Revista de La Facultad
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Revista
de la
Facultad
Vol. I • Nº 1 • nueva serie II
I.S.B.N. EN TRAMITE
DIRECTOR HONORARIO
Víctor F. Reinaldi
DIRECTORA
Zlata Drnas de Clément
SECRETARIA
Carla Saad de Bianciotti
CONSEJO DE REDACCIÓN
José C. Bocchiardo
Eduardo Fanzolato
Ricardo Mirolo
Luis Moisset de Espanés
Myriam Consuelo Parmigiani de Barbará
Luis Ignacio Savid Bas
Rafael Vaggione
Alberto Zarza Mensaque
CONSEJO ASESOR
Marcela Aspell (CONICET)
Manlio Bellomo (Universidad de Catania- Sicilia - Italia)
Jorge De La Rúa (Universidad Nacional de Córdoba)
José Antonio Escudero López (UNED - España)
Gonzalo Fernández (Universidad Nacional de Córdoba)
Carlos Garriga (Universidad del País Vasco - España)
Hortensia Gutiérrez Posse (Universidad Nacional de Buenos Aires - Argentina)
Ricardo Haro (Universidad Blas Pascal)
Waldemar Hummer (Universidad de Innsbruck - Austria)
Alicia Morales Lamberti (Universidad Nacional de Córdoba)
Juan Carlos Palmero (Academia Nacional de Derecho y Ciencias Sociales de Córdoba)
Antonio Remiro Brotóns (Universidad Autónoma de Madrid - España)
Horacio Roitman (Universidad Empresarial Siglo 21)
Jorge Horacio Zinny (Universidad Nacional de Córdoba)
III
2010 - Año del Bicentenario
AUTORIDADES
RECTORA
S. Carolina SCOTTO
VICERRECTORA
Hebe S. GOLDENHERSCH
DECANO
Ramón Pedro YANZI FERREIRA
VICEDECANO
Manuel CORNET
PROFESORES TITULARES
TITULARES SUPLENTES
VII
PROFESORES ADJUNTOS
TITULARES SUPLENTES
DOCENTES AUXILIARES
TITULARES SUPLENTES
EGRESADOS
TITULARES SUPLENTES
ESTUDIANTES
TITULARES SUPLENTES
NO DOCENTES
TITULAR SUPLENTE
VIII
INDICE
Reglamento de la Revista- Normas editoriales VIII
Presentación XVII
DOCTRINA E INVESTIGACIÓN
¿QUÉ VIDA SERÁ LA MÍA ENTRE LOS CRISTIANOS DESPUÉS DE TANTOS AÑOS QUE FAL-
TO DE MI PUEBLO?
SOLDADESAS, FORTINERAS Y CAUTIVAS EN LAS FRONTERAS DEL SIGLO XIX
¿WHAT LIFE WILL BE MINE AMONG CHRISTIANS AFTER ALL THESE YEARS I’M AWAY
FROM MY PEOPLE?”
WOMEN SOLDIERS, BARRACKERS AND CAPTIVES AT THE BORDER OF XIX CENTURY
Marcela Aspell 23
IX
ALGUNAS REFLEXIONES SOBRE LA EVOLUCIÓN DE LA TUTELA DE LOS DERECHOS ECO-
NÓMICOS, SOCIALES Y CULTURALES (DESC) EN EL SISTEMA INTERAMERICANO
SOME REFLECTIONS ON THE PROTECTION OF ECONOMIC, SOCIAL AND CULTURAL
RIGHTS (ESCR) AT THE INTERAMERICAN HUMAN RIGHTS SYSTEM
Carlos Teijo García 77
JURISDICCIÓN LABORAL EN BRASIL: BLOQUEOS Y DESAFÍOS
LABOR JURISDICTION IN BRAZIL: CHALLENGES AND LOCKS
Luciano Athayde Chaves. Traducción de Carlos A. Toselli y Victorino F. Solá 89
DOSCIENTOS AÑOS DE INMIGRACIÓN EN ARGENTINA (1810-2010)
200 YEARS OF INMIGRATION IN ARGENTINA (1810-2010)
María Cristina Rodríguez de Taborda 121
JURISPRUDENCIA
CRONICAS E INFORMACIONES
recensiones
ALONSO GARCÍA, Ricardo (Edit.). Derecho de la Unión Europea, Textos y Materiales Edit.
Aranzadi SA, Pamplona, 2010, 404 páginas.
Ezequiel Lenardón 199
X
CIENFUEGOS MATEO, Manuel y SANAHUJA PERALES, José Antonio (Eds.). Una región en
construcción. UNASUR y la integración en América del Sur, Barcelona, Fundación CIDOB, 2010.
Antonio Martínez Puñal 200
CORTÉS DE ARABIA, Ana María. “Elementos para una enseñanza interactiva y la práctica
eficiente del Derecho” Con la colaboración de María Cristina Plovanich. Edit. Advocatus, Cór-
doba, Argentina, 2010. 211 páginas. Segunda Edición.
Ingrid Carletto 202
DREYZIN DE KLOR, Adriana – PEROTTI, Alejandro Daniel. Prólogo de Ricardo Alonso Gar-
cía. El rol de los tribunales nacionales de los Estados del MERCOSUR, Editorial ADVOCATUS,
Córdoba (Argentina), Setiembre de 2009.
