos como tarea esencial recae así sobre lo común como modo de producción

18 ecologíaPolítica
Rossi, L. (2022) «Comunalizar la trama agroalimentaria, una política de la esperanza». Ecología Política, 63: 16-19.

política. En la forma de decidir cómo produci- En ese sustrato fresco, aireado y fértil se gestan
mos socialmente el mundo que habitamos están posibilidades concretas de regenerar de un modo
implicadas dimensiones profundas para los pro- artesanal las desnutridas tramas entre sujetos,
yectos emancipatorios. comunidades y territorios, con el fin de dejar
huertas abonadas para los mundos por venir.
Conclusiones

Se trata entonces de contribuir a la estricta ex- Referencias


plicitación dentro del pensamiento crítico de
esos ámbitos donde la comunalización política Calle, Á., D. Gallar Hernández y J. Candón-Me-
brota desde una trama agroalimentaria situada. na, 2014. «Agroecología política: la transi-
Nuestra llamada se circunscribe a identificar y ción social hacia sistemas agroalimentarios
nombrar la experiencia ya existente de mujeres sustentables». Revista de Economía Crítica,
y hombres que nos brindan rastros de lo que 16, pp. 244-277.
de forma provisoria denominamos comunalidad Giraldo, O., 2018. Ecología política de la agricul-

Opinión
agroalimentaria. Creemos necesario ahondar en tura: agroecología y posdesarrollo. San Cristó-
aquellas prácticas atravesadas por lo común en bal de las Casas, El Colegio de la Frontera
torno al cultivo, la distribución y el consumo Sur.
de alimentos tendientes a reencausar el vínculo Giraldo O., y P. Rosset, 2016. «La agroecología
ecológico-político con los territorios. Se trata de en una encrucijada: entre la institucionali-
formas cooperación, codecisión y goce común dad y los movimientos sociales». Guaju, 2
con el horizonte de sanar el suelo que se pisa, (1), pp. 14-37.
los cuerpos que se habitan, las emociones y los Gutiérrez, R., y H. Salazar Lohman, 2015. «Re-
propios lazos políticos a través de la fibra que producción comunitaria de la vida. Pensan-
se teje entre la Tierra y la humanidad a través do la transformación social en el presente».
del alimento. Aprender a nutrirnos de esas expe- Puebla, El Aplante, 1, pp. 15-50.
riencias que sitúan el entramado agroalimentario Gutiérrez, R., M. Navarro y L. Linsalatta, 2016.
como bien político comúnmente producido nos «Repensar lo político, pensar lo común: cla-
abre otros imaginarios y perspectivas. ves para la discusión». En: D. Inclán, L. Lin-
salatta y M. Millán (coords.), Modernidades
En la comunalidad agroalimentaria —practica- alternativas. Ciudad de México, UNAM y
da largamente por entramados campesinos e El Lirio, pp. 377-417.
indígenas, y latente en redes de agricultoras y
agricultores ecológicos, ferias agroecológicas, co-
lectivos de consumo horizontales, entre otros—,
emerge una ontología política que se obstina en
hacerse cargo de las necesidades socioecológicas,
pero sobre todo políticas, que el tiempo recla-
ma. Lejos de idealizar lo comunitario, se trata
casi siempre de una ardua tarea, no pocas veces
efímera, plagada de tensiones y cruzada por pro-
fundas contradicciones, que apuesta por cultivar
una política de lo común centrada en retejerse
en la trama de la vida a partir del vínculo comu-
nidad-alimento-Tierra. Y es justo esa porfía una
de sus principales ofrendas de las que el pensa-
miento político crítico debe poder dar cuenta.

ecologíaPolítica 19
Fernández, S. y Mediavilla, M. (2022) «Las imaginaciones socioecológicas de los ecofeminismos centrales y periféricos: incomodidades y encuen-
tros en la producción de lo común». Ecología Política, 63: 20-25.

Las imaginaciones socioecológicas


de los ecofeminismos centrales
y periféricos: incomodidades y
encuentros en la producción de lo
común

Soledad Fernández Bouzo* y María Eugenia Mediavilla**

Resumen: Este artículo tiene como objetivo des- en juego nociones tales como cuerpo-territorio y
cribir las imaginaciones socioecológicas que emer- agua-cuerpo-territorio frente a los extractivismos
gen como producto del trabajo y el pensamiento terricidas de la región.
de mujeres preocupadas por diversas problemá-
ticas socioambientales. Para ello observamos los Palabras claves: imaginaciones socioecológicas,
planteamientos analíticos de los ecofeminismos ecofeminismos, agua-cuerpo-territorio, ética del
centrales y periféricos; sus convergencias, des- cuidado, sostenibilidad de la vida
encuentros y razones de ser. Encontramos que
no solo existen diversas formas de interpretar las
problemáticas en torno a la cuestión socioam- Abstract: The aim of this article is to describe
biental, sino que también es diferente el modo the socio-ecological imaginations that emerge as
de plantear acciones frente a ellas, lo cual lleva a product of the work and thinking of women
a justificar el abordaje con distintas categorías concerned with various socio-environmental is-
teóricas y prácticas —imaginaciones socioecoló- sues. To do so, we study the analytical approa-
gicas, tal como las llamaremos aquí—. Conclui- ches of central and peripheral ecofeminist, their
mos que los llamados ecofeminismos centrales convergences, disagreements, and purposes. We
(europeos y del Norte global) se caracterizan por found that there are not only different ways of
su focalización en la sostenibilidad de la vida y la looking at the issues surrounding the socio-en-
ética del cuidado como categorías centrales de la vironmental question, but also different ways of
cuestión, mientras que las experiencias ecofemi- taking actions against them, which leads us to
nistas que entendemos como periféricas (latinoa- justify the approach with different theoretical
mericanas y del Sur global) implican procesos and practical categories – socio-ecological ima-
comunitarios de resistencia en los que se ponen ginations, as we will call them here. We conclude
that the so-called central ecofeminists (European
* Socióloga, investigadora del Conicet, Instituto de Investiga- and Global North) are characterised by their fo-
ciones Gino Germani. Profesora de la Universidad de Buenos cus on the «sustainability of life» and the «ethics
Aires. E-mail: soledad.fernandezbouzo@gmail.com.
of care» as central categories of analysis, while
** Licenciada en ciencia política, Universidad de Buenos Aires.
Doctoranda en ambiente y sociedad, Universidad Pablo de Ola- the ecofeminist experiences that we understand
vide. E-mail: memedsos@alu.upo.es. as peripheral (Latin American and Global Sou-

20 ecologíaPolítica
Fernández, S. y Mediavilla, M. (2022) «Las imaginaciones socioecológicas de los ecofeminismos centrales y periféricos: incomodidades y encuen-
tros en la producción de lo común». Ecología Política, 63: 20-25.

th) involve community processes of resistance fiesta fundamentalmente en clave territorial y


in which notions such as «body-territory» and popular (Korol, 2016; Svampa, 2015). Aquí las
«water-body-territory» are brought into play in mujeres e identidades feminizadas disputan el
the face of the region’s terricidal extractivisms. sentido y la racionalidad productivista de la colo-
nial modernidad occidental con formas de poli-
Keywords: socioecological imaginations, ticidad vinculadas al arraigo (Segato, 2016). Este
ecofeminisms, water-body-territory, ethics of tipo de politicidad se expresa en diversas «luchas
care, sustainability of life por lo común» (Navarro, 2015), en las que las
mujeres y las identidades feminizadas se organi-
zan en torno a esfuerzos colectivos en defensa de
las condiciones materiales y simbólicas para ga-
Introducción rantizar la reproducción de la vida comunitaria
(Gutiérrez, 2020). Comparten con las autoras
Las pensadoras europeas y del llamado Norte europeas y del Norte global la crítica al discurso
global, como Françoise d’Eaubonne en Francia, hegemónico productivista, antropocéntrico y

Opinión
Carolyn Merchant en Estados Unidos, Barbara androcéntrico, pero sus voces reclaman además
Holland-Cunz en Alemania, entre otras, han el reconocimiento de la existencia de múltiples
realizado grandes contribuciones al desarrollo subjetividades y una revisión crítica de la historia
teórico del ecofeminismo crítico, desde la dé- que tenga presente el elemento colonial como
cada de los años setenta del siglo XX hasta la condición para la producción de conocimiento.
actualidad. Buena parte de esta literatura se dis-
tancia de planteamientos que vinculan de una Mirar con especial detenimiento las categorías
manera esencial a las mujeres con la naturaleza emergentes de los ecofeminismos europeos y del
y, si bien considera que la razón instrumental Norte global, por un lado, y aquellos que nacen
tiene sus límites, no rechaza ciertos aspectos del en América Latina y el Sur global, por el otro, no
legado de la modernidad (Puleo: 2002, 2008). solo nos permite introducir una mirada geopo-
Estos aportes consideran que, para hacer frente lítica en la gestación de las teorías y praxis eco-
al orden basado en la legitimidad heteropatriar- feministas en sus múltiples vertientes, sino que
cal y capitalista —que se monta en los pilares también hace posible indagar comparativamente
del antropocentrismo y del androcentrismo—, las maneras en que se producen imaginaciones
es necesario preservar los procesos vitales indis- socioecológicas diversas, atravesadas por dinámi-
pensables para la reproducción social y encontrar cas que no escapan a la lógica centro-periferia.
nuevas formas de vincularnos entre personas y Proponemos la noción de imaginación socioe-
entre las personas y la naturaleza. cológica (Fernández Bouzo, 2022, 2020a) para
observar experimentaciones sociales capaces de
Las pensadoras referentes de América Latina y crear horizontes democráticos de justicia social
el llamado Sur global —nucleadas, por ejemplo, y ecológica, en las que las experiencias juegan
en el movimiento Chipko en India en la década un rol preponderante, en la medida en que es a
de 1970 (Mies y Shiva, 2014: 391), en organi- partir de ellas que se crean recursos imaginati-
zaciones actuales del feminismo indígena comu- vos diversos —conceptos, categorías, prácticas,
nitario de Abya Yala (Gargallo Celentani, 2014; imágenes— provenientes de la vida cotidiana,
Gutiérrez, 2015; Guzmán, 2019; Tzul Tzul, de las ciencias, las artes, la política, los territo-
2016), así como en los llamados feminismos rios, etc. Son experiencias del pasado que han
territoriales contra los distintos extractivismos sabido producir ideas fuerza de cara al futuro,
(Ulloa, 2016)—, por su parte, vienen aportando pero también son ensayos más recientes que de
formas diferentes de entender la problemática alguna forma se adelantan a este presente-futuro
socioambiental desde una praxis que se mani- incierto (Fernández Bouzo, 2020b).

ecologíaPolítica 21
Fernández, S. y Mediavilla, M. (2022) «Las imaginaciones socioecológicas de los ecofeminismos centrales y periféricos: incomodidades y encuen-
tros en la producción de lo común». Ecología Política, 63: 20-25.

Así, nos preguntamos puntualmente: ¿cuáles son una postura filosófica que tiene como premisas
las imaginaciones socioecológicas de las muje- los principios de libertad, igualdad y sostenibi-
res e identidades feminizadas preocupadas por lidad, a la vez que reivindican la razón ilustra-
la destrucción del ambiente tanto en el Norte da como fuerza analítica crítica del patriarcado
como en el Sur global? ¿Qué tipo de conceptos, (Puleo, 2008). Su definición de la problemática
imágenes o prácticas ponen de relieve y qué sig- socioambiental se relaciona con la estructura del
nificados les atribuyen? mundo patriarcal, en términos tanto simbólicos
como materiales. Los pares de opuestos jerarqui-
Con base en la revisión de la literatura que pro- zados son vistos como dualismos que provienen
blematiza las cuestiones socioambientales y las de la Grecia antigua, funcionales para el desa-
luchas antiextractivistas en vínculo con las des- rrollo del capitalismo y la legitimidad del orden
igualdades de género, los apartados que siguen establecido en la actualidad.
reconstruyen el derrotero de las principales ima-
ginaciones socioecológicas con las que contamos Esta configuración cultural y económica de la
en la actualidad para pensar los feminismos y los modernidad invisibiliza y desvaloriza dos pro-
ecologismos con una mirada geopolítica crítica. cesos. En primer lugar, la ecodependencia, que
Consideramos que el conocimiento de este tipo significa que existimos a partir de la utilización
de imaginaciones socioecológicas contribuye a de bienes, procesos y dinámicas naturales que
revalorizar y construir horizontes comunitarios hacen impensable la vida —humana y no hu-
de reproducción de la vida, con lógicas bien dis- mana— al margen de la naturaleza. En segundo
tintas a las de la acumulación del capital en la lugar, la interdependencia, referida a la necesidad
fase actual. del cuidado de otras personas, en la medida en
que la vida humana nunca es completamente
¿Ecofeminismos críticos centrales autónoma de otras (Pérez Orozco, 2014). Así,
y periféricos? Entre la teoría y la los ecofeminismos europeos y del Norte global
praxis pregonan la sostenibilidad de la vida y la ética del
cuidado como categorías centrales de la cuestión
Definimos los ecofeminismos críticos como socioambiental y las inequidades de género.
aquellos movimientos sociales heterogéneos
que despliegan un conjunto de praxis y teorías La sostenibilidad de la vida remite a la repro-
disruptivas del orden hegemónico establecido, al ducción del metabolismo social a partir de la
mismo tiempo que visibilizan las contradiccio- satisfacción de necesidades vitales, fundamental-
nes entre el capital y la naturaleza. En particular, mente a través del afecto y de los cuidados, pero
los ecofeminismos cuestionan el reduccionismo también mediante bienes, dinámicas y procesos
arbitrario que organiza el funcionamiento social materiales (Herrero, 2013; Pérez Orozco, 2014;
en pares de opuestos jerarquizados (hombre-na- Puleo, 2008). Mientras que la ética del cuidado
turaleza, hombre-mujer, cultura-naturaleza, consiste en la deconstrucción de la lógica patriar-
razón-emoción, racional-salvaje), y proponen cal con el objetivo de poner en valor los trabajos
deconstruir las bases simbólicas y materiales en de reproducción de la vida, la afectividad y las
las que se asienta la vida en la actualidad: el pa- tareas de cuidados de manera solidaria, indivi-
triarcado como orden cultural y el capitalismo dual y colectivamente (Gilligan, 2013).
como orden económico.

Los ecofeminismos europeos y del llamado Nor- 1


Aunque cuenten con una posición privilegiada en cuanto a la
te Global —que también podemos denominar legitimación del conocimiento, esto no quiere decir que no sean
centrales por su posición geopolítica privilegiada ecofeminismos críticos. Desde nuestro punto de vista, todos
los ecofeminismos emergen del pensamiento crítico en mayor
de legitimación de conocimiento—1 representan o en menor medida.

22 ecologíaPolítica
Fernández, S. y Mediavilla, M. (2022) «Las imaginaciones socioecológicas de los ecofeminismos centrales y periféricos: incomodidades y encuen-
tros en la producción de lo común». Ecología Política, 63: 20-25.

Los ecofeminismos europeos y del Norte glo- frente de la reivindicación de la justicia am-
bal se expresan con frecuencia a través de las biental. A partir de esta situación, aparecen las
universidades, asociaciones ecologistas con vi- nociones de cuerpo-territorio (Cabnal, 2010)
sibilidad internacional, iniciativas ciudadanas, y agua-cuerpo-territorio (Zaragocín, 2018), en
ONG, cooperativas y otras organizaciones que tanto unifican las luchas por la tierra y el agua
trabajan junto con las Administraciones Públicas como bienes comunes que es necesario defender
y otros actores asociativos. Todo esto repercu- mientras se lucha contra otro tipo de opresiones
te en una creciente institucionalización de sus de género, etnia y clase. El cuerpo es el primer
demandas en las agendas públicas, no solo en territorio en un sentido subjetivo, y el lugar que
cuanto a presencia de debates en los medios se habita es el segundo territorio en un sentido
de comunicación, sino también en materia de más bien histórico (Cabnal, 2010).
implementación de políticas públicas ambien-
tales y de género en esferas gubernamentales. Las dinámicas neocoloniales adoptan la forma
Sus marcos de acción y organización pueden ser de procesos extractivistas que ponen en riesgo
más efectivos, en la medida en que se avanza la salud de las personas, el ambiente y la vida en

Opinión
en la conquista de derechos, aunque corren más general. El extractivismo como fenómeno que
riesgo de cooptación por parte de la gobernanza abarca procesos de expropiación de lo común
ambiental neoliberal. (Navarro, 2013) expresa la expulsión tanto de
comunidades productoras campesinas e indíge-
Los ecofeminismos latinoamericanos y del Sur nas de sus territorios rurales como de habitantes
global, caracterizados por una fuerte impronta urbanos afectados por el desarrollo de proyectos
popular y territorial, se sustentan sobre todo en de infraestructura. Esta nueva forma de ocupa-
los «intereses prácticos de género» (Molyneux, ción territorial es posible por la acción del Es-
1985) y no pretenden —incluso se resisten a— tado que tracciona el establecimiento de tales
ser pensados desde una teoría que los sistematice proyectos, lo cual hace que en estos ecofeminis-
(Svampa, 2015). Sus procesos de resistencia se mos predomine un discurso crítico y alternativo
vinculan a prácticas reivindicativas intersectoria- por fuera de los márgenes de las instituciones
les bajo un fundamento experiencial (Arriagada públicas. Esto no quiere decir que no vayan
y Zambra, 2019) que aglutina demandas sobre ganando visibilidad pública mediante acciones
autonomía territorial, soberanía alimentaria, de- colectivas desplegadas colectivamente (formas de
rechos de las mujeres y la naturaleza, despatriar- compromiso con el territorio a través de procesos
calización y descolonización epistémica. Su cos- comunitarios de resistencia, autoorganización,
movisión socioambiental está configurada por manifestaciones, plebiscitos, junta de firmas).
realidades y lenguajes de valoración colectivos y Pero por lo general como reacción ante políticas
decoloniales que proponen construir un paradig- públicas de despojo de la naturaleza.
ma civilizatorio alternativo, en el que se puedan
recrear lazos comunitarios más sustentables.

En estos ecofeminismos —que también pode-


mos llamar periféricos por su posicionamiento
geopolítico desventajoso respecto del orden ca-
pitalista global—, son las mismas poblaciones
afectadas por habitar zonas de sacrificio ambien-
tal las que protagonizan las luchas. En especial,
son los agrupamientos de mujeres e identidades
feminizadas los que piensan la naturaleza como
condición para la vida, y por ello se ponen al

ecologíaPolítica 23
Fernández, S. y Mediavilla, M. (2022) «Las imaginaciones socioecológicas de los ecofeminismos centrales y periféricos: incomodidades y encuen-
tros en la producción de lo común». Ecología Política, 63: 20-25.

Conclusiones: hacia un movimiento Referencias


internacional ecofeminista, popular
y global Arriagada, E., y A. Zambra, 2019. «Apuntes ini-
ciales para la construcción de una ecología
De lo dicho hasta aquí, podemos concluir que política feminista de y desde Latinoaméri-
los ecofeminismos críticos —centrales y periféri- ca». Polis, Revista Latinoamericana, 54, pp.
cos— representan un conjunto muy vasto de ex- 1-19.
periencias de resistencia teórica y práctica contra Cabnal, L., 2010. «Acercamiento a la construc-
el orden capitalista heteropatriarcal global. En ción de la propuesta de pensamiento epis-
ellos predomina el respeto hacia toda forma de témico de las mujeres indígenas feministas
vida mediante el fomento de una contracultura comunitarias de Abya Yala». En: Acsur (ed.),
del cuidado que tiene siempre presente la fragi- Feminismos diversos: el feminismo comunita-
lidad con la que habitamos el mundo. rio. Madrid, Acsur-Las Segovias, pp. 11-25.
Fernández Bouzo, S., 2020a. «Los ecofemi-
Por supuesto que la síntesis aquí expuesta no re- nismos territoriales frente a las injusticias
fleja la diversidad de los ecofeminismos centrales hídricas: un horizonte de imaginaciones
y periféricos; tampoco tenemos la intención de socio-ecológicas en América Latina (Abya
valorar unos más que otros. Apenas creemos que Yala)». En: A. Guzmán, Justicia hídrica. Una
poner algunas categorías en diálogo es una buena mirada desde América Latina. Cusco, Centro
forma de comenzar a ensayar un movimiento Bartolomé de las Casas, pp. 187-205.
internacionalista que construya otros horizontes Fernández Bouzo, S., 2020b. «Imaginaciones so-
comunitarios de prácticas y saberes populares. cio-ecológicas. Apuntes para ensayar mun-
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cas desplegadas por los diversos ecofeminismos Disponible en: http://www.florestania.com.
centrales y periféricos como podemos pensar en ar/2020/06/05/imaginaciones-socioecologi-
una nueva relacionalidad justa y sustentable, una cas-apuntes-para-ensayar-mundos-con-jus-
ecología política feminista de saberes a nivel pla- ticia-ecosocial/
netario. Fernández Bouzo, S., 2022. «Amazonas del am-
biente en Abya Yala. Las experiencias eco-
En definitiva, la centralidad de los cuidados feministas y su contribución a las imagina-
colectivos atraviesa todo el sentipensar ecofemi- ciones socioecológicas en América Latina».
nista, sea desde las declaraciones de intención Boletín Senti-pensarnos Tierra, 9, pp. 39-53.
o desde las acciones vitales que exige la super- Gargallo Celentani, F., 2014. Feminismos desde
vivencia. Por eso los ecofeminismos críticos, a Abya Yala. Ideas y proposiciones de las mujeres
un lado u otro del globo, no son otra cosa que de 607 pueblos en nuestra América. Ciudad
ensayos sociales cuestionadores de las geometrías de México, Corte y Confección.
de poder capitalistas que amenazan de modo Gilligan, C., 2013. La ética del cuidado. Barcelo-
constante la reproducción de nuestra vida en na, Fundació Víctor Grífols i Lucas.
diferentes escalas y territorios. Allí radica su sen- Gutiérrez Aguilar, R., 2015. Horizonte comuni-
tido profundamente político y emancipatorio, su tario-popular. Antagonismo y producción de lo
capacidad de abrir nuevos horizontes que harán común en América Latina. Puebla, Instituto
posible realizar el deseo de vivir vidas dignas de de Ciencias Sociales y Humanidades-BUAP.
ser vividas por fuera de las lógicas injustas del Gutiérrez Aguilar, R., 2020. «Producir lo co-
Estado moderno y de la acumulación de capital mún: entramados comunitarios y formas de
a nivel global. lo político». Re-visiones, 10, pp. 1-17.

24 ecologíaPolítica
Fernández, S. y Mediavilla, M. (2022) «Las imaginaciones socioecológicas de los ecofeminismos centrales y periféricos: incomodidades y encuen-
tros en la producción de lo común». Ecología Política, 63: 20-25.

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Opinión
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ecologíaPolítica 25
En profundidad

Estrategias discursivas de reexistencia en defensa


de la vida: nociones emergentes de comunalización
en movimientos de mujeres de Abya Yala
Liliana Buitrago Arévalo

La apuesta ecológica del confederalismo


democrático en la Federación Democrática del
Norte y Este de Siria
Rodrigo Rubén Hernández González

Desalambrar territorios y saberes: Proceso de


Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët
wët fxi’zenxi (buen vivir)
Andrea Fajardo Camacho y la Minga de Comunicación del Proceso de
Liberación de la Madre Tierra

Regenerar territorios, reapropiar alimentos,


reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago
Tlacotepec, estado de México
Carolina Gonzaga, Ana Gabriela Cabrera Rebollo y Oliver Gabriel
Hernández Lara

26 ecologíaPolítica
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

Estrategias discursivas de
reexistencia en defensa de la
vida: nociones emergentes de
comunalización en movimientos
de mujeres de Abya Yala
Liliana Buitrago Arévalo*

Resumen: Latinoamérica-Abya Yala ha experi- Abstract: Latin America – Abya Yala has expe-
mentado el aumento acelerado de la desigual- rienced the accelerated increase of inequality,

En profundidad
dad, del extractivismo y la acumulación por extractivism and accumulation by dispossession
desposesión que favorecen la impunidad y los that favor impunity and de-communalization.
procesos de descomunalización. En los movi- Women’s movements and communities of Abya
mientos de mujeres y comunidades de Abya Yala have raised their voices against extractivism.
Yala se han levantado voces contra el extracti- Epistemological and political-ontological propo-
vismo. Al calor de sus marchas, comunicados y sals emerge in the heat of their marches, commu-
manifiestos, como parte de su discurso político niqués and manifestos – as part of their public
público, surgen propuestas epistemológicas y political discourse- that constitute discursive
politicoontológicas que constituyen representa- representations of re-existence (Tobar, 2018).
ciones discursivas de reexistencia (Tobar, 2018).
El presente artículo busca analizar estas represen- This article seeks to analyze these discursive re-
taciones discursivas como práctica sociopolítica. presentations as a sociopolitical practice. Neo-
Neologismos como el terricidio —reivindicado logisms such as «terricidio» from movimiento
por el Movimiento de Mujeres Indígenas por el de mujeres indígenas por el Buen Vivir in Wa-
Buen Vivir (MMIBV) en Wallmapu—, la con- llmapu, the consideration of » cuerpo-territo-
sideración de las perspectivas del cuerpo-terri- rio-tierra » perspectives for healing and the esta-
torio-tierra para la sanación y el establecimiento blishment of ecosophies and cosmogonies from
de ecosofías y cosmogonías en los feminismos community feminists in Guatemala, among
comunitarios de Guatemala, entre otras estrate- others, are examples of this political-discursive
gias, son ejemplos de esta creatividad politicodis- creativity that marks a route of communalization
cursiva que marca una ruta de comunalización y and a perspective of transformation.
una perspectiva de transformación.

Palabras clave: discurso de reexistencia, Keywords: discourse of re-existence, women’s


movimiento de mujeres, luchas ecoterritoriales, movement, eco-territorial struggles, political
ontologías políticas ontologies

* Observatorio de Ecología Política de Venezuela.


E-mail: lilib17@gmail.com.

ecologíaPolítica 27
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

Introducción investigación específico, a saber, el análisis crítico


del discurso con el propósito, en primer lugar, de
Según Global Witness (2021), América Latina hacer visible cómo el discurso de estas subjetivi-
es uno de los lugares más peligrosos para las per- dades políticas nos devela la urgencia de pensar
sonas activistas medioambientales. Esta terrible nuestro vínculo con la naturaleza y las dimen-
realidad se debe al aumento del extractivismo en siones a las que apuntan en la construcción de
la región, así como a las alianzas estructurales en- alternativas posibles de vida.
tre Gobiernos y corporaciones que favorecen la
impunidad. En los movimientos de mujeres y las En la tarea de visibilización del contexto en el
comunidades de América Latina se ha levantado que hemos decidido sumergirnos, es central el
una pluralidad de voces contra el extractivismo. papel de producción de conocimientos para
Al calor de las luchas sociales surgen propuestas la vida de las organizaciones y redes de muje-
epistemológicas y ontológicas, como la elabora- res defensoras de sus territorios, como la Red
ción en torno a los terricidios en el Movimiento de Mujeres Rurales Centroamericanas, Mujeres
de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir en Wall- del Movimiento por el Agua y los Territorios en
mapu, la consideración de las perspectivas cuer- Chile, Coordinadora 8-M en Chile, Articulación
po-tierra y cuerpo-territorios para la sanación y el de Mujeres de Honduras, Movimiento de Muje-
establecimiento de ecosofías y cosmogonías por res Indígenas por el Buen Vivir, Taller Ecologista
parte de los feminismos comunitarios en Gua- de Argentina, Colectivo Mujeres Creando y Red
temala, entre otras iniciativas. Es lo que Svampa de Feminismo Comunitario en Bolivia, Red La-
(2021) denomina «feminismos ecoterritoriales», tinoamericana de Mujeres Defensoras de Dere-
feminismos o luchas de mujeres y diversidades: chos Sociales y Ambientales, Mujeres Zapatistas,
territoriales, antiextractivistas, comunitarios, po- Colectivo Mujeres y la Sexta en México, Red de
pulares, y que marcan una agenda permanente Sanadoras Ancestrales del Feminismo Comuni-
y una perspectiva de transformación de las lu- tario Tzk’at en Guatemala, Mujeres de Marcha
chas, subjetividades y discursos como prácticas das Margaridas en Brasil, La organización diver-
sociales (Fairclough, 2007, 2013) de las mujeres. sa de Mujeres Amazónicas de los nueve países
Mediante la aplicación del análisis crítico del dis- panamazónicos, Futuros Indígenas y el encuen-
curso a un corpus de entrevistas, manifiestos y tro de mujeres Cura da Terra, Oripanto Oayapo
discursos públicos de mujeres líderes en Abya Tounde y Mujeres del Agua en Venezuela, entre
Yala, el presente texto busca categorizar, describir tantas y tantas mujeres y defensoras, indígenas,
y analizar estos aportes emergentes y particulares campesinas, afrodescendientes, activistas, sana-
a las epistemologías ecofeministas del Sur global doras, maestras que cuidan la tierra y nuestros
en disputa y construcción permanente. cuerpos-territorios-tierra-espíritus en Abya Yala.

Nuestras reflexiones se sitúan en el pensamien- La emergencia del conocimiento para la vida


to crítico ecopolítico latinoamericano y en las en esta época de multicrisis se ve marcada por
perspectivas feministas y ecofeministas latinoa- dos importantes cambios en la producción de
mericanas surgidas en las últimas décadas. Parte conocimiento (Escobar, 2014): en primer lu-
de estos análisis presentados en el texto surgen gar, una variación en el enfoque acerca de quién
de una posición híbrida entre el conocimien- produce el conocimiento, con una apertura del
to académico y el conocimiento situado en el espectro que se desplaza hacia los movimientos
movimiento social para desarrollar estrategias sociales, y en segundo lugar, la progresiva oclu-
tendentes a evitar los embates del extractivismo sión de las respuestas y preguntas creativas sobre
en la región. No se constituye la voz de la in- el problema clave de nuestro tiempo. Pareciera
vestigación en voz del movimiento; este es un que cada vez las ciencias modernas tienen menos
ejercicio de reinterpretación con un enfoque de respuestas.

28 ecologíaPolítica
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

En ese sentido urge que los haceres investigado- El extractivismo es un orden y un régimen so-
res confluyan en esta intersección entre el cono- cioecológico (Terán, 2018). Implica la extrac-
cer y el hacer de la reexistencia, esto es, como lo ción intensiva de los bienes comunes a través
expresa Alban Achinte, las formas creativas espa- de actividades económicas como la minería, la
ciales y de la vida, en términos de identidades, explotación de combustibles fósiles, la agroin-
de las comunidades frente al constreñimiento dustria, el turismo intensivo, entre otras (Gud-
moderno-colonial de la posibilidad de existencia ynas, 2009). Provoca problemas de distribución
identitaria, política y cultural: ecológica; es un modelo de desarrollo impuesto
que ataca la vida y causa ecocidio, etnocidio,
Concibo la reexistencia como los dispositivos que las feminicidio, transfeminicidio, epistemicidio: en
comunidades crean y desarrollan para inventarse coti- una palabra, terricidio (Mujeres Indígenas por el
dianamente la vida y poder de esta manera confrontar Buen Vivir, en adelante MIBV, 2020). Volvere-
la realidad establecida por el proyecto hegemónico que mos a esta última noción más adelante.
desde la colonia hasta nuestros días ha inferiorizado,
silenciado y visibilizado negativamente la existencia Los conflictos socioecológicos son entonces
de las comunidades afrodescendientes. La reexistencia parte de la dinámica política de territorializa-
apunta a descentrar las lógicas establecidas para buscar ción (Porto-Gonçalves, 2001; Haesbaert, 2020,
en las profundidades de las culturas -en este caso indí- 2021) y, a través de la violencia, obligan a los

En profundidad
genas y afrodescendientes- las claves de formas organi- pueblos a estar en una posición defensiva y des-
zativas, de producción, alimentarias, rituales y estéticas igual amenazada por la muerte y las condiciones
que permitan dignificar la vida y reinventarla para per- de vida extremas. Muchos aplican estrategias de
manecer transformándose (Alban Achinte, 2013: 204). supervivencia que merman su fuerza vital para
producir la comunidad, la naturaleza, mientras
Esto conlleva considerar las prácticas de estas que otros permanecen resistiendo y defendien-
comunidades, que incluyen el discurso (Tobar, do, pero también reexistiendo en sus prácticas,
2018), en una perspectiva crítica que analice creencias y espiritualidades. Es lo que Svampa
dimensiones constituyentes de la relación entre llama el «giro ecoterritorial» (2018), una carac-
discurso, poder y hegemonía (Fairclough, 2013). terización de este movimiento de campesinos,
Es fundamental el contexto en donde emerge indígenas, mujeres en América Latina contra el
este discurso y el análisis de sus condiciones de extractivismo con una nueva valorización del te-
producción. rritorio. Los movimientos de defensa de la vida
(Porto-Gonçalves, 2001; Buitrago, 2018) contra
Contra el extractivismo, el el extractivismo y el terricidio en la actualidad
colonialismo, el racismo, el son la más importante reserva de diversidad y
patriarcado y el mal desarrollo reflejan la preservación de la conexión con la
naturaleza.
Abya Yala-América Latina es un continente co-
lonizado donde la distribución internacional de Movimientos de mujeres en Abya Yala
la naturaleza (Coronil, 2002) pone los bienes
comunes (materiales e inmateriales) como cen- Es amplia la literatura—aunque no suficiente—
tro de la expoliación y de lo que Harvey (2003) que recupera la memoria de las luchas de las mu-
acuñó como acumulación por desposesión. La jeres contra el capitalismo y el colonialismo. En
lógica moderna y colonial que mercantiliza y América Latina, los enfrentamientos y disputas
feminiza la naturaleza ha devastado la región; comunalizantes, especialmente de las mujeres in-
las fronteras extractivas han avanzado bajo los dígenas y de las comunidades indígenas (Tzul,
requerimientos del hipercapitalismo de las mer- 2015), son constitutivas de la producción, la
cancías (Shiva, 2021). memoria y el cuidado de los territorios.

ecologíaPolítica 29
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33. mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

El despliegue feminista latinoamericano de los No todos se aoutodefinen feministas ni apues-


últimos años, con calles llenas y protestas en Ar- tan por los mismos ejes de lucha. Sin embar-
gentina, Chile, México y Brasil, como resultado go, como señala Escobar (2014), en su batalla
del incremento de la violencia patriarcal en la estratégica por la vida y el cuidado recrean y
región, ha cambiado las relaciones de poder in- visibilizan a través del lenguaje sus ecosofías y
ternas de los movimientos sociales y puede con- ontologías relacionales.
siderarse un hito para los feminismos, sobre todo
urbanos, a la luz de logros como los alcanzados Esta práctica discursiva y política de recontex-
en materia legislativa en países como México, tualizar y reencuadrar el problema socioecoló-
Argentina y Ecuador. Por otra parte, y ante la gico y las disputas por la vida a través del dis-
inminencia del cambio climático y la multicrisis curso, cuestionando el orden actual, es lo que
del Antropoceno, los problemas socioecológicos las perspectivas sociológicas y de la ecología po-
comienzan a ser parte de los debates feministas, lítica denominan «lenguajes valorativos» (Mar-
al entender que parte de la violencia contra las tínez-Alier, 2004, Martínez-Alier et al., 2014;
mujeres, una muy importante, proviene del mo- Svampa, 2018; Merlinsky, 2017).
delo de desarrollo, de la masculinización de los
territorios y de la naturalización de las mujeres Nuestro interés es, con una perspectiva critico-
como mercancías. Emerge una nueva perspecti- discursiva, indagar en los sentidos de esas dis-
va —con sus particularidades— y acobija a una putas considerándolas como politicodiscursivas
diversidad de feminismos. El feminismo indí- (Fairclough, 2003) en sí mismas y acompañadas
gena comunitario (Cabnal, 2010, 2017), el fe- en su despliegue de una constelación semiótica
minismo antiextractivista (Fernández Droguett, multimedial de reexistencias que cantan, cami-
2019), el feminismo territorial (Ulloa, 2016) y nan, bailan, ritualizan, escriben y comunican
los feminismos decoloniales (Rodríguez, 2021; mientras luchan.
Gargallo, 2014) forman parte de una constela-
ción de espacios de defensa de los derechos de las Análisis de los discursos
mujeres de Abya Yala. Para Svampa:
Desde el análisis del discurso sostenemos que
Vivimos en tiempos en los cuales la pluralidad ontoló- existe una relación dialéctica entre discurso y so-
gica se funda en la idea de multiplicidad de mundos, ciedad, basada en la consideración del discurso
de «pluriversos», y se alimenta de la interculturalidad, como una práctica social. Este es transformado
el respeto hacia otros modos de comprender la cul- por la sociedad, pero también ayuda a transfor-
tura y de organizar la vida. Los feminismos ecoterri- marla. Existen disputas en el campo simbólico y
toriales latinoamericanos suman a los ecofeminismos representacional donde las comunidades de uso
ya existentes una praxis y una narrativa centradas en y contexto, las ideologías y las relaciones de po-
la defensa del agua, en los cuerpos-territorios, en la der, interactúan para construir sentidos comunes
soberanía alimentaria, en la justicia ambiental como (Fairclough, 2013). El lenguaje, los textos y los
justicia social y de género, asociada a la espiritualidad discursos son objeto de reformulación perma-
y la emoción, que ilustra una interconexión con la nente en un movimiento constante limitado,
Tierra y el conjunto de la vida, opuesta a la dominante constreñido o potenciado por las relaciones de
(Svampa, 2021: 24). poder, las ideologías y los órdenes sociales.

