Urbanismo Nordelta
Urbanismo Nordelta
Urbanismo Nordelta
N 16 Noviembre 2005
Diego Martn Ros
KAIRS, Revista de Temas Sociales Proyecto Culturas Juveniles Urbanas Universidad Nacional de San Luis Ao 9 N 16 (Noviembre /2005) http://www.revistakairos.org
Produccin privada del espacio urbano residencial y estado. El caso de la Mega- Urbanizacin cerrada Nordelta en el municipio de Tigre
Diego Martn Ros Resumen Desde las ltimas dcadas del siglo XX, en la ciudad metropolitana de Buenos Aires, se asiste a una nueva forma de produccin del espacio urbano a partir de la suburbanizacin de los sectores medios y medio- altos en urbanizaciones cerradas. Pese a la idea de una retirada casi total del Estado en la produccin del espacio urbano residencial, instalada por los discursos del establishment, de los medios masivos de comunicacin y, a veces, de la propia produccin acadmica sobre la temtica, el anlisis de los procesos de desarrollo y de expansin de las UC permite poner de relieve la participacin del Estado en la (re)produccin privada del espacio y con sta del capital, en tanto contenido de las relaciones sociales inscriptas en esas nuevas formas. El propsito del presente trabajo es indagar sobre la articulacin entre actores pblicos y privados en los procesos de produccin de espacio urbano residencial a partir de un estudio de caso en el municipio de Tigre: la megaurbanizacin cerrada Nordelta. Para ello, se realiza una caracterizacin y un anlisis de las acciones llevadas adelante por el Estado para el desarrollo de Nordelta y de los aspectos que adquiri la produccin de este espacio en trminos de planificacin urbana privada. Se considera que un anlisis de este tipo permite continuar y avanzar en la construccin de una mirada tendiente a comprender las formas especficas en que se articulan las iniciativas pblicas y privadas en los procesos de produccin de espacio urbano residencial.
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Private Production of the Residential Urban Space and Estate. The case of the megagated community Nordelta in the Tigre County Since the last decades of the XXth century, in the metropolitan city of Buenos Aires, a new way of production of the urban space is attended from the suburbanization of the middle and middlehigh into gated communities. Despite of the idea of a total retreat of the Estate in the production of the residential urban space, installed by the establishment speeches of the mass communication and sometimes of the own academic production regarding the thematic, the analysis of the proccess of development and expansion of the gated communities, allows to remark the participation of the Estate in the private production of the space and its capital, in content of the social relations enrolled in these new ways. The purpose of this work is to search the join between public and private actors in the proccesses of the residential urban space production from a research of one case of the Tigre County: Mega- gated community Nordelta. For this research, a characterization and analysis of the further actions development of Nordelta and of this space in terms of private urban plannings. It is considered that an analysis of this type, allows to continue and to advance in the construction of a tendency to understand the specific ways how the public and private actors join in the proccesses of the residential urban space production.
1. Introduccin Desde los aos noventa del siglo XX se asiste a una notable expansin de la periferia de la ciudad metropolitana de Buenos Aires que encuentra en las urbanizaciones cerradas (de ahora en ms UC)
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una nueva forma de produccin privada del espacio urbano residencial para
sectores medios y medio- altos. Pese a la idea de una retirada casi total del Estado en la produccin del espacio urbano, instalada por los discursos del establishment, de los medios masivos de comunicacin y, a veces, de la propia produccin acadmica sobre la temtica, el anlisis de los procesos de desarrollo y de expansin de las UC permite poner de relieve la participacin del Estado en la (re)produccin privada del espacio y con sta del capital, en tanto contenido de las relaciones sociales inscriptas en esas nuevas formas. Tal como sostienen autores como Lefebvre, 1976; Soja, 1993; Carlos, 2004, entre otros, el espacio juega un rol primordial en la actual fase de desarrollo del modo de produccin capitalista, puesto que el proceso de reproduccin del capital se realiza en y a travs del espacio, entendiendo a este ltimo como mercadera reproductible. As, la (re)produccin de la ciudad se ha convertido en una de las mayores fuentes de reproduccin del capital financiero globalizado. La temtica de la produccin privada del espacio urbano residencial para los sectores ms acomodados de la sociedad
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tratar por las distintas disciplinas que abordan el estudio de lo urbano, por lo menos para el caso de los pases Latinoamericanos desde fines del siglo XX. No obstante, a menudo, en dicha bibliografa no se destaca del todo el rol que an juega el Estado en el proceso de (re)produccin del espacio capitalista. En este sentido, el propsito del presente trabajo es indagar sobre la articulacin entre actores pblicos y privados en los procesos de produccin privada del espacio urbano residencial a partir de un estudio de caso: la mega- UC Nordelta en el municipio de Tigre. Para ello, en un primer momento, se lleva a cabo una breve descripcin histrica de la articulacin entre actores estatales y privados en la produccin y expansin de la ciudad metropolitana de Buenos Aires, en tanto contexto urbano en donde ocurre el fenmeno que se pretende estudiar. Luego, en un segundo momento, se realiza una caracterizacin y un anlisis de las acciones llevadas adelante por el Estado municipal (polticas de marketing urbano, construccin de obras pblicas, sancin de nuevas o reformas de antiguas normativas, etc.) que posibilitan el desarrollo de la mega- UC Nordelta, como as tambin de las particularidades que adquiri la planificacin urbana privada efectuada por esta ltima. Se considera que un anlisis de este tipo permite continuar y avanzar en la construccin de una mirada tendiente a comprender las formas especficas en que se articulan las iniciativas pblicas y privadas en los procesos de produccin de espacio urbano.
