Ebook Covid 19 y Contratos. Tomo 1.
Ebook Covid 19 y Contratos. Tomo 1.
Ebook Covid 19 y Contratos. Tomo 1.
Civil/Comercial
Tomo 1
Contratos civiles y de consumo.
Director:
Pablo D. Frick
Coordinadores
Rodrigo E. Jaime y Juan A. Gasparini
Autores
Ibarlucía - Basavilbaso - Moffat - Putschek - Domínguez Usuca
Martínez Medrano - Balconi - Casadío Martínez - Dobusz - Di Chiazza
Piedecasas - Tachella - Videla - Fernández Cortés - Brusa - Schiavi
elDial.com
Contenidos Jurídicos
Efectos del COVID-19
sobre los contratos
civiles y comerciales
TOMO 1
CONTRATOS CIVILES Y DE CONSUMO
Dirección:
Pablo D. Frick
Queda rigurosamente prohibida, sin la autorización escrita de los titulares del copyright,
bajo las sanciones establecidas por las leyes, la reproducción total o parcial de esta obra
por cualquier medio o procedimiento, comprendidos la fotocopia y el tratamiento in-
formático.
Primera edición
Pablo D. Frick
Doctor en Derecho (UBA). Profesor de grado y posgrado en distintas
Universidades del país. Cursó estudios de posgrado en las Universidad
de Salamanca y Carlos III de Madrid. Secretario de la justicia nacional
(fuero comercial). Miembro de la Sociedad Científica Argentina.
COORDINADORES:
Rodrigo E. Jaime
Abogado (UBA, egresado con Diploma de Honor). Cursó diferentes estudios
de posgrado en el país. Relator de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo
Comercial. Profesor de las Facultades de Derecho y de Cs. Económicas
de la UBA. Autor de publicaciones sobre temas de su especialidad.
Juan A. Gasparini
Abogado (UBA, egresado con Diploma de Honor). Cursó numerosos
posgrados en el país. Secretario de la Justicia Civil y Comercial de la
Pcia. de Buenos Aires. Profesor de Dcho. Comercial de la UBA.
Autor de publicaciones sobre temas de su especialidad.
Emilio A. Ibarlucía
Marina Basavilbaso
Nicolás A. Moffat
Stefanía B. Putschek
Juan Pablo Domínguez Usuca
Gabriel Martínez Medrano
Mariela S. Balconi
Claudio Casadío Martínez
Jimena Dobusz
Iván G. Di Chiazza
Miguel Piedecasas
Diego Hernán Tachella
Felipe Videla
Joaquín Fernández Cortés
Juan Agustín Brusa
María Virginia Schiavi
Índice
Presentación............................................................................................. 11
6
Locaciones, pandemia ¿y después?
Por Claudio Casadío Martínez ............................................................ 159
I. Pandemia y derecho ............................................................................ 159
II. Configuración actual del contrato de locación ................................... 160
III. La emergencia en las locaciones de 1920 y la interpretación
de la Corte ............................................................................................. 164
IV. El actual derecho de emergencia en materia de locaciones ................. 167
V. Otros institutos aplicables .................................................................. 180
VI. Colofón ............................................................................................ 187
7
X. Incumplimiento de la obligación del mutuante .................................. 241
XI. Incumplimiento del mutuario en el mutuo oneroso .......................... 242
XII. Incumplimiento en el mutuo gratuito ............................................. 243
XIII. Incumplimiento en el plazo de restitución del capital ..................... 243
XIV. Incumplimiento en relación al lugar de restitución ......................... 244
XV. Mutuo de moneda extranjera ........................................................... 244
XVI. Intereses ......................................................................................... 247
XVII. Reducción judicial de intereses ..................................................... 248
XVIII. Cláusulas penales ........................................................................ 251
XIX. Sanciones conminatorias ................................................................ 253
XX. Responsabilidad por incumplimiento .............................................. 253
XXI. Prescripción ................................................................................... 257
XXII. Caducidad .................................................................................... 260
XXIII. Préstamo bancario (art. 1408, CCyCN) ...................................... 261
XXIV. Operaciones de financiamiento y crédito
para el consumo (art. 36, LDC) ............................................................. 263
XXV. La calidad del mutuante o del mutuario
(art. 1725 del CCyCN). La vulnerabilidad ............................................. 263
XXVI. Las reglas especiales en el mutuo ................................................. 265
XXVII. El decreto 319/2020 .................................................................. 266
XXVIII. Revisión del contrato ................................................................ 268
XXIX. Los principios generales ............................................................... 269
8
III. El efecto de las medidas adoptadas por el Estado en la
actividad mercantil ................................................................................. 303
IV. El contrato de asistencia al viajero ..................................................... 303
V. Los contratos de asistencia al viajero frente al coronavirus .................. 307
9
Presentación
12
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Pablo D. Frick
Mayo de 2020
13
Las emergencias económico-sociales
y los contratos.
(Prognosis frente a la pandemia)
I. Introducción
1
Doctor en Derecho (UBA). Profesor de Derecho Constitucional de grado y de posgrado de la
UBA. Juez de la Cámara Civil y Comercial de Mercedes, Pcia. de Buenos Aires. Miembro del
Instituto de Dcho. Constitucional de la Academia Nacional de Derecho. Conferencista y autor
de libros y artículos sobre temas de su especialidad.
2
Estamos frente a un virtual estado de sitio dado que no otra cosa es la suspensión de garantías
constitucionales. No nos olvidemos que lo esencial del instituto del art. 23 de la C.N. es la
suspensión del ejercicio de derechos ya que la facultad del P.E de arrestar y trasladar personas es
una facultad que se le concede para hacer frente a la situación de excepción. Nos remitimos a
IBARLUCÍA, Emilio, “Pandemia y garantías constitucionales”, LL del 27/02/20.
15
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
3
Todos los DNU se han dictado en el marco de la ley 27.541 de “Emergencia económica, fi-
nanciera, fiscal, administrativa, previsional, tarifaria, energética, sanitaria y social”, con vigencia
hasta el 31/12/20, que contiene bases de delegación legislativa (conf. art. 76 C.N.).
16
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
4
Quedan fuera de este estudio las pocas resoluciones judiciales que los tribunales han dictado
en este breve tiempo de vigencia de la cuarentena obligatoria.
5
“El estado de sitio, lejos de suspender el imperio de la Constitución, se declara para defen-
derla, y lejos de suprimir las funciones de los poderes públicos por ella instituidos, les sirve de
escudo contra los peligros de las conmociones interiores o de los ataques exteriores”, dijo la
Corte Suprema en el célebre fallo “Alem” de 1893 (Fallos: 54:432).
6
Sobre la diferencia entre el fin de la intervención federal de nuestra Constitución y la de
17
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
18
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
así dado que fue acerca del poder del Estado para resguardar la seguridad e
higiene de la población. Recordemos que la Provincia de Buenos Aires había
clausurado los saladeros a la vera del Riachuelo y sus dueños atacaban la ley
por violatoria de los derechos adquiridos que – según alegaban – tenían desde
que se instalaran en la época de Rivadavia. La Corte rechazó el planteo dicien-
do que tal permiso se les había concedido bajo la condición implícita de no ser
nocivos a los intereses generales de la comunidad, ya que “ninguno puede tener
un derecho adquirido de comprometer la salud pública, y esparcir en la vecindad
la muerte y el duelo con el uso que haga de su propiedad, y especialmente con el
ejercicio de una profesión o de una industria”. Y agregó que la ley no atacaba al
derecho de propiedad “pues ninguno lo tiene para usar de esta en daño de otro”.
En cambio, sí puede citarse el fallo como el primer antecedente de protección
ambiental y por ende del art. 41 actual de la C.N.
Pero el fallo emblemático de poder de policía en sentido estricto se dictó 16
años después. Nos referimos a “Hileret c. Provincia de Tucumán” de 190310.
La provincia había establecido un impuesto adicional sobre la totalidad de la
cosecha de azúcar de 1902 para limitar los efectos del desastre económico de
la superproducción (que reduciría el precio y causaría la ruina de la industria),
alegando que la ley tenía propósitos de bienestar común, orden, seguridad y
progreso social. Fue atacada de inconstitucional por algunos productores por
violatoria de los arts. 10, 14, 16 y 28 de la C.N. La Corte acogió el planteo,
haciendo hincapié en que no podía coartarse la “franquicia” acordada a todos
los habitantes de trabajar, ejercer una industria lícita y comerciar, con argu-
mentos que son, a nuestro juicio, el antecedente más claro sobre la conceptua-
lización del contenido esencial de los derechos11, a la que luego nos referiremos.
10
Fallos: 98:20.
11
Ver IBARLUCÍA, Emilio, “El derecho constitucional a la reparación. Concepto y alcance”,
Abaco, 2013, pág. 127.
12
Fallos: 136:164 (28/04/1922).
19
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
debido a que los campos se repartieron entre las familias de la clase dirigente,
la gran mayoría se instaló en las ciudades (fundamentalmente Buenos Aires y
Rosario). La epidemia de fiebre amarilla de 1871 – mucho más devastadora
en nuestro país que el coronavirus de hoy – hizo que la alta sociedad dejara sus
casas de San Telmo y Barracas para mudarse a la zona norte de la ciudad, lo
que dio lugar a que aquellas se transformaran en inquilinatos, donde los inmi-
grantes se hacinaban en pequeñas piezas y compartían los baños. El aumento
de la demanda y la escasez de la oferta hizo que, a principios del siglo XIX,
aumentaran los precios de los alquileres, lo que se unió a una desprotección le-
gal de la clase trabajadora13, quienes protagonizaron importantes huelgas. Esto
dio lugar a la llamada “huelga de inquilinos” de 1907, que duró tres meses,
consiguiéndose que los propietarios no aumentaran los precios.
Entre 1905 y 1918 se dictaron las primeras leyes laborales, y en 1916 llegó
a la Presidencia Hipólito Yrigoyen más proclive a atender la “cuestión social”
y propuso, entre otras, una ley de conciliación y arbitraje para atender los con-
flictos obreros, otra de asociaciones profesionales y contratos colectivos. En
1918 se produjo en Córdoba el movimiento estudiantil que dio nacimiento a
la Reforma Universitaria de carácter muy progresista. Sin embargo, en 1922
estallaría en Buenos Aires un conflicto obrero que provocó uno de los hechos
más desgraciados de la historia argentina – la Semana Trágica -, el que tenía
sus prolegómenos en una situación de descontento de la clase trabajadora,
sobre todo a partir de la represión obrera en la época del Centenario.
En este contexto, a principios de la década de 1920 la escasez de la vi-
vienda se había agudizado14, y - ley de la oferta y la demanda mediante - los
propietarios aumentaban los precios de los alquileres permanentemente con
la seguridad de que había contingentes de personas esperando, en reemplazo
de los inquilinos que no los aceptaran. El Código de Vélez no contemplaba
por entonces ningún plazo mínimo para el contrato de locación ya que debía
regirse por la autonomía contractual. Se impulsó, entonces, en septiembre de
1921, la sanción de dos leyes. Por la primera – la ley 11.156 – se reformó el
art. 1507 del C.C. estableciendo que el plazo mínimo de la locación con des-
tino a vivienda era de un año y medio, y con destino al comercio de dos años
(“a pesar de cualquier declaración o convenio que lo limite”). Por la segunda
– la ley 11.157 – se dispuso: 1°- que desde la promulgación de la ley y durante
13
El contrato de trabajo se regía por la locación de servicios del Código Civil. Con las primeras
leyes laborales (la primera fue la de descanso dominical de 1905) comenzó a nacer el Derecho
del Trabajo, que Alfredo Palacios catalogó como “El nuevo derecho” (primera edición de 1920).
14
Las técnicas de construcción no posibilitaban la rápida construcción de viviendas y además
había aumentado la inmigración con motivo de la Gran Guerra iniciada en 1914.
20
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
15
Se trata de una de las mujeres más valiosas de la historia argentina. Fue la primera en votar
en elecciones del Consejo Deliberante de la Capital en 1911, en luchar por el voto femenino
denodadamente, al punto que llegó a la Corte Suprema, que, en un lamentable fallo de 1929
(Fallos: 154:283) dijo que las mujeres no podían enrolarse y por ende no podían vota. Fue la
primera en presentar su candidatura a diputada nacional en 1919. Curiosamente, en el fallo
que comentamos le tocó el rol de la parte “fuerte” del contrato y no de la parte “débil”. Sobre
la biografía, ver de BELLOTA, Araceli, “Julieta Lanteri. La pasión de una mujer”, Galerna,
Bs.As., 2019.
16
Los jueces D.E. Palacio, J. Figueroa Alcorta y Ramón Méndez.
21
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
“Munn vs. Illinois” y “Granger Cases”. Esto demuestra a las claras que la intervención del
Estado en la economía (poder de policía amplio) no fue un invento de la jurisprudencia argen-
tina, sino que nació en el país capitalista por definición.
18
Se comparta o no la solución de la Corte, es un buen ejemplo de conflicto de derechos y
su resolución por medio de la ponderación, cuestión que, como es sabido, ha adquirido un
gran desarrollo doctrinario y jurisprudencial en las dos últimas décadas a partir de los trabajos
del catedrático alemán Robert Alexy (“Teoría de los derechos fundamentales”, ed. de CEPyC,
Madrid, 2002).
19
Cuando uno lee estas líneas no puede dejar de preguntarse por las casillas de chapa y cartón
que algunas décadas después comenzaron a proliferar en el país.
22
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
20
Fallos: 137:47 (21/08/1922).
23
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
21
Fallos: 144:219 (26/08/25).
22
Fallos: 145:307 (16/12/25), “todos los intereses apreciables que un hombre puede poseer fuera de
sí mismo, fuera de su vida y de su libertad”; tomado de la Corte norteamericana.
24
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
23
Fallos 172:21 (1934).
24
Fallos 172:291 (1935).
25
En el fallo “Avico c. de la Pesa” se referencia el discurso del miembro informante del Senado –
al sancionarse la ley 11.741 - en el que dijo que el 60 % de los deudores del Banco Hipotecario
25
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
les en una situación del país en que no había compradores, de manera que las
propiedades se vendían sin base, a precios irrisorios. Los deudores no podían
pagar los intereses de los préstamos porque habían bajado los valores de los
productos nacionales.
Fue así que el P.E. convocó a una comisión de expertos representantes de
los bancos oficiales, de la Bolsa de Comercio, de la Sociedad Rural, de los
bancos particulares y de otras entidades, que aconsejó que se dispusiera una
moratoria y una baja de los intereses. La recomendación dio lugar a la sanción
de la ley 11.741 – publicada el 19/10/1933 -, que dispuso una moratoria de
tres años del pago del capital de las obligaciones con garantía hipotecaria y
de seis meses del pago de los intereses, al tiempo que redujo los intereses al
máximo de 6 por ciento anual.
El sr. Agustín Avico se acogió a la ley e inició un juicio de consignación en
un Juzgado de Paz depositando dos semestres de intereses calculados a dicha
tasa, lo que fue acogido. Apelado por el acreedor ante el Juzgado Civil, su ti-
tular revocó la sentencia y declaró inconstitucional la ley por violar el derecho
de propiedad con cita del caso “Horta c. Harguindeguy” que hemos visto.
El deudor recurrió ante la Corte Suprema y el Procurador Horacio Rodrí-
guez Larreta emitió un dictamen que se cita hasta el día de hoy para consignar
los requisitos que una ley de emergencia debe reunir para ser constitucional.
En primer lugar, dijo que el Congreso había actuado conforme al art. 67 inc.
16 de la C.N. que lo obligaba a dictar leyes en miras del bienestar general de
la sociedad. Recordó los motivos que habían dado lugar a la sanción de la
ley, destacando que no era exclusivamente en beneficio de los deudores, sino
también de los acreedores en previsión de las consecuencias que tendría para
los intereses generales.
Enumeró así los requisitos que debía reunir una ley de moratoria para ser
considerada constitucional: 1°) que exista una situación de emergencia que
imponga al Estado el deber de amparar los intereses vitales de la sociedad y no
de determinados individuos: 2°) que la ley tenga como finalidad legítima la de
proteger los intereses generales y no a determinados individuos; 3°) que la mora-
toria sea razonable, acordando un alivio justificado en razón de las circunstan-
cias; 4°) que la duración sea temporal y limitada al plazo indispensable para que
desaparezcan las causas que hicieron necesaria la moratoria. Entendió que la
ley en cuestión reunía estas exigencias.
La Corte Suprema se pronunció el 7/12/1934. Por unanimidad consideró
constitucional la moratoria y con la disidencia del Dr. Roberto Repetto, la
rebaja de los intereses.
26
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
El primer tema que debió tratar el tribunal fue la invocación por el acree-
dor del precedente “Horta c. Harguindeguy” en cuanto a que la ley, al aplicar-
se retroactivamente a un contrato escrito violaba los derechos adquiridos in-
corporados a su patrimonio (argumento del fallo recurrido). Al respecto, dijo
la Corte, haciendo un giro de 180 grados, que si bien los derechos emanados
de los contratos constituían propiedad en el sentido abarcado por el art. 17 de
la C.N., no reconocía ésta derechos absolutos.
Hizo una larga referencia a las leyes de moratorias hipotecarias dictadas
en EE.UU. y su convalidación por la Corte de ese país26. Así, con citas de ese
tribunal, dijo: “Mientras la emergencia no crea el poder, ella puede dar ocasión
para el ejercicio del poder. Aunque la emergencia no puede dar vida a un poder
que nunca ha existido, ello no obstante, la emergencia puede dar una razón para
el ejercicio de un poder existente ya gozado”. Y ejemplificando: “… el poder de
guerra del gobierno federal no es creado por la emergencia de la guerra, sino que
es un poder dado para hacer frente (o combatir) esa emergencia… Pero ni aún ese
poder de guerra deroga (o remueve) las limitaciones constitucionales que protegen
las libertades esenciales”.
Con cita de “Munn vs. Illinois” dijo que el gobierno no puede existir “si el
ciudadano puede usar a voluntad de su propiedad en detrimento de sus conciuda-
danos, o ejercer su libertad de contratar con perjuicio de ellos. Tan fundamental
como el derecho individual es el derecho de la comunidad (o público) para regu-
larlo en interés común.”
Expresamente dijo la Corte que una revisión de los fallos dictados con mo-
tivo de las leyes de emergencia locativa de la década anterior, la llevaba a volver
a la doctrina de “Ercolano”, que coincidía con la de la Corte de EE.UU., pues
la existencia o no de contrato escrito no cambiaba la situación del propietario
en lo más mínimo. Dijo que todo dependía de cómo se entendiera el derecho
de propiedad y de las leyes que, sin alterarlo, se limitaran a regular su uso y goce.
Yendo al tema de la irretroactividad de la ley, señaló que el art. 5 del C.
Civil (entonces vigente) establecía que nadie podía tener derechos irrevocable-
mente adquiridos contra una ley de orden público, carácter que tenía la ley en
tratamiento, ya que el orden público se confundía con el interés público o con
el bienestar general.
Como se anticipó, el Juez Roberto Repetto votó en disidencia en relación
a la reducción de los intereses siguiendo la línea de la disidencia del ministro
Bermejo en el fallo “Ercolano”. Le pareció que era razonable la moratoria de
tres años, pero no la alteración del contrato que aquella reducción implicaba.
26
En especial los fallos “Home Building vs. Blaisdell” y “Nebbia, Leo c. Estado de Nueva York”
de 1934.
27
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
27
En rigor, el poder de policía amplio ya estaba perfilado en el fallo de la Corte dictado un mes
antes con motivo del conflicto con los frigoríficos que se negaban a brindar información y a ser
inspeccionados por el Ministerio de Agricultura de la Nación. Aludimos al fallo “Compañía
Swift de La Plata y otros c. Gob. Nacional” del 19/11/34 (Fallos: 171:349). Los frigoríficos
atacaban la ley 11.226 que los obligaba a hacerlo por violatoria de los arts. 14 y 18 de la C.N.
La Corte rechazó el planteo y confirmó las multas que se les habían impuesto. El conflicto con
los frigoríficos dio lugar al año siguiente a la Comisión Investigadora del Senado presidida por
Lisandro de la Torre, que hizo una grave denuncia, que derivó en el asesinato del compañero de
bancada de De la Torre, Enzo Bordabehere en pleno recinto
28
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
de interés en el caso analizado, lo que consideró razonable (en línea con los
requisitos apuntados por el Procurador). El énfasis que puso la Corte en esta
cuestión no es un dato menor. En este aspecto siguió con la línea de los fallos
de los años 20 en cuanto a que la emergencia debía ser transitoria, el tiempo
estrictamente necesario para superarla.
Distinta fue la doctrina en torno a la irretroactividad de la ley. De ahí en
más todas las leyes de emergencia se aplicaron retroactivamente sin miramien-
to alguno. En 1968 se derogó el art. 5 del C.C. y se reformó el art. 3 dejando
establecido que las leyes no tienen efecto retroactivo, sean o no de orden públi-
co, pero con una trampa: salvo disposición en contrario. No obstante, se agregó:
la retroactividad de la ley en ningún caso puede afectar derechos amparados por
garantías constitucionales (texto repetido por el CCyCN, art. 7).
Todas las leyes de emergencia se dictan con una cláusula que dice que es
de orden público, y el “en ningún caso” parece que no las abarca porque la
Corte Suprema y los tribunales aceptan su retroactividad. Quedó como una
curiosidad histórica la doctrina de los fallos “Horta” y “Mango”. Y, aunque
a primera vista, parece muy cuestionable, tiene su razón de ser. Ello, porque
este tipo de leyes se dictan cuando la situación de emergencia ya existe y está
produciendo los efectos que se consideran nocivos y que por ende se quieren
frenar, evitar o revertir. Cuando los tribunales fallan (y en especial la Corte
Suprema), la ley lleva mucho tiempo de vigencia y los efectos perjudiciales ya
se han producido. Difícilmente, en esas condiciones, puede decirse que la ley
no debe aplicarse a hechos anteriores a su vigencia.
Por último, el fallo es un buen ejemplo sobre control de razonabilidad de
las leyes, dado que la Corte analizó las circunstancias que motivaron la sanción
de la ley y su finalidad, para luego relacionarlas con los medios elegidos para
alcanzarla; pasado el filtro de la razonabilidad por adecuación o idoneidad, hizo
el balance entre medios y fines para verificar que los primeros, además de estar
justificados, no alteraran el contenido esencial de los derechos restringidos.28
28
Ver el análisis del fallo efectuado por CIANCIARDO, Juan y SACRISTÁN, Estela, “El caso
‘Avico’ y sus ecos, ochenta años después”, https://repositoriosdigitales.mincyt.gob.ar/
29
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
para combatir el “agio” y fijó precios máximos para una serie de mercaderías,
previendo multas para los infractores.
En 1944 la Corte, por mayoría, se expidió en el caso “Vicente Martini e
Hijos S.R.L.”,29 originado en la multa que le impusieron a la recurrente. La
Corte dijo que se trataba de una infracción formal y que ni la ley ni el decreto
reglamentario debían interpretarse de forma tal que la administración demos-
trara que la imputada había obtenido una ganancia exorbitante. Curiosamen-
te dijo que esta no había sido obligada a vender con pérdida, dado que podía
haberse abstenido de comprar si al revender la operación no le iba a brindar
ganancias, ya que conocía los precios máximos.
Justificó la ley argumentando que era de emergencia, y que por ello no
cabía en el “marco del derecho común”. Con una frase que luego sería muy
repetida por la Corte afirmó que la emergencia “autoriza el ejercicio del poder
de policía en forma más enérgica que en épocas de normalidad y sosiego”. No se
privó la Corte de decir que la medida de la reglamentación de los derechos
debía buscarse en la necesidad de asegurar su sustancia y, por otra parte, en la
de su adecuación a los fines y bienes públicos que la justificaban.
Reiteró que a la exigencia de razonabilidad debía agregarse que la ley debía
tener carácter temporal. Sin embargo – y esto es lo que deseamos destacar
– dijo que no era óbice a la validez de la ley que no contuviera un término
preciso de vigencia, y destacó que la situación de emergencia generada por la
guerra persistía.
En la práctica, y de acuerdo a las leyes que se dictaron después, ya pasada
la guerra, a partir de este fallo, se avaló la intromisión del Estado en las rela-
ciones comerciales a través de los precios máximos, so pretexto de combatir el
agio y la especulación. La ley 12.591 fue seguida por las leyes 12.830 (1946),
12.983 y 13.492 (1947) y 13.906 (1950) y fue el antecedente de la ley de
abastecimiento 20.680 - dictada en 1974 -, que faculta al Poder Ejecutivo a
imponer precios máximos, márgenes de utilidad o congelamiento de precios,
con sanciones a los infractores, norma que se revitalizó con la ley 26.991 san-
cionada en 2014. En otras palabras, lo que comenzó siendo motivo de una ley
de emergencia terminó siendo de carácter permanente.
Es de destacar que, con la excepción de Tomás D. Casares, los otros dos
jueces que conformaron la mayoría en el fallo “Vicente Martini e hijos S.R.L.”
habían sido nombrados por los gobiernos anteriores. Es decir, no se trató de la
nueva orientación ideológica que comenzara a gestarse con el golpe de Estado
de 1943.30
29
Fallos: 200:450.
30
Llama la atención que votó con la mayoría el Dr. Roberto Repetto, quien había votado en
30
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
disidencia en “Avico”. Eso sí, dejó a salvo su diferencia respecto de los intereses, ya que en el
fallo implícitamente se mencionaba tal precedente.
31
“Cello de Ciarrapico c. Marino”, Fallos: 204:195 (1946), con cita de “Avico” y de Fallos:
196:5, 201:239; 202:204, 203:5.
32
El 20/09/46 la ley 12.847 suspendió los desalojos por 90 días y se prorrogó por las leyes
12.862, , 12.926, 12.991 (1947), 12.998, 13.581 (1949), 13.936 (1950), 14.053, 14.139,
14.288 (1953), dec.ley 160/54, dec.ley 7588/55, dec.ley 23.034/56, dec.ley 2.186/57, ley
14.356 (1958), ley 14.438 (1958), ley 14.442, ley 14.456, ley 14.775, ley 14.809, ley 14.821,
ley 15.775, 16.485, 16.654, 16.675, ley 16.739 (1965) y 21.342 (1976).
31
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
32
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
33
Fallos: 243:449.
34
Fallos: 243:467.
35
Con cita de Fallos: 204:195, que hemos visto.
36
En el caso se había planteado que la paralización por ley de los juicios invadía las facultades
del Poder Judicial, cosa que la Corte desestimó.
33
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
37
El voto del Dr. Boffi Boggero denota una especial preocupación por señalar la necesidad de
superar la larga emergencia locativa y “volver al Código Civil”; sin embargo, acompañó a la
mayoría del tribunal.
38
Especialmente destacó esta doctrina de la Corte SAGUÉS, Néstor P., “Derecho constitu-
cional y derecho de emergencia”, LL 1990-D, 1036, con motivo del fallo “Peralta” que luego
veremos.
39
Nos remitimos a IBARLUCÍA, Emilio, “Sobre el contenido esencial de los derechos consti-
tucionales”, LL del 17/11/16.
34
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Es posible que la Corte entendiera ese año que el gobierno recién asumido
en 1958 encontraría una solución al problema de la vivienda y por ello no
tachó de inconstitucional las leyes de prórroga de las locaciones pese a que era
evidente que estaba desnaturalizada la justificación de la emergencia luego de
más de quince años consecutivos. Pero no sólo por las prórrogas sino también
por el congelamiento de los alquileres en un país que desde fines de la década
de 1950 comenzó a sufrir la inflación. Por otro lado, como vimos, las leyes per-
mitieron todo tipo de arbitrariedades: imposibilidad de desalojar si el inquilino
había hecho una cesión recíproca de la locación; obligación de ofrecerle un
hábitat donde vivir; opción de compra a favor del inquilino (que muchas veces
lo compraba y simultáneamente lo revendía al doble o triple de su valor), etc.
Pero lo que fue más grave es que esta emergencia locativa eterna agravó
el déficit habitacional del país dado que, naturalmente, se dejó de construir
con fines de arrendamiento por temor a ser alcanzado por este tipo de leyes.
Perjudicó también a personas de escasos recursos que, antes de que comenza-
ran estas leyes, construían una pequeña vivienda en el fondo de su casa para
obtener una renta con la cual paliar sus magras jubilaciones y comenzaron a
percibir alquileres irrisorios.
Como hemos visto hasta ahora, nunca estuvo en tela de juicio que, aún
por razones de emergencia económica o social, debía hacerse por vía de leyes
reglamentarias tal como lo dice expresamente el art. 14 y se desprendía del
art. 67 de la C.N.40 Sin embargo, a partir de 1989 la Corte comenzó a avalar
decretos de necesidad y urgencia del Poder Ejecutivo pese a que no estaban
contemplados en la Constitución.
40
Conforme fallo “Ercolano”, dictamen del Procurador Horacio R. Larreta en “Avico” y los que
siguieron. Si bien alguna vez se avaló que se hiciera por decreto, lo fue bajo la doctrina de las
facultades legislativas de los gobiernos de facto, conforme lo visto (Fallos: 204: 195 de 1946).
41
Fallos: 312:555, sent. del 20/04/89.
42
En mayo ya había superado el 25 % mensual.
35
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
43
No cabe duda que si existe un supuesto en que se requiere del dictado de un DNU es el del
Plan Austral, dado que las medidas tomadas podían tener éxito sólo si anunciaban de un día
para el otro, como efectivamente se hizo.
36
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
44
Fallos: 313:1513; La Ley 1991-C, 158.
45
Llegó a 764 por ciento en mayo.
37
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
46
Con los mismos argumentos de “Peralta”, el mismo día la Corte avaló la constitucionalidad
de la suspensión de ejecuciones contra el Estado – incluidas las de sentencias firmes – dispuesta
por la ley 23.696, en “Videla Cuello, Marcelo c. Provincia de La Rioja” (La Ley 1991-D, 517).
47
Fallos: 312:555.
38
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
48
Aclaremos que en realidad fueron muchos más de 16 años, dado que la ley abarcó a toda
deuda del Estado de origen anterior a 1991, O sea, podía ser una deuda en mora desde hacía
diez años.
49
El tema fue tratado en IBARLUCÍA, Emilio, “La emergencia financiera y el control judicial
de constitucionalidad”, Ed. Abaco, 2004, libro al cual nos remitimos para mayor extensión.
39
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Parece mentira que una ley del Estado hubiera tenido que aclarar lo que
en un Estado de derecho debía estar sobreentendido -que se van a cumplir
los contratos-. Sin embargo, al poco tiempo pareció una broma de mal gusto.
Frente al retiro constante de depósitos de los bancos (ante los pronósticos de
que la Argentina no podría afrontar sus compromisos internacionales y que
una devaluación sería inminente), el P.E. dictó el 1/12/01 el decr. 1570/01,
que estableció lo que se denominó el “corralito financiero”, que consistió en la
imposibilidad de retirar los depósitos y solamente reducidas sumas por semana.
No es del caso extendernos en la tremenda crisis económica, social, política
e institucional que se generó, al punto que el Presidente Fernando de la Rúa
renunció; la Asamblea Legislativa nombró a Adolfo Rodríguez Saa que declaró
el default de la deuda pública y duró sólo una semana en el cargo, y finalmente
el 2/01/02 asumió como Presidente interino el senador Eduardo Duhalde.
Apenas asumió, se sancionó la ley de emergencia económica y financiera
25.561, que, además de salir del régimen de convertibilidad (y permitir la
devaluación de la moneda) en su art. 6 delegó al P.E. la forma de devolver los
depósitos financieros respetando la moneda pactada. Durante el mes de enero
se dictaron resoluciones del Ministerio de Economía que previeron distintos
plazos para la devolución de los depósitos, que iban de seis a treinta y seis
meses según los montos, lo que aumentó el malestar social y la catarata de
amparos que por entonces inundaban los tribunales.
El 1/02/02 la Corte falló en el caso “Smith c. Banco de Galicia”50, decla-
rando que toda la normativa dictada era inconstitucional, dado que más allá
de la facultad del Congreso de devaluar la moneda, los plazos de devolución
impuestos significaban la “privación y aniquilamiento” del derecho de propie-
dad, trasponiendo el límite del art. 28 de la C.N.
Todavía el gobierno no había decretado la “pesificación” de los depósitos
y, en realidad la devolución en un plazo máximo de tres años en la moneda
de origen no podía considerarse alteración de la sustancia de acuerdo al prece-
dente de “Peralta” (10 años) o de “Cacace” (16 años). Pero, o la indignación
social implicaba una presión inaguantable o la Corte ya estaba al tanto de lo
que ocurriría dos días después.
Con la seguridad de que los bancos no podrían devolver los depósitos en
la moneda impuesta (el dólar ya cotizaba a $ 1,80 en el mercado paralelo), el
3 de febrero el P.E. dictó el decr. 214/02 (DNU y de delegación legislativa
simultáneamente), que “pesificó” todos los depósitos financieros a $ 1,40 más
un ajuste por un coeficiente (CER), con devolución en los plazos ya progra-
mados.
50
Fallos: 325:28.
40
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
51
Pasando por alto los arts. 617 y 619 C.C. – reformados por la ley 23.928 – que habían equi-
parado a las obligaciones en moneda extranjera con las obligaciones dinerarias, disponiendo
que se cancelaban dando la misma especie de moneda y cantidad (principio nominalista).
52
Fallos 326:417; La Ley 2003-E, 472.
53
Fallos 327:4495. Ver IBARLUCÍA, Emilio, “El fallo ‘Bustos’ y la justicia distributiva”, ED
212-1130.
54
Ver en especial el voto del Juez Eugenio Zaffaroni.
55
Fallos 329:5913.
41
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
56
Hemos tratado el tema extensamente en el trabajo IBARLUCÍA, Emilio, “La pesificación de
las obligaciones ajenas al sistema financiero. Las distintas soluciones arbitradas por la Corte Su-
prema”, LL, Suplemento de Der. Const., 8/07/08 (comentario al fallo “Fecred S.A. c. Mazzei,
Osvaldo” de la C.S. del 6/05/08), al que nos remitimos para mayor extensión.
57
Esta ley previó además una acción de “reajuste equitativo” para el caso de que la aplicación de
los coeficientes de reajuste diera montos inferiores al valor de la cosa o prestación al momento
del pago y reiteró que no podían suspenderse los pagos ni el acreedor negarse a recibirlos.
42
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
los tribunales se inclinaron por fijar el cincuenta por ciento de la brecha entre
un peso y la cotización del dólar en el mercado libre de cambios, pero no
faltaron los que establecieron que el treinta por ciento debía ser a cargo del
deudor y el setenta por ciento a cargo del acreedor u otras variantes, con lo
cual se generó una gran inseguridad jurídica. A nuestro juicio, debió siempre
tenerse en cuenta qué tasa de interés se aplicaba desde la mora, dado que, por
supuesto, no era lo mismo la tasa pactada que otras mucho más bajas impues-
tas por los jueces.58
Cuando ya estaba muy avanzada la proliferación de los conflictos, se dictó
la ley 26.167, que pretendió dar una solución definitiva. Los casos fueron
llegando a la Corte Suprema, que fue brindando distinto tipo de soluciones
según los montos y destinos de los créditos, que no vamos a detallar, remitién-
donos al trabajo que hemos citado. Simplemente señalamos que distinguió:
a) créditos inferiores a u$s 100.000 garantizados con hipoteca con la vivienda
única del deudor59; b) créditos superiores a esa cifra sin que estuviera en jue-
go la vivienda única60; c) créditos superiores a esa cifra pero menores a u$s
250.000 en los que estuviera en juego la vivienda única.61
Como se ve, en los fallos estuvo en juego una especial ponderación entre el
derecho de propiedad del acreedor y el derecho constitucional a la vivienda
digna y la protección integral de la familia (art. 14 bis), y de ahí, que cuando
esto último estaba en juego, las soluciones perjudicaron en mayor medida a
los acreedores. Pero también puso un límite a la pretensión de deudores de
que se aplicara la nueva normativa de emergencia (v.g. leyes 25.798 y 26.167)
en forma retroactiva a sentencias que habían adquirido firmeza antes de su
dictado, recordando la doctrina de los derechos adquiridos cuando los fallos
habían adquirido autoridad de cosa juzgada62. También, en el afán de benefi-
ciar al deudor, resolvió que era aplicable la ley 26.167 aunque no se hubieran
cumplido la totalidad de sus requisitos.63
58
Ver: C.C.yC. de Mercedes, Sala 1, “Compañía Industrial Cervecera S.A. c/ Latasa, Nora s/
ejec.” del 4/06/04, publicado en La Ley, Suplemento de Derecho Constitucional, del 25/02/05,
con comentario de Juan Cianciardo.
59
Fallo “Rinaldi” del 15/03/07 (Fallos 330:855)
60
“Longobardi” del 18/12/07 (Fallos: 330:5345)
61
“Fecred S.A.” del 6/05/08 (Fallos: 331:1040)
62
“Grillo” del 3/07/07, Fallos: 330:2902. Por el contrario, reiteró la aplicación de la normativa
de emergencia a sentencias firmes anteriores (fallo “Souto de Adler” del 14/08/07).
