Clase 9 Resistencias

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CURSO DE ELECTRONICO DE MANTENIMIENTO

CLASE 9- Resistencias

Las resistencias, también denominadas resistores, es el componente más


utilizado en los circuitos electrónicos. Como ejemplo diremos que en un televisor
en blanco y negro se pueden encontrar unas 150 resistencias y en un televisor en
color el número de ellas puede superar las 350.

Dentro de un circuito las resistencias cumplen diversas funciones; en todo


circuito electrónico siempre encontrará resistencias, sin las cuales resulta
imposible el funcionamiento de los mismos.
Podemos definir la resistencia como aquel componente que opone una
cierta dificultad al paso de la corriente eléctrica. Esta dificultad se traduce
en una generación de calor, es decir en una pérdida de energía en la propia
resistencia, puesto que dicho calor no es aprovechable, al menos en los circuitos
electrónicos

1 Clasificación de las resistencias

Las resistencias se clasifican según su construcción, en fijas, variables y


ajustables. Su denominación básica es además consecuencia del elemento resistivo
en sí, que puede ser una composición de carbón aglomerado, una fina película
metálica o de carbón, o un hilo de material con elevada resistividad. Así
pues, de acuerdo con esto último, las resistencias se clasifican en:
 Resistencias de carbón aglomerado.
 Resistencias de capa o película de carbón o de metal
 Resistencia de hilo bobinado.

Resistencias de carbón
En las resistencias aglomeradas de carbón el elemento resistivo es una
masa homogénea de grafito, mezclado con un elemento aglutinante, fuertemente
prensada en forma cilíndrica y encapsulada en un manguito de material aislante

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como el plástico (Fig. 1). Los extremos del elemento resistivo están íntimamente
unidos a sendos terminales metálicos que facilitan la conexión de la resistencia a
un circuito.

El valor óhmico de una resistencia de carbón, es decir, su mayor o menor


facilidad a dejar pasar la corriente eléctrica, depende de las proporciones de
grafito y aglutinante empleadas en su fabricación. Para pequeños valores de
resistencia, la cantidad de grafito, que es conductor, es mayor.

Es de destacar que, primitivamente, se metalizaban los extremos de la


barrita para que fuera posible arrollar y soldar los terminales de conexión, tal y
como muestra la figura 2. En la actualidad los terminales se insertan en la barrita

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de masa resistiva y, posteriormente, se moldea alrededor una resina aislante de


alto poder de disipación térmica (Fig. 3). En el primer caso la fijación de los cables
de conexión es radial y en el segundo axial. Para finalizar con la descripción de las
resistencias de carbón, en la figura 4 puede ver la fotografía de una de ellas.

Resistencias de capa o película


En las resistencias en capa o película el elemento resistivo es una finísima
capa de carbón sobre un cuerpo aislante de forma cilíndrica. La composición y el
grosor de la capa varían según el valor de la resistencia. La capa es continua para
resistencias de hasta unos 10Ω (Fig. 5) Y en forma de espiral para valores más
altos (Fig. 6).

El cuerpo aislante central es, en algunos casos, un minúsculo tubo de cristal


con los terminales de conexión insertados en cada extremo (Fig. 7). Una vez
depositada la capa resistiva sobre el tubo de cristal se moldea encima una resina
aislante. En otros casos el soporte aislante es una barrita de material cerámico

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sobre el que se deposita la capa resistiva. Una vez depositada la capa, se aplican
a presión, en cada extremo de la barrita unas cazoletas metálicas sobre las que se
sueldan los terminales de conexión. El conjunto se protege finalmente con varias
capas de pintura aislante.

Tal y como se ha dicho anteriormente, se aumenta el valor óhmico de estas


resistencias sometiéndolas a un espiralado, es decir, haciendo un surco en forma
de espiral sobre la capa de material resistivo depositada, ya que de esta forma se
obtiene una sección más estrecha del material por donde debe circular la
corriente. Recuerde que la resistencia de un hilo conductor es tanto mayor cuanto
menor sea la sección del hilo.