2. La produccin y expansin de la ciudad metropolitana de Buenos Aires: una breve caracterizacin histrica Desde fines de siglo XIX a esta parte la produccin y expansin de la ciudad metropolitana de Buenos Aires es un claro ejemplo de articulacin entre actores pblicos y privados en la produccin del espacio urbano. Ahora bien, podramos preguntarnos: la participacin del Estado en la produccin de dicho espacio se ha dado de la misma manera durante todos esos aos?; Qu particularidades han adquirido los actores privados y la produccin privada del espacio urbano en las ltimas dcadas del siglo XX y, especialmente, a partir de los aos noventa? Tal como afirma Prez (2005), las lgicas imperantes en el proceso de produccin del espacio urbano para el caso de la ciudad metropolitana de Buenos Aires estuvieron ms cercanas a los intereses privados que a la orientacin estatal. Si observamos la expansin de dicha ciudad podemos entender las particularidades de este proceso que, de acuerdo con Silvestri y Gorelik (2000), pueden separarse en dos ciclos (expansivo y postexpansivo) para dos espacios diferenciados de la ciudad metropolitana de Buenos Aires (la ciudad central, la ciudad de Buenos Aires, y su periferia metropolitana):
2.1. Desde fines del siglo XIX hasta 1976: el ciclo expansivo con trazado inclusivo En el caso de la ciudad de Buenos Aires (Capital Federal desde 1880) la participacin del Estado en la produccin de la ciudad estuvo centrada en algunas polticas municipales, como es el diseo de una cuadrcula completa para toda la ciudad, la produccin y gestin de la red de agua y saneamiento, entre otras. Asimismo, el Estado regul la produccin privada de los servicios pblicos tales como: energa elctrica, ferrocarriles, tranvas y autobuses. Sobre este soporte pblico- privado, se expandi el mercado privado de viviendas, predominantemente de pequea escala, ante un contexto de casi prescindencia por parte del Estado expresado en: nulas restricciones referidas a la altura de las edificaciones, escasas reglamentaciones sobre el uso del suelo, poco accesible crdito estatal para la vivienda, etc. (Clichevsky, 1990; Prez, 1994; Prez, 2005). As y todo, la idea de la casa propia, el trazado pblico y la posibilidad de acceso a distintos servicios configuraron un imaginario de inclusin que sirvi como estructurante, durante cerca de 50 aos, en la formacin y expansin de las clases medias (en su mayora inmigrantes transocenicos y sus descendientes, ya predominantemente argentinos), que caracterizaron a la sociedad portea y la diferenciaron del resto de las ciudades Latinoamericanas (Silvestri y Gorelik, 2000). Luego, durante un corto perodo que va entre 1943 a 1955 se abre una nueva etapa signada por las polticas de inclusin del gobierno peronista, basada en la produccin industrial para el mercado interno demandante de importantes cantidades de mano de obra. Esto permiti la radicacin de una gran cantidad de pequeas y medianas industrias no slo en la periferia sino tambin en la ciudad. Para ese perodo la ciudad de Buenos Aires estaba
alcanzando su mximo de poblacin, expresado en el auge de la construccin de edificios de departamentos (sobre todo en los barrios ms valorizados: Palermo, Belgrano, Caballito, etc.); fenmeno que fue reglamentado en 1948 a partir de la sancin de la Ley de Propiedad Horizontal (Prez, 1994). Entre 1956 y 1976 las polticas de vivienda se volvieron ms escasas y restrictivas. Hacia fines de este perodo la posibilidad de ahorro de los sectores altos y medios- altos no slo les permiti tener un vivienda en los barrios ms valorizados de la ciudad y un automvil propio, sino tambin poder adquirir residencias de fin de semana (casa quintas) con clara preferencia en la zona norte de la periferia metropolitana. Por su parte, la periferia metropolitana (denominada usualmente Gran Buenos Aires) creci de manera extraordinaria a partir de la dcada de 1930, en un principio, por la expansin de las clases medias, pero a partir de los aos cuarenta, las clases populares, formadas en su mayora por migrantes internos y de pases limtrofes, que venan a la ciudad en busca de trabajo, tomaron la posta. Aqu deben indicarse algunos aspectos de las polticas del perodo peronista. Por un lado, con el aumento del proceso de industrializacin antes sealado comenzaron a radicarse pequeas y medianas fbricas en la periferia metropolitana, cerca de las cuales se fueron construyendo barrios obreros sin ningn tipo de planificacin por parte del Estado. Junto a ello otras de las polticas que tuvieron ingerencia en el proceso de suburbanizacin fueron: la gestin pblica de los ferrocarriles que subsidi las tarifas abaratando los costos del viaje suburbano y el crdito para la construccin de viviendas, cuyas condiciones de pago eran accesible para los sectores populares (Torres, 1993; Prez, 2005). De esta manera, durante estos aos la periferia metropolitana se urbaniz con escasa infraestructura y exiguas normas que regulasen el uso del suelo. Precisamente, la falta de reglamentacin, adems del contexto antes aludido, sirvi para que la especulacin del mercado de tierras, desarrollado por promotores privados, se potencie al mximo entre las dcadas de 1940 y 1960. As, los denominados loteos populares posibilitaron el acceso a tierras a grandes cantidades de poblacin que a travs del pago del lote en cuotas y la autoconstruccin de sus viviendas (un alto porcentaje de ellos terminaron convirtindose en propietarios legales) ocuparon importantes reas de la periferia metropolitana, pertenecientes a menudo- a los valles de inundacin de los arroyos y ros que la atraviesan (Clichevsky, 1990; Torres, op. cit.). En trminos generales, en el perodo comprendido entre el 1956 y 1976, marcado por la alternancia de gobiernos civiles y militares, se evidenci un freno en las polticas que
subsidiaron el transporte pblico de pasajeros, la desaparicin del crdito accesible a la vivienda, entre otros aspectos a sealar. En dicho perodo el proceso de industrializacin estuvo signado por la inversin de capitales extranjeros en grandes fbricas que se radicaron en la periferia metropolitana, cuyos requerimientos reducan la necesidad de cantidad de mano de obra. Por su parte, los sectores de ms bajos recursos no pudieron alquilar o comprar un
lote en cmodas cuotas para construir su vivienda, de all el incremento de la produccin privada de otra forma del espacio urbano: las villas miseria. Estas ltimas, ya existentes desde 1930, estaban formadas por viviendas sumamente precarias, construidas en su mayora sobre tierras fiscales o no valorizadas por el mercado de tierras (tambin a menudo inundables). Estas viviendas precarias tuvieron (y tienen) mayor presencia en la periferia metropolitana que en la ciudad de Buenos Aires, pasando de aproximadamente 100.000 personas en 1956 a 600.000 personas en 1970, para el total de la ciudad metropolitana (Yujnovsky, 2000). Durante estos treinta aos pudo observarse un crecimiento poblacional ms importante en los municipios ms alejados de la periferia metropolitana que en los linderos a la ciudad, alcanzando el total de poblacin de la periferia metropolitana para 1970 cerca del 70% de toda la poblacin de la ciudad metropolitana de Buenos Aires (Prez, 1994). En suma, podemos advertir como resultado del ciclo expansivo de la ciudad metropolitana de Buenos Aires, salvo algunas intervenciones de fuerte carcter estatal en perodos no muy extensos y vinculados a aspectos especficos (en general sobre sectores menos valorizados de la ciudad metropolitana como por ejemplo las obras de Ezeiza), un predominio de la produccin privada del espacio urbano con una orientacin ms tendiente a la integracin social para el conjunto de las actividades econmicas y de la poblacin. Como sostienen Silvestri y Gorelik (2000), las intervenciones privadas durante este ciclo de expansin no se tradujeron en inversiones que implicaran grandes extensiones territoriales, sino ms bien microemprendimientos privados que se desarrollaron por lo general entre el tamao de un lote al de una manzana.
