Hernández, J-El Gaucho Martín Fierro

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El gaucho

Martín Fierro
S eñor D. José Zoilo Miguens.1
Querido amigo:

Al fin me he decidido a que mi pobre Martín Fierro, que me ha


ayudado algunos momentos a alejar el fastidio de la vida del hotel, salga
a conocer el mundo, y allá va acogido al amparo de su nombre.
No le niegue su protección, Ud. que conoce bien todos los abu-
sos y todas las desgracias de que es víctima esa clase desheredada de
nuestro país.
Es un pobre gaucho, con todas las imperfecciones de forma que
el arte tiene todavía en ellos, y con toda la falta de enlace en sus ideas,
en las que no existe siempre una sucesión lógica, descubriéndose fre-
cuentemente entre ellas, apenas una relación oculta y remota.
Me he esforzado, sin presumir haberlo conseguido, en presentar
un tipo que personificara el carácter de nuestros gauchos, concentran-
do el modo de ser, de sentir, de pensar y de expresarse que les es pecu-
liar, dotándolo con todos los juegos de su imaginación llena de imáge-
nes y de colorido, con todos los arranques de su altivez, inmoderados
hasta el crimen, y con todos los impulsos y los arrebatos, hijos de una
naturaleza que la educación no ha pulido y suavizado.

1 Esta carta de José Hernández acompañaba la primera edición de Martín Fierro.

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Cuantos conozcan con propiedad el original, podrán juzgar si
hay o no semejanza en la copia.
Quizá la empresa habría sido para mí más fácil y de mejor
éxito, si sólo me hubiera propuesto hacer reír a costa de su igno-
rancia, como se halla autorizado por el uso, en este género de
composiciones, pero mi objeto ha sido dibujar a grandes rasgos,
aunque fielmente, sus costumbres, sus trabajos, sus hábitos de
vida, su índole, sus vicios y sus virtudes; ese conjunto que consti-
tuye el cuadro de su fisonomía moral, y los accidentes de su exis-
tencia llena de peligros, de inquietudes, de aventuras y de agita-
ciones constantes.
Y he deseado todo esto, empeñándome en imitar ese estilo
abundante en metáforas, que el gaucho usa sin conocer y sin va-
lorar, y su empleo constante de comparaciones tan extrañas como
frecuentes; en copiar sus reflexiones con el sello de la originalidad
que las distingue y el tinte sombrío de que jamás carecen, reve-
lándose en ellas esa especie de filosofía propia que, sin estudiar,
aprende en la misma naturaleza, en respetar la superstición y sus
preocupaciones, nacidas y fomentadas por su misma ignorancia;
en dibujar el orden de sus impresiones y de sus afectos, que él en-
cubre y disimula estudiosamente; sus desencantos, producidos por
su misma condición social, y esa indolencia que le es habitual,
hasta llegar a constituir una de las condiciones de su espíritu; en
retratar, en fin, lo más fielmente que me fuera posible, con todas
sus especialidades propias, ese tipo original de nuestras pampas,
tan poco conocido por lo mismo que es difícil estudiarlo, tan
erróneamente juzgado muchas veces, y que, al paso que avanzan las
conquistas de la civilización, va perdiéndose casi por completo.

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Sin duda que todo esto ha sido demasiado desear para tan pocas
páginas, pero no se me puede hacer un cargo por el deseo, sino por
no haberlo conseguido.
Una palabra más, destinada a disculpar sus defectos. Páselos
Ud. por alto, porque quizá no lo sean todos los que, a primera vista
puedan parecerlo, pues no pocos se encuentran allí como copia o
imitación de los que lo son realmente.
Por lo demás, espero, mi amigo, que Ud. lo juzgará con benig-
nidad, siquiera sea porque Martín Fierro no va de la ciudad para
referir a sus compañeros lo que ha visto y admirado en un 25 de
Mayo u otra función semejante, referencias algunas de las cuales,
como el Fausto y varias otras, son de mucho mérito ciertamente,
sino que cuenta sus trabajos, sus desgracias, los azares de su vida de
gaucho, y Ud. no desconoce que el asunto es más difícil de lo que
muchos se lo imaginarán.
Y con lo dicho basta para preámbulo, pues ni Martín Fierro
exige más, ni Ud. gusta mucho de ellos, ni son de la predilección del
público, ni se avienen con el carácter de
Su verdadero amigo

José Hernández.
Buenos Aires, diciembre de 1872.

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I
Martín Fierro

1
Aquí me pongo a cantar2 y que después de alquiridas
al compás de la vigüela, no las quieren sustentar:
que el hombre que lo desvela parece que sin largar
una pena estrordinaria, se cansaron en partidas.
como la ave solitaria3
con el cantar se consuela. Mas ande otro criollo pasa
Martín Fierro ha de pasar;
Pido a los santos del cielo nada lo hace recular
que ayuden mi pensamiento: ni las fantasmas4 lo espantan,
les pido en este momento y dende que5 todos cantan
10 que voy a cantar mi historia 30 yo también quiero cantar.
me refresquen la memoria
y aclaren mi entendimiento. Cantando me he de morir,
cantando me han de enterrar,
Vengan santos milagrosos, y cantando he de llegar
vengan todos en mi ayuda, al pie del Eterno Padre;
que la lengua se me añuda dende el vientre de mi madre
y se me turba la vista; vine a este mundo a cantar.
pido a mi Dios que me asista
en una ocasión tan ruda. Que no se trabe mi lengua
ni me falte la palabra;
Yo he visto muchos cantores, el cantar mi gloria labra
20 con famas bien otenidas, 40 y, poniéndome a cantar,

2 Aquí me pongo a cantar: el acierto de Hernández está en identificar al autor-prota-


gonista y al lector, en una síntesis ideal. No solo se alude así al tiempo, sino que
también se supone una renovación del auditorio y del lugar de la payada.
3 como la ave solitaria: comparación muy común en la literatura gauchesca.
4 las fantasmas: “Como la gente rústica de todas partes, imbuida de apariciones y
encantamientos, cree el paisano que ‘la fantasma’ vestida de blanco, muy alta de
estatura, muy ligera en el andar, aparece y desaparece con las primeras sombras
de la tarde o a media noche como ‘la bruja’, esperando la ocasión de asustar y aco-
meter a las personas”, dice al respecto Eleuterio F. Tiscornia.
5 dende que: giro corriente que equivale al “puesto que” del habla culta.

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José Hernández

cantando me han de encontrar Yo soy toro en mi rodeo


aunque la tierra se abra6. y torazo en rodeo ajeno8;
siempre me tuve por güeno
Me siento en el plan de un bajo7 y si me quieren probar,
a cantar un argumento; salgan todos a cantar
como si soplara el viento y veremos quién es menos.
hago tiritar los pastos.
Con oros, copas y bastos No me hago al lao de la güeya
juega allí mi pensamiento. aunque vengan degollando;
con los blandos yo soy blando
Yo no soy cantor letrao, 70 y soy duro con los duros,
50 mas si me pongo a cantar y ninguno en un apuro
no tengo cuándo acabar me ha visto andar tutubiando.
y me envejezco cantando:
las coplas me van brotando En el peligro, ¡qué Cristos!
como agua de manantial. el corazón se me enancha9,
pues toda la tierra es cancha,
Con la guitarra en la mano y de esto naides se asombre:
ni las moscas se me arriman; el que se tiene por hombre
naides me pone el pie encima, donde quiera hace pata ancha.
y, cuando el pecho se entona,
hago gemir a la prima Soy gaucho, y entiéndanló
60 y llorar a la bordona. 80 como mi lengua lo esplica:

6 y dende que todos cantan [...] aunque la tierra se abra: cantar era para el gaucho
ejercitar su naturaleza dramática: un acto heroico, riesgoso, que se decidía gene-
ralmente por un duelo a cuchillo.
7 en el plan de un bajo: es una depresión del terreno en que encuentra cómodo asiento
el cantor. El paisaje, como en todo el poema, aparece aquí preciso. El autor revela
conocer muy bien la geografía.
8 Yo soy toro en mi rodeo/ y torazo en rodeo ajeno: José Hernández revela conocer la
copla anónima recogida por Furt que dice así: “Yo soy toro en mi rodeo/ y torazo
en rodeo ajeno,/ donde bala este torito/ no bala ningún ternero”.
9 el corazón se me enancha: expresión clásica en la literatura española y argentina,
equivalente a “cobrar nuevos bríos”, “reanimarse”.

• 46 •
El gaucho Martín Fierro

para mí la tierra es chica Yo no tengo en el amor


y pudiera ser mayor; quien me venga con querellas,
ni la víbora me pica como esas aves tan bellas
ni quema mi frente el sol. 100 que saltan de rama en rama;
yo hago en el trébol mi cama,
Nací como nace el peje y me cubren las estrellas10.
en el fondo de la mar;
naides me puede quitar Y sepan cuantos escuchan
aquello que Dios me dio: de mis penas el relato,
lo que al mundo truje yo que nunca peleo ni mato
90 del mundo lo he de llevar. sino por necesidá,
y que a tanta alversidá
Mi gloria es vivir tan libre solo me arrojó el mal trato.
como el pájaro del cielo;
no hago nido en este suelo Y atiendan la relación
ande hay tanto que sufrir, 110 que hace un gaucho perseguido,
y naides me ha de seguir que padre y marido ha sido
cuando yo remuento el vuelo. empeñoso y diligente,
y sin embargo la gente
lo tiene por un bandido.

II

Ninguno me hable de penas, Junta esperencia en la vida


porque yo penando vivo, hasta pa dar y prestar
y naides se muestre altivo quien la tiene que pasar
aunque en el estribo esté: entre sufrimiento y llanto;
que suele quedarse a pie porque nada enseña tanto
120 el gaucho más alvertido11. como el sufrir y el llorar.

10 yo hago en el trébol mi cama,/ y me cubren las estrellas: esta imagen es muy frecuen-
te en la literatura romántica: el hombre, moviéndose en un medio complejo, heroico,
dilatado, impreciso.
11 que suele quedarse a pie/ el gaucho más alvertido: en el número 1.134 de la Gaceta Mer-
cantil apareció este “Cielito Federal”, que es una variante de la antigua copla española: “Cielito,
cielo que sí,/ aunque en el estribo esté/ ninguno cante victoria/ que puede quedarse a pie”.

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José Hernández

Viene el hombre ciego al mundo, hasta ponerse rechoncho,


cuartiándoló la esperanza, mientras su china dormía
y a poco andar ya lo alcanzan 150 tapadita con su poncho.
130 las desgracias a empujones;
¡la pucha, que trae liciones Y apenas la madrugada
el tiempo con sus mudanzas! empezaba a coloriar,
los pájaros a cantar
Yo he conocido esta tierra y las gallinas a apiarse,
en que el paisano vivía12 era cosa de largarse
y su ranchito tenía cada cual a trabajar.
y sus hijos y mujer...
Era una delicia el ver Este se ata las espuelas13
cómo pasaba sus días. se sale el otro cantando,
uno busca un pellón blando,
Entonces... cuando el lucero 160 este un lazo, otro un rebenque,
140 brillaba en el cielo santo, y los pingos14 relinchando
y los gallos con su canto los llaman dende el palenque.
nos decían que el día llegaba,
a la cocina rumbiaba El que era pion domador
el gaucho... que era un encanto. enderezaba al corral,
ande estaba el animal
Y sentao junto al jogón bufidos que se las pela...
a esperar que venga el día, y más malo que su agüela,
al cimarrón le prendía se hacía astillas el bagual.

