Brenda Laca El Acusativo
Brenda Laca El Acusativo
Brenda Laca El Acusativo
0.1. El problema del «acusativo preposicional» es sin duda uno de los mas
complejos e interesantes de la gramätica espanola, en la que se presenta ante
todo como problema descriptivo: el de dar cuenta de la alternancia entre objetos
acusativos introducidos por la preposicion a (que coinciden por lo tanto en su
constitucion con los dativos y con otras frases preposicionales dependientes del
verbo que quedan fuera del sistema actancial-casual defmido por los pronombres
ätonos) y objetos acusativos sin preposicion1. Como es sabido, la dificultad del
problema reside en una casuistica que a menudo se resiste a todo intento de
delimitar una distribucion condicionada por factores gramaticales (caracteristicas
de la fräse nominal objeto) o lexicos («reccion» del lexema verbal). No es de
extranar que pares de ejemplos como los siguientes, en los que en apariencia
todo — relaciones gramaticales, caracteristicas del objeto, incluso el lexema
verbal en (1—3) — permanece igual, menos la constitucion del objeto, lleven a
desconfiar de la relevancia ultima de estos factores para explicar la distribucion,
o bien a asumir una zona de vacilacion y variabilidad arbitraria2:
* Agradezco a Jürgen Lang (Berlin), Jens Lüdtke (Berlin), Manfred Ringmacher (Tubinga)
y muy especialmente a Lilianne Tasmowsky-De Ryck (Amberes) por su interes en
discutir conmigo versiones anteriores de este trabajo.
1
Prefiero evitar los rotulos tradicionales de «complemento directo» y «complemento
indirecto», cuya defmicion semantica tradicional no es adecuada y cuya definicion
formal — elaborada para otras lenguas y solo recientemente introducida en la descrip-
cion del espanol (Gutierrez Araus 1978, pp. 160 — 64) — solo puede llevar a confusion,
dado que se basa precisamente en la presencia o ausencia de preposicion. «Objeto
acusativo» debe entenderse aqui como una abreviatura de «objeto pronominalizable
por un pronombre atono acusativo» (correspondiente a la nocion de implemento en
Alarcos Llorach 1978). El problema del «acusativo preposicional» se plantea como tal
justamente porque constituyentes de «forma» similar presentan un comportamiento
sintäctico diferente: objetos acusativos preposicionales y objetos dativos no solo se
distinguen con respecto a la pronominalizacion, sino ademäs con respecto a la pasiva
perifrästica, a la duplicacion pronominal y probablemente en una larga serie de hechos
mas. La confusion enorme que hay en este sentido en la bibliografia, favorecida sin
duda por la aparente perdida de distincion casual en los pronombres ätonos en
algunas variantes dialectales (leismo, laismo, loismo^ evidencia la necesidad de repensar
coherentemente la problemätica de las relaciones gramaticales en espanol. Uri importan-
tisimo paso adelante en esta direccion es el que representa Garcia (1975).
2
Bossong (1982, p. 26) constata esta zona de variabilidad en la mayoria de las lenguas
que presentan tratamiento morfologico diferencial del objeto, y razona convincente-
El acusativo preposicional en espanol 291
mente que tal zona solo es en apariencia arbitraria, ya que estä delimitada en torno al
punto de interseccion de dos dimensiones, la una de tipo escalar (escala de animacion),
la otra simplificada como oposicion ± defmido, que cada lengua fija en principio en
un «lugar» diverso de transicion entre los dos tipos de objeto (los marcados y los no
marcados). El valor sistematizador de las ideas de Bossong es innegable; las preguntas
que nos plantearemos con respecto al espanol son, sin embargo, otras: la de los limites
de la zona de variabilidad y la de si la altemancia es en ella aleatoria.
3
Asi, por ejemplo, Hopper/Thompson (1980, p. 259) afirman, utilizando entre otros
datos del espanol como apoyo, que «the special markings on definite O's found in
many languages are better interpreted functionally äs Signals of the high Transitivity of
the clause äs a whole.» Pero ademäs asumen que dentro de la jerarquia de la transitivi-
dad y con respecto a la dimension de la kinesis, las acciones estän del lado de la « alta »,
las no acciones del lado de la « baja » transitividad. La posibilidad u obligatoriedad del
uso de la marca en los casos de verbos que no designan acciones transitivas, sino
relaciones (anteceder, sobrepasar, preteder etc.) contradice o bien la interpretacion de
la marca como senal de alta transitividad, o bien las correlaciones asumidas en la
hipotesis.
