Antropología

Descargar como pdf o txt
Descargar como pdf o txt
Está en la página 1de 18

Apuntes de la asignatura Antropología social y forense, tema 2.1.

Grado en Criminología

Curso académico 2022/23

Tema 2.1.: evolución y teorías de la evolución.

La evolución es un fenómeno biológico que constatamos, por ejemplo, al observar el


crecimiento de una planta o el desarrollo ontogénico de un niño desde que nace hasta
que cumple los 20 años. Se trata de una realidad biológica constatable empíricamente, y
de la que no se puede dudar sino dogmática y falazmente.

La evolución biológica es un proceso de desarrollo, transformación y cambio. Sobre las


causas y el curso de este proceso de desarrollo caben varias explicaciones, de carácter
científico o no, que es lo que conocemos como teorías de la evolución.

En este tema vamos a comentar tres grupos de teorías evolucionistas o teorías


explicativas del proceso de evolución biológica (vegetal y animal): las teorías
predarwinianas, la teoría darwiniana (evolución por selección natural), y la teoría
neodarwiniana o sintética. El problema central de estas teorías es el siguiente: ¿cómo se
ha producido la diversidad biológica realmente existente?

Teorías predarwinianas: paradigma creacionista.

Durante muchos siglos, el paraguas o paradigma desde el que se explicaban la


diversidad de las especies animales y vegetales, así como el origen y desarrollo de la
especie humana en el planeta Tierra, fue el creacionismo, de raigambre teológica.

El pensamiento creacionista toma como idea básica para explicar los fenómenos
biológicos la evidencia de la existencia de Dios como causa de todo lo que existe, ha
existido y existirá en la Tierra. Desde este dogma de fe se irán proponiendo diversas
teorías sobre el origen, la evolución y la diversidad de las especies vivas. En el recorrido
que esbozamos a continuación podemos observar un progresivo deterioro o decaimiento
de los postulados dogmáticos (teológicos) como fundamento para la explicación
científica de los fenómenos biológicos. Dicho en otros términos, se traza una línea
desde la religión a la ciencia; desde Dios a Darwin.

a. Fijismo. En el origen de los tiempos (Génesis), Dios creó (durante siete días) todas
las especies vegetales y animales, incluido el ser humano. Las creó tal y como las
vemos a día de hoy, de modo que las especies vivas han permanecido (y permanecerán)
fijas e invariantes a lo largo del tiempo.

Más que ante una teoría evolutiva, estamos ante una teoría que niega la evolución: Dios
ha dispuesto a todos los jugadores en el tablero de la vida, de una vez y para siempre.
Desde entonces, nada ha cambiado y nada cambiará.

Que esta teoría, anti intuitiva y contraria a los hallazgos arqueológicos y biológicos que
ya comenzaban a registrarse desde el siglo XVII, se haya mantenido viva durante tantos
siglos, es debido a la autoridad divina que la respalda y explica: es por la gracia de Dios
que las especies llegaron así a la Tierra, como bien se refleja en el relato bíblico del
diluvio universal. De no ser por este argumento teológico y dogmático, el fijismo habría
sido desacreditado hace mucho tiempo por la variabilidad y las diferencias acumulativas
que a lo largo de las generaciones se pueden observar fácilmente.

b. Carlos Linneo (1707-1778). Linneo es reconocido como el creador de la taxonomía,


esto es, de los criterios para la clasificación de las diversas especies animales y
vegetales. En el año 1735 publicó el Sistema naturae, donde planteó la clasificación de
classes, ordines, genera, y species que todavía se emplean en biología y botánica a día
de hoy.

Sin embargo, Linneo todavía estaba sujeto al corsé creacionista, y aunque reconoció que
existía una evolución, la concibió como proceso interno a cada especie. Es decir, no
consideró ni la interacción con otras especies ni la interacción con el medio como
mecanismos condicionantes de los procesos evolutivos.

c. Catastrofismo. Teoría propuesta por el naturalista francés Georges Cuvier (1769-


1832), de acuerdo con la cual a lo largo de la historia de la Tierra han sucedido grandes
catástrofes que acabaron con la flora y la fauna existentes (con lo cual reconoce, contra
el fijismo, que en épocas pasadas han vivido seres vivos muy diferentes de los actuales),
y dieron lugar a la aparición de otras especies de animales y plantas.