63
Fallos: 330:4001, “Bezzi”, del 11/09/07.
43
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
64
La última fue la ley 27.345.
65
Ver: C. C.y C. Mercedes, Sala 1, “Bellomo c/ Di Sábato s/ ejec. hipot.”, del 11/07/06, pub.
en L.L. Bs. As., agosto de 2006, p. 886, con comentario de Alejandro Drucaroff Aguiar.
44
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
66
Ley 26.122.
45
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
46
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Las conclusiones a las que hemos arribado luego de hacer el repaso his-
tórico de la doctrina de la Corte con motivo de las normas de emergencias
económicas y sociales y su estado actual, nos pueden brindar una idea acerca
de cómo los tribunales (en seguimiento de dicha doctrina como mayoritaria-
mente han hecho) resolverán los conflictos que se generen.
En el momento que estas líneas se escriben el Congreso todavía no ha rati-
ficado los DNU que se han dictado, pero lo va a hacer con toda seguridad por-
que si existe un ejemplo académico acerca de circunstancias excepcionales que
impidan seguir los trámites ordinarios de sanción de las leyes (art. 99 inc. 3, C.N.)
es el de la pandemia que nos ocupa, y, por otro lado, sus respectivos conteni-
dos hasta ahora no han recibido objeciones. Ello, claro está, porque se parte de
la base de que son de vigencia transitoria,68 pero con toda seguridad, al borde
del vencimiento, se dispondrán prórrogas y así varias veces, de forma tal que
la temporalidad se desnaturalice. Si hoy un juez tuviera que decidir acerca de
la constitucionalidad de una de estas normas de emergencia (vgr. suspensión
de desalojos, de cobros de alquileres, de ejecuciones hipotecarias, de tarjetas de
crédito) seguramente resolvería por la afirmativa. No sabremos si resolverán de
igual forma en el futuro frente a una de las tantas prórrogas que se dispondrán.
Todo dependerá, a nuestro juicio, de la situación económica-social del país en
tal momento (más allá de que se haya superado la emergencia sanitaria).
Si ante emergencias de infinita menor gravedad que la que vivimos actual-
mente, la Corte Suprema fue proclive a convalidar la constitucionalidad de las
normas dictadas con el argumento de que la suspensión del pleno ejercicio del
derecho de propiedad (y sus derivados) no afectaba su sustancia, con mayor
razón lo hará cuando estamos ante una emergencia que puede llegar a ser
más grave que la de 2001-2002, de dimensiones planetarias, con calamitosas
consecuencias en todos los órdenes (actividades productivas, conservación del
empleo, transporte interjurisdiccional, comercio exterior, etc.).
67
Si aplicamos la teoría de Robert Alex op.cit.
68
Como vimos, todos tienen plazo expreso de duración.
47
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
69
Ver LORENZETTI, Ricardo Luis, “Teoría de la decisión judicial”, Rubinzal Culzoni, 2006.
70
ALEXY, Robert, op. cit. y “La construcción de los derechos fundamentales”, Ad Hoc, Bs.
As., 2010.
48
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
el límite estará dado por la no alteración de esos derechos. Existen distintas vías
para que los jueces ejerzan ese control de razonabilidad (o de proporcionalidad)
que no es del caso desarrollar en este trabajo.71 Basta señalar que la jurispruden-
cia de la Corte Interamericana de Derechos Humanos y de la Corte Suprema
argentina nos brindan numerosos ejemplos sobre ello.
El caso del conflicto entre el derecho del acreedor de moneda extranjera y
el derecho del deudor a conservar la vivienda única y familiar es bien ilustra-
tivo. Como vimos, la Corte en el fallo “Rinaldi”, luego de hacer una especial
ponderación entre los derechos en juego, decidió que el primero debía sopor-
tar una fuerte restricción. ¿Implicó ese sacrificio una alteración de la sustancia o
contenido esencial del derecho de propiedad? Para la Corte aparentemente no,
pese a que, conforme se trató de demostrar en una oportunidad, implicó una
pérdida de cerca del 65 por ciento de su acreencia original.72
Como hemos dicho, seguramente la nueva normativa de emergencia se
prorrogará sucesivamente (delegaciones legislativas y DNU mediante) duran-
te varios años (esperemos que no sean 36) ¿Cuáles serán los nuevos paráme-
tros de la Corte para decir cuándo se ha alterado la sustancia del derecho de
propiedad? Veremos.
71
El principio de razonabilidad (o de proporcionalidad según la doctrina alemana y
española) se subdivide en tres subprincipios: a) de adecuación o idoneidad, b) de necesidad
o imprescindibilidad, y c) de razonabilidad en sentido estricto. Ver IBARLUCÍA, Emilio, “El
derecho constitucional a la reparación”, op. cit., cap. V.
72
IBARLUCÍA, Emilio, “La pesificación de las obligaciones ajenas…”, op. cit.
49
Reflexiones sobre la firma digital, la firma
electrónica y su valor probatorio
I. Introducción
(*)
Abogada (UCA). Asociada Senior en el Estudio “Pérez Alati, Grondona, Benites & Arntsen”.
Especialista en privacidad y tecnología. Autora de publicaciones sobre temas de su especialidad.
(**)
Abogado (UBA, egresado con Diploma de Honor). Magíster en Derecho Empresarial, Uni-
versidad de Bologna (Italia). Especialista en derecho corporativo y tecnología.
51
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Por defecto, el CCyCN dispone que los actos jurídicos, en general, y los
contratos, en particular, son informales, y únicamente son formales aquellos
a los que la ley les haya impuesto una forma determinada para su celebración
(arts. 282 y 1015).
Esta concesión permite que la mayor parte de los actos y contratos comer-
ciales pueda seguir perfeccionándose aún durante el aislamiento preventivo y
obligatorio, sin que sea necesario el intercambio de documentos firmados de
manera ológrafa o de reuniones presenciales.
Sin embargo, no sólo importa que un acto o contrato pueda celebrarse
válidamente: poder probar la autoría y la integridad del documento firma-
do es idénticamente relevante. De esta manera, al no poder contar con los
tradicionales instrumentos firmados de puño y letra de las partes, ni estar
suficientemente difundida la firma digital, habrá que prestar especial atención
a generar y conservar prueba suficiente para que los acuerdos firmados con fir-
ma electrónica puedan, de ser necesario, ser ejecutados en un proceso judicial.
III. Firma
1
LORENZETTI, Ricardo Luis, “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, Rubin-
zal Culzoni, 2015, t. II, pág. 118.
52
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Nuestros tribunales han dicho que “la firma es una condición esencial para
la existencia de todo acto bajo forma privada y constituye una identificación grá-
fica de la persona que sirve para establecer derecho y determinar obligaciones”.2
En Argentina son válidos tres tipos de firma: la ológrafa, la digital y la
electrónica.
2
CNTrab., Sala V, del 25/02/1992, publ. en DJ 1992-2-845.
3
RIVERA, Julio César, y MEDINA, Graciela, “Código Civil y Comercial Comentado”, La
Ley, t. I, pág. 660.
4
LOPEZ OLACIREGUI, José María, en SALVAT y LÓPEZ OLACIREGUI, “Tratado de
Derecho Civil argentino”, Parte General, Tea, 1964, t. II, pág. 450.
5
LORENZETTI, Ricardo Luis, op. cit., t. II, pág. 226 y 227.
53
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
6
LORENZETTI, Ricardo Luis, op. cit., t. II, pág. 121
54
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
55
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
7
Remitimos a lo dicho por ABDELNABE VILA, María Carolina en “Naturaleza jurídica
de la firma digitalizada”, Sup. Esp. LegalTech 2018 (noviembre), 1, Cita Online: AR/
DOC/2370/2018.
8
JNCom 23, “Wenance SA c. Gamboa, Sonia Alejandra s/ ejecutivo”, del 14/02/2020, publ.
en La Ley, cita Online: AR/JUR/135/2020.
56
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
9
RIVERA - MEDINA, “Código Civil y Comercial Comentado”, La Ley, t. 1, pág. 661.
10
Texto original del art. 288 del Proyecto de CCyCN redactado por la Comisión de Reformas
designada por Decreto 191/2011, Ricardo L. Lorenzetti (Presidente), Elena Highton de
Nolasco, Aida Kemelmajer de Carlucci.
57
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
11
BIELLI, Gastón E., y ORDOÑEZ, Carlos J., “La prueba electrónica. Teoría y práctica”, La
Ley, 2019, pág. 364/365.
12
LORENZETTI, Ricardo Luis, op. cit., pág. 121
58
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
59
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
En el caso que nos ocupa, las firmas digital y electrónica deberán ser es-
tampadas en un documento digital, definido en el art. 6 de la LFD, como la
“representación digital de actos y hechos, con independencia del soporte para su
fijación, almacenamiento o archivo”, el cual satisface el requerimiento de la
expresión escrita.
De ese modo, la materialidad de la exteriorización de la voluntad de las
partes quedaría debidamente salvada mediante la celebración de un documen-
to digital, en sustitución del documento en papel.
Sin embargo, la mayor dificultad se presentaría al tener que probar la sus-
cripción de dicho documento y por lo tanto de la aceptación de sus términos.
En ese sentido, las consecuencias son muy distintas dependiendo de si se
trata de un documento firmado con firma digital o con firma electrónica.
13
SCJP Mendoza, Sala I, “Sancor Coop. de Seguros Ltda. en J° 87272/51354 A., I. L. p. s. h.
m. D. A., N. M. c. Dirección General de Escuelas de la Pcia. Mza. s/ daños y perjuicios p/ rec.
ext. de casación”, del 05/06/2017, publ. en RCyS2017-XII, 197.
61
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
(v. Hocsman, H. “Negocios en Internet”, cap. II, nro. 63.b. pgs. 162/164, ed.
2005)”14.
Sin lugar a dudas que en los casos en los que el ordenamiento exija un ma-
yor grado de formalidad, por ejemplo, la celebración mediante instrumento
público, dicho recaudo no quedará satisfecho mediante la suscripción con
firma digital. En esos casos podría ser aplicable el art. 285 del CCyCN que
prevé que valdrá “como acto en el que las partes se han obligado a cumplir con la
expresada formalidad, excepto que ella se exija bajo sanción de nulidad”.
Resulta interesante preguntarse si un documento electrónico firmado con
firma digital posee fecha cierta. En efecto, a partir de la adquisición de fecha
cierta la eficacia probatoria del instrumento se extiende a los terceros.
Conforme los términos del art. 317 del CCyCN los instrumentos privados
“adquieren fecha cierta el día en que acontece un hecho del que resulta como conse-
cuencia ineludible que el documento ya estaba firmado o no pudo ser firmado des-
pués”, pudiendo ser demostrado dicho extremo por cualquier medio de prueba.
En el caso que nos compete, conforme los términos del art. 12 de la LFD,
la exigencia legal de conservar documentos, registros o datos, se encuentra
satisfecha con la conservación de los documentos digitales firmados digital-
mente, “siempre que sean accesibles para su posterior consulta y permitan deter-
minar fehacientemente el origen, destino, fecha y hora de su generación, envío y/o
recepción”.
Por otra parte, el certificador licenciado además de expedir los certificados
de firma digital, es aquel que presta otros servicios en relación con la firma
digital y cuenta con una licencia para ello, otorgada por el ente licenciante.
Entre dichos servicios se encuentran los “sellos de tiempo”, que son los que in-
dican fecha y hora cierta asignada a un documento o registro electrónico (art.
9 de la Resolución 399-E/2016 del Ministerio de Modernización).
Conforme la mencionada Resolución, “los sellos de tiempo gozarán de plena
validez probatoria respecto de la fecha y hora de un documento digital firmado
digitalmente, o de cualquier de las instancias de su ciclo de vida”.
De tal forma, consideramos que aquella firma digital en la que se asegure
mediante la prestación del servicio de sello de tiempo la indicación de fecha y
hora cierta asignada a un documento o registro electrónico, consideramos que
el instrumento se encontrará dotado de fecha cierta.
14
CNCom., Sala D, “Bunker Diseños SA c/IBM Argentina SA s/ordinario”, del 2/03/10,
publ. en La Ley, cita Online: AR/JUR/12833/2010.
62
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
63
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
rrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y prácticas del tráfico,
las relaciones precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y de los
procedimientos técnicos que se apliquen (art. 319, CCyCN).
Sin lugar a dudas, la producción de prueba anticipada, en los términos del
art. 326 del Código Procesal Civil y Comercial de la Nación (CPCCN), será
un excelente modo de asegurar pruebas que luego pudieran resultar de impo-
sible o muy dificultosa producción.
Dentro de tales medidas, aquellas que seguramente resultarán adecuadas
al caso que nos compete serán: el reconocimiento judicial o dictamen pericial
para hacer constar la existencia de documentos, o el estado, calidad o condi-
ción de cosas o de lugares; el pedido de informes; y la exhibición, resguardo o
secuestro de documentos concernientes al objeto de la pretensión.
En esos casos la parte interesada deberá justificar los motivos por los cuales
no pueda producir esta prueba en el marco del proceso. La fragilidad de la
prueba informática y la facilidad con que pueden borrarse y alterarse los ar-
chivos ha servido por sí solo como argumento para justificar esta posibilidad
de que la prueba desaparezca15.
La parte interesada deberá tomar todos los recaudos para que se cum-
pla la citación a la contraria, o la intervención del defensor oficial (art. 327,
CPCCN) a fin de evitar un posterior planteo de nulidad.
Dentro de los medios probatorios propiamente dichos, la prueba pericial
informática y en sistemas tomará especial relevancia, siendo la indicada a fin
de corroborar la autoría de la firma y la integridad del documento. Desde ya
que aquellos documentos con firmas electrónicas robustas se encontrarán en
una mucho mejor posición de producir favorablemente esta prueba.
En efecto, aquellos programas que hayan obtenido los datos biométricos
del firmante, hayan garantizado la integridad del documento (mediante el uso
de la tecnología blockchain), y hayan incorporado un sello de tiempo, facilita-
rán la trazabilidad del documento, y aportarán los elementos necesarios para la
producción de la prueba pericial, garantizando por lo tanto la eficacia jurídica
y probatoria de los documentos suscriptos con firma electrónica.
Asimismo, la prueba documental -interpretada en sentido amplio, inclu-
yendo documentos electrónicos acompañados en CD, DVD, o cualquier otro
formato o medio digital- y especialmente los correos electrónicos intercambia-
dos entre las partes, proporcionará un elemento práctico para complementar
la validez probatoria de la firma electrónica. En tal sentido, al regular los ins-
15
BENDER, Agustín, “El correo electrónico como prueba en la jurisprudencia y en el proyecto
de Código Civil y Comercial de la Nación”, Sup. Doctrina Judicial Procesal 2013 (marzo), 13,
Doctrina Judicial 27/11/2013, pág. 91.
64
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
16
JNCom. 23, “Wenance SA c. Gamboa, Sonia Alejandra s/ ejecutivo”, del 14/02/2020, publ.
en La Ley, cita online: AR/JUR/135/2020; y JNCom. 24, “Wenance S.A. c. Melgarejo, Sandra
Isabel s/ Ejecutivo”, del 13/02/2020, publ. en La Ley, cita online: AR/JUR/134/2020.
65
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
66
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
MORA, Santiago J., “Letras de cambio, pagarés y cheques no cartulares, electrónicos o
digitales. Una actualización sobre su situación en la Argentina”, RCCyC 2018 (agosto), pág. 82.
67
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
VII. Conclusiones
18
MICHELLI, María Indiana y MOIA, Ángel L., “Los nuevos cheques electrónicos,
recaudos, alternativas y funcionamiento del “ECHEQ”, LL 01/03/2019 , cita Online: AR/
DOC/442/2019.
68
Alternativas a la firma ológrafa. Firma digital
y electrónica.
I. Introducción
Durante los últimos meses el mundo se ha visto afectado por una pande-
mia global generada por el Covid-19. Esto ha forzado a diversos países, entre
ellos a la República Argentina, a implementar el aislamiento social, preventivo
y obligatorio en búsqueda de evitar la propagación del virus y proteger la salud
de sus habitantes.
Como consecuencia del aislamiento, la economía mundial ha sufrido un
impacto que ciertos expertos comienzan a comparar con la segunda guerra
mundial2. El cierre preventivo de industrias, comercios y oficinas de manera
inesperada y por plazo indeterminado, ha puesto en jaque al mundo de los
negocios, sumergiéndolo en una crisis que alcanza a todo el planeta.
La incertidumbre frente a las posibilidades de ejercer tradicionalmente el
comercio -al menos en un plazo futuro más o menos cercano- parece poco
probable y demanda la necesidad de repensar la dinámica comercial y cor-
1
Stefanía B. Putschek. Abogada (UBA). Ejerce la profesión en el área de Derecho Empresarial.
Profesora de Posgrado en la Universidad Nacional del Sur. Docente de “Concursos y Quiebras”
en la Facultad de Derecho de la UBA. Cursó diversos estudios de posgrado (ESEADE-UdeSA).
Es autora de publicaciones sobre temas de su especialidad. Participó en diversos congresos y
conferencias sobre Derecho Corporativo.
Juan Pablo Domínguez Usuca. Abogado. Ejerce la profesión en el área del Derecho Societario y
Corporativo. Completó diversos posgrados en el área del Derecho Empresarial (UCA-UdeSA).
Autor de diferentes artículos sobre temas de su especialidad.
2
https://www.bloomberg.com/opinion/articles/2020-03-24/coronavirus-recession-it-will-be-
a-lot-like-world-war-ii
69
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
70
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
3
https://www.linio.com.ar/sp/indice-ecommerce.
4
BORDA, Guillermo A., “Tratado de Derecho Civil Argentino”, t. II (Obligaciones), pág. 122.
5
Tramites a distancia.
71
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
suficientes como para poder implementar este tipo de firma. Nuestro país fue
innovador en la materia, siendo el primer país de Latinoamérica que sancio-
naba este tipo de normativa considerando los medios digitales. Sin perjuicio
de ello, su implementación se demoró por la falta de reglamentación y por la
ausencia de medios que permitieren a los particulares, entes privados y públi-
cos llevarla a cabo.6
Actualmente, el empleo de la ley de firma digital continúa relegado a pesar
de ciertas incorporaciones en los entes públicos y su sanción hace casi dos dé-
cadas. El decreto reglamentario de la norma considera “que la sanción de la Ley
N° 25.506 de firma digital (representa) un avance significativo para la inserción,
de nuestro país en la sociedad de la información y en la economía digital, brindan-
do una oportunidad para el desarrollo del sector productivo vinculado a las nuevas
tecnologías7” sin perjuicio de ello, la norma no fue acompañada de políticas y
estructuras necesarias para que actualmente podamos utilizar la firma digital
y electrónica con naturalidad en nuestras transacciones, con cierto nivel de
seguridad jurídica. Estos dispositivos siguen generando cierta desconfianza, a
pesar de vivir en un mundo digital.
La Ley de Firma Digital llegó a ser implementada en gran parte por el
sector público y entes estatales, pero no logró adquirir relevancia en el sector
privado, resurgiendo el interés de dicho sector con la incorporación de las
firmas electrónicas en el articulado del CCyCN. No obstante, y luego de más
de 4 años desde la entrada en vigencia del código unificado, la promoción de
estas herramientas es prácticamente inexistente, inclusive cuando la jurispru-
dencia ha sido receptiva a aceptar los medios electrónicos como una forma de
contratación útil y segura.
6
Ver DE LUCA, J., “La implementación de la firma digital en el sector público: mejoras en la
gestión y en los procesos para lograr óptimos resultados.”, Facultad de Ciencias Económicas,
UBA, Escuela de Estudios de Posgrado, 2015.
7
Decreto 2628/2002
8
Ley 25.506 – Art. 2: “Firma Digital. Se entiende por firma digital al resultado de aplicar a un
documento digital un procedimiento matemático que requiere información de exclusivo conocimiento
72
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
del firmante, encontrándose ésta bajo su absoluto control. La firma digital debe ser susceptible de
verificación por terceras partes, tal que dicha verificación simultáneamente permita identificar al
firmante y detectar cualquier alteración del documento digital posterior a su firma.”
9
Ley 25.506 – Art. 13: “El certificado digital es un documento digital firmado digitalmente por un
certificador, que vincula los datos de verificación de firma a su titular.”
10
La Resolución 399 - E/2016 del Ministerio de Modernización contempla los requisitos que
deben tener las entidades públicas o privadas para poder ser habilitadas como certificadores
licenciados.
11
El reducido número de certificadores licenciados se debe a que el trámite para obtener
dicha categoría suele ser complejo, requiere de la presentación de numerosa documentación,
es necesario realizar inversión en tecnología y la actividad se encuentra ampliamente controlada
73
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Para nuestra legislación este tipo de firma tiene un concepto mucho más
extenso y abarcativo que la firma digital, previéndose en el art. 5 de la ley
25.506 que la “firma electrónica” es el “conjunto de datos electrónicos integrados,
ligados o asociados de manera lógica a otros datos electrónicos, utilizado por el
signatario como su medio de identificación, que carezca de alguno de los requisitos
legales para ser considerada firma digital (…)”. El concepto es muy amplio ya
que cualquier tipo de manifestación del signatario por un medio electrónico
pasaría a ser considerado como una firma electrónica, desde un simple click
en unos términos y condiciones de una página web, la firma digitalizada en
un documento o correo electrónico y hasta la utilización de las plataformas
electrónicas previamente mencionadas para enviar nuestra firma como con-
sentimiento de forma electrónica.
74
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Bajo este concepto amplio (que como veremos, es el mismo que ha recep-
tado la jurisprudencia argentina), podemos considerar que en un sinnúmero
de actos que llevamos adelante en nuestra vida diaria, expresamos nuestra con-
formidad mediante un simple click en plataformas y páginas webs. El ejemplo
más claro de ello, son las compras realizadas on-line. Todos los días, miles de
operaciones de compraventa se practican a través de medios electrónicos en
las que tanto la oferta como la aceptación son comunicadas de forma remota.
También nos valemos de la firma electrónica al negociar condiciones con-
tractuales de forma on-line por medio de un correo electrónico. Según recor-
damos, alguna vez la jurisprudencia consideró que, aun cuando las comuni-
caciones por correo electrónico no poseen el valor de la prueba documental,
siempre que se constate que no han sido alteradas a través de la pericia infor-
mática, harán plena fe de lo que allí se estipule.
De igual manera, prestamos consentimiento de forma electrónica para la
utilización de nuestros datos personales cuando utilizamos redes sociales y apli-
caciones de cualquier tipo en nuestros dispositivos móviles aceptando políticas
de privacidad y términos y condiciones. Si bien no es algo de lo que la sociedad
en general sea completamente consciente, hoy de forma cotidiana estamos ce-
lebrando contratos electrónicamente sin darnos cuenta, incluso es raro pensar
que varios años atrás ya lo hacíamos cuando la computadora nos pedía un “ok”
para instalar un programa o que hiciéramos click en la aceptación de los térmi-
nos dispuestos por la compañía propietaria de dicha plataforma.
75
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
12
Art. 288, CCyCN: “En los instrumentos generados por medios electrónicos, el requisito de la
firma de una persona queda satisfecho si se utiliza una firma digital (…)”.
13
Cabe aclarar que las reglas establecidas en la Ley Modelo de la CNUDMI, no son obliga-
76
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
torias, no son tratados y forman parte del denominado soft law. Son recomendaciones que las
Naciones Unidas hacen a los Estados Miembros con el fin de armonizar la normativa interna-
cional con el fin de brindar cierta seguridad jurídica a los actores del mercado.
77
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Firma Digital, el cual prevé que: “Cuando la ley requiera una firma manuscri-
ta, esa exigencia también queda satisfecha por una firma digital. Este principio
es aplicable a los casos en que la ley establece la obligación de firmar o prescribe
consecuencias para su ausencia.”
Esta asimilación constituye lo que se conoce como “equivalencia funcio-
nal”. La doctrina ha dicho que “Las legislaciones modernas no solo contemplan la
creación de la firma electrónica y digital, sino que también establecen la plena va-
lidez jurídica y probatoria del documento, ya no solamente en soporte papel, sino
también en soporte informático, dando así nacimiento al término: “equivalencia
funcional”, que refiere al otorgamiento, tanto al documento electrónico como a la
firma digital, de plena validez y eficacia jurídica, como si fueran un documento
escrito y una firma manuscrita, sin eliminar tampoco a tal documento escrito y
firma manuscrita que deben seguir teniendo plena validez”14
Dicha equivalencia es el requisito esencial que dota de sentido práctico a la
firma digital, y significa ni más ni menos que, la agilización de los negocios y la
disminución significativa de los costos de transacción. De esta forma permite
que, de manera rápida, eficiente y segura, se celebren contratos a distancia
siempre que no se requieran formalidades especiales, como, por ejemplo, que
el contrato sea formalizado a través de un instrumento público o que las firmas
se encuentren certificadas por escribano o autoridad competente.
Al respecto, el decreto 182/2019 que reglamenta la Ley de Firma Digital,
establece en su art. 2 (anexo) que “La firma digital de un documento electrónico
satisface el requisito de certificación de firma establecido para la firma ológrafa.”
Dicho precepto, parecía equiparar la firma digital a la firma certificada por
un notario o autoridad competente. Esta norma, se alineaba a su vez con el
decreto 962/2018 que modificó le reglamentación de la Ley del Registro de
la Propiedad Inmueble y estableció en su art. 3 que, “A los efectos del último
párrafo del artículo 3° de la Ley N° 17.801 se admitirán los documentos electró-
nicos firmados digitalmente por las partes, presentados mediante la Plataforma
de Trámites a Distancia (TAD) del sistema de Gestión Documental Electrónica
– GDE, la que otorgará fecha cierta del documento y de su presentación ante el Re-
gistro de la Propiedad Inmueble. Se considera que la firma digital del documento
electrónico satisface el requisito de certificación por escribano público, juez de paz
o funcionario competente.”
La interpretación de ambas normas, reforzó la idea en una parte de la doc-
trina, de que, al menos en ciertos casos, la firma digital por sí misma podría
configurar la formación de un instrumento público, en contra de lo que or-
14
FERNÁNDEZ DELPECH, Horacio, “Manual de derecho informático”, Ed. Abeledo Pe-
rrot, Ciudad Autónoma de Buenos Aires, 2014, pág. 284.
78
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
denan las normas del CCyCN, en particular los arts. 289 y 290 Asimismo, la
reglamentación vino a ampliar los derechos establecidos por la norma, ya que,
si bien el art. 3 de la Ley de Firma Digital equipara la firma digital a la firma
ológrafa, en ningún caso la asimila a la certificación o la dota de fe pública. En
este sentido la actividad reglamentaria resultó excesiva a la luz del art. 99 de
nuestra Constitución Nacional el cual prohíbe que, a través de la reglamenta-
ción de una ley, el Poder Ejecutivo altere su espíritu o emita disposiciones de
carácter legislativo, lo cual se encuentra vedado bajo pena de nulidad absoluta.
Por su parte, los arts. 7 y 8 de la Ley de Firma Digital establecen presuncio-
nes respecto de la titularidad de la firma y la integridad del documento, salvo
prueba en contrario. En este orden, las disposiciones contemplan un régimen
de presunciones iuris tantum, que pueden ser rebatidas a través de cualquier
medio probatorio. La impugnación de un instrumento digital no requiere el
trámite de un juicio especial como lo es la redargución de falsedad, con la par-
ticipación de la entidad certificadora; basta con la inclusión dentro de una litis
del acto jurídico formalizado mediante la firma digital, como hecho a probar.
Por lo cual, en ningún caso puede entenderse que en los arts. 7 y 8 de la Ley
de Firma Digital, se establece algo así como la fe pública, la cual genera una
presunción iuris et de iure o absoluta, que no admite prueba sobre la veracidad
de un instrumento, no solo respecto de la firma de las partes sino además de
su contenido.15
La desaprobación que genero la norma en la doctrina derivó en la mo-
dificación a través del Decreto 774/2019 publicado en el Boletín Oficial el
19/11/2019, del artículo segundo del Decreto 182/2019 limitando la satis-
facción del requisito de certificación de firma a todo trámite efectuado por el
interesado ante la Administración Pública Nacional, centralizada y descentra-
lizada.16 Dicha solución luce, a primera vista, acorde al derecho vigente.
Podemos concluir entonces que la validez de los documentos signados a
través de la firma digital es equivalente a la validez de un documento con firma
ológrafa. Es decir, la firma se presume de su titular, y es aquel que pretende
15
El art. 296 del CCyCN establece que “El instrumento público hace plena fe”
a) en cuanto a que se ha realizado el acto, la fecha, el lugar y los hechos que el oficial público
enuncia como cumplidos por él o ante él hasta que sea declarado falso en juicio civil o criminal;
b) en cuanto al contenido de las declaraciones sobre convenciones, disposiciones, pagos,
reconocimientos y enunciaciones de hechos directamente relacionados con el objeto principal
del acto instrumentado, hasta que se produzca prueba en contrario.
16
El art. 2 del decreto 182/2019 finalmente quedo redactado de la siguiente manera: Certifica-
ción de firmas. La firma digital de un documento electrónico satisface el requisito de certificación
de firma establecido para la firma ológrafa en todo trámite efectuado por el interesado ante la
Administración Pública Nacional, centralizada y descentralizada (texto según decreto 774/2019).
79
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
80
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
todo escrito no firmado, entre otros, los impresos, los registros visuales o auditivos
de cosas o hechos y, cualquiera que sea el medio empleado, los registros de la pa-
labra y de información.” Haciendo un análisis dinámico entre esta norma y
el art. 288 podemos determinar que, los contratos que se hayan suscriptos
bajo la modalidad de firma electrónica, serán reconocidos como “Instrumen-
tos particulares no firmados”, una especie dentro del género de los llamados
“instrumentos privados”, incorporado de forma expresa a partir de la sanción
de la ley 26.994.17
Nuestro código reconoce, como regla, la libertad para probar los contratos
en tanto dispone que “Los contratos pueden ser probados por todos los medios ap-
tos para llegar a una razonable convicción según las reglas de la sana crítica, y con
arreglo a lo que disponen las leyes procesales, excepto disposición legal que establez-
ca un medio especial. Los contratos que sea de uso instrumentar no pueden ser pro-
bados exclusivamente por testigos.” (art. 1019 CCYCN). En estos supuestos, su
valor probatorio debe ser apreciado por el juez y, a tal fin, se determinan una
serie de pautas que no son excluyentes, como la congruencia entre lo sucedido
y lo narrado, la precisión y claridad técnica del texto, los usos y prácticas del
tráfico, las relaciones precedentes y la confiabilidad de los soportes utilizados y
de los procedimientos técnicos que se apliquen (cnfr. art. 319 CCyCN).
La jurisprudencia ha aceptado al documento electrónico como un elemen-
to de prueba que si bien, carece del valor de convicción preeminente que posee
la prueba documental, resulta útil para acercar indicios sobre la existencia o
no de un contrato. Así lo ha entendido la Sala D de la Cámara Nacional de
Apelaciones en lo Comercial en referencia al valor probatorio del correo elec-
trónico indicando que: “No puede otorgarse un valor de convicción preeminente
a los documentos que carecen de firma digital, por no cumplir con los requisitos
de la Ley 25.506: 2 y 5, sobre “firma digital” puesto que el elemento de auten-
ticación o certificación es un requisito esencial de autenticidad; sin embargo, no
existe impedimento para que se los ofrezca como medio de prueba (CPR: 378-2°),
considerándoselos principio de prueba por escrito como había aceptado la doctrina
de los autores antes de la sanción de la citada Ley 25.506; tal valor probatorio se
sustenta en las normas del CCIV: 1190, 1191, 1192, pues aunque por no estar
firmados no alcancen la categoría de documento privado es admisible su presenta-
ción en juicio para probar un contrato siempre que emanen del adversario, hagan
verosímil el hecho litigioso y que las restantes pruebas examinadas a la luz de la
sana crítica corroboren su autenticidad.”18
17
Ley que aprobó el CCyCN.
18
CNCom., Sala D, “Bunker Diseños S.A. c/ IBM Argentina SA s/ ordinario”, del 02/03/2010,
pub. LL 11.8.10, F. 114775; LL 20.9.10, F. 114876.
81
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
19
CNCom., Sala A, “Prenaval Seguridad SRL c/ Consorcio de Propietarios Santos Dumont
2719/21/23/55 s/ ordinario”, del 22/10/2019.
82
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
20
CNCom., Sala C, “E-CORP SA c/ Adecco Argentina SA s/ ordinario”, del 03/09/2015, pub.
LL 9.12.15, Fº118.908.
83
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
por convenciones entre particulares se pacte la forma escrita, esta quedará sa-
tisfecha en virtud del art. 6 de la Ley de Firma Digital. Luego, que el reconoci-
miento de la firma o la titularidad del correo electrónico conlleva la admisión
de su contenido. En este sentido equipara los efectos del reconocimiento de la
firma ológrafa al de la firma electrónica (cnfr. art. 314, CCyCN), resultando
innecesario la pericia informática en este tipo de casos en particular.
21
A modo ilustrativo ver SPOTA, Alberto G., “Instituciones de Derecho Civil. Contrato”, v.
III, pág. 103.
22
Art. 971, CCyCN.- Formación del consentimiento. Los contratos se concluyen con la re-
cepción de la aceptación de una oferta o por una conducta de las partes que sea suficiente para
demostrar la existencia de un acuerdo.
84
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
deramos que, al momento de tomar este tipo de decisiones hay que poner en
la balanza la fuerza de ejecución contractual que estamos buscando, basados
en la importancia del contenido del documento, y la imposibilidad de celebrar
el acto jurídico si no es a través de una firma ológrafa o digital.
Claramente un contrato de locación o un contrato de servicios podría cele-
brarse mediante el envío de una oferta de forma electrónica e instrumentar su
aceptación por el mismo medio, o a través de cualquier otro acto “que revele
conformidad con la oferta”,23 por ejemplo: la transferencia del depósito en ga-
rantía a una cuenta bancaria del locador o cualquier otro modo prestablecido
en la oferta que haga prueba del principio de ejecución del contrato. Este tipo
de contratación, no pretende olvidar las dificultades probatorias que vienen
aparejadas con la firma electrónica, (que como hemos dicho, solo constituye
un principio de prueba por escrito), sino justamente lo opuesto.
Muchas empresas están implementando como un primer paso en la incor-
poración de la firma electrónica, cláusulas contractuales en las cuales se prevé
que, una vez finalizada la situación de emergencia, las partes intercambiarán
los documentos firmados con firma ológrafa. Si bien es un buen first step y
sirve para no dilatar la celebración de actos jurídicos durante la pandemia,
dicha cláusula va a depender de la buena fe de las partes, ya que para po-
der ejecutarla será necesario el proceso probatorio mencionado previamente.
En virtud de ello, consideramos importante que, al momento de materializar
cualquier documento contractual mediante una firma electrónica lo hagamos
a través de una plataforma electrónica que nos brinde la mayor cantidad de
instrumentos complementarios para reforzar la fuerza probatoria de la firma
electrónica, incluyendo pero no limitando a la acreditación del24 IP de las
partes, horario de aceptación y visualización de los documentos, correos elec-
trónicos intercambiados y demás información que acredite el consentimiento
de la ejecución contractual.
Podemos decir entonces que la inteligencia de la contratación a través del
uso de la firma electrónica, estará dada por la estructura probatoria de la cual
se rodee al acto con el fin de asegurar, frente a contingencias futuras, las herra-
mientas suficientes que permitan probar la autoría de las partes y la veracidad
del contenido. Para ello, deberá arbitrarse todos los medios disponibles que
23
Art. 979.- Modos de aceptación. Toda declaración o acto del destinatario que revela confor-
midad con la oferta constituye aceptación. El silencio importa aceptación sólo cuando existe
el deber de expedirse, el que puede resultar de la voluntad de las partes, de los usos o de las
prácticas que las partes hayan establecido entre ellas, o de una relación entre el silencio actual y
las declaraciones precedentes.
24
https://www.americanbar.org/groups/litigation/committees/commercialbusiness/practice/
2019/electronic-signatures-contracts-agreements/
85
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
25
Hay ciertas excepciones como en materia de concursos y quiebras, derecho de familia y
derechos reales. A modo ilustrativo, “In December 2016, a bankruptcy judge for the Eastern
District of California imposed sanctions on a bankruptcy lawyer for permitting a debtor client to use
DocuSign to sign documents requiring an original signature. In re Mayfield, 2016 WL 3958982,
No. 16-22134-D-7 (E.D. Cal. July 15, 2016).” – Ver American Bar Association Web Page https://
www.americanbar.org/groups/litigation/committees/commercial-business/practice/2019/
86
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
que (a) un contrato o firma “no se le negará su efecto, validez y exigibilidad legal
por el hecho de presentarse en formato electrónico”. Si bien hay ciertas diferen-
cias entre ciertos Estados dentro de Estados Unidos, en general se mantiene
el mismo criterio, salvo en algunos de ellos que receptan una figura similar a
la firma digital de nuestra normativa, requiriendo para su reconocimiento el
respaldo de un certificador26.