Finalmente cabe decir que existe una variedad dentro de esta clase de resistencias,
en las que se ha sustituido la capa de carbón por una aleación metálica de alta
constante resistencia (níquel y cromo u oro-platino) o de un óxido metálico (óxido de
estaño). Estas resistencias se las conoce bajo la denominación de resistencias de
película metálica.

Aunque el proceso de fabricación de estas resistencias es complejo y consta


de una serie de severos controles de calidad, el precio de las resistencias de película
metálica es notablemente bajo y es comparable al de las resistencias
de carbón de buena calidad

En la figura 8 se muestra una fotografía del aspecto externo de dos


modelos de resistencias de película metálica.

Resistencias bobinadas
Para la fabricación de las resistencias bobinadas se utiliza hilo conducto

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que posea una resistividad o resistencia específica especialmente alta. Como


material encontramos aleaciones, o sea mezclas de metales dosificados de tal
manera que no sólo la resistividad es especialmente alta, sino que el cambio de
resistencia por cambio de temperatura es el menor posible. Un ejemplo típico es el
constantán, que se compone de un 54% de cobre, un 45% de níquel y 1% de

manganeso. En comparación con el cobre su resistividad es 30 veces más alta


mientras que la alteración de la resistencia por causa de la temperatura es 400
veces menor.

El hilo conductor de la resistencia se arrolla encima de un cuerpo,


generalmente un tubo de cerámica (Fig. 9), con el fin de que ocupe poco espacio,
ya que el hilo presentará tanta más resistencia cuanto mayor sea su longitud y
menor su sección, tal y como se desprende de la fórmula:

Los extremos del hilo generalmente se fijan con abrazaderas que, a la vez,
pueden servir como conexiones para el montaje (Fig. 10). Si las abrazaderas son
desplazables se pueden obtener resistencias parciales (es decir, una resistencia
cuyo valor óhmico sea el existente entre un extremo del hilo, en contacto con una de
las abrazaderas, y un punto intermedio de su longitud total que haga contacto con la
otra abrazadera).

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Las resistencias de hilo sólo se fabrican hasta unos 100 Ω. Para valores
mayores de resistencia incluso usando alambres de un grosor de sólo 0,03 mm,
las dimensiones de la resistencias bobinadas son excesivas.

Según el sistema de aislamiento, las resistencias bobinadas se dividen a su


vez en resistencias esmaltadas, resistencias verificadas y resistencias
cementadas. En las esmaltadas. En las esmaltadas, como su nombre indica, el
hilo se protege con un esmalte de secado al aire y en las vitrificadas el esmalte se
seca a alta temperatura.

En la actualidad estas resistencias se colocan dentro de un prisma


cerámica de sección cuadrada y se sellan con silicona especial (Fig. 11).

2 Símbolos con los que se representan las resistencias

Son dos los símbolos utilizados en la representación de resistencias en un


esquema, uno de ellos es el europeo (Fig. 12a) y el otro el americano (Fig. 12b).
Tanto uno como otro símbolo es muy utilizado, por lo que debe
memorizárselo bien de forma que los identifique rápidamente cuando los vea
dibujados en un esquema.

Nosotros utilizaremos el símbolo europeo. Lo cual no significa que no deba

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conocerse también el americano, razón por lo cual lo hemos dibujado en la citada


figura 12.