Tanto Linneo como Cuvier representan el punto de inflexión que el fijismo padeció en
el siglo XVIII, con la proliferación de nuevos hallazgos arqueológicos. Adelantan una
nueva propuesta teórica a la que todavía le quedan algunos años de maduración, pero
sus postulados fijistas les impiden dar el paso que sí darán autores como los siguientes.

d. Transformismo. Teoría propuesta por Leclerc de Buffon o el conde de Buffon (1707-


1788), según la cual unas especies se transforman en otras desde un supuesto ancestro
común (Ensayo sobre la degeneración de los animales, 1776). Como podemos
comprobar, hay un gran avance en relación a las teorías anteriores. Esta es la razón de
que Darwin le cite en la obra de 1859 como uno de los grandes propulsores de la teoría
evolucionista por selección natural.

Sin embargo, Buffon no fue capaz de explicar cómo ni por qué se produce la
transformación de unas especies en otras.

e. Teoría del Gran Relojero. Esta teoría fue planteada por Erasmus Darwin (1731-1802),
el abuelo de Charles Darwin. A su juicio, la evolución (que no niega, contra el fijismo)
es un proceso dirigido hacia la perfección, y en el que reconocemos algunas obras
perfectas (como el ojo humano). Para que este proceso concluya hacia la perfección de
las especies ha debido ser programado por un Ser Perfecto que, como un gran relojero,
proyecte los cursos futuros de evolución desde el momento cero de la creación.

Ese Ser Perfecto es Dios, quien durante los siete primeros días de la creación diseñó los
cursos de evolución de todas las especies, de modo que ya no tiene necesidad de
intervenir de nuevo en la historia biológica del mundo. Esta teoría ha sido recuperada
actualmente por los defensores del «diseño inteligente», una suerte de síntesis entre
evidencias científicas y postulados religiosos que todavía tiene mucha vigencia en
Estados Unidos.

El abuelo de Darwin estuvo, como Linneo y Cuvier, entre las dos aguas del fijismo y
del evolucionismo, aunque su planteamiento estaba más cerca del creacionismo
cristiano.
f. Jean Batiste Pierre Antoine de Monet, caballero de Lamarck (1744-1829). A Lamarck
debemos la primera teoría de la evolución de las especies estrictamente científica y
purgada de fijismo. En Filosofía zoológica (1809) desarrolla un esquema evolutivo que
va de los organismos más simples, cuya aparición es debida a la generación espontánea,
a los más complejos.

La naturaleza se dirige hacia la perfección, como sostuvo el abuelo de Darwin, aunque


Lamarck admite la importancia de las exigencias del medio como condición de
posibilidad para las modificaciones que se producen en el organismo de las distintas
especies de seres vivos. A diferencia de Buffon, explicó cómo se produce la evolución y
por qué (aunque, según veremos, dicha explicación no es del todo convincente).

En la misma época en la que Cuvier interpretaba las diferencias entre los fósiles de
distintos estratos geológicos, Lamarck enfatizó las semejanzas, poniendo de manifiesto
que existe una continuidad, es decir, una gradación en la semejanza entre las especies
actuales y las de los fósiles recién encontrados. La falta de eslabones que completen la
gradación inter-especies no es un argumento a favor del fijismo, explica, sino lo que
debe investigarse y explicarse científicamente.

La teoría lamarckiana de la evolución, que en ocasiones se confunde con la darwiniana,


se puede explicar a través de cuatro ideas:

1. En el hábitat o medio ecológico donde vive una especie o una población se producen
cambios. Estos cambios modifican las necesidades biológicas de los individuos, o crean
necesidades nuevas.

2. Las nuevas necesidades adaptativas provocan modificaciones en el comportamiento y


las costumbres de los individuos.

3. Los cambios en las costumbres o el comportamiento producen cambios en la


anatomía y la fisiología de los organismos, es decir, la modificación de algunos
órganos, la atrofia de otros, y la creación de nuevos órganos. Explica esta idea con la
tesis de «la función crea el órgano».

4. Para que la evolución sea posible, las características anatómicas y fisiológicas


adquiridas durante la vida del individuo deben transmitirse a los descendientes,
fijándose como «caracteres adquiridos».
El proceso descrito anteriormente encuentra explicación en dos leyes, que son las dos
leyes que a juicio de Lamarck explican la evolución como resultado de la obligación de
adaptación al medio:

Primera ley: La función crea el órgano. El uso frecuente de un órgano lo fortifica poco a
poco mientras el desuso lo hace desaparecer:

«En todo animal que no ha traspasado el término de sus desarrollos, el uso frecuente y
sostenido de un órgano cualquiera lo fortifica poco a poco, dándole una potencia
proporcionada a la duración de este uso, mientras que el desuso constante de tal órgano
le debilita y hasta lo hace desaparecer».

Segunda ley: Herencia de los caracteres adquiridos:

«Todo lo que la Naturaleza hizo adquirir o perder a los individuos por la influencia de
las circunstancias en que su raza se ha encontrado colocada durante largo tiempo, y
consecuentemente por la influencia del empleo predominante de tal órgano, o por la de
su desuso, la Naturaleza lo conserva por la generación en los nuevos individuos, con tal
de que los cambios adquiridos sean comunes a los dos sexos, o a los que han producido
estos nuevos individuos».

