La Falsa Prometida Del Duque - Madison Davis
La Falsa Prometida Del Duque - Madison Davis
La Falsa Prometida Del Duque - Madison Davis
©MADISON DAVIS
Título original – La falsa prometida del duque
Primera edición, octubre 2022
Publicaciones Ricardo
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constituir un delito contra la propiedad intelectual.
Índice
Capítulo 1
Capítulo 2
Capítulo 3
Capítulo 4
Capítulo 5
Capítulo 6
Capítulo 7
Capítulo 8
Capítulo 9
Capítulo 10
Capítulo 11
Epílogo
Capítulo 1
C
entenares de velas alumbraban el magnífico salón de
baile, dando la sensación de un cielo plagado de estrellas
La emoción de sus cálidos ojos marrones sobre ella hizo que su pulso se
Evelyn podía sentir el calor que desprendían las velas en la estancia cerrada.
Pero sobre todo, podía sentir el calor que emanaba de su interior y que le
de lejos, pero sin hablarle nunca, que no podía creer que ahora estuviera
entre sus brazos. ¿Cuántas veces lo había visto en eventos sociales y nunca
voz.
—Siempre te he conocido.
Olía a secretos, que ella haría cualquier cosa por descubrir. Evelyn se
Evelyn. Por un momento, esta pensó en fingir que estaba muerta, pero las
incorporó.
—Estoy despierta. Estoy despierta.
sirvienta.
Agnes. Agnes había estado al servicio de Evelyn desde que esta tenía edad
suficiente para tener una doncella. Las dos habían crecido prácticamente
rubio de la joven doncella, que sin lugar a dudas le resultaba a Evelyn más
bonito que sus propias hebras castañas. Era una pena que Agnes tuviera que
cubrir esos mechones con la cofia con volantes que formaba parte de su
uniforme en la finca.
Evelyn en los confines del corsé. Las amplias curvas de Evelyn no siempre
eran las más fáciles de controlar, y su cabello era una batalla más, pero
Cuando Agnes terminó su trabajo, dio un paso atrás para admirar lo que
había logrado.
—Te prometo que bajaré pronto. Solo necesito encontrar mis modales.
—No dobles la espalda como un granjero sin modales. Eres la hija del
Dejó caer los hombros. Le sacó la lengua a su reflejo para hacerle saber
que lady Evelyn Barney no aceptaba órdenes de nadie, incluida ella misma.
Pasando una mano cautelosa por sus mechones caoba, Evelyn suspiró
sin duda juzgando a Evelyn por haberles hecho esperar. Evelyn hizo una
a su hermana.
hermana. Elizabeth podía ser obediente todo lo que quisiera, pero Evelyn
elegía vivir. Siempre parecía que Elizabeth solo esperaba el permiso para
respirar.
licor favorito a la bebida, pero nunca le vio hacerlo. La voz del conde
retumbó en el comedor.
noticia!
ligeramente hacia delante por la emoción. ¿Qué era lo que sus padres
habían planeado para ellas? ¿Era por fin ese viaje a la casa ancestral de su
El conde Barney aplaudió con sus manos del tamaño de un oso a la vez
mayor...
Elizabeth, por su parte, no dijo nada que Evelyn pudiera oír. Solo vio
que la cabeza de su hermana se movía arriba y abajo en señal de aceptación
ayudar con los preparativos. —Las palabras fueron difíciles de decir, pero
Evelyn se sintió mejor después de decirlas.
mente se remontó a la última vez que había visto al duque. Ella y Elizabeth
habían asistido a un baile en la finca de un lord cuyo nombre Evelyn apenas
podía pronunciar.
en que lady Foreman se había inclinado hacia el duque. Le pasó las manos
por el brazo de la forma más obscena, con los labios entreabiertos y
avances. Era suyo, y ¿cómo se atrevía lady Foreman a intentar algo así con
su duque? Sus palabras a la mujer habían llegado hasta Evelyn, mientras
en contra de un hombre tan bruto si no fuera por lo que le había oído hablar
al duque con su amigo después del incidente con lady Foreman esa misma
noche.
Ella se había acercado a escuchar mientras tomaba una limonada como
refrigerio.
—No me agrada tener que hacer esto, Harry, pero creo que es necesario.
La honestidad está por encima del reproche. —La voz del duque era
profunda y tan suave como la miel que llevaba su nombre.
continuó hablando.
—No es la honestidad lo que se cuestiona, amigo. Sino tu
duro con ella, pero prefiero eso a dejar una pizca de incertidumbre sobre el
asunto. —El duque respiró hondo como si sopesara su propia culpa.
Más tarde, Evelyn se enteró de que lady Foreman tenía el corazón tan
roto que se había retirado de los dos bailes siguientes por el dolor que él le
produjo. Por mucho que lo intentara, Evelyn no podía sentir mucha simpatía
por la mujer a la que consideraba una rival.
Sin embargo, aquí estaba ella ahora. Su propia hermana no solo era su
rival, sino la vencedora del afecto del duque. Por supuesto, Evelyn sabía por
qué ella había acabado en esta posición. Elizabeth podía parecerse a ella,
pero era una dama de porte impecable, mientras que Evelyn iría corriendo
mí?
—No protestes, amigo, llamé a la puerta, pero debías de estar tan
defendiera.
James dejó la pluma en el escritorio y miró a su amigo con firme
tolerancia.
—Mi cerebro está bastante sano. Simplemente me cansa todo esto.
—¿Mi amigo, que vive para el romance, acaba de decir que está
cansado de todo este tema? No me lo creo. —Harry se inclinó hacia delante
O por lo menos eso le repetían día tras día, hasta que James al final claudicó
y se dejó convencer por ellos.
—No me atrevo a repetir todo lo que mis padres me han reiterado
continuamente, pues supongo que los tuyos han hecho lo mismo. El
de la dama.
—Quiero una esposa, no una amante. Lady Foreman se comporta más
como una concubina y no como una noble que aspira a ser duquesa. Te lo
digo, no solo por su comportamiento poco apropiado conmigo, sino por la
certeza de los hombres que han estado a solas con ella durante alguna
velada.
sillón de cuero.
—Lo hecho, hecho está, Harry.
James estaba en paz con su decisión en su mayor parte. Había visto a
Harry hizo una mueca al oír sus palabras y se pasó las manos por sus
mechones indómitos. El pelo de Harry siempre parecía tener una mente
propia, lo que encajaba muy bien con la personalidad de su dueño.
—Me gustaría no pensar en el matrimonio en absoluto, porque significa
que no alcanzaré mis objetivos de ver primero el mundo. Sabes que me será
imposible salir a trotar una vez que surjan los niños y todo eso.
—Los niños no pasan por el altar, Harry —le recordó James a su amigo
con una sonrisa—. Tal vez deberías apuntar a una dama que también tenga
tus fascinaciones.
Los ojos de Harry giraron en su cabeza de tal manera que James pensó
que estaba a punto de caerse al suelo.
esposa que me quiera, o que lo intente. Una que esté llena de vida y de
risas. Mi mayor temor es que Elizabeth no sea ninguna de esas cosas.
