Modulos 3 y 4 RESUMEN ARTICULACION DE SABERES V
Modulos 3 y 4 RESUMEN ARTICULACION DE SABERES V
Modulos 3 y 4 RESUMEN ARTICULACION DE SABERES V
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Índice –
3.1. El Pensamiento Ecológico:
- F. Guattari (1989) - Las tres ecologías. Pag 1 a 70.
- Economía ecológica y economía feminista: Un diálogo necesario. Yayo Herrera.
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Pag. 122 a 143.
3.2. La producción y reproducción de lo común: el cuidado colectivo de la vida:
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- Gutiérrez, Raquel. (2017). Más allá de la capacidad de veto: el difícil camino de la
producción y reproducción de lo común. (Cap. 5). En Horizontes comunitario-
populares (pp. 113-128). Madrid: Traficantes de sueños.
- Federici, Silvia (2020) De la crisis de los comunes. Trabajo reproductivo,
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4.2. La producción del espacio: del espacio público a los territorios comunes.
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3.1. El Pensamiento Ecológico:
F. Guattari (1989) - Las tres ecologías. Pag 1 a 70.
Aclaración: Los títulos y agregados no son propios del texto, los mismos intentan dar un cierto “orden”
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para facilitar el estudio del texto.
Introducción.
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El filósofo F. Guattari escribe este texto en un contexto de crisis medio ambientales,
políticas y socio-económicas (La Guerra Fría 1947-19991; Dictaduras en Latino
América; 1960 destrucción del ecosistema del Mar de Aral; 1979 accidente nuclear de
Three Mile Island. Pensilvania, desastre ecológico del Love Canal (EEUU),1984 Fuga
de isocianato de metilo de una fábrica de pesticidas de EEUU en India, Catástrofe de
Chernóbil en 1986, etc) que de alguna manera sirvieron de estímulo para su reflexión;
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consumo -mass mediático-, la vida conyugal y familiar se encuentran osificadas por una
especie de estandarización de los comportamientos, las redes de vecindad quedan
generalmente reducidas a su más pobre expresión…
La relación de la subjetividad con su exterioridad ya sea social, animal, vegetal,
cósmica se ve así comprometida en una especie de movimiento general de
implosión y de infantilización regresiva.
Las formaciones político-ejecutivas no son asertivas, se limitan a abordar el
campo de la contaminación industrial, pero exclusivamente desde una
perspectiva tecnocrática, cuando en realidad sólo una articulación ético-
política que yo llamo ecosofía entre los tres registros ecológicos, el del
medio ambiente, el de las relaciones sociales y el de la subjetividad
humana, seria susceptible de clarificar convenientemente estas cuestiones.
- ¿Cuál es el futuro que nos avecina? (Hablaba desde el 1989 recordemos…
vigentisimo!!).
Las fuerzas productivas, debido al desarrollo continuo del trabajo maquínico,
desmultiplicado por la revolución informática, van a producir una desocupación
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cada vez mayor del tiempo de actividad laboral humana. ¿Cuál será su deriva?, ¿el
del paro la marginalidad opresiva, la soledad, la ociosidad, la angustia, la neurosis, o
bien el de la cultura, la creación, la investigación, la reinvención del entorno, el
enriquecimiento de los modos de vida y de sensibilidad?
La subjetividad colectiva se desmorona, o se repliega sobre arcaísmos
tradicionalistas que lejos de ver complejidades se apegan a doctrinas cada vez
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más homogenizantes.
La VERDADERA RESPUESTA ECOLOGICA solo podrá hacerse a escala
planetaria y a condición de que se realice una auténtica revolución POLITICA,
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SOCIAL y CULTURAL que reoriente los objetivos de la producción de los
bienes materiales e inmateriales. Así, una verdadera revolución implicaría no
solo fuerzas visibles de gran escala, sino también campos moleculares de
sensibilidad (esta idea hace referencia a lo micro del movimiento subjetivante y
productor de subjetividad, en constante dinamia y articulación con lo macro, con el
LA
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también han introyectado los sistemas de valor unidimensionalizantes de Occidente.
El antiguo igualitarismo de fachada de mundo comunista da paso así al serialismo
mass-mediatico (importando e incorporando y produciendo los mismos ideales de
standing, las modas, la música rock-pop, etc). Una misma coraza imaginaria
recubre ahora el conjunto de las posiciones subjetivas.
En lo que concierne al eje Norte-Sur, parece delimitarse las zonas de goce, bien
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estar, uso de las últimas tecnologíasy el despliegue del idealizado modo de
felicidad capitalista (“el sueño americano”), y se van instaurando sobre el Sur
las zonas de industrialización, pobreza, depósito de deshechos, miserias,
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hambres y muerte; como residuo metabólico del monstruoso sistema de
“estimulación” del Capitalismo Mundialmete Integrado(CMI). (Esto hay que
pensarlo a nivel de países pero también, no solo “entre”, sino también “intra”, aquí
en Uruguay por ejemplo, es al revés la distribución Sur-Norte, y este modelo es
cuna del racismo, clasismo y violencia).
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hacerlos operativos.
correlativa a la del trabajo de los niños, no tiene nada que envidiar a los peores
períodos del siglo XIX. Aunque la independencia sexual de las mujeres, en relación
con la disponibilidad de medios anticonceptivos y de aborto, se haya desarrollado
muy desigualmente, un cierto numero de índices conducen a pensar que las
transformaciones ya se están produciendo (la reivindicación de paridad hombre-
mujer en las instancias representativas, etc). (Si bien aun queda mucho por hacer,
Guattari estaba bastante al día, su texto fue escrito en 1989).
La juventud, aunque esté aplastada en las relaciones económicas dominantes
que le confieren un lugar cada vez más precario y manipulada mentalmente por
la producción de subjetividad colectiva de los medios de comunicación, no
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Tal como existe en la actualidad, no ha hecho, pienso yo, más que esbozar y
prefigurar la ecología generalizada que preconizo con LAS TRES ECOLOGIAS, y
tendrá como finalidad descentrar radicalmente las luchas sociales y las maneras de
asumir su propia psique. Los actuales movimientos ecologías tienen
ciertamente muchos méritos, pero, a decir verdad, pienso que la cuestión
ecosófica global es demasiado importante para ser abandonada a alguna de
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sus corrientes aracaizantes y folklorizantes, que optan a veces
deliberadamente por un rechazo de todo compromiso político a gran escala.
¿En qué consistiría la Ecosofía Social?
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En desarrollar prácticas especificas que tiendan a modificar y a reinventar
formas de ser en el seno de la pareja, la familia, el contexto urbano, del
trabajo, etc. Sería inconcebible volver a fórmulas anteriores.
Se trataría de reconstruir el conjunto de modalidades del ser-en-grupo. No solo
mediante intervenciones comunicacionales, sino mediante mutaciones
LA
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deleuze/
…De la misma manera que en otras épocas el teatro griego, el amor cortés o las
novelas de caballerías se impusieron como modelo, o más bien como módulo de
subjetivación, hoy el freudismo sigue habitando nuestras formas de sostener la
existencia de la sexualidad, de la infancia, de la neurosis… Así pues, aquí no
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pretendemos “superar” o liquidar definitivamente el hecho freudiano, sino reorientar
sus conceptos y prácticas para hacer otro uso de ellos, para desenraizarlos de sus
ataduras preestructuralistas en una subjetividad totalmente anclada en el pasado
individual y colectivo.