Uno de los ejemplos más conocidos y empleados para explicar la evolución de acuerdo
con la teoría de Lamarck es el del cuello de las jirafas.

Una población de jirafas de cuello y patas de longitud normal, acuciada por la falta de
forraje por culpa de la sequía, intentó cambiar su dieta por hojas de acacia, que
abundaban en las copas de los árboles. Los esfuerzos de estos animales se dirigieron a
alargar sus cuellos y sus patas para poder alcanzar las hojas verdes de las acacias. A
medida que pasaba el tiempo las hojas accesibles se agotaban y solo quedaban las que
estaban a mayor altura. Los cuellos y las patas pudieron crecer algún centímetro en esos
animales por el principio de adaptación al medio. Como sus descendientes en la
siguiente generación ya nacían con el cuello y las patas un poco más largos, según el
principio de herencia de los caracteres adquiridos, estarían mejor adaptados y podrían
seguir esforzándose en estirar sus miembros. A medida que pasaba el tiempo y se
sucedían las generaciones, estos animales se iban pareciendo más a las jirafas actuales.

En definitiva, la teoría lamarckiana se resume en este esquema:


Cambios ecológicos Nuevas necesidades Cambios orgánicos

A Lamarck se le han planteado dos objeciones:

(i) Los caracteres adquiridos durante la vida de un organismo no se transmiten a sus


descendientes, como se ha demostrado desde la genética moderna. Los cambios
genéticos son el resultado de un largo proceso de modificación y adaptación, no de
cambios intergeneracionales. Si yo voy al gimnasio y me atiborro de anabolizantes, mi
hipertrofia muscular no será heredada por mis hijos.

En los últimos años se ha convertido en un lugar común en la opinión pública la idea de


que al cabo de varias generaciones, por el frecuente uso de las tecnologías digitales por
parte de los más jóvenes, los dedos pulgares de las manos se modificarán. Esto, lejos de
ser una consecuencia de la aplicación de la teoría darwiniana, es una recuperación falaz
del lamarckismo: que yo lleve uno u otro modo de vida, que desarrolle más o menos
ciertas partes de mi cuerpo, no significa que mis hijos vayan a heredar las posibles
modificaciones anatómicas y morfológicas por mí adquiridas.

(ii) Emplea con demasiada frecuencia conceptos anti-científicos como «voluntad» o


«sentimiento interior».

Teoría darwiniana de la evolución: evolución por selección natural.

A Charles Darwin (1809-1882) se le considera, por méritos propios, el fundador de la


moderna teoría de la evolución por medio de la selección natural.

A juicio de Richard Dawkins (1941- ), la teoría de la evolución de Darwin es el


acontecimiento que una especie extraterrestre tomaría como referencia para determinar
si la especie humana es o no es realmente inteligente. Una especie es inteligente, dice
Dawkins, cuando ha logrado descubrir cuál es su origen. Los orígenes científicos de la
especie humana solamente comenzarán a ser explorados a partir del 1859, cuando
Darwin publica El origen de las especies.

Conviene mencionar, aunque sea anecdóticamente, a Alfred Russell Wallace (1823-


1913), naturalista y explorador que presentó junto a Darwin la teoría sobre el origen de
las especies por medio de la selección natural en la Linnean Society en 1858. En 1864
Wallace reconoció a Darwin que la teoría de la selección natural era absolutamente
suya, y que las intuiciones darwinianas fueron muy anteriores a la toma de consciencia
del propio Wallace.

Un episodio fundamental en la historia de la teoría de la evolución por selección natural


es la expedición en el Beagle que Darwin realizó entre 1831 y 1836. Durante estos años,
acumuló numerosas pruebas indirectas (fósiles) que confirmaban sus hipótesis. A su
llegada a Gran Bretaña, inició la ordenación sistemática de todo el material con vistas a
la elaboración de la obra donde abordaría científicamente la cuestión del origen de las
especies.

El propio Darwin reconoció ante sus detractores que no podía ofrecer pruebas directas
para justificar su teoría, porque la evolución es un proceso muy lento del que solamente
pueden darse pruebas indirectas, como el registro fósil.

La teoría de Darwin le resta la importancia concedida en exceso por Lamarck a la


influencia del medio ambiente o sistema ecológico. Dicha influencia, como veremos a
continuación, está mediada por la idea de la competencia. Dicha teoría se resume en tres
grandes postulados o conceptos: lucha por la existencia, selección natural y selección
sexual (herencia).