Gualtiero Martin Marchesini 208
DRNAS DE CLÉMENT, Zlata y SARTORI, Marta Susana. La aplicación del Derecho Internacio-
nal en los fallos de la Corte Suprema de Justicia de la Nación Argentina. Fuentes normativas.
Subjetividad internacional. Órganos de representación. Inmunidad de jurisdicción y ejecución.
Tomo I, Lerner Editora S.R.L., Córdoba 2010, 208 páginas.
Yanina Ruth Zenere 213
REMIRO BROTÓNS, Antonio (Ed.) – ANDRÉS SÁENZ DE SANTA MARÍA, Paz – PÉREZ-PRAT
DURBAN, Luis – RIQUELME CORTADO, Rosa. Los límites de Europa, Edit. Academia Europea
de Ciencias y Artes, España, 2008, 456 páginas.
Ana Martha Ruiz Tamagnini 215
VAURS CHAUMETTE, Anne-Laure. Les Sujets du droit international penal. Vers une nouvelle
definition de la personalité juridique internationale?, Edit. Pedone, París, 2009, 545 páginas.
Gisela Sabrina Tironi 216
XI
El concepto sociologico de derecho
The sociological concept of law
Resumen: ¿Cuál debería ser el tema central de la sociología del derecho? ¿Qué
debería considerar como “derecho”? Las respuestas a estas preguntas no son
autoevidentes, aunque resultan básicas en cualquier intento de desarrollar una
teoría sociológica del derecho. En la literatura se encuentra una amplia variedad
de enfoques. Al estudiar las prácticas regulatorias sistemáticamente organiza-
das, sin embargo, un concepto de derecho entendido como doctrina institucio-
nalizada parece particularmente útil. Esto no restringe la noción al derecho del
estado o al derecho tal como lo entienden los juristas, aunque trata la regulación
producida y aplicada por las agencias del estado centralizado como las formas
dominantes del derecho contemporáneo. Las discusiones en torno al concepto
de derecho, sirven como un punto de partida esencial para tratar de reinterpre-
tar la teoría jurídica y el campo del derecho en términos sociológicos.
Abstract: What should sociology of law take as its central subject - matter?
What should it treat as ‘law’? The answers are not self-evident but must be the
basis of any attempt to develop a sociological theory of law. A wide variety of
approaches is advocated in the literature. In studying systematically organized
regulatory practices, however, a concept of law as institutionalized doctrine
seems particularly useful. This does not restrict law to state law or “lawyers’
law”, but it treats the regulation produced and applied by agencies of the cen-
tralized state as the dominant form of contemporary law. Arguments around
the concept of law serve as an essential starting point for trying to reinterpret
legal theory and the field of law in sociological terms.
Palabras clave: Concepto de Derecho - Sociología del Derecho - Doctrina ins-
titucionalizada.
Key words: Concept of Law - Sociology of Law - Institutionalized doctrine.
(*)
Roger Cotterrell es Profesor en el Department of Law, Queen Mary and Westfield College, University of
London. Entre sus obras más conocidas se cuentan Sociology of Law: An Introduction (1991), cuya versión
española ha sido publicada por la editorial Ariel, Barcelona, 1995. Se destacan igualmente The Politics of Juris-
prudence: a Critical Introduction to Legal Philosophy (Londres, Butterworths, 1989) y Law’s Community: Legal
Theory in Sociological Perspective, (Oxford University Press, Oxford, 1995).
(**)
María Inés Bergoglio es Doctora en Ciencia Política y Especialista en Sociología Política (Centro de Estudios
Constitucionales, Madrid), y Profesora Titular de Sociología Jurídica A en la Facultad de Derecho, Universidad
Nacional de Córdoba.
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Revista de la Facultad
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Roger Cotterrell
de vista de la teoría jurídica normativa. Esto resulta así a pesar del hecho de que las técnicas de la
teoría jurídica normativa pueden ser y de hecho son aplicadas al análisis de otros sistemas norma-
tivos diferentes de los sugeridos por la doctrina profesional de los juristas.
El Concepto de Derecho en la Teoría Jurídica Empírica
Las variadas perspectivas del análisis jurídico que pueden ser categorizadas como sociológi-
cas en un sentido amplio, resultan unificadas solamente por su deliberado auto-distanciamiento
del punto de vista profesional de los abogados. Una de las metas implícitas de la teoría jurídica
empírica es ver al derecho “desde afuera”, desde la perspectiva de un observador de las insti-
tuciones legales, de la doctrina y del comportamiento jurídico antes que desde la perspectiva
de un participante, aunque las percepciones de los participantes puedan ser tomadas en cuen-
ta como datos por los observadores. Por supuesto, desde un punto de vista fenomenológico, la
interpretación de las percepciones de los participantes puede ser de importancia fundamental;
sin embargo tales interpretaciones resultan posibles únicamente a través de un distanciamiento
científico tan específico y profundo como el implicado en la empatía que el observador busca con
el observado. Los análisis sociológicos del derecho tienen como único propósito unificador el
intento de remediar la supuesta inadecuación de los análisis doctrinarios del derecho realizados
por los juristas.
