Colacho Hermanos o Presidentes de América
Colacho Hermanos o Presidentes de América
Colacho Hermanos o Presidentes de América
CESAR VALLEJO
Colacho hermanos o
Presidentes de América
LIMA - PERÚ
TABLA DE CONTENIDO:
EL MAESTRO
LA PEQUEÑA Y SU MADRE
SORAS: 1-2-3
VIEJO CIUDADANO: Nº 1
UN RAPAZUELO
LA SORA RIMALDA
SORA: 4
COMISARIO BALDAZARI
ZA
ZAVVALA,
de los blanco, joven y fino, que las circunstancias convierten en preceptor
Colacho
PACHACA, soldado
CAPITÁN COLLAZOS
CORONEL TEQUILLA
CORONEL ZERPA
ZERPA
EL MARIDO Y SU MUJER
DR. ZEGARRA
CORONEL BANDO
EL SECRETARIO (Roque)
EL EDECAN
EL NUNCIO
LA SEÑORITA MATE y
EL PEQUEÑO
EL PREFECTO
EL GENERAL NATÓN
EL CORONEL COLONGO
EL CORONEL CARAZA
UN VIEJO CIUDADANO: nº 2
EL CORONEL-SECRETARIO SELAR
Cuadro Primero
Acidal Colacho está muy atareado en arreglar, del modo más atrayente
para la clientela, las mercaderías
mercaderías en las casillas.
LA MADRE:—
MADRE:— Lo que buscamos es, pues, taita, el hilo negro.
ACIDAL:— Pero hijas, da lo mismo jabón que hilo negro. Cuando la ropa
está muy rota, en vez de remendarla, hay que lavarla bien, refregándola con
bastante jabón, y entonces aparece relumbrante, como nueva. ¡Les venderé un
jabón de chuparse los dedos!
dedos! ( Les
Les muestra el jabón)
ACIDA
ACID AL, reteniéndolas :— PeroPero no se vaya
vayan.
n. Tengo
engo ta
tamb
mbié
iénn cara
carame
melo
loss
verdes,
verde s, manteca, píldoras
píldoras para el dolor de muelas, para las almorranas
almorranas y para
el mal del sueño... ( Pero
Pero las campesinas
campesinas han salido. Acidal, desde la puerta, a
los transeúntes) Adentro, ¡muchachos! ¡Hay cañazo, tabaco en mazo, coca de
Huayambo y cal en polvo! ¡Todo bueno y barato!... ( Tres mozos se detienen
ante Acidal. Uno de ellos toca su concertina y los otros bailan una danza
indígena, haciendo palmas) ¡Carajo! ¡Qué bomba la que se traen! ¡Y a esta
hora!
MOZO PRI
MOZO PRIMER
MERO:O:—— Deogra
Deogracia
cias,
s, taita.
taita. (Saca de su bolsillo un enorme
pañuelo rojo y deshace en él un nudo que contiene todo su peculio) ¿Tienes,
pues, taita, traguito?
traguito? (Cuenta sus monedas)
ACIDAL:— Cincuenta centavos la botella. Pero por ser para ustedes y para
que siempre vuelvan a comprarme, pegaré además en la botella, como regalo
extraordinario que les hago a los tres, un papel colorado con el nombre de la
casa. A ver, a ver… ( Busca en el suelo, recoge un retazo
retazo de papel colorado en
él que escribe algo con lápiz y lo pega con goma a la botella ) ¡Ahí la tienen!
¡Llé
¡L léve
vens
nsel
ela!
a! ¡Aun
¡Aunququee se veng
vengaa abaj
abajoo mi nego
negocicio!
o! ( Los
Los tres mozos,
desc
de scon
once
cert
rtad
ados
os de
dell cini
cinism
smoo de Acid
Acidal
al,, perm
perman
anec
ecen
en pens
pensat
ativ
ivos.
os. Acid
Acidal
al,,
tomando este estupor por estupidez) ¿No entienden todavía? ¡Qué animales! A
ver.. La botella vale para todos los clientes cincuenta centavos.
ver
ACIDAL:— Pero, a ustedes, para que vuelvan a comprarme siempre, les doy,
con la botella, un regalo especial para los tres...
MOZO PRIMERO, tras una nueva reflexión, pagando:— Gracias, pues, taita,
tu papel coloradito. ¡Dios te lo pagará!
ACIDAL:— Precisamente
ACIDAL:— Precisamente,, mi cañazo es un cañazo
cañazo especi
especial
al para pastores.
pastores.
Los animales, sobre todo los bueyes, en los rodeos de San Pedro y San Pablo,
vienen a su pastor por el olor de mi cañazo. Con este cañazo, no hay oveja que
se pierda, ni puerco que lo roben.
UN VIEJ
VIEJOO CAMP
CAMPES ESININO,
O, quit
quitándos
ándosee el sombrer
sombrero,
o, entra tímidamente —
tímidamente
¡Alabado sea Dios, taita!
ACIDAL:— Entra. ¿Qué se te, ofrece? Pasa. ( Los tres mozos, salen, tocando
ACIDAL:—
su música y bailando. botellaa)
bailando. Uno de ellos lleva en alto la botell
EL VIEJO a Acidal :—
:— Perdóname, pues, taita, que te moleste.
EL VIEJO, con un retazo de papel azul en la mano :— Para que me digas por
cuál de los patrones he votado para diputado. Desde bien de mañana, que di
mi voto a los taitas de la plaza, ando por las calles rogando que me digan por
cuál de los patrones he votado y no hay nadie quien me haga este favor. ( Al
oír esto, el maestro de escuela se acerca al viejo)
ACIDAL, al viejo:— A ver este papel que te han dado los taitas de la plaza.
¿Es ése que tú tienes ahí? ( Le papel azul )
Le toma el papel
ACIDAL Y EL MAESTRO:— Ramal. Por el Dr. Ramal. Has dado tu voto por
Ramal. Así dice la cédula.
EL VIEJO,
VIEJO, pensativo, miranda el papel :—
:— Ramaaal... ¿Quién es, pues, taita?
El patrón Ramal,. ¡Pst!... ( Resignado
Resignado) ¡Así será, pues, taita! ¡Qué se hará! ( El
El
viejo sale) Dios se los, pague, taitas.
ACIDAL, al maestro
maestro:— ¡Ya ve usted! Casi todos los que votan por Ramal no
saben leer ni escribir.
escribir.
EL MAESTRO:— ¿Y,
¿Y, usted sabe quién firma por todos los analfabetos?
ACIDAL,
ACIDA L, lavando unos vasos:— ¿Cuándo? ¡Ah, si! Cuando las elecciones
para Presidente de la República.
República.
ACIDAL:— Qué tu dices... El viejo está furioso por su plata. Acaba de venir
la Chepa... a decirme que su hermana Tomasa le ha oído ayer al Tuco gritar
pestes de nosotros. El viejo —dice—, va a demandarme al sub-prefecto para
echarnos a la, cárcel...
ACIDAL:— ¡Ah, pero así vas a acabar la caja de galletas! ¡Tú sí que eres
contra la gran lechuza! ¡V
¡Ves
es como estamos y te pones a comer lo poco que hay
en la tienda!
CORDEL:— ¡Oye! dejé anoche tres papas en la olla para hoy. ¿Quién se las
ha comido? Si estuvieran aún ahí, no tocaría ahora tus galletas. (Tirándolas a
la cabe
cabeza
za de Acid al ) ¡T
Acidal ¡Tom
oma!
a! ¡C
¡Cóm
ómetetel
elas
as tu
tuss gall
gallet
etas!
as! Y que
que te haga
hagann
provecho!... (Un rapazuelo entra corriendo, con varios sobres en las manos)
EL RAPAZUEL
RAPAZUELO, O, escogiendo uno de los sobres:— Los señores Colacho?
Una tarjeta del Alcalde. ( Entrega el sobre a Cordel y sale, apurado. Cordel
abre ansiosamente el sobre y Acidal temeroso a su vez, se acerca a ver de qué
se trata. Ambos leen ávidamente la tarjeta que Cordel ha extraído del sobre.
Al fin, Cordel vuelve lentamente a Acidal unos ojos desorbitados y ambos
quedan mirándose mudos de estupor )
gloria) ¡Acidal! ¡Fíjate! (le entrega tarjeta) Una invitación del Alcalde de
Colca! —¡me oyes bien!— nada menos que del señor Silverio Carranza, del
señor Alcalde
Alcalde de Colca, a los señores Acidal y Cordel Colacho...
ACIDAL
ACID AL,, aturdido, relee a su turno:—
:—.. ¡No
¡No!.
!..... ¿No
¿No pue
puede
de ser?
ser? ¡No
¡No es
posible!
CORDEL
CORD EL:—
:— ¡Sí!
¡Sí! ¡Ahí
¡Ahí es
está
tá!! ( Abraza frenéticamente a su hermano) ¡El
Abraza frenéticamente
alcalde! ¡A nosotros! ¡A nosotros, hermano mío!...
ACIDAL
ACID AL,, tras una reflexión se serena y trata ya de entrever las posibles
consecuencias de tal invitación:— ¡Hum!... ¡Carajo!... ¡creo que de esta fecha,
nos hemos salvado!... ¡Salvado, carajo!
ACIDAL:— ¿Por qué? ¡Pero porque dice que es para la una de la tarde! ¡Ya
no tenemos tiempo!
tiempo! Habrá que contestar
contestar antes de ir? ¿Cómo se hace en estos
casos?
CORDEL:— Tendrás que ir sólo tú, porque tengo que cuidar la tienda. Ya
puedes ir vistiéndote.
ACIDAL:— Y ¿tú? ¿Por qué no vas a ir tú, que eres más listo y sabes
CORDEL:— Pero tú eres el mayor. Van a decir que somos unos brutos, que
ignoramos urbanidad. Entre la gente decente, es el mayor de los hermanos que
va siempre, cuando no pueden ir los dos.
CORDEL
COR DEL;; a Acidal :—
:— ¡No es hora de vender! ( A la india) No hay azúcar.
Vuelve mañana... ( A
A Acidal ) Cierra la puerta. Tienes que vestirte. ( La india ha
salido y Cordel cierra la puerta de la calle, de golpe) ¡Qué ventas ni ventas!
¡Con el almuerzo del alcalde, vas a ver! ¡Vas a ver: relaciones, negocios,
dinero, todo! Así se comienza siempre. ¡Vistete! Ponte el saco azul y el cuello
duro.
ACIDAL:— Pero mejor sería que vayas tú, Cordel. Tú eres más simpático,
más buenmozo. Además,
Además, a mí me duelen los zapatos...
CORDEL
CORD EL,, sacando de un baúl la ropa para su hermano:— Déja Déjate
te de
cojudeces y vístete. ¿Dónde están los zapatos, para verlos? ¿Dónde está la
camisa rosada con pintas verdes? ¿Está limpia?
l impia?
ACIDAL:— ¡Anda, tú, Cordel! Mira que tú sabes mejor que yo andar con
zapatos. A mí me hacen doler el dedo chico horriblemente.
hor riblemente.
CORDEL
CORD EL,, furioso, arroja la ropa otra vez al baúl :—
: — ¡Esto es de no te
muevas! ¡Vamos a perder por tu culpa la única ocasión; y que nos cae de las
manos de Dios, de entrar en la buena sociedad!
CORDEL:— ¿Dónde hay papel de carta, del bueno, para contestar la tarjeta y
enviar la respuesta, antes de la hora del almuerzo?
ACIDAL
ACID AL,, sacando papel de un cajón:— Aquí hay. ¿Se contesta así las
invitaciones? Me parece que es después de comer que se agradece.
CORDEL, impaciente:— ¡Ya ¡Ya son las doce y media! ¡Qué mosaico ni mosaico!
¡A qué hora vas a vestirte!
vest irte!
ACIDAL
ACID AL,, que ha encontrado la página modelo:— ¿No ves? Aquí está.
¡Estupendo! (Se pone a copiar el modelo) El caso es exactamente igual.
(Cordel, entre tanta, cepilla la ropa y limpia los zapatos apuradamente .
repente, contrariado, los ojos fijos en la página del mosaico ) ¡Qué
Acidal, de repente,
vaina! ¡Carajo!...
ACIDAL, volviendo a escribir :—:— Lo que debe decir ahí es: honra... "Tenemos
la honra de agradecer a usted", ¿No te parece que la palabra en que se han
cagado, los ratones es "honra"? ¡Mira bien!
CORDEL, volviendo a mirar la página:— Creo que sí... Sí, sí. Además, ¿qué
otra palabra podría ser? ( Lee
Lee) "Tenemos la...
CORDEL:— "honra", no cabe duda, No puede ser la gloria" o "la alegría" o...
la..."
Apúrate no más. ¿Te has afeitado? ( Le mira bien la cara) Bueno,
CORDEL:— Apúrate
menos mal. Tienes que peinarte. (Va a traer el peine y se acerca a peinar a su
herm
herman
ano,
o, mien
mientr
tras
as éste
éste escr
escrib
ibee con
con sumo
sumo esme
esmerro la ca rtaa). ¡E
cart ¡Ell ti
tiem
empo
po
vuela!... No muevas la cabeza.
ACIDAL, la cabeza rigurosamente inmóvil, agachado:— ¿Cómo se escribe
"honra"?
ACIDAL:— Ya sé, pero ¿con una o dos erres? (Silabea, martillando sobre la
"re de "honra") Hon-rrra!... Después de n, con una sola erre, me parece.
Ooon-rrra... Si. ( Reanuda redacción)
Reanuda su redacción
CORDEL:— Onra se escribe con una sola erre, desde luego, pero ponle dos o
tres, para que no vayan, a pensar que es por miseria… Te he dicho que no
muevas la cabeza.
Sub-Prefecto, los doctores y toda la crema de Colca!... Y así son las cosas:
bastará que te vean una sola vez en la mesa del Alcalde, para que los demás
aristócratas empiecen también a invitarnos: el juez, el médico y hasta el
mism
mi smoo di
dipu
puta
tado
do,, cuan
cuando
do sasalg
lgaa eleg
elegid
idoo Saru
Saruño
ño...... (Un
Unaa ri
risa
sa in
inef
efable)
able
¡Ayayayaya!... De este almuerzo depende nuestra suerte… El secreto está en
entrar en la buena sociedad... De esto estoy convencido... El resto vendrá por
su propio peso: la fortuna, los honores... ¡Oh qué grande es la bondad del
Creador! ¡Cómo le ha tocado el corazón al alcalde para que nos invite a
nosotros, pobrecitos, que el viejo Tuco quiere demandar y echar a la cárcel,
por sus 47 soles que le debemos!... (Contemplando una vez más la tarjeta) ¡Lo
veo y no lo puedo creer!
CORDEL:— Voy a ver al Cholo Fidel que está aquí, al lado... Tú, mientras
tanto, ¡vístete a las voladas! ( Toma el sobre y sale al trote ) Ahí, tienes la ropa.
ACIDA
ACID AL:
L:—
— Pero
Pero,, ¡o
¡oye
ye!! ¡No
¡No voy al al almu
muer
erzo
zo!! Irás tú.... (Co
Irás tú Corrdel
del ya
desaparecido. Acidal, a solas, examina la ropa, como un condenado que
contempla el aparato, de su ejecución) ¡Coche de mierda!... ¡Siempre quiere
que yo sea el que me joda!... (Se desabotona el chaquetón para cambiarse de
traje, mas luego se rebela, furioso) ¡Ahora es cuando no he de ir!... ¡Que vaya
él!... ¡Que se vista él!... ¡Que no me joda a mí... ( Se deja caer sobre un cajón,
apoyando la frente en ambas manos. Después alza los ojos y considera los
acerca, los toca para verlos bien) ¡Claro! Un calzado comprado
zapatos. Se acerca,
para dos no es para ninguno!... ( Luego
Luego se mira seriamente, de pies a cabeza,
y medita. Da unos pasos majestuosos: gira solemnemente sobre sus talones;
vuelve
vue lve con arroga
arroganci
nciaa la cabeza
cabeza;; mira
mira con dignid
dignidad;
ad; parpad
parpadea;ea; queda
queda
soñador; se pone las manos en los bolsillos de ambos lados del chaquetón,
cimbrándose hacia atrás; murmura unas palabras cortesanas, puliéndose )
Si... ya lo creo... Lo comprendo perfectísimamente... ( Volviendo bruscamente
la cara a otro lado, fino y galante) ¿Decía usted, señorita?... Quizá... Es muy
posible... En las tardes. Cuando el sol se aleja tras de los montes... ¿Cree
usted?. ¿De veras?... (Se queda pensando. Una queja se escapa de sus labios )
¡No voy! ¡No voy! ¡No puedo ir! ¡No puedo!... (Una mezcla mezcla de angustia
angustia y de
terror le posee)
(CO
CORDRDEL
EL,
Acidal
Acidal , que
está vuelve
sentado corriendo
sobre :— la¿Y?
su cajón, ¿Qué
cara cosa?
oculta ¿Todavía
en ambas sin) vestir?...
manos ¡No seas
CORDEL
CORD EL,, sin oír :—
:— Trata
rata de acer
acerca
cart
rtee cu
cuan
anto
to pued
puedas
as al su
sub-
b-pre
prefe
fect
cto.
o.