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… Al insistir sobre los paradigmas estéticos, quisiera señalar que, especialmente
en el registro de las practicas “psy”, todo debería ser continuamente
reinventado, habría que partir de cero, de lo contrario los procesos se fijan en
una repetición mortífera… “El pueblo “psy” para converger en esta
LA
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técnico-científicos de la humanidad y las sorpresas que puede reservarnos la
naturaleza. Urge la responsabilidad y gestión mas colectiva para orientar las
ciencias y las técnicas hacia finalidades más humanas. No podemos
abandonarnos ciegamente a los tecnócratas de los aparatos del Estado para
controlar las evoluciones y conjurar los peligros en esos dominios, regidos,
en lo esencial por los principios de la economía del beneficio propia del CMI.
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Por supuesto, seria absurdo querer dar marcha atrás para intentar reconstruir las
antiguas formas de vida. Tras las revoluciones informáticas, roboticas, el progreso
de la ingeniería genética y la globalización, el trabajo humano o el hábitat ya nunca
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volverán a ser lo que eran.
Hoy menos que nunca puede separarse la naturaleza de la cultura, y hay que
aprender a pensar “transversalmente” las interacciones entre ecosistemas,
mecanosfera y Universo de referencia sociales e individuales.
LA
Los 4 regímenes semióticos sobre los que que reposan los instrumentos del CMI
1. Las semióticas económicas (instrumentos monetarios, financieros, contables, de
decisión…)
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4. Las semióticas de subjetivación, algunas de las cuales coinciden con las que aban
de ser enumeradas, pero a las que añade muchas otras, tales como, las relativas a
la arquitectura, urbanismo, equipamientos colectivos, etc.
Cada vez se hacen mas difíciles sostener las semióticas económicas y las que
participan en la producción de bienes materiales ocupan una posición infraestructural
con relación a semióticas jurídicas e ideológicas como lo postulaba el marxismo. En la
actualidad el objeto del CMI es un conjunto inseparable: productivo-economico-
subjetivo.
¿Cuáles son las problemáticas claves que la ecología mental y social deberían
afrontar?
Uno de los problemas claves es la introyección del poder represivo por parte de
los oprimidos. La mayor dificultad reside en el hecho de que los sindicatos y los
partidos, que luchan en principio por defender los intereses de los trabajadores y de los
oprimidos, reproducen en su seno los mismos modelos patógenos que impiden en sus
filas toda libertad de expresión y de innovación.
La ecología social deberá trabajar en la reconstrucción de las relaciones
humanas a todos los niveles del socius. Jamás deberá perder de vista que el
poder capitalista se a deslocalizado, des-territorializado, a la vez en extensión, al
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extender su empresa al conjunto de la vida social, económica y cultural del
planeta, y en intensión al infiltrarse en el seno de los estratos subjetivos mas
inconscientes.
La ecología mental en el seno de la vida cotidiana individual, domestica,
conyugal, de vecindad, de creación y de ética personal. Lejos de buscar un
consenso embrutecedor, e infantilizante, en el futuro se tratara de cultivar el
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dissensus (discrepancias) y la producción singular de existencia. La subjetividad
capitalista, tal como es engendrada por operadores de toda naturaleza y de toda talla,
esta manufacturada para proteger la existencia contra cualquier intrusión de
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acontecimientos susceptibles de trastocar y perturbar la opinión. Así gestiona, el
mundo de la infancia, del amor, del arte, asi como todo lo que es del orden de la
angustia, de la locura, del dolor, de la muerte, del sentimiento de estar perdido en
el cosmos… A partir de los elementos existenciales mas personales e incluso
interpresonales, el CMI, constituye agregados subjetivos masivos, aferrados a la raza,
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Conviene dejar que las culturas particulares se desarrollen, inventando otros contratos
de ciudadanía. Conviene mantener unida la singularidad, la excepción, la rareza con un
orden estatal lo menos pesado posible.
La eco-lógica ya no impone “resolver” los contrarios, como lo deseaban las
dialécticas hegelianas y marxistas.
En la ecología social llegara un tiempo de lucha en el que todos y todas se verán
obligados a fijarse objetivos comunes y a comportarse como buenos militantes,
pero conjuntamente llegara un tiempo de resingularizacion en el que las
subjetividades individuales y colectivas -plegarán velas-, y en el que lo que
primará será la expresión creadora como tal, sin más preocupación respecto a
finalidades colectivas.
Esta nueva lógica ecosófica se parece a la del artista que mezcla elementos
heterogéneos e incluso articula los “accidentes-incidentes” que plantean
constantes nuevos devenires.
Conclusiones.
Las tres ecologías deberían concebirse, en bloque, como dependiendo de una
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disciplina común ético-estetico y como distintas las unas de las otras desde el punto de
vista de las practicas que la caracterizan. Sus registros dependen de lo que llamo una
heterogénesis, es decir, de proceso continuos de resingularizacion. Los individuos han
de devenir a la vez solidarios y cada vez más diferentes. (Lo mismo sucede con la
resingularizacion de las escuelas, de los ayuntamientos, del urbanismo, etc).
La subjetividad, a traves de las vias transversales, se instaura conjuntamente en el
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mundo del medio ambiente, de los grandes agenciamientos sociales e institucionales y,
simétricamente, en el seno de los paisajes y fantasmas que habitan las esfereas mas
intimas del individuo. La reconquista de un grado de autonomía creadora en un dominio
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particular reclama otras reconquistas en otros dominios. Hay que forjar toda una
catálisis de la recueperacion de confianza de la humanidad en si misma, paso a paso.
contradicción con los bienes materiales que sostienen la vida. Sus cimientos; el
patriarcalismo, antropocentrismo y capitalismo.
El sistema económico capitalista y el armazón cultural que le acompaña a
avasallado con dos dependencias materiales que sostienen la vida humana:
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Implica cambiar el foco de interés desde el dinero hacia lo que posibilita una vida
buena. Ambas visiones dan valor a elementos, procesos y sujetos que han sido
invisibilizados y designados por el pensamiento hegemónicos como inferiores.
¿Qué papel ocupa nuestra especie en la Biosfera?, ¿Cómo se sostiene la vida
humana? ¿Cuáles son nuestras necesidades? ¿Cómo satisfacerlas para todos y
todas? ¿Cómo nos organizamos para hacerlo?
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Ecodependientes e interdependientes.
Somos una de las muchas especies que habitan el planeta, somos parte de la
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naturaleza, eco-dependientes.
Sin embargo, nuestra forma moderna de vivir establece una ruptura radical entre
naturaleza y cultura. Concebir lo humano como opuesto y superior a la naturaleza
impide comprender las relaciones de dependencia, ve a la naturaleza como un
gran almacen a disposición de algunos seres humanos -los más ricos- y aboca a
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tiempo que otras personas nos dan. Los cuerpos son vulnerables, enferman,
envejecen, son contingentes y finitos. Hecho que a lo largo de la historia se a delegado
el cuidado de los cuerpos a las mujeres a expensas de una división sexual que inoperó
la autonomía y libertad de las mismas.
Podría existir una sociedad que se ajuste a los límites del planeta, pero que a su vez
sostuviese las relaciones subordinadas patriarcalistas.
Por otra parte, también sería posible establecer propuestas de reorganización de los
trabajadores desde una perspectiva feminista, pero basado en una inviable extracción y
explotación de los recursos medioambientales.
Por eso ni una economía ni la otra son necesarias por separado, sino que se
hace necesario su dialogo fertilizado también por otras visiones de la economía
política o solidaria que han realizado avances en otros campos.
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Somos en un mundo con límites y restricciones.