12 en que el paisano vivía: aunque en casi toda la extensión del poema se confunden los tér-
minos gaucho y paisano, este verso ensaya una distinción: Lucio V. Mansilla escribe: “Pai-
sano gaucho es el que tiene hogar, paradero fijo, hábitos de trabajo, respeto por la autori-
dad, de cuyo lado estará siempre, aun contra su sentir. El gaucho neto es el criollo errante,
que hoy está aquí, mañana allá; jugador, pendenciero, enemigo de toda disciplina; que huye
del servicio cuando le toca, que se refugia entre los indios si da una puñalada”.
13 Espuelas: clavos de metal con puntas que se ajustan al talón del jinete para picar
la cabalgadura. Con gran audacia y originalidad expresivas, también han sido lla-
madas nazarenas y lloronas (verso 178 de esta “Primera parte”).
14 Pingo: caballo brioso y ligero.

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El gaucho Martín Fierro

Y allí el gaucho inteligente, y ansí sin sentir pasaban


170 en cuanto el potro enriendó, entretenidos el día.
los cueros le acomodó
y se le sentó en seguida, Y verlos al cair la noche
que el hombre muestra en la vida en la cocina riunidos,
la astucia que Dios le dio. con el juego bien prendido
y mil cosas que contar,
Y en las playas15 corcoviando platicar muy divertidos
pedazos se hacía el sotreta hasta después de cenar.
mientras él por las paletas
le jugaba las lloronas Y con el buche bien lleno
y al ruido de las caronas 200 era cosa superior
180 salía haciéndosé gambetas. irse en brazos del amor
a dormir como la gente,
¡Ah, tiempos!... ¡Si era un orgullo pa empezar al día siguiente
ver jinetear un paisano! las fainas del día anterior.
Cuando era gaucho baquiano16,
aunque el potro se boliase17, Ricuerdo... ¡qué maravilla!
no había uno que no parase cómo andaba la gauchada,
con el cabresto en la mano. siempre alegre y bien montada
y dispuesta pa el trabajo;
Y mientras domaban unos, pero hoy en el día... ¡barajo!
otros al campo salían, 210 no se la ve de aporriada.
y la hacienda recogían,
190 las manadas repuntaban, El gaucho más infeliz
tenía tropilla de un pelo18;

15 Playas: lugares amplios, despejados, vecinos a los corrales o a las casas, destina-
dos a los trabajos propios de una estancia.
16 Baquiano: aquí es sinónimo de diestro, de hábil.
17 se boliase: levantarse el potro sobre las patas traseras y echarse para atrás, de
lomo en el suelo.
18 El gaucho más infeliz/ tenía tropilla de un pelo: la literatura gauchesca destaca,
como un hábito común, la predisposición de nuestros hombres de campo a reunir
tropilla de un solo color.

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José Hernández

no le faltaba un consuelo pues en tales ocasiones


y andaba la gente lista... a ayudarles a los piones
Tendiendo al campo la vista, 240 caiban muchos comedidos.

sólo vía hacienda y cielo.


Eran los días del apuro
Cuando llegaban las yerras19, y alboroto pa el hembraje,
¡cosa que daba calor pa preparar los potajes
tanto gaucho pialador y osequiar bien a la gente,
220 y tironiador sin yel! y ansí, pues, muy grandemente,
¡Ah tiempo... pero si en él pasaba siempre el gauchaje.
se ha visto tanto primor!
Venía la carne con cuero,
Aquello no era trabajo, la sabrosa carbonada,
más bien era una junción, mazamorra bien pisada,
y después de un güen tirón 250 los pasteles y el güen vino...
en que uno se daba maña, pero ha querido el destino
pa darle un trago de caña que todo aquello acabara.
solía llamarlo el patrón.
Estaba el gaucho en su pago
Pues siempre la mamajuana con toda siguridá,
230 vivía bajo la carreta, pero aura... ¡barbaridá!
y aquel que no era chancleta, la cosa anda tan fruncida,
en cuanto el goyete vía, que gasta el pobre la vida
sin miedo se le prendía en juir de la autoridá.
como güérfano a la teta.
Pues si usté pisa en su rancho
¡Y qué jugadas se armaban 260 y si el alcalde lo sabe,

cuando estábamos riunidos! lo caza lo mesmo que ave


Siempre íbamos prevenidos, aunque su mujer aborte...

19 Yerra: operación de herrar o marcar el ganado con instrumentos calentados al rojo,


que se realiza durante el otoño, y que permite al gaucho demostrar todas sus artes
y aficiones, desde el trabajo rudo y peligroso hasta sus diversiones y bailes.

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El gaucho Martín Fierro

¡No hay tiempo que no se acabe Áhi comienzan sus desgracias,


ni tiento que no se corte! áhi principia el pericón20;
porque ya no hay salvación,
Y al punto dése por muerto 280 y que usté quiera o no quiera,

si el alcalde lo bolea, lo mandan a la frontera


pues áhi no más se lo apea o lo echan a un batallón.
con una felpa de palos.
Y después dicen que es malo Ansí empezaron mis males
270 el gaucho si los pelea. lo mesmo que los de tantos;
si gustan... en otros cantos
Y el lomo le hinchan a golpes, les diré lo que he sufrido.
y le rompen la cabeza, Después que uno está perdido
y luego con ligereza, no lo salvan ni los santos.
ansí lastimao y todo,
lo amarran codo con codo
y pa el cepo lo enderiezan.

III
Tuve en mi pago en un tiempo iban creciendo a mi lao...
290 hijos, hacienda y mujer, Solo queda al desgraciao
pero empecé a padecer, 300 lamentar el bien perdido.

me echaron a la frontera
¡y qué iba a hallar al volver! Mi gala en las pulperías
tan solo hallé la tapera. era, cuando había más gente,
ponerme medio caliente,
Sosegao vivía en mi rancho pues cuando puntiao me encuentro
como el pájaro en su nido; me salen coplas de adentro
allí mis hijos queridos como agua de la virtiente.

20 áhi principia el pericón: el vocabulario empleado nos da una representación total


de la realidad. La noción de iniciar un baile se traspone a la creación de complica-
ciones, discusiones, pleitos. En otros versos se sustituye esta forma por pango, re-
volutis y junción.

• 51 •
José Hernández

Cantando estaba una vez Ni los mirones salvaron


en una gran diversión; de esa arriada de mi flor;
y aprovechó la ocasión fue acoyarao el cantor
310 como quiso el juez de paz. con el gringo de la mona;
Se presentó, y áhi no más a uno solo por favor,
hizo una arriada en montón. logró salvar la patrona.

Juyeron los más matreros
y lograron escapar. Formaron un contingente
Yo no quise disparar, con los que en el baile arriaron;
soy manso y no había por qué, con otros nos mesturaron,
muy tranquilo me quedé 340 que habían agarrao también:

y ansí me dejé agarrar. las cosas que aquí se ven


ni los diablos las pensaron.
Allí un gringo con un órgano
320 y una mona que bailaba, A mí el Juez me tomó entre ojos
haciéndonos rair estaba en la última votación:
cuando le tocó el arreo. me le había hecho el remolón
¡Tan grande el gringo y tan feo y no me arrimé ese día,
lo viera cómo lloraba! y él dijo que yo servía
a los de la esposición.
Hasta un inglés sanjiador21
que decía en la última guerra Y ansí sufrí ese castigo
que él era de Inca-la-perra22 350 tal vez por culpas ajenas;
y que no quería servir, que sean malas o sean güenas
tuvo también que juir las listas, siempre me escondo:
330 a guarecerse en la sierra.

21 Hasta un inglés sanjiador: Emilio Coni registra en El gaucho: “Por lo mismo que en
1840/50 los irlandeses y los vascos (verso 2.202 “Segunda parte”), en la campaña bo-
naerense ganaban elevados salarios cavando zanjas, pues el paisano local no tomaba
la pala ni en broma”, pág. 358.
22 Inca-la-perra: hay gracia, fina ironía, en esta trascripción fonética del chapurreo del
inglés.

• 52 •
El gaucho Martín Fierro

yo soy un gaucho redondo bozal, maniador, cabresto,


y esas cosas no me enllenan. lazo, bolas y manea...
¡El que hoy tan pobre me vea
Al mandarnos nos hicieron tal vez no crerá todo esto!
más promesas que a un altar.
El Juez nos jue a proclamar Ansí en mi moro, escarciando26,
y nos dijo muchas veces: 380 enderecé a la frontera.

“Muchachos, a los seis meses ¡Aparcero, si usté viera


360 los van a ir a revelar.” lo que se llama cantón...!
Ni envidia tengo al ratón
Yo llevé un moro de número23, en aquella ratonera.
¡sobresaliente el matucho24!
Con él gané en Ayacucho25 De los pobres que allí había
más plata que agua bendita: a ninguno lo largaron;
siempre el gaucho necesita los más viejos rezongaron,
un pingo pa fiarle un pucho. pero a uno que se quejó
en seguida lo estaquiaron,
Y cargué sin dar más güeltas 390 y la cosa se acabó.

con las prendas que tenía:


jergas, poncho, cuanto había En la lista de la tarde
370 en casa, tuito lo alcé: el jefe nos cantó el punto,
a mi china la dejé diciendo: “Quinientos juntos
media desnuda ese día. llevará el que se resierte;
lo haremos pitar del juerte;
No me faltaba una guasca; más bien dése por dijunto.”
esa ocasión eché el resto:

23 moro de número: caballo de pelo negro y blanco en mezcla uniforme y de muy buenas
cualidades; dice “de número” por lo más bueno, lo mejor.
24 matucho: voz poco generalizada. Es exigencia de la rima.
25 Ayacucho: una de las escasas referencias geográficas que hay en el poema.
26 Escarciando: es un uso adverbial ponderativo. Destaca la impresión que produce el
animal de mover el cuello y bracear con elegancia, y la condición de “coscojero” de
este tipo de caballo; es decir, que hacía sonar la coscoja, implemento formado por
una o más argollas de acero que van en la barra del freno y en el interior de la boca
del animal.

• 53 •
José Hernández

A naides le dieron armas, Yo primero sembré trigo


pues toditas las que había y después hice un corral,
el coronel las tenía, corté adobe pa un tapial,
400 según dijo esa ocasión, hice un quincho, corté paja...
pa repartirlas el día ¡La pucha, que se trabaja
en que hubiera una invasión. sin que le larguen ni un rial!

Al principio nos dejaron Y es lo pior de aquel enriedo
de haraganes criando sebo, que si uno anda hinchando el lomo28
pero después... no me atrevo ya se le apean como plomo...
a decir lo que pasaba. 430 ¡Quién aguanta aquel infierno!

¡Barajo!... si nos trataban Si eso es servir al Gobierno,


como se trata a malevos. a mí no me gusta el cómo.

Porque todo era jugarle Más de un año nos tuvieron
410 por los lomos con la espada, en esos trabajos duros,
y, aunque usté no hiciera nada, y los indios, le asiguro,
lo mesmito que en Palermo27, dentraban cuando querían:
le daban cada cepiada como no los perseguían,
que lo dejaban enfermo. siempre andaban sin apuro.

¡Y qué indios, ni qué servicio, A veces decía al volver
si allí no había ni cuartel! 440 del campo la descubierta

Nos mandaba el coronel que estuviéramos alerta,


a trabajar en sus chacras, que andaba adentro la indiada;
y dejábamos las vacas
420 que las llevara el infiel.

27 Palermo: se refiere a Palermo de San Benito, al norte de la ciudad de Buenos Aires,


donde Rosas tenía establecido uno de sus cuarteles para castigo y ejecución de los
reos y enemigos políticos. Uno de los castigos era el cepo, instrumento de tormento
compuesto por dos maderas que aprisionan el cuello del reo, apretándolo.
28 hinchando el lomo: expresión de clara procedencia rural. Alrededor de este verso está
presente la realidad del gaucho. Se aplica a una manifestación de enojo o desagrado,
como los caballos se encogen de una manera particular amenazando corcovear en
cuanto les colocan las primeras piezas del apero.