Acuérdate de la Chepa y del viejo Tuco...
CORDEL, preci
precipitándose, sombrero:— ¿Dónde se pone la servilleta,
pitándose, trae el sombrero
cuando se come? ¿Te acuerdas dónde se pone?
ACIDA
ACID AL, nenerv
rvio
iosí
sísi
simo
mo,, tran
transp
spir
iran
ando
do a chor
chorrros y má
máss colo
colora
rado
do que
que de
ordinario:— ¿La Servilleta?... Se la tiene en la mano. Digo... Me equivoco: en
la derecha.
ACIDAL, sin atreverse
atreverse a moverse de su sitio:— Ya... En el pecho... Me voy...
ACIDA
ACID AL, ya en la puerta, con dolorosa
dolorosa resignación
resignación:— Sí..
Sí.... Así
Así anda
andass
siempre diciendo. Hasta luego.
CORDEL:— Espérate. Sería bueno que te ensayes un poco para que sepas
bien lo que has de hacer
hacer.. A ver: anda, como si entraras a la casa del alcalde.
Cami
Ca mina
na,, Avanz
vanza,
a, ¡C
¡Con
on totoda
da dign
dignid
idad
ad!! ¡Der
¡Derec echi
hito
to!.
!..... ( Acidal
Acidal ejecuta el
movimiento como dice Cordel ) Así. Así... Puedes poner una mano en el
bolsillo del pantalón. La izquierda... Eso es... No, la metas demasiado en el
bolsillo. Dicen que eso no es limpio... Di: "Buenas tardes, caballeros".
"Buenas tardes, señora". A ver: suponte que te encuentras en el patio con un
sirviente. Yo soy el sirviente. Y yo te saludo... ( Cordel saluda a Acidal, con un
infinito respeto) "Buenas tardes, patroncito. Y tú, ¿cómo vas a contestar?
Respóndeme... ( Repite
Repite el saludo) "Buenas tardes, pues, taita".
ACIDAL, sobreponi
sobreponiéndose
éndose al dolor, heroísmo:— ¡Oh, espantosamente!
dolor, con heroísmo
Pero, ¡carajo! prefiero los zapatos al badilejo. O a tener que ir a la cárcel, por
los 47 soles del viejo Tuco. ( Sale rápidamente, cojeando)
TELÓN
Cuadro Segundo
Una tarde en el gran bazar de los hermanos Colacho, en las minas de oro de
Cotaroa, de la provincia de Taque.
Taque.
Cordel, vestido contra el frío, como los demás personajes de éste y del cuadro
cuarto, aparece de perfil, primer plano, detrás del mostrador, sentado, en una
oficina
oficina pequeña
pequeña pero confortable
confortable y hasta elegante.
elegante. Está hojeando
hojeando unos libros
libros
de contabilidad,
contabilidad, con títulos dorados sobre fondo rojo. Su traje y sus modales
indican que ha dejado, al fin, de ser un obrero, para con vestirse en patrón.
Pero, en el fondo, bajo su cáscara patronal, conserva el tuétano del peón.
Un poco más allá, también detrás del mostrador, lava un lote de botellas Novo,
hijo
hijo de Acida
Aci
huérfano. dal,
A la l, de unos
unOrocio,
derecha, os diez
diez elaños
añdependiente
os,, flac
flacuc
uche
hent
nto,
—30o, años—
ti
timo
morat
rato
o y humilde
muy con
con cara
carapero
de
muy activo, sacude y arregla tejidos y paquetes en las casillas.
CORDEL, bruscamente a Novo:— Dame una de las botellas que has lavado.
( Novo,
Novo, por apurarse, produce
produce un choque entre las botellas y dos o tres se
rompen. Cordel, furibundo, se lanza sobre él ) ¡Carajo! ¿Qué tienes en las
manos, animal?...
todo! (Con ( Novo,
los puños Novo, aterrado,
cerrados, da un traspié
traspi
amenazador é) molería
) ¡Te ¡No sabes
lasmás que romperlo
costillas! ¡Recoja
CORDEL:— Hoy,
Hoy, me traes catorce. El precio lo veremos después.
CORDEL:— ¿Y dices que quieres saber cuántos huevos me has traído por
todo?
CORDEL:—
PresentándoleNoelme
( Presentándole agradezcas,
papel vieja.de
con las cifras Yo
Yolanooperación
hago sinooperada,
cumplir bien
con mi deber.
cerca de
LA SORA:— ¿Qué me enseñas, pues, taita, tus escrituras? ¡Si Dios hubiera
querido que yo conozca números!...
CORDEL
CORD EL,, palmeándole en el hombro
hombro:— ¡Ah, buenamoza Rimalda! ¿Qué
quieres llevar del bazar? ,¿Tu tocuyo? ¿Tu sal? ¿Tu jabón?
LA SORA:— Así
Así será, pues, taita.
CORDEL:— Y no
no dejes de seguir trayéndome tus huevos, todas las semanas.
CORDEL:— ¿Cuántos paquetes han venido en cada cajón? Dímelos uno por
uno, antes de sumarlos.
OROCIO, consultando sus apuntes:— En el uno han venido 25, en el otro 15,
en el otro 17, en el otro 26 y en el otro 24.
CORDEL, tomando él mismo el lápiz para hacer la operación:— ¡Ah, sí, si!...
¡Ya, ya!... ¡Yo conozco a mi gente! (Una risita zumbona)
OROCIO:— Yo
Yo no he llevado nunca nada de su casa...
CORDEL, violento:— ¡Yo sí, por supuesto! ¡Pero soy el dueño del bazar y no
sólo puedo llevarme 2, sino todos los paquetes de los cinco cajones! ¿Qué
cosa?... ¡Hase visto!
MR. TENEDY,
TENEDY, gerent
gerentee de la "Quivilca Corporation", entra, fumando una
gran pipa y dice seco y autoritario, en un español britanizado y esquemático:
— Don Cordel, buenas tardes...
tardes...
MR. TENE
MR. TENEDYDY,, desde la puerta del bazar, dirigiéndose a alguien que el
público no ve:— ¿Quién va por ahí cantando? ¡Eah!... ¡Ese!... ¡Pcht! ¡Pcht!...
(Se oye en efecto, un tanto distante, un canto indígena, entonado por un
hombre. Cordel permanece en silencio y a la resguardia del yanqui, atento a
lo que hace y dice Mr.
Mr. Tenedy
Tenedy,, quien se vuelve a la derecha de la rua y da una
orden) ¡Gendarme!... ¡Usted!... ¡Gendarme!...
MR. TENEDY:— ¿Usted oye, desde luego, ese canto que se aleja en el
campamento?
MR. TENEDY:— Hace muchos días que ese peón anda cantando aires de
Colea. Es señas que extraña su familia y tiene pena de su tierra. Uno de estos
días puede mandarse mudar. Vigílelo. Usted me responde de él. ( Mr Mr.. Tenedy,
enedy,
DON
mismo.CORDEL:— Mr. Tenedy,
En el acto. Aunque, comovoyusted
a dirigirme porTenedy,
sabe, Mr. telégrafo
losa indios
Acidal.yaHoy
no
quieren venir.
venir. Dicen que es muy lejos. Quieren mejores salarios, el entusiasmo
del comienzo ha desaparecido...
MR. TENEDY:— Lo sé. Pero ¿y el sub-prefecto qué hace? ¿Para qué sirven
sus gendarmes? Don Cordel, ya estoy cansado de estos chismes. La empresa
necesita 50 peones y ustedes me los ponen aquí, antes de fin de mes, sea como
fuese.
CORDEL:— Mr. Tenedy, se hará por supuesto lo que se pueda, todo lo que se
pueda...
MR, TENEDY
TENEDY, con un gesto de impaciencia:— No me diga usted eso, don
Cordel
Cordel.. Todo lo posibl
posible,
e, no signif
signific
icaa nad
nada.
a. Dígame
Dígame categó
categóric
ricame
amente
nte que
vendrán esos peones. Es urgente. Impostergable.
MR. TENEDY:—
TENEDY:— 50. Ni uno menos.
MR. TENEDY, las manos para irse:— Eso es. Bien. ¿Ninguna novedad por
aquí?
MR. TENEDY:—
TENEDY:— Hasta luego, don Cordel.
CORDEL:— Hasta luego, Mr. Tenedy. ( Mr. Mr. Tenedy
enedy,, al salir,
salir, se cruza en la
puerta con un sora joven, airee enfermizo)
joven, frágil y de air
MR. TENEDY, que ha vuelto sobre sus pasos hacia el centro de la tienda :—
¡Granuja! ¡Eres uno de los prófugos! ¿De dónde vienes ahora? ¿Cuándo has
vuelto? ¡Levántate y responde!
EL SOR
SORA,A, levantándose, con voz imperceptible, sin atreverse a alzar la
cabe
cabeza
za,, si
sinn somb
sombrrero,
ero, los
los braz
brazos
os,, cruz
cruzad
ados
os:— ¡Per
¡Perdo
dona
na,, pues
pues,, ta
tait
ita!
a!
¡Enfermo! ¡Las espaldas! ¡No me he ido! ¡Las espaldas!
CORDEL
CORD EL,, sigue golpeando con la punta del pie la cabeza del sora:—
¡Levanta, te digo! ¡Contesta, Huacho!
MR. TENEDY:—
TENEDY:— Este bribón huyó, hace mes y medio, con siete más.
EL COMIS
COMISAR ARIOIO,, qui
quien
en pasaba surge:— ¿Qué
pasaba,, surge ¿Qué su
suce
cede
de aquí
aquí?? ¡Ah,
¡Ah, Mr.
Mr.
Tenedy! Buenas tardes... ( Ha
Ha sujetado de inmediato al sora por su brazo y
Cordel por el otro)
EL SORA temblando, los ojos fijos en Tenedy:— ¡El taita! ¡El taita!
MR. TENEDY,
compañeros al comisario
de fuga. :— Que
Si no declara, declare
déjele en laen el cepo,
barra hasta donde están
mañana. ( Or ya susy
Ordena
dena
sale)
CORDEL:— Por terror al gringo. Apenas lo divisan que todo los soras se
ponen a temblar y se echan a correr sin control posible. (Una pareja
pareja de soras
se asoman a la puerta y penetran al bazar )
EL HOMBR
HOMBRE E Y LA MUJE R, quitándose el sombrero y con humildad :—
MUJER, :—
Taita, buenas tardes.
CORDEL, con vivo interés:— ¡Hola, muchachos! ¿Al fin sé decidieron? ( A
A
Baldazari) Perdone, por favor, comisario, un momentito.
EL COMISARIO, pasando al mostrador,
mostrador, a servirse a sí mismo una copa de
whisky y hablando del sora a quien acaban de llevarse los gendarmes :— ¡Ha
visto usted como se hacía el motolito
m otolito el muy pendejo!
CORDEL, a los dos soras:— ¡Adelante! ¡Pasen; pasen! ¡Entren de una vez!
qué bonito
bonito!..
gallinas !....sombrero
con ¡Miren
¡Miren!..
!....que
( El
Elhay
comisario toma su whisky
aquí pintadas?... ) ¿Ven ustedes
( El comisario las
lanza una
carcajada que él reprime al momento. El propio Orocio hace esfuerzo para
mantener la hilaridad. Cordel le dice, aparte, furibundo ) ¡Carajo! ¡como te
rías!
LOS DOS SORAS consideran maravillados las garrafas:—. ¡Ay, taita, qué
bonito!...
CORDEL:— ¿No son, bonitas de verdad? En esta otra, más grande, hay unos
árboles de oro, con gendarmes en las hojas. ¡Miren lo que es achalay!... ( El
comisario ríe a escondidas. Como los soras no se atreven a tocar las
Cordel les dice) ¡Agárrenlas sin miedo!... (Pone una en manos del
garrafas, Cordel
sora) ¡Toma, te digo! ¡Agárrala de aquí! ¡Así!...
EL HOMB
HOMBRE RE,, con la garrafa en las manos, inmóvil :—
:— ¡Espérate, pues,
taita!... No te apures...
CORDEL:— ¿Ya ven que no pasa nada? ¿Qué dicen ahora? ¿Les gusta ésa
que tienen ahí? ¿O quieren otra?
EL COMISA
COMISARIO RIO,, fingiéndose escandalizado de la largueza
largueza de Cordel,
Cordel, se
opone:— Pero, don Cordel, ¿va usted a darles un garrafa azul por un simple
terreno de trigo? ¡Está usted loco!
CORDEL:— Acabaré,
Acabaré, comisario, quedándome sin nada... ¡Qué más da! ( A
A los
boquiabiertos). ¿Qué dicen ustedes? ¿Aceptado?
soras, que permanecen boquiabiertos
EL SORA, emocionado:— Taita, pues... ¡qué te diré!
CORDEL:— Tengo
Tengo otra, comisario, en la trastienda.
EL COMISARIO:—
COMISARIO:— ¡No diga!
diga! ¿De veras tiene
tiene usted
usted otra? ¿En la trastienda,
trastienda,
dice usted?
EL COMI
COMISA
SARI
RIO,
O, a los soras:— Pues, entonces, ¡ahí la tienen ustedes!
Llévensela, muchachos.
CORDEL:— Claro: yo sé perfectamente que en el negocio, yo soy quien
pierde plata. Orocio, envuelve esta garrafa... ( Al
Al comisario) Así es la vida.
¡Qué quiere usted!
CORDEL:— Anoche,
Anoche, soñé huevos: ¡para robo!
EL COMISA
COMISARIORIO,, aparte, a Cordel : ¡Pellízqueme, compadre: ya no puedo
más! (Y, en efecto, lanza una carcajada incontenible. Los soras dan un
traspié, espantados y se persignan. Orocio, envolviendo la garrafa, ahoga
también otra risotada)
CORDEL:— Apúrate,
CORDEL:— Apúrate, Orodio.
Orodio. Una garrafa espléndida
espléndida,, que sólo los patrones
patrones
tienen en su casa. ¿No es verdad comisario?
CORDEL
CORD EL:—
:— ¡Ah,
¡Ah, tambi
también
én loloss obis
obispo
pos,
s, desd
desdee lu
lueg
ego!
o! Pero
Pero lo
loss obis
obispo
pos,
s,
comisario, los obispos son los obispos...
OROC
OROCIO
IO:—
:— Aquí
Aquí est
está,
á, ppat
atró
rón,
n, llaa ga
garra
rrafa
fa.. _
CORDEL
CORD EL,, tomando la garrafa para dársela a su turno al sora :—. Toma,
chol
cholaz
azo,
o, tu garra
garrafa
fa.. ¡A
¡Agá
gárra
rrala
la bien
bien fuer
fuerte
te!! ¡Con
¡Con cuid
cuidad
ado!
o!.. No vaya
vayass a
soltarla...
EL HOMB
HOMBRE RE,, tomando el objeto en ambas manos, con gran cuidado :–
Taita... Dios te lo pague. ( Después
Después lo levanta a la altura de sus ojos y así lo
lleva, como un sacerdote la hostia consagrada)
EL. COMISARIO:– ¡Mira bien dónde pones las patas, para no tropezarte!
EL COMISARIO:– Vaya usted a ver eso. ¡Una garrafa azul por una chacra de
trigo! ¡Ayayay, carajo!...
CORDEL
CORD EL,, parando de pronto
pronto al sora:– ¿Cuá
¿Cuánd
ndoo me hace
hacess entr
entreg
egaa del
del
terreno?
EL HOMBRE:– Agárralo,
Agárralo, pues, taita; cuando te parezca.
