Conflicto de Competencias y Atribuciones

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3.

CONFLICTO DE COMPETECIAS Y DE ATRIBUCIONES

3.1. DISTINCIÓN ENTRE EL CONFLICTO DE COMPETENCIAS Y EL DE ATRIBUCIONES

Los conflictos de competencia y atribuciones son propios de modelos de Estado


unitarios y descentralizados, como el peruano, donde el poder político que es único se
distribuye entre diferentes niveles de gobierno (artículo 43 de la Constitución).

En dicho sentido, para regular el comercio en dos ciudades diferentes, cada


municipalidad ejerce esa atribución en su respectiva circunscripción territorial. En ese
caso, no existirían conflictos o controversias entre dichas entidades, ya que cada
municipalidad ejerce esa atribución en su territorio. No obstante, sucede que a veces
las circunscripciones también se superponen, esto sucede entre las municipalidades y
los gobiernos regionales o el gobierno nacional. En estos casos no es el territorio el que
permite resolver la controversia, sino la competencia o atribución específica, dado que
esta se otorga y regula en función a una materia específica.
Ahora, existe una distinción entre el conflicto de competencias y el de atribuciones y es, que
mientras en el primero los gobiernos municipales y regionales son los partícipes; en el
segundo, son los poderes del Estado y los órganos constitucionales los que entran en conflicto.
La razón de dicha distinción la explica el Tribunal en los términos siguientes:

- El término competencia es utilizado cuando el conflicto verse sobre los gobiernos


regionales o municipales, de acuerdo con la lectura de los artículos 191, 192 y 197 de
la Constitución, así como lo dispuesto en la Ley Orgánica de Gobiernos Regionales y la
Ley de Bases de la Descentralización.

- En tanto que puede entenderse por atribuciones a las posibilidades jurídicas de


actuación que la Constitución y las normas que la desarrollan, confieren a los poderes
y órganos constitucionales del Estado.

MODALIDADES DEL CONFLICTO COMPETENCIAL (O EL DE ATRIBUCIONES)


El Código Procesal Constitucional reconoce dos tipos de modalidades del conflicto de
competencias o atribuciones: el conflicto positivo y el negativo.

Como puede desprenderse de su denominación, en el conflicto positivo el órgano emite


disposiciones o resoluciones o realiza actos que generan el conflicto, puesto que otro órgano
también se considera competente para adoptar dichas decisiones, por ejemplo: dos entidades
reclaman la titularidad y pretenden ejercer una atribución que consideran les ha sido
otorgada. Esto sucedió en el caso del Poder Judicial contra el Poder Ejecutivo en lo que
respecta a la presentación del proyecto de presupuesto del primero ante el Congreso.

Por el contrario, en el conflicto negativo dos o más órganos rehúyen de manera deliberada la
realización de actuaciones. la entidad no reconoce que le corresponde la competencia y, por
ende, no la ejerce, porque considera que su ejercicio le corresponde a otro órgano del Estado.
Esta distinción está contemplada en el artículo 110 del Código:

Artículo 110.- Pretensión. - El conflicto se produce cuando alguno de los poderes o entidades
estatales a que se refiere el artículo anterior adopta decisiones o rehúye deliberadamente
actuaciones, afectando competencias o atribuciones que la Constitución y las leyes orgánicas
confieren a otro.

Si el conflicto versare sobre una competencia o atribución expresada en una norma con rango
de ley, el Tribunal declara que la vía adecuada es el proceso de inconstitucionalidad.

Sin embargo, el Tribunal reconoció una tercera modalidad del conflicto de competencias y
atribuciones, a la cual denominó, en un primer momento, conflicto por omisión en
cumplimiento de acto obligatorio. Esta nueva tipología, si bien se deriva del conflicto negativo,
se diferencia del mismo en tanto un órgano que no realiza deliberadamente una actuación a la
que está obligado por la Norma Fundamental o por su ley orgánica, afecta las competencias o
atribuciones de otro órgano constitucional. De esta manera no se presenta el mismo supuesto
bajo el cual se concibió el conflicto negativo, pues el Tribunal no establece la titularidad de la
competencia o atribución, puesto que no hay disputa entre dos o más órganos, sino buscará
compelir al órgano renuente a cumplir con las disposiciones constitucionales o legales
pertinentes. Así, el Tribunal define esta tercera modalidad de conflicto así:

- Si bien es cierto que los típicos conflictos positivo y negativo de competencia pueden
dar lugar al proceso competencial, también lo es que cuando el artículo 110 del
CPConst. establece que en este pueden ventilarse los conflictos que se suscitan cuando
un órgano rehúye deliberadamente actuaciones afectando las competencias o
atribuciones de otros órganos constitucionales, incorpora también en su supuesto
normativo a los conflictos por omisión en cumplimiento de acto obligatorio, pues no
cabe duda de que cuando un órgano omite llevar a cabo una actuación desconociendo
las competencias constitucionales atribuidas a otro órgano constitucional las ‘afecta’.
No se trata pues de la disputa por titularizar o no una misma competencia, sino de
aquella que se suscita cuando, sin reclamarla para sí, un órgano constitucional, por
omitir un deber constitucional o de relevancia constitucional, afecta el debido ejercicio
de las competencias constitucionales de otro.