• 54 •
El gaucho Martín Fierro

porque había una rastrillada 29 Y cuando se iban los indios


o estaba una yegua muerta. 470 con lo que habían manotiao,
salíamos muy apuraos
Recién entonces salía a perseguirlos de atrás;
la orden de hacer la riunión, si no se llevaban más
y cáibamos al cantón es porque no habían hallao.
en pelos y hasta enancaos,
sin armas, cuatro pelaos Allí sí se ven desgracias
450 que íbamos a hacer jabón30. y lágrimas y afliciones,
naides le pida perdones
Áhi empezaba el afán, al indio, pues donde dentra,
se entiende, de puro vicio, roba y mata cuanto encuentra
de enseñarle el ejercicio 480 y quema las poblaciones.

a tanto gaucho recluta,


con un estrutor... ¡qué... bruta! No salvan de su juror
que nunca sabía su oficio. ni los pobres angelitos:
viejos, mozos y chiquitos
Daban entonces las armas los mata del mesmo modo;
pa defender los cantones, que el indio lo arregla todo
que eran lanzas y latones con la lanza y con los gritos.
460 con ataduras de tiento...
Las de juego no las cuento Tiemblan las carnes al verlo
porque no había municiones. volando al viento la cerda,
la rienda en la mano izquierda
Y chamuscao un sargento 490 y la lanza en la derecha;

me contó que las tenían, ande enderieza abre brecha


pero que ellos las vendían pues no hay lanzazo que pierda.
para cazar avestruces;
y ansí andaban noche y día
déle bala a los ñanduces.

29 Rastrillada: vocablo propio, privativo de la pampa. Conjunto de rastros de la caba-


llada india. Suelen ser profundos y constituyen caminos anchos y sólidos (los únicos
en plena pampa).
30 hacer jabón: hacer sebo, haraganear.

• 55 •
José Hernández

Hace trotiadas tremendas ¡Ah, si partía el corazón


dende el fondo del desierto; ver tantos males, canejo!
ansí llega medio muerto Los perseguíamos de lejos
de hambre, de sé y de fatiga; 520 sin poder ni galopiar.
pero el indio es una hormiga ¡Y qué habíamos de alcanzar
que día y noche está dispierto. en unos bichocos viejos!

Sabe manejar las bolas Nos volvíamos al cantón
500 como naides las maneja; a las dos o tres jornadas
cuando el contrario se aleja, sembrando las caballadas;
manda una bola perdida31, y pa que alguno la venda,
y si lo alcanza, sin vida rejuntábamos la hacienda
es siguro que lo deja. que habían dejao rezagada.

Y el indio es como tortuga Una vez entre otras muchas,
de duro para espichar; 530 tanto salir al botón,

si lo llega a destripar nos pegaron un malón


ni siquiera se le encoge: los indios y una lanciada,
luego sus tripas recoge, que la gente acobardada
510 y se agacha a disparar. quedó dende esa ocasión.

Hacían el robo a su gusto Habían estao escondidos
y después se iban de arriba aguaitando atrás de un cerro.
se llevaban las cautivas ¡Lo viera a su amigo Fierro
y nos contaban que a veces aflojar como un blandito!
les descarnaban los pieses, Salieron como máiz frito32
a las pobrecitas, vivas. 540 en cuanto sonó un cencerro.

31 Bola perdida: la bola perdida constaba de una sola piedra asegurada por una cuerda.
De ella surgió la boleadora de dos piedras, pero que solo sirve para ser empleada cuando
se corre de atrás a la presa. Luego el gaucho le agregó un tercer ramal, con una bola más
pequeña, que sirve tanto como manija como para enredar más a la víctima.
32 Maíz frito: equivalente a la expresión indígena pororó, que significa “maíz que reventó
tostándose”.

• 56 •
El gaucho Martín Fierro

Al punto nos dispusimos Al que le dan un chuzazo,


aunque ellos eran bastantes; dificultoso es que sane:
la formamos al istante en fin, para no echar panes34
nuestra gente, que era poca; salimos por esas lomas
y golpiándosé en la boca lo mesmo que las palomas
hicieron fila adelante. 570 al juir de los gavilanes.

Se vinieron en tropel Es de almirar la destreza
haciendo temblar la tierra. con que la lanza manejan.
No soy manco pa la guerra De perseguir nunca dejan,
550 pero tuve mi jabón, y nos traiban apretaos.
pues iba en un redomón ¡Si queríamos, de apuraos,
que había boliao en la sierra. salirnos por las orejas!

¡Qué vocerío, qué barullo, Y pa mejor de la fiesta
qué apurar esa carrera! en esta aflición tan suma,
La indiada todita entera vino un indio echando espuma
dando alaridos cargó. 580 y con la lanza en la mano

¡Jue pucha!... y ya nos sacó gritando: “Acabau, cristiano;


como yeguada matrera. metau el lanza hasta el pluma”35.

¡Qué fletes traiban los bárbaros, Tendido en el costillar,
560 como una luz de ligeros! cimbrando por sobre el brazo
Hicieron el entrevero33 una lanza como un lazo,
y en aquella mescolanza, me atropelló dando gritos:
este quiero, este no quiero, si me descuido... el maldito
nos escogían con la lanza. me levanta de un lanzazo.

33 Entrevero: choque y confusión de dos cuerpos enemigos de caballería.


34 echar panes: “Jactarse, bravear”, según Tiscornia. Es decir, para no jactarse en vano,
salieron por esas lomas.
35 el lanza; el pluma: en la Patagonia y en el sur de Chile, aún hoy los indios anteponen
el artículo masculino a todo sustantivo femenino: el pala, el botella, y demás.

• 57 •
José Hernández

Si me atribulo o me encojo, que me tuvo apuradazo,


590 siguro que no me escapo; hasta que, al fin, de un bolazo
siempre he sido medio guapo del caballo lo bajé.
pero en aquella ocasión
me hacía buya el corazón Áhi no más me tiré al suelo
como la garganta al sapo. y lo pisé en las paletas:
empezó a hacer morisquetas
Dios le perdone al salvaje 610 y a mezquinar la garganta...
las ganas que me tenía... pero yo hice la obra santa
Desaté las tres marías de hacerlo estirar la jeta.
y lo engatusé a cabriolas.
¡Pucha...! si no traigo bolas36 Allí quedó de mojón
600 me achura el indio ese día. y en su caballo salté;
de la indiada disparé,
Era el hijo de un cacique pues si me alcanza me mata,
sigún yo lo avirigüé; y, al fin, me les escapé
la verdad del caso jue con el hilo en una pata37.

IV
Seguiré esta relación nosotros, de cuando en cuando
620 aunque pa chorizo es largo: solíamos ladrar de pobres:
el que pueda hágasé cargo nunca llegaban los cobres
cómo andaría de matrero, 630 que se estaban aguardando.
después de salvar el cuero
de aquel trance tan amargo. Y andábamos de mugrientos
que el mirarnos daba horror;
Del sueldo nada les cuento, les juro que era un dolor
porque andaba disparando; ver esos hombres, ¡por Cristo!

36 bolas: se usa aquí por boleadoras.


37 con el hilo en una pata: al recordar el terrible riesgo a que ha estado expuesto, lo
expresa y resume por medio de una comparación. En el campo, las gallinas que han
sido atadas por la noche para ser sacrificadas al día siguiente bien temprano, logran
salvarse de las ataduras y escapan llevando “el hilo en una pata”.

• 58 •
El gaucho Martín Fierro

En mi perra vida he visto no soy lerdo... pero, hermano,


una miseria mayor. vino el Comendante un día
diciendo que lo quería
Yo no tenía ni camisa 660 “pa enseñarle a comer grano”.

ni cosa que se parezca;


mis trapos solo pa yesca Afigúresé cualquiera
640 me podían servir al fin... la suerte de este su amigo,
No hay plaga como un fortín a pie y mostrando el umbligo,
para que el hombre padezca. estropiao, pobre y desnudo.
Ni por castigo se pudo
Poncho, jergas, el apero, hacerse más mal conmigo.
las prenditas, los botones,
todo, amigo, en los cantones Ansí pasaron los meses,
jue quedando poco a poco; y vino el año siguiente,
ya nos tenían medio loco y las cosas igualmente
la pobreza y los ratones. 670 siguieron del mismo modo:
adrede parece todo
Solo una manta peluda para aburrir a la gente.
650 era cuanto me quedaba;
la había agenciao a la taba No teníamos más permiso,
y ella me tapaba el bulto; ni otro alivio la gauchada,
yaguané38 que allí ganaba que salir de madrugada
no salía... ni con indulto. cuando no había indio ninguno,
campo ajuera, a hacer boliadas,
Y pa mejor hasta el moro desocando39 los reyunos40.
se me jue de entre las manos;

38 Yaguané: las condiciones de higiene en que se desenvolvía la vida del gaucho en las
fronteras hacía que los parásitos abundasen. El término alude aquí al piojo, pero sirve
también para denominar el pelaje de ciertos vacunos: pardo o negruzco en el lomo y
en el vientre, y blanco en los costados.
39 Desocar: luxación que se les produce en los remos delanteros o traseros a los caballos,
cuando se les hace correr en lugares inapropiados.
40 Reyuno: caballo sin dueño. Antiguamente, se llamaba reyunos a los caballos del
rey o del Estado, y se los reconocía por los cortes que se les hacían en las orejas,
como marcas.

• 59 •
José Hernández

Y cáibamos al cantón tiraba tanto la cuerda


680 con los fletes aplastaos, que con sus cuatro limetas
pero a veces medio aviaos él cargaba las carretas
con plumas y algunos cueros de plumas, cueros y cerda.
que áhi no más con el pulpero
los teníamos negociaos. Nos tenía apuntaos a todos
710 con más cuentas que un rosario,
Era un amigo del jefe cuando se anunció un salario
que con un boliche estaba; que iban a dar, o un socorro;
yerba y tabaco nos daba pero sabe Dios qué zorro
por la pluma de avestruz, se lo comió al comisario.
y hasta le hacía ver la luz41
690 al que un cuero le llevaba. Pues nunca lo vi llegar
y, al cabo de muchos días,
Sólo tenía cuatro frascos en la mesma pulpería
y unas barricas vacías, dieron una buena cuenta,
y a la gente le vendía que la gente muy contenta
todo cuanto precisaba: 720 de tan pobre recebía.

a veces creiba que estaba


allí la proveduría. Sacaron unos sus prendas
que las tenían empeñadas,
¡Ah pulpero habilidoso! por sus deudas atrasadas
Nada le solía faltar dieron otros el dinero;
¡aijuna! y para tragar al fin de fiesta el pulpero
700 tenía un buche de ñandú. se quedó con la mascada.
La gente le dio en llamar
“el boliche de virtú”. Yo me arrecosté a un horcón
dando tiempo a que pagaran,
Aunque es justo que quien vende y poniendo güena cara
algún poquitito muerda,

41 Hacer ver la luz: los pulperos compraban al gaucho plumas de avestruz y cueros en
cantidad, que pagaban con mercaderías, y a veces agregaban algunas monedas de
plata, muy brillantes, como en este caso.