CORDEL, mirando en dirección indicada:– ¡Sí, si, si!... ¡Ahí va!... Ya lo veo...
EL COMI
CO
¡Para losMISA
SARI
RIO
sapos O empina
que de un sorbo
son cutulos!... ( Cordelsusigue
copacon
y sale unos:–¡Carajo!
corriendo
la mirada instantes
al comisario. Permanece luego pensativo. Se vuelve al dependiente que sigue
arreglando
arregla ndo y sacudiendo las mercad erías) ¡Orocio!
mercaderías
OROCIO:— Patrón...
CORDEL: – Venga usted acá.
OROCIO:– Adentro,
Adentro, en el depósito, patrón.
CORDEL
CORD EL,, severo y en voz baja, para no ser oído de Novo:– ¿Por qué te
encaprichas en dar el mal ejemplo a mi sobrino?
CORDEL:– ¿Qué has hecho, hace un momento, con la suma de los fósforos?
OROCIO:– Patrón, sólo era para la suma. Porque así se dice, siempre.
CORDEL:— ¡No, señor! Te digo que por ningún motivo. ¿Me has oído? ¡Me
parece que hablo castellano!
castellano!
OROCIO:– Bien, patrón. No volveré a hacerlo.
CORDEL:— ¡Jamás! ¡Que, eso no se repita! Cuando Novo está aquí y tengas
que hacer una suma en su presencia, no hay que cantar en alta voz la
operación. Hay que hacerla mentalmente o hay que esconderse para hacerla.
Novo no sabe sumar, ni entiende nada de las palabras que se dicen al sumar.
sumar.
Lo único que él oye es que tú te llevas los paquetes, y el resto no comprende.
OROCIO:— Patrón, ¿y cuando usted me ordena que haga la suma en alta voz
bien fuerte?
NOVO:— Sí, tío. ( Sale al vuelo. Cordel hojea un libro de cuentas y luego, a
Orocio) Mira en tu libreta cuántos indios murieron en las minas en el mes
pasado y cuántos huyeron.
huyeron.
CORDEL:— Mr. Tenedy quiere 50., Yo no creo que la cifra sea exacta.
CORDEL,
mes pensativo:— Sí... Más o menos, es el número; 50... ¡Hom!... ¿Y el
anterior?
MR. TENEDY,
TENEDY, vuelve al bazar, de buen humor :—
:— Don Cordel, deme usted un
whisky, hágame el favor.
MR. TENEDY:—
TENEDY:— Los gendarmes acaban de coger a doce soras.
MR. TENEDY:— Han declarado que gran número de los otros prófugos anda
por aquí cerca, en Parahuac. ¡Salud!
MR. TENEDY:
TENEDY: Esta misma
m isma noche van a salir los gendarmes a buscarlos.
CORDEL:— Acabo
Acabo de mandar justamente un telegrama a mi hermano.
MR. TENEDY:—
TENEDY:— ¿Cómo se porta con ustedes en Colca el sub-prefecto Luna?
llág
llágam
amee el favo
favorr de cont
contes
esta
tarm
rmee la verd
verdad
ad.. ¿Les
¿Les pres
presta
ta la
lass faci
facili
lida
dade
dess
necesarias para el enganche de peones? ¿Qué le escribe don Acidal?
CORDEL:— El sub-prefecto
está del todo satisfecho es completamente
de su apoyo. Sinceramente,nuestro, Mr. Tenedy. Acidal
Mr. Tenedy.
MR. TENEDY:—
TENEDY:— ¿Entonces, su hermano podrá ponernos aquí, antes del 30,
los 50 peones que necesitamos?
CORDEL:— Seguro, Mr. Tenedy. (A una sora que entra) Anda por la otra
puerta. ¡Orocio! Atienda a esa mujer.
mujer.
MR. TENEDY,
la candidatura detono va aMire
íntimo:—
su hermano usted,
tropezar condon Cordel...
muchas se me ocurre que
dificultades... que
MR.don
que TENEDY:—
Acidal sea Además...
diputado? ¡Diputado!... ¿Qué ganaría nuestra empresa con
MR. TENEDY,
TENEDY
importantes, , pensativo:—
don Cordel, muyLos intereses de nuestro sindicato son demasiado
fuertes...
CORDEL, so
sonr
nrie
iend
ndo,
o, sin
si n comp
co mpren
rende
der:
r:—— Mr. Tenedy, yo... La política...
MR.
lejos. TENEDY, inter
interrumpi
rumpiendo:— ¡No se apure! Aquello está todavía
endo:—
MR. TENEDY:—
TENEDY:— Ya Ya veremos. Los negocios, don Cordel, son los negocios. Y
usted, antes de todo, es un hombre de negocios.
MR. TENEDY,
TENEDY, de la puerta:— ¡Mr. Edison, don Cordel, muy interesante!
Buenas tardes. (Sale)
CORDEL
CORDEL:—
:— Buenas
Buenas tardes
tardes.. Mr.
Mr. Tenedy
enedy.. (Una vez
vez sol
oloo, para
ara sí,
int r i g a d o ) ¿ E n l a p o líti
líticc a yo?
yo? ..
.... ¿Di
¿Di put
put ado?
ado?..
.... ¿ A lc
lcal
aldd e?..
e?....
¿Senador?... (Ríe burlonamente) El gringo está whiskeado hasta el cu-
lito...
TELON
Cuadro Tercero
ACIDAL, pas paseá
eándo
ndose
se,, preocup
preo cupado
ado,, a Zaval a:— Usted cree entonces que
Zav ala:—
sin leer libros no se puede ser persona decente, en fin, persona buena para
la sociedad, la política, la diplomacia? Etc.
ZAVALA:— Una vez, estaba por entonces en París, entré en casa del
senador francés Félix Potin. ¿Qué montaña de libras! ¿Y sabe usted quién
quién
era Félix Pontin? Un industrial enriquecido, corno usted, con bodegas, y tan
conocido y admirado en París como el Presidente de la República, Maurice
Chevalier o Fernandel. ¡Nada menos! Pero, pues, claro, ¡leyendo libros!
ACIDAL, so
soña
ñado
dorr y si
siem
empre
pre preoc
pre ocup
upad
ado:
o:—— Ah..
Ah .... Vea usted eso... ¡Es
ACIDAL:— ¡Pero claro que no! ¿Cuándo? Podría leer uno, dos, ¡cuántos
más! Vivo muy atareado.
ACIDAL:— Es Cordel, más bien, quien desde chico era más listo que yo
para
pr
primeestas
ro al cosas.
imero que yoMe
as acuerdo
asist
istí ent re que
í entre gen tepara
gente decirente—,
decent ae—,
un almuerzo delonce
de eso hace alcald
alc alde
e —el
años, fue
f ue
ZAVALA:— Sin duda, con esta Urbanidad, bien aprendida ya puede uno
desenvolvers
desenvolverse e en sociedad y hasta
el Palacio presidencial. has ta en la Cámara
Cá mara de Diputa
Dip utado
dos,
s, y hast
hastaa en
en
ACIDAL, re regoci
gocijado:— ¡Pero desde luego! ¿No le parece a usted? (A
jado:—
Taya) Llévate el mantel. (Llaman compradores del bazar y Taya va a
atenderlos)
ACIDAL
ACID AL:—:— Quie
Quieroro deci
decirr qu
que.
e...
.. sisien
ento
to qu
quee he naci
nacido
do para
para ho
homb
mbre
re
públ
pú blic
ico.
o. ¿Est
¿E stáá bien
bi en dich
di cho?
o? (Zava
(Zavala respuesta) ¿O se dice,
la medita en la respuesta)
quién sabe: "creo haber nacido"?
LA VOZ DE TAYA del bazar:— bazar:— Para dar más luz, don Acidal ¿de qué
lado se da vuelta el tornillo de la lámpara?
ZAVALA:— Le decía que me parece que usted, no ha nacido para esta vida
mísera de Colca y que su destino está más lejos y más alto.
ZAVALA:— Sin eso, en efecto, será muy difícil que su hermano triunfe
en los negocios.
ACIDAL, gest
tiempo. gestoo despec
des pectiv o:— Palabras corrientes... que sé desde hace
tivo:—
TAYA, asasom
omán
ándo
dose
se a la puerta
puerta que
que da al baza
bazar:
r:—
— Don Acidal, un
momentito. Preguntan si tiene usted agua bendita por litros. (Za vala no
puede reprimir
reprimir un gesto de sorpresa)
sorpresa)
ACIDAL:— Es cosa, sabe usted, del párroco y del médico. ¡Allá, ellos!
Yo no soy sino un comisionista. (Volviendo atropelladamente a los temas
anteriores) ¿Qué estábamos hablando? ¡Esta muchacha de cuerno!...
ZAVALA:— Hablábamos...
ZAV Hablábamos... ¡Ah, sí! Decíamos
Decíamos que para triunfar
triunfar en el
mundo económico, para ser, en una palabra, un yanqui, el capítu
capí tulo
lo "En
"Entr
tree
gente de negocios", más un minimum de recortes de periódicos, con algunas
noticias de almanaque, basta, si no me equivoco, como base mundana y
cultural. Pero, eso sí, don Acidal, esta base es tan indispensable para su
hermano como sería indispensable para usted en su destino de hombre
pú
públ
blic
ico,
pequeño o, libro...
le
leer
er libr
li bros
os.. Pero
Pe ro,, en fin, hemos quedado por último que con este
ACIDAL:— ¿Ya sabrá usted que acabo de ser designado por la Junta
Conscriptora Militar para integrarla como vecino notable de Col-ca?
Col-ca?
ZAVALA:— ¡Muy bien dicho eso de "para integrarla", don Acidal! Va usted
progresando con una rapidez
rapidez extraordinaria, se lo asegu
aseguro.
ro.
ZAVALA,
ZAV ALA , confidencial:— ¿Quién visita a don Acidal? En fin, ¿quién habla
con él así, a menudo, como ya hablo con él, de Urbanidad y demás?
ACIDAL, vovolvi
lviend
endoo del ba
bazar
zar,, de mal
mal humor:
humor:—— ¡Indios pícaros! ¡Za-
marras! ¡Para eso me llaman a gritos!... (Taya se escurre hacia el bazar)
ZAV
ZAVALA:— Porque no sabrá usted, don Acidal,
Acidal, que los indios conocen
conoc en cosas
cosa s
maravillosas que nosotros
una cultura enigmáticas quedesconocemos totalmente.
nos parecen hasta Poseen
ridículos, pero,una ciencia
según diceny
los sabios, muy adelantadas y profundas. Precisamente, todo esto tiene usted
que conocer un poco, don Acidal, si ambiciona usted ser diputado el año
entrante...
ACIDAL:— Levita. Será la primera vez que lleve leva. Dejar a los
demás con un palmo
p almo de narices puesto que
q ue ninguno
ningun o de ellos
el los tien
tienee le
leva
va..
ZAV
ZAVALA:— Eso es. Así... Así... (Hace unas genuflexiones)
ACIDAL:— Le la
del mundo, es he inglesa,
oído decirporque
a Mr. Tenedy, una vez, que
los diplomáticos la mejorson
ingleses diplomacia
los que
mejor visten. Mr. Tenedy decía que eso era una vaina, porque los yanquis
visten muy mal.
yhermano
un granCordel llegue, más
diplomático, por su camino
pronto queeconómico, a sersiunbien
usted. Porque diplomático
es cierto
lo que decía Mr. Tenedy de los ingleses, no menos evidente es que los
yanquis, a punta de dólares, están llegando a imponerse en la diplomacia
internacional. ¿Me comprende?
ACIDAL, ye yend
ndoo direct
di rectam
amen
ente
te a lo inme
in medi
diat o:— Bueno: llegar antes que
ato:—
todos. Jaque...
ZAVALA:—
ZAV ALA:— MuchaMucha desi
desinvo
nvoltu
ltura.
ra. ¡Ah
¡Ah,, sí, mucha
mucha desi
desinvo
nvoltu
ltura!
ra! En la
palabra y en el gesto.
ACIDAL
ACID AL:—:— Díga
Dígame
me uste
ustedd ya las
las otra
otras.
s. Esta
Estass que
que uste
ustedd acab
acabaa de
decirme, las conozco más o menos. Dígame otras más importantes.
ACIDAL:— ¡No! ¿Es posible? (Inc (Incrédulo) ¿Palabras tan corrientes? ¡Si
rédulo)
son palabras que no dicen nada!...
ZAV
ZAVALA:— ¡Precisament
¡ Precisamente!
e! En la política y en la diplomacia,
diplomac ia, las palabr
palabras
as
vital importancia
import"Vox
operandi", ancia!
"Vox !populi
"Ad livitum",
livitum ", "Modus
vox dei", "Mod us vivendi",
"Sursumvivendi", "In
corda", "Sine qua non",
non"
partíbus in ,fidelius",
"Modus
"Requiescant in pace", etc.
e tc. Mañana, repasaremos todo esto.
esto.
ACIDAL, acaacarici
riciánd
ándose
ose el mentón :— En mi opinión, señores, el
mentón:—
servicio militar, en vez de ser obligatorio, debería ser... ¿Cómo era el
resto?
ZAVALA, inter
interrumpi
rumpiendo:
endo:—
— Otra verdad política y diplomática que
usted debe
público: en losaprender
discursos, desde
discursos, el fondoeldecomienzo de es
lo que se dice, su locarrera de hombre
de menos.
ACIDAL
ACID AL:—
:— Pero
Pero..
.... ¿Es
¿Es hoy
hoy que
que debí
debíaa veni
venir?
r?..
.... Que
Que agua
aguard
rdee un
momento.
ZAVALA.
hacer... disponiéndose a partir:— Bueno, don Acidal... Ya
disponiéndose Ya tiene
tien e que
qu e
ZAVALA:— Jaquette.
ZAV Jaquette. Mucha desinvoltura.
desinvoltura. Mucha mímica. Buena
voz. ¿A propósito, cómo van esos callos? ¡Los pies, importantísimo en
materia diplomática y política!
ACIDA
ACI DAL:—
L:— Mejor
Mejor.. Casi
Casi del todo
todo bien.
bien. ¿Y usted?
usted? ¿Cómo
¿Cómo va del
hígado?
¿Lo (Le ha tocado el bolsillo bajo de la izquierda del chaleco)
mismo?
ACIDAL, po
poni
nién
éndol
dolee unas
un as mone
mo neda
dass al bols
bo lsil
illo:
lo:—
— Para cigarrillos. Ma-
ñana, a comer conmigo, y, luego, el fin de "Los altos círculos políticos
y diplomáticos". Será la última lección.
ACIDAL:— ¡Ah, don Julio, ya se verá lo que se hace por usted, una
vez elegido yo diputado!
ZAVALA, sa
sali
lien
endo
do po
porr la puer
pu erta
ta del
de l baza
ba zar:
r:—— ¡Hombre!...
ACIDAL:— ¿Cómo va, don Rupe? Entre usted y siéntese. En esta silla
o en la que usted quiera.
ACIDAL, habl
hablándo
ándole cerca:— ¿Ha traído usted todo lo necesario?
le de cerca:—
¿No necesita usted nada? ¿Su cañazo? ¿Su coca? ¿O su tabaco?
ACIDAL, se
sent
ntán
ándo
dose
se frent
fre ntee a don Ru pe y en tono de enfermo a su
do n Rupe
médi
médico :— Mi
co:— Mire
re,, don
don Rupe
Rupe:: quie
quiero
ro que
que me di diga
ga uste
ustedd cómo
cómo ir irán
án
nuestros
nuestros negocios;
negocios; si van a prospera
prosperarr y si llegaremos
llegaremos al fin a realizar
realizar lo
que
me iráaspiramos
bien en ladesde haceytantos
política, años. le
si a Cordel Quiero
irá bienqueenmelosdiga usted si
negocios. Ena fin,
mí
quiero que me diga usted todo lo que pueda sobre nuestro porvenir.