Más allá de este objetivo, el análisis sociológico puede tener una variedad de metas: pue-
de ser un complemento de los análisis doctrinarios de los juristas, que revele las consecuencias
sociales y ambientales de la política jurídica o del desarrollo doctrinario o institucional (1), o
sus causas, como contribución a los debates de política jurídica realizados por los abogados. Al-
ternativamente, en otros enfoques teóricos se puede intentar proveer un sustituto del análisis
doctrinario que revele la ‘falta de realidad’ de los conceptos legales (2) o la necesidad de políticas
legales que eludan las disputas doctrinarias, (por ejemplo, a través del uso de estadísticas o resú-
menes, a través de importaciones de la psicología, de enfoques positivistas de los tratamientos en
la justicia penal y en otras partes). Finalmente, puede buscar explicar en términos sociológicos al
derecho como doctrina, como prácticas o como instituciones, tratando a éstas como la materia
del análisis científico y por lo tanto distanciándose asimismo de las funciones manifiestas o de
los propósitos declarados del derecho que en sí mismos son tratados como partes del tema de
investigación. Detrás de tal objetivo, generalmente se encuentra el interés de adoptar un punto
de vista epistemológico desde el cual sea posible efectuar una crítica radical y un desafío a las
concepciones que los juristas sostienen sobre el derecho. Para algunos críticos este es un paso
hacia una reestructuración fundamental de las instituciones legales; para otros puede ser parte
del intento de demostrar la necesidad de y explorar la posibilidad de un orden social que prescin-
da del derecho —al menos en sus formas aceptadas—.
(1) GURVITCH GEORGE, Sociology of law, Routledge y Kegan Paul, Londres, 1947, p.7. Tales objetivos pueden
ofrecer las mejores perspectivas de comprensión y apoyo por parte de los abogados, como “servicio mutuo”
(cf. WILLOCK I.D. “Getting on with Sociologists”, British Journal of Law and Society, Londres, 1974, p.5-6) y ayudar
a desarmar a “poderosos antagonistas” (cf. Gurvitch op.cit.). Ver también CARBONNIER Jean, Sociologie juridique,
Presses Universitaires de France, Paris, 1978, pp. 369 y ss.
(2) Ver por ejemplo PODGORECKI, Adam (Law and Society, Routledge & Kegan Paul, Londres, 1974, p. 47),
quien sugiere a la sociología del derecho como un reemplazo empírico de la teoría jurídica. Eugen EHRLICH
(Fundamental Principles of Sociology of Law, e.o.1936, Arno Press, New York, 1975, pp. 339-40), siguiendo los
dictados de los juristas Freirechtslehre argumenta a favor de una sociología del derecho parcialmente como
sustituto del análisis conceptual y parcialmente como su base científica. Para un escrito típico entre los que
se hacen desde una perspectiva psicológica puede verse MEEHL (“Law and the Fireside Inductions: Some
Reflections of a Clinical Psychologist” en Journal of Social Issues, Vol. 27, Nr. 4, 1977). Una polémica temprana que
enfatiza las raíces de este enfoque en la teoría realista se encuentra en Cohen: “Los conceptos legales son entidades
sobrenaturales que no tienen una existencia verificable salvo a los ojos de la fe” (COHEN F.S. “Trascendental
Nonsense and the Functional Approach”en The Legal Conscience: Selected Papers of Felix Cohen, Yale University
Press, New Haven, 1960, p.821).
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Revista de la Facultad
(3) Cf. NELKEN David, “The Gap Problem in the Sociology of Law: A Theoretical Review”, Windsor Yearbook
of Access to Justice, Londres, 1981.
(4) Ver por ejemplo LLOYD OF HAMPSTEAD, LORD Y FREEMAN M.D. Lloyd’s Introduction to Jurisprudence,
Stevens, Londres, 1985, pp. 60-1, y 131-3; SUMMERS R.S., More Essays in Legal Philosophy: General Assessments
of Legal Philosophies, Blackwell, Oxford, 1971.
(5) BLACK, Donald, The Behavior of Law, Academic Press, New York, 1976.
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Roger Cotterrell
gal. El sociólogo jurídico debe volverse un abogado, para desafiar o ir más allá de las concepciones
que los juristas sostienen sobre el derecho.
Los conceptos sociológicos de Derecho: esbozo de una tipología
El monismo jurídico
Los conceptos sociológicos de derecho caen en tres categorías amplias, la última de las cuales
necesita una mayor subdivisión. En la primera categoría, el derecho es entendido en términos de las
definiciones convencionales que los abogados hacen del derecho. Por lo tanto, en las sociedades oc-
cidentales contemporáneas así como en muchas otras, se entiende que el derecho es en esencia el
derecho del estado, tal como es reconocido por los abogados y por los tribunales y como es hecho
cumplir por las agencias del estado. Cualquiera sea la posición que se asuma con relación a las so-
ciedades sin estado, en las sociedades políticamente organizadas, el efecto de esta conceptualización
del derecho, es borrar, por definición, muchos problemas de la relación entre el derecho y el estado.