En el año 1798 el economista Thomas Robert Malthus (1766- 1834) propuso, en Ensayo
sobre el principio de la población, la tesis que servirá a Darwin para el planteamiento
del primero de los postulados de su teoría. A juicio de Malthus, en un sistema ecológico
determinado, la escasez de recursos es el criterio que explica los aumentos o descensos
en la población de una determinada especie.

Si en un entorno ecológico una población compuesta por 20 individuos solamente


cuenta con recursos naturales que garantizan la supervivencia de 15 de ellos, entre los
individuos se producirá una competencia por el acceso a los recursos disponibles. De
esta competencia saldrán vencedores, como sucede en el mundo empresarial, los más
aptos, los más fuertes, los más capaces. Así lo explica:

«Todas las especies producen más descendencia de la que puede sobrevivir; dado que
los recursos alimenticios son limitados, se genera una competencia por ellos; así, solo
unos cuantos sobreviven y estos son los que se reproducen. De esta manera, al regularse
el tamaño de las poblaciones, se evita la sobrepoblación».

Aunque Darwin no habla de los más fuertes, sino de los más aptos o más adecuados
(fitness), la tesis de la competencia suscitada por la escasez de recursos como
mecanismo de regulación de las poblaciones o especies está tomada directamente de
Malthus:

«Dado que se producen más individuos que los que pueden sobrevivir, tiene que haber
en cada caso una lucha por la existencia, ya sea de un individuo con otro de su misma
especie o con individuos de especies distintas, ya sea con las condiciones físicas de la
vida. Viendo que indudablemente se han presentado variaciones útiles al hombre,
¿puede acaso dudarse de que de la misma manera aparezcan otras que sean útiles a los
organismos mismos en su grande y compleja batalla por la vida, en el transcurso de las
generaciones? Si esto ocurre,

¿podemos dudar recordando que nacen muchos más individuos de los que acaso pueden
sobrevivir y que los individuos que tienen ventaja, por ligera que sea, sobre otros,
tendrán más probabilidades de sobrevivir y reproducir su especie? Y al contrario,
podemos estar seguros de que toda variación perjudicial por poco que lo sea, será
rigurosamente eliminada. Esta conservación de las diferencias y variaciones favorables
de los individuos y la destrucción de las que son perjudiciales es lo que yo he llamado
selección natural».

El principio de la selección natural parte, pues, del mismo supuesto que la teoría de
Malthus: las poblaciones de organismos animales y vegetales conviven en una situación
de competencia mutua por la obtención de recursos en un contexto de limitación o
escasez (biocenosis).

La competencia por la obtención de recursos es el espacio que la teoría darwiniana le


deja a la importancia que Lamarck atribuyó al medio o sistema ecológico. Adquiere un
papel secundario, porque el papel principal lo asume la selección natural (fuerza o
mecanismo natural, impersonal, al modo de la fuerza de la gravedad). Para explicar la
teoría completa, debemos introducir dos conceptos antes y después de la competencia
por el acceso a los recursos naturales.
Darwin detectó que en el organismo de las distintas especies animales se producen
variaciones aleatorias. Como veremos, no supo explicar qué son estas variaciones, ni
por qué se producen. Algunas de estas variaciones orgánicas resultan beneficiosas para
que el individuo (o la población) se imponga en la competencia por los recursos,
significando una ventaja adaptativa.

Si es así, si la variación le sirve al individuo o al grupo para adaptarse, o dicho de otro


modo, para sobrevivir, se fija como ventaja adaptativa y el mecanismo de la selección
natural lo fija como carácter adaptado perfectamente al organismo. Sin embargo, para
que la adaptación se mantenga, es decir, para que se incorpore a la especie no como
variación sino como rasgo adquirido, es necesario que se transmita a las generaciones
subsiguientes, por vía de la reproducción.

En la evolución no es tan importante la supervivencia como la reproducción, porque sin


reproducción las variaciones orgánicas no se incorporarían al organismo de la especie.
En ocasiones, la victoria en la lucha por la vida no significa acceso prioritario a los
recursos, sino, precisamente, «acceso a las hembras» para la reproducción.

Los organismos que logren sobrevivir y reproducirse serán los que consigan transmitir
sus variaciones a sus descendientes, mientras que aquellos organismos cuyas
variaciones no han sido favorables perecerán y no se reproducirán. Al cabo de un
tiempo, la población habrá generalizado la presencia de esas variaciones. Si este cambio
se mantiene durante un largo periodo de tiempo, las variaciones habrán garantizado la
adaptación de la especie al entorno y el surgimiento de una nueva variedad, de una
nueva especie, de un número género o de una nueva población.