(Don Rupe oye, agachado, mascando su coca) ¿Puede usted contestarme
a estas preguntas? Taya me ha dicho que usted contesta a todo lo que se le
pregunta. Por ese, le he hecho llam ll amar.
ar. A vever...
r... Refl
Re flex
exio
ione
ne...... Re
Refl
flex
exio
ione
ne,,
donn Rupe.
do Rupe..... (Pau
Pausa Acid Acidalal se pase
pasea,a, mira
mirand ndoo a don don Rupe Rupe queque
perm
pe rman
anec
ecee inmó
in móvi
vil,l, sent
se ntad
adoo como
com o un ciego
ci ego)) ¿Quiere usted tal vez que le
deje
de je solo
solo?? Pued
Puedoo sa salilirr al bazar
bazar un moment
momento.. o.... (do
(donn Rupe
Rupe guarguarda
si
sile
lenc
ncio
io.. Paus
Pa usa.
a. A cida
ci dall se pone
po ne a reme
re memo
morr ar lo loss hech
he choo s más
má s sa
sali
lien
ente
tess
de su vida,vida, momono
nolog logan ando
do con
con nost
nostal
algigiaa apac
apacib ible
le y melancólica)
Mocosos
pobres todavía,
pastores que nos
éram huim
hu
ér amosimos
....osnosde pega
os.. Aya
Ayavi
pe viri
bari.....el. Roto
gaba Ro toso
tait sos,
ta ita. ..s,y hamb
a... hahuimo
humbrie
rient
imossntos
os,
los,s unos
lo un
doos
dos,
s,
Cordel y yo, lejos, hasta Moliendo…
DON RUPE:— Nada. Pero déjame pues que me arme. (Sa (Saca
ca su checo
y se popone
ne a cale
ca lear.
ar. Paus
Pa usa,
a, dura
du rant
ntee la cucual
al Acid
Ac idal
al perm
pe rman
anec
ecee
pens
pe nsat
ativ
ivo,
o, preoc
pre ocup
upad
ado.
o. Lueg
Lu ego,
o, Don
Do n Rupe
Ru pe cesa
ce sa de ca
cale
lear,
ar, abst
ab stra
raíd
ído)
o)
Está difícil... No quiere...
ACIDAL, tími tímida
dame
ment
nte:
e:—
— ¿Qu
¿Quier
ieree mojarla? (Don
mojarla? Don Rupe
upe, por to
todda
respuesta, vuelve a calear nerviosamente)
ACIDAL, muy inquieto:— ¿Qué pasa? ¿Qué pasa, don Rupe? (El viejo
no responde
responde,, los ojos cerrados.
cerrados. Acidal da unos pasos, cada vez más
inqu
inquie
ieto
to.. Lueg
Luegoo se ac
acer
erca mesa y, ac
ca a la mesa acod
odán
ándo
dose
se sobr
sobre ella
ella,, hu
hund
ndee la
cabe
ca beza
za entr
entree las manoss y vuel
las mano vuelve
ve a monologa
monologarr como en sueños).
Apenas sabíamossoles
reunir cincuenta firmar y leer cien,
y después nuestros
día anombres... ¡Cuánto
día, centavo nos costó
por centavo,
centavo, con
DON RUPE:— Yo sabía que mi Taya era tu amiga y también del taita
Cordel.
dije!: sus Ella no me lo ha dicho sino mi coca. ¡Qué se hará, pues, me
patrones...
DON RUPE:— ¡Mi Taya está preñada, digo! ¡No lo niegues! ¡Mi coca
nunca miente!
ACIDAL am amena
enazad
zador: — ¡Don Rupe, don Rupe! no me venga con
or:—
historias. ¡No le he hecho venir a mi casa para que me salga con cuentos
de esta laya! ¿Qué significa eso? ¡Disparates! ¡Cojudeces! ¡Ideas que sólo
pasa
pa sann por
po r el magín
ma gín de los
lo s coque
coq uero
ros!
s!...... (Don Rupe saca checoo y
saca su chec
vuelve
vuel ve a masticar
masticar su coca
coca,, taciturn
taciturno.
o. Acidal, cam-' biando de tono,
vuelve a lo suyo) A ver, don Rupe. ¿Va usted al fin a contestarme lo que
le he preguntado o no?
RON RUPE, po pose seso :— Subes con diez bastones y te paras sobre una
so:—
pied
pi edra
ra ca
cans
nsad
ada.
a..... El tait
ta itaa Co
Cord
rdel
el tamb
ta mbié
iénn su
sube
be a la pi
pied
edra
ra...... ¡L
¡Los
os dos
caen, taita!
¡Ríos!... ¡Y Los brazos
vuelan se hacenpor
las cabezas ríos... ríos,vomitando
el aire, las piernas... ríos las
sangre, venas...
unas letras
negras y oro en polvo...
ZAVALA, in incr
crep
epan
ando
do a Ac
Acid
idal :— ¿Qué es esto, don Acidal? (Taya,
al:—
ll
llor
oran
ando
do,, le
leva
vant
ntaa a su p adr
adre del
del suelo) ¿C
suelo) ¿Cómo
ómo es posi
posibl
blee que
que
ustedes?...
TAYA, defendiendo a su pad re:— ¡Por mí, don Acidal!... Por favor,
padre:— fa vor, há
hágal
galoo
usted por mí!
DON RUPE:
DON RUPE:—
— ¡Dónd
¡Dóndee irán
irán qu
quee no pagu
paguen
en lo que
que han
han hech
hechoo con mi
Taya!
ACIDAL, le abof
abofet
etea :— ¡Si
ea:— ¡Sile
lenc
ncio
io,, te he di
dich
cho!
o! ¡Te
¡Te vo
voyy a mole
moler!
r!
(Zavala y Taya se interponen)
DON RUPE:— ¡Hijo de dos hermanos! ¡Será un monstruo mi nieto!
ZAVALA, to toman
mandodo del bra
brazo Acidal y lle
zo a Acidal lleván
vándol
doloo al bazar:— ¡Por
bazar:—
favor, don Acidal! ¡Cálmese! ¡Salgamos un poco afuera!...
ACIDAL, vol
volvie
viendo
ndo al pun
punto
to con Zavala:
Zavala:—— Dale su buena copa de
cañazo a tu padre que le pase el efecto de la coca, a ver si entra en
razón.
ZAVALA:
ZAV ALA:— — ¡Eso
¡Eso es!
es! Repó
Repóng
ngas
ase,
e, don
don Rupe
Rupe.. Mejo
Mejorr entr
entrar
ar en razó
razón.
n.
(Volviendo a despedirse) Don Acidal,
Acidal, domínese. Hasta
Has ta luego.
ACIDAL:— ¡Pero por supuesto, don Julio! Hasta mañana. (Vase Zavala
porr la puer
po pu erta
ta del
de l baza
ba zarr. Acid
Ac idal
al es
está
tá para
pa rado
do ante
an te don
do n Rupe
Ru pe que
qu e reci
re cibe
be
la copa de cañazo de las manos de su hija, cabizbajo, silencioso) ¡No
faltaría más! ¡Habríase visto! ¡Vamos, vamos!... (U (Unn tiempo
tiempo)) ¡Cómo me
duele la barriga! Taya, prepárame una taza de coca con chancaca, bien
caliente.
ACIDAL, sirv
si rvié
iénd
ndos
osee otra
ot ra copa
co pa de cañaz
cañ azo:
o:—— Eso, don Rupe, ya lo
creo...
¿Qué decía usted? ¡Ah, sí! El cura Trelles se rodó, con mula y todo,
quebradas abajo.
DON RUPE:— La mula, ¡Dios nos ampare!, (se persigna) era ña Ubalda,
su querida.
ACIDAL, paseándose, nervioso:—
nervioso:— Me da usted miedo, don Rupe.
DON RUPE:— Dicen que los sábados a medianoche, montaba en ella con
espuelas y freno de candelas y corría como loco por calles y caminos. ¡El
mismo diablo en traje de mujer!
ACIDAL, vo volv
lvie
iend
ndoo a serv
servir
irse
se otra
otra copa
copa:—
:— ¡La Ubalda en crin de
mula!... (Una risa forzada) ¡Qué hijares y qué ancas, don Rupe!...
DON RUPE:— No. Una noche, llegaron a Sonta S onta los montoneros. Ama
Amarraron
rraron a
ña Serapia y a sus hijas doncellas, y a machetazos les arrancaron las sortijas y
los brillantes con dedos y todo...
DON RUPE:— ¡Después, pasaron por sus cuerpos más de treinta monton
m ontoneros
eros!!
ACIDAL ¿Por
quizás... sentán
sen tándos
dose
qué e frente
no? fren te a don
Quizás... e:— Porque
Rupe:—
Rupotras
(Sirve en buena
copas) Todo cuenta...
es posible en
este mundo, don Rupe... ¡Tres años con la Taya! ¿Qué le parece?
ACIDAL:— ¿No está usted contento que yo la haya robado a los Chumango?
¿Qué sería de ella a estas horas?
DON RUPE:— Vaquera... Una vaquera...
ACIDAL co como
mo obse
observ
rvaa a Taya,
aya, al pasar:
pasar:—— ¿Qué tienes? ¿Otra vez
lágrimas?
ACIDAL:— Dirá lo que digo yo. ¡Déjese de chismes, don Rupe! Aquello
de... ¡Qué disparate! Tenga usted mi palabra de honor... (Le tiende la
mano
ma no queque don don Rupe Rupe de
deja
ja en el air
aire) Preñada... Quizás... Es muy
poss ib
po ible
le...... P ero.
er o..... ¿d
¿dee los
lo s dos?
do s? (V
(Vue
uelv
lvee lo
loss oj
ojos
os relumb
elumbran
rantes
tes de
alcohol y los pone en el montón informe que hace el cuerpo de Taya
en la ysombra
Taya som bra dequien,
a Acidal, un rincón
rinalcón.
. Don
cabo de Rupe observ
observaa , al
unos segundos
segundos, alte
llatern
llamarnat
ma ativ
livam
a laa amen
ente
sirv
sirviete
ient a)d
nta)
¡Taya!
DON RUPE:—
frío mis calzones.Será porsigue
(Taya ser pobre, china. Con razón, al anochecer, me dan
sollozando)
ACIDAL:— Taya,
Taya, di que no estás preñada. ¿Estás preñada?
TAYA, agachada:— Sí, don Acidal, estoy preñada.
DON RUPE sa ltaa y la toma furiosamente por el cuello:— ¿No sabes de
salt
quién es el hijo? ¡China caliente!
DON RUPE:— Los dos te habrán montado en una misma noche. Por
eso no lo sabes, ¡china puta! Por eso no lo sabes, ¡china puta!
TAYA:— Sí, taita. Los dos en la misma noche. ¡Qué voy a hacer!
ACIDAL, sal
salee por el patio:
pat io:—
— A esta hora ¿quién puede ser?... (Sus pasos
se pierden)
pierden)
TAYA:— Me parece
pa rece que de
d e tres.
tre s.
DON RUPE:— ¿Los dos saben que duermes con ellos dos?
DON RUPE, con odio profundo y misterioso:— ¡Las dos torres se caen
porr el su
po suel o!...... (Besando una cruz que él hace de sus dos de-
elo! de - dos,
sin
sinies
iestro) ¡Por
tro) en
de cascos ésta! ¡Acuérdate! (Ruido atropellado de pasos, de voces y
el patio)
TAYA, salien
saliendo
do a la puerta
pu erta del patio:—
pa tio:— ¡No! ¡Es don Cordel!
TAYA,
si
sigu en ha
guen ressalido
reson
onan
andoal, patio:—
do, conf
co nfus as.¡V
usas ¡Voy
oy,,ndon
. Do
Don RuAcidal!...
Acida
pe,, a l!...
Rupe so
sola (Los
las,
s, sa ca suy las
pasos
saca ch
checvoces
o y,
eco
si
sirv
rvié
iénd
ndos
osee de la agaguj
ujaa de su cale
ca lead
ador,
or, ar
arroj
rojaa en el di dint
ntel
el de ambas
am bas
puerta
pue rtas,
s, unos
uno s grano
gra noss de cal,
cal , hacien
hac iendo
do unos
uno s di
dibuj
bujosos cabal
cab alíst
ístico
icoss en el
aire. Don Cordel,
Cordel, en traje de viaje, entra, seguido de su hermano)
CORDEL, de desp
splo
lomá
mánd
ndos
ose:
e:—— Tenemos
enemos que hablar
hablar...
... ( f at ado y
atii g ado
ceñu
ce do)) ¡Qué barbaridad! (Don Rupe se desliza, casi arrastrándose
ñudo
como unpor
que sale ahí? y sa
animal sale
le al pati
pa tio.
o. Cord
Co rdel
el le ha adve
ad vert
rtid o) ¿Quién es ése
ido)
ACIDAL qu
quee se había
había olv
olvida
idado Rupe:— ¡Ah! El padre de la
do de don Rupe:—
Taya.
CORDEL:— Cierra las puertas, las dos, que nadie nos interrumpa.
ACIDAL:— Primero tómate una taza de cualquier cosa... Tienes que tomar
algo...
CORDEL,
Más paseán
pas
tarde, puedaeándos
dose,
ser... e, muy agitado:— Na
Nada
da por el mome
mo mento
nto,, te di
digo.
go.
ACIDAL, cer
cerran
rando
do la pue
puerta
rta del patio
patio y elev
elevan
ando
do la voz:— ¡Taya!
Estamos ocupados. No vengas.
ACIDAL con creciente ansiedad:— ¿No me digas que has peleado con
Mr. Tenedy?
ACIDAL que se ha detenido en una página del libro:— Veamos...eamos ... Aquí
está... Sí. Son 21,775 y 29 centavos de ganancias líquidas entre los dos
bazares, socorro de peones, arrieraje y transporte de metal.
CORDEL, pens
pensativ o:— 21,775 y 29 centavos... No es mucho... ¿Tienes
ativo:—
también ahí todos los demás balances, los anteriores?
ACIDAL:— Todos, no. Lo que recuerdo es que, a partir del año en que
acabamos de pagar
ningún semestre al Tuco, elhace
de aumentar de eso
capital 10 años,
lo menos no15hemos
en 40 dejado en
45% anual...
ACIDAL:— En fin, Cordel. ¿me vas a decir si o no lo que pasa con Mr.
Tenedy?
ACIDAL cl
clav
avad
adoo de es
estu
tupe
pefa
facc
cción, y sin compren
ión, com prender
der además
ade más:—
:—
CORDEL:— ¡A mí! ¿No oyes? ¡Es a mí que Mr. Tenedy quiere poner de
Presidente de la República!
ACIDAL:—
lo inesperado ¡Hombre, que dices!
de la noticia ¡No puede
mantiene ser! (Enenlasunréplicas
a Acidal que siguen,
tal aturdimiento
que no le permite tomar conciencia de la cumbre apoteósica a que Mr.
Tenedy pretende llevar a los Colacho. En cuanto a Cordel, la perspectiva
de la
l a Presidenc
Pres idencia
ia le
l e tiene
ti ene sumido
sumid o en un páni
pá nico
co abso
absoluluto
to))
CORDEL:—
la empresa nos ¡Noecharía
te apures! Terminó quitándonos
de Quivilca, Tenedy por decirme que, en
los bazares, el este
engacaso,
engancho
ncho
de los peones, el arrieraje y todo lo demás. "Usted, don Cordel —me dijo—,
es el hombre
hombre de mayor confian
confianza
za que tiene
tiene nuestro sindicato en este
es te país
p aís y es
usted el único
ún ico que
qu e puede
pue de tr
trabajar
abajar con nos
nosotros
otros en el gobier
gobierno
no para servir
servir a su
patria y a la mía..."
CORDEL:— Ni hablar...
ACIDAL
ACID AL:—
:— ¿Qué
¿Qué rest
resto?
o? ¿Los
¿Los disc
discur
urso
sos?
s? ¿Las
¿Las conv
conver
ersa
saci
cion
ones
es?? ¿Las
¿Las
recepciones con altos personajes? ¿Los sofás dorados?
CORDEL:— ¿De dónde voy a sacar qué decir, cómo pararme o voltear la
cara?
CORDEL:— ¿Es de este libro que me hablabas en tus cartas, que te dio
Zavala?
C ORDEL, br
reemplaces. brus
usca
Harécatodo
deci
delo
cisi
sión Tiene
ieness razó
ón::pueda...
que razón.
n. Le volv
volver
eréé a pedi
pedirr que
que me
TELON
Cuadro Cuarto
Cordel
Cord el y Mr.
Mr. Tened
enedyy apur
apuran
an unas
unas copa
copass de whis
whisky
ky.. Atmó
Atmósf
sfer
eraa
confidencial y de trascendencia.
MR. TENEDY:—
TENEDY:— En esta tarea, cuente usted con mi más decidido apoyo
apoyo y
la entera protección de nuestro sindicato.