Aquello que no es renovable tiene su límite en la cantidad disponible, ya sean los
minerales o la energía fósil, y aquello renovable también tiene su límite, ligado a la
velocidad de regeneración.
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La naturaleza funciona a un ritmo que es fruto del ajuste de procesos enormemente
complejos que se han venido desarrollando a lo largo de miles de millones de años de
evolución y que no pueden ser controlados por la tecnociencia.
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Existen nueve límites planetarios en los procesos biofísicos que son
fundamentales para garantizar la continuidad de los procesos de la naturaleza.
Estos nueve limites son interdependeintes entre ellos, y dibujan un marco dentro del
cual la humanidad puede desenvolverse con cierta seguridad (Rockstrom y otros,
2009).
LA
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noción de lo que es objeto de estudio para lo económico, descartando la
compleja regeneración natural y todos los trabajos humanos que no forman parte
de la esfera mercantil.
Se confunde la producción con la simple extracción, alejando de la cabeza de las
personas la idea de limite, y asentando el mito de que es posible “producir”
industrialmente y a voluntad aquello que se precisa para mantenerse vivo.
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Para construir una economía adecuada a los seres humanos la producción tiene
que ser una categoría ligada al mantenimiento de la vida y al bienestar de las
personas y además debe ser compatible con la vocación de los territorios y el
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ritmo de la naturaleza.
Segundo mito del fundamentalismo económico: tierra y trabajo sustituibles
por capital.
Mientras haya tierras que comprar a bajo precio, energía y materiales, mano de obra
LA
barata seguirá el capital sustituyendo a la tierra y el trabajo. Cada vez quedan menos
lugares para seguir expoliando. Los insalvables limites físicos muestran como, una
vez esquilmados los stocks de materiales y alterados irreversiblemente los
procesos naturales, por más que se pague no se puede regenerar lo destruido, al
menos en los tiempos medidos a escala humana.
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Una vez superado los límites del planeta, la reducción del tamaño de la esfera material
de la economía global no es discutible. La llamada pobreza energética aflorando
también en los países enriquecidos evidencia la insaciabilidad de mantener un
esquema desigual en el acceso a la energía.
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naturaleza de la actividad que lo sostiene, es positivo en sí mismo, constituyendo
la única forma de garantizar el bienestar social.
Y las personas lo tenemos tan incorporado en nuestros esquemas racionales que
apenas se escuchan voces críticas que denuncien la falacia y el riesgo de
perseguir el crecimiento económico como un fin en sí mismo, sin preguntarse a
costa de qué, para satisfacer qué y quién se apropia los beneficios de ese crecimiento.
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Razonar exclusivamente en el universo abstracto de los valores monetarios ha cortado
los vínculos que conectaban la naturaleza y la vida humana con la economía. Hemos
llegado al absurdo de utilizar, de forma absoluta, un conjunto de indicadores que,
DD
no solamente no cuentan como riqueza bienes y servicios imprescindibles para
la vida, sino que llegan a contabilizar la propia destrucción como si fuera riqueza.
Cuarto mito del fundamentalismo económico: trabajo es solo lo que se
hace a cambio de salario.
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La nueva economía generó nuevas grietas que seguían partiendo en dos la vida
humana y la sociedad. Con el nacimiento de la industria y el proceso de
desposesión del campesinado nació el proletariado, una gran masa de personas
sin medios de producción que para subsistir se vieron obligados a vender su
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no ayuda mutua, y la producción de desigualdades.
Hacia una cultura de la sostenibilidad.
El punto de partida es la inevitable reducción de la extracción y presión sobre los
ciclos naturales. En un planeta con límites, ya parcialmente sobrepasados, el
decrecimiento de la esfera material de la economía global no es una opción. Es
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sencillamente un dato.
La humanidad va a tener que adaptarse a vivir extrayendo menos de la Tierra,
plegándose a lo que su producción cíclica puede dar y generando menos
DD
residuos.
Esta adaptación puede producirse por la vía de la lucha por el uso de los recursos
decrecientes o mediante un proceso de reajuste decidido y anticipado con criterios de
equidad. Una reducción de la presión sobre la biosfera que se quiera abordar
LA
desde una perspectiva que sitúe el bienestar de las personas como prioridad
obliga a plantear un radical cambio de dirección. Obliga a promover una cultura de
la suficiencia y de la autocontención en lo material, a apostar por la relocalización de la
economía y el establecimiento de circuitos cortos de comercialización, a restaurar una
buena parte de la vida rural, a disminuir el transporte y la velocidad, a acometer un
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son las producciones necesarias y posibles para que se puedan satisfacer? ¿Cuáles
son los trabajos socialmente necesarios para ello? Se trata de buscar nuevas formas
de socialización, de organización social y económica que permitan librarse de un
modelo de desarrollo que prioriza los beneficios monetarios sobre el mantenimiento de
la vida.
Cambiar el modelo de producción
Es necesario repensar ¿Qué se produce, como y cuanto?.
Será preciso promover aquellas actividades y sectores que generen bienes y
servicios de forma compatible con la conservación de los ecosistemas. La
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El establecimiento de una fiscalidad orientada con criterios ecológicos y
sociales, con el fin de cambiar la base de unos impuestos que tributan en base al
valor añadido mercantil hacia unos que fiscalizaran el flujo material de producción: el
que se produce desde la extracción de recursos hasta su posterior vuelta como
residuos, pasando por su uso como insumos productivos.
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El establecimiento de circuitos cortos de comercialización, pues en un mundo
con las fuentes energéticas de origen fósil en declive y con una urgente necesidad de
reducir emisiones de gases de efecto invernadero, la producción y la distribución de
DD
proximidad serán una necesidad.
Exigir el principio de precaución, de forma que ni se comercialicen ni se difundan
tecnologías o productos, sin que se haya demostrado, de forma convincente, que no
son nocivos para el medio y para las personas. En la actualidad más bien ocurre lo
contrario, ya que las «innovaciones» que se imponen, se presuponen inocuas,
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Las que sí son necesarias son las personas que desempeñan esos trabajos y por
tanto, el progresivo desmantelamiento de determinados sectores tendría que ir
acompañado por un plan de reestructuración y fuertes coberturas sociales
públicas que permitan transiciones justas hacia otro modelo productivo.
Pero, cara a reconfigurar el modelo de trabajo, es sobre todo preciso incorporar,
visibilizar y dar valor a todos los trabajos, también a los no remunerados e
imprescindibles para el bienestar humano.
Es preciso reconocer como trabajo aquel que permite la reproducción social en
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el ámbito de los hogares, y no basta que este trabajo se reconozca como
importante, la clave es trastocar el modelo de división sexual del trabajo propio
del patriarcado y repartirse entre mujeres y hombres.
Igualdad y distribución de riqueza
En un planeta físicamente limitado, en el que un crecimiento económico ilimitado no es
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posible, la justicia se relaciona directamente con la distribución y reparto de la
riqueza. Si no es posible extender los niveles de consumo material medio de las
personas del Norte global a todas las que habitan el mundo, el acceso a niveles de vida
DD
dignos de una buena parte de la población pasa tanto por una reducción drástica de los
consumos de aquellos que más presión material ejercen sobre los territorios con sus
estilos de vida, como por una redistribución justa de la riqueza.
Rentas mínimas, rentas máximas, una fiscalidad progresiva… La política económica
ha desarrollado múltiples instrumentos para repartir la riqueza (tierra, trabajo y
LA
enorme desnivel entre la brutalidad de los ajustes que vivimos y la capacidad para
hacerles frente.