Vemos cómo la explicación de Darwin invierte la de Lamarck:

Cambios orgánicos Ventajas o prejuicios Selección natural

Los cambios van de dentro hacia fuera, y no de fuera hacia dentro. Lo que explica las
variaciones inter-poblaciones o inter-especies no son los cambios ecológicos, que sin
duda afectan, sino la necesidad de adaptarse a una situación de competencia por los
recursos. La competencia es la clave para explicar la selección natural, que no ha de
entenderse más que como resultado de esa lucha por la vida.
De hecho, la teoría darwiniana de la evolución es una teoría de muerte, más que de vida.
A lo largo de la historia evolutiva de las distintas especies humanas ha habido más
muertes que vidas, más pérdida que ganancia global. Pensemos en una gran camada de
perros, o en una gran familia medieval. De los cinco o seis vástagos que una perra puede
dar a luz o que una familia campesina puede engendrar, solamente uno o dos lograrán
sobrevivir.

La tercera gran idea de la teoría darwiniana, después de la competencia por el acceso a


los recursos y la selección natural, es la selección sexual. Con ella, Darwin explica el
proceso de transmisión de las variaciones favorables de una generación a otra, al tiempo
que enfatiza la importancia de la reproducción en el proceso evolutivo. Asimismo, con
esta idea Darwin explica la transmisión de una serie de rasgos que se mantienen
intergeneracionalmente, a pesar de no presentar funciones adaptativas (como la cola del
pavo real).

La selección sexual explica dos fenómenos. En primer lugar, que los machos más
fuertes tienen una ventaja competitiva que les convierte en más aptos para reproducirse.
En segundo lugar, que hay ciertos rasgos no adaptativos que sin embargo se transmiten
de generación en generación, porque aunque no sirvan para la lucha por la vida sí que
sirven para lograr el objetivo evolutivo de la reproducción, porque son rasgos de
atracción sexual.

La selección sexual hace de las hembras la clave de la selección natural, en tanto en


cuanto la transmisión de las ventajas competitivas se realiza por el proceso de
reproducción sexual. En la lucha por la reproducción hay dos formas de competir: la de
las aves, en la pasarela o la exhibición, y la de los mamíferos, en la palestra o a través de
la fuerza física. Los seres humanos hemos logrado ser maestros de ambas. En cualquiera
de las dos, son las hembras las que llevan la voz cantante.

Como el esfuerzo de reproducción es importante y requiere un mayor consumo calórico,


surge una competición entre los machos por la selección de las mujeres, que son la clave
de los procesos de la competencia sexual y la reproducción. Las mujeres son la clave de
la evolución por selección natural, porque son ellas las que deciden qué machos son los
más aptos para transmitir sus caracteres.
Los machos compiten entre sí demostrando fortaleza física para cubrir el gasto calórico
necesario para cuidar a las crías. O, en el caso de los humanos, demostrando tener la
billetera más grande que los demás, haciéndole con ello ver a la mujer que dispone del
capital necesario para proveerla de nutrientes mientras amamanta al bebé.

Igual que no pudo explicar por qué se producen las variaciones orgánicas previas a la
situación ecológica de competencia, tampoco pudo o supo explicar cómo se transmiten
las variaciones adaptativas de una generación a otra por la vía de la reproducción
sexual. La respuesta a estos dos problemas fue posible con la teoría sintética de la
evolución o neodarwinismo, que consiste en la fusión de la teoría de la selección natural
con la teoría de la herencia genética del naturalista Gregor Mendel (1822-1884). Esta
combinación fue obra de Theodosius Dbzhansky (1900-1975) La Genética y el Origen
de las especies de 1937.

Teoría sintética de la evolución: Darwin + Mendel + Watson-Crick.

Mendel realizó sus famosos experimentos con guisantes entre los años 1865 y 1866,
pero no sería hasta el año 1900, cuando sus leyes sean redescubiertas y reinterpretadas
por Hugo de Vries (1848-1935), Carl Correns (1864-1933) y Erich von Tscherman
(1871-1962), cuando adquiera la importancia que se le concede hoy en día.

Antes de Mendel, se creía que los rasgos hereditarios de las especies vegetales o
animales se obtenían por la mezcla de los rasgos presentes en los dos progenitores, de
manera que el hijo de ambos es una especie de híbrido entre ambos. El propio Darwin
pensaba de esta manera.

Las investigaciones mendelianas consistieron en el cruce de dos variedades de planta:


una variedad produce semillas amarillas, y la otra, semillas verdes («generación
parental», de razas puras). Al realizar el cruce de estas dos variedades de semillas,
obtuvo semillas de color amarillo. No obtuvo una mezcla de ambos colores, como se
pensaba por entonces. Repitió el experimento, y volvió a dar variedad de semillas
amarillas. Al carácter que se mantenía, activaba o producía en el cruce lo denominó
«carácter dominante» y al que no se mantenía, activaba o producía «carácter recesivo».
La «primera generación filial» (Aa) que resultó de la fecundación de la «generación
parental» (AA.aa) registraba una proporción que se mantuvo idéntica en otros
experimentos posteriores: tres plantas de semillas amarillas y lisas, y una de semillas
verdes y rugosas. El carácter amarillo es el dominante, el verde el recesivo.