292 Brenda Laca
4
Roegiest (1979, p. 43) habla de «traits lexicaux », Bossong (1982, p. 26) de « semantische
Eigenschaften, die dem als Objekt fungierenden Nomen inhalieren» con respecto a la
El acusativo preposicional en espanol 293
1.2. Dadas las caracteristicas de las descripciones mäs usuales, parece aconse-
jable preguntarse al principio, y en la forma mas sencilla, cuäles son los hechos
seguros y establecidos, que sabemos acerca de la distribucion del acusativo
preposicional.
1.2.1. En primer lugar, sabemos que hay de hecho una clase de objetos
acusativos que se revela como nucleo del uso de la preposicion: la serie tonica
de los pronombres personales, los nombres propios de personas y animales, y
los pronombres demostrativos e interrogativos cuando se refieren a seres huma-
nos. Es este el dominio de la obligatoriedad, en el que no hay alternativa
«aceptable» al uso de la preposicion5, cf.:
(6a) *Vio mi.
(6b) *Vimos Pedro.
(6c) *Vimos Sultan.
(6d) *iQuien vio Juan?
Mucho mas dificil es determinar si existe entre los objetos nominales un dominio
de imposibilidad correspondiente, es decir, una clase de frases nominales que
en ninguna circunstancia puedan ser introducidas por la preposicion. Buenos
candidatos parecen ser las frases nominales carentes de determinantes en Singular.
1.2.2. Los casos restantes conforman lo que Uamaremos el dominio de la
posibilidad. Se sabe que en este dominio la distribucion esta en gran medida
regida por la accion conjunta de dos tipos de variables que se refieren en
apariencia por un lado a caracteristicas lexicas, por otro a caracteristicas referen-
ciales de la fräse nominal objeto. Son precisamente las variables que entran en
la formulacion de la regla präctica «los objetos acusativos humanos y definidos
son introducidos por la preposicion a ». Sabemos hoy que en lugar de « humano »
es preferible decir «animado», y «especifico/individt^ado» en lugar de «defi-
nido». Y sabemos ademäs que tambien la Version mejorada de la regla no deja
dimension de la animacion. Pero incluso dentro de la clase lexica focal de los nombres
propios, no es la mera pertenencia a la clase sino la referencia actual a animados la
que rige una aparicion obligatoria. En casos como «Dejo Kant para mäs adelante»
(Fernandez 1986, p. 187), «Ya a tocar Bach», asi como en los casos inversos del tipo
« Esto irritaba a todas las cabezas confusas », «Iba a despertar a toda la casa » (Fernandez
1986, pp. 177, 180), no puede decirse que la falta de a «cosifique» o su presencia
«personifique». Lo que hay es simplemente referencia metonimica, y la distribucion se
rige, por lo menos parcialmente, por las propiedades del referente mentado. En el caso
de la oposicion definido/indefinido tambien hay a veces conflicto entre la oposicion
formal y la referencial (no obligatoriedad del uso ante definidos de valor generico,
oposicion individuado/no individuado dentro de los sintagmas formalmente indefini-
dos).
Para los datos con respecto al resto del dominio pronominal, en particular los indefmidos
y los relatives, vease Fernandez (1986). La distribucion en este dominio merece, por su
complejidad, un anälisis aparte. Es interesante notar que dentro de los relatives hay un
caso claro de exclusion (con el relativo que) y un caso claro de obligatoriedad (con el
relativo el/los/la/las que) en los que la animacion del referente no juega papel alguno.
294 Brenda Laca
6
La accion conjunta de los dos tipos de variables es esquematizada por Bossong
(1982, p. 26) mediante la proyeccion de la oposicion ± definido sobre la «escala de
animacion». Roegiest (1979, p. 49) subsume los rasgos de animacion y determinacion
bajo un rasgo general abstracto, el de /activite potentielle/:
7
Muy a tener en cuenta es el intento de interpretacion lingüistica del concepto de
«persona» desarrollado por Thun (1986, pp. 129 — 140 y passim), quien insiste en la
necesidad de abandonar la sinonimia tenninologica « persona = humano », « no persona
= cosa», para concebir a la persona a partir de la idea de «selbsttätige oder zumindest
potentiell selbsttätige Beteiligung am Verbereignis» (p. 134). Coincide con esto la inter-
pretacion de King (1984, p. 399), para quien en el caso del uso con inanimados «the
noun is <elevated> to the role of a potential participant».