En función de la naturalidad con la que es utilizada la firma electrónica
dentro de Estados Unidos, se han desarrollado diversas plataformas para per-
mitir la firma de documentos a través de cualquier dispositivo móvil, las cuales
comienzan a ser aplicadas actualmente en la Argentina debido a la imposibi-
lidad de firmar de forma ológrafa los documentos por el aislamiento social
obligatorio.
La gran diferencia en estás plataformas son los resguardos probatorios adi-
cionales que aportan a sus usuarios para reforzar la validez de la firma electró-
nica y demostrar el consentimiento de las partes involucradas. El funciona-
miento suele ser muy sencillo: se sube el documento que se pretende firmar al
software, se inserta la firma y luego se requiere la firma de terceros a través de
la misma plataforma la cual envía un link para que el tercero pueda ingresar y
firmar. Este tipo de software permite a los usuarios visualizar cuando la con-
traparte firma el documento, recibiendo automáticamente la copia firmada en
la cuenta de la plataforma y/o correo electrónico del usuario. Adicionalmente
ciertas plataformas brindan: (i) la posibilidad de determinar el IP de la contra-
parte; (ii) la cantidad de visualizaciones que tuvo el documento; (iii) número
de identificación del documento el cual aparece en todas las hojas para brindar
seguridad del contenido; (iv) indicación de fechas de cuando el documento
es firmado, visto y/o enviado por cada una de las partes involucradas; y/o (v)
procesos de verificación de identidad a través de códigos a teléfonos celulares
y/o correos electrónicos.
A la hora de escoger una plataforma, la decisión debe estar orientada hacia
aquella que brinde los mayores recaudos, asegurando que, en el caso de ser
necesaria la vía judicial para el reconocimiento o ejecución de los contratos
electrónicos, el usuario contará con los resguardos suficientes que respalden el
principio de prueba por escrito de la firma electrónica. Debemos considerar
que estos recaudos no son solamente necesarios en la República Argentina, si
electronic-signatures-contracts-agreements/
26
En el Estado de Illinois se considera el concepto de “Secure Electronic Signature”, mencionado
que es el tipo de firma más seguro. Este tipo de firma es aquella firma electrónica creada a
través de un algoritmo asimétrico certificado por la Secretaría del Estado (Secretary of State) y
con el respaldo de un certificado valido emitido por la autoridad de certificación. Ver Illinois
Compiled Statutes - http://www.ilga.gov/legislation/ilcs/ilcs5.asp?ActID=89&
87
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
27
IO MOONWALKERS, INC. V. BANC OF AMERICA MERCHANT SERVICES, 814
S.E.2D 583 (N.C. APP. 2018. Abril de 2018.
28
Art. 26, Reglamento relativo a la identificación electrónica y los servicios de confianza (Re-
glamento eIDAS 910/2014/CE).
88
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
29
Art. 3, Reglamento relativo a la identificación electrónica y los servicios de confianza
(Reglamento EIDAS 910/2014/CE)
30
A modo ilustrativo, esta norma utiliza el concepto de “Firma Electrónica Avanzada” como
sucede en la Unión Europea en el marco del Reglamento EIDAS
89
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Una vez más las circunstancias actuales del mundo demuestran la necesi-
dad de utilizar las nuevas tecnologías para agilizar las relaciones jurídicas. En
ese sentido, la firma digital y electrónica son una herramienta sumamente útil
y necesaria para el desarrollo de los actos jurídicos en el marco de la pandemia
y la imperante necesidad de mantener la distancia social. Dichas herramientas
pueden ayudar a que la distancia no logre afectar la ejecución de negocios y
por ende la economía de los particulares e industrias del país.
En función de lo mencionado a lo largo del presente trabajo, es funda-
mental tener en cuenta al momento de llevar adelante un acto jurídico y/o la
celebración de un contrato por medios electrónicos, no solo el tipo de firma
a utilizar: digital y/o electrónica, sino también la plataforma digital que se
utilice para hacerlo, teniendo en miras el escaso valor probatorio de la firma
electrónica y la necesidad de respaldarla con otros medios de prueba y/o fun-
damentos que concedan mayor confiabilidad a los soportes y procedimientos
utilizados a la hora de formar la convicción del juez que ponderará el instru-
mento privado no firmado en el marco del art. 319 del CCyCN.31
La firma digital y electrónica han sido relegadas por muchos años en nues-
tro ordenamiento jurídico, y hoy, a nivel mundial, nos vemos forzados a desa-
rrollar herramientas y procedimientos que nos permitan continuar ejecutando
contratos y actos jurídicos a distancia, siendo posiblemente la pandemia del
Covid-19 el disparador que en nuestro país incentive la implementación ac-
tiva de estas nuevas tecnologías o, aún más, promueva su consideración en la
región del Mercosur. Siendo un posible primer paso la agilización del proceso
administrativo para la obtención del certificado para emitir firmas digitales
y la propuesta de que certificadores digitales puedan emitir certificados en el
marco internacional.
Finalmente, como hemos mencionado en otras oportunidades,32 es el
31
Art. 319, CCyCN: “El valor probatorio de los instrumentos particulares debe ser apreciado por
el juez ponderando, entre otras pautas, la congruencia entre lo sucedido y narrado, la precisión y
claridad técnica del texto, los usos y prácticas del tráfico, las relaciones precedentes y la confiabilidad
de los soportes utilizados y de los procedimientos técnicos que se apliquen”.
32
PUTSCHEK, Stefanía, RODRÍGUEZ VILLAR, Javier y DOMÍNGUEZ, Juan Pablo R.,
“La disrupción de las tecnologías: Evolución en el Derecho Societario”, RDCO 301 , 45; AR/
DOC/520/2020.
90
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
91
Efectos de la emergencia sanitaria sobre los
contratos de crédito a los consumidores
I. Parte general
I.1 Introducción
Procuraremos desarrollar las herramientas jurídicas que impactan en los
contratos y operatorias crediticias que involucran a consumidores. Para de-
terminar qué es una operación de crédito al consumo debemos precisar el
concepto de relación de consumo y luego examinar los distintos contratos de
crédito que regula el ordenamiento jurídico.
Posteriormente, veremos qué soluciones generales y atemporales legisla el
CCyCN para situaciones de emergencia como la que estamos viviendo con
motivo de la pandemia y luego, en capítulos separados, analizaremos las nor-
mas específicas que se dictaron en materia de tarjetas de crédito, crédito hipo-
tecario y prendario, y planes de ahorro para la adquisición de bienes.
1
Abogado (UNMdP, 1993), Master en Aspectos jurídicos y económicos de las nuevas tecnolo-
gías (UNMdP, 1996) y en Propiedad Industrial (Univ. de Alicante, 1997). Especialista en “class
actions”. Directivo de ADDUC. Autor de libros y artículos sobre temas de su especialidad.
2
Ley de Defensa del Consumidor, en adelante LDC.
93
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
3
CALAIS-AULOY, Jean, DEPINCÉ, Malo, TEMPLE, Henri, “Droit de la consommation”,
Dalloz, 10e édition, 2020.
4
BOTANA GARCÍA, Gemma A., “Noción del consumidor en el Derecho Comparado”, Es-
tudios sobre Consumo, nº 18, 1990, pág. 61.
5
BOTANA GARCÍA, op. cit., pág. 61.
94
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
6
CARAMELO, Gustavo, HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián, “Código Civil y Comer-
cial de la Nación comentado”, Infojus, 2015, pág. 330.
95
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
7
Señala Medina: “en el caso del coronavirus o de los hechos del príncipe dictados en razón de él,
no podría alegarse la imposibilidad por desaparición del objeto si la obligación de entregar fuera en
dinero” y cita un caso de EEUU, Bunge vs Recker de 1985, en el cual la obligación consistía en
entregar una cantidad de soja (producto fungible) que podría cumplirse entregando cualquier
producto de la especie. MEDINA, Graciela, “Del cumplimiento al incumplimiento de los
contratos ante el Covid-19”, diario La Ley del 22/4/20, pág. 2 y ss.
96
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
8
RIVERA, Julio César, “Los contratos frente a la pandemia”, Diario La Ley del 22/4/20,
pág. 8. En derecho comparado, por ejemplo en el art. 1185 del Código Civil Francés se prevé
similares requisitos. Ver por todos: PIETRANCOSTA, Alain, “Introduction of the hardship
doctrine (theorie de l’imprevision) into French contract law: A mere revolution on the books?”,
Colloque German French Symposium on Company Law and Capital Markets Law, Julio 7
2016, Max Plank Institute, Munich. El autor señala los requisitos: cambio en las circunstancias,
imprevistos al tiempo de la contratación, de las cuales resulta una excesiva onerosidad para una
de las partes, que no se haya pactado la asunción del riesgo.
9
Contrato aleatorio siempre que la excesiva onerosidad provenga de causa extraña al alea del
contrato. En el caso de contratos crediticios son todos conmutativos de ejecución diferida.
10
Requisito mencionado por SÁNCHEZ HERRERO, Andrés, “La imprevisión contractual”,
Thompson Reuters, 2019, pág. 127.
11
Art. 37. — Interpretación. Sin perjuicio de la validez del contrato, se tendrán por no con-
venidas:
a) Las cláusulas que desnaturalicen las obligaciones o limiten la responsabilidad por daños; b)
97
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Las cláusulas que importen renuncia o restricción de los derechos del consumidor o amplíen los
derechos de la otra parte. Para el derecho francés se estipula la misma solución (art. L212 del
Código de Consumidores sobre cláusulas abusivas).
12
MEDINA, Graciela, op cit, pág. 2 y ss.
13
Citado en ROCHEFORT, BOLAND y MCROSKEY, “The Coronavirus and Force Ma-
jeure Clauses in Contracts”, Ackerman LLP 6/4/2020. Se trata de un documento legal de
un Estudio Jurídico de los EEUU disponible en https://www.akerman.com/en/perspectives/
the-coronavirus-and-force-majeure-clauses-in-contracts.html.
14
“Notice of well Performing the Trial and Enforcement of People’s Court According to Law
during the Prevention and Control of Infectious Atypical Pneumonia” (2003). Derogada en
2013. Citada en RENAUD ALBAN, LI HUINI Y SANTY DENIS, “Impact of coronavirus
epidemic on contract performance: Force majeure and Hardship”, 7/2/2020, disponible en
https://www.village-justice.com/articles/impact-coronavirus-epidemic-contract-performan-
ce-the-coronavirus-epidemic-force,33710.html
98
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
2009. Por ello se prevé una diferente solución legal para el Covid-19. En
los pleitos posteriores a la epidemia del SARS, los tribunales de justicia, por
ejemplo, admitieron el reajuste del valor de alquileres comerciales, utilizan-
do la teoría de la imprevisión (cierres de comercios como restaurantes, bares,
boutiques, todos cerrados por orden gubernamental durante la epidemia).15
En Francia, hemos visto que el requisito para la aplicación de la doctrina es
el “cambio en las circunstancias”, lo que abarca supuestos tales como guerra,
ataque terrorista, cambio climático, problemas sanitarios, hambrunas, crisis
de cambio o financieras, cambios en la legislación.16
La Cámara Internacional de Comercio ICC en un documento de marzo
2020 enumera los casos presuntos de fuerza mayor y entre otras señala: “plaga,
epidemia, desastre o evento natural externo”.17
En los EEUU se ha resuelto que la Gripe Aviar18 podía ser calificada como
un evento de fuerza mayor porque fue imprevisto y precipitó un cambio dra-
mático en las condiciones del mercado.19
15
Ibídem.
16
PIETRANCOSTA, Alain, op cit, con cita de otros autores como STOFFEL MUNCK, Phi-
lippe, “L imprevisión et la reforme des effets du contrat” Revue des contrats abril 2016 y ME-
KKI, Mustapha, “De l’imprévisible changement de circonstances á l’imprévisible immixtion du
juge?”, BRDA, 2016. Asimismo ver: MEKKI, Mustapha and KLOEPFER PELESE, Martine,
“Hardship and Modification (or ‘Revision’) of the Contract”, January 26, 2010. Disponible en:
https://ssrn.com/abstract=1542511 y http://dx.doi.org/10.2139/ssrn.1542511.
17
ICC, Cláusulas de fuerza mayor y de onerosidad excesiva (hardship) de la ICC. marzo 2020.
18
https://es.wikipedia.org/wiki/Gripe_aviaria
19
Rexing Quality Eggs v. Rembrand Enterprises Inc 360 F.Supp 3d817,840/2 (2018) citado
en COVID 19 Coronavirus: Will Global Pandemic Excuse contractual performance?, 17/3/2020.
Dechert LLP www.dechert.com . En el fallo citado, el Tribunal sostiene: A mere increase in
expense does not excuse performance under a force majeure provision unless there exists an extreme
and unreasonable difficulty, expense, or injury.” Force Majeure Clauses, 30 Williston on Contracts
§ 77:31 (4th ed. 2004). Es decir que requiere o bien la fuerza mayor (imposibilidad de
cumplimiento) o bien un daño, gasto o dificultad extrema e irrazonable para justificar la excusa
al cumplimiento.
El caso está reseñado aquí: https://www.leagle.com/decision/infdco20181224928
El párrafo de la sentencia que admite a modo de obiter dicta, que la gripe aviar es causal
de fuerza mayor dice así: Unlike the avian flu example, which may plausibly constitute an
unforeseeable event precipitating a dramatic change in market conditions, a change in purchaser
demand—even a substantial change—is a foreseeable part of doing business. See, e.g., TEC Olmos,
LLC v. ConocoPhillips Co., 555 S.W.3d 176, 184-85 (Tex. Ct. App. 2018) (citing Kel Kim Corp.
v. Cent. Mkts., 70 N.Y.2d 900, 524 N.Y.S.2d 384, 519 N.E.2d 295, 296 (1987); Langham-Hill
Petrol., Inc. v. S. Fuels Co., 813 F.2d 1327, 1329-30 (4th Cir. 1987)) (holding that downturn in
market was foreseeable and thus outside the scope of “catch-all” force majeure clause); Great Lakes
Transmission Ltd. P’ship v. Essar Steel Minn., LLC, 871 F.Supp.2d 843, 852-53 (D. Minn. 2012)
99
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
(collecting authorities from four jurisdictions, three of which held that the 2008 financial crisis did
not constitute a force majeure, and one concluding that it did under force majeure clause which
“specifically included `change to economic conditions’ as an enumerated event that could excuse a
default”).
20
PIETRANCOSTA, op cit, con cita del art. 1218 del Código Civil Frances (imposibilidad
de cumplimiento).
21
Bien reseñados, sintéticamente, por MEDINA, Graciela, op cit, pág. 2 y ss.
22
“la pretensión distributiva del esfuerzo compartido fluye de normas de equidad. La clara referencia
que el art. 11 de la ley 25.561 hace del principio del esfuerzo compartido y la alusión del art. 8
del decreto 214/02 a un reajuste equitativo, son muestras evidentes de que ello es así. Se repite así
la historia ya conocida en nuestro país cuando cambios súbitos operados a raíz de decisiones “del
príncipe”, originaron creaciones pretorianas de Equidad, como la “indexación” y la desindexación”.
Consecuentemente, ante el fracaso de la gestión mediadora de las partes, los magistrados que
deberán resolver la pretensión distributiva en estudio, deberán asumir que formularán un juicio de
100
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Equidad y que por ello sus resoluciones deberán estar sustentadas en una particular adherencia a la
realidad económica-financiera ahora vigente y por una cuidadosa valoración de las circunstancias
del caso. PEYRANO, Jorge W. “Una nueva pretensión: la distributiva del esfuerzo compartido.
Comentarios procesales sobre el régimen de ‘pesificación’ forzosa de obligaciones en moneda
extranjera no vinculadas al sistema financiero”, E.D. 196-862. Ver también PEYRANO,
Jorge W., “La pretensión distributiva del esfuerzo compartido. Análisis provisorio de aspectos
procesales de la ‘pesificación’, J.A. 2002-I, pág. 1079.
101
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
deos debía conceder a la compañía de gas para que ésta pudiese continuar con
el servicio público.”23
La doctrina europea ha señalado que, para aplicar la doctrina de la impre-
visión, se presupone que la prestación si bien es realizable, tan solo lo es a través
de sacrificios o esfuerzos excepcionales… no es imposible, pero es particularmente
difícil realizarla, en el sentido de que para ello será necesario hacer sacrificios
extraordinarios o desmesurados, sean estos de orden financiero, personal o moral.
Por ejemplo, en razón del acentuado encarecimiento de los materiales o salarios el
empresario solo puede construir la obra arruinándose o sujetándose a un sacrificio
que va más allá del riesgo normal de un contrato.24
Observamos entonces que, en el caso que el consumidor pueda acreditar
una sensible merma de ingresos como consecuencia del hecho extraordina-
rio25, podría recurrir a la teoría de la imprevisión, no ya para obtener una
readecuación del precio como en los casos de devaluación, sino para obtener
un plazo mayor para el cumplimiento de su obligación.
Como veremos en los capítulos especiales de este trabajo, en determinadas
materias el propio legislador administrativo impuso esta solución, lo que im-
plica el reconocimiento de la existencia del hecho extraordinario y su directa
relación con el daño sufrido por el consumidor que le dificulta extraordinaria-
mente el cumplimiento de sus obligaciones.
23
SOTELA MONTAGNÉ, Rogelio, “La teoría de la imprevisión”, Editorial Lehmann, 1966.
24
GALVAO TELLES, Inocencio, “Direito das obrigacoes”, Coimbra, 1997, citado por
FERNANDES DE ALMEIDA, Roberto, Tesis doctoral “Alteración de las circunstancias y
revisión contractual”, dirigida por LLAMAS POMBO, Eugenio, Universidad de Salamanca,
2011, pág. 175.
25
No es lo mismo la situación de un empleado público si no vio merma en sus ingresos, que
la de un cuentapropista que debió cerrar su negocio y obtuvo cero ingresos desde la fecha de
aislamiento (ej. un kiosco).
102
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
26
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/55000-59999/55556/texact.htm
27
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/15000-19999/16071/texact.htm
28
La L.E.F. las define: art. 1º — Quedan comprendidas en esta Ley y en sus normas regla-
mentarias las personas o entidades privadas o públicas oficiales o mixtas- de la Nación, de las
provincias o municipalidades que realicen intermediación habitual entre la oferta y la demanda
de recursos financieros.
29
En la práctica captan ahorro público a través de la emisión de valores negociables a través
de Fideicomisos Financieros y este aspecto cae bajo la regulación de la Comisión Nacional de
Valores.
30
Art. 16. — Interés compensatorio o financiero. El límite de los intereses compensatorios o
financieros que el emisor aplique al titular no podrá superar en más del veinticinco por ciento
(25%) a la tasa que el emisor aplique a las operaciones de préstamos personales en moneda
corriente para clientes.
En caso de emisores no bancarios el límite de los intereses compensatorios o financieros apli-
cados al titular no podrá superar en más del veinticinco por ciento (25%) al promedio de tasas
del sistema para operaciones de préstamos personales publicados del día uno al cinco (1 al 5) de
cada mes por el Banco Central de la República Argentina.
La entidad emisora deberá obligatoriamente exhibir al público en todos los locales la tasa de
financiación aplicada al sistema de Tarjeta de Crédito.
103
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
La regulación del sistema está a cargo del BCRA.31 A las Entidades Fi-
nancieras las regula en todos sus aspectos (art. 4º L.E.F.32), en cambio a las
Entidades Emisoras de Tarjetas no financieras, solo las regula en los aspectos
financieros de esta operatoria.33 Los aspectos no financieros del contrato serán
regulados en forma conjunta por la Secretaría de Comercio de la Nación y las
autoridades de comercio de cada jurisdicción local (art. 50 LTC).
En su carácter de regulador financiero, el BCRA ha dictado una serie de
normas generales, que se emiten a través de Comunicaciones del tipo “A” o
normativas.
Nos interesan las Com. A 3052 sobre Tasas de Interés en las Operaciones
de Crédito34 y la Com. A 5388 sobre Normas de Protección de usuarios de
servicios financieros.35
31
Recomendamos la lectura de la publicación del BCRA “Marco normativo del Sistema Fi-
nanciero Argentino” que se puede obtener en la página del Banco: http://bcra.gov.ar/Pdfs/
SistemasFinancierosYdePagos/MarcoLegalCompleto.pdf
32
L.E.F. Art. 4 — El Banco Central de la República Argentina tendrá a su cargo la aplicación
de la presente ley, con todas las facultades que ella y su Carta Orgánica le acuerdan. Dictará
las normas reglamentarias que fueren menester para su cumplimiento, a cuyo efecto deberá
establecer regulaciones y exigencias diferenciadas que ponderen la clase y naturaleza jurídica
de las entidades, la cantidad y ubicación de sus casas, el volumen operativo y las características
económicas y sociales de los sectores atendidos, dictando normas específicas para las cajas
de crédito. Ejercerá también la fiscalización de las entidades en ella comprendidas (artículo
sustituido por art. 1° de la Ley 25.782. B.O. 31/10/2003).
33
L.T.C. Art. 50. — Autoridad de Aplicación. A los fines de la aplicación de la presente ley
actuarán como autoridad de aplicación:
a) El Banco Central de la República Argentina, en todas las cuestiones que versen sobre aspectos
financieros.
b) La Secretaría de Comercio Interior, dependiente del Ministerio de Economía y Producción,
en todas aquellas cuestiones que se refieran a aspectos comerciales, pudiendo dictar las
respectivas normas reglamentarias y ejercer las atribuciones de control, vigilancia y juzgamiento
sobre su cumplimiento.
Con relación al inciso b), la Ciudad Autónoma de Buenos Aires y las provincias actuarán
como autoridades locales de aplicación, ejerciendo el control, vigilancia y juzgamiento sobre el
cumplimiento de la presente ley y sus normas reglamentarias respecto de los hechos sometidos
a su jurisdicción, pudiendo delegar atribuciones, en su caso, en organismos de su dependencia
o en las municipalidades. Sin perjuicio de ello, la autoridad de aplicación nacional podrá actuar
concurrentemente aunque las presuntas infracciones ocurran sólo en el ámbito de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires o de las provincias. (Artículo sustituido por art. 34 de la Ley 26.361,
B.O. 7/4/2008).
34
TASAS DE INTERÉS EN LAS OPERACIONES DE CRÉDITO -Última comunicación
incorporada: “A” 6917- Texto ordenado al 28/02/2020 texto disponible en http://bcra.gov.ar/
Pdfs/Texord/t-tasint.pdf
35
PROTECCIÓN DE LOS USUARIOS DE SERVICIOS FINANCIEROS -Última comu-
104
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
En las normas sobre tasas de interés se especifican reglas para las operacio-
nes de crédito en general (Sección 1) (que solo son aplicables a las E.F.) y en
la Sección 2 se dictan reglas para la operatoria de tarjeta de crédito, aplicables
además a los emisores no financieros.
Por ejemplo, en la Sección 2.1.1. se regula la tasa de interés para emisores
de TC Financieros y en la sección 2.1.2. se lo hace para Emisores no finan-
cieros.
Las normas de Protección de Usuarios del Sistema Financiero son aplica-
bles a todos los emisores de Tarjeta de Crédito.36 En atención a lo dispuesto
en el art. 50 LTC, las normas de Protección de Usuarios del Sistema Finan-
ciero solo pueden atender a los aspectos vinculados con Tarjetas de Crédito
cuando regulan entidades no financieras. Es decir, una entidad no financiera
emisora de tarjeta de crédito, pongamos Credipaz que no es E.F., resulta re-
gulada cuando opera como emisor de Tarjetas, pero no está regulado cuando
otorga préstamos personales. Es un tanto desprolijo, pero es lo que surge del
régimen legal. Hay zonas grises (vgr. la refinanciación mediante un mutuo de
un saldo deudor de tarjeta de crédito).
Para finalizar con esta introducción un tanto teórica, resumimos:
Hay dos tipos de emisores de tarjeta, los financieros y los no financieros.
El BCRA regula a los financieros en todos sus aspectos y a los no financie-
ros solo en la operatoria de TC.
Las dos regulaciones principales son las normas sobre tasas de interés y la
de protección de usuarios del sistema financiero.
En este marco normativo analizamos la Comunicación A 6964 dictada
como consecuencia de los efectos del Covid-19 y la cuarentena dispuesta por
el Poder Ejecutivo Nacional.
105
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
106
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
37
Conforme la LDC la interpretación normativa es la más favorable al consumidor (art. 3º).
Misma solución cabe para la interpretación de las cláusulas de los contratos (art. 37).
107
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
108
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
109
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
establece que el mutuo es oneroso salvo pacto en contrario y que puede ser en
dinero. Si así lo es el deudor, cumple pagando en la moneda prestada y debe
intereses compensatorios. Los intereses se deben por trimestre vencido, o con
cada amortización total o parcial de lo prestado que ocurra antes de un trimes-
tre, excepto estipulación distinta.
El préstamo bancario, por su parte, se define en el art. 1408 como el con-
trato por el cual el banco se compromete a entregar una suma de dinero obli-
gándose el prestatario a su devolución y al pago de los intereses en la moneda
de la misma especie, conforme con lo pactado.
Como vemos existe una asimilación entre el mutuo dinerario y el préstamo
bancario, variando solamente en que en este último el acreedor es una entidad
financiera.
Ambos contratos se encuentran alcanzados por la Ley de Defensa del Con-
sumidor38 cuando se traten de una relación de consumo, la que se califica
por la existencia de un proveedor y un consumidor. En el caso del contrato
de mutuo no bancario, existe relación de consumo en la medida que, quien
presta lo hace de manera profesional y quien recibe el dinero lo hace para el
uso o consumo personal, familiar o social (arts. 1 y 2 Ley 24240). En el caso
del préstamo bancario, la calidad de proveedor está ínsita en la actividad del
acreedor (entidad financiera) y para el tomador del crédito se aplica la misma
regla que en el mutuo.
El préstamo bancario se encuentra regulado por el Banco Central de la Re-
pública Argentina, en tanto el mutuo no bancario no tiene regulación especial.
El crédito puede ser otorgado sin garantía39, con una garantía personal40 o
real. En este último caso la garantía puede estar configurada por un bien in-
mueble o un bien mueble registrable. En el primer caso hablamos de hipoteca41
38
Así se ha dicho que “la ley de defensa del consumidor es aplicable en a los mutuos hipoteca-
rios, pues es evidente que tales contratos son de consumo en los términos del art. 1º de la ley
24.240. Máxime teniendo en cuenta que en el contrato de mutuo se especificó que el destino
de las sumas sería para la adquisición del inmueble que se hipotecó, aseverando la parte deu-
dora que constituye su vivienda única, familiar de uso propio y ocupación permanente, lo que
revela que habrían de ser aplicadas a un “consumo final” y no a un proceso de producción o
comercialización, supuesto este último excluido de la protección legal (art. 2 de la ley citada).”
CNCiv., Sala L, “Banco de la Provincia de Buenos Aires c/ Gelblung Federico y otro s/ ejecu-
ción hipotecaria”, del 10/10/18, publicado como Sumario n°26976 de la Base de Datos de la
Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil.
39
La garantía es el propio patrimonio del deudor.
40
Vg Contrato de Fianza, art. 1574 y ss del CCyCN.
41
Art. 2205.- Concepto. La hipoteca es el derecho real de garantía que recae sobre uno o más
inmuebles individualizados que continúan en poder del constituyente y que otorga al acreedor,
110
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
ante el incumplimiento del deudor, las facultades de persecución y preferencia para cobrar sobre
su producido el crédito garantizado.
42
Art. 2220.- Prenda con registro. Asimismo, puede constituirse prenda con registro para ase-
gurar el pago de una suma de dinero, o el cumplimiento de cualquier clase de obligaciones a las
que los contrayentes le atribuyen, a los efectos de la garantía prendaria, un valor consistente en
una suma de dinero, sobre bienes que deben quedar en poder del deudor o del tercero que los
haya prendado en seguridad de una deuda ajena. Esta prenda se rige por la legislación especial.
43
Estos créditos son los que se actualizan por el índice UVA (Unidad de Valor Adquisitivo),
una herramienta financiera creada por el Banco Central que en el momento de su lanzamiento
estaba relacionada con el costo del metro cuadrado de una vivienda. Así, 1.000 UVAs equiva-
lían a 1 metro cuadrado. A partir de entonces, el valor de la UVA se va actualizando periódica-
mente de acuerdo con el índice de inflación oficial (IPC) que mide el INDEC. Es decir que el
crédito UVA se actualiza por la inflación.
111
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
44
En el marco de anteriores épocas de emergencia y en relación a la aplicación de suspensión
de ejecuciones hipotecarias en dólares se dijo: “No corresponde la aplicación de la ley 26.167
-ni la suspensión del procedimiento (art. 9° de la citada norma)- si no surge de la escritura del
mutuo hipotecario, que el inmueble objeto de la garantía sea vivienda única y familiar del deudor
y el ejecutado no probara esa circunstancia que estaba a su cargo demostrar, máxime cuando del
mandamiento de constatación surge la existencia de varias personas que lo habitan en calidad de
inquilinos.”, CNCiv., Sala G, “Sempertegui, Walter Raúl c/ Galos Mansilla, Washington s/
ejecución hipotecaria”, del 6/08/07, publicado como Sumario N°17578 de la Base de Datos de
la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil.
45
Fuente: Dictamen Nº 35/98 https://www.afip.gob.ar/genericos/guiavirtual/consultas_deta-
lle.aspx?id=4171746
46
Tanto las leyes 23.082 y 23.293 como las 23.318 y 23.354 que prorrogan el efecto de aqué-
112
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
113
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
El decreto señala “al menos” tres cuotas, con lo cual puede pactarse un plan
de pagos en una cantidad superior de cuotas.
El DNU establece la dispensa de la mora, ya que no se podrá aplicar nin-
gún tipo de intereses ni penalidades por la refinanciación.
114
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
47
Art. 1529.- Incumplimiento del mutuario. La falta de pago de los intereses o de cualquier
amortización de capital da derecho al mutuante a resolver el contrato y a exigir la devolución
de la totalidad de lo prestado, más sus intereses hasta la efectiva restitución. Si el mutuo es
gratuito, después del incumplimiento, se deben intereses moratorios. Si el mutuo es oneroso
a falta de convención sobre intereses moratorios, rige lo dispuesto para las obligaciones de dar
sumas de dinero.
115
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
48
Opinión contraria sustenta alguna doctrina: Insisto, no se suspenden los trámites de los juicios
hipotecarios y prendarios los cuales, una vez reanudada la actividad tribunalicia, pueden continuar
con normalidad, sino que solo deberá suspenderse aquellos procesos en los que se estén desarrollando actos
procesales intrínsecos al desapoderamiento y la subasta. GARCÍA PONZO, Ignacio, “Emergencia
sanitaria. Suspensión de ejecuciones hipotecarias y prendarias”, publ. en elDial.com
49
Cuando el legislador quiso suspender únicamente actos ejecutorios así lo hizo. Ej Ley 26167:
Art. 9º — Suspensión de ejecuciones: A los fines del cumplimiento del procedimiento especial que
se establece, suspéndense a partir de la entrada en vigencia de la presente, los trámites: de ejecución
de sentencias judiciales; subastas judiciales y extrajudiciales; los desalojos en cualquiera de sus
modalidades, aprobados o en trámite de aprobación y de cualquier otro procedimiento que tenga por
objeto el desapoderamiento de los inmuebles a que se refiere el artículo 1º de la presente.La suspensión
será procedente en todos los casos, con excepción de aquellos en los que se hubiere perfeccionado la
venta, entendiéndose por tal cuando se hubiere aprobado el remate, pagado el precio o la parte
que correspondiere si se hubieren dado facilidades y se hubiere realizado la tradición del bien al
comprador. La suspensión dispuesta en los párrafos precedentes regirá hasta que se hubiere dado
cumplimiento a las disposiciones establecidas en el procedimiento especial.
116
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
50
Requería: vivienda única, de uso propio y permanente del deudor.
51
Establecía como requisito: d) Que dicha vivienda sea única y familiar;
52
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/120000-124999/122497/norma.htm
53
La CORTE SUPREMA en el caso Rinaldi resolvió que las medidas adoptadas por Ley para
intervenir en ciertos contratos con garantía hipotecaria, como consecuencia de la crisis de 2001/
2002 eran constitucionales. “Corresponde desestimar el planteo de inconstitucionalidad de las
disposiciones de emergencia basado en que mediaría una suerte de retroactividad respecto a
prestaciones ya cumplidas o a situaciones que han surtido plenos efectos, pues están en curso de
ejecución y quedaron pendientes de pago en plena crisis económica.… El control de razonabilidad de
las medidas adoptadas respecto de los mutuos hipotecarios celebrados entre particulares (cuyo monto
originario fuese inferior a la suma de $ 100.000 o su equivalente en moneda extranjera), en los que
se encuentra comprometida la vivienda única y familiar del deudor debe efectuarse sobre la base de
que la declaración de inconstitucionalidad constituye la más delicada de las funciones susceptibles de
encomendarse a un tribunal de justicia, configura un acto de suma gravedad que debe ser considerado
como última ratio del orden jurídico, requiere inexcusablemente la demostración del agravio en el
caso concreto y sólo cabe acudir a ella cuando no existe otro modo de salvaguardar algún derecho o
garantía amparado por la Constitución Nacional...La interpretación y eficacia de la cláusula del
mutuo hipotecario -en cuanto establece que la parte deudora restituya dólares estadounidenses billete,
asumiendo cualquier variación de cotización por abrupta e intempestiva que fuese y rechazando
expresamente la posibilidad de invocar la teoría de la imprevisión y del abuso de derecho- debe ser
examinada en el sentido de que dicha estipulación no acuerda derechos tan absolutos o que puedan
jugar en menoscabo de uno de los contratantes cuando el cambio radical producido con relación
al peso destruyó el equilibrio de las prestaciones y resultó impuesto a ambas partes por un acto de
autoridad con miras a proteger el interés general (conf. art. 21 del Código Civil). CSJN, “Rinaldi
117
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Francisco Augusto y otro c/ Guzmán Toledo Ronal Constante y otra s/ ejecución hipotecaria”
del 15/03/2007, Fallos: 330:855.
54
AGUILAR, Fernando, “Sistemas de ahorro previo por grupos cerrados”, Astrea, 988, pág.
XVII. Hemos querido comenzar a describir el sistema siguiendo a este autor que se manifiesta
decididamente en favor de las empresas organizadoras del sistema, bregando por una regulación
mínima por parte del Estado y en atención a la fecha de su obra, desconociendo la existencia
del Derecho del Consumidor. De aquí en adelante las obras que hemos relevado, así como la
jurisprudencia hacen hincapié en la caracterización del suscriptor como consumidor y alertan
sobre los abusos cometidos por las Entidades Administradores que no son otra cosa que un
“hombre de paja” de las Fábricas de Automotores. En este último sentido, sumamente crítico
con la figura citamos a GHERSI, Carlos Alberto y MUZIO, Alejandra Esther, “Compraventa
de automotores por ahorro previo. Circulos cerrados”, Astrea, 1996. En la biblioteca del medio
una amplia gama de doctrina que iremos citando.
118
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
efectuar como mínimo dos adjudicaciones (una por sorteo y otra por lici-
tación de cuotas) cada grupo estará integrado por un número de contratos
igual al doble del número de meses correspondiente al plazo contractual…
cada mes, si todos pagan, serán recaudados fondos suficientes para efectuar las
dos adjudicaciones, a los ganadores del sorteo y la licitación y ello permitirá
a cada suscriptor que resulte ganador (adjudicatario) adquirir una unidad del
bien elegido. El valor móvil (la cuota a pagar) por cada uno de los contra-
tos integrantes de un grupo debe ser igual al de los restantes contratos y sus
condiciones también deben ser iguales para evitar situaciones inequitativas.
Cuando el sistema es utilizado para adquirir bienes producidos en serie, tales
como automóviles, el valor móvil será igual al precio de venta del bien que los
suscriptores pretenden adquirir mediante el crédito que esperan les sea adjudi-
cado antes del vencimiento del plazo del contrato respectivo.55
Para la instalación de este complejo sistema se anudan una serie de contra-
tos conexos entre sí.
