Escasez de Agua
Escasez de Agua
Escasez de Agua
Justificación
En pocas palabras, la escasez de agua tiene lugar cuando la demanda supera el suministro de
agua dulce en un área determinada.
Escasez de agua = un exceso de demanda de agua para el suministro disponible.
Esta situación aparece como consecuencia de una elevada demanda agregada por parte de
todos los sectores que consumen agua respecto al suministro disponible, bajo las
condiciones de infraestructuras y las disposiciones institucionales existentes. La
escasez de agua se pone de manifiesto por la insatisfacción total o parcial de la
demanda expresada, la competición económica por la calidad y la cantidad del agua,
los conflictos entre usuarios, el agotamiento irreversible de las aguas subterráneas, y
las consecuencias negativas para el medio ambiente. La escasez de agua es un
concepto relativo y dinámico, y puede aparecer a cualquier nivel de suministro o
demanda, pero también es una construcción social: todas sus causas están
relacionadas con la intervención humana en el ciclo del agua. Cambia con el tiempo a
consecuencia de la variabilidad hidrológica natural, pero varía aún más en función de
los modelos existentes de gestión, planificación y política económica. Cabe esperar que
la escasez de agua se intensifique con casi todas las formas de desarrollo económico,
pero si se identifican correctamente, muchas de sus causas pueden anticiparse,
evitarse o mitigarse. Los tres aspectos principales que caracterizan la escasez de agua
son: la falta física de agua disponible para satisfacer la demanda; el nivel de desarrollo
de las infraestructuras que controlan el almacenamiento, distribución y acceso; y la
capacidad institucional para aportar los servicios de agua necesarios.
Descripción de la situación
Las problemáticas ambientales comienzan a ser trabajadas desde una perspectiva histórica en
Colombia, pues sólo se referenciaban a los estudios realizados desde las ciencias
naturales. Flórez Malagón comentó que la Historia Ambiental, para su desarrollo
investigativo, no contaba con criterios regionales, temáticos ni metodológicos que
orientaran a los autores en la problemática ambiental con perspectiva histórica.3 A
finales del siglo XX y los primeros 17 años del siglo XXI, emergieron entonces trabajos
académicos y de investigadores independientes como antecedentes importantes en el
proceso de constitución de la sub-disciplina.
En Medellín son escasos los trabajos histórico- ambientales y en particular sobre cómo fueron
los usos del agua y su relación con la transformación del espacio y las quebradas
Iguana, Santa Elena, Piedras Blancas y el río Medellín. Por lo anterior, la problemática
ambiental actualmente es latente y requiere de la historia para comprender el
desarrollo de la relación sociedad-naturaleza y cómo se han perjudicado o beneficiado
en función de las políticas públicas de la Administración municipal. La importancia y
pertinencia de este proyecto radica en la masificación de núcleos urbanos de los
1
Estudiante de ingeniería mecatronica
cauces de las quebradas mencionadas, las cuales quedaron intervenidas, no siendo
―visibles‖ en el terreno, ni en la cartografía y con el tiempo generaron problemas
estructurales de las viviendas y de suciedad del entorno. Los problemas en las
quebradas han sido generalmente por factores antrópicos donde se usaron como
botaderos de basura y escombros y un vertedero de aguas residuales domésticas e
industriales. Así, este trabajo ofrece nuevos aportes historiográficos con respecto a la
historia ambiental local, en especial, para entender las dinámicas espaciales de la
época y el discurso que manejaban los entes de la política local sobre el manejo e
intervención del espacio.
Marco teórico
El agua es un elemento vital que conforma el desarrollo sustentable del país, ya que su escasez
o abundancia extrema, ocasiona desequilibrios en los hábitat naturales, altera las
condiciones hidroclimatológicas del territorio nacional, modifica las condiciones para el
aprovechamiento de los recursos naturales y el bienestar de la población. El agua en
nuestro país, al igual que en todo el mundo, siempre ha tenido un gran valor debido a
la estrecha relación que guarda con los procesos vitales y con el desarrollo de
cualquier actividad humana.
Su adecuado aprovechamiento es condición básica para superar los desafíos del presente y
preservar las posibilidades del futuro.
