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FACULTAD DE CIENCIAS HUMANAS Y

SOCIALES

El Síndrome de Alienación Parental (SAP):

repercusiones legales y psicológicas en procesos judiciales

Autora: María Arroyo Alonso

Directora: Vanesa Lara López Agrelo

Madrid

2021
2

ÍNDICE

INTRODUCCIÓN ..................................................................................... 4

METODOLOGÍA....................................................................................... 5

MARCO TEÓRICO ................................................................................... 6

Definición y origen del Síndrome de Alienación Parental ..................... 6

Contexto Clínico ..................................................................................... 7

Síntomas y características del SAP .............................................................. 7

Repercusiones psicológicas del SAP ............................................................ 9

El SAP en las clasificaciones diagnósticas ................................................. 11

Contexto legal ....................................................................................... 13

Aspectos legales del SAP ........................................................................... 13

Revisión de sentencias ............................................................................ 14

Evaluación pericial del SAP ....................................................................... 16

Intervención ante el SAP ....................................................................... 18

DISCUSIÓN............................................................................................. 22

CONCLUSIONES ................................................................................... 24

REFERENCIAS ...................................................................................... 26
3

Resumen

El Síndrome de Alienación Parental es una realidad a la que se enfrentan muchas


familias. Se trata de un fenómeno que puede provocar graves repercusiones si no se
realiza una correcta intervención, sobre todo en los menores que se ven envueltos en un
conflicto no correspondido y desprotegidos por sus figuras parentales. El debate
existente sobre su validez entre la comunidad científica divide a los profesionales de
distintas disciplinas que pueden encontrarse con esta problemática a lo largo de su
trayectoria laboral. El presente trabajo tiene como objetivo describir el estado del
Síndrome de Alienación Parental en la actualidad atendiendo a aspectos clínicos y
legales. En primer lugar, se presentan las principales manifestaciones del fenómeno, su
inclusión en las clasificaciones diagnósticas y efectos que puede provocar en los
menores. En segundo lugar, se hace un recorrido sobre la presencia del constructo tanto
en la legislación española y derecho comparado como en los tribunales españoles y su
evaluación pericial. Por último, se analizan las diferentes medidas judiciales que los
tribunales proponen para dar solución a estas situaciones y las limitaciones de su
eficacia.

Palabras clave: Síndrome de Alienación Parental, SAP, Alienación Parental, evaluación


pericial, intervención.

Abstract

Parental Alienation Syndrome is a reality that many families face. It is a phenomenon


that can cause serious repercussions if a correct intervention is not carried out,
especially in minors who are involved in an unrequited conflict and unprotected by their
parental figures. The existing debate on its validity among the scientific community
divides professionals from different disciplines who may encounter this problem
throughout their career. The present work aims to describe the current state of Parental
Alienation Syndrome, taking into account clinical and legal aspects. In the first place,
the main manifestations of the phenomenon are presented, its inclusion in the diagnostic
classifications and the effects it can cause in minors. Second, a tour is made of the
presence of the construct both in Spanish legislation and comparative law and in
Spanish courts and its expert evaluation. Finally, the different judicial measures that the
courts propose to solve these situations and the limitations of their effectiveness are
analyzed.

Key Words: Parental Alienation Syndrome, PAS, Parental Alienation, expert assessment,
intervention.
4

INTRODUCCIÓN

El presente trabajo aborda el Síndrome de Alienación Parental (a partir de ahora


SAP), un fenómeno que ocurre en familias que se encuentran en procesos de separación
o divorcio o transcurrido este. Se trata de una dinámica familiar en la que uno de los
progenitores, a través de la manipulación y el engaño, consigue que el hijo genere un
rechazo injustificado hacia el otro padre. Este proceso tiene como resultado el
distanciamiento del hijo con el padre rechazado (Aguilar, 2013).

Desde su introducción en la literatura científica en 1985, la existencia y validez


del SAP como categoría diagnóstica ha sido objeto de debate entre profesionales de
diferentes disciplinas como la psicología, la medicina, el derecho o el trabajo social
(Vilalta y Winberg, 2017). Existe una corriente que defiende su existencia y la
necesidad de una regulación legislativa que incluya las conductas del progenitor
alienador como constitutivas de delito (Fernández, 2017); y otro grupo considera que el
rechazo hacia uno de los padres es siempre justificado y, por tanto, no debe obligarse al
menor a reestablecer el vínculo afectivo con el progenitor rechazado (Clemente y
Padilla-Racero, 2016; Consejo General del Poder Judicial, 2016). El resultado de este
debate es que las principales clasificaciones internacionales de trastornos y
enfermedades mentales no acreditan su existencia, pero sí lo hacen colegios oficiales
profesionales y ciertos tribunales en España (Vilalta y Winberg, 2017).

Debido a la actual ausencia de validez científica del SAP, el sustento empírico


de los estudios sobre su prevalencia se ve limitado y los resultados no son consistentes
(Mendoza et al., 2020; Tejero-Acevedo y González-Trijueque, 2013).

Este fenómeno puede provocar efectos muy dañinos en los progenitores


denigrados, pero sobre todo en los menores ya que se encuentran en una situación de
vulnerabilidad y desprotección que puede alterar enormemente el desarrollo de su
personalidad (von Boch-Galhau, 2018).

En el presente trabajo se realiza una revisión bibliográfica del tema en cuestión


con el objetivo de describir el estado actual del SAP en cuanto los siguientes aspectos:
la validez otorgada por la comunidad científica, la regulación existente en el
ordenamiento jurídico español y derecho comparado, la acreditación del SAP en los
tribunales españoles, las repercusiones psicológicas que pueda tener y, por último, las
diferentes medidas adoptadas para solucionar y acabar con la alienación parental.
5

Si bien es un tema muy discutido y con poco grado de acuerdo, el documento


pretende responder a las siguientes cuestiones: ¿cuáles son los síntomas del SAP?,
¿existe regulación del SAP en el ordenamiento jurídico español y en el derecho
comparado?, ¿qué herramientas se pueden utilizar para la evaluación del SAP?, ¿cuáles
son las consecuencias del SAP? y ¿qué tipo de intervención es la más eficaz en los casos
de SAP?.

METODOLOGÍA

Para la realización del presente trabajo se ha llevado a cabo una revisión


bibliográfica sobre el tema en cuestión a partir de artículos científicos, libros, manuales,
jurisprudencia, legislación y documentos de instituciones oficiales. El acceso a tales
fuentes de información fue principalmente virtual, a través de bases de datos
especializadas en materia de psicología como PsycInfo, PsicoDoc o Psychology and
Behavioral Sciences Collection y del derecho como Aranzadi, Iustel y Tirant. Además,
se consultaron plataformas multidisciplinares como Academic Search Complete y
Scopus para conocer el abordaje del SAP en otros ámbitos como el trabajo social o la
psiquiatría. La búsqueda bibliográfica se limitó a aquellos documentos escritos en
español e inglés, y en las bases de datos específicas de derecho se acotó el marco
temporal entre los años 2000 y 2021.