• 60 •
El gaucho Martín Fierro

730 estuve haciéndomé el poyo42, “¿Y qué querés recebir


a esperar que me llamaran si no has dentrao en la lista?”
para recebir mi boyo.
“Esto sí que es amolar”,
Pero áhi me pude quedar dije yo pa mis adentros,
pegao pa siempre al horcón; “van dos años que me encuentro
ya era casi la oración 760 y hasta áura he visto ni un grullo;

y ninguno me llamaba; dentro en todos los barullos


la cosa se me ñublaba pero en las listas no dentro”.
y me dentró comezón.
Vide el pleito mal parao
Pa sacarme el entripao y no quise aguardar más...
740 vi al Mayor, y lo fi a hablar. Es güeno vivir en paz
Yo me lo empecé a atracar con quien nos ha de mandar,
y, como con poca gana, y reculando pa tras
le dije: “Tal vez mañana me le empecé a retirar.
acabarán de pagar”.
Supo todo el Comendante
“Qué mañana ni otro día”, 770 y me llamó al otro día,

al punto me contestó, diciéndomé que quería


“la paga ya se acabó, aviriguar bien las cosas...
siempre has de ser animal”. que no era el tiempo de Rosas,
Me rái y le dije: “Yo... que áura a naides se debía.
750 no he recebido ni un rial”.
Llamó al cabo y al sargento
Se le pusieron los ojos y empezó la indagación:
que se le querían salir, si había venido al cantón
y áhi no más volvió a decir en tal tiempo o en tal otro...
comiéndomé con la vista:

42 Poyo: hay distintas interpretaciones sobre este término. Unos creen que se refiere al
banco o asiento de piedra, y otros, en sentido metafórico, a hacerse el distraído o
disimulado (‘haciéndome el pollo’). Así lo juzga Eleuterio Tiscornia, quien lo asimila
a otro giro corriente: “hacerse el pavo”.

• 61 •
José Hernández

Y si había venido en potro, Ni un pedazo de tabaco


780 en reyuno o redomón. le dan al pobre soldao,
790

y lo tienen, de delgao,
Y todo era alborotar más ligero que un guanaco.
al ñudo y hacer papel;
conocí que era pastel Pero qué iba a hacerles yo,
pa engordar con mi guayaca43; charabón44 en el desierto;
mas si voy al coronel más bien me daba por muerto
me hacen bramar en la estaca. pa no verme más fundido
y me les hacía el dormido
¡Ah, hijos de una!... ¡La codicia aunque soy medio dispierto.
ojalá les ruempa el saco!

V
Yo andaba desesperao Allí tuito va al revés:
800 aguardando una ocasión los milicos se hacen piones,
que los indios un malón y andan por las poblaciones
nos dieran, y entre el estrago emprestaos pa trabajar;
hacérmelés cimarrón los rejuntan pa peliar
y volverme pa mi pago. cuando entran indios ladrones.

Aquello no era servicio Yo he visto en esa milonga
ni defender la frontera: muchos jefes con estancia,
aquello era ratonera y piones en abundancia,
en que es más gato el más juerte: 820 y majadas y rodeos;

era jugar a la suerte he visto negocios feos


810 con una taba culera. a pesar de mi inorancia.

43 Guayaca: especie de tabaquera hecha con la vejiga, el buche o cuero de ciertos anima-
les; también las hay tejidas y bordadas de vivos colores.
44 Charabón: avestruz que emplumece, y por extensión, muchachito rapaz.

• 62 •
El gaucho Martín Fierro

Y colijo que no quieren Era un gringo tan bozal45,


la barunda componer: que nada se le entendía.
para eso no ha de tener ¡Quién sabe de ánde sería!
el jefe, aunque esté de estable, 850 Tal vez no juera cristiano,

más que su poncho y su sable, pues lo único que decía


su caballo y su deber. es que era pa-po-litano46.

Ansina, pues, conociendo Estaba de centinela
830 que aquel mal no tiene cura, y, por causa del peludo,
que tal vez mi sepultura verme más claro no pudo
si me quedo iba a encontrar, y esa jue la culpa toda.
pensé en mandarme mudar El bruto se asustó al ñudo
como cosa más sigura. y fi el pavo de la boda.

Y pa mejor, una noche, Cuanto me vido acercar:
¡qué estaquiada me pegaron! 860 “¿Quén vívore?”, preguntó;

Casi me descoyuntaron “Qué víboras”, dije yo.


por motivo de una gresca. “¡Hagarto!”, me pegó el grito.
¡Aijuna, si me estiraron Y yo dije despacito:
840 lo mesmo que guasca fresca! “Más lagarto47 serás vos”.

Jamás me puedo olvidar Áhi nomás ¡Cristo me valga!
lo que esa vez me pasó: rastrillar48 el jusil siento;
dentrando una noche yo me agaché, y en el momento
al fortín, un enganchao, el bruto me largó un chumbo;
que estaba medio mamao, mamao, me tiró sin rumbo,
allí me desconoció. 870 que si no, no cuento el cuento.

45 Bozal: se decía del negro recién sacado de su país. En sentido figurado significa
“necio”. En el verso, destaca la dificultad de los extranjeros para aprender el idioma
del país.
46 pa-po-litano: deformación humorística de napolitano.
47 lagarto: la orden del centinela napolitano: “¡Hagarto!” (¡Haga alto!) le suena a Martín
Fierro: ¡lagarto!, sinónimo de ladrón en lenguaje de germanía, es decir, la jerga o manera
de hablar de ladrones y rufianes.
48 Rastrillar: levantar el gatillo. Se refiere al rastrillo de las antiguas armas de chispa.

• 63 •
José Hernández

Por de contao, con el tiro no sirven ni pa carniar,


se alborotó el avispero; y yo he visto muchas veces
los oficiales salieron que ni voltiadas las reses
y se empezó la junción: 900 se les querían arrimar.

quedó en su puesto el nación49


y yo fi al estaquiadero. Y lo pasan sus mercedes
lengüetiando pico a pico
Entre cuatro bayonetas hasta que viene un milico
me tendieron en el suelo. a servirles el asao...
Vino el mayor medio en pedo Y eso sí, en lo delicaos
880 y allí se puso a gritar: parecen hijos de rico.
“Pícaro, te he de enseñar
a andar declamando sueldos”. Si hay calor, ya no son gente,
si yela, todos tiritan;
De las manos y las patas si usté no les da, no pitan
me ataron cuatro cinchones. 910 por no gastar en tabaco,
Les aguanté los tirones y cuando pescan un naco
sin que ni un ¡ay! se me oyera unos a otros se lo quitan.
y al gringo la noche entera
lo harté con mis maldiciones. Cuando llueve se acoquinan
como el perro que oye truenos.
Yo no sé por qué el gobierno ¡Qué diablos! solo son güenos
890 nos manda aquí a la frontera pa vivir entre maricas,
gringada que ni siquiera y nunca se andan con chicas
se sabe atracar a un pingo. para alzar ponchos ajenos.
¡Si crerá al mandar un gringo
que nos manda alguna fiera! Pa vichar son como ciegos,
920 ni hay ejemplo de que entiendan;

No hacen más que dar trabajo no hay uno solo que aprienda,
pues no saben ni ensillar; al ver un bulto que cruza,

49 el nación: denominación que se daba al extranjero, así como también “gringo” y


“extranjís”.

• 64 •
El gaucho Martín Fierro

a saber si es avestruza, tuitos se pelan al rato


o si es jinete, o hacienda. y va quedando el tendal:
esto es como en un nidal
Si salen a perseguir 930 echarle güevos a un gato.

después de mucho aparato,

VI

Vamos dentrando recién que a la güelta pagarían
a la parte más sentida, licenciándoló al gauchaje.
aunque es todita mi vida
de males una cadena: Que en esta despedición
a cada alma dolorida 950 tuviéramos la esperanza,
le gusta cantar sus penas. que iba a venir sin tardanza
sigún el jefe contó,
Se empezó en aquel entonces un menistro o qué sé yo...
a rejuntar caballada que lo llamaban Don Ganza50.
y riunir la milicada
940 teniéndolá en el cantón, Que iba a riunir el ejército
para una despedición y tuitos los batallones
a sorprender a la indiada. y que traiba unos cañones
con más rayas que un cotín51.
Nos anunciaban que iríamos ¡Pucha...! las conversaciones
sin carretas ni bagajes 960 por allá no tenían fin.

a golpiar a los salvajes


en sus mesmas tolderías;

50 Don Ganza: se alude a Martín de Gainza, ministro de Guerra bajo la presidencia de


Sarmiento (1868-1874). La “Primera parte” del Martín Fierro se publicó en 1872. Con
estos datos podemos ubicar entre 1868-1872 el servicio de tres años de Martín Fierro en
el acantonamiento.
51 y que traiba unos cañones/ con más rayas que un cotín: en 1871 Sarmiento importó
para el ejército los Remington calibre 43, de procedencia norteamericana (armas de
retrocarga y fuego central), a los que se refieren estos versos.

• 65 •
José Hernández

Pero esas trampas no enriedan empinando una limeta


a los zorros de mi laya; el jefe y el juez de paz,
que el menistro venga o vaya, yo no quise aguardar más
poco le importa a un matrero. 990 y me hice humo en un sotreta53.

Yo también dejé las rayas...


en los libros del pulpero52. Para mí el campo son flores
dende que libre me veo;
Nunca jui gaucho dormido, donde me lleva el deseo
siempre pronto, siempre listo, allí mis pasos dirijo
yo soy un hombre ¡qué Cristo! y hasta en las sombras, de fijo
970 que nada me ha acobardao, que a donde quiera rumbeo.
y siempre salí parao
en los trances que me he visto. Entro y salgo del peligro
sin que me espante el estrago;
Dende chiquito gané no aflojo al primer amago
la vida con mi trabajo, 1000 ni jamás fi gaucho lerdo:

y aunque siempre estuve abajo soy pa rumbiar como el cerdo


y no sé lo que es subir, y pronto cái a mi pago.
también el mucho sufrir
suele cansarnos ¡barajo! Volvía al cabo de tres años
de tanto sufrir al ñudo,
En medio de mi inorancia resertor, pobre y desnudo,
980 conozco que nada valgo: a procurar suerte nueva,
soy la liebre o soy el galgo y lo mesmo que el peludo
asigún los tiempos andan; enderecé pa mi cueva.
pero también los que mandan
debieran cuidarnos algo. No hallé ni rastro del rancho;
1010 ¡solo estaba la tapera!

Una noche que riunidos ¡Por Cristo, si aquello era


estaban en la carpeta pa enlutar el corazón;

52 Yo también dejé las rayas.../ en los libros del pulpero: dice Tiscornia: “Es decir las
deudas, rayadas o tachadas, cuando eran finiquitas”.
53 Una noche que riunidos [...] y me hice humo en un sotreta: se hace referencia en estos ver-
sos al conocimiento de los naipes y a la posibilidad de engaños y trampas en el juego.

• 66 •
El gaucho Martín Fierro

yo juré en esa ocasión ¡mas qué iban a trabajar,


ser más malo que una fiera! si eran como los pichones
sin acabar de emplumar!
¡Quién no sentirá lo mesmo
cuando ansí padece tanto! Por áhi andarán sufriendo
Puedo asigurar que el llanto de nuestra suerte el rigor:
como una mujer largué. me han contado que el mayor
¡Ay mi Dios, si me quedé nunca dejaba a su hermano;
1020 más triste que Jueves Santo! puede ser que algún cristiano
1050 los recoja por favor.