Las mujeres campesinas indígenas y los movi- Esas nociones y lo que representan son el centro
mientos comunitarios afrodescendientes son de nuestro análisis en dos direcciones: primero,
muy activos frente al colapso de la tierra y los el interés por describir y acercarnos a lo que esas
límites del planeta y del sostenimiento del modo comunidades de uso intentan decirnos acerca
de vida moderno-colonial-capitalista-patriarcal. del modelo de civilización que ha provocado el

30 ecologíaPolítica
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

Antropoceno y las posibles soluciones a la crisis «Somos la cura de la Tierra frente al sistema pa-
global, y segundo, dar un giro crítico a la pro- triarcal» (MMA 007, asamblea virtual).
ducción de conocimiento académico sobre el
cambio y las transformaciones sociales para pro- Hay una crítica al modelo de civilización y una
ducir un conocimiento situado, pero también evaluación negativa del desarrollo, la riqueza, la
que valore las diferencias y los pluriversos como producción de conocimiento y la falta de cuida-
legítimos productores de conocimiento sobre el do en el actual orden dominante. Las estrategias
cambio global. de recontextualización incluyen transnomina-
ciones y metáforas en referencia a la naturaleza
Se recogió un corpus siguiendo los criterios de y la interconexión humanidad-naturaleza, susti-
representatividad de Van Leeuwen (2008). El tuciones, generalizaciones y el uso de conceptos
propósito era dar cuenta de las estrategias de abigarrados. Los sentidos superpuestos son for-
contextualización y encuadre, centradas prin- mas creativas de expresar cosmogonías, ecosofías
cipalmente en el estudio de macroestructuras y ontologías políticas.
discursivas —conceptos, ideas y nociones—
utilizadas por la comunidad, y describir la prác- Muchos nombres para nombrar la
tica discursiva más que centrarse en un género vida: el pluriverso discursivo
específico. Se recogieron y clasificaron entrevis-

En profundidad
tas, manifiestos, discursos públicos y artículos. Sostenemos que las nociones y conceptos emer-
Se construyeron matrices de análisis lingüísti- gentes para nombrar los impactos y lógicas del
co-discursivo para estudiar los enunciados y sus capital-colonialismo-patriarcado sobre la vida,
secuencias, las estrategias de contextualización y las conceptualizaciones sobre el tejido de la vida
los tipos de encuadre de las nociones y los con- misma y la forma en que se desarrollan la pro-
ceptos1. testa y la denuncia son parte de una práctica po-
lítica estratégica, son prácticas de reexistencias
En el plano lingüístico, los patrones descriptivos discursivas, o construcciones discursivas de re-
y el metalenguaje, es decir, el lenguaje utilizado existencias (Tobar, 2018) en comunidades donde
para hablar del lenguaje, así como las continuas las voces enuncian nociones, ideas y conceptos
referencias al grupo de pertenencia, son un rasgo como cuerpo-territorio, terricidio, acuerpar, cura
distintivo de una construcción discursiva cen- de la Tierra, sanación como política e incluso una
trada en un ethos biocentrado, que explicita la importante ampliación de la noción tradicional
interconexión con la naturaleza, o lo que Stibbe de cuidados haciendo visible la relación entre es-
(2018) denomina ecosofías, en clave de disputa tos y los comunes (Vega, 2019; Buitrago, 2021).
o controversia.
Cuerpo-territorio y cuerpo-territorio-tierra
«Queremos que terricidio pueda ser utilizado
como término vinculante legal» (MMIBV 001, La feminista comunitaria Maya Xinka Lorena
entrevista a Evis Millán) Cabnal (2010, 2017), de Tzk’at, Red de Sanado-
ras Ancestrales del Feminismo Comunitario en
La deslegitimación del otro, generalmente rela- Iximulew-Guatemala, ha acuñado las expresio-
cionada con los grupos dominantes de poder, nes cuerpo-territorio y territorio-cuerpo-tierra des-
el modelo de civilización, un análisis sobre las de una perspectiva feminista comunitaria para
reacciones utilizadas para recontextualizar las
nociones discursivas, así como un análisis evalua-
tivo del discurso, muestran disputas ideológicas 1
Los números y referencias que se encuentran en algunas citas
explícitas al orden social. de este artículo corresponden a la numeración y codificación en
el corpus de estudio, en donde los textos son procesados y los
enunciados han sido clasificados con un código determinado.

ecologíaPolítica 31
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

visibilizar la relación entre la violencia territorial colectivamente esta noción. Desde entonces,
y socioambiental y la violencia sobre los cuerpos la elaboración ha sido seguida por una serie de
de las mujeres. A través de este planteamiento acciones para dar visibilidad y fuerza a su lu-
político, sostiene que la sanación y la defensa cha contra el terricidio, el cambio climático y el
comunitaria solo son posibles si se parte de la extractivismo. Entre ellas, una marcha para im-
recuperación consciente de nuestro primer te- pulsar la consideración del terricidio con estatus
rritorio, nuestro cuerpo, y la conciencia de la legal de crimen contra la humanidad y contra la
violencia que han sufrido los cuerpos de las mu- naturaleza, susceptible de ser juzgado en tribu-
jeres a lo largo de la historia —conciencia de las nales internacionales.
múltiples opresiones ejercidas sobre los cuerpos
de las mujeres en la imbricación del colonialis- «Se refiere al exterminio de todas las fuerzas vivas
mo y el patriarcado—, además de un proceso de la tierra» (MMIBV 002).
de acuerpamiento. Así, da un nuevo sentido a
la premisa feminista «todo lo que es personal es El terricidio es un concepto abigarrado, un neolo-
también político». gismo compuesto por dos radicales simples. Esta
noción busca hacer visibles diferentes formas de
La expresión es un neologismo, aunque su uso violencia y opresión. Sintetiza el feminicidio, el
se ha extendido rápidamente entre los diversos ecocidio, el transfeminicidio, el epistemicidio y
feminismos, basado en una composición culta el genocidio. Hace explícita la disputa discursiva
de dos términos que guardan relación espacial a través del uso de metalenguaje y explicaturas
entre sí, el territorio que contiene al cuerpo, y el sobre el propio uso del lenguaje y su contexto.
cuerpo de la tierra que contiene al territorio. La
complejidad de esta noción política nos permite Cura de la Tierra
considerar cuán profundos son los impactos de
la violencia ecoterritorial sobre los cuerpos y de Con la llegada de la COVID-19 a la Amazo-
la violencia feminicida sobre los territorios a la nia, fue evidente el impacto proporcional a la
vez, y por qué estos cuerpos de las comunidades desigualdad y vulnerabilidad de las poblaciones
se organizan y movilizan de manera tan fuerte. indígenas. De esta manera en 2019 las muje-
De igual modo, en espacios asamblearios, dentro res indígenas amazónicas de Brasil comenzaron
de las definiciones de la relación cuerpo-territo- a autodenominarse en espacios público como
rio, cobra gran importancia la conexión espiri- Cura da Terra, un eufemismo que remite al ethos
tual. Por otro lado, se da cuenta de un ethos de ecosófico de los pueblos indígenas amazónicos,
totalidad y conexión con lo que se conoce como quienes se autodefinen como naturaleza, colo-
naturaleza. cando su rol de cuidadores de la Tierra como
solución a la pandemia. Se puede rastrear la
«Los pueblos ancestrales tenemos nuestra cos- expresión desde la primera marcha de mujeres
mogonía, es otra forma de ver la vida, otra forma indígenas de 2019 en Brasil, también con usos
de sentirla, todos nuestros cuerpos están muy re- en la literatura.
lacionados con el cosmos, hablamos de cuerpos
cosmosintientes» (Cabnal-RSA029) Etimológicamente, la palabra cura proviene de
cura del latín, que significa ‘cuidar’. Por lo tanto,
Terricidio cura da Terra tiene una doble connotación: por
un lado, curar como acción frente a la enferme-
En el año 2020, el MMIBV, en Puelwillimapu, dad y, por el otro, curar en el sentido de cuidar,
Lof Mapuche Pillañ Mahuiza, Argentina, orga- como acción de cuidado de lo otro, en este caso
nizó el campamento climático contra el terri- los territorios y las redes de vida. El término co-
cidio en donde se continuó conceptualizando bra una relevancia particular en un momento en

32 ecologíaPolítica
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
mujeres de Abya Yala» Ecología Política, 63: 27-33.

que los discursos asociados a la pandemia y la Conclusiones


salud tenían una hegemonía en el orden discur-
sivo global: virus, salud, vacunas, contagio, nueva El discurso funciona como una política de di-
normalidad, entre otros, eran los conceptos que ferenciación cultural e identitaria y como un
circulaban con un efecto especular —de espe- dispositivo de disputa ideologicodiscursivo que
jo— del orden social. destaca una visión de la «naturaleza» en un regis-
tro relacional vinculado con las prácticas y eco-
Hubo una controversia importante sobre el ori- sofías de las comunidades feministas, indígenas
gen del propio virus que abrió una serie de deba- y campesinas de Abya Yala-América Latina. Hay
tes. Estos posicionaban discursos contrasistémi- una forma particular de producir y visibilizar, de
cos, no medicalizados —como los emergentes en explicitar su territorio y la relación con este. El
los ecologismos—, que señalaban dimensiones territorio y la política del lugar (Escobar, 2014)
poco visibles de la problemática: el colapso cli- es un constituyente discursivo.
mático, la crisis civilizatoria, entre otras discu-
siones en franca confrontación con los discursos Un enfoque ecofeminista de los estudios del dis-
que colocaban el foco en la medicalización de las curso ayuda a comprender que las políticas de las
dinámicas de vida. Los movimientos indígenas mujeres y los cuerpos feminizados2 operan como
de mujeres fueron parte de estos sujetos políti- espacios de tensión de los marcos epistémicos del

En profundidad
cos. El discurso analizado, en el que se enmarca orden social. Sobre todo cuando se confrontan o
la noción cura da Terra, tiene un ethos centrado amenazan directamente sus condiciones de vida
en el cuidado asociado a los conceptos de repro- y de reproducción a través del extractivismo, la
ducción y sostenibilidad de la vida. violencia feminicida y el racismo en Abya Yala,
las mujeres y en particular los movimientos de
En julio de 2020 Sonia Guajajara, en la primera mujeres indígenas y comunitarias en análisis
Asamblea Mundial por la Amazonia, declaro: utilizan ontologías relacionales y prácticas dis-
«Somos la cura de la Tierra, los bosques de la cursivas como estrategias políticas reexistentes.
Amazonía, lo que se queman son nuestros cuer-
pos […], somos quienes cuidamos la biodiver- Creemos que el estudio de los discursos de estos
sidad, quienes cuidamos los territorios» (MA movimientos, y las nociones y conceptos que se
0006). adicionan al pluriverso discursivo de reexisten-
cia, puede dar cuenta de las relaciones de poder
Estas nociones y conceptos, cuerpo-territorio, implícitas en los conflictos ecoterritoriales diver-
cuerpo-territorio-tierra, terricidio, cura de la Tie- sos y posibilitar diálogos interculturales entre las
rra, son utilizados por diferentes comunidades diferentes políticas relacionales que reexisten y
discursivas de mujeres en Abya Yala, y su uso se existen en los territorios.
extiende a otras comunidades de lucha y femi-
nismos diversos en la disputa por los sentidos
comunes. Cura da Terra (2020) se denomina un
espacio autoconvocado de mujeres indígenas de
Abya Yala que ya han celebrado dos encuentros,
y quienes declaran en su manifiesto: «En medio
del exterminio, las mujeres indígenas hacemos
de la lucha melodía, recuperamos la tierra ro-
bada, insistimos en celebrar nuestra existencia,
2
Con cuerpos feminizados nos referimos a la naturalización de
los trabajos de cuidados en las mujeres y también a la femini-
sembramos esperanzas, pues somos la Tierra cu- zación de comunidades e identidades que se dedican a estos
rándose a sí misma» (CDL T008). cuidados, como las campesinas o indígenas, cuyas prácticas de
cuidados para la vida (territorio, alimentación, cuidado del co-
mún territorial o reproductivo) se infravaloran y reifican.

ecologíaPolítica 33
Buitrago, L. (2022) «Estrategias discursivas de reexistencia en defensa de la vida: nociones emergentes de comunalización en movimientos de
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ecologíaPolítica 35
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

La apuesta ecológica del


confederalismo democrático en la
Federación Democrática del Norte
y Este de Siria
Rodrigo Rubén Hernández González*

Resumen: ¿Cómo generar una salida de la mo- Abstract: How may an alternative to capitalist
dernidad capitalista? ¿Es posible construir una modernity be generated? Is it possible to create
alternativa social y ecológica frente a la devasta- a social and ecological alternative to the human
ción humana y ambiental por ella generada? En and environmental devastation generated by it?
el presente texto propongo algunas claves para Based on the practice from the peoples organized
pensar la respuesta que los pueblos articulados in the Democratic Federation of Northern and
en la Federación del Norte y Este de Siria han Eastern Syria, this essay proposes some keys to
dado, a través de su práctica, a estas preguntas. think on the answer that they give to these ques-
Desarrollo algunos ejemplos que nos permiten tions. I develop some examples that may help us
ver la importancia de la perspectiva ecológica to see the importance that the ecological pers-
para el proyecto del confederalismo democrá- pective has for the Democratic Confederalism
tico y su concreción en la Federación, la forma and for the Federation, confederalism’s concre-
en que se ha llevado a cabo y las contradiccio- te realization. These examples will be useful as
nes a las que se ha enfrentado, sin dejar de lado well to observe the way in which this perspective
algunos elementos teóricos de esta perspectiva, has been carried out and the contractions it has
desarrollados por Abdullah Öcalan. faced, not leaving aside some of its theoretical
elements developed by Abdullah Ocalan.
Palabras clave: confederalismo democrático,
Rojava, Federación Democrática del Norte y Keywords: Democratic Confederalism, Rojava,
Este de Siria, ecologismo, Abdullah Öcalan Democratic Federation of Northern and Eastern
Syria, ecologism, Abdullah Öcalan

* Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.


E-mail: rodrigorhernandez@politicas.unam.mx.

36 ecologíaPolítica
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

«Debido al fenómeno de la ganancia, el medio La Junta planeó la reconstrucción urbana y agrí-


ambiente se debate entre la vida y la muerte […]. cola del cantón a partir de un nuevo tipo de
Nada explica mejor la aniquilación del ambiente relación entre la sociedad y la naturaleza, res-
que el beneficio económico…». petuosa del medio ambiente y sus ciclos natu-
Abdullah Öcalan, Civilización capitalista rales, mediante la utilización de recursos locales
para asegurar el equilibrio entre las personas y
I. la comida, el agua y la energía disponibles, con
la promoción de la diversidad natural y social,
El 26 de enero de 2015 las unidades de defensa priorizando el desarrollo de los espacios públi-
del pueblo y las unidades de defensa de mujeres, cos sobre los privados y con base en la toma de
milicias populares kurdas, lograron expulsar a decisiones colectivas.
las tropas del autoproclamado Estado Islámico
(EI) del cantón de Kobane. Durante los 133 Estos diferentes elementos se proyectaron en el
días que duró la ocupación, el ejército invasor empleo de energías renovables, como la eólica y
destruyó pueblos enteros, cometió asesinatos y solar, de manera eficiente; el cuidado y la diver-
violaciones e hizo esclavos; todos estos ataques sificación de la flora y la fauna tanto en el campo
a la población civil provocaron cientos de mi- como en la ciudad; la reforestación de los bos-
les de desplazamientos. Se destruyeron miles de ques; la autonomía alimentaria a partir de una

En profundidad
hectáreas de bosques y huertos, y se talaron miles agricultura agroecológica y los huertos urbanos;
de olivos, símbolo de la conexión de los kurdos el desarrollo de una industria ecológica con uso
con la tierra. La ciudad homónima del cantón de fuentes de energía renovable, reutilización del
fue devastada, el 80 % de sus construcciones se agua y tratamiento de los desechos; la construc-
arrasaron: casas, hospitales, escuelas e infraes- ción de pequeños núcleos de población interco-
tructura de agua, luz, teléfono y alcantarillado; nectados entre sí, pero rodeados de áreas verdes
los espacios para el suministro de alimentos y y de esparcimiento, sin un centro y conectados
combustibles quedaron en ruinas. Se atravesó con el campo, la ciudad y los bosques a través
por una verdadera crisis en el doble sentido se- de un cinturón verde; la prioridad de peatones y
ñalado por Jean Robert (2009), un momento de bicicletas y el desarrollo del transporte público
peligro sin precedentes pero que abre la posibili- eléctrico; la construcción de viviendas con patios
dad a la esperanza. comunes e infraestructura con materiales locales
de bajo costo y fáciles de utilizar, como la pie-
Podría afirmar junto con Jean que esta crisis que dra, el barro cocido, el alker (ladrillo de barro
puso en riesgo la vida de los pueblos kurdos en cocido reforzado con yeso) y la paja; la creación
Kobane abrió también la oportunidad de re- de espacios públicos como lavanderías, cocinas,
construir su vida, la posibilidad de la esperanza. comedores y espacios de cuidados para los niños,
Tras la expulsión del enemigo y con la ciudad entre otras medidas (Rojava Azadi, 2015).
y los más de trescientos cincuenta pueblos del
cantón prácticamente destruidos —no solo por Al respecto, el antropólogo anarquista David
la invasión, sino también por el abandono gu- Graeber platicó en entrevista con Pinar Ögnüç
bernamental sirio de más de cuarenta años—, (2015) que durante su visita a Rojava, un médi-
se conformó la Junta de Reconstrucción de Ko- co le comentó: «Nuestro objetivo es reorganizar
bane, consejo organizado para reestructurar la las ciudades para que tengan un 70 % de espa-
ciudad con una perspectiva ecológica, un pro- cio verde». Sorprendido, Graeber afirmó: «Hay
yecto que recordaba la ciudad campesina soñada toda clase de esquemas locos y brillantes». Sin
por el agrónomo ruso Alexander Chayanov en embargo, reconoció también la «brecha entre sus
su novela El viaje de mi hermano Alexéi al país de ambiciones y sus circunstancias increíblemen-
la utopía campesina. te difíciles». En el caso de la reconstrucción de

ecologíaPolítica 37
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

Kobane esta brecha llevó a que el proyecto de II.


la Junta se dejara pendiente para un momento
en el que lo urgente no se impusiera sobre lo El confederalismo democrático es una práctica
necesario. política autonómica fundamentada en el comu-
nalismo, la igualdad de género y el ecologismo,
Tras la expulsión del EI de Kobane, los miles puesta en práctica en el territorio de Rojava o
de desplazados regresaron a sus hogares por lo Kurdistán sirio, al que pertenece Kobane, a par-
que asegurarles refugio y alimentación fueron tir de julio de 2012. En medio de una guerra
las prioridades. Luego hubo que remover tone- civil que envolvía a Siria y que marcaba como
ladas de escombros y retirar las minas terrestres opciones políticas la del Ejército Libre Sirio
y las trampas para favorecer la movilidad, así (opositor al régimen y aliado de Estados Uni-
como recuperar cuerpos para darles entierro. La dos) o la del Estado sirio (impulsor de las po-
solución de problemáticas como inundaciones, líticas neoliberales en el país y responsable de
acumulación de basura, proliferación de gatos la represión y exclusión de la población kurda),
y perros callejeros, la necesidad de recuperar la los pueblos de Rojava propusieron el ejercicio
vida cotidiana de los pueblos —en medio de un del confederalismo como una tercera vía para la
contexto de guerra que continuaba, del bloqueo solución del conflicto.
económico por parte de Turquía, del Gobierno
Regional de Kurdistán y de grupos islamistas ra- La población kurda expulsó a todos los funcio-
dicales al interior de Siria—, así como el aban- narios y fuerzas represivas del régimen y comen-
dono de las organizaciones internacionales que zó a formar comunas, órganos de base para la
se habían comprometido a apoyar el proyecto de toma de decisiones colectivas, como sustento
la Junta, llevó a su abandono y a que la recons- organizativo del proceso revolucionario, lo que
trucción se hiciera sobre las ruinas de la ciudad les permitió comenzar a gestionar de manera
y el trazo ya existente. autónoma todos los ámbitos de su vida social.
Pronto las comunas se extendieron por todo
A pesar de esto, algunos elementos del proyec- el territorio de Rojava, y con la liberación de
to pudieron echarse a andar. Un solo ejemplo territorios no kurdos del norte y este de Siria
nos ayuda a comprender cómo, a pesar de las por parte de las milicias populares de manos del
dificultades para llevarla a cabo, la perspectiva EI, esta propuesta política fue abrazada por los
ecológica se mantuvo. En el año 2017, como pueblos árabes, asirios, arameos, turcomanos, ar-
parte del proceso de reforestación se destinaron menios y chechenos, lo que permitió establecer
quince mil dólares a la compra de árboles de la Federación Democrática del Norte y Este de
producción local, los cuales se plantaron alre- Siria en el año 2018.
dedor de la ciudad. A cada árbol le fue asignado
el nombre de un mártir caído en la resistencia La propuesta política del confederalismo fue
frente al EI, y se confió su cuidado a sus fami- desarrollada por el Partido de Trabajadores del
liares. Así, el proyecto ecológico se vinculaba a Kurdistán (PKK) años atrás y tiene como uno
la memoria de los compañeros caídos y a una de sus fundamentos, junto al comunalismo y la
organización colectiva del cuidado ambiental. emancipación de las mujeres, una perspectiva
Estas características desarrolladas en la recons- ecológica que permita desarrollar una moderni-
trucción de Kobane son solo una muestra de una dad democrática frente a la modernidad capita-
propuesta política que engloba un proyecto de lista. De acuerdo con Abdullah Öcalan, prin-
vida: el confederalismo democrático. cipal líder y teórico del PKK, la contradicción
fundamental de la sociedad actual se encuentra
entre la civilización y la vida libre. Öcalan ubica
el surgimiento de la civilización en la sociedad

38 ecologíaPolítica
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

sumeria y, en esta, el germen de, entre otros fe- final no se producirá a consecuencia del desequilibrio
nómenos, el Estado, la división de la sociedad natural, sino que se lo hará vivir a la sociedad por la
en clases sociales, el dominio patriarcal, la sus- mano de los grupos organizados en redes [de renta y
titución de la lógica de la reciprocidad por la capital] debido a la andanza actual. Por supuesto que
lógica de la ganancia y el surgimiento de la ciu- la naturaleza tendrá respuestas a esta andanza. Por-
dad como espacio social privilegiado. A partir de que ella también es un ser vivo y tiene intelecto; así
ese momento, la vida civilizada ha ido ganando como su fuerza de aguante tiene límites; mostrará su
terreno frente a la sociedad libre característica resistencia en el lugar y tiempo oportunos y, cuando
del Neolítico. A pesar de esto, «la vida previa llegue la hora de este lugar y tiempo, no hará caso a
a la civilización nunca podrá desaparecer ni ser las lágrimas de los seres humanos (Öcalan, s/f: 60).
aniquilada del todo, no por su fortaleza, sino
porque la existencia social no es posible sin ella» El grado de destrucción ambiental generado por
(Öcalan, 2017a: 283). la civilización capitalista en tan solo doscientos
años está vinculado a dos de sus elementos cons-
Así, el surgimiento de la civilización no implica titutivos: el industrialismo y el desarrollo de la
suprimir la vida libre, sino subordinarla a esta. ciudad. El industrialismo es definido por Öcalan
La sociedad civilizada necesita basarse en so- no en términos de la producción, sino de la ge-
ciedades no civilizadas o semicivilizadas, en las neración infinita de ganancias al margen de las

En profundidad
que siguen vivos valores como la solidaridad, la necesidades humanas. La búsqueda de ganancias
fraternidad, el cariño, el respeto a la naturaleza, reduce la naturaleza a un objeto de dominio, sin
la cooperación… En resumen, una ética que se tomar en cuenta sus propios ciclos de regenera-
opone a la dominación natural y humana, la ex- ción, y se desarrolla a través del uso de energías
plotación, la represión, el saqueo y las masacres fósiles que tienen un carácter devastador sobre la
del mundo civilizado. En esta persistencia de las naturaleza. Al mismo tiempo, el industrialismo
sociedades no civilizadas se encuentra la posibi- genera problemas sociales como el desempleo, la
lidad de construir una modernidad democrática. desigualdad, la pobreza y el hambre. Vinculado
a este y su necesidad de comercio, se desarro-
Sin embargo, a pesar de esta pervivencia, la civi- llaron las grandes ciudades que subordinaron a
lización ha alcanzado su etapa más brutal en la la sociedad rural. El espacio urbano comenzó a
sociedad capitalista actual, en la que el dominio, concentrar millones de personas, lo que impli-
la violencia y la destrucción de la vida, no solo có la muerte ecológica de regiones completas,
humana sino del conjunto de la naturaleza, ha esquilmadas tan solo para proveer alimentos y
desarrollado formas nunca vistas. Öcalan retrata agua a tal concentración social. Sumado a esto,
de manera dramática la magnitud y la profundi- las grandes cantidades de desechos, así como el
dad de la catástrofe que atravesamos: uso de automóviles, también con base en los
combustibles fósiles, han creado devastaciones
Se prevé que la contaminación con su forma actual en medioambientales que se convierten en catástro-
la atmósfera, provocada principalmente por la propor- fes sociales. Por ejemplo, han generado enferme-
ción de dióxido de carbono (CO2) y otros gases, no dades entre la población citadina, y las catástro-
podría ser limpiada durante cientos, o incluso miles, fes sociales se traducen de nuevo en cataclismos
de años. Es posible que no estén aún completamente a ambientales, en un círculo interminable.
la luz las consecuencias de la destrucción en los mun-
dos vegetal y animal, pero es obvio que dan señales Frente a la devastación ambiental generada por
de SOS, al menos tanto como la destrucción de la la modernidad capitalista, Öcalan propone cons-
atmósfera. La contaminación de los mares y los ríos, truir una modernidad democrática que tenga
así como la desertificación, ya están llegando a los lí- como uno de sus fundamentos el desarrollo de
mites de catástrofes. Todo indica que el día del juicio una sociedad ecológica. Esta perspectiva critica

ecologíaPolítica 39
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

la oposición sujeto/objeto y recupera la visión de fertilizantes e insecticidas químicos, pero, por


mítica en la que la «vida, en coherencia con la otro, fomentó el cuidado del agua y el suelo a
naturaleza, dio lugar a una gran, colorida y eu- partir del desarrollo de técnicas con base en la
fórica diversidad de comunidades» (2017a: 80). permacultura.
En oposición al industrialismo, plantea crear
una economía basada en una industria que tenga En cuanto a la reforestación tanto en las zonas
como límite las necesidades humanas y ecológi- rurales como urbanas, en 2018 la Comuna Inter-
cas. Frente al crecimiento desmedido de las ciu- nacionalista y el Comité Ecológico de Cizire lan-
dades, el desarrollo de núcleos urbanos pequeños zaron la campaña «Make Rojava Green Again»
que se comuniquen con los núcleos rurales y que que desarrolló un vivero para la reforestación y,
se alimenten mutuamente. Con estos elemen- tan solo en el año de su lanzamiento, se planta-
tos éticos, políticos y ecológicos como base, los ron dos mil árboles y cincuenta mil plantones
pueblos del norte y este de Siria han comenzado (Bance, 20019). Por otro lado, se promueven
a reconstruir su vida bajo la perspectiva del con- el cuidado del agua y la limpieza de los ríos por
federalismo democrático. parte de la población de las comunas y las es-
cuelas, y existe un proyecto para desarrollar una
III. planta de tratamiento de aguas. Con relación al
manejo de desechos, los consejos populares or-
La apuesta ecológica se ha convertido en uno de ganizaron un servicio de recolección de basura
los ejes del confederalismo. Sobre él se ha cons- que ha resultado muy eficiente. Sin embargo,
truido el ejercicio autonómico de la Federación algunos de los vertederos en los que se deposita
Democrática del Norte y Este de Siria, y ha te- y quema están cerca de pozos de agua potable,
nido que enfrentar un deterioro ambiental muy como en el caso de la ciudad de Qamishlo, lo
profundo de la región debido a la imposición por que genera su contaminación y problemas de
parte del Estado sirio de empresas capitalistas de salud en la población. Para solucionar esto, se
trigo en bosques milenarios, la pérdida de rique- han planeado construir nuevos vertederos lejos
za de los suelos por los monocultivos, la conta- de las aguas subterráneas y concluir los traba-
minación de aguas y tierras generada por la pro- jos de una planta de incineración de residuos.
ducción petrolera, la explotación inmoderada de En este aspecto, el bloqueo ha tenido también
los recursos madereros y la sequía que asoló Siria un carácter ambivalente, ya que, aunque ha li-
entre 2007 y 2011, entre otros factores. Sumado mitado el acceso de mercancías al interior de la
a esto, durante el primer año de la revolución, Federación, ha promovido una cultura de reuti-
en 2012, la población de Rojava aumentó la tala lización y reciclaje.
de árboles para utilizarlos como leña y calentar
los hogares, ante la falta de energía debida a la También se ha iniciado el desarrollo de comunas
guerra (Aguilar, 2018). ecológicas y reservas naturales. Quizá el ejemplo
más acabado de esto sea la aldea de Jinwar, cuyo
Frente a este panorama, la Federación ha busca- diseño y construcción se han llevado a cabo con
do diversificar cultivos para conseguir la autosu- una perspectiva ecológica y de género. La aldea
ficiencia alimentaria. Los monocultivos de trigo, tiene un huerto-jardín comunal, una clínica, una
olivo, uvas y granada se han sustituido por una escuela, una academia, una tienda de alimen-
gran diversidad de plantas que incluyen cerea- tos, un horno y una cocina comunal, así como
les, frutas, verduras y leguminosas, y se evitan treinta casas, construidas, al igual que toda la in-
cultivos que consuman grandes cantidades de fraestructura del lugar, con barro, tierra, forraje
agua. En este proceso, el bloqueo económico ha y madera, y alimentadas con electricidad produ-
tenido repercusiones ambivalentes, ya que, por cida con energía solar. Las mujeres trabajan en
un lado, disminuyó la productividad por falta cooperativas agrícolas de cultivo de cereales y de

40 ecologíaPolítica
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

árboles frutales, con los que se logra la autosufi- ministro de agua a la presa. Como consecuen-
ciencia económica y la sostenibilidad ecológica cia, muchas poblaciones de la Federación reciben
(Internationalist Commune, 2017). También energía eléctrica solo entre cuatro y doce horas al
adoptan medidas aldeas y ciudades prexistentes, día. Esto ha llevado a que el resto del tiempo se
como la comuna de Dêrik, que ha comenzado utilicen generadores de diésel, lo que agudiza la
a producir energía eléctrica con una turbina eó- contradicción señalada: aunque la utilización de
lica y un sistema de reciclaje de agua para uso este posibilita la autonomía energética y la mo-
agrícola, experiencia exitosa que han empezado vilización de personas dentro de la Federación,
a replicar otras comunas (Broomfield, 2018). genera un daño irreversible en la naturaleza. Sin
embargo, en un contexto como el que vive la Fe-
Por último, es necesario señalar que, aunque el deración hoy se impone la sobrevivencia, como
avance en rehabitar el mundo en términos eco- señaló en una entrevista Zafer, responsable del
lógicos ha dado importantes pasos, es uno de Comité de Comercio:
los aspectos que presenta mayores contradiccio-
nes, sobre todo a partir de la producción, re- Somos una sociedad que vive en guerra, no tenemos
finación, distribución y utilización de petróleo otro ingreso que el petróleo. Sin petróleo, no podemos
como fuente energética central, que genera gran pagar salarios, no podemos mantener el YPG1 en pie,
contaminación de suelos y aguas. Así lo señaló no podemos comprar armas. No podemos rendirnos