El acusativo preposicional en espanol 295
8
La decision de Isenberg (1968) de trabajar con ejemplos construidos — justificada por
el explicitamente con la desconfianza antfe los « datos reales » caracteristica del momento
en que escribe (p. 11 s.) — hace que de su trabajo seao utilizables las ideas generales,
sin que el corpus ni los juicios de agramaticalidad prueben absolutamente nada. Un
fenomeno en el que se sospecha quennciden factores discursivo-textuales (y tal es la
suposicion de base y a la vez la mayor contribucion de Isenberg) no puede ser estudiado
mas que sobre la base de textos reales.
296 Brenda Laca
animados. De hecho, no hay caso en el que una fräse nominal presente mayor
« analogia con el sujeto » que aquel en que esta es realmente sujeto de algo. Sin
que pueda hablarse de uso obligatorio de la preposicion11, parece evidente que
la incrustacion de un objeto en una configuracion sintäctico-semäntica en la que
funciona como sujeto de una predicacion secundaria favorece la aparicion de
aquella en casos no personales. El caso tipico es el de las construcciones de Ad,
como en:
(8a) De vez en cuando cundian alarmas, se veia surcar el espacio a dos o tres
aviones (Coste/Redondo 1976, p. 330).
(8b) Emergiendo sobre una ola, veo al avion caer envuelto en Hamas (RA 96).
(8c) Miro los dinosaurios otra vez muertos de risa, saltando sobre un costado del
mär [...], pero oyeme, pero oyeine, nada de eso podra impedir que continues
viendo a los dinosaurios saltar, saltar (RA 103).
Pero la lista de estas predicaciones secundarias puede ampliarse, en primer lugar
a las construcciones tradicionalmente llamadas de « döble acusativo », en las que
uno de los sustantivos involucrados es — como se sabe — un predicado del
objeto (con verbos como nombrar, elegir, llamar, hacer):
(9) Por eso, solo por eso, prefiero llamar «historia» y no «novela» a esta obra
mia (Roegiest 1980, p. 146).
La misma configuracion aparece en las construcciones en las que un adjetivo se
asocia al objeto no como atributivo sino mediante un nexo predicativo12:
(lOa) pero del mismo modo que veia tan lejana y distante a la ciudad (Roegiest
1980, p. 145).
(l Ob) Quise imaginarme a un grano de trigo aislado de los demäs granos (Roegiest
1980, p. 145).
3.1.2. En principio es irrelevante que forma tome la predicacion secundaria,
si se trata de un infinitivo o bien de una fräse nominal o preposicional que se
refiere semanticamente al objeto, como en:
(l l a) transforma en castillos las cabanas, vuelve a los cangrejos flores unicas
(RA91).
« soporte » de una predicacion. Acerca del papel de este tipo de configuracion sintäctica
ya desde los origenes del fenomeno, vease Müller (1971).
11
Es necesario insistir en el caracter facultativo del uso de la preposicion en estos casos,
que demuestra que la afirmacion de Körner (1987, p. 17) de que «die Wahl oder Nicht-
Wahl der Präposition [...] zwei verschiedenen tiefensyntaktischen Strukturen entspricht»
no es sostenible en esta forma. La pösicion del infinitivo con respecto al objeto no
parece ser decisiva (hay ejemplos suficientes de falta de la preposicion ante el objeto
acusativo que precede al infinitivo). En cambio, los demas factores que veremos adelante
parecen mantener su relevancia dentro de las construcciones de Acl; en los casos de
Acl sin acusativo preposicional que he constatado en RA, en su mayoria se trata de
objetos de referencia continua.
12
El test para la determinacion de este nexo predicativo, cuando la estructura no se
desprende inequivocamente del orden de las palabras, como en (lOa), es la pronominali-
zacion.
298 Brenda Laca
(llb) Otra vez la oscuridad [...] convierte al mär en un run^or invisible (RA 186).
(llc) La tonnenta dejo sin hojas a los arboles.
(lld) Taunus dejo al grupo en paz.
Importante es que la presencia de una predicacion secundaria referida al objeto
favorece el empleo de la preposicion y, a. la inversa, que la introduccion de a
puede determinar una interpretacion sintactica correspondiente, como en el caso
del par siguiente, que presenta una estructuracion en cada caso diferente de los
constituyentes:
(12a) La tonnenta dejo treinta heridos y muchos arruinados.
