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Hoy empezamos una serie de mensajes en el cuál estaremos analizando las

cualidades expresadas en la publicación ‘Tener La Mente de CRISTO‘.


En la publicación de hoy estaremos analizando la primera cualidad que
mencionamos la publicación anterior: ‘Cuando tenemos La Mente de CRISTO
cómo sabemos reaccionar ante las pruebas y tentaciones’.
Hay un principio que dice “Toda acción trae como resultado una reacción”,
la reacción no es más que la forma como respondemos ante una situación en
particular, por lo tanto como Cristianos es necesario saber cómo responder a las
pruebas y tentaciones que lleguen a nuestra vida.
Las Pruebas
1 Pedro 1:6-7 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de
tiempo, si es necesario, tengáis que ser afligidos en diversas pruebas, para que
sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando
sea manifestado Jesucristo.
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INFORMA SOBRE ESTE ANUNCIO

Las pruebas son aflicciones que tienen como fin evaluar nuestra Fe, nuestra
reacción ante las pruebas no debe de ser otra sino vencerla, ya que cada prueba
vencida reflejará la solidez de nuestra Fe, así como al contrario si no podemos
vencer la prueba actual que tenemos esto quiere decir que tenemos una Fe que es
débil en ciertas áreas y necesita fortalecerse.

La Fe se fortalece de la siguiente manera: Romanos 10:17 Así que la fe es por


el oír, y el oír, por la palabra de Dios. Debemos oír una y otra vez La
palabra de DIOS, debemos de estar donde está La palabra de DIOS y hacer
todo lo posible por aplicar en nuestra vida La Palabra oída, para así de esta
manera de aumentar la Fe.
Las Tentaciones
1 Corintios 10:13 No os ha sobrevenido ninguna tentación que no sea humana;
pero fiel es Dios, que no os dejará ser tentados más de lo que podéis resistir, sino
que dará también juntamente con la tentación la salida, para que podáis
soportar.
Las tentaciones son ataques del enemigo según nuestros deseos y/o necesidades
carnales, por ejemplo: si tienes problemas financieros tus tentaciones serán ligadas
al tema del dinero, si estás soltero (a) tus tentaciones estarán ligadas a lo sexual, si
en algún momento has tenido alguna adicción tus tentaciones podrían estar ligadas
a dicha adicción.

Si vemos las tentaciones a Nuestro Señor JESUCRISTO (San Mateo 4:1-11)


vemos que JESÚS tuvo hambre y satanás lo tentó incitándole a convertir las
piedras en pan para así poder comérselas, luego lo tentó retándole a demostrar su
divinidad que humanamente hablando sería una manera de retar su orgullo, y por
último le ofreció riquezas, por lo que de una u otra manera si lo vemos desde el
punto de vista humano las tentaciones tuvieron que ver con deseos y/o necesidades
carnales.
Hay diferentes maneras de reaccionar ante la tentación, podemos enfrentarlas (San
Mateo 4:4,7 y 10), podemos resistirlas (Santiago 4:7), o podemos huir de ellas (2
Timoteo 2:22). Lo más importante es que si en medio de una tentación te
encomiendas a DIOS podrás salir airoso de ésta porque “sabe el Señor librar de
tentación a los piadosos” 2 Pedro 2:9a, por lo tanto de una u otra manera DIOS te
dará la salida para obtener La Victoria.
Por último, un ejemplo claro de lo que es saber reaccionar ante las pruebas y
tentaciones es José (ver Génesis capítulos 37 al 47):

 José fue vendido por sus hermanos (capítulo 37:25-28).


 Luego fue vendido como esclavo en Egipto (37:36).
 Fue convidado a tener relaciones sexuales con una mujer casada (para
incrementar la agravante era la mujer de su amo) – de la cual tuvo que huir
cuando ya no pudo soportar (39:1-12).
 Fue acusado injustamente de intento de violación sexual a dicha mujer (39:13-
19).
 Fue encarcelado injustamente (39:20).
 Por último se encontró con sus hermanos – a lo cual se vio tentado a vengarse
de ellos, sin embargo no lo hizo (capítulos 42 al 47).
Lo importante de todo esto es que en medio de sus 13 largos años de pruebas y
tentaciones José nunca se apartó de DIOS, al contrario DIOS estaba con él y en lo
que él hacía y no solo esto sino que también lo prosperaba (39:23).
Cuando tenemos La Mente de CRISTO sabemos cómo reaccionar ante las
pruebas y las tentaciones, y no solo esto sino que podemos vencerlas porque ya él
las venció primero.
San Juan 16:33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el
mundo tendréis aflicción; pero confiad, yo he vencido al mundo.
¡DIOS Te Bendiga!
***