La simpatía floreció en el rostro de Harry.
—Creo que es normal que tengas estas reservas cuando apenas conoces
James lanzó un gran suspiro. Era inútil tratar de fingir ante Harry. Su
amigo acabaría por darse cuenta, y ya era bastante cansado tener que
hacerlo para todos los demás.
asuntos?
James guardó el papel en el que había estado trabajando.
—Tal vez el agua te convenga más.
Harry balbuceó.
tienen que prepararse mucho más arduamente para la boda que los hombres.
—Tendrán que coser el vestido y toda esa tela que llevan debajo —
sugirió Harry. Hizo girar su copa de brandy mientras se colocaba a un lado
del escritorio de James.
—Nunca quise hacer trabajar tanto a las chicas. El vaso estaba mojado y
se me escurrió de los dedos.
—Creo que era más bien que tus dedos estaban gruesos y tontos por la
bebida —contraatacó James.
Harry hizo una pausa, considerando las palabras, y examinó el vaso que
ahora sostenía como si fuera aquella ofensiva copa.
—Eso también podría ser cierto. Dejémoslo en el terreno de lo
misterioso y no profundicemos en ello.
James volvió a coger el lápiz con una sonrisa. A Harry siempre le había
gustado beber, pero era un hombre sensato la mayor parte del tiempo que
sabía mantener controlado este gusto por la bebida.
Habían crecido juntos como amigos, pero se habían convertido en
verdaderos aliados en el internado. Harry era un buen tipo y daba buenos
consejos, a menos que se tratara de una cuestión de amor.
—¿Estás escribiendo a ese fanfarrón de George? —Harry sentía una
fuerte aversión por lord George Hyrst, conde de Salisbar, la cual provenía
sobre todo de una rivalidad infantil entre ambos.
James asintió con la cabeza mientras escribía.
—Así es. De verdad, Harry, él ha madurado y tú también deberías
hacerlo. Creo que va siendo hora de que dejes atrás tu animadversión por
ese hombre.
—Madurar y olvidar que ese canalla intentó volarme la cabeza es una
cosa completamente distinta, amigo —se burló Harry.
Los labios de James se torcieron, a pesar de que intentaba mantenerse
Capítulo 2
L
a semana que siguió al anuncio de su compromiso y su
inminente matrimonio con el duque de Stanford no fue más
Ella quería que Evelyn viera lo importante que era ser fiel y adecuada a su
que Elizabeth quería. Había sido obediente y había aprendido todo lo que se
ella.
ser comedido, pero no me siento como si pudiera hacerlo hoy. Los últimos
días hemos encargado las flores y probado los pasteles. Oh, Evie, hoy no
con los suaves cojines que las doncellas habían colocado a su alrededor
para mayor comodidad, consiguiendo con ello que el lugar fuera demasiado
cálido.
dicho mamá.
—Imagino que un hombre de su posición suele estar ocupado. —Evelyn
Elizabeth miró sus propios pies, tan parecidos a los de Evelyn, pero
vestidos con suaves botas, en lugar de las zapatillas con las que Evie era tan
—Evelyn se inclinó hacia delante mientras hablaba, con las manos sobre el
lanzarse al aire.
a pesar de todo.
—Deberías sonar más feliz. Te dejas llevar por los nervios, Elizabeth.
—Haces que suene como una de esas novelas románticas que tanto le
Evelyn sonrió.
—¿Recuerdas a los gallardos pícaros de esas novelas?
por eso.
—El romance vale todos los riesgos —aseguró Evelyn a Elizabeth con
—Tonterías. Tú eras la que siempre tenía que ser apartada de los libros
de poesía. Una dama debe ser práctica, fue una de las primeras cosas que
nos enseñaron.
Elizabeth puso los ojos en blanco. Había oído todas las historias sobre el
atractivo del duque, sobre su fortuna y sobre todas las damas que deseaban
ocupar su lugar.
—Creo que es más bien que eliges vestirte con demasiadas capas
cuando solo estamos en el jardín —replicó Evelyn mientras se levantaba
también.
rebelde de Evelyn detrás de su oreja. El mismo pelo, los mismos ojos y, sin
—No tendrás que preocuparte por eso. —Evelyn la rodeó con sus
brazos.
esquivaba a Evelyn que vio un juego y fue tras ella rápidamente—. ¡Evie!
—Elizabeth se levantó las faldas y corrió tan rápido como pudo alejándose
—¡Es una pena que hoy no se haya puesto las sandalias y la muselina,
chillara.
dos os lesionarais con juegos para las que sois demasiado mayores,
con ello.
tanto como Evelyn parecía desestimarlo. ¿No había nada en el mundo que
boda con su madre, que insistía en poder opinar sobre dónde se colocarían
las flores y demás. Su hermana permaneció en silencio en el carruaje
había.
Evelyn se arriesgó a sufrir una lesión para pasar al asiento del carruaje
fue lo que Evelyn pensó que había dicho. Apenas había escuchado, ya que
la vida social de su madre no le interesaba.
—Apenas has dicho nada, y llevamos todo el día hablando de tu boda.
Elizabeth cruzó las manos sobre las rodillas. Era un movimiento tan
delicado, pero tan molesto que Evelyn sabía que su hermana estaba muy
cuándo debo decirlo. Solo quiero hablar de algo... de cualquier otra cosa.
—¿Podríamos hablar del duque? —Evelyn hizo la oferta con una
—Oh, al diablo con los rumores, hablemos del hombre —se burló
Evelyn mientras volvía a dar un codazo a su hermana.
yo.
Elizabeth entrecerró los ojos hacia Evelyn.
—¿Por qué debería esto atormentarte tanto? Te ha hecho ganar una vida
maravillosa. Me temo que me arrepiento de mi absentismo. —Evelyn se
resistía a admitir que tal vez su hermana había tenido razón todo el tiempo,
pero si eso ayudaba a Elizabeth a superar esos nervios suyos, entonces valía
la pena.
Elizabeth agarró la mano de Evelyn y le dio un apretón.
—La verdad es que temo que todo el mundo que pueda ver sean las
paredes de una casa o un salón dorado.
navegar por los mares, de encontrar nuevos lugares. Hacía años que no
pensaba en eso, pero podía ver por qué surgiría algo así ante la perspectiva
del matrimonio.
Elizabeth asintió con la cabeza.
—El amor tiene una forma de hacer que las cosas funcionen, hermana.
—Las palabras de Evelyn se encontraron con una risa brillante de
Elizabeth la reprendió.
—Oh, Evie, el amor es un cuento de hadas. Ambas sabemos que el
objetivo de una mujer en este mundo es simplemente obtener seguridad
para ella y sus hijos. Carezco incluso del poder de elegir a mi propio
marido.
Evelyn quería luchar por el amor, pero a la luz de la verdad, las palabras
de su hermana eran más puras.