MR. TENEDY:—
TENEDY:— Trate usted de llegar a lo más tardar el 29 por la noche
porque
por que el general
gene ral Otun
Otunaa le espera
esp era el día 30, para
par a presen
pre sentar
tarle
le a los demás
dem ás
jefes
jef es y of
oficia
iciales
les del mov
movimi
imient
entoo que luego,
lue go, podría
pod ríann a lo mejor ser
dispersados.
CORDEL:— Acidal lo tiene todo preparado en Taque para que pueda llegar
el sábado a lo sumo.
MR. TENEDY,
TENEDY, parando el oído a la calle:—
calle:— Ahí vienen, me parece. ¡Cuidado
con que nadie huela nada!
pat
p atee rnal
rn alme
ment
nte,
e, rode
ro dead
adoo resp
re spet
etuo
uoss ame
am e n t e. H um
umoo d e t a baco. Ambiente
de jarana)
MR.
reunirTENEDY:—
don Acidal. Todo depende del número de peones que haya podido
CORDEL, ag agit
itan
ando
do ruid
ruidos
osam
amen
ente
te el cach
cacho: — ¡Se
o:— ¡Señor
ñores!
es! ¡Al palio
palio!!
¿Quién manda? (Tira los dados y cuenta, señalando sucesivamente con
el dedo
dedo a los
los conter
contertulios)) Uno, dos, tres cuatro. (A Be
tulios Beni
nite s) Usted
tes)
manda, amigo mío.
BENITES, asom
asombrad o:— ¿A la Rosada? ¿Jugar al cacho a una mujer?
brado:—
¡No! ¡Eso no se hace! Juguemos una copa de champaña.
BENI
BENITE
TES
S DE UN GEST
GESTO
O RESU
RESUELTO tir
ELT iraa lo
loss dado
ados:
s:—
— Adentro a la
Rosada. ¡Trinidad!
VARIAS VOCES, leyendo en los dados:— Nad
Nada..
a.... Cero..
Cer o.... Mano
Man o virgen...
vir gen...
Ahora, usted, Mr. Tenedy.
MR. TENEDY,
TENEDY, tirando los dados:— ¡A la Rosada, con chupete!
MACHUCA, tom
tomand
andoo el cacho:— ¡Un momento, un momento para el
cacho:—
párroco!
VARIAS VOCES en tumulto:— ¡Ya para qué! ¡Se acabó! ¡Pero, has visto
qué bárbaro!
MACHUCA:— Colacho,
otros vuelven a llenar antes de tirar, agua para la caballada. (Cordel y
las copas).
MACHUCA:
MACHUCA:—
ancas así!... — ¡Quéesto,
(Dice buenaabriendo
chola
chola se va
losusted a comer
brazoscomer,
en ,círculo
comisario! ¡Tien
¡Tiene
y haci
haciendoe unas
endo un as
una
mueca golosa y repug
repugnante
nante de sensualidad)
TODOS:— ¡Por supuesto! ¡Por Mr. Tenedy! ¡Bravo, muchos bravos por Mr.
Tenedy!
MR. TENEDY:—
TENEDY:— ¡Gracias, mis amigos! (Beben)
MR. TENEDY:—
TENEDY:— ¡Eso, no,
n o, Baldazari! Es cosa ya ganada.
VARIAS VOCES:— ¡Ah, sí! ¡Sí, sí! ¡Los dos: Mr. Tenedy y el comisario!...
¡Adentro!...
uno y los
cada uno
cada los demá
demáss les odean)) Yo mand
les rodean ma ndo.
o. Lo mism
mismo:
o: tri
trinid
nidad
ad..
(Agita el cacho y tira los dados)
MR. TENEDY,
TENEDY, riendo:— Don Cordel, una copa de champaña.
CORDEL, sir
sirvie
viendo :— Lo que
ndo:— q ue usted quiera, Mr. Tenedy
Tenedy.. ¿Haré
¿Ha ré venir en
en el
acto a la Rosada? ¿Quél manda usted?
VARIAS
de culito! VOCES encontradas:— No, no...
no.. . Sí...
Sí. .. Ahora
Ah ora no...
no.. . ¡Sí.
¡Sí . Que venga
MR. TENEDY:—
TENEDY:— ¿Y usted cree, don Cordel, que ella va a venir si usted
usted la
hace llamar?
MR. TENEDY,
TENEDY, decidido:— Entonces, que la traigan.
VARIO
ARIOS:
S:—— ¡Per
¡Peroo por
por su
supu
pues
esto
to!! ¡Des
¡Desde
de lu
lueg
ego!
o! ¡Lo
¡Lo demá
demás,
s, coju
cojude
dece
ces!
s!
¡Vamos, que sí!
RUBIO:
RUBI O: — Los Los Esta
Estado
doss Unid
Unidos
os so
sonn verd
verdad
ader
eram
amen
ente
te un gr
gran
an pueb
pueblo
lo,,
generoso, idealista...
VARIOS, admirativos:— ¡Hombre, sí!... ¡Eso sí, amigo mío! ¡Es un país
enorme! ¡Una nación sin par!
EL COMISA
COMISARIO RIO:—
:— Las mejore
mejoress empresa
empresass minera
mineras,
s, los ferroca
ferrocarri
rriles
les,, las
expl
explot
otaci
acione
oness cauc
caucher
heras
as y azuc
azucare
areras
ras,, todo
todo se está
está hacie
haciend
ndoo aquí
aquí con
con
dólares...
O, ces
RUBIO,
RUBI cesand
andoo de cantar
cantar y de bailar
bailar, revólve
evólverr en mano, da unos
unos pasos
pas os
atrás, en frente de Machuca, con quien bailaba, le apunta en la
cabeza, diciéndole:— ¡Alto ahí! ¡Un momento! ¡Quédese parado! (Machuca
obedece. Los demás acuden y los rodean) ¿A qué no es usted hombre
de dejarme que le pegue un tiro en el borde
bor de de la orej
reja?
VARIOS:— ¡Qué cosa! ¡No, hombre! ¡Desde luego que no! ¡Está usted
loco! ¡Qué va hacer usted!
MR. TENEDY,
TENEDY, a Rubio:— Apague usted la vela, del primer tiro de revólver,
sin tocar a Machuca, por supuesto...
BENITE
ITES, tímidamente:— Pe
Pero
ro...... ¡cui
¡cuida
dado
do!! ¡Es
¡Es muy
muy impr
imprud
uden
ente
te,, Mr.
Mr.
Tenedy!...
RUBIO:— A que se la apago, Mr. Tenedy. ¡Del primer tiro! (U (Unana viva
ansiedad cruza por todos los semblantes. El candelero se bambolea
sobr
so bree la cabe
ca beza
za de Mach
Ma chuc
uca,
a, cuya
cu ya embr
em bria
iagu
guez
ez le impi
im pide
de per
pe r manecer
quieto
V O C E S de ang
angust ia y de re
ustia regocij
gocijo,
o, entremezc
entremezcladas
ladas:—:— ¡Machuca!...
¡Conteste, Machuca!... ¡Chambón!... ¡Qué barbaridad!... ¡Estúpido!...
(Alguien enciende luz y Ma Macc huca
hu ca apar
ap aree ce de pi
piee en s u mis
mi s mo sitio,
con una risa muda, lívida, en su cara de jaguar)
MR. TENEDY
TENEDY, aguaitando por la cerradura de la puerta a la calle:—
¡Chut! Creo que ya viene la Rosada. (La comparsa calla)
MR. TENEDY:—
TENEDY:— Detrás del mostrador sencillamente.
CORDEL
CORD EL:—
:— ¡Cál
¡Cálle
lens
nse!
e! Oi
Oigo
go paso
pasos.
s. (T
(Tod
odos,
os, men
menos
os Corde
Cordel,
l, se han
ocultado y gu
guard
ardan
an sisile
lenc
ncio
io.. Corde
Co rdell ar
arreg
regla
la,, haci
ha cien
endo
do co
como
mo si
estuviese
dolorido solo,
cruzabotellas y copas
a lo lejos. Luego,sobre
una el mostrador.
melodía Un silbido
indígena agudo lay
llega desde
calle. Unos pasos de hombre)
hombre)
LA ROSADA:—
ROSADA:— Sí... Así me dice su sobrino.
CORDEL
CORD EL:—
:— Maña
Mañana na,, a la prim
primereraa hohora
ra.. PeroPero,, si
sién
énta
tate
te,, ¡hom
¡hombr
bre!
e!
Siéntate. (U n a re pen
pen t i n a car staa l l a e n e l b a z ar y los
carc a j a d a e st
contertulios aparecen de golpe ante la Rosada, quien da un traspié
cont
co ntra
ra el muro,
muro, estupefac
estupefacta)
ta)
CORDEL, dest
destern
ernillá
illándo
ndose
se de risa:— ¡Qué quieres! ¡Es la despedida! Y
risa:—
LOS DEMAS, tomando cada cual su copa:— Tomemos por Zoraída. Una
copa por Zoraída. Salud, Zoraída. ¡Por ella, hasta verte, Cristo mío!
MR. TENEDY,
TENEDY, pal
palmeá
meándo
ndole
le el hombro
hom bro a Corde
C ordel:
l:—— Es usted
us ted un portento
portento..
CORDEL:—
(Dic
(D icie
iend Por
ndoo esto
esto, prusted,
, prep araa Mr.
epar en Tenedy,
una
una co
copa no
pa, digo
, cuid
cu una
idando querida:
ando de no se¡Mi
ser vivida
r visto entera!
sto por la
Rosa
Ro sada
da que
qu e está
es tá le
lejo
joss de seme
se meja
jant
ntee mani
ma niob
obra
ra,, una
un a mezc
me zcla
la misteriosa
de licores y sustancias: el "tabacazo")
"tabacazo")
MR. TENEDY,
TENEDY, a la Rosada, mientras se desenvuelve el preludio en la
guit
gu itar
arra
ra,, sost
so sten
enid
idoo por
po r las
la s palm
pa lmas
as acom
ac ompa
pasa
sada
dass de Rubi
Ru bio:
o:—— ¿Usted
tiene familia en Quivilca?
MR. TENEDY:—
TENEDY:— ¿Ah, sí? ¿Trabajan?
LA ROSA
ROSADA DA:—
:— Sí,
Sí, patr
patrón
ón.. Hace
Hacemo
moss desd
desdee lu
lueg
egoo lo que
que pode
podemo
moss para
ganarnos la vida. (Benites y Ru Rubio
bio han empez
emp ezado
ado a cantar
can tar la marinera,
con gran refuerzo de palmas y de punteo de guitarra)
MACHUCA, se le levan
vanta
ta de pron to y hace callar a los cantor
pronto es:— No. Esa
cantores:—
no. Toqu
Toquen
en "La rosa
rosa y el clavel"
clavel".. Para
Para Mr.
Mr. Te
Tened
nedy:
y: "La rosa
rosa y el clavel"
cla vel"..
(Enton
(En tonaa com
comoo puede
puede la marine
marinera ra indica
indicada,
da, palmot
palmotean
eando
do ante
ante Mr.
Mr.
Tenedy, y dedicándole el canto) "Ya salieron a bailar, ¡ay, como no! ¡Ay,
señora, ay,
ay, como no! la rosa con el clavel"...
CORDE
CO RDEL,
L, trayendo las copas: una para Mr. Tenedy y otra para la
Ro sada
Rosa da (el
(e l "t
"tab
abac
acaz
azo"
o"),
), que
qu e se han
ha n qued
qu edadadoo para
pa rado
dos, s, uno
un o fr
fren
ente
te a
otro, pañuelo en mano, por la interrupción de Machuca:— Mientras
ta
tant
nto,
o, Mr.
Mr. Tened
enedyy, perm
permít
ítam
amee qu
quee les
les sirv
sirvaa un
unaa co
copa
pa...... ¡Y de nuevo
nuevo a
acomod
aco modars
arse!.
e!...
.. (La guitarra empieza nuevamente y Mr Mr.. Ten edy y la
enedy
Rosada beben)
CORDEL:— Copa con su pareja. Eso merece copa. (Vuelve a servir una
copa a Mr. Tenedy y otra a la Rosada, que se han quedado, el uno
frente al
al otro, esperando la segunda vuelta
vuelta del baile)
BENITES:—
BENITE S:— ¡Viv
¡Viva,
a, señore
señoress Mr.
Mr. Tenedy!
enedy! (Los demás corean el viva y
hacen al yanqui una gran ovación, mientras la Rosada no cesa de reír,
jadeante y sobre
sobrexitada)
xitada)
MR. TENEDY,
TENEDY, modesto:— Es ella. Me ha cerrado.
EL COMISARIO peg
pegánd
ándose
ose a la Rosada
Ros ada,, cas
casii besánd
bes ándola :— ¡Esos labios!
ola:—
¡Los
¡Los come
comerí
ríaa con
con roco to!! (Be
rocoto (Beni
nites
tes prelu
preludi
diaa la sesegun
gunda
da part
partee de la
marinera)
MACH
MA CHUC
UCA, A, a Mr. Tenedy:— A quien Dios se lo da, Mr.
Mr. Tenedy
enedy,, San
San
Pedro se lo bendiga.
CORDEL:—
CORDE L:— Ya.
Ya. Todo el bazar
bazar es suyo.
suyo. (Mr. Tenedy, muy borracho,
empieza a hacer zetas en el baile; se para, se acerca acerca a la Rosada y la
besa en el pecho, le pasa el pañuelo por el cuello y por los
l os homb ross y barre
ho mbro
con él el suelo, persiguiéndola y husmeándole los cabellos. Al llegar
la f uga
uga , la R osad
osada,
a, e n u n re p enti no y es
entino espo
pontntán
áneo
eo acce
accesoso de
entusiasmo, se descubre por delante el pañolón, lo toma por ambas
pu ntas
punt un o y otro lado de la cintura y así se ciñe el talle, echando el
as,, a uno
busto hacia atrás y zapateando la marinera. Las excl
ex clam
amac
acio
ione
ness y rugidos
de los hombres llegan entonces al paroxismo)
paroxismo)
TODOS,
TODO S, haciendo palmas, los ojos chispeantes, giran en torno a la
Rosada:— ¡Abrete! ¡Quiébrate! ¡Muévete! ¡Más! ¡Más! (Mr. Tenedy, vencido
porr la Rosa
po Ro sada
da,, trenz
tre nzán
ándo
dosese y acesando, la toma en sus brazos y la
levanta en vilo, apretándola contra sí y colmándola de besos, en un
arranquee desenfrenado
arranqu lujuria. Benites y Ru
desenfrenado de lujuria. Rubi
bioo cesa
ce sann de golp
go lpee de
cantar y de tocar y el primero levanta la guitarra en alto y la parte
furi
fu rios
osam
amen
ente
te en dos.
do s. Un disp
di sparo
aro de revól
rev ólve
verr cruz
cr uzaa la ti
tien
enda
da,, segu
se guid
idoo
de un ruid
ruidoo de cris taless y de losas
cristale losas ququee se quieb
quiebraran.
n. Los
Los grit
gritos
os
BENITE
BENI TES,S, subido en una silla, dominando el barullo:— ¡Seño¡Señores!
res! ¡Una
pala
pa labr
bra!
a! ¡Una
¡U na sosola
la!! ¡E
¡Ess impo
im port
rtan te!! (Todos callan. Solemne y tras-
ante
Tenedy a la¡S
cendental) ¡Señ
eñor
ores
es!! Machuca
Rosada, ¡Des
¡Despu
pués
éssedeacerca
Dios
Dica
acer os,,a elellaSexo
Seyxo!.
la!...
..besa
(Ala soltar
sol
la tar Mr
Mr.
fuerza..
fuerza
mismo Rubio y el comisario)
Luego, hacen lo mismo
C Oanquila!
RDELla!
¡Tranqui
¡Tr , severo:— ¡Z
severo:— ¡Zor
¿No sabes oraí
aída
da,ar
, Zora
respetar
respet Zo
el raíd
ída!
a!ón?¡Qué
patrón?
patr ¡Q(L
uéa es
(La Roseso!
eso! , ¡No
Rosada
ada, ¡N
noo obstan
te tante,
obs muev
mute,
evas
as!
s e!
se
evade de los brazos de Mr. Tenedy y evoluciona por la tienda, los
cabellos desgreñados, sin pañolón, presa de una crisis de risa in-
contenible)
LA ROSAD
ROSADA, A, con una voz que denuncia su completa embriaguez:—
¡Nada de cantos tristes! ¡Un huaino! ¿Quién baila un huaino conmigo?