En profundidad
Hediya Mihmed, copresidenta del Comité de porque no es ecológico; porque el asunto es más vital,
Ecología Regional: «Sabemos que el petróleo es la vida. Sin embargo, la proliferación de la tecnología
la riqueza de nuestra tierra. Pero tenemos que del petróleo y su daño al suelo es una situación que los
aprender a utilizarlo mejor. La verdad es que la compañeros del comité industrial analizan e intentan
economía de Rojava depende de la gasolina, que prevenir (Aslan, 2020: 203-204).
tiene un impacto negativo en el medio ambien-
te» (Broomfield, 2021). El petróleo se refina para De esta manera, la perspectiva ecológica, aunque
generar diésel, usado para los automóviles, las ha tenido logros importantes, no ha sido fácil
plantas energéticas de los hogares, las cooperati- de desarrollar y se enfrenta a retos a superar no
vas y los sistemas de calefacción. Sumado a esto, solo en el ámbito local y regional, sino también
el petróleo es una de las principales fuentes de global, comenzando con la necesidad de termi-
ingresos económicos de la Federación, y resulta nar con la guerra. Al respecto, Hediya Mihmed
fundamental para las tareas del autogobierno y señaló:
la autodefensa.
Hemos creado un cambio de mentalidad. El sistema
La situación energética es delicada, ya que la comunal es la base de una mentalidad comunitaria,
presa de Tabqa, destinada a alimentar el terri- con un enfoque en un medio ambiente limpio y la
torio de la Federación a través de una central plantación de árboles. Pero la guerra no nos ha per-
hidroeléctrica de ocho turbinas, trabaja a una mitido seguir esta estrategia al máximo. Por ejemplo,
cuarta parte de su capacidad. Welat Derwish, nuestros proyectos de saneamiento y perforación de
jefe del Comité de Presas y Energías de la Ad- pozos fueron detenidos por la guerra. Lanzamos cam-
ministración Autónoma, explicó que en 2014: pañas de plantación de árboles, pero en Afrin [ocu-
«ISIS colocó minas en las ocho turbinas y las
detonó. También quemaron la central eléctrica».
Cuatro turbinas se arreglaron, pero el resto no 1
Las Yekîneyên Parastina Gel (YPG) o Unidades de Protección
debido a la falta de recambios y herramientas ge- Popular junto con las Yekîneyên Parastina Jin (YPJ) Unidades
de Protección de Mujeres son las milicias populares kurdas que
nerada por el bloqueo. Sumado a esto, en 2018, mantienen la protección del territorio de Rojava. Éstas junto
con las milicias populares de otros grupos étnicos conforma-
con la invasión turca, el Gobierno de Erdoğan ron las Fuerzas Democráticas Sirias para la autodefensa de la
desvió el cauce del Éufrates para reducir el su- Federación.

ecologíaPolítica 41
Hernández, R. (2022) «La apuesta ecológica del confederalismo democrático en la Federación Democrática del Norte y Este de Siria». Ecología Política, 63: 36-42.

pada por Turquía] entonces [las milicias respaldadas Broomfield, M., 2021. «Rojava trata de cons-
por Turquía] han estado arrasando árboles. Ni siquie- truir una sociedad verde, pero Turquía la
ra tenemos las herramientas para medir el alcance de está privando de agua y energía». Disponi-
la contaminación o detener los derrames de petróleo ble en: https://www.kurdistanamericalatina.
(Broomfield, 2021). org/rojava-trata-de-construir-una-sociedad-
verde-pero-turquia-la-esta-privando-de-
Como señaló David Graeber, en la apuesta eco- agua-y-energia/, consultado el 26 de abril
lógica del confederalismo democrático se ve la de 2022.
brecha entre las ambiciones y las circunstancias Internationalist Commune, 2017. «Women’s
increíblemente difíciles que enfrentan los pue- village: Jinwar». Disponible en: https://in-
blos de la Federación y que podrían caracterizar ternationalistcommune.com/jinwar/, con-
el conjunto de su proyecto político. A pesar de sultado el 26 de abril de 2022.
esto, la práctica de los pueblos que antepone las Öcalan, A., 2017a. Orígenes de la civilización.
necesidades humanas y naturales a la generación Caracas, Fondo Editorial Ambrosía.
de ganancias nos permite pensar en la posibili- Öcalan, A., 2017b. Civilización capitalista. Ca-
dad de un mundo en que lo necesario se impon- racas, Fondo Editorial Ambrosía.
ga sobre lo posible. Öcalan, A., s/f. Una prueba sobre la sociología de
la libertad, s/r [Borrador con la traducción
preliminar al español proporcionado de ma-
Referencias nera directa por compañeras del Movimien-
to de Mujeres del Kurdistán en América La-
Aguilar, E., 2018. «Ecofeminismo en Rojava: tina, aún inédito]
hacia la construcción de un modelo alter- Ögünç, P., 2015. «Me volví diez años más jo-
nativo de desarrollo económico en el terri- ven en Rojava. Entrevista a D. Graeber».
torio sirio del Kurdistán». Ecología Política, En: D. Graeber, D. Vernegg, P. Ögünç et
54, pp. 70-74. al., Rojava. Comunalismo libertario desde el
Aslan, A., 2020. Las contradicciones de la revolu- Kurdistán Occidental. Ciudad de México, La
ción en la lucha kurda y la economía antica- Social, pp. 33-53.
pitalista de Rojava, Puebla, BUAP. Robert, J., 2009. «La acción antisistémica en
Azzez, H., 2019. «La cuestión ecológica: el fun- tiempos de crisis». Primer Coloquio Inter-
damento del confederalismo democrático». nacional In Memoriam Andrés Aubry. San
Disponible en: https://rojavaazadimadrid. Cristóbal de las Casas, CIDECI/Unitierra/
org/la-cuestion-ecologica-el-fundamen- SCLC.
to-del-confederalismo-democratico/, con- Rojava Azadi, 2015. «Informe para la recons-
sultado el 26 de abril de 2022. trucción democrática de Rojava». Dispo-
Bance, P., 2019. «Haciendo que Rojava vuelva nible en: https://rojavaazadimadrid.org/
a ser verde». Disponible en: https://rojavaa- informe-para-la-reconstruccion-ecologi-
zadimadrid.org/haciendo-que-rojava-vuel- ca-y-democratica-de-kobane/, consultado
va-a-ser-verde/, consultado el 26 de abril de el 26 de abril de 2022.
2022.
Broomfield, M., 2018. «He aquí por qué esta-
mos plantando árboles en el norte de Siria».
Disponible en: https://www.cnt.es/noticias/
he-aqui-por-que-estamos-plantando-arbo-
les-en-el-norte-de-siria/, consultado el 26
de abril de 2022.

42 ecologíaPolítica
Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

Desalambrar territorios y saberes:


Proceso de Liberación de la Madre
Tierra y horizonte del wët wët
fxi’zenxi (buen vivir)
Andrea Fajardo Camacho* y la Minga de Comunicación del Proceso de Liberación
de la Madre Tierra**

Resumen: La dinámica del capital ha significado Abstract: The dynamics of capital systematically
la aniquilación sistemática de las formas de vida annihilates life forms in the territories in dispute.

En profundidad
en los territorios en disputa. Así, el bosque seco Thus, the tropical dry forest of the Cauca River
tropical del valle del río Cauca, Colombia, hoy valley, Colombia, is today a green desert formed
es un desierto verde formado por grandes exten- by large extensions of sugarcane monoculture.
siones de monocultivo de caña.
After hundreds of unfulfilled agreements by the
Luego de cientos de acuerdos incumplidos por el State, in December 2014, a group of community
Estado, en diciembre de 2014, un grupo de co- members of the Nasa people entered the farms
muneras y comuneros del pueblo nasa entraron of some of the richest families in the country to
a las fincas de algunas de las familias más ricas liberate the land from sugarcane monoculture;
del país para liberar la tierra del monocultivo de they named themselves «Process for the Libera-
caña; se nombraron «Proceso de Liberación de tion of Mother Earth» (PLMT), and have since
la Madre Tierra» (PLMT), y desde entonces han liberated more than 6,000 hectares.
liberado más de seis mil hectáreas.
In this article, we will characterize the double
En este artículo, caracterizaremos el doble de- challenge of the PLMT's struggle: planting a
safío de la lucha del PLMT: poner un límite a limit to the greed of the sugarcane industry's
la voracidad de los monocultivos de la industria monocultures and the regeneration of social and
cañera y regenerar vínculos sociales y ecológicos ecological links through organizational dyna-
mediante dinámicas organizativas, que apuestan mics, which bet on other forms of collective life.
por otras formas de vida colectiva.
Keywords: liberation of Mother Earth, imagina-
ries of transformation, good living, monoculture
Palabras clave: liberación de la Madre Tierra,
imaginarios de transformación, buen vivir,
*Miembro de la Minga de Comunicación del PLMT y docto-
monocultivos randa del Programa de Estudios Latinoamericanos de la Univer-
sidad Nacional Autónoma de México. E-mail: andrea.fajardo.
camacho@gmail.com
** La Minga de Comunicación es un espacio de articulación
con el PLMT a partir del trabajo colectivo de comunicar para
un bien común.

ecologíaPolítica 43
Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

Introducción Como parte de esas prácticas, este artículo fue


elaborado en una minga de pensamiento y es-
El Proceso de Liberación de la Madre Tierra critura. La minga es el trabajo colectivo para el
(PLMT) «ha cumplido 7 años en la última etapa, bien común, organiza los saberes y las tareas de
17 años desde la entrada en [la finca] La Empe- la vida en comunidad; se convocan mingas de
ratriz, 51 años con el [Consejo Regional Indí- construcción, de siembra y de corte de caña,
gena del Cauca] CRIC, 112 años con Quintín según la necesidad. Quienes escribimos somos
Lame, 320 años con Juan Tama, 484 años con La parte de la Minga de Comunicación convocada
Gaitana»1 (PLMT, 2022). Se trata de un sujeto por el PLMT desde 2016.
colectivo con una raíz profunda de construcción
de vida y resistencia. Además del dilatado cami- Imagen 1: Minga de corte de caña. Fuente:
no por «la larga noche de los quinientos años» PLMT, 30 de junio de 2018.
que todos los pueblos amerindios han andado,
caminan la palabra que sembraron en 1971
como CRIC en su plataforma de lucha: liberar
la tierra, ampliar el territorio y no pagar terraje
(PLMT, 2016a). De la mano de otras organiza-
ciones campesinas, lograron una de «las reformas
agrarias [por las vías de hecho] más reconocidas
en América Latina y la más grande en Colombia»
(Almendra, 2017: 86).

Luego de cientos de acuerdos incumplidos por


el Estado, en diciembre de 2014, un grupo de
comuneras y comuneros del pueblo nasa entra-
ron a las fincas de algunas de las familias más
ricas del país en el Norte del Cauca para liberar Coordenadas históricas
la tierra del monocultivo de caña; se nombraron
«Proceso de Liberación de Uma Kiwe (Madre En la Constitución de 1991, Colombia se ins-
Tierra)», y desde entonces han liberado más de taura como Estado multicultural y reconoce
seis mil hectáreas en al menos doce territorios derechos a las comunidades afrodescendientes,
que hoy nombran «puntos de liberación». indígenas y gitanas del país, así como la figura
territorial indígena de resguardos, y a sus auto-
La lucha del PLMT consiste en poner un límite a ridades como cabildos. Este hecho generó una
la voracidad del monocultivo de la caña (a costa gran paradoja: «¿Cómo entender esta situación
de represión y persecución) y regenerar vínculos en la que las comunidades indígenas y afrodes-
sociales y ecológicos mediante luchas que fisuran cendientes han obtenido de las mismas estructu-
la lógica del capital y apuestan por otras formas ras de poder —que históricamente han avalado
de vida colectiva. Resquebrajar esta lógica pasa su desaparición— un estatus político?» (Duarte,
también por contar y visibilizar nuestro proceso: 2015: 18).
«La Minga de Comunicación es el mecanismo
que creamos para contar lo que va pasando y,
mientras se cuenta, para desalambrar, y mientras
se desalambra, ir tejiendo. Contar, desalambrar,
tejer para acortar el camino de la liberación de
la Madre Tierra» (PLMT, 2016b). 1
Declaraciones de líderes nasas que han resistido las sucesivas
invasiones a sus territorios.

44 ecologíaPolítica
Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

Raquel Gutiérrez (2017: 13) afirma que, en los más luchar por la libertad de la Madre Tierra,
últimos veinte años, diversos movimientos la- esclavizada por el capital transnacional y puesta
tinoamericanos se integraron a «la sistemática al servicio de los poderosos como una máquina»
política de “construcción de Estado” impulsada (Almendra, 2017: 110). El Gobierno generó más
por los Gobiernos progresistas»; en Colombia, acuerdos en los que se comprometía a cumplir la
muchos procesos del movimiento indígena asu- reparación firmada años atrás. Pero esos acuerdos
mieron la estrategia del acuerdo y la negociación. se sumaron a la lista de promesas incumplidas.
La Constitución fue el gran acuerdo de acuerdos, El 14 de diciembre de 2014, los comuneros y
el más devastador en cuanto a sus consecuen- comuneras nasas decidieron entrar en las fincas
cias para los pueblos indígenas. De «menores de para no volver a salir: la vía estatal no sería más
edad» en la Constitución del siglo XIX, pasamos el camino; el único acuerdo posible iba a ser la
a «indios reconocidos», «ciudadanos» como el entrega de las fincas a las comunidades. En estos
resto del país. siete años, ya son diecinueve las fincas ocupadas
y alrededor de seis mil las hectáreas liberadas de
«Te doy un papel para aquietarte», parecían de- caña. Una pequeña expresión, un punto, una le-
cirnos. tra en el vasto libro de las luchas. Llena de sen-
tido profundo, de luces, de sombras: «Cuando
El 16 de diciembre de 1991, los paramilita- llegue el momento de “negociar” será dentro de

En profundidad
res asesinaron a veintiún indígenas nasas que las fincas y el único trato aceptable será su liber-
«exigían pacíficamente su derecho a la tierra» tad. Ese día ya no serán fincas, serán Uma Kiwe»
(Almendra, 2017: 78) en la finca El Nilo, mu- (PLMT, 2016a).
nicipio de Caloto, Cauca. La masacre fue denun-
ciada ante la Comisión Interamericana de Dere- Una guerra contra la vida: la
chos Humanos (CIDH), que pidió al Gobierno pesadilla de la industria cañera
colombiano reparar al pueblo nasa. El acuerdo
de reparación fue la entrega, entre 1992 y 1994, Para una persona externa que sobrevuela el valle
de 15 663 hectáreas de tierra plana. El Gobierno del río Cauca, las 330 000 hectáreas de mono-
realizó estudios técnicos de las tierras que com- cultivo de caña aparecen como una extensión
prarían a las fincas para entregarlas a los nasas. rebosante de vida. Si desciende a ras de tierra,
Sin embargo, las más fértiles fueron rentadas2 a verá kilómetros de paisaje uniformado a ambos
los ingenios, mientras que las comunidades re- lados de la carretera: el «desierto verde» de la
cibieron hectáreas de ladera infértil (PLMT y agroindustria cañera.
Fajardo, 2022). Estos eventos evidenciaron los
límites del camino institucional.

Tanto esa masacre como la promesa que suponía


el reconocimiento constitucional frenaron la re-
cuperación de tierra por las vías de hecho, una de
las prácticas más significativas del movimiento.
La dinámica cambió: firmar acuerdos a la espera
de que se cumplieran. La tradición de lucha se 2
Carlos Ardilla Lülle, dueño de Incauca, quien se jactó en vida
apaciguó. de ser «el productor individual de azúcar más grande del mun-
do», magnate de las bebidas gaseosas, los bancos y los medios de
comunicación, aprovechó el incumplimiento de la restitución
En septiembre de 2005, las comunidades ocu- de tierras al pueblo nasa y arrendó «varias de las fincas ofreci-
paron pacíficamente la finca La Emperatriz. No das a la venta por sus propietarios, fincas que tenían estudios
técnicos favorables [...]. Además, Incauca arrendó [...] la finca
buscaban solo «el cumplimiento de acuerdos es- más disputada durante el conflicto reciente en La Emperatriz»
tablecidos con el Gobierno nacional, sino ade- (Mondragón, 2008).

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Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

Cuando le llamamos desierto, aludimos a que El costo de producción del etanol es superior al de
la huella hídrica de la caña amenaza las reservas la gasolina: Ardila Lülle vende el galón de etanol a
acuíferas de la zona: cada tonelada de caña exige US$2,40 mientras Ecopetrol vende el de gasolina a
el triple de agua que una de maíz. El 70 % del US$1,26. La maquinaria de las plantas para producir
agua superficial y el 90 % de la subterránea del alcohol no paga impuestos de aduana. Una resolu-
Cauca están concesionadas a la industria cañera ción del Ministerio de Minas impide que el etanol se
(Hernández, 2021). obtenga de minerales o gases y obliga a extraerlo de
biomasa. Para completar, la Ley 788 de 2002 exoneró
La industria cañera en el Cauca es un ejemplo de al etanol del impuesto al valor agregado (IVA) y de los
la voracidad con la que se imponen unas relacio- impuestos y sobretasas a los combustibles, exenciones
nes de interdependencia que aniquilan a su paso que cuestan al estado 100 millones de dólares por año
todo el entramado de la vida. En palabras de (Mondragón, 2008).
Uribe Castro: «El éxito del cultivo de la caña está
relacionado en forma directamente proporcional Este negocio no pierde: ni siquiera compran las
con la destrucción de unas condiciones natura- tierras; se contentan con explotarlas y sembrar
les, de un ecosistema aluvial rico en diversidad» devastación a futuro. Tampoco contratan direc-
(Hernández, 2021). tamente a sus trabajadores, les pagan a destajo
sin garantizar sus derechos laborales.
Como da cuenta Hernández (2021), el sector
agroindustrial de esta región detenta un poder El sueño delirante de los señores de la caña im-
político, económico y militar tal que ha transfor- plica la aniquilación de la diversidad de la vida
mado un territorio a la medida de sus intereses. de estos territorios. Douglas Laing estima que,
El gremio azucarero forma parte de las institu- hacia 2065, la industria cañera acabará con los
ciones ecológicas que vigilan los impactos am- reservorios de agua de esta región (Hernández,
bientales en la región. Un ejemplo de ello es la 2021). El PLMT les resulta un estorbo para rea-
Corporación Autónoma Regional del Valle del lizar su pesadilla.
Cauca (CVC), fundada por el mismo gremio en
1956. «Fue la propia CVC la que expresó que, Al contener una lucha como el PLMT, el Estado
entre 1957 y 1986, el valle del Cauca había per- no actúa por voluntad propia, sino por presión
dido el 72 % de sus humedales y el 66 % de sus de la empresa privada. Una empresa que no está
bosques», avalando así la brutal transformación aislada de la dinámica del capital, sino que es
sistémica del río Cauca. «Al embalsar, canalizar, parte del encadenamiento productivo mundial.
controlar y, finalmente, secar el río y sus hume- Por ello decimos que el Estado actúa como una
dales, la industria arrasó con los bosques secos, oficina al servicio de las corporaciones y desde
de laderas y de neblina en las partes planas y esta oficina se orquesta una guerra por múltiples
altas sobre las montañas» (Uribe Castro, citado frentes.
en Hernández, 2021).
Prueba de ello es que el 2 de febrero de 2022 una
Además, estos corporativos producen bioetanol. nota de prensa dio cuenta de una reunión entre
En 2001 lograron que se expidiera la Ley 693 el director de la Policía Judicial y el fiscal general
que reglamenta el uso del etanol dentro de la de la nación con la presidenta de Asocaña, el gre-
mezcla de la gasolina: 10% por cada litro (Her- mio cañero que agrupa once ingenios, en la que
nández, 2021). Si el argumento ecológico para se anuncian distintas estrategias para contener
el uso del etanol es absurdo, en términos de ren- las «invasiones de tierra». Como lo denuncia el
tabilidad económica no se queda atrás: PLMT (2022), se trata de un plan que integra:
a) la vía militar, con incremento de pie de fuerza,
asedio a los puntos de liberación, patrullaje, res-

46 ecologíaPolítica
Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

tricción de la movilidad y enfrentamientos con el agua no desaparezca, que los animales regresen
disidencias de las FARC en tierras en liberación y que las comunidades puedan volver a la tierra
o aledañas; b) la vía judicial: el propio general donde sus ancestros fueron ombligados.
de la Policía Judicial anunció que hay todo un
plan en marcha para judicializar a «instigadores Quienes liberan dicen que «cuando se corta la
de invasiones»; c) la vía institucional, con oferta caña crece el pasto, luego viene el rastrojo y
de proyectos desarrollistas a cambio de frenar después, a los veinticinco años, va brotando el
la liberación de nuevas fincas o generar una bosque» (PLMT, 2021). Ese sueño no es solo
asociación entre dueños de fincas y comunidad para el pueblo nasa de la región, sino que su
liberadora, además de crear una normatividad regeneración se conecta con un entramado de
que no entregará tierra a comunidades que las vida amplio.
reivindiquen bajo presión, y d) la vía mediática,
con informes de prensa incendiarios como el de Con cada machetazo, las y los liberadores desa-
la periodista de ultraderecha, Salud Hernández, fían la lógica de muerte impuesta en las relacio-
en la revista Semana, que insta al Estado colom- nes mediadas por el capitalismo, el colonialismo
biano a defender la propiedad privada (Hernán- y el patriarcado. Frente a la crisis ecológica glo-
dez-Mora, 2022). bal, el sueño y el empeño del PLMT es a la vez
sencillo y contundente: desalambrar material y

En profundidad
A estas estrategias, el poder capitalista ha añadi- simbólicamente cada parcela y cada cuerpo arre-
do una figura que le ha dado muchos réditos en batado por la voracidad de la agroindustria, re-
el pasado: generar división y enfrentamiento in- mover lo que asfixia la tierra (la caña) y sembrar
terétnico. La zona plana del Norte del Cauca está un presente vivo que se oponga a la pesadilla
habitada por comunidades afrodescendientes industrial que amordaza a Uma Kiwe.
que viven a orillas de los cañaduzales en peque-
ños rincones de un mar de caña. Desde los ini- Este Goliat es uno y muchos al tiempo. Es Incauca y
cios, el Proceso de Liberación las ha convocado el resto de los ingenios, es el establecimiento, el poder
a una lucha conjunta, lo cual no han aceptado, económico y político de Colombia; es el aparato mi-
pero manifiestan respeto y «no ser un freno». Sin litar y paramilitar; es el sistema financiero colombiano
embargo, desde hace un año se muestran contra- y mundial. Es la sociedad patriarcal. Todo lo mismo,
rias a este proceso y algunos líderes afros argu- todo el pretendido único pensamiento que hoy aplas-
mentan que todas las tierras en vía de liberación ta al mundo. Viene desde la primera arremetida, la
les pertenecen. Estas posiciones y el apoyo que Conquista. Nuestra pelea sigue siendo contra los con-
han brindado a los operativos de desalojo contra quistadores de nuestras tierras. Goliat sigue en pie y se
la comunidad liberadora han generado conflictos va a defender como un animal herido. Porque herido
y enfrentamientos que solo se presentan cuando está. Y con odio, y con desprecio y asco por nosotros
el monstruo capitalista mete sus sucias manos. (PLMT, 2016a).

Cortar caña para cultivar un bosque Este desprecio se ha cobrado la vida de más de
trescientos líderes desde la firma de los Acuerdos
Si esa persona externa de la que hablamos antes, de Paz en Colombia (Camprubí, 2022). Duran-
una vez en tierra, se calza unas botas de caucho te la elaboración de este artículo, fue asesinado
y se adentra a alguna de las fincas de esta región, Miller Correa, consejero de la Asociación de Ca-
se encontrará con compañeras y compañeros del bildos Indígenas del Norte del Cauca. La enor-
PLMT autoconvocados en una «minga de corte me cantidad de caña necesaria para el mercado
de caña», que desalambran las fincas y entran ha tomado demasiadas vidas, devastado tierras
con machete en mano a liberar(-se con) el terri- fértiles y desencadenado un conflicto interétnico
torio, a permitir que la tierra respire, a hacer que entre comunidades indígenas, afrodescendientes

ecologíaPolítica 47
Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

y campesinas, azuzado por la complicidad me- de Occidente, y aunque en los territorios se van
diática y estatal para criminalizar a los indígenas, tejiendo con los saberes autóctonos, llevan el se-
y al PLMT en particular. llo de la racionalidad occidental. Todos los ismos
han sido muy valiosos en apoyo y juntanza con
Mientras el Gobierno extiende papeles y prome- este proceso; algunas personas se han mostrado
sas de reconocimiento con una mano, con la otra respetuosas; otras, colonialistas. En su momento
extermina a los que proponen rutas alternativas. fue necesario decir: «todos los ismos son bienve-
Hoy en día, hay treinta y cuatro pueblos indíge- nidos, pero aquí somos y vamos a seguir siendo
nas en riesgo de exterminio físico y cultural por indígenas nasas». La liberación de la Madre Tie-
el avance del «desarrollo» de la nación. rra va más allá de los cañaduzales. El saber nasa,
que viene de Uma Kiwe, es el sustento de esta
Conclusiones: Wët wët fxi’zenxi, lucha, y si tenemos contradicciones es precisa-
desalambrar imaginarios y sembrar mente por esa batalla que se da en el corazón
el camino propio entre nuestro ser nasa y la imposición occidental
capitalista.
Ante este panorama, parece que la alternativa
que nos deja el sistema es la supervivencia de las Frente a la falsa disyuntiva entre la institución
especies y no el buen vivir, que acá le decimos o la revolución, los pueblos proponen rutas al-
wët wët fxi’zenxi, convivir en alegría con todos ternativas para habitar este presente; las coor-
los seres. El wët wët fxi’zenxi no es un será sino un denadas del debate desbordan un esquema
ser o un siendo; no es una promesa de bienestar, cartesiano, y nos muestran, con sus formas de
sino estar o permanecer en una vivencia. Esa vi- habitar y organizarse en la minga, la asamblea, la
vencia está en peligro de desaparecer por la crisis celebración, las tulpas y rituales, otros modos de
planetaria generada por el capitalismo. El capital vida posibles. Cuando nos preguntan: «¿Rebe-
nos pone ante esta peligrosa disyuntiva: luchar lión? ¿Revolución? ¿Reforma? [decimos que] lo
para sobrevivir o luchar para alcanzar el wët wët nuestro es el wët wët fxi'zenxi» (PLMT, 2016a).
fxi’zenxi. Allí es donde ellos siempre ganan; es
acomodarnos en el sistema. Si la lucha por la Imagen 2: Minga de siembra. Fuente:
sobrevivencia es ahora, es indispensable que esa Elaboración propia, 20 de octubre de 2021.
sea nuestra felicidad: nuestro wët wët fxi’zenxi
sigue siendo ahora. Si la lucha por el wët wët
fxi’zenxies ahora, sobreviviremos como especies.

En el camino aprendimos que la voz que enseña


es Uma Kiwe, nuestra Madre Tierra; ella indica
el camino y las estrategias... aunque no han fal-
tado quienes quieran ponerse como asesores del
proceso o dar la línea. Hubo un momento, en
2016, en que el proceso decidió abrir sus puer-
tas a otras luchas para conversar y visibilizar. A
partir de allí empezaron a llegar todos los ismos,
y todos quisieron poner su línea o evangelizar Como plantea Vandana Shiva en Los monoculti-
nuestro proceso con sus contenidos teóricos. vos de la mente, la destrucción que dejan los mo-
nocultivos agrícolas forma parte de una relación
Todos esos ismos, ecologismo, anarquismo, mar- del conocimiento dominante con el economi-
xismo, feminismo, maoísmo, institucionalismo, cismo y con el poder. Dice ella sobre el proceso
desarrollismo, son todos construcción y legado de dominación:

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Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

… además de invisibilizar los saberes locales al declarar de la esquina, no vendrían mal muchos puntos
que no existen o que no son legítimos [...], también de liberación en el mundo, cada quien a su modo
destruye las condiciones mismas para la existencia de nutriendo la diversidad, resignificando la noción
alternativas de manera muy similar a la introducción de lo político y ampliando nuestros imaginarios
de monocultivos, que destruyen las condiciones mis- de transformación.
mas para la existencia de diferentes especies (Shiva
2008: 25).

Como parte de la lucha para desalambrar la


tierra y los corazones, el PLMT ha elegido ge-
nerar acciones, encuentros y «acuerdos pueblo
con pueblo» con otras comunidades de base,
barriales, universitarias, campesinas, que desde
sus rincones también liberan la Tierra. Por eso
decimos que esta lucha no es de nasas para nasas;
el nosotros desde el que hablamos no se agota
en el horizonte humano. En todo caso, cons-
tituimos una porción del «frente humano» de

En profundidad
un sujeto colectivo mayor; nos tejemos con los
saberes desde abajo:

Los saberes desde abajo, es decir, los que vienen des-


de la Madre Tierra, no solo humanos, sino todos los
saberes desde abajo, son los que en definitiva darán la
pelea al monstruo. Dicho de otro modo: el sujeto de
la revolución es una sujeta: Uma Kiwe liberándose.
Nosotras, nosotros, las luchas, pues, venimos sien-
do el «frente humano». Hay también el frente de las
bacterias, de los hongos, de los artrópodos, felinos,
árboles, aguas… La Madre Tierra tiene más frentes
que todas las guerrillas de la historia humana juntas
(PLMT, 2021).

Este proceso no se contenta con nada menos


que la liberación de la Madre Tierra, de toda
ella, cuan amplia y diversa es. Por eso pensamos
que vale la pena desalambrarnos el pensamien-
to, reconstituir los vínculos de lo común, atizar
la memoria viva de las prácticas que nos om-
bligan a Uma Kiwe y (re)tejernos con quienes
compartan este interés, urgente e innegociable,
por dejar atrás este trato indigno que le damos
a la tierra. Seguiremos caminando por fuera del
campo minado institucional porque creemos
que una política sin las voces de los que no tie-
nen voz es una farsa. Ahora que los científicos
dicen que el punto de no retorno está a la vuelta

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Fajardo, A. et al. (2022) «Desalambrar territorios y saberes: Proceso de Liberación de la Madre Tierra y horizonte del wët wët fxi’zenxi». Ecología Política, 63: 43-50.

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

Regenerar territorios, reapropiar


alimentos, reconstruir comunidad.
La experiencia en Santiago
Tlacotepec, estado de México
Carolina Gonzaga González*, Ana Gabriela Cabrera Rebollo**
y Oliver Gabriel Hernández Lara***

Resumen: En las últimas décadas se han esta- Abstract: In the last decades, various dynamics
blecido dinámicas que han profundizado el im- have been established to deepen the capitalist

En profundidad
pacto del sistema agroalimentario capitalista y agrifood system threatening all other ways of
amenazan todas las demás formas de vida, de life, manifesting particularly with peasants and
manera particular entre los campesinos y los territories. Therefore, this discussion sheds li-
territorios. Así, en este texto se visibilizan las ghts on conditions that Santiago Tlacotepec’s
condiciones que han enfrentado campesinos de peasants have had to deal with, since they have
Santiago Tlacotepec, Estado de México, quienes fought for their territories for many years and
han sido parte de diversas luchas por su territorio in recent times have searched for alternatives to
y, en los últimos años, han buscado alternativas improve their life conditions by decreasing the
para mejorar sus condiciones de vida eliminando use of agrochemicals in order to regenerate their
su dependencia de agroquímicos para regenerar territories, reappropriate their food and rebuild
sus territorios, reapropiarse de sus alimentos y their community. In this process, they have re-
reconstruir su comunidad. En este proceso, se thought socio-environmental links and body-te-
han repensado los vínculos socioambientales y rritory relations opening the discussion about
las relaciones cuerpo-territorio, y así se ha abier- notions like food autonomy and sovereignty to
to la posibilidad de discutir las nociones de au- recognize and remodel life ways as a self-mana-
tonomía y soberanía alimentaria para dar cuenta gement matter to set up against state-centric and
de un (re)conocimiento de la vida como asunto corporate paternalism of communities in the use
de autogestión de las comunidades ante paterna- of their lands, seeds and foods.
lismos estadocéntricos y corporativos en el uso
de sus tierras, semillas y alimentos. Keywords: body-territory, anti-capitalist
commons, food autonomy, food sovereignty,
Palabras clave: cuerpo-territorio, comunes eco-biopolitc
anticapitalistas, autonomía alimentaria,
soberanía alimentaria, ecobiopolítica * Instituto de Ciencias Sociales y Humanidades, Benemérita
Universidad Autónoma de Puebla. E-mail: carolinagog27@
gmail.com.
** Facultad de Turismo y Gastronomía, Universidad Autónoma
del Estado de México. E-mail: agcabrera.ca@gmail.com.
*** Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, Universidad Autó-
noma del Estado de México. E-mail: oligahl@gmail.com.

ecologíaPolítica 51
Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

Introducción primer contacto y acercamiento a la comunidad.


A partir de ello, nuestra relación de lucha, cola-
Santiago Tlacotepec es una comunidad origi- boración y aprendizaje mutuo se ha dinamizado
naria ubicada al sur del municipio de Toluca, y sostenido en el tiempo.
Estado de México, en el centro del país y a las
faldas del volcán Xinantécatl, también conocido Se ha nutrido nuestro vínculo con compañe-
como Nevado de Toluca. Su existencia y tradi- ros de la comunidad, lo que ha dado lugar a
ción se remontan a tiempos precolombinos y un proceso de aprendizaje de saberes profundos
está vinculada a la etnia matlazinca; de ello pue- que ellos ponen en práctica para llevar un modo
den dar cuenta códices, mercedes reales y otros de vida y producción campesino. A partir de
documentos disponibles en los archivos de la ello nos planteamos trabajar una parcela mues-
comunidad. La cercanía al Nevado de Toluca, tra con su seguimiento y compañía. Si bien di-
y el hecho de que estén asentados en el Cerro chos esfuerzos han sido documentados en otros
de Tlacotepec, ha contribuido a que la comuni- espacios, los mencionamos como antecedentes
dad tenga un fuerte vínculo con el agua y con la que nos permitieron imaginar y desarrollar la
agricultura campesina. Las ermitas construidas investigación de la que las autoras y el autor del
y adornadas con diversos elementos del bosque presente texto somos parte.1
—principalmente en el paraje Los Jazmines—
son espacios donde se llevan a cabo celebraciones Este artículo particulariza en la experiencia de
de carácter cívico y religioso, que conviven con trabajo con compañeros campesinos de Santia-
tradiciones comunitarias como tequios o faenas go Tlacotepec, miembros de la Asociación Local
que dan cuenta de un ancestral y permanente de Productores de Maíz Coronel Isabel Linares
vínculo con la naturaleza. García, con quienes tuvimos la oportunidad de
realizar talleres, líneas de tiempo, cartografía
Estas prácticas son expresiones reactualizadas de comunitaria, mapeo corporal y grupos foca-
tradiciones que reconstruyen la relación con el les que nos permitieron conocer y percibir las
agua y la tierra como elementos simbólicos sa- problemáticas y contradicciones que los atra-
grados y esenciales para reproducir la vida en la viesan como hombres, campesinos, productores
comunidad. Un ejemplo muy concreto y visible y miembros de la comunidad, y empatizar con
son los murales inspirados en la naturaleza, rea- ellas. Los compañeros de dicha asociación son en
lizados con pedacería de mosaico, que decoran su totalidad varones, expresión de una tendencia
algunas casas ubicadas en el casco central del generalizada en México y América Latina, resul-
pueblo. Son obra de un grupo de estudiantes tado de distintos procesos históricos de los que
coordinados por la artista y profesora Itandehuitl destacamos tres: 1) producto de la colonización
Orta. y los posteriores procesos de independencia, los
títulos de propiedad —y por lo tanto los núcleos
La existencia de núcleos agrarios (ejidal y co- agrarios— fueron a manos de varones, es así que
munal), de cargos tradicionales, mayordomías y la tenencia de la tierra para las mujeres se ins-
comités de agua advierte de una larga experiencia cribe en la sujeción matrimonial o por herencia
de organización comunitaria expresada política patriarcal; 2) el proceso de industrialización del
y culturalmente. Por ello, Santiago Tlacotepec campo vino acompañado por una fragmenta-
fue uno de los pueblos que reaccionó con mayor
fuerza a la iniciativa federal, impulsada durante
la administración federal de Enrique Peña Nie- 1
«Prácticas agroalimentarias en torno a la milpa: tejiendo ex-
to (2012-2018), de recategorizar el Nevado de periencias desde la cooperativa Mujeres de Maíz y Agua de San
Francisco Xochicuautla y la siembra colectiva en Santiago Tla-
Toluca de Parque Nacional a Área de Protección cotepec», Comecyt y Facultad de Ciencia Políticas y Sociales de
de la Flora y Fauna. Ese momento significó un la Universidad Autónoma del Estado de México.