—Supongo que aún espero que tal vez el amor y el deber puedan
coexistir.
aquello. Nunca había visto a su hermana echarse atrás en sus deberes, y sin
embargo Elizabeth parecía tener dificultades para tragarse su nerviosismo.
—Se te pasará, ¿sabes? Estoy segura de que, una vez que estés en la
iglesia, te encontrarás invadida por la alegría.
hermosas telas.
—¿No es esta una maravilla? Mira lo suave que es. —Evelyn
prácticamente empujó la tela en la mano de Elizabeth.
Elizabeth palpó obedientemente el material.
—Creo que podrías encantar a una serpiente con ese vestido, Rachel —
respondió Alice con una sonrisa socarrona—. ¿Quién es el caballero que te
fascina tanto? —Lady Foreman se limitó a dedicar a Alice una sonrisa
tortuosa, como si la mujer ya supiera la respuesta.
Aunque Evelyn no tenía motivos para pensar que las mujeres estaban
hablando del duque de Stanford, su instinto le susurró que su conspiración
se centraba, efectivamente, en su duque. Evelyn se corrigió: era el duque de
su hermana. Agradeció que las dos mujeres no se hubieran fijado en ella y
en Elizabeth.
Se alejó rápidamente de las damas y se dirigió hacia donde Elizabeth
había doblado la esquina entre unos grandes expositores de telas y vestidos.
confusión?
Evelyn consoló a Elizabeth lo mejor que pudo. Escogió una tela para
salvarlas de la ira de su madre, y se marcharon después de encargar que el
sastre fuera a su casa para hacer las pruebas, ya que Elizabeth no se sentía
enseguida se marchó.
Casi subió corriendo las escaleras. Evelyn no prestó atención a las
escenas de la campiña francesa pintadas en los revestimientos de las
paredes. Las había visto tantas veces que habían perdido su encanto para
ella.
—Fui una tonta por estar tan volcada en un hombre que ni siquiera
conozco. Quizá la historia que he tejido de él es lo que realmente adoraba.
Él no podía ser nada de eso.
—Entonces, ¿de verdad está feliz por su hermana? —Agnes se sentó
junto a Evelyn.
Esta frunció el ceño, pensativa.
—Queda poco por hacer, salvo tratar de concentrarse en la felicidad de
Elizabeth.
—Me alegro de que se sienta así. Odiaría pensar que suspira por un
hombre que está casado con su hermana.
Evelyn asintió a las palabras de Agnes. Tenía razón, por supuesto. No
podía salir nada bueno de tener esa fijación. Agnes le dio a Evelyn una
palmada en la pierna.
—Estoy segura de que el caballero perfecto para usted está ahí fuera
todavía.
—Seguro que sí —aceptó Evelyn con una sonrisa.
Evelyn se quedó mirando las rosas en flor, pero no vio las flores. Vio la
fuerte mandíbula del duque de Stanford y sus profundos ojos marrones.
Reprendiéndose a sí misma, Evelyn frunció el ceño. El duque de Stanford
era un cuento de hadas que ella había creado.
J
ames observó a su madre con una mirada aburrida. La mujer
caminaba tranquilamente de un lado a otro del césped del jardín.
respuesta.
dio una palmada para llamar al personal que había mantenido a la espera.
dijo la madre de James como si sus oraciones hubieran sido respondidas por
Perdóname por salir corriendo, pero tengo que visitar a Harry esta tarde.
La madre de James sonrió.
—No, no. Creo que me retiraré al club y veré si hay algún conocido por
traído el criado.
—No me molesta, querido. Ve a divertirte con tus amigos. Lady Easton
prefería la finca del campo. Con suerte, sus visitas a Londres serían menos
quedaran atrás. Sería bueno volver nada más que para cumplir con sus
obligaciones en la Cámara de los Lores o para supervisar algún negocio.
un duque solitario era posible con las expectativas sociales que su madre
ya ensillado.
servicio.
buscaban ser vistos o hacer contactos para sus hijos. James prefería los
restantes meses del año en Londres, donde las calles estaban menos
congestionadas con los carruajes de los ricos, aunque él fuera uno de ellos.
quitó el sombrero ante el sirviente cuando subió los escalones. Finlay había
sido un empleado fijo en la puerta de la finca del conde durante los últimos
estudio?
James asintió y se dirigió allí. Lady Parris era la madre de Harry. Desde
que Harry había heredado el título de conde de Ranson, sus padres habían
adoptado un apellido más antiguo. James seguía pensando en la mujer como
lady Steel la mayor parte del tiempo, pero ese nombre pasaría ahora a la
James dio un golpe con los nudillos al marco de la puerta, ya que solo
miró a su alrededor.
reverencia.
—Lady Parris, había oído que se sentía mal, pero no sabía que se
encontraba así.
Lady Parris estaba en una silla acolchada con la pierna derecha apoyada
estaba envuelto en lino como si estuviera roto y no solo torcido. Lady Parris
médico dice que es solo un esguince, pero me duele tanto que creo que es
un charlatán.
lady Parris, con tanta seriedad que James no dudó de que ella lo intentaría.
ideas.
lanzó una mirada de agradecimiento a James. Una vez que estuvieron fuera
hacia delante y juntó los dedos como si estuviera pensando en algún plan
travieso.
James se rio.
progreso.
—Me gustaría estar fuera de Londres durante un tiempo —dijo Harry.
nuevo puente sobre el río que bordea los campos —dijo James
encogiéndose de hombros—. Eso debería dar mucho trabajo a los artesanos
de la zona durante unos meses.
Harry asintió.
—Vas a alojar a tus padres en la nueva adición, ¿verdad?
madre querrá quedarse en Londres la mayor parte del año. Le encantan las
fiestas.
—Mi madre dice que el aire del campo es bueno para sus dolores —
James sonrió.
—Cuidado, podría oírte.
—Es una pena, pero no se puede evitar. Así son los matrimonios
concertados. —Harry frunció el ceño—. He estado pensando en el
decidía casarse.
—A pesar de todas las razones y la lógica del matrimonio, Harry, creía
—Hasta hace poco, eso mismo podría decir de ti, pero ahora, mírate.
Has renunciado al corazón y has puesto la racionalidad en su lugar.
—Lo dices como si la racionalidad y el amor no pudieran coexistir. —A
blasfemia.
Las cejas de Harry se alzaron mientras miraba a James.
—No soy yo quien se casa por razones distintas al amor, James.
depresión. Bebamos.
—Ya veo cómo será la vida de tu futura esposa —bromeó James—. Me
—Dijiste que hablaste con ella solo un momento —le recordó James a
su amigo.
Harry sonrió.
—En efecto, pero fue un momento mucho menos aburrido que otros.
carcajada.
Harry asintió con un movimiento de cabeza.
—Probablemente sí. ¿Cuándo nos embarcaremos en tu viaje?
partir.
—Eres un rey entre los hombres, James —declaró Harry mientras
cantando.
—No me tientes, o puede que me vaya esta noche a dormir a tu finca.