Usted, Mr. Tenedy, ¿un huaino conmigo?
echado a llorar)
TODOS:—
TODOS: — ¿Qué
¿Qué hay? ¿Qué ha pas
pasado
ado?? ¿Qué
¿Qué sucede?
sucede? ¡Zoraída,
¡Zoraída, que te
pasa? ¿Por qué lloras?
TODOS:—
(Benitess pr
(Benite ¡Cien whiskys
preludia
eludia por Zoraída!
en la guitarra ¡Por pero
un huaino la Zoraida!
per ¡Y otro
o la Rosada huaino!
permanece
permane ce
agachada, con el rostro oculto entre las manos)
LA ROSA
ROSADA DA:—
:— No,
No, seño
señorr Beni
Benite
tes,
s, mari
marine
nera
ra,, no.
no. Ahor
Ahora,
a, sí
sí,, un yaraví
yaraví..
Ahora, sí, que estoy triste. "Mi corazón tiene ganas de llorar..." (Y Be
Beni
nite
tess
prelu
pre ludi
diaa un yara
ya raví
ví)) Don Cordel... venga usted a mi lado...
LA ROSADA:— ¿Quién es usted para mí, don Cordel? Yo que sólo soy
unaa pobr
un pobre.e...
.. (El yaraví comienza y la tertulia escucha en silencio.
Ma c h u c a d u e r m e e n u n a s i l l a . A l m o r i r e l c a n t o , l a R o s a d a en
entotona
na
sola
so la un huai
hu aino
no,, que
qu e B enit
en ites
es se apre ap resu
sura
ra a acom
ac ompa paña ñarr en la guigu i ta
tarr ra y
TODO
TO S, rodeándola y palmoteando:— ¡A
DOS, ¡Así
sí!! ¡Eso
¡Eso!! ¡Eso
¡Eso!! ¡Así ¡Así!! (La
¡Así!! ¡Así
Rosada da un traspié y Mr
Mr.. T
Tenedy
enedy la sostiene)
COR
CO RDEL,
DEL, a Tenedy aparte:— ¡Y
enedy,, aparte:— ¡Ya,
a, Mr.
Mr. Tenedy!
enedy! ¡Ya
¡Ya está
está en pun
punto!
to!
¡Mírel
¡Mírela!
a! (El canto y la guitarra han cesado, Benites ha doblado la
cabeza contra el mostrador y duerme)
LA ROSA
RO SADA DA que
qu e Mr. Tenedy
Tene dy ha hech
he choo sent
se ntar,
ar, ca
cant
ntaa so
sola :— ¡"Hay, me
la:—
voy... y ya no he de volver, palomita..."
LA ROSADA, si
sinn conc
co ncie
ienc
ncia
ia:—
:— ¿Cóm
¿C ómo?
o?...... Sí
Sí...... Sí
Sí...... (B
(Bos
oste
teza
za))
CORDEL
CORD EL:—
:— El hará
ará mis
mis vece
vecess en todo
odo y para
para to
todo
do.. (Cor
(Cordel
del hace
muecas de burla repugnantes) Obedécele como a mí mismo. ¿Me oyes
bien?
LA ROSADA, en un relámpago
relámpago de conciencia:— No. No...
CORDEL, sat
satis
isfec
fecho:
ho:—
— Mr. Tenedy,
Tenedy, he cumplido
cump lido mi
m i deber. Usted
Us ted dirá...
dirá...
RUBIO:
RUBI O:—— ¡Car
¡Carajajo!
o! ¡Qué
¡Qué barr
barrig
igaa má
máss ri
rico
cota
ta!! (La Rosada levanta de
pro
p ronn t o l a c a be z a y clava unos ojos de asombro en Mr. Tenedy y , d e
uno en de
apenas uno, enagarrándose
pie, el comisario, Rubio y en
delenmostrador Cordel.
para Luego,
no caer. se pone
Cordel hace
a todos señas de dejarla hacer. Como la muchacha está a punto de
desplomarse, Cordel la toma por un brazo y la conduce,
conduc e, paso
paso a paso
paso,, a
la trastienda)
LA ROSAD
ROSADA A se resist
resi stee vari
va rias
as vece
ve cess a avanz
av anzar :— ¡Don Cordel! ¿A
ar:—
dónde me lleva usted?
MR. TENEDY,
TENEDY, riendo y eludiendo:— ¿Duerme?
MR. TENEDY:—
TENEDY:— El gusto ha sido para mí, amigos míos. (Pa
(Para
ra el oído a
la call
callee ) ¿Oigo voces de mujer me parece? (Lo
(Loss demás
demás,, a su vez
vez,
escuchan y Rubio cesa de tocar)
EL COMISARIO:— Sí... Son voces de mujer...
MR. TENEDY:— Y han dicho "Zoraída". Serán sus hermanas... sus hermanas
que la busca
buscan..
n.... (D
(Dee repen
epente
te,, en un cu
cuch
chic
icheo) Apag
heo) Apague
ue la luz...
Callémonos... (Cor del apaga y el bazar se queda en la oscuridad y en
(Cordel
el más completo silencio)
LA VOZ
VOZ DE RUBIO:— Nadie
VOZ DE CORD
VOZ CORDELEL:—
:— ¡Cál
¡Cálle
lese
se,, le he di
dich
cho!
o! Uste
Ustedd es
está
tá so
soña
ñand
ndo.
o. ¡Qué
¡Qué
Rosada ni Rosada! Ya se fue hace rato.
VOZ DE BENITES:—
BE NITES:— ¿Y ¿ Y Tenedy
Tenedy,, a qué hora se fue?
f ue?
VOCES DE COR
VOCES CORDE DELL Y DELDEL COMI
COMISAR
SARIO
IO,, que han agarrado a
Benit
Be nites sol apass y los brazos:— ¡Tranquilo, carajo! ¡Ni un paso
es por las solapa
más, y se va a callar!
gr an bofe
gran bo fetatada
da resu
re suen
enaa en l a oscu
os curi
ridd ad
ad,, s eg
egui
uida
da de un fo force
rceje
jeoo la
largo
rgo
y conv
co nvul
ulsi
sivo
vo.. Al
Algu
guie
ienn cae
ca e pesa
pe sada
dame
mentntee al su
suel
elo.
o. Su
Suee na un disparo. Una
de las puertas se abre y se cierra ruidosamente)
CORDEL, vi visi
sible
bleme
ment
ntee en un su
supr
prem
emoo esfu
esfuerz
erzo:
o:—— Permítame, por
úl
últi
tima
ma vez,
vez, Mr.
Mr. Tened
enedy:
y: es mate
materi
rial
alme
ment
ntee impo
imposi
sibl
blee que
que Acid
Acidal
al me
reemplace...
MR. TENEDY,
TENEDY, casi con un grito de impaciencia:— ¡Don Cordel!...
MR. TENEDY, las manos:— Buen viaje y fe. Seguridad en usted mismo
y en la causa. Adiós. (Sale)
CORDEL, saliendo al propio
propio tiempo que él:— Adiós, Mr. Tenedy. Mi caballo
me espera ya ensillado. (Las puertas
pu ertas se cierran
cier ran enérgicame
ené rgicament
nte)
e)
TELON
Cuadro Quinto
ACIDAL:— ¿Por qué? Mejor que se encuentren. Así verán los dos que
estamos en contacto con muchos elementos.
CORDEL:— Pero, en suma, ¿qué quiere ahora Trozo? ¿A qué viene? ¿No
hay necesidad?
ACIDAL:— Viene
Viene como delegado de la Confederación de Artesanos.
ZAVALA, pon
ponie
iendo
ndo a Acida
Ac idall en guardi a:— ¡Don Acidal! ¡Trozo es un
gu ardia:—
abogado! ¡No lo olvide usted!
ZAVALA:— Sería preferible no emplear, por ningún motivo, las palabras que
no hemos estudiado. A veces, una palabra dicha sin detenerse a saber lo
que ella significa exactamente...
ZAV
ZAVALA:— ¡Precisament
¡Prec isamente!
e!
ZAV
ZAVALA:— Es lo principal.
p rincipal.....
ACIDAL:—
ACIDA L:— Sí, porque
porque tiene verdaderame
verdaderamente
nte una cabeza
cabeza de caudillo.
caudillo. Esta
mañana, cuando hablaba con los dos senadores y que hacía con la cabeza
(Hace movimientos negativos) estabas, Cordel, realmente imponente, serio,
digno, en fin...
fin.. . verdaderament
verda deramentee Presidente.
Pre sidente. ¿Se fijó
fijó uste
usted,
d, Zava
Zavala?
la?
ACIDAL:— Pero... ¿debido a qué? A los estudios que hemos hecho con
Zavala, durante años y años. Si hubieras querido hacer lo mismo, hoy
hablarías como yo. ¡Haber estudiado en cambio de negarte!
ZAVALA:— A ver, don Cordel, una última vez: enumere a la ligera pero
como si estuviese usted ya en Palacio ante los generales y coroneles, los
principales males de que sufría
sufría el país bajo la dict
dictadura.
adura.
ZAV
ZAVALA:— Otra vez, ddon
on Cordel.
Co rdel.
CORDEL, re
repiti
pitiend
Además, creerán endo:—
que o:—
es Ventarrones
defecto de odio... (Volviéndose a Acidal)
de la lengua...
PANCHO, hombr
hombree de confianza de los Colacho, entra:— Señor, ahí está
presente, Pachaca.
PACHACA, qu quit
itán
ándo
dose
se el kepí :— Buen
kepí:— Buenas
as noches,
noches, señores.
señores. (Pancho
vuelve a salir y Zavala cierra la puerta)
puerta)
CORDEL:—
regad
regados Dicen
os siempr
siempre que
e con
co n los grandes
alcoh
alcohol acontecimientos
ol.. (U
(Un
n vist
vistaz devala
azoo a Zava
Za lala,
historia
que nacieron
, que le hace
entender que la frase está magnífica)
ACIDAL:— Posiblemente...
ACIDAL:— Usted sabe, Pachaca, que el país padece, desde hace quince años,
los rigores
rigores de la tiranía.
tiranía. El tirano manda
manda robar y matar al pueblo y se ha
encaramado en el poder; y, por consiguiente, no puede haber ningún otro
Presidente...
CORDEL:— Aparte
Aparte y ante todo de una buena gratificación en plata sonante.
la primera página de todos los periódicos. y lo verá usted luciendo entre los
de los demás defensores de las libertades ciudadanas.
ACIDAL:—
ACIDA L:— ¡Usted
¡Usted oye! ¡Qué
¡Qué le parece
parece,, Pachac
Pachaca!
a! ¡Qué
¡Qué dice
dice ahora!
ahora! (Pero,
Pachaca, cabeza agachada,
agachada, no responde)
responde)
CORDEL, ju
juzg
zgaa ento
en tonc
nces
es ll
lleg
egad
adoo el mome
mo ment
ntoo de ha
habl
blar
ar bi
bien :— Usted,
en:—
Pachaca, ha nacido en el corazón de la nación y como tal debe usted
salvarla del yugo de una de las tiranías más perínclitas del mundo.
¡Pachaca! ¡Hombre de leyenda! ¡Cumpla usted su deber de militar y de
patriota!
ZAVALA co
ZAV como
mo el rayo
rayo:—
:— Y es que los jefes y directores del movimiento
revolucionario han reconocido en el señor Colacho, en su honradez incólume,
su bello patriotismo y su gran inteligencia, al salvador de la nación.
ACIDAL:— Vemos
Vemos que Pachaca es hombre de larga reflexión. Pero ya no hay
ACIDAL
ACID AL:—
:— ¡Ay!
¡Ay! ¡Si
¡Si Pach
Pachac
acaa tuvi
tuvier
eraa más
más ininst
stru
rucc
cció
ión,
n, te
tend
ndrí
ríaa más
más
preparación para comprender estas altas
altas cuestiones nacionale
nacionales.
s.
ACIDAL, sirvien
sirviendo
do otra copa:— ¡Magnífico, Pachaca! Es usted un indio
valiente. (Zavala distribuye las copas)
TROZO:
TROZ O:—— Seño
Señoreres,
s, es un dere
derech
cho,
o, nues
nuestr
troo dere
derech
cho.
o. Pach
Pachac
acaa es un
ciudadano, y yo, otro ciudadano. Ambos vamos a luchar con ustedes contra la
tiranía. Natural es entonces que nos entendamos y vayamos conscientemente a
jugar cada
ca da uno
un o nues
nu estr
troo pa
pape
pel.l. (Volviéndose a Pachaca) ¡Fíjate que tú vas
(Volviéndose
a matar a un ciudadano! ¿Por qué vas a matarle?
TROZO:— Entonces
TROZO:— Entonces ¿tú tienes
tienes Patria, Pachaca? ¿Cómo es tu Patria? ¿La
has visto alguna vez? ¿Qué cara tiene?
PACHACA, COPIO ante una visión, iluminado:— ¡La Patria es grande! ¡Con
una corona! ¡Y una cobija roja sobre el cuerpo!... Está siempre sentada... Se
pare
pa rece
ce a la Virgen del So Socor
corro
ro...... ¡Yo mori
mo riré
ré por el
ella
la!! ¡Yo no
n o quie
qu iero
ro plata
pla ta,,
ni quiero ser capitán!..
capitán!.. (T (Tro
rozo
zo ale
alegaga algo, como: ¡eso de capitán!, que
suss in
su inte
terl
rloc
ocut
utor
oree s, le
leva
vant
ntan do la voz, no dejan oír)
ando
TROZO, protesta
protestando:—
ndo:— ¿Cómo? ¿A mí? ¿Por qué? ¡Protesto enérgicamente!
¡Demagogos! ¡Farsantes! (Lo han sacado y cierran la puerta)
ACIDAL:— ¡Es lo que había que hacer! ¡Eso, la solución!
ACIDAL:— ¿No teme que le hayan visto entrar a esta casa, es decir, ¿no
cree que en su calidad de edecán del Presidente Palurdo, haya usted
despertado sospechas en Palacio?
CAPITAN
CAPIT AN COLLAZ
COLLAZOS:OS:—— "¿Me
"¿Me lo jura
jura usted,
usted, capit
capitán?
án?"" —me pregun
preguntó
tó
entonces el Presidente. Y yo, sin inmutarme, le respondí: "Se lo juro,
Excmo. Señor".
CORONEL TOROTO:—
TOROTO:— General Colacho, ya ve usted: el capitán Collazos le
ha jujura
rado
do al dict
dictad
ador
or su leal
lealta
tad.
d. En adel
adelan
ante
te,, pued
puedee en toda
toda liberta
libertadd
presta
pre stamos
mos su precios
pre ciosaa colabo
col aborac
ración,
ión, a lo seguro
seg uro y sin temor de que le
espíen. (Movimientos de aprobación general)
CAPITAN COLLAZOS,
CAPITAN COLLAZOS, saludando militarmente:— General, a sus órdenes.
(Se retira)
EL CORONEL TOROTO, sa
sale
le a su vez: — Señore
ve z:— Señores,
s, vuelvo en segu
s eguiida.
CORONEL TEQUILLA:—
TEQUILLA:— General Colacho, vengo en mi carácter de Jefe del
Estado Mayor del Ejército
Ejérc ito y responsable ante la ley...
ley...
CORDEL, da dando
ndo un pu puñet
ñetaz
azoo sobr mesa:— ¡De aquí nadie sale
sobre la mesa:—
pres
pr eso!
o! ¡Viva
¡Viv a la revo
re volu
luci ón!! (U
ción (Una
na vasta
vasta aclam
aclamaci
ación)
ón) ¡Viva el general
Cordel! (Se oyen a lo lejos unos disparos)
CORONE
COR ONEL L TEQUIL
TEQUILLA: LA:—— ¿No seráserá acaso
acaso mi presen
presencia
cia más necesar
necesaria
ia
afuera, general, al lado del general Otuna?
CORO
CO RONE
NEL L TEQ
TEQUILL
UILLA:
A:—
— Es el pueb
pueblo
lo que,
que, en ma
masa
sa,, se pl
pleg
egaa a la
revolución...