Si para Kelsen el estado es simplemente el orden jurídico visto desde un punto de vista particular (6)
para muchos análisis marxistas el derecho ha sido el estado visto desde un punto de vista particular o
un aparato técnico del poder estatal. Mientras que el estado ha constituido un foco importante de las
preocupaciones de los marxistas, el derecho ha sido hasta hace relativamente poco de escaso interés:
una teoría empírica del derecho parece innecesaria cuando se supone que el conocimiento del dere-
cho depende exclusivamente de una comprensión adecuada de la naturaleza del estado (7).
Aún los análisis marxistas contemporáneos, —ya sea que estén basados en la teoría de la mer-
cancía, de la derivación del estado o de la autonomía relativa del derecho— del derecho en las
sociedades capitalistas avanzadas no consideran la posibilidad o la utilidad de conceptualizar al
derecho de un modo potencialmente o de hecho más amplio que lo que éste aparece en la mirada
de los abogados, es decir, en la ley tal como es creada, interpretada y aplicada, por lo que puede ser
entendido en términos de sentido común como las agencias del estado (8). Las definiciones con-
vencionales generalmente aparecen adecuadas dentro de una tradición de investigación que no
incluye el derecho como uno de sus objetos de análisis primarios teóricamente especificados.
Muchos enfoques sociológicos no marxistas de los estudios jurídicos adoptan una concepción
similar del derecho. Donald Black, quien en otros aspectos ofrece una crítica conductista radical
de las concepciones de los juristas del derecho como doctrina, caracteriza al derecho como control
social gubernamental, como la vida normativa de un estado y sus ciudadanos (9). Adam Podgo-
(6) KELSEN Hans, General Theory of Law and State, Russell y Russell, Nueva York, 1945, pp.190-1.
(7) El trabajo de Pashukanis provee una excepción interesante, en cuanto intenta combinar una concepción
leninista del estado con una teoría del derecho derivada del análisis de Marx sobre el fetichismo de las
mercancías. Pero el resultado es un análisis ambiguo y vago de las funciones jurídicas del estado, inapropiado
para el proyecto político del marxismo soviético de la época en que fue escrito, y que resultó la razón del rechazo
de la teoría en la política marxista. Ver PASHUKANIS (Law and Marxism: A General Theory, Ink Links, Londres,
1978: cap. 5) y COTTERRELL (“Commodity Form and Legal Form: Pashukanis Outline of a Materialist Theory of
Law”, Ideology and Consciousness, No. 6, 1979).
(8) A pesar del hecho de que varios sofisticados análisis marxistas recientes del estado han rechazado
deliberadamente las connotaciones de sentido común de las agencias del gobierno, prefiriendo una concepción
que acentúa la penetración de los controles estatales en la esfera ´privada´. Son importantes en este aspecto
los trabajos de Nicos Poulantzas y Louis Althusser, y las modernas interpretaciones de las visiones de Gramsci.
Sin embargo, en esos trabajos se conceptualiza todavía al derecho como el derecho de los juristas, aplicado por
las agencias del gobierno, aunque, notablemente en el concepto de Althusser de los aparatos ideológicos del
estado, se acepta su penetración como ideología a través de muchos niveles de las relaciones sociales.
(9) BLACK Donald, op.cit y también “The Boundaries of Legal Sociology” (Yale Law Journal, 1972, p. 1096), donde
se sostiene que el concepto resulta “más inclusivo de lo que un abogado americano consideraría correcto”, aunque se
excluyen algunas formas de control social tales como “las reglas burocráticas en las organizaciones privadas”. Mientras
que el concepto carece indudablemente de precisión y en la visión de Black puede abarcar “cualquier acto de un cuerpo
político que concierne a la definición del orden social o su defensa”, resulta claro que en la práctica de investigación
funciona como una versión estrictamente conductista de la concepción del derecho estatal.
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Revista de la Facultad
recki mantiene una definición práctica del derecho como el derecho de los juristas, junto con una
definición teórica en términos más amplios. Roberto Unger (10) ofrece tres conceptos de derecho
ordenados en una matriz histórica de modernización. En esta perspectiva, el derecho moderno es
el orden jurídico oficial y autónomo del estado moderno. En los principales escritos de Talcott Par-
sons sobre el derecho (11) se lo entiende como lo hacen los juristas en las sociedades políticamente
organizadas, como una variedad específica de las normas sociales. En estas concepciones del dere-
cho similares a las de los juristas, otros sistemas normativos de la sociedad pueden ser vistos como
derivados directa o indirectamente del derecho o creados o mantenidos “por delegación” (12) o
como fuentes que influyen en el contenido del derecho. No obstante, se los ve como distintos y en
último término subordinados al derecho.
El pluralismo jurídico
Podría pensarse que estos puntos de vista sobre el concepto del derecho son en muchos as-
pectos obvios y realistas; sin embargo aun en el uso convencional occidental contemporáneo,
el derecho no se refiere únicamente al derecho del estado, sino también por ejemplo al derecho
creado y aplicado por las agencias internacionales y al derecho religioso transnacional (por ejem-
plo, el derecho canónico) e históricamente ha incluido numerosas formas de derecho, (por ejem-
plo consuetudinario, territorial, mercantil, personal, eclesiástico); cuya creación, interpretación,
y aplicación no ha dependido de ninguna manera de las agencias del estado. Tal uso ha influido,
sin duda, en la aparición de un segundo tipo de conceptualización sociológica del derecho que
enfatiza “el pluralismo jurídico” (13).