-N o puedo creer que por fin haya llegado el día —dijo Evelyn
con una sonrisa mientras miraba a su hermana. Por fin se habían
quedado solas para esperar hasta que las llamaran para ir al altar.
La cara de Elizabeth estaba un poco verde y Evelyn frunció el ceño ante
su hermana.
—¿Estás enferma, Elizabeth? Parece que estás comiendo esas verduras
—. Tú eres la que debería llevar este vestido, no yo. Has mirado al duque
de Stanford con adoración desde el comienzo de la Temporada. Él es tu
duque, no el mío.
Evelyn apretó su pequeño ramo de flores contra su pecho. No podía
—Te has vuelto loca. Sabía que estabas bajo mucho estrés, pero perder
la razón así…
—No estoy loca, Evie —susurró Elizabeth. Su voz era urgente por el
tiempo apremiante—. Por favor, escúchame. Sabes en tu corazón que esto
Evelyn abrió y cerró la boca, sin saber qué decir o hacer. No había
situación la golpeó por completo. Estaban a punto de hacer una locura, pero
—Elizabeth...
cuenta.
quedaba más remedio que fingir ser una persona que no era y rezar para que
espalda y caminó como había visto hacer a su hermana tantas veces. Podía
ver a Elizabeth delante, fingiendo ser ella. Cuando esta se detuvo junto al
no lo toleraría.
Fue un momento después cuando Evelyn permitió que sus ojos subieran
la garganta.
tan bien como la futura novia. La voz del duque, cálida y profunda, hizo eco
de sus votos.
Evelyn tragó saliva cuando sus manos se juntaron. Las palabras del clérigo
duque la miró con una sonrisa infantil. Había algo juguetón en la forma en
que se inclinaba hacia ella. Evelyn sintió el calor de sus labios contra los
Sus labios se sentían mucho mejor que en sus sueños. Era real y sólido
Luego el duque se apartó y Evelyn abrió los ojos. Había una sonrisa
entrecortada.
Solo cuando el duque la giró hacia la multitud, se dio cuenta de que los
Evelyn le dio las gracias con torpeza. La profundidad del engaño que
nuestra familia.
los ojos para encontrarse con la mirada del hombre. Los invitados la
atosigaban, pero ella se sentía a un millón de kilómetros de distancia
cuando lo miraba a los ojos. Solo apartó la mirada de los cálidos ojos
nuestra familia. Soy la madre de James —dijo la mujer que estaba delante
Templeton.
Evelyn no sabía qué decir, pero sonrió de todos modos. Quería dar las
llámame Eleanor.
—Siempre me ha gustado ese nombre —dijo Evelyn con sinceridad.
duque.
Evelyn sabía que iba a haber una celebración en la residencia de este
ayudaba a subir.
Evelyn se acomodó en el asiento del carruaje y miró al duque cuando él
se le ocurrió.
—Sí —dijo el duque, divertido—. ¿Decepcionada?
Evelyn negó con la cabeza.
—Nunca. Yo soy Eve… Elizabeth
de aire, pero entonces él se inclinó hacia ella y Evelyn decidió que respirar
no era tan necesario. Sus labios en los suyos la hicieron exhalar el aliento
labios de Evelyn.
—¿Fue un suspiro de agrado o de desagrado?
Elizabeth sintió un torrente de emociones al ver a su hermana y al duque
salir juntos de la iglesia. De todas las cosas que sintió, el alivio estaba en
primer lugar. Vio a su madre caminando hacia ella y se giró rápidamente
—La culpa fue totalmente mía —dijo una amable voz masculina.
Elizabeth miró la cara de la persona con la que había chocado y vio a un
Sabía que era amigo del duque, ya que el hombre había estado al lado de
este mientras ella estaba junto a Evelyn, pero su nombre se le escapaba.
Nos presentaron en casa de lord Chesterton, pero tal vez lo haya olvidado
entre toda la cantidad de presentaciones de esta Temporada. Lord Steel, el
Elizabeth asintió y se rio, nerviosa. Este era uno de los caballeros que le
habían presentado a Evelyn, y estaba haciendo el ridículo.
—Perdóneme, lord Steel. Mi mente estaba todavía en mi hermana.
Elizabeth tenía que estar de acuerdo con eso. Evelyn parecía tan
fascinada por el duque como él por ella. Ahora, si pudiera evitar que su
en la iglesia.
—¿Conoce bien a Su Gracia?
reconfortante.
Elizabeth se aventuró a decir:
podía ver por qué el hombre pensaría eso. Evelyn, a pesar de su audacia,
nunca había querido mucho más que tener una familia y un hogar. De
hecho, Evie era más bien la hija que su padre y su madre querían, aunque
no lo demostraran nunca.
La cara de lord Steel tenía una expresión de admiración. Ella bajó los
ojos, cohibida, al suelo. Él la guio a través de la multitud y hacia el frente.
Cuando salieron, Elizabeth vio a su padre.
—Ah, ahí está mi padre. Me ha salvado, lord Steel.
Él le dedicó una sonrisa que era dulce y traviesa a la vez, y ella no pudo
evitar devolvérsela.
—Espero verla en la celebración, lady Barney.
Su padre ya se había acercado.
—Creí que habías dicho que era demasiado aburrido —se burló lord
Barney.
Elizabeth se encogió de hombros.
—Tengo derecho a revisar mis opiniones.
Capítulo 5
J
ames se volvió para no aceptar más saludos y felicitaciones.
Elizabeth era vivaz, ingeniosa y llena de sorpresas. Era una mujer con la
que podría compartir toda una vida, quizá. No le costaba imaginar que se
—Bien por ti —dijo George con una sonrisa—. Me alegra ver que has
dejado tu soltería para unirte al resto de nosotros. Ahora, si pudieras
perdida.
George negó con la cabeza y soltó una carcajada.
supuso. Sin duda, Harry no vería con mejores ojos los consejos de su
toque en su brazo y se giró para ver a Evelyn, que lo miraba con curiosidad.
—Oh, Evelyn me habló de él. Dijo que era un caballero muy agradable.
Él se rio.
conversación se vio interrumpida una vez más cuando se les acercó otra
pareja con la intención de hacerles oír sus buenos deseos. Una vez que se
Decías de tu hermana...
Evelyn ocultó una risa detrás de su mano. Su pelo rojo captaba la luz de
—. Solo es que me parece probable que los gemelos sean similares. Así
que, si puedo aprender sobre tu hermana, entonces podré aprender más de
ti.
era bromear con la mujer, los pequeños toques que ella le otorgaba
interesado en viajar.
sinceridad—. Con todas mis obligaciones, solo esperaba tener tiempo para
objetivo.
Ella soltó esa risa tímida y jadeante que tenía cuando él la avergonzaba.
Era tan divertido sacar el lado tímido de la mujer que James se encontró
llegada. A lady Parris la empujaban en una de esas sillas de ruedas que los
—Es un placer conocerla. Siento que tengo que ponerme al día, después
Debes traerla a casa alguna vez. ¿Dices que tiene una hermana?
