Xdoc - MX 1 Compromiso Social de La Iglesia en America
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1. INTRODUCCIÓN
La misión de la Iglesia es iluminar las conciencias de los hombres para que sus
actividades sean realmente humanas, para oponerse a cualquier degradación de la
persona y evitar que el hombre sea considerado o se considere a sí mismo como un
instrumento y no el centro del orden social. En palabras de Pablo VI: “la tarea de la
evangelización de todos los hombres constituye la misión esencial de la Iglesia; una
tarea y misión que los cambios amplios y profundos de la sociedad actual hacen cada
vez más urgentes. Evangelizar constituye, en efecto, la dicha y vocación propia de la
Iglesia, su identidad más profunda”1 de esta forma respondía el Papa a lo que
consideraba el drama más grave del mundo contemporáneo: “la ruptura entre Evangelio
y cultura”2
1
Pablo VI. Encíclica « Evangelii Nuntiandi » 14
2
Pablo VI. {Ibíd. 20
1
con la sociedad a partir de la búsqueda de lo que tienen en común. Y los laicos son la
bisagra de este diálogo, los cristianos que viven y trabajan en la sociedad, a quienes
compete la secularidad.
Desde los inicios de la Iglesia, el primer problema que se ha presentado a los cristianos
es la relación entre comunidad religiosa y sociedad civil, que en el Pueblo Judío la
dimensión religiosa y la dimensión política estaban asociadas e identificadas con la raza
o la nacionalidad. Jesucristo al fundar la Iglesia instituye símbolos específicos de la
nueva comunidad eclesial disociada de lo civil: la Eucaristía y el bautismo. Se plantea
aquí, desde los mismos orígenes de la Iglesia, el problema de la relación entre la Iglesia
y la sociedad, entre la fe y el mundo (la cultura). En este tema hay tres puntos de
referencia:
3
Gaudium et Spes, 76
4
Seguimos aquí el pensamiento de Antoncich, Ricardo; Farell, Gerardo; Mifsud, Tony y Scannone, Juan
Carlos en las obras citadas en la bibliografía,
2
La Vta. Conferencia General del Episcopado Latinoamericano convocada bajo el lema
“Discípulos y misioneros de Jesucristo, para que nuestros pueblos en ËL tengan vida”
no puede dejar de verse como una continuidad histórica del camino recorrido por la
Iglesia Latinoamericana hasta llegar a Aparecida, pero al mismo tiempo no puede
volver a analizar los mismos problemas que tomaron como ejes centrales las
Conferencias anteriores. Debiéramos “dar un justo y necesario paso adelante”5
4.1. MEDELLÍN6
Eran tiempos en que se había publicado el Manifiesto de los 18 Obispos del Tercer
Mundo (1967), los diálogos europeos entre los cristianos y algunos sectores renovados
del marxismo (Merlau Ponty, Sartre, Althusser, Garaudy, etc., la elaboración de la
teoría de la dependencia por los brasileños Fernando Enrique Cardozo y Enzo Faletto y
la opción por la lucha armada y la teoría del foco guevarista con lo cual muchos jóvenes
sacerdotes y laicos optan por la violencia como camino de su compromiso y al mismo
tiempo ingresa a la teología el análisis sociológico marxista. El centro del análisis de la
realidad son las categorías socioeconómicas y esto da lugar a la Teoría de la
Dependencia por un lado y a la Teología de la Liberación por otra parte. En el tiempo
5
Juan Pablo II. “Homilía en la Basílica de Ntra. Sra. De Guadalupe”, 27 de enero de 1979
6
El contexto de la Iglesia latinoamericana en la década de los años sesenta e setenta puede apreciarse en
Meyer, Jean: “Cincuenta años de radicalismo: la Iglesia católica, la derecha y la izquierda en América Latina,
Levine, Daniel: “Churches and Politics in Latin America”; ”Iglesia Latinoamericana, ¿Protesta o Profecía?”;
“Signos de Renovación”; Uniproc: “Golconda, el libro rojo de los “curas rebeldes” entre otras obras que nos
permiten tener una idea aproximada de la magnitud del cambio y los cuestionamientos al interior de la Iglesia
latinoamericana.