(12b) La tormenta dejo a treinta heridos y a muchos arruinados.
Tambien las construcciones de tener con acusativo preposicional manifiestan la
misma configuracion con una predicacion secundaria:
(13a) *Juan tiene a un hermano de nueve anos.
(13b) Juan tiene un hermano enfermo/en el extranjero.
(13c) Juan tiene a un hermano enfermo/en el extranjero13.
Pareceria que en ocasiones (la observacion aparece en Fernändez 1986, p. 186s.,
n. 106), la aparicion del acusativo preposicional se ve favorecida incluso en los
casos en que tal predicacion secundaria estä lexicamente «incorporada» en la
estructura semantica del lexema verbal, a saber, con verbos parafraseables por
estructuras causativo-transformativas del tipo «hacer/volver + predicativo del
objeto ». Asi por ejemplo en:
(14a) la necesidad de argentinizar a la Argentina;
(14b) el hombre humaniza al mundo.
3.2.1. Desde un punto de vista general, la nocion de la «analogia con el
sujeto» puede verse en conexion con las propiedades de los sujetos bäsicos
postuladas por Keenan (1975), entendidas no como rasgos definitorios siüo como
rasgos caracteristicos de tal relacion gramatical. La propiedad mäs importante
para nuestro tema es sin duda la de la autonomia referencial, formulada por
Keenan (1975, p. 312) como sigue: «The entity that a b-subject refers to (if any)
exists independently of the action or property expressed by the predicate.»
Un sujeto (mas precisamente, un sujeto temätico de una oracion principal
declarativa) queda siempre fuera del alcance de las modalizaciones posibles de
la predicacion oracional, su referencia queda establecida con independencia de
la predicacion y, en tanto presuposicion, es inmune al valor de veracidad o a la
«factualidad» de la asercion. Es evidente que las propiedades referenciales de
los objetos acusativos introducidos por a a las que se alude en la formulacion
13
(13b) y (13c) no son exactamente equivalentes. En el caso del adjetivo, la construccion
con a solo puede ser interpretada con el adjetivo como predicativo del objeto; la
construccion sin a admite en cambio las dos interpretaciones sintäcticas (enfermo como
atributivo o como predicativo). En el caso de las frases preposicionales locativas, me
parece ver una clara diferencia entre «lugar de residencia habitual», una especie de
localizacion «caracterizante» (sin a) y «lugar transitorio» (con a).
El acusativo preposicional en espanol 299
14
Roegiest (1979, pp. 51 — 54) pareceria tambien tender a esta explicacion. No puede
detenerme aqui en la complejisima problemätica del « caso » de los pronombres ätonos,
que ha sido tratada en detalle por Garcia (1975). A veces pareceria que se confunde en
la discusion la idea de perdida de oposicion casual con otro fenomenOj el del uso
opositivo de los casos para senalar tipos de participacion diferentes en im «hecho»,
mäs allä de la reccion casual de un lexema verbal. La reestructuracion del sistema
pronominal que invoca Roegiest es un fenomeno local, cuya extension no coincide con
la del acusativo preposicional, y que tampoco en las regiones que lo presentan ha
llegado a «independizarse » totalmente del caso (vease Real Academia 1983, p. 204s.)·
15
Un razonamiento anälogo, el de que los «tipos de participacion» en un evento segun
el grado de actividad solo resultan de hecho distinguidos morfologicameiite en espanol
para los cliticos de 3a. persona, debiendo « deducirse » en los demäs casos, es sostenido
por Garcia (1975, pp. 77-109).
El acusativo preposicional en espanol 301
comunes de animales, a saber, que «los verbos [...] que designan actos morales
o emocionales o actos que hacen esperar una respuesta del animal a la incitacion
o al estimulo suelen llevar a.» O el hecho de que, a lo que parece, una fräse
introducida por a pueda cumplir «döble funcion » (dativo/acusativo) dentro de
la misma construccion, como en:
(19) No tenian ningun respeto por las mujeres, muchisimo menos por las jovenci-
tas, a las que levantaban las polleras y maltrataban con las injurias mäs
ofensivas (Garcia 1975, p. 93).