2.2. Desde 1976 hasta la actualidad: el ciclo postexpansivo con trazado excluyente Las polticas implementadas a partir del golpe de Estado de 1976, que instaur una de las dictaduras ms feroces de Latinoamrica, tuvieron distintas implicancias sobre diversas dimensiones sociales, entre las que pueden sealarse: la poltica de apertura economa y cambiaria, la desindustrializacin, los miles de desaparecidos, la erradicacin de las villas miseria de la ciudad, entre otras. En trminos especficos de produccin del espacio urbano, los gobiernos militares tendieron a ocultar las consecuencias generadas por los procesos que se estaban desarrollando a travs de ciertas polticas que, a su modo, concentradas en su mayora en la ciudad de Buenos Aires, continuaron con la participacin de un Estado planificador proveniente del ciclo anterior. Por un lado, el gobierno municipal implement una serie de polticas (expresadas en normativas u obras pblicas) que tendieron a incrementar, desde una voluntad marcadamente tecnicista, la segregacin en la ciudad (alcanzando su punto ms lgido durante la intendencia del Brigadier Cacciatore). Entre estas polticas pueden indicarse: la sancin del Cdigo de Planeamiento; la erradicacin de ms de 200.000 personas de las villas miseria de la ciudad, cuyo destino en gran medida fue engrosar la poblacin de otras villas de la periferia
metropolitana y as blanquear a la ciudad (Oszlak, 1991); la construccin de las autopistas urbanas 25 de mayo y Perito Moreno, de los estacionamientos urbanos y del ensanche de la Av. 9 de julio, de 24 escuelas pblicas, de los parque pblicos de gran escala como el Gral. Sarmiento, entre otros (Prez, 1994; Silvestri y Gorelik, 2000). Durante la vuelta a la democracia a partir de 1983 se evidenciaron algunas modificaciones que acentuaron la heterogeneidad social de la Capital Federal. Por un lado, hubo un crecimiento de los sectores de ms bajo recursos expresado en la reaparicin de algunas villas miseria (junto a la aparicin de otras), la toma de casas abandonadas (pblicas o privadas) y el crecimiento de gran cantidad de inquilinatos y hoteles. Por otro lado, al mismo tiempo, con la vuelta de la democracia y la reapertura del Consejo Deliberante Porteo, comenzaron a implementarse excepciones al Cdigo de Planeamiento Urbano que posibilitaron que la valorizacin inmobiliaria revierta la normativa vigente, afirmndose as una penetracin de los intereses privados (ya iniciada durante los ltimos gobiernos militares) por encima de las disposiciones pblicas (Prez, 1994). Asimismo, en el espacio urbano perteneciente a la periferia metropolitana tambin se evidenciaron cambios significativos, mucho de los cuales estuvieron asociados con la sancin de algunas normativas. Entre stas se pueden destacar: la suspensin de la subdivisin de loteos populares en 1976; la indexacin de compra- venta de tierras y la sancin del DecretoLey 8912/77 de Ordenamiento territorial y uso del suelo, que cercen el crecimiento de los loteos populares antes aludidos al producir su encarecimiento dado las exigencias para su habilitacin (estudios de factibilidad, planes directores, dotacin de servicios esenciales y equipamiento comunitario) (Prez, 1994). Ante este contexto, se origin una suba de los precios de la tierra y disminuy la rentabilidad de los promotores inmobiliarios, que comenzaron a elaborar como estrategia productos para los sectores de la poblacin con mayores ingresos. Precisamente, el propio Decreto- Ley 8912/77 reglament la figura de los Clubes de Campo o Country Clubes como viviendas de fin de semana no permanentes. Con la sancin de esta normativa se termina legalizando el fenmeno de los clubes de campo que comenzaba a crecer en la dcada de los aos setenta con mayor presencia en los municipios del norte de la periferia metropolitana. Con el retorno de la democracia el espacio de la periferia metropolitana volvi a evidenciar algunos cambios negativos. La crisis de Estado desencaden una crisis urbana que alcanz una clara sensacin de colapso: el transporte pblico perdi su capacidad integradora (aumento progresivo del valor del boleto, colapso funcional de la infraestructura, disminucin de las frecuencias, etc.), cortes de energa, inundaciones cada vez ms frecuentes y en mayor cantidad de sitios, etc. Frente a esta realidad excluyente, junto al contexto socioeconmico desfavorable, los sectores populares comenzaron a tomar tierras pblicas o privadas hacia comienzos de los aos 80, formando lo que se denomin como asentamientos. Tal como sostiene Prez (2005) esta situacin potenci el deterioro del hbitat de los sectores populares
tanto en trminos formales (toma de tierras o de edificios privados/ pblicos ilegalmente, loteos clandestinos, etc.) como tambin en trminos urbano- ambientales (reas inundables, muchas veces cercanas a focos de contaminacin, deplorable accesibilidad, etc.). En suma, se pude afirmar que en trminos de produccin del espacio urbano los aos ochenta al tiempo que reafirmaron el ciclo postexpansivo con trazado excluyente, ya iniciado con la implementacin de la dictadura militar del 76, ratificaron el fin del ciclo expansivo caracterizado por las posibilidades de integracin y de ascenso social que ofreca la ciudad metropolitana de Buenos Aires en dcadas anteriores.