La esencia de estos conceptos de derecho es que el derecho estatal o de los juristas es sólo una
de las formas del derecho, y no necesariamente debe ser vista en términos sociológicos como la
dominante. El derecho existe en varios estratos o niveles (Gurvitch 1947); puede existir en las aso-
ciaciones (Gierke 1900, 1934, 1977; Erlich 1936), en las instituciones (Romano 1975; Broderick 1970)
o en sistemas sociales de tamaño y naturaleza variada. Los grupos sociales de cualquier tamaño
pueden ser vistos como enfrentando las mismas necesidades jurídicas fundamentales (Llewellyn
1940) (14). Se ha visto como el derecho incluye no sólo sus formas oficiales y positivas, sino también
las informales e intuitivas (Petrazycki 1955).
¿Cuál es el significado de tales conceptualizaciones? Invariablemente es el intento de recla-
mar a través de la misma definición de derecho que las ideas legales y los problemas fundamenta-
les del pensamiento jurídico familiares a los abogados, penetran, en algún sentido, la vida social.
Así, en la obra de Georges Gurvitch se sugiere un enfoque fenomenológico para el análisis del
derecho, a través de la misma definición de la esfera jurídica. Si la concepción centrada en el de-
recho estatal enfatiza la importancia política del derecho y la relación entre el derecho y el poder
del estado, la concepción del pluralismo jurídico tiende a acentuar la significativa importancia
social de las ideas jurídicas como respuestas a problemas fundamentales de la interacción social
bastante independientes del estado aunque desarrollados en algún nivel particular de la vida
política del estado. El problema fundamental de muchos de tales enfoques pluralistas es el de ex-
plicar la relación entre los distintos niveles del derecho (Fitzpatrick 1983). En consecuencia estos
(10) Roberto Mangabeira UNGER, Law in Modern Society: Towards a criticism of Social Theory, Free Press,
New York, 1976.
(11) Cf. “The Law and Social Control” en W.M. Evan (ed) Law and Sociology: Exploratory Essays, Free Press,
Glencoe, 1962; Societies: Evolutionary and Comparative Perspectives, Prentice Hall, Englewood Cliffs , 1966: y
The System of Modern Societies Prentice Hall, Englewood Cliffs 1971.
(12) CARBONNIER, op. cit.
(13) CARBONNIER op. cit, pp. 208-18.
(14) Ver las observaciones de LLEWELLYN sobre el derecho folk en “A Realistic Jurisprudence – The Next
Step”, Columbia Law Review, Vol. 30, pp. 431-65, 1930.
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Roger Cotterrell
conceptos parecen a muchos autores completamente inadecuados para confrontar las dimensio-
nes políticas del derecho, mientras que para otros abren, imaginativamente, las posibilidades de
interpretar sus complejas dimensiones sociales.
El derecho estatal como la forma dominante aunque no exclusiva del derecho
El tercer tipo de conceptualización sociológica del derecho, ofrece una suerte de compromiso
entre los dos anteriores. Su esencia es que el derecho es definido de un modo más amplio que el
derecho estatal o de los juristas y las definiciones prácticas de los abogados de lo jurídico son con-
sideradas sociológicamente inadecuadas; no obstante la definición sociológica implica otorgar una
clara primacía analítica al derecho estatal en las sociedades contemporáneas, de tal modo que para
muchos, aunque no todos los propósitos, el derecho en estas sociedades puede ser ampliamente
asimilado al derecho tal como lo entienden los abogados. Estos enfoques tratan una característica
institucional particular del derecho estatal contemporáneo como esencial a la definición del dere-
cho. El derecho existe en la medida en que esta característica institucional esté presente.
Se encuentran tres variantes de este enfoque representadas en la literatura, focalizadas en tres
características institucionales del derecho: la aplicación del derecho, el procesamiento de las dispu-
tas y el desarrollo de la doctrina. Así, la definición de derecho de Max Weber (1978: 34) reposa en la
existencia de la sanción “Un orden debe llamarse ...Derecho cuando está garantizado externamente
por la probabilidad de la coacción (física o psíquica) ejercida por un cuadro de individuos instituidos
con la misión de obligar a la observancia de ese orden o de castigar su transgresión”. La esencia del
derecho es la existencia de un poder de policía reconocible (ver también por ejemplo Hoebel 1954:26;
Radcliffe-Brown 1933,1934) que puede existir en muchos grupos o sistemas sociales pero que alcanza
un nivel de desarrollo particularmente significativo en el estado, por lo que el derecho estatal resulta
dominante tanto en la realidad social como en los análisis sociológicos del derecho.