3 Valor óhmico y tolerancia de las resistencias

El valor óhmico de las resistencias, es decir, la oposición que ofrecen al


paso de la corriente eléctrica, no tiene ninguna relación con su tamaño, sino con
las constituyentes de las mismas. Así, podemos encontrar una resistencia de 47 Ω
de igual tamaño que otra de 47 K Ω.
Lógicamente, resulta prácticamente imposible fabricar resistencias cuyos valores
óhmicos abarquen todos los valores posibles, ya que ello encarecería notablemente
los costes de fabricación al tener que fabricar pocas, pero de muchos valores. Por
esta razón los fabricantes han adoptado una serie de valores normalizados, los
cuales siguen una progresión definida matemáticamente. Esta serie de valores fue
confeccionada durante los años 40 por la EIA (Asociación de Industrias Electrónicas
de los EE.OO.). Para su confección se tuvieron en cuenta las inevitables tolerancias
de fabricación de los componentes, de tal forma que coincidiera la máxima tolerancia
de un determinado valor con la mínima del siguiente. Ello es debido a que en todo
proceso de fabricación debe preverse un determinado margen de tolerancia, es decir,
un determinado margen de error entre
el valor deseado y el valor realmente obtenido.
Veamos esto último que acabamos de exponer con un ejemplo: supongamos que se
están fabricando resistencias de 150 Ω pero que, debido a las tolerancias del
proceso de fabricación, se obtienen resistencias cuyos valores no son exactamente
los 150 Ω deseados, sino otros valores muy próximos a él. Nos encontramos pues
con dos valores: uno teórico (150 Ω) y otros reales que oscilan alrededor de los 150
Ω. La diferencia entre ambos valores se le llama desviación absoluta. Así, si una de
las resistencias mide 147 Ω y su valor teórico, es decir, el que se quería obtener, es
de 150 Ω la desviación absoluta será:

150 Ω - 147 Ω = 3 Ω
Así, si se tiene una resistencia de 560 Ω con una tolerancia de fabricación de

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± 5%, el valor real de dicha resistencia está comprendido entre:


es decir, que si la resistencia posee un valor real cualquiera, comprendido
entre 532 Ω y 588 Ω, podemos dada por buena, pero nunca si ese valor es
superior o inferior a dichos valores límites.

5𝑥560Ω 2800Ω
560Ω = = 560Ω + = 560Ω + 28Ω = 588Ω
100 100

5𝑥560Ω 2800Ω
560Ω = = 560Ω + = 560Ω − 28Ω = 532Ω
100 100

Normalmente, en la industria, en lugar de la desviación absoluta, es


preferible utilizar la denominada desviación relativa, la cual se obtiene por la
fórmula:

Tolerancia es pues la máxima desviación, normalmente relativa admisible


en un componente, en nuestro caso las resistencias. Por ejemplo, si una
resistencia tiene una desviación relativa que sobrepasa el valor de la tolerancia,
esa existencia no es admisible. Así, supongamos que medimos el valor de una

resistencia y encontramos 154,5 Ω, siendo su valor teórico 150 Ω. Entonces, la


desviación relativa será.

Si la tolerancia admitida en la fabricación es de un 5%, la resistencia es


válida, puesto que 3% de desviación es inferior al 5%, pero si la tolerancia de
fabricación admitida es de tan sólo un 1%, entonces la resistencia debe
desecharse por mala.
El valor real de una resistencia puede estar por encima o por debajo de su
valor teórico, por eso las tolerancias siempre se indican con los signos ±.

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Las resistencias no se fabrican pues, en todos los valores posibles, sino en


ciertos valores normalizados, esto simplifica la fabricación y el almacenaje.
Además hay una razón obvia: una resistencia con el valor teórico de 150 Ω y una
tolerancia de ± 5% puede tener cualquier valor real comprendido entre 142,5 Ω y
157,5 Ω. Sería ilógico introducir otros valores teóricos en este campo, ya que
entonces aparecerían dos resistencias con diferente valor teórico pero ya que
entonces aparecerían dos resistencias con diferente valor teórico pero con el
mismo valor real. Por esto se fabrican sólo con unos valores teóricos
determinados de tal manera que sus límites de tolerancia se solapan un poco
entre sí.

Los valores normalizados están en la tabla 1.

En la parte superior de cada columna se ha puesto la letra E y un número.