CORDEL:— Asient
CORDEL:— Asiento,
o, señores. La reunión es para nombrar defini
definitiva
tivamen
mente
te a
los ministros. La lista es la siguiente: (Leyendo un papel que le acaba
de pasar Zavala) Presid
Presidente
ente del Consejo, general Luca
Lucass Otuna
Otuna.. Min
Minis
istr
troo
pe rsona
pers ona,, me veo,
veo , sin
si n embar
em bargo,
go, obliga
obl igado
do a ha
hacer
cerlo,
lo, para
par a decirles,
de cirles, dejando a
un lado falsas modestias y contemporizaciones malentendidas, que si la
revolución
revoluci ón no llega a traduci
traducirse
rse en un renacimiento
renacimiento moral y profundo del
alma nacional —cosa que sólo es posible por por una transformación radical de
las bases doctrinales de nuestra constitución política—, el movimiento no
tendrá más valor que el de uno de los tantos cuartelazos vulgares a que
estamos acostumbrados en ese país...
país...
DOCTOR ZEGARRA:— Que sólo pueden brotar de los surcos cerebrales del
doctor del Surco...
CORDEL, n e r v i o s o y ti titu
tube te:: — Se
beaa n te Seño
ñore
res,
s, armo
armoní
níaa y buen
buenaa
voluntad, por favor. Les pido patriotismo...
DOCTOR
DOCTO R SURCO,
SURCO, sin detenerse:— Si Sinn pri
rinc
nciipi
pioos, no se pued
puedee ser
ser
revo l u c i o n a rio
rio . L a f u e rza
rza m a t e ria
ria l p o r s í s o l a —di
—din er
er o o
ametralladoras— es nefasta o es estéril.
CORDEL, de desa
safi
fiad
adoo en su orgu orgulllloo in
inte
tele
lect
ctua
ual,
l, movi
movililiza
za totoda
da su
dialéctica:
dialéc — Ne
tica:— Nefafast
staa o es esté
téri
rill es
es,, en efec
ef ecto
to,, Doct
Do ctor
or Surc
Su rco,
o, la fuer
fu erza
za
material en los pueblos... en los pueblos que sufren tiranías, desde lue-
go, doctor Surco. Los principios políticos deben salir por el origen y
no por la gragmática de los bellos cerebros. Estamos de acuerdo...
Las revoluciones son así. Tendremos que hacer grandes esfuerzos en
este sentido. Por el momento, no hacemos, señores, sino empezar.
¡Ard
¡A rduouo y psíq
psíquiuico
co es el se sendnder
ero!
o! ¿Vam
¿Vamos os a volv
volver
er at
atrá
ráss a caus
causaa
solamente de un opúsculo momentáneo? ¡Jamás, señores! (M (Mir
iraa de
so re t a r i o ) Este gabinete es sólo instantáneo. El doc
s o s la yo a s u s e c ret doctor
del Surco
Surco ocupa
ocupará
rá más tardetarde,, pala
palabra
bra de ho honor
nor,, el lugar
lugar que le
l e corr
co rres
espo
pondndee
en los túmulos del nuevo Parlamento. Pero ahora, vayamos unidos al
po de
der.r. La Revo
Re volu
lucc ión
ió n F r an cesce s a as
asíí s e h izo
iz o : co
conn la unión sagrada de
todos los franceses...
DOCTO
DOCT O R D EL SURC
SURCO: O:—
— Lame
Lamentnto,
o, seseño
ñore
res,
s, no habe
haberr podi
podiddo
entender ni jota de lo que acaba de expresar el general Colacho.
(Movimientos diversos) Lo único que empiezo a comprender es que el
jefe
je fe del movimiento revolucionario
revolucionario no sabe ni siquiera
siquiera lo que dice.
DOCTO
DOCT O R DELDEL SUR
SUR CO:—
CO:— CansCansad
ados
os es
esta
tamo
moss de c aud
aud il
illi
litt os
analfabetos. ¡Yo proclamo la verdad —como dijo San Pablo—, aunque
Z AVA L A : — ¡ Vi va e l g e n e ral
ral Colacho! ¡ Vi v a el g o b i e rno
rno
revolucionario! (Ovación)
CORDEL, hu humi
mill adoo y h er
llad erid
idoo e n l o m ás vi
vivo
vo de su d igigni
nida
dadd
intelectual, saca su revólver y hace fuego a boca de jarro sobre su
advers
adv ersar
ario
io en eleloc
ocue
uenc
ncia :— ¡Ba
ia:— ¡Bast
sta,
a, caraj
carajo!
o! ¡Así
¡Así conte
contest
stoo yo a loloss
abogados! ¡Bala con las palabras!... (El doctor Surco cae al suelo,
ante
an te el estupor
estupor de los
los demás)
demás)
TELON
Cuadro Sexto
EL PRESIDENTE, contrar
contrariado:—
iado:— Mentira. Los diplomáticos aprovechan
del uniforme diplomático para venir a hablarme de asuntos que no
tienen nada que ver con sus funciones. ¿Por qué no le ha dicho usted que
los domingos el Presidente no recibe a particulares?
EL PRES
PRESID IDEN
ENTE
TE:—:— ¡Ah!
¡Ah! Ya sé lo que
que quie
quiere
re de Soiza
Soiza Doll
Doll:: su
suss
egipcios. ¿Qué hay de sus cigarrillos?
EL PRESIDE
PRESIDENTENTE,, toca
tocand
ndoo un titimb
mbrre:
e:—— ¿C¿Cuá
uále
less son
son las
las ot
otras
ras
visitas, decía usted? (Más contrariado) ¡La
contrariado) ¡Lass cuat
cuatro
ro y media!
media! No sé a qué
hora voy a recibir al Ministro de Fomento y, después, al Nuncio, al
Presidente del Congreso y al embajador norteamericano!
EL SECRETARIO,
SECRETARIO, leye leyend
ndoo un
unaa li
list
sta: — Las otras
a:— otras vi
visit
sitas,
as, Excmo.
Excmo.
Señor, son dos únicamente: el Prefecto de Ayacucho (Urgente) y la
señorita Mate, prima del Arzobispo.
EL EDEC
EDECANAN,, d e l a p u e r t a , a n u n c i a n d o : — Su Ex
Exce
cele
lenc
ncia
ia,, el
Encargado de Negocios del Brasil. (El secretario
secretario sale por otra puerta)
DE SOIZA
SOIZA DOLLDO LL,, rectifi
ectifican
cando
do cortésm
cortésment e:— En Washington...
ente:—
Excmo. Señor.
EL SECRET
SECRETARIO:—Ex
ARIO:—Excmo.cmo. Señor
Señor, en esto de mode
modernis
rnismo,
mo, como
usted sabe, mucho está cambiando últimamente, no sólo en América
del Sur, sino en el mundo entero. Nueva York, después de la guerra,
está rivalizando con París y con ventaja. Si París es muy moderno,
Nueva York es archimodernísimo.
EL SECRETARIO:—
SECRETARIO:— Bien, Excmo.
E xcmo. Señor. ¿Hasta cuándo?
EL SECRET
SECRETARIO ARIO,, títím
m idam
idamenente :— Ex
te:— Excm
cmo.
o. Seño
Señorr, ¿aun
¿aunqu
que,
e, en
realidad, se trate de un asunto oficial de su legación?
EL PRE
PRESIDSID ENTE
ENTE,, so
sorp
rpren
rendi
dido :— ¿C
do:— ¿Cóm
ómo?
o? ¿Era
¿Era el emb
embaj
ajad
ador
or de
Norteamérica?
No rteamérica? (Repentinamente furioso) ¡Y a que apuesto que el Ministro de
Guerra
Gue rra,, de puro
puro estúpi
estúpido,
do, no ha accedi
accedido
do todaví
todavíaa a su pedido!
Hágame llamar en el acto al general Valverde.
EL PRESID
PRESIDEN ENTE:
TE:—— El Presi
Presiden
dentete de
dell Cong
Congres
reso.
o. (E
(Ell edec
edecán
án se
inclina y sale. El Presidente, en un sobresalto, a su secretario)
¡Roque, es entendido de sobra que el embajador de Washington,
Washington, él sí
que puede, como siempre, pasar a verme cuando quiera! Tome debida
nota. ¡Cuidado con confundir las cosas!
EL EDECAN, desd
desdee la puerta,
puerta, anun
anuncia:
cia:—— El señor Presidente del
Congreso.
EL PRES
PRESID
IDEN
ENTE
TE:—
:— Sién
Siénte
tese
se,, gene
genera
ral.
l. ¿De
¿De qué
qué se trat
trata?
a? ¿L
¿Los
os
bo tones?
EL PRES
PRESIDIDEN
ENTETE:—
:— ¡Ahí
¡Ahí tien
tienee uste
usted,
d, pues
pues,, sus
sus ahij
ahijad
ados
os!! Cría
Cría
cuervos, general, que te sacarán los ojos...
EL PRES
PRESID IDEN
ENTE TE:—
:— Estr
Estrag
agos
os de lo loss estu
estudi
dios
os univ
univer
ersi
sita
tari
rios
os..
Nove
No velerías
lerías abogadiles. Habrá, general, que volver a cerrar las universidad
universid ad es
es,,
con la policía y, esta vez, por varios años. Cuestión de paz y de salud
moral para el país.
EL SECRETARIO,
SECRETARIO, entrentran
ando :— Exc
do:— Excmo.
mo. Señor
Señor,, pr
pregu
egunt
ntaa el se
seño
ñorr
Ministro de Justicia si puede ser recibido, para un asunto urgente de
su cartera.
EL PRESIDENTE, despu
después
és de reflexio
reflexionar:—
nar:— Conteste que, sí, puede
venir.
EL PRES
PRESID IDEN
ENTE
TE:—
:— ¿L
¿Laa cosa
cosa,, gene
genera
ral,
l, no pasó
pasó más
más al
allá
lá en el
Congreso?
EL PRESIDENT
PRESID ENTE: E:—
— De pri
primer
mera.
a. A ot
otra
ra cosa.
cosa. ¿Cómo
¿Cómo va eso de
Nee g r i t o s ?
N
EL PRESIDE
PRESIDENTE NTE DEL CONGRE
CONGRESO, SO, par
p araa ir
irse :— De acuerdo,
se:— acuerdo,
Excmo. Señor. Completamente de acuerdo.
EL MINIST RO DE JUSTICIA, en
MINISTRO entr
tran do:: —
ando —Ex
Excm
cmo.
o. S eñ
eñor,
or, buen
bu enas
as
tardes.
EL PRESIDENTE imp
impacientee y bur
acient lón:: —S
burlón —Sí,í, el milés
mi lésimo
imo del año.
año . ¿Y
luego?
EL PRESI
PRESIDE DENTNTE:E:—
— ¿Hab
¿Había
ía en
entr
tree los
los comu
comuni
nista
stass al
algu
guna
na pers
person
onaa
conocida... en fin, alguna persona de más o menos importancia?
EL MINISTRO DE JUSTICIA:— No, ninguna, Excmo. Señor. Obreros,
todos.
EL PRESIDENTE:
PRESIDENTE:— — Pablo Sifuentes..
Sifuentes.... (V
(Volviéndose
olviéndose al ministro)
ministro)
¿Quiénes son estos individuos? ¿Conoce usted a alguno de ellos?
EL PRESI
PRESIDE DENT
NTE:
E:—— Al Ei Eins
nste
tein
in és
éste
te y al Sifu
Si fuen
ente
tes.
s. Qu
Quee lo
loss
saquen, esta misma tarde, de donde estén.
EL SECRETARIO, int
intent
entaa decir algo:— Excmo. Señor, el profesor
decir algo:—
Einstein...
EL PRESIDENTE le interrum
interrumpe seco:— Doctor Collar, le ruego
pe en seco:—
entrevistarse sin pérdida de tiempo con el Ministro de Gobierno. Todo
cuanto ustedes hagan a este respecto, lo apruebo de antemano.
EL SECRETARIO, sa
sali
lien
endo
do:—
:— Perfectamente, Excmo. Señor.
ACIDAL, entra
entrando:
ndo:— — ¿Cómo estás? (Sí no fuese por los inconve-
nientes anatómicos de su persona, Acidal, a esta hora, haría, debido a
suss progre
su pro greso
soss cult
cu ltur
ural
ales
es,, verda
ve rdade
dera
ra fi
figu
gura
ra mund adaa y ha
mu ndad hast
staa de
estadista)
ACIDAL, tendie
tendiendo
ndo un cable
cablegrama hermano:— Otro, llegado al
grama a su hermano:—
mediodía. La más apurada es la Huallaga Corporation. (Cord (Cordelel lee el
cable) S é ... además... por cables recibidos anoche en la Cámara de
Comercio que, desde el viernes, ha empezado una baja alarmante en
Wall Street, para el cobre, el algodón, el caucho y el azúcar. Can esta
devaluación sistemática sobre nuestros productos, están sembrando el
pánico para obligarnos
obligarnos a concluir el negociado.
negociado.
ACIDAL, sin comprender:—
comprender:— ¿Cómo? No te entiendo. ¡Explícate!
¡ Explícate!
ACIDAL:
ACID AL:— — Y, ante
antess que
que nada,
nada, tene
tenemo
moss el apoy
apoyoo de lo loss Esta
Estado
doss
Unidos, cosa formidable, encima de la opinión pública y de todo.
CORDEL:— Saliendo de aquí, iré a ver directamente al jefe del
CORDEL, di disp
spon
onié
iénd
ndos
osee a aban
abando
dona
narr el de desp
spac
acho
ho:—
:— El Nunc
Nunciio, el
Embaja
Emb ajado
dorr norte
norteame
ameri
rican
canoo precis
precisame
amente
nte,, y dos
dos vi
visit
sitas
as más si sinn
importancia.
import ancia. Pero se me ocurre que hay que tomar las precauciones
precauciones
necesarias para el caso de que tu presencia repentina y de hecho en la
Presidencia,
Preside ncia, despierte
despierte resistencias
resistencias o pequeños
pequeños revuelos en Palacio
Palacio o a
los ojos de las personalidades y funcionarios que vengan ahora a verme
y se den de manos a boca y sin esperárselas contigo...
CORDEL:— Lo prudente
CORDEL:— prudente no quita
quita lo valiente.
valiente. S iént
iéntate
ate en esa silla y
toma posesión de tu despacho. Entre tanto, yo me quedaré unos
minutos en la sala vecina, a fin de observar desde allí lo que aquí
suced
suc ede,
e, duran
durante
te tus
tus primer
primeros
os actos
actos presid
presiden
enci
ciale
ales.
s. Luego
Luego —si no
hubiere
hubi ere novedad, como lo espero— saldré en seguida de Palacio. Pe-
ro, si ocurriese algo,
algo, ahí estoy yo para salir y ponerme de inmedi
inmediato
ato al
frente del gobierno y evitar que se nos escape de las manos. (Pasa a la
sala indicada)
ACIDAL, se
sent
ntán
ándo
dose
se en la sill
si llaa presi
pre side
denc
ncia
ial:
l:—
— ¡Al hecho! ¡Vamos a
ver!
conozco!... (Cor
ACIDAL:— ¡Si los conozco!...
ACIDAL:— (Cordel
del cierra la puerta y Acid
Ac idal
al to
tocc a
un timbre. Pausa, durante la cual Acidal se compone el pecho y toma
un aire solemne y majestuoso. Entra el secretario)
EL SECRETARIO
SECRETARIO qu quee ha avan
avanza
zado
do hast
hastaa el escr
escrit
itor
orio
io pr
pres
esid
iden
enci
cial
al,,
estupefa
estu pefacto:
cto:—— Excmo. Señor... Perfectamente... Es decir... Perfec-
tamente... (Da unos pasos vacilantes para salir, se detiene, vuelve a
avanzar, mira al Presidente, y vuelve a balbucear, restregándose los
ojos para ver mejor) Excmo. Señor... Muy bien...
EL PRESIDE
PRESIDENTE NTE,, pe
pers
rsig
igui
uién
éndo
dole
le con
co n la mira
mi rada
da fi
fija
ja,, hi
hipn
pnót
ótic
ica,
a,
irresistible
irresistible,, cas
casii amenaz
amenazado
adora: — ¡Ro
ra:— ¡Roque
que!! Advier
Advierto,
to, desde
desde algún
algún tiempo
tiempo,,
cierta negligencia de su parte en el cumplimiento de sus deberes.
Corríjase o me veré obligado a reemplazarlo.