2.2.1. Estado y negocios urbanos en la ciudad metropolitana de Buenos Aires de los aos noventa Los cambios polticos llevados a cabo durante la dcada de los aos noventa en Argentina (reforma del Estado, desregulacin econmica, privatizacin de servicios urbanos bsicos, etc.), generaron significativas transformaciones que tuvieron amplias repercusiones en la fragmentacin socio espacial de la ciudad metropolitana de Buenos Aires. Al mismo tiempo, se hizo evidente el peso creciente de los actores privados internacionales en la participacin de las actividades financieras, provisin de servicios (compaas privatizadas), de las operaciones inmobiliarias y del mercado de tierras. As, las consecuencias de los cambios polticos no slo redujeron la participacin estatal, sino que fortalecieron el rol del sector privado en la economa en general, como en la produccin del espacio urbano en particular (Prez, 2002). En este contexto, la realizacin de Puerto Madero se instala como la avanzada de una modalidad de intervencin que marca el acontecimiento principal del giro producido en los aos noventa: la participacin de capitales privados en iniciativas que afectan grandes sectores urbanos de escala territorial. A diferencia de las intervenciones privadas que se realizaron durante el ciclo expansivo de la ciudad metropolitana de Buenos Aires, asociadas con intervenciones que siempre estuvieron determinadas por iniciativa pblica (infraestructura, trazados, etc.) y a una escala que rara vez superaba a la de una manzana, en la dcada de los noventa, en pleno auge del ciclo postexpansivo, la inversin privada produjo intervenciones concentradas de magnitud y con capacidad de configurar parte importante de la ciudad (Silvestri y Gorelik, 2000). A diferencia de otros momentos histricos, en los aos noventa una de las principales transformaciones en materia de produccin del espacio urbano fue la aplicacin de la poltica del fragmento urbano, adquirida -entre otras razones- a partir de la difusin del modelo Barcelona de gestin urbana (Snchez, 2001). Dicha poltica tiene como fin iluminar determinados sectores de la ciudad que suponen ventajas diferenciales para el despliegue de negocios urbanos para el sector privado. En los noventa la produccin del espacio urbano tuvo lugar en un contexto en el que el Estado -en sus diferentes niveles de gestin (nacional, provincial, y municipal)- disminuy sus acciones directas sobre el territorio y pas a operar
como acondicionador y promotor activo con el objeto de facilitar la inversin privada. De esta manera, se puede afirmar que el Estado ha funcionado como el principal dinamizador de los negocios sin obtener nada -o muy poco- a cambio para el conjunto de la ciudad. Segn Silvestri y Gorelik (2000), los datos relevados en el Plan Urbano Ambiental de la Ciudad de Buenos Aires dan cuenta que la inversin pblica en infraestructura entre 1988 y 1997 no slo disminuy un 100%, sino que adems el gasto pblico se concentr en las reas ms florecientes para los intereses privados (el eje norte entre Puerto Madero y el barrio de Nez), en detrimento de otras reas de la ciudad (sobre todo, los barrios del sur). Entre las mayores inversiones en materia de negocios urbanos que se efectuaron en la ciudad metropolitana de Buenos Aires durante gran parte de ese perodo, se puede destacar segn Ciccolella (1998)- las siguientes: la realizacin de UC del orden de los 4.000 millones de dlares; los grandes espacios de consumo como los shopping centers, hipermercados, etc. que superara los 3.000 millones de dlares, las inversiones en hotelera internacional de alrededor de 900 millones de dlares y las nuevas sedes empresariales por 500 millones de dlares, entre otros.
2.2.1.1. La expansin de las urbanizaciones cerradas en la periferia metropolitana Como se ha aludido en el apartado anterior, la construccin de las UC forma parte de las mayores inversiones vinculadas con los negocios urbanos de los aos noventa cuyos valores rondan los 4.000 millones de dlares. Para fines de siglo, Szajenberg (2000) ha contabilizado alrededor de 449 UC que ocuparan una superficie aproximada de 400 Km (dos veces la superficie de la Ciudad de Buenos Aires) y una poblacin estimada por Janoshka (2003) de entre 300.000 y 500.000 personas para el total de las UC localizadas en la periferia metropolitana. El escenario de estabilidad monetaria de los aos noventa, que permiti que la Argentina brindase posibilidades de mayor rentabilidad que otros pases (incluido Estados Unidos), junto al rol de acondicionador y promotor urbano que adopt el Estado, conformaron parte importante de los factores decisivos que impulsaron el incremento de capital en el sector inmobiliario (Clichevsky, 2000). Es as como en la ltima dcada del siglo XX fragmentos de la ciudad metropolitana de Buenos Aires comenzaron a formar parte de un mercado inmobiliario internacional, por lo que la ciudad pas a figurar en la lista de ciudades con operaciones inmobiliarias financiadas por grandes grupos de inversin internacional (real estate). Entre los grandes grupos de inversin que arribaron a Argentina pueden citarse: el Fondo de las Amricas de Chile; Beckwith y Richard Ellis de Estados Unidos; Lincoln Properties y Hines de Estados Unidos; Makenzie- Hill de Gran Bretaa, entre otros (Mignaqui y Szajnberg, 2003). La realizacin de este tipo de inversiones en la Argentina asociadas al capital internacional se encuentra inserta en un contexto de una economa globalizada que est desenvolviendo nichos de actividad econmica que brindan mayores beneficios, entre los que se encuentran: el
narcotrfico, el turismo y el mercado inmobiliario; todos indiscutiblemente articulados a la actividad financiera; actividad que se posicion como uno de los ejes centrales del fenmeno de la globalizacin. La expansin de las UC en la periferia metropolitana se produjo en un radio entre 30 y 70 Km. del centro de la ciudad de Buenos Aires, en tierras de bajo costo cercanas a los concesionados accesos viales
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compra de tierras de uso productivo de baja rentabilidad y de escaso valor en el mercado, clasificadas en su mayora como de uso rural o semirural. Luego, con el cerramiento, parcelacin del terreno e instalacin de servicios, se pasa a un uso urbano residencial, ingresando as al mercado inmobiliario como UC destinadas para sectores socioeconmicos medios y medio-altos. Precisamente, dada su localizacin en la periferia metropolitana, las UC se hallan contiguas en varias oportunidades a asentamientos precarios (incluso villas miseria), lo cual potencia el crecimiento de las diferencias. Esta relacin contradictoria entre los extremos de la pirmide socio- econmica conduce al fenmeno que Prez (2002) denomina como microfragmentacin; es decir, fragmentos sociales que se localizan juntos en trminos espaciales pero muy distantes en trminos sociales y econmicos. Los asentamientos precarios con viviendas de baja calidad y habitantes de bajos ingresos se encuentran linderos a los cercamientos perimetrales de las UC, que los separa de viviendas y poblaciones con condiciones diametralmente opuestas. De las UC existentes en la periferia metropolitana de Buenos Aires, las mega-UC se presentan como el paradigma de la planificacin urbana privada. Estas ltimas se diferencian de las otras UC dado que incluyen dentro de su permetro cerrado equipamientos de orden superior, tales como colegios y universidades privadas, medicina privada, centros comerciales, etc.; cuentan con accesos con vigilancia privada tanto en sus lmites perimetrales como en los barrios cerrados contenidos en su interior; ocupan superficies superiores a las 400 ha
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poseen una mayor participacin de grupos de inversin en bienes races de origen internacional (Vidal Koppmann, 2002). Hacia los primeros aos del siglo XXI existen cerca de una docena de proyectos de mega- UC en distintos estados de realizacin, llegando a alcanzar en algunos casos poblaciones proyectadas de ms de 100.000 habitantes, con lo cual superaran los valores de las ciudades intermedias para la Argentina .
