Comunicacion y Cambio Social

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UNIVERSIDAD MEXICANA.

Profesor: Giovanni Gonzales Rodríguez

Nombre del alumno: Acosta navarro Henry Jared.

Carrera: Lic. Idiomas.

Materia: Fundamentos de la comunicación

Grupo: IDI1SA211.

Nombre de la actividad: comunicación y cambio social

Fecha: 12 de noviembre
Introducción del alumno

El concepto central de que define a la comunicación para el cambio social ha sido


clasificado de esta manera: es un proceso de dialogo y debate. Basado en tolerancia,
el respeto, la equidad la justicia social y la participación activa de todos. Considero que
la comunicación es una pieza muy fundamental en la sociedad, es de la acción en que
podemos entendernos y es para un cambio en los individuos, de la manera en la que
nosotros los individuos podemos mostrar quienes somos hacia el mundo, un ejemplo
positivo de la comunicación que en la sociedad deben ser capaces de reunirse y definir
soluciones a sus problemas así teniendo una comunicación clara hacia un mejor
cambio social.
La comunicación para el cambio social es el paradigma más reciente entre los
descritos. De alguna manera ha estado siempre presente, en parte en las experiencias
de comunicación alternativa y participativa, y en parte en las acciones de comunicación
para el desarrollo. Sin embargo, su formulación conceptual comenzó a gestarse a partir
de 1997, a raíz de una serie de reuniones entre especialistas de comunicación y
participación social, convocados por la Fundación Rockefeller para discutir el papel de
la comunicación en los cambios sociales en el siglo que se avecinaba.
El concepto central que define a la comunicación para el cambio social ha sido
encapsulado de esta manera: es un proceso de diálogo y debate, basado en la
tolerancia, el respeto, la equidad, la justicia social y la participación activa de todos. Al
igual que en la comunicación alternativa, el proceso comunicacional es más importante
que los productos. La participación de los actores sociales, que son a su vez
comunicadores, se da en el marco de un proceso de crecimiento colectivo anterior a la
creación de mensajes o productos (un programa de radio, un video, un panfleto). Los
productos y la diseminación o difusión de éstos no es sino un elemento complementario
en el proceso de comunicación. Otra semejanza con la comunicación alternativa es la
importancia que se otorga a la apropiación del proceso comunicacional, y no
únicamente de los medios (radio, prensa, televisión, etc.).
De omúnicación para el desarrollo, la comunicación para el cambio social ha heredado
la preocupación por la cultura y por las tradiciones comunitarias, el respeto hacia el
conocimiento local, el diálogo horizontal entre los expertos del desarrollo y los sujetos
del desarrollo. Mientras que la comunicación para el desarrollo se convirtió en un
modelo institucional y hasta cierto modo vertical, aplicable y replicable
La comunicación aplicada al desarrollo económico y social nació en los años
posteriores a la Segunda Guerra Mundial, y se desarrolló tomando diferentes
características en distintos contextos. Desde 1950, sobre la base de la experiencia o de
planteamientos académicos, surgieron varios modelos que se desarrollaron
paralelamente, con opciones diferentes muy marcadas y, con frecuencia,
irreconciliables, aunque en años recientes existe una tendencia hacia la convergencia
entre algunos de esos modelos.
Dos corrientes principales se distinguen durante las cinco décadas pasadas: por una
parte, una comunicación inspirada en las teorías de la modernización y en técnicas
derivadas de las estrategias de información utilizadas por el gobierno de Estados
Unidos durante la Segunda Guerra Mundial y por la industria norteamericana para
publicitar sus productos comerciales; por otra, una comunicación nacida de las luchas
sociales anticoloniales y antidictatoriales del Tercer Mundo, que tienen su referente
académico en las teorías de la dependencia.
Los modelos de información afines a la modernización apoyaron la expansión de
mercados y la incorporación al consumo de grandes masas de poblaciones marginales,
por medio de mecanismos de persuasión y estrategias de transferencia de información
y difusión de innovaciones tecnológicas. Éstos son en su mayoría modelos verticales,
generados en laboratorios de empresas privadas, agencias de publicidad y
universidades de Estados Unidos.
Una de sus premisas principales es que la información y el conocimiento son en sí
factores de desarrollo, y que las tradiciones y las culturas locales constituyen una
barrera para que los países del Tercer Mundo alcancen ámbitos de desarrollo similares
a aquéllos de los países industrializados. Por su vinculación directa con la política
internacional del gobierno de Estados Unidos, dichos modelos han sido dominantes en
la cooperación internacional durante varias décadas.
Los modelos emergentes de las experiencias independentistas de África, Asia y
América Latina están íntimamente ligados al acontecer político y social, y, en un
sentido más amplio, a los valores y expresiones de las identidades culturales. Una de
sus premisas principales es que las causas del subdesarrollo son estructurales, tienen
que ver con la tenencia de la tierra, con la falta de libertades colectivas, con la opresión
de las culturas indígenas, con la injusticia social y otros temas políticos y sociales, y no
solamente con la carencia de información y conocimiento. Estos modelos promueven
cambios sociales colectivos antes que individuales, y acciones de comunicación desde
las comunidades y no para las comunidades. La participación de los actores
involucrados es esencial en las propuestas de comunicación para el desarrollo,
alternativa y participativa, que son las expresiones más reconocidas de la
comunicación para el cambio social.
Ambas corrientes conceptuales —la modernización y la participación— se han
desarrollado en paralelo durante varias décadas, a veces en abierta confrontación,
tanto en el ámbito teórico como en el terreno de la práctica. A fines de la década de
1990, sin embargo, pudieron rescatarse algunos elementos de convergencia en
modelos que combinan el uso de los medios masivos con la comunicación educativa y
participativa. La comunicación para el cambio social aparece a fines del siglo como un
paradigma reformulado, que rescata y profundiza el camino recorrido, por la
comunicación para el desarrollo y por la comunicación participativa, mientras incorpora
algunas nociones innovadoras y progresistas de los modelos de modernización. Lo
esencial es que cuestiona el concepto de un desarrollo que no cuente con la
participación de los sectores directamente afectados, y promueve una comunicación
que haga efectiva la participación comunitaria, particularmente de los sectores más
pobres y aislados.
Durante muchos años se impuso la creencia, basada en la superioridad económica y
tecnológica, de que los países más pobres eran de alguna manera responsables de su
propia pobreza. Los modelos basados en la teoría de la modernización —dominante en
muchos organismos de cooperación y desarrollo— todavía estiman que son razones
culturales las que impiden que los pueblos del Tercer Mundo den el salto hacia una
vida “moderna”. Implícitamente, estas teorías defienden que el objetivo de todos los
pueblos debería ser la aspiración a una vida material y espiritual como la que se
conoce en el mundo occidental, y que para lograrlo es imprescindible sacrificar las
conquistas sociales, y deshacerse de creencias, tradiciones y prácticas culturales que
son un freno para la modernización.
Estas mismas teorías le asignan un papel preponderante a la economía y a la
tecnología, y asumen que la producción agrícola e industrial es la garantía de una vida
mejor. Estiman que la introducción de nuevas tecnologías y de nuevos “conocimientos”
en los países pobres debería ser el camino por seguir para modernizar a campesinos
“analfabetos e incultos”. Esta premisa supone que el “conocimiento” es un privilegio
de los países ricos, y que los países pobres carecen de él. La transferencia de
información —decían los defensores de la difusión de innovaciones— permitiría
mejorar la calidad de vida de los pobres.