EL EDECAN,
EDECAN, ad advi
virt
rtie
iend
ndoo de pron
pronto
to a Acid
Acidal
al en el asasie
ient
ntoo del
del
Pres
Pr esid
iden
ente
te,, desc
de scon
once
cert
rtadado:
o:—— Excmo. Señor, afuera... Afuera... Afuera,
el Nuncio Apostólico... El prefecto de Ayacucho...
EL PRES
PR ESIDIDEN
ENTE
TE,, se pone
po ne de pie
pi e y avan
av anza
za al
algu
guno
noss paso
pa soss al en
encu
cuen
entr
troo
del Nuncio:— Adelante, su Eminencia... Una satisfacción inmensa en
recibirlo. (Las manos)
EL NUNCIO
NUNCIO,, reconoceconocieniendo
do en el Pres Preside
idente
nte al hast
hastaa enton
entonces
ces
Mini
Mi niss tr
troo d e Fo
Fome
ment
nto,
o, s e estr
es trem ecee y tartamudea:— Excmo. Señor...
emec
Señor... Excmo...
EL NUNCIO, en el colm
colmoo de su estup
estupor :— Infinitamente amable...
or:—
Excmo. Señor.
EL PRESIDEN
PRESIDENTE, TE, a m b o s s e n t a d o s , u n o f re n t e a o t ro : — Me
pr ep
epaa raba, desde ayer,
ayer, a recibir su Eminencia...
EL PRES
PRESIDE
IDENTNTE:E:—— Apar
Aparte
te de eseste
te acon
aconte
teci
cimi
mien
ento
to,, lo
loss nego
negoci
cios
os del
del
Vaticano siguen, según m mee entero, su curso normal... (El Nuncio da signos
d e u n a g r a n a ns i ed ad y qu quie
ierre, por
por mome
momentntos
os,, ininte
terr
rrum
umpi
pirr al
Pres
Pr esid
iden te y pre
ente pregu
gunt
ntar
arle
le algo
al go grav
gr ave.
e. Pero
Pe ro le fa
falt
ltan
an fufuer
erza
zass para
pa ra
hacerlo
hacerlo.. Acidal,
Acidal, compr
comprend
endién
iéndol
dolo,
o, finge
finge no darse
darse cuenta nada y
cuenta de nada
EL PRESIDENTE:
PRESIDENTE:— — Absolutam
Absolutamente
ente ningún
ningún inconveni
inconveniente
ente,, Monseñor.
Monseñor.
Voy a dar en el acto las instrucciones necesarias al Ministro del Culto y
las cosas se harán a beneplácito de Su Eminencia.
EL PRESIDE
PRESIDENTE NTE:—:— De todotodo corazó
corazón,
n, Mon
Monseñ
señor
or,, con
con tanto
tanto más
regocijo que la pastoral de Su Santidad se refiere a la democracia,
idea que ha sido siempre la más amada de mi vida y que, corno sabe
Su Eminencia, inspira y guía constantemente a mi gobierno.
reitero, una vez más, mis excusas por el hecho bochornoso que hoy ha
sumido a Mon señor, con tan justa razón, en el más grande estupor
estupor.
EL NUNCIO, nue
nuevam
vament
entee estupe
estupefact o:— Pero... Excmo. Señor...
facto:— Señor...
Creía...
EL PRE
PRESID
SID EN TE,
TE, incl
inclin
inán
ándo
dose
se en sisign
gnoo de desp
desped
edid
ida,
a, fing
fingee no
apeercib
ap rcibir
irse
se del
del efec
efecto
to de sus
sus últi
última
mass pala
palabr
bras
as y le interru
interrumpe
mpe,,
abrien
abr iendo
do la ppuer
uerta:— Monseñor
ta:— Monseñor,, buenas tardes. Hasta cada rato, Monseñor.
EL NUNCIO, no tiene tiempo ya ni fuerzas para insistir sobre la
causa de su desconcierto y se deci
de cide
de a sa
sali
lirr, in
incl
clin
inán
ándo
dose
se a su tu
turr n o :
— Excmo. Señor, hasta muy pronto. (El presidente cierra la puerta)
CORDEL, sa sali
lien
endo
do de la sala
sa la veci
ve cina :— ¡Estupendo! ¡Cojonudo! ¡Has
na:—
estado pasmoso! ¡Ya
¡Ya no hay lugar a temor alguna!
CORDEL
CORD EL:—
:— ¡Tet
¡Tetud
udec eces
es!! ¡Moj
¡Mojig igat
ater
ería
ías!
s! No es más más que
que un vi
viej
ejoo
panz
pa nzóó n , q u e n o t i e n e n i n g u n a i m p o r t a n c i a . (D
(Dee pr
pris a) Ahora, el
isa)
embajador de los Estados Unidos.
ACIDAL:— Opino que puedes irte ya. Pierda cuidado. En cuanto al
embajado
embaja dorr, le diré
diré categ
categóri
órica
camen
mentete que hemos
hemos to tomad
madoo el único
único
camino que había con esa sarta de carajos que son los diputados.
lo
loss senten
pre
presenmini
miten
nist
stro
rossediatam
que
quetament
inmedia
inm es
esté
ténne aen
ente fin es
este
deteacomp
mome
moment
nto
a compaña o en
añarme
rme Pala
Palaci
a salir acio,
o, balcones.
los para
para que
que se
CORDEL, sa saca
cand
ndoo la cabe
ca beza
za por
po r la puer
pu erta
ta de la sa
sala
la co
cont
ntig
igua
ua,, en voz
baja:— Háblales de nuestras glorias nacionales. Si se muestran difíciles y
siguenn pidiendo
sigue pidiendo pan o trabajo,
trabajo, sácales
sácales nuestra bandera
bandera y arrodíllate
arrodílla te ante ella,
como Joffre en Waterloo, ofreciéndoles sacrificarte por la Patria.
ACIDA
ACID AL, toca
tocand
ndoo un ti
timb
mbrre:
e:—
— ¡Cuid
uidado! ¡Que te van a oír! (Cordel
desaparece)
EL EDECAN, entrando:— Excmo. Señor.
EL PRESIDENTE, de desp
spués
ués de refle
eflexi
xion
onar:— Haga usted pasar a la
ar:—
señorita Mate de la Flor. (E (Ell edec
edecán
án se inincl inaa y sa
clin sale
le.. Pa
Paus
usa.
a. E l
Presidente se enjuga el sudor y sopla)
LA SEÑORITA
SEÑORIT
tenido A MATE:—
MATE:—
que molestarle. Es ustedPidiéndo
Pidiéndole
le perdón,
sumamente perdón, Excmo.
Excmo
bondadoso, . Señor,
SeñorSeñor , de haber
Presidente.haber
usted?
SEÑORI
SEÑO RIT
TA MATE
MATE:— :— Sí,
Sí, Excm
Excmo.o. Seño
Señorr. Es hi
hijo
jo natu
natura
rall de una
una
muchacha nuestra, originaria de Junín, que se ha vuelto a su pueblo,
abandonando al chico. Una mujer de vida un poco licenciosa, Excmo.
Señor. Pero yo he tomado a mi cargo al niño y le pienso adoptar. Es
como un hijo mío...
EL PRES
PRESID
IDEN
ENTE
TE:—
:— Muy
Muy bien
bien,, se
seño
ñori
rita
ta.. Haré
Haré lo nece
necesa
sari
rio.
o. Le
prometo.
pr ometo. En este momento, hay una manifestación en llaa plaza yy...
...
SEÑORITA MA
SEÑORITA MATE,TE, pa
para
ra ir
irse
se:—
:— Excmo. Señor, usted me excuse, por
favor, la molestia.
EL PRES
PRESID IDEN
ENTETE:—:— Haré
Haré lo nece
necesa
sari
rioo y, con
con much
muchoo gust
gusto,
o, le
comunicaré el resultado. Confíe en mis gestiones.
LA SEÑORITA MATE:— ¡Cuánto se lo agradezco, Excmo. Señor!
EL PEQUEÑO, a la se
seño
ñori
rita
ta Mate
Mate,, gi
gimo
mote
tean
ando :— ¡Qui
do:— ¡Quiero
ero hacer
hacer
caca!...
SEÑORITA MATE,
SEÑORITA MATE, cont
contraria
rariadísi
dísima:—
ma:— ¡Oh, muchacho! ¡Cómo dices
eso! (L
(Lee ti ra por un brazo y s
tira see l o l l e va r á p i d ame
am e n t e , en ext
ex t remo
re mo
avergonzada) ¡Disculpe, le suplico, Excmo. Señor! Mil gracias, S eño eñorr
Presidente.
EL
miem
mi CORONEL,
embr
bros Je
Jla,
os de el
ellae,f eofic
ofdeicia
l ales
ialeCsa sdel
a lMil
de MiEjér
Ejl iérci
tacito
r, toe n tyr ade
n d olaa Marina,
l a ca
cabb e z aque
d e lo
los
ses
cuad
cu rann y pr
adra pres
esen
enta
tann su salu
sa ludo
do al Pr
Pres
esid
iden
ente :— Excmo. Señor. (El
te:—
Pre
P resi
side
dent
ntee toca
to ca otro
ot ro ti
timb
mbrere y po
porr la puer
pu erta
ta quequ e da a la secrse cret
etar
aría
ía,,
pene
pe nett ran
ra n var
va r ios
io s mi
mini
nist
stro
ross en m edio
ed io de cie
ci e rto
rt o cu
cucc hi
hich
chee o y revuelo
misteriosos, que el Presidente, lleno de inquietud, se apresura a aca acall
llar
ar
con arrogancia)
EL PRESIDENTE, sa s a li
lien
endo
do rápi
rá pidadame
ment nt e al en
encucuee nt
ntro
ro de a l guno
gu noss
ministros
ministr os que intentan decir algo en alta voz, da unos pasos decididos decididos
y enérgicos en dirección de la puerta que da a los balcones que acaban de
abrirse y po
porr l a que
qu e e ntr
nt r a u n v a s to c la
lamo
morr c onfu
on fuso
so de much
mu ched
edum
umbre
bre
en gran efervescencia, y ordena, erguido, imponente, casi terrible:—
¡Señores, seguidme! ¡Vamos a domar los furores de la masa! ¡A los
balc
ba lcon
ones
es!! (El séquito, sin tiempo ni ocasión de precisar su inquietante
murmullo
murm ullo,, sigue
sigue auto
automát
máticam
icamente
ente y en tropel al Presidente. Luego
resuenan aplausos y voces contradictorias de la multitud)
pue
p uedd e ve
venn ir a ve
verr me dedesp sp ué
uéss d e las
la s s e is
is.. (Ceñudo y reconcentrado,
se s i en
enta
ta a s u esc es c rit
ri t ori
or i o y e n e l m o m e n t o e n q u e e l s équi
équitt o
presidencial
presidenci al esboza nuevos rumores levantiscos, el edecán penetra
apresuradamente)
ACIDAL, so solo
lo,, enju
en jugá
gánd
ndos su dorr y echán
osee el sudo dose viento:— ¡Cordel...
echándose
(En el momento en que Cordel asoma por la puerta que da a la
piez
pi ezaa v ecin a, un t i m b re re s u e n a s o b re l a m e s a y Áci
ec ina, Á cida
da!,
!,
automáticamente, toca otro. Cordel vuelve a escabullirse)
EL PRESID
PRESIDENENTE,
TE, t r a s u n a c o r t a re f l e x i ó n : — Quee
Qu entr
entre.
e.
Inmediatamente. (El edecán se inclina y sale.
sale. Pausa)
EL PREFECTO:—
tratan de entrar a sacoSus gritosy pulperías...
a fondas son de "Pan o trabajo", y algunos grupo
gruposs
EL PRESIDENTE, f ful
ulmi
mina
nant
nte:
e:—— Dispérselos a sable. Que cargue la
caballería.
EL PREFEC
PREFECTO TO,, t í m i d a m e n te
te:: — Ex
Excm
cmo.
o. Seño
Señorr, cont
contes
esta
tarí
rían
an a
pedr
pe dradas.
adas. Están muy excitados. Es de temer que la multi
multitud...
tud...
EL PRES
PRESID IDEN
ENTETE:—
:— Coro
Corone
nell Barr
Barro,
o, rest
restab
ablé
lézc
zcam
amee el or
orde
denn a
cualquier precio que sea. Usted sabrá arreglarse.
EL PRESIDENTE
PRESIDENTE,, po pone
ne brus
br usca
came
ment
ntee fi
finn a la co
cons
nsul
ulta :— ¡Bien!
ta:—
Desoxide
Desoxi ametralladoras alguna vez siquiera. (Un timbre resuena
de las ametralladoras
en el escritorio)
CORDEL:— Ya
Ya ves: todo tiene remedio. Tú eres muy impaciente.
ACIDAL, pr
preo
eocu
cupa
pado
do:—
:— Per o ¿qué ha cemos ahora con la
Pr
Pres
esid
iden
encia?
cia? ¿D
¿Debes
ebes volver
volver a ella
ella o yo me quedo
quedo??
ACIDAL:— ¿En qué sentido hay que contestar a Nueva York? ¿Pido
detalles cablegráficos del arreglo con la Huallaga Corporation? (se dispone
dispone
a partir)
EL SECRETARIO:—
SECRETARIO:— Sí, Excmo. Señor. Una refriega con los manifestantes.
EL PRESIDENT
PRESIDENTE, E, indi
indifer
ferente:— ¡Ah, sí! Avise usted al general Chotango
ente:—
que su nombramiento como ministro de Fomento ha quedado sin lugar.
EL GENE
GENERA RAL L COLO
COLONG NGO: O:—
— Sólo
Sólo el puebpueblo
lo lo pued
puedee deci
decidi
dirr,
ciudadanos. ¡Yo no me sentaré en ella si así no me lo exige el manda-
do popular! (Vivas y rumores bastante confusos)
(Vivas
vicios y democracia
nuestra egoísmos que, desde hace atiempo,
y precipitan carcomen
la patria los cimientos
en el abismo... de
(Aquí,
reflex
reflexiona
iona,, repiti endo)) y precipitan a la patria... en el abismo...
repitiendo
(Sorprendiendo de pronto una mirada pérfida en el secretario) En el
abismo...
EL SECRETARIO:—
SECRETARIO:— En el abismo...
EL PRESIDE
PRESIDENTENTE,, dictando:— Bueno... Conculcadas por los gobiernos
anteriores...
EL SECRETARIO:— Anteriores...
EL PREPRESIDE
SIDENT
NTE:
E:—
— ¡Vi¡Viva la Patr
Patriia! ¡V
¡Viv
ivaa la demdemocra
ocraci
ciaa! (El
secret
se cretar
ario,
io, en un nuevo
nue vo descui
des cuido
do del Preside
Pres idente
nte,, ha sa
salta do,, en un abrir
ltado
y cerrar de ojos, a la silla presidencial y en ella se queda sentado
soberanamente)
EL GENERAL
GENERAL COLONG
COLONGO,
O, en un postr
postrer
er al
aleg
egat
ato:— ¡Trai
o:— ¡Traidor!
dor! ¡V
¡Voy
oy a
llamar!...
EL PRESIDEN
PRESIDENTE TE SELAR,
SELAR, apuntando con su revólver a Colongo:—
¡Siéntese y agregue al manifiesto lo que voy a dictarle!
EL SECRET
SECRETARI ARIO O COLONG
COLONGO, O, escribe, silabeando:— La-li-ber-tad... la-i-
gual-dad... y la fra-ter-ni-dad.
firm
fi rman
ando
Colongo do,
, gu
guacomo
saca, a rdan
rd ando
do su revó
re vólv
relámpago, ellver
er e n l a mano
suyo) ma no izquierda, el secretari
secretarioo
EL PRESIDE
PRESIDENT NTEE SELAR
SELAR:—:— ¡Que
¡Que se cree
cree us
uste
ted!
d! (Entonces, Colongo
con su revólver en una mano, toma con la otra por el brazo a Selar
y lo saca de un tirón brutal de la silla presidencial y se sien
si enta
ta en ella)
COLONGO,
pe
perm
rman
anec
ecee in de
inmó nuevo
móvi
vil an tepresidente
l ante presi
él :—dente
él:— de laenRepública,
Siéntese su sitio de ordena a Selar,
secretarioSelar
o lo ,hago
que
pe rman
perm anec
ecee in
inmó
móvi
vill ante
an te él:
él :
fusilar acto seguido.
F I N
SCG
2009