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3. El municipio de Tigre y la expansin de las urbanizaciones cerradas En los aos noventa se materializ un notorio crecimiento de las UC en el municipio de Tigre, que signific un despliegue de cambios socioespaciales inditos en el proceso de produccin del espacio urbano residencial. Dicho municipio tiene una extensa historia asociada a la radicacin de segundas residencias localizadas en su mayora en la primera seccin de las islas del Delta. Asimismo, en la zona cercana al centro de la localidad homnima, entre los ros
Tigre y de la Reconquista chico, se encuentran las residencias de mayor valor monetario, consideradas incluso como las ms tradicionales de Tigre. No obstante, antes de los aos noventa, tal como afirma Nez et. al. (1998), el mercado residencial de tierras de Tigre no pareca ofrecer grandes posibilidades de expansin. Es por ello que podramos preguntarnos: cules fueron los factores que posibilitaron el crecimiento de las UC en Tigre a partir de los aos noventa? Las condiciones de sitio y posicin que presenta dicha unidad poltico- administrativa y, que la diferencian del resto de las unidades de la periferia metropolitana, forman parte de los mltiples factores que posibilitaron la rpida expansin de las UC en Tigre. Entre estas condiciones pueden mencionarse: relativa proximidad al centro de la ciudad; ptima accesibilidad; disponibilidad de ambientes poco intervenidos por la sociedad como es el caso del Delta y el provecho que se puede realizar de sus recursos (por ejemplo el agua); disponibilidad de tierras de bajo costo por sus caractersticas de inundabilidad puesto que pertenecen gran parte de ellas a los valles de inundacin de los ros Lujn y de la Reconquista, entre otros. La notable incorporacin de capital y de trabajo por parte de los actores econmicos privados, que permiti transformar las tierras de los valles de inundacin en tierras urbanizables, se coloca como otro de los factores importantes que explican la expansin de las UC en esa rea de Tigre
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lado, a partir de la incorporacin de capital y de trabajo el suelo se convierte en un recurso sumamente valioso para el mercado y, por otro lado, con la construccin de las enormes superficies polderizadas ocupadas por las UC queda en evidencia la capacidad de accin y el conocimiento cientfico- tcnico de estos actores privados. Entre los inversores de las UC polderizadas de Tigre participan empresas con alto grado de experiencia en la materia: DYOPSA (Dragados y Obras Portuarias SA.) y Supercemento SAIC. (constructora) para el caso de la mega- UC Nordelta y PENTAMAR SA. (especializada en Obras Hidrulicas) y EIDICO (Emprendimientos Inmobiliarios de Inters Comn) para el caso de un importante grupo de UC en el rea, entre las cuales se encuentra otra de las mega- UC del municipio de Tigre: Villanueva (Ros, 2002). No obstante, tal como se viene afirmando en el presente trabajo, se considera que parte significativa de los factores que incidieron en el proceso de expansin de las UC en Tigre en los aos noventa tuvieron un fuerte anclaje en la confluencia de objetivos e intereses (econmicos, polticos, etc.) entre actores estatales del nivel local
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y actores econmicos
privados (nacionales y extranjeros). A partir de esos aos puede advertirse como los actores estatales locales vienen concediendo gran cantidad de licencias en relacin a los intereses de los actores econmicos inversores en UC que quieren posicionarse, proporcionndoles, en consecuencia, parte importante de las condiciones necesarias para la expansin de la produccin privada del espacio urbano de caractersticas excluyente.
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Entre las acciones llevadas a cabo por el Municipio puede indicarse su manifiesta poltica de marketing urbano orientada a la atraccin de inversiones privadas, no slo dirigida al exclusivo mercado residencial de las UC, sino tambin a otros negocios urbanos como el de entretenimiento y el turstico. Estas polticas estuvieron expresadas en la realizacin de obras relacionadas con la construccin y el mejoramiento de infraestructura de transporte, paisajstica y turstico- recreativa, localizadas en fragmentos especficos de su territorio . De esta manera, probablemente, parte de los recursos municipales fueron dirigidos para la realizacin de este tipo de obras, lo cual signific una disminucin en la inversin de otros aspectos prioritarios. Tigre es un municipio caracterizado por altos porcentajes de poblacin en hogares con NBI y por una relativa baja cobertura de red de agua corriente y de cloacas de su poblacin, slo para mencionar algunas de las necesidades sociales que requieren de una rpida respuesta . Para el gobierno del municipio de Tigre la construccin de viviendas como la compra de lotes de las UC representan mayores recursos a travs del cobro de la tasa municipal de Alumbrado, Barrido y Limpieza (ABL) y de los nuevos permisos de construccin. Sin embargo, un aspecto importante a sealar es la convergencia de intereses entre el capital y la intencionalidad poltica del gobierno de turno que pretenda, a travs de la expansin de las UC, la realizacin de importantes cambios sociales en su territorio. Con la expansin de las UC sobre una extensa rea desvalorizada y poco poblada (los valles de inundacin ya aludidos), al tiempo que se impeda la ocupacin por parte de sectores populares expresado en el crecimiento de los asentamientos en dicha rea, se elevaba el nmero de habitantes con poblacin de mayor nivel socioeconmico, aproximando de esta manera al municipio de Tigre a las caractersticas predominantes del resto de los municipios de la zona norte.