Esta letra y su número definen la tolerancia de todos los valores indicados debajo
de ella. Las tolerancias correspondientes a cada columna son las siguientes:

Los valores de la E 24 se solapan con una tolerancia de ± 5%, mientras que


los de la columna E12 se solapan con unan tolerancia de ± 10 %.
Como puede observar, los valores de la tabla 1 están compuestos por una unidad seguridad
e un decimal. Para saber si una resistencia está o no normalizada se buscará en la
columna adecuada de dicha tabla si aparecen las dos primeras cifras del valor
óhmico de resistencia, puesto que los demás valores se obtienen por simple
multiplicación por 10, 100, 1.000, etc., así, en la columna E24 encontramos por
ejemplo, el valor básico 3,6. Esto quiere decir que con tolerancias de ± 5% se
fabrican resistencias de 3,6 Ω, 36 Ω, 360 Ω , 36.000 Ω, etc.

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Veamos un ejemplo de esto que acabamos de exponer: supongamos que


necesitamos una resistencia de 5 MΩ con una tolerancia de ± 5%. Lo primero que
haremos es buscar en la columna E24 dicho valor, apreciando enseguida que el
mismo no se fabrica. Entonces buscamos el más cercano a 5 MΩ., siendo el
mismo el de 5,1 MΩ. Ésta será pues la resistencia que deberemos comprar, la
cual posee un valor teórico de 5,1 MΩ, pero que sin embargo, debido a su
tolerancia de fabricación de ± 5%, tendrá un valor real cualquiera comprendido
entre:

Existen tolerancias más pequeñas en la fabricación de resistencias


(tolerancias de ± 0,5%, ± 1% y ± 2%), sin embargo, tolerancia tan bajas no suelen
utilizarse en la fabricación de aparatos electrónicos de uso corriente, ya que cuanto
menor sea la tolerancia más cara es la resistencia y, como consecuencia, dado el
elevado número de éstas que se utilizan en el montaje d en aparato, repercutiría en
el precio del producto acabado.
Como orientación le diremos que en la fabricación de aparatos electrónicos de
bajo y medio precio se utilizan resistencia de la columna E 12 (tolerancia de ± 10%),
e aparatos de calidad se utilizan resistencia de la columna E 24 (tolerancia de ± 5%)
y en aparatos de precisión, como son los de medida, se utilizan resistencias con
tolerancias de ± 2%, ± 1%, o de ± 0,5% (según la precisión que se exija al aparato),
razón por la cual la instrumentación de laboratorio suele ser tan cara.

4 Forma de indicar el valor óhmico en una resistencia


El valor de las resistencias se indica por medio de cifras o por anillos de
color impresos sobre ellas.
De los dos sistemas el segundo, es decir el de anillos de color, es el más
utilizado, ya que presenta las siguientes desventajas:
 En resistencias muy pequeñas es más perceptible el color que
unas cifras Impresas.
 Los anillos de color son bien legibles desde cualquier punto de
vista, lo que es especialmente ventajosos si las resistencias están en lugares
poco accesibles.

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A las ventajas expuestas se contraponen las siguientes ventajas:


 La impresión del valor de las resistencias en color es más cara
que la impresión en cifras.
 Es necesario aprenderse de memoria el código de colores para no
tener que mirarlo constantemente.
En la tabla 2 encontrará los valores de la clave de colores internacional,
también llamado código de colores.
El valor de la resistencia se indica por medio de cuatro anillos. Estos anillos
se leen desde un extremo hacia la mitad de la resistencia de tal forma que el
cuarto anillo, que normalmente es plateado o dorado, se le en último lugar. El
primer anillo indica la primera cifra del valor óhmico de la resistencia, y el segundo
anillo la segunda cifra. El tercer anillo es un factor por el cual se tienen que
multiplicar las dos primeras cifras para obtener el valor definitivo de la resistencia
en ohmios. El cuarto anillo indica la tolerancia. El primer y segundo anillo
coinciden con las tablas de valores normalizados EIA. Veamos unos ejemplos:
EJEMPLO 1:
1er anillo: marrón = 1
2° anillo: verde = 5
3 er anillo: marrón = 101 = 10
4° anillo: oro = ± 5 %
La resistencia resulta ser de: 15 x 10 = 150 Ω ± 5% de tolerancia.
EJEMPLO 2:
1er anillo: amarillo = 4
2° anillo: violeta = 7
3 er anillo: amarillo = 104 = 10.000
4° anillo: plata = ± 10%
La resistencia resulta ser de: 47 x 10.000 = 470 kΩ ± 10% de tolerancia.
EJEMPLO 3:
1er anillo: amarillo = 4
2° anillo: violeta = 7
3 er anillo: negro = 100 = 1
4° anillo: marrón = ± 1%
La resistencia resulta ser de: 47 x 1 = 47 Ω ± 1% de tolerancia.