De modo similar, el elegante énfasis reciente en el procesamiento de las disputas, ha provisto
un medio de evitar la limitación de los estudios a los procesos formales del derecho de los juristas
y ha hecho posible no solamente importantes avances en el análisis antropológico de los mecanis-
mos de control social sino también en el estudio teórico de la relación entre las instituciones forma-
les e informales de resolución de disputas en las sociedades occidentales (Abel 1973). Sin embargo,
no hay duda de que en gran parte de la discusión reciente sobre las instituciones de resolución de
disputas comunitarias e informales en las sociedades occidentales, se supone el predominio final
del sistema estatal de tribunales y la informalidad aparece como su soporte y su ampliación. (ver
por ejemplo Abel 1981; Bankowski y Mungham 1981; Cain y Kulcsar 1982).
Finalmente, un tercer enfoque se concentra en el derecho como doctrina o discurso, un modo
particular de razonamiento y solución de problemas. Desde esta perspectiva, el derecho típicamen-
te aparece como una variedad de reglas sociales que se distinguen de otras por mecanismos institu-
cionales relativamente desarrollados para su creación, revelación, descubrimiento, interpretación
o aplicación. A diferencia del primero o del segundo enfoque institucional, éste no especifica los
procesos de aplicación o adjudicación como centrales, sino que enfatiza la integridad de la doctrina
cualquiera sea la naturaleza de los procesos institucionales en los cuales la doctrina es desarrollada.
El concepto de “legalidad” deviene centralmente importante en algunos de estos enfoques, —de
hecho, la esencia de lo legal— lo que implica pre-requisitos procedimentales, así como consecuen-
cias para el desarrollo coherente de la doctrina (ver por ejemplo Selznick 1969; Skolnick 1975) e
importantes matices morales (Fuller 1969; Selznick 1961). Su alter ego, el “legalismo”, que sugiere
las consecuencias adversas o patológicas de un razonamiento sujeto a reglas sobre la organización
social, constituye el foco de otro tipo de análisis, con frecuencia más crítico (Shklar 1964).
El peligro de este foco de análisis es el de suponer que ciertas características doctrinales contin-
gentes de ciertos órdenes jurídicos particulares constituyen una esencia del derecho, una falla que
ha sido expuesta sin misericordia por los críticos de algunas tempranas concepciones sociológicas
del derecho como doctrina, que implican caracterizaciones excesivamente rígidas de los supuestos
sociológicos de la existencia de las reglas generales (ver Black 1970; 1972).
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Revista de la Facultad
Discusión
El significado de un concepto de derecho no limitado al derecho estatal
Las distintas categorías de derecho delineadas más arriba han servido de base para análisis
significativos del derecho. ¿Es necesario o posible hacer algunas observaciones generales acerca
de la utilidad relativa de estos enfoques? No es necesario decir que una definición de derecho no
impide al investigador estudiar otros fenómenos sociales más allá de la definición, vistos para cier-
tos propósitos como relevantes para el análisis jurídico. Sin embargo, el uso del término “derecho”
en estudios de la regulación social o del orden social es importante ya que tal designación sugiere
un carácter integrado del objeto de estudio, que lo separa de otros fenómenos que pueden parecer
similares en otros aspectos.
Ligar el derecho al derecho estatal o de los juristas impone límites definidos al grado con el que el
derecho puede ser contemplado en formas radicalmente diferentes, mientras retiene algunas continui-
dades importantes, con lo que es familiar actualmente a los juristas. Ver al derecho como más amplio
que el derecho estatal —como abarcando los así llamados sistemas legales privados (Evans 1962), o las
formas de orden social o interacción social en diversos grupos, instituciones o asociaciones— es sos-
tener seriamente la hipótesis que los problemas de regulación legal, de los que se ocupan legisladores
y juristas, pueden surgir, de alguna manera, en muchos tipos diferentes de sistemas normativos. Estos
problemas incluyen aquellos de la justificación de la toma de decisiones jurídicas y los de las bases de
autoridad de los procesos adjudicativos; de las condiciones de legitimidad de los órdenes jurídicos; de
las relaciones entre las distintas fuentes de autoridad legal; de las condiciones de la efectividad de la
aplicación del derecho; de la interpretación, desarrollo, generalización y sistematización de las reglas;
de la traducción de metas y políticas en regulaciones; de la relación entre regla y discrecionalidad como
mecanismos administrativos y entre seguridad jurídica y justicia como ideales jurídicos.
Suponer que estos y otros problemas acerca del derecho son privativos del derecho de los juris-
tas es hacer supuestos innecesariamente restrictivos. Las cuestiones implicadas pueden sin duda,
ser desarrolladas más completamente y con más sofisticación con relación al derecho de los ju-
ristas. Algunos de estos problemas pueden de hecho estar ausentes en otros sistemas normativos.
La especificación de cuál de estos focos de análisis resulta central y cuál periférico en el estudio
jurídico que se extiende a órdenes normativos diferentes del derecho estatal dependerá en parte
de la elección de un concepto particular de derecho. Sin embargo, ampliar el concepto de dere-
cho más allá de las perspectivas de los juristas es establecer la necesidad sociológica de considerar
la posibilidad de que el pensamiento legal o los procesos legales en varias formas empíricamente
analizables pueden ser un rasgo relativamente penetrante de la vida social antes que un fenómeno
aislado limitado a una esfera profesional estrecha.
