El documento describe cómo el cerebro procesa las emociones como el miedo y el estrés. La amígdala detecta las amenazas y activa la respuesta de lucha o huida, mientras que el hipocampo almacena los recuerdos asociados con las emociones. Cuando se siente ansiedad prolongada, la amígdala se hiperactiva y todo se percibe como amenazante. Esto altera la conexión entre la corteza prefrontal racional y las regiones emocionales del cerebro, dificultando la toma de decisiones.
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El documento describe cómo el cerebro procesa las emociones como el miedo y el estrés. La amígdala detecta las amenazas y activa la respuesta de lucha o huida, mientras que el hipocampo almacena los recuerdos asociados con las emociones. Cuando se siente ansiedad prolongada, la amígdala se hiperactiva y todo se percibe como amenazante. Esto altera la conexión entre la corteza prefrontal racional y las regiones emocionales del cerebro, dificultando la toma de decisiones.
El documento describe cómo el cerebro procesa las emociones como el miedo y el estrés. La amígdala detecta las amenazas y activa la respuesta de lucha o huida, mientras que el hipocampo almacena los recuerdos asociados con las emociones. Cuando se siente ansiedad prolongada, la amígdala se hiperactiva y todo se percibe como amenazante. Esto altera la conexión entre la corteza prefrontal racional y las regiones emocionales del cerebro, dificultando la toma de decisiones.
El documento describe cómo el cerebro procesa las emociones como el miedo y el estrés. La amígdala detecta las amenazas y activa la respuesta de lucha o huida, mientras que el hipocampo almacena los recuerdos asociados con las emociones. Cuando se siente ansiedad prolongada, la amígdala se hiperactiva y todo se percibe como amenazante. Esto altera la conexión entre la corteza prefrontal racional y las regiones emocionales del cerebro, dificultando la toma de decisiones.
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El cerebro de la gente feliz
1. ¿Qué me esta pasando?
La finalidad principal del cerebro es sobrevivir. Para conseguir esto la emoción principal ha sido el miedo a través del stress, que es una respuesta natural ante situaciones amenazantes. Gracias a que sentimos miedo seguimos vivos como especie y individuos. ¿A que ya no te sientes tan rarito?. El 98% de las cosas que nos provocan stress son tareas cotidianas. El cerebro tiende a tenerlo todo controlado, puesto que esto nos garantiza la supervivencia. Pero en consecuencia, un exceso de control puede llevarnos a dejar de disfrutar del placer. Nuestras experiencias pasadas, nuestras creencias y nuestra personalidad influyen en el grado de amenaza con que percibimos una situación. Sobreestimular el cerebro crea stress como hacer dos cosas a la vez. ¿Y cual es el problema? Que el cerebro interpreta como un peligro cualquier estimulo que nos provoca inquietud y responde igual que ante ese mamut de hace millones de años, con el mecanismo de lucha-huida: activando la amigdala y liberando todas las hormonas de las que hablábamos antes. ¿Qué pasa si sentimos un montón de estrés o ansiedad de forma prolongada? Pues que la amigdala estará constantemente activándose, y el coctel hormonal que el cuerpo prepara como un bartender empezara a sobresaturarnos. Si esto se dilata en el tiempo tendremos ansiedad generalizada. El trastorno de ansiedad puede aparecer por una situación puntual o un evento traumático en el que la emoción sea tan intensa que se graba de forma muy pronunciada en el cerebro y se queda a vivir contigo. En una situación de ansiedad generalizada, la amigdala se encuentra alteradísima de tanto se ha hiperactivado. En ese estado pierde la capacidad de distinguir si es estimulo es realmente amenazante o no, así que por si acaso identifica todo como una amenaza aquello susceptible de serlo.