Una variante del experimento consistió en considerar, no un solo rasgo o fenotipo


(color), sino dos (color y rugosidad). Al primero lo formalizó con la letra A, para el
alelo dominante, y a para el alelo recesivo; al segundo, B y b, liso y rugoso
respectivamente. Obtuvo una «segunda generación filial» en la que logró semillas de
todos los estilos: amarillas y lisas (9), amarillas y rugosas (3), verdes y lisas (3), y
verdes y rugosas (1), en una proporción de 9:3:3:1.

A partir de estas investigaciones elaboró las siguientes tres leyes de la herencia


genética:

Primera ley o principio de uniformidad: si dos individuos de raza pura se cruzan (AA y
aa), los híbridos resultantes de la primera generación filial serán todos iguales tanto
fenotípica como genotípicamente (Aa): amarillos.

Segunda ley o principio de segregación: en la segunda generación filial, que resulta del
cruce de individuos de la primera generación (Aa), uno de cada cuatro descendientes
recuperarán el fenotipo y genotipo recesivos de la generación parental (aa).
Formalizándolo, hay ciertos individuos que pueden transmitir un carácter, aunque en
ellos no se manifieste.

Tercera ley o principio de la combinación independiente: en la formación de los


gametos, la segregación o transmisión de los rasgos hereditarios (A), (a), (B), (b) es
independiente. El patrón de la herencia de uno ni influye en el patrón de herencia de
otro.

De este modo, Mendel había propuesto las leyes que explican la transmisión
intergeneracional por reproducción sexual de las variaciones adquiridas. Queda explicar
la otra incógnita, a saber, cómo se producen esas variaciones aleatorias.

Fue el holandés Hugo de Vries, antes mencionado, quien introdujo la noción de


mutación. La mutación es el proceso genético que explica la aparición de nuevos genes
en el organismo de manera brusca.
Es debida a una duplicación anormal de los genes durante la división de una célula, es
decir, cuando la división de una célula no da como resultado una copia exacta de la
célula madre sino una nueva célula que mantiene las variaciones de la anterior más una
mutación que trasmitirá a sus células hijas (aunque es posible que no se exprese
fenotípicamente, en caso de que el gen mutante sea recesivo). Las mutaciones pueden
deberse a radiaciones ionizantes como rayos cósmicos o exposición a rayos X.

Una mutación es un cambio en la secuencia de ADN de un organismo. Las mutaciones


pueden producirse a partir de errores en la replicación del ADN durante la división
celular, la exposición a mutágenos o una infección viral. Las mutaciones en la línea
germinal (son las que ocurren en los óvulos y los espermatozoides) pueden transmitirse
a la descendencia, mientras que las mutaciones somáticas (las que ocurren en las células
del cuerpo) no se transmiten.

Las mutaciones son cambios al azar que se producen en la composición genética de un


individuo. Se originan en los cromosomas, por lo que se pueden transmitir a la
descendencia durante la reproducción. Consisten generalmente en que un gen sufre
alguna modificación y de ese modo se forma otro gen diferente. Muchas de las
mutaciones son perjudiciales, por lo que la selección natural las eliminará. Otras, en
cambio, por azar, pueden proporcionar alguna ventaja a sus portadores. En este caso, los
individuos con esa mutación dejarán más descendientes que el resto.

El genotipo o herencia genética (donde se contienen las variaciones genéticas, el ADN


que contiene toda la información que estructura al organismo) está compuesto por la
mitad de cromosomas del padre y la mitad de la madre. Los cromosomas están
compuestos por genes, que son los responsables de los caracteres o fenotipos del
organismo, es decir, la expresión fisiológica de esa información genética (color de piel,
de ojos, etc.).

Si el gen mutado resulta ser el gen dominante del nuevo organismo engendrado, se
expresará en el fenotipo. Por ejemplo, si tu madre tiene los ojos azules, tu padre los ojos
marrones y tú tienes los ojos azules, el gen dominante ha sido el de tu madre. El gen o la
parte del cromosoma heredado de tu padre se mantiene, está en tu ADN, pero en estado
recesivo (puede que en tus hijos aparezca como gen dominante).
La genética contribuyo al perfeccionamiento de la teoría sintética con el descubrimiento
del genoma, y, fundamentalmente, con el descubrimiento de la estructura de ADN
realizado en el año 1953 por James Watson (1928- ) y Francis Crick (1916-2004).