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

ción de las relaciones familiares y de género en con el uso de agroquímicos, situación que ahora
la producción campesina, y 3) las políticas de están percibiendo en términos económicos. Los
desarrollo rural en el país han ido abandonando alimentos cultivados han cambiado desde que
la producción agrícola, lo que ha fragmentado a tienen memoria; ya no siembran lo mismo que
las familias campesinas no solo en términos de sus padres y sus abuelos porque la tierra se ha
género, sino también etarios.2 desgastado, y cambiar los cultivos les ha permi-
tido mantenerla viva.
En las líneas que siguen, intentaremos vincular
dicha experiencia y testimonios con preguntas Ellos fueron testigos de esas transiciones, como
que, como habitantes de la ciudad industrializa- la intensificación del uso de agroquímicos y la
da de Toluca, nos hacemos todos los días respec- presencia de intermediarios que el día de hoy les
to de la necesidad de repensar nuestras dinámi- exigen grandes cantidades y calidades centradas
cas de reproducción de la vida desde horizontes en la apariencia de su maíz y otras semillas, para
comunes y no capitalistas o poscapitalistas. El or- pagarles con precios tan volátiles e insuficientes
den de nuestra argumentación sigue la secuencia que apenas alcanzan para cubrir los gastos del
del título. En un primer momento abordaremos ciclo agrícola. La situación es tan preocupante
la necesidad de regenerar territorios; luego nos que, cuando miran alrededor buscando alter-
remitiremos a la dimensión corporal y hablare- nativas, más bien encuentran dificultades para

En profundidad
mos de la reapropiación de la alimentación con hallar formas más accesibles de trabajar a partir
discusiones en favor de la autonomía alimenta- de abonos animales y composta, pues los espa-
ria; por último, mencionaremos cómo ello nos cios —dedicados a la crianza de animales— y
ha permitido reconstruir horizontes comunes tiempos —requeridos para elaborar composta y
con formas de politización que, en su devenir, observar los resultados de su uso— se han re-
nos van demandando nuevos conceptos para ser ducido.
dichos y repensados.
Esta situación puede parecer un camino sin sa-
No está de más decir que nuestro acercamiento a lida. Sin embargo, a los compañeros les ha ser-
la comunidad, a su lucha y al trabajo como cam- vido como motivación para enfrentar los retos
pesinos está vinculado a la voluntad de aprendi- con cambios paulatinos y colectivos. Así, se han
zaje, construcción y transformación de formas. encontrado al construir redes de apoyo y cono-
En ello tomamos como guía la idea de romper cimiento, pero enfrentan incertidumbre por las
con la dicotomía campo-ciudad que establece nuevas generaciones, pues consideran que para
el capital (Machado en Navarro Trujillo, 2016: ellas el deterioro de la tierra no es el problema,
258) y las preguntas que Caffentzis y Federici sino su rentabilidad.
(2015) se hacen respecto de los comunes anti-
capitalistas.

Para regenerar territorios

Las tierras les han demostrado su cansancio; el 2


Reconocemos el trabajo de cuidados que las mujeres tienen en
mercado, su sed de competencia, y las nuevas ge- contextos agrícolas, que en el plano de los hechos han contribui-
neraciones, su desinterés. Los testimonios de los do al sostenimiento de la agricultura sobre todo de hortalizas de
traspatio en la región. Asimismo, damos cuenta de una tenden-
compañeros dan cuenta de que las condiciones cia a la feminización de los proyectos agrícolas industriales, y
climáticas, económicas y productivas que han cómo su lugar ahí ha sido fundamentalmente precarizado. Sin
enfrentado en años recientes los han llevado a contar con la presencia contundente de su lucha por la defensa
de los territorios. Sin embargo, el contexto de esta experiencia
reconocer que han sido cercados o condiciona- situada nos presenta tales condiciones con subjetividades espe-
dos para buscar reacciones rápidas de la tierra cíficas con las que estamos caminando en este proceso.

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

Creen que esta postura deriva de no tener más sociometabolismo (Machado en Navarro Truji-
contacto directo y trabajo con la tierra, además llo, 2016: 241), consideramos y experimentamos
de la mayor influencia del pensamiento y de las que, en el contacto con la tierra, el agua y la
acciones de las ciudades, a donde se han acerca- naturaleza se reconstruyen formas espectrales de
do para estudiar y trabajar. Así, han cambiado gestionar las energías vitales a partir de princi-
sus prioridades y se ha fragmentado su arraigo pios anticapitalistas.
al territorio. Aún con este futuro incierto, los
campesinos de Santiago Tlacotepec trabajan Sin embargo, consideramos que tanto al com-
para cuidar las tierras que les han dado vida e prendernos como contradictorios como al uti-
identidad, y ahora son artífices de una etapa de lizar y conocer la valía de ciertas tecnologías no
transición; de una regeneración que no implica depredadoras para reestablecer nuestra relación
mirar atrás de forma idealista, sino crítica, para con la naturaleza, no es un impulso romántico
conectar con sus ancestros y hacer las cosas de de regreso al pasado, el campo y la comunidad el
un modo diferente por el bien de sus sucesores. que nos impulsa y guía per se a un horizonte an-
ticapitalista. Coincidimos con Navarro Trujillo
A través de la voz de los compañeros, conocemos (2015: 21), quien afirma que, en la actualidad,
—desde la no separación— el conjunto de ges- nos encontramos frente a «constelaciones comu-
tiones, problemas, dilemas y luchas cotidianas nitarias y colectivas que enfrentan la profundiza-
de las que como campesinos son parte. Palpamos ción y el recrudecimiento cada vez más atroz de
las mediaciones y contradicciones que, como a las estrategias de acumulación de capital».
todos y todas, los atraviesan. Pero también nos
permite testificar su creatividad, imaginación y Esta premisa nos parece fundamental. Miramos
persistencia incansable. Acercarnos a su expe- dos dimensiones, una que tiene que ver con el
riencia nos hace comprender nuestra situación movimiento cada vez más violento del capital, y
en la ciudad. En este sentido, nos parece perti- otra relacionada con las cualidades de las cons-
nente lo propuesto por Efraín León Hernández telaciones comunitarias contemporáneas que
(2016), según el cual, para entender el metabo- ponen a trabajar en un mismo plano, esfuerzo
lismo de interdependencias que supone la sepa- y horizonte a personas del campo y la ciudad
ración campo-ciudad, es necesario considerarlos en un intento de superar sus condiciones de
como espacios particulares, enlazados y dispues- edad, de género, y otros roles que nos subjeti-
tos para la acumulación del capital. Dicha sepa- van. Es decir, frente al proceso de acumulación
ración —afirma— es un plano de sociabilidad que opera «cada vez más como fagocitosis de la
estructurante de primerísimo orden en el que vida en sus fuentes elementales» (Machado en
se generan jerarquías, interdependencias, oposi- Navarro, 2016: 248), lo que encontramos son
ciones y contradicciones espaciales posteriores. estrategias de diversidad creciente que conjugan
Sin embargo, en la actualidad dicha separación temporalidades y espacialidades en flujos de co-
ha profundizado los ritmos de explotación con munización.
formas no convencionales, que intensifican el
«agotamiento de las energías vitales, tanto terri- Desde una narrativa realista, el esfuerzo del que
toriales como corporales» (Machado en Navarro estamos siendo parte sería evaluado como in-
Trujillo, 2016: 243). Por otro lado, el vínculo fructuoso o contraproducente. Sin embargo, es
con la tierra y el trabajo en el campo nos permi- importante señalar que nuestra intención no es
tieron entender hasta qué grado hemos normali- proveer un servicio social en la inmediatez, o
zado un modo de vida urbano que nos ha hecho amortiguar el impacto destructivo de las tecno-
parte de una lógica parasitaria y consumista. Si logías capitalistas en nuestros cuerpos-territo-
la ciudad expresa la geografía y la demografía rios. La intención de fondo es transformar nues-
política del capital, al ser parte y reproducir su tras relaciones sociales, nuestras subjetividades, y

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

construir alternativas de largo aliento. Así como prender su capacidad de autorregulación, es


el «sistema no se pregunta sobre cuánta energía decir, que existe una coconstitución en el espa-
se gasta para producir una unidad disponible de cio de siembra, donde la capacidad de producir
energía, sino si el proceso es rentable» (Machado alimentos, sin asumir del todo la intervención
en Navarro Trujillo, 2016: 250), nosotros nos del agronegocio en ciertos pedazos de tierra, es
negamos a medir los intentos de construir otras una apuesta con implicaciones concretas y corre
condiciones para la producción y alimentación a contracorriente de los paquetes tecnológicos
con las temporalidades y los criterios del capital. desplegados en toda la región como norma. «A
pesar de realizar siembra orgánica, cuesta trabajo
Reapropiarse de los alimentos acercarse y modificar la percepción de la gente
para sembrar de otra forma, que eso también
Las condiciones actuales del acceso a la alimen- es un alimento sano, porque no importa si es
tación se encuentran supeditadas cada vez más orgánico, a mucha gente le importa la presen-
a la agroindustria. Los compañeros reflexionan tación del alimento» (Bernardo, comunicación
que «los quelites3 se están acabando por los quí- personal, 12 de noviembre de 2021).
micos». Esta lectura nos permite considerar la
urgencia de practicar otras formas de acceso a La idea de autonomía alimentaria nos permite
la alimentación, libres de explotación, agroquí- mirar su transversalidad: no es solo el problema

En profundidad
micos y en contextos de autonomía de las co- de la tierra y del acceso al conocimiento de cierta
munidades. metodología de siembra, sino de una producción
no individualista ni aislada, de la capacidad de
Las nuevas generaciones han roto relaciones con el cooperación, de la voluntad de participación ac-
campo y por ende con los alimentos, hay menos tiva y real (Thwaites, 2004), y de las condiciones
sentido de pertenencia, y se fragmenta más fácil la materiales y subjetivas de desplegar otras accio-
comunidad. En lugar de cuidar la tierra, se vende; en nes. Cuando se habla de soberanía alimentaria,
lugar de preparar y reconocer alimentos, se compra la idea se establece desde el punto de vista del
comida rápida (Bernardo, comunicación personal, 12 derecho, en tanto se hace referencia a un recono-
de noviembre de 2021). cimiento jurídico legal, lo cual queda delineado
por condiciones y complejidades de acceso a la
Estas reflexiones nos vinculan al concepto de so- justicia en los contextos profundamente vulnera-
beranía alimentaria, y en ese sentido lanzamos el bles de los pueblos y comunidades en conflictos
cuestionamiento de qué consecuencias políticas relacionados con la tenencia de la tierra, el acceso
implica repensar este concepto, para dar lugar a a ella, y con procesos extractivos como la agroin-
la idea de autonomía alimentaria como parte de dustria, por ejemplo.
una práctica común que rompe constantemente
con las lógicas capitalistas de reproducir la tierra. La implicación de autonomía alude al sentido y
Comprender cómo se configuró la gestión del su construcción, pero sobre todo a su práctica.
ciclo agrícola en experiencias situadas como la Cuando se habla de soberanía alimentaria, pen-
de Santiago Tlacotepec nos convoca a reconocer samos que ello se ciñe a las lógicas de lo estatal y
la autonomía, más que como un derecho, como mengua la capacidad de autorregulación, es de-
una condición de autogestión y organización de cir, deja en manos del Estado o las instituciones
lo común.

La lucha por la alimentación desde una cons- 3


Los quelites (del náhuatl quilitl, «hierba comestible») son una
trucción comunitaria indígena de colectividades diversidad de retoños y yerbas silvestres que se dan en la milpa
en la época de lluvias y duran lo que el ciclo agrícola. Se cocinan
que apuntan a apropiarse de sus capacidades y comen crudos, preparados con distintas recetas ancestrales, y
para producir en sus tierras hace posible com- se adecuan a las formas de alimentación de cada lugar.

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

del capital coordinar y distribuir lo que en prin- constante cambio, disputa y politización. Hemos
cipio se logra con el trabajo y la lucha común. sentido estos cambios en nosotras y nosotros
Así, la idea de autonomía alimentaria habilita mismos y nuestras formas de relacionarnos. Lo
formas diversas de gestionar la producción y el común, lo horizontal, lo anticapitalista y anties-
acceso a los alimentos, pero sobre todo implica pecista como relación social (Navarro Trujillo,
establecer vínculos mucho más sostenibles con 2015; Caffentzis y Federici, 2015) en constante
los ecosistemas, los territorios y los alcances y construcción, que navega en sus propias con-
necesidades concretas de cada contexto. tradicciones. «El capital se mete desde adentro
de las subjetividades para, desde las esferas más
Las prácticas que potencien su capacidad de íntimas de la sensibilidad, activar los mecanis-
autorregulación común nos movilizan del lugar mos y dispositivos de la reproducción mercantil»
exclusivamente burocratizante e institucional, (Machado en Navarro Trujillo, 2016: 253).
para entrar y salir de estos límites tanto como sea
necesario, y apelar a un acceso a la producción La intención no es remendar las tendencias más
de la tierra y los alimentos sin paternalismos, destructivas del capital o volver a lo público-es-
sino desde la posibilidad de producir la vida en tatal, sino rehacer y transformar nuestras rela-
común. ciones sociales rompiendo con el capital y sus
formas. En palabras de Efraín León Hernández
Por eso coincidimos con Caffentzis y Federici (2016: 203), «es necesario echar abajo tanto los
(2015), quienes afirman que este tipo de formas rasgos estructurantes del capitalismo que nos do-
de organización de la reproducción y la vida es- minan rutinariamente en la vida cotidiana como
tán muy lejos de ser utópicas o propias de pro- proponer una utopía que los sustituya».
yectos a pequeña escala. En términos generales,
plantean preguntas que consideramos una guía Entonces, reconstruir comunidad
útil para espejear nuestra experiencia: ¿a qué nos
referimos cuando hablamos de comunes anti- Otras vidas son posibles, y son posibles a partir
capitalistas?, ¿cómo crear, a partir de la lucha, de una reconstrucción y coconstitución con los
un nuevo modo de producción no basado en la territorios, de muchas formas. Los cambios que
explotación del trabajo? Y, por último: ¿cómo se han podido observar en la parcela muestra son
prevenir su cooptación? diversos, desde plantas con colores más intensos
y mejor floración hasta la cosecha de semillas con
Estas preguntas coinciden con la intención de sabores más jugosos y marcados. La tierra de la
pensar desde el antagonismo que atraviesa las milpa ha cambiado al excluir los agrotóxicos del
relaciones sociales en el capitalismo, y valorar proceso de regeneración del ciclo agrícola, se han
los esfuerzos que apuntan a construir formas al- notado los retos de no trabajar con matahierbas
ternativas más como prácticas de comunización y mejoramiento químico, en las condiciones
(Holloway, 2013) que como ideologías estáticas del suelo y los posibles procedimientos en los
y dogmáticas. En palabras de Navarro Trujillo próximos ciclos agrícolas. Se asumen también
(2015: 23), «lo común es posible por un tipo de los retos futuros, como mejorar las compostas y
hacer orientado por el valor de uso que garantiza los riesgos necesarios para la distribución en los
y cuida aquello que se comparte para reproducir mercados convencionales, donde se compite de
la vida». forma desleal con la agroindustria y las siembras
con agrotóxicos.
Un paso que hemos dado a nivel conceptual,
y que percibimos desde nuestra experiencia, Las reflexiones que hacemos como mujeres y
tiene que ver con entender el espacio, el tiem- hombres urbanos nos llevan a pensar que no po-
po y nuestras subjetividades como procesos en demos cambiar quienes somos o venimos sien-

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

do por decreto o voluntad, ni hacerlo en unos Los esfuerzos de comunización hacia la autode-
cuantos ciclos agrícolas. Por un lado, las formas terminación no capitalista no están ausentes de
capitalistas sedimentadas en nuestra subjetividad contradicciones. Son espacialidades en construc-
nos acostumbran a cierto tipo de sensibilidad y ción situadas, evanescentemente, en un umbral
disposición al trabajo colectivo. Por otro, dis- que va de una fantasmagoría latente a la ma-
positivos, ordenamientos y relaciones que atra- nifestación inacabada de formas poscapitalistas.
viesan nuestra vida cotidiana nos orillan a un Algunas de ellas retoman elementos del pasado
régimen de subjetivación que nos aleja a cada remoto, otras se reapropian de tecnologías desa-
momento de la naturaleza y lo colectivo. rrolladas bajo el imperativo productivista, pero
en un intento franco por alejarse de la valori-
Como dice Machado (en Navarro Trujillo, 2016: zación. Su despliegue implica la invocación de
254), acuñar conceptos como el de ecobiopolíti- nuevas temporalidades y espacialidades, pero,
co posibilita hablar «del capital como un modelo además implica todo un trabajo subjetivo, emo-
civilizatorio que produce un régimen de (in)sen- cional y corporal que, aunque confrontativo y
sibilidad, que nos desafecta de los procesos de la desafiante, permite palpar, asumir y trabajar las
vida y nos ata a la vorágine de la mercantilización contradicciones que nos atraviesan y constitu-
de nuestros sentidos y deseos». Ello nos lleva a yen. En palabras de Machado:
considerar las dimensiones de la subjetivación y

En profundidad
la politización discursiva como planos en disputa Los cuerpos que aguanten increíblemente estos pro-
tan esenciales en la construcción de otro mundo cesos violentos de despojo también se reinventan y
como la experiencia práctica misma. se recrean porque hay memorias de vida comunal
preexistentes que están en esos cuerpos. Memorias de
Los comunes requieren una comunidad y un prácticas de cuidado, de reparación, de recreación de
conjunto de principios para cuidar y gestionar un entorno de vida (Navarro Trujillo, 2016: 260).
esa riqueza compartida. Es fundamental, como
dicen Caffentzis y Federici (2015), entender ¿Cómo llevar este tipo de experiencias a un pla-
que bienes comunes y formas tradicionales de no de mayor escala y profundidad? En principio
organización también pueden estar basadas en planteamos la necesidad de reconocer la valía
formas no igualitarias de toma de decisión y de del trabajo subjetivo que implica ser parte de
gestión. un proceso como este y que nos ha acercado a
comprender —o al menos a empatizar con—
Conclusiones: aprendizajes un lenguaje de no separación y de convivencia
compartidos interespecies. Es decir, si bien no encontramos
en nuestra realidad inmediata, o en los procesos
Consideramos importante pensar al capital de lucha de los que nos inspiramos, una orga-
como relación de totalización, pero sabemos y nización anticapitalista que esté conjugando un
asumimos que este no explica el origen de todas lenguaje posantropocéntrico, el hecho de ser
las desigualdades, inequidades e injusticias. El parte de una experiencia como esta nos lleva a
patriarcado, el racismo, el especismo y muchas reconocer —desde nuestros propios cuerpos-te-
formas de dominación tenían ya siglos de des- rritorios— el aporte y la relevancia de buscar
pliegue sobre nuestros cuerpos-territorios cuan- ese nuevo lenguaje en movimiento y emergencia
do se produjo la forma capitalista de civilización: desde hace ya varias décadas.
«Históricamente los comunes no han sido exce-
lentes ejemplos de relaciones igualitarias. A me- A partir de esta experiencia parcial y situada,
nudo se han organizado de un modo patriarcal; entendemos la relevancia de la prefiguración y
muchos comunes discriminan en función del puesta en práctica de un «metabolismo socie-
género» (Caffentzis y Federici, 2015: 69). dad-naturaleza capaz de reproducirse por la in-

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Gonzaga, C. et al. (2022) «Regenerar territorios, reapropiar alimentos, reconstruir comunidad. La experiencia en Santiago Tlacotepec, estado de
México». Ecología Política, 63: 51-58.

teracción, la reciprocidad, el cuidado y la cohabi- Referencias


tación en un mundo que se comparte» (Navarro
Trujillo, 2015: 26). Sin embargo, como Caffent- Caffentzis, G., y S. Federici, 2015. «Comunes
zis y Federici (2015: 67) señalan, hay que asumir contra y más allá del capitalismo». El Apant-
que «en un mundo dominado por las relaciones le, 1, pp. 53-72.
capitalistas los comunes que producimos son, Gonzaga González, C., 2021. La Red en Defensa
necesariamente, formas de transición», por lo del Maíz y la lucha contra la agroindustria en
que avanzamos con un horizonte de un futuro México: crítica a la reificación de la naturale-
incierto, pero reapropiándonos, reformulando za. Tesis de maestría en Sociología. México,
y experimentando la idea de la red de la vida. ICSyH-BUAP.
Gutiérrez Aguilar, R., y M. Navarro Trujillo,
Hay contradicciones que nos toca gestionar. Por 2019. «Producir lo común para sostener y
ejemplo, la centralización de tareas, los límites de transformar la vida: algunas reflexiones des-
la horizontalidad, la intermitencia de la partici- de la clave de la interdependencia». Con-
pación o el no caer en una lógica productivista o fluencias, 21 (2), pp. 298-324.
comercial; y hay otras que nos desbordan y que Herrero, Y., 2018. «Sujetos arraigados en la tierra
debemos plantearnos como preguntas para cons- y en los cuerpos. Hacia una antropología
truir otro mundo. Nos resuenan las palabras de que reconozca los límites y la vulnerabili-
Caffentzis y Federici (2015: 62), que advierten dad». En: E. S. Muíño, Y. Herrero y J. Rei-
del peligro de que «esfuerzos comunitarios para chmann (eds.), Petróleo. Barcelona, Arcadia,
construir formas de existencia solidarias y coope- pp. 78-112.
rativas fuera del control del mercado se pueden Holloway, J., 2013. «¡Comunicemos!». En: R.
utilizar para abaratar el costo de la reproducción Sandoval y M. Sandoval (eds.), ¡Comunice-
social», y sobre ello, caminamos en nuestras re- mos! Guadalajara, Grietas, pp. 11- 27.
flexiones. León Hernández, E., 2016. «Oposición e inter-
dependencia capitalista entre el campo y la
ciudad. Retos para resistir al dominio y para
la utopía anticapitalista». El Apantle, 2, pp.
201-225.
Navarro Trujillo, M., 2015. Luchas por lo común.
Antagonismo social contra el despojo capitalis-
ta de los bienes naturales en México. México,
Bajo Tierra y ICSyH-BUAP.
Navarro Trujillo, M., 2016. «Claves desde la
ecología política para repensar la ciudad
y las posibilidades de comunalización». El
Apantle, 2, pp. 239-261 (entrevista a Hora-
cio Machado).
Thwaites, M., 2004. La autonomía como bús-
queda, el Estado como contradicción. Buenos
Aires, Prometeo.

58 ecologíaPolítica
Practica el
consumo
consciente
con OPCIONS
opcions.coop/es/unete

ecologíaPolítica 59
Breves

Hacia otra economía y otra política.


De la interdependencia al autogobierno popular-
comunitario
Gustavo Moura de Oliveira y Eduardo Enrique Aguilar

No sin las nutrias: coalición multiespecie contra el


hidroextractivismo y en defensa de la vida en común
en el suroeste de Costa Rica
Francesc Rodríguez

Abejas nativas para reexistir: desalambrar los


vínculos con la red de vida de nuestros territorios
Rita Valencia

«Ha nacido una tradición»


Cosmopolítica y violencia en el norte de Guerrero
Abraham Zaid Díaz Delgado

Parque histórico del futuro: Memoria, militancia y


reparación ecológica en las ruinas de la masacre de
Monte Sole
Prieto Autorino y Michele Bandeira

Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa


de Tepoztlán
Larisa de Orbe

60 ecologíaPolítica
Moura, G. y Aguilar, E. (2022) «Hacia otra economía y otra política. De la interdependencia al autogobierno popular-comunitario». Ecología Política, 63: 61-64.

Hacia otra economía y otra


política. De la interdependencia al
autogobierno popular-comunitario
Gustavo Moura de Oliveira* y Eduardo Enrique Aguilar**

Resumen: Afirmar y reproducir la vida humana Abstract: Affirming and reproducing human
es un acto colectivo, jamás individual, aunque life is a collective act, never an individual one,
las dinámicas, producto de la etapa actual del although the dynamic of the current stage of the
sistema social capitalista —el neoliberalismo de capitalist social system –the neoliberalism of un-
acumulación ilimitada—, intenten probar lo limited accumulation– tries to prove the oppo-
contrario. Superar a) epistémicamente las ideas site. Overcome a) the old ideas of development
de desarrollo que construyen subjetividades alie- that build alienated subjectivities; b) salaried

Breves
nadas, b) las relaciones de trabajo asalariado — labor relations –economic exploitation– and; c)
explotación económica— y, c) el Estado como the State as the only feasible way of organizing
única forma factible de organización de la vida life in common –political domination– seems
en común —dominación política— nos parece to us to be a potential path towards a way of life
un camino potencial hacia una forma de vivir that does not exploit and dominate people and
que no explote y domine a los seres humano y that is integrated with nature. In this sense, our
que se (re)integre en la naturaleza. Nuestro ob- objective in this text is to reflect on the idea of
jetivo en este texto es reflexionar sobre la idea interdependence as a way of satisfying material
de interdependencia como forma de satisfacer needs towards the affirmation and reproduction
las necesidades materiales hacia una afirmación of life in common where self-management and
y reproducción de la vida en común en la que la autonomy are integrated under the idea-force-
autogestión y la autonomía se integran bajo la form of popular-communitarian self-govern-
idea-fuerza-forma del autogobierno popular-co- ment against the fragmentary dynamics of the
munitario, en contra de las dinámicas fragmen- State-Capital form.
tarias de la forma Estado-capital.
Keywords: interdependence, self-government,
Palabras clave: interdependencia, autogobierno, community, autonomy, self-management
comunidad, autonomía, autogestión

* Facultad de Ciencias Políticas y Sociales, UNAM.


E-mail: comanchi@hotmail.com.
** Escuela de Derecho y Ciencias Sociales, Universidad de
Monterrey. E-mail: eduardo.aguilarh@udem.edu.

ecologíaPolítica 61
Moura, G. y Aguilar, E. (2022) «Hacia otra economía y otra política. De la interdependencia al autogobierno popular-comunitario». Ecología Política, 63: 61-64.

Introducción ¿Qué hace falta superar para


reproducir la vida en común con
Afirmar y reproducir la vida humana es un acto dignidad?
colectivo, nunca individual. No obstante, el pro-
ceso colonial de la etapa actual del sistema social A partir de lo señalado, nuestra apuesta es por
del capital —el neoliberalismo de acumulación lo menos triple: epistémica, económica y polí-
global e ilimitada— intenta probar lo contrario: tica. El desafío que se nos presenta es superar
a) las viejas ideas de Desarrollo1 que constru-
... el punto de partida no son individuos aislados sino yen subjetividades alienadas, individualizantes
comunidades históricas ya siempre presupuestas (un e instrumentales que escinden la humanidad de
Robinson Crusoe no perdido sino desde siempre aisla- la naturaleza; b) las relaciones de trabajo asala-
do ni podría nacer —es una contradicción— ni podría riado, así como la división sexual de trabajo que
devenir humano en la soledad: ¿quién le enseñaría, por invisibiliza el trabajo doméstico y de cuidados,
ejemplo, a hablar?; siempre hay una comunidad como asignado de forma violenta a las mujeres y cuer-
punto de partida) (Dussel, 2006: 78). pos feminizados —explotación económica—, y
c) el Estado como única forma factible de or-
Partir de la afirmación y la reproducción de la ganización de la vida en común —dominación
vida de forma individualizada es una ficción pro- política—.
ducida por las clases dominantes para mantener
sus privilegios de clase, raza y género. Esto nos Así, desde el campo de la racionalidad, de la
enfrenta a retos de corte epistémico, económico producción del saber y de las subjetividades,
y político. Ante este panorama, pensamos como consideramos que las ideas de interdependencia
Laura Collin (2012: 83): «Los modelos implican y lo común contribuyen a superar la noción de
lógicas y la existencia de cambios sustantivos im- Desarrollo. Por su parte, frente a la explotación
plica el cambio de la lógica». Pero, frente a los económica, proponemos la autogestión como la
mecanismos ideológicos y concretos de explota- base para transformar el sistema de producción
ción económica y dominación política —no solo capitalista. Por último, en el plano de la domi-
de las personas, sino también de la naturaleza—, nación política, sostenemos que la autonomía
llevadas a cabo por quienes se benefician del sis- es la idea-forma capaz de superar las dinámicas
tema dominante, los esfuerzos para frenar dicho excluyentes y dominadoras que emanan del Es-
sistema han sido parciales, es decir, no se ha sido tado-nación.
capaz de detener completamente ese avance que
asesina la vida humana, la de las demás especies, Defendemos que la explotación económica, la
de la naturaleza y del planeta mismo —como dominación política y la alienación epistémica
nuestro hogar común—. Este planteamiento nos producen explotación y dominación mediante
anima a pensar qué pistas podemos ofrecer para valores autoritarios, jerárquicos, elitistas y pa-
superar dichos mecanismos. triarcales que se han operado, viabilizado y jus-
tificado históricamente a través de a) la repre-
Así, el artículo quiere reflexionar sobre la idea de sentación liberal; b) la organización vertical; c)
interdependencia como forma de satisfacción de
las necesidades materiales para la afirmación y re-
producción de la vida en común; una interdepen-
1
De forma bastante sintética, vale la pena mencionar que la idea
dencia que integre la autogestión —dimensión de Desarrollo que aquí criticamos es la que se manifiesta en la
económica— y la autonomía —dimensión polí- construcción de subjetividades y de una institucionalización —
tica— bajo la idea-fuerza-forma de autogobierno que obviamente tienen reflejos concretos— que buscan el creci-
miento económico ilimitado manteniendo la propiedad privada
popular-comunitario en contra de las dinámicas de los medios de producción, la fe en la ganancia, la ficción de la
fragmentarias de la forma Estado-capital. escasez de los recursos y la destrucción de la naturaleza.

62 ecologíaPolítica
Moura, G. y Aguilar, E. (2022) «Hacia otra economía y otra política. De la interdependencia al autogobierno popular-comunitario». Ecología Política, 63: 61-64.

la centralización de la información y los recursos, mos Gobiernos, las mismas empresas transnacionales
y d) la toma de decisiones individuales o la lógica y los mismos centros de producción de conocimien-
de las mayorías (por votos). to —universitarios o no— que forman parte de este
patrón civilizatorio, de este patrón tecnológico, de este
De las escisiones a la patrón de mercado (Lander, 2010: 39).
interdependencia
Lo que plantea Edgardo Lander nos ayuda a per-
La no explotación y la no dominación de las cibir que las respuestas a los problemas que aquí
personas y la naturaleza son presupuestos básicos hemos planteado no vendrán del mercado y su
para la transformación concreta de la sociedad lógica explotadora, como tampoco del Estado y
en la que vivimos hoy. Dicho eso, nos parece in- su dinámica de dominación. Si pensamos en la
dispensable considerar que la mirada de la inter- autogestión desde el «ideario de la superación
dependencia humana y la humanidad-naturaleza de las relaciones de producción capitalistas y la
se hace muy potente si es subjetivada, ya que constitución del socialismo, concebido como
produce un sentimiento de unidad en la diver- una sociedad autogestionaria» (Tiriba, 2008:
sidad —es decir, capaz de respetar la diversidad 84) y en la autonomía como «regirse median-
humana—. Así, por un lado, la idea de que es te normativas y poderes propios, opuestos en
posible afirmar y reproducir la vida de forma consecuencia a toda dependencia o subordina-
individualizada pierde todo el sentido. Por otro ción heterónoma» (López y Rivas, 2020: 81),
lado, bajo la subjetivación del hecho de que to- entonces apostar por las reformas del mercado
das las personas y la naturaleza pertenecemos a y del Estado, además de un error estratégico, es
un mismo corpus vivo y orgánico, partimos de también una pérdida de energía vital y de un

Breves
la solidaridad como potencia para construir y tiempo que ya no tenemos frente a los límites
fortalecer cadenas de cuidado mutuo ancladas, del planeta.
justamente, en la interdependencia. Sin embar-
go, para Enrique Dussel (2004: 24) y su filosofía La pregunta, entonces, podría ser: ¿hacia dónde
de la liberación: mirar? O, puesto que la teoría es un momento
de la lucha, ¿qué horizonte histórico perseguir?
... un proyecto de esta envergadura exige tenacidad, Creemos que las claves están en los horizontes
tiempo, inteligencia, investigación, solidaridad. Se comunitarios-populares (Gutiérrez, 2015; Linsa-
trata del largo tiempo de la maduración de una nueva lata, 2015), ya que solo lo comunitario puede
respuesta en la resistencia cultural, no solo con las aparecer «como práctica y regeneración de vín-
élites de las otras culturas, en especial las dominantes, culos de interdependencia autorregulados, cuyo
sino contra el eurocentrismo de las propias élites de la cultivo es actividad inmediata, diaria y reiterada,
misma cultura periférica, colonial, fundamentalista. que ilumina los rasgos políticos diferenciados de
tales acciones colectivas» (Gutiérrez y Navarro,
Pero ¿de dónde llegan en la actualidad propues- 2019: 303).
tas que iluminan las posibilidades de cambios
reales frente a los retos aquí mencionados? Es este horizonte el que tendrá, en nuestra for-
ma de ver, la capacidad de reconectar economía,
... hay un aparente reconocimiento de los límites del ahora ya como autogestión, y política, pensada
planeta [a lo que añadimos también de la explotación desde la autonomía, en una integralidad donde
y dominación humana], el problema aparece en las temas como el trabajo de cuidados y doméstico,
agendas internacionales y en las de los Gobiernos, por ejemplo, aparecen como tareas de interés ge-
pero la búsqueda de soluciones es engañosa, porque neral y comunitario, ya no como trabajo femeni-
en los espacios donde se dilucida el asunto y se toman no no pagado e invisibilizado por ser supuesta-
decisiones al respecto los actores presentes son los mis- mente improductivo. Es decir, lo común bajo la

ecologíaPolítica 63
Moura, G. y Aguilar, E. (2022) «Hacia otra economía y otra política. De la interdependencia al autogobierno popular-comunitario». Ecología Política, 63: 61-64.

clave de la interdependencia procura superar las filosofía de la liberación». En: R. For-


escisiones del sistema moderno capitalista, colo- net-Betancourt, Crítica intercultural de
nial y patriarcal (Gutiérrez y Rátiva, 2020). Por la filosofía latinoamericana actual. Ma-
ejemplo, aquella que la crítica feminista denun- drid, Trotta.
cia como separación público-privado (Quiroga, Dussel, E., 2006. 20 tesis de política. México
2019; Segato, 2012). D. F., Siglo XXI/CREFAL.
Gutiérrez, R., 2015. Horizonte comunita-
Conclusiones: hacia el autogobierno rio-popular: antagonismo y producción
popular-comunitario de lo común en América Latina. Puebla,
BUAP.
Con lo expuesto hasta aquí, expresamos un Gutiérrez, R., y M. L. Navarro, 2019. «Pro-
deseo-lucha-forma inspirado en las autoras y ducir lo común para sostener y transfor-
autores que nos han acompañado en las líneas mar la vida: algunas reflexiones desde la
anteriores, así como en nuestras trayectorias en clave de la interdependencia». Confluên-
la investigación militante y contra aquellas ca- cias, 2 (21), pp. 298-324.
racterísticas históricas del mercado y del Estado. Gutiérrez, R., y S. Rátiva, 2020. «Produc-
La invitación y la provocación que nos gustaría ción de lo común contra las separacio-
dejar sobre la mesa es que el encuentro de la au- nes capitalistas. Hilos de una perspecti-
togestión y la autonomía bajo el hilo de la interde- va crítica comunitaria en construcción».
pendencia y de lo común puede producir una for- En: D. Roca-Servat y J. Perdomo-Sán-
ma novedosa de afirmar y reproducir la vida. Una chez (comps.), La lucha por los comunes
forma antiautoritaria, antijerárquica, antielitista y las alternativas al desarrollo frente al ex-
y antipatriarcal que funcione bajo dinámicas de: tractivismo. Miradas desde las ecología(s)
a) participación directa; b) alto nivel de orga- política(s) latinoamericanas. CABA, Clacso.
nización horizontal; c) descentralización de la Lander, E., 2010. «Crisis civilizatoria: el
información y recursos, y d) toma de decisiones tiempo se agota». En: I. León (coord.),
por consenso. A esta lógica proponemos llamarla Sumak Kawsay / Buen vivir y cambios
autogobierno popular-comunitario. civilizatorios. Quito: Fedaeps.
Linsalata, L., 2015. Cuando manda la asam-
Así pues, interpretamos la interdependencia blea. Lo comunitario-popular en Bolivia:
como forma necesaria para lograr la satisfacción una mirada desde los sistemas comuni-
de las necesidades materiales y simbólicas hacia tarios de agua de Cochabamba. Cocha-
una afirmación y reproducción de la vida en co- bamba, Socee.
mún en las cuales la autogestión y la autonomía López y Rivas, G., 2020. Pueblos indígenas
se integren en contra de las escisiones del sistema en tiempos de la cuarta transformación.
político, económico y cultural hegemónico. México D. F., Bajo Tierra.
Quiroga, N., 2019. Economía pospatriarcal.
Caba, Lavaca.
Segato, R. L., 2012. «Gênero e coloniali-
Referencias dade: em busca de chaves de leitura e
de um vocabulário estratégico descolo-
Collin, L., 2012. Economía solidaria: ¿capi- nial». E-Cadernos CES, 18, pp. 106-131.
talismo moralizador o movimiento con- Tiriba, L., 2008. «Cultura do trabalho, au-
tracultural? México D. F., El Colegio de togestão e formação de trabalhadores
Tlaxcala. associados na produção: questões de
Dussel, E., 2004. «Transmodernidad e in- pesquisa», Perspectiva, 1 (26), pp. 69-94.
terculturalidad: interpretación desde la

64 ecologíaPolítica
Rodriguez, F. (2022) «No sin las nutrias: coalición multiespecie contra el hidroextractivismo y en defensa de la vida en común en el suroeste de
Costa Rica». Ecología Política, 63: 65-69.