4.3. Por Ultimo, hay un tercer tipo de hechos que me parecen decisivos y
raras veces se citan. Sabemos que un objeto dativo prototipico — y en esto
coinciden los enfoques mas diversos — es un tercer participante en una situacion
de intercambio con tres roles del tipo alguien da algo a alguien, alguien quita algo
a alguien. Ahora bien, hay algunos verbos que no conforman estos tres roles en
la forma — tambien tipica — sujeto-obj. acus.-obj. dat., sino en la forma sujeto-
obj. acus.-obj. preposicional, segun la correspondencia siguiente:
acusativo ^dativo (le dio regalos)
16
En la mayoria de los ejemplos correspondientes en Moliner (1966 — 67), estos objetos
aparecen sin la preposicion; sin embargo, es evidente que las construcciones citadas
tienen un grado de aceptabilidad mucho mayor que por ejemplo « *Como a la man-
zana». Vease tambien Isenberg (1968, p. 206 ss.).
302 Brenda Laca
tamente por Coseriu (1962, p. 300), quien distingue tres ^rados diferentes de
determinacion en la serie:
(21 a) Busco un medico.
(21 b) Busco a un medico.
(21c) Busco al medico.
5.1. Para ordenar la multiplicidad de observaciones sobre el uso de a que
pueden ser puestas en relacion con la «individuacion», podemos partir de una
concepcion « parametrizada » de esta categoria como la propuesta por Timberlake
(apud Hopper/Thompson 1980, p. 253), que presenta la ventaja de asignar distin-
ciones categoriales pertenecientes a diversas dimensiones referenciales de las
frases nominales (o mejor, de su referencia actual en el discurso) a los dos
polos «individuacion/no individuacion». Dado que resulta indudable que la
individuacion es una propiedad que fünciona solo a nivel de una gramatica del
hablar (en el sentido de Coseriu 1962), una propiedad pragmätica referida al
discurso y al modo de concebir un referente en el discurso, no puede objetarse
que haya aqui « mezcla » de distinciones categoriales; por el contrario, la concep-
cion de Timberlake (que sin duda puede ser refinada, en particular en lo que
concierne a las dimensiones concreto/abstracto y referencial/no referencial) nos
permite ver en que medida cada una de las dimensiones en juego contribuye a
determinar el grado de individuacion de un referente como propiedad global17.
El esquema de Timberlake es el siguiente:
individuado no individuado
propio comun
humano, animado inanimado
concreto abstracto
Singular plural
contable continuo
referencial, definido no referencial
En el se pueden reconocer fäcilmente las propiedades que recurren una y otra
vez en las descripciones del uso. Ya a nivel de la primera distincion, propio/
comun, la concepcion parametrica se revela como util para dar cuenta de la
interrelacion de esta con la dimension animado/inanimado (el uso de la preposi-
cion solo es obligatorio cuando hay referencia a animados, veanse las vacilaciones
en el uso con los nombres propios geogräficos y en los casos de metonimia).
Con respecto a la distincion singular/plural, sabemos que en el caso de
referencia a animados la preposicion puede faltar con mas frecuencia ante
definidos en plural que ante definidos en singular (Fernändez 1986, p. 171).
17
Este tipo de representacion, en el que queda de manifiesto que operan aqui diferentes
dimensiones independientes que se entrecruzan, me parece preferible a la representacion
adoptada en Bossong (1982, p. 27), en la que aparecen proyectadas en una jerarquia
linear, como si se tratase de subdivisiones ordenadas interdependientes. Tiene ademäs
la ventaja de haber sido elaborada para dar cuenta de otros datos, lo que la exime de
toda sospecha de circularidad.
El acusativo preposicional en espanol 303
referencia continua y los abstractos que designan un « evento ». Tengo mis dudas
de que la idea de Isenberg pueda mantenerse en esta forma19. Sin embargo,
pareceria que el uso de a favorece la interpretacion del objeto acusativo como
entidad discreta en aquellos casos en que tambien seria posible una interpretacion
del mismo como un abstracto de predicacion. Por ejemplo, la eliminacion de la
preposicion en el siguiente pasaje (tomado de Fernandez 1986, p. 165):
(27) El signo es aquello que manifiesta a algo ocupando su lugar
tendria — a mi modo de ver — por resultado una secuencia poco aceptable: algo
resultaria interpretado primariamente como contenido proposicional o predica-
tivo, como un abstracto de predicacion que no puede, por ende, «ocupar un
lugar ».
