Biografía de Charles Peirce
Biografía de Charles Peirce
Biografía de Charles Peirce
I. Datos biográficos
por Karina Vicente
En esa misma época, Charles se dio cuenta de que el análisis matemático tenía un
gran límite: estaba únicamente orientado hacia el aspecto mental, y le pareció
indispensable desarrollar también los aspectos sensoriales del conocimiento. Peirce se
inclinó, entonces, hacia la formación del sentido gustativo, convirtiéndose casi en un
degustador profesional: pero lamentablemente al mismo tiempo se fue entregando a la
bebida, " creándole graves problemas de índole social y relacional.
En 1909 empezó a tomar cada día una dosis de morfina para aliviar el dolor de
uncáncer que lo consumía. Su mal se fue agravando y el19 de abril de 1914 murió
en Milford sin haber tenido siquiera el dinero suficiente para su entierro.
Uno de los puntos más destacados de la semiótica de Peirce es su peculiar concepción del
signo. Lasreflexiones que hace al respecto son bastante complejas, de modo que para facilitar su
comprensión nosotros nos esforzaremos en presentarlas de manera simplificada, pero sin
quitarle lo esencial.
Peirce aplica al signo la tríada lógica que ya había utilizado para indagar el resto de la
realidad.
La función del signo - afirma Peirce - consiste en ser “algo que está en lugar de otra cosa bajo
algún aspecto o capacidad", El signo es una representación por la cual alguien puede
mentalmente remitirse a un objeto. En este proceso se hacen presentes tres elementos formales
de la tríada a modo de soportes y relacionados entre sí: el primero es el "representamen"
relacionado con su "objeto" (lo segundo), y el tercero que es el "interpretante".
Siendo el representamen la expresión que muestra alguna cosa (lo que aparece como signo),
casi siempre es fruto del artificio o de arbitrariedad de quienes lo crean, como sucede con las
lenguas. Según Peirce el representamen se dirige a alguien en forma de estímulo, como la que
está "en lugar de otra cosa" para la formación de otro signo equivalente que será el
interpretante
Objeto es aquello acerca de lo cual el signo presupone un conocimiento para que sea posible
proveer alguna información adicional sobre el mismo.
Objeto
Representamen Interpretante
Recordemos que para Peirce, los tres elementos de la tríada del signo no son entes
independientes, sino que se trata de relaciones o funciones para explicar la realidad viva de
cada semiosis. Esto tiene sus consecuencias en toda la cadena semiótica. En efecto, la
función de interpretante en un determinado signo, puede cambiar de valencia y convertirse
en representamen de otro signo en otra semiosis. Puede suceder que a un signo, por
ejemplo a una foto de un deportista, se le cambie de valor sígnico con la intención de
usarla para denotar otra cosa.
Para concluir, digamos que de esta idea de signo se desprende también el concepto
de semiosis infinita. En efecto, según Peirce, el interpretante de un signo refleja
siempre los hábitos mentales de la persona que entra en contacto con el
representamen, o dicho de otra forma, traduce las reacciones del individuo ante la
provocación y el estímulo del signo, denotando sus comportamientos y experiencias.
Se alude aquí a la necesaria relación que existe entre la recepción del signo y los
hábitos culturales de los perceptores, sus experiencias previas de los objetos y de las
cosas del mundo. Los individuos en el momento de leer un signo lo interpretan a
partir de lo que ya tienen formado en su mente, es decir, las ideas, las valoraciones
sociales, las visiones de la realidad, los prejuicios, que por cultura, costumbre, o
tradición poseen de antemano. A partir de allí se van generando nuevas
configuraciones. Es este proceso el que da lugar a una "semiosis infinita", es decir, a
una continua sucesión de producción de signos mediante la cual los sujetos van
pensando la verdad de las cosas y del mundo. La acción del conocimiento humano
cuya base es la actividad sígnica, nos coloca dentro de una cadena sin fin de
mediaciones, y que nos remiten de signo en signo, entrelazando un lenguaje con
otro, arrastrándonos en la corriente de una semiosis tumultuosa en el río llamado
"cultura". Como afirma un estudioso:
"Puesto que tanto el objeto como el interpretante de cualquier signo son forzosamente
también signos, no es de sorprender que Peirce afirmara que todo este universo está
sembrado de signos, y se pregunta si no estará compuesto exclusivamente de
signos:",13Es a partir de aquí que se genera la semiosis infinita.
A partir de la segunda mitad del siglo XX, las teorías de Peirce comenzaron a expandir
su influencia en numerosos estudiosos de la comunicación. La traducción y difusión de
sus escritos permitió un mayor conocimiento de sus ideas y la riqueza que encerraban.
La base teórica de esta corriente es la díada del signo, considerada como una estructura
análoga al sistema del lenguaje. Algunos estudiosos incluso, consideraron la semiología
como una ciencia del metalenguaje, cuya función consistiría en dilucidar el sentido de
otros lenguajes (idiomas, arte, música, literatura...). En la corriente de la semiología
estructuralista se ubican a grandes teóricos como A. Greimas y R. Barthes.
Sin embargo, vale la pena observar, que la obra de Peirce representa hoy, uno de los
campos más fecundos de reflexión semiótica, porque su perspectiva teórica permite dar
cuenta, de modo ordenado y lógico, de la complejidad de los fenómenos semióticos.