No sin las nutrias: coalición


multiespecie contra el
hidroextractivismo y en defensa de
la vida en común en el suroeste de
Costa Rica
Francesc Rodríguez*

Resumen: Desde hace sobre todo dos décadas Abstract: For the past two decades, dozens of
numerosos ríos de Costa Rica se han visto ame- rivers in Costa Rica have been threatened by the
nazados por los planes de desarrolladores eléc- plans of hydroelectric developers to build private
tricos privados para construir represas a filo de run-of-the-river dams. Local communities adja-
agua. Las comunidades locales adyacentes a los cent to the rivers located between the Talamanca

Breves
ríos situados entre la cordillera de Talamanca Mountain range and the Pacific Ocean stopped
y el océano Pacífico detuvieron ese intento de this attempt at hydroextractive expansion after a
expansión hidroextractivista tras una lucha de years-long struggle against dams and in defense
varios años contra las represas y en defensa de la of life. Based on a multi-species ethnography, in
vida. A partir de una etnografía multiespecies, this article I show how the otters that inhabit
en este artículo muestro cómo las nutrias que these rivers, are also protagonists of this struggle.
habitan esos ríos también son protagonistas de To do so, I expose the multi-species coalition
esa lucha. Para ello expongo la coalición multies- formed in these communities in response to the
pecie formada en esas comunidades en respuesta absence of otters in the Environmental Impact
a la ausencia de las nutrias en la Evaluación de Assessment of the San Rafael hydroelectric pro-
Impacto Ambiental del proyecto hidroeléctrico ject.
San Rafael.

Palabras clave: hidroextractivismo, conflictos Keywords: hydroextractivism,


socioambientales, coalición multiespecies, socioenvironmental conflicts, multi-specie
etnografía, Costa Rica coalition, ethnography, Costa Rica

* Investigador posdoctoral en la cátedra de Estudios Tecnocien-


tíficos (Chair of Technoscience Studies). Brandenburg Universi-
ty of Technology, Alemania. E-mail: rodriguf@b-tu.de.

ecologíaPolítica 65
Rodriguez, F. (2022) «No sin las nutrias: coalición multiespecie contra el hidroextractivismo y en defensa de la vida en común en el suroeste de
Costa Rica». Ecología Política, 63: 65-69.

Introducción Este encuentro entre vecinos y vecinas con miem-


bros de Ríos Vivos de Costa Rica representa un
En abril de 2015 el río San Rafael nos acogió so- capítulo más de resistencia comunal contra los
bre las piedras de su cauce.1 Allí estaban sentadas intentos de desarrolladores por construir represas
varias familias de las comunidades rurales adya- a filo de agua para la generación y exportación
centes al río y dos miembros del movimiento de electricidad.4 Estos planes hidroextractivis-
Ríos Vivos de Costa Rica, con los que me había tas, basados en la desviación del agua por una
desplazado desde San Isidro de El General, la tubería dejando varios kilómetros del cauce del
capital del cantón de Pérez Zeledón. río prácticamente secos, se pretendieron ejecutar
en varias partes de Costa Rica, sobre todo en su
—¿Aquí hay nutrias? —preguntó Jorge,2 uno de zona suroeste a partir de la década del 2010.5
los miembros de Ríos Vivos, en voz alta. Finalmente, las represas no se construyeron. En
—Sííí, perros de agua… —respondió una de las el caso del proyecto hidroeléctrico San Rafael,
personas presentes, mientras otros asentían con fue debido a la denegación de la declaratoria de
la cabeza como afirmando haberlos visto tam- conveniencia nacional para el proyecto por parte
bién. del Ministro de Ambiente y Energía (resolución
No. 0010-2019-DE de 2019). Un elemento
Tras dos segundos en los que solo se percibía el clave para tomar esa decisión fue la exitosa resis-
sonido de la corriente del río, Jorge dijo: tencia comunal en lo que representa un creciente
—Pues es importante saberlo porque las nutrias movimiento por la defensa de la vida en común
están protegidas por tratados internacionales.3 no solo cerca del Río San Rafael, sino también
en otras zonas del país (AJA [Environmental Jus-
Tras otro corto silencio, Jorge, mientras movía tice Atlas], 2019; Pearson, 2011). Pero, a pesar
la cabeza de un lado al otro para dirigirse a todo de que los proyectos al final se frenaron, todos
el círculo de personas sentadas a su alrededor, obtuvieron la viabilidad ambiental mediante
remarcó: una Evaluación de Impacto Ambiental (EIA)6
—Hay que buscar especies en peligro en este río, positiva.
y las nutrias son una de ellas.

Imagen 1. Reunión junto al río San Rafael.


Autor: Francesc Rodríguez. 1
Esta experiencia de observación participante junto con las en-
trevistas informales de este artículo son parte de una etnografía
multisituada realizada en Costa Rica entre 2013 y 2016 (para
más información, véase la tesis doctoral de Rodríguez, 2020).
2
Algunos nombres propios que aparecen en este artículo son
ficticios.
3
Las nutrias (Lontra longicaudis) están protegidas en Costa
Rica y otros países (Macdonald y Mason, 1992; Rheingantz
y Trinca, 2015).
4
Potencialmente mediante el controvertido Sistema de Inter-
conexión Eléctrica para Países de América Central (SIEPAC),
impulsado por intereses económicos y políticos que abogan por
liberalizar y privatizar el sector eléctrico en Costa Rica y los
países colindantes.
5
En total se planearon catorce proyectos hidroeléctricos en una
zona de unos cincuenta kilómetros en línea recta atravesada por
varios ríos (para más información, véase Gutiérrez y Villalobos,
2020).
6
La Evaluación de Impacto Ambiental se basa en una serie
de procesos que incluyen un Estudio de Impacto Ambiental
en forma de informe escrito. A veces me refiero a EIA como
«evaluación» y otras como «estudio», aunque el significado es
parecido.

66 ecologíaPolítica
Rodriguez, F. (2022) «No sin las nutrias: coalición multiespecie contra el hidroextractivismo y en defensa de la vida en común en el suroeste de
Costa Rica». Ecología Política, 63: 65-69.

Desde las perspectivas de los estudios de la cien- planes originales. Sin embargo, como muestro a
cia y tecnología (cuyo acrónimo inglés es STS) continuación, este EIA proyecta un tipo de río
y de los estudios de animales (animal studies), sin especies protegidas como la nutria que no se
en este artículo muestro la coalición más que corresponde con el río que fluye por la comuni-
humana que surge como respuesta a la falta de dad y que sí incluye una de estas especies.
reconocimiento de especies protegidas, como
en el caso de la nutria en la EIA del proyecto Las nutrias son una parte más de la comunidad
hidroextractivista San Rafael. La ciencia en for- cercana al río San Rafael. Después del encuentro
ma de EIA juega un papel clave en este y otros junto al río con el que he iniciado este artículo,
conflictos socioambientales, ya que, bajo el ré- pude hablar con más personas de las comuni-
gimen ambiental conocido como desarrollo sos- dades que habían visto nutrias. Por ejemplo,
tenible implantado en Costa Rica durante los Giovanni, un agricultor de la zona, me dijo lo
años ochenta y noventa (Isla, 2015), este tipo de siguiente en una conversación mientras caminá-
conocimiento es el que evalúa los requisitos de bamos al lado del río:
lo que es sostenible o no para las comunidades
o, lo que es lo mismo en este caso, si las represas Me llamó mucho la curiosidad lo que decía Jorge,
se pueden construir o no. lo de la nutria, el perro de agua. Sin duda, aquí hay
perros de agua. A esas piedras vinieron muchachos
De esta manera, este artículo hace hincapié en de la Universidad de Costa Rica, y un antropólogo
que los conflictos socioambientales, además de también, y vimos una. Ellas se deslizan así y se les ve
incluir componentes ecológico-distributivos la espalda brillante.
(Martínez-Alier, 2006), también tienen que

Breves
ver con la ontología o, en otras palabras, el ser Además de Giovanni, pude hablar con otras
y las relaciones humanas y más que humanas personas que en los últimos meses habían visto
de las comunidades. Como afirma Raftopou- nutrias, o perros de agua, en los ríos a los que van
los (2017), la interrogación sobre los supuestos a pescar o bañarse con sus familias. Por ejemplo,
ontológicos de los conflictos socioambientales, otra vecina de la zona me comentó:
incluidas las conexiones entre mundos humanos
y no humanos, es clave para desafiar los princi- He hablado con algunos vecinos de Zapotal y San
pios sobre la vida enraizados en los modelos de Jerónimo que suelen ir a pescar al río San Rafael y
desarrollo actual. me aseguran que han visto muchos de estos animales
llamados nutrias. Van a intentar fotografiarlas para
Ausencias y presencias de nutrias en tener pruebas de ello.
un conflicto socioambiental
Además, las nutrias no solo comparten espacios
En Costa Rica (y en otros países) el EIA incluye con las comunidades adyacentes a los ríos, como
un apartado sobre la protección de especies. En numerosos testigos acreditan, sino que también
el caso del EIA del proyecto hidroeléctrico San están presentes en los repertorios visuales articu-
Rafael, este apartado no recoge la existencia de lados en el contexto de este conflicto socioam-
ninguna especie protegida. En el estudio se afir- biental. Por ejemplo, una de las pancartas en la
ma: «No se encontraron especies endémicas, con manifestación en San José en marzo de 2014
poblaciones reducidas o en peligro de extinción contra las represas hacía referencia al hecho de
tanto para la flora como para la fauna del AP» que la comunidad no humana también estaba
(GAPRO, 2013: 61). De esta manera, los pro- representada en las calles ese día.
yectos hidroeléctricos, como el de este artículo y
el de otros ríos adyacentes, consiguieron la viabi-
lidad ambiental sin apenas modificaciones a sus

ecologíaPolítica 67
Rodriguez, F. (2022) «No sin las nutrias: coalición multiespecie contra el hidroextractivismo y en defensa de la vida en común en el suroeste de
Costa Rica». Ecología Política, 63: 65-69.

Imagen 2. Pancarta en la manifestación de San En definitiva, a pesar de su ausencia en el EIA,


José en la que se defiende el derecho a la vida las nutrias son una parte de la comunidad, y
de varias especies. Autor: Francesc Rodríguez. este conflicto socioambiental también incluye
una coalición más que humana en defensa de la
vida en común; en común entre las comunidades
rurales, el río y las nutrias (y otras especies).

Conclusiones

En este artículo he mostrado que la falta de nu-


trias en el EIA del proyecto hidroeléctrico del
río San Rafael no es un reflejo fidedigno de los
encuentros entre distintas especies que allí ocu-
rren, sino que parece una manera de facilitar
el desarrollo de proyectos hidroextractivistas.
Existe una brecha evidente entre la ausencia de
Cuando hablé con el creador de esa pancarta, nutrias en el EIA y, por otro lado, sus múltiples
Carlos, sobre las especies específicas a las que se presencias en las comunidades adyacentes a los
refería cerca del río donde vivía, me comentó ríos. Esa brecha pone en duda el conocimiento
que eran «los peces, nutrias y otros animales, que oficializado en ese tipo de evaluaciones ambien-
viven con y por los ríos». tales y, por eso, afirmo que es necesario establecer
mecanismos epistemológicos y ontológicos que
Las nutrias aparecen también de manera visual garanticen que el testimonio de las comunida-
en otros espacios de resistencia. Por ejemplo, des se reconozca como conocimiento válido.
varias veces pude comprobar que había nutrias Actualmente, es posible presentar un apersona-
creadas artísticamente para acompañar a las co- miento jurídico a la Secretaría Técnica Nacional
munidades en varias de sus actividades en de- Ambiental de Costa Rica para recoger quejas
fensa de los ríos. De esta manera, la ausencia y consultas de personas en desacuerdo con los
de las nutrias en documentos oficiales queda EIA. Sin embargo, garantizar un correcto cono-
compensada por su presencia reivindicativa en cimiento de los ríos y sus entornos humanos y no
otros lugares donde tiene lugar este conflicto humanos para tomar decisiones debería requerir
socioambiental. algo más que un simple procedimiento legal a
posteriori como el apersonamiento jurídico. De
Imagen 3. Nutrias pintadas por la artista y esta manera, la ausencia de evidencia de nutrias y
activista Raquel Bolaños. otras especies protegidas no se tomaría como una
Fuente: https://www.raquelartista.com/. evidencia de su ausencia, tal y como ocurrió en
la EIA del proyecto hidroextractivista San Rafael
bajo el modelo vigente de gobernanza ambiental
en Costa Rica, conocido como desarrollo soste-
nible.

68 ecologíaPolítica
Rodriguez, F. (2022) «No sin las nutrias: coalición multiespecie contra el hidroextractivismo y en defensa de la vida en común en el suroeste de
Costa Rica». Ecología Política, 63: 65-69.

Referencias

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yecto hidroeléctrico San Rafael, Costa Rica».
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proyecto-hidroelectrico-san-rafael-costarica,
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Toronto.
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Pearson, T. W., 2011. «Naturaleza, neolibera-
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lucha en Costa Rica». Biocenosis, 24 (1-2),
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Raftopoulos, M., 2017. «Contemporary De-
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Rheingantz, M. L., y C. S. Trinca, 2015. «Lontra
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Rodríguez, F., 2020. «Knowing Water Worlds:
A Postphenomenological Approach to So-
cioenvironmental Imaginaries in Costa
Rica». Yorkspace Institutional Repository (11
de agosto de 2020). Disponible en: https://
yorkspace.library.yorku.ca/xmlui/hand-
le/10315/37743, consultado el 30 de mayo
de 2022.

ecologíaPolítica 69
Valencia, R. (2022) «Abejas nativas para reexistir: desalambrar los vínculos con la red de vida de nuestros territorios». Ecología Política, 63: 70-74.

Abejas nativas para reexistir:


desalambrar los vínculos con la red
de vida de nuestros territorios
Rita Valencia*

Resumen: La crisis de las abejas se ha centrado Abstract: The bee crisis has focused on one spe-
en una especie, Apis mellifera, sin nombrar que cies, Apis mellifera, not to mention that it is our
lo que está enferma es nuestra forma de relacio- way of relating to them that is sick,, our relatio-
narnos con ellas, nuestra ontología relacional. nal ontology. By opening our eyes to the great
Al abrir la mirada a la gran diversidad de abejas, diversity of bees, we allow ourselves to feel and
nos permitimos sentir y saber la compleja red know the complex web of life. This reminds us
de relaciones que conforman la vida. Esto nos that indigenous people of Abya Yala developed
recuerda que los pueblos originarios de Abya diverse ways of relating to native bees, which
Yala han desarrollado diversos tipos de vínculos are part of pluriversal practices of being in the
con las abejas nativas, que son parte de prácticas world. Without native bees it will be impossible
pluriversales de ser/estar en el mundo. Sin las for us to reverse the devastation of our territo-
abejas nativas, nos resultará imposible revertir ries during the Plantacioncene/Capitalocene
la devastación de nuestros territorios propia del periods.
Plantacionceno/Capitaloceno.

Palabras clave: ecología decolonial, reexistencia, Keywords: decolonial ecology, rexistence, native
abejas nativas, red de vida bees, web of life

*E-mail: ritavalenciax@gmail.com Investigadora independiente

70 ecologíaPolítica
Valencia, R. (2022) «Abejas nativas para reexistir: desalambrar los vínculos con la red de vida de nuestros territorios». Ecología Política, 63: 70-74.

Introducción Las plantaciones son simplificaciones ecológicas


en las que todo lo vivo se convierte en recurso
Imagen 1: Altar que guía conversaciones sobre de acumulación de capital y generan ciclos de
abejas. Autora: Rita Valencia. degradación continua. La lógica del Plantacion-
ceno y su reproducción ha sido interiorizada en
muchos lugares y formas. Este imperialismo eco-
lógico nos ha hecho olvidar y romper los víncu-
los con las más de veinte mil especies conocidas
de abejas (Danforth et al., 2019). Las abejas so-
litarias, silvestres, son las más olvidadas, las más
invisibles de todas, y ahora, como con todo lo
vivo y lo no vivo, nos afanamos en buscar una
forma de justificar su existencia en términos de
servicios ambientales. El antropocentrismo es, en
la práctica, el discurso necesario para convertir
Las abejas se han convertido en una imagen icó- la naturaleza en mercancía. La colonialidad del
nica de la devastación ambiental a escala plane- poder y del saber genera transformaciones bio-
taria. Se han hecho campañas, anuncios, tuits, lógicas y ontológicas en nuestra relación con la
memes para salvar las abejas. Sin embargo, la red de vida, esclavizando unas especies e invisi-
mayor parte de esos esfuerzos en el mundo occi- bilizando otras: amenazándolas a todas.
dental se concentran en una especie: Apis mellife-
ra. Esta especie fue introducida en Abya Yala por Desorden del colapso de la colonias

Breves
los conquistadores europeos porque conocían su
manejo y también porque, en comparación con Apis mellifera se adapta a distintos ecosistemas,
las abejas nativas, producen mucha más miel. produce mucha miel, cera, propóleo y jalea real,
Esclavizada hasta la actualidad, es la que ocupa además se ofrecer el servicio ambiental de la po-
nuestro imaginario. En la era de la devastación linización. Siguiendo la lógica imperante del
y el extractivismo del Plantacionceno, Apis me- Plantacionceno, en Europa y Estados Unidos,
llifera reina y sufre dentro de la lógica imperante viajan grandes tráileres llenos de abejas de un
del monocultivo: campo de monocultivo a otro. En California,
Estados Unidos, casi tres mil trescientos kiló-
La plantación es un momento de transformación en metros cuadrados de árboles de almendra entran
la historia humana y natural a escala mundial. La vio- en floración al mismo tiempo y, para que pue-
lencia racializada, la alienación de la tierra y la pérdida dan dar fruto, deben ser polinizados por abejas
de especies son temas recurrentes del Plantacionceno. (Jabr, 2013). Pensemos en este monocultivo, en
Abren una conversación a otras formas de teorizar los el suelo al que se le extraen de manera masiva
mundos producidos dentro y en contra de las relacio- los mismos nutrientes simultáneamente, en los
nes coloniales e imperiales de poder —dinámicas que fertilizantes que requiere, en ese paisaje mono-
a menudo son oscurecidas por la preocupante blan- cromático y en la gente que trabaja fertilizando,
cura del ambientalismo—. La plantación, observó fumigando, regando, podando, cosechando.
Sidney Mintz hace mucho tiempo, era una «síntesis A eso sumémosle treinta y un mil millones de
de campo y fábrica», un sistema agroindustrial de em- abejas Apis mellifera transportadas en miles de
presa integral del ascenso histórico y el crecimiento camiones de todo el país para la polinización.
del capitalismo. La plantación y los reordenamientos De ahí, serán llevadas a muchos otros destinos de
de la vida que la acompañan se producen a través de polinización de monocultivos: cerezas, ciruelas
procesos de alienación de la tierra, extracción de mano y aguacates en California; manzanas y cerezas
de obra y violencia racial (Allewaert et al., 2020). en Washington; alfalfa y girasol en Dakota del

ecologíaPolítica 71
Valencia, R. (2022) «Abejas nativas para reexistir: desalambrar los vínculos con la red de vida de nuestros territorios». Ecología Política, 63: 70-74.

Sur y del Norte; cítricos en Florida; calabazas en Imagen 2: Apis mellifera.


Texas; arándanos en Míchigan y Wisconsin. Es- Autora: Rita Valencia.
tas y otras prácticas explotadoras han conducido
a lo que se conoce como desorden del colapso
de la colonias (CCD por sus siglas en inglés):
la repentina muerte y desaparición masiva de
colmenas. Forzar el «trabajo» y el hacinamiento
de tantas abejas genera la proliferación y rápida
expansión de virus, hongos y parásitos. Además,
la miel que producen y de la que se alimentan
está empobrecida por provenir de monocultivo.
Ni hablar de la desorientación de sus sistemas de
georreferenciación, de la forma en la que viven y
mueren estas abejas (Jabr, 2013). Frente al des-
orden del colapso de las colonias:
El declive de los polinizadores
Los genetistas están peinando el genoma de la abeja
recientemente mapeado, los patólogos de insectos es- Después está la africanización, otro resultado de
tán tratando de aislar un culpable viral, los toxicólogos nuestra manipulación productivista a partir de
están rastreando residuos químicos y los entomólogos experimentos con abejas reinas africanas en Bra-
bacterianos están limpiando los intestinos de las abejas sil (Athayde et al., 2016: 3). En esta ecuación,
enfermas. Sin embargo, pocos investigadores sitúan si producen más miel es porque acaparan más
sistemáticamente la crisis, sea cual sea su causa, den- recursos en todos los sentidos y por ello tienen
tro de las relaciones históricas, políticas y económicas una mayor capacidad de desplazar a las abejas
entre las abejas y los seres humanos. No basta con nativas:
preguntar: ¿qué le está pasando a la abeja para causar
esta crisis? En cambio, hay una pregunta más funda- Estudios realizados en Brasil y en otros países han de-
mental: ¿cómo la cambiante relación entre las abejas mostrado que la abeja africana, en competencia con
y los humanos ha hecho que la abeja moderna exista las especies de abejas nativas, ha comprometido y/o
de una manera que la ha hecho vulnerable a nuevas limitado: a) la polinización de las especies de plantas
amenazas? (Kosek, 2010: 650-651). nativas (que muchas veces tienen especificidad de po-
linizadores); b) la disponibilidad de recursos (polen,
Entender el desastre que hemos provocado con néctar, resina) para las abejas nativas, y c) la capacidad
Apis mellifera es comprender la perversión de de los polinizadores nativos de obtener recursos por
la manipulación de esa especie. ¿Qué son estas disuasión o expulsión mediante la competencia con la
abejas en su condición actual sino un sinónimo abeja exótica (Athayde et al., 2016: 13).
de ganadería, de superexplotación de la especie
«niña de nuestros ojos»? La tan nociva fórmula de abejas es igual a miel
que continúa hasta nuestros días ahora se mezcla
también con versiones de polinización altamente
tecnificada como forma de salida del desastre ac-
tual de los polinizadores. Sin embargo, un estu-
dio reciente sobre el declive de los polinizadores
muestra que una de sus principales causas es el
cambio de uso de suelo, es decir, la forma en
la que gestionamos la tierra (Dicks et al., 2021).

72 ecologíaPolítica
Valencia, R. (2022) «Abejas nativas para reexistir: desalambrar los vínculos con la red de vida de nuestros territorios». Ecología Política, 63: 70-74.

Imagen 3: El declive de los polinizadores. recuperar el tiempo de las abejas. Reexistir con
Fuente: Dicks et al., 2021. ellas, con todas las abejas: sociales, semisociales,
solitarias. No por los servicios que nos brindan,
sino porque son y sin ellas nosotras y nosotros
tampoco somos.

Es necesario comprender y sentir la violencia


que la colonialidad supone también para los
seres no humanos. La colonialidad ha buscado
reconfigurar nuestros territorios a partir de una
concepción del tiempo y el espacio que mira el
tiempo de forma lineal y tiene una sola forma
de entender la agricultura, la cría de animales, la
producción, la energía, el trabajo, los géneros e
incluso lo que es comida y lo que no lo es. Es una
concreción corpórea definida y, por tanto, solo
se resiste y se reexiste con prácticas cotidianas
corpóreas subversivas e inmanentes.

Para la mirada eurocéntrica, los territorios y


paisajes de Abya Yala no solo eran terra nullius,
sino que además no eran productivos y sus ali-

Breves
mentos eran indignos. Con el paso del tiempo
y a través de procesos de apropiación, algunos
alimentos pasaron a la matriz colonial para con-
vertirse en elementos fundamentales de varias
cocinas europeas, como el tomate y la papa. Sin
Estos son los paisajes de devastación generados embargo, el entorno natural y cultural del cual
por el modelo y el imaginario del Plantacionce- surgieron siguió considerándose primitivo. Los
no en esta etapa de la hiperconcentración de tie- asentamientos, poblados y formas de organizar
rras, es decir, el latifundismo del fin del mundo. la vida común en convivencia con todo lo vivo,
incluidas las abejas, resultaron incomprensibles
Conclusiones: abejas nativas para a pesar de su abundancia. En Mesoamérica, aún
reexistir en nuestros días seguimos repitiendo en la es-
cuela el mito de que el colapso de los centros
La pregunta se vuelve entonces una cuestión on- ceremoniales y administrativos mayas fue el co-
tológica y de vínculos con implicaciones prácti- lapso de los mayas. Seguimos preguntándonos
cas: no solo cómo nos relacionamos con todas qué habrá pasado con esa civilización, cuando
las abejas, sino cómo habitamos el pedacito de bien sabemos que hay millones de descendientes
Madre Tierra que nos toca. Abrir el imagina- mayas que siguen habitando, pese a la guerra
rio, vislumbrar otras posibilidades de ser/es- para su exterminio, un territorio que abarca des-
tar/comer/sanar, despertar otras sensibilidades de el sur de Tabasco hasta Honduras, cruzando
mientras desalambramos la tierra, el corazón y la arrasada geografía guatemalteca. Ahí siguen,
el pensamiento. Mirar hacia atrás para caminar como también continúa existiendo su legado: la
hacia delante, sembrar lo propio, lo que coevo- selva cocreada durante milenios de interrelación
lucionó en diversidad en estos territorios a lo con una enorme diversidad de especies, entre
largo de milenios, ensoñar con otros calendarios, ellas las abejas nativas. El mito de la selva vacía

ecologíaPolítica 73
Valencia, R. (2022) «Abejas nativas para reexistir: desalambrar los vínculos con la red de vida de nuestros territorios». Ecología Política, 63: 70-74.

es otro invento colonial que debe desmontarse. Referencias


Siguiendo la línea propuesta por Ford y Nigh
(2015), los mayas desarrollaron conocimien- Allewaert, M., P. Gómez, G. Mitman et al.,
tos y habilidades cuyo legado a largo plazo es 2019. «Plantation Legacies». Edge Effects
el paisaje, los sistemas biodiversos que dieron y (22 de enero). Disponible en: https://ed-
dan sustento. Prueba de ello es lo que escribió geeffects.net/plantation-legacies-plantatio-
Cortés, en su quinta carta de relación, al contar nocene/, consultado el 23 de mayo de 2022.
su periplo para llegar al lago de Petén Itzá, atra- Athayde, S., J. R. Stepp y W. Ballester, 2016.
vesando Tabasco, Acalán y la zona central del «Engaging Indigenous and Academic
Petén. En todo este trayecto encontró poblados Knowledge on Bees in the Amazon: Im-
intercalados con milpas y selvas densas con ár- plications for Environmental Management
boles frutales, maderables, medicinales (lo que and Transdisciplinary Research». Journal of
en términos modernos de permacultura llama- Ethnobiology and Ethnomedicine, 12, p. 26.
rían bosques comestibles). Halló comida suficiente Danforth, B., R. Minckley y J. Neff, 2019. The
para alimentar a su ejército de tres mil guerreros Solitary Bees. Biology, Evolution, Conserva-
del altiplano y cien caballeros españoles durante tion. Princeton, Princeton University.
esta travesía. En este intrincado sistema están Dicks, L. V., T. D. Breeze, H. T. Ngo et al.,
las abejas nativas, polinizadoras por excelencia, 2021, «A Global-Scale Expert Assessment
cocreadoras de territorio. Los conocimientos de of Drivers and Risks Associated with Polli-
los mayas incluían la sabiduría del respeto que se nator Decline». Nature, Ecology & Evolution,
materializa en la ofrenda, en el dar de comer para 5, pp. 1453-1461.
que nosotros y todos comamos, en la sabiduría de la Ford, A., y R. Nigh, 2015. The Maya Forest Gar-
interdependencia y el cuidado. Esto implica re- den. Eight Millenia of Sustainable Cultivation
conectar con las abejas nativas, aprender a escu- of the Tropical Woodlands. Walnut Creek,
charlas, mirarlas y sentirlas desde su inteligencia Left Coast.
y sabiduría, como poseedoras de conocimientos, Jabr, F., 2013. The Mind-Boggling Math of
como maestras y guías. Reconocerlas como hilos Migratory Beekeeping. Scientific American
que tejen la red de vida de nuestros territorios. (1 de septiembre). Disponible en: https://
www.scientificamerican.com/article/mi-
gratory-beekeeping-mind-boggling-math/,
consultado el 23 de mayo de 2022.
Kosek, J., 2010. «Ecologies of Empire: On the
New Uses of the Honeybee». Cultural An-
thropology, 25 (4), pp. 650-678.

74 ecologíaPolítica
Díaz, A. (2022) «Ha nacido una tradición. Cosmopolítica y violencia en el norte de Guerrero». Ecología Política, 63: 75-79.

«Ha nacido una tradición»


Cosmopolítica y violencia en el
norte de Guerrero
Abraham Zaíd Díaz Delgado*

Resumen: Este trabajo expone el origen de una Abstract: This article exposes the origin of an
propuesta artística y cultural en la comunidad artistic and cultural proposal in the community
de San Miguel Tecomatlán como expresión cos- of San Miguel Tecomatlán (Guerrero state) as
mopolítica emprendida por la población frente a cosmopolitical expression of the population
al incremento de la violencia y la demanda de in the face of the increase in violence and the
narcóticos en la región de Tierra Caliente (estado drugs demand in the Tierra Caliente region. In
de Guerrero). En «el pueblito» (como también the «pueblito» (as it is also known) polyculture is
se le conoce) se trabaja el policultivo para au- used for self-sustainability, but local agriculture
tosustento, pero la agricultura local se ha visto has been threatened by the possible invasion of

Breves
amenazada por la posible invasión de los grupos criminal groups to illegally produce opium gum,
delictivos para producir ilegalmente goma de poppies, and marijuana. An endemic variant of
opio, amapola y marihuana. En esta zona crece «chile» grows in this area as a result of polycul-
una variante endémica de chile, resultado del ture and is not marketed outside the region. The
policultivo, que no se comercializa fuera de la «chile criollo» has been taken as the main subject
región. Este chile criollo ha sido tomado como in the defense of the territory, opting for its pro-
principal sujeto en la defensa del territorio: se ha motion and commercialization with the creation
optado por su promoción y mercantilización por of the «Feria del Chile Criollo», from which it
medio de la organización de la Feria del Chile is intended to avoid violence and guarantee the
Criollo, una estrategia para crear una tradición future of the following generations, making it
con el fin de evitar la violencia y garantizar el a tradition.
futuro de las siguientes generaciones.

Palabras clave: cosmopolítica, violencia, Keywords: cosmopolitics, violence, Guerrero,


Guerrero, agricultura, arte agriculture, art

* Universidad Iberoamericana, Ciudad de México.


E-mail: zaiddiaz@live.com.mx.

ecologíaPolítica 75
Díaz, A. (2022) «Ha nacido una tradición. Cosmopolítica y violencia en el norte de Guerrero». Ecología Política, 63: 75-79.