Hoy nos falta poder político para forzar las transiciones. Y para conseguirlo es
preciso que amplias mayorías se libren de un modelo de pensamiento que fuerza
al naufragio antropológico.
Para poder cambiar, necesitamos desvelar los mitos y ficciones y componer otro
relato cultural más armónico con la consistencia humana.
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Los proyectos locales y autogestionados firmemente anclados en los territorios
son vulnerables si no se actúa también en la escala macro. Un proyecto
productivo agroecológico consolidado, por ejemplo, puede destruirse si se
ponen en marcha prospecciones petrolíferas o proyectos de fractura hidráulica
en algún territorio cercano. También es cierto que las transformaciones en el ámbito
institucional sin «pueblo» que las defienda y presione para conseguirlas son poco
.C
probables.
En cada encrucijada de este camino, ante cada duda, convendrá preguntarse qué
piensa el feminismo. Tenemos un grave problema de espacio y tiempo y el movimiento
DD
feminista ha pensado mucho sobre ambos temas. Si la sociedad androcéntrica
relegó los vínculos y las relaciones de interdependencia al espacio oculto de los
hogares, hoy regenerar la sociedad y la democracia requiere valorar la
experiencia, aquello «sabido no pensado» (Hernando, 2012) que forma parte del
bagaje aprendido en los márgenes que la sociedad patriarcal obligó a ocupar a las
LA
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En America Latina durante más de una década, vivimos una fase aguda de vetos
sociales de variadas y heterogéneas calidades y alcances.
…la idea de que en las heterogéneas luchas recientes contra el saqueo neoliberal
donde se exhibe y despliega enérgicamente el antagonismo social se produce de
forma colectiva, y tendencialmente en común, antes que otra cosa, capacidad social
.C
para vetar las agresiones, despojos y autoritarismos más insoportablemente
agresivos; véase R. Gutiérrez, 2001, 2002…
Medio siglo del “estado del bienestar criollo”, previo a la ofensiva liberal transnacional
DD
(dictaduras en Latinoamérica- implantación del neoliberalismo y la globalización), había
entumecido y ocultado el contenido más profundo de una forma distinta de política: la
política de lo común. Sin embargo, en medio de tales tumultuosos momentos de
despliegue del multitudinario veto social y de la tendencial reapropiación de la
riqueza saqueada o amenazada, se volvió visible y audible otra forma de política,
LA
formal que oculta el abismo creciente que instituye entre quienes producen la
vida y son compelidos a obedecer y quienes no la producen sino que se lucran
con ella y son habilitados a mandar.
…se abrieron procesos de reconstitución política en varios países, que
actualmente están encabezados por gobiernos “progresistas”. Tales gobiernos
se han esforzado todo lo que han podido por establecer una nueva normalidad en
relación mando-obediencia y en la gestión capitalista de la riqueza que garantice
formas renovadas de acumulación de capital, devaluando y disgregando las
capacidades políticas transformadoras que brotaron desde diversos mundos de
la vida. Para ello, han organizado en sus naciones acotados y torpes procesos de
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obediencia de la norma ajena, se abrió la posibilidad de una reorganización
profunda del cuerpo social, sobre la base de la reinvensión-reconfiguracion de
modos distintos de los político.
Si uno de los artefactos políticos contemporáneos por autonomasia es la República -
res-publica-, entendida como el lugar de asuntos públicos, es decir generales, que
incumben y competen a todos quienes componen un cuerpo nacional asociado a
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formas de instauración legal de mando y dirección, durante los años de lucha se
divisó la posibilidad de reconfiguración de tal acuerpamiento en algo que, por
contraste y para fines de distinción, podemos nombrar res-común.
DD
Los rasgos principales de esta res-comun, creada por los asaltos contra el orden de
lo estatal-capital, consisten en establecer aquello que debe ser reapropiado
colectivamente y, al mismo tiempo, inhibir el orden de mando centralizador que
habilita el monopolio de las decisiones y la institución no deliberada de
procedimientos.
LA
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vida bosquejan, como trasfondo compartido pese a su heterogeneidad, ciertos
elementos distinguibles que permiten vislumbrar una dinámica y una lógica de la
producción y reproducción de la vida más allá del capital, y por lo tanto del
estado: las lógicas y dinámicas de la producción de lo común desde donde se
han desplegado, en la última década y media, los más notables esfuerzos por
vislumbrar y expandir el horizonte de la reapropiación. Estos entramados y sus
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lógicas íntimas de autoproducción son el ave fénix de lo humano: el fundamento
material de la esperanza más allá del sueño y la fantasía.
En America Latina, en particular ¿, estas tramas han sido heredadas, cuidadas y
DD
sistemáticamente recreadas y reactualizadas por diversos pueblos indígenas -en
particular por las mujeres de esos pueblos- y, también, por infinidad de coaliciones
y asociaciones centradas en el cuidado, celebración y producción de la vida,
heterogénea y diversas, en cuyo corazón destacan, igualmente y sobre todo,
mujeres de diferentes edades acompañadas en ocasiones por varones jóvenes y
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trayecto imaginado y producido, como intinerario para su propia auto
reproducción.
Lógicas de producción de lo común más allá-contra y más allá del capital y
tensiones sistemáticas entre dos formas políticas contradictorias: la liberal
y la comunitaria.
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La producción de lo común se funda en un nosotras. Es un nosotras cuyo significado
es mucho más que la agregación negociada de “yo-es” en las que nos encajonan los
modernos códigos civiles de casi todas las naciones para reconocernos como “figura
colectiva”. Este nosotras nos antecede, es en algún punto heredado y al mismo tiempo
DD
producido, reactualizado… abre la capacidad de desear mas allá de y contra la oferta
múltiple de lo que existe como mercancía y como identidad… abriga, da refugio,
respalda, nutre.
La dinámica de lo común, en términos cotidianos, a mi juicio y de manera
LA
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relaciones de mando. Es la delegación encargados- para organizar las
de la capacidad de decidir sobre actividades y propósitos comunes; al
asuntos de interés e incumbencia tiempo que busca sujetar las
colectivos, que se concentra en un relaciones de mando mediante la no
mandante. Instituye formatos delegación o entrega de la capacidad
procedimentales y tiempos determinados colectiva y de cada quien. Anuda la
que aseguran la vigencia de tal idea de servicio a la figura de
.C
concentración monopolizada de la autoridad-organización.
capacidad colectiva de decidir.
La lógica interna y los tiempos de esta La lógica interna y los tiempos de esta
forma política refuerzan la forma política tienden al equilibrio:
DD
jerarquización interna de individuos. mantienen a la vista y ejercitan la
Tal jerarquización tiende a ser capacidad destituyente que reside en el
excluyente y rígida. “nosotras”, en la figura colectiva básica.
Por tal razón abren posibilidades
maleables o fluidas -jamás no
LA
contradictorias- de autorregulacion
colectiva.
La forma liberal de la política y lo político Las formas comunales, son altamente
determina y limita, -prescriben y fijan- conservadoras de lo que existe en el
las posibilidades de existencia y sentido del cuidado de aquella riqueza
transformación individuales y del material de la que aún se dispone. Sin
FI
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acerca de lo que no hemos todavía conseguido quiere ser, ante todo, una contribución
hacia los que hoy están de pie y en movimiento.
.C
cotidiana. En Reencantar el mundo. El feminismo y la política de los
comunes (pp. 249-266). Buenos Aires. Tinta Limón
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La vida cotidiana es el principal terreno de cambio social y en este campo
encontramos una larga tradición crítica de la ortodoxia institucional y política.