Tras realizar una primera búsqueda general de la literatura relacionada con el


tema de interés se procedió a la solicitud de aquellas fuentes relevantes que no se
encontraban disponibles a texto completo en las nombradas bases de datos. Dichas
solicitudes se realizaron de forma virtual a la biblioteca de la Universidad Pontificia de
Comillas a través del servicio de préstamos bibliotecarios y de forma directa a los
autores a través del portal ResearchGate.

En esta segunda búsqueda también se consultaron las referencias más relevantes


incluidas en artículos revisados previamente y se realizaron búsquedas específicas de
nombres de los autores más reconocidos y relevantes que tratan el tema objeto de
estudio tanto en las bases previamente nombradas como en otros buscadores de acceso
libre como Dialnet y Google Scholar.
6

MARCO TEÓRICO

Definición y origen del Síndrome de Alienación Parental

El término Síndrome de Alienación Parental fue acuñado en 1985 por el


psiquiatra estadounidense Richard Gardner, describiéndolo como un trastorno que
aparece en procesos de separación y divorcio en los que los progenitores discuten por la
guarda y custodia de los hijos. Dicho síndrome se caracteriza por la presencia de un
rechazo injustificado del hijo a uno de los progenitores resultante de un proceso de
manipulación y lavado de cerebro por parte del otro padre (Escudero et al., 2008;
Gardner, 1985, 1992).

Esta primera definición ofrecida por Gardner ha sufrido variaciones a lo largo


del tiempo. Actualmente se considera que la aparición del SAP no se produce
exclusivamente durante las disputas por la guarda o custodia de los menores, sino que
puede darse en cualquier momento tras la disolución de la pareja (Coca, 2017; Ortiz,
2007).

La terminología empleada para referirse tanto a los distintos roles que adoptan
los miembros participantes en la dinámica, como a la propia patología y a la práctica
alienadora varía en función de los autores (Tejedor, 2007; Vilalta, 2011). En cuanto a la
nomenclatura utilizada por la comunidad científica para designar a cada participante se
observan dos posicionamientos. Por un lado, aquellos que se refieren al padre denigrado
como “alienado”, al padre apoyado como “alienador”, “alienante” o “programador”, y al
menor como “hijo alienado” (Ortiz, 2007). Y, por otro lado, quienes consideran que esa
terminología es inapropiada, sobre todo si se emplea durante la intervención con ellos, y
debe ser sustituida por términos como “padre rechazado”, “padre aceptado” e “hijo” (J.
I. Bolaños, 2008).

En lo referente a la denominación del constructo también existen discrepancias


(Muñoz-Parada, 2018). Un ejemplo de ello es que aquellos autores que defienden su
inclusión en los sistemas clasificatorios internacionales como Bernet (2008) optan por
sustituir la palabra “síndrome” por “trastorno”, pasando a denominarlo Trastorno de
Alienación Parental. Otros como Aguilar (2017) rechazan catalogarlo como trastorno ya
que no consideran que se trate de una patología, sino de un conjunto de manifestaciones
que se derivan de una determinada situación.
7

Por último, la utilización indistinta de los términos “Alienación Parental” y


“Síndrome de Alienación Parental” ha aumentado en los últimos años y ha sido objeto
de discrepancias entre los investigadores (De La Torre, 2018; Tejero-Acevedo y
González Trijueque, 2013). Por un lado, el propio Gardner (2002) y otros autores
(Farkas, 2011) sostienen que el SAP es un subtipo de Alienación Parental en el que
están presentes unos síntomas específicos. Por otro lado, se contempla que la
Alienación Parental pone el foco en el proceso que sigue el padre alienador con el hijo
para enfrentarlo al padre rechazado y el SAP se produce cuando estas estrategias han
sido exitosas, el deseo del alienador se ha cumplido y el niño manifiesta las
consecuencias (Bronchal, 2017).

Contexto Clínico

Síntomas y características del SAP

Gardner (1992) hizo una descripción de ocho síntomas principales del síndrome
y tres niveles que se podían presentar según la intensidad de la alienación (leve,
moderado, severo), determinando para cada uno de ellos las posibles manifestaciones
clínicas (Gardner, 1998). Tales síntomas han sido utilizados posteriormente por otros
autores (Bernet et al., 2010; Cartié et al., 2005; I. Bolaños, 2002) en sus investigaciones,
y actualmente se consideran indicadores propios del síndrome.

Tanto Tejedor (2007) como Aguilar (2013, 2017), dos de los principales
defensores y divulgadores del SAP en España, han ampliado las descripciones de los
ocho síntomas establecidos por el psiquiatra y a continuación expuestos:

• La campaña de denigración. Se trata de la primera manifestación y va a


encontrarse presente en todo el proceso. Los padres alienadores comienzan por
comentarios ofensivos y de desprestigio hacia el otro padre delante del hijo. Este
procede a internalizar tales comportamientos y con el paso del tiempo es él
quien formula comentarios denigrantes hacia su padre alienado de forma
autónoma. En el inicio de esta campaña el menor puede mostrar sentimientos de
angustia ya que no comprende el motivo de tales comentarios hirientes del
progenitor alienador a una figura que hasta el momento era referente para él.

• Racionalizaciones débiles, frívolas y absurdas para el desprecio. En un principio


las justificaciones que el menor utiliza para el rechazo del alienado son
8

acontecimientos pasados y puntuales típicos en toda relación paternofilial, con


una exageración adicional. Sin embargo, estos argumentos aumentan en
elaboración y complejidad, llegando en algunos casos a denunciar al progenitor
por delitos no cometidos. Tras las acusaciones es frecuente que se tomen
medidas judiciales que incluyan la interrupción del contacto, consiguiéndose así
el objetivo del menor y cumpliendo el deseo del alienador.

• Ausencia de ambivalencia. El hijo presenta exclusivamente sentimientos de


rechazo y odio hacia el padre alienado, lo cual resulta sorprendente ya que
parece haber olvidado todas los sentimientos y experiencias positivas junto al
padre alienado.

• Fenómeno del “Pensador Independiente”. Es frecuente que los niños con este
síndrome nieguen cualquier tipo de influencia por parte del padre alienador. Esto
tiene como resultado el reforzamiento del vínculo con el alienador, que es
considerado como única fuente de protección.

• Apoyo hacia el padre alienador. El apoyo se vuelve incondicional y se mantiene


aun cuando hay evidencias (grabaciones o sentencias) de que su protector
miente.

• Ausencia de sentimientos de culpa por la denigración al padre alienado. Durante


todo el proceso de alienación, es muy probable que el hijo observe el sufrimiento
que estas actitudes están suponiendo al padre rechazado. Sin embargo, en el
menor se aprecia una carencia de arrepentimiento, reforzando incluso el
mantenimiento de las conductas hacia el padre rechazado.

• Presencia de Escenarios Prestados. Con frecuencia los menores alienados


emplean un lenguaje que no se corresponde con su edad. Además, para justificar
su odio y rechazo hacia el progenitor pueden llegar a comentar acontecimientos
en los que no estaban presentes, afirmando recordar tales escenas. Este síntoma
puede ser muy revelador ya que en muchas ocasiones los relatos ofrecidos por
los menores demuestran la implicación e influencia del alienador, que es el
único conocedor de dichas experiencias.