Imagen 1: Primer bosquejo del logotipo de estudios universitarios concluidos o en curso y


la Feria del Chile Criollo. Fuente: Comité su esposa administra la tienda mejor surtida del
Organizador, San Miguel Tecomatlán, pueblo. Aunque poco involucrados en la política
Guerrero. 2021. formal, los cargos de representación popular y la
partidocracia regional, los miembros de esta fa-
milia son reconocidos en «el pueblito» con cier-
tos aires de liderazgo por ser capaces de «salir
adelante» sin recurrir a las alternativas comunes
de sus vecinos: la migración, el trabajo de la tie-
rra o el narcotráfico.

Debido a la emergencia sanitaria por la pande-


mia de COVID-19, en 2020 los hijos volvieron
de la Ciudad de México a casa de sus padres para
mantenerse a salvo de los contagios. El retor-
no al lugar de origen generó una «equivocación
controlada»1 (Viveiros de Castro, 2011: 5) que
los impactó emocionalmente al identificar los
problemas del pueblito en dos aspectos torales
Introducción de la vida cotidiana: la economía y la seguridad.
Ambos son regulados por el crimen organizado:
San Miguel es un pequeño pueblo ubicado en en el plano económico, fijan los precios de todos
el norte del estado de Guerrero, cerca de los los artículos de consumo, desde los de las gran-
límites con Michoacán y el estado de México. des empresas hasta los que produce la comuni-
Visitarlo provoca la sensación de haber hecho dad con la agricultura; mientras que la seguridad
un viaje en el tiempo. La vida rural del pueblo está supeditada a un establecimiento un orden
es total, casi nada hay en común con las urbes fundado en el miedo, ya que cualquier altercado
como la Ciudad de México. Solo hay una ca- entre pobladores es castigado brutalmente por
lle pavimentada, la que conduce a la iglesia; el los criminales, lo que de hecho los evita.
resto del pueblo está cubierto de tierra, polvo
y algunas piedras por donde en el día transitan Violencia en Tierra Caliente
tranquilamente personas y animales (domésticos
y ganado). Los servicios básicos, como el agua El pueblito se encuentra en la región de Tierra
potable y la energía eléctrica, aún se consideran Caliente, una zona en constante conflicto ar-
una novedad; recientemente se han introducido mado, que incluso ha buscado reconocimiento
la red telefónica e internet, aunque directamente como un estado independiente. Antes los con-
son cobrados a altas tarifas por lapsos de una flictos se presentaban entre movimientos guerri-
hora, un día o una semana por un administra- lleros y el Gobierno mexicano, pero en la última
dor local que rinde cuentas al grupo del crimen década son entre grupos del crimen organizado
organizado dominante en la zona. que se disputan el territorio, punto estratégico
para el trasiego de droga. La colindancia de los
En octubre de 2020, durante mi trabajo de cam-
po pude visitar «el pueblito», como también se
conoce la localidad. Una familia pudo darme
hospedaje. No se trata de una familia típica de 1
Estas se dan cunado dos o más perspectivas dialogantes se
refieren a cosas diferentes con las mismas palabras, creando
la comunidad: el jefe es profesor y director de interpretaciones equivocadas pero controlables mediante un
la única escuela secundaria, sus tres hijos tienen detallado proceso de traducción.

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Díaz, A. (2022) «Ha nacido una tradición. Cosmopolítica y violencia en el norte de Guerrero». Ecología Política, 63: 75-79.

estados de México, Guerrero y Michoacán está llamada por ellos mismos como «chile criollo».
siendo reconocida últimamente como «el nuevo Aunque el nombre ya se ha empleado en otras
triángulo dorado» para el mercadeo de amapola, regiones del país, la composición química de este
goma de opio y marihuana en México. De ahí chile es particular y en consecuencia también su
que la violencia se haya recrudecido de forma sabor. Así, se ha convertido en el nodo central
paulatina. La invasión del crimen organizado de una nueva red de significados, en términos de
en la vida cotidiana de las personas es cada vez lo que Marilyn Strathern denomina «conexión
mayor y pone en riesgo su tranquilidad ante la parcial», que «no es singular ni plural, ni uno
posibilidad de ser obligados a trabajar la tierra ni muchos, [sino] un circuito de conexiones en
para los grupos criminales sembrando y cose- lugar de partes juntas» (De la Cadena, 2020:
chando los productos negociados por los narco- 290). En la población hay dos fines pragmáticos
traficantes. A su vez, ello hace peligrar el susten- evidentes: por un lado, el ideal de progreso de las
to diario de las familias del pueblito, las cuales familias locales y, por otro, el mejoramiento de
suelen trabajar la tierra para el autoconsumo en las condiciones de inseguridad por la violencia
la localidad y solo comercializan sus excedentes vivida en Tierra Caliente.
de maíz dos o tres veces al año.
Imagen 2: Publicación en Facebook notificando
Al ser testigos de esta situación, los hijos de la fa- el acuerdo de los habitantes de San Miguel
milia que me dio hospedaje comenzaron a idear Tecomatlán. Fuente:
una alternativa para proteger a la comunidad de https://www.facebook.com/photo?fbi-
su territorio, su seguridad y su futuro. Permea- d=3096230977145782&set=g.418127448307610
dos por la vida citadina de la capital, conocían

Breves
un momento de auge en la oferta artístico-cul-
tural sobre la ruralidad. Entonces, iniciaron un
sondeo entre el campesinado local para conocer
la extensión de sus tierras y sus productos de cul-
tivo. En todos los casos las tierras se trabajan con
sistemas de riego natural y artificial que permi-
ten el policultivo de calabaza, maíz, ejote, frijol
(comba) y chile de dos a cuatro veces al año.
Además, en los alrededores se dan de manera
natural especies endémicas de mango y guayaba;
ambos, de sabor ácido y consistencia rígida, se
comercializan en la región de Tierra Caliente. A La Feria del Chile Criollo, una
decir de la gente, la venta de estos frutos no se respuesta cosmopolítica
extiende a otras zonas del país por un acuerdo
intercomunitario que pretende evitar la sobre- Los campesinos de San Miguel que siembran el
explotación de dichos productos y el despojo chile criollo lo describen como «un chile que
de tierras. Así que están frente a una situación casi no pica», «de forma triangular», incluso se
de seguridad que va llegando a su límite y que lo asemeja con morfologías animales al señalar
demanda acciones de cara al futuro, pues están que «en la punta se le hace una cola» y «parece
en juego su vida y los territorios que permiten la un tigre, porque le salen rayas a los lados»; en
existencia de la comunidad. un intento por integrar estas visiones emic, me
aventuro a describir de forma breve el produc-
Resultado de la consulta al campesinado del pue- to, a partir de notas apuntadas en mi diario de
blito, se encontró que del formato de policulti- campo en octubre de 2020. Tiene forma similar
vo ha emergido una especie endémica de chile, a un triángulo isósceles invertido, con longitud

ecologíaPolítica 77
Díaz, A. (2022) «Ha nacido una tradición. Cosmopolítica y violencia en el norte de Guerrero». Ecología Política, 63: 75-79.

de entre cinco y diez centímetros; crece en una Conclusiones


planta no mayor de setenta centímetros de alto
y los brotes varían en dos coloraciones, morado Pese a ser reciente, la organización comunitaria
y verde. Conforme crecen, tienden a teñirse de de San Miguel Tecomatlán se da como respuesta
un tono verde con franjas moradas alrededor; en a una serie de problemáticas sociales, económicas
ese punto es momento de cosecharlos. Una vez y culturales de larga data que han ido agravándo-
cortados, comienzan a secarse y cambian de co- se de modo paulatino hasta impulsar al campesi-
lor a tonos rojizos, del más intenso al más oscuro nado a recurrir a sus productos endémicos para
hasta pintarse de guinda. Durante todas estas sortear la violencia que se vive en esa zona crucial
etapas puede consumirse, con una leve variación para grupos del narcotráfico, que se disputan su
en el sabor, siempre muy poco picante; a veces dominio.
llega a tener un gusto dulce. Se lo suele mezclar
con miel de abeja natural, obtenida en los alre- Ciertamente, las narrativas locales que ponen
dedores del pueblito, para formar una salsa dulce al chile criollo como actor fundamental de la
que acompaña los mangos verdes originarios de defensa del territorio y de la vida del pueblito
la región; este es un bocadillo natural y accesible no son muy claras aún. Es evidente que recién
para todos. se están configurando a partir de las historias en
torno al producto a comercializar y con la con-
En función del carácter único de esta especie solidación de una feria cultural, lo que se expone
de chile, los pobladores y productores de San con la frase «Ha nacido una tradición».
Miguel acordaron tomarlo como símbolo de la
resistencia y defensa de sus tierras frente a la ola Atender a la iniciativa de la Feria del Chile Crio-
de violencia y sobredemanda de producción de llo desde este momento prematuro del proceso
narcóticos que ha ido en ascenso en la región du- de defensa del territorio es fundamental para
rante la última década. Por eso me refiero a esta comprender cómo se origina y sostiene (o decae)
como una lucha «cosmopolítica» en términos de una lucha cosmopolítica en la que los actores no
Stengers: «Una política en la que el cosmos se humanos son punta de lanza para la conserva-
refiere a lo desconocido constituido por mundos ción de la vida, con una visión más amplia que
múltiples y divergentes y a la articulación que resguarda la seguridad de humanos y no huma-
pueden alcanzar» (Stengers, 2014: 21). nos. En el camino es necesario «tomar en serio»
(Blaser, 2009: 18; Cepek, 2016: 624) las nece-
El día 30 de diciembre de 2020, se convocó sidades, discursos y contextos en los que emerge
una reunión de los habitantes del pueblito para esta lucha pacífica.
consultar la decisión de potenciar la producción
y difusión del chile criollo como estrategia de
defensa de la tierra y de la población, al promo-
ver su comercialización y consumo a una mayor
escala, además como una alternativa de creci-
miento económico local. Del evento derivó el
compromiso de organizar la Primera Feria del
Chile Criollo con recursos propios de la comuni-
dad y apoyo de las remesas enviadas por quienes
migraron a Estados Unidos. Ante el logro de este
acuerdo, uno de los miembros de la familia que 2
Pese a que se comenzó a planear a finales de 2020 para cele-
me hospedó durante mi trabajo de campo seña- brarse en diciembre de 2021, el contexto global de pandemia
por COVID-19 no permitió su ejecución por el alza de con-
ló con tono esperanzador: «Hoy ha nacido una tagios y una orden de vigilancia girada por un líder local del
tradición con la Feria del Chile Criollo»2. narcotráfico.

78 ecologíaPolítica
Díaz, A. (2022) «Ha nacido una tradición. Cosmopolítica y violencia en el norte de Guerrero». Ecología Política, 63: 75-79.

Referencias

Blaser, M., 2009. «The Threat of the Yrmo: The


Political Ontology of Sustainable Hunting
Program». American Anthropologist, 111 (1),
pp. 10-20.
Cepek, M., 2016. «There Might Be Blood: Oil,
Humility, and the Cosmopolitics of Cofán
Petro-being». American Ethnologist, 43 (4),
pp. 623-635.
De la Cadena, M., 2020. «Cosmopolítica indí-
gena en los Andes: reflexiones conceptuales
más allá de la “política”». Tabula Rasa, 33,
pp. 273-311.
Stengers, I., 2014. «La propuesta cosmopolíti-
ca». Pléyade, 14, pp. 17-41.
Strathern, M., 2004. Partial Connections. Nueva
York, AltaMira.
Viveiros de Castro, E., 2011. «Perspectival An-
thtopology and the Method of Controlled
Equivocation». Tipití, 2 (1), pp. 1-20.

Breves

ecologíaPolítica 79
Autorino, P. y Bandiera, M. (2022) «Parque histórico del futuro: memoria, militancia y reparación ecológica en las ruinas de la masacre de Monte
Sole». Ecología Política, 63: 80-84.

Parque histórico del futuro:


memoria, militancia y reparación
ecológica en las ruinas de la
masacre de Monte Sole
Pietro Autorino* y Michele Bandiera**

Traducido por Carlos Uxo Gonzále

Resumen: Tras la masacre de más de ochocien- esfuerzo restaurador de las comunidades mili-
tos civiles en 1944, la zona de Monte Sole estuvo tantes que volvieron a habitar este lugar durante
abandonada durante muchos años, considerada las últimas décadas como reparación ecológica.
como un lugar de muerte perseguido por los es- Además, situando esta discusión en nuestra pro-
pectros de la violencia extrema ejercida por las pia experiencia de toma de posesión de la granja
tropas nazifascistas. En 1974, Luigi Fontana fue de Luigi en Monte Sole, en la segunda parte del
el primero en volver a Monte Sole, seguido más artículo, exploraremos cómo la reparación eco-
tarde por una comunidad de monjes, que fueron lógica en las ruinas está haciendo vida en común
a construir un monasterio: sus intervenciones en en el «Parque Histórico del Futuro».
la zona allanaron el camino para que una comu-
nidad mucho más amplia de actores antifascistas
volviera a Monte Sole. Palabras clave: reparación ecológica, memoria
colectiva, Monte Sole
En este artículo reflexionaremos sobre la labor
de peregrinos, monjes, campesinos, activistas y
trabajadores que elaboraron la memoria colecti- Abstract: After the massacre of over 800 civi-
va de la masacre al volver a habitar la zona. En lians in 1944, the area of Monte Sole was aban-
nuestra opinión, es necesaria una comprensión doned for many years, deemed as a place of dea-
ecológica de la historia de la militancia en Monte th haunted by spectres of the extreme violence
Sole tras la masacre, y también arrojar luz sobre enacted by the Nazi-Fascist troops. In 1974,
trayectorias inesperadas de reparación ecológica Luigi Fontana was the first one to move back to
(Centemeri et al., 2022). Concretamente, pri- Monte Sole, later followed by a community of
mero recompondremos la historia ambiental de monks, who came to build a monastery: their
Monte Sole después de 1944, enmarcando el interventions in the area paved the way for a
much larger community of antifascist actors to
return to Monte Sole.
* Doctorando en Cosmos, Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales, Escuela Normal Superior; Colectivo Epidemia.
Hence, in this paper we will reflect on the work
Email: pietro.autorino@sns.it.
of pilgrims, monks, peasants, activists and wor-
** Doctorando en DiSSGeA, Universidad de Padua, Verona y
Venecia; Colectivo Epidemia. Email: michele.bandiera@phd. kers who crafted the collective memory of the
unipd.it. massacre by re-inhabiting the area. In our view,

80 ecologíaPolítica
Autorino, P. y Bandiera, M. (2022) «Parque histórico del futuro: memoria, militancia y reparación ecológica en las ruinas de la masacre de Monte
Sole». Ecología Política, 63: 80-84.

an ecological understanding of the history of condiciones para la vida en común.


militancy in Monte Sole in the aftermath of the En 1974, Luigi Fontana fue la primera persona
massacre is necessary, and also sheds light on en volver a habitar Monte Sole después de la ma-
unexpected trajectories of ecological reparation sacre: adquirió una antigua granja en ruinas, que
(Centemeri et al. 2022). In particular, we will renovó con la ayuda de su padre, experto en la
first recompose the environmental history of artesanía de la piedra y la autoconstrucción. Lui-
post-1944 Monte Sole, by framing the restora- gi procedía de una familia campesina del valle
tive endeavour of the militant communities who y era sobrino de un combatiente partisano. En
re-inhabited this place over the last decades as su casa criaba cerdos, pollos, burros y otros ani-
ecological reparation. Furthermore, by situating males, al tiempo que acogía huéspedes de todo
this discussion within our own experience of ta- tipo: artistas, vagabundos, drogadictos sin dine-
king over Luigi’s farmstead in Monte Sole, in the ro, punks, anarquistas y militantes clandestinos.
second part of the article, we will explore how Horneaba pan y cocinaba grandes cantidades de
ecological reparation in the ruins is making li- comida caliente que compartía espontáneamen-
fe-in-common in the «Future’s Historical Park». te con visitantes anónimos. Se dedicó en especial
a investigar la historia de la masacre y a crear un
Keywords: ecological reparation, collective archivo sobre la resistencia armada antifascista,
memory, Monte Sole así como sobre la masacre que llevaron a cabo los
soldados nazis en el otoño de 1944. De forma
deliberada, paraba a cualquier visitante curioso
del parque y le invitaba a comer para hablar del
Introducción pasado, el presente y el futuro de Monte Sole. De

Breves
hecho, su casa pronto fue conocida por muchos
Según el fotógrafo Josef Koudelka, «las ruinas como un baluarte y como un refugio en el sitio
no son el pasado»: son más bien el futuro que donde habían tenido lugar una violencia y una
llama nuestra atención sobre el presente (Gli devastación atroces: un enclave donde el trabajo
Asini, 2021). Los mundos que experimentamos, de la memoria y la reparación se promulgó a
los que nos esperan y los que podemos recordar, través de formas de convivencia en común.
están entrelazados, de manera que pueden capa-
citar a las comunidades humanas precarias para A principios de los años ochenta fue el turno de
hacer vida en común con la llamada a un futuro Giuseppe Dossetti, coautor de la Constitución
mejor. Este breve ensayo explora esta posibilidad italiana, quien recibió el mandato del obispo
en las prácticas cotidianas de los nuevos resi- de Bolonia de fundar un monasterio en Mon-
dentes militantes de Monte Sole, un territorio te Sole, a unos cientos de metros de Luigi. La
cuya habitabilidad fue gravemente destrozada llegada de la comunidad de oración de Dossetti
por la violencia destructiva de la masacre nazi- dio mucha más visibilidad a aquel lugar, suscitó
fascista contra la población civil en el otoño de el interés de la opinión pública y empujó al Es-
1944 (véase, por ejemplo, Baldissarra, 2009). A tado a asignar fondos para infraestructuras bási-
continuación, reconstruimos cómo ciertas inter- cas. De hecho, cuando Luigi había llegado allí,
venciones en las ruinas de la masacre elaboraron todavía no había carreteras, electricidad, línea
repertorios de memoria colectiva sobre la vida telefónica ni servicios de agua. La presencia de
antes y durante 1944 al reproducir el paisaje la Iglesia en Monte Sole pretendía sobre todo
como habitable. De hecho, recordamos la frase llamar la atención sobre el papel de los mártires
«Parque Histórico del Futuro» para captar cómo cristianos locales que se pusieron del lado de los
el proceso de recuerdo fue fundamental en la partisanos y protegieron a la comunidad local
reparación ecológica de un amplio movimien- durante la masacre. Sin embargo, la práctica
to de nuevos habitantes que buscaba recrear las de los monjes de rehabitar estas colinas aban-

ecologíaPolítica 81
Autorino, P. y Bandiera, M. (2022) «Parque histórico del futuro: memoria, militancia y reparación ecológica en las ruinas de la masacre de Monte
Sole». Ecología Política, 63: 80-84.

donadas tuvo un alcance mucho mayor, debido En 1944, el mando militar nazi en Italia se en-
a la militancia espiritual y la recomposición de frentaba al avance de las tropas aliadas desde el
las ruinas, como las iglesias y los cementerios sur, así como a la resistencia armada de las gue-
bombardeados, que habían servido de escenario rrillas partisanas dispersas por el norte de Italia.
a fusilamientos masivos de civiles, así como otros Para defender su posición, crearon una línea de-
actos violentos. Su práctica también incluyó la fensiva llamada Línea Gótica: Monte Sole estaba
apicultura, la elaboración de iconografías cris- justo encima de la línea descrita en los mapas. La
tianas, la oración y la meditación intensivas y la posición estratégica, tanto para proteger como
acogida de comunidades marginales, familias y para controlar el territorio, parece una expli-
activistas de la fe. cación válida también hoy, cuando los aviones
militares vuelan cerca del pico, produciendo otro
En aquella época, la configuración política fuerte ruido.
nacional y también la mundial se articulaban
como la oposición de dos bloques irreconcilia- Pero Monte Sole era importante también para las
bles. Cuando Luigi y Giuseppe se convirtieron operaciones militares de los rebeldes partisanos,
en vecinos al volver a habitar Monte Sole, sus y en particular para la brigada Stella Rossa (Es-
culturas políticas podrían haber reproducido trella Roja), que actuaba en el territorio. La cir-
esa oposición. Desde luego, no se puede decir culación de armas y mercancías en los valles cer-
que fueran amigos, pero su presencia conjunta canos a Monte Sole era objetivo apetecible para
vino a mundializar una ecología en la que la vida el sabotaje de los partisanos. Se ocultaban en la
en común volvía a ser posible y a tener futuro. montaña mientras golpeaban ocasionalmente
Ambos estaban comprometidos con la repara- objetivos estratégicos: secuestraban el ferrocarril,
ción del lugar que habitaban, lo que les exigía robaban armas o información y atacaban a las
elaborar, por una parte, repertorios de memoria tropas aisladas. El estricto vínculo que unía a la
a través de la investigación en profundidad, y brigada Stella Rossa con el territorio —eran, en
por otra, formas militantes de morar. Lo primero su mayoría, hombres criados allí— los favoreció
lo alcanzaron mediante el sostenimiento de un con el apoyo habitual de los campesinos locales.
medio de vida campesino; lo segundo, con un Cuando los nazis crearon la Línea Gótica para
mandato espiritual y social. Los rebuznos de los defenderse, tuvieron que asegurar su posición
burros y los cacareos de los gallos de Luigi, junto en toda la línea y fortificar los puestos militares
con las campanas del monasterio que señalaban para enfrentarse a las tropas aliadas. A finales
las vísperas, las oraciones y las comidas, devol- del verano de 1944, los nazifascistas organizaron
vieron la vida al paisaje sonoro de Monte Sole, una operación militar en Monte Sole: decidieron
tras décadas de silencio sepulcral (Olsen, 1968). eliminar las fuerzas de reproducción de la vida
en la montaña (Barca, 2021). Mientras subían
Nazifascistas y partisanos a la montaña en los últimos días de septiembre
de 1944, ni siquiera intentaron descubrir a los
Otros sonidos resuenan en el valle del Setta, uno partisanos escondidos en el bosque: su objetivo
de los dos valles que el Monte Sole divide con su eran las mujeres, los niños y los ancianos. Para
presencia. Es el ruido blanco de la autopista A1, nuestra comprensión de la masacre en términos
la carretera que conecta Nápoles con Milán, una de destrucción ecológica, también es importante
de las arterias más importantes de las infraestruc- recordar la matanza de animales y la destrucción
turas de movilidad italianas. Desde la cima del de aldeas, fuentes de agua, campos y robles: todo
Monte Sole se pueden ver tanto el inicio de la el espacio se transformó dramáticamente en un
llanura Padana como las montañas que separan puesto de guerra para las tropas nazifascistas.
Emilia-Romaña de la Toscana. Evidentemente, se produjo más devastación
cuando los aliados «liberaron» la zona.

82 ecologíaPolítica
Autorino, P. y Bandiera, M. (2022) «Parque histórico del futuro: memoria, militancia y reparación ecológica en las ruinas de la masacre de Monte
Sole». Ecología Política, 63: 80-84.

Monjes y campesinos dirigieron a las personas que vivían en zona de


guerra, rehabilitando su experiencia con Monte
Mientras la representación institucional de la Sole como herramienta para pensar y rezar por
memoria se deslizaba hacia la instrumentaliza- otras gentes en conflictos bélicos.
ción desde los dos lados más importantes de la
política italiana, Luigi y Giuseppe Dossetti inter- Hoy en día, muchos suben a Monte Sole para
pretaban dos personajes originales. Por un lado, recordar a Luigi o Giuseppe. Su trabajo tam-
tomaban distancia de las posiciones mantenidas bién ha trazado el camino inspirando a nuevas
por la política representativa de las comunida- generaciones de habitantes, desde los que perte-
des más amplias de las que formaban parte; por necen a movimientos de regreso a la tierra hasta
otro, ambos promulgaban una forma práctica de estudiosos, activistas por la paz, agroecologistas
«vivir la memoria» y reparar el entorno. Luigi y campesinos, naturistas o peregrinos. Todas es-
Giuseppe participaron activamente en la elabo- tas personas llegaron a estas montañas y con-
ración de una memoria crítica de la masacre, a tribuyeron a recomponer, reparar y reimaginar
través de la investigación independiente y, sobre la posibilidad de la vida a través de este paisaje.
todo, de prácticas encarnadas, que van desde la Además, en los últimos años han surgido varios
oración y la meditación hasta la convivencia y colectivos que se han autoorganizado para crear
la agricultura. infraestructuras autónomas y hacer mundos más
justos en Monte Sole. Los Grillos de Monte Sole,
La presencia del primero en el camino hacia el por ejemplo, fue un experimento llevado a cabo
cementerio era una posición estratégica para por intelectuales y ecologistas que participaron
atraer básicamente a todo tipo de personas que en debates críticos sobre la historia y el futuro del

Breves
venían aquí. Conoció a muchos antiguos solda- territorio. Más recientemente, los Ciervos Vola-
dos o veteranos militares, que venían a recordar y dores se reunieron en un campamento social para
también a buscar amigos, amantes, a ver el lugar debatir los retos de la despatriarcalización de las
fuera de la presión militar en la que había vivi- comunidades rurales y la soberanía alimentaria.
do. Siempre ofrecía comidas y se comprometía De igual modo, el centro social Bisaboga (ani-
de forma crítica con quienes llegaban, recons- mal mitológico mitad serpiente, mitad buey) se
truyendo personalmente historias y encuentros estableció en el edificio de un restaurante aban-
concretos. A veces, mostraba algunas esquirlas donado. Estos son solo algunos de los nombres
de bombas o reliquias nazis para dar una mani- elegidos por las iniciativas informales de base que
festación material a todas las charlas. La comida han trabajado para mejorar la reproducción de
siempre fue el centro de su relación con otras la vida en la zona de Monte Sole.
personas. Por ello era muy conocido en todo el
valle, tanto entre las comunidades locales como Una noche, un activista de esta zona describió
entre los recién llegados y las redes alternativas. las prácticas experimentales de este movimiento
más que social (Papadopoulos, 2018) con la ex-
Giuseppe, con los monjes que le seguían, ini- presión «Parco Storico del Futuro», que nos sigue
ció un régimen radical y regulado de oraciones. pareciendo evocadora de lo que ocurre en Monte
Junto con una reconstrucción humilde y estéti- Sole: un lugar donde se combinan la memoria
camente austera de los lugares de la memoria, colectiva del pasado, la política prefigurativa
promulgaron una espiritualidad material para para futuros esperanzadores y las prácticas coti-
sanar Monte Sole. Más allá de la agricultura, dianas basadas en el presente.
reunieron en torno a su presencia diferentes
grupos familiares y construyeron comunidades Wolf Bukowsky, biógrafo de Luigi, relata en sus
de ayuda mutua y colaboración diaria. Además, escritos que una vez Luigi paseaba por Monte
su meditación y sensibilidad política siempre se Sole y se topó con un veterano irlandés, antiguo

ecologíaPolítica 83
Autorino, P. y Bandiera, M. (2022) «Parque histórico del futuro: memoria, militancia y reparación ecológica en las ruinas de la masacre de Monte
Sole». Ecología Política, 63: 80-84.

luchador en la guerra, que volvía como turista, y Referencias


se quedó a charlar con él. Tras algunas presenta-
ciones informales, el hombre le preguntó a Luigi: Baldissarra, L., 2009. Il Massacro. Guerra ai civili
«¿Dónde está el monumento?». En aquel mo- a Monte Sole. Boloña, Il Mulino.
mento no había nada parecido a una estatua o Barca, S., 2021. Forces of Reproduction. Cambri-
una piedra que se erigiera simbólicamente como dge, Cambridge University.
monumento oficial de la masacre. Luigi seña- Bukowsky, W., 2010. Dov’è il Monumento? Bo-
ló a unos niños de habla alemana, que jugaban loña (autopublicado).
corriendo y persiguiéndose en el prado, y dijo: Centemeri, L., S. Topçu y P. Burgess, 2022.
«¿Ves ahí? Ellos son el monumento». El sentido Rethinking Post-Disaster Recovery Socio-An-
de la memoria que encarnaba y prefiguraba des- thropological Perspectives on Repairing Envi-
echaba cualquier gran relato de las instituciones ronments. Londres, Routledge.
y los partidos, y se basaba siempre en la ecología Dossetti, G., 2014. «Introduzione». En: L. Ghe-
de vivir en Monte Sole. rardi, Le querce di Monte Sole. Boloña, EDB.
Gli Asini. Le rovine non sono il passato, ma il futu-
Conclusiones ro, vol. 90-91 (agosto-septiembre de 2021).
Olsen, J., 1968. Silence on Montesole. Nueva
Nos mudamos a Monte Sole, con nuestros hijos York, Putnam.
y animales, a la casa de Luigi, que quedó vacía Papadopoulos, D., 2018. Experimental Practice.
un año después de que él muriera de una infec- Technoscience, Alterontologies, and More than
ción pulmonar (probablemente causada por un Social Movements. Durham y Londres, Duke
contagio temprano de Covid-19). Cocinamos University.
el pan en su horno de leña, financiado por la
cooperativa local de alimentos, y nuestros hi-
jos, que hablan alemán, habitan las ruinas y los
bosques que él contribuyó a restaurar. Nunca
le conocimos, ni tampoco a Giuseppe Dossetti,
que falleció antes que Luigi. Sin embargo, nos
resulta imposible no negociar sus intervenciones
en Monte Sole. A estas alturas, sabemos que no
hay atajo ideológico que pueda hacer justicia a
su militancia, ni a la de la brigada partisana que
resistió la ocupación nazifascista entre 1943 y
1944: el parque histórico del futuro es la con-
dición que heredamos y reproducimos, donde
el hacer memoria se materializa en la práctica
cotidiana de habitar un mundo en común, re-
parando su pasado en el presente y haciendo
futuros más justos.

84 ecologíaPolítica
Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

Vigilantes nocturnos: el Frente


Juvenil en Defensa de Tepoztlán
Larisa de Orbe*

Resumen: Se aborda un movimiento de resis- Abstract: A resistance movement of young


tencia de jóvenes surgido en 2011 ante la im- people from Tepoztlan Mexico (FJDT) against
posición de un proyecto carretero en Tepoztlán, an imposed, destructive, and illegal highway is
México, que representó un proceso de despojo described. It represented a process of disposses-
y de desmantelamiento parcial de procesos co- sion and dismantling of community processes
munitarios y de bienes comunes para favorecer and the commons in favour of modern capita-
la dinámica moderna capitalista. Se visibilizan list dynamics. Some episodes of the movement

Breves
algunos episodios del movimiento en los que are made visible in which the production of the
la producción de lo común y las relaciones de common and relations of interdependence arose
interdependencia surgieron como respuesta a as a response to micropolitical devices for the
dispositivos micropolíticos de producción de production of subjectivity imposed by the Sta-
subjetividad impuestos por el Estado, el patriar- te; the adult-centric patriarchy; and the logic of
cado adultocéntrico y la lógica del capital. capital.

Palabras clave: subjetividad ecocomunitaria, Keywords: eco-community subjectivity, youth,


jóvenes, megaproyectos megaprojects

* Acción Ecológica. E-mail: larisadeorbe@gmail.com

ecologíaPolítica 85
Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

A Tes, Tía, Dany, Ita, Tona, Beto, das. Con la participación de todos los barrios,
Jaz, Amalia, Carlos y a la maestra Osbelia. se fortaleció una identidad que logró construir
un poder municipal autónomo inspirado en la
Introducción Ley General sobre Libertades Municipales de
Emiliano Zapata.
Conocí el Frente Juvenil en Defensa de Tepozt-
lán (FJDT) durante un incendio ocurrido en las En los últimos veinticinco años, esta generación
montañas de Tepoztlán, en Morelos, México, en de jóvenes ha sido testigo de las transformacio-
abril de 2016. El grupo de jóvenes dirigía un nes más drásticas de su territorio. De ser agrícola,
centro de acopio de donativos en el zócalo del pasó a depender de la actividad turística, que
pueblo para apoyar a brigadistas que sofocaban sigue en crecimiento, acompañada de una pre-
el fuego. Además de percatarme de la ausencia de sión inmobiliaria y un aumento de la población.4
autoridades locales, observé un alto grado de or- La ubicación de Tepoztlán, además, se considera
ganización. Varios grupos se movían rápidamen- estratégica para el intercambio de mercancías, ya
te de un lado a otro recibiendo y clasificando los que está situada en un punto que une a la Ciudad
donativos que llegaban; otro grupo recibía por de México con el oriente del estado de Morelos,
radio información acerca de dónde faltaban re- y enlaza con la carretera Siglo XXI que conecta
fuerzos para apagar el fuego y, con escaso equipo al Océano Pacífico con el golfo de México.5 Estos
de protección, subía con urgencia en camione- cambios en la matriz económica han originado
tas; otros se encargaban del manejo de las redes una lenta pulverización del tejido comunitario y
sociales para comunicar a la ciudadanía lo que han dado entrada a procesos privatizadores de la
seguía haciendo falta. Nadie daba órdenes; era tierra (Vargas y López, 2017).
como si todos supieran qué les tocaba hacer. Es-
taba presenciando una histórica y densa red de En este contexto, el Frente Juvenil en Defensa de
tejido comunitario que se expresa en un com- Tepoztlán se conformó en 2011 como una reac-
plejo sistema de mayordomías, barrios, fiestas, ción contestataria contra dos hechos; el primero,
el coatequitl,1 y en el caso de los incendios, una la amenaza de un proyecto de ampliación de la
vieja red de organización por brigadas o grupos carretera La Pera-Cuautla que cruza su territorio,
cívicos que se identifican con nombres de ani- que formaba parte de una política impulsada por
males de la fauna local. el Gobierno federal para modernizar dieciséis mil
kilómetros de la red de carreteras ya existente en
La mayoría de los jóvenes que conformaban el el país. El tramo de veintiún kilómetros cruza-
Frente pertenecían a familias tepoztecas herede-
ras de una tradición de lucha de largo aliento
ante el intento de imposición de proyectos tu-
rísticos en su territorio. Ejemplo de ello fue el
conflicto contra un club de golf en 1994 que
1
Trabajo comunitario.
2
Los pueblos mesoamericanos han fusionado y transformado
durante su infancia les tocó vivir y en el que par- las diversas herencias en su concepción de lo sagrado, con
ticiparon (Salazar, 2010, Rosas, 1997). En esta una centralidad en la organización comunitaria y el respeto a
disputa el pueblo entero organizó la resistencia la naturaleza, en una mezcla de lo indígena prehispánico y el
catolicismo. Véase la leyenda del Tepozteco.
con una mezcla de elementos de religiosidad 3
Representación simbólica de los personajes considerados como
comunitaria2 y zapatismo (Sánchez-Reséndiz, «judas» o traidores del pueblo, por medio de muñecos de trapo
2006), y se apoyó en su estructura comunita- colgados de lo alto del palacio municipal.
ria preexistente para lograr detener el proyecto. 4
Actualmente Tepoztlán cuenta con 54 987 habitantes.
En su niñez fueron testigos de los repertorios 5
Infraestructura que forma parte del Proyecto Mesoamérica,
iniciativas como la Red Internacional de Carreteras
de lucha de la Asamblea, las guardias nocturnas, Mesoamericanas y el Sistema de Transporte Multimodal
las fogatas, «la quema de judas»3 y las barrica- Mesoamericano.