Evelyn parecía muy divertida cuando lady Parris se inclinó más cerca de
ciertamente pasaremos por allí una vez que nos hayamos instalado.
—Parece agradable —dijo Evelyn, pero James pudo ver la risa que
trataba de reprimir.
James resopló.
pensamientos.
Esto era lo que había soñado y, sin embargo, ahora que estaba aquí, se
Él se rio.
—No sabía que te iba a asustar. —Su expresión pasó de la diversión a la
conjurar un hechizo para robarle el aliento con solo una mirada de sus ojos
marrones.
entrar en la habitación.
—Espero que la encuentres cómoda.
un hombre solo.
—Está muy oscuro —observó Evelyn.
James se rio.
otro? —James se tiró del corbatín y Evelyn le miró divertida. Una vez que
él deshizo el nudo, lo arrojó sobre una silla—. Me estaba ahogando.
cuando lo miró a los ojos. Sintió que debía decir algo, pero tenía la boca
seca y los labios gruesos y torpes. Tal vez había bebido demasiado vino
caliente, o tal vez era solo que el duque estaba insoportablemente cerca.
Él levantó la mano con curiosidad y le pasó los dedos por el cabello y
liberó las hebras castañas y oscuras del lazo que las sujetaba. La sensación
de los largos mechones del duque sobre las yemas de sus dedos le hizo
sonreír.
Él pareció pensar que había llegado el momento de devolverle el favor.
alrededor de su cintura, hizo que Evelyn flotase como en una nube. Había
soñado con este momento una docena de veces, pero nunca el beso había
—Quizá en mil vidas —le susurró James. Evelyn no podía esperar una
respuesta así, y sin embargo había dicho lo justo.
Evelyn sonrió.
—¿Estoy soñando?
hombre la sostenía en sus brazos. Era su esposa. Era más que natural, era
perfecto.
Cerró los ojos para deleitarse con la sensación de todo aquello. Sus
labios se apartaron de los de ella y susurró:
—Elizabeth...
Fue en ese momento cuando la realidad golpeó a Evelyn. Ni siquiera
Solo dime qué es, y te prometo que haré todo lo posible por arreglarlo.
Evelyn llevó su mano a la mejilla de él y sonrió al ver su mirada.
poco inquietante. No hay prisa. Tenemos toda una vida, después de todo.
Ella podría haber llorado con la dulzura de su tranquilidad y
comprensión.
—Gracias —susurró.
Lady Barney frunció el ceño ante su marido y cruzó los brazos sobre el
—Por supuesto —dijo lord Barney, y respiró hondo mientras ponía las
—Como es evidente que no has dicho nada, solo puedo deducir que no
Thomas solo duró una fracción de segundo, ya que fue todo el tiempo que
tardó en llegar a su cerebro la implicación de lo que su esposa había dicho
Lady Barney extendió una mano para calmar a su marido cuando este
—Estoy segura de que las chicas tenían algún motivo para hacer lo que
hombros.
—Cálmate, Thomas. Debemos mantener las apariencias, o la gente
podría sospechar. Sea cual sea la razón que tuvieran las chicas para urdir
—Thomas, ¿crees que el duque podría darse cuenta de que la mujer que
ya ha llevado a su cama es de repente virgen de nuevo?
Lord Barney se cubrió la cara con sus grandes manos. Lady Barney se
problema no estaba en ellos, sino con el propio James. Este descubrió que
interesara.
No, en lo único que James podía pensar era en su nueva esposa, que
estaba sentada a su lado. No ayudó que Elizabeth lo rozara con sus ligeros
que iba a perder la cabeza si ella no dejaba de tocarlo. Había sido una
—¿Cose, Su Excelencia?
risa.
un gamo.
—El médico dice que es bueno para la salud. ¿No está usted de acuerdo,
brindis con su delicada taza de té—. ¿No es esta la taza más pequeña que
El bufido de Elizabeth fue lo más divertido para James. Ella rio cuando
él la cogió por la cintura y la atrajo hacia él. Estaba tan desprevenida que ni
contenta de irse.
James se preguntaba si ella estaría ahora más dispuesta a estar con él,
casa sería corto, así que mantuvo una actitud respetable permaneciendo en
su sitio.
Cuando llegaron a casa, James guio a Elizabeth hacia las escaleras con
paso.
—Su Excelencia, tiene una visita en su estudio.
—¿Tiene un nombre?
—Es lord Peterson, Su Excelencia. Dice que tiene que hablar con usted
era un asunto tan importante como para venir sin avisar, pero tenía que
atenderlo.
—Me temo que lord Peterson es a veces un poco prolijo. Puede que
tengas que buscarte tus propias diversiones esta tarde —dijo James con
consternación a Elizabeth.
Esta le dedicó una dulce sonrisa y un beso en la barbilla.
—Es cierto, pero eso no significa que tengan que gustarme siempre. —
James le dio un beso en la frente—. Será mejor que me vaya. Peterson tiene
*
La biblioteca tenía libros que llegaban hasta el techo y una escalera que
giraba alrededor de la habitación para permitir que cualquiera pudiera
alcanzar los de arriba. Evelyn miró los libros más cercanos a la puerta y los
encontró secos y científicos. Frunció el ceño y cruzó la sala hacia un gran
libro de cuentos de hadas.
Tal vez encontraría una lectura más ligera si buscase entre los cuentos
para niños. Estaba absorta en su búsqueda cuando oyó de pronto una voz
profunda.
—¿Buscando algo de inspiración?
regresar.
—No quería asustarte. El mayordomo me dijo que te vio venir hacia
aquí.
—Me alegro de verte. —Ella le dedicó una cálida sonrisa. El abrigo gris
—Quieres avergonzarme.
—Busco arrancar un beso de tus labios. —James apoyó una mano en la
hacia sí. Ella podía sentir su dureza incluso a través de sus faldas y los
pantalones de él. James capturó su boca en un beso aplastante, que fue
contundente y glorioso.
Evelyn jadeó cuando él se aparó.
compartiera su cama?
La mano de James había encontrado los lazos de su sencillo vestido de
mientras se pasaba la mano por el pelo para asegurarse de que seguía bien
sujeto.
sonrisa—. Siento interrumpir, Evelyn, pero necesito que James revise unos
papeles que acaban de llegar.
—Deberíamos ir al campo.
—¿A cuál? —preguntó Evelyn con una sonrisa ante su broma.
Él se rio y movió un dedo.
—No me tiente, lady Harley. Podría secuestrarla y llevarla a alguna isla
—Pero luego tenemos fiestas a las que asistir —le recordó ella.
—Es difícil conseguir herederos si uno nunca se queda solo —rio
James.
Evelyn se sonrojó, pero tuvo que aceptar.
—Ve con tu padre y mira por qué son tan importantes esos papeles.
Estaré aquí.