• Extensión del odio a amigos y familiares del progenitor alienado. A medida que
progresa el síndrome, el entorno del alienado también comienza a sentirse
rechazado por el menor. De esta manera, tanto la familia extensa como amigos o
9

pareja del padre rechazado se ven envueltos en esta dinámica. El odio también
puede ir dirigido a aquellos hermanos que convivan con el padre alienado o se
hayan posicionado a favor de este (Aguilar, 2013, 2017; I. Bolaños, 2002;
Gardner, 1992).

Gardner (1999) especifica que no se podrá valorar como SAP aquellos casos en
los que el menor ha sido maltratado o abusado por el padre supuestamente alienado. En
estas situaciones se descarta la presencia del síndrome porque la aversión del niño a su
padre es justificada. Además hay otras razones por las que el menor puede manifestar
rechazo hacia el padre, como huir del conflicto parental en el que se encuentra envuelto;
rechazo propio de la etapa evolutiva en la que se encuentra, como es el caso de la
adolescencia, donde es frecuente el distanciamiento con las figuras parentales; o la
existencia de problemas con la figura parental, ya sea por frecuentes discusiones,
disconformidad de los límites impuestos, un estilo de crianza muy rígido o presencia de
trastornos psiquiátricos que afecten a la relación de ambos (Cartié et al., 2005; Lund,
1995).

Uno de los componentes más característicos y fundamentales para la presencia


del síndrome es la existencia de una programación o “lavado de cerebro” por parte del
padre alienador (Tejedor, 2007). Gardner (2002) lo define como una técnica llevada a
cabo por el padre alienador que consiste en hacer que el niño absorba o incorpore
respuestas o actitudes automáticas en el cerebro. Tales actitudes pueden ser contrarias a
lo que este pensaba anteriormente del padre alienado, y también pueden ser rescatadas
por el programador según su voluntad.

Diversos autores (Cartié et al., 2005; Gardner, 1992) han enumerado diferentes
motivos por los que puede comenzar la programación por parte del adulto querido.
Entre ellas se encuentra el deseo de venganza por el sufrimiento ocasionado durante la
separación, una nueva relación del padre rechazado, consideración del conflicto como
una forma de mantener el vínculo, el miedo a perder relación con el hijo tras la
separación, o conseguir la custodia del hijo.

Repercusiones psicológicas del SAP

Las rupturas parentales reducen la calidad de vida y alteran el bienestar


psicológico de los progenitores e hijos, produciendo un mayor impacto cuando se trata
de divorcios conflictivos (Orgilés y Samper, 2011). Un divorcio conflictivo es aquel que
10

cumple uno o varios de los siguientes requisitos: ausencia de comunicación acerca de


los hijos debido a una mala relación entre los padres caracterizada por el enfado y
desconfianza, existencia de violencia doméstica durante la relación o tras la ruptura,
continuos procedimientos judiciales y la presencia de alienación en los hijos menores
como resultado de las actitudes de uno de los progenitores (Birnbaum y Bala, 2010).

Los estudios sobre los efectos que produce a corto plazo la alienación parental
en los hijos son escasos y carecen sustento empírico (Vilalta, 2011). Aguilar (2017) y
Bronchal (2017) han descrito los efectos derivados de la programación, manipulación o
lavado de cerebro, que es uno de los componentes característicos del SAP. Esto produce
en el menor un distanciamiento con la realidad debido a que el progenitor obliga a su
hijo a olvidarse de las vivencias positivas junto al progenitor rechazado e introduce
falsas memorias para que genere una imagen negativa del adulto alienado. De esta
manera se genera en el menor una confusión al ser incapaz de discriminar cuáles son
verdaderas y cuáles falsas. De la misma forma ocurre con la espontaneidad emocional,
ya que el niño debe eliminar aquellas emociones positivas que le produce el padre
rechazado y expresar o exagerar emociones negativas, lo cual supone un continuo
control sobre las propias emociones (Aguilar, 2013).

Otro efecto que padecen los alienados es la revocación de su capacidad de


cuestionamiento y juicio crítico ya que es el progenitor alienador quien impone sus
propios razonamientos. El sometimiento del menor a estas experiencias se debe en parte
al miedo que le produce la posibilidad de ser abandonado por su única figura de
referencia, que motiva en ellos un comportamiento sumiso a las exigencias y deseos del
progenitor alienante (Aguilar, 2017; Bronchal, 2017).

Segura et al., (2006) han recopilado información sobre los efectos del SAP en
los menores a partir de la observación directa en Puntos de Encuentro Familiar en los
que se llevan a cabo visitas entre los hijos y padres alienados. Los autores han
encontrado sintomatología de trastornos de ansiedad y de conducta en estos menores,
que se manifiesta de forma recurrente en los encuentros. En cuanto a la sintomatología
ansiosa se aprecian altos niveles de estrés con sus consecuentes respuestas fisiológicas,
que frecuentemente derivan en explosiones emocionales. En la esfera comportamental
se observan conductas agresivas tanto físicas como verbales y somatizaciones que
tienen como objetivo evitar la realización de los encuentros.
11

Los estudios sobre los efectos del SAP a largo plazo han aumentado gracias al
trabajo de Baker (2005, 2006) en los últimos años. Sus investigaciones son
principalmente de carácter retrospectivo y se han llevado a cabo con adultos que durante
la infancia fueron alienados por uno de sus progenitores. Los resultados obtenidos
muestran una baja autoestima, falta de sentido e identidad, abuso de sustancias, altos
índices de divorcio y dificultad para establecer relaciones de confianza. Se conoce
también que la exposición a la alienación parental durante la infancia aumenta la
probabilidad de padecer sintomatología ansiosa y depresiva en la etapa adulta (Baker y
Verrocchio, 2016).

El SAP en las clasificaciones diagnósticas

A pesar de los esfuerzos realizados por ciertos autores como Jarne y Arch (2009)
o Bernet et al. (2010) por la inclusión de este fenómeno en las principales
clasificaciones diagnósticas, actualmente no se encuentra recogido en la quinta edición
del Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales (DSM- V) ni en la
décima versión de la Clasificación Internacional de Enfermedades (CIE-10) (APA,
2014; OMS, 1992).

Con motivo de la publicación de la quinta versión del DSM, Bernet (2008)


presentó una propuesta al Grupo de Trabajo del DSM-V de los Trastornos en Niños y
Adolescentes para incluir el Síndrome de Alienación Parental en dicho manual. El
documento fue elaborado por profesionales del ámbito legal y de la salud mental y
recopilaba información sobre el SAP en ambas disciplinas. Sin embargo, la propuesta
de inclusión en el DSM-V fue rechazada por el presidente del grupo de trabajo
argumentando una “falta de información sobre la validez del fenómeno como condición
mental, la fiabilidad de los criterios diagnósticos y la prevalencia” (Bernet et al, 2010).