Así Ghersi – Muzio señalan las siguientes relaciones contractuales: 1) un
mutuo gratuito entre el consumidor adherente que entrega mensualmente a
la administradora una suma de dinero y no cobra intereses; 2) un contrato de
administración de dinero por el cual el ente financiero percibe honorarios,
calculados según la cuota de integración; 3) un contrato de mandato oneroso
por el cual el consumidor encomienda a la entidad financiera la colocación
del dinero en una industria automotriz terminal para la fabricación de un au-
tomotor; 4) un contrato de compraventa en el cual, en ocasiones, intermedia
una agencia o concesionaria, y vende la terminal automotriz.56
Concluyen los autores que el análisis económico jurídico debe pasar por el
estudio real de las relaciones jurídicas negociales y, en este aspecto, sostienen,
que las mismas se entablan entre un grupo económico, conformado por la
fábrica terminal, el ente financiero y en determinadas oportunidades por la
concesionaria oficial y por otro lado el consumidor, más allá de todas las fic-
ciones jurídicas que pueden insertarse.57
La jurisprudencia acompaña esta solución mediante la doctrina de la co-
nexidad contractual. Así la Sala A de la Cámara Nacional en lo Comercial
ha dicho: Es un fenómeno conocido en el mundo de los negocios como conexidad
contractual, que adquiere relevancia para interpretar los grupos de contratos donde
existe una finalidad supra contractual que inspira su celebración. Por ese motivo, el
55
AGUILAR, Fernando, Ibidem, pág. XVIII.
56
GHERSI, Carlos Alberto y MUZIO, Alejandra Esther, op cit, págs. 50 a 53.
57
Ibidem, pág. 54.
119
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
deslinde de responsabilidad de las partes de cada uno de los negocios debe apreciarse
con estrictez, pues el incumplimiento de las obligaciones contractuales no se agota
en sus efectos bilaterales, sino que puede repercutir en todo el sistema. De allí que se
sostenga que la responsabilidad alcanza a todo aquel que se beneficia con el negocio
y no solamente a quien entabla una relación directa con el consumidor. Y la con-
secuencia de tal conclusión es que estos sujetos -en tanto participan de una misma
actividad organizada- deben asumir una responsabilidad de carácter “solidario”.58
La doctrina ha señalado que “la pretendida desvinculación total entre la ad-
ministradora y la concesionaria desconoce el fenómeno de la conexidad contractual
ya que es innegable la vigencia del elemento de base causal o teleológica que la
conexidad reclama, vale decir, la mediación de un necesario nexo funcional, un
propósito legal que no se agota ni puede ser cumplido a través de un vínculo nego-
cial singular, sino que lo trasciende, involucrando uno o más contratos”.59
Lorenzetti ha señalado que “el sistema de contrato de ahorro previo para
fines determinados se diferencia claramente de la compraventa simple y básica,
configurando una unión externa de contratos que define este particular sistema
de adquisición que integra en su parte organizativa al fabricante, a la sociedad
administradora y al concesionario y por la otra parte al ahorrista adquirente del
bien en una típica relación de consumo.” 60
La Cámara Civil y Comercial de Gualeguaychú, Entre Ríos, Sala Primera,
explica:
“en el ahorro previo un sujeto, denominado suscriptor, paga una cantidad de
dinero en cuotas anticipadas, a los fines de la adquisición de un bien mueble o
inmueble, la que tendrá lugar en el futuro, una vez que se cumpla con las condi-
ciones de adjudicación pactadas, de sorteo o de licitación. Esta forma contractual,
produce las ventajas de aunar un grupo de personas que permite reunir una masa
de dinero relevante y se apoya en la financiación recíproca de los integrantes. Para
ello se constituye un sistema de contratos conexos en red, donde las partes que
integran el contrato son los ahorristas o suscriptores, la sociedad de ahorro para
fines determinados y, en realidad sus organizadores, es decir, el fabricante, el im-
portador, y su red de distribuidores o concesionarios, donde el centro es la empresa
organizadora, normalmente denominada “administradora”, que es la que nuclea
al grupo de ahorristas, con la idea de establecer un vínculo de colaboración aso-
58
CNCom., Sala A, “Martini Guido Ignacio c/ Volkswagen SA de Ahorro p/fines determina-
dos s/ ordinario”, del 3/4/2018.
59
BARREIRO, Rafael F., “Prácticas abusivas en el sistema de ahorro previo para la adquisición
de automotores. Sobre la prevención y disuasión”, La Ley, 2019-C, 218.
60
LORENZETTI, Ricardo L. “Tratado de los Contratos Parte Especial”, T. I, Rubinzal-
Culzoni, pág. 733; arts. 1073 y 1074 CCyCN.
120
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
ciada (conf.: JUNYENT BAS, Francisco A., GARZINO, María C.: “La tutela
del consumidor en la capitalización y ahorro previo para fines determinados”,
en: LL, 2013-C , 1065). Las operaciones de capitalización y ahorro, cuentan
con la supervisión de la Inspección General de Justicia (conf. ley 23.270), quien
establece los requisitos que deben observar los contratos de adhesión, y los recaudos
exigidos para publicitar planes de ahorro, entre otros aspectos de esa actividad, que
reglamentó. Por otra parte, es claro que los suscriptores son consumidores (art. 1
de la ley 24.240), pues el objeto del negocio es la adquisición de bienes nuevos a
título oneroso, siempre que su utilización sea con carácter de destino final, y tanto
la administradora como la concesionaria intermediaria, y la empresa fabricante
quedan articuladas en la cadena de comercialización propia de este tipo de nego-
cios. De modo que no caben dudas acerca de que el contrato de círculo de ahorro
es un contrato de consumo, visto desde la Ley de Defensa al Consumidor, y por
lo tanto aplicable su perspectiva tuitiva y pautas interpretativas en beneficio del
consumidor. Finalmente, no hay duda tampoco que estamos frente a un contrato
con cláusulas predispuestas.61
La autoridad de contralor, para todo el país de este tipo de contratos es la
Inspección General de Justicia (Ley 23270),62 sin perjuicio de la aplicación de
la LDC y sus correspondientes autoridades de aplicación locales.63
61
Cámara de Apelaciones- Sala Primera Civil y Comercial Gualeguaychú, “SERVIDIO SAN-
DRA CRISTINA C/ “VOLKSWAGEN S.A.DE AHORRO PARA FINES DETERMINA-
DOS” Y OTRO S/ SUMARISIMO (ACCION LEY 24.240)” - Expt. Nº 5311/C 31/10/2016
62
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/20000-24999/24088/norma.htm
63
(parcial) Art. 3º Ley 24240 — Relación de consumo. Integración normativa. Preeminencia.
…Las relaciones de consumo se rigen por el régimen establecido en esta ley y sus reglamentacio-
nes sin perjuicio de que el proveedor, por la actividad que desarrolle, esté alcanzado asimismo
por otra normativa específica. (Artículo sustituido por art. 3° de la Ley 26.361, B.O. 7/4/2008)
64
AGUILAR, op cit, pág. 129.
121
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
seguro de vida. Puesto que el precio nominal del bien (vgr. automóvil) que se
pretende adquirir a través del sistema, sigue constantemente la depreciación
de la moneda a causa de la inflación y sus costos en dólares, la cuota se incre-
menta siguiendo el precio de los bienes. Es decir que el monto de las cuotas
va en constante aumento.
A su vez existen incrementos retroactivos de cuota, que pretenden seguir
el ajuste en el precio65 de los bienes entre la fijación de la cuota mensual y la
efectiva adquisición del bien.66
Ghersi67 destaca el valor y composición de las cuotas a pagar por los con-
sumidores del grupo. El valor móvil o valor básico es el valor del automóvil
tomado como precio base o precio de lista. La cuota pura implica dividir el
precio base por la cantidad de cuotas del plan. En el ejemplo de Aguilar, al en-
tregarse dos vehículos, el valor móvil toma el precio de lista de dos unidades.
A la cuota pura se le adicionan los gastos administrativos u honorarios, por lo
general un porcentaje de la cuota pura.
Ghersi destacaba dos metodologías de ajuste o aumento de cuotas. Me-
diante la variación del “precio de lista” del automotor, incluso variaciones
retroactivas antes indicadas, que este autor considera un abuso. Otra es la
metodología en base a índice.68 También se pactan cláusulas de “cambio de
modelo”, que permiten la modificación del valor de la cuota. Este es, un con-
trato para la adquisición de un automotor, que al momento del sorteo o licita-
ción ya fue remplazado por otro modelo de la misma fábrica.
Como vemos, aun en contexto de prohibición de indexar (Ley 25561), al
fijarse la cuota en referencia al “precio de lista” del automotor señalado como
causa fin del sistema de contratos69, al aumentar el precio de aquel, indefecti-
65
Debido al limitado alcance de este trabajo, remitimos a la obra de GHERSI – MUZIO, op
cit, quienes destacan los abusos en que incurren las administradoras (ver capítulo IV, p. 57 y ss).
66
AGULAR, op cit, pág. 129.
67
GHERSI – MUZIO, op cit, pág. 63/4.
68
GHERSI – MUZIO op cit, pág. 66.
69
La ley 25561 mantuvo –en materia de actualización de deudas- la misma redacción que la
llamada ley de convertibilidad. Básicamente, el art. 7 señala que en ningún caso se admitirá
actualización monetaria, indexación por precios, variación de costos o repotenciación de deu-
das, cualquiera fuere su causa, haya o no mora del deudor, con las salvedades establecidas por la
presente ley. En términos simples: la ley prohíbe expresamente indexar o actualizar los precios
en los contratos de duración (compraventa, locación, suministro, etcétera). Por ello, paralela-
mente aparecieron ciertas variantes en las que no se indexa sino que se fija el precio en referencia
a otro valor. Se determina un precio “cierto”, aunque determinable (según un procedimiento).
MOLINA SANDOVAL, Carlos, “Prohibición de indexar, inflación y una realidad que no pue-
de ignorarse” publicado el 11/12/2013 en Suplemento Factor del Diario Comercio y Justicia:
122
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
https://comercioyjusticia.info/factor/economia/prohibicion-de-indexar-inflacion-y-una-reali-
dad-que-no-puede-ignorarse/
70
Fuente ACARA (Asociación de Concesionarios de la Rca Argentina). Publicado en https://
noticias.autocosmos.com.ar/2019/01/03/los-10-autos-mas-vendidos-de-2018-en-argentina
71
https://www.dnrpa.gov.ar/valuacion/valuaciones.php
72
Fuente: Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO). INFORME ESPECIAL | AU-
TOAHORRO. LA PESADILLA DEL AUTO PROPIO - JUNIO 2019 06/07/2019 - 16:00
123
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
https://www.ceso.com.ar/informe-especial-autoahorro-pesadilla-del-auto-propio-junio-2019
73
Cifras de ACARA de caída de suscripción de planes: mayo 2019 (- 44.3%), abril 2019
(-53,5%), marzo (-54,9%), febrero (-53,3%), enero (-56,9%), diciembre 2018 (-56,2%), no-
viembre (-57,5%), octubre (-54,3%), septiembre (-50,9%), agosto (-39,9%), julio (-28,4%),
junio (-9,2%), mayo (-14%) y abril (-2,9%).
74
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/325000-329999/326865/norma.htm
124
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Así las cosas, terminó el año 2019 y se inició 2020, donde, como dice
el dicho “sobre llovido, mojado” se produce la pandemia de Covid-19 y las
medidas de policía consistentes en el aislamiento social preventivo y obliga-
torio que impide desarrollar con normalidad las actividades básicas de la vida
económica. Analizaremos las respuestas jurídicas específicas para el sistema de
auto ahorro para combatir la nueva crisis.
75
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/anexos/335000-339999/336218/norma.htm
125
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
76
Ver nota anterior. Al finalizar el texto de la Resolución hay tres enlaces (links) a los Anexos
de la misma que indican: los planes que ingresan en el sistema, el mecanismo explicativo de
diferimiento y el modelo de nota que debe presentar el consumidor para ingresar al plan de
diferimiento.
126
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128
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129
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
3. Disponer sin costo para los suscriptores que opten por el diferimien-
to, la inscripción de modificaciones a los gravámenes prendarios o la
reinscripción de los mismos que deban producirse durante el período
de recupero. Se entiende que las tasas por la inscripción deberán ser
soportadas por las administradoras.
4. Dejar sin efecto hasta el 31 de diciembre de 2020 la aplicación del
límite previsto en los contratos para que el suscriptor rechace las ad-
judicaciones o deje vencer el plazo para su aceptación. Implica la mo-
dificación temporaria de las cláusulas contractuales aprobadas por la
IGJ en la materia.
Gastos de entrega de los vehículos.
El art. 9º de la Resolución establece que, sin perjuicio de lo que con al-
cance permanente disponga la Resolución General IGJ 8/2015 –Normas del
Sistema de Capitalización y Ahorro para Fines Determinados-, a partir de
la vigencia de la presente y hasta el 31 de diciembre de 2020, las sociedades
administradoras deberán realizar una campaña de difusión cuya finalidad será
la de brindar transparencia al régimen de gastos de entrega de los vehículos
que adjudican por sus planes de ahorro, sin limitarse a los alcanzados por el
diferimiento de cuotas regulado en la presente.77
Ello incluirá al menos las siguientes acciones por parte de las entidades:
1. Reforzar la comunicación en la página web de cada administradora
los gastos de entrega que se encuentran aprobados por la Inspección
General de Justicia.
2. Ponerse en contacto con los suscriptores al momento de la adjudica-
ción del vehículo para comunicarles cuáles son los gastos de entrega
que el concesionario puede cobrar al momento de entregar el vehículo.
3. Incluir información clara y visible en los locales de los agentes y con-
cesionarios sobre gastos de entrega.
Causa perplejidad del analista de una norma, encontrar que las más míni-
mas normas de transparencia en una operación comercial con consumidores,
se inserta en una norma de emergencia y por un período transitorio.
La obligación informativa por parte de las Administradoras y de cualquier
proveedor de servicios proviene, no está de más recordarlo, del art. 42 de la
Constitución Nacional: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen
derecho, en la relación de consumo, … una información adecuada y veraz; …Las
autoridades proveerán a la protección de esos derechos.”
77
Intentamos leer la norma sin tratar de entender que, a contrario sensu, permite la falta de
transparencia en operaciones de consumo con posterioridad al 31/12/2020.
130
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
II.3.5 Conclusiones
Nuestra apreciación sobre la Resolución General 14/20 es positiva. No
estamos en condiciones intelectuales de ameritar aspectos económicos o ac-
tuariales para discernir si los porcentajes de bonificación o de diferimiento son
78
Cám. II de Ap. en lo Civ. y Com. de La Plata, Sala III, “Chavez Sandra Mabel c/ Industrial
and Comercial Bank of China S.A. -continuadora de Standard Bank Argentina S.A.- s/ Daños
y Perj”, del 14/05/2019.
79
Cám. de Ap. en lo Civ. y Com. de Azul, Sala II, “Olaciregui, María del Rosario c/ AMX
Argentina (Claro) S.A. s/ daños y perjuicios”, del 28/08/2018.
80
Cám. I de Ap. en lo Civ. y Com. de Mar del Plata, “Ortola, Osvaldo Daniel c/ Spinelli Jorge
y otros s/ daños y perjuicios”, del 15/06/2017.
131
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
132
El plan de ahorro en tiempos de la emergencia
I. Introducción
1
Abogada. Socia del estudio jurídico “Alchouron, Berisso, Balconi, Fernández Pelayo & Wer-
ner”. Fue profesora de Derecho Internacional Público y de Derecho Procesal Civil y Comercial
(UCA). Dictó cursos de especialización en Derecho de Daños, Derecho Procesal Civil y Co-
mercial y Acciones Colectivas sobre consumidor. Autora de publicaciones sobre temas de su
especialidad.
133
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
134
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
una suma de dinero para adquirirlo”. 2 “En sí mismo constituye un contrato pluri-
individual de organización y administración, concertado entre la administradora
del plan y cada uno de los participantes de aquél (denominados “adherentes” o
“suscriptores”) vinculados -individual y colectivamente- entre sí en los términos del
art. 1197 Cód. Civil”.3
Entonces, cuando una persona humana o jurídica se interesa en contratar
un plan de ahorro, debe suscribir la documentación pertinente conformada
en general por un contrato y diversos anexos que la complementan, en virtud
del plan comercial vigente ofrecido por la administradora de planes de ahorro,
y por el cual decida optar.
No existe duda alguna, que el contrato de plan de ahorro predefinido por
la administradora es de los denominados “por adhesión” conforme lo previsto
en el art. 984 del CCyCN. Este artículo define al contrato por adhesión a
cláusulas generales predispuestas como: “...aquel mediante el cual uno de los
contratantes adhiere a cláusulas generales predispuestas unilateralmente, por la
otra parte o por un tercero, sin que el adherente haya participado en su redacción”.
Resultan aplicables los arts. 985 a 989 del CCyCN.
El hecho de ser tal contrato de los denominados “por adhesión”, responde
a la necesidad de dar celeridad a las contrataciones, y a partir de un texto que
ha sido previamente sujeto al control estatal. Pues “la libertad contractual en
materia de planes de ahorro previo se halla fuertemente restringida en aras del
interés público que, además, justifica el poder de policía estatal” .4
No obstante, no debe perderse de vista que el hecho de que las cláusulas
que integran los contratos sean predispuestas o “por adhesión”, no las convier-
te automáticamente en abusivas. Recuérdese que “la calificación del contrato
como de adhesión, solo posibilita una interpretación del acuerdo a su favor (a favor
del adherente por el art. 987 a contrario sensu) en caso de plantearse dudas en
la aplicación de sus cláusulas”.5
2
Cnfr. STRATTA, Alicia J., STRATTA, Osvaldo J., STRATTA DE DAVID, María V., “Pro-
blemática del sistema de ahorro para fines determinados. Los caracteres del contrato de ahorro
previo”, Rev. ED - UCA, Dir.: Germán Bidart Campos, Buenos Aires, 18/02/1988; GUAS-
TAVINO, Elías, “Contrato de ahorro previo”, Ed. La Rocca, Buenos Aires, 1988, p. 26 y ss.-
3
CNCom., Sala A, “Gimondo Gabriel c/ Auto Zero SA y otro s/ ordinario”, del 13/09/13,
publ. en Microjuris MJJ82832.
4
CNCom., Sala B, “Plan Rombo S.A. s/ denuncia: Nardi, Marisa Laura [I.G.J.]”, del 30/06/97,
publ. en RDCO1998005
5
CNCom, Sala E, “Scolieri, Antonio c/ Fiat Auto S.A. s/ Ordinario”, del 26/04/06, public. en
http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td=5&qn=3
135
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
136
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
6
CNCom, Sala A, “Silvano, Sergio Fabián c/ Lua Seguros” del 7/6/07.
7
CNCom, Sala A, “Diaz, Sandra E. c/ Alra S.A y otro s/ Ordinario”, del 14/12/17, public.
en http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td=180&qn=1).
137
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
de venta al público indicado por los fabricantes, con inclusión de los impuestos
nacionales, los cuales se tomarán como valor a cuenta de los valores finales, siendo
cualquier diferencia a cuenta del adjudicatario) en la cantidad de meses del plan
correspondiente, pudiendo ser de ahorro o de amortización, según que concierna al
período anterior o posterior a la adjudicación (cfr. Guastavino, Elías P., “Contrato
de Ahorro Previo”, Buenos Aires, 1988, pág. 329, citado precedentemente). En
lo que aquí interesa, la “cuota mensual” está integrada, además de por la “cuota
pura”, por otros conceptos, ya sea, el importe de la cuota mensual del “seguro de
vida colectivo” si correspondiere, los “gastos de administración”, las cuotas de gra-
vámenes pagaderos durante ciertos lapsos, etc. El más importante de tales rubros es
el correspondiente a los “gastos de administración” o “expensas de administración”
y se corresponden con los importes de retribución a las entidades administradoras
que, a su vez, resultan de aplicar ciertos coeficientes sobre las “cuotas puras” de
ahorro o de amortización, o sobre el “valor móvil”, que los integrantes del sistema
les deben abonar mensualmente como parte de la “cuota total”, en razón de que
aquéllas realizan una gestión profesional que requiere idoneidad, capacitación y
organización. También integran la “cuota mensual” ciertas retribuciones o algunos
derechos específicos y esporádicos, de acuerdo con los pasos previstos en cada plan,
como ser los “derechos de suscripción y de adjudicación” (aunque muchas veces estos
últimos son incluidos en los precedentes ítems mencionados)”.8
El valor móvil que determina la “alícuota” surge de la lista de precios dis-
puesta por el fabricante, y que es informada a través de presentaciones men-
suales ante la IGJ.
Atento la mutualidad propia del plan de ahorro antes referida, todo adhe-
rente debe contratar dos seguros. Un seguro de vida –durante todo el plan-
que garantice el pago de las cuotas restantes ante su fallecimiento; y un seguro
del bien una vez adjudicada la unidad (si este no fuera contratado de forma
independiente por el adjudicatario).
Ello así, debido a que “En el marco de un contrato de ahorro previo el cum-
plimiento de la finalidad económica del negocio jurídico y, en definitiva, el fun-
cionamiento regular del sistema torna necesario la concertación de ciertos contratos
de seguros -seguro de vida y, luego, un seguro sobre el bien- que se utilizan como
instrumentos técnicos con el objeto de suplir, frente a diversos eventos, el puntual
pago de las cuotas a las que se obligaron los ahorristas”.9 La administradora re-
8
CNCom, Sala A, “Hock, Ruben Miguel y otro c/ Circulo de Inversores SA de Ahorro Para
Fines Determinados S/ Sumario”, del 16/03/10, public. en http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/
documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td=7&qn=2.
9
“Cnfr Lopez Lage, Rogelio - Otero, Ricardo, “Planes de ahorro previo. Análisis de la nueva
normativa”, ED -212-983; en similar sentido, CNCom, Sala B, “Plan Rombo SA s/ denuncia
promovida ante IGJ por Silveira, Elisa”, del 27.2.98)”. CNCom., Sala F, “Rolón, Susana Isabel
138
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
cauda ambos conceptos al cobrar la cuota mensual, y abona dicha suma a las
compañías aseguradoras elegidas por el suscriptor.
Toda esta operatoria fue correctamente definida por la Cámara Nacional
de Apelaciones en lo Comercial quien sostuvo que:
“La esencia del contrato se encuentra sustentada en la necesidad de adquirir
bienes -posiblemente no indispensables, pero que hacen al confort y al mejoramiento
del nivel de vida- que tiene un amplio sector de la población, cuyo valor se en-
cuentra fuera de las posibilidades de adquisición de los interesados mediante una
operación individual de compraventa tradicional. Es por ello que los potenciales
adquirentes se unen entre sí a los efectos de formar un “pozo común” -fondo de
ahorro- con el aporte mensual de sumas de dinero iguales, por cada uno de ellos. De
allí que el total de ese fondo debe resultar suficiente para que cada aportante, por
turno y periódicamente, pueda adquirir el bien para cuya compra adhirió al grupo.
Por supuesto que como el precio de los bienes es alto y las disponibilidades
mensuales de quienes desean adquirirlos reducidas, resulta evidente que el número
de personas con que se integra el grupo debe ser importante, para que el porcentaje
del precio del bien a pagar regularmente por cada uno de ellos (en forma mensual,
generalmente), no sea excesivamente alto. Ello así, dado que el aporte debe ser cons-
tante, ya que lo contrario importaría no lograr reunir los fondos suficientes para
acceder a la adquisición del bien. De lo expuesto se infiere que quienes participan
del grupo no van a obtener de manera inmediata y simultánea la satisfacción de
su interés, ya que lo harán por turno, periódicamente (conf. CNCom, esta Sala,
26.04.2007, in re: “Torres, María Elena c/ Círculo de Inversores S.A.”; íd. id.,
07.06.2007, in re: “Silvano c/ Lua s/ ordinario”; Giuntoli, “Sistemas de Ahorro
y Préstamo para fines determinados: Evolución, Precisiones y Distinciones”, LL
-103- 913; Guastavino, op cit, pág. 195 y ss.).
De ese contexto surge la certeza del adherente sobre la contraprestación que
obtendrá en el tiempo, toda vez que las sociedades de ahorro previo -profesionales
en el sistema de captación de fondos del público- administran lo recaudado para
afectarlo al fin previsto en el contrato. Contrato que, como se señaló, encuentra su
razón de ser en la reciprocidad de aportes que permite a todos los suscriptores acce-
der a la adjudicación del bien comprometido. Pues bien, dentro del marco de esta
relación jurídica, la función de la administradora consiste en organizar el grupo de
ahorristas, conformar el plan de ahorro, de modo que la cantidad de ahorristas y
las cuotas que éstos pagan sean suficientes para adquirir mensualmente las unida-
des del bien objeto del plan para su adjudicación a los adherentes del modo previsto
(sorteo o licitación) y luego recolectar el aporte mensual de los ahorristas con la fi-
nalidad de aplicar ese dinero a la adquisición de los bienes objeto del contrato para
y otros c/ Círculo de inversores S.A. de ahorro y otro s/ ordinario”, del 13/07/17, publ.
en http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td=177&qn=1).
139
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10
CNCom., Sala A, “Gimondo Gabriel c/ Auto Zero SA y otro s/ ordinario”, del 13/09/13,
publ. en Microjuris MJJ82832.
140
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142
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11
CNCom., Sala D, “Inspección General de Justicia c/ Plan Pilay S.A. s/ organismos externos”,
del 14/12/11, publ. en Microjuris MJJ71196.
12
CNCom., Sala B, “Brandan, Luis B. c. Plan Ovalo, S.A.”, del 24/02/88 public. en AR/
JUR/1075/1988.
143
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144
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
145
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
13
Juzgado Nacional de 1ra. Instancia en lo Comercial Nro. 3 Sec. 5, “Ciaramiraro, Mauro
Ezequiel c/ Volkswagen S.A. de ahorro p/f determinados y otro s/ordinario”, del 19/11/19,
firme, inédito.
146
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
14
CNCom., Sala E, “Muñoz, Magdalena c/ Volkswagen SA de ahorro para fines determina-
dos s/ ordinario”, del 29/06/07 public. en http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/
verdoc.jsp?db=B101&td=2&qn=1.
147
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
dadas, máxime cuando con ello se afecta los derechos de terceros en igualdad de
condición que los actores beneficiados de la cautelar”. 15
15
Superior Tribunal de Justicia de la Provincia de Rio Negro, “Díaz, Federico Gustavo y otro
s/ amparo colectivo - copias previstas por el artículo 250 cpcc s/ apelación”, del 05/11/19,
inédito.
148
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149
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150
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16
CNCom, Sala C, “García, José M. v. Fiat Auto S.A de ahorro para fines determinados”, del
08/04/2008, public. en Thomson Reuters online 70046132.
17
CNCom, Sala E, “Olivares, Armando c/ Scania Plan SA de ahorro p/f determinados s/ or-
dinario”, del 10/10/07, public. en http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/documentos/jurisp/verdoc.
jsp?db=B101&td=118&qn=1.
151
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VI. Conclusiones
18
Cám.Apel.Civ.y Com Santa Fe, Sala I, “Copri S.A. c. Rigo, Marcelo José Luis s/ demanda
ordinaria”, del 12/03/12, public. en AR/JUR/21937/2012.
157
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
19
CNCom., Sala Integrada, “Volkswagen S.A. de Ahorro para Fines Determinados c/ Ayeste-
rán, María s/ ejecución prendaria”, del 10/06/04, public. en http://jurisprudencia.pjn.gov.ar/
documentos/jurisp/verdoc.jsp?db=B101&td=2&qn=1
158
Locaciones, pandemia ¿y después?
I. Pandemia y derecho
La irrupción a finales del año 2019 en China del coronavirus, del que
deriva el llamado Covid-19, y su consecuente expansión a todo el mundo
prácticamente sin excepción, hizo que con fecha 11 de marzo de 2020 la
Organización Mundial de la Salud (OMS) declarara este brote como una pan-
demia.2 Ello ha alterado sustancialmente la situación económica de casi toda
la humanidad, tal como una guerra, con el agravante que se combate a un
enemigo invisible y silencioso y eso, como no podía ser de otro modo, acarrea
innumerables consecuencias jurídicas.
En este marco los argentinos hemos debido prácticamente paralizar la eco-
nomía, consecuencia del aislamiento social preventivo y obligatorio decretado
por el PEN, situación que afecta en gran medida a las PYMES, profesionales
independientes, monotributistas y, en general, a la masa asalariada que depen-
de no solo de aquellos, sino también de las grandes empresas, perjudicando
con mayor peso a los trabajadores informales.
1
Abogado y Contador Público Nacional (UNLPam). Profesor Titular Regular de Actuación Judicial
y Profesional y Asociado Regular de Derecho Concursal y Cambiario de las carreras de Contador
y Abogado (FCEyJ – UNLPam). Investigador Categ. III. Premio FACPCE 2008. Integrante de
la Comisión de Peritaje Contable de la Asociación Interamericana de Contabilidad y Consejero
Suplente del Consejo de la Magistratura de la Pampa. Fue Director del Centro de Investigaciones
de Ciencias Económicas (FCEJ – UNLPam). Integrante del CECYT de la FACPCE y Consejero
Directivo de la FCEyJ UNLPam.
2
Conforme la Real Academia Española pandemia es una enfermedad epidémica que se extien-
de a muchos países o que ataca a casi todos los individuos de una localidad o región.
159
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
3
ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), “Código Civil y Comercial Comentado”, T. VI, La Ley,
2016, pág. 204.
4
Recuérdese que en el Código Civil Velezano bajo esta denominación se incluían tres clases de
locaciones: cosas, obra y servicios, esto últimos dos actualmente se encuentran regulados por
separados bajo el rotulo “Contrato de obra y servicios” (arts. 1251 a 1279, CCyCN)
160
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
5
Si bien el art. 1188 del CCyCN refiere que debe ser celebrado por escrito, ello lo es a los
fines de su oponibilidad; paralelamente se omite toda mención al modo de encuadrar y regular
las consecuencias de una locación no formalizada por escrito por lo que debería aplicarse la
normativa del art. 1020, CCyCN sobre prueba de los contratos (cnfr. ORFILA, Bartolomé,
“El Contrato de locación en el Código Civil y Comercial”, Suplemento Especial Contratos en
particular, primera parte, Erreius, 2015, pág. 32); cabe indicar que el citado proyecto de refor-
ma hace referencia a que el contrato deberá ser registrado y declarado ante la AFIP, con lo cual
se adiciona otra formalidad.
6
CHOMER, Héctor y SICOLI, Jorge (directores), “Elementos de Derecho Económico Em-
presarial”, Erreius, 2019, pág. 320.
7
ORFILA, Bartolomé, op cit, estima que de convenirse que el contrato no se transfiere se
vulnerarían normas legales de orden público, como sería el plazo mínimo, lo que carecería de
validez.
8 Con esta previsión se amplió el espectro de aplicación al eliminar la mención de “convivencia”
que exigía la ley 23091.
161
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
9
El proyecto de reforma dispone que el locatario propondrá al menos dos opciones de las
siguientes garantías y el locador deberá aceptar alguna, siempre que la misma cubra razonable-
mente las obligaciones emergentes del contrato: 1) garantía real, 2) aval bancario, 3) seguro de
caución, 4) garantía de fianza, 5) garantía personal del locatario, que se documentará con recibo
de sueldo, certificado de ingresos, o cualquier otro medio fehaciente y en caso de ser una suma
de dinero serán devueltas al momento de la restitución del inmueble, actualizadas mediante el
mismo procedimiento de ajuste utilizado durante el trascurso del contrato.
10
Se propone en el proyecto de reforma elevar el mínimo a tres años.
11
RIVERA, Julio Cesar y MEDINA, Graciela (directores), “Código Civil y Comercial de la
Nación comentado”, T. III, La Ley, 2014, pág. 948.
12
El plazo mínimo puede ser reducido en los supuestos del art. 1199, CCyCN es decir: a) sede
de embajada, consulado u organismo internacional, y el destinado a habitación de su personal
extranjero diplomático o consular; b) habitación con muebles que se arrienden con fines de
turismo, descanso o similares. Si el plazo del contrato supera los tres meses, se presume que no
fue hecho con esos fines; c) guarda de cosas; d) exposición u oferta de cosas o servicios en un
predio ferial. Tampoco se aplica el plazo mínimo legal a los contratos que tengan por objeto el
cumplimiento de una finalidad determinada expresada en el contrato y que debe normalmente
cumplirse en el plazo menor pactado.
13
En su redacción actual el art. 1208, CCyCN, permite adicionar otras prestaciones al precio
de la locación tales como tasas de servicios, expensas entre otros rubros.
14
El art. 765 del CCyCN dispone que: “La obligación es de dar dinero si el deudor debe cierta
cantidad de moneda, determinada o determinable, al momento de constitución de la obliga-
ción. Si por el acto por el que se ha constituido la obligación, se estipuló dar moneda que no sea
de curso legal en la República, la obligación debe considerarse como de dar cantidades de cosas
y el deudor puede liberarse dando el equivalente en moneda de curso legal” por lo que se impide
pactar el canon locativo en moneda extranjera, por lo cual podrá recurrirse a fijar alquileres es-
162
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
calonados, lo cual será licito siempre que tenga por causa una actualización contra la inflación y
no sea abusivo, cnfr. ARIAS CAU Esteban Javier y NIETO Matías Leonardo, op cit, pág. 973;
empero el proyecto de reforma ya citado prevé que, en los contratos de locación de inmuebles
destinados a uso habitacional, solo se podrán realizar ajustes utilizando un índice conformado
por partes iguales por las variaciones mensuales del índice de precios al consumidor (IPC) y
la remuneración imponible promedio de los trabajadores estables (Ripte), que deberá ser ela-
borado y publicado mensualmente por el Banco Central de la República Argentina (BCRA).
15
El proyecto de reforma dispone que, en las locaciones habitacionales prorrogadas, cuando la
notificación al locador se hiciese con una anticipación de tres meses o más de la fecha de finali-
zación del contrato, no corresponderá el pago de indemnización alguna.
16
Es decir que no hay un nuevo contrato, ni hay nuevos plazos, sino que el contrato original
continua por inercia, hasta que el locador reclama la restitución de la tenencia (ALTERINI,
Jorge H. (dir. gral.), op cit, T. VI, pág. 238).
163
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), op cit, t. VI, pág. 205.
164
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
165
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
166
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
18
https://www.infobae.com/economia/2020/04/15/por-la-cuarentena-en-lo-que-va-del-mes-
solo-se-pagaron-el-60-de-los-alquileres-de-viviendas/
167
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
19
Normas internacionales de información financiera.
20
El texto completo puede consultarse en http://www.icac.meh.es/Documentos/Contabi-
lidad/2.Internacional/020.NIIF-UE/010.NIIF%20Vigente/150.NIIF%2016%20Arrenda-
mientos.pdf
168
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
rante la pandemia del Covid-19, donde se expresa que la IASB ha tenido co-
nocimiento de los cambios en los pagos por arrendamiento que se han produ-
cido, o se espera que ocurran, que incluyen, por ejemplo, que los arrendadores
ofrezcan concesiones (rebajas o descuentos en las cuotas de arrendamiento, o
aplazamiento en los pagos, entre otras facilidades) a los arrendatarios indican-
do soluciones a la forma de registración y exposición, cuestiones contables que
si bien resultan ajenas al objeto del presente trabajo, sirven para ejemplificar la
importancia y el carácter de universal de estas cuestiones.21
Analizaremos a continuación el citado DNU y sus efectos en los contratos
de locación.
21
Mayores explicaciones y un detalle del documento pueden consultarse en https://www.face-
book.com/lchavez86/posts/2843454712370788
22
BILVAO ARANDA, Facundo M., “Otros medios de negociación o terminación de los con-
tratos comerciales en el medio de la pandemia (a propósito del Decreto 320/2020)”, MJ-DOC-
15270-AR - MJD15270, 7-abr-2020.
23
BILVAO ARANDA, Facundo M., “El DNU 320/2020, los alquileres y la vigencia de otros
medios de negociación o terminación de los contratos”, en la obra colectiva “Covid-19 Impac-
tos Jurídicos y Económicos”, Erreius, 2020, pág. 26.
169
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
24
Arts. 256, 499, 2330, 2332, 2333 y 2380, CCyCN.
25
NÚÑEZ NAJLE, Fabio M., “Alquileres y la emergencia del Covid-19”, MJ-DOC-15280-
AR - MJD15280, 13-abr-2020.
170
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
26
BILVAO ARANDA, Facundo M., “El DNU 320/2020, los alquileres…”, op cit, pág. 31.
171
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
que deberá ser, por lo menos, de quince (15) días de anticipación a la fecha de
vencimiento pactada, si ello fuere posible. Es decir que, si bien las previsiones
del DNU son de orden público, en este supuesto, es una prerrogativa a favor
del locatario acogerse al beneficio, quien entonces no debe indefectiblemente
aguardar al 30/9 para concluir el contrato, si ello lo beneficia, esta podría ser la
situación de un contrato comercial cuya actividad no se encuentra exceptuada,
que venza en este periodo y le resulte preferible al locatario entregar el inmue-
ble al vencimiento original y así dejar de abonar los respectivos alquileres.
Con referencia a las garantías, esta extensión del plazo contractual impli-
cará la prórroga, por el mismo período, de las obligaciones de la parte fiadora.
El art. 5 aclara que no resultarán de aplicación, hasta el 30 de septiembre del
año en curso o hasta que venza la prórroga opcional prevista en el art. 3° tercer
párrafo, el art. 1225 del CCyCN –referente a la extinción de la fianza al vencer
el plazo contractual- ni las causales de extinción previstas en los incs b) y d) del
art. 1596 del Código Civil y Comercial de la Nación27.