James le dio un ligero beso y se marchó para ir a atender los asuntos que
su padre tenía para él. Evelyn se apoyó en la estantería y suspiró. Por
P
hoebe estaba bastante satisfecha consigo misma por
haber conseguido una invitación para el picnic social que
por una sola razón, y era recuperar al duque de Stanford. Había oído que él
se había ido después de su exhibición pública en la que le había dicho que
Podría no parecer tan extraño, pero Phoebe lo interpretó como que tal
vez el duque se sentía mal por cómo la había tratado. La había
casado?
—No lo sé. Puedo preguntar por ahí. —Alice miró a Phoebe, y tan
pronto como esta asintió con la cabeza, Alice se fue a usar su don de
cotilleo.
el corazón de Phoebe se encogiera. Debería ser ella quien bailase con él.
—Lady Foreman —dijo lord Steel mientras Phoebe se acercaba a ellos.
Esta puso una sonrisa en su rostro. Lord Steel había estado allí la noche
esposa.
sociedad. Sé que mi amigo se sintió muy mal por cómo terminaron las
cosas.
—Por supuesto —le aseguró Phoebe—. Nunca haría nada que dañara a
problema.
Lord Steel asintió.
—Me alegra escuchar eso. Espero que tengan una velada encantadora,
Alice hizo una reverencia. Una vez que lord Steel se hubo alejado,
susurró:
—Ha sido atrevido.
—Sí, bueno, el problema con gente como lord Steel y mi querido duque
es que asumen que pueden hacer lo que les plazca. —Phoebe soltó un
suspiro. Su hermoso vestido verde no le iba a servir de nada esta noche.
eventos.
quién era el anfitrión del mismo, para ser sincera, y pensó que era mejor así.
a su alrededor.
Ella sonrió y recibió el aplastante abrazo del hombre con una aceptación
—Sí. —Él asintió mientras daba un paso atrás. Había algo en la forma
en que la miraba que hizo que Evelyn sintiera que algo iba mal.
—¿Qué ocurre?
una calidad silenciosa que Evelyn ni siquiera era consciente de que él podía
tener.
—Por supuesto.
Su padre apenas la dejó terminar sus palabras antes de empujarla hacia
los jardines.
nerviosa.
Barney.
Ella suspiró.
¿Es justo que tenga que fingir ser yo el resto de su vida por un momento de
pánico?
—Ella hizo su elección, Evie. —Él la miró con severidad—. Ambas
tomasteis la decisión de hacer una cosa tan tonta, y ahora debéis vivir con
pensó que tal vez una vida entera fingiendo que era otra persona podría ser
—No tienes elección. —Lord Barney, a pesar de sus duras palabras, dio
un apretón en el hombro de Evelyn—. Me alegro de que te preocupes por
Phoebe estaba hablando con un caballero cuando los vio desaparecer
hacia el jardín. Era justo la cosa sospechosa que Phoebe había estado
Por supuesto, no tenía ni idea de que cuando siguió a los dos al jardín,
en lugar de conseguir una aventura, aterrizó en un escándalo aún más
extraño. La esposa del duque era en realidad su hermana, que se hacía pasar
por Elizabeth. Phoebe apenas podía creer su suerte.
había forma de que el hombre pudiera ignorar esto. Phoebe se escondió tras
una puerta cuando lady Harley y su padre salieron del jardín. Y sonrió.
Phoebe sabía cómo pensaban las chicas como lady Barney. Ella
anteponía su lealtad a su familia a su lealtad al duque. El duque de Stanford
valoraba la honestidad por encima de todo, lo que hacía que el engaño de su
sabía cómo conseguirlas. Phoebe se frotó las manos. Había trabajo que
hacer, pero iba a merecer la pena.
quería que el duque la mirara con nuevos ojos y viera que era ella quien
había sido leal todo el tiempo.
Elizabeth finalmente vio a Evelyn y fue a hablar con ella mientras
estaba sola.
hombros con una sonrisa—. Todos nos alegramos de que por fin hayas
encontrado tu sitio y estés contenta.
correcto, Evie.
Se aferró a la mano de su hermana. Elizabeth era la primera persona que
mejor.
Elizabeth le sonrió.
que Evelyn no era la más lúcida con su amor por el duque coloreando de
rosa el mundo que la rodeaba.
—Lo encontrarás.
—¿Lo prometes? —preguntó Elizabeth haciéndose eco de un viejo
sentimiento de la infancia.
Evelyn sonrió.
—Lo prometo.
Capítulo 8
H
arry se afanaba en romper la corteza de un pastel de
carne en su club de caballeros favorito.
—La verdad es que no lo sé, Harry. —Se inclinó hacia delante y bajó la
voz para que esta no llegara a las mesas vecinas—. Te dije que Elizabeth
estaba indecisa.
—¿Te sigue manteniendo a raya? —Harry se detuvo a medio camino de
—Tal vez eso es lo normal en las mujeres. Están tan presionadas para no
disfrutar de esas cosas que quizá sea una buena señal que ella lo sienta así.
comer.
nueva vida. En cambio, ella ha recibido demasiado agitación, y creo que eso
la ha hecho resistirse.
burló James.
—Lo siento —dijo Harry riendo mientras se limpiaba la boca con una
servilleta.
servilleta sobre la mesa y miró a James con fastidio—. Puedo ser amigo de
una mujer.
—Sí, puedes —aceptó James—, pero rara vez conversas con ellas, así
—No empieces con tus teorías. Somos solo dos personas que se gustan
mutuamente.
Harry refunfuñó.
la mujer con su tobillo a medida que pasaban las semanas, pero podía ver
pie, entonces estoy de acuerdo con él —respondió James con una sonrisa.
Harry gruñó.
a todas partes.
en quien confiar.
Su familia necesitaba que fuera una hija leal, y ella quería protegerlos,
pero su amor por James crecía día a día. ¿Podría conformarse con un amor
construido sobre una mentira?
El corazón de Evelyn se debatía entre el amor de su familia y el de su
marido. ¿Por qué las dos lealtades tenían que estar enfrentadas? Evelyn
había deseado tanto estar con el duque que eso le impidió ver lo
terriblemente mal que podía salir todo. Ahora que se enfrentaba a tener que
Agnes siempre había sido una buena amiga y una sabia consejera. Podía
darle a Evelyn sabiduría desde una perspectiva práctica, y Evelyn
vista.
todo lo que había sucedido y pedía consejo. La enviaría tan rápido como
respuesta de Agnes.
para que la enviara con las cartas del duque. Evelyn respiró un poco más
—¿Llamó, Su Excelencia?
—Sí. Me gustaría enviar una carta. —Le tendió el sobre a la criada, que
Evelyn pudiera decir nada más. Evelyn sacudió la cabeza. Y pensaba que
maleducada.
La verdad era que la mayor parte de la casa estaba lo suficientemente
ocupada durante el día como para que nadie se diese cuenta de su paradero.
Incluso su suegra salía la mayoría de los días a socializar. Evelyn agradeció
Levantó la vista al oír el sonido de unas pisadas. La criada era una cosa
pequeña, pero más inteligente de lo que parecía. La chica se había puesto un
—Annie, tienes buen aspecto. Confío en que me hayas hecho venir aquí
para darme buenas noticias.