86 ecologíaPolítica
Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

ba ilegalmente por tierras comunales,6 y violaba gastos de las fiestas patronales. Con el paso del
decretos de protección ambiental7 de una zona tiempo esta costumbre empezó a perderse, debi-
de gran biodiversidad y de una alta fragilidad do a que muchos de los barrios decidieron ven-
ecológica. Además, se ponían en riesgo arqui- der su tierra. Hoy solo tres de los ocho barrios
tectura prehispánica y vestigios arqueológicos,8 continúan con la tradición de la milpa en Te-
y aumentaría el tránsito de tractocamiones de poztlán: La Santísima, Santo Domingo y Santa
carga doblemente articulados. A pesar de todo Cruz (Cuéllar, 2018).
ello, se presentó como un proyecto necesario
para incrementar la demanda turística, mejorar A continuación, se desarrollarán algunos aspectos
la conectividad de mercancías de la costa del Pa- del movimiento de jóvenes en clave autogestiva
cífico al golfo de México y favorecer el desarrollo y de relaciones de interdependencia simbólicas,
industrial de la región.9 políticas y afectivas (Linsalata, 2020), vinculadas
con los cerros, los animales, los compañeros de
El segundo, fue un rompimiento con los adul- lucha, así como las relaciones intergeneraciona-
tos que dirigían el movimiento de oposición, al les como una base que sostiene la trama la vida.
que llamaban Frente Grande. Como jóvenes, no
estuvieron de acuerdo en la forma en que lleva- Los cerros, vigilantes nocturnos
ban las asambleas; según su percepción, no eran
deliberativas ni consultivas, sino informativas En el estudio de los movimientos sociales, una
de decisiones tomadas previamente. La posición de las preguntas fundamentales es qué motiva
conciliadora y de diálogo con las autoridades, a la acción (Melucci, 1999). En el caso de las
además de actitudes adultocéntricas, los llevó a y los integrantes del Frente Juvenil, es la cone-

Breves
constituirse como Frente Juvenil, y a tener sus xión espiritual o religiosa con el entorno natural,
propias asambleas para organizarse y planear como fuerza de protección con profundas raíces
actividades de resistencia de manera autónoma. indígenas que ha sido transmitida en las familias
durante mucho tiempo, y que ha forjado una
Cuando los conocí, ya llevaban cuatro años orga- conciencia ecológica colectiva (Salazar, 2010), a
nizando colectivamente una riqueza social auto- la que he llamado subjetividad ecocomunitaria
gestiva a contracorriente de la lógica del capital (De Orbe, 2021).
y de dispositivos micropolíticos de producción
de subjetividad impuestos por el Estado.10 De
igual forma, enfrentaban un patriarcado adul-
tocéntrico que se manifestó en la subordinación 6
La obra no contaba con el «convenio de ocupación previa»
política de los jóvenes dentro del movimiento, al expedido por los comuneros, como establece la legislación
agraria.
limitarlos a hacer carteles y dibujos y sin tomar 7
Parque Nacional el Tepozteco y Área de Protección de Flora y
en cuenta sus estrategias de lucha, y de las mu- Fauna Corredor Biológico Chichinautzin.
jeres jóvenes participantes, ignorándolas cuando 8
La zona de Tlaxomolco ubicada al sureste del Valle cuenta
opinaban. también con pinturas rupestres.
9
El Proyecto Integral Morelos (PIM) contempla la construcción
de dos termoeléctricas en la comunidad de Santa Cruz Huexca,
Una de estas actividades colectivas que gestio- municipio de Yecapixtla; un acueducto de diez kilómetros a
naron fue la reapropiación y recuperación de la través de distintas localidades del municipio de Cuautla y
tradición de la siembra de la Milpa del Santo Villa de Ayala; un gasoducto de ciento sesenta kilómetros de
largo que pasa por los estados de Tlaxcala, Puebla y Morelos,
como una forma de cohesionar a la comunidad. y una línea eléctrica de veinte kilómetros para llevar la energía
La milpa es una tradición que fusiona la religión producida a una subestación en el municipio de Yautepec en
Morelos.
católica con el trabajo comunitario o coatequitl. 10
Como el discurso oficial de presentar la actividad turística
Cada barrio en Tepoztlán acostumbraba a sem- e inmobiliaria como la única opción para un mayor bienestar
brar una milpa en sus terrenos para costear los económico de la población por encima de otras actividades.

ecologíaPolítica 87
Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

Lo primero que me movió fue que iban a tocar una de la vida (Navarro y Gutiérrez, 2018). Y, en
montaña, que la iban a matar, que la iban a destruir. el caso del movimiento de jóvenes del Frente,
Era como si tocaran mi cuerpo, mi casa, mi todo, puedo percibir estas energías que ponen en el
entonces era como que tenía que defenderla a como centro no solo la vida humana, sino una con-
diera lugar (mujer, integrante del FJDT). dición de igualdad y de interdependencia con
otras formas de vida, como la vegetal, animal
En la cosmovisión tepozteca el paisaje es un es- y mineral. Esto, a pesar de la urbanización de
cenario sagrado al que le acompañan mitos que cemento y vigas de acero que los rodea, y que
perviven en la población. Ahí están grabadas las avanza a la par de una idea de progreso basada
memorias de los antepasados, y son fuente de en la mercantilización de la naturaleza y de sus
narraciones de dioses caminantes que dejaron tradiciones por medio de dispositivos como el
huellas por los senderos recorridos que siguen Programa Pueblos Mágicos.11
siendo actualmente las rutas de peregrinación
(Neff, 2012), en una conexión biorregional con Defenderemos nuestro territorio con las formas que
otros pueblos. nos legaron nuestros abuelos, por la vía jurídica y con
nuevas herramientas que, como generación, tenemos
Yo siempre subo al Tepozteco con la mirada hacia a nuestro alcance en defensa del Cerro Sagrado Tla-
abajo porque es bien cansado, siempre estoy viendo xomolco y del Yohualtepetl, el Vigilante Nocturno
la piedra donde voy a caminar o donde voy a poner (Angélica Ayala, integrante del FJDT, Ávila, 2016).
mi pie, cuando subo al cerro siempre voy agachada.
Pero, ¿sabes?, siento que también es por respeto a los El Yohualtepetl o Vigilante Nocturno,12 llamado
cerros, ¿sí me entiendes?, como esa parte fuerte reli- así por los zapatistas en la revolución de 1910,
giosa. Para mí, es como entrar en un portal (mujer, fue un sitio estratégico para vigilar a los soldados
integrante del FJDT). enemigos que pudieran venir de otras direccio-
nes (Quiroz et al., 2013). Es un cerro en forma
El sentido sagrado de los cerros, árboles y seres de un pequeño humano recostado mirando las
que los habitan tiene un significativo papel en la estrellas, que el proyecto de ampliación de la ca-
defensa de los territorios y en la trama comuni- rretera ponía en riesgo, por lo que se convirtió
taria que conforma su identidad, que no radica en una de las imágenes de la resistencia. Su con-
en el territorio entendido como espacio geográ- torno visible desde el horizonte está grabado en
fico, sino en los distintos vínculos establecidos la memoria y en el cuerpo de los integrantes del
con las montañas y con los animales y con todo Frente Juvenil con un compromiso mutuo de
lo que los rodea, como un bien común para la cuidarse y defenderse.
reproducción de la vida. Esto se refleja en algu-
nas de las canciones que jóvenes integrantes del
movimiento compusieron durante la resistencia:

Al ver lo que pasaba


el tejón juntó a su gente
y formaron este Frente
en defensa de su pueblo.
No no no nooooo. 11
Pueblos Mágicos es un programa del Gobierno federal para
No pasarán. impulsar las económicas locales mediante el turismo cultural.
Tepoztlán fue incluido en 2002, y se inició una especulación
inmobiliaria que ha ido transformando a esta comunidad no
Estas relaciones las entiendo en clave de interde- solo en lo material, sino en las formas de pensar y significar la
pendencia, es decir, como el conjunto de ener- modernidad y el progreso.
gías en común para garantizar la reproducción 12
También llamado Cerro del Enano o del Duende.

88 ecologíaPolítica
Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

Muralismo comunitario de cíamos fiesta después de las asambleas, y algo


resistencia: las paredes gritan increíble era que de ahí salían las mejores pro-
puestas. ¡Sí!, nos encantaba la fiesta, pero nos
Una de las primeras acciones autónomas del organizábamos y todas las ideas las anotábamos»
Frente Juvenil estuvo relacionada con el arte. (hombre, integrante del FJDT).
Durante su lucha, encabezaron un importante
movimiento muralista en el que plasmaron men- La posición más clara del Frente Juvenil frente
sajes e imágenes sobre cómo entendían la amena- al problema causó simpatía en el pueblo, sobre
za de la ampliación de la autopista. Participaron todo entre las personas mayores que habían par-
diversos colectivos de muralistas para pintar las ticipado en la lucha contra el club de golf; mu-
paredes de Tepoztlán, que eran cedidas por la chas de ellas mujeres, a las que cariñosamente
gente propietaria; se les donaba pintura y mate- llaman «mando único de doñas». Dicho sea de
rial, y se les llevaba comida mientras trabajaban. paso, ellas representaron un gran soporte para el
Andrea Marichal (2018) analizó las narrativas vi- movimiento juvenil. Ejemplo de ello, además de
suales de los murales a partir del concepto «mu- su apoyo en la realización de los murales, fue la
ralismo comunitario de resistencia», como fue receta secreta del engrudo.13
nombrado por el propio movimiento de jóvenes;
un canal de expresión colectiva con mensajes de El mando único de doñas nos pasó la receta del en-
defensa del territorio y un enfoque ecológico, grudo para pegar panfletos contra la ampliación de la
y una forma alternativa de participación en la autopista. Ni con la lluvia se despegaban, quedaban
política. Tal fue la intensidad y proyección de los sellados e impermeabilizados… La gente del Ayunta-
mensajes que generaron incomodidad en ciertos miento se quedaba sin uñas cuando los querían arran-

Breves
sectores, incluida la autoridad municipal, quien car. Con el paso del tiempo se ponían más blancos,
enviaba a la policía para intimidarlos. no amarillos. Lo preparábamos y lo distribuíamos en
cubetita (mujer, integrante del FJDT).
Imagen 1. Jóvenes artistas posan en uno de los
murales en las calles de Tepoztlán, Morelos. Conclusiones: la unión de las luchas
Fuente: https://www.facebook.com/FJDTepoz/ comunitarias
photos/a.498856276794339/4988560127624/.
Autora: Itandehuy Castañeda. El contacto con otras luchas en el país por la
defensa del territorio fue una chispa que encen-
dió más la energía del Frente Juvenil. En agosto
de 2012 se llevó a cabo el Primer Encuentro de
Pueblos Unidos en Defensa de la Tierra, el Agua
y el Aire en el zócalo del pueblo (Rojas, 2012),
que visibilizó las luchas nacionales contra me-
gaproyectos.14 Para organizarlo, se valieron de
los recursos que como comunidad tenían, cada
habitante aportaba algo: la lona para la lluvia, las
sillas, el sonido, la vajilla, lugares para dormir e
incluso se logró instalar una cocina en el zócalo.

El proceso creativo de los murales, sumado a


la emoción que producen los actos de rebeldía, 14
Al encuentro acudieron pueblos y movimientos en resistencia
conformó un espacio social que fue tejiendo una de todo el país, entre ellos San Dionisio del Mar, de Oaxaca;
Cherán, de Michoacán; Atenco, del estado de México;
comunidad, y construyó vínculos y relaciones Tezontepec, de Hidalgo; Huexca, d Morelos, y el pueblo
de amistad y hermandad. «Cada ocho días ha- Wirikuta.

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Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

Nos preguntaban siempre: «¿De dónde sacan dinero En la actualidad la construcción de la amplia-
para todo lo que hacen?». Si no pides la ayuda, la gente ción de la carretera continúa,16 y la resistencia
no te la da. Si la pides, la gente empieza a cooperar: también, desde otros espacios y procesos orga-
transporte, comida, toda la ayuda es bienvenida, nos nizativos comunitarios, en los que, con la expe-
daban cosas para vender; nos conocen, somos comu- riencia que les dejó participar en el movimiento,
nidad y hay confianza (mujer, integrante del FJDT). siguen luchando para frenar la actividad turística
e inmobiliaria masiva y sin control. Pero, sobre
Imagen 2. Cartel del Encuentro de Pueblos en todo, para contagiar a las nuevas generaciones
Defensa de la Tierra, el Agua y el Aire. de la importancia y el valor de conservar la vida
Fuente: https://www.facebook.com/FJDTepoz. comunitaria.

La buena noticia es que la semilla de lo común


sigue viva y germinando en Tepoztlán.

Este grupo de jóvenes pertenece a una genera-


ción que conserva una subjetividad ecocomuni-
taria histórica de lucha heredada de sus antepasa-
dos, una memoria de resistencia y una conexión
sagrada y de interdependencia con el territorio,
que fue reactivada en una práctica colectiva de
reconstrucción de su pasado, y que actualizaron
al servicio de su lucha presente ante la amenaza
de la destrucción y el despojo de su territorio y
de la reproducción de la vida.

La resistencia emprendida por el Frente Juvenil


en Defensa de Tepoztlán es, sin duda, el movi-
miento más importante de jóvenes en esa co-
munidad y en el estado. Logró fisurar el sistema
político y económico local, ya que despertó pro-
cesos antagónicos que no se veían desde la lucha
del club de golf, veinticinco años atrás, y motivó
a cuestionarse sobre los impactos de la actividad
turística, así como la protesta y acciones ante
otros problemas de la comunidad relacionados,
como la inseguridad, los incendios15 o la escasez
del agua.

90 ecologíaPolítica
Orbe, L. (2022) «Vigilantes nocturnos: el Frente Juvenil en Defensa de Tepoztlán». Ecología Política, 63: 85-91.

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ecologíaPolítica 91
92 ecologíaPolítica
Redes de resistencia

Colectivizar el tiempo, desmonetizar las


necesidades. Veinticinco años de experiencia
autogestionaria en el CSO Kan Pasqual
Marc Gavaldà

Resistir con los peces: claves para una ecología


política multiespecies desde América Latina
Juan David Arias-Henao

Cuidar es resistir: saberes y experiencias de mujeres


en conflictos socioterritoriales
María Paz Aedo

ecologíaPolítica 93
Gavaldà, M. (2022) «Colectivizar el tiempo, desmonetizar las necesidades. Veinticinco años de experiencia autogestionaria en el CSO Kan Pas-
qual». Ecología Política, 63: 94-98.

Colectivizar el tiempo,
desmonetizar las necesidades.
Veinticinco años de experiencia
autogestionaria en el CSO Kan
Pasqual
Marc Gavaldà*

Resumen: El Centro Social Okupado Kan Pas- Abstract: The Kan Pasqual Squatted Social Cen-
qual acumula veinticinco años de experiencia ter (Barcelona) accumulates 25 years of commu-
comunitaria y de práctica autogestionaria. La nity experience and self-management practice.
construcción de un imaginario compartido vin- The construction of a shared imaginary linked to
culado a experimentar formas de vida que corten experiencing ways of life that cut the ties of de-
los lazos de dependencia con los mercados y el pendence on markets and the State, have made
Estado ha posibilitado la puesta en práctica de it possible to put demonetized life systems into
sistemas de vida desmonetizados. Así, el senti- practice. The feeling of usefulness in the group is
miento de utilidad hacia el colectivo es un valor a stronger value than salaried work: time, hours
más fuerte que el trabajo asalariado: se destina of work, are used to generate benefits for the
el tiempo, horas de trabajo, a generar benefi- community and this, by strengthening itself and
cios para la comunidad, y esta, al fortalecerse benefiting from these inputs, returns to indivi-
y beneficiarse con estos aportes, retorna a los duals. the possibility of living without money.
individuos la posibilidad de vivir sin dinero. En The article will examine and deepen the econo-
el artículo se examinarán y profundizarán las mic practices and workloads of a community
prácticas económicas y las cargas de trabajo de that has opted to cut dependence on the market
una colectividad que ha apostado por cortar la and the State, based on practices of mutual aid.
dependencia del mercado y el Estado, sobre la
base de prácticas de apoyo mutuo. Keywords: squatting, collectivization,
demonetize, anti-capitalism
Palabras clave: okupación, colectivización,
desmonetizar, anticapitalismo

*Profesor asociado del Departament d’Economia i Història


Econòmica de la Universitat Autònoma de Barcelona y miem-
bro del CSO Kan Pasqual. Email: marc.gavalda@uab.cat

94 ecologíaPolítica
Gavaldà, M. (2022) «Colectivizar el tiempo, desmonetizar las necesidades. Veinticinco años de experiencia autogestionaria en el CSO Kan Pas-
qual». Ecología Política, 63: 94-98.

Introducción: Kan Pasqual, una Hito y comunidad


experiencia autogestionaria
Las bases de una experiencia antagonista y
En el final del segundo milenio, eclosionó en transformadora radican en la comunidad que la
Barcelona un ciclo de luchas por la okupación1 sustenta. Los lazos de convivencia, afecto, afi-
urbana con un fuerte componente antagonista. nidad política y solidaridad entre las personas
La proliferación de centros sociales okupados del colectivo permiten que este pueda desple-
en diferentes barrios generó una red de espa- gar su potencial práctico. Para ello, las tareas
cios «liberados» creando un sustrato donde los de producción (agrícola, leña, horneado) son
movimientos sociales se organizaban y crecían tan importantes como fomentar los espacios de
fuera —y en contra— de las instituciones (De cohesión de grupo (compartir comidas, fiestas,
Paula, 2010; Martínez, 2002). En este contexto, cultura, sinceridades). También lo es dibujar un
en 1996 se okupa una finca rural de treinta hec- imaginario colectivo del horizonte hacia dónde
táreas en el corazón del Parque Natural de Coll- caminar. Para que esto suceda, necesariamente
serola, a escasos ocho kilómetros de Barcelona. deben crearse y mantenerse los espacios y tiem-
En este espacio se consolida un colectivo de entre pos informales para el diálogo. En el plano orgá-
doce y quince personas inspiradas por un ideal nico, la asamblea ha sido el mecanismo de coor-
anarquista con el anhelo de desplegar prácticas dinación y de resolución de conflictos, si bien la
autogestionarias que desconecten al colectivo existencia de micropoderes y roles patriarcales
de la dependencia del Estado y de los mercados representa un gran desafío. En el caso de Kan
(Cattaneo y Gavaldà, 2009). Con un origen bá- Pasqual, fue la combinación de una comunidad
sicamente urbano, el colectivo recuperaba la tie- donde identificarse y apoyarse, unida al hito de
rra para poner en práctica referencias inspirado- la autonomía campesina, la que generó el mo-
ras de la desobediencia civil (Thoreau,1983), la vimiento por el que ha transitado el colectivo
ecología social (Bookchin, 1997; Biehl, 2018), la durante veinticinco años.

Redes de resistencia
revolución zapatista y los movimientos popula-
res campesinos que en su autonomía «dispersan De la necesidad a la capacidad
el poder» (Zibechi, 2007). Paralelamente, otros
colectivos de okupación rural en la península El colectivo okupó una antigua casa rural en
Ibérica habían empezado a caminar (Malayerba, condiciones precarias. Inmediatamente se iden-
1996) y generaban una suerte de pertenencia a tificaron las necesidades primordiales que debían
un movimiento de transformación social en la solventarse a corto plazo. Techo, calor, agua,
que se articulaban lazos de apoyo mutuo.2 comida, luz y seguridad fueron abordados con
urgencia. Las tareas de reconstrucción, habilita-
Se trataba entonces de poner las bases econó- ción de sistemas de acopio de agua, aislamiento,
micas, energéticas y materiales para que Kan instalación de un minúsculo sistema de gene-
Pasqual se dotara de medios para cortar su de- ración solar se alternaban con el reciclaje y la
pendencia del mercado. Resolver de manera co- apertura de huertas de autoconsumo. Inspirados
lectiva aspectos como la alimentación, la calefac-
ción, la iluminación, la vestimenta o la salud se
convirtieron en tareas prioritarias. La dedicación 1
La letra k de okupación hace referencia al carácter político de la
acción, en la que la toma de un edificio abandonado no es solo
de tiempo y conocimientos a estas tareas recor- un fin, sino también un medio para denunciar especulación de
taría las necesidades tanto del mercado como la vivienda y la tierra. Además, el movimiento okupa subvierte
el lenguaje dejando patente su voluntad de romper con las nor-
fuente de suministros como del Estado como mas, también ortográficas.
entidad protectora y coercitiva. Analicemos al- 2
Véase https://colectivosrurales.wordpress.com/ o la revista
gunos aprendizajes. La Llamada del Cuerno, órgano de expresión de los pueblos
okupados, con una trayectoria de veinte años de publicaciones
esporádicas desde 2000.

ecologíaPolítica 95
Gavaldà, M. (2022) «Colectivizar el tiempo, desmonetizar las necesidades. Veinticinco años de experiencia autogestionaria en el CSO Kan Pas-
qual». Ecología Política, 63: 94-98.

por el enfoque permacultural (Mollison, 1988), nefician al Estado. Por otro lado, la dedicación
se trataba de cerrar los ciclos de energía y recur- in situ del trabajo de estas personas generaba una
sos dentro de la finca, avanzando en el camino utilidad que era aprovechada para el bien común
de la autosuficiencia. Con el tiempo, se fueron del colectivo. Con una perspectiva de veinticinco
abordando proyectos más ambiciosos, como la años transcurridos, la suma de todas estas horas
construcción de un sistema de autoproducción de dedicación que durante años se han abstenido
energética (primero fotovoltaico, luego combi- del trabajo asalariado tiene un impacto relevante.
nado con generación eólica), creando lo que hoy
se propone como una comunidad energética lo- Las cargas de trabajo en Kan Pasqual, así como la
cal (XSE, 2021). En cuanto a la producción, se frecuencia de las tareas que se dedican a la casa,
combinó la actividad de huerta, transformación son informales y voluntarias. Se puede afirmar
y conservación de alimentos, fermentación y que la vida en colectivo reduce enormemente
destilación de bebidas con la producción sema- no solo las cargas económicas (alquiler, energía,
nal de pan que se distribuye y comercializa entre transporte, productos de consumo), sino tam-
cooperativas de consumo en la ciudad. La elabo- bién la dedicación a tareas domésticas (cocina,
ración artesanal de pan requiere una dedicación limpieza, compras) en comparación con el modo
de cinco horas a la semana para un turno de de vida unifamiliar. Estas son algunas de las com-
tres personas. Esta actividad permite mantener pensaciones que retorna el trabajo comunitario.
la economía doméstica del colectivo (compras de
alimentos al exterior). El sistema rotativo hace Sentimiento de utilidad
posible que una persona viva con las necesidades
básicas satisfechas con una dedicación de apenas La sociedad impone unos valores morales so-
unas diez horas de trabajo al mes. Para gastos bre las virtudes del trabajo que se manifiestan
superiores (compra de sistema solar o gastos de en riqueza, estatus, posición social, entre otros
furgoneta colectiva) se organiza algún acto ex- elementos. Hay un consenso amparado en la «re-
cepcional, como comidas o fiestas. ligión del trabajo» (Grupo Krisis, 2018), enten-
dida como aquello necesario no solo para vivir/
Es importante señalar también el papel que juega sobrevivir en esta sociedad, sino para sentirse
el apoyo mutuo con otras colectividades urbanas integrado en ella. Sin embargo, en Kan Pasqual
y rurales, así como con la vecindad, en el sumi- se percibe el trabajo asalariado como un trámite
nistro, intercambio y préstamo de herramientas, que hay que asumir —rebajando los niveles de
conocimientos y fuerza de trabajo en jornadas libertad— para conseguir un mínimo necesario
puntuales. Las capacidades y los vínculos de co- para la economía individual.
munidad se amplían y se fortalecen con el tejido
de estas redes de apoyo. Por otro lado, el trabajo en la finca o en tareas
de organización del centro social son tareas
La dedicación y la compensación no remuneradas pero con un «sentimiento de
utilidad» alto, porque sus frutos aumentan las
La dedicación de tiempo y conocimientos en es- capacidades sociales del colectivo (Almendro,
tas tareas autogestionarias recortó las necesidades 2019). Estas tareas, si bien no se traducen en
de dinero, siempre enmarcadas en un plano de ganancias monetarias, sí que en muchos casos
«simplicidad voluntaria» (Lahille, 2011). Por un forman parte de la economía por varios moti-
lado, las personas ya no vendían su fuerza de tra- vos: 1) proporcionan bienes consumibles en la
bajo —y tiempo de vida— al mercado laboral, comunidad (alimentos, bebida); 2) aumentan
desviando hacia el beneficio común la potencial la capacidad de captación y almacenamiento
plusvalía que habría beneficiado a algún empre- de recursos de la casa (depósitos de agua, bate-
sario, así como los impuestos al trabajo que be- rías, bodega, espacios de almacén); 3) mejoran

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Gavaldà, M. (2022) «Colectivizar el tiempo, desmonetizar las necesidades. Veinticinco años de experiencia autogestionaria en el CSO Kan Pas-
qual». Ecología Política, 63: 94-98.

la calidad de vida de la vivienda (aislamiento, consideraba actos revolucionarios los intentos de


calefacción, muebles); 4) aumentan el recicla- crear comunidades autónomas.
je y la recirculación de materiales (compostaje,
depuración aguas grises), y 5) incluyen tareas de Las comunidades rurales autogestionarias son es-
cuidados (orden, limpieza, salud, resolución de pacios de demostración y afirmación colectiva de
conflictos). En resumen, son tareas que generan que hay vida más allá del capitalismo. El hecho
unos beneficios en el sentido inverso de la econo- de que estos proyectos estén vivos y en la práctica
mía neoclásica, que denominaremos «beneficios en tiempo real —no son referencias históricas a
antimonetarios»: aquellos productos del trabajo una revolución pasada— añade un valor pedagó-
que reducen la dependencia del mercado y por gico y de contagio. El deterioro creciente de las
tanto del dinero. Estas ganancias no monetarias condiciones laborales, y peor aún en la coyuntura
no se computan en el balance de beneficios, sino actual de crisis sistémicas y quiebra del capitalis-
que se restan al cómputo de gastos. Con el tiem- mo global (Fernández-Durán, 2011), evidencia
po, estas ganancias «antimonetarias», fruto del la necesidad de un cambio de paradigma del tra-
trabajo no remunerado (víveres en la despensa o bajo urgente. El modelo de comunidad rural con
mejoras en aislamiento de la casa), reportan be- una pequeña actividad económica insertada en la
neficios acumulativos al recortar o solventar las economía social aporta un ejemplo práctico en
necesidades tanto en el presente (comida) como un contexto de transición hacia nuevos modelos
en el futuro (leña). de vida que se desvinculen del capitalismo.

Desgraciadamente, en la sociedad de consumo,


se ha estandarizado el consenso de valorizar más
el dinero que los beneficios comunitarios de vivir
una vida feliz y llena, con las necesidades básicas
cubiertas sin invertir horas en el mercado laboral.

Redes de resistencia
En contraposición, Kan Pasqual ha consolidado
una comunidad con unas necesidades de dinero
muy reducidas que permite a sus miembros vivir
largos períodos sin trabajar. Como consecuen-
cia de esta economía desmonetizada, al evitar la
necesidad de acudir al mercado, sus habitantes
venden una pequeña proporción de su tiempo
en el mercado laboral, lo que constituye un caso
de «desempleo útil» (Cattaneo y Gavaldà, 2010).

Conclusiones: desmonetización y
cambio de paradigma

La creación de estos espacios de vida desmone-


tizados adquiere un valor ejemplar para sentar
las bases de la construcción del camino antica-
pitalista. Holloway (2010) ya apuntaba que la
vía para destruir el capitalismo es rechazar las
lógicas capitalistas con la creación y expansión de
alternativas, empezando en el nivel de microso-
ciedades. En el mismo sentido, Graeber (2011)

ecologíaPolítica 97
Gavaldà, M. (2022) «Colectivizar el tiempo, desmonetizar las necesidades. Veinticinco años de experiencia autogestionaria en el CSO Kan Pas-
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98 ecologíaPolítica
Arias-Henao, J. (2022) «Resistir con los peces: claves para una ecología política multiespecies desde América Latina». Ecología Política, 63: 99-103.

Resistir con los peces: claves para


una ecología política multiespecies
desde América Latina
Juan David Arias-Henao*

Resumen: A partir del estudio de un movimien- Abstract: Based on the study of a movement for
to por la defensa del río Samaná Norte, en los the defence of the Samaná Norte River, in the
Andes colombianos, argumento que la resisten- Colombian Andes, I argue that resistance is not
cia no es una facultad excepcional del ser huma- an exceptional faculty of the human being, but
no, sino una forma de interacción con el mundo. rather a form of interaction with the world. In
En este sentido, los movimientos ambientalistas this sense, environmental movements resist with
resisten con otras especies, acudiendo a ellas other species, turning to them to survive and to
para sobrevivir y para encontrar herramientas find tools to defend their territories. This being
que permitan defender los territorios. Siendo the case, how to think about these resistance pro-
así, ¿cómo pensar estos procesos de resistencia cesses from a Latin American multispecies politi-
desde una ecología política multiespecies lati- cal ecology perspective? To answer this question,
noamericana? Para responder esta pregunta se- I point out three keys: a) understand the ways

Redes de resistencia
ñalo tres claves: a) comprender las maneras en in which extractivism degrades the survival con-
que el extractivismo degrada las condiciones de ditions of different species (including humans);
supervivencia de diferentes especies (incluido el b) put other living species at the forefront of
humano), b) poner a otras especies vivas en el research; c) think about life in common with
primer plano de las investigaciones; c) pensar la a wide diversity of beings in constant interde-
vida en común con una amplia diversidad de pendence.
seres en constante interdependencia.

Palabras clave: ecología política Keywords: Latin American political ecology,


latinoamericana, interdependencia, resistencias, interdependence, resistance, multispecies
ecología política multiespecies political ecology

* Universidad Pontificia Bolivariana, Medellín, Colombia


E-mail: juandavidariashenao@gmail.com.

ecologíaPolítica 99
Arias-Henao, J. (2022) «Resistir con los peces: claves para una ecología política multiespecies desde América Latina». Ecología Política, 63: 99-103.

Resistir con los peces en el río sas buscaron aliados que permitieran defender
Samaná el río de las intervenciones extractivistas de las
hidroeléctricas. Los bocachicos se convirtieron
La primera vez que escuché acerca de los bocachi- en uno de los aliados del proceso de resistencia,
cos (los peces más representativos de Colombia), y aparecieron en el discurso de este movimiento
me encontraba participando en una manifesta- como una condición necesaria para la supervi-
ción social. Fue en marzo de 2019, en una de las vencia de las poblaciones ribereñas que existían
jornadas de las Mesas por la Defensa del Agua, en constante interdependencia con los peces (las
la Vida y el Territorio (en adelante, las Mesas). Mesas, 2019).
Este movimiento había utilizado un amplio re-
pertorio de acciones jurídicas y políticas con el Los bocachicos son peces viajeros que llegan cada
fin de mantener al río Samaná Norte fluyendo año hasta el río Samaná Norte con la finalidad
libre por la cordillera central de los Andes co- de reproducirse. Entre los meses de diciembre
lombianos. Durante la movilización me llamó la y febrero, en el verano, los niveles del agua dis-
atención una pancarta que decía: «El bocachico minuyen. Los bocachicos suben por el cauce
no salta los muros» (ver imagen 1). Se refería a principal del río Magdalena buscando afluentes
los muros de dos centrales hidroeléctricas que como el Samaná Norte (ver imagen 2), en don-
pretendía construirse en dicho río. «Queremos de permanecen durante la estación seca. Entre
agua para el bocachico, no para el capital», era marzo y junio, con las nuevas lluvias, los peces
también una de las consignas en la movilización. reciben estímulos para reproducirse (Berdugo y
De este modo, las Mesas no solo reivindicaban la Narváez, 2014). El invierno trae de nuevo mayor
posibilidad de vivir de los humanos, sino que re- disponibilidad de alimentos y de refugio aguas
conocían en el río y los peces la condición misma abajo, por lo que comienzan su viaje de regreso
de supervivencia de las poblaciones ribereñas. al Magdalena (Angarita et al., 2020).

Imagen 1: «El bocachico no salta los muros». Imagen 2: Ríos Samaná Norte y Magdalena en
Movilización de las Mesas. Fuente: elaboración los Andes colombianos. Fuente: elaboración
propia (2019). propia (2021).

Las Mesas habían comenzado su defensa del El ciclo de subidas y bajadas de los bocachicos
río en 2010, año en que se enteraron de que las a través del río se da dos veces por año. Su lle-
empresas Celsia e Isagen pretendían construir gada al Samaná Norte es un evento importante
los proyectos hidroeléctricos Porvenir II (352 que dinamiza la economía y la cultura de las
megavatios) y Palaguas (98 megavatios) sobre poblaciones ribereñas. A orillas de este río, la
el río Samaná Norte. Mientras dichas empre- comunidad pesca y comercializa localmente los
sas avanzaban con los trámites y obtenían sus bocachicos, lo que representa uno de sus medios
licencias ambientales, los activistas de las Me- de sustento más importantes (las Mesas, 2019).

100 ecologíaPolítica
Arias-Henao, J. (2022) «Resistir con los peces: claves para una ecología política multiespecies desde América Latina». Ecología Política, 63: 99-103.