Ante la inexistencia de una categoría específica del SAP en el DSM, diferentes


autores (De La Torre, 2018; Vilalta y Winberg, 2017) han considerado que el SAP
puede encuadrarse en varios apartados del nuevo epígrafe denominado “Otros
problemas que pueden ser objeto de atención clínica”, que ha sido añadido en la quinta
edición del DSM. Uno de ellos se encuentra bajo el nombre de “Niño afectado por la
relación parental conflictiva” y hace referencia a aquellas situaciones en las que la
relación conflictiva de los padres tiene repercusiones negativas en el menor. El otro
apartado que según estos investigadores guarda cierta relación con la alienación parental
12

es el que se ha etiquetado como “Problema de relación entre padres e hijos”, e incluye


diferentes manifestaciones conductuales, afectivas y cognitivas que el menor puede
presentar cuando la relación con uno o ambos progenitores es conflictiva (APA, 2014;
De La Torre, 2018).

La propuesta de Bernet (2008) sirvió como base de otro escrito dirigido a la


Organización Mundial de la Salud que reclamaba la inclusión del SAP en la undécima
edición de la Clasificación Internacional de Enfermedades, cuya publicación se espera
para el año 2022. En esta ocasión se amplió la información con datos recogidos en
estudios sobre la fiabilidad, validez y prevalencia del fenómeno (Bernet et al, 2010). En
junio de 2018 se incluyó la “Alienación Parental” en el índice de términos de la
Clasificación Internacional de Enfermedades dentro del apartado “Problemas de
relación cuidador-niño”. No obstante, en febrero de 2020 se retiró el término del índice
razonando que se trata de un fenómeno jurídico (Cruz-Triviño, 2020).

En España los profesionales de la medicina no han llegado a un acuerdo con


respecto a la posible existencia del SAP. En 2009 La Sociedad Española de Pediatría
Extrahospitalaria y Atención Primaria y la Asociación Española de Pediatría de
Atención Primaria reconocieron el SAP como forma de maltrato psicológico
(Fernández, 2017). Un año después la Asociación Española de Neuropsiquiatría se
posicionó en contra de este fenómeno ya que consideraban que la base del mismo no era
médica sino legal (Asociación Española de Neuropsiquiatría, 2010). A pesar de ello, el
diccionario de términos médicos de la Real Academia Nacional de Medicina incluye el
SAP en la definición de maltrato infantil considerándolo como una manifestación de
dicho maltrato (Real Academia Nacional de Medicina, s.f., definición 1).

El debate sobre la existencia del síndrome se extiende a otras disciplinas como la


psicología y el trabajo social. Por un lado, en 2008 la Coordinadora de Psicología
Jurídica del Consejo General de Colegios Oficiales de Psicólogos de España se
pronunció en defensa de la existencia del síndrome a través de un comunicado (Consejo
General de la Psicología de España, 2008). Por otro lado, el Consejo General de
Trabajadores Sociales en 2020 se posicionó en contra del SAP concluyendo que se trata
de un constructo no avalado por las principales clasificaciones internacionales y, por
tanto, carece de validez científica (Consejo General del Trabajo Social, 2020).
13

Contexto legal

Aspectos legales del SAP

El SAP es un fenómeno controvertido en múltiples países. Algunos cuentan con


legislación específica que regula el fenómeno y en otros se han presentado propuestas
de ley para contemplar el SAP como delito (De la Torre, 2018; García, 2017).

En Brasil existe una ley específica sobre la alienación parental (Ley nº 12318 de
agosto de 2010) que contiene una descripción de aquellas conductas alienadoras y la
sanción que conllevan (Tejero-Acevedo y González-Trijueque, 2013). El estado de
Puerto Rico aprobó en julio de 2020 la modificación de la Ley Protectora de los
Derechos de los Menores en el Proceso de la Adjudicación de la Custodia (Ley 223-
2011) por la cual pasa a contemplarse la alienación parental en los procesos de
adjudicación de custodia (Ortiz y Schrameier, 2020).

En el caso de Méjico no existe una ley reguladora del SAP. Sin embargo,
algunos Estados contemplan en su Código Civil la alienación parental (García, 2017).
Cabe mencionar que en el Estado Federal de Méjico se eliminó en 2017 el artículo 323
septimus de su Código Civil que hacía referencia a la alienación parental como
violencia familiar. Esta modificación se produjo como consecuencia de la declaración
de inconstitucionalidad de dicho artículo por la Suprema Corte de Justicia de la Nación
(Sirbu et al., 2020).

La inclusión del concepto “Síndrome de Alienación Parental” en la legislación


española se ha producido el 13 de enero de 2021 con la entrada en vigor de la Ley
17/2020, de 22 de diciembre, de modificación de la Ley 5/2008, del derecho de las
mujeres a erradicar la violencia machista. Se trata de una ley autonómica de Cataluña y
su aplicación se limita al territorio de esta comunidad.

Esta norma jurídica hace referencia al fenómeno en los artículos cinco y seis. El
primero establece que “la utilización del síndrome de alienación parental también es
violencia institucional”, negando así la posibilidad de ser considerado como delito que
protege el interés superior del menor. Y el segundo recoge el deber de considerar los
daños sufridos por la violencia machista a la hora de establecer medidas, añadiendo que
“estos daños, que incluyen la utilización del síndrome de alienación parental, impactan
en la esfera física, emocional, digital, económica, laboral, comunitaria y social”.
14

El Consejo General del Poder Judicial también mostró su posición en contra de


la utilización del constructo a través de la Guía Práctica de la Ley Orgánica 1/2004, de
28 de diciembre, de Medidas de Protección Integral contra la Violencia de Género
publicada en 2016 (Consejo General del Poder Judicial, 2016). Esta guía cuenta con un
capítulo titulado “El llamado Síndrome de Alienación Parental” en la que se llama a los
jueces a no utilizar dicho constructo por su falta de validez científica y se destaca la
importancia de fomentar la formación de los profesionales en materia del SAP para que
no sea utilizado en los procesos judiciales.

Tras la entrada en vigor de la Ley Orgánica 1/2015, de 30 de marzo, por la que


se modifica la Ley Orgánica 10/1995, de 23 de noviembre, del Código Penal se
eliminaron las faltas de dicho código y con ello el incumplimiento del régimen de
visitas por parte del progenitor custodio o no custodio, que anteriormente conllevaba la
pena de multa.

Para estos casos la Ley de Enjuiciamiento Civil en su artículo 776.3ª dispone


que el tribunal podrá modificar el régimen de guarda y custodia ante el incumplimiento
reiterado del régimen de visita por parte de cualquier progenitor. De esta manera, a
partir de la reforma del Código Penal la única vía por la que se puede solventar esta
problemática es a través de una demanda de ejecución del convenio regulador o
sentencia por la vía civil (Fernández, 2017).

Ante la ausencia de un tipo penal específico que regule el SAP, parte de la


comunidad científica considera que las conductas alienadoras son constitutivas de
delitos ya tipificados (von Boch-Galhau, 2018). Algunos entienden que el SAP es una
forma grave de maltrato infantil y como tal debe ser denunciado e investigado (Segura
et al., 2006), mientras otros consideran que estas conductas provocan en los niños
lesiones psíquicas y por tanto deberían estar subsumidas en el tipo penal de lesiones
(Bronchal, 2017; De la Torre, 2018).