Desde un punto de vista feminista, se hizo posible reconocer que la “vida cotidiana”
no es un conjunto genérico de eventos, actitudes y experiencias que hay que organizar.
LA
maltrato. Y es que si para las mujeres es natural ser madres y amas de casa, entonces
a aquellas que se niegan a cumplir estos papeles no se las trata como obreras en
huelga sino como a “malas mujeres”… si el trabajo doméstico está subsumido en las
necesidades del mercado laboral, entonces las relaciones familiares, sexuales y de
género son “relaciones de producción”, y no deberían sorprendernos las
contradicciones que las permean, ni nuestra incapacidad de hacer que satisfagan
nuestros deseos.
…la crítica feminista de la vida cotidiana no fue solo teórica, también fue práctica y
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política y desató un proceso de democratización que afecto a todos los aspectos de
nuestra vida. Gracias a esta crítica las palizas y violaciones, tradicionalmente
admitidas como condiciones del trabajo doméstico, pasaron a considerarse
delitos contra la mujer. Se negó al marido el derecho a controlar el cuerpo de su
mujer y a exigirle servicios sexuales en contra de su voluntad… en varios países…
indujo a la legalización del divorcio y el derecho al aborto… las mujeres
.C
transformaron su interacción cotidiana con el mundo, reivindicando un nuevo poder en
lo que concierne al lenguaje, el conocimiento, las relaciones con los hombres y la
expresión de su propio deseo. Incluso el acto sexual tiene ahora una base más
igualitaria, muchas mujeres se niegan al “polvo rápido” típico de la vida marital y
DD
defienden su derecho a la experimentación sexual y a tener relaciones sexuales más
acordes con la configuración de los puntos de placer de sus cuerpos… el movimiento
feminista proclamó que las mujeres no van a seguir aceptando estar en una
posición social subordinada y tener una relación con el Estado y el capital
mediada por los hombres.
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En este contexto surge “Las Naciones Unidas para la Mujer”. La primera
conferencia internacional celebrada en ciudad de México en 1975, que marcó el
inicio de la institucionalización del movimiento feminista y la integración de las
mujeres en la economía mundial en proceso de globalización.
…en el plazo de una década las mujeres se incorporaron en grandes cantidades a
la mano de obra asalariada, pero fue este hecho el que acabó con la revolución
.C
feminista de la vida cotidiana. Se abandono la reproducción como campo de
batalla feminista y, pronto, el movimiento feminista fue desmovilizado y no pudo
resistir el desmantelamiento de los programas de asistencia social que habían
DD
sido una parte esencial del contrato social entre la mano de obra y el capital
desde la 2da Guerra Mundial. La lección: No podemos cambiar la vida cotidiana
si no cambiamos sus instituciones inmediatas y el sistema político y económico
que las estructura. De lo contrario, la lucha es fagocitada/coptada.
Aunque algunas feministas interpretaron los cambios como una muestra de progreso,
la situación económica y social es mas complicada hoy día que en sus inicios del
movimiento. La feminización de la fuerza de trabajo incremento la autonomía de la
mujer respecto al hombre… la pugna por el acceso a los puestos dominados por
FI
OM
general. Muchas de estas mujeres que optan por esta vía también están influidas por
el movimiento DIY (hazlo tu mismo) y no están tan recluidas como podrían hacer
estado sus madres si hubiesen centrado su vida en el hogar, incluso se convierten en
blogueras que difunden y reciben información. Pero estas soluciones no resuleven la
mayoría de los problemas de las mujeres, son solo individuales y solo ahondan
el distanciamiento social. Son la manifestación de un nuevo individualismo que
.C
persigue la “buena vida” pero prescindiendo de la lucha social para conseguir el
“bien común”.
La comunicación interpersonal y cara a cara, un elemento clave de nuestra
DD
reproducción, también esta en decadencia, tanto entre los adultos como entre
estos y los niños, mermada tanto en cantidad como en contenido y reducida a un
uso puramente instrumental, mientras internet, Facebook y Twitter la va
remplazando poco a poco.
LA
OM
aparte sino una perspectiva que aportamos a cada lucha y cada movimiento
social en el que participamos.
.C
Este ensayo contrasta la lógica que subyace a la producción de los “comunes”
DD
frente a la lógica de las relaciones capitalistas y describe las condiciones bajo las
cuales estos se convierten en las semillas de una sociedad que trasciende al mercado
y al Estado. También advierte sobre el peligro de que los “comunes” qudan
coptados por el capital para proveer formas de reproducción de bajo costo, y
aborda el modo en que esta posible consecuencia puede ser prevenida.
LA
Cada vez más, el término “común” tiene mayor presencia en el lenguaje político,
económico e incluso en el inmobiliario. Derecha, izquierda, neoliberales y
neokeynesianos, conservadores, anarquistas e incluso el Banco Mundial utilizan
el concepto en sus intervenciones.
FI
Es difícil ignorar el uso tan habitual que se hace del concepto “común” o “bienes
comunes” en el actual discurso inmobiliario sobre los campus universitarios, los centros
comerciales y las urbanizaciones cerradas. En la vida social contemporánea, parece
que es ley que cuanto más se ataca a los comunes más fama alcanzan.
La historia en si misma es un bien común, siempre y cuando las voces que narren
sean diversas, incluso cuando revele los modos en que hemos sido divididos. La
historia es nuestra memoria colectiva, nuestro cuerpo extendido que nos conecta
con un amplio mundo de luchas que otorgan significado y poder a nuestra
práctica política.
La historia nos demuestra que “producir común” es el principio mediante el cual
los seres humanos han organizado su existencia durante miles de años. Peter
Linebaugh nos recuerda, difícilmente existe una sociedad donde lo común no esté en
OM
su seno. Aún hoy dia existen muchos sistemas de propiedad comunal en una gran
cantidad de lugares del mundo, sobre todo en África y entre las comunidades indígenas
de Latinoamerica. Así, cuando mencionamos el principio del “bien común” o
“hablamos de “comunes” como formas teóricas o existentes de riqueza
compartida, no nos estamos refiriendo únicamente a experimentos a pequeña
escala.
.C
Antiguamente tenían dimensión continental, redes sociales comunales
conectadas por intercambios económicos y culturales.
Inglaterra- La tierra comunal se mantuvo como factor económico importante
DD
hasta comienzos del siglo XX. A finales del siglo XX las tierras comunales
pasaron de un 5% a un 3%.
Estas consideraciones son importantes para disipar la creencia de que una
sociedad basada en bienes comunes es una utopía o que tan solo pueden ser
LA
OM
Estas iniciativas son las semillas, el embrión de un modo de producción alternativo que
aún se esta gestando. Este es el prisma con el que también deberíamos mirar a los
movimientos emergentes de ocupación de tierras en muchas periferias urbanas,
símbolo del aumento de habitantes urbanos “desconectados” de la economía formal
mundial, reproduciéndose por fuera del mercado y del Estado.
.C
La resistencia de los pueblos indígenas frente a la continua privatización de sus tierras
y aguas le ha dado un nuevo impulso de lucha para los comunes. Los Zapatistas se
alzaban exigiendo una nueva constitución que reconociese la propiedad colectiva, algo
DD
que el gobierno mexicano ignoro, en Venezuela la constitución reconocia el derecho
de los pueblos indígenas a utilizar los recursos naturales de sus regiones. Tambien en
Bolivia, en 2009, una nueva constitución reconocia la propiedad comunal.