En la medida que se acentúa la preocupación mundial por favorecer un desarrollo sustentable,
para asegurar la preservación y aprovechamiento de los recursos naturales a las
futuras generaciones, y ante las condiciones de disponibilidad y aprovechamiento de
agua en Colombia, y de manera específica en la cuenca del Valle de México, se acentúa
también la necesidad de reforzar las acciones de planeación del uso, aprovechamiento
y preservación del recurso. En México el crecimiento económico no ha tomado en
cuenta plenamente las señales de escasez del agua.
La concentración de la población y la actividad económica han creado zonas de alta escasez, no
sólo en las regiones de baja precipitación pluvial sino también en zonas donde eso no
se percibía como un problema al comenzar el crecimiento urbano o el establecimiento
de agricultura de riego.
En Colombia, el sector que más agua desperdicia es el que más la consume: el sector
agropecuario (agricultura y ganadería). Las estimaciones de la Comisión Nacional del
Agua mencionan que 57% del agua que consume, se pierde por evaporación pero
sobre todo por infraestructura de riego ineficiente, en mal estado u obsoleta. La
superficie irrigada es de 6.3 millones de hectáreas y aporta 42% de la producción total
agrícola nacional. Las pérdidas por infiltración y evaporación ascienden a más de 60%
del agua almacenada y distribuida para fines agrícolas. La ciudad Colombiana que más
agua desperdicia es la más grande del país: la Ciudad de Bogotá y su área
metropolitana. Lo correcto es definirla como una región porque son varias ciudades
juntas o como un área urbanizada; Aquí el desperdicio lo causan las fugas de la red
hidráulica y alcanza un 38%, según las autoridades de la Comisión Nacional del Agua;
es decir, ¡se traen 5 litros y se desperdician 2, por fugas en el sistema!
Marco histórico
A los inicios del siglo XX, la precariedad del alcantarillado de Medellín y en algunos casos
inexistente, propiciaba la contaminación de agua potable que era conducido por un
sistema de acueducto que estaba construido con barro y que por su consistencia
porosa era permeable al contacto con el preciado líquido. Con el transporte de los
desechos líquidos e incluso sólidos pequeños, la fuente de agua cercana donde era
depositada era casi siempre en las quebradas Santa Elena, La Palencia y La Loca, que
con el paso del tiempo, estas fuentes hídricas superaron la capacidad de auto limpieza
y por consiguiente, sus aguas se convirtieron en el botadero de residuos.
Análisis de la situación
Esta sustancia, compuesta por dos átomos de hidrógeno y un átomo de oxígeno, es esencial
para la supervivencia del planeta y del ser humano, quien está compuesto en un 80%
por agua. Según un informe de la UNESCO, hay suficiente agua dulce para toda la
población mundial (siete mil setecientos millones de personas en 2020), pero el
problema reside en que su distribución no es equitativa y que el cambio
climático genera escasez.
El agua se ha convertido prácticamente en un lujo. El planeta está compuesto en un 70% por
agua pero, según datos de National Geographic, sólo el 3,5% es dulce y el 0,025, potable. De
ahí que la distribución desigual de este recurso preocupe a los gobiernos de todo el
mundo. Las cifras señalan que aproximadamente 2.200 millones de personas en el mundo no
tienen acceso a servicios seguros de agua potable; 4.200 millones no disponen de servicios de
saneamiento seguros y 3.000 millones no tienen lo básico para lavarse las manos.
Todo parece indicar que debemos empezar a gestionar nuevas políticas de cambio en la
comprensión, utilización, dimensión, valoración y proyección de este recurso limitado pero
indispensable no sólo para la vida, sino también para el crecimiento económico mundial. No en
vano tener acceso a agua limpia y saneamiento es el sexto Objetivo de Desarrollo Sostenible
(ODS) de la agenda de 2030. Pero las previsiones de aquí a 2050 no son nada halagüeñas, ya
que según el Informe de 2018 de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la
Ciencia y la Cultura (UNESCO) unos 5.000 millones de personas se verán afectadas por la
escasez de agua.
Agricultura
¿Sabes cuánta agua es necesaria para producir un kilo de arroz? No te lo vas a creer, pero nada
menos que 5.000 litros. La ONU dice que la huella hídrica de la producción mundial
está relacionada con la producción de alimentos en un 70%.
¿Qué es la huella hídrica? La cantidad total de agua dulce que se utiliza para producir bienes y
servicios consumidos por los habitantes de un país, puede ser de producción nacional
o externa.