Revisión de sentencias

Si bien es cierto que no existe legislación específica que regule el SAP en los
países europeos, el debate sobre su existencia se mantiene presente (García, 2017). De
acuerdo con el artículo 10.2 de la Constitución Española, aquellas normas relacionadas
con los derechos fundamentales serán interpretadas según la Declaración Universal de
los Derechos Humanos y los tratados y acuerdos internacionales. Esto supone que la
15

jurisprudencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) debe ser aplicada
en España (Rivero, 2010).

Dicho tribunal ha abordado el SAP en casos como el de Elsholz contra Alemania


con sentencia el 13 de julio de 2000 por la cual se sancionó al país con una multa por
haber vulnerado el artículo 8 del Convenio Europeo que regula el derecho al respeto a la
vida privada y familiar (Bronchal, 2017; Fernández, 2017; García, 2017).

La mencionada sentencia ha sido utilizada por tribunales en España para


argumentar sus resoluciones. Una de ellas es la sentencia de la Audiencia Provincial de
San Sebastián, del 17 de marzo de 2018, que cita la Sentencia del Tribunal Europeo de
Derechos Humanos en la que se recuerda el deber de los tribunales de investigar la
posible presencia del síndrome en los menores y su gravedad (Muñoz-Parada, 2018).

En España el Tribunal Supremo no se ha pronunciado sobre la aceptación o


rechazo del SAP, pero diferentes estudios jurisprudenciales demuestran que las
resoluciones judiciales de las audiencias provinciales que abordan esta problemática son
contradictorias (De la Torre, 2018).

González et al. (2017) llevaron a cabo una revisión de 456 resoluciones


judiciales dictadas entre los años 2000 y 2014 que abordaban el SAP. Los resultados
revelan que este síndrome fue acreditado por los jueces en un 27,27% de las
resoluciones, de las cuales el 68,14% era provocado por la madre y el 28,31% por el
padre. Entre las medidas impuestas por los jueces en las sentencias que reconocen la
presencia del síndrome se encuentra el tratamiento psicológico para los padres y los
hijos, la mediación familiar, Puntos de Encuentro Familiar para realizar las visitas y el
cambio de régimen de guarda y custodia (González et al., 2017).

Muñoz-Parada (2018) realizó otro estudio cuyo objetivo fue analizar el SAP en
los tribunales españoles a partir de una revisión de 438 sentencias emitidas entre el año
2004 y 2018. En un 39,3% de las sentencias analizadas los jueces aceptaron la
existencia teórica del SAP, en el 54,1% no se pronunciaron al respecto y un 6,6%
rechazaron su existencia. Los datos obtenidos del número de sentencias que acreditaban
el SAP son similares al estudio anterior, pero ambas investigaciones difieren en el
porcentaje de padres alienadores y madres alienadoras. En este último estudio los
resultados muestran una menor diferencia entre ambos, concluyendo que en un 55,1%
16

de los casos la madre era alienadora, en un 43% era el padre alienador y un 1,9% era los
abuelos.

Evaluación pericial del SAP

Los estudios jurisprudenciales ya mencionados reflejan la importancia de la


existencia de un informe pericial que acredite o niegue la presencia del síndrome
(Muñoz-Parada, 2018; Tejero-Acevedo y González-Trijueque, 2013).

En este sentido, el trabajo de Muñoz-Parada (2018) demuestra que un 64,6% de


los casos contaba con informes periciales, de los cuales más de la mitad acreditaban del
síndrome. Así mismo el estudio demuestra que el juez coincidió con la valoración de los
informes periciales que acreditaban el síndrome en seis de cada diez casos. Si bien es
cierto que los dictámenes no son vinculantes y, por tanto, no determinan la decisión de
un juez, la revisión jurisprudencial de Muñoz-Parada (2018) revela un mayor porcentaje
de acreditación del síndrome por parte de los jueces cuando existe un informe pericial
que también lo acredita.

Ante informes con conclusiones contradictorias la tendencia de los jueces es a


estimar lo que determinan los informes públicos frente a los privados (Muñoz-Parada,
2018). Un ejemplo de ello es la sentencia de la Audiencia Provincial de Zamora de 10
de noviembre de 2006, en la que el juzgador no reconoce el SAP acreditado por un
perito privado en instancias anteriores argumentando que no es compartido por el
Equipo Técnico del Juzgado de Menores de Zamora que ha elaborado un nuevo informe
negando la presencia de alienación parental.

La Guía de buenas prácticas para la elaboración de informes psicológicos


periciales sobre custodia y régimen de visitas de menores publicado por el Colegio
Oficial de Psicólogos de Madrid (Chacón et al., 2009) establece que los dictámenes
únicamente pueden sustentarse en una metodología válida y fiable. Uno de los
obstáculos que encuentran los profesionales en la elaboración de informes periciales es
la falta de herramientas específicas que permitan identificar la existencia de alienación
parental y cuantificar el grado del mismo (Mendoza et al., 2020; Sirbu et al., 2020).

A pesar de su escasa validez, en la última década diversos autores han tratado de


elaborar escalas y cuestionarios que evalúan el fenómeno (Mendoza et al., 2020).
Algunos han sido creados para adultos que se vieron envueltos en una dinámica de
17

alienación parental durante su infancia, como la escala Parental Alienation Behavior


Scale (PABS) de Braver et al. (2007), o el cuestionario Baker Strategy de Baker y Ben-
Ami (2011). Otros, como el Cuestionario de Alienación Parental de Pérez y Andrade
(2013) son empleados en los padres rechazados. También se han creado instrumentos
para la población infantil, como la Escala ZICAP para la Evaluación de Alienación de
Zicavo et a. (2016). Ambas pruebas (Pérez y Andrade, 2013; Zicavo et al. 2016) han
sido elaboradas en Méjico y Chile respectivamente y su idioma original es el español.
No obstante, no se encuentran baremadas en población española (Mendoza et al., 2020).

De acuerdo con Muñoz (2010), para poder evaluar la presencia del SAP es
necesario que hijos y progenitores se sometan a los procesos de evaluación. Con este fin
se creó la Escala de Alienação Parental (Gomide et al., 2016) que se administra tanto a
progenitores como hijos, pero los peritos se encuentran con resistencias de los supuestos
progenitores alienadores al evitar ser valorados (Mendoza et al., 2020).

Los creadores del cuestionario Parental Acceptance-Rejection Questionnaire


matizan que estos instrumentos sirven para complementar baterías de pruebas y por
tanto no deben ser utilizadas como única prueba en la identificación del SAP (Bernet et
al., 2017).

La entrevista es una técnica cualitativa de evaluación a través de la cual se


recopila información de la historia familiar, acontecimientos relevantes de cada
miembro y las relaciones existentes entre ellos (Chacón et al., 2009). Dicha herramienta
resulta de gran utilidad en casos de alienación parental ya que permite conocer las
estrategias de alienación utilizadas por los progenitores, así como los factores que
contribuyen a la aparición y desarrollo de tales dinámicas (Sirbu et al., 2020).