No mencionamos estos ejemplos para declarar que confiamos en la maquinaria
legal del Estado como promotor de la sociedad de comunes que deseamos, sino
LA
para descartar la fuerza con la que se ha exigido, desde las capas más bajas, la
creación de nuevas formas de sociabilidad, organizadas en función del principio
de cooperación social y la defensa de las formas de comunalismo ya existentes.
Las mujeres siempre han tenido mayor interés en la defensa de la naturaleza
FI
recursos, tales como “las tontinas”, una de las actividades más antiguas y difundidas de
banca popular que aun persisten….Las mujeres se unieron para crear comunales de
reproducción social, pudiendo así aumentar sus presupuestos y al mismo tiempo
romper la sensación de parálisis que el aislamiento y la derrota producían. En Chile,
tras el golpe de Estado de Pinochet, las mujeres comenzaron con los comedores
populares, alimentando a los miembros de la comundad que no tenían recursos
suficientes. Esta experiencia fue tan poderosa para romper el miedo que el gobierno lo
prohibio y envió a la policía a destruir las ollas comunes y acusó a las mujeres de
comunistas. Estas experiencias se han reproducido a lo largo de los 80s 90s en
muchos lugares de Latinoamerica.
OM
al extremo, resulta contraproducente incluso desde el punto de vista de la acumulación
de capital, imposibilitando la cooperación necesaria para un sistema de producción
eficiente. Como ejemplo, la mercantilización de la ciencia, subordina las investigaciones
científicas, reduce la comunicación entre científicos, forzándolos al secretismo acerca
de proyectos o resultados.
.C
Deseoso de aparecer como el gran benefactor, incluso el Banco Mundial utiliza el
lenguaje sobre lo común para dar un toque positivo a la privatización y limar el
filo a la resistencia esperada. Tras esa imagen de gran protector de
DD
“ los bienes comunes mundiales”, el Banco Mundial expulsa a pueblos de las
selvas y los bosques en los que han vivido durante generaciones para,
posteriormente, permitir el acceso a aquellos que puedan pagarlo, una vez
construidos parques temáticos u otro tipo de atracciones comerciales.
Argumentando que el mercado es el instrumento de conservación más racional
LA
que existe.
La ONU también a reafirmado su derecho a gestionar los principales ecosistemas
del planeta (atmosfera, océanos, y selvas) para abrirlos a la explotación
comercial, una vez mas a nombre de “preservar” la herencia común de la
humanidad.
FI
OM
asambleas de ganaderos sumamente cooperativos, que producen para la
poderosa industria láctea suiza.
Las autoras ponen otro ejemplo muy interesante de la pesca de langostas de
Maine y la pesca en las aguas profundas de Georges, el ejemplo implica, la
competencia, el uso/abuso de los recursos, la sobreexplotacion, el uso de las
.C
tecnologías, la violencia y división que se genera a partir de las lógicas de
mercado y el intento de llegar a acuerdos “comunes”.
Hasta ahora, los pescadores de langostas de Maine han sido considerados una
DD
excepción inofensiva que confirma la regla neoliberal de que los comunes pueden
sobrevivir solo bajo circunstancias especiales y limitadas. Sin embargo, visto a través
del prisma de la lucha de clases, la organización comunal de Maine tiene elementos
propios de un común anticapitalista, en cuanto involucra el control de los trabajadores
en la toma de decisiones importantes sobre el proceso laboral y sobre sus resultados.
LA
y/o reconocen las ventajas de las relaciones comunales para la reproducción de la vida
cotidiana. En este contexto, los comunes aparecen como un “tercer” espacio
además de y al mismo nivel que el Estado y el mercado.
Una gran variedad de grupos, organizaciones y teóricos perciben a los comunes
OM
están centrados únicamente en proporcionar servicios sociales o en amortiguar
el impacto destructivo del capitalismo y son mucho más que una gestión
comunal de recursos.
Los comunes tienen que ser el medio para la creación de una sociedad igualitaria
y cooperativa o se arriesgan a profundizar las divisiones sociales, creando
.C
paraísos para quienes se lo puedan permitir y que, por ende, puedan ignorar más
fácilmente la miseria por la que se encuentran rodeados.
Los comunes anticapitalistas deberían ser percibidos tanto como espacios
DD
autónomos desde donde reclamar las prerrogativas sobre las condiciones de
reproducción de la vida, así como el núcleo desde la cual contrarrestar los
procesos de cercamiento a la reproducción de la vida y de esta manera
desarticular de forma sostenida nuestra existencia del Estado y del mercado.
Estos comunes coexistirían con la esfera pública y la privada. Idealmente, los
LA
Hoy solo vemos fragmentos de este mundo (del mismo modo que en la Europa
medieval solo se veía fragmentos del capitalismo).
Los sistemas comunales que construyamos deberían permitirnos alcanzar mayor
poder sobre el capital y el Estado, y prefigurar, aunque sea de modo embrionario,
OM
Lo publico es el terreno que se encuentra en disputa, no nos conviene su
privatización, pero para el bien de los comunes anticapitalistas, es crucial
que no perdamos de vista esta distinción.
3. Conectar la lucha por lo publico con aquellas por la construcción de lo
común, de modo que puedan fortalecerse unas a otras. Lo publico es el
terreno que debemos reapropiar!!.
.C
Los trabajadores públicos no pueden tener éxito sin el apoyo de la comunidad; al
mismo tiempo, su experiencia puede ayudarnos a reconstruir nuestra
reproducción, a decidir, por ejemplo, lo que se supone que es un buen sistema
DD
sanitario, que tipo de conocimientos se requieren y así sucesivamente.
4. Los comunes requieren una comunidad. Esta comunidad no debiera
seleccionarse en función de ningún privilegio sino en función del trabajo de
cuidado realizado para reproducir los comunes y regenerar lo que se toma de
ellos. De hecho, los comunes entrañan tantas obligaciones como derechos. Así,
el principio tiene que ser que aquellos que pertenezcan a los comúnmente
LA
• Decisiones colectivas
• Un poder que surja desde abajo, derivado de las capacidades probadas y
con un continuo cambio de temas en función de las tareas requeridas.
6. Igualdad de acceso a los medios de (re)producción y la toma igualitaria de
decisiones deben ser la base de los comunes. Historicamente los comunes
no han sido excelentes ejemplos de relaciones igualitarias. A menudo se han
organizado de un modo patriarcal. En África, conforme ca disminuyendo la
porción de tierra disponible, se introducen nuevas reglas, prohibiendo el acceso
a quienes no pertenecen al clan originario. Pero estas relaciones no
igualitarias suponen el fin de los comunes, pes generan desigualdades,
OM
referirse a las manifestaciones de derecha, a soldados agrupados para reprimir
manifestaciones, así como a las formaciones de ocupación militar.
….Las manifestaciones que buscan conseguir justicia e igualdad son merecedoras
de elogios…aunque debemos definir términos, ya que hay muchas formas de
pensar y evaluar la igualdad, y muchas opiniones contrarias sobre justicia.
.C
En ciertas partes del mundo las alianzas políticas no adoptan, o no pueden adoptar
la congregación de los cuerpos en las calles.. situaciones de intensa vigilancia
policial…las multitudes corren riesgo de lesión, muerte o prisión, por lo tanto las
DD
alianzas muchas veces se dan de otra manera, buscando formas de minimizar la
exposición corporal a la vez que exigen justicia.
Además, debemos también considerar que algunas formas de concentración
política no ocurren en las calles o las plazas, ya que no existen las mismas, o
porque no son parte del centro simbólico de esa acción política.