7
Documento de Medellín. Introducción y Mensaje a los pueblos de América Latina
3
inmediatamente anterior a Medellín y –al calor de Medellín- sobre todo en el inmediato
pos-Medellín, es cuando surge la teología de la liberación8
El entonces Cardenal Ratzinger afirmó que, luego de la caída del bloque soviético, en
América Latina la rebeldía contra la cultura europea se manifestó por dos nuevas
motivaciones: la celebración del Quinto Centenario y la defensa de los esclavos negros
traídos desde Africa. En ambos movimientos de protesta donde Europa y el cristianismo
son identificados como sujetos de dominio y poder que producen alineación. Esta
insurrección encontró sus más fervorosos defensores entre los teólogos como expresión
de la lucha de liberación9
A tal punto había llegado la tentación de la violencia que el Hno. Basilio Rueda,
Superior General de los Hermanos Maristas escribía en el Documento preparatorio del
Capítulo General de la Congregación: “somos religiosos y como tales, no es nuestro
papel fomentar, organizar o sumarnos a la violencia. Si algún Hermano, en una opción
subjetiva y personal, cree que ese es su camino debe hacerlo fuera del Instituto, porque
ello no es de la naturaleza ni de los fines de esta sociedad”10
Juan Pablo II resumió la originalidad de Medellín en tres puntos: “Con su opción por el
hombre latinoamericano visto en su integridad, con su amor preferencial pero no
exclusivo por los pobres, con su aliento a una liberación integral de los hombres y de
los pueblos”11
4.2. PUEBLA12
8
Scannone, Juan Carlos. Teología de la liberación: caracterización, corrientes, etapas” en “Teología de la
liberación y Doctrina Social de la Iglesia”. 23
9
Ratzinger, Joseph. “Iglesia y Modernidad”. Pág. 143
10
Rueda, Basilio. “Un Capítulo para el mundo de hoy”, Pág. 171
11
Juan Pablo II. “Homilía en la Basílica de Ntra. Sra. De Guadalupe”, 27 de enero de 1979
12
Farell, Gerardo T. “Comentario desde la perspectiva teológico-ética a la ponencia: Ciencias Sociales y
Doctrina Social de la Iglesia en América Latina” en CELAM. “Doctrina Social de la Iglesia en América
Latina” Págs.. 829-835
13
Documento de Puebla 452
4
El discurso inaugural pronunciado por Juan Pablo II revalorizó para la Iglesia
latinoamericana a la Doctrina Social de la Iglesia con su carácter dinámico y sus
elementos de validez permanente”14
14
Documento de Puebla. 472-473
15
Juan Pablo II. Discurso inaugural de Puebla, III, 2
16
Juan Pablo II. Homilía a los trabajadores peruanos en Trujillo, 4 de noviembre de 1985
5
El Quinto centenario de la evangelización de América Latina y el Caribe fue el contexto en
el cual se realizó la IV. Conferencia General del Episcopado Latinoamericano. El
Documento de Santo Domingo declara su intención de “llevar adelante las orientaciones
pastorales del Concilio Vaticano II, aplicadas en las Conferencias Generales del
Episcopado Latinoamericano celebradas en Medellín y Puebla” (290) y el llamado a la
nueva evangelización expresado por Juan Pablo II en su discurso inaugural como “idea
central de toda la temática de esta Conferencia”17, y señaló que en sus deliberaciones y
conclusiones esta Conferencia ha de saber conjugar los tres elementos doctrinales y
pastorales que constituyen las tres coordenadas de la nueva evangelización: Cristología,
Eclesiología y Antropología” (N° 5)
Los Obispos otorgan a la Doctrina Social de la Iglesia un lugar de privilegio como “parte
necesaria de toda predicación y de toda catequesis” (50) porque “la enseñanza del
Magisterio en materia social contiene principios, criterios y orientaciones para la actuación
del creyente en la tarea de transformar el mundo según el proyecto de Dios” (158)
El documento de Santo Domingo coloca a la promoción humana19 como desafío pastoral tal
como fuera el pedido explícito de Juan Pablo II al aprobar el título de la Conferencia20. El