Ante la ausencia de herramientas específicas que evalúan el SAP, los


profesionales han optado por emplear técnicas frecuentemente utilizadas para valorar la
idoneidad parental o competencia parental (Tejero-Acevedo y González-Trijueque,
2013). Uno de los más utilizados para progenitores es el Cuestionario para la
Evaluación de Adoptantes, Cuidadores, Tutores y Mediadores (CUIDA) (Bermejo et al.,
2006). Se trata de una prueba que evalúa 14 variables de personalidad elementales para
la proporción de cuidados adecuados a personas que se encuentran en situación de
dependencia. Para los menores la prueba que suele utilizarse es el Test Autoevaluativo
Multifactorial de Adaptación Infantil (TAMAI) (Hernández-Guarnir, 1990; Sotelo et al,
18

2010) que evalúa el grado de adaptación del sujeto en la esfera personal, escolar y
social, y ofrece información sobre los estilos educativos de los progenitores.

Los defensores del SAP recomiendan incluir pruebas que contengan escalas de
validez para identificar posibles sesgos de respuestas (Sotelo et al., 2010). Uno de los
instrumentos más utilizados en el ámbito forense es el Inventario Multifásico de
Personalidad de Minnesota-2 (MMPI-2) de Butcher et al. (2019) y tiene como finalidad
la evaluación de la personalidad normal y patológica. Diferentes estudios (Siegel y
Langford, 1998; Strong et al., 1999) relacionan la alienación parental con las escalas de
validez del instrumento, concluyendo que existe cierta tendencia por parte de los
progenitores alienadores a obtener puntuaciones más altas en deseabilidad social. Es
decir, pretenden mostrar una imagen de sí mismo más aceptada socialmente (Bernet et
al., 2010).

Debido a la creciente presencia del fenómeno de la alienación parental en los


tribunales y en los informes periciales, los profesionales del derecho (Consejo General
del Poder Judicial, 2016), psicología (Bronchal, 2017) medicina (Asociación Española
de Neuropsiquiatría, 2010) y trabajo social (Consejo General del Trabajo Social, 2020)
reclaman formación específica para aquellos que en el ejercicio de sus funciones vayan
a tratar casos relacionados con este constructo.

Intervención ante el SAP

Una de las razones por las que el SAP puede prolongarse durante años e incluso
décadas es la ausencia de medidas eficaces que permitan la revinculación filio-parental
de los miembros alienados (Coca, 2017).

La relación que los hijos alienados mantienen con ambos progenitores no es


sana, pues con uno de ellos existe un distanciamiento no solo físico sino emocional y
por el otro está siendo manipulado e influenciado negativamente. Ante la situación de
desprotección en la que se encuentran los menores, se hace preciso encontrar un método
de intervención que permita generar un vínculo saludable con cada uno de ellos
(Aguilar, 2013).

Para la consecución del objetivo principal de la intervención es conveniente la


participación de profesionales de la salud mental y del sistema judicial que aborden esta
problemática desde un enfoque psico-legal (Bernet et al., 2010; Tejedor, 2017). Por este
motivo, es importante que conozcan las características del SAP y sus consecuencias, así
19

como tener ciertos conocimientos sobre los procesos judiciales y, concretamente, del
derecho familiar (Aguilar, 2013; Molina y Capdevila, 2019).

Entre las complicaciones a las que se tiene que hacer frente durante la
intervención se encuentra el sabotaje continuo del progenitor alienador a lo largo de las
sesiones con los profesionales ya que sus deseos son contrarios a lo que se busca con
estas medidas (Templer, et al., 2016). Además, cabe señalar que el tiempo que
transcurre desde el comienzo del distanciamiento del hijo con el padre alienador hasta
que se inician las medidas es muy largo. De esta manera, cuando las familias llegan a
los recursos la alienación ya se ha instaurado y la gravedad es mayor, siendo más
complicada su intervención (Bronchal, 2017).

Una de las medidas adoptadas por los jueces es el cambio de custodia a favor del
progenitor rechazado. Hay autores que defienden la imposición de esta medida ya que
asegura el acercamiento físico entre el padre e hijo alienados y dificulta el desarrollo de
actitudes alienadoras del otro progenitor (Reay, 2015). Sin embargo, otros autores se
han posicionado en contra de la aplicación de esta medida por los daños que puede
causar al menor el hecho de convivir con una persona a la que rechaza (Mercer, 2019).

De acuerdo con Tejedor (2007), se debe recurrir al cambio de custodia a favor


del progenitor rechazado cuando el resto de las medidas no hayan dado resultados
fructíferos. Además, la autora añade que el cambio de custodia debe ir acompañado de
una supervisión terapéutica para aminorar las alteraciones que puedan provocar en el
menor.

Según el estudio jurisprudencial de González et al. (2017), la medida más


implantada por los jueces son los Puntos de Encuentro Familiares. Se trata de lugares en
los que se llevan a cabo las visitas con el padre rechazado bajo supervisión de
profesionales que llevan un seguimiento del caso. Con esta medida se espera que el
progenitor alienador cumpla con el régimen establecido en la resolución judicial y
facilitar un espacio libre de influencias negativas del alienador. Sin embargo, esto no
ocurre en todos los casos y son frecuentes las llamadas para cancelar las visitas
alegando dolores o enfermedades en los niños que impiden la realización de los
encuentros (Segura et al., 2006).

La pertinencia de la mediación familiar como medida para solucionar el SAP ha


sido cuestionada, sobre todo en aquellos casos en los que la asistencia ha sido ordenada
20

por el juez puesto que en estas situaciones la participación se ve condicionada por una
orden judicial y la voluntariedad se ve limitada (Tejedor, 2007). A pesar de ello, la
literatura científica coincide en que la mediación familiar es un recurso que puede
resultar útil en casos leves de SAP donde los miembros de la familia muestran interés
por llegar a acuerdos en aquellos aspectos que generan conflicto (Aguilar, 2013). Por el
contrario, esta medida no parece eficaz cuando la alienación está muy instaurada en la
familia ya que los alienadores no colaboran en el proceso y no es posible llegar a
acuerdos (Tejedor, 2017).

Algunas comunidades autónomas como Cataluña, Aragón y Madrid han


introducido recientemente la figura del Coordinador de Parentalidad, un recurso para
familias con un alto grado de conflictividad durante o tras el divorcio al que se deriva
por orden judicial (Capdevila, 2016; Tejedor, 2017). Esta medida busca reducir el nivel
de conflicto entre los miembros de la familia y garantizar el cumplimiento de lo
establecido en la sentencia, manteniendo la comunicación con otros profesionales que
intervienen en el proceso como abogados, trabajadores sociales o psicólogos (Molina y
Capdevila, 2019). A diferencia del mediador, el coordinador de parentalidad cuenta con
la autorización del juez para tomar decisiones que impliquen cambios en las
resoluciones judiciales siempre y cuando se garantice el interés superior del menor.
Entre estas decisiones se puede encontrar la modificación puntual del régimen de
visitas, que permite agilizar el proceso al no tener que aguardar a la determinación del
juez (Capdevila, 2016).

El tratamiento psicológico es otra de las medidas que imponen con frecuencia


los jueces en casos de SAP, ya sea para el menor, para los progenitores o para todos los
miembros del sistema familiar (González et al., 2017). En ocasiones la sentencia recoge
el organismo al que deben acudir para recibir terapia, entre los que se encuentran
diferentes centros o servicios especializados en la asistencia de familias y menores
como los Equipos de Atención a Familias e Infancia en Castellón o los Centros de
Atención a las Familias en Madrid (Tejedor, 2017).