—Lo has hecho bien —dijo Phoebe con una sonrisa de satisfacción.
Cogió el sobre de la nerviosa chica. Rompió el sello de lacre con su cuchillo
de mantequilla y sacó la carta.
Phoebe solo tuvo que ojearla para saber que era exactamente lo que
necesitaba.
—Perfecto —susurró. La sirvienta seguía esperando, y Phoebe sacó
despedida de la mujer. Sin duda, tenía que volver a sus deberes en la casa
Stanford.
—Ojalá pudiéramos ir juntos, pero, por desgracia, el deber nos llama
—Bueno, supongo que no hay nada que pueda hacer al respecto. Tendré
que entretenerme hasta que llegues.
—No me pongas celoso —se burló James mientras la atraía hacia él.
Aunque se habían besado y tocado, aún no había conseguido que se
—¿Eres celoso?
—Normalmente no —confesó James—. Sin embargo, parece que sacas
lo rogara.
—Podrías ver un lado muy diferente de mí si realmente pidieras limosna
gustarle mucho hacerla sonrojar. Lo que hacía feliz a su marido no podía ser
tan malo.
—Solo promete que llegarás en algún momento del baile —dijo Evelyn
mientras arreglaba el lazo del cuello de su marido.
James asintió.
sonrisa.
James levantó los hombros.
devolvió un guiño.
Evelyn se llevó las manos al pecho cuando él se marchó y suspiró
satisfecha. Podía dudar si debía decirle la verdad, pero nunca dudaba lo que
sentía por él. Ahora bien, si pudiera estar segura de que lo que él sentía era
El baile estaba en pleno apogeo mientras Elizabeth estaba hablando con
—¿Qué tengo que hacer para que lo entiendas? Quiero viajar, padre. Un
año no es tanto.
James acababa de entrar cuando vio a su suegro hablando con una de las
querido casarse. No fue hasta que su suegro le advirtió que tuviera cuidado
cuando se dio cuenta de que estaba hablando con Elizabeth.
por haber herido a lady Foreman, por haber malinterpretado las intenciones
de la mujer. Ahora tenía que sentir ese sentimiento de traición de primera
mano.
—Su Gracia, a pesar de todo lo que ha pasado entre nosotros, sentí que
debía advertirle. —Ella sostuvo un sobre—. Tengo pruebas de que su
esposa no es quien dice ser. No podía dejar que este engaño continuara.
James miró el sobre y a la mujer que lo sujetaba.
—No quiero leer eso ni oír nada más. Déjeme en paz.
—Su Gracia... —empezó a decir lady Foreman, pero James la cortó con
un gesto de la mano.
Se volvió a ciegas hacia la entrada y se fue. James no podía soportar
más esto. Tal vez se lo merecía, pero no era lo bastante fuerte como para
E
velyn llegó al baile y vio a James. Le tendió la mano,
pero él pasó por delante de ella sin reconocerla. Evelyn lo
—¿Escuchar qué?
La expresión mortificada de Elizabeth no sirvió para calmar los temores
de Evelyn.
—¿Y? —Evelyn nunca había visto que Elizabeth se fuese por las ramas.
Esta tiró de la manga del vestido de Evelyn, se dirigieron rápidamente a
—Si papá te llamó Elizabeth, es probable que él piense que era yo quien
cabeza.
Evelyn no soportaría que Elizabeth cargara con todo esto sobre sus
te culpo.
No sé me ocurre nada.
con tu duque.
daño.
Thomas asintió.
Miró a Elizabeth con miedo en los ojos. Elizabeth le hizo un gesto con
—El amor nunca está exento del riesgo del dolor. —Se acercó y llamó a
y tiró de Evelyn.
Elizabeth asintió.
boda por primera vez, lord Steel. Por eso no me acordaba de usted.
a continuación.
—¿Qué significa todo esto? ¿Es un juego al que jugáis vosotras dos?
día que Elizabeth iba a casarse contigo, descubrió que no podía. Me rogó
Elizabeth asintió.
pensamos bien.
Lord Steel abrió la boca y la volvió a cerrar. Entornó los ojos hacia
ellas.
hacia Evelyn, a la vez que ella caminaba hacia él. Elizabeth se acercó al
escritorio mientras Harry hacía lo mismo, deseoso de dejar que la pareja
tu mente.
Él sacudió la cabeza hacia ella.
Cuando James miró a Evelyn, la vio realmente por primera vez. Había
pensado que su reticencia a estar con él plenamente se debía a que sus
sentimientos no eran tan profundos como los de él. De hecho, había sido
todo lo contrario, y descubrió que no podía echarle en cara eso.
Sin embargo, ella había mentido. Ella le había dejado con un enigma.
—Ambas me habéis metido en un gran embrollo.
Evelyn bajó la cabeza.
—Vine porque sentía que debía hacerlo —dijo lady Foreman mientras
sus ojos se dirigían a James y Evelyn—. No sabe que eligió a la mujer
notar que ocurría algo malo. No podía dejar las cosas como están.
James volvió a mirar a Evelyn. Phoebe había llegado demasiado tarde,
más aún cuando él había visto el amor que Evelyn sentía por él.
—Se equivoca, lady Foreman. No elegí a la mujer equivocada. Casarme
—¡Pero si le ha mentido!
James miró con compasión a lady Foreman.
—Espero que algún día pueda perdonarme por haberla herido tanto.
Ahora comprendo que simplemente malinterpreté sus intenciones. —James
tomó aire al sentir la fatiga de todas las emociones que le habían arrancado
en las últimas horas.
Evelyn susurró:
—¿Lo dices en serio?
día de su boda.
En el otro extremo de la habitación, Harry miró a Elizabeth.
—Creo que no nos han presentado correctamente.
reverencia—. Ahora que hemos evitado que estos dos cometan un terrible
error, ¿damos un paseo para celebrarlo?
—Eso no es gracioso.
Evelyn se puso de puntillas y apretó sus labios contra los suyos. Él se
dejó llevar por el beso, sintiendo que se ahogaba en el amor que brotaba de
su interior. Se apartó y le cogió la cara entre las manos con suavidad.
ver su cara.
James no había pensado en eso.
abertura.
La boca de Evelyn se abrió con un gemido.
—¡Oh!
James se inclinó sobre su cuerpo y le dio un suave beso.
—Respira, amor —le susurró—. Te haré disfrutar de placer.
U
n golpe en la puerta de su habitación hizo que Evelyn
se despertara por completo. Había estado durmiendo la
Agnes.
—¡Estás aquí! —Evelyn abrazó a su amiga, y la chica le devolvió el
—¡Estoy muy sorprendida y muy feliz de tenerte aquí por fin! —Se
—Una vez que me enteré de lo que había pasado, entendí por qué las
cosas tenían que ser como eran. Habría sido un poco extraño que la criada
—Es cierto —aceptó Evelyn con una sonrisa—. No puedo creer que
todo se haya arreglado tan rápidamente. Este marido mío hace milagros.