Solo se oiban los aullidos


de un gato que se salvó; Y la pobre mi mujer
el pobre se guareció Dios sabe cuánto sufrió.
cerca, en una vizcachera; Me dicen que se voló
venía como si supiera con no sé qué gavilán,
que estaba de güelta yo. sin duda a buscar el pan
que no podía darle yo.
Al dirme dejé la hacienda
que era todito mi haber. No es raro que a uno le falte
Pronto debíamos volver, lo que a algún otro le sobre;
1030 según el Juez prometía, si no le quedó ni un cobre
y hasta entonces cuidaría 1060 sino de hijos un enjambre

de los bienes la mujer. ¿qué más iba a hacer la pobre


para no morirse de hambre?
Después me contó un vecino
que el campo se lo pidieron, Tal vez no te vuelva a ver,
la hacienda se la vendieron prenda de mi corazón.
pa pagar arrendamientos, Dios te dé su proteción
y qué sé yo cuántos cuentos; ya que no me la dio a mí,
pero todo lo fundieron. y a mis hijos dende aquí
les echo mi bendición.
Los pobrecitos muchachos
1040 entre tantas afliciones Como hijitos de la cuna
se conchabaron de piones; 1070 andarán por áhi sin madre.

• 67 •
José Hernández

Ya se quedaron sin padre Mas también en este juego


y ansí la suerte los deja, voy a pedir mi bolada;
sin naides que los proteja a naides le debo nada
y sin perro que los ladre54. ni pido cuartel ni doy,
y ninguno dende hoy
Los pobrecitos tal vez ha de llevarme en la armada56.
no tengan ande abrigarse,
ni ramada55 ande ganarse, Yo he sido manso primero,
ni un rincón ande meterse, 1100 y seré gaucho matrero
ni camisa que ponerse, en mi triste circunstancia,
1080 ni poncho con qué taparse. aunque es mi mal tan projundo;
nací y me he criao en estancia,
Tal vez los verán sufrir pero ya conozco el mundo.
sin tenerles compasión;
puede que alguna ocasión Ya le conozco sus mañas,
aunque los vean tiritando le conozco sus cucañas57,
los echen de algún jogón sé cómo hacen la partida,
pa que no estén estorbando. la enriedan y la manejan:
deshaceré la madeja
Y al verse ansina espantados 1110 aunque me cueste la vida.

como se espanta a los perros,


irán los hijos de Fierro Y aguante el que no se anime
1090 con la cola entre las piernas, a meterse en tanto engorro,
a buscar almas más tiernas o si no aprétesé el gorro58
o esconderse en algún cerro. o para otra tierra emigre;

54 Como hijitos de la cuna [...] y sin perro que los ladre: glosa del conocido refrán español:
“Ni padre, ni madre, ni perro que le ladre”.
55 Ramada: vivienda auxiliar ubicada junto al rancho y compuesta por un techo de ramas y
paja, sostenida por cuatro, seis u ocho postes. Protegía del sol y de la lluvia y servía
como depósito. Además permitía matear, comer y hacer los asados bajo su resguardo.
56 Armada: referencia a la abertura corrediza del lazo, que el gaucho usa para sujetar al
animal. También alude al propósito de influir o dominar la voluntad del otro.
57 Cucaña: ardid, especie de trampa, engaño.
58 Apretarse el gorro: disparar, huir velozmente. La frase atiende a la costumbre del hom-
bre de campo de asegurarse el sombrero con la mano cuando sopla viento. Es una
expresión muy común y gráfica de la literatura gauchesca y popular.

• 68 •
El gaucho Martín Fierro

pero yo ando como el tigre no se encontrará ninguno


que le roban los cachorros. que no lo dueblen las penas;
1120

mas no debe aflojar uno


Aunque muchos cren que el gaucho mientras hay sangre en las venas.
tiene un alma de reyuno,

VII

De carta de más me vía Supe una vez por desgracia


sin saber adónde dirme; 1140 que había un baile por allí,
mas dijieron que era vago y medio desesperao
y entraron a perseguirme. a ver la milonga fui.

Nunca se achican los males, Riunidos al pericón
van poco a poco creciendo, tantos amigos hallé,
y ansina me vide pronto que alegre de verme entre ellos
1130 obligao a andar juyendo. esa noche me apedé.

No tenía mujer ni rancho, Como nunca, en la ocasión
y a más, era resertor; por peliar me dio la tranca,
no tenía una prenda güena y la emprendí con un negro
ni un peso en el tirador. 1150 que trujo una negra en ancas.


A mis hijos infelices Al ver llegar la morena
pensé volverlos a hallar que no hacía caso de naides,
y andaba de un lao al otro le dije con la mamúa:
sin tener ni qué pitar. “Va... ca... yendo59 gente al baile”.

59 Va... ca... yendo: el verbo caer en el sentido de llegar es común en el habla rústica.
Va cayendo es lo mismo que va llegando. En Martín Fierro hay una descomposición
intencional, provocativa, humorística de esta forma.

• 69 •
José Hernández

La negra entendió la cosa Corcovió el de los tamangos


y no tardó en contestarme, 1180 y creyéndosé muy fijo:
mirándomé como a perro: “Más porrudo serás vos,
“Más vaca será tu madre”. gaucho rotoso”, me dijo.

Y dentró al baile muy tiesa Y ya se me vino al humo
1160 con más cola que una zorra como a buscarme la hebra,
haciendo blanquiar los dientes y un golpe le acomodé
lo mesmo que mazamorra. con el porrón de giñebra.

“Negra linda”... dije yo, Áhi no más pegó el de hollín
“me gusta... pa la carona60”; más gruñidos que un chanchito.
y me puse a talariar y pelando el envenao61
esta coplita fregona: 1190 me atropelló dando gritos.


“A los blancos hizo Dios, Pegué un brinco y abrí cancha
a los mulatos San Pedro, diciéndolés: “Caballeros,
a los negros hizo el diablo dejen venir ese toro;
1170 para tizón del infierno”. solo nací... solo muero”.

Había estao juntando rabia El negro después del golpe
el moreno dende ajuera; se había el poncho refalao
en lo escuro le brillaban y dijo: “Vas a saber
los ojos como linterna. si es solo o acompañao”.

Lo conocí retobao, Y mientras se arremangó
me acerqué y le dije presto: 1200 yo me saqué las espuelas,

“Por... rudo... que un hombre sea pues malicié que aquel tío
nunca se enoja por esto”. no era de arriar con las riendas.

60 pa la carona: al aludir a la carona estaba tratando indirectamente de “yegua” a la


negra. La carona forma parte del recado que se le coloca al caballo.
61 envenao: se llamaba así al cuchillo con mango de madera, que el gaucho forraba
con una vena fresca, para darle mayor resistencia.

• 70 •
El gaucho Martín Fierro

No hay cosa como el peligro alcanzando con la punta


pa refrescar a un mamao; a cortarme en un carrillo.
hasta la vista se aclara
por mucho que haiga chupao. Me hirvió la sangre en las venas
y me le afirmé al moreno,
El negro me atropelló dándolé de punta y hacha
como a quererme comer; 1230 pa dejar un diablo menos.

me hizo dos tiros seguidos


1210 y los dos le abarajé. Por fin en una topada
en el cuchillo lo alcé
Yo tenía un facón con S y como un saco de güesos
que era de lima de acero; contra el cerco lo largué.
le hice un tiro, lo quitó
y vino ciego el moreno. Tiró unas cuantas patadas
y ya cantó pa el carnero63.
Y en el medio de las aspas Nunca me puedo olvidar
un planazo le asenté de la agonía de aquel negro.
que le largué culebriando62
lo mesmo que buscapié. En esto la negra vino,
1240 con los ojos como ají,

Le coloriaron las motas y empezó la pobre allí


1220 con la sangre de la herida, a bramar como una loba.
y volvió a venir furioso Yo quise darle una soba
como una tigra parida. a ver si la hacía callar;
mas pude reflesionar
Y ya me hizo relumbrar que era malo en aquel punto,
por los ojos el cuchillo y por respeto al dijunto
no la quise castigar.

62 culebriando: se refiere a los movimientos en figura de S, como el de la culebra.


63 Cantar para el carnero: portuguesismo por cantar antes de morir. Carneiro significa
“cementerio”.

• 71 •
José Hernández


Limpié el facón en los pastos, Y dicen que dende entonces
1250 desaté mi redomón, cuando es la noche serena
monté despacio y salí suele verse una luz mala65
al tranco pa el cañadón. 1260 como de alma que anda en pena.


Después supe que al finao Yo tengo intención a veces,
ni siquiera lo velaron para que no pene tanto,
y retobao64 en un cuero de sacar de allí los güesos
sin rezarle lo enterraron. y echarlos al camposanto.

VIII

Otra vez en un boliche Y como era protegido,


estaba haciendo la tarde; andaba muy entonao
cayó un gaucho que hacía alarde y a cualquiera desgraciao
de guapo y de peliador. 1280 lo llevaba por delante.


A la llegada metió ¡Ah pobre, si él mesmo creiba
1270 el pingo hasta la ramada; que la vida le sobraba!
y yo sin decirle nada Ninguno diría que andaba
me quedé en el mostrador. aguaitándoló la muerte.

Era un terne66 de aquel pago Pero ansí pasa en el mundo,
que naides lo reprendía, es ansí la triste vida:
que sus enriedos tenía pa todos está escondida
con el señor Comendante. la güena o la mala suerte.

64 retobao: tiene dos acepciones: a) enojado, airado (en este sentido lo usa Hernández
en el verso 1.175: “Lo conocí retobao”) y b) envuelto, recubierto, como en este caso. Los
paisanos consideran que el retobo debe hacerse en cuero vacuno.
65 Luz mala: fuegos fatuos que se originan de la fosforescencia de osamentas o huesos
sueltos, dispersos. Es una de las supersticiones más comunes en nuestros campos.
66 Terne: matón, guapo pero también pícaro, astuto, equivalente a peje o liendre.

• 72 •
El gaucho Martín Fierro

Se tiró al suelo67; al dentrar Monté y me encomendé a Dios,


1290 le dio un empeyón a un vasco rumbiando para otro pago;
y me alargó un medio frasco que el gaucho que llaman vago69
diciendo: “Beba, cuñao68”. no puede tener querencia,
“Por su hermana”, contesté, y ansí de estrago en estrago
“que por la mía no hay cuidao”. vive yorando la ausencia.

“¡Ah, gaucho!”, me respondió. Él anda siempre juyendo,
“¿De qué pago será criollo? 1320 siempre pobre y perseguido;
Lo andará buscando el hoyo, no tiene cueva ni nido,
deberá tener güen cuero; como si juera maldito;
pero ande bala este toro porque el ser gaucho... ¡barajo!
1300 no bala ningún ternero.” el ser gaucho es un delito.

Y ya salimos trenzaos, Es como el patrio de posta70;
porque el hombre no era lerdo; lo larga este, aquel lo toma,
mas como el tino no pierdo nunca se acaba la broma;
y soy medio ligerón, dende chico se parece
lo dejé mostrando el sebo al arbolito que crece
de un revés con el facón. 1330 desamparao en la loma.


Y como con la justicia Le echan la agua del bautismo
no andaba bien por allí, aquel que nació en la selva,
cuanto pataliar lo vi “buscá madre que te envuelva”,
1310 y el pulpero pegó el grito, le dice el flaire y lo larga,
ya pa el palenque salí y dentra a cruzar el mundo
como haciéndomé el chiquito. como burro con la carga.

67 Tirarse al suelo: desmontar, dejarse caer del caballo.


68 cuñao: en este caso hay intención de agravio, insulto. A veces, el vocablo significa
afecto.
69 Vago: denominación que se aplicaba al campesino que no tenía ocupación ni domici-
lio fijo.
70 Patrio de posta: caballo de propiedad del gobierno, destinado al servicio de postas.
Alude al mal trato que se les daba a estos animales “ajenos”.