Si bien es una medida muy efectiva para familias con diferentes problemáticas,
en los casos de SAP la terapia familiar tradicional no tiene los mismos resultados
(Templer et al., 2016). La dificultad que se encuentra en las terapias familiares de los
casos donde el SAP está presente es la negativa de los padres alienadores para participar
en las sesiones (Tejedor, 2007; Tejedor, 2017). La finalidad de la terapia familiar es
21

contraria a los deseos de los alienadores ya que con esa se pretende una mejora de las
relaciones familiares y, por tanto, es frecuente que estos no aparezcan los días
establecidos y se muestren poco colaboradores a lo largo del tratamiento (Molina y
Capdevila, 2019; Templer et al., 2016).

En países como Inglaterra, Estados Unidos y Australia existen programas de


intervención específicos para casos de SAP que son ordenados por los jueces. Este tipo
de intervención consiste en separar a los hijos de los padres alienadores durante un
periodo de tiempo en el que se limita también el contacto telefónico mientras se retoma
la relación con los progenitores rechazados (Mercer, 2019). Actualmente no existe
consenso entre la comunidad científica sobre el uso de programas específicos de SAP
debido a la ausencia de estudios empíricos que demuestren su eficacia (Tejero-Acevedo
y González-Trijueque, 2013).

El objetivo que se pretende conseguir con estas intervenciones es la


reconstrucción de la relación entre hijos y padres alienados a partir de talleres
psicoeducativos dirigidos tanto a los progenitores como a los menores. Tales cursos
buscan el desarrollo del pensamiento crítico en los menores para evitar ser influenciado
por el progenitor alienador y una mejora en el manejo de las habilidades parentales de
los padres. Además, ambos asisten a talleres que promueven la comunicación asertiva y
la resolución de conflictos (von Boch-Galhau, 2018; Tejero-Acevedo y González-
Trijueque, 2013).

Autores como Reay (2015), creador del Programa de Reunificación de


Reflexiones Familiares, sostienen que este tipo de intervenciones no suponen un peligro
para los niños y señalan esta vía como la única solución en casos graves de alienación
parental. Sin embargo, otros investigadores (Mercer, 2019) consideran que la limitación
del contacto con el padre alienador y la obligación de convivir con el padre rechazado
puede generar angustia en el menor y alterar su bienestar psicológico.

En España, Tejedor, Molina y Vázquez (2013) han elaborado el Programa de


Intervención para Víctimas de Interferencias Parentales, un programa específico cuyo
objetivo principal es minimizar los efectos que este tipo de relaciones familiares pueda
suponer al menor. Sin embargo, hasta la fecha la propuesta no cuenta con evidencias
empíricas que demuestren su eficacia (Tejedor, 2017)
22

Los profesionales que imparten el programa son psicólogos clínicos o forenses


del ámbito público o privado que cuenten con formación adicional en este tipo de
dinámicas familiares. La población a la que está dirigida es a individuos desde los tres a
los dieciocho años de edad y los miembros de la familia implicados en el caso. Si bien
es conveniente la participación de todos ellos, en caso de que uno de los progenitores no
lo haga la intervención se sigue contemplando ya que el fin último es la mejora del
menor. Las áreas de intervención se distribuyen en tres módulos (ruptura de pareja,
relaciones parento-filiares e interferencias parentales) y la duración del programa varía
en función de cada caso concreto (Tejedor et al., 2013; Tejedor, 2017).

DISCUSIÓN

Las investigaciones revisadas en el presente trabajo muestran conclusiones muy


dispares. El debate no solo se centra en la existencia del SAP, sino que también existen
discrepancias entre los defensores. Una corriente de estos últimos contempla el SAP
como un trastorno que debe incluirse en los manuales diagnósticos (Bernet, 2008, 2010;
Jarne y Arch, 2009), mientras otros no entienden que se trate de una patología, si no de
una situación que provoca una determinada sintomatología (Aguilar, 2013, 2017). En
cuanto a los detractores, estos coinciden en que el SAP no existe y por tanto no debe ser
utilizado en el ámbito clínico o en procesos judiciales (Clemente y Padilla-Racero).

Desde la introducción del fenómeno en la literatura científica, los síntomas que


se han considerado propios del SAP han sido los descritos por Gardner (1992, 1998),
que posteriormente clasificó según la gravedad que presentaban. En los últimos años
diferentes autores han ampliado la información ofrecida por el psiquiatra y han utilizado
esa primera lista de síntomas como criterios diagnósticos. El método utilizado para el
estudio de los síntomas fue la observación en contextos clínicos y no han sido
contrastados empíricamente. Por este motivo las investigaciones basadas en estos datos
presentan limitaciones en su validez científica.

Esta es la situación en la que se encuentran las herramientas psicométricas


creadas para la evaluación del SAP en contextos clínicos y forenses. Los investigadores
de la materia en cuestión han elaborado cuestionarios y escalas con el fin de detectar y
acreditar el síndrome. Sin embargo, para su creación se han basado en la literatura
existente y esta carece de validez, por lo que la consistencia interna de tales pruebas se
ve limitada. Por este motivo los creadores de estas herramientas como Bernet et al.,
23

(2017) indican que no son instrumentos específicos sino complementarios de otras


baterías ya estandarizadas.

Del mismo modo que ocurre con el estudio de los síntomas, los efectos que
produce el SAP a corto plazo se han hallado a partir de la observación clínica de los
profesionales (Segura et al., 2006). Estos datos deben ser contrastados para poder
generalizarlos ya que la simple observación no se considera prueba científica. En cuanto
a los efectos del síndrome a largo plazo cabe mencionar los estudios de Baker (2005,
2006) con muestras de adultos que fueron expuestos a prácticas alienadoras durante la
infancia. En este caso el método de estudio utilizado es válido, pero una vez más la base
de la que parte tal estudio no es empírica y por ello los resultados son cuestionados.

La presente revisión bibliográfica incluye datos inesperados relacionados con la


regulación del SAP en el ordenamiento jurídico español y el derecho comparado. En el
caso de España, la reciente modificación de una ley catalana considera que la utilización
del SAP constituye un acto de violencia institucional. Pero la situación del fenómeno en
el ordenamiento jurídico de otros países como Brasil es muy distinta, al contar con una
ley específica sobre el SAP que establece penas para aquellos sujetos que lleven a cabo
cualquiera de las conductas alienadoras descritas en la propia ley (García, 2017).

Ambas normas han sido creadas con la intención de garantizar la protección de


los menores, pero cada una considera que el peligro proviene de una fuente distinta. La
ley española se fundamenta en que el rechazo de los menores a los progenitores
alienados es justificado, ya sea por una mala relación con este progenitor o por la
exposición a violencia por parte del mismo. De esta manera, tratar de reunir a los
menores con los progenitores supuestamente alienados implica una negligencia por
parte de las instituciones ya que no están asegurando su protección y los está poniendo
en riesgo. En el caso de Brasil, los legisladores entienden que las prácticas alienadoras
son dañinas para los menores y atentan contra el bienestar psicológico de estos, por lo
que defienden que es un delito y como tal debe conllevar una sanción.