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Simultneamente, con la ocupacin de esas extensas reas por parte de las UC, los terrenos linderos a las mismas comenzaran a ser valorizados por el mercado inmobiliario, el cual presionara para apropiarse de los mismos. As, comenzara el natural proceso de valorizacin inmobiliaria que, como es sabido, termina alejando las poblaciones de bajos recursos (localizadas en este caso entre las UC). Esta convergencia de intereses estuvo sustentada por discursos polticos que sealaban de manera manifiesta la necesidad del cambio en beneficio del conjunto de la poblacin local puesto que la expansin de las UC traera extensas posibilidades de trabajo para los Tigrenses
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Otro de los factores claves que incidieron en este proceso tiene que ver con la normativa vigente que reglamenta la produccin del suelo urbano. Aqu cabe resaltar que quien posee capacidad de veto sobre el marco normativo que reglamenta el uso del suelo en el territorio son los municipios. Tanto en Tigre como en el resto de los municipios (o partidos) de la provincia de Buenos Aires las decisiones en materia urbana estn reglamentadas por las normas de uso del suelo formuladas en el Decreto- Ley provincial 8912/77 de Ordenamiento Territorial. Si bien en esta normativa se dispone que los municipios son los que tienen la responsabilidad primaria en el proceso de ordenamiento territorial, el rgimen municipal -
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definido por la constitucin de la provincia de Buenos Aires (marco legal diseado en 1930 an vigente)- otorga una autonoma limitada a las municipalidades (Prez, 2002). Igualmente, estas limitaciones no slo rozan lo jurdico- normativo sino que tambin pueden verse vinculadas a otros aspectos tales como: insuficiencia de recursos financieros, exceso de personal, falta de funcionarios calificados, predominio de relaciones clientelares, entre otros. Ante un contexto de los aos noventa de crecimiento y presentacin de futuros proyectos de inversin en UC, el Consejo Deliberante sancion la Ordenanza N 1894/96 (dentro del marco regulatorio del Decreto- Ley 8912/77), con la que se modific el antiguo Cdigo de Zonificacin de Uso del Suelo del municipio de Tigre. Como afirma el Secretario municipal: ...hemos garantizado a la gente que quera llevar adelante desarrollos urbansticos la seguridad jurdica necesaria para que, cumpliendo con el cdigo de zonificacin, pueda encarar este tipo de emprendimientos. Esto nos permiti tener hoy un Partido con un crecimiento ordenado... (Snchez, Pgina 12, 12/11/2000: 2). Con la sancin de esta nueva ordenanza, que establece una reclasificacin de los usos del suelo, se regularizaron algunas de las UC que ya estaban en construccin o que se presentaban como proyectos, pero que se encontraban en usos no permitidos
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municipal la zonificacin del uso del suelo en Tigre se encuentran ordenadas, sin embargo esta afirmacin no es correcta. En los hechos, en este municipio, como en tantos otros de la periferia metropolitana, no existen planes integrales de planificacin urbano- territorial sino slo ordenanzas de zonificacin que se cambian y ajustan de acuerdo a los proyectos que se van presentando y a los intereses privados que quieren posicionarse. En este sentido, las zonas (definidas en la ordenanza de zonificacin) parecen ser consideradas como un men, del cual se puede seleccionar la zona ms conveniente para el proyecto urbanstico que se quiera presentar, y con un procedimiento de desafectacin y nueva afectacin de zona, se cambian las reglas del juego facilitndole al inversor su eleccin (Ros, 2002). 3.1. El caso de la mega- UC Nordelta: el mximo exponente de la planificacin urbana privada Como se ha aludido anteriormente, el mercado residencial para sectores medios y medio- altos de la periferia metropolitana no se restringi a productos como los barrios cerrados o clubes de campo, sino que avanz mucho ms all. Hacia mediados y fines de los aos noventa, la produccin de ciudades privadas se convirti en la mxima apuesta realizada por los actores econmicos privados. El mximo exponente de las ciudades privadas en Argentina se encuentra en el municipio de Tigre: la mega- UC Nordelta. Esta ltima cumple con varias de las caractersticas antes mencionadas sobre las mega- UC, pero tiene ciertas particularidades que la convierten en el proyecto an ms ambicioso: superficie total de 1.600 ha., integrada por 20 barrios cerrados, capacidad poblacional proyectada de 140.000 habitantes en 20 aos, servicios de ciudades intermedias como centros de compra, sanatorios privados, centros de educacin que
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incluyen desde el jardn de infantes hasta nivel universitario, entre otros. Los actores econmicos privados a cargo de Nordelta estn llevando a cabo una inversin directa de alrededor de 250 millones de dlares y, con inversiones en comercios, servicios educativos, medicinales y construcciones particulares, alcanzar una inversin total cercana a los 750 millones de dlares; montos que superan cualquier inversin en proyectos urbansticos privados conocidos hasta el momento. La concepcin de Nordelta tiene sus inicios en 1972 cuando las empresas Supercemento SAIC y DYOPSA (en la actualidad parte accionarias de Nordelta SA.) adquieren a muy bajo costo 1600 ha. de tierras pertenecientes al valle de inundacin del ro Lujn, entre las localidades de General Pacheco y Benavidez. Hacia 1973 estas empresas encararon los estudios para el desarrollo de una nueva ciudad que descentralizara a la ciudad de Buenos Aires, pero bajo un proyecto totalmente privado, independiente de las polticas estatales de construccin de viviendas e infraestructura, anticipndose a lo que sucedera posteriormente dos dcadas despus con la Reforma del Estado y el rol de este ltimo en una nueva articulacin con los actores privados (Ros, 2002). A partir de 1998, Consultatio Inversora SA. se incorpora al proyecto Nordelta con el 50% del paquete accionario. Esta empresa, que forma parte del grupo Consultatio SA., tiene como objetivo el desarrollo de emprendimientos inmobiliarios. La otra rama de la empresa es una administradora de fondos de inversin llamada: Consultatio Assest Management SA. Segn lo que manifiesta el propio presidente de Consultatio SA. y, desde fines de los noventa tambin de Nordelta SA., el 50% de las inversiones de esta empresa provienen de capitales suizos. De esta manera, dicha mega-UC verifica una de las caractersticas que estn definiendo a estos enormes proyectos privados que producen fragmentos importantes del espacio urbano de la periferia metropolitana: la participacin de grandes capitales financieros y de bienes races de nivel internacional en el mercado urbano residencial. La seguridad jurdica de este proyecto es alcanzada a comienzos de los aos noventa en un contexto poltico- econmico acorde a los intereses privados. En julio de 1992 el Gobierno de la provincia de Buenos Aires aprueba el proyecto Nordelta y su plan director al sancionar el Decreto N 1736/92, bajo la figura de nuevo ncleo urbano. Un mes ms tarde el Municipio de Tigre sanciona la ordenanza N 1297/92 aprobando bajo la misma figura dicho proyecto urbanstico e incorporndolo unos aos ms tarde en la reclasificacin que se hizo con el nuevo Cdigo de Zonificacin Municipal aprobado por Ordenanza N 1894/96. Cabe resaltar que este es el nico emprendimiento del estilo en la actualidad que fue aprobado por la Provincia conforme la figura jurdica (nuevo ncleo urbano) establecida en el Decreto- Ley 8912/77. Entre los requisitos solicitados para la realizacin de un nuevo ncleo urbano se encuentra la presentacin de un plan director o tambin conocido en la jerga de los negocios inmobiliarios como master plan
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El Plan Director fue elaborado entre los aos 1989 y 1999 por el estudio CEPA de La Plata (Centro de Estudios y Proyectos del Ambiente). La propuesta realizada en este Plan Director va a contra cara de lo que se viene realizado por parte del sector pblico y del sector privado en materia urbanstica en las dcadas anteriores. El proyecto Nordelta, inscripto dentro de las ideas de sustentabilidad ambiental difundidas en los aos noventa, propone una descentralizacin planificada de la periferia metropolitana desde una perspectiva que cumple con las premisas del llamado desarrollo sustentable. Es por ello que en Nordelta no slo se planificaron los aspectos meramente urbansticos sino que adems, se propusieron un conjunto de recomendaciones y medidas organizacionales y funcionales en torno a la temtica ambiental que involucra desde la forestacin con rboles autctonos hasta el manejo de desastres de inundaciones (Ros, 2005)
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En Nordelta, parece que hasta el ms mnimo detalle ha sido planificado por los actores econmicos privados, de acuerdo a lo manifestado por su presidente en los medios grficos: ...la ciudad ha sido diseada con el objetivo de buscar un balance entre los espacios verdes, el agua y las reas urbanas (...) el medio ambiente provisto est caracterizado por su armona urbana y esttica y la diferente densidad de poblaciones, as como la distribucin adecuada del trfico... (Snchez, Pgina 12, 12/11/2000: 3). Expresin como esta marca la importancia que alcanz la planificacin urbana privada a partir del desarrollo de las UC en Argentina durante los aos noventa, superadora supuestamente de los errores cometidos por parte de la planificacin estatal en dcadas anteriores. Sin embargo, resulta bastante paradjico que los mismos sectores que haban criticado la planificacin estatal, terminan imitndola o incluso superndola a travs de la propia privatizacin de la planificacin urbana expresada por las mega-UC. Los planificadores e inversores sostienen que con el cumplimiento de los Planes Directores diseados para la mega-UC se evitarn los problemas tradicionales de los centros urbanos: inseguridad, contaminacin ambiental, paisajes deteriorados, etc. Desde esta mirada slo podrn acceder a una mejor calidad de vida los que tengan la posibilidad de comprar una vivienda dentro de las planificadas UC; para el resto de la poblacin slo queda conformarse con el espacio urbano deteriorado gestionado por un Estado en crisis. As, tanto la planificacin urbana privada como la propia materialidad de las UC se instalan como nuevas formas de diferenciacin socio- espacial que posicionan a los actores econmicos privados en un rol central dentro del proceso de produccin del espacio urbano. Por otra parte, al mismo tiempo, desde el discurso de estos ltimos actores pareciera que los territorios configurados a partir de la planificacin privada reniegan del resto de la ciudad en donde se encuentran localizados, lo cual es simplemente un contrasentido.