PORQUE LA AFLICCION ES PARTE DE LA VIDA CRISTIANA

Seguir a Jesús de todo corazón significa que te encontrarás con la


resistencia de las personas que te rodean. Jesús les dijo a sus
discípulos: «En el mundo tendréis tribulación» (Juan 16:33). Jesús nunca
creó falsas esperanzas de que sus seguidores tuvieran una vida fácil.
Nunca le creas a las personas cuando te dicen que una vez que tienes a
Dios en tu vida, todo irá bien, te harás rico y siempre estarás sano. Pero
Jesús agregó algo: «Pero anímate; Yo he vencido al mundo «(Juan
16:33). Aunque las personas que te rodean quieran desanimarte para
que no sigas a Jesús, o incluso traten de hacerte daño por eso, Jesús te
dice que te apoyes en Él y creas que Él es más grande que el mayor
matón. Él trató con el mundo, con Satanás y con el pecado en la cruz,
¡así que anímate!
Aflicción en el Nuevo Testamento

En el Nuevo Testamento, los sufrimientos, la tribulación y la aflicción son


una parte normal de la vida cristiana. Considere los primeros versículos
de la segunda carta a los Corintios: «Bendito sea el Dios y Padre de
nuestro Señor Jesucristo, el Padre de misericordias y Dios de todo
consuelo, que nos consuela en toda nuestra aflicción, para que podamos
consolar a los que están en cualquier aflicción, con la consolación con la
que Dios nos consuela. Porque a medida que compartimos
abundantemente los sufrimientos de Cristo, también por Cristo
compartimos en abundancia el consuelo «(2 Corintios 1: 3-5 ESV). Esta
aflicción es el tipo de problema provocado por las personas que rodean a
los creyentes que se oponen a ellos. Es parte de la vida cristiana, estar
compartiendo los sufrimientos de Cristo. Pablo lo hace sonar como un
privilegio, y eso es lo que es, porque revela nuestro vínculo íntimo con
Cristo. Estos versículos también dan una bella promesa: aquellos que
soportan la aflicción se familiarizarán íntimamente con la comodidad de
Dios. Y ellos mismos podrán consolar a otros que se encuentren en
situaciones difíciles.

El sufrimiento saca cualidades preciosas


El sufrimiento es fundamental para sacar preciosas cualidades en la vida
cristiana: «No solo eso, sino que nos regocijamos en nuestros
sufrimientos, sabiendo que el sufrimiento produce perseverancia, y la
perseverancia produce carácter, y el carácter produce esperanza, y la
esperanza no nos avergüenza, porque el amor de Dios ha sido
derramado en nuestros corazones por el Espíritu Santo que nos ha sido
dado «(Romanos 5: 3-5 ESV). El sufrimiento enseña al creyente a
soportar, a tener una espalda recta, a tener fuerza cuando las cosas se
ponen difíciles. El sufrimiento crea el tipo de carácter que puede esperar,
el tipo de esperanza que no conducirá a la desilusión. La clave de esto
se encuentra en Romanos 5: 5: es a través del amor de Dios, que se
vierte en nuestros corazones que podemos tomar el sufrimiento y ser
mejores personas, en lugar de amargados.

Gloriosa perspectiva
Aunque el sufrimiento por Cristo es un privilegio, nadie disfruta del
sufrimiento. Pero la Biblia pone el sufrimiento para nuestro Señor en una
perspectiva gloriosa: «Porque esta leve tribulación momentánea produce
en nosotros un cada vez más excelente y eterno peso de gloria.» (2
Corintios 4:17 RV). Si quieres saber lo que Pablo entendió como «leve
aflicción», busque la impresionante lista de miseria en la misma carta:
en 2 Corintios 11: 24-28. Incluso todo esto no es nada en comparación
con «el peso de la gloria más allá de toda comparación». Aún más, ¡toda
esta aflicción es instrumental en la creación de la gloria eterna para
aquellos que siguen a Jesús irrenunciablemente!

Lea también ¿Por que Dios permite el sufrimiento?

¿Qué es aflicción?
Por una parte, se dice que es el acto consumado de una molestia o padecimiento
que puede provocar efectos negativos en el estado de ánimo de una persona. Es
estar en abatimiento (perdida de la fuerza física o moral, la energía o el ánimo),
tener tristeza (dolor emocional por causa de un decaimiento espiritual), angustia
(intranquilidad o inquietud muy intensas por algo), o estar en aprietos (situación
difícil)…, hay varios sinónimos, pero generalmente tiene un sentido psicológico o
espiritual, aunque las situaciones físicas también lo puede generar.