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Una forma que quizá le resulte más sencilla para leer el valor óhmico de
una resistencia consiste en añadir, detrás de las dos primeras cifras, un número
de ceros igual al del número representado por el tercer anillo. Así, si a sus manos
llega una resistencia cuyos colores son:
rojo - rojo - naranja - oro
el valor óhmico de la misma será de 22.000 Ω ± %; puesto que como el
tercer anillo (naranja) representa un 3, deberán añadirse tres ceros alas dos
primeras cifras leídas.
En ocasiones es muy posible que encuentre en algún aparato resistencias
con cinco anillos de color en lugar de cuatro (sobre todo en instrumentos de
laboratorio). En este caso se trata de resistencias de precisión, con tolerancias de
± 2%, ± 1% o de ± 0,5%. La lectura del valor óhmico de estas resistencias es muy

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similar al expuesto, ya que el valor numérico que se da a cada color responde


también al código de colores expuesto. Lo único que deberá tener presente es que
el tercer anillo es en este caso una nueva cifra que debe añadirse a las dos
primeras, mientras que el cuarto anillo representa el número de ceros que deben
añadirse detrás. El quinto anillo será la tolerancia. Veamos un ejemplo.
Supongamos una resistencia con cinco anillos, cuyos colores son:
amarillo - marrón - violeta - rojo - rojo
el valor óhmico de esta resistencia será de 41.700 ohmios ± 2%, puesto que
es el cuarto anillo el que nos indica el número de ceros que deben añadirse a las
tres primeras cifras, mientras que el quinto anillo nos indica la tolerancia.
Finalmente, debemos decir que en las resistencias de este tipo no se
siguen los valores normalizados de las tablas E24 y E 12 dadas anteriormente,
puesto que por ser de tolerancias más ajustadas es mayor el número d
resistencias de valores distintos que han de fabricarse para que se solapen dos
valores próximos.
5 Potencia de disipación
El paso de una corriente eléctrica por una resistencia produce calor. Este
calor es sumamente inoportuno por tres razones:
 El calor producido no es aprovechable, por lo que esto supone
una pérdida inútil de energía eléctrica.
 El calor aumenta la temperatura en la resistencia, la cual afecta al
valor óhmico de la resistencia. Por este motivo en algunos aparatos de medida
hay que esperar hasta que se hayan calentado sus resistencias, y así su
variación de resistencia cesa. Téngase en cuenta que, después de cierto
tiempo, se establece un estado de equilibrio, entre el calor producido y el calor
irradiado, con lo que la temperatura ya no sigue aumentando.
 El calor producido por las resistencias puede afectar al correcto
funcionamiento de otros componentes vecinos.
 Si el calor producido en la resistencia es excesivo, ésta se
destruye (se quema), con lo cual se ocasiona una avería en el aparato.
Eliminación de calor
De ninguna manera debe acumularse tanto calor que la resistencia resulte
perjudicada por esta causa, por lo que debe eliminarse el calor. Esta eliminación
del calor puede hacerse de diversas formas, de las cuales citamos las dos más
utilizadas en los aparatos electrónicos.

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Por convención (Fig. 13).


Por conducción (Fig. 14).

En la eliminación de calor por convección, el aire que rodea la resistencia


se caliente y asciende mientras su lugar es ocupado por aire frío. Este
procedimiento se mejora, si es posible, con agujeros o ranuras de ventilación en la
caja del aparato.