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Desde las ltimas dcadas del siglo XX y, sobre todo desde los aos noventa, el proceso de expansin urbana en la ciudad metropolitana de Buenos Aires estuvo marcado por la consolidacin y el incremento de las diferencias socio- espaciales; por el suministro de servicios pblicos fragmentados y diseados desde la lgica del mercado (por lo que se excluye parte importante de la poblacin); y por procesos de produccin urbana con marcada intervencin y planificacin privada. Gran parte de las decisiones claves que afectaron la ciudad metropolitana de Buenos Aires en materia urbana fueron dirigidas por las leyes del mercado y, ms especficamente, por grandes actores econmicos, entre los cuales se incorporaron capitales de origen internacional. Este es el caso de las mega-UC, que terminaron subordinando a los actores estatales quedando claramente en evidencia la orientacin de la planificacin urbana con una fuerte tendencia hacia el inters privado. Con el proceso de expansin de UC en el municipio de Tigre, al igual que en otros casos de la ciudad metropolitana, los grandes proyectos urbanos terminaron canalizando parte importante de los recursos pblicos para la realizacin de sus intervenciones privadas, ponindose en evidencia una vez ms la contradiccin entre produccin pblica del espacio y su apropiacin privada (Carlos, 2004). Asimismo, a menudo, los Planes Directores o Planes Estratgicos de estos grandes proyectos urbanos -afines con los intereses del capital- terminan siendo legitimados al ser aprobados por el Estado (a veces con participacin directa de este ltimo). As, dichos planes se convierten en etiquetas de calidad funcionales tanto a los propios proyectos urbanos de capitales privados y a la especulacin inmobiliaria como, ya una vez exitosos (apareciendo incluso en las postales del xito), a los gobiernos que los ejecutaron en tanto experiencia de gestin utilizable como recurso para futuros comicios
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Como se ha podido advertir la relacin entre el Estado y los actores econmicos privados ha sufrido cambios importantes de las ltimas dcadas del siglo XX.. Segn Prez (2005) esta situacin puede asociarse a tres aspectos: 1) la disminucin del Estado en inversiones pblicas y en la adecuacin de su poder de regulador a travs de la normativas, dejando cada vez ms lugar a las inversiones privadas en la produccin del espacio urbano; 2) el Estado se aleja de su sentido de intervencin en nombre de los intereses generales para acercarse a los intereses econmicos particulares; y 3) el surgimiento de actores econmicos internacionales, que en el contexto de la globalizacin, produce un desequilibrio en la relacin Estado- privado; mxime cuando esta articulacin se establece directamente entre la gestin pblica local y los grandes capitales globalizados. Por ltimo, a partir de lo abordado en el presente trabajo podemos sealar que la expansin de las UC en la periferia de la ciudad metropolitana de Buenos Aires revela un proceso de privatizacin de la produccin del espacio urbano que se manifiesta, por un lado, a travs de la posicin central que adquieren los actores econmicos privados y, por el otro, a travs del consumo restringido ya que es un producto dirigido para determinados sectores socioeconmicos de la sociedad. En este proceso el Estado ha cambiado de posicin en la
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relacin pblico- privado, jugando un rol subordinado pero igualmente significativo en tanto dinamizador del capital. La realizacin de este trabajo no ha buscado agotar el estudio de la articulacin entre actores pblicos y privados en la produccin del espacio urbano, sino ms bien iluminarla con un estudio de caso, a fin que en prximas reflexiones pueda avanzarse en su conocimiento.
