Delirium en UCIP
Delirium en UCIP
Delirium en UCIP
RESUMEN
El delirium es una disfunción cerebral de inicio agudo y carácter fluctuante, secundaria a
una patología o a su tratamiento, que se caracteriza por una alteración del nivel de consciencia y del
contenido de la consciencia, o sea, una alteración de la capacidad para reconocer la realidad que nos
rodea y relacionarse con ella. El delirium pediátrico (DP) supone, junto al síndrome de abstinencia, una
de las complicaciones más habituales del uso de sedoanalgesia en niños críticos, con una incidencia
entre el 25-65% de los niños ingresados en UCIP. Pero a pesar de ello, y de que las Guías Clínicas
recomiendan su monitorización sistemática, el DP todavía es un problema poco conocido e
infradiagnosticado en nuestras UCIPs. Quizás en esto influya que el diagnóstico gold estándar del DP se
basa en la evaluación del estado de consciencia del paciente por un psiquiatra, algo que en nuestro
entorno no es factible. Sin embargo, desde hace años disponemos de escalas diagnósticas validadas en
niños para el screening del DP. Además, cada vez hay más estudios que relacionan el DP con un
aumento del tiempo de ventilación mecánica, del tiempo de estancia en UCIP y en el hospital, e incluso
que podría suponer un factor de riesgo de estrés postraumático e incluso asociarse con mayor
mortalidad. Por todo ello, es imprescindible implantar protocolos de prevención y tratamiento del DP
que incluyan la monitorización con escalas validadas, que nos ayuden a diagnosticar precozmente el DP
y establecer un plan de prevención y tratamiento precoz.
Palabras clave:
Delirium; pediátrico; cuidados intensivos; sedación; antipsicótios; dexmedetomidina.
ABSTRACT
Delirium is an acute and fluctuating neurologic dysfunction, secondary to a medical
condition or its treatment, characterized by an alteration of the level of consciousness and the
content of consciousness, that is, an alteration of the ability to recognize the reality that
surrounds us and relate to it. Pediatric delirium (PD) is, together with withdrawal syndrome,
one of the most common complications of the use of sedation and analgesia in critical ill
children, with an incidence between 25-65% of children admitted to the PICU. But despite this,
and that Clinical Guidelines recommend systematic monitoring, PD is still a little known and an
underdiagnosed problem in our PICUs. Maybe this is because the gold standard diagnosis of PD
is based on the evaluation of the patient's state of consciousness by a psychiatrist, something
that in our environment is not feasible. However, now we have diagnostic validated scales in
children for PD screening. In addition, there are more and more studies that link PD with an
increase in mechanical ventilation time, lenght of PICU and hospital stay, and even could be a
risk factor for post-traumatic stress and even be associated with higher mortality. Therefore, it
is essential to implement protocols for prevention and treatment of PD that include monitoring
with validated scales, which help us to early diagnosis and to establish a plan for prevention
and early treatment.
Key words:
Delirium; pediatric; critical care; sedation; antipsychotics; dexmedetomidine.
ÍNDICE:
1.- Introducción. …………………………………………………………………………………………………… Pág. 3.
2.- Fisiopatología. …………………………………………………………………………………………………..Pág. 4.
3.- Incidencia. ………………………………………………………………………………………………………..Pág. 5.
4.- Clínica. ………………………………………………………………………………………………………………Pág. 5.
5.- Diagnóstico. ………………………………………………………………………………………………………Pág. 6.
6.- Prevención. ……………………………………………………………………………………………………….Pág. 14.
7.- Tratamiento. ……………………………………………………………………………………………………..Pág. 16.
8.- Delirium postquirúrgico. ……………………………………………………………………………………Pág 19.
9.- Bibiografía. ………………………………………………………………………………………………………. Pág. 20.
1.- INTRODUCCIÓN:
El delirium es una disfunción cerebral de inicio agudo y carácter fluctuante, de origen
multifactorial y secundario a una enfermedad o su tratamiento, que implica una disfunción
mental transitoria caracterizada por alteración del nivel de consciencia y del contenido de la
consciencia, con alteraciones de la capacidad de atención otras alteraciones cognitivas que se
traducen finalmente en imposibilidad para recibir, procesar, almacenar o recuperar la
información.
2.- FISIOPATOLOGÍA:
Aunque todavía no se conoce exactamente su fisiopatología, el delirium traduce una
alteración a nivel cerebral que se ha relacionado entre otras con alteraciones del metabolismo
oxidativo, con el efecto neurotóxico de diversas citoquinas inflamatorias, y sobre todo, con
cambios en los niveles de neurotransmisores que controlan la conducta y la función cognitiva:
GABA, acetilcolina y dopamina. De este modo, en el delirium hipoactivo habría un déficit de
dopamina, mientras que en el hiperactivo predomina el exceso de actividad dopaminérgica, el
antagonismo colinérgico o el déficit de GABA.