En la refrigeración por conducción de calor se monta la resistencia, aislada


eléctricamente, sobre una placa buena conductora del calor (generalmente cobre
o aluminio), la cual pierde por convección el calor adquirido por conducción. En
lugar de esta placa también se fabrican placas onduladas de refrigeración o aletas
de hojalata que, al presentar una mayor superficie en contacto con el aire, mejoran
la eliminación de calor por convección.
De todas formas, por mucho que nos preocupemos de la eliminación del
calor, una resistencia siempre se calentará. Lo importante es que este calor no

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dañe a la resistencia.
Por este motivo las resistencias se fabrican para un determinado límite de
carga, que evita que este calor las perjudiquen. Este límite de carga se indica en
vatios. Se habla, por ejemplo, de una resistencia de 2 vatios, es decir que la
potencia eléctrica que se le suministre no debe sobrepasar los 2W, ya que si los
sobrepasa la resistencia se quemará.
Es muy importante no confundir la potencia máxima de disipación con la
potencia realmente radiada, la cual debe ser menor.
La potencia disipada viene dada por la fórmula: P = VI
en donde V es la tensión aplicada a los bornes de la resistencia e I es la
corriente que por ella circula.
Así, supongamos una resistencia de 50 Ω a la que se le aplica una tensión
de 10 V (Fig. 15). En estas condiciones de funcionamiento, la intensidad de
corriente que por ella circula es de:

y la potencia disipada en ella será de:


P = VI= 10 V x 0,2 A = 2 W
Si la resistencia es capaz de disipar dicha potencia no ocurre nada, pero si la
potencia máxima de disipación de la citada resistencia fuese de tan sólo 1 W, ésta
se calentaría excesivamente y acabaría por destruirse.
La potencia disipada por una resistencia puede también calcularse por la
fórmula: P =IR
ya que V = IR y, por lo tanto, P = VI = IRI = I2R
La potencia máxima de disipación de las resistencias varía según su tamaño.
Cuanto mayor es el tamaño mayor es la superficie de la resistencia en contacto con
el aire circundante y mayor será por tanto su poder de disipación.

Las resistencias aglomeradas se fabrican para 1/8 W, 1/4 W, 1/2 W, 1 W Y

2 W de disipación.

Las resistencias de capa de carbón se fabrican para 1/10 W (o 1/8 W), 1/4

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W, 1/3 W, 1/2 W, 2/3 W, 1 W, 1,5 W y 2 W.

Las resistencias de capa metálica se fabrican normalmente para 1/4 W y


1/2 W.

Finalmente, las resistencias bobinadas se fabrican en una amplia gama de


formatos y disipaciones que van desde 1 W a varios centenares de vatios.

Resistencias y disipación

En la figura 16 se muestra, a tamaño real, varias resistencias de capa de


carbón con indicación de sus potencias de disipación respectivas.
La potencia de disipación de una resistencia queda seriamente afectada
con la temperatura ambiente, puesto que como comprenderá le resultará más fácil
disipar calor dentro de una temperatura baja que alta. Pro esta razón los
fabricantes dan el valor de la potencia máxima de disipación para una temperatura
ambiente dada, la cual suele ser de 70°C. Así la capacidad de carga de una
resistencia de capa es, por ejemplo, de 500 m W en al caso de que la temperatura
ambiente sea de 40°C y sólo de 250 m W con temperatura ambiente de 70°C. En
la figura 17 puede ver el tamaño de algunas resistencias de capa a tamaño natural
y aliado la capacidad de carga admisible a 40°C y a 70°C.
Para elegir una resistencia, sin temor a que sea destruida por el calor en
ella desarrollado, se deberá proceder de la siguiente forma.
Se calcula la potencia que debe disipar, par lo cual deberá multiplicarse la
tensión que se le aplique por la intensidad de corriente que por ella circulará.