• 73 •
José Hernández

Y se cría viviendo al viento que le rece una oración:


como oveja sin trasquila tal vez como cimarrón
mientras su padre en las filas en una cueva lo tiran.
1340 anda sirviendo al gobierno;
aunque tirite en invierno, Él nada gana en la paz
naides lo ampara ni asila. y es el primero en la guerra;
no le perdonan si yerra,
Le llaman “gaucho mamao” 1370 que no saben perdonar,

si lo pillan divertido, porque el gaucho en esta tierra


y que es mal entretenido solo sirve pa votar.
si en un baile lo sorprienden;
hace mal si se defiende Para él son los calabozos,
y si no, se ve... fundido. para él las duras prisiones;
en su boca no hay razones
No tiene hijos, ni mujer, aunque la razón le sobre;
1350 ni amigos, ni protetores, que son campanas de palo
pues todos son sus señores las razones de los pobres.
sin que ninguno lo ampare;
tiene la suerte del güey, Si uno aguanta, es gaucho bruto;
¿y dónde irá el güey que no are?71 1380 si no aguanta, es gaucho malo.

¡Déle azote, déle palo,


Su casa es el pajonal, porque es lo que él necesita!
su guarida es el desierto; De todo el que nació gaucho
y si de hambre medio muerto esta es la suerte maldita.
le echa el lazo a algún mamón,
lo persiguen como a pleito Vamos, suerte, vamos juntos
1360 porque es un “gaucho ladrón”. dende que juntos nacimos,
y ya que juntos vivimos
Y si de un golpe por áhi sin podernos dividir,
lo dan güelta panza arriba, yo abriré con mi cuchillo
no hay un alma compasiva 1390 el camino pa seguir.

71 ¿y dónde irá el güey que no are?: el dicho popular dice: “¿Dónde ha de ir el buey que no
are si no a la carnicería?”

• 74 •
El gaucho Martín Fierro

IX
Matreriando72 lo pasaba Ansí es que al venir la noche
y a las casas no venía; iba a buscar mi guarida,
solía arrimarme de día pues ande el tigre se anida
mas, lo mesmo que el carancho, también el hombre lo pasa,
siempre estaba sobre el rancho y no quería que en las casas
espiando a la polecía. 1420 me rodiara la partida.


Viva el gaucho que ande mal Pues aun cuando vengan ellos
como zorro perseguido, cumpliendo con sus deberes
hasta que al menor descuido yo tengo otros pareceres,
1400 se lo atarasquen los perros, y en esa conduta vivo:
pues nunca le falta un yerro que no debe un gaucho altivo
al hombre más alvertido. peliar entre las mujeres.

Y en esa hora de la tarde Y al campo me iba solito,
en que tuito se adormece, más matrero que el venao,
que el mundo dentrar parece como perro abandonao,
a vivir en pura calma, 1430 a buscar una tapera,

con las tristezas de su alma o en alguna vizcachera


al pajonal enderiece. pasar la noche tirao.

Bala el tierno corderito Sin punto ni rumbo fijo
1410 al lao de la blanca oveja en aquella inmensidá,
y a la vaca que se aleja entre tanta escuridá
llama el ternero amarrao; anda el gaucho como duende;
pero el gaucho disgraciao allí jamás lo sorpriende
no tiene a quién dar su queja. dormido, la autoridá.

72 Matreriar: forma verbal derivada de un sustantivo: matrero. Según Inchauspe, el vo-


cablo proviene de matras, gruesas mantas tejidas que servían de lecho en campo
abierto.

• 75 •
José Hernández

Su esperanza es el coraje, Es triste en medio del campo


1440 su guardia es la precaución, pasarse noches enteras
su pingo es la salvación contemplando en sus carreras
y pasa uno en su desvelo las estrellas que Dios cría,
sin más amparo que el cielo sin tener más compañía
ni otro amigo que el facón. que su soledá y las fieras.

................................................. Me encontraba, como digo,
................................................. 1470 en aquella soledá,
entre tanta escuridá,
Ansí me hallaba una noche echando al viento mis quejas,
contemplando las estrellas, cuando el grito del chajá73
que le parecen más bellas me hizo parar las orejas.
cuanto uno es más desgraciao
y que Dios les haiga criao Como lumbriz me pegué
1450 para consolarse en ellas. al suelo para escuchar;
pronto sentí retumbar
Les tiene el hombre cariño las pisadas de los fletes,
y siempre con alegría y que eran muchos jinetes
ve salir las Tres Marías, 1480 conocí sin vacilar.

que si llueve, cuando escampa,


las estrellas son la guía Cuando el hombre está en peligro
que el gaucho tiene en la pampa. no debe tener confianza;
ansí, tendido de panza,
Aquí no valen dotores: puse toda mi atención,
solo vale la esperencia; y ya escuché sin tardanza
aquí verían su inocencia como el ruido de un latón.
1460 esos que todo lo saben,
porque esto tiene otra llave Se venían tan calladitos
y el gaucho tiene su cencia. que yo me puse en cuidao;

73 Chajá: ave vigilante que con sus gritos denuncia las presencias extrañas en el campo.

• 76 •
El gaucho Martín Fierro

tal vez me hubieran bombiao74 “No se han de morir de antojo75”,


1490 y me venían a buscar; les dije cuando llegaron.
mas no quise disparar,
que eso es de gaucho morao. Yo quise hacerles saber
que allí se hallaba un varón;
Al punto me santigüé les conocí la intención
y eché de giñebra un taco, 1520 y solamente por eso

lo mesmito que el mataco es que les gané el tirón,


me arroyé con el porrón: sin aguardar voz de preso.
“Si han de darme pa tabaco”,
dije, “ésta es güena ocasión”. “Vos sos un gaucho matrero”,
dijo uno, haciéndosé el güeno.
Me refalé las espuelas “Vos matastes un moreno
1500 para no peliar con grillos; y otro en una pulpería,
me arremangué el calzoncillo, y aquí está la polecía
y me ajusté bien la faja, que viene a ajustar tus cuentas;
y en una mata de paja te va a alzar por las cuarenta
probé el filo del cuchillo. 1530 si te resistís hoy día.”


Para tenerlo a la mano “No me vengan”, contesté,
el flete en el pasto até, “con relación de dijuntos;
la cincha le acomodé esos son otros asuntos;
y en un trance como aquel, vean si me pueden llevar,
haciendo espaldas en él, que yo no me he de entregar
1510 quietito los aguardé. aunque vengan todos juntos”.

Cuando cerca los sentí, Pero no aguardaron más
y que áhi no más se pararon, y se apiaron en montón;
los pelos se me erizaron como a perro cimarrón
y aunque nada vían mis ojos, 1540 me rodiaron entre tantos;

74 Bombiao: por bombeado, descubierto. Proviene de bombero, especie de espía.


75 Morir de antojo: frase muy generalizada en la literatura gauchesca.

• 77 •
José Hernández

yo me encomendé a los santos, enfrente se me pararon,


y eché mano a mi facón. y a un tiempo me atropellaron
lo mesmo que perros sueltos.
Y ya vide el fogonazo
de un tiro de garabina76, Me fui reculando en falso
mas quiso la suerte indina y el poncho adelante eché77,
de aquel maula, que me errase, y en cuanto le puso el pie
y áhi no más lo levantase 1570 uno medio chapetón78

lo mesmo que una sardina. de pronto le di el tirón


y de espaldas lo largué.
A otro que estaba apurao
1550 acomodando una bola Al verse sin compañero
le hice una dentrada sola el otro se sofrenó;
y le hice sentir el fierro, entonces le dentré yo,
y ya salió como el perro sin dejarlo resollar,
cuando le pisan la cola. pero ya empezó a aflojar
y a la pun... ta disparó.
Era tanta la aflición
y la angurria que tenían, Uno que en una tacuara
que tuitos se me venían 1580 había atao una tijera,

donde yo los esperaba; se vino como si juera


uno al otro se estorbaba palenque de atar terneros,
1560 y con las ganas no vían. pero en dos tiros certeros
salió aullando campo ajuera.
Dos de ellos, que traiban sables,
más garifos y resueltos, Por suerte en aquel momento
en las hilachas envueltos venía coloriando el alba

76 garabina: por carabina, muy común en la dicción del hombre de campo.


77 Me fui reculando en falso/ y el poncho adelante eché: treta que ha dado origen a la
expresión: “Hacer pisar el poncho”.
78 chapetón: poco diestro, inexperto, “chambón”. En el mismo sentido se decía maturrango,
y se refería especialmente a los que andaban mal a caballo. Los criollos llamaron así a los
españoles en las guerras de la independencia.

• 78 •
José Hernández

y yo dije: “Si me salva Dende ese momento yo


la Virgen en este apuro, me salí de mis casillas.
en adelante le juro
1590 ser más güeno que una malva79”. Di para atrás unos pasos
hasta que pude hacer pie,
Pegué un brinco y entre todos por delante me lo eché
sin miedo me entreveré; de punta y tajos a un criollo;
hecho ovillo me quedé metió la pata en un hoyo,
y ya me cargó una yunta, 1620 y yo al hoyo lo mandé.

y por el suelo la punta


de mi facón les jugué. Tal vez en el corazón
lo tocó un santo bendito
El más engolosinao a un gaucho, que pegó el grito
se me apió con un hachazo; y dijo: “¡Cruz no consiente
se lo quité con el brazo, que se cometa el delito
1600 de no, me mata los piojos; de matar ansí a un valiente!”
y antes de que diera un paso
le eché tierra en los dos ojos. Y áhi no más se me aparió,
dentrándolé a la partida;
Y mientras se sacudía yo les hice otra embestida
refregándosé la vista, 1630 pues entre dos era robo;

yo me le fui como lista y el Cruz era como lobo


y áhi nomás me le afirmé, que defiende su guarida.
diciéndolé: “Dios te asista”,
y de un revés lo voltié. Uno despachó al infierno
de dos que lo atropellaron;
Pero en ese punto mesmo los demás remoliniaron,
1610 sentí que por las costillas pues íbamos a la fija,
un sable me hacía cosquillas y a poco andar dispararon
y la sangre se me heló. lo mesmo que sabandija.

79 Malva: planta cuyas hojas se usaban en los remedios caseros de la campaña. Sus vir-
tudes emolientes suavizan y amortiguan algunas dolencias. Esto aclara expresiones
como: “bueno como una malva” y “más bueno que una malva”, entre otras.

• 80 •
El gaucho Martín Fierro

Áhi quedaron largo a largo Calentamos los gargueros


1640 los que estiraron la jeta; y nos largamos muy tiesos,
otro iba como maleta, siguiendo siempre los besos
y Cruz de atrás les decía: al pichel, y por más señas,
“Que venga otra polecía íbamos como cigüeñas
a llevarlos en carreta”. estirando los pescuezos.

Yo junté las osamentas, “Yo me voy”, le dije, “amigo,
me hinqué y les recé un bendito; 1670 donde la suerte me lleve,
hice una cruz de un palito y si es que alguno se atreve,
y pedí a mi Dios clemente a ponerse en mi camino,
me perdonara el delito yo seguiré mi destino,
1650 de haber muerto tanta gente. que el hombre hace lo que debe.

Dejamos amontonaos ”Soy un gaucho desgraciado,
a los pobres que murieron; no tengo dónde ampararme,
no sé si los recogieron, ni un palo donde rascarme,
porque nos fimos a un rancho, ni un árbol que me cubije;
o si tal vez los caranchos pero ni aun esto me aflige
áhi no más se los comieron. 1680 porque yo sé manejarme.


Lo agarramos mano a mano ”Antes de cair al servicio,
entre los dos al porrón: tenía familia y hacienda;
en semejante ocasión cuando volví, ni la prenda
1660 un trago a cualquiera encanta, me la habían dejao ya:
y Cruz no era remolón Dios sabe en lo que vendrá
ni pijotiaba garganta. a parar esta contienda.”

X
Cruz
Amigazo, pa sufrir 1690 de mostrarse un hombre juerte,
han nacido los varones; hasta que venga la muerte
estas son las ocasiones y lo agarre a coscorrones.