En doctrina se ha entendido28 que en estos supuestos sería prudente no-
tificar al locador el ejercicio de la opción de prórroga del mismo haciendo
aplicación del principio de buena fe contractual que consagra el art. 961 del
CCyCN,29 notificación que debería hacerse extensiva también a los garantes
o fiadores, ya que su garantía subsiste hasta el vencimiento del plazo que ha
establecido, concretamente hasta el 30 de septiembre.
27
Art. 1596.- Causales de extinción. La fianza se extingue por las siguientes causales especiales:
… b) si se prorroga el plazo para el cumplimiento de la obligación garantizada, sin consenti-
miento del fiador… d) si el acreedor no inicia acción judicial contra el deudor dentro de los
sesenta días de requerido por el fiador o deja perimir la instancia.
28
NÚÑEZ NAJLE, Fabio M., op cit.
29
Art. 961.- Buena fe. Los contratos deben celebrarse, interpretarse y ejecutarse de buena
fe. Obligan no sólo a lo que está formalmente expresado, sino a todas las consecuencias que
puedan considerarse comprendidas en ellos, con los alcances en que razonablemente se habría
obligado un contratante cuidadoso y previsor.
172
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
30
NÚÑEZ NAJLE, Fabio M., op cit.
31
NÚÑEZ NAJLE, Fabio M., op cit.
173
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
32
CARAMELO, Gustavo, HERRERA, Marisa y PICASSO, Sebastián (directores), “Código
Civil y Comercial de la Nación comentado”, T. III, Infojus, 2015, pág. 83.
33
CAIA, Maximiliano L., op cit, añade que en caso de ser en cuotas se hará con los
correspondientes intereses, los mismos aquí no se adeudan como fue indicado, lo cual no
empece la conclusión arribada.
34
BILVAO ARANDA, Facundo M., “El DNU 320/2020, los alquileres…”, op cit, pág. 29.
174
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
35
BILVAO ARANDA, Facundo M., “Otros medios…”, op cit.
36
Art. 767, CCyCN: Intereses compensatorios. La obligación puede llevar intereses y son
válidos los que se han convenido entre el deudor y el acreedor, como también la tasa fijada para
su liquidación. Si no fue acordada por las partes, ni por las leyes, ni resulta de los usos, la tasa
de interés compensatorio puede ser fijada por los jueces.
175
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
aquellos que surgen del convenio de las partes y sirven como pago por el uso
de un capital ajeno37, en este caso en puridad será por la privación del uso del
capital por el locador. La norma fija un tope para tales intereses que se vincula
con la posible renta que obtendría éste, vgr. el plazo fijo. Por su naturaleza
no estarán fijados en el contrato, como si se suele hacer con los moratorios y
punitorios; entendemos que deberá estarse a dicha tasa del BNA dejándose
de lado la que eventualmente se utilice judicialmente en la jurisdicción co-
rrespondiente (vgr. tasa activa u otra) ya que éstas no son tasas de intereses
“compensatorios” sino moratorios fijados por jueces.
El mismo DNU estipula que no se adeudan intereses moratorios (art. 768,
CCyCN)38 ni punitorios39 (art. 769)40 ni tampoco ninguna otra penalidad,
por lo que no se adeuda “cláusula penal”41 alguna (art. 790 y sig., CCyCN).42
37
CAMPAGNUCCI DE CASO, Rubén en RIVERA, Julio Cesar y MEDINA, Graciela (di-
rectores), “Código Civil y Comercial de la Nación comentado”, T. III, La Ley, 2014, pág. 94.
38
Art. 768 CCyCN: Intereses moratorios. A partir de su mora el deudor debe los intereses
correspondientes…”
39
Estos no son mas que los intereses moratorios pactados por las partes, Cnfr CAMPAGNUCCI
DE CASO, Rubén, op cit, pág. 96.
40
Art. 769: Intereses punitorios. Los intereses punitorios convencionales se rigen por las
normas que regulan la cláusula penal.
41
Se trata de una estipulación accesoria por la cual una persona se compromete a una prestación
indemnizatoria, para el caso de incumplimiento de una obligación o de no cumplirse en debida
forma, cnfr ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), op cit, T. IV, pág. 240.
42
Art. 790 CCyCN: Concepto. La cláusula penal es aquella por la cual una persona, para
asegurar el cumplimiento de una obligación, se sujeta a una pena o multa en caso de retardar o
de no ejecutar la obligación.
176
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
43
NÚÑEZ NAJLE, Fabio M., op cit.
44
En doctrina no existe unanimidad respecto de la bondad de colocar en cabeza del deudor
los gastos y honorarios en estos supuestos, por nuestra parte concordamos que es una solución
injusta.
177
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
45
Ibidem.
46
Art. 869 CCyCN: Integridad. El acreedor no está obligado a recibir pagos parciales, excepto
disposición legal o convencional en contrario. Si la obligación es en parte líquida y en parte
ilíquida, el deudor puede pagar la parte líquida.
47
Art. 899 CCyCN: Presunciones relativas al pago. Se presume, excepto prueba en contrario
que: … c) si se extiende recibo por el pago de la prestación principal, sin los accesorios del
crédito, y no se hace reserva, éstos quedan extinguidos; d) si se debe daño moratorio, y al recibir
el pago el acreedor no hace reserva a su respecto, la deuda por ese daño está extinguida.
178
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
48
Conforme el art. 2 de esta ley, habrá arrendamiento rural cuando una de las partes se obli-
gue a conceder el uso y goce de un predio, ubicado fuera de la planta urbana de las ciudades o
pueblos, con destino a la explotación agropecuaria en cualesquiera de sus especializaciones y la
otra a pagar por ese uso y goce de un precio en dinero.
49
ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), op cit, t. VI, pág. 286.
50
Dable es mencionar que analizando este artículo del CCyCN ARIAS CAU, Esteban Javier y
NIETO Matías Leonardo (op cit, t. III, pág. 953) postulan que el art. 1199 se aplica también
a distintos centros de compras tales como shopping y galerías comerciales, entendiendo que
predio se caracteriza por la ubicación de numerosos puestos comerciales en idéntico inmueble
y que colaboran con expensas comunes ajustándose a pautas de coordinación como horarios;
por lo que entrarían en la excepción al DNU. No obstante, en nuestra opinión a esta definición
estaría omitiendo considerar el requisito de “temporalidad limitada” que diferencia un predio
ferial de una galería o shopping y que hace estimemos no corresponde la excepción consagrada
en el DNU.
179
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
51
BILVAO ARANDA, Facundo M., “Otros medios…”, op cit.
180
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Para los contratos específicamente el art. 1090, CCyCN, prevé que: “La
frustración definitiva de la finalidad del contrato autoriza a la parte perjudi-
cada a declarar su resolución, si tiene su causa en una alteración de carácter
extraordinario de las circunstancias existentes al tiempo de su celebración,
ajena a las partes y que supera el riesgo asumido por la que es afectada. La
resolución es operativa cuando esta parte comunica su declaración extintiva a
la otra. Si la frustración de la finalidad es temporaria, hay derecho a resolución
sólo si se impide el cumplimiento oportuno de una obligación cuyo tiempo
de ejecución es esencial”.
Asimismo, en lo atinente a la locación el CCyCN estipula el efecto de la
fuerza mayor en estos contratos en su art. 1203, al establecer bajo el rotulo:
“Frustración del uso o goce de la cosa” que “si por caso fortuito o fuerza ma-
yor, el locatario se ve impedido de usar o gozar de la cosa, o ésta no puede
servir para el objeto de la convención, puede pedir la rescisión del contrato, o
la cesación del pago del precio por el tiempo que no pueda usar o gozar de la
cosa. Si el caso fortuito no afecta a la cosa misma, sus obligaciones continúan
como antes”, norma reconoce como antecedentes las previsiones de los arts.
151552 y 152253 del derogado CCiv. con lo cual resulta aplicable la jurispru-
dencia anterior al nuevo CCyCN a las nuevas situaciones.
Finalmente cabe indicar que el art. 1730 del CCyCN define que “se con-
sidera caso fortuito o fuerza mayor al hecho que no ha podido ser previsto o
que, habiendo sido previsto, no ha podido ser evitado. El caso fortuito o fuer-
za mayor exime de responsabilidad, excepto disposición en contrario” acla-
rándose que “caso fortuito” y “fuerza mayor” son utilizados como sinónimos.
Ahora bien, del juego armónico de estas normas tenemos que se encuentra
fuera de toda duda que la pandemia del Covid-19 encuadra en el concepto
de caso fortuito o fuerza mayor ya que nadie hubiera previsto esta situación
de aislamiento obligatorio, siquiera uno meses antes o semanas antes de ser
dispuesta y de haberla previsto no podría haberla evitado.
Sentado ello, digamos que para poder aplicar el instituto de frustración del
uso y goce ya referenciado se torna necesario que se vea afectado el objeto o
52
Art. 1515 CCiv.: “Después que el locador entregue la cosa, está obligado a conservarla en
buen estado y a mantener al locatario en el goce pacífico de ella por todo el tiempo de la loca-
ción, haciendo todos los actos necesarios a su objeto, y absteniéndose de impedir, minorar, o
crear embarazos al goce del locatario”
53
Art.1522 CCiv.: “Si por un caso fortuito o de fuerza mayor, el locatario es obligado a no
usar o gozar de la cosa, o ésta no puede servir para el objeto de la convención, puede pedir la
rescisión del contrato, o la cesación del pago del precio, por el tiempo que no pueda usar o
gozar de la cosa. Pero si el caso fortuito no afecta a la cosa misma, sus obligaciones continuarán
como antes”.
181
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
54
ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), op cit, T. VI, pág. 304
55
Ibidem pág. 305.
56
BILVAO ARANDA, Facundo M., “Otros medios…”, op cit.
57
NÚÑEZ NAJLE, Fabio M., op cit.
182
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
58
Art. 1796 CCyCN: “El pago es repetible, si: a) la causa de deber no existe, o no subsiste,
porque no hay obligación válida; esa causa deja de existir; o es realizado en consideración a una
causa futura, que no se va a producir…”
59
CNCiv., Sala M, “Fernández Nahuel Facundo c/ Cejas Carlos Alberto s/ daños y perjuicios”
del 29/08/14, publicado en MJJ89078.
183
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
60
BILVAO ARANDA, Facundo M., “Otros medios…”, op cit.
61
Ibidem.
62
ALTERINI, Jorge H. (dir. gral.), op cit, t. V, pág. 735.
63
https://www.clarin.com/economia/economia/locales-comerciales-oficinas-negociando-qui-
184
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
tas-50-alquileres_0_z94rEUMt-.html
64
Cám. Civ. de Neuquén, Sala III, “Jiménez Andrea Erica c/ Laboratorio Copahue S.R.L. s/
reajuste de prestación” del 27/3/08, publicado en MJJ21521.
65
Cám. Civ. y Com. de Lomas de Zamora, Sala I, “Miguel Oscar, A. c/ Barletta Vicente s/
cobro de alquileres” del 24/04/04, publicado en MJJ4040.
66
Coeficiente de Estabilización de Referencia y Coeficiente de Variación de Salario respecti-
vamente.
185
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
mente el uso pactado al bien conforme el objeto del contrato; así por ejemplo
un restaurante/ cervecería que a la vez realiza ventas a domicilio, por el ais-
lamiento decretado solo puede continuar realizando esta última tarea y no la
principal por cuanto a diferencia de aquella, implica asistencia de clientes al
local, podría válidamente pretender abonar los alquileres con una reducción
por las razones expuestas en los parágrafos precedentes.
¿Cómo determinar la reducción y el esfuerzo compartido? Lo ideal sería
recurrir a parámetros objetivos o a un promedio entre todos ellos, comparando
guarismos anteriores al aislamiento y posteriores, por ejemplo, superficie afec-
tada a la actividad, empleados que cumplen tareas efectivas, ventas, etc.; luego
la diferencia debería distribuirse entre ambas partes. Nos explicamos, conti-
nuando con el ejemplo del restaurante/cervecería, si antes de la cuarentena la
locataria abonaba $ 40.000, tenía 8 empleados y ocupaba una superficie de 500
metros cuadrados; durante el aislamiento obligatorio pudo continuar trabajan-
do con 2 empleados en una superficie de 200 metros cuadrados, tenemos que
con estos dos parámetros continuó trabajando con el 25 % de los empleados
(2/8) y en el 40 % de la superficie (200/500), el promedio de estos guarimos
arroja 32,5 %, es decir que está trabajando con una capacidad ociosa del 67,5
% (100-32,5), que podría pretenderse distribuir entre las partes, por ejemplo
en partes iguales 33,75 % cada una (67,5 / 2); siguiendo nuestro ejemplo po-
dría pretender una reducción de $ 13.500 el canon fijado de $ 40.000.
La segunda y más compleja alternativa, como se adelantó en el parágrafo
precedente, será la aplicación de esta teoría para los periodos posteriores a la
finalización de la cuarentena, y se continúe “normalmente” el contrato, por
cuanto la eventual disminución de ingresos o de la actividad, será una conse-
cuencia de la economía toda, tal como ya expusiéramos.
186
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Claro está que determinar hasta donde puede mutar el objeto no resulta ta-
rea sencilla. Estimamos que como en todas estas cuestiones los casos extremos
se ven con claridad, empero las zonas grises causan innumerables dificultades.
A modo de ejemplo, un cine que no puede proyectar películas puede tra-
bajar exclusivamente como kiosco con atención en la sala de ingreso, ya que
esta actividad es conexa a aquella y probablemente ya la venia desarrollando;
empero en un salón de fiestas con el argumento de la cuarentena no podría
válidamente pretenderse instalar un taller mecánico y lavadero de autos. Pero
si en el salón de alquiler para eventos se instala un mini mercado o venta de
accesorios para celulares, si bien esto configura una modificación del destino
¿configura un uso abusivo? En nuestra opinión, en principio la respuesta sería
negativa, siempre que sea una modificación provisoria mientras dure el aisla-
miento y la veda de la actividad prevista contractualmente y no se modifique
ni altere la cosa locada. Salvo, claro está que las modificaciones sean autoriza-
das por el locador.
VI. Colofón
187
Aproximaciones a la problemática de los
contratos de locación y la pandemia por
Covid-19
I. Introducción
1
Abogada (UBA). Ejerce la profesión en el estudio Aguirre Saravia y Gebhardt en el área del
Derecho Corporativo -asesoramiento a empresas, administración de fideicomisos y conjuntos
inmobiliarios; Real Estate-.
189
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
190
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Sentado lo anterior, debemos analizar qué sucede con las obligaciones con-
traídas por el fiador en el contrato de locación original. Pues bien, el decreto
parece dar respuesta a esta pregunta y configura una excepción a lo establecido
en el código, disponiendo como primera medida que: “…en todos los casos, la
extensión del plazo contractual implicará la prórroga, por el mismo período, de las
obligaciones de la parte fiadora…”. Asimismo, en su art. 5, prevé la subsistencia
de la fianza, resaltando que -hasta el 30/09 o hasta el vencimiento de la pró-
rroga pactada si fuese menor- no resultará de aplicación lo establecido en el
CCyCN respecto al tema en cuestión.
Es decir, no tendrá vigencia -hasta la fecha establecida- lo dispuesto en los
arts. 1225 y 1596 inciso b, CCyCN, los cuales establecen las reglas aplicables a
la extensión de la responsabilidad del fiador. Según estas normas, al tratarse de
un tercero en el contrato, las obligaciones del fiador cesan con el vencimiento
del plazo de la locación y para el caso que se pacte la renovación, se requerirá
el consentimiento expreso del mismo, considerándose nula toda cláusula que
estipule la extensión anticipada de la fianza. (art. 1225, CCyCN). Asimismo,
en la misma línea se orienta el art. 1596 inc. B, CCyCN, al imponer como
una de las causales de extinción de la fianza a la prórroga de la obligación pac-
tada, sin el consentimiento del fiador.
Como consecuencia, la prórroga del contrato se dará de forma automática
y de esta manera también seguirá la misma suerte la obligación del fiador res-
pecto a los compromisos que asumió en el contrato de locación, sin necesidad
de prestar su consentimiento expreso.
Así, nos encontramos frente a una situación absolutamente excepcional,
jamás vivida anteriormente, lo que implica que numerosos contratos de lo-
cación – con vencimiento posterior o coetáneo a la entrada en vigencia del
referido decreto- nos sitúan frente a algunas cuestiones que ameritan ser ana-
lizadas.
191
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192
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2
CASSAGNE Juan C., “Derecho Administrativo”, Abeledo – Perrot, 1998.
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V. Corolario
198
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Las respuestas, que tocarán a los jueces si las partes de un contrato de lo-
cación no logran autocomponer sus diferencias, probablemente contemplen
que estamos ante un principio que no es absoluto, que reconoce limitaciones
no sólo frente al orden público, la moral y las buenas costumbres sino también
frente a ciertos sucesos políticos, sociales y económicos.
Más allá de que la emergencia ocupacional y la protección hacia los locata-
rios posee un antiguo andamiaje en nuestra legislación (vgr. la ley de locacio-
nes urbanas que fue sancionada como de orden público), lo cierto es que nos
enfrentamos a una pandemia.
Una pandemia inusitada e imprevisible que sitúa a los ciudadanos todos,
en un estado de vulnerabilidad financiera -amén del riesgo sanitario- que ame-
rita regulaciones especiales.
En ese marco, no puede soslayarse que el decreto, al incorporar la excep-
ción del art. 10, destinada a considerar especialmente la situación de ciertos
locadores, deja algunos vacíos legales que pareciera merecen aclaración o re-
glamentación. En suma, no surge claramente de qué manera podrían acreditar
los locadores, allí objeto de protección, que dependen del alquiler para cubrir
sus necesidades básicas; peor aún, tampoco indica la norma específicamente
cómo y ante quién deberían demostrar que se encuentran en una situación
económica vulnerable exceptuada.
Finalmente, y como ocurre con diversos aspectos de toda la normativa
de emergencia sanitaria dictada, diremos que deberá apelarse a la buena fe
de cada parte y a su mayor o menor predisposición para obrar honrando tal
principio que debe presidir a todas las relaciones contractuales, de manera tal
de no incurrir en conductas abusivas, que a la postre, deberán ser objeto de
sanción ante los estrados judiciales.
199
Contrato de Medicina Prepaga en el marco
de la pandemia
I. Introducción
1
Abogado. Magister en Asesoramiento Jurídico de Empresas. Juez Civil y Comercial (Santa
Fe). Profesor de Posgrado y Cursos de Dcho. Comercial, Contratos y Dcho. del Consumidor.
Autor y coautor de libros y artículos en revistas especializadas.
Se deja constancia de que el presente trabajo fue realizado con la colaboración de José I. Pastore.
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2
En el anexo a dicha norma se incluye un listado de equipamiento, elementos de protección
y medicamentos.
209
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3
Al momento de escribir estas líneas se conoció la noticia de que un hospital de Córdoba debió
“cerrar” por evitar la propagación de los contagios: “El COE, junto con el Ministerio de Salud de
Córdoba, concretará este martes el traslado de todos los pacientes internados en el Hospital Italiano.
En tanto que todo su personal que actualmente se encuentra trabajando, comenzará una cuarentena
estricta.
La decisión fue tomada luego de una reunión con la Comisión Científica Asesora, conformada por
un grupo independiente de especialistas en infectología y epidemiología, entre otras disciplinas…”
(https://www.cadena3.com/noticia/sociedad/trasladaran-a-pacientes-del-italiano-al-polo-
sanitario_259925).
210
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go, lo propio a la inversa; esto es, enfocarse únicamente en ese interés público
desprovisto de las circunstancias particulares de quien reclama.
El dilema es evidente: salud individual vs. salud pública.
En un escenario hipotético de conflictividad por escases extrema de recur-
sos sanitarios y con un sistema de salud privado colapsado (en mayor o menor
grado) o con razonable probabilidad de colapso, no puede pasar inadvertido
el interés público en el (y del) sistema en cuanto tal.
No se trata de no adoptar un enfoque basado en el interés individual sino,
más bien, no basado exclusiva y únicamente en el interés individual (obviando
el público o colectivo).
Hay que poder proyectar las consecuencias de la decisión individual más
allá del plano individual.
En caso de adoptarla será asumiendo ese impacto en un subsistema de
salud privado que, conforme sea la eventual gravedad, intensidad o extensión,
podría no estar en condiciones siquiera de cumplir adecuada y oportunamente
con una orden de provisión del recurso pretendido (porque el mismo no existe
en el mercado para ser adquirido o porque el Estado cuenta con el monopolio
de su disponibilidad).
Se decida priorizar la salud individual o la salud pública, debería poder
anticiparse las consecuencias de cualquier decisión, en uno y otro plano.
En las hipótesis que se puede imaginar no hay decisiones sencillas, siempre
será una opción entre dos bienes (o dos males) pero a la vez, lo será de las con-
secuencias o efectos colaterales cualquiera sea el bien mayor (o el mal menor)
por el que se haya optado.
212
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V.2.2 Prueba
Ahora bien, en el esquema conocido será quien alega la exención de res-
ponsabilidad quien deberá acreditar el caso fortuito o la fuerza mayor (art.
1734) lo mismo si se trata de la causa ajena o la imposibilidad de cumplimien-
to (art. 1736).
La carga probatoria recae sobre el deudor quien deberá acreditar los extre-
mos antes mencionados, ante el incumplimiento de la obligación, para rom-
per el nexo causal.
Siendo ello así, el acreedor de la obligación requerirá la realización de su
interés pactado (en el caso, contar con la asistencia médica) y el deudor está
obligado a cumplir con la prestación prometida. De no cumplirse con ello, el
deudor estará obligado a resarcir los daños provocados por su incumplimien-
215
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
to. Ello, claro está, si el incumplimiento fuera provocado por una causa que
le es imputable.
En tal razonamiento, la imposibilidad de cumplir es una consecuencia del
caso fortuito, por lo cual el deudor deberá demostrar que ese hecho imprevisi-
ble, irresistible e inevitable le imposibilita cumplir con la prestación asumida.
El interrogante es si el esquema conocido es de razonable aplicación en
cualquier contexto. Desde luego, no es lo mismo aludir al caso fortuito o la
fuerza mayor como hipótesis de ruptura del nexo causal en situaciones que no
trascienden las incidencias individuales y que, por tal razón, deben ser acre-
ditadas como tales, de aquellas otras en las que la situación se hace evidente
por sí misma.
No nos referimos a la evidencia de la pandemia sino de la insuficiencia o
carencia de recursos como caso fortuito o fuerza mayor eximente del presta-
dor. Es decir, a la imposibilidad de cumplimiento (como consecuencia del
caso fortuito o la fuerza mayor) autoacreditada por la evidencia de hechos o
circunstancias objetivas (vgr. inexistencia de recursos o insumos) que, aunque
no probadas, se pueden inferir como razonables y plausibles en cierto contexto
(vgr. contagios o decesos elevados y en incremento; cierre de establecimientos;
decisiones gubernamentales en punto a la comercialización, distribución y/o
disponibilidad de insumos o recursos, etc.).
Y aquí aparece una particularidad. Es obvio que una hipótesis extrema
de inexistencia absoluta de insumos por la sobredemanda e imposibilidad de
adquisición o renovación (vgr. por haber el Estado monopolizado la comer-
cialización y distribución de respiradores o previsto un plan o mecanismo de
asignación de camas o UTIs entre los subsistemas público y privado) condu-
ciría a salir del concepto conocido en torno a la prueba de la eximente. Lo
evidente no se acredita.
El desafío será frente a lo no evidente, es decir, respecto de aquellas si-
tuaciones que requieran prueba y valoración para no caer en lugares o en
soluciones meramente conceptuales. En tales casos, incluso, de acuerdo a las
circunstancias se podría recurrir a la presunción a partir de cierto cúmulo de
indicios que resulten concordantes y relevantes para quien deba resolver.
216
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217
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No obstante, esa conducta del afiliado no sería lícita. Sucede que: (i) la
empresa de medicina no podría levantar la suspensión, en los términos de
la última parte del art. 1032, ya que no podría cumplir ni dar seguridades
suficientes de cumplimiento si la grave amenaza de incumplimiento deviene
del caso fortuito o fuerza mayor y (ii) la conducta anticipatoria del afiliado,
en ese contexto, debería ser analizada desde la óptica de la buena fe y ejercicio
funcional y no abusivo de los derechos, lo cual podría considerarse generado,
eventualmente, en un caso semejante.
Obviamente que dicha anticipación podría dar lugar, en todo caso, a la
rescisión por parte del afiliado y que, en realidad, es una decisión jurídica-
mente incausada más allá de que dentro de sus motivaciones individuales se
encuentre la especulación de verse privado de cierta parte de la cobertura que
pudiese calificar de imprescindible.
V.6 Imprevisión
El régimen de la imprevisión aplica a los contratos conmutativos de eje-
cución diferida o permanente cuando la prestación a cargo de una de las par-
tes se torna excesivamente onerosa, por una alteración extraordinaria de las
circunstancias existentes al tiempo de su celebración, sobrevenida por causas
ajenas a las partes y al riesgo asumido por la que es afectada, ésta tiene derecho
a plantear la resolución del contrato o su adecuación (art. 1091, CCyCN).
Ahora bien, el contrato de medicina prepaga no es conmutativo, es aleato-
rio y ello lo excluye de esa hipótesis.
Tal sería un enfoque correcto. Pero igualmente podría ser encarado de otro
modo.
218
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
219
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
4
El Decreto Reglamentario de la ley 26.682 en su art. 26, inc. b) dispone que a los efectos
del mantenimiento de una adecuada calidad de servicio todo tipo de modificación posterior a
la aprobación de los respectivos planes por la Superintendencia de Servicios de Salud, sea en
estructura sanitaria, prestaciones y/o tecnología sanitaria de aplicación que fuera incluida en los
planes de cobertura, deberá ser notificada a la Autoridad de Aplicación, para su autorización,
correspondiendo o no una modificación de cuota. Si por cualquier causa o razón se produce un
cambio de prestador en la cartilla contratada por plan, el usuario tendrá derecho a seguir siendo
asistido en el prestador de origen de su tratamiento hasta el alta médica de la patología existente
en el momento de producirse el cambio, sin costo adicional alguno.
220
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
221
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
precaución juzgada como necesaria, que se configura cuando media una mani-
fiesta y grave despreocupación identificándose con la voluntad consciente más
que con el simple descuido; (ii) por la obtención de un enriquecimiento ilícito
y, también, (iii) por un abuso de posición de poder cuando ella evidencia un
menosprecio grave por derechos individuales o de incidencia colectiva.
Tal como se ha señalado en la jurisprudencia, de manera pacífica y uni-
forme, para la procedencia de esta sanción debe mediar culpa grave o dolo,
malicia o desaprensión de los derechos de terceros o un obrar con consciente
y flagrante indiferencia.
Como consecuencia de lo anterior, cabe destacar la excepcionalidad de
los daños punitivos. No son un efecto automático frente a cualquier tipo de
incumplimiento, sino que se trata de una figura caracterizada por su carácter
extraordinario. No basta el mero incumplimiento del proveedor sino que debe
estar presente una conducta particularmente grave, caracterizada por la pre-
sencia de dolo o una grosera negligencia.
Desde luego, la gravedad no es la de la situación sobre la cual venimos espe-
culando sino de la conducta indiferente del proveedor con el incumplimiento.
En un escenario de imposibilidad de cumplimiento y de caso fortuito o
fuerza mayor rondando en las hipótesis de eventuales incumplimiento y, por
supuesto, sin descuidar lo que ya hemos referido al analizar la confrontación
entre intereses individuales y colectivos (o públicos) es que se requiere una
prudencia adicional a la habitual en su valoración.
Arrancamos con el ejercicio intelectual que se espera que hagamos los abo-
gados: “encajar sucesos en conceptos jurídicos”.
Vamos a poder debatir largamente si la pandemia califica (o no) como caso
fortuito o fuerza mayor a los efectos de la imposibilidad de cumplimiento
definitiva o temporaria (arts. 955 y 956, CCyCN) y si la pandemia califica
(o no) como circunstancia extraordinaria a los efectos de la imprevisión (art.
1091) contractual. Tan pronto como empecemos ese debate nos polarizare-
mos: sí califica o no, no califica. Ya lo hemos visto antes con otras crisis.
En función de que encuadremos (o no) la situación vivida en el concepto
jurídico tendremos una solución u otra.
Lo anterior es nuestra manera inicial y necesaria de encarar el asunto, pero
223
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
no deberíamos agotar allí el análisis. Se trata sólo del punto de inicio, pero el
desafío es no agotarlo en cada concepto.
Es claro que vamos a tratar de entender lo que sucede con nuestros con-
ceptos y experiencias pasadas aplicadas a esos conceptos. El punto es que ello
si bien es útil, no puede agotar la comprensión. A menos que asumamos el
riesgo de quedarnos en una visión acotada y fragmentada de un problema
fáctico y jurídico complejo que desborda a aquellos conceptos y experiencias.
Encajar hechos en conceptos (con experiencias y convicciones pasadas)
no alcanza. ¿A qué apuntamos? A hacer evidente nuestro proceso mental de
búsqueda de soluciones jurídicas estereotipadas.
El problema al que nos enfrentamos (y que en mayor parte aún descono-
cemos) reclama no agotar el análisis en ese proceso. Estaríamos simplificando
el debate y agotando su riqueza jurídica con el riesgo de quedar limitados y
encerrados por el concepto de que se trate.
Hay muchas preguntas posibles y aquí solamente hemos formulado unas
pocas. El objetivo es poder ir desprendiendo y relacionando otras tantas más.
Ello será una manera de estar preparados en el ámbito jurídico frente a un
contexto que se puede especular como de alta conflictividad.
Proponemos pensar no dentro del concepto (al menos no en términos
de concepto interpretado desde nuestro enfoque pasado) sino en paralelo al
concepto. Cada concepto debe ser una herramienta para expandir el proble-
ma jurídico y no para encorsetarlo pretendiendo una solución muy precisa
(en términos teóricos) pero desprovista de sentido común práctico o equidad,
enfoque individual y perspectiva de sistema.
El proceso racional habitual de hacer encuadrar el hecho en el concepto
para obtener la solución no nos basta ahora. Al menos si pretendemos una
lectura integral del problema y con soluciones que ponderen no sólo las con-
secuencias inmediatas para las partes de un contrato (interés individual) sino
para el sistema en su conjunto que debería, en lo posible, seguir funcionando.
224
El mutuo de dinero y la fuerza mayor
I. Introducción
1
Doctor en Cs. Jurídicas y Sociales. Profesor Titular de Dcho. Comercial (UNL) y de Con-
cursos y Quiebras (UNLZ). Miembro del Inst. de Dcho. Empresarial de la Academia Nacional
de Derecho. Integró y presidió en Consejo de la Magistratura de la Nación. Presidente de la
Comisión de Seguros AABA. Director del instituto de Seguros del CASF.
225
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
2
RIVERA, Julio Cesar, “Los contratos frente a la pandemia”, LL 22/04/20, 8; AR/
DOC/1102/2020.
3
CHOMER, Héctor Osvaldo, “El contrato de mutuo en el Código Civil y Comercial”, Sup.
Esp. Nuevo Código Civil y Comercial de la Nación-Contratos en particular, LL 21/04/15, 408.
226
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
4
En principio, genéricamente y para nuestro caso, y conforme el orden de prelación de normas
establecidas en el art. 962, CCyCN, siguientes y concordantes; sin perjuicio de que las normas
indisponibles que si existen y resultan aplicables se ubican en primer orden.
227
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
5
https://www.who.int/csr/disease/swineflu/frequently_asked_questions/pandemic/es/
6
https://www.msf.org.ar/actualidad/que-una-pandemiacual-la-diferencia-pandemia-y-epidemia
7
Del griego ‘reunión del pueblo’. Ver https://dle.rae.es/pandemia
228
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
8
Expediente 1374-D-2020.
9
SALVAT, Raymundo, “Tratado de Derecho Civil Argentino. Obligaciones en general”, actua-
lizada por Enrique V. Galli; T. I, Tipográfica Editora Argentina, 1952, págs. 151/2). El autor
citado ubica a las enfermedades como hecho de la naturaleza (¿la pandemia Covid-19?) y la
decisión del gobierno (¿el aislamiento social preventivo y obligatorio – ASPO?) como hecho
del hombre (en el primer caso con cita del precedente “Sacone C/ Solari” de la CSJN en Fallos
8:34 del 9 de Septiembre de 1869 y “Lavalle C/ Poussart” Fallos 12:271, del 19 de Septiembre
de 1872).
229
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
10
PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPINOS, Carlos Gustavo, “Tratado de Responsabilidad
Civil”, T. I, Rubinzal Culzoni, 2017, pág. 515.
11
PIZARRO, Ramón y VALLESPINOS, Carlos, “Tratado de las Obligaciones”, t. II, Rubinzal
Culzoni, 2017, pág. 305.
230
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
12
PIZARRO y VALLESPINOS, “Tratado de las Obligaciones”, op. cit., pág. 336/7.
231
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
deberá probarse que la fuerza mayor impidió obtener el dinero para entregarlo
o restituirlo o para abonar los intereses, o bien obstaculizó la entrega, la resti-
tución o pago.
La existencia de una situación de excepción, que configura fuerza mayor o
caso fortuito, por sí misma no resulta suficiente si no se establece una relación
causal con el impedimento que se invoca para no cumplir o no hacerlo en los
términos del contrato. Si esta relación de causalidad no existe, la mora resultará
imputable al deudor y producirá las consecuencias establecidas en el contrato
o en las normas supletorias del CCyCN. Ello sin perjuicio del análisis de lo
que se denomina “mora irrelevante”, art. 1733, CCyCN, que se realizará en
párrafos posteriores. Salvo, claro está, que se dicte una norma general que abar-
que este tipo contractual, que expresamente establezca que esa relación causal
entre la fuerza mayor y el impedimento de cumplimiento, se repute presumido
legalmente; como lo plantea uno de los proyectos presentados ante el Congreso
de la Nación y previamente identificado, donde se señala que el estado genera-
lizado de fuerza mayor produce por su sola y fehaciente invocación, entre otros
efectos la “suspensión de la producción de mora del deudor de las obligaciones
comprendidas en la excepción y por el plazo establecido en la presente ley
(art. 886, CCyCN).”13 Pero aún en este caso, debe producirse la invocación
fehaciente de la causa de fuerza mayor, dejando de lado la prueba de la relación
causal, que es el extremo que se deberá poner de manifiesto, para el supuesto de
que se aplique el CCyCN y no una posible norma de excepción.
V. Imposibilidad de Cumplimiento
13
Art. 6 inc. e) del proyecto 1374-D-2020.
14
CALVO COSTA, Carlos A., en LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil y Co-
mercial de la Nación Comentado”, t. V, Rubinzal Culzoni, 2015, pág. 519.
232
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
233
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
cional, el plazo esencial se divide en: plazo objetivamente esencial (de acuerdo
a la naturaleza o al objeto de la prestación) y plazo subjetivamente esencial
(estipulado por las partes)”.15
La calidad del plazo es recogida por la norma del art. 1084 del CCyCN
cuando refiere a la configuración del incumplimiento y su entidad como esen-
cial y expresamente señala que se lo considera de esa manera cuando “el cumpli-
miento tempestivo de la prestación es condición del mantenimiento del interés
del acreedor” (inciso b). De manera tal que, probada la calidad de esencial del
plazo en el mutuo, podría activarse la regla establecida en el art. 956, CCyCN.
La tercera de las cuestiones que la norma plantea es referida a la imposibi-
lidad temporaria por causa de fuerza mayor que implica la frustración del fin
del contrato. En este sentido deben combinarse las reglas establecidas en el art.
956 del CCyCN con las del art. 1090 y determinar si la frustración del fin es
definitiva o temporaria. En este último supuesto, debe estarse a la regla de la
parte final del artículo citado, o sea, cuando el plazo en el mutuo sea esencial a
los fines del cumplimiento de la obligación hay derecho a resolución.
En cualquiera de estos supuestos en que sea procedente la extinción de la
obligación será sin derecho a exigir responsabilidad de parte del deudor.16
15
LUCCHINI GUASTALLA, Emanuele, “Incumplimiento y plazo esencial en el derecho
italiano”, RCyS, Número especial en homenaje a su Director Atilio A. Alterini, 2009, pág. 247.
16
Sin perjuicio de los supuestos particulares que regula el art. 1733 del CCyCN y sin caer en
soluciones que generen enriquecimientos injustos o puedan ser abusivas.
234
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
STIGLITZ, Rubén S., “Contratos Civiles y Comerciales – Parte General”, t. II, La Ley,
2015, pág. 407.
235
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
La frustración del fin del contrato se encuentra regulada en el art. 1090 del
CCyCN y, como se dijo, puede ser definitiva o temporaria.
Previamente debe calificarse que es lo que se entiende por frustración de la
finalidad del contrato, ya que la norma no lo explicita.