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CURSO DE ELECTRONICO DE MANTENIMIENTO

Se determina bajo qué condiciones de temperatura deberá trabajar y qué


influencia ejercerá ésta sobre la potencia de disipación.
Veamos un ejemplo de cálculo, para ello supongamos que debemos
disponer en un circuito una resistencia de 200 Ω, a la que se le aplicará una
tensión de 10 V. La corriente que por ella circulará será, según la ley de Ohm.

y su potencia de disipación:
P = VI = 10 V x 0,05 A = 0,5 W
Supongamos ahora que se trata de una resistencia de película de óxido
metálico de alta estabilidad, cuya variación de la potencia máxima de disipación en
función de la temperatura viene determinada por la curva de la figura 18. Si la
resistencia trabaja dentro de una temperatura ambiente inferior a 25° C no existe,
teóricamente, inconveniente alguno en utilizar una resistencia con una potencia
máxima de disipación de 0,5 W; ahora bien, si la citada resistencia ha de trabajar
dentro de una temperatura ambiente de 50° C, la potencia de disipación admisible
queda reducida en un 12% aproximadamente (según puede comprobar sobre la
figura 18), es decir al 88 % de su valor nominal de 500 mW:

por lo que la resistencia quedaría destruida por el calor.


A esta temperatura ambiente de 50° C se deberá utilizar pues una
resistencia con una potencia nominal de disipación de:

Como no se fabrican resistencias de dicho valor, se utilizará su inmediato


superior, es decir 1 W.

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Hemos visto pues que, aun conociendo el valor de la potencia máxima


suministrada a la resistencia, este valor no coincide con el valor máximo que es
capaz de disipar si cambian las condiciones ambientales de funcionamiento. A
este respecto deberá tenerse que en algunos aparatos en donde se generan altas
temperaturas, una mala elección de la potencia de disipación de las resistencias
puede ser motivo de reiteradas averías, por lo que ante la sospecha de una avería
por este motivo lo más aconsejable es sustituir la resistencia averiada por otra de
igual valor óhmico pero mayor potencia de disipación.
Como regla general de seguridad se elegirán las resistencias de forma que
la disipación nominal sea, como mínimo, el doble de la real.
Finalmente, diremos que algunos fabricantes eligen la pintura protectora
exterior de tal forma que adquiere un marcado color tostado cuando la
temperatura de la resistencia pueda ser causa de alteraciones en sus
características. En este caso, y aunque aún no se haya producido la avería, es
aconsejable su sustitución por otra de mayor potencia nominal.
6 Resistencias ajustables
Hasta ahora se han tratado sólo las resistencias con un valor fijo, no
variable, pero existen también resistencias en las que es posible modificar el valor
de la resistencia, mediante dispositivos móviles, entre un valor mínimo,
generalmente cero ohmios, y un valor máximo (el nominal de la resistencia). Estas
resistencias reciben el nombre de ajustables.
Estas resistencias se utilizan en los circuitos electrónicos para ajustar el
valor total de una cadena de resistencias a un valor fijo, bien determinado, que
permita el correcto funcionamiento del equipo dentro de unas condiciones dadas.
También se utilizan cuando se deba disponer en un circuito una resistencia cuyo

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valor óhmico no esté normalizado.

Básicamente una resistencia ajustable consta de una lámina de carbón


aglomerado, con una conexión fija al exterior por uno de sus extremos. Sobre la
lámina de carbón se desplaza un segundo contacto, accionado por un eje (Fig.
19).
Todas las resistencias ajustables se fabrican bajo numerosas formas
constructivas, pero todas ellas obedecen a la forma descrita como principio. Como
ejemplo de ello en la figura 20 puede ver la fotografía de algunas resistencias
ajustables.