El genoma es un sistema de instrucciones genéticas, lo que conocemos como genotipo o


herencia genética, que sirven como guía para el correcto desarrollo del organismo
(fenotipo). Las instrucciones del genoma están de algún modo encriptadas, puesto que
las características el fenotipo dependen de un desciframiento realizado por el código
genético.

El genoma humano consta de 23 pares de cromosomas localizados en el núcleo de cada


célula. De estos 23, hay 22 (autosomas) cuyos cromosomas son idénticos; el 23, ligado
al sexo, varía: en los valores hay dos tipos diferentes, XY, y en las mujeres dos iguales,
XX. La presencia de un cromosoma de más, el número 24 (copia del 21), dificulta el
proceso de desencriptamiento para el desarrollo del fenotipo y provoca patologías como
el síndrome de down.

Cada cromosoma cuenta con una extensa cadena de ADN, consistente en un


alineamiento de basas (Adenina, Guanina, Citosina y Timina) entrelazadas en pares
(Adenina-Timina, Guanina-Citosina) unidos en una cadena extensa y flexible. El ADN
es el material donde están contenidos los genes.

En el genoma humano hay 3.000 millones de bases, entre las cuales se localizan los
genes en una proporción del 10%. También hay proteínas que contribuyen al
funcionamiento del ADN. Y también hay un «genoma basura», un conjunto de bases
cuya función nos es aún desconocida1.

El desarrollo fenotípico de un individuo se produce según un proceso de división celular


y un segundo proceso de especialización celular, según el cual las células duplicadas a
partir de la original se coordinan para formar tejidos, músculos, vasos sanguíneos,
órganos, etc. Los dos procesos están guiados por los genes o el genotipo.

La teoría sintética se puede resumir en el siguiente esquema:

1
El genoma basura es ADN no codificable, que no contiene información o que no codifica las bases
proteínicas. El 75% del genoma humano es ADN no codificable; cuando las mutaciones genéticas se
producen en el ADN codificable tienen efectos fenotípicos sobre las generaciones futuras, pero cuando se
producen en el no codificable, que es la mayoría, no hay efecto alguno.
Cambios en el organismo Ventajas o perjuicios Selección natural

(dirige la evolución)

Hereditarios Acumulables Evolución

Mutaciones genéticas + Leyes de Mendel

Azar

Hay dos formas de interpretar o explicar la evolución histórica de las especies: de


acuerdo con un enfoque que se conoce como «gradualismo filético», o de acuerdo con
el enfoque del «equilibrio puntuado o interrumpido». Según el primer enfoque, la
evolución es un proceso lento y gradual cuyos frutos sólo pueden observarse a una
distancia de cientos de miles de años. Los filum, término del que procede el adjetivo
«filético», son categorías taxonómicas para la clasificación de las especies vivas y de
sus relaciones de parentesco. El segundo enfoque plantea un proceso evolutivo a saltos,
en el que los cambios morfológicos y genéticos acontecen bruscamente como resultado
de grandes catástrofes o cambios ecológicos.

Darwin es un gradualista, pues sostiene que las variaciones se transmiten y cristalizan


en cambios morfológicos a lo largo de sucesivas generaciones que las mantienen según
el criterio de la selección natural. Por eso no veía excesivamente problemático el hecho
de que no dispusiera de pruebas directas para explicar la evolución por selección
natural; esas pruebas son imposibles, puesto que para constatar de manera inmediata
que en una población o una especie se ha producido un cambio evolutivo necesitaríamos
una perspectiva absoluta o divina, trascendente a la perspectiva humana.

Los fósiles de otras especies animales son las pruebas indirectas con las que contamos
para explicar la evolución. La introducción de la teoría genética ha abierto nuevas
posibilidades de corroboración de dicha evolución, puesto que a través del estudio del
ADN de los restos fósiles podemos comprobar de manera más eficaz y segura en qué
momento exacto (siempre relativo) se ha producido un cambio evolutivo,
fundamentalmente por mutación.
Una cuestión muy interesante y discutida todavía a día de hoy, es decir, abierta, dice
relación con la unidad de evolución: ¿qué es lo que evoluciona históricamente? Se han
planteado tres posibles soluciones: evolucionan los genes, evolucionan los organismos
individuales, o evolucionan los grupos.

A juicio de Darwin, la unidad de la evolución es el organismo individual. Son los


organismos, es decir, los individuos que forman una población o una especie, los que
exhiben ese impulso sexual innato para la preservación de sus caracteres, y son también
los organismos individuales los que compiten entre sí por los recursos ecológicos y el
acceso a las hembras.