El argumento que utiliza la Organización Mundial de la Salud para rechazar el


SAP como categoría clínica es que este aparece en contextos legales y por tanto debe
ser abordado desde tal ámbito. Sin embargo, los tribunales españoles que rechazan la
existencia del fenómeno basan su criterio en la ausencia de reconocimiento por parte de
las clasificaciones diagnósticas. Esta apreciación pone en evidencia uno de los
24

principales obstáculos para hacer frente al SAP y es la necesidad de comunicación entre


ambas disciplinas, ya que el abordaje debe ser conjunto.

En cuanto a la intervención indicada para resolver los casos de SAP, los autores
coinciden en que las medidas terapéuticas y judiciales son más eficaces cuando se
aplican de forma conjunta. Por un lado, las intervenciones terapéuticas se ven
entorpecidas por las actitudes de los progenitores alienadores que muestran poca
colaboración en el proceso y frecuentes faltas de asistencia (Tejedor, 2017). Una manera
de frenar el sabotaje de estas terapias es que se realicen bajo orden judicial, ya que esta
puede actuar como fuente de motivación externa y aumentar la colaboración y
participación del alienador en el proceso. Por otro lado, las medidas ordenadas
judicialmente como el cambio de custodia pueden alterar el bienestar psicológico del
menor al forzar su separación del progenitor querido (Mercer, 2019). En este sentido,
parece coherente realizar una intervención psico-jurídica en la que las medidas
terapéuticas se vean reforzadas por las resoluciones judiciales y viceversa.

Una figura que puede facilitar el abordaje es el Coordinador de la Parentalidad,


cuya intervención incluye la aplicación de técnicas dirigidas a mejorar las relaciones
familiares de aquellos que se encuentran en procesos de separación o divorcio,
manteniendo en todo momento la comunicación con el sistema judicial.

CONCLUSIONES

La dudosa posición de la Organización Mundial de la Salud respecto al SAP


pone de manifiesto la intensidad y amplitud del debate sobre el tema en cuestión, que
divide a los profesionales de distintas disciplinas como la psicología, la medicina, el
trabajo social y el derecho.

La falta de reconocimiento del SAP como categoría clínica por parte de las
principales clasificaciones y manuales de trastornos y enfermedades mentales es uno de
los argumentos más utilizados por los detractores del fenómeno para invalidar esta
problemática. La ausencia de acreditación obstaculiza el avance de las investigaciones
ya que carecen de una base empírica de la que poder partir. En este sentido, se hace
imposible mostrar evidencias científicas sobre la prevalencia, las principales
características o la gravedad de los síntomas, y se dificulta la creación de pruebas
específicas para detección y evaluación del síndrome.
25

En cuanto a la intervención, es importante destacar la falta de protocolos y


programas de actuación válidos en España para los casos de SAP. Sin embargo, existe
una serie de medidas cuya aplicación debe atender a cada caso concreto y realizarse con
la mayor urgencia, a fin de evitar sufrimiento en el menor, promover un ambiente
familiar saludable y reducir el distanciamiento entre progenitor e hijo alienado.

De acuerdo con lo establecido por Tejedor (2007, 2017), medidas como la


mediación familiar pueden ser acertadas cuando el SAP es leve; para casos con una
gravedad media o moderada, cabe ordenar la realización de visitas en un Punto de
Encuentro Familiar con el objetivo de controlar el cumplimiento del régimen de visitas
y la ausencia de influencias por parte del alienador durante las reuniones; y, por último,
solo en casos graves en los que ya se haya agotado el resto de alternativas, cabría
contemplar un cambio de custodia a favor del padre alienado para apartar al hijo del
ambiente tóxico en el que se encuentra con el padre alienador, y siempre bajo el soporte
de terapeutas.

La presente revisión se ha visto limitada principalmente por dos motivos. En


primer lugar, tal y como se ha mencionado previamente, los estudios disponibles acerca
del SAP no son concluyentes debido a la escasa validez de los mismos. A esta
limitación se añade otra de índole conceptual, ya que entre la comunidad científica
defensora del SAP no existe acuerdo sobre la terminología que se ha de emplear para
referirse a él. Con el fin de reducir tales limitaciones y avanzar en el desarrollo de una
propuesta consistente, se hace preciso que los defensores del SAP lleguen a un consenso
sobre los criterios diagnósticos y terminología propia que envuelven el fenómeno.

En segundo lugar, la falta de tiempo y el límite de espacio han imposibilitado


realizar un análisis del debate a nivel social y político que en los últimos meses ha
suscitado el SAP. No obstante, sería interesante realizar una investigación
complementaria sobre el papel que desempeña la ideología en el debate de la existencia
de SAP.

Con la realización del presente trabajo se ha pretendido dar a conocer el estado


de una realidad a la que se enfrentan muchas familias y profesionales diariamente. Dada
la situación actual en la que se encuentra el SAP, resulta atrevido hacer predicciones
sobre la línea que se va a adoptar en el futuro. Sin embargo, cabe mencionar dos
posibles cursos de acción que pueden facilitar su tratamiento y aminorar su gravedad.
26

Por un lado, sería importante garantizar una formación especializada para


aquellos profesionales que en el ejercicio de sus funciones se pueden encontrar con el
SAP para así promover la detección precoz y una rápida intervención. De este modo,
cabe destacar la figura del criminólogo, cuya formación incluye conocimientos en
materia de derecho (penal, civil y procesal), psicología (victimología, psicopatología,
psicología forense, mediación) y trabajo social (intervención social). Si bien es cierto
que estos profesionales no pueden realizar las funciones específicas de cada una de las
otras disciplinas, sí pueden asesorar sobre la materia en cuestión. Además, cabría
plantearse que un criminólogo ejerciera la figura del Coordinador de la Parentalidad, ya
que su formación integra las intervenciones del derecho, psicología y trabajo social. De
esta manera, la presencia de un criminólogo en los Equipos Psicosociales de los
Juzgados puede ser de gran utilidad para la gestión de casos relacionados con el SAP.

En segundo lugar, conviene promover la creación y generalización de un


protocolo de actuación para este tipo de situaciones que vele por el interés superior del
menor, garantizando la máxima protección y el mínimo sufrimiento. Para ello, es
importante la participación de ambos progenitores para realizar sesiones conjuntas
enfocadas en la resolución de conflictos.

A pesar de que el menor se encuentra en un ambiente poco saludable cuando


está con el progenitor alienador, es importante tener en cuenta el efecto que pueda
provocar el encuentro con el progenitor alienado. Tal y como se ha explicado, durante el
proceso de la alienación el menor construye una imagen muy negativa del padre
rechazado y puede llegar a crear aversión, por lo que el encuentro puede generar altos
niveles de ansiedad. Por este motivo es importante que el programa incluya un
tratamiento psicológico individual para el hijo alienado, que permita al menor
reconstruir la imagen que tenía del padre alienado antes del conflicto y sirva de apoyo
durante el proceso de revinculación.

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