LA
Y, sin embargo, con o sin calles, algunos requerimientos básicos del cuerpo están
en el centro de las movilizaciones políticas. Los cuerpos requieren comida y
abrigo, protección de daño y destrucción y la libertad para moverse, trabajo,
asistencia médica; los cuerpos necesitan otros cuerpos de apoyo para
FI
OM
Hay dos tipos de multitudes crecientes que no me gustaría respaldar (aunque no
disputo su derecho a reunirse), incluyendo congregaciones de racistas o fascistas y
sus movimientos masivos. El objetivo final de la política no es simplemente emerger
juntos y constituir de esa manera un nuevo “significado de pueblo”… algo tiene que
mantener unido al grupo, alguna exigencia, sentimiento de injusticia y de no vivir
dignamente, algún indicio compartido de la posibilidad de cambio, y este último
.C
tiene que ser impulsado por una resistencia, como mínimo, a inequidades existentes
y en expansión, a condiciones de precariedad que aumentan constantemente para
muchas poblaciones tanto locales como globales, a formas de control autoritario y
DD
de seguridad que intentan suprimir movimientos y procesos democráticos.
Por un lado, hay cuerpos que se congregan en las calles o en línea o a través de
redes de solidaridad menos visibles, especialmente en prisiones, cuyas exigencias
políticas se hacen a través de formas de solidaridad que pueden o no aparecer
directamente en el espacio público. Por otro lado, hay movilizaciones que surgen en
LA
púbñlico que hacen sus reclamos a través de lenguaje, acción, gesto y movimiento,
mediante brazos enlazados rehusándose a moverse, conformando barreras de
obstruccion corporal contra la policía y las autoridades estatales.
En cada uno de estos casos, estos cuerpos forman redes de resistencia,
FI
este mundo, que requerimientos deben ser cumplidos para que los cuerpos
sobrevivan, y que condiciones hacen que una vida corporal, la única que
tenemos, sea finalmente digna de vivir.
No es solamente o principalmente como sujetos con derechos abstractos que
salimos a las calles… lo hacemos porque necesitamos caminar o movernos allí, que
las calles sean estructuradas para que, aunque estemos en silla de ruedas nos
podamos mover, y podamos atravesar ese espacio sin obstáculos, acoso, detención
administrativa, miedo a ser lesionado o muerte. La movilidad en si es un derecho
del cuerpo, pero es también una condición previa para el ejercicio de otros
derechos, incluyendo la posibilidad de congregarse.
OM
paternalistas. Si las mujeres son particularmente vulnerables, entonces buscan ser
protegidas y se vuelve responsabilidad del Estado o de otros poderes paternalistas
proveer esa protección. Según este modelo, el activismo feminista no sólo pide a la
autoridad paterna privilegios y protección especial, confirma así mismo la
desigualdad de poder que sitúa a la mujer en una posición de impotencia y, por
inferencia, a los hombres en una posición más poderosa. Donde el modelo no pone
.C
literalmente a los “hombres” en la posición de proveer protección, confiere a las
estructuras estatales la obligación paternalista de facilitar el logro de metas
feministas.
DD
Este punto de vista es muy diferente a otro que reclama, por ejemplo, que las
mujeres son al mismo tiempo vulnerables y capaces de resistir… ocurriendo la
vulneabilidad y resistencia simultáneamente.
¿Cómo pensar acerca de la vulnerabilidad de las mujeres conjuntamente con
LA
mas dignas que otras, vidas dignas de duelo desde un principio. Ser digno de
ser llorado es una condición que uno tiene como ser viviente, como alguien cuya
posible perdida importaría a otros.
Cuando la vulnerabilidad es distribuida desigualmente, entonces ciertas poblaciones
son efectivamente objetos para lastimar (con impunidad) o desechables (sin duelo
ni indemnización). Este tipo de señalización explícita o implícita puede justificar la
imposición de daño contra estas poblaciones (como vemos en tiempos de guerra o
en violencia del Estado contra ciudadanos indocumentados). Siempre es posible
considerar que esos grupos son responables de su propio estado (según las formas
neoliberales de “responsabilización”) o, conversamente, considerarlos como
OM
efectivamente feminizadas cuando se designan como vulnerables, y otras
interpretadas como masculinas porque reclaman impermeabilidad? Nuevamente, no
son características esenciales de los hombres y las mujeres, son más bien procesos
de formación de genero, el efecto de formas de poder que tienen como meta la
producción de diferencias de género acompañadas por desigualdad.
Desde el feminismo psicoanalítico – la posición masculina formulada de esa
.C
manera es efectivamente construida a través de la negación de su propia
vulnerabilidad constitutiva. Esta negación o rechazo requiere la institución política
del olvido o de olvidar, mas específicamente, la vulnerabilidad propia y su
DD
proyección y desplazamiento a otro lugar. Nos muestra como pueden narrarse las
historias para apoyar un ideal de uno mismo que uno desearía fuera verdad; esas
historias dependen de la negación para obtener una coherencia que es del mismo
modo sospechosa.
La negación es siempre un esfuerzo para desviar lo que está obstinadamente
LA
y vida son precarios, que puede de repente quedar privada de derechos básicos,
vivienda, asistencia médica, o viviendo con la ansiedad de un futuro incierto”.
…Pero lo que esta consideración de ataduras, a la vez obstinadas e intolerables,
nos revela es esa vulnerabilidad procontractual frente a los demás que define
parcialmente las ataduras de interdependencia.
Precariedad y olvido
El asunto de mi o tu vulnerabilidad nos involucra en un problema políticomás amplio
y relacionado con la igualdad y desigualdad, la vulnerabilidad se puede proyectar
o negar (categorías psicológicas), pero también se puede explotar y manipular
(categorías sociales y económicas), en el curso de producir y naturalizar formas de
desigualdad social. Esto es lo que se entiende por distribución desigual de la
vulnerabilidad.
…De cierto modo, esto también significa que desafía la lógica instrumental por la
cual protejo tu vulnerabilidad únicamente si tú proteges la mía (donde la política se
convierte en un tema de negociar o calcular posibilidades). De hecho la
vulnerabilidad constituye una de las condiciones de la vida social y política,
que no puede ser estipulada contractualmente, y cuyo rechazo y manipulación
constituye un esfuerzo por destruir o administrar una condición de
interdependencia social que podría ser de igualdad.
Para preservar la memoria de la vulnerabilidad de los cuerpos se requiere una
OM
forma de conmemoración que debe repetirse y restablecerse en el tiempo y en el
espacio. Esto significa que no hay una sola memoria, que ésta no es finalmente un
atributo de la cognición, sino que es mantenida y transmitida socialmente por medio
de ciertas formas de documentación y exposición. En este sentido, la vulnerabilidad
histórica de aquellos que fueron explotados, que perdieron sus tierras por
expropiación o sus vidas, continúa en riesgo de desaparecer en el presente.
.C
Si somos capaces de perdernos en otro cuerpo, o si nuestras capacidades táctiles,
móviles, hápticas, visuales, olfatorias o auditivas nos llevan a actuar por fuera de
nosotros mismos, es porque el cuerpo no se queda en su sitio, y porque este tipo de
DD
desposesión es generalmente característica de los sentidos del cuerpo. Es también
la razón por la cual a veces tenemos que hablar de la regulación de los sentidos
como un asunto político; por ejemplo, hay algunas fotografías de daño y destrucción
de cuerpos en la guerra que con frecuencia nos prohíben ver, precisamente porque
existe el miedo a que este cuerpo sienta algo de lo que padecieron esos cuerpos, o
LA
OM
debe pensarse entonces no como sustancia contenida, sino como un sitio de
dañabilidad, exposición apasionada y contacto ético.