Investigadores de prestigio, desde fines de los años cincuenta, concebían la


comunicación como un traslado unidireccional de información hacia aquellos que
supuestamente carecían de ella. En el entendido de que los “pobres de información”
eran pobres precisamente por ese déficit de conocimiento, surgió la idea de que, si se
pudiera proporcionar de manera masiva a los pobres del mundo información sobre
desarrollo, ellos estarían en condiciones de producir más, de mejorar su situación
económica, de integrarse en la sociedad, de comprar más cosas y de ser felices.
El planteamiento de la necesidad de difundir las innovaciones desde los “centros de
conocimiento” en Estados Unidos y Europa, hacia las poblaciones rurales de América
Latina, Asia y África que supuestamente carecían de conocimientos, generó un
paradigma que fue el dominante durante varias décadas. La difusión de innovaciones
sigue influenciando muchos programas de comunicación para el desarrollo, aunque su
principal proponente teórico, Everett Rogers, revisó más adelante esos planteamientos
y evolucionó su pensamiento hacia nociones de comunicación participativa. El modelo
de difusión de innovaciones se aplicó, sobre todo, en la agricultura, pues esa era la
prioridad del momento en los planes de ayuda de las naciones industrializadas. La
generación de alimentos en abundancia, que pensaba lograrse mediante la
introducción de nuevas técnicas de cultivo, no se veía solamente como una solución
para el hambre en el Tercer Mundo, sino, en última instancia, como una manera de
abastecer también los mercados de Europa y Estados Unidos, con productos agrícolas
de bajo costo, ya que la mano de obra era barata. El modelo de lo que se ha dado en
llamar “república bananera” —con sus implicaciones económicas, sociales y políticas—
es una expresión de esas estrategias.
Conclusión propia del alumno
Para lograr un buen ambiente en la sociedad se necesita tener una buena
comunicación, el cambio social consiste en la evolución de las sociedades desde
cambios a gran escala a hasta pequeñas alteraciones, en el escrito pudimos ver que el
estudio del cambio social se suele considerar una rama desde años atrás, una rama
muy importante podría ser sobre la economía y ciencias políticas una de las ramas más
importantes.
Nos damos cuenta que en la actualidad el cambio social depende en gran medida de
medios de comunicación digital e internet, pues ya que no podemos dar cuenta que en
la actualidad es una de las fuentes principales de comunicación una de las mas
importantes en nuestro entorno un ejemplo claro de esto podrían ser las redes sociales
ya que hay intercambio de comunicación masiva.
Bibliografía
HJNA. (20 de NOVIEMBRE de 2022). HJNA. Obtenido de HJNA.

Beltrán, L. Ramiro (2005) “La comunicación para el desarrollo en Latinoamérica, un recuento de medio
siglo”. III Congreso Panamericano de Comunicación, Buenos Aires.

Downing, John D.H. y T. Villareal, G. Gil, L. Stein (2001) Radical Media – Rebellious Communication and
Social Movements. Thousand Oaks, London, New Delhi: SAGE.

Downing, John D.H. (2010) Encyclopedia of Social Movement Media. Thousand Oaks, London, New
Delhi: SAGE.

Fraser, C. y Restrepo, S. (1998), Communicating for Development: Human Change for Survival, Londres,
Nueva York, Taurus.

Gumucio Dagron, A. (2001) Haciendo olas: comunicación participativa para el cambio social. New York:
The Rockefeller Foundation.

Gumucio Dagron, A. y Thomas Tufte (2008) Antología de comunicación para el cambio social. Lecturas
históricas y contemporáneas. New York: Communication for Social Change Consortium.

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