—O casi, por lo que sé. —Agnes miró alrededor de la habitación—.
Evelyn asintió.
estaría con el personal. —Evelyn se rio—. Nunca dejaría que eso sucediera.
—Eso es cierto. Ahora, para empezar con mis deberes aquí, ¿quiere un
Evelyn susurró:
—En realidad, ¿tienes alguno de esos caramelos que hace tu abuela?
papel.
enseñarme a hacerlos para que, cuando ella no esté, pueda seguir teniendo
—Oh, no, ella está perfectamente bien. Solo es por precaución. Iré a por
el té. ¿Se lo traigo aquí?
del tocador.
—Muy bien —dijo Agnes con una sonrisa antes de ir a buscar el té.
Evelyn se consideró lista y se dirigió rápidamente hacia la biblioteca.
todo lo que necesita, creo que iré a explorar un poco para familiarizarme
que supe que te gustaría desde el primer momento en que lo vi. Deberías ir
cejas a su amiga.
—No digo que tengas que casarte con él, pero es guapo. Se parece un
encogió de hombros.
Ella creía que iba a ser mucho más incómodo y que se produciría un
reputación que mantener. Evelyn se enteró unos meses después de que lady
Así que, al fin, estaba casada con el duque como Evelyn y no como
felizmente casada.
—Ah, ahí estás —dijo él—. Deberías haber venido a montar a caballo.
—Eso parece. ¿Dónde has perdido el abrigo esta vez? —Evelyn observó
Él se rio.
habitación.
Él sonrió.
en pie.
hombro.
Evelyn le susurró:
Más tarde, Evelyn abrió los ojos y se desperezó. James la había llevado
—Observándote.
—¿Soy tan fascinante? —James abrió un ojo para mirarla.
Ella le sonrió.
—Sí.
—Un baño suena bien. Pensé que sería bueno despejar un espacio a lo
largo del arroyo. Se ha convertido en un lugar con mucha vegetación desde
tendrían.
Él asintió con la cabeza.
—Creo que sería una buena idea. Sería estupendo tener un espacio para
que los pequeños jueguen sin la preocupación de que alguna bestia aceche
en la maleza.
Capítulo 11
U
n año después
hizo sonreír.
—Evelyn me ha estado hablando de la reforma que usted ha hecho en su
confundido, ya que había pasado casi un año desde la boda entre Evelyn y
el duque.
James se rio.
imposición.
—Es una buena idea. ¿Nos acompañarán sus padres cuando visitemos la
—Mis padres disfrutan del estilo de vida londinense, pero les gusta
dejaba el tenedor sobre el plato. Debo decir que estoy bastante lleno.
acuerdo?
—Quería que fuera una sorpresa —dijo Elizabeth, como si eso debiera
ser obvio.
Evelyn lanzó una mirada maliciosa a James, que asintió con la cabeza.
—¡Voy a ser abuela! ¿Has oído eso, Thomas? —Lady Barney se levantó
con los brazos extendidos hacia Evelyn mientras esta reía entre su hermana
y su madre.
—Lo he oído, lo he oído —dijo lord Barney—. No creo que vuelva a oír
—Cierto.
Él se encogió de hombros.
Evelyn se rio.
—¿Me está deseando un mal viaje? —Lord Steel soltó una carcajada
—De todos modos, ahora tendré que buscar algunos amuletos de buena
mientras los demás hacían sus planes. Después de la comida, lord Steel y
jardín.
—Como tú, Evelyn —respondió lady Barney. Miró a su hija, y eso puso
estos jardines.
Evelyn se rio.
—Mírate, toda una duquesa con un hijo en camino. No puedo estar más
que las dos hicisteis, ha resultado ser lo mejor. —Lady Barney chasqueó la
lengua—. Apuesto a que desearás que tus hijos no hagan tales travesuras.
Su madre tenía razón. Evelyn sonrió.
—Creo que serás una buena madre. Ciertamente, escucharás a tus hijos
Creo que serás una abuela maravillosa, igual que lo fuiste como madre.
Epílogo
E
l regreso a Inglaterra había sido un poco brusco, pero
Elizabeth estaba tan ansiosa por ver a su familia y amigos
relación. Lo único que seguía molestando a Elizabeth era que Harry nunca
le había propuesto formalmente matrimonio ni le había pedido la mano al
La mayoría de las cosas de las que él habló, ella podría haberlas sabido con
facilidad a través de cualquier otra persona, pero se trataba de Harry, así que
se limitó a asentir.
estrechamente para darle la idea de que tal vez quería algo más íntimo de él.
Elizabeth suspiró cuando Harry pareció no captarlo. El sirviente les hizo
pasar y les dijo que la familia los esperaba en el jardín. Elizabeth dejó de
pensar en la idiotez de Harry en cuanto recordó que podía jugar con sus
sobrinos. Rara vez había podido verlos, pues sus estudios la mantenían
alejada de ellos, así que estaba ansiosa por ver a los chicos.
—¡Elizabeth!
—¡Evie! —Elizabeth y Evelyn se adelantaron y se fundieron en un
abrazo tan fuerte que Elizabeth apenas podía respirar—. ¡Te he echado de
menos!
—¡Yo también te he echado de menos! Oh, ¡venid a ver a los niños! —
Evelyn tiró de Elizabeth para guiarla a donde el duque y los hijos gemelos
Los niños apenas tenían edad para caminar con pasos temblorosos
Harry intervino.
lord Steel.
vez algún día pudiera tenerlo, pero, definitivamente, no sería en este siglo.
comida ligera sería mejor para jugar con los niños. —Evelyn señaló la mesa
Los dos hombres compartieron una risa mientras Evelyn ponía los ojos
en blanco.
—Apuesto a que está ansiosa por alimentarse con una buena comida
sándwich y una taza de té—. Por favor, dime que alguien más va a comer.
El duque se acercó.
Elizabeth se rio.
—Sabe muy bien lo que quiero decir, Harry. —Elizabeth tomó un sorbo
bastante agradables, pero lo único que quería era una buena taza de té
El duque asintió.
—Así fue.
un poco.
su hermana.
—añadió Harry.
—Mi comadrona dijo que no hay forma de saberlo hasta que te quedas
embarazada.
—Eso suena un poco aterrador —dijo Elizabeth con una risa.
Harry se rio.
—Bueno, en este momento tan extraño... en realidad quería hacer esto
las suyas—. Lady Elizabeth Barney, ¿me hará el honor de casarse conmigo?
Elizabeth se quedó sentada un momento. Evelyn se inclinó sobre la
mesa y susurró:
—Di algo.
Elizabeth comenzó a reírse.
sonrisa.
Elizabeth tuvo que admitir que eso era cierto. Le sonrió.
los demás.
Evelyn la apartó a un lado cuando iban a marcharse.
—Estoy tan feliz por ti, Elizabeth.
A pesar de todo lo que había sucedido, las cosas salieron como debían.
Quizá los cuentos de hadas sean reales a veces.