Interdependencia y alianza
…Y aunque sentimos válidamente que somos vulnerables en algunas ocasiones y
no en otras, la condición de nuestra vulnerabilidad no es en sí alterable. A lo sumo,
.C
hay momentos cuando nuestra vulnerabilidad se vuelve evidente para nosotros,
sumamente evidente, pero no es lo mismo que decir que sólo somos vulnerables en
esos momentos. No sólo podemos ser vulnerables sin saberlo, pero el no saberlo es
DD
un aspecto de nuestra vulnerabilidad.
De esta forma, la vulnerabilidad no sólo indica una relación con todo, también afirma
que nuestra propia existencia es relacional. Decir que cualquiera de nosotros
es un ser vulnerable es establecer nuestra dependencia fundamental no sólo
de otros, también de un mundo que nos sostiene y que es sostenible. Esto
LA
seguridad, como también de los paternalismos viejos y nuevos que ahora están
vinculados a la seducción de la seguridad económica y política. Pero la resistencia
sólo puede ocurrir si los modos de coalición están fundamentados en la
interdependencia, y si la lucha contra la precaridad y en favor de la igualdad ejerce
el poder de manera que rompa con la atracción del paternalismo. Esto no quiere
decir el rechazo de todas las formas de apoyo estatal o institucional;
infortunadamente, ese tipo de políticas antiinstitucionales se asocia con la
destrucción de bienes sociales democráticos y derechos económicos, y esas formas
de destrucción son precisamente las que el neoliberalismo y las políticas de
seguridad cometen. Uno debe luchar por la democracia social, incluyendo la
OM
de la organización de relaciones económicas y sociales, la presencia o ausencia de
una infraestructura sustentadora e instituciones sociales y políticas, y los modos de
luchar por éstas que producen y mantienen las alianzas.
La precariedad es así inseparable de aquella dimensión de la política que aborda la
organización y protección de las necesidades corporales, donde esas necesidades
señalan las relaciones sociales (la necesidad es siempre de algo, así como
.C
necesidad de algo de alguien y, por consiguiente, un modo de relacionarse con el
mundo y con los otros). La precariedad expone nuestra sociabilidad, las
dimensiones frágiles y necesarias de nuestra interdependencia, y esto tiene
DD
implicaciones sobre cómo nos unimos en la lucha cuando lo hacemos. Nadie
escapa a la dimensión precaria de la vida social; es, se podría decir, nuestra no
fundación en común. Nada nos “funda” más allá de una lucha convergente para
establecer esos vínculos sostenibles.
Tomando las calles
LA
Cuando las personas toman las calles juntas, forman más o menos un cuerpo
político, y aunque ese cuerpo no habla en una sola voz —cuando ni siquiera habla o
reclama algo— aun así se configura, defendiendo su presencia como una vida
corporal plural y obstinada. Ese es el significado político de congregarse como
FI
Los cuerpos en las calles son precarios —están expuestos a la fuerza de la policía y
a veces padecen sufrimiento físico como resultado—, el riesgo está ahí y parece
aumentar ahora que la policía despeja con regularidad los campamentos de los
movimientos OKUPAS… (La autora da varios ejemplos de luchas, y
manifestaciones, no las adhiero al resumen para no extender, pero recomiendo
revisar algunas ya que ayuda a consolidar el material y sus conceptos).
Si existe un “nosotros” que se congrega allí, en ese preciso espacio y momento,
también hay un “nosotros” que se crea a través de los medios y que convoca a las
OM
manifestaciones y difunde sus eventos, con lo que algún conjunto de conexiones
globales está siendo articulado; un significado de lo global diferente al de “mercado
globalizado”. Y algún conjunto de valores está siendo promulgado en forma de
resistencia colectiva, una defensa de nuestra precaridad y persistencia común en la
creación de la igualdad y en las voces plurales e inexpresadas que se rehúsan a ser
desechadas. Cuando esto ocurre, actuamos desde el sentido de la precaridad, en
.C
contra de ésta, y en coalición, a menudo en proximidades que no escogimos, donde
funciona la interdependencia precontractual; ésta se siente a veces como alivio o
euforia, pero frecuentemente como algo incómodo, conflictivo, escasamente digno
de vivir. Pero es ahí, en la coalición, donde se negocian las condiciones de dignidad
DD
de vida en modo de resistencia, que ocasionalmente demuestran y repetidamente
reclaman otra manera de convivir, una que intenta entender el mismo derecho a una
vida digna de vivir.
Colectivo Miradas Críticas del Territorio desde el Feminismo.
LA
OM
política: toma de decisiones masculinizada.
Cuando se trata de viabilizar proyectos extractivos, quienes toman las decisiones
afectan a la vida de las comunidades y sus territorios son sujetos “BBVAh”; es
decir, el sujeto blanco, burgués, varón y adulto, con funcionalidad normativa y
heterosexual (Perezo Orozco, 2014), en representación de las empresas y los
.C
Estados, llegan a los territorios para persuadir o imponer la opción extractiva,
establecen estrategias de acercamiento individual para debilitar la negociación
colectiva de las comunidades. Las empresas fomentan una interlocución
exclusivamente masculina, ya sea con dirigencias locales afines o con los
DD
hombres de los hogares en calidad de cabezas de familia. Esto implica que las
mujeres sean excluidas de la toma de decisiones respecto a cuestiones que
afectan al territorio y a sus vidas (CIAP, 2017).
….De ahí que uno de los factores que motivan los procesos de movilización y
LA
OM
economía asalariada, provoca también grandes transformaciones en las
relaciones de género. Cuando penetran las empresas y las comunidades son
despojadas de los comunes que garantizaban su aprovisionamiento material
de forma autónoma –bien por- que son desalojadas y desplazadas, o por la
contaminación–, el salario de la empresa se convierte en un poderoso
instrumento de dependencia. El empleo que traen las actividades extractivas está
.C
fuertemente asociado al trabajo masculino y es portador de nuevas relaciones
sociales desiguales. Las mujeres, al quedar excluidas del empleo y de los bienes
naturales, pierden autonomía y se sitúan en un lugar de subordinación respecto al
DD
salario de sus maridos. En esta nueva estructura laboral se apuntala la figura del
varón proveedor y de la mujer dependiente del salario masculino (Himley, 2011). El
extractivismo, mediante una economía asalariada altamente masculinizada,
ahonda las diferencias estructurales entre hombres y mujeres en el interior de
la comunidad.
LA
OM
mujeres con fines de explotación sexual. Existe así una fuerte relación entre
extractivismo y trabajo sexual –muchas veces forzado–, en tanto la
prostitución es vista como una actividad que en los contextos extractivos
resulta funcional para la acumulación de capital, ya que sirve de canalización
del estrés de la fuerza de trabajo masculina (Laite, 2009).
.C
En definitiva, la violencia, el acoso sexual y el control social del cuerpo de las
mujeres forman parte de imaginarios patriarcales que se poten-cian con la
penetración de las actividades extractivas, en las que tanto la naturaleza como
los cuerpos –y en particular los femeninos– aparecen como espacios
DD
cosificados, apropiables y sacrificables para ser puestos al servicio de la
acumulación de capital. Esta re(patriarcalización) de los territorios explica el
porqué las mujeres organizadas han visto un despojo multidimensional en la llegada
de las actividades extractivas, así como su capacidad de articulación y visibilidad
política en la defensa del territorio.
LA
FI