La sociología del derecho puede aprovechar mejor en el presente estadio de su desarrollo la
existencia de pluralidad de enfoques con relación al problema del concepto de derecho. Por su-
puesto, está implícito en lo que dijimos más arriba que la variedad de las perspectivas de los autores
en este campo hace esta pluralidad probablemente inevitable bastante aparte de cualquier cues-
tión relativa a su deseabilidad. Sin embargo, el interés creciente en los enfoques fenomenológicos
y anarquistas del análisis jurídico sugiere una reorientación hacia una seria preocupación con los
sistemas no estatales de regulación en las sociedades occidentales contemporáneas y con los pro-
cesos de formación de reglas sociales bastante más allá de los procesos formales de creación del
derecho (15). Si, no obstante, el concepto de derecho dominante en la sociología del derecho con-
(15) Hay también evidencia de la creciente preocupación con las condiciones del pluralismo jurídico y
político en las sociedades occidentales entre algunos escritores marxistas. Ver FITZPATRICK (“Marxism and Legal
Pluralism”, Australian Journal of Law and Society, Vol. 1, No. 2, pp.45-59, 1983) y GERAS (“Classical Marxism and
Proletarian Representation”, New Left Review, No. 125, pp. 75-89, 1981). Pero la cuestión de si la teoría marxista,
con su preocupación por una “totalidad social” concebida en términos de modos de producción integrados puede
acomodar tal concepción pluralista del derecho está aún abierta en el presente. Ciertamente cualquier desarrollo
de este tipo requeriría una reestructuración fundamental de los conceptos marxistas establecidos.
58
Roger Cotterrell
temporáneo permanece aferrado al concepto de derecho estatal, el peligro es que los problemas
del derecho de los juristas pueden ser vistos como analíticamente distintos de aquellos presentes
en otros sistemas regulatorios actuales o potenciales. Así, algunos autores pueden predecir el decai-
miento del derecho, sin una consideración seria de la posibilidad de que tal como las cabezas de la
hidra, el derecho y sus problemas y consecuencias puedan ser cortados en sus formas más visibles
(como derecho estatal), sólo para permanecer o reaparecer en otras regiones de la vida social a las
que de hecho penetra.
Los problemas de un pluralismo jurídico no comprometido, que no acuerda una primacía teóri-
ca al derecho estatal han sido claramente establecidos por la literatura (ver por ejemplo Carbonnier
1978:213 y siguientes) e insinuados más arriba. La relación entre derecho y estado, crucialmente
importante en ese enfoque, es con frecuencia tratada de un modo sólo periférico, y la relación entre
el derecho estatal y otras formas de orden normativo continúa siendo un problema sin solución. Un
concepto de derecho que resulte útil hoy debe sin duda tratar al derecho de los juristas como cen-
tral, como foco primario del análisis. No obstante si el análisis debe ser desarrollado hasta explorar
completamente el alcance dentro de la sociedad del derecho considerado tanto como instrumento
y formalización del poder, y como fenómeno ideológico, parece haber buenas bases para hacer
central la hipótesis de que el pensamiento jurídico no es simplemente el pensamiento de los juris-
tas y que las características que la sociología del derecho identifica en las instituciones jurídicas del
estado pueden no ser exclusivas de ellas.
Una consecuencia de esto puede ser evitar el pensamiento utópico que sugiere sin demostra-
ción empírica que los rasgos del derecho estatal y de sus instituciones que la sociología del derecho
identifica no se replicarán de diversos modos en los procesos adjudicatorios o regulatorios infor-
males, o en los sistemas sociales (por ejemplo, regiones, colectivos, organizaciones autónomas o
semi-autónomas o grupos) más pequeños que el estado-nación que forma la unidad típica de la
jurisdicción legal moderna (ver Dahl y Tufte 1974; Newton 1982; Black 1974; Taylor 1982). Otra con-
secuencia puede ser contemplar seriamente la posibilidad de que la experiencia de las formas de
organización social bastante separadas del sistema jurídico oficial del estado puedan arrojar luz so-
bre problemas de orden normativo considerados típicamente sólo con relación al derecho estatal o
de los juristas (16). La experiencia de órdenes jurídicos “más simples” en sistemas sociales más sim-
ples que el estado-nación puede ayudar a comprender lo legal, de modo paralelo a la comprensión
de las sociedades complejas que los antropólogos han argüido con frecuencia como justificación
para el estudio de sociedades relativamente simples.
Este tipo de consideraciones sugiere conexiones entre las preocupaciones de la sociología del
derecho y la sociología de las organizaciones. Así, en algún estadio de los desarrollos recientes de
la sociología del derecho las influencias provenientes de este otro campo de la investigación social
han resultado manifiestas (17). Una reciente revisión de los problemas en el campo de la sociología
de las organizaciones (Manning 1982) llama a una reorientación de énfasis para tomar en cuenta la
creciente importancia de las perspectivas fenomenológicas y otros desarrollos recientes en la teoría.