5.2. Pero hay aun mas datos que pueden corroborar la tesis de la «individuali-
dad ». Hay una construccion nominal, relacionada a la nocion de « singulativo »,
que se revela como de particular efecto «individualizador», a saber, aquella en
la que uno o varios individuos resultan extraidos de un conjunto explicitamente
delimitado en el contexto como dominio de referencia; tal construccion toma en
general la forma pronombrejfräse nominal indefinida + de + fräse nominal plural/
colectiva deßnida (uno de los libros, un miembro del grupo) e implica un contraste
(discriminacion, particion) dentro del dominio de referencia contextualmente
delimitado. Ahora bien, puede constatarse una fuerte tendencia a usar la preposi-
cion ante objetos acusativos de este tipo (Fernandez 1986, pp. 157, 160, 183):
(28a) El bombardeo mato a seis infantes de marina e hirio a quince, pero no logro
danar a ninguno de los poderosos canones (Pottier 1968, p. 92).
(28b) Las balas matan a un mulo de la impedimenta (Fernandez 1986, p. 189).
5.3. Sin embargo, tampoco el efecto individualizador de un complemento de
totalidad (Fernandez 1986, p. 157) determina automäticamente la aparicion de
a, como se ve en el ejemplo (29), que nos lleva a la consideracion de otros
factores relacionados a la individualidad:
(29) Tuve que quemar un dia diez y siete de esos desdichados (Fernändez 1986,
p. 160).
Hay una serie de observaciones dispersas en la bibliografia que insinuan que,
en el caso de objetos contados (determinados por numerales) o, en general,
cuantificados, la falta de la preposicion esta de algun modo relacionada con el
enfasis en o con la relevancia pragmatica de la cuantificacion misma. Si compara-
mos entre si pares como
(30a) El juez condeno a tres reos.
(30b) El juez condeno tres reos.
19
Mis dudas nacen de la reaccion espontanea de varios participantes en un seminario,
que pusieron inmediatamente en cuestion la idea de Isenberg objetando que «podia
decirse»: AI cafe lo compro en granos, AI accidente lo vi, lo que no vi fue lo que paso
despues. En cambio, la falta de a con continuativos mencionada arriba (n. 11) podria
corroborar indirectamente la idea de Isenberg.
El acusativo preposicional en espanol 305
20
Los terminos ipsidad e identidad estän usados aqui en un sentido ligeramente diverso
al de Coseriu (1962). Una nocion similar a la de ipsidad, la de «referencialidad
pragmätica», puede encontrarse en Givon (1982).
306 Brenda Laca
21
En el fragmento (1), Beethoven — o su obra — ha pasado a ser en el transcurso del
diälogo el topico del que se habla, « suplantando » al pianista del que se venia hablando
hasta entonces.
El acusativo preposicional en espanol . 307
22
Estas extensiones de la nocion son particularmente manifiestas en los trabajos de Givon
(1975) y de Silva Corvalan (1984),
23
Es una relacion de tipo habere o parte-todo la que justifica en Ultimo anälisis las
correlaciones en la estructura actancial de dar y dotar, equipar, proveer, etc. o bien de
quitar y despojar, privar, mas allä de las diferencias en la reccion (vease arriba, § 4.3).
24
Utilizo aqui «delimitacion» en el sentido de Coseriu (1962, p. 296), quien habla de una
funcion «delimitativa» de los sustantivos no actualizados en casos como la casa de
mader a. Me pregunto si la misma distincion entre «delimitacion» y «situacion» que
El acusativo preposicional en espanol 309
aparece en la determinacion nominal (un zapato de nino vs. un zapato del nino) no puede
reconocerse tambien dentro de los complementos del verbo. « Completar la significacion
del verbo » y « designar al participante no activo en un proceso », propiedades que se
asignan indiferentemente al objeto acusativo, no pärecen ser equivalentes.
25
Una idea similar aparece en Roegiest (1979), quien habla de «cohesion forte» y
«cohesion faible» con el verbo con respecto al objeto acusativo y al objeto dativo
respectivamente, negando empero el valör explicativo de esta distincion para el espanol.
Roegiest no considera la posibilidad teorica de que la peculiaridad del uso del acusativo
preposicional en espanol este dictada por una norma que hace tratar a todos los objetos
personales (aun a los «objetos pasivos») como objetos autonomes, de «cohesion
faible». La idea de que el uso de la preposicion esta relacionado a una «autonomiza-
cion» del objeto con respecto al predicado se encuentra ya en Hatcher (1942, p. 421).
310 Brenda Laca
Referencias bibliogräficas
Fuentes
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El acusativo preposicional en espanol 311