“La frustración del fin es un supuesto de imposibilidad relativa en la eje-
cución del acto jurídico válido, que afecta la causa fin funcional, con efectos
resolutorios o de recomposición. El elemento afectado es la causa-fin, enten-
dida como el fin inmediato autorizado por el ordenamiento jurídico que ha
sido determinante de la voluntad (art. 281, CCyCN). Aunque otros autores lo
18
LORENZETTI, Ricardo L., “Tratado de los Contratos. Parte General”, Rubinzal Culzoni,
2018, págs. 776/7.
236
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
19
Ibidem, pág. 642/3.
20
MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La frustración del contrato: noción, semejanzas y
diferencias” en “Contratos”, RDPC, 2016-3, Rubinzal Culzoni, 2017, pág. 464.
237
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
21
CSJN, “Astilleros Príncipe y Menghi S.A. c. Banco Nacional de Desarrollo” del 10/06/1992.
Publicado en Fallos, 315:1162; LL 1992-D, 503; DJ 1993-1, 521; AR/JUR/571/1992.
22
LORENZETTI, Ricardo L., “Tratado…”, op cit, pág. 646.
238
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
IX. Imprevisión
23
STIGLITZ, Rubén S., op. cit., pág. 336.
239
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
24
Ello, sin perjuicio de una discusión más amplia sobre la caracterización que corresponde al
mutuo gratuito, ya que no cumple con el rasgo que requiere para ser tal (gratuito) y que trae
la última parte del art. 967 del CCyCN (“independiente de toda prestación a su cargo”), ya
que en todo caso el mutuario tiene que restituir el dinero recibido y por ende, aun cuando no
se haya obligado a pagar intereses, tiene siempre una prestación a su cargo que es la restitución
del dinero prestado.
25
Ya sea que se entregue el dinero en el mismo acto de perfeccionamiento o en un plazo determi-
nado; siempre la obligación a cargo del mutuario es diferida y por ende caracterizante del mutuo.
26
STIGLITZ, Rubén S., op, cit,, pág. 338.
240
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
27
DÁLESSIO, Carlos Marcelo en LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil…”, op.
cit., t. VII, pág. 627.
28
HERNÁNDEZ, Carlos y FRUSTRAGLI, Sandra, en NICOLAÚ, Noemí y HERNÁN-
DEZ, Carlos (directores), “Contratos en el Código Civil y Comercial de la Nación”, La Ley,
2017, pág. 855.
241
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
quedan expeditas las vías del cumplimiento o resolución del contrato, en base
a lo expresamente establecido en el acuerdo de partes o bien las que surgen
supletoriamente de la ley.
El otro tramo del art. 1526 del CCyCN refiere a la excepción al principio
de entrega del dinero por el mutuante, está dada por el supuesto en que esa
parte “puede” (es facultativo) no entregar la cantidad prometida si, con poste-
rioridad al contrato, un cambio en la situación del mutuario hace incierta la
restitución (lo que debe ser invocado y efectivamente acreditado).
El mutuante en este caso, puede invocar que la causa de fuerza mayor (Co-
vid-19/ASPO), ha cambiado la situación económica, financiera, patrimonial
del mutuario, tornando incierta la restitución del dinero. Lo cierto es que
estamos frente a una regla excepcional y por ende el mutuante deberá invocar
y probar esa particular situación con respecto al mutuario, ya que no aplica
automáticamente. Mientras tanto rige el principio antes enunciado y el dinero
comprometido debe entregarse en los términos contractuales o legales.
243
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
29
PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPINOS, Carlos Gustavo, “Tratado de las Obligaciones”,
op cit, t. II, pág. 253.
244
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
245
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
30
Ibidem, t. I, pág. 444.
246
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XVI. Intereses
31
Sin perjuicio de que los que haya pagado el mutuario voluntariamente, sean irrepetibles, art.
1527, CCyCN.
247
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
248
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miento, ya que es la primera que puede ser dejada sin efecto o morigerada por
una decisión judicial y la que menos afecta la estructura y desenvolvimiento
mismo del contrato, permitiendo, tal vez, su supervivencia sin mayores mo-
dificaciones.
Los jueces tienen legalmente la facultad de revisar y reducir los intereses, en
tiempo de normalidad (art. 771, CCyCN) y por ende mucho más en situacio-
nes de excepción generalizadas, donde existe una causa de fuerza mayor que
afectó a la sociedad mundial en todos sus aspectos. En nuestro país se suma
a ello la crisis económica y financiera existente, que agrava esta problemática.
Los jueces pueden reducir los intereses cuando la tasa fijada o el resultado
que provoque la capitalización de los mismos exceda, sin justificación y des-
proporcionadamente (dos condiciones para que se pueda morigerar), el costo
medio del dinero para deudores y operaciones similares en el lugar en que se
contrajo la obligación.
Se ha dicho, en referencia al art. 771, CCyCN que: “Lo dispuesto en esta
norma se aplica a los intereses compensatorios, a los intereses moratorios, a los
punitorios legales, y al resultado de la aplicación del anatocismo. En los inte-
reses punitorios convencionales rige lo dispuesto en el artículo 794, 2º párrafo
del Código, en el que se establecen las reglas relativas a la morigeración de la
cláusula penal abusiva. Se establece un criterio netamente objetivo para proce-
der a la readecuación de la tasa de interés que resulta excesiva. La comparación
se efectúa con el “costo medio” del dinero en situaciones similares a la de la
obligación bajo análisis, en el lugar donde se contrajo la obligación. Además,
la distorsión debe ser desproporcionada y sin justificación, dos calidades que
deben confluir. Si bien la cuestión demanda la mayor prudencia, el juez no
solo puede (a pedido de parte) morigerar la tasa, sino que también debe hacer-
lo, de oficio, cuando las condiciones previstas en la norma surgen evidentes,
en razón del orden público comprometido.”32
Se señala que el juez debe realizar una ponderación integral de la opera-
toria valorando toda la ecuación económica ligada a la misma y el resultado
que ella arroja (costo medio del dinero, forma y modo de la capitalización,
circunstancias especiales, naturaleza y finalidad de negocio vinculado, plazo,
garantías, riesgo de recupero, reglas especiales como el 37 inciso a, LDC) sin
degradar la naturaleza misma del interés que se reduce (compensatorio, mo-
ratorio, punitorio).33
32
OSSOLA, Federico, en LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil…”, op cit, t. V,
pág. 150.
33
Conforme PIZARRO, Ramón D., “Los intereses en el Código Civil y Comercial”; LL,
31/07/2017, 1.
249
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
34
CNCiv., Sala G, “A., J. D. y otros c/ C. L., A. s/ ejecución hipotecaria”, del 15/11/2019,
publicado en LL, 05/12/2019, 11.
35
CNCiv., Sala G, “K., V. c. E. S., B. G. y otro s/ Ejecución hipotecaria”, del 02/10/2019,
publicado en LL, AR/JUR/33313/2019.
36
Conforme nuestra interpretación del fallo de la CNCom., Sala C, “Agrest S.A. SACIFEI s/
quiebra s/incidente de revisión de crédito de Caja de Seguros S.A.”, del 26/09/19, publicado
en LL, AR/JUR/28694/2019.
250
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
251
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
que se imponga una pena cuando la obligación principal se extinguió por caso
fortuito o fuerza mayor.
La última parte del art. 792 del CCyCN establece que la eximente del caso
fortuito (y por ende su sinónimo, la fuerza mayor), debe ser interpretada y
aplicada restrictivamente. Es que no cualquier situación extraña a las partes,
no imputable al deudor, inevitable, irresistible, imprevisible, puede ser consi-
derada eximente. La regla impone una mayor restricción en cuanto a los su-
puestos aceptables dentro del concepto mismo. Entendemos que el Covid-19/
ASPO, si tiene incidencia respecto del contrato de mutuo, fue debidamente
invocada y probada, encuadra en los supuestos que prevé la norma.
La pena suple el resarcimiento de los daños, aun cuando el acreedor pruebe
que era insuficiente (art. 793, CCyCN). El acreedor no está obligado a probar
que ha sufrido perjuicios, ni el deudor puede eximirse de satisfacerla, acredi-
tando que el acreedor no sufrió perjuicio alguno (art. 794).
Establecida esta relación que determina el vínculo de la pena con el perjui-
cio resarcible (lo suple, en principio), se regula la facultad judicial de reducir
las penas cuando su monto es desproporcionado con la gravedad de la falta que
sancionan. Los elementos o pautas que se han de ponderar son tres: a) el valor
de las prestaciones; b) las demás circunstancias del caso (aquí aparece la causa
de fuerza mayor Covid-19/ASPO y su incidencia en el supuesto de hecho); c)
si se configura un abusivo aprovechamiento de la situación del deudor.
De manera tal que la causa de fuerza mayor puede ser invocada y probada
respecto de un pedido concreto de reducción de penas en el marco de la situa-
ción excepcional que se ha generado y que guarda relación con el cumplimien-
to/incumplimiento del contrato (lo que también debe ser probado, salvo que
una ley especial lo presuma configurado).
El art. 802 del CCyCN consagra un principio general de toda lógica, que
establece que si la obligación principal se extingue sin culpa del deudor queda
también extinguida la cláusula penal. La causa de fuerza mayor, si ha operado
la extinción de la obligación principal en el mutuo, también produce la extin-
ción de la cláusula penal o los intereses punitorios en su caso.
La segunda parte del art. 794 es concordante con las normas de los arts. 10,
771 y 1747, cuando se advierte un abusivo aprovechamiento de la situación
del deudor y otorga la facultad judicial de control de proporcionalidad de la
cláusula penal, que se ejerce de oficio cuando contradice el orden público, la
moral y las buenas costumbres (art. 960, CCyCN). El juez debe examinar la
razonabilidad económica de la cláusula en base a las circunstancias del caso y
las particularidades del contrato.37
37
Conforme ALFERILLO, Pascual E., “La revisión judicial de la cláusula penal”, LL,
07/08/2017, 8.
252
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
38
Conforme criterio expuesto por la Cám. Civ. y Com. de Junín, “Banco Credicoop Coop.
Ltdo. v. Gherpelli, Luis A. y otros”, del 13/11/2007.
253
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
254
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
39
PIZARRO, Ramón Daniel y VALLESPINOS, Carlos Gustavo, “Tratado de
Responsabilidad...”, op cit, pág. 539.
40
PICASSO, Sebastián, en LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil…”, op cit, t.
VIII, pág. 450.
255
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
consecuencia imprevista”.41
Como contrapartida, se sostuvo que: “La “pesificación” de los créditos en
moneda extranjera según arts. 11 de la ley 25.561 y 8° del decreto 214/2002
-texto según art. 1°, decreto 320/2002- (Adla, LXII-A, 44; 117; LXII-B, 1647)
no se aplica a las obligaciones exigibles antes de la entrada en vigencia de dicha
normativa -en el caso, la que emana de un pagaré en dólares-, pues el estado
de mora no puede perjudicar al ejecutante, en tanto el deudor es responsable
por los daños e intereses que su morosidad haya causado al acreedor -art. 508,
Cód. Civil-, responsabilidad que comprende la traslación de los riesgos que se
fijan definitivamente en la cuenta del incumplidor.”42
El tema se encuentra expuesto por diversos autores, bajo el título de “mora
irrelevante” y las consideraciones son diversas.43
Tampoco tendría vigencia la eximente si la fuerza mayor o la imposibilidad
de cumplimiento, sobrevienen por culpa del deudor (mutuante o mutuario,
según el caso).
Respecto del supuesto de hecho previsto en el inciso e) del art. 1733 del
CCyCN, que regula la situación donde la fuerza mayor y en su caso, la impo-
sibilidad de cumplimiento que de ella resulta, constituyen una contingencia
propia del riesgo de la cosa o de la actividad.
Puede ser un supuesto que se corresponda con esta norma, el caso de ex-
portaciones/importaciones que se encuentren sustentadas en préstamos para
su financiamiento y se encuentran cubiertas por el seguro de crédito a la ex-
portación; ya que esta clase de coberturas prevé justamente los denominados
riesgos extraordinarios, dentro de los cuáles se encuentran los que estamos
analizando.44 De manera tal que si el deudor no paga por estar afectado por
la pandemia y las medidas de gobierno, el préstamo igual se ha de cancelar,
ya que se activará la cobertura del SCE y de esa manera el mutuante (quién
otorgó el préstamo para financiar la exportación) podrá cobrar del mutuario
41
Conf. JUNYENT BAS, Francisco, “Pesificación. Los contratos privados, las deudas en mora
y la teoría de la imprevisión y el esfuerzo compartido”, ED 202-779; CNCom., Sala A, “Ma-
ron, Mabel M. R. v. Muscillo, Norma J.” del 01/10/2003, publicado en SJA 10/3/2004, JA
2004-I-531.
42
CNCom., Sala D, “Noufouri, Omaya c. Español, Fernando A. y otros”, del 15/10/2003,
publicado en LL 2004-E, 107; DJ 2004-3, 815; ED 211, 110; AR/JUR/5907/2003.
43
Ver ALTERINI, Atilio, “La doctrina de la imprevisión frente a la mora irrelevante”, LL
1980-C-1109; BORDA, Alejandro “Interpretar la ley con justicia. Crítica a un fallo plenario
que pesifica las obligaciones en mora”, LL 2003-A, 1075.
44
Ley 20.299, art. 2: El seguro de crédito a la exportación cubrirá los riesgos políticos, catastró-
ficos y cualesquiera otros que por aplicación de las normas corrientes en el mercado asegurador
no sean cubiertos por entidades aseguradoras constituidas en el país.
256
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
XXI. Prescripción
45
Salvo que una ley especial la establezca e imponga como tal para todas las situaciones legal-
mente comprendidas, como lo hace el proyecto de ley al que antes hemos hecho referencia.
46
ALFERILLO, Pascual, en LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil…”, op cit, t.
XI, pág. 336.
257
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
47
Ibidem, pág. 322.
258
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
derechos por no haber estado abierto el período informativo del concurso, ello
por aplicación del art. 2550 del Código Civil y Comercial.”48
Así se ha sostenido que “si llegase a cumplirse el plazo legal de prescripción
durante la pandemia y la vigencia de las consabidas medidas, existe aún una
solución legal ex post: como remedio, le quedaría al acreedor la posibilidad
de recurrir al instituto de la ‘dispensa de la prescripción’, previsto en el art.
2550, CCyCN. En su virtud, el juez puede perdonar o liberar al ‘titular de la
acción’ —tal el acreedor— de la ‘prescripción ya cumplida’, si ‘dificultades de
hecho o maniobras dolosas le obstaculizan temporalmente el ejercicio de la
acción’. A tenor de la doctrina judicial, no caben dudas que la actual cuaren-
tena obligatoria y la consecuente paralización del servicio de justicia califican
como presupuesto de la norma, desde que constituyen un obstáculo grave, de
carácter general y colectivo que justifican plenamente la aplicación del insti-
tuto de referencia. Mas es crucial tener presente que para que el juez conceda
la dispensa, es otro requisito ineludible que el titular haya hecho valer sus de-
rechos dentro de los seis meses siguientes a la cesación de los obstáculos (art.
2550, párr. 1º, pte. 2ª, Cód. Civ. y Com.). Es decir que el titular de la acción
que pretenda valerse de la ‘dispensa’ deberá promover la demanda o efectuar la
correspondiente ‘petición judicial’ durante ese plazo.”49
Una tercera cuestión, más compleja, es la referida a la acción de revisión de
los contratos (arts. 2562 inciso a y 2563 inciso g del CCyCN), que establece el
plazo de dos años para interponer la acción de revisión (y adecuación) del con-
trato (en tanto acto jurídico), desde que se conoció o pudo conocer la causal
de revisión (en este caso la fuerza mayor que afectó al contrato, obligaciones y
prestaciones que él contiene).
De esta manera tenemos un complejo de plazos de prescripción que van
desde los cinco años para que el mutuante o el mutuario ejerzan las acciones
de cumplimiento del contrato (art. 2560, CCyCN), de tres años para reclamar
por los daños sufridos en virtud del incumplimiento (art. 2561, CCyCN), de
dos años para reclamar el pago de los intereses comprometidos o legalmen-
te establecidos (art. 2562, inc. “c”, CCyCN) y de dos años para intentar la
revisión y adecuación del contrato (arts. 2562, inc. “a” y 2563 inc. “g” del
CCyCN).
48
CNCom., Sala F, “Logística FG S.R.L. s/ concurso preventivo s/ incidente de prescrip-
ción creditoria de Mandaradoni, Esteban Carlos”, del 27/08/2019, publicado en LL, AR/
JUR/29027/2019.
49
GINAFELICI, Mario y GIANFELICI, Roberto “Coronavirus, prescripción y caducidad”,
LL 14/04/2020, 10.
259
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
XXII. Caducidad
La caducidad puede ser del derecho o sustancial (regulada en los arts. 2566
y siguientes del CCyCN) y de la instancia o procesal (reguladas en cada código
procesal aplicable). Asimismo, puede ser establecida legal o convencionalmen-
te, e incluso en determinados supuestos contemplar la relación entre carga,
caducidad y caso fortuito o de fuerza mayor (vgr. art. 47, ley 17.418).
Las situaciones que se pueden plantear en este tema han sido parcialmente
resueltas por las normas de emergencia (DNU 319/20) y en otros supuestos
por resoluciones o acordadas de la CSJN y/o de los Superiores Tribunales de
las provincias o de la CABA.
Respecto de la caducidad de derechos de origen convencional, en el su-
puesto que se pueda concebir en este contrato y atendiendo a la causal de
fuerza mayor que nos ocupa, podría plantearse la nulidad de la cláusula que la
impone en virtud de lo dispuesto en el art. 2568 CCyCN (más aún en con-
tratos celebrados por adhesión o de consumo, donde configure una cláusula
predispuesta), ya que expresamente la norma establece que es nula la cláusula
que establece un plazo de caducidad que hace “excesivamente difícil” a una de
las partes el cumplimiento del acto requerido para el mantenimiento del de-
recho. Entendemos que las contingencias generadas por el Covid-19/ ASPO,
pueden configurar la situación prevista en la norma y por ende activar la po-
sibilidad de la nulidad (en abstracto), sin perjuicio de que se debería analizar
concretamente que supuesto de hecho puede llegar a verificarse (en concreto).
La renuncia a la caducidad de derechos disponibles (art. 2571, CCyCN) es
una facultad que pueden ejercer las partes, cuando estamos frente a caducida-
des de origen convencional y en el ámbito de los derechos disponibles.
Otra posibilidad es que la caducidad sea dispensada por una norma legal
de orden público en sentido general, como ocurre en uno de los proyectos
de ley que hemos incorporado al análisis a modo de ejemplo, que establece
la suspensión de las caducidades de origen legal y contractual por el plazo del
estado de fuerza mayor.
También debe considerarse que en determinadas relaciones contractuales
se ha dictado una norma legal por parte del Estado Nacional (de la que debe
ponderarse su validez y constitucionalidad en el caso concreto), en nuestro
caso, el DNU 319/20, que establece la suspensión de los efectos convencio-
nales por falta de pagos.50 Además impide la caducidad de instancia procesal.
50
Genéricamente podemos sostener que suspende los efectos de la caducidad sustancial de
derechos, -pérdida de plazos, beneficios- que se hayan originado en ese no pago en tiempo y
forma.
260
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
El préstamo bancario es una especie dentro del género del contrato de mu-
tuo y se encuentra definido en el art. 1408 del CCyCN y es aquél por el cual
51
Corte Suprema de Justicia de la Prov. de Santa Fe, “Empresa de Transporte Roque Sáenz Peña
S. R. L. c. Municipalidad de Rosario”, del 13/05/1998, publicado en LL 2000-A, 600.
52
CNCiv., Sala B, “Villegas, Susana s/ beneficio de litigar sin gastos”, del 22/10/2018, publi-
cado en LL, AR/JUR/53838/2018.
261
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
53
Lo que no significa que no pueda existir, vgr. normativa, jurisprudencia y doctrina derivada
de la ley 25.561 y decreto 214/02, siguientes y concordantes.
262
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
54
O sea, personas o entidades privadas o públicas oficiales o mixtas, de la Nación, de las pro-
vincias o municipalidades que realicen intermediación habitual entre la oferta y la demanda de
recursos financieros (bancos comerciales, banco de inversión, bancos hipotecarios, compañías
financieras, sociedades de ahorro y préstamo para la vivienda u otros inmuebles, cajas de crédito, y
las que no estando enumeradas realicen las actividades señaladas, o cuando el volumen de sus ope-
raciones y razones de política monetaria y crediticia lo aconsejen, conf. arts. 1, 2, y 3, ley 21.526).
263
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
264
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
devolución del dinero prestado y el pago de los intereses, debe atenderse a esas
particularidades que lo colocan en una especial situación.
Recordemos que: “Una persona o grupo de personas se encuentran en con-
dición de vulnerabilidad, cuando su capacidad para prevenir, resistir o sobre-
ponerse a un impacto que les sitúe en situación de riesgo, no está desarrollada
o se encuentra limitada por circunstancias diversas, para ejercitar con plenitud
ante el sistema de justicia los derechos reconocidos por el ordenamiento jurí-
dico. En este contexto se consideran en condición de vulnerabilidad aquellas
personas quienes, por razón de su edad, género, orientación sexual e identidad
de género, estado físico o mental, o por circunstancias sociales, económicas,
étnicas y/o culturales, o relacionadas con sus creencias y/o prácticas religiosas,
o la ausencia de estas encuentran especiales dificultades para ejercitar con ple-
nitud ante el sistema de justicia los derechos reconocidos por el ordenamiento
jurídico.”55
55
Art. 3 de las 100 Reglas de Brasilia, texto actualizado, aprobado en Quito, Ecuador, abril de
2018; Cumbre Judicial Iberoamericana.
265
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
266
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
56
En todos los casos entendemos que comprende al capital y a los intereses compensatorios
cuyo vencimiento se encontraba establecido en el contrato.
267
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
57
¿Y la sustancial o de derechos? Entendemos que conforme la redacción que se le da a la falta
de pago de las cuotas de capital e intereses, también queda comprendida.
58
LORENZETTI, Ricardo, “Tratado de los Contratos…”, op cit, pág. 627.
268
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
269
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
64
STIGLITZ, Rubén en LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil…”, op cit, t. V,
pág. 547.
65
Ibidem.
270
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
“Lo que será relevante en el análisis será el examen de esa realidad objetiva,
su regulación legal y su incidencia en el caso, principalmente el resultado prác-
tico final. Para descalificar el ejercicio de un derecho por abusivo se dispone de
varios criterios: la regularidad, los fines que la ley tuvo en miras al reconocerlo,
la buena fe, la moral y las buenas costumbres. Los efectos del acto abusivo son:
despojar de toda virtualidad al acto desviado, privándolo de efectos, impedir el
ejercicio de una acción judicial que se funde en el abuso, dar origen a la tutela
preventiva o resarcitoria.”66
Otro de los principios/límites, que debemos considerar es el referido a
los bienes colectivos y derechos de incidencia colectiva, en este caso la salud
pública o el derecho a ella, ya que la ley no ampara el ejercicio abusivo de los
derechos individuales cuando pueda afectarlos.
“Derivado del principio de centralidad del sujeto, la salud es un bien ínti-
mamente ligado a la vida, revistiendo en consecuencia la categoría de derecho
colectivo o derecho de incidencia colectiva.”67 En referencia a ello se señala
que la norma tiene “por objeto la tutela de un bien colectivo, lo que ocurre
cuando este pertenece a toda la comunidad, siendo indivisible y no admitien-
do exclusión alguna.”68
“La valoración solidarista comprende y acepta que acá la salud que se pro-
tege no es únicamente la individual y subjetiva de una persona determinada,
sino la que reviste naturaleza y calidad de bien colectivo socialmente compro-
metido en su pluri-individualidad. Entonces, hay un valor que merece preva-
lecer sobre la libertad contractual y la autonomía de la voluntad, tanto como
sobre la propiedad de las empresas que por ley deben proveer la cobertura
necesaria, y asumir el costo correspondiente.69
En efecto, el derecho de la salud es un derecho de incidencia colectiva,
y conforme su especial naturaleza, reviste carácter dual o bifronte: I) forma
parte el elenco no cerrado, de los derechos personalísimos, integrando a su
vez, un derecho de mayor amplitud, que es el derecho a la vida, y la digni-
dad de la persona. También se vincula “con los derechos a la integridad y a
la privacidad”. Y como tal, reviste carácter de un derecho humano, esencial,
básico, diferenciado y exclusivo. II) Es un derecho social, asumiendo el perfil
66
LORENZETTI, Ricardo (director), “Código Civil…”, op cit, t. I, pág. 57.
67
IÑIGUEZ, Marcelo, “Contratos de Prestaciones de Salud y Derechos Humanos”, Rubinzal
Culzoni, 2005, pág. 181.
68
VÍTOLO, Daniel Roque, “Principios generales del título preliminar del nuevo Código”, LL
2016-C-700.
69
BIDART CAMPOS, Germán, “La dimensión de la salud como bien colectivo y los servicios
de salud”, LL 2001-F, 906, AR/DOC/17905/2001.
271
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
70
CAFFERATTA, Néstor A., “Derecho a la salud y derecho ambiental”, LLC 2006, 409; De-
recho Constitucional - Doctrinas Esenciales, Tomo II, 537; AR/DOC/435/2006.
71
MEDINA, Graciela, “Del cumplimiento al incumplimiento de los contratos ante el Co-
vid-19”, LL 22-04-20, 2.
72
Cam. Fed. de Posadas, “Irigoyen Cundom, Arturo José s/ amparo” del 24/04/2020, publica-
do en AR/JUR/13138/2020.
73
LORENZETTI, Ricardo L., “Fundamentos de Derecho Privado-Código Civil y Comercial
de la Nación Argentina”, La Ley, 2016, pág. 71.
272
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
74
ALEGRÍA, Héctor, “Humanismo y derecho de los negocios”, LL 2004-E, 1206; Acad.
Nac. de Derecho, 2004, 14; Derecho Comercial Doctrinas Esenciales Tomo I, 305; AR/
DOC/1955/2004).
273
Incidencia del Coronavirus sobre las
cláusulas del reglamento de propiedad
horizontal
1
Abogado (UBA). Prosecretario Letrado de la Sala E de la. Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Civil. Profesor de “Elementos de Derechos Reales” en la Facultad de Derecho de la UBA.
Docente del Curso de Capacitación Medio de la Cámara Nacional de Apelaciones en lo Civil.
Autor y coautor de diversos libros y artículos en temas de su especialidad
2
Gatti, Edmundo, Teoría general de los Derechos reales, 3ª ed. Abeledo Perrot, Buenos Aires
1984, pág. 140
275
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
II.1 Concepto
El Reglamento de Propiedad es el contrato que regula la vida consorcial de
un edificio sujeto al régimen de propiedad horizontal. Opera como una ley, al
que, junto a las disposiciones previstas en el Título V del CCyCN (arts. 2307
y ss.) los comuneros y/u ocupantes de las distintas unidades funcionales deben
sujetar su comportamiento.5
Es de suma importancia, ya que no puede existir el derecho real de propie-
dad horizontal, sin su previa redacción mediante escritura pública e inscrip-
ción en el registro inmobiliario.
Representa el vínculo que une a los copropietarios en la gestión de los in-
tereses comunes y constituye, por lo tanto, el verdadero estatuto inmobiliario
regulador de los derechos y obligaciones de la comunidad. Sus cláusulas cons-
tituyen la ley a la que los propietarios deben ajustar sus relaciones recíprocas y
se integra al título suficiente sobre la unidad funcional (art. 2038 del CCyCN).
En ese sentido, se ha dicho que es un estatuto que rige los derechos y
obligaciones de los titulares de los derechos reales de propiedad horizontal de
un edificio, de manera tal que allí surgen los límites que correlativamente se
imponen los propietarios para su vida comunitaria.6
3
ABELLA, Adriana, “Propiedad horizontal. Cuestiones planimétricas. Desafectación”, Revista
del Notariado, 895, 2009, pág. 87.
4
CNCiv, Sala D, “Consorcio de Propietarios Gallo N° 1641/43/45/47 CABA c/ Rey Sabrina
Laura y otros s/cumplimiento de reglamento de copropiedad”, del 24/10/17, Sumario n° 26304
de la Base de Datos de la Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil
5
TACHELLA, Diego H., “Demolición de obras realizadas en contravención al reglamento de
administración y abuso del derecho”, LL 10/05/2019, 5, LL 2019-B , 582, RCyS 2019-X , 107.
6
CLERC, Carlos, “Derechos Reales e Intelectuales”, Buenos Aires, 2007, Ed. Hammurabi,
T 2, pág. 605
276
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
II.2 Origen
Conforme lo previsto por el art. 2038 del CCyCN, tanto el titular de
dominio como los condóminos se encuentran facultados para redactar el re-
glamento de propiedad horizontal, siendo necesario en este último supuesto la
conformidad de todos aquéllos (art. 1990). El mismo debe ser redactado por
escritura pública e inscripto en el registro de la propiedad correspondiente a la
jurisdicción en donde se sitúa el edificio.
Consecuentemente, el reglamento es otorgado por el único propietario del
inmueble o la totalidad de ellos en su conjunto. Puede ser que los condóminos
se distribuyan y repartan, en el mismo acto, en propiedad las distintas unida-
des, o bien que luego se proceda a la enajenación de cada unidad declarando
como adquirente en su título de adquisición el conocimiento del correspon-
diente reglamento el que declararán conocer y aceptar.8 Es decir, teniendo
naturaleza contractual, será necesario el concurso de voluntades de la totalidad
de los condóminos, naciendo a partir de ese momento el consorcio de propie-
tarios. Por lo general en la práctica, corresponde la redacción del reglamento
al propietario de edificios construidos o a construir que se proponga dividirlo
por el régimen previsto en el título V del CCyCN (art. 2037 y sgtes). A pesar
de este origen no se modifica la naturaleza contractual del reglamento, pues
en cada acto de enajenación de unidades sus adquirentes deben prestar con-
formidad con aquél, configurándose un supuesto de contrato de adhesión.9
7
CNCiv, Sala K, “Ruggeri de Beletti, Alida Casilda c/ Palomera Andrea Liliana y otros s/ cum-
plimiento de contrato”, del 25/02/19, Sumario n° 27440 de la Base de Datos de la Secretaría
de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil
8
COSSARI, Nelson G., en “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, ALTERINI,
Jorge, Tratado Exegético, La Ley, 2016, t. IX, pág. 2038.
9
AREÁN, Beatriz, “Curso de Derechos Reales, Buenos Aires”, Abeledo Perrot, 1987, pág. 392
277
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
10
CNCiv, Sala B, “Olcese, Carlos María y otro c/ Cons de Propietarios Av. Rivadavia 3901
y otros s/ modificación del reglamento de copropiedad” del 15/05/12, Sumario N°22093 de
la Base de Datos de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil
11
ZELAYA, Mario, “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, LORENZETTI,
Ricardo (dir.), t. IX, Santa Fe, Rubinzal Culzoni, 2015, pág. 442
12
GURFINKEL DE WENDY, Lilian, “Derechos Reales”, t. I, segunda edición actualizada
de acuerdo al nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, Buenos Aires, Abeledo Perrot,
2015, pág. 662.
278
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
13
RACCIATI, Hernán, en “Cód. Civil y leyes complementarias, comentado, anotado y con-
cordado”, ZANNONI –KEMELMAJER DE CARLUCCI (dir.), Buenos Aires, Astrea, 2007,
t. 11, pág. 657
14
CNCiv, Sala C, “Consorcio de Propietarios Defensa 649/673 c/ Propietario de la U.F. Nº1
de Defensa 649 s/ Acción declarativa”, del 30/11/00, sumario 000014941 de la Base de Da-
tos de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil.
15
CNCiv, Sala H, “Taranco, María Fernanda c/ Consorcio Junín 1255 y otros s/nulidad
de acto jurídico”, del 16/12/16, Sumario n° 26007 de la Base de Datos de la Secretaría de
Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil.
16
CNCiv, Sala K, “Consorcio de Propietarios Avda. Santa Fe 3942/44 c/ Feldman, Norberto
Franklin s/ acciones del art. 15 de la ley 13.512”, del 6/04/09, La Ley Online: 70052766
279
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
ZELAYA, Mario A., “El reglamento de propiedad horizontal. La integración a los títulos de
las unidades funcionales”, SJA 20/11/2019 , 23 , JA 2019-IV.
18
LÓPEZ CASTIÑEIRA, José L, en “Código Civil comentado”, KIPER, Claudio (dir.), Ru-
binzal Culzoni , 2004, t. I, pág. 584.
19
CNCiv, Sala K, “Consorcio de Propietarios Rodríguez Peña 1223/1225/1227 c/ A., E. y otro
s/ cumplimiento de reglamento de copropiedad”, del 27/08/15, Sumario N°24917 de la Base
de Datos de la Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil.
280
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
II.6 Cumplimiento
En el régimen de la propiedad horizontal las exigencias de la vida común
tornan mucho más rigurosas las limitaciones que se imponen a cada uno de
20
MALIZIA, Roberto en “Código Civil y Comercial de la Nación”, HERRERA, Marisa, CA-
RAMELO, Gustavo y PICASSO, Sebastián (dir.), t. V, Infojus, 2015, págs. 170/1.
281
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
21
Tachella, Diego Hernán, Demolición de obras realizadas en contravención al reglamento de
administración y abuso del derecho, LL,10/05/2019, pág. 5
22
CNCiv, Sala K, “Macchi Villalobos, Ernesto Osvaldo c/ Vigo Pedraza, Olga y otros s/cum-
plimiento de reglamento de propiedad”, 22/03/12, Sumario N°21984 de la Base de Datos
de la Secretaría de Jurisprudencia de la Cámara Civil
23
CNCiv, sala J, “Djenderedjian, Julio César c/Brion Folgar, Angel Juan y otro s/daños y
perjuicios”, del 18/05/10, Sumario N°20222 de la Base de Datos de la Secretaría de
Jurisprudencia de la Cámara Civil
24
CNCiv, Sala H, “Consorcio de Propietarios 25 de Mayo 756/58/62 c/ Cáceres, Nelly
Noemí y otro s/cumplimiento de reglamento de copropiedad”, del 27/06/08, La Ley Online:
70046982
282
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
25
CNCiv., Sala F, 1/9/2000, elDial-com AA710.
26
CNCiv, Sala L, 17/7/92, JA, 1993-II-174
283
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
27
ZELAYA, Mario, “Código Civil y Comercial de la Nación Comentado”, LORENZETTI,
Ricardo (dir), Rubinzal Culzoni, 2015, t. IX, pág. 559.
28
CNCiv, Sala I, “F.M. c/ M.J.L. s/ interdicto”, del 19/12/17, Sumario n° 26477 de la Base
de Datos de la Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil.
29
CNCiv., Sala M, L.33.039 del 04/09/1989; CNCiv., Sala K, L.113.604 del 15/07/2008.
30
RACCIATTI, Hernán, en “Código Civil y leyes complementarias, Comentado, Anotado y
Concordado”, BELLUSCIO-ZANNONI (dir.), Astrea, 2007, t. 11, pág. 588.
284
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
31
TACHELLA, Diego Hernán, “Demolición de obras realizadas en contravención al regla-
mento de administración y abuso del derecho”, LL,10/05/2019, pág. 5.
285
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
32
CPenal, Contrav. y Faltas CABA, “D. S., M. s/ hábeas corpus”, del 22/03/2020, AR/
JUR/3384/2020.
33
Cámara de Apelaciones en lo Penal, Contravencional y de Faltas de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, sala de Turno, “Causa N° 8035/2020-0 s/ Hábeas corpus”, del 28/03/2020, AR/
JUR/5518/2020.
286
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
34
CNCrim. y Correc., Sala Integrada de Hábeas Corpus, “K., P., hábeas corpus”, del
22/03/2020, interloc. 14/143, 19.200/2020, AR/JUR/3147/2020.
35
JNCrim. y Correc. Nº 16, “C. 19.223/2020 s/ hábeas corpus”, del 23/03/2020.
287
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
36
MEDINA, Graciela “El coronavirus y el Derecho de Familia”, LL 30/03/2020 , 1,
DFyP 2020 (abril) , 5
37
CABULI, Ezequiel “El decreto 297/2020 y las limitaciones al ejercicio de los derechos rea-
les”, LL 08/04/2020 , 2
38
LORENZETTI, Ricardo, “La emergencia económica y los contratos”, Rubinzal Culzoni,
2002, pág. 56
288
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
39
LUKASZEWICZ, Sonia, “El impacto del coronavirus en los derechos reales de propiedad
horizontal y conjuntos inmobiliarios”, LL 08/04/2020, 12
289
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
comunes, las que de por sí deben ser utilizadas respetando el destino para el
cual fueron asignadas y sin perjudicar ni restringir el legítimo derecho de los
demás.
