El Robo en Los Campos

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Pedro Felipe Baba Bueno

ID: 10140843

El Robo en los Campos

En esta ocasión, estaré hablando sobre el art. 388 de nuestro Código Penal Dominicano. Dicho
artículo, sanciona los robos cometidos en los campos. En este, queda plasmado el robo de
algunas bestias e instrumentos de agricultura; El robo de peces, piedra y madera; El robo de
granos o cosechas desprendidos del suelo y las agravantes del robo de las cosechas en pie.

En la antigüedad, el derecho francés castigaba de manera fuerte el abigeato, en otras palabras, el


robo de ganado o bestias que se encontraban en los lugares de pastos. De igual modo se trataba
con mayor crudeza el robo que se comete sobre las cosechas que los agricultores estaban en la
obligación de dejar abandonadas en los campos. En este caso estos robos eran considerados
agravados y no simples.

Es conveniente examinar, las condiciones generales de los diversos robos a que se refiere el
artículo 388 del Código Penal. Estas condiciones son las siguientes: que se trate de robos y que
estos robos se cometan en los campos.

1. QUE SE TRATE DE ROBOS. Según lo establecido en el art. 388 de nuestro Código Penal,
son robos, es decir, sustracción fraudulenta de la cosa de otro. Además del elemento material de
la sustracción, los jueces deben constatar el elemento moral o intención. El artículo 388 exige los
tres elementos del robo, entre los cuales figura que se trate de la cosa de otro.

Según Artagnan, dos situaciones diferentes pueden presentarse: 1) El acusado puede alegar que
es el propietario o poseedor del inmueble donde se ha operado el robo, y 2) Alegar únicamente la
propiedad de la cosa mobiliar robada.

En este primer caso, estamos frente a una cuestión prejudicial de propiedad inmobiliaria de la
única competencia de los tribunales civiles y del tribunal de tierras, si se trata de inmueble
registrado. En dado caso, esta jurisdicción penal debe de sobreseer hasta que la jurisdicción civil
o de tierras se haya pronunciado. En el segundo problema, y aplicando de lo recomendado por el
presidente Barris, de que el juez de la acción lo es de la excepción, la jurisdicción penal puede
pronunciarse, previamente, sobre la titularidad del derecho de propiedad de la cosa mobiliar
robada.
Pedro Felipe Baba Bueno
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2. QUE LOS ROBOS SE COMETAN EN LOS CAMPOS. Conforme al criterio de la


Suprema Corte de Justicia, en interpretación fielmente del art. 388, donde solo contempla los
casos de robos perpetrados en los campos, en otras palabras, en las propiedades rurales en las
cuales quedan expuestos a la fe pública los objetos que en ellos se mencionan, pero no los robos
cometidos en los lugares cerrados o dependientes de casas viviendas.

Este art. 388 del Código Penal no se aplica cuando el robo se ha cometido en las ciudades,
porque falta la condición indispensable: robo en los campos. Cuando de granos expuestos a la fe
pública se trata, en lugares no cerrados y en el campo, es aplicado el art. 388, en caso contrario
habrá robo simple a no ser que concurra una agravante del robo capaz de calificarlo.

Además de las dos condiciones generales mencionadas con anterioridad, robos y que sean en los
campos, la sustracción debe operarse sobre las cosas enumeradas en el texto. El art. 388 del
Código Penal menciona caballos o bestias de carga, de tiro o de silla, ganado mayor o menor.

Según Artagnan, el texto no puede interpretarse judaicamente, pues entre los caballos, o bestias
debemos incluir las yeguas, los mulos, los burros. En el ganado mayor figuran las vacas, toros,
bueyes, y en el menor las cabras, chivos, ovejas, y cerdos. Los camellos son incluidos, aunque
los tenemos en los parques zoológicos, no expuestos a la fe pública sino encerrados.

El art. 388 del Código Penal incluye ganado menor, pero no las aves de corral, como gallinas,
pajuiles, gansos, patos, pavos, guineas. Tampoco es aplicado el 388 cuando se trata de conejos,
codornices o colmenas de abejas. Ese valor inferior de estos animales sirvió de base a la doctrina
para descartarlos del artículo 388. Además de los animales referidos con anterioridad, el art. 388
del Código Penal sanciona el robo de instrumentos de agricultura.

Por otro lado, los peces del mar o ríos son res nullius y al no constituir la cosa ajena, no son
objeto de robo, porque falta uno de los elementos del artículo 379 del Código Penal. Al
contrario, cuando los peces están encerrados en estanques, viveros o charcas, tienen propietarios
y en este caso pueden ser objeto de robo. Sólo los bienes muebles pueden ser objeto de robo. Se
puede pensar que, como el art. 524 del código civil considera a los peces en los estanques, al
igual que los utensilios empleados en las labranzas, inmuebles por destino, no pueden ser objeto
de robo. Sin embargo, expresamente, el art. 388 del Código Penal, sanciona el robo de los
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instrumentos de agricultura como el de peces en estanques, sin importar el medio del cual se
valga el ladrón para extraerlos, bien sea los tome con las manos o mediante los instrumentos
propios de la pesca.

Por último, otra situación interesante de examinar es cuando una persona, que no es el
propietario de los frutos, los corta y los deja tirados en el suelo. Esto suele ocurrir cuando se trata
de hacer maldad para perjudicar al propietario. En esta situación, un tercero podría encontrar los
frutos ya desprendidos de los árboles y robárselos. También el caso puede ocurrir cuando el peón
de una finca corta los frutos y los deja en el suelo para sustraerlos en horas de la noche, pero se le
adelanta un tercero, los encuentra cortados y se los lleva.

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