17
Juan Pablo II. Discurso inaugural, Santo Domingo, 12 de octubre de 1992, No. 6
18
Mifsud, Tony. “Moral social. Lectura solidaria del continente” Págs. 111-118
19
Ortiz Lozada, Leonidas. “La Promoción Humana en Santo Domingo” en “El hombre y la ciudad. Seminario
sobre promoción humana en la gran ciudad”. Santafé de Bogotá. 1994. Págs. 35-59
20
Recordemos que el título original en el documento preparatorio era “Una nueva evangelización para una
nueva cultura” y cuando Juan Pablo II establece el temario definitivo en diciembre de 1990, agrega de manera
explícita en el título del Documento, la temática de la promoción humana. Lo mismo ha ocurrido con el título
original propuesto para la Va. Conferencia era “Por el encuentro con Jesucristo, discípulos y misioneros en la
comunión de la Iglesia Católica, al inicio del tercer milenio, para que nuestros pueblos tengan vida”. El Papa
6
documento en su capítulo de promoción humana hace el enlace con el Documento de
Puebla. De esta manera no se rompe la reflexión latinoamericana sino que se enriquece21
Los últimos veinticinco años han mostrado a la Iglesia Católica como uno de los protagonistas
activos de la realidad Latinoamericana en diferentes instancias y situaciones, tales como el
acompañamiento de los procesos de paz en Centro América en la década de los ochenta; el
fortalecimiento de la transición democrática luego de la etapa de las Dictaduras de la
Seguridad Nacional a principios de los ochenta o la mediación internacional por la paz con la
participación activa del Vaticano en la década de los ochenta con ocasión del posible conflicto
armado entre Argentina y Chile por conflictos limítrofes en la región Patagónica (1979)22; la
guerra del Atlántico Sur entre Gran Bretaña y Argentina (1982); el conflicto armado entre
Perú y Ecuador (1994-1995).
Al mismo tiempo, en los inicios de la década de los ochenta, los Departamentos y Comisiones
de Pastoral Social en diferentes diócesis cobraron renovado impulso con la publicación de la
Encíclica Laborem Exercens (1981) y el surgimiento del Movimiento Solidarnösc bajo el
amparo de la Iglesia Católica en Polonia (1981) y a solicitud expresa de Juan Pablo II durante
las visitas “ad Limina”
En muchos de nuestros países la Iglesia Católica pagó un alto precio en vidas humanas como
testimonio de su compromiso con los pobres, la defensa de los derechos humanos y la paz en
la región. Son muchos los agentes pastorales, religiosos y religiosas, sacerdotes y obispos que
en estos años dieron su vida por el Evangelio y sus hermanos. En apoyo a este protagonismo
de la Iglesia Católica en su acción pastoral se fortalecieron los Institutos y Centros de Estudios
y Difusión de la Doctrina Social Católica en distintos países, tales como CELAH en Chile,
IMDOSOC en México o CEFAS en Argentina por sólo nombrar algunos ejemplos a fin de
ayudar a “leer la realidad actual y buscar vías para la acción” (Ecclesia in America, 54).
Benedicto XVI. El 7 de julio de 2005 señaló como tema central de la Conferencia: “Discípulos y misioneros
de Jesucristo, para que nuestros pueblos en Él tengan vida. “Yo soy el Camino, la Verdad y la Vida” (Jn. 14,
6)
21
Prieto Amaya, Mons. “Elementos básicos para la evangelización de las relaciones sociales, a la luz de Santo
Domingo” en CELAM. “Dimensión Social de la Pastoral/2”. Santafé de Bogotá D.C. 1995
22
Cfr. Güido, Claudio. “El Beagle, la Iglesia y América Latina”. CIOS, Buenos Aires, 1984
7
la Iglesia”23. Los recientes encuentros de Buenos Aires (abril de 2006) y Bogotá (agosto 2006)
entre los dirigentes sindicales, los agentes pastorales y los pastores ha retomado esa
experiencia con motivo de los veinticinco años de la encíclica Laborem Exercens y la
preparación de la V Conferencia del Episcopado Latinoamericano.