FR NO MODIFICABLES FR MODIFICABLES
FR Predisponentes FR Precipitantes Ambientales Medicación
- Edad menor de 2 - Gravedad al ingreso - Sujección - Benzodiazepinas
años - Tipo de patología mecánica - Opioides
- Retraso (neurológica, - Ruido - Anticolinérgicos
cognitivo infecciosa, - Luz - Corticoides
- Enfermedad de inflamatoria, - Alteración - Antiepilépticos
base respiratoria, ritmo sueño- - Trasfusión de hematíes
POCCV) vigilia
- Días de ingreso en - Ausencia de
UCIP familiares
- Ventilación
mecánica
Tabla 1: Factores de riesgo de delirium. FR: Factores de riesgo. POCCV: Postoperatorio de
cirugía cardiovascular.
3.- INCIDENCIA:
En niños la verdadera incidencia se desconoce todavía. Hay cifras variables según series
que se sitúan entre el 10-30%, o incluso más elevadas en pacientes con factores de riesgo. El
único estudio internacional de prevalencia de DP4 encontró una prevalencia global del 25%, que
aumenta según factores de riesgo: pacientes ingresados por enfermedad infecciosa o
inflamatoria 42%, ingreso en UCIP superior a 6 días 38%, o pacientes con ventilación mecánica
52%.
4.- CLÍNICA:
El DP suele aparecer en la mayoría de los casos en los primeros días de ingreso, con una
duración entre 1 y 5 días (2 días de media). Se caracteriza por alteración del nivel de conciencia,
disminución de la atención al entorno (no contacto con el personal o los padres, que suelen
manifestar “mi hijo no es así”), déficit de memoria (sobre todo inmediata), desorientación en
5.- DIAGNÓSTICO:
El diagnóstico de DP se realiza mediante la evaluación clínica del estado de conciencia por
un psiquiatra, siguiendo los criterios del DSM-51. Esto no siempre es factible, por lo que se han
desarrollado escalas diagnósticas aplicables a pie de cama, útiles para la detección del DP:
5.1. Pediatric CAM-ICU (pCAM-ICU)
Paediatric Confusion Assessment Method for the Intensive Care Unit. Validada para
niños mayores de 5 años. Sensibilidad 83%. Especificidad 99%7. Aplicable cuando el RASS es
mayor de -4, se analiza el contenido de la conciencia y las funciones cognitivas mediante la
interacción con el paciente, lo cual no siempre se puede llevar a cabo.
5.2. Preschool CAM-ICU (PsCAM-ICU)
Preschool Confusion Assessment Method for the Intensive Care Unit. Desarrollada a
partir de la anterior, validada para niños de 6 meses a 5 años. Sendibilidad 75%. Especificidad
91%8.
Ambas han sido traducidas al español9,10 y se pueden aplicar en pacientes en ventilación
mecánica, aunque no en niños con retraso psicomotor. Están disponibles en www.icudelirium.org.
La aplicación de estas escalas se lleva a cabo en dos pasos:
Paso 1.- Valoración del nivel de conciencia: En primer lugar, se realizará la escala Escala RASS
(Richmond Agitation and Sedation Scale, figura 1). El rango de puntuaciones va desde -5 (paciente
en coma) a + 4 (paciente combativo). En aquellos pacientes que tengan una puntuación RASS de -
4/-5 son incapaces de interactuar, por lo que no podrán ser evaluados para la presencia o no de
delirium y no se les aplicará la segunda parte de la escala.
PASO 2.- Valoración de la cognición: En caso de que el paciente haya obtenido una puntuación
diferente a -4/-5 en la escala RASS, se llevará a cabo el segundo paso de la escala, en el que se
valora el contenido de la conciencia. Es necesario que se cumplan dos criterios mayores (1 y 2) y un
criterio menor (3 y/o 4) para realizar el diagnóstico de delirium (Figuras 2 y 3)
Figura 5: Puntos de apoyo del desarrollo para niños pequeños. Pediatr Crit Care Med. 2019;20(4):400–
402.
6.- PREVENCIÓN:
No hay ningún fármaco que haya demostrado prevenir la aparición de delirium (solo
Dexmedetomidina en adultos). Por ello, la prevención se basa en controlar y modificar los
factores de riesgo precipitantes. Así, las herramientas más importantes para la prevención del
delirium son las siguientes:
6.1. Optimización de la sedoanalgesia. Debe basarse en los siguientes principios16:
- Control precoz del dolor.
- Tratamiento multimodal del dolor (empleo de opioides y otros coadyuvantes para
minimizar dosis y disminuir efectos secundarios)
- Protocolos de sedación basados en objetivos individualizados, que se definirán al
inicio del tratamiento y se reevaluarán diariamente en función de la situación clínica
del paciente.
- Monitorización diaria de la sedación y la analgesia mediante escalas validadas.