Además de ello, en una sentencia reciente el Tribunal modificó su orientación jurisprudencial y


creó una cuarta modalidad de conflicto de competencias: el conflicto constitucional por
menoscabo de atribuciones constitucionales. Estamos frente al ejercicio de funciones o
atribuciones asignadas por la Constitución, no obstante que el ejercicio de unas afecta el
ejercicio de las asignadas a otro poder u órgano del Estado. Esto sucedió en el caso de las
medidas cautelares emitidas por el Poder Judicial, que autorizaban negocios de casinos y
máquinas tragamonedas afectando las competencias del Poder Ejecutivo en la materia. Sobre
esta modalidad y la decisión que la motivó nos referiremos a continuación:
STC EXP. N° 0006-2006-CC/TC Y LA DESNATURALIZACIÓN DEL PROCESO
COMPETENCIAL

1.- Lineamientos generales del proceso competencial entre el Poder Ejecutivo y el Poder
Judicial

- El Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur) interpuso demanda competencial


contra el Poder Judicial, argumentando que diversos órganos pertenecientes a este poder
había inaplicado normas cuya constitucionalidad se encontraba ratificada por el Tribunal
Constitucional, en lo concerniente al uso de máquinas tragamonedas y actividades de los
casinos. Cuyas pretensiones, dadas contra el MINCETUR, fueron:

a) Que se determine si el Poder Judicial puede declarar inaplicables normas que regulan las
actividades de los casinos de juego y máquinas tragamonedas, cuando la constitucionalidad
de dichas normas ha sido ratificada por el Tribunal; y,

b) Que se declare la nulidad de las resoluciones que afectan distintas normas legales y, de
manera genérica, la nulidad de “todos aquellos supuestos que, sin haber sido contemplados
en esta relación, originan conflictos de competencia entre el Poder Judicial y el Ministerio de
Comercio Exterior y Turismo (Mincetur)”. Las atribuciones afectadas, según el demandante,
fueron las consagradas en el artículo 118, inciso 1 y el artículo 118, inciso 9 de la
Constitución.

- Es así que el Tribunal incluyó el conflicto constitucional por menoscabo de atribuciones


constitucionales como una nueva modalidad de conflicto. Asimismo, desarrolló una
subdivisión de esta modalidad en tres supuestos distintos:

a) conflicto constitucional por menoscabo en sentido estricto: Cada órgano constitucional


conoce perfectamente cuál es su competencia. Sin embargo, uno de ellos lleva a cabo un
indebido o prohibido ejercicio de la competencia que le corresponde, lo que repercute sobre
el ámbito del que es titular el otro órgano constitucional.

b) conflicto constitucional por menoscabo de interferencia: las competencias de los órganos


constitucionales están enlazadas a tal punto que uno de ellos no puede ejercer la suya sino
tiene la cooperación o la actuación de la competencia que le pertenece a otro.

c) conflicto constitucional por menoscabo de omisión: Uno de los órganos omite ejercer su
competencia produciéndose, como consecuencia de ello, una atrofia o imposibilidad de
ejercicio de la competencia del otro órgano constitucional, solo que, en este caso, la omisión
funcional no es condición indispensable para el ejercicio de la competencia o atribución del
otro órgano constitucional.

- El Tribunal, en este caso, declaró que había un conflicto de atribuciones por


menoscabo, pues constató que el Poder Judicial a través de la expedición de una serie
de sentencias había causado un detrimento en las atribuciones constitucionales del
Poder Ejecutivo, más aun que resulta ser un verdadero cuestionamiento de cómo un
órgano ejerce o deja de ejercer su atribución; por consiguiente, el examen radicó en la
manera cómo diversos órganos del Poder Judicial desempeñaron su función
jurisdiccional.

- De esta manera, se declaró fundada la demanda y dispuso la nulidad de una serie de


sentencias, así como la suspensión de los efectos de otras que, a criterio del Tribunal,
se encontraban viciadas de inconstitucionalidad por contravenir los precedentes
sentados por este órgano en sentencias anteriores.

2.- Fundamentos del Tribunal Constitucional para declarar fundada la demanda

- El Tribunal reitera que las sentencias que recaen en un proceso de inconstitucionalidad


equivalen a una norma con rango de ley, por lo que tienen “fuerza de ley, cosa juzgada
y vinculan a todos los poderes públicos. Así, la sentencia de inconstitucionalidad tiene
efectos erga omnes, por el carácter general que estas poseen, y ello lleva al Tribunal a
considerarlas como normas legales.

- El Tribunal señala que sus sentencias son fuente de Derecho, puesto que su
interpretación sobre las disposiciones constitucionales se encuentra tan íntimamente
vinculadas con la Constitución, ya que, a fin de cuentas, ignorar lo establecido en
alguna de sus decisiones equivale a ignorar la Norma Fundamental misma.

- Finalmente, el Tribunal incorpora la categoría de la cosa juzgada constitucional para


legitimar la declaración de nulidad de sentencias con autoridad de cosa juzgada. Así, la
cosa juzgada constitucional recaerá sobre aquella sentencia que, además de contener
sus requisitos de existencia y validez y de pronunciarse sobre el fondo, se encuentra
acorde con los principios constitucionales, que respete los derechos fundamentales y,
sobre todo, que no desconozca las interpretaciones realizadas por el Tribunal
Constitucional y sus precedentes vinculantes. Ello quiere decir que la verdadera cosa
juzgada es la cosa juzgada constitucional, por lo que la actuación del Tribunal, al
declarar nulas diversas sentencias que adquirieron cosa juzgada no vulnera el principio
de la cosa juzgada consagrado en el artículo 139, inciso 2 de la Constitución.

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