2. Que ha cambiado en mi cerebro?
El cerebro emocional es el que regula el estrés, las emociones, la motivación o la cooperación. Dentro de el la amigdala actúa como una fábrica química y genera las emociones como el placer o el miedo. Es también responsable de nuestra supervivencia, ya que activa el mecanismo de lucha-huida. El hipocampo es la zona encargada de almacenar ante todo la memoria a corto plazo y esta relacionada con la capacidad de aprendizaje y atención. Almacena los sucesos peligrosos en forma de recuerdos que nos ayudaran a actuar frente a las amenazas. Lo curioso es que están unidos el uno al otro… Están unidos porque frente a una amenaza, el cerebro hace un análisis comparativo entre la nueva situación y los recuerdos almacenados. El resultado determinara la respuesta. La conexión entre la amigdala y el hipocampo es lo que hace que un recuerdo se quede grabado con su carga emocional. No tanto dolor físico sino dolor emocional. Si una pareja me deja eso me recordara que no quiero salir con otra. Del cerebro racional debemos quedarnos con la corteza prefrontal, hace el autocontrol, la toma de decisiones, dirección de la atención… En definitiva, es imprescindible para sobrevivir. Solo somos conscientes de algo cuando pasa por la corteza pre-frontal. La relación del sistema limbico con la corteza prefrontal es esencial. Esta conexión es la que hace que puedas racionalizar tus emociones y no te dejes llevar por ellas. El que esta tan activada la amigdala nos lleva a no pensar tanto las cosas, la parte emocional nos domina. También incrementa la impulsividad y que te dejes llevar mas por las emociones. Cuando sufres ansiedad, la emoción que prima en tu cuerpo es el miedo, y en el se basaran todas las decisiones que tomes. Verte estancado, dependiente de los demás, te hace ocupar un lugar pequeño en tu mundo físico y personal, te va mellando por dentro, y acabas desgastado e irritado emocionalmente, lo que te llevara a cometer muchas tonterías que no habrías cometido de forma racional. Esto te lleva a tener los peores hábitos, buscas la gratificación instantánea. El alcohol o el azúcar y luego te deja un sabor de culpabilidad en el cuerpo. Lo que buscas es acabar con tu situación ya… Pero consigues todo lo contrario. Hablemos del hipocampo. Ya hemos visto que es el que almacena los recuerdos peligrosos en forma de recuerdos y el que nos ayudara a actuar frente a las amenazas. En una situación de peligro, el cerebro hace un análisis comparativo entre la nueva coyuntura y los recuerdos que tengo guardados, por lo que mi respuesta ante la amenaza se basara en la experiencia. Si estamos constantemente sintiéndonos amenazados, el hipocampo esta todo el tiempo buscando en su baul de los recuerdos situaciones similares para poder combatir la actual. Esta hiperactivación hace que el hipocampo se reduzca, lo que causa perdidas de memoria, problemas de concentración, alteración en la capacidad de aprendizaje y desorientacion entre otras cosas. Cuando tenemos ansiedad, el cerebro (la amigdala y el hipocampo) esta alterado. Esto provoca que estén siempre en modo alerta, liberando mucho mas cortisol del necesario ante amenazas menores. Por ultimo, la corteza cerebral, la parte racional del cerebro, pierde el control de la parte emocional (la amigdala), de ahí que desaparezca la noción de que es lo correcto, de lo que te va a ir bien hacer. Cuando pasa esto te resulta mas difícil tomar buenas decisiones, razonar con todos los puntos de vista posible, prestar atención, organizar bien tareas… Las conexiones que mas utilizas del cerebro se van reforzando y aquellas que no te son útiles se debilitan hasta desaparecer. Gracias a la plasticidad neuronal, el cerebro puede evolucionar mas de lo que imaginábamos. El cerebro es cambiante, a cualquier edad podemos seguir aprendiendo y moldeándolo. Una parte viene predeterminada por como son nuestros padres o nuestra familia, por herencia. Pero el resto se forma a partir de lo vivido en el colegio, con parejas, amigos, etc. Importa mas la actitud ante la vida, tus hábitos y estilo de vida, o la educación recibida que el 30-40% que es herencia. Repetir mucho un pensamiento o conducta refuerza unas conexiones mas que otras. Cuando vives o aprendes algo con fuerte emoción asociada, las conexiones que se establecen son mas fuertes y duraderas. Por eso algo traumático puede ocurrirme solo una vez y recordarlo toda la vida. Para conseguir que algo te tranforme, ¡Cogelo con ganas! Si quieres provocar grandes cambios en tu vida, ponle mucha emoción a aquello que vas a hacer, eso llevara a que se creen conexiones de una manera mucho mas rápida y que puedas ver los resultados de manera mas inmediata. No pierdas la mirada curiosa de un niño, no dejes de tener ante la vida una actitud de eterno estudiante. Automatas y felices ¡El cerebro no sabe diferenciar lo que es real de lo que es imaginario! Si continuamente pienso en lo mismo o de la misma manera, estas neuronas se activaran siempre juntas y acabaran reforzando mucho sus conexiones. La permanencia de las conexiones se produce por la repetición de la experiencia o el pensamiento y el de su carga emocional asociada. De algún modo el cerebro es perezoso, no quiere realizar algo que le cueste trabajo, y además le gusta siempre hacer lo mismo por motivos de supervivencia. El cerebro prefiere sobrevivir a ser feliz. A partir de tus pensamientos puedes crear o mantener la ansiedad. Pero, ¡El 91% de las cosas que nos preocupan nunca suceden¡ Debemos hacer creer al cerebro que no existe amenaza alguna. Así, cada vez que te pongas tenso imagina un paisaje que te produzca calma y bienestar, o en una persona a la que amas, algo que te tranquilice, como el cerebro no sabe distinguir lo que es real de lo que no, procesara aquello que te estas imaginando sucede de verdad, y el sistema nervioso se relajara de golpe ¡Pruebalo¡ El cerebro prefiere lo malo conocido porque ha conseguido que sigas vivo hasta el día de hoy. En realidad, no se trata de malo o bueno, si no de si esta siendo útil o no para ti. David Eagleman: Casi todas nuestras acciones están dirigidas por subrutinas alienígenas, también conocidas como sistemas de zombies. Según Joe Dispenza, el 5% de la mente es consciente, el 95% esta dirigido por programas automáticos insconscientes, involuntarios, conductas memorizadas y reacciones emocionales habituales. Si siempre repetimos los mismos patrones, ideas y conductas del pasado una y otra vez, al final nos convertimos en la vidente de turno, pues creamos un futuro predecible, replica de nuestro pasado, seremos siempre una versión pasada de nosotros mismos.