En un edificio construido en altura hay elementos comunes que no re-
quieren de asignación de destino, por ejemplo, los ascensores, las escaleras, los
muros maestros, las cañerías de carga y descarga, etc., puesto que la naturaleza
misma de tales bienes marca claramente su destino. Hay otras, en cambio,
que no tienen una naturaleza específica o que, aun teniéndola, pueden ser
usadas con otra finalidad por acuerdo de partes, es decir: por disponerlo el
Reglamento.40
Al solo efecto de que los copropietarios afectados a las actividades y ser-
vicios declarados esenciales puedan concurrir a los lugares donde se desarro-
llan aquéllos, y que los comuneros que no se encuentren comprendidos en
dicha excepción puedan desplazarse en su mínima expresión al solo efecto
de asistir a personas mayores, adquirir alimentos, artículos de limpieza y/o
medicamentos, y demás exenciones previstas en la normativa de emergencia,
hay ciertos sectores necesariamente comunes del edificio —como los pasillos,
vías o elementos que comunican unidades entre sí y a éstas con el exterior, los
ascensores, montacargas y escaleras mecánicas, las instalaciones necesarias para
el acceso y circulación de personas con discapacidad, fijas o móviles, externas
a la unidad funcional— que corresponde que sean utilizados dentro de esos
parámetros.41
Por ello, aun en estas partes comunes será indispensable cumplir con el ais-
lamiento, manteniendo el distanciamiento social previsto, lo cual implicará,
vgr., disminuir el número de personas que pueden usar simultáneamente un
ascensor, respetar las distancias indicadas en la circulación en pasillos y escale-
ras, todo lo cual requiere —lejos del establecimiento de normas rígidas— una
coherente interpretación y aplicación de la norma frente a cada caso concreto.
Para ello, puede ser necesario o conveniente, según el caso, el establecimiento
de un reglamento interno provisorio que adecue el uso y goce común de estos
sectores a la medida de aislamiento. En ese lineamiento, podrá disponer, vgr.,
preferencia para el uso del ascensor a ocupantes de los pisos superiores y/u
ocupantes con movilidad reducida.42
40
GURFINKEL DE WENDY, Lilian N., “Derechos reales”, 2ª ed. actualizada de acuerdo con
el nuevo Código Civil y Comercial de la Nación, Abeledo Perrot, 2015, t. I, p. 766.
41
TACHELLA, Diego Hernán, “Restricción al uso de cosas y partes comunes en el ámbito de
la propiedad horizontal a causa del coronavirus”, LL 08/04/2020, 18.
42
SABENE, Sebastián E., “La propiedad horizontal en tiempos de pandemia. Primeras re-
flexiones”, LL 08/04/2020, 15
290
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
43
KIPER, Claudio Marcelo, “Coronavirus y propiedad horizontal”, RCD 1621/2020.
44
Ver https://www.buenosaires.gob.ar/laciudad/noticias/coronavirus-la-ciudad-lanza-una-con-
vocatoria-para-colaborar-con-los-adultos.
291
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
IV.2 Infracciones
Establece el art. 4º del decreto 297/20, que cuando se constate la existencia
de una infracción al cumplimiento del “aislamiento social, preventivo y obli-
gatorio” o a otras normas dispuestas para la protección de la salud pública en
el marco de la emergencia sanitaria, se procederá de inmediato a hacer cesar
la conducta infractora y se dará actuación a la autoridad competente, en el
marco de los arts. 205, 239 y ccds. del Cód. Penal. Amén de ello, también
encontramos respuestas en el marco del CCyCN para lograr el cese de la con-
ducta irresponsable de algún propietario u ocupante irresponsable que ponga
en riesgo la salud pública en el ámbito de la vida consorcial.
Así, cabe recordar que la acción prevista en el art. 2069 del CCyCN tiende
al cese de la infracción tanto cuando ésta se cometa dentro de la unidad priva-
tiva como cuando tenga lugar en partes comunes45 y en el caso podría aplicarse
por analogía dicho procedimiento.
En caso de violación en el ámbito de la propiedad horizontal a las medi-
das de aislación y circulación dispuestas por la normativa de emergencia o,
en su caso, por el administrador, por parte de algún propietario u ocupante,
corresponde no sólo al administrador o al Consejo de Propietarios efectuar
la denuncia pertinente, sino también a cualquier propietario u ocupante, ya
que, al estar comprometida la salud pública, la legitimación debe considerarse
amplia.46
Dentro de esta situación excepcional, a efectos de hacer cesar infracciones
(vgr., clausurar el gimnasio o el salón de usos múltiples del edificio) y, en su
caso, aplicar las sanciones conminatorias que pudieren corresponder, resultan
de aplicación los procesos autosatisfactivos por representar una solución ur-
gente y eficaz frente a las particularidades que se nos presentan.
Cabe recordar que las medidas autosatisfactivas (hoy proceso autosatisfac-
tivo) son una solución urgente no cautelar cuya procedencia exige una fuerte
verosimilitud del derecho, una particular urgencia (muy diferente de la repre-
sentada por el riesgo de insolvencia que habitualmente constituye el peligro en
la demora propio de las cautelares) en cabeza del requirente y la prestación de
contracautela. Suscita la formación de un proceso autónomo, que puede cul-
minar en una cosa juzgada, proceso cuya materia no debe requerir amplitud de
debate ni complejidad de prueba (“cuestión líquida”). Su sustanciación previa
(sea mediante la fijación de un traslado o la celebración de una audiencia) de-
45
ITURBIDE, Gabriela, “Reflexiones sobre los alcances del art. 2069 del Cód. Civ. y Com. de
la Nación”, RCCyC, noviembre de 2019, pág. 133
46
TACHELLA, Diego Hernán, “Restricción al uso de cosas y partes comunes en el ámbito de
la propiedad horizontal a causa del coronavirus”, LL 08/04/2020 , 18
292
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
IV.3 Asambleas
El art. 2058 del CCyCN expresa que la asamblea es la reunión de propie-
tarios facultada para resolver: a) las cuestiones que le son atribuidas especial-
mente por la ley o por el reglamento de propiedad horizontal; b) las cuestiones
atribuidas al administrador o al consejo de propietarios cuando le son some-
tidas por cualquiera de éstos o por quien representa el cinco por ciento de
las partes proporcionales indivisas con relación al conjunto; c) las cuestiones
sobre la conformidad con el nombramiento y despido del personal del consor-
cio; d) las cuestiones no contempladas como atribuciones del administrador o
del consejo de propietarios, si lo hubiere.
Es decir, la asamblea es el ente supremo, soberano e idóneo, apto para
resolver todas las cuestiones de interés común, previa deliberación de los con-
sorcistas, convocados a tales efectos, siguiendo pautas legales y reglamentarias,
en cuanto a la convocatoria, deliberación y decisión.48
Así, pues, con la salvedad establecida en el art. 2059, que instaura la validez
de las decisiones tomadas por voluntad unánime del total de los propietarios,
aunque no lo hagan en asamblea, cualquier decisión que incumba a la reunión
de propietarios solamente podría llevarse en principio a cabo con asistencia
personal de los copropietarios o autorizados al acto asambleario.
Ahora bien, atento la situación de carácter excepcional que estamos vi-
viendo, que como consecuencia de las medidas de restricción a la circulación
y aislamiento, preventivo y obligatorio no se pueden realizar asambleas de
forma presencial, y que existen escenarios en el seno de la vida consorcial
que no pueden dilatarse sine die, ya que merecen una respuesta inmediata a
la que solo puede arribarse mediante la celebración de una asamblea, como
por ejemplo la designación de un nuevo administrador atento la renuncia de
quien venía ejerciéndola, hay que recurrir a alguna alternativa.
47
PEYRANO, Jorge W. y PRADA ERRECART, Agustín, “La trastienda de algunas institucio-
nes procesales de origen pretoriano”, LL, 2018-D, 1124; AR/DOC/1707/2018.
48
GABÁS, Alberto A., “Manual teórico-práctico de propiedad horizontal”, Hammurabi, Bue-
nos Aires, 1991, pág. 325.
293
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
49
ITURBIDE, Gabriela A., “La propiedad horizontal en tiempos de coronavirus”,
LL 08/04/2020 , 8
50
SABENE, Sebastián E., “La propiedad horizontal en tiempos de pandemia. Primeras re-
flexiones”, LL 08/04/2020 , 15
51
CIENTOFANTE, Fernanda y CARRICAJO, Manuel J., “Asambleas a distancia en tiempos
294
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
de cuarentena”, LL 20/04/2020, 1
52
CNCiv, Sala I, “Consorcio de Propietarios del Club Privado Loma Verde c/Gómez, Leo-
nardo Micro s/ ejecución de expensas”, del 12/11/2019, sumario N° 27977 de la Base de
Datos de la Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil
53
CNCiv, Sala J, “Consorcio de Propietarios Coronel Díaz 2351 c/Alegre, Josefa s/ Suc.
Ab-intestato S/ejecución de expensas”, del 6/08/19, Sumario n° 28061 de la Base de Datos
de la Secretaría de Documentación y Jurisprudencia de la Cámara Civil.
295
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
con una caída en sus ingresos, lo cierto es que los propietarios horizontales
deben seguir pagando las expensas, ya que su ingreso es vital para el desenvol-
vimiento del régimen de propiedad horizontal.
Ello, sin perjuicio de señalar que ante la situación de excepción imperante
podrían reducirse los intereses contemplados en el reglamento de copropiedad
ante el atraso en el pago de períodos devengados durante el curso de la cuaren-
tena, o en su caso condonarse.
Por eso, se ha dicho que la situación no habilita a suspender el pago de
las expensas comunes, alongar el plazo de pago u otro expediente análogo. El
crédito de expensas debe pagarse y es ejecutable, dado que de lo contrario el
sistema de propiedad horizontal no puede subsistir. Otra cosa es la exquisita
prudencia que deberá tener el administrador al realizar erogaciones que com-
prometan la propiedad horizontal, de manera que ella se mantenga en con-
diciones de seguridad, comodidad y decoro, pero sin exceder lo necesario.54
Resulta oportuno destacar que, en otro contexto, pero también en una
situación de emergencia (ley 25.344), en ese caso económica-financiera, des-
pués de la crisis del 2001 se sancionó la ley 25.563 que suspendía en su art. 16
las ejecuciones y los actos de subasta. En aquella oportunidad se resolvió que,
pese a que el crédito por expensas comunes no estaba expresamente mencio-
nado entre las excepciones a la regla de suspensión de las subastas, el art. 16
de la ley 25.563 –como todas las normas de emergencia- debe aplicarse con
criterio restrictivo, en cuanto implica la afectación de derechos y garantías
constitucionales. Es que si bien difícilmente el legislador pudo contemplar la
totalidad de situaciones susceptibles de presentarse en el mundo real, luego de
establecer el principio en materia de suspensión de la subasta en el art. 16 de
la ley 25.563 sólo respecto de ciertos bienes, mencionó una serie de excepcio-
nes, entre las cuales debe considerarse comprendido el crédito por expensas
comunes, máxime ante el carácter alimentario de muchas de las prestaciones
a cuya satisfacción apuntan las expensas, tales como el salario del encargado
o la propia cobertura de la vivienda de los propietarios, la que además de su
unidad propia comprende las partes comunes del edificio, que sólo pueden
mantenerse en tanto y en cuanto todos los comuneros contribuyan con el
pago de aquéllas.55
54
COSSARI, Leandro R. N. y COSSARI, Nelson G. A., “Propiedad horizontal: algunas cues-
tiones en épocas de coronavirus y cuarentena”, LL 08/04/2020 , 4
55
CNCiv, Sala B, “Consorcio de Propietarios Av. Libertador 1750 c/ Prop. Unidad 002 s/
ejecución de expensas”, del 8/07/02, Sumario Nº15050 de la Base de Datos de la Secre-
taría de Jurisprudencia de la Cámara Civil - Boletín Nº28/2002
296
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Por lo demás, debe decirse que, en el marco del estado de emergencia im-
perante, se han dictado Decretos de Necesidad y Urgencia contemplando los
problemas económicos que podrían tener para el cumplimiento de sus obliga-
ciones los deudores hipotecarios de vivienda única y familiar y los locatarios,
pero no ha dictado normativa alguna con respecto a los deudores de expensas.
En efecto, mediante el Decreto 319/2020 el PEN estableció, en el marco
del ‘aislamiento social, preventivo y obligatorio’ hasta el día 30 de septiembre
de 2020 el congelamiento al mes de marzo de ese año del valor de las cuotas
mensuales de los créditos hipotecarios que recaigan sobre inmuebles destina-
dos a vivienda única y la suspensión en todo el territorio nacional y hasta el
30 de septiembre del año en curso, las ejecuciones hipotecarias, judiciales o
extrajudiciales, en las que el derecho real de garantía recaiga sobre los inmue-
bles indicados en el art. 2° y con los requisitos allí establecidos. (arts. 2 y 3).
Asimismo, el Decreto 320/2020 instauró la suspensión de desalojos, la
prórroga de contratos y el congelamiento de precios de alquileres, entre otras
medidas, hasta el 30 de septiembre.
56
TACHELLA, Diego Hernán, www.ambito.com/opiniones/propiedad/incidencia-del-coro-
navirus-la-horizontal-n5101491
57
LAJE, Eduardo Jorge, “Oposición del consorcio de propietarios y de cada dueño al uso no
autorizado de las unidades privativas”, LL 102 , 448.
298
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
299
El contrato de asistencia al viajero en el
marco de la pandemia.
1
Felipe Videla es abogado (UCA, egresado con diploma de honor). Cursó otros estudios en la
University of Illinois at Urbana-Champaign y asistió a diversos posgrados dictados en el país.
Ejerce la profesión en el estudio “Beccar Varela”. Es autor de publicaciones en temas de su
especialidad. Fue docente de Obligaciones en la UCA.
Joaquín Fernández Cortés es abogado (UBA). Cursó estudios de posgrado en distintas universi-
dades del país. Es docente de “Sociedades civiles y comerciales” en la UBA. Ejerce la profesión
en la Justicia Nacional en lo Comercial de la Capital Federal. Es autor de publicaciones sobre
temas de su especialidad.
301
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Con fecha 19 de marzo de 2020, por medio del DNU 297/20 y por el
agravamiento de la situación epidemiológica internacional y la potencial crisis
sanitaria y social que podría generar la pandemia estableció medidas más es-
trictas a fin de evitar su expansión y soslayar el impacto en el sistema sanitario.
Entre las decisiones que interesan a los efectos del presente se decretó el
aislamiento social, preventivo y obligatorio para todas las personas por un
período determinado; en el cual los habitantes en el país o que se encontraran
en territorio nacional, deberán quedarse en el lugar en que se hallen o en sus
residencias habituales. Como consecuencia de ello, se prohíbe, salvo casos par-
ticulares, la concurrencia a las dependencias laborales, el desplazamiento por
espacios públicos, rutas y vías.
Asimismo, mediante los DNU 274/20 y 313/20, el Poder Ejecutivo pro-
híbe temporalmente, con algunas excepciones, el ingreso al país de personas
extranjeras no residentes, residentes y a los argentinos con residencia en el
exterior, ya sea por puertos, aeropuertos, pasos internacionales, centros de
frontera y cualquier otro punto de acceso.
Finalmente, en el ámbito internacional muchos de los países afectados por
el Covid-19 deciden cerrar sus fronteras y decretan, consiguientemente, la
prohibición de ingreso de personas a su territorio, lo cual provocó práctica-
mente el cerramiento transfronterizo a nivel mundial y fácticamente la parali-
zación de los viajes al extranjero.
302
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
2
RIVERA, Julio Cesar, “El concepto de contrato”, Revista de Derecho Privado y Comunitario
N° 3, Runbizal – Culzoni, 2017, pág. 13.
303
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
IV.1 Concepto
El contrato de asistencia al viajero es aquél en el cual una de las partes (em-
presa de asistencia al viajero) provee a la otra (usuario, viajero, beneficiario,
titular, adherente o asociado) la prestación de servicios de atención, por cuenta
propia o terceros, ante eventos súbitos e imprevisibles durante su viaje por el
extranjero, contra el pago de un precio anticipado o fraccionado.3
La concepción de “asistir” al pasajero implica acompañar, socorrer o cuidar
a quien requiere la ayuda por alguna situación que ponga en peligro la posibi-
lidad de gozar de un viaje, que genera para el viajero expectativas, anhelos, y
en particular el uso del tiempo libre tan escaso en estas épocas de plena vertigi-
nosidad y exceso de trabajo. Estas situaciones no previstas que puede padecer
el viajero son en particular las urgencias médicas, tales como enfermedades,
accidentes, internaciones, intervenciones quirúrgicas y odontológicas, gastos
de traslado por razones médicas del beneficiario y del familiar en su caso. Se
suma otra clase de contingencias no menos importantes como es la pérdida
y/o extravío y/o demora del equipaje, gastos por honorarios ante la necesidad
de asistencia legal, el traslado de restos en caso de fallecimiento (independien-
temente de las causas del mismo).4
En definitiva, resulta una figura contractual en la que la empresa promete
al usuario en caso del acaecimiento de accidentes, enfermedades o cualquier
situación súbita e imprevisible que, eventualmente, transcurra en un viaje rea-
lizado al exterior, la ayuda necesaria para sobreponer dichos acontecimientos.
3
Véase: Proyecto de ley S-0442/11 y BORKA, Marcelo, “El contrato de asistencia al viajero”,
DJ, 2005-2, 901, AR/DOC/2092/2005.
4
GARCÍA, Lilian Beatriz “Alcances legales del denominado asistencia integral al viajero”,
16/04/2014, disponible en http://www.saij.gob.ar/lilian-beatriz-garcia-alcances-legales-deno-
minado-contrato-asistencia-integral-al-viajero-dacf140217-2014-04-16/123456789-0abc-def
g7120-41fcanirtcod.
304
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
5
www.assistcard.com; www.universal-assistance.com; www.travel-ace.com; www.assistravel.com.
6
CNCom., Sala E, “Suárez, Nélida c/ AssistCard S.A”, del 24/02/00 y CNCom., Sala B,
“Ocampo, Eduardo c/ Axa Asistance Argentina S.A. s/ Ordinario” del 30/12/08.
7
CNCom., Sala A, “Silva María Angélica c/ Assist-Card Argentina S.A. de Servicios”, del 12/03/15.
8
BORKA, Marcelo, op cit.
9
Véase: proyecto de ley S-0442/11.
305
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
IV.4 El voucher
Con la adquisición del servicio se entregará al usuario un voucher el cual
resulta el instrumento del contrato que puntualiza el producto, establece las
prestaciones y fija las condiciones bajo las cuales las partes del contrato han
convenido cumplir sus obligaciones.
Además, especifica el nombre, la edad, domicilio y duración del viaje del
usuario, como así la fecha de emisión del instrumento, plazo y el nombre de
la agencia de turismo o entidad emisora.
El contrato debe efectuarse con anterioridad al viaje y su vigencia comenzará
a partir de la hora cero de la fecha consignada en el mismo y se extenderá por
los días en él indicados en la medida que se encuentren efectivamente abonados.
IV.5 Caracteres
Es un contrato oneroso (art. 967, CCyCN) en tanto el viajero paga un
precio que puede ser único o periódico y la empresa le brinda un servicio de
cobertura en el exterior; aleatorio (art. 968, CCyCN), pues la prestación del
servicio se encuentra supeditada a la concreción de un suceso incierto; e in-
nominado (art. 970), dado que no existe una ley que lo regule especialmente.
Asimismo, resulta un contrato de consumo en virtud de que el viajero
(usuario, beneficiario, titular, consumidor) utiliza la prestación de servicio
brindada por la empresa de asistencia de viajes como destinatario final en el
marco de una relación jurídica que los vincula (arts. 1 y 3, LDC), por lo que
es aplicable el conjunto de normas que integran el bloque de los derechos de
los consumidores y usuarios (art. 42 CN, CCyCN, leyes 24.240 y 26.993,
entre otras). Ello independiente de que el viajero lo esté haciendo por razones
de negocios u otras que excluyan el mero placer personal.
Otra característica que presenta esta figura contractual, es que se celebra
mediante la adhesión del usuario a las cláusulas generales predispuestas por la
prestadora del servicio. Es decir, que el viajero solo puede limitarse a adherir,
sin participar en la redacción aceptando lo que unilateralmente la empresa de
asistencia al viajero le ofrece (art. 984, CCyCN), conduciendo a una situación
notoriamente desfavorable contra el consumidor a través de estipulaciones
prefijadas por la contraparte dominante que pueden resultar abusivas (arts.
988, 1117 y 1119, CCyCN, art. 37, LDC).
306
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
10
SANTISO, Javier, “La protección del usuario del servicio de asistencia en viaje o seguro de
viaje”, JA, 23/05/2018.
11
Ver páginas de internet ya citadas.
307
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
308
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
12
MOSSET ITURRASPE, Jorge, “La frustración del contrato: Noción. Semejanzas.”, Revista
de Derecho Privado y Comunitario N° 3, Runbizal – Culzoni, 2017, pág. 466. citando a Díez
– Picazo, L “Prefacio a Espert Sanz, La frustración del fin del contrato”.
13
RIVERA, Julio Cesar, “Los contratos frente a la pandemia”, Diario La Ley del 22/4/20, AR/
DOC/1102/2020.
14
CNCom, Sala B, “Di Giacomo, Juan Manuel y otro c/ Madero Tango S.A. s/ Ordinario”,
del 04/12/2018
309
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
ra bien, compartimos con Rivera que la causa que debe verse frustrada
es la objetiva. No debe atenderse a los intereses individuales extrajurí-
dicos;15
• El causante de la frustración debe ser un hecho: (i) ajeno a las partes,
(ii) que provoque una alteración extraordinaria de las condiciones ori-
ginales de contratación y (iii) que supere el riesgo (agregamos, razona-
ble) asumido por la parte afectada;
• En caso de que el hecho provoque una frustración temporal, para ser
operativo este instituto (y sin descartar que de no darse estas condi-
ciones podrían ser aplicables otros institutos) debe impedir el cumpli-
miento de una obligación de plazo esencial; y
• Que exista una comunicación (fehaciente) de la parte afectada a la otra
haciéndosele saber la declaración extintiva.
15
RIVERA, Julio Cesar, “Los contratos…”, op cit.
16
Debe considerarse que, en principio, en el escenario pandémico la aplicabilidad del instituto
de la frustración de la causa fin frente a un contrato de asistencia ya en curso no necesariamente
sería inaplicable ya que el viaje puede verse “suspendido” en la mitad del mismo. Sin embargo,
a los efectos de este trabajo sólo analizamos el instituto en su aplicación frente a un viaje aún
no iniciado.
310
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
bre lo indica, este contrato asiste al viajero, pero si no hay viajero, el negocio
carece de sentido.
Por su parte, el hecho que frustra la finalidad puede ser catalogado como
un hecho del príncipe (las medidas gubernamentales que impiden dejar el
país) o como un caso fortuito (la pandemia que generó las medidas protec-
toras ya mencionadas). En cualquier hipótesis, lo que es claro es que es una
situación ajena a las partes (ni la empresa ni el cliente pudieron influir en tales
hechos) y que no estaba prevista al momento de la contratación (el cliente no
hubiera contratado un seguro de viaje conociendo que no podía viajar porque
sería un actuar directamente contrario a sus intereses).
Finalmente, podría discutirse (en virtud de que la pandemia empezó unos
meses antes de llegar a nuestro país) si el riesgo asumido por el cliente al mo-
mento de contratar –aceptando que conocía la existencia de la pandemia ya
en otros países- importaba o no que ésta se podía extender a tal punto que
implique un cierre total de fronteras y prohibición de viajar. En dicho escena-
rio, la empresa podría argüir que tal era un riesgo que el cliente había asumido
y así rechazar este instituto. Pareciera un argumento un poco forzado ya que
las medidas tomadas en forma mundial fueron notoriamente dramáticas y sin
precedentes en nuestra historia reciente.
Por otro lado, y en el tema quizás más interesante, corresponde analizar
si la frustración de la finalidad (que se supone que es temporaria) afecta un
plazo esencial y, consecuentemente, hace operativo el instituto en estudio. Las
obligaciones de plazo esencial son aquellas que, de no cumplirse en el plazo
convenido, ya no satisfacen el interés del acreedor (el clásico ejemplo es el
servicio de comidas de un casamiento). Creemos que en este punto es donde
habrá que analizar caso por caso para entender la aplicación de esta figura. La
clave está en definir el concepto de plazo esencial y si el mismo se aplica desde
una faz objetiva o subjetiva. Entendemos que para que pueda hacerse efectiva
la alegación de que el plazo en cuestión era esencial, debe existir razonabilidad
y objetividad.
Resulta también fundamental (e íntimamente conectado con el punto an-
terior) el cumplimiento del requisito de comunicar a la otra parte la declara-
ción extintiva. Si bien la pandemia y sus consecuencias son de público cono-
cimiento y, consiguientemente, la empresa debe conocer que los viajes fueron
suspendidos, ésta no tiene porque saber las circunstancias particulares de cada
viajero que hacen que en cada caso particular la frustración haya afectado una
obligación de plazo esencial haciendo operativa la cláusula de resolución.
Desde tal perspectiva, el principio liminar de la buena fe en la ejecución de
los contratos (arts. 9 y 961, CCyCN) obliga a la parte afectada a comunicar su
decisión de resolver el contrato fundada en lo ya indicado en un plazo razona-
311
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
El código no brinda un plazo para efectuar la comunicación de resolución, pero creemos que,
por analogía con otros institutos (art. 1088, inc. c, CCyCN) y por lo que es usual ver en los
contratos, el plazo no debería exceder de 15 días corridos.
18
RIVERA, Julio Cesar, “Los contratos…”, op cit.
312
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
En este orden de ideas, si bien puede surgir en la mente del jurista que este
instituto será típicamente aplicable en un escenario de pandemia en favor del
cliente,19 creemos que lo que ocurrirá usualmente es que la empresa intentará
ampararse en esta figura para no cumplir algunas de las prestaciones.20
En tal sentido, las prestaciones mencionadas anteriormente podrían verse
limitadas por un escenario de caso fortuito o fuerza mayor como podría ser
la pandemia. Un ejemplo de ello es, si la empresa debía realizar traslados no
podrá hacerlos por razones ajenas a ella. Y así con otras prestaciones que pue-
dan verse impedidas (distinta es la solución con los reintegros de gastos y/o
erogaciones efectuadas por el cliente).
Cabe preguntarnos si como principio sería atendible que la empresa invo-
que este instituto frente a la pandemia y así evitar cumplir algunas prestacio-
nes. Como principio podemos decir que los requisitos se darían ya que:
i. La pandemia es un hecho objetivamente imprevisible e inevitable;
ii. Es ajena a ambas partes;
iii. Posterior al inicio del viaje (ya que, sino la discusión sería otra, como
ya hemos apuntado en los acápites anteriores); y
iv. Puede causar la imposibilidad definitiva de cumplir la prestación.
Agregamos además que, usualmente, los contratos eximen del caso for-
tuito o fuerza mayor a la empresa (no dándose entonces el supuesto del art.
1733, inc. a, CCyCN) y que no puede culparse a la empresa por la pandemia
(descartando entonces también el art. 1733, inc. d, CCyCN). Descartamos
también que exista alguna disposición legal que las obligue a asumir esta clase
de casos fortuitos, salvo lo que diremos sobre el derecho de consumidor más
adelante y, asimismo, que una pandemia de la naturaleza de la que estamos
viviendo se encuentre dentro del riesgo propio de la actividad.
19
En rigor de verdad este instituto no tiene mucha utilidad para el cliente ya que la prestación a
su cargo es el pago del precio que, como principio, no tiene relación con el caso fortuito o fuerza
mayor. Si en cambio con otros institutos como veremos seguidamente.
20
En un reciente caso la Cámara Comercial se encontró con un supuesto de ese tipo. Ver
CNCom., Sala A, “Fagiano, Mariel Nélida y otro c/ Assist Card Argentina SA de Servicios s/
ordinario”, del 10/09/2019.
313
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
314
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
21
MOSSET ITURRASPE, Jorge, op cit.
315
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
22
CARAMELO, Gustavo, HERRERA, Marisa, PICASSO, Sebastián, “Código Civil y Co-
mercial de la Nación”, t. III, Infojus, 2015, pág. 487.
316
Defensa del consumidor vs. políticas de
cancelación de las empresas de transporte
aéreo
1
Abogado. Doctorando en la UCA. Docente y coordinador en el Posgrado de Defensa del
Consumidor de la UCA. y del seminario de Defensa del Consumidor en FUNDESI. Docente
del Curso de Litigación Oral en FUNDESI. Director y profesor de técnicas alternativas y esen-
ciales para los procesos por audiencias en “Abogados Al Teatro”.
317
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
2
Fuente: Estudio Anual de Comercio Electrónico 2019, publicado por la CACE -Cámara
Argentina del Comercio Electrónico- en marzo de 2020. www.cace.org.ar
318
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Establecer a la ley 24.240 como supletoria a las normas del Derecho Ae-
ronáutico -a primera vista- parece ir a contramano de todo el sistema legal
para la defensa del consumidor. Entonces, es oportuno preguntarse: ¿por qué
esto es así?; ¿cuál es el origen de este inédito privilegio?; y, por último, ¿qué
alcance tiene actualmente esta norma, insertada en todo el sistema legal para
la defensa del consumidor?
Posiblemente una de las cosas más tediosas que pueden suceder al leer un
tema de estas características sea encontrarse con un resumen histórico sobre la
cuestión. No obstante, consideramos que ello es necesario – y de suma utili-
dad - para poner a la vista la ilegitimidad de la situación ya planteada.
Como punto de partida, examinaremos los antecedentes legislativos de la
ley 24.240, específicamente lo relacionado con el art. 63, para establecer la vo-
luntad del legislador. Así, el 23 de junio de 1993 durante sesión de la Cámara
de Diputados de la Nación, el diputado Parente (U.C.R. - Entre Ríos) realizó
varias observaciones al proyecto de Ley de Defensa del Consumidor-casi ar-
tículo por artículo, producto de las reuniones de comisión- e indicó -sin fun-
damentos- que debía agregarse un artículo con el texto que hoy se encuentra
en el art. 63.3
Así, transcurrió el camino legislativo en la Cámara de Diputados sin que
se expresara alguna razón -o se produjera algún debate- para esta atípica “ex-
clusión”. De este modo, el proyecto de ley es aprobado y se convierte en la ley
24.240 de Defensa del Consumidor, incorporando el citado texto en el art. 63
el que se encuentra vigente al día de hoy.
Al poco tiempo de la entrada en vigencia de la ansiada -y tan necesaria ley-
los legisladores advirtieron el error, el “sinsentido” de esta exclusión y omisión
de otras cuestiones que no habían tenido en cuenta. En el año 2008, se presentó
el proyecto de reforma de la ley, donde además se incorporaron importantísi-
mos derechos (vgr. trato digno, daño punitivo, entre otros) que verdaderamente
terminaron de dar forma a la tutela de los consumidores. En nuestra opinión, la
reforma del 2008 es más importante para los consumidores que la propia san-
ción de la ley original. Sin perjuicio, no podemos dejar de señalar que, el gran
logro de la primera es haber instalado en nuestra sociedad un cuerpo normativo
de tutela a los consumidores, lo que es claro motivo de celebración.
En ese proyecto de reforma se propusieron 34 modificaciones a los fines
de conseguir una tutela más eficiente y eficaz para los consumidores. El 1 de
3
Fuente: Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, 23/06/93, pág. 1556
319
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
4
Fuente: Diario de Sesiones de la Cámara de Diputados, 01/09/08, pág. 103
5
Fuente: Diario de Sesiones de la Cámara de Senadores,19/12/07, pág.44
6
B.O Nº 31378 07-04-08, pág. 5.
320
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
tución Nacional se observa el art. 32, que derogaba al art. 63 de la ley 24.2407.
Para hacerlo, expresa argumentos “en defensa” del art. 63 de la 24.240 los que
examinaremos a continuación.
Para fundar tal decisión se sostuvo que:
a) Las normas de defensa del consumidor tienen como finalidad actuar
como corrector en los contratos de oferta masiva.
Consideramos que es un error señalar que las normas de consumidor tie-
nen como finalidad actuar como corrector de las contrataciones de oferta ma-
siva, de forma complementaria de las normas vigentes. La finalidad de las
normas es regular la relación entre los consumidores y proveedores de bienes
y servicios protegiendo al primero de prácticas o conductas dañosas por parte
del segundo.
Es inexplicable de donde surge que las contrataciones que no son de ofertas
masivas están excluidas de la Ley de Defensa del Consumidor. Es destacable
que -según este decreto- el transporte aéreo no sería un servicio de oferta ma-
siva y ello motiva la excepción. Nos preguntamos: ¿el transporte aéreo no es
un servicio de oferta masiva?; ¿y el transporte marítimo -que no goza de este
privilegio- lo es? Las respuestas en realidad no importan, pues en la ley 24.240
están comprendidas todas las relaciones de consumo, provengan de ofertas
masivas o no.
b) Las normas de defensa del consumidor no son de fondo ni sustitutivas
de normas vigentes, sino que son complementarias de estas.
Otro fundamento que encontramos equivocado -aunque parte de la doc-
trina (la más antigua) lo sostenga- es que el sistema legal de defensa del con-
sumidor es un microsistema -sumergido en el ámbito civil- complementario a
cualquier otra cosa que se le oponga. Las normas de protección al consumidor,
son un sistema en sí mismo transversal a las normas vigentes, donde tendrá
preeminencia en su aplicación. Así lo determina el rango constitucional de la
protección del consumidor, el art. 3 de la ley 24.2408 y, en la actualidad, el
CCyCN.9
7
El derecho a veto presidencial surge de la Constitución Nacional -art. 80 y 83- expresado
como “desechar” u “observar”.
8
Art. 3º Ley 24.240, Interpretación. “…Las disposiciones de esta ley se integran con las normas
generales y especiales aplicables a las relaciones de consumo, en particular la Ley 25.156 de Defensa
de la Competencia y la Ley 22.802 de Lealtad Comercial. En caso de duda sobre la interpretación de
los principios que establece esta ley prevalecerá la más favorable al consumidor”.
9
Art. 1094 CCyCN Interpretación y prelación normativa. “Las normas que regulan las relaciones de
consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y
el de acceso al consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación de este Código o las leyes
especiales, prevalece la más favorable al consumidor.”
321
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
c) Las normas de defensa del consumidor tienen como objeto actuar como
efectivo control de cláusulas contractuales predispuestas en los contratos de
adhesión cuando el Estado Nacional no interviene mediante un control gené-
rico de la actividad por medio de una autoridad de aplicación específica, tal
como la actividad aerocomercial.
Se sostiene, inexplicablemente, que en el caso del servicio de transporte
aerocomercial el Estado Nacional controla la actividad y en ello justifica ex-
cluirlo de la ley 24.240. Ello carece de sustento jurídico, teniendo en cuenta
que la misma ley contiene un capítulo titulado “Usuarios de Servicios Públi-
cos Domiciliarios” en donde específicamente se regula la relación entre los
consumidores y estos servicios, todos ellos controlados por el Estado Nacio-
nal. Incluso hay servicios que no fueron declarados como públicos y son es-
pecíficamente regulados y controlados por la autoridad administrativa. Valen
como ejemplo de servicios regulados por el Estado Nacional: los bancarios,
energía eléctrica, gas, agua, telecomunicaciones, transporte público terrestre,
seguros, medicina privada, entre otros, y no cuentan con el privilegio de estar
“por fuera” de la Ley de Defensa del Consumidor. Algo similar ocurre con la
normativa internacional que también existe en otros servicios que no fueron
beneficiados como el caso en estudio.
Sobre el punto Fernando Shina sostiene que “Casi todos los servicios masivos
que utilizamos tienen la característica en común de una regulación legal específica
(las telecomunicaciones, las medicinas prepagas, la actividad financiera, el trans-
porte, etc.); y en algunos casos, están controlados por una autoridad de aplicación
oficial (p.ej la Superintendencia de Seguros de la Nación). En los hechos esto no
determina que muchas leyes o regulaciones entren en colisión aparente con la ley
24.240. Lo mismo ocurre con las competencias concurrentes de las autoridades que
controlan las diversas actividades (p.ej la Comisión Nacional de Comunicaciones
y la Superintendencia de Seguros de la Nación). En nuestra opinión, ese concurso
de leyes no es excluyente entre sí; por el contrario, esas normas se integran como
alternativas que se ofrecen al consumidor. Pero, debe quedar en claro que, en caso
de colisión verdadera la preeminencia le corresponde a la ley 24.240.”10
d) Los derechos de los usuarios del transporte aéreo están regulados por la
resolución 1532/98 del ex Ministerio de Economía, Obras y Servicios Públi-
cos que se titula “Condiciones Generales del Contrato de Transporte Aéreo”.
Se apunta una regulación administrativa, como si ello estuviera por encima
de ley y de esa forma justificar la “eximición”. Esto también es un “sin senti-
do”, pues también otros organismos administrativos han regulado la relación
10
SHINA, Fernando E. “Sistema Legal para la Defensa del Consumidor”, Astrea, 2016,
pág. 21/22.