El tamaño de estas resistencias varía de acuerdo con la potencia a disipar


(son tanto más grandes cuanto mayor sea su potencia de disipación).
Para finalizar, en la figura 21 puede ver los símbolos (europeo y americano)
con los que se representan las resistencias ajustables en los esquemas
electrónicos. Observe que el símbolo es el de una resistencia fija al que s le añade
una línea inclinada con un pequeño trazo perpendicular a ella en uno de sus
extremos.
Los símbolos de la figura 21 se utilizan normalmente para indicar que la
resistencia, una vez accionado el cursor para obtener el valor deseado, se deja en
dicha posición y no se vuelve a tocar salvo que se precise un nuevo ajuste. En los

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CURSO DE ELECTRONICO DE MANTENIMIENTO

casos en que el cursor sea de accionamiento continuo, el símbolo citado es muy


similar, siendo la única diferencia el acabado en punta de flecha de la línea
inclinada (Fig. 22).
7 Potenciómetros

Los potenciómetros son unos componentes resistivos de construcción muy


especial. En este caso no se trata de una resistencia con dos terminales, sino de
una resistencia con tres terminales, uno de ellos, el central, está en conexión
directa con un cursor que se desplaza sobre una lámina de carbón, mientras que
los otros dos están conectados a uno y otro extremo de la lámina de carbón
respectivamente (Fig. 23).

Veamos en qué consiste el funcionamiento de estos dispositivos


electrónicos: se trata de obtener una resistencia fija (la existente entre los
extremos de la lámina de carbón) y un valor intermedio tomado del cursar. Con
ello tenemos lo que se denomina un divisor de tensión, de forma que la tensión
presente ente el cursor y uno de los extremos es parte de la tensión total aplicada
entre los extremos fijos del potenciómetro.

En la figura 24 puede ver el símbolo con el que se representan los potenció


metros en los esquemas europeos y americanos. Tanto en uno como en otro caso
se tienen tres terminales. El terminal central, conectado al cursor, es el acabado
en punta de flecha.

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CURSO DE ELECTRONICO DE MANTENIMIENTO

Para finalizar, vea en la figura 25 la fotografía de varios potenció metros de


los utilizados en electrónica. Observe que algunos de ellos poseen cinco
terminales. El motivo de ellos es que junto con ellos se dispone un interruptor
(totalmente independiente al potenciómetro propiamente dicho), y el cual se
acciona al comienzo del giro del cursor. Vea en la figura 26 cómo se acciona dicho
interruptor.
El potenciómetro de la figura 26a (dotado de interruptor) es muy popular,
pues se utiliza para la puesta en marcha (interruptor) y control de volumen
(potenciómetro), en pequeños aparatos de radios transistorizados.
El potenciómetro de la figura 25b pose sólo tres terminales (es decir no
posee interruptor), y para su ajuste debe utilizarse la punta de un destornillador en
una pequeña ranura dispuesta para ello y luego hacer girar el destornillador hasta
obtener el valor de resistencia deseado entre el terminal central y uno de los
extremos.
El modelo de potenciómetro de la figura 25c está dotado de un espárrago
de accionamiento del cursor. Este potenciómetro es de mayores dimensiones que
los anteriormente descritos y es muy utilizado en circuitos en donde se trabajan
con tensiones y corriente más elevadas. Aplicaciones muy extendidas de este tipo
de potenciómetro son las de control de brillo, contraste y tono en receptores de
televisión. Un potenció metro similar al anterior, pero dotado de interruptor, es el
que se muestra en la figura 25d. En este potenciómetro la parte correspondiente al
interruptor es la que se observa más oscura en la fotografía. Los terminales
correspondientes al interruptor Sobresalen por la arte posterior del potenciómetro,
mientras que los correspondientes al potenciómetro sobresalen lateralmente. De
estos tres el central es el correspondiente al cursar.
Finalmente, el pontenciómetro de la figura 26e es de diseño más moderno,
en él el dispositivo de accionamiento es deslizante. Son muy utilizados
actualmente en los modernos aparatos receptores de televisión así como en
cadenas de alta fidelidad, ya que permiten la disposición de una escala de valores
en el frontal del mueble, de forma que el usuario ajuste visualmente el mismo, por
ejemplo, con una escala de volumen sonoro que cubra del O (mínimo nivel
sonoro) a 10 (máximo volumen de sonido).

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CURSO DE ELECTRONICO DE MANTENIMIENTO

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