¿Es normal que, nosotros como cristianos,


tengamos aflicciones?
Pues, a grandes rasgos… ¡Sí!. De hecho, es necesario para el crecimiento
espiritual. A continuación, algunos textos bíblicos que lo confirma:

Salmos 34:19
19 Muchas son las aflicciones del justo,
Pero de todas ellas le librará Jehová.
Juan 16:32-33
32 He aquí la hora viene, y ha venido ya, en que seréis esparcidos cada uno por su lado, y
me dejaréis solo; mas no estoy solo, porque el Padre está conmigo.
33 Estas cosas os he hablado para que en mí tengáis paz. En el mundo tendréis aflicción;
pero confiad, yo he vencido al mundo.
Hechos 14:21-22
21 Y después de anunciar el evangelio a aquella ciudad y de hacer muchos discípulos,
volvieron a Listra, a Iconio y a Antioquía,
22 confirmando los ánimos de los discípulos, exhortándoles a que permaneciesen en la fe,
y diciéndoles: Es necesario que a través de muchas tribulaciones entremos en el reino de
Dios.
¿Por qué llega la aflicción a nuestras vidas?
Por encima de todo, Dios es Soberano y Todopoderoso. ¿Se recuerdan de la
historia de Job?, satanás pide permiso para hacerle mal (Job 1:11-12), lo cual Dios
tiene la potestad de autorizar o no dichos males. ¿Se recuerdan de Pablo y el
aguijón en la carne que tenía? (2 Corintios 12:7), dicho aguijón era un mensajero de
satanás pero tenía un propósito, el cual era evitar que se vanagloriara por las
grandes revelaciones que obtuvo. Hay muchos más ejemplos, pero el punto aquí
es que Dios esta por encima de todo y todas las aflicciones tienen un propósito
específico para nuestro bien.
Tratando de clasificar las aflicciones, lo dividiré en 3 Tipos:

 Las pruebas
 La disciplina
 Consecuencia de nuestros pecados
Podría incluirse las aflicciones por causa del evangelio también y para la gloria de
Dios, pero me quedaré con las primeras tres por el momento…

Las pruebas
Dios prueba nuestros corazones, de tal manera podamos crecer espiritualmente,
ser maduros en la fe y para que nos acerquemos en amor a Dios, todo esto
gracias a la paciencia y la fidelidad hacia Dios; al final es un don de Dios también.
Lo principal es enfocarse en las cosas que no se ven, o sea, las espirituales, dado
que las que sí se ven son temporales y son como nada.

Proverbios 17:3
3 El crisol para la plata, y la hornaza para el oro;
Pero Jehová prueba los corazones.
Santiago 1:2-4
2 Hermanos míos, tened por sumo gozo cuando os halléis en diversas pruebas,
3 sabiendo que la prueba de vuestra fe produce paciencia.
4 Mas tenga la paciencia su obra completa, para que seáis perfectos y cabales, sin que os
falte cosa alguna.
1 Pedro 1:6-7
6 En lo cual vosotros os alegráis, aunque ahora por un poco de tiempo, si es necesario,
tengáis que ser afligidos en diversas pruebas,
7 para que sometida a prueba vuestra fe, mucho más preciosa que el oro, el cual aunque
perecedero se prueba con fuego, sea hallada en alabanza, gloria y honra cuando sea
manifestado Jesucristo,
2 Corintios 4:16-18
16 Por tanto, no desmayamos; antes aunque este nuestro hombre exterior se va
desgastando, el interior no obstante se renueva de día en día.
17 Porque esta leve tribulación momentánea produce en nosotros un cada vez más
excelente y eterno peso de gloria;
18 no mirando nosotros las cosas que se ven, sino las que no se ven; pues las cosas que se
ven son temporales, pero las que no se ven son eternas.
La disciplina
Como hijos adoptados de Dios, somos tratados como tal y por tal razón es que,
por amor, nos disciplina… porque a la larga, es para nuestro propio bien. Creo que
se ejemplifica perfectamente en el trato de un Padre con su hijo en lo que respecta
la disciplina.