- Elección del fármaco. Los estudios recientes sobre las consecuencias negativas a
corto y a largo plazo de las benzodiazepinas obligan a plantear una disminución de
su uso y a buscar otros sedantes.
Dexmedetomidina: Posee diversas características que lo convierten en un
fármaco de gran interés en la prevención y tratamiento del delirium: posee
efecto neuroprotector, produce un patrón de sueño similar al sueño
fisiológico y tiene propiedades analgésicas. Algunos estudios en adultos han
demostrado que disminuye la incidencia de delirium y la duración del
mismo17. En niños, los estudios sobre el uso preventivo de la
7.- TRATAMIENTO:
Se sustenta en tres pilares fundamentales, normalmente secuenciales:
7.1. Tratamiento etiológico.
Descartar y tratar posibles causas de DP como infecciones, hipoxia, anemia,
inestabilidad hemodinámica o alteraciones hidroelectrolíticas. Retirar medicaciones que
puedan estar relacionadas, como benzodiacepinas o fármacos con acción anticolinérgica. Es
fundamental realizar un adecuado diagnóstico diferencial con otras entidades con
características clínicas similares (síndrome de abstinencia, agitación secundaria a fármacos,
síndrome tóxico anticolinérgico, dolor, sedación insuficiente, dolor…). Existen distintas
herramientas con palabras clave que son reglas mnemotécnicas (BRAIN MAPS, I WATCH
DEATH, CRITICAL CARE…) ayudan a descartar, de forma sistemática, posibles causas 22.
Tabla 2: Posibles causas de delirium, recogidas en el acrónimo “I WATCH DEATH”. Tomado de:
Schieveld JNM, Ista E, Knoester H, Molag ML. Delirium pediátrico: Un abordaje práctico.
(Martínez D, Irarrázaval M, Martin A, Etxeandia J.I, Gil J, Ortega B, Cox P. trad.). En Rey JM (ed),
Manual de Salud Mental Infantil y Adolescente de la IACAPAP. Ginebra: Asociación
Internacional de Psiquiatría del Niño y el Adolescente y Profesiones Afines 2018.
horarios y rutinas, favorecer la presencia de los padres y de objetos familiares del niño, facilitar
sus gafas o audífonos, etc.
7.3. Tratamiento farmacológico.
Debe reservarse a aquellos casos que no responden a pesar del tratamiento de la causa
subyacente y de las medidas no farmacológicas o en pacientes con delirium hiperactivo y
agitación de difícil control, que supone un riesgo para el paciente o los cuidadores, o bien,
impide el destete de la ventilación mecánica.
7.3.1. Dexmedetomidina. A pesar de la falta de evidencia, fármaco útil en el tratamiento del DP
disminuyendo el número y gravedad de episodios.
7.3.2. Antipsicóticos23. Son el tratamiento clásico del delirium, aunque la indicación es off-label.
Presentan un efecto común anti-dopaminérgico, se diferencian por su afinidad a otros
receptores. Provocan efectos adversos de forma relativamente frecuente: prolongación del QT,
arritmias, síntomas extrapiramidales (tratamiento con Biperideno 0.05 mg/Kg i.v. en bolo lento,
máximo 2 mg). Se debe individualizar el tratamiento valorando en cada caso el riesgo-beneficio.
• Antipsicóticos típicos. El haloperidol es el fármaco más empleado hasta el momento en
el tratamiento del DP. Resulta especialmente útil en el DP hiperactivo, pero podría
empeorar el hipoactivo. Se puede administrar vía oral, aunque su peculiaridad es que es
el único antipsicótico que puede emplearse de forma intravenosa (en bolo durante 30
minutos), o intramuscular, lo que lo hace especialmente útil en el delirium con gran
agitación psicomotriz. Dosis de carga 0.01-0.1 mg/Kg (0.1-0.25 mg en lactantes, 0.5-1
mg en niños, 1-2 mg en adolescentes), repetir a los 30 minutos si es necesario; dosis de
mantenimiento 0.01-0.1 mg/Kg/día en 2-4 dosis. Otros antipsicóticos típicos como la
Clorpromazina (Largactil®, dosis 0.5-1 mg/Kg/6-8 horas i.v., máximo 25 mg/dosis) y
Levomepromazina (Sinogan®, dosis 0.5-1 mg/Kg/8-12 horas vía oral, máximo 40 mg/día)
tienen baja potencia antipsicótica pero alto poder sedante, por lo que se utilizan en
niños con agitación severa o que no responden al Haloperidol.
• Antipsicóticos atípicos. Producen menos efectos secundarios que los típicos. Risperidona
es útil en el delirium hipoactivo, buen perfil de seguridad y rapidez de acción (dosis en
niños 0.25 mg cada 12-24 horas, en adolescentes 0.5 mg cada 12-24 horas, vía oral o
cuidador
Inquieto 0 1 2 3 4
Inconsolable 0 1 2 3 4
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