Según el Banco Mundial más de 330 millones de hectáreas tienen instalaciones de riego; “la
agricultura de regadío supone el 20% del total de la superficie cultivada, pero aporta el
40% de la producción total de alimentos en todo el mundo”. Por otra parte, la
agricultura y la ganadería son las dos actividades primarias que contaminan más el
agua con vertidos de pesticidas, fosfatos y nitratos.
Explotaciones mineras, fugas de petróleo, productos químicos, material fecal, plásticos… todo
va directo a las reservas hídricas del planeta.
Soluciones
. Educar para el cambio de modelos de consumo y estilos de vida. Para hacer frente a la
próxima era de la escasez de agua se requieren grandes cambios de todas las formas
de consumo, desde el uso individual al de las grandes corporaciones. El factor inicial es
el conocimiento y concienciación sobre el problema a afrontar.
3. Reutilización de aguas residuales. En los últimos años ha crecido la llamada a una nueva
mentalidad en el tratamiento de aguas residuales, haciendo de ellas un recurso.
Algunos países, como Singapur, han realizado avances importantes en la reutilización
de agua para diferentes usos, incluido el uso como agua potable, reduciendo el
consumo de agua y mejorando la autosuficiencia.
4. Mejorar el riego y las prácticas agrícolas. Un 70 por ciento del agua dulce del mundo se
utiliza para la agricultura. La mejora del riego puede reducir de forma importante la
diferencia entre la oferta y la demanda, a la par que se asegure la disponibilidad de
alimentos.
5. Adecuación del precio del agua. Según la OCDE elevar los precios ayudaría a reducir
los residuos y la contaminación. Sin embargo, otros organismos señalan que el precio
del agua y los derechos van de la mano.
6. Aumentar la eficiencia energética de las plantas de desalinización. Hasta la fecha, la
desalación ha sido una solución de alto consumo energético a la escasez de agua, sólo
viable en regiones con disponibilidad de recursos. Se precisa el fomento de tecnologías
basadas en energías renovables.
7. Mejorar la captación de agua. Los sistemas de captación de agua son esenciales para las
zonas sin fuentes de agua fiable. Pakistán y la India son dos ejemplos de países que
tendrán que revisar sus sistemas de captación de aguas pluviales para adecuarse los
posibles efectos del cambio climático. Los esfuerzos deben permitir un control
independiente de los recursos hídricos.
10. Mejora de la gestión de ecosistemas. Debe aplicarse una gestión integral con un enfoque
práctico y de sentido común para la supervisión de los recursos naturales, teniendo en
cuenta consideraciones económicas, culturales y los objetivos ecológicos. Un buen
ejemplo de gestión integral son las comunidades que tienen plantas de tratamiento de
aguas residuales que son utilizadas para riego y fertilización de cultivos energéticos
locales.
11. Mejorar la infraestructura de distribución. Las deficiencias en la distribución tienen un
impacto serio en la utilización de los recursos, la salud y la economía. El problema no
se limita al mundo en desarrollo.
12. Reducir la huella del agua corporativa. Las industrias dan cuenta de aproximadamente el
22 por ciento del consumo de agua a escala mundial. La huella corporativa incluye el
agua que se consume directa e indirectamente cuando los bienes son producidos. La
fabricación sostenible alcanzará importancia desde el punto de vista económico y de
imagen.
14. Luchar contra la contaminación. La medición y control de la calidad del agua es esencial
para la salud humana y la biodiversidad. Deben establecerse políticas de desarrollo
basadas en garantizar que el uso del agua no lleva a la reducción de su calidad y del
medio.
15. Acceso equitativo a los recursos públicos comunes. Uno de los objetivos de la clave de las
Naciones Unidas de Desarrollo del Milenio (ODM) es garantizar el acceso al agua
potable. La tesis de que el agua es un derecho fundamental debe hacerse compatible
con mantener las oportunidades de desarrollo económico públicas y privadas basadas
en el agua.
18. Mitigación del cambio climático. El cambio climático y la escasez de agua es uno de los
mayores desafíos de la raza humana. El trabajo decidido ambos frentes requiere de
una mayor participación de las energías renovables en el ciclo de gestión del agua.
CONCLUSIONES