Este documento resume un estudio bíblico sobre el Juicio del Gran Trono Blanco. Describe el trono como representando a Dios, quien juzgará justamente a todos los hombres a través de Jesucristo. Explica que los creyentes no participarán en este juicio, pues sus pecados ya fueron juzgados en la cruz. Menciona que habrá dos resurrecciones, una para vida eterna y otra para condenación, separadas por mil años. Finalmente, señala que durante el juicio se abrirán dos libros, uno con los registros
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Este documento resume un estudio bíblico sobre el Juicio del Gran Trono Blanco. Describe el trono como representando a Dios, quien juzgará justamente a todos los hombres a través de Jesucristo. Explica que los creyentes no participarán en este juicio, pues sus pecados ya fueron juzgados en la cruz. Menciona que habrá dos resurrecciones, una para vida eterna y otra para condenación, separadas por mil años. Finalmente, señala que durante el juicio se abrirán dos libros, uno con los registros
Este documento resume un estudio bíblico sobre el Juicio del Gran Trono Blanco. Describe el trono como representando a Dios, quien juzgará justamente a todos los hombres a través de Jesucristo. Explica que los creyentes no participarán en este juicio, pues sus pecados ya fueron juzgados en la cruz. Menciona que habrá dos resurrecciones, una para vida eterna y otra para condenación, separadas por mil años. Finalmente, señala que durante el juicio se abrirán dos libros, uno con los registros
Este documento resume un estudio bíblico sobre el Juicio del Gran Trono Blanco. Describe el trono como representando a Dios, quien juzgará justamente a todos los hombres a través de Jesucristo. Explica que los creyentes no participarán en este juicio, pues sus pecados ya fueron juzgados en la cruz. Menciona que habrá dos resurrecciones, una para vida eterna y otra para condenación, separadas por mil años. Finalmente, señala que durante el juicio se abrirán dos libros, uno con los registros
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ESTUDIO BÍBLICO
TEMA: EL JUICIO DEL GRAN TRONO BLANCO.
I. ASPECTOS IMPORTANTES A CONSIDERAR:
Este apartado indica situaciones reveladas por Dios en una serie de visiones. Su lenguaje está cargado de símbolos y figuras. Cuidado con no tomar cada detalle de la escena como si se tratara de algo literal. También debemos cuidarnos de no perder las realidades a través de la simbología. Hay información simbólica, pero describe algo real y tangible.
II. HABLEMOS DEL TRONO:
Este “trono” refleja a una persona que tiene autoridad para juzgar. Hay un trono cuyo dominio abarca desde Adán en el Paraíso, hasta “el postrer hombre”. Es el trono de Dios. No estamos sin gobernante, sin legislador y sin juez. Este mundo no ha sido entregado para que los hombres hagan en él lo que quieran, sin un legislador, sin un vengador, sin Uno que otorgue recompensas o imponga castigos. Hay un legislador que contempla desde lo alto y atalaya cada acción del hombre, y que no tolera que una sola palabra o hecho queden sin un registro en Su libreta de apuntes. Ese gobernante está armado de poder; pronto vendrá para celebrar Su audiencia superior, y cada agente responsable sobre la faz de la tierra, deberá presentarse en Su tribunal. Este gobernante moral es Dios mismo, que tiene un indisputable derecho de reinar y de gobernar. Él creó todo, y, ¿no juzgará Él todo? Como Creador, Él tenía el derecho a dictar Sus leyes, y, como esas leyes son la verdadera norma de todo lo que es bueno y verdadero, entonces, por eso, Él tenía el derecho eterno de gobernar, además del derecho que le pertenecía como Creador. Ese trono es BLANCO: ¡Cómo reviste esto de solemnidad las acciones de los hombres! Es blanco porque indica a un juez soberano que gobierna con equidad y justicia. Es también un trono de una monarquía consagrada que no está manchada con sangre ni contaminada con injusticia. Este Rey no ha cometido ninguna injusticia y no puede hacer injusticia, y es el único Rey de quien puede afirmarse esto sin que sea ficción. Quien se sienta en este trono blanco es, Él mismo, la esencia de la santidad, de la justicia, de la verdad y del amor. Además, el trono es puro porque la ley que el Juez administra es perfecta. No hay ninguna falla en el libro de estatutos de Dios. Cuando venga el Señor para juzgar a la