322
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
323
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
11
Art. 16 C.N: “La Nación Argentina no admite prerrogativas de sangre ni de nacimiento; no
hay en ella fueros personales ni títulos de nobleza. Todos sus habitantes son iguales ante la ley, y
admisibles en los empleos sin otra condición que la idoneidad. La igualdad es la base del impuesto y
de las cargas públicas.”
12
El mayor desequilibrio existente entre los consumidores y proveedores de servicios finan-
cieros -tanto bancarios como extra bancarios- ha sido tratado con mayor detalle en BRUSA,
Juan Agustín, “El Consumidor Financiero: Víctima de Cláusulas y Prácticas Abusivas”, elDial
DC250F, publicado el: 04/05/2018.
13
Sobre la mayor vulnerabilidad del consumidor de bienes y servicios en el comercio electróni-
co, recomendamos la lectura de BRUSA, Juan Agustín, “E Consumers Argentinos ¿Cuáles Son
Sus Derechos?”, DPI Diario Consumidores y Usuarios Nro. 122 del 27.06.2017
324
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
usuario, y frente a otros proveedores de bienes y servicios, a los cuales si les resulta
aplicable de modo directo la Ley de Defensa del Consumidor.”14
También compartimos la opinión de Karina Barreiro cuando explica que;
“Debemos reconocer también, que dentro de las actividades normadas por leyes
“especiales”, el transporte aéreo -aun por sobre el marítimo- ha contado con una
posición de privilegio otorgada por la propia norma del art. 63 LDC, que le brin-
dó una excepción parcial sobre la aplicabilidad de la ley consumerista.”15
De esto modo, podemos concluir que la excepción prevista en el art. 63
de la ley 24.240 -y sostenida por el decreto ut supra examinado- no solo es
inconstitucional, sino que además no resiste un control de convencionalidad.
Por estas razones podemos sostener que así es como se construyó este verdade-
ro y literal privilegio inmerecido en favor de las empresas de transporte aéreo.16
14
LOWENROSEN, Flavio I. “Derecho del Consumidor, Teoría y Práctica” Buenos Aires, Edi-
ciones Jurídicas, 2008, t. 1, pág. 229 y “Comentario al Decreto Nro. 565/2008. Veto al artículo
32do. de la Ley 26.361, y promulgación parcial de esa Ley”, elDial.com DCE40 publicado
el 6/06/2008. En dichas obras Lowenrosen realiza un exhaustivo y detallado examen sobre el
decreto nro. 565/2008, probablemente uno de los pocos en nuestra doctrina.
15
BARREIRO, Karina, “Los derechos de los pasajeros y la necesidad de reforma del Código
Aeronáutico”, publicado en La Ley con fecha 20/02/2018 -AR/DOC/246/2018.
16
Según la Real Academia Española: “privilegio: Del lat. Privilegium. 1.m. Exención de una
obligación o ventaja exclusiva o especial que goza alguien por concesión de un superior o por
determinada circunstancia propia. 2.m. Documento en que consta la concesión de un privilegio.”
325
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
hacía efectivo el privilegio del que venimos hablando y esto era lo que permitía
que “alegremente” las aerolíneas dijeran -en todas las instancias que fueran ne-
cesarias- que ellas no estaban alcanzadas por las normas del sistema legal para
la defensa del consumidor.
En 2015 se sancionó el CCyCN y se reivindicó esa olvidada premisa con
un artículo más sólido: el 1094 que establece: Interpretación y prelación nor-
mativa. “Las normas que regulan las relaciones de consumo deben ser aplicadas e
interpretadas conforme con el principio de protección del consumidor y el de acceso
al consumo sustentable. En caso de duda de interpretación de este Código o las leyes
especiales prevalece la más favorable al consumidor”.
En esta nueva versión se enfatiza la prelación normativa que tienen las
normas del sistema legal para la defensa del consumidor frente a otras, como
por ejemplo las normas especiales y que, ante la duda, se aplicaran las normas
de las relaciones de consumo.
En el artículo siguiente se sostiene el mismo criterio, pero en relación a la
interpretación a los contratos de consumo: art. 1095 Interpretación del contrato
de consumo. “El contrato se interpreta en el sentido más favorable para el consu-
midor. Cuando existan duda sobre los alcances de su obligación, se adopta la que
sea menos gravosa.”
En definitiva, a la luz de lo establecido por el art. 1094 CCyCN, no es
posible aplicar ningún ordenamiento especial por sobre los derechos de los
consumidores salvo que estos sean más beneficiosos que el propio sistema legal
para la defensa del consumidor.
Es decir, que para el caso del art. 63, se podrá aplicar el Derecho Aeronáu-
tico en tanto y en cuanto sea más beneficioso que las normas de protección al
consumidor y, caso contrario, deberá estarse a lo dispuesto en el sistema legal
para la defensa del consumidor, exactamente igual que el resto de los provee-
dores. Con palabras de Waldo Sobrino “Justamente, esto es la aplicación de un
sistema legal autónomo y autorreferente”17.
Para aquellos que continúen sosteniendo que la norma especial modifica
la normal general, cabe señalar que dicho principio no aplica para normas de
protección al consumidor dado su carácter de orden público y por lo estable-
cido -antes- por el art. 3 de la ley 24.240 y -ahora- por el art. 1094 CCyCN
que fue reforzado y pacientemente explicado en los fundamentos del Título
III “Contratos de Consumo” del citado código.
Allí se estableció que “Hoy existen normas especiales sobre contratos finan-
cieros, bancarios, medicina privada, publicidad y muchas otras que hacen muy
difícil e inconveniente una sola regulación. Por estas razones se propone incluir
17
SOBRINO, Waldo “Consumidores de Seguros” Buenos Aires, La Ley, 2009, pág. 137.
326
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
18
En este sentido ver el acertado examen que se realiza en considerando 5 del fallo “SITTNER,
NELIDA ELIDA c/ LA MERIDIONAL COMPAÑIA ARGENTINA DE SEGUROS S.A. s/
ORDINARIO” EXPEDIENTE CIV N° 15767/2018, de la Cámara Nacional de Apelaciones
en lo Comercial, sala F del 5 de marzo de 2020.
327
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
19
BRUSA, Juan Agustín, “E-Consumers Argentinos: ¿Cuáles son sus Derechos?”, Diario Con-
sumidores y Usuarios -DPI- Nro. 122 del 27-06-2017.
20
Art. 1104 del CCyCN Contratos celebrados fuera de los establecimientos comerciales. “Está
328
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
329
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Cuando la norma -art. 1110, CCyCN- indica que este derecho debe ser
informado debidamente significa que debe ser informado como se establece
en el art. 1111, la Res 908/98 art. 4 de la Secretaría de Comercio y en la Res.
104/2005 Secretaría de Coordinación Técnica en su art. 2 inc. d, es decir por
escrito con letra negrita del doble de tamaño que la utilizada en el documento
e inmediatamente anterior a la firma del consumidor, en este caso, en el vou-
cher del pasaje adquirido.
Así, el lector se dará cuenta que la revocación de la compra de pasajes aé-
reos estará disponible para los consumidores en prácticamente todos los casos
sin importar el tiempo transcurrido desde la compra del pasaje.
La revocación deberá ser notificada al proveedor de forma escrita, por me-
dio electrónico o bien con la devolución de la cosa y en caso de que esta pro-
duzca gastos serán a cargo del proveedor. Este derecho y sus excepciones están
consagrados en los arts. 1110 a 1116 del CCyCN. y en el art. 34 LDC.
La simple invocación del art. 63 de la ley 24.240 no exime a las empre-
sas aquí indicadas de las responsabilidades y deberes que tienen frente a los
consumidores en el marco del sistema legal para la defensa del consumidor,
tampoco surge de las normas dictadas como consecuencia de la pandemia, que
los proveedores estén eximidos de responsabilidad ante los consumidores, ni
que estos deban soportar económicamente las consecuencias de la pandemia.22
Sentado ello, nos queda examinar cuales son las consecuencias legales que
conlleva el incumplimiento de no aceptar la revocación manifestada por el
consumidor ante las aerolíneas y/o las plataformas electrónicas de venta de
pasajes aéreos.
Para el caso de las plataformas electrónicas vendedoras de pasajes -agencias
de viaje-, rige en su totalidad lo dispuesto en el sistema legal para la defensa
del consumidor y deben responder ante estos reclamos dado que son solida-
riamente responsables ante los consumidores.23 Por ello no es admisible -ni
22
Es el conjunto de normas que establecen los derechos de los consumidores y permiten ejercer
su defensa, que van desde la Constitución Nacional en su art. 42, hasta las normas administrati-
vas dictadas, en este sentido, por los entes reguladores, pasando por el Código Civil y Comercial
entre otras normas. Tema explicado en detalle por SHINA, Fernando E., “Sistema Legal Para la
Defensa del Consumidor”, Astrea, 2016.
23
art.40 de la ley 24.240 “Si el daño al consumidor resulta del vicio o riesgo de la cosa o de
la prestación de servicio, responderán el productor, el fabricante, el importador, el distribuidor, el
330
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
legal- que intenten derivar al consumidor para que realice su reclamo ante
la aerolínea, máxime cuando el deber de información recae sobre estas, pues
son las que informan previo a la contratación y son las que envían el voucher
-pasaje- al consumidor.24
En este supuesto, la primera violación será la de no cumplir con el deber
de informar debidamente el derecho en trato, es decir, hay una violación al
deber de informar a los consumidores, agravado por tratarse de un deber de
información específico (análogo al previsto en el art. 36 de la Ley de Defensa
del Consumidor para los productos financieros).
Si ante la petición, alguna de las proveedoras desconoce dicho derecho o
bien no responde a la sanción del art. 1111 “in fine” del CCyCN, esto es, la no
caducidad del derecho a revocar para el consumidor -ante el incumplimiento
de informar debidamente- señalado en el párrafo precedente, esta “negación”
de su derecho o incluso de su carácter de consumidor, será la segunda viola-
ción y encuadrará plenamente en una violación al deber de dar trato digno a
los consumidores.25
Negar el carácter de consumidor de sus clientes es un muy grave incumpli-
miento al deber de información -uno de los pilares de la tutela consumeril- y
se pone en jaque la dignidad de la persona.
Tales circunstancias instalan la pertinencia de juzgar la conducta de las
proveedoras en los términos del art. 1725 del CCyCN, toda vez que conocen
perfectamente -o debieran conocer- su responsabilidad ante los consumido-
res.26 Pese a ello, aprovechando la ignorancia de estos en el complejo laberinto
reseñado en este trabajo les niegan sus derechos, lo que con meridiana claridad
podrá encuadrarse en la figura del “dolo” indicada en el último párrafo del art.
proveedor, el vendedor y quien haya puesto su marca a la cosa o servicio. El transportista responderá
por los daños ocasionados a la cosa con motivo o en ocasión del servicio.”
24
Por ejemplo, en el fallo “Marta, Roberto G y otro c/ Longueira & Longueira S.A. s/Ordi-
nario” de la Cámara Nacional en lo Comercial, Sala F, del 4/06/2015 se hizo responsable a la
agencia de viajes, vendedora de los pasajes aéreos.
25
Sugerimos la lectura del artículo de BRUSA, Juan Agustín, “Trato digno del consumidor.
Alcances. Aspectos Prácticos. Reflexiones sobre su uso en la jurisprudencia”, elDial DC2754 del
5 de marzo de 2019, donde se hace un examen jurisprudencial en el que se consideró la lesión
al trato digno del consumidor -como consecuencia de un reclamo relacionado con el bien o
servicio- al momento de aplicar una sanción de daño punitivo.
26
El art. 1725 CCyCN establece que Valoración de la conducta. “Cuanto mayor sea el deber de
obrar con prudencia y pleno conocimiento de las cosas, mayor es la diligencia exigible al agente y la
valoración de la previsibilidad de las consecuencias...”
331
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
27
El art. 1724 CCyCN en su última parte establece que “...El dolo se configura por la producción
de un daño de manera intencional o con manifiesta indiferencia por los intereses ajenos.”
28
Fallos de la Cámara Nacional en lo Comercial, Sala B, donde se llevó a cabo la valoración
de la conducta señalada: “Minniti, Oscar V. c/ Thriocar S.A., del 15/10/1999; “Grismondi,
Adriana y otro c/ Ascot Viajes S.A. del 17/12/99 y Montini Federico S y otro c/ Iberia Líneas
Aéreas S.A. y otro s/Ordinario del 12/06/18.
29
Recomendamos la lectura del trabajo de BRUSA, Juan Agustín, “El daño punitivo diez
años después: señales de un futuro mejor y la posibilidad de su aplicación de oficio”, elDial
DC258A, 8/03/2018 en donde se formula un detallado examen del instituto, de la jurispru-
dencia que lo ha receptado positivamente y de pautas para una petición exitosa.
332
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
sumidor tiene “...Prioridad frente a las Leyes Especiales que regulan la actividad
del proveedor”, enseñando que “el legislador soluciona un problema que no es de
interpretación, sino de jerarquía de normas...haciendo expresa mención a las leyes
referidas a la actividad bancaria, de seguros...”
“Como se ve, y por aplicación de jerarquía de normas, cabe conferir preemi-
nencia a la normativa consumerista constitucional, por sobre cualquier otra ley
general o especial.”
Otra jurisprudencia con igual criterio reseñada por el tribunal: a) “Nuñez,
Fabián c. Triunfo Coop. de Seguros Ltda. p/D. y P.” Cámara Primera de Ape-
laciones en lo Civil, Comercial, Minas, de Paz y Tributario de Mendoza, del
10/05/2018; y b) “Vega, Adriana L.M. y otro c. Antártida Compañía Argen-
tina de Seguros s/ daños y perj. incump. Contractual”, Cámara de Apelación
en lo Civil y Comercial Sala I del Departamento Judicial de Mercedes, Pcia.
de Buenos Aires, del 5/12/2019.
Otro caso que entendemos importante es el fallo “Di Tella c Latam”.30
El camino por el cual se alcanza el resultado no es del todo feliz, pues siendo
una sentencia de abril de 2019, ya debiera haber incorporado las nociones del
CyCN, y no obstante “volvió” a la ley 24.240 por no encontrar solución en las
normas del Derecho Aeronáutico. Así y todo, el resultado es favorable, pues
se hace lugar a la demanda con daño moral y una sanción de daño punitivo.
Brevemente, el caso trata de un matrimonio que planificó para su luna de
miel un viaje con trayectos aéreos desde la provincia de Córdoba -lugar donde
viven los actores- a Buenos Aires, para abordar en el aeropuerto de Ezeiza un vue-
lo hacia los Estados Unidos. El vuelvo que los llevaba a Buenos Aires se canceló
sobre la hora y los actores tuvieron que retornar a su domicilio y utilizar su vehí-
culo automotor para llegar hasta el aeropuerto porteño, en donde además iban
a tener que depositar el auto durante toda la estadía, naturalmente con cargo.
Afortunadamente, los actores habían calculado generosos márgenes de tiempo
ya que de otro modo no hubieran llegado a tiempo y el daño hubiera sido mayor.
Reclamaron los gastos del viaje por tierra, más daño moral y daño puniti-
vo. Se hizo lugar en primera instancia y se confirmó la sentencia en segunda.
El juez de primera instancia consideró que frente al reclamo de una in-
demnización por daños punitivos no basta un simple incumplimiento legal o
contractual y sostiene que proceden en supuestos de gravedad, calificados por
el dolo o culpa grave del proveedor o, en casos excepcionales, por un abuso
de posición de poder, cuando quede evidenciado un grave menosprecio por
derechos individuales o de incidencia colectiva.
30
Cámara Apelaciones 7ma Civil y Comercial de la Pcia de Córdoba, “Di Tella B.M c Latam
Airlines Group S.A y/o Lan Airlines S.A s/ abreviado”, del 22/04/2019.
333
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
31
Por citar algunos artículos complementarios: SOLIGNAC, Nidia, “Contrato de Transporte
Aéreo de Pasajeros. Aplicabilidad normativa del Consumidor”, elDial DC2953 del 12/04/19
y LOWENROSEN, Flavio, “El Derecho a la Información del Pasajero del Transporte Aeroco-
mercial”, elDial DC14AA, del 11/05/2010.
334
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
335
El consumo y la publicidad en los tiempos
del Covid-19 1
“Los seres humanos no nacen para siempre el día en que sus madres los alumbran,
sino que la vida los obliga otra vez y muchas veces a parirse a sí mismos”
“El amor en los tiempos del cólera”
Gabriel García Márquez
I. Introducción
Y sí, todo cambió. Nuestras vidas cambiaron, no volverán a ser como eran
antes… El “coronavirus”, la “Covid-19”, el “SARS-Cov2”, irrumpieron vio-
lentamente en nuestro mundo y, además de traernos una pandemia, convir-
tieron nuestras vidas en un pandemónium porque al principio era todo ruido
y confusión. Luego llegó la cuarentena, formalmente el “aislamiento social,
preventivo y obligatorio” dispuesto por el DNU 297/2020 y prorrogado por
sucesivos decretos, que aún rige nuestras vidas.3
1
La mención de marcas comerciales que se realiza en el presente trabajo tiene el simple objetivo
de ejemplificar sin ningún propósito publicitario ni tampoco para beneficiar y/o perjudicarlas a
ellas, al producto, a la agencia de publicidad y/o a los anunciantes involucrados.
2
Abogada. Profesora Adjunta Regular de Derecho Comercial, Facultad de Derecho (UBA), a
cargo de los cursos “La Publicidad y el Consumidor” y “Consumidor Financiero”. Posgrado en
Mercado de Capitales (EABA-Fundación Banco de Boston). Posgrado en Derecho Comparado
Argentina-Italia (Università di Bari-UADE). Posgrado “I Programa de Formación de Forma-
dores en Responsabilidad Social Empresaria (RSE)” organizado por REDUNIRSE, PNUD,
la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo (AECID) y el Fondo
Fiduciario España-PNUD. Autora de publicaciones sobre Derecho del Consumo.
3
Este decreto, de fecha 19.3.2020, comenzó a regir el 20.3.2020. En esencia, este DNU dispu-
337
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
338
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
4
SCHIAVI, María Virginia, “El poder del consumidor”, Suplemento Actualidad, Diario La
Ley, 9/2/2006, pág. 1. Aquí desarrollamos el concepto de la libertad de elección que consagra
la Constitución Nacional y lo interpretamos como el verdadero poder que tiene el consumidor
para ejercer en el mercado.
5
Una necesidad es una carencia, algo que nos falta (esencial o superfluo) que nos produce una
tensión, esa molestia es el “combustible” que nos pondrá en funcionamiento para obtener aque-
llo que necesitamos y apaciguar esa intranquilidad. Si solucionamos la carencia, recuperamos el
equilibrio y eliminamos la tensión; y esa solución se logra –generalmente- a través de un acto de
consumo. En resumen, con la aparición de una necesidad se genera una decisión de consumo.
Diariamente tenemos que satisfacer múltiples necesidades, por lo tanto por cada una de ellas
realizamos un proceso de decisión de consumo que será de mayor o menor complejidad, que to-
mará más o menos tiempo y energía, según la envergadura del producto/servicio del que se trate.
339
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
6
ALONSO RIVAS, Javier, “Comportamiento del Consumidor”, ESIC Editorial, 1997, págs.
72 y ss. Es muy interesante el análisis que realiza este catedrático español, no solo sobre la teoría
de Maslow sino también el estudio sobre las necesidades del consumidor y los mecanismos de
defensa que éste naturalmente puede oponer para disminuir sus niveles de frustración ante la
imposibilidad de satisfacer todas las necesidades que tiene.
340
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
es -al decir de Maslow- “llegar a ser todo lo que somos capaces de llegar
a ser”. En otras palabras, aquel que ya tiene todo lo anterior puede
procurar maximizar su potencial.
7
MEGÍA, Carlos, “Por qué Winston Churchill convirtió el pintalabios en un producto de
primera necesidad en tiempos de guerra”, diario El País, España, 11/4/2020. La satisfacción
de las necesidades que nos otorgan mero placer, como puede ser el estético, no debe ser
menospreciada. Esta reciente nota explica por qué el genial Winston Churchill entendió que
el lápiz de labios no debía dejar de fabricarse durante la Segunda Guerra Mundial: usarlo hacía
341
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
sentir a las mujeres fuertes, seguras y atractivas, sentimientos que eran apreciados en épocas
de crisis, y aunque pareciera una frivolidad les daba a las mujeres un sentido de normalidad
entre tanto sufrimiento. Y si alguien duda del poder de un lápiz de labios los invitamos a leer
la nota hasta el final para ver qué ocurrió cuando la Cruz Roja llegó al campo de concentración
de Bergen-Belsen para su liberación. Disponible en https://smoda.elpais.com/belleza/winston-
churchill-pintalabios-producto-tiempos-guerra/#?sma=newsletter_smoda20200416
8
CAME, “Ventas minoristas Pymes resultados del mes de abril 2020” Comunicado 03/05/20;
www.redcame.org.ar
342
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Las cifras hablan por sí solas del derrumbe que significó para el mercado de
consumo minorista la imposición de la cuarentena.
Ante lo limitado y exiguo del comercio presencial autorizado por el DNU
297/2020 (y sus sucesivas prórrogas) inmediatamente se fortalecieron otras
modalidades de comercialización, porque tanto de los comerciantes que vie-
ron cerrados sus locales como los consumidores que estaban limitados en su
consumo precisaban vías alternativas para superar el confinamiento.
Así fue como creció el consumo on-line y también la venta telefónica.9
Como vía de entrega la modalidad “delivery” se tornó más que habitual, ya
sea a través de las apps representadas por sus característicos repartidores en
moto o bicicleta portando los contenedores en sus espaldas (Pedidos Ya, Glo-
vo, Rappi), o bien por medio de los mensajeros provistos por los mismos
locales. Por su parte, los supermercados, además de recibir al público, también
continuaron sus ventas on-line y hubo tiendas, como Falabella, que nunca
interrumpieron su venta on-line aunque fueron adecuando las entregas según
los permisos que iban otorgando las autoridades. Otras marcas de indumenta-
ria y marroquinería continuaron con su venta on-line pero sin poder realizar
entregas, quedando postergadas para el momento en que quedaran autoriza-
das. También apareció el “take away”, que surgió como solución para los bares
y restaurantes a sabiendas que tendrán que esperar aún bastante tiempo para
poder funcionar normalmente con público dentro de sus locales.
Lo interesante de estos procesos de crisis graves, que producen movimien-
tos sísmicos potentes, es que provocan modificaciones en nuestras conduc-
tas, en nuestros comportamientos que, en un comienzo son forzados por la
imposición, pero luego se terminan incorporando a nuestra vida cotidiana.
Podemos recordar que así llegó a nuestras vidas la tarjeta de débito: la crisis
del 2001-2002 nos trajo el “corralito” y las críticas circunstancias del sistema
financiero/bancario nos derivó al uso acelerado de la tarjeta de débito, hasta
ese momento prácticamente ignorado por la mayoría de los clientes bancarios;
hoy casi veinte años después dicho instrumento está incorporado a la vida de
numerosas personas en sus transacciones diarias.
9
LECLERCQ, Giselle “El E-Commerce creció en cuatro semanas lo que estaba previsto para
cuatro años”, Revista Noticias, 9/5/2020, disponible en https://noticias.perfil.com/noticias/
informacion-general/el-e-commerce-creci-en-cuatro-semanas-lo-que-estaba-previsto-para-cua-
tro-a.phtml?_ga=2.126469198.270903683.1588973158-950445871.1587745557
343
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
10
GARCÍA, Leticia “Probadores restringidos, aforo limitado y desinfección de cada prenda:
así funcionan las tiendas de moda que han reabierto en el mundo” diario El País, España,
24/4/2020, disponible en https://smoda.elpais.com/moda/probadores-restringidos-aforo-li-
mitado-y-desinfeccion-de-cada-prenda-asi-funcionan-las-tiendas-de-moda-que-han-reabier-
to-en-el-mundo/#?sma=newsletter_smoda20200430
11
CAPITULO VII. DE LA VENTA DOMICILIARIA, POR CORRESPONDENCIA Y
OTRAS.
Art. 32. — Venta domiciliaria. “Es la oferta o propuesta de venta de un bien o prestación de un
servicio efectuada al consumidor fuera del establecimiento del proveedor. También se entenderá
comprendida dentro de la venta domiciliaria o directa aquella contratación que resulte de una
344
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
345
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
13
CATALANO, Sebastián “En medio de la pandemia, Mercado Libre presentó su balance y
el precio de su acción saltó un 20 por ciento”, Infobae Económico, 3/5/2020, disponible en
https://www.infobae.com/economia/2020/05/06/en-medio-de-la-pandemia-marcado-libre-
presento-su-balance-y-el-precio-de-su-accion-salto-un-20-por-ciento/
14
SAINZ, Alfredo y LAFUENTE, Esteban “Mercado Libre se mete de lleno en el negocio
de los supermercados en plena cuarentena”, La Nación, 8/5/2020, disponible en https://
www.lanacion.com.ar/economia/cuarentena-mercado-libre-se-mete-negocio-supermerca-
dos-nid2363076
15
Cám. Civ. y Com. Jujuy, Sala III, “F., P. A. c. Mercado Libre S.R.L. s/ acción emergen-
te de la ley del consumidor”, del 15/09/2016, publicado en APCOMJD 14/11/2016, AR/
JUR/67450/2016.
16
Cam. 4ta Civ. y Com. Córdoba, “Mercado Libre S.R.L. c/ Dirección de Defensa del Consu-
midor y Lealtad Comercial s/ rec. apel. c/decisiones autoridad adm. o pers. jurídica púb. no esta-
tal (civil)”, del 29/12/2016, publicado en LA LEY 08/03/2017, pág. 11, AR/JUR/97601/2016
346
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
17
ONDARCUHU, José Ignacio “Responsabilidad de los portales de mercado o empresas in-
termediarias en el comercio electrónico”, Thomson Reuters, AP/DOC/1024/2017.
18
MARTI GARRO, Lucila “Coronavirus. Los nuevos hábitos sociales y de compras que lle-
garon y que podrían quedarse”, diario La Nación, 10/5/2020, publicado en https://www.la-
nacion.com.ar/economia/los-nuevos-habitos-sociales-y-de-compras-que-llegaron-nid2363369
347
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
En tal sentido, las empresas deberán desplegar todas sus estrategias de mar-
keting para reconquistar a ese consumidor que está preocupado, desorientado,
angustiado y con miedo.
III. La publicidad
III.1 Concepto
Desde el punto de vista jurídico, en nuestro derecho no contamos con
una definición legal de publicidad, por lo tanto podemos delinear la siguiente
noción de publicidad: es una actividad comunicacional compleja, de índole
comercial, cuya meta es captar la atención del consumidor hacia determinados
bienes o servicios con el fin de celebrar contratos de consumo21, siendo un he-
cho jurídico relevante porque es vinculante22 para el anunciante dado que su
19
RODRÍGUEZ ARDURA, Inmaculada, “El marketing y el éxito en la empresa”, Pirámide,
1998, pág. 102.
20
APRILE, Orlando C., “La publicidad puesta al día”, La Crujía, 2012, pág. 18.
21
El art. 1093 CCyCN nos brinda el concepto: “Contrato de consumo es el celebrado entre
un consumidor o usuario final con una persona humana o jurídica que actúe profesional u
ocasionalmente o con una empresa productora de bienes o prestadora de servicios, pública o
privada, que tenga por objeto la adquisición, uso o goce de los bienes o servicios por parte de
los consumidores o usuarios, para su uso privado, familiar o social.”
22
El art. 8° de la Ley 24.240 establece: Efectos de la publicidad. “Las precisiones formuladas
348
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
contenido forma parte del eventual contrato que se celebre en virtud de ella.
En el ámbito del derecho comparado, merece destacarse la Directiva
2006/114/CE del Parlamento Europeo y del Consejo de la Unión Europea,
en cuyo art. 2° se define a la publicidad como “toda forma de comunicación
realizada en el marco de una actividad comercial, industrial, artesanal o liberal
con el fin de promover el suministro de bienes o la prestación de servicios,
incluidos los bienes inmuebles, los derechos y las obligaciones”.
349
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
Entre los posibles objetivos que puede cumplir una publicidad podemos
encontrar:
• Introducir un producto nuevo en el mercado.
• Dar a conocer una nueva variante de un producto (tamaño, sabor) ya
instalado.
• Sumar un público nuevo (target) al que ya consume el producto.
• Evitar que el consumidor olvide el producto.
• Dar a conocer alguna iniciativa institucional de la empresa.
• Posicionar o reposicionar a la marca.
• Conectar el producto con una festividad, evento o situación especial.
24
APRILE, Orlando C., “La publicidad estratégica”, Paidós, 2007, pág. 29 y ss.
350
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
25
Art. 42, CN: “Los consumidores y usuarios de bienes y servicios tienen derecho, en la rela-
ción de consumo, a la protección de su salud, seguridad e intereses económicos; a una informa-
ción adecuada y veraz; a la libertad de elección, y a condiciones de trato equitativo y digno...”.
Art. 4, LDC: “Información. El proveedor está obligado a suministrar al consumidor en forma
cierta, clara y detallada todo lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servi-
cios que provee, y las condiciones de su comercialización. La información debe ser siempre gra-
tuita para el consumidor y proporcionada en soporte físico, con claridad necesaria que permita
su comprensión. Solo se podrá suplantar la comunicación en soporte físico si el consumidor o
usuario optase de forma expresa por utilizar cualquier otro medio alternativo de comunicación
que el proveedor ponga a disposición.” Art. 1100, CCyCN: “Información. El proveedor está
obligado a suministrar información al consumidor en forma cierta y detallada, respecto de todo
lo relacionado con las características esenciales de los bienes y servicios que provee, las condicio-
nes de su comercialización y toda otra circunstancia relevante para el contrato. La información
debe ser siempre gratuita para el consumidor y proporcionada con la claridad necesaria que
permite su comprensión.”
26
La jurisprudencia así lo ha entendido: “La publicidad tiende a estimular, sugerir o persuadir,
a mostrar un producto o un servicio de la manera más persuasiva, poniendo de resalto sus
ventajas o bondades… La información, en cambio, está dirigida a racionalizar las opciones
del consumidor o usuario, y tiene por objetivo la transparencia, es decir, permitirle ilustrarse
para decidir con conocimiento acabado las cualidades y atributos de los servicios puestos a su
disposición.” Ver CNCiv.yCom. Fed., Sala 2, “Barion, Otto Werner c/ Cantalejos Hnos. S.R.L.
s/ Declar. inf. opos. al reg. de marca ‘San Alejo’”, del 7/5/1991.
27
La aclaración es a los efectos de distinguir los conceptos y no pretende restarle importancia
al deber de información, al que consideramos esencial, dado que es el instrumento que habilita
351
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
IV.1 La percepción
¿Cómo nos llega la publicidad? A través de los sentidos, percibiendo los
estímulos que los avisos publicitarios emiten.
Una conocida frase dice: “El marketing no es una batalla entre productos,
sino de percepciones”.29
352
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
30
También hay un umbral mínimo de percepción que es la cantidad mínima de estímulos que
podemos captar conscientemente, por debajo de ese nivel nos encontraríamos en una estimu-
lación subliminal que configura un tipo de publicidad prohibida: la publicidad subliminal.
31
LINDSTROM, Martin, “Compradicción: verdades y mentiras de por qué las personas com-
pran”, Grupo Editorial Norma, 2009, pág. 44 y ss.
353
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
32
Se sabe que el consumidor es el “débil” de la relación de la relación de consumo no por una
incapacidad propia sino por una desigualdad natural frente al proveedor que posee los conoci-
mientos específicos y profesionales respecto del objeto de la relación de consumo. Interesante es
el análisis que realiza sobre el tema TAMBUSSI, Carlos Eduardo, “El Consumo como Derecho
Humano”, Editorial Universidad, 2009, pág. 34 y ss.
33
La “relación de consumo” está mencionada en la Constitución Nacional (art. 42), en la Ley
de Defensa del Consumidor (art. 3) pero recién fue definida en el Código Civil y Comercial, en
su art. 1092: “Relación de consumo. Consumidor. Relación de consumo es el vínculo jurídico
entre un proveedor y un consumidor. Se considera consumidor a la persona humana o jurídica
que adquiere o utiliza, en forma gratuita u onerosa, bienes o servicios como destinatario final,
en beneficio propio o de su grupo familiar o social. Queda equiparado al consumidor quien, sin
ser parte de una relación de consumo como consecuencia o en ocasión de ella, adquiere o utiliza
bienes o servicios, en forma gratuita u onerosa, como destinatario final, en beneficio propio o
de su grupo familiar o social.”
34
Art. 1094. Interpretación y prelación normativa. “Las normas que regulan las relaciones de
consumo deben ser aplicadas e interpretadas conforme con el principio de protección del con-
sumidor y el de acceso al consumo sustentable. En caso de duda sobre la interpretación de este
Código o las leyes especiales, prevalece la más favorable al consumidor”.
Art. 1095. Interpretación del contrato de consumo. “El contrato se interpreta en el sentido
más favorable para el consumidor. Cuando existen dudas sobre los alcances de su obligación, se
adopta la que sea menos gravosa.”
354
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
35
RODRÍGUEZ ARDURA, Inmaculada, op cit, pág. 102.
36
O’BARR, William M., “The Interpretation of Advertisements.” Advertising & Society Re-
view, vol. 7 no. 3, 2006. Project MUSE, doi:10.1353/asr.2007.0010.
355
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
37
La ANMAT es la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Mé-
dica, organismo que controla no solo la producción y salida al mercado de tales productos sino
también la publicidad de estos, teniendo normativa sobre el particular.
38
La doctrina especializada así lo manifiesta. Ver CAPUCCI, Sebastián, “Publicidad Comer-
cial”, Nova Tesis Editorial Jurídica, 2009, pág. 104 y ss.; y APRILE, Orlando, BORRINI, Al-
berto, DASCHUTA, Miguel, MARTINEZ, Jorge, “La Publicidad cuenta su historia”, Editorial
La Crujía, 2009, p. 28 y ss.
39
A nivel internacional, en materia de autorregulación, uno de los principales ejemplos es el
Código Consolidado en materia de Publicidad y Marketing de la ICC (International Chamber
of Commerce) cuya primera versión data de 1937 y la última actualización se produjo en el
2018. Este cuerpo normativo establece estándares éticos y directrices para empresas a fin de
lograr prácticas responsables en materia de publicidad y de marketing teniendo como premisa
la protección del consumidor.
356
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
40
El Código de Ética del CONARP trata diversos temas: principios y valores que debe respetar
la publicidad, la defensa de la lealtad comercial, de la intimidad, de la veracidad, de la calidad
de vida y del medio ambiente; la publicidad comparativa, la testimonial, la que se dirige a los
niños, la que circula por los nuevos medios de comunicación, prohíbe la subliminal y establece
pautas de interpretación, entre otras cuestiones.
41
http://www.conarp.org.ar/docs/CONARP-PaperVeracidad-abr2017.pdf
42
CNCon.Adm. Fed., Sala II, “Sidus S.A. c. D.N.C.I. – Disp. 790/10 (expte. S01:281226/09)”
del 15/3/2012, publicado en AR/JUR/8290/2012.
357
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
43
Lo hace en idénticos términos del art. 9° de la Ley de Lealtad Comercial 22.802 al cual
sustituye.
44
CNCon.Adm. Fed., Sala IV, “Amerilab S.A. c. D.N.C.I. – Disp. 75/13 (Ex. S01:14.202/11)”
del 26/6/2014, publicado en elDial.com-AA89D2.
45
APRILE, Orlando, BORRINI, Alberto, DASCHUTA, Miguel, MARTINEZ, Jorge, op cit,
pág. 37; APRILE, Orlando C., “La Publicidad Estratégica”, Paidós, 2007, pág. 96. Un dato
curioso: en 1898 otro farmacéutico norteamericano desarrolla una mezcla para combatir la
dispepsia y nace Pepsi.
358
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
V. Apreciaciones finales
Luego de este análisis del consumo y la publicidad en los tiempos del Co-
vid-19 nos permitimos realizar algunas consideraciones.
El consumo, a nivel mundial y a nivel local, sufrirá transformaciones; lo
que no necesariamente significa que tendrá connotaciones negativas para los
consumidores, simplemente tendremos que re-aprender y re-adaptarnos a las
nuevas realidades que se nos presentarán. Los proveedores desarrollarán nue-
vas estrategias para reconquistar, mantener y captar a los clientes; y todo ello
en el marco de las normas sobre Derechos del Consumidor de nuestro or-
denamiento jurídico que, junto con la doctrina y la jurisprudencia, brindan
46
https://videos.marca.com/v/0_enuucuzr-crean-una-version-coronavirus-del-mitico-anun-
cio-de-coca-cola-para-todos-los-heroes?count=0, consultado el 17/05/2020.
359
Efectos del covid-19 sobre los contratos civiles y comerciales
47
https://anunciantes.org.ar/autorregulacion-publicitaria-clave-para-ganar-confianza/, del
1/12/2019
360
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