Hebreos 12:5-8
5 y habéis ya olvidado la exhortación que como a hijos se os dirige, diciendo:
Hijo mío, no menosprecies la disciplina del Señor,
Ni desmayes cuando eres reprendido por él;
6 Porque el Señor al que ama, disciplina,
Y azota a todo el que recibe por hijo. m
7 Si soportáis la disciplina, Dios os trata como a hijos; porque ¿qué hijo es aquel a quien
el padre no disciplina?
8 Pero si se os deja sin disciplina, de la cual todos han sido participantes, entonces sois
bastardos, y no hijos.
Hebreos 12:11
11 Es verdad que ninguna disciplina al presente parece ser causa de gozo, sino de tristeza;
pero después da fruto apacible de justicia a los que en ella han sido ejercitados.
Consecuencia directa de nuestros pecados
Hay un principio de vida que tiene que ver con causa/efecto. Lo que se siembra,
éso se cosecha. Gracias a Dios, no recibimos completamente lo que merecemos
(o sea, no pagamos la totalidad de la factura), porque Él es misericordioso y sabe
que somos como nada (Salmos 103:10).
Juan 5:14
14 Después le halló Jesús en el templo, y le dijo: Mira, has sido sanado; no peques más,
para que no te venga alguna cosa peor.
1 Timoteo 6:10
10 porque raíz de todos los males es el amor al dinero, el cual codiciando algunos, se
extraviaron de la fe, y fueron  traspasados de muchos dolores.
Salmos 81:11-14
11 Pero mi pueblo no oyó mi voz,
E Israel no me quiso a mí.
12 Los dejé, por tanto, a la dureza de su corazón;
Caminaron en sus propios consejos.
13 !!Oh, si me hubiera oído mi pueblo,
Si en mis caminos hubiera andado Israel!
14 En un momento habría yo derribado a sus enemigos,
Y vuelto mi mano contra sus adversarios.
Salmos 103:10
10 No ha hecho con nosotros conforme a nuestras iniquidades,
Ni nos ha pagado conforme a nuestros pecados.
¿Qué debemos hacer al estar afligidos?
Debemos de reflexionar sobre la situación, pedir dirección a Dios en oración y
súplica, y permanecer en su palabra. Debemos de humillarnos delante de Él y
confiar en que es fiel y justo para perdonarnos (1 Juan 1:9). Dios tiene cuidado de
nosotros, y aunque satanás esta al acecho para ver a quién devora, tengamos en
cuenta que por encima esta Dios haciendo su voluntad, por cuanto debemos de
meditar y afianzarnos lo más que podemos a Él. Si debemos de perdonar a
alguien que nos hizo tanto mal, humillarnos delante y pedir perdón a alguien,
cambiar de rumbo o hacer un cambio en nuestra vida, es necesario hacerlo. Es
normal tener aflicciones, lo malo sería ignorarlo o no tomar en cuenta a Dios.
1 Pedro 5:6-11
6 Humillaos, pues, bajo la poderosa mano de Dios, para que él os exalte cuando fuere
tiempo;
7 echando toda vuestra ansiedad sobre él, porque él tiene cuidado de vosotros.
8 Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda
alrededor buscando a quien devorar;
9 al cual resistid firmes en la fe, sabiendo que los mismos padecimientos se van
cumpliendo en vuestros hermanos en todo el mundo.
10 Mas el Dios de toda gracia, que nos llamó a su gloria eterna en Jesucristo, después que
hayáis padecido un poco de tiempo, él mismo os perfeccione, afirme, fortalezca y
establezca.
11 A él sea la gloria y el imperio por los siglos de los siglos. Amén.
Juan 14:22
27 La paz os dejo, mi paz os doy; yo no os la doy como el mundo la da. No se turbe vuestro
corazón, ni tenga miedo.

El Señor conoce nuestra aflicción


Algo maravilloso que todo creyente puede encontrar en la Palabra de Dios, es que el
Señor conoce nuestra aflicción. El Señor Jesús dice en Apocalipsis 2:9 «Conozco tus
sufrimientos…», porque cuando muchas veces nos encontramos en problemas, estamos
apretados, muchas veces pensamos, «Dios no sabe», «Él no oye», pero Él dice: «Yo
conozco tu tribulación y tu pobreza”.

A veces le decimos al Señor. Señor, pero no me alcanzó; Señor, está todo tan apretado.
Pero ÉL nos dice «Yo conozco»; ¡ah! entonces algo está haciendo el Señor; si Él conoce y
todavía no quita la aflicción es porque es necesario y es para nuestro bien. Cuando el Señor
dice. «yo conozco», es para que no tengamos ese sentimiento de abandono.
Por tanto, si estas afligido, triste, deprimido, debes saber que el Señor conoce esa situación,
y esa situación es necesaria en tu vida para formar tu fe, para formar tu carácter, para
formarte como siervo de Cristo. Así que, si estás en tribulación o en pobreza Dios conoce
esa situación y va a obrar para tu bien (Romanos 8:28).

Vea también: ¿Qué significa el Candelero en la Biblia?