tierra, no se encontrará ningún decreto que afecte demasiado duramente a ninguna de Sus criaturas. La sentencia que saldrá de este gran trono blanco será tan consistente con la justicia, que incluso el reo culpable dará su voluntario asentimiento a ella. Se dice que: “se quedaron atónitos”; atónitos porque no podían soportar la sentencia ni impugnarla de alguna manera. En ese instante, cada hombre recordará todos sus actos pasados, aunque muchos de ellos los haya olvidado desde hace tiempo. III. ¿QUIEN SE SIENTA EN ESE TRONO? Una referencia del Antiguo Testamento se presenta en Daniel 7:9-10. Apoc 4:2-3, refiere una vez más sobre la existencia del trono y de su poseedor. Así pues, se afirma como Juez del mundo al Padre. Ahora bien, Apoc. 3:21 indica que el Dios Padre comparte su trono con el Hijo en virtud de su autoridad mesiánica. El Juez es Dios el Padre quien juzgará a todos los hombres por medio de su Hijo. Entonces el Padre confía la celebración del juicio a su Unigénito. Ref. Apoc. 6:16-17, Juan 5:22, 26. Mateo 25: 31-32. Hechos 10:42. La primera venida del Mesías tenía como objeto dar la vida por la humanidad, Jesús vino como siervo. La segunda venida tendrá como objeto juzgar a toda la humanidad. Un siervo sufriente también será a la vez un juez para el mundo. Jesucristo, es la misma persona, pero en dos etapas de su historia. Isaías 53 - Apoc. 19:11-13.
IV. LOS SUJETOS PROCESALES:
“Muertos” Hace referencia a los muertos no salvos; “grandes y pequeños”, refiere que nadie puede esconderse de este juicio. La comparecencia es de carácter obligatorio. El Juez no hará acepción de personas, pues a todos se le aplicarán las mismas normas. Ese Dios que sienta en el trono actuará con objetividad sobre cada persona y su obra. Para ello, el Juez ha de utilizar dos clases de libros que proporcionarán los datos necesarios: La primera clase existe en numerosos ejemplares; sin duda existe un libro especial para cada uno de los que son juzgados. De la segunda clase, en cambio, sólo existe un ejemplar; contiene una lista de nombres, la lista de los ciudadanos del cielo; de esta lista se había hablado ya, se llama el «libro de la vida» (Apoc. 3,5; 17,18), o también el «libro de la vida del Cordero» (Apoc. 13:8; 21:27). Este registro sirve de base para dictar la sentencia.
V. LAS DOS RESURECCIONES:
Es importante comprender que los cristianos no participarán de este juicio y no es porque tengan la capacidad para esconderse de la soberana autoridad del Juzgador, sino porque se les ha librado previamente de este asombroso juicio del trono, porque sus pecados ya han sido juzgados en Jesús en la cruz. Los creyentes no escapan del juicio de Dios; lo satisfacen en Jesús. Las escrituras predicen dos clases de resurrecciones según el programa de Dios: La resurrección para vida y la resurrección para juicio. Resurrección para vida: Filipenses 3:10-11. Esta parte del programa es conocida como: “la resurrección de los justos”, la “resurrección de entre los muertos”, “una mejor resurrección”, “la resurrección de vida” y la “primera resurrección”. Estas frases sugieren una separación porque una resurrección de una parte de aquellos que están muertos, deja a algunos sin cambio, mientras el primer grupo experimenta una transformación completa. La muerte es la igualadora por excelencia, pero la resurrección no. “Ahora si Cristo viene a levantar a los justos mil años antes que, a los impíos, sería natural e imperativo, llamar a la primera resurrección de, o de entre los muertos, puesto que el resto de los muertos se queda… esto es exactamente lo que de manera cuidadosa se hace en la Palabra. LA RESURRECCIÓN: nekron (…de los muertos), se aplica a ambas clases, porque todos serán levantados, pero LA RESURRECCIÓN DE ENTRE LOS MUERTOS: Ek nekron (… de entre los muertos) ni una sola vez se aplica a los impíos. Esta última expresión se usa 49 veces. Es precisamente esta parte en la que los muertos son levantados para vida eterna. Incluye en ella a todos aquellos que, en cualquier tiempo, se levanten para vida eterna. El destino, no el tiempo, es el que determina a qué parte del programa de la resurrección debe asignarse cualquier evento. Resurrección para condenación: Apoc. 20:5; Juan 5:29. Esta es la segunda resurrección o la resurrección para condenación, es la que trata con los perdidos. No es la cronología la que determina quienes