Así, Peter Manning nota el fracaso de los estudios sociológicos para encontrar un modo de especi-
(16) Estos son, obviamente, los supuestos metodológicos subyacentes a la teoría de Llewellyn de las tareas
del derecho (law jobs) (LLEWELLYN K. “The Normative, the Legal and the Law-jobs”, Yale Law Journal, Vol. 49,
pp. 1355-400, 1940), la que audazmente abarca el “derecho” de “una pareja recién casada, una sociedad recién
formada, el grupo de juego casual de dos niños”. Ver la ilustración ficticia del “niño legalista” en TWINING Y
MIERS (How to do things with Rules, Weidenfeld y Nicholson, Londres, 1991).
(17) Particularmente a través de la influencia de escritores como SELZNICK y EVAN. Para análisis
modernos ver por ejemplo EVAN (“Administrative Law and Organization Theory” en Evan W., Social Structure
and Law: Theoretical and Empirical perspectives, Sage, Newbury Park, 1990); BAUM L. (“Implementation of
Judicial decisions: An Organizational Analysis” American Politics Quarterly, Vol. 4, pp. 86-114, 1976). Pero las
preocupaciones presenten atañen a los problemas organizacionales del sistema jurídico estatal antes que a los
problemas regulatorios de las organizaciones, analizados como problemas relevantes de la teoría jurídica.
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Revista de la Facultad
(18) Ver especialmente las obras de Michel FOUCAULT, y también MATHIESEN (Law, Society and Political
Action: Towards a Strategy Under Late Capitalism, Academic Press, Londres, 1980); y DONZELOT ( The Policing
of Families: Welfare versus the State, Hutchinson, Londres, 1980).
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Roger Cotterrell
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Revista de la Facultad
una estructura institucional para el desarrollo y la organización de la doctrina. Tal estructura ins-
titucional puede presumiblemente tomar muchas formas diversas y no necesariamente proveer
las tres funciones de creación de la doctrina, adjudicación, y aplicación. Pero su centralidad en un
concepto del derecho nos asegurará que el derecho no es considerado simplemente como doctrina
desencarnada. El derecho aparece como doctrina producida en, e incorporada a las prácticas ins-
titucionales legitimadoras.
A pesar de los problemas de la teoría de la ideología de Louis Althusser (19), su virtud cardinal
ha sido la de afirmar la materialidad y la especificidad de la ideología, tal como está expresada
e incorporada a las relaciones sociales (ver especialmente Hirst 1979a:22-39). De modo en par-
te análogo, la doctrina jurídica (que puede ser vista en un aspecto como la base fundamental, el
sostén y la elaboración de una ideología jurídica más difusa incorporada a las relaciones sociales)
puede ser pensada como incorporada a prácticas institucionales particulares. Estas prácticas varían
considerablemente en los distintos sistemas sociales en los que se puede suponer que el derecho
existe. Desde esta perspectiva, la profesionalización jurídica —en el sentido de monopolio y custo-
dia profesional de la doctrina— aparece como un rasgo central de la emergencia de las formas más
desarrolladas de derecho.
Tal perspectiva del derecho como doctrina hace posible considerar los aspectos ideológicos
del derecho como particularmente importantes y también, en algún sentido, incorpora gran parte
de los principales significados de los puntos de vista relativos a la coacción y al procesamiento de
disputas. Como muchos escritores han enfatizado, la ideología reviste las relaciones de poder y de
clase al mismo tiempo que las protege y las garantiza. Pashukanis (1978:39) sugirió “que la defensa
de las así llamadas bases abstractas del sistema jurídico es la forma más general de defensa de los
intereses burgueses de clase”. También desde otras perspectivas se ha enfatizado en las discusiones
modernas sobre el poder, que una de sus funciones principales es la de establecer la agenda de
debate o de decisión (Bachrach y Baratz 1970) una cuestión que depende significativamente de las
condiciones ideológicas (Lukes 1974:23).
Igualmente puede argumentarse que el procesamiento jurídico de disputas es en gran medida
efectivo para “enfriar” los conflictos, debido a la aceptación de los procedimientos de los tribunales,
cuya autoridad depende de las bases ideológicas y de los efectos de la doctrina jurídica. Se supo-
ne que los tribunales actúan impersonalmente aplicando el derecho. Comparar distintos tipos de
mecanismos informales de procesamiento de las disputas sin analizar como centralmente signifi-
cativas las condiciones ideológicas bajo las cuales el procesamiento de las disputas jurídicas tiene
lugar, puede llevar a expectativas no realistas de los efectos de los procesos informales.
Sin embargo, sería un error reducir todas las cuestiones de poder a los análisis de la ideología,
como lo sería explicar el carácter de la ideología en sus muchas formas y efectos como la expresión
directa de las relaciones de dominación. La elaboración del derecho como doctrina aparece como
un medio para desarrollar y sostener ideología, y puede ser visto al mismo tiempo como un instru-
mento técnico a través del cual se formaliza y coordina el ejercicio del poder, como un instrumento
preciso de control en muchos niveles o aspectos de la vida social. La elección de un concepto de
derecho resulta así, en las ciencias sociales, simplemente un punto de partida para el análisis. No
obstante, puede influir en aspectos importantes sobre la agenda de investigación y las formas que
asume la imaginación sociológica en el análisis jurídico.
(19) Para una discusión de estos problemas ver el capítulo 6 de Law´s Community, Oxford University Press,
R. COTTERRELL, 1995.
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