Los peces se convirtieron en aliados de la lucha Está claro que la naturaleza es una víctima de las
ecológico-política de las Mesas, y se ha logrado prácticas extractivistas. Pero, si pensamos desde
hasta el momento mantener al río fluyendo li- una ecología política multiespecies latinoameri-
bre por su cauce. Cuando las Mesas solicitaron cana, debemos prestar mayor atención a la forma
al Estado declarar al Samaná como «sujeto de diferenciada en que los efectos destructivos del
derechos», la supervivencia de los bocachicos fue extractivismo afectan a otras especies vivas. Los
uno de los componentes más importantes de la impactos del extractivismo hidroeléctrico sobre
argumentación jurídica. Los peces fueron un los peces del río Samaná Norte1 son un ejemplo
elemento clave en la discusión con las empresas de cómo esas otras especies vivas pueden verse
hidroeléctricas y el Estado, y también aliados en perjudicadas en sus ciclos ecológicos. Por esta
relaciones de interdependencia con los ribereños razón, pensar con otras especies una ecología
del Samaná Norte. Así, resistir no es simplemen- política continental implica tener en cuenta que
te una facultad excepcional del ser humano, sino esos otros seres vivos también importan, mere-
una forma de construir acuerdos con los peces cen vivir, tienen historias y ecologías de las cuales
para mantener la trama de la vida en el río. Se los humanos formamos parte.
resiste con otras especies, acudiendo a ellas para
sobrevivir y para encontrar herramientas en el Otras especies en primer plano
proceso de defensa de los territorios.
Para seguir las historias de vida de otras especies,
Claves para una ecología política es necesario dejar de verlas como una entidad
multiespecies desde América Latina pasiva a través de la cual los humanos acumulan
capital, conflictúan, gestionan o resisten; es de-
A continuación, señalo tres claves que considero cir, dejar de verlas como el escenario «natural»
necesarias para pensar la defensa de los territo- sobre el cuál se desarrollan las acciones humanas.
rios como una forma de interacción con otras En lugar de ello, las otras especies también son

Redes de resistencia
especies vivas. protagonistas y cuentan con capacidad de influir
en los mundos de los humanos. Allí es donde
El extractivismo y sus impactos en diversas formas resulta fundamental poner en el primer plano
de vida de la investigación a las otras especies y captar
su capacidad de acción. Sin embargo, ¿para qué
Los trabajos desarrollados por varios ecólogos sería útil poner en el centro de atención a estas
políticos latinoamericanos (Machado, 2017; otras especies? ¿Qué es lo que está en juego cuan-
Alimonda, 2011) nos permiten comprender la do esto sucede? Y más aún: ¿qué aporte tendría
forma en que la naturaleza del continente ha esto para la ecología política latinoamericana?
sido colonizada y se ha convertido en un ele-
mento fundamental para la consolidación de
la modernidad colonial euronorteamericana.
Durante la conquista, la naturaleza americana
se transformó, junto con «los salvajes», en el
nuevo descubrimiento imperial, que se integró
al orden internacional en una posición subordi-
nada. Aunque estas reflexiones nos han permi- 1
Las centrales hidroeléctricas modifican la regulación del caudal
y la temperatura del agua de los ríos, afectando la capacidad
tido avanzar en la comprensión de las maneras de los peces para percibir señales que les permiten migrar y
en que se domina a la naturaleza y los pueblos, reproducirse en los períodos de verano o invierno. Además,
se constituyen en una barrera física para el desplazamiento de
también es cierto que la entidad naturaleza sigue los peces migratorios (Angarita et al., 2020). Alteran también
el transporte de alimentos para los peces y modifican la con-
apareciendo en la ecología política como algo centración de oxígeno que es vital para muchas especies (las
demasiado general y abstracto. Mesas, 2019).

ecologíaPolítica 101
Arias-Henao, J. (2022) «Resistir con los peces: claves para una ecología política multiespecies desde América Latina». Ecología Política, 63: 99-103.

Durante mucho tiempo hemos considerado a los mantener la reproducción de la vida, tal como se
humanos como portadores de capacidades y ha- muestra en el trabajo de la investigadora Marce-
bilidades excepcionales, mientras la «naturaleza» la Cely-Santos (2020). E incluso la relación de
constituiría tan solo el sustrato de nuestras accio- interdependencia entre bosques, pájaros y vacas,
nes o los recursos que las mantienen (Haraway, junto con campesinos y biólogos de la conserva-
2016; Tsing, 2015). Contrario a ello, señalo que ción en Chile (Fonck y Jacob, 2019). Este tipo
constantemente nos encontramos y mezclamos de estudios, que proliferan cada vez más en el
con innumerables microorganismos, animales, continente, muestran la compleja red de trabajos
plantas y otros seres que nos hacen ser quienes y energías que se han establecido entre las socie-
somos.2 Por esa razón, si queremos superar el dades humanas de América Latina y el resto de
antropocentrismo que está presente en buena los seres vivos del planeta.
parte de los estudios críticos, es necesario narrar
las maneras en que construimos el mundo en
colaboración con otros, comprender el modo en
que los seres vivos se originan y viven en comu-
nidades multiespecies, y las razones por las cuáles
ningún organismo puede vivir o reproducirse de
forma aislada (Durand, 2020).

La vida en común y las redes multiespecies en cons-


tante interdependencia

Uno de los aspectos más importantes para pen-


sar una ecología política multiespecies desde
América Latina es reconocer las redes de inter-
dependencia que mantienen muchos pueblos del
continente con otras especies. América Latina es
la región más biodiversa del mundo, y las vincu-
laciones entre humanos, bosques, animales, hon-
gos y microorganismos se han desarrollado a lo
largo de varios milenios, creando relaciones de
interdependencia a través de las cuales se man-
tiene la trama de la vida. Como dicen Navarro
y Gutiérrez (2018: 45), la interdependencia es
un «conjunto de actividades, trabajos y energías
en común para garantizar la reproducción sim-
bólica, afectiva y material de la vida». Dichos
trabajos en común no son simples actividades
humanas, sino que se dan a través de relaciones
de coevolución con otras especies vivas.

Un ejemplo de esto es la relación de interdepen-


dencia entre los peces, los movimientos por la
defensa del territorio y las poblaciones ribereñas 2
Llegar a ser algo o alguien solo es posible estableciendo rela-
ciones con otros y otras (no solo humanos). Es lo que Don-
del río Samaná Norte, en Colombia. Pero tam- na Haraway llama «devenir-con»: nada existe previamente ni
bién podríamos poner como ejemplo el vínculo por fuera de las relaciones que lo constituyen. «Naturalezas,
culturas, sujetos y objetos no preexisten a sus configuraciones
entre abejas y agricultores familiares que permite entrelazadas del mundo» (Haraway, 2016: 36).

102 ecologíaPolítica
Arias-Henao, J. (2022) «Resistir con los peces: claves para una ecología política multiespecies desde América Latina». Ecología Política, 63: 99-103.

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Haraway, D., 2016. Staying with the Trouble:
Making Kin in the Chuthulucene. Durhman,
Duke University Press.

ecologíaPolítica 103
104 ecologíaPolítica
Aedo, M. (2022) «Cuidar es resistir: saberes y experiencias de mujeres en conflictos socioterritoriales». Ecología Política, 63: 105-108.

Cuidar es resistir: saberes y


experiencias de mujeres en
conflictos socioterritoriales
María Paz Aedo*

Resumen: En la actual hegemonía civilizatoria, Abstract: In the current civilizing hegemony,


cuerpos y territorios han sido convertidos en in- bodies and territories are considered as inputs for
sumos para sostener el crecimiento económico. economic growth. Care, biodiversity, the quality
Los cuidados, la biodiversidad, la calidad del of water, air and soil, have less value than the
agua, del aire y de los suelos tienen menos valor energy and materials needed to feed the constant
que la energía y los materiales necesarios para increase in demand for goods and services. Ex-
alimentar el constante aumento de la demanda tractivism is responsible for the socio-ecological
de bienes y servicios. Esta dinámica extractivista crisis on a local and global scale.
es responsable de la crisis socioecológica a escala
local y global. In the midst of this crisis, women's organisations
are emerging, whose practices of care and search
En plena crisis, emergen organizaciones de mu- for justice form vital networks, counter-hegemo-
jeres cuyas prácticas de cuidado y búsqueda de nic networks of knowledge and affection, which
justicia conforman entramados vitales, redes embody other ways of coexistence between peo-
de saberes y afectos contrahegemónicos, que ple, common goods and territories. This article

Referentes ambientales
encarnan otros modos de convivencia entre las looks at women's care in communities seriously
personas, los bienes comunes y los territorios. threatened by extractivism in Chile, as micropo-
En este artículo se observan los cuidados de las litical forces that subvert the historical subordi-
mujeres en comunidades altamente vulneradas nation of their bodies and their territories.
por el extractivismo en Chile, como fuerzas
micropolíticas capaces de subvertir la histórica
subordinación de sus cuerpos y de sus territorios.

Palabras clave: cuidados, afectos, territorios Keywords: care, affects, territories

* Centro de Análisis Socioambiental-CASA.


E-mail: mpaz.aedo@gmail.com.

ecologíaPolítica 105
Aedo, M. (2022) «Cuidar es resistir: saberes y experiencias de mujeres en conflictos socioterritoriales». Ecología Política, 63: 105-108.

Introducción consumo, huertas comunitarias, etc.) encarnan


una vida digna de ser vivida (Butler, 2002: 19-
En Chile, la gestión de bienes comunes y terri- 20). En los territorios históricamente explota-
torios y la toma de decisiones sobre estos forman dos, las mujeres también han llegado a ocupar
parte de una tecnología neoliberal, coherente con espacios de decisión, como en el actual proceso
la Constitución elaborada durante la dictadura constituyente y los Gobiernos locales.
militar de Pinochet. Bajo la constante presión
del crecimiento económico, la prevención, eva- Todas estas posibilidades emergen con distintas
luación y mitigación de los impactos extracti- intensidades y sin bordes precisos. Por ejemplo,
vistas sobre cuerpos y territorios conforman una en los años 2015 y 2017 las mujeres de Chaña-
tecnocracia poco democrática y muy acotada al ral, una bahía contaminada desde antaño por
saber considerado «experto» (Tironi y Barandia- relaves mineros de la empresa estatal Codelco,
rán, 2014), un panorama en el que los saberes debieron enfrentar graves inundaciones causa-
locales y las evidencias de daños enfrentan bre- das por lluvias bajo la cota de congelación, un
chas tanto burocráticas como epistemológicas fenómeno inusual asociado al cambio climático.
para hacerse escuchar. Varias de ellas forman parte de organizaciones
ambientalistas con una larga historia de lucha
En este clima de tensión, emergen los cuidados para visibilizar los impactos de la minería. Es-
de las mujeres en los territorios afectados no solo tas iniciativas consisten en buscar aliados en el
como una extensión del histórico rol de cuidados mundo científico para monitorear y evaluar los
y trabajo doméstico, sino como fuerzas de opo- daños causados por los relaves, disputar espacios
sición a la mercantilización de la vida (Federici, políticos en el Gobierno local, sistematizar y di-
2013: 251) con todos los medios que se tienen a fundir sus experiencias en distintos medios, etc.
mano. Estos cuidados surgen en territorios inva- Sobre este tejido instalaron y expandieron redes
didos, zonas de sacrificio (Holifield y Day, 2017; de cuidados mutuos que incluían el rastreo de
Bolados y Sánchez, 2017; Maino et al., 2019) personas, acompañamiento en el duelo a quienes
afectadas de forma irreversible por la minería, perdieron seres queridos, redes de abastecimien-
las forestales, la agroindustria y las industrias de to, apoyo para la reconstrucción de hogares y
la energía, que han privatizado, agotado y con- otras medidas.
taminado las cuencas hídricas, han degradado y
erosionado los suelos, han envenenado el aire, Estas redes se diferencian de las redes solida-
intoxicado cuerpos, dañado pieles, órganos y rias porque no se trata de agentes externos que
hasta genes. prestan auxilio sino de actores afectados por la
catástrofe, quienes tejen sus propias redes de
El cuidado como forma de apoyo. En Quintero, Ventanas y Puchuncaví,
resistencia de las mujeres una zona afectada por contaminación múltiple
de empresas de energía fósil y procesadoras de
Los cuidados de las mujeres conforman tramas metales, las mujeres se organizan para enfrentar
complejas de interacciones, en un continuo emergencias causadas por episodios críticos de
que abarca desde la conservación inmediata de contaminación del aire, que afectan de modo
la vida (por ejemplo, frente a catástrofes) hasta directo sus cuerpos y los de sus familias (Bolados
reivindicaciones y demandas político-jurídicas et al., 2018). Al igual que en Chañaral, también
de justicia y dignidad (querellas, denuncias, re- trabajan en alianzas para medir y monitorear
cursos de protección, petitorios a autoridades impactos, difundir y denunciar los daños (por
públicas, movilizaciones), incluidas iniciativas ejemplo, recurrentes varamientos de carbón en
que en el presente (círculos de mujeres, espacios la zona de playas) y organizar las demandas ju-
culturales, comedores colectivos, cooperativas de rídicas y políticas.

106 ecologíaPolítica
Aedo, M. (2022) «Cuidar es resistir: saberes y experiencias de mujeres en conflictos socioterritoriales». Ecología Política, 63: 105-108.

En las prácticas de cuidados se combinan ele- se reduce a la defensa de cuerpos humanos: el


mentos que permiten la emergencia de lo dis- territorio afectado y las especies que lo habitan
tinto, lo improbable frente a las tendencias están entramados con las mujeres que luchan y
destructivas de los megaproyectos y de la crisis hablan a través de su voz.
climática, en aras de la preservación y la dignidad
de la vida. Son prácticas de resistencia que no se Las mujeres organizadas se quedan y resisten
reducen a una trama planificada de acciones con en sus territorios porque hay otras como ellas
la precisión de un guion ni a fenómenos «na- que también se quedan y resisten: «Si tocan a
turales», inexplicables o insondables (Stengers, una, nos tocan a todas». No quieren soltarse. Y
2014: 33), sino que emergen de las múltiples también dicen que ellas no tienen por qué irse,
interacciones de las mujeres afectadas. Se trata que los que deben irse son los que las dañan. Su
de «potencias micropolíticas de la pulsión vital» territorio es su hogar. Son el agresor y sus rastros
(Rolnik, 2019: 95-96), siempre desatendidas los que deben salir.
por los análisis macropolíticos. Potencias que
configuran mundos dentro del mundo, multi- Conclusiones
plicidades ontológicas, afectaciones e influencias
recíprocas, donde nada ni nadie es demasiado pe- En el escenario de crisis ecológica y climática, las
queño o trivial. De acuerdo con Ahmed (2015), afectaciones se agravan. Y desde el punto de vista
los cuerpos violentados gritan «¡basta!» frente al histórico, ni la institucionalidad ni las autorida-
abuso y el despojo. Así, surgen «rebeldías emer- des públicas han estado a la altura de las múlti-
gentes de otras corporalidades que rompen los ples expresiones de esta crisis. A falta de justicia
escenarios naturalizados» (Navarro y Hernández, y reparación por parte de la institucionalidad y
2010: 89). las élites, la fuerza de las resistencias está en el
entrelazamiento. Todas son todas, no solo «una».
Pero, debido a su condición micropolítica, los Silvia Cusicanqui (2018) habla del entramado a
cuidados colectivos son trabajos tan invisibili- través del concepto ch’ixi, entidades que no son
zados y subalternizados como los domésticos. una sino varias a la vez. Como describen Navarro
¿Cómo se insiste y se resiste, entonces, con tanto y Hernández (2010: 89), las situaciones como las

Referentes ambientales
en contra? Para entenderlo, es preciso tener en que viven las mujeres en zonas de sacrificio, don-
cuenta que los movimientos sociales en general de la muerte es una posibilidad vívida, «concen-
y de mujeres en resistencia en particular no solo tran emociones íntimas que suelen compartirse
son el reflejo de una «conciencia de sí y para sí» en los espacios de deliberación y organización
en los términos de la racionalidad y la dialéctica […]. Hacen público lo que cotidianamente se
convencionales. Quienes resisten no son un «yo» vive y procesa de manera individual». Compar-
individual que asume más o menos actitudes o ten experiencias y se conectan con la fuerza y los
decisiones racionales, sino que se trata de corpo- dones propios y de sus compañeras.
reidades, entramados vitales habitados y consti-
tuidos por afectaciones e influencias recíprocas. Esta fuerza no está exenta de tensiones. Tal como
Las mujeres que cuidan y resisten conforman en los círculos de violencia doméstica, las comu-
espacios plurales donde se encarna y actualiza nidades de mujeres organizadas pueden llegar a
nuestra experiencia de ser en el mundo, que afec- desmovilizarse por cooptación o por aumento de
tan y son afectados por otras y otros, humanos la represión y la violencia. Muchas de las recono-
y no humanos. El cuidado como resistencia co- cidas defensoras de sus comunidades y territorios
lectiva pulsa y no avanza de forma lineal, porque viven hostigamientos, amenazas y violencias que
los cuerpos se conmueven, se entusiasman, se pueden llegar a la muerte, como bien sabemos
agotan, dudan, temen, se indignan, se encan- en toda América Latina. Reconocer esta com-
tan, se esperanzan y vuelven a empezar. Y no plejidad es fundamental para no perder de vista

ecologíaPolítica 107
Aedo, M. (2022) «Cuidar es resistir: saberes y experiencias de mujeres en conflictos socioterritoriales». Ecología Política, 63: 105-108.

el valor en la diversidad de respuestas frente a Holifield, R., y M. Day, 2017. «A Framework for
experiencias de sometimiento y discriminación. a Critical Physical Geography of “sacrifice
Elizabeth Peredo (2017) desde Bolivia propone zones”: Physical Landscapes and Discursive
que es preciso superar los dualismos y las gene- Spaces of Frac Sand Mining in Western
ralizaciones que hegemonizan y exotizan a las Wisconsin». Geoforum, 85, pp. 269-279.
mujeres del Sur global y sus luchas. La micro- Maino, S., N. Hormazábal, M. Vergara et al.,
política cotidiana crea mundos posibles y para- 2019. «Habitar en una zona de sacrificio:
dójicos, y no sabemos cuáles de estos mundos, análisis multiescalar de la comuna de
ni cuándo, lograrán desbordar el consenso para Puchuncaví». Hábitat Sustentable, 9 (2),
transformar o al menos interferir en la agenda. pp. 6-15.
Solo sabemos que a veces ocurre. De hecho, en Navarro, M., y O. Hernández, 2010.
2019 la Corte Suprema de Chile tuvo que reco- «Antagonismo social de las luchas
nocer la responsabilidad del Estado en el daño socioambientales en México: cuerpo,
ambiental de Quintero, Ventanas y Puchuncaví, emociones y subjetividad como terreno
y estableció una serie de medidas de contención de lucha contra la afectación». Revista
y reparación. A dos años de este fallo, poco o Latinoamericana de Estudios sobre Cuerpo,
nada se ha cumplido. Pero las mujeres en re- Emociones y Sociedad, 4 (2), pp. 77-92.
sistencia siguen alimentando los fueguitos que Peredo, E., 2017. «Ecofeminismo». Disponible
mantienen viva la comunidad. en: https://ecofeminismobolivia.blogspot.
c o m / 2 0 1 7 / 0 3 / e c o f e m i n i s m o. h t m l ,
consultado el 25 de abril de 2022.
Stenger, I., 2014. «La propuesta cosmopolítica».
Revista Pléyade, vol 14, pp. 17-41
Referencias Tironi, M. y J. Barandiarán,, 2014.
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Ahmed, S., 2015. La política cultural de las Expertise, Energy, and Democracy in
emociones. Universidad Nacional Autónoma Chile». En Medina, E., I. Costa Márques,
de México. y C. Holmes (eds), Beyond Imported Magic:
Bolados, P., y A. Sánchez, 2017. «Una ecología Studying Science and Technology in Latin
política feminista en construcción: el caso America, pp. 305-330.
de las mujeres de zonas de sacrificio en Rolnik, S., 2019. Esferas de insurrección: apuntes
resistencia». Psicoperspectivas, 16 (2), pp. para descolonizar el inconsciente. CABA,
33-42. Tinta Limón.
Bolados, P., A. Sánchez, K. Alonso et al., 2018.
«Ecofeminizar el territorio. La ética del
cuidado como estrategia frente a la violencia
extractivista entre las mujeres de zonas
de sacrificio en resistencia (zona central,
Chile)». Ecología Política, 54, pp. 81-86.
Butler, J., 2002. Cuerpos que importan.
Barcelona, Paidós.
Cusicanqui, S., 2018. Un mundo ch’ixi es posible:
ensayos desde un presente en crisis. CABA,
Tinta Limón.
Federici, S., 2013. Revolución en punto cero.
Trabajo doméstico, reproducción y luchas
feministas. Madrid, Traficantes de Sueños.

108 ecologíaPolítica
Crítica de libros y reseñas

Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía y


estética del habitar
Yone Sundari Mata y Callejas

Ecología e igualdad. Hacia una relectura de la


teoría sociológica en un planeta que se ha quedado
pequeño
Iñaki Bárcena Hinojal

ecologíaPolítica 109
Mata, Y. (2022) «Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía y estética del habitar». Ecología Política, 63: 110-112.

Afectividad ambiental:
sensibilidad, empatía y estética del
habitar
Omar Felipe Giraldo y Ingrid Toro

Crítica del libro: Yonné Sundari Mata y Callejas *

Año: 2020 Palabras clave: estética ambiental, epistemolo-


Editorial: Ecosur, Universidad Veracruzana gía ambiental, ética ambiental, cuerpos
ISBN: 978-607-8429-98-01
Páginas: 174
Keywords: environmental aesthetics, environ-
mental epistemology, environmental ethics,
bodies

¿Qué significa ser cuerpo? ¿Se es cuerpo sin estar


en contacto con otros cuerpos? ¿Cómo se siente
el estar aquí? ¿El territorio construye a los demás
cuerpos? ¿Cómo nos vivimos en el lenguaje? En
este libro escrito por Omar Giraldo e Ingrid Toro
surgen preguntas que en su misma construcción
entrelazan posibilidades aparentemente incapa-
ces de sentirse. La propuesta de los coautores
se centra en dejarse sentir a partir del cuerpo y
cómo nuestro estar-ser-cuerpo es afectado, a la
vez que afecta a otros estares-seres-cuerpos con
los que compartimos territorio.

Vivir-sentir y ser cuerpo entre otros cuerpos no


es una práctica que se logre a través de la dia-
léctica imperante y con la epistemología clásica,
la cual celebra las relaciones desnaturalizantes.
Este libro propone olvidarnos de la tradición
sujeto-objeto y nos invita a pensar-sentir desde
el cuerpo-cuerpo. La idea central recuerda sin
* Estudiante de Ciencias Ambientales. Universidad Nacional duda la ontología relacional difundida por el an-
Autónoma de México. E-mail: 420142638@enesmerida.unam.mx. tropólogo colombiano Arturo Escobar (2014).

110 ecologíaPolítica
Mata, Y. (2022) «Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía y estética del habitar». Ecología Política, 63: 110-112.

Lo interesante y poderoso del ejercicio de pensar partir de comprender las alteridades como cuer-
lo otro como cuerpo es que exige ponernos en pos y no desde una ontología del ser separado,
situación de piel; la piel entendida como aquello que desnaturaliza, subjetiva y objetiva cuerpos.
que nos contiene en diferencias, en potencias,
en posibilidades, y no como lo que nos limita, ¿Cómo se vive-siente esta ética del estar y habi-
porque esa sutil membrana porosa es al mismo tar? Giraldo y Toro lo siembran desde la expe-
tiempo aquello que nos permite intercambiar riencia de los saberes ambientales que han sido
sensaciones y experiencias con otros cuerpos: heredado generacionalmente por los pueblos.
afectividades. Sostienen que estas formas de ser y vivir-sentir
de diferentes cuerpos son el entendimiento prag-
Todo el tiempo afectamos y somos afectados por mático del rizoma de devenires estéticos y espe-
otros cuerpos. Esto quiere decir que no somos un cíficos de un territorio en particular. Apuntan a
cuerpo estático, sino que somos un agenciamien- que la verdadera ética ambiental es aquella que
to entre cuerpos, porque, para ser-sentir, estamos se hace en sinergia con otros cuerpos, siempre
a expensas del encuentro con otros cuerpos: nos en afectividad.
resolvemos como dinámicas en situación de cor-
porizarse. Se trata de afectividades que siguen Los pueblos rurales han vivido-sentido de for-
una lógica estética y biológicamente organizada; ma directa esta afectividad entre cuerpos durante
es proceso que mientras se corporiza se siente. miles de años, y es justamente esta capacidad
y potencialidad empática del contacto lo que
Y si no se entiende, valdría la pena preguntarnos les ha permitido moverse, saberse, entenderse
por qué es más fácil comprender las cosas que y sentirse en un territorio o espacio ecológico
sentirlas. en concreto. Por esta razón, estos cuerpos en-
tre cuerpos han sabido multiplicar un acervo
En el marco de pensarse-sentirse como cuerpo, de saberes vernáculos, como los denominan los
lo que antes fuese objetos, naturaleza o lo otro, coautores. Estos saberes ambientales no radican
se vuelve un entramado de multiplicidades del exclusivamente en la capacidad de reproducción
ser. Multiplicidades que, al dotarse de capacidad o saber-hacer de las dinámicas necesarias para
y potencialidad corpórea, se pueden interpretar y sostener la vida, sino que también comparten
pensarse-sentirse a través de una epistemo-estesis. cuestiones arraigadas en la identidad. Habitar
Dicha epistemo-estesis prioriza el sentir sobre la el lenguaje es una parte esencial de estos saberes
razón construida. ambientales y resulta imposible separar la nativi-
dad de estas lenguas de su territorio-cuerpo, pues Crítica de libros y reseñas
Ingrid y Omar aprovechan este término para estas mismas se han creado y formado a partir
dejar atrás las relaciones epistemológicas impe- de las especificidades ecológicas del espacio y el
rantes y proponer en su lugar un ethos ambien- territorio habitado.
tal, pensado desde una ética ontológica ambien-
tal del estar y el habitar entre multiplicidades: Vale la pena comparar dicha ontología inter-
¿cómo se vive-siente en multiplicidad? Su idea corpórea de las afectividades con el concepto de
sugiere una sensibilidad ambiental que implica simpoiesis (Haraway, 2016), el cual señala pun-
ser guiada por la experiencia de otros cuerpos, tualmente que la vida no puede perpetuarse en
sentimientos y emociones. En este sentido, un aislamiento; es decir, que un cuerpo en solitario
cuerpo comienza a ser ético en multiplicidad es incapaz de autoproducirse. Se trata de una co-
desde que se empieza a asumirse con la capa- producción entre cuerpos, tanto desde un punto
cidad para afectar y ser afectado. Entonces en- de vista material como semiótico.
tendemos que la empatía es potencia y cultivo
de afectividades entre cuerpos. Se vive-siente a

ecologíaPolítica 111
Mata, Y. (2022) «Afectividad ambiental: sensibilidad, empatía y estética del habitar». Ecología Política, 63: 110-112.

Ingrid y Omar apuestan por descolonizar la epis- Referencias


temología al volverla un acto corpóreo, un acto
rebelde que devuelve la voluntad. Una episte- Escobar, A., 2014. Sentipensar con la tierra. Nue-
mo-estesis que enaltece la sabiduría de aquellos vas lecturas sobre desarrollo, territorio y difer-
que fueron silenciados y negados. Este libro es encia. Medellín, Unaula.
un grito por la vida, un canto a las diferentes for-
mas de construir y de conocer la vida. A aquellas Haraway, D., 2016. Staying with the Trouble:
formas que no temen al encuentro entre cuerpos Making Kin in the Chthulucene. Durham,
diferentes, pues entienden que la convergencia Duke University.
de diversos cuerpos en un territorio no es sinó-
nimo de conflicto, sino una posibilidad de tren-
zamiento y movimiento.

112 ecologíaPolítica
Barcena, I. (2022) «Ecología e igualdad. Hacia una relectura de la teoría sociológica en un planeta que se ha quedado pequeño». Ecología Política, 63: 113-115.

Ecología e igualdad.
Hacia una relectura de la teoría
sociológica en un planeta que se ha
quedado pequeño
Ernest Garcia

Crítica del libro: Iñaki Barcena Hinojal *

Año: 2021
Editorial: Tirant Humanidades
ISBN: 978-84-18614-66-8
Páginas: 664

Palabras clave: socioecología, pensamiento po-


lítico, decrecimiento, límites y escasez

Keywords: socioecology, political thought, de-


growth, limits and scarcity.

Dijo Jorge Riechmann, en la presentación de


este libro en Madrid el pasado mes de enero, Crítica de libros y reseñas
que se trata de un texto de cerca de setecientas
páginas fascinantes sobre las cuestiones que el
ecologismo social debe plantearse ante la situa-
ción de extralimitación que vivimos. Creo que
es una buena forma de resumirlo. A mi enten-
der, la idea central de este profundo libro es que
no es bueno engañarse con el consuelo del «ya
inventaremos» tanto tecnológica como sociopo-
líticamente, aparcando sine die los problemas de
la escasez (de materiales) y de la entropía (ener-
gética).

* Ekopol-Ekologistak Martxan. E-mail: inaki.barcena@ehu.eus.

ecologíaPolítica 113
Barcena, I. (2022) «Ecología e igualdad. Hacia una relectura de la teoría sociológica en un planeta que se ha quedado pequeño». Ecología Política, 63: 113-115.

Ernest Garcia, profesor emérito en la Universi- socioecológica que atravesamos no tiene solu-
dad de Valencia, ha impartido docencia tanto en ción tecnológica ni política viable, si no acepta-
Teoría Sociológica como en Sociología Ambien- mos los límites fisicobiológicos y ecosistémicos
tal. Es precisamente desde estas dos perspectivas del planeta. Nada nuevo bajo el sol. Como nos
y estos dos ángulos de visión complementaria recuerda Ernest, administrar con justicia la esca-
como ha enfocado su brillante y meticuloso tra- sez es y ha sido una tarea perentoria.
bajo.
Hace ahora cincuenta años, en 1972, el infor-
Un extenso texto que está organizado en tres par- me sobre «Los límites del crecimiento» encarga-
tes. En la primera, junto a los planteamientos do por el Club de Roma y encabezado para la
socioecológicos de Malthus, aparecen contras- biofísica Donella Meadows advertía que, en un
tados los debates y posicionamientos en torno a planeta limitado, las dinámicas de crecimiento
perfectibilidad humana que sostuvieron a finales exponencial (la población y el PIB, por ejemplo)
del siglo XVIII Condorcet (inventor del desa- no son sostenibles. Hoy, medio siglo después, se
rrollo sostenible, según el autor) en Francia y el sigue pensando que el crecimiento económico es
anarquista William Godwin en Gran Bretaña, el leitmotiv central de toda sociedad moderna y
entre otros. que, para su consecución, hasta la guerra es un
medio pertinente. En su momento se acusó al in-
En la segunda parte, sigue tirando del hilo que forme y a los científicos firmantes de simplismo
junta y teje las cuestiones sociológicas con las metodológico y de malthusianismo ideológico.
ecológicas para hacer un interesante repaso de Sin embargo, el agotamiento del petróleo y del
los debates socioambientales que han sido re- resto de los materiales escasos les sigue dando
currentes en la historia europea en los últimos la razón. Quizás por eso, como plantea nuestro
doscientos cincuenta años, y donde encontra- autor, es hora de hacer una lectura ecuánime de
mos las bases ideológicas del antimalthusianis- la obra de Malthus. Algo que Ernest Garcia hace
mo de izquierdas (Leroux, Proudhon, Engels, de forma magistral en esta obra, atreviéndose a
Marx y Kropotkin…) y sus coincidencias con afirmar y defender que en muchos casos ni se
el antimalthusianismo católico y con la socio- ha leído, ni se ha argumentado coherentemente
logía funcionalista de la modernización liberal. ni se han querido entender los planteamientos
Esta parte también incluye los comienzos de la ecológicos malthusianos.
economía ecológica (J. Suart Mill) y los intentos
de conciliar el marxismo con el maltusianismo Hoy, cuando la crisis ecosocial es una evidencia
(Kautsky, Harich…). incuestionable, y los datos científicos avalan las
posiciones ecologistas más que nunca, las élites
Y en la tercera y última parte, titulada «Caveant políticas prefieren hablar de adaptación al impa-
consules» (que se podría traducir como ¡vigilen rable calentamiento climático en vez de plantear
los gobernantes!), analiza una serie de temáticas políticas de mitigación, de resiliencia antes que
y controversias que, desde la economía, la so- de sostenibilidad. Y es que el colapso ya impe-
ciología, la ciencia política, la ecología y otras ra en muchos lugares del planeta. No como el
ciencias y disciplinas, se han producido en los imaginado invierno nuclear apocalíptico y to-
siglos XX y XXI en lo que el sociólogo valencia- tal que afectaría a pobres y ricos por igual, sino
no denomina «la reencarnación de Malthus en como cuellos de botella energéticos, climáticos
el movimiento ecologista». o bélicos que hacen imposible la vida a millo-
nes de personas en diversos lugares de la Tierra.
Entre las lecciones a extraer de los diversos deba- Como se nos recuerda en el libro, Roma cayó
tes examinados concienzudamente en esta obra, por no saber gobernar su propia grandeza, y cada
podemos decir que su tesis central es que la crisis sociedad deberá saber encontrar las fórmulas

114 ecologíaPolítica
Barcena, I. (2022) «Ecología e igualdad. Hacia una relectura de la teoría sociológica en un planeta que se ha quedado pequeño». Ecología Política, 63: 113-115.

económicas y sociopolíticas para enfrentarse al


colapso socioecológico al que estamos abocados.
No hay fórmulas mágicas; pero sí sabemos que,
cuanto más complejas tecnológica e infraestruc-
turalmente sean nuestras sociedades, más dura
será la caída. En ese sentido, los avances en la
digitalización y la robotización pueden y deben
ser interpretados, según Ernest, como un forza-
miento que conllevará un costalazo mayor, un
golpe superior del que recuperarse en el inevita-
ble colapso ecosocial, que, repetimos, ya existe
en muchos lugares de nuestro mundo.

En Ecología e igualdad se proponen vías de de-


crecimiento que hagan posible que las restriccio-
nes a la abundancia no supongan restricciones a
la democracia y a la justicia social. Se habla de
«cartillas de racionamiento» democráticas que
garanticen una transición ecosocial justa para
todas y todos. Y ahí llegamos a un punto en que
el autor plantea que la libertad y la cartilla de
racionamiento son difícilmente conjugables. Me
atrevería a decir que quizás juega con un concep-
to de libertad negativa liberal. A mi entender la
igualdad en el disfrute de los bienes necesarios
para la vida tiene bastante que ver con tener tam-
bién los medios para poder ejercer las libertades
y los derechos de todos los miembros de una
comunidad. Pero ese debate lo seguiremos en
otra parte. ¡¡Tomad el libro en vuestras manos y
que os aproveche!!

Crítica de libros y reseñas

ecologíaPolítica 115
116 ecologíaPolítica
Entidades colaboradoras
La revista Ecología Política quiere ampliar su difusión entre organizaciones y movimientos sociales,
para así conseguir llegar a un público más amplio. Al mismo tiempo la revista espera ser un canal
de difusión que permita apoyar a los colectivos y movimientos sociales interesados en la ecología
política. Por ello hemos creado la figura de ENTIDAD COLABORADORA DE LA REVISTA
ECOLOGÍA POLÍTICA. Las entidades colaboradoras se comprometen a distribuir la revista a
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118 ecologíaPolítica
63
Ante la dinámica de expansión infinita del
capital, emergen luchas por la defensa de
los territorios de vida. Estas, promueven
la construcción colectiva de las relaciones
de interdependencia y se constituyen como
requisito ecológico y desafío político para
garantizar tanto la trama de vida de la Tierra
como la articulación de opciones de vida
digna. Dichos procesos, defienden un conjunto
de ámbitos materiales y simbólicos, que
producen lo común al regenerar los vínculos
sociales, afectivos y ecológicos. Sus dinámicas
organizativas fisuran, limitan y, a menudo,
desbordan la lógica capitalista del valor.

El presente número de Ecología Política se


compone de dieciocho artículos que relatan
estas luchas en defensa de los territorios de
vida en latitudes tan diversas como Abya Yala,
Europa o Rojava. El número, por lo tanto,
permite que nos adentremos en un mosaico
de experiencias organizativas basadas en la
producción de lo común, el fortalecimiento de
la interdependencia intra y trans-especies y,
en definitiva, la regeneración de la trama de la
vida.

En nuestra web es posible acceder a la versión


electrónica de los números anteriores de la revista
o suscribirse a ella.

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