5. Notas (1) Se entiende por UC a los asentamientos privados que se construyen fuera de la red pblica de la ciudad, que se encuentran fsicamente separados por alguna frontera material (permetro bien delimitado por algn tipo de cerramiento), sobre la base de la produccin privada de los servicios urbanos dentro de su territorio, y que ofrecen a sus residentes un conjunto muy amplio de servicios (seguridad, recoleccin de residuos, etc.) y actividades que normalmente son proporcionadas en las ciudades (recreacin, educacin, etc.). Son consideradas UC las siguientes denominaciones que se utilizan en el mercado inmobiliario en Argentina: Club de campo o Country club, Barrio cerrado, Mega-UC o Ciudades-pueblo, Country nutico, Clubes de chacras o Estancias cerradas. Siendo la denominacin de Club de campo y Barrio cerrado las nicas definidas por la normativa vigente (Decreto- Ley provincial N 8912/77 y Resolucin N 74/97 de la Secretara de Tierras y Urbanismo de la Provincia de Buenos Aires; respectivamente) (Ros, 2005). (2) Cabe resaltar que la produccin privada del espacio urbano tambin es realizada por los sectores de menores recursos. Desde mediados de los aos setenta la disminucin de la oferta estatal de bienes urbanos, la ausencia del crdito accesible, entre otros aspectos, determinaron que estos sectores elaboraran estrategias para solucionar el apremiante tema de la falta de vivienda. Es as que estos sectores tambin vienen participando de la expansin metropolitana de la ciudad de Buenos Aires a travs de la ocupacin de tierras fiscales o en sucesin o de tierras con precios ms accesibles dada su escasa oferta de servicios pblicos. (3) Entre estos se pueden mencionar: Acceso Norte (Autopista del Sol, ex ruta Panamericana), Acceso Oeste (Autopista del Oeste), Acceso Sudeste (Autopista Buenos Aires- La Plata), etctera. (4) En algunos casos llegan a ocupar superficies de 2.400 ha. (por ejemplo: la mega- UC La Primavera, en el municipio de Cauelas, provincia de Buenos Aires). (5) La categora ciudad intermedia en Argentina se establece en relacin al peso demogrfico ... son ncleos que cuentan entre 50.000 y 100.000 habitantes; y en lo que respecta a sus equipamientos, una parte de ellos son de un orden superior a los bsicos. Asimismo estas ciudades cumplen una funcin de centros subregionales dentro de su regin (Vidal Koppmann, op. cit.: 246). (6) La mayor parte del crecimiento de UC en Tigre se produjo sobre reas inundables pertenecientes al sector continental. Entre 1991 y 2001 la superficie ocupada por UC en los
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valles de inundacin de los ros Lujn y de la Reconquista creci cerca de 20 veces, pasando de 166 ha. a 3.313 ha. (Ros, 2002). (7) En este trabajo centramos el anlisis en los actores estatales pertenecientes al nivel de gestin municipal, sin que ello implique que no haya existido una intensa participacin del nivel de gestin provincial en relacin con este tema. Desde una postura de promotor urbano, el Estado provincial tambin llev a cabo obras y cambios en la reglamentacin vigente que terminaron facilitando a los inversionistas privados el desarrollo de las UC. (8) Ejemplo de ellas son: la coparticipacin en la reubicacin, readecuacin y construccin de las estaciones ferroviaria y fluvial (antigua estacin de trenes); la construccin de la Av. Boulevard de las Naciones; el mejoramiento y parquizacin de la Av. Costanera Victorica; la coparticipacin en el mejoramiento y repavimentacin de la Ruta provincial N 27 (con boulevard en algunos sectores); la coparticipacin en la remodelacin de la antigua Ruta provincial N 9; la participacin en la construccin de la prolongacin del Camino del Buen Ayre entre las localidades de Bancalari y General Pacheco (proyecto de 7 millones de dlares que estara financiado por las UC beneficiarias, y donde el Municipio formara parte del consorcio); la ampliacin de plazas y galeras del Puerto de Frutos, etctera. (9) Segn el INDEC en el CNPyV de 1991 el porcentaje de hogares con NBI en Tigre era de 23%. Sin embargo, en las fracciones donde se encuentran las UC polderizadas los valores eran todava mayores. Por ejemplo, la fraccin N 10 (que corresponde a parte de las localidades de Rincn de Milberg- Benavidez) y la fraccin N 3 (que corresponde a parte de las localidades de Troncos del Talar- Bancalari) alcanzaban valores de poblacin en hogares con NBI del 29.9% y del 34,1%, respectivamente. Para esa misma fecha slo tenan servicio en red de agua corriente el 29% y de cloacas el 7% del total de la poblacin de Tigre (Ros, 2002). (10) El propio intendente del municipio de Tigre realiz afirmaciones que corren en esta direccin: ...este tipo de inversiones (las UC) traern un gran crecimiento y bienestar a Tigre, que no tardar en derramarse al resto de su poblacin... (Snchez, Pgina 12, 12/11/2000: 2). Cabe sealar que el actual intendente de Tigre se encuentra ejerciendo su cuarto mandato. Sus inicios en la poltica se remontan durante el perodo de facto entre los aos 1979 y 1983. Luego de una pausa, ya durante el perodo democrtico, llega en 1987 nuevamente a la intendencia, encabezando al mayoritario Partido Vecinalista Accin Comunal de Tigre, cargo que ha sido renovado a partir de las ltimas elecciones municipales de 2004 (Ros, 2005). (11) A modo de ejemplo, este podra ser el caso de la UC Santa Brbara llevada a cabo por el grupo PENTAMAR- EIDICO. Antes de haber sido sancionada la nueva ordenanza esta empresa haba comprado parte importante de los predios pertenecientes a Radio Nacional con el objetivo de efectuar su desarrollo urbanstico en terrenos que se encontraban bajo la clasificacin de uso especfico, el cual no autoriza el uso urbano. De acuerdo a la definicin de la Ordenanza municipal N 1894/96, se entiende por zona de uso especfico a la delimitada
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para uso de transporte, comunicaciones, defensa, crecimiento aluvional del territorio, entre otros usos especficos (Ros, op. cit.). (12) Segn el Decreto Ley 8912/77 en su capitulo IV intitulado: Del proceso de ocupacin del territorio: sobre creacin y ampliacin de ncleos urbanos o centros de poblacin, artculo N 15, el Plan Director debe contener: *Justificacin de las dimensiones asignadas al mismo, as como a sus reas y zonas constitutivas, con indicacin de las densidades poblacionales propuestas; *Trama circulatoria y su conexin con los asentamientos urbanos del sistema o subsistema al cual habr de incorporarse; * Normas sobre uso, ocupacin, subdivisin, equipamiento y edificacin del suelo para sus distintas zonas; * Red primaria de servicios pblicos, y *Localizacin de los espacios verdes y reservas de uso pblico y su dimensin segn lo dispuesto por esta ley. (13) Para profundizar sobre este aspecto, ver: ROS, D. (2005) Planificacin urbana privada y desastres de inundacin. Las urbanizaciones cerradas polderizadas en el Municipio de Tigre, provincia de Buenos Aires, Argentina. En: Revista Economa, Sociedad y Territorio (EST). Toluca, Mxico. Enero- junio 2005. N 17, Vol. V. Sobre las implicancias culturales que ocasion la expansin de las UC polderizadas en Tigre en torno a las inundaciones, ver: ROS, D. y A. Murgida (2004). Vulnerabilidad cultural y escenarios de riesgos por inundaciones. En: Espao e Tempo. Revista de Geografia da USP (GEOUSP), So Paulo, Brasil. N 16; pp.: 181192. (14) A modo de ejemplo, el imponente paisaje de las torres de la UC Marinas Golf con el fondo verde de las islas del Delta, se ha convertido en una de estas postales del xito, que no slo han sido utilizadas en trminos comerciales sino tambin electorales. Esta imagen asociada aparentemente con la buena gestin y los cambios necesarios y beneficiosos para Tigre fue empleada en los afiches de la ltima propaganda electoral para eleccin de Intendente tanto por parte del Partido Vecinalista Accin Comunal de Tigre (que aprob el desarrollo de las UC durante su mandato), como tambin por parte de contrincantes polticos como es el caso del Partido Justicialista.
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Lic. en Geografa, Becario Doctoral CONICET. Instituto de Geografa/ Facultad de Filosofa y Letras/ Universidad de Buenos Aires. Correo electrnico: diegomrios@hotmail.com.
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