• 81 •
José Hernández

El andar tan despilchao y la escarcha en el invierno.


ningún mérito me quita. Si este mundo es un infierno
Sin ser un alma bendita ¿por qué afligirse el cristiano?
me duelo del mal ajeno:
soy un pastel con relleno Hagámoslé cara fiera
que parece torta frita80. a los males, compañero,
porque el zorro más matrero
Tampoco me faltan males 1720 suele cáir como un chorlito:

1700 y desgracias, le prevengo; viene por un corderito


también mis desdichas tengo, y en la estaca deja el cuero.
aunque esto poco me aflige:
yo sé hacerme el chancho rengo81 Hoy tenemos que sufrir
cuando la cosa lo esige. males que no tienen nombre,
pero esto a naides lo asombre
Y con algunos ardiles porque ansina es el pastel,
voy viviendo, aunque rotoso; y tiene que dar el hombre
a veces me hago el sarnoso82 más vueltas que un carretel.
y no tengo ni un granito,
pero al chifle83 voy ganoso Yo nunca me he de entregar
1710 como panzón al máiz frito. 1730 a los brazos de la muerte.

Arrastro mi triste suerte


A mí no me matan penas paso a paso y como pueda,
mientras tenga el cuero sano, que donde el débil se queda
venga el sol en el verano se suele escapar el juerte.

80 soy un pastel con relleno/ que parece torta frita: es decir, un hombre lleno de condi-
ciones, pero que no hace exhibición de ellas. Reservado. La repostería criolla ofrece
a Cruz comparaciones muy oportunas que le permiten presentarse sin tener que añadir
otras consideraciones.
81 Hacerse el chancho rengo: Hernández usa aquí un dicho popular elocuentísimo. Se
usa por fingir.
82 Hacerse el sarnoso: disimular, hacerse el tonto.
83 Chifle: recipiente hecho con el cuero de un vacuno. Como entre todos los objetos de uso
particular, había chifles lujosos con aplicaciones de metal precioso y hasta con artísti-
cos grabados tallados.

• 82 •
El gaucho Martín Fierro

Y ricuerde cada cual y con afán cariñoso,


lo que cada cual sufrió, y usté tal vez ni un rebozo
que lo que es, amigo, yo, ni una pollera le ha dao.
hago ansí la cuenta mía:
ya lo pasado pasó, Grandemente lo pasaba
1740 mañana será otro día. con aquella prenda mía
viviendo con alegría
Yo también tuve una pilcha como la mosca en la miel.
que me enllenó el corazón, ¡Amigo, qué tiempo aquel!
y si en aquella ocasión 1770 ¡La pucha que la quería!

alguien me hubiera buscao,


siguro que me habría hallao Era la águila que a un árbol
más prendido que un botón. dende las nubes bajó,
era más linda que el alba
En la güella del querer cuando va rayando el sol,
no hay animal que se pierda; era una flor deliciosa
las mujeres no son lerdas que entre el trebolar creció.
1750 y todo gaucho es dotor
si pa cantarle al amor Pero, amigo, el Comendante
tiene que templar las cuerdas. que mandaba la milicia,
como que no desperdicia
¡Quién es de un alma tan dura 1780 se fue refalando a casa:

que no quiera una mujer! yo le conocí en la traza


Lo alivia en su padecer: que el hombre traiba malicia.
si no sale calavera
es la mejor compañera Él me daba voz de amigo,
que el hombre puede tener. pero no le tenía fe.
Era el jefe y, ya se ve,
Si es güena, no lo abandona no podía competir yo;
1760 cuando lo ve desgraciao, en mi rancho se pegó
lo asiste con su cuidao lo mesmo que saguaipé84.

84 Saguaipé: gusano parásito que se cría en los bañados y sitios bajos y anegadizos.
Equivale a la expresión española: “pegarse como una sanguijuela”.

• 83 •
José Hernández

A poco andar conocí Tenía el viejito una cara


1790 que ya me había desbancao, de ternero mal lamido,
y él siempre muy entonao, y al verlo tan atrevido
aunque sin darme ni un cobre, le dije: “Que le aproveche;
me tenía de lao a lao que había sido pa el amor
como encomienda de pobre. como guacho pa la leche”.

A cada rato, de chasque Peló la espada y se vino
me hacía dir a gran distancia; 1820 como a quererme ensartar,
ya me mandaba a una estancia, pero yo sin tutubiar
ya al pueblo, ya a la frontera; le volví al punto a decir:
pero él en la comendancia “Cuidao no te vas a pér... tigo85,
1800 no ponía los pies siquiera. poné cuarta86 pa salir”.

Es triste a no poder más Un puntazo me largó
el hombre en su padecer, pero el cuerpo le saqué
si no tiene una mujer y en cuanto se lo quité,
que lo ampare y lo consuele: para no matar un viejo,
mas pa que otro se la pele con cuidao, medio de lejo,
lo mejor es no tener. 1830 un planazo le asenté.


No me gusta que otro gallo Y como nunca al que manda
le cacaree a mi gallina. le falta algún adulón,
Yo andaba ya con la espina, uno que en esa ocasión
1810 hasta que en una ocasión se encontraba allí presente
lo solprendí en el jogón vino apretando los dientes
abrazándomé a la china. como perrito mamón.

85 Cuidao no te vas a pér... tigo: intención picaresca. Juego de palabras aparentemen-


te evadido de la realidad, pero que hace puntería en situaciones ridículas e ines-
peradas.
86 Cuarta: bestia que se agregaba como ayuda en los caminos de tierra para sacar los
vehículos de sus dificultades.

• 84 •
El gaucho Martín Fierro

Me hizo un tiro de revuélver Y le dije: “Pa su agüela


que el hombre creyó siguro, han de ser esas perdices”.
era confiao y le juro Yo me tapé las narices,
1840 que cerquita se arrimaba, y me salí estornudando,
pero siempre en un apuro y el viejo quedó olfatiando
se desentumen mis tabas. como chico con lumbrices87.

Él me siguió menudiando Cuando la mula recula,
mas sin poderme acertar, señal que quiere cociar;
y yo, déle culebriar, ansí se suele portar
hasta que al fin le dentré 1870 aunque ella lo disimula:

y áhi no más lo despaché recula como la mula


sin dejarlo resollar. la mujer, para olvidar.

Dentré a campiar en seguida Alcé mi poncho y mis prendas
1850 al viejito enamorao. y me largué a padecer
El pobre se había ganao por culpa de una mujer
en un noque de lejía. que quiso engañar a dos.
¡Quién sabe cómo estaría Al rancho le dije adiós
del susto que había llevao! para nunca más volver.

¡Es sonso el cristiano macho Las mujeres dende entonces
cuando el amor lo domina! 1880 conocí a todas en una.

Él la miraba a la indina, Ya no he de probar fortuna


y una cosa tan jedionda con carta tan conocida:
sentí yo, que ni en la fonda mujer y perra parida,
1860 he visto tal jedentina. no se me acerca ninguna.

87 como chico con lumbrices: los chicos que padecen de parásitos ejecutan ciertos mo-
vimientos con las aletas de la nariz, tal como si olfatearan.

• 85 •
José Hernández

XI
A otros les brotan las coplas Después de aquella desgracia
como agua de manantial; 1910 me guarecí en los pajales,
pues a mí me pasa igual, anduve entre los cardales
aunque las mías nada valen: como bicho sin guarida;
de la boca se me salen pero, amigo, es esa vida
1890 como ovejas del corral88. como vida de animales.

Que en puertiando la primera, Y son tantas las miserias
ya la siguen las demás, en que me he sabido ver,
y en montones las de atrás que con tanto padecer
contra los palos se estrellan, y sufrir tanta aflición
y saltan y se atropellan, malicio que he de tener
sin que se corten jamás. 1920 un callo en el corazón.


Y aunque yo por mi inorancia Ansí andaba como gaucho
con gran trabajo me esplico, cuando pasa el temporal.
cuando llego a abrir el pico Supe una vez, pa mi mal,
1900 ténganló por cosa cierta: de una milonga que había,
sale un verso y en la puerta y ya pa la pulpería
ya asoma el otro el hocico. enderecé mi bagual.

Y empréstemé su atención, Era la casa del baile
me oirá relatar las penas un rancho de mala muerte
de que traigo la alma llena, y se enllenó de tal suerte
porque en toda circunstancia 1930 que andábamos a empujones:

paga el gaucho su inorancia nunca faltan encontrones


con la sangre de las venas. cuando el pobre se divierte.

88 A otros les brotan las coplas [...] como ovejas del corral: hace referencia a su facilidad
para el canto y alude a esa facultad que se le atribuye a Martín Fierro en los versos 53-54
de la “Primera parte”: “Las coplas me van brotando/ como agua de manantial”.

• 86 •
El gaucho Martín Fierro

Yo tenía unas medias botas A bailar un pericón


con tamaños verdugones89; con una moza salí,
me pusieron los talones y cuanto me vido allí
con crestas como los gallos; sin duda me conoció
¡si viera mis afliciones y estas coplitas cantó
pensando yo que eran callos! como por ráirse de mí:

Con gato y con fandanguillo “Las mujeres son todas
1940 había empezao el changango90 como las mulas;
y para ver el fandango91 yo no digo que todas,
me colé haciéndomé bola92; 1960 pero hay algunas

mas metió el diablo la cola que a las aves que vuelan


y todo se volvió pango93. les sacan plumas.”

Había sido el guitarrero “Hay gauchos que presumen
un gaucho duro de boca94. de tener damas;
Yo tengo pacencia poca no digo que presumen,
pa aguantar cuando no debo: pero se alaban,
a ninguno me le atrevo y a lo mejor los dejan
1950 pero me halla el que me toca. tocando tablas.”

Se secretiaron las hembras
1970 y yo ya me encocoré;

89 Verdugón: roncha, inflamación cutánea.


90 Changango: guitarra o guitarrón rústico.
91 Fandango: baile, reunión alegre; a veces llega a significar “entrevero”, “desorden”, “pe-
lea”. Los desórdenes frecuentes en estas reuniones determinaron al virrey Vértiz a
prohibirlas, según bando de 1770.
92 Hacerse bola: encogerse; manera de estar en un lugar donde hay mucha gente
apretujada
93 Pango: expresión poco conocida entre nosotros, usada por Lussich en Los tres gauchos
orientales, referida a las luchas civiles del Uruguay, y por esto tiene el sentido funda-
mental de revuelta, enredo, confusión, alboroto. Ver nota 20.
94 duro de boca: se refiere preferentemente al caballo, y por extensión al individuo que
se deja arrebatar con facilidad por la ira.

• 87 •
José Hernández

volié la anca y le grité: a su amigo cuando toma


“Dejá de cantar... chicharra”. se le despeja el sentido,
Y de un tajo a la guitarra y el pobrecito había sido
tuitas las cuerdas corté. como carne de paloma97.

Al grito95 salió de adentro Para prestar sus socorros
un gringo con un jusil; 2000 las mujeres no son lerdas:
pero nunca he sido vil, antes que la sangre pierda
poco el peligro me espanta: lo arrimaron a unas pipas98.
ya me refalé la manta Áhi lo dejé con las tripas
1980 y la eché sobre el candil. como pa que hiciera cuerdas.

Gané en seguida la puerta Monté y me largué a los campos
gritando: “Naides me ataje”; más libre que el pensamiento,
y alborotao el hembraje como las nubes al viento,
lo que todo quedó escuro, a vivir sin paradero;
empezó a verse en apuro que no tiene el que es matrero
mesturao con el gauchaje. 2010 nido, ni rancho, ni asiento.