Importante: el apóstol Pedro, en su primera carta, le escribió a unos hermanos que estaban
pasando por gran persecución lo siguiente: «Amados, no os sorprendáis del fuego de prueba
que os ha sobrevenido, como si alguna cosa extraña os aconteciese» (1 Pedro 4:12 RVR
1960), por tanto, debemos reconocer que las aflicciones como cristianos es algo normal y
que debe superarse en fe y perseverancia.

Debemos estar animados


Jesús fue sincero acerca de los problemas que vamos a sufrir, pero ni por un momento
consideró esto como algo de lo que tenemos que temer. De hecho, Jesús dijo
repetidamente que no se turbara nuestro corazón.

Jesús acababa de profetizar que Pedro, lo negaría tres veces esa misma noche. Los
discípulos debieron sorprenderse al escuchar eso, y sus rostros probablemente lo mostraron,
porque lo siguiente que dijo Jesús fue: «No se angustien. Confíen en Dios, y confíen
también en mí.» (Juan 14:1).

Jesús sabía lo desanimados que estaban cada vez que les decía que los dejaba, algo que dijo
repetidamente la noche en que lo traicionaron. Pero Jesús les aseguró que enviaría
el Espíritu Santo y los animó, diciendo: «… No se angustien ni se acobarden». En pocas
palabras, Jesús nos ordena que no tengamos temor a pesar de los problemas.

Por tanto, sin importar las aflicciones que tengamos en la vida, debido a que el Señor
conoce cada situación de nosotros debemos estar gozosos y con buen ánimo de que el
Señor pronto vendrá en su ayuda. Jesús continuamente decía, estad de buen
ánimo. (Mateo 9:22; Marcos 6:50). Por tanto, es probable de que esta era una de las
declaraciones favoritas del Salvador.

Vea también: ¿Qué dice la biblia sobre cortarse y pintarse el cabello?

Jesús venció el mundo


El Señor es nuestro ejemplo, todo lo que el Señor nos dice lo dice porque el fue el primero
que pasó por eso, el Señor no nos ordena nada sin que Él antes no sepa realmente lo que
significa. Recuerde que Jesús dijo estas palabras la noche antes de su muerte.

Jesús había resistido toda tentación de pecar. Por eso Él dijo con autoridad
«¡anímense! Yo he vencido al mundo».  Por tanto, estaba completamente preparado para
ofrecer su vida como un sacrificio perfecto. Jesús esperaba, por fe, el día en que se
cumpliría su promesa, cuando conquistaría el mundo.

Vea también: ¿Qué significa que Jesús es el león de la tribu de Judá?

De la misma forma como nuestro Señor venció el mundo, Cristo espera que nosotros
también seamos vencedores, por tanto no debemos temer por la aflicción presente o futura,
porque en Cristo somos más que vencedores, así que la aflicción, muerte, tribulación, dolor,
pobreza o cualquier situación difícil debe enfrentarse con fe y esperanza en el Señor
Jesucristo.

¿Qué significa esta promesa para


nosotros hoy?
Si Jesús conquistó el mundo, entonces la muerte fue derrotada, la deuda del pecado fue
cancelada y la puerta a la vida eterna ya está abierta. Por lo tanto, nuestros problemas son
solo temporales, y cualquier sufrimiento que experimentemos nunca nos separará del amor
de Dios por nosotros en Jesucristo.

Si Cristo venció el mundo, nosotros también podemos hacerlo. Podemos resistir la


tentación. Podemos perseverar a través de la persecución. Podemos vivir para Cristo y su
reino. También podemos morir por Cristo, teniendo plena esperanza de recibir todo lo que
Dios prometió a los venzan:

 Los vencedores comerán del árbol de la vida (Apocalipsis 2:7),


 Los vencedores se sentarán en el trono de Dios (Apocalipsis 3:21),
 Los vencedores recibirán la herencia completa de los hijos de Dios (Apocalipsis
21:7),
 Veremos el fin de toda opresión e injusticia y toda lágrima será enjugada de
nuestros ojos (Apocalipsis 21:4).
En su sermón sobre Juan 16:33, Charles Spurgeon declaró: «Las palabras de mi Señor son
verdaderas con respecto a las aflicciones. Sin duda, he tenido mi parte». Refiriéndose a su
lucha con la depresión, entre otros sufrimientos. 
Por tanto, si ya has tenido parte en la aflicciones de Cristo o no, debemos saber que nuestro
amado Señor Jesucristo pasó por todas ellas sin pecar, y que Él conoce toda situación de
nuestra vida, sin importar cual sea.

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