En varios países de América Latina, el Episcopado y las Comisiones de Pastoral Social fueron
impulsoras del nuevo Diálogo Social para reconstruir las instituciones democráticas frente a
las graves crisis políticas que se produjeron en varios países a inicios del Tercer Milenio en
América Latina. Sólo a título de ejemplo podemos señalar la grave crisis social, cultura y
política que ha provocado la violencia en Colombia y la respuesta permanente de la Iglesia
Católica y su apoyo al proceso de paz; la crisis de la democracia en Venezuela y el
protagonismo de la Conferencia Episcopal en búsqueda del diálogo pacífico y constructivo y
la formación permanente de los laicos; el papel cumplido por el Episcopado Argentino durante
la crisis política, económica y social de Argentina en el 200126y la posterior reconstrucción de
las instituciones democráticas a través del “Diálogo Argentino” tanto en el ámbito nacional
como diocesano, el rol moderador del Episcopado Paraguayo frente a las crisis políticas que
atravesó este país. La misión de la Iglesia Católica en Cuba tanto en la preparación de la visita
de Juan Pablo II en 1998 como su disposición al diálogo permanente en la búsqueda de la
democratización y la defensa de la libertad religiosa27, la formación política de los laicos
iniciada en varios países por iniciativa de las Conferencias Episcopales.
23
Juan Pablo II. Mensaje a una Delegación de la CLAT, 22 de marzo de 1982
24
Arns Neumann, Zilda. “Pastoral da Criança: uma experiencia consagrada”. Cadernos
Adenauer 9. Fe, Vida e Participaçâo. Sao Paulo, 2000
25
Gera-Farrell. “Hacia una pastoral del mundo del trabajo”. Buenos Aires, 1985
26
Scannone, Juan C. La Conferencia Episcopal Argentina y « la crisis histórica” de nuestro país” en Crisis y
Reconstrucción. Págs. 25-56. Grupo Gerardo Farell. San Pablo, Buenos Aires, 2003
27
Cfr. Vivero. Nazario. “La Iglesia en Cuba después de la visita de S.S. Juan Pablo II. IMDOSOC. 1999
8
5. LA PASTORAL SOCIAL Y LA DOCTRINA SOCIAL DE LA IGLESIA
.La acción y el compromiso pastoral de la Iglesia son orientados por los principios básicos
de la Doctrina social de la Iglesia que podemos sintetizar en los siguientes:
• El destino universal de los bienes como la expresión del don común de Dios y de
la solidaridad que debe caracterizar las relaciones entre los hombres.
• La función social del Estado es ofrecer las garantías jurídicas para una convivencia
ordenada y asegurar a los más débiles el apoyo que necesitan para no sucumbir a la
prepotencia o a la indiferencia de los poderosos.
28
Pontificio Consejo Justicia y Paz. “Compendio de la Doctrina Social de la Iglesia” 524
29
Wojtyla, Karol “La renovación en sus fuentes. Sobre la aplicación del Concilio Vaticano II”. Pág. 133
9
• La libertad económica en función social con el Estado como garante del bien
común y su intervención regulada por el principio de subsidiariedad.
30
Cardenal Jorge M. Bergoglio. “La Nación por construir”. Ed. Claretiana y Discurso en la Inauguración del
Ciclo de Formación política de la Pastoral Social de la Arquidiócesis de Buenos Aires, mayo de 2005
31
Juan Pablo II. Carta Apostólica “Novo Millennio Ineunte” 52
32
Juan Pablo II. “Novo Millennio Ineunte” 52
33
Benedicto XVI, “Deus Caritas Est”, 31
34
Juan Pablo II. Exhortación apostólica “Ecclesia in America” 55
10