El primero que salió No hay fuerza contra el destino
fue el cantor y se me vino, que le ha señalao el cielo
pero yo no pierdo el tino y aunque no tenga consuelo
1990 aunque haiga tomao un trago, aguante el que está en trabajo:
y hay algunos por mi pago ¡naides se rasca pa abajo
que me tienen por ladino. ni se lonjea contra el pelo!

No ha de haber achocao96 otro;
le salió cara la broma;

95 al grito: al momento, en seguida.


96 achocao: chocado, ofendido.
97 carne de paloma: aplicado al hombre que carecía de valor, de coraje. Pedro Inchauspe
cree que el giro se ha originado en el color de la carne de las palomas, idéntico a un
sinónimo de cobardía: morado o morao.
98 Pipa: tonel, bordalesa para líquidos.

• 88 •
El gaucho Martín Fierro

Con el gaucho desgraciao 2020 a andar con los avestruces:


no hay uno que no se entone; faltan otros con más luces
la mesma falta lo espone y siempre hay quien los perdone99.

XII
Yo no sé qué tantos meses se los ha tragao el hoyo,
esta vida me duró; o juido o muerto en la guerra,
a veces nos obligó porque, amigo, en esta tierra
la miseria a comer potro: nunca se acaba el embrollo.
me había acompañao con otros
tan desgraciaos como yo. Colijo que jue para eso
que me llamó el juez un día
Mas ¿para qué platicar y me dijo que quería
2030 sobre esos males, canejo? 2050 hacerme a su lao venir,

Nace el gaucho y se hace viejo pa que dentrase a servir


sin que mejore su suerte, de soldao de polecía.
hasta que por áhi la muerte
sale a cobrarle el pellejo. Y me largó una ploclama
tratándomé de valiente,
Pero como no hay desgracia que yo era un hombre decente,
que no acabe alguna vez, y que dende aquel momento
me aconteció que después me nombraba de sargento
de sufrir tanto rigor pa que mandara la gente.
un amigo por favor
2040 me compuso con el juez. Ansí estuve en la partida
2060 pero ¡qué había de mandar!

Le alvertiré que en mi pago Anoche al irlo a tomar


ya no va quedando un criollo: vide güena coyontura

99 Con el gaucho desgraciao [...] y siempre hay quien los perdone: el sentido es “cometen errores
otros con más dinero y siempre encuentran defensores”. Con “más luces” no solo alude al
saber e inteligencia, sino también a dinero, con el cual se destaca la pobreza del gaucho.

• 89 •
José Hernández

y a mí no me gusta andar me echo tierra sobre el lomo


con la lata a la cintura. y me apeo en cualquier tranquera100.

Ya conoce, pues, quién soy; Y dejo rodar la bola
tenga confianza conmigo; 2090 que algún día se ha’e parar;
Cruz le dio mano de amigo tiene el gaucho que aguantar
y no lo ha de abandonar. hasta que lo trague el hoyo
Juntos podemos buscar o hasta que venga algún criollo
2070 pa los dos un mesmo abrigo. en esta tierra a mandar.

Andaremos de matreros Lo miran al pobre gaucho
si es preciso pa salvar; como carne de cogote101:
nunca nos ha de faltar lo tratan al estricote102
ni un güen pingo pa juir, y si ansí las cosas andan
ni un pajal ande dormir, porque quieren los que mandan,
ni un matambre que ensartar. 2100 aguantemos los azotes.


Y cuando sin trapo alguno ¡Pucha, si usté los oyera
nos haiga el tiempo dejao como yo en una ocasión
yo le pediré emprestao tuita la conversación
2080 el cuero a cualquiera lobo que con otro tuvo el juez!
y hago un poncho, si lo sobo, Le asiguro que esa vez
mejor que poncho engomao. se me achicó el corazón.

Para mí la cola es pecho Hablaban de hacerse ricos
y el espinazo es cadera; con campos en la frontera;
hago mi nido ande quiera de sacarla más ajuera
y de lo que encuentre como; 2110 donde había campos baldidos

100 me echo tierra sobre el lomo/ y me apeo en cualquier tranquera: condición de hom-
bre sufrido; si no tiene cobija, aguanta; y, sobre todo, no desdeña ninguna casa,
por humilde que sea.
101 como carne de cogote: significa que lo miran como a algo despreciable.
102 Estricote: trato desconsiderado, desprecio manifiesto.

• 90 •
El gaucho Martín Fierro

y llevar de los partidos trabaja el gaucho y no arriba,


gente que la defendiera. pues a lo mejor del caso
lo levantan de un sogazo
Todo se güelven proyetos 2130 sin dejarle ni saliva.

de colonias y carriles103
y tirar la plata a miles De los males que sufrimos
en los gringos enganchaos, hablan mucho los puebleros,
mientras al pobre soldao pero hacen como los teros
le pelan la chaucha ¡ah viles! para esconder sus niditos:
en un lao pegan los gritos
Pero si siguen las cosas y en otros tienen los güevos.
2120 como van hasta el presente
puede ser que redepente Y se hacen los que no aciertan
veamos el campo disierto, a dar con la coyontura;
y blanquiando solamente mientras al gaucho lo apura
los güesos de los que han muerto. 2140 con rigor la autoridá

ellos a la enfermedá
Hace mucho que sufrimos le están errando la cura.
la suerte reculativa:

XIII
Martín Fierro

Ya veo que somos los dos Pido perdón a mi Dios,


astilla del mesmo palo: 2150 que tantos bienes me hizo;
yo paso por gaucho malo pero dende que es preciso
y usté anda del mesmo modo, que viva entre los infieles,
y yo, pa acabarlo todo, yo seré cruel con los crueles:
a los indios me refalo. ansí mi suerte lo quiso.

103 Todo se güelven proyetos/ de colonias y carriles: no obstante su ironía, la cita hace
referencia a hechos históricos. Nicasio Oroño (1871), en La verdadera organización
del país, valoró la importancia de colonias como Esperanza y San Carlos, en la pro-
vincia de Santa Fe, para defender las fronteras. Hernández parece ignorar este es-
fuerzo de la masa de inmigrantes.

• 91 •
José Hernández

Dios formó lindas las flores, que en sus adentros pensó


delicadas como son, que el hombre los precisaba,
les dio toda perfeción que los bienes igualaban
y cuanto Él era capaz con las penas que le dio.
pero al hombre le dio más
2160 cuando le dio el corazón. Y yo empujao por las mías
quiero salir de este infierno;
Le dio claridá a la luz, ya no soy pichón muy tierno
juerza en su carrera al viento, y sé manejar la lanza
le dio vida y movimiento y hasta los indios no alcanza
dende la águila al gusano, 2190 la facultá del gobierno.

pero más le dio al cristiano


al darle el entendimiento. Yo sé que allá los caciques
amparan a los cristianos,
Y aunque a las aves les dio, y que los tratan de “hermanos”
con otras cosas que inoro, cuando se van por su gusto.
esos piquitos como oro ¿A qué andar pasando sustos?
2170 y un plumaje como tabla104, Alcemos el poncho105 y vamos.
le dio al hombre más tesoro
al darle una lengua que habla. En la cruzada hay peligros
pero ni aun esto me aterra;
Y dende que dio a las fieras yo ruedo sobre la tierra
esa juria tan inmensa, 2200 arrastrao por mi destino

que no hay poder que las venza y si erramos el camino...


ni nada que las asombre, no es el primero que lo erra.
¿qué menos le daría al hombre
que el valor pa su defensa? Si hemos de salvar o no
de esto naides nos responde.
Pero tantos bienes juntos Derecho ande el sol se esconde
2180 al darle, malicio yo tierra adentro hay que tirar;

104 y un plumaje como tabla: quiere decir un plumaje “como un cuadro de arte”. En
esa época aún se usaban tablas en lugar de lienzos o telas.
105 Alzar el poncho: estar listo, pronto, a punto. El poncho era prenda imprescindible
del gaucho y lo último que se recogía al salir del rancho o de viaje

• 92 •
El gaucho Martín Fierro

algún día hemos de llegar... ande hay duraznillo blanco106


después sabremos adónde. cavo y la saco al momento.

No hemos de perder el rumbo, Allá habrá siguridá
2210 los dos somos güena yunta; ya que aquí no la tenemos,
el que es gaucho va ande apunta, menos males pasaremos
aunque inore ande se encuentra; y ha de haber grande alegría
pa el lao en que el sol se dentra el día que nos descolguemos
dueblan los pastos la punta. en alguna toldería.

De hambre no pereceremos, Fabricaremos un toldo,
pues según otros me han dicho 2240 como lo hacen tantos otros,
en los campos se hallan bichos con unos cueros de potro,
de lo que uno necesita... que sea sala y sea cocina.
gamas, matacos, mulitas, ¡Tal vez no falte una china
2220 avestruces y quirquinchos. que se apiade de nosotros!

Cuando se anda en el disierto Allá no hay que trabajar,
se come uno hasta las colas. vive uno como un señor;
Lo han cruzao mujeres solas de cuando en cuando un malón,
llegando al fin con salú, y si de él sale con vida
y ha de ser gaucho el ñandú lo pasa echao panza arriba
que se escape de mis bolas. 2250 mirando dar güelta el sol.


Tampoco a la sé le temo, Y ya que a juerza de golpes
yo la aguanto muy contento, la suerte nos dejó aflús107,
busco agua olfatiando al viento, puede que allá veamos luz
2230 y dende que no soy manco y se acaben nuestras penas.

106 Duraznillo blanco: arbusto que crece en sitios anegadizos.


107 aflús: perderlo todo, especialmente en el juego. Equivale a la expresión castellana
“hacer flux”.

• 93 •
José Hernández

Todas las tierras son güenas: ninguno la ha de tocar,


vámosnós, amigo Cruz. por siguro ténganló;
pues naides ha de cantar
El que maneja las bolas, 2280 cuando este gaucho cantó”.

el que sabe echar un pial,


o sentarse en un bagual Y daré fin a mis coplas
2260 sin miedo de que lo baje, con aire de relación;
entre los mesmos salvajes nunca falta un preguntón
no puede pasarlo mal. más curioso que mujer,
y tal vez quiera saber
El amor como la guerra cómo fue la conclusión.
lo hace el criollo con canciones;
a más de eso, en los malones Cruz y Fierro, de una estancia
podemos aviarnos de algo; una tropilla se arriaron;
en fin, amigo, yo salgo por delante se la echaron
de estas pelegrinaciones. 2290 como criollos entendidos

y pronto, sin ser sentidos,


................................................. por la frontera cruzaron.
.................................................
Y cuando la habían pasao,
En este punto el cantor una madrugada clara
2270 buscó un porrón pa consuelo, le dijo Cruz que mirara
echó un trago como un cielo, las últimas poblaciones;
dando fin a su argumento108, y a Fierro dos lagrimones
y de un golpe al istrumento le rodaron por la cara.
lo hizo astillas contra el suelo.
Y siguiendo el fiel del rumbo109
“Ruempo”, dijo, “la guitarra, 2300 se entraron en el desierto.

pa no volverla a templar No sé si los habrán muerto

108 Argumento: en las provincias andinas los cantares populares suelen recibir el nombre
genérico de argumento (especialmente en Catamarca y La Rioja).
109 Fiel del rumbo: dirección exacta, propuesta de antemano.

• 94 •
El gaucho Martín Fierro

en alguna correría, Pero ponga su esperanza


pero espero que algún día en el Dios que lo formó;
sabré de ellos algo cierto. y aquí me despido yo,
que referí ansí a mi modo
Y ya con estas noticias MALES QUE CONOCEN TODOS
mi relación acabé; PERO QUE NAIDES CONTÓ.
por ser ciertas las conté,
todas las desgracias dichas:
es un telar de desdichas
2310 cada gaucho que usté ve.

• 95 •

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