están incluidos en la segunda resurrección, sino más bien el destino de los resucitados. El amilenarismo enseña que habrá una resurrección general en la cual los salvos y los no salvos serán levantados juntamente para ser separados en su destino final. Vemos en Marcos 9:9-10 que los discípulos discutían entre sí sobre qué sería aquello de resucitar de entre los muertos, porque la doctrina de la resurrección era bien aceptada, pero la resurrección de entre los muertos era una nueva revelación para ellos. No había antes ninguna revelación con respecto al elemento. (Daniel 12:2-3) es un texto utilizado para afirmar que solo hay una resurrección, pero no es así. Ambas resurrecciones están separadas por mil años. Sin embargo, los cristianos deberán comparecer delante de otro trono – el tribunal de Cristo. 2 corintios 5:10 dice: Porque es necesario que todos nosotros comparezcamos ante el tribunal de Cristo, para que cada uno reciba según lo que haya hecho mientras estaba en el cuerpo, sea bueno o sea malo. Por lo tanto, cuando pasemos de estos cuerpos al mundo del más allá, cada uno debe de dar cuenta de lo éste ha hecho, sea bueno o malo. Esto describe el juicio de las obras de los creyentes. En el tribunal de Cristo, lo que hemos hecho será juzgado. Nuestros motivos de lo que hemos hecho será juzgado. Pablo presenta en esencia la misma idea en 1 Corintios 3:12-15, donde él habla de una valoración de la obra de cada quien delante del Señor.
VI. EL RÉCORD CRIMINAL:
Todos están “de pie ante Dios”: Esto no es un juicio, tratando de determinar cuáles son los hechos. Los hechos ya están; aquí está la sentencia de alguien que ya ha sido condenado. “Su postura de pie significa que están a punto de ser sentenciados. “y los libros fueron abiertos” indica que en el cielo existe un registro minucioso de cada uno de los actos de la humanidad. “y otro libro fue abierto, el libro de la vida”, infiere que existe un registro minucioso de todo lo que se hizo a nuestro favor, inmerecidamente. Dicho libro, representa el conocimiento del Señor sobre su pueblo y sus declaraciones del arrepentimiento, la fe y las buenas obras de ellos (producto de la salvación ya efectuada para ellos); mostrando las bendiciones del nuevo pacto. Las buenas obras deben comprenderse en el marco que Dios efectúa una vida digna y como resultado de esa vida, hay obras dignas. Las obras no son la causa de la salvación, sino un efecto. Si las personas no están enlistadas en el Libro de la Vida, entonces cada uno es juzgado según sus obras. El asunto no es la salvación por obras, sino las obras como la evidencia irrefutable de la actual relación del hombre con Dios. Estas OBRAS, evidenciarán ausencia de vida. La primera muerte era aquella muerte espiritual que se experimentó en Adán, pero esta segunda muerte será la confirmación que hará eterna esa separación de Dios que la primera muerte envolvía. La separación de Dios es el destino eterno de los no salvos. Este es un juicio de carácter universal, donde todos incluyendo el mar (cuerpos que no fueron enterrados) serán SENTENCIADOS como criminales.
VII. DESTRUCCIÓN TOTAL DEL PECADO Y SUS EFECTOS:
“La muerte y el Hades fueron lanzados al lago de fuego”: Los últimos ecos del pecado ahora están eliminados. La muerte es el resultado del pecado, y ya no está. El Hades es el resultado de la muerte, y ya no está. Los últimos vestigios del dominio del pecado están acabados. De la misma forma que hay una segunda vida más sublime, también a una segunda muerte más profunda. Y después de esta vida no hay más muerte, como después de esa muerte no hay más vida. El diablo y los condenados tienen un castigo sin compasión, miseria sin misericordia, tristeza sin socorro, llanto sin consuelo, malicia sin medida, tormento sin fin y más allá de la imaginación.
VIII. EL TIEMPO DEL JUICIO:
El día y la hora nadie lo sabe. En cuanto al lugar del juicio, cuando la biblia dice que la tierra y el cielo huyeron (Apoc. 20:11) explica la remoción de las cosas tal como las conocemos ahora, para dar paso a la creación de cielos nuevos y tierra nueva. 2 Pedro 3: 7; 10-13. Este acontecimiento del juicio del gran trono blanco, sucederá inmediatamente después de la resurrección de los muertos. Constituye la terminación de programa de resurrección y el juicio de Dios. Este Juicio sucederá después de la expiración del reino milenario de Cristo.