El desarrollo de la genética (ciencia que estudia los mecanismos de transmisión de la


herencia biológica a través del ADN) planteó la posibilidad de que la unidad básica de
la evolución no sea el organismo individual, sino el gen. Los genes son partículas
contenedoras del material genético que se replica y diversifica para la conformación de
los organismos, alojadas en el interior de una célula.

Esta tesis explicaría la evolución celular que marcó el inicio de la vida en el planeta
Tierra y que salvaría el periodo de tiempo (millones de años) que va desde la formación
del planeta hasta la aparición de los primeros organismos complejos. El tránsito de las
células procariotas a las células eucariotas se explicaría como «voluntad de
supervivencia» de las células, que a través de los procesos autocatalíticos se dividen
creando copias exactas de sí mismas.

No hay grandes diferencias entre ese instinto de supervivencia celular de los primeros
organismos simples y el modo como las células de nuestro cuerpo o de cualquier
organismo animal y vegetal realizan sus funciones metabólicas. Nuestro organismo
alberga una amplísima diversidad de tipos de células, cada una de las cuales se
especializa en una función concreta. La colaboración de todos los sistemas celulares
garantiza la existencia del organismo, y por consiguiente la vida del individuo.

En el año 1976 el biólogo evolutivo Richard Dawkins (1941- ) publicó El gen egoísta,
donde en la que postula que nuestro ADN hace uso de nosotros, creando un mundo de
salvaje competencia, tiranía, explotación ilegal y trampas biológicas con la única
finalidad de prevalecer. Los organismos son los contenedores de los que las células o
los genes hacen uso para sobrevivir y reproducirse. La evolución es el resultado del
egoísmo genético.

Finalmente, desde una perspectiva mucho más amplia que las dos anteriores podemos
convenir en que la unidad básica de la evolución es el grupo o la población. Esta tesis ha
sido propuesta desde la etología y la zoología, ciencias aplicadas al mundo animal que
han constatado cómo en diferentes especies animales existe un tipo de vida social que
para decirlo en términos políticos es profundamente comunista: los individuos más
débiles o ancianos, como sucede en el caso de los elefantes, se sacrifican antes de
perjudicar al grupo. Al viejo elefante no le preocupa que no haya podido reproducirse y
perpetuar sus genes, porque es preferible que el grupo como unidad orgánica sobreviva
y prevalezca.

A modo de conclusión del tema:

(i) La evolución no es lineal, progresista ni teleológica. La historia evolutiva de las


especies animales no sigue la dirección única de conforman a la especie humana,
considerada como una suerte de fin o sentido de la evolución. Cada especie evoluciona
de formas muy diversas, y confluye con otras especies. La evolución es un proceso
multilineal y caótico.

Por otro lado, la evolución no tiene un final o un sentido predeterminados, como si Dios
o algún tipo de entelequia natural predispusiera la historia de manera que condujese, de
nuevo, al final de la especie humana, o a lo que fuera. No sabemos hacia dónde van las
especies (incluida la humana) en sus respectivos procesos evolutivos.

(ii) La especie humana no es el criterio de la teoría evolutiva. La evolución de las


especies animales no puede evaluarse o valorarse desde la evolución de la especie
humana. Que la especie humana haya sido la única en cuya evolución ha podido
desarrollar la inteligencia al nivel del actual desarrollo científico y tecnológico no
significa que el resto de especies no hayan evolucionado, ni que su ritmo de evolución
sea defectuoso.

Cada especie evoluciona a su propio ritmo, según sus necesidades adaptativas y los
cambios ecológicos de su hábitat. De hecho, las especies animales siguen
evolucionando a día de hoy, igual que la especie humana, sólo que los cambios
genéticos y morfológicos son indetectables a la escala de una vida humana.

Dicho de otro modo: la inteligencia no es el fin de la evolución. Hay especies o


individuos inteligentes que fracasan, mueren y no se reproducen, y especies o
individuos poco inteligentes que logran sobrevivir.

(iii) El único fin que podemos asignarle a la teoría de la evolución es el de perfeccionar


a cada especie en función de sus necesidades adaptativas. Cada especie evoluciona para
ser mejor de lo que es, para sobrevivir y adaptarse. Puestos a comparar, la evolución del
león le ha llevado a ser mejor león en su hábitat, lo mismo que la evolución ha hecho
con el ser humano.

(iv) Darwin no dice que provengamos del mono, sino que somos monos evolucionados.
Las autoridades eclesiásticas del momento lanzaron una campaña de propaganda contra
Darwin caricaturizándolo con aspecto simiesco, como si quisieran decirle: «aquí el
único mono eres tú».

(v) La teoría de la evolución de Darwin no dice que la función hace el órgano, sino que
el órgano hace la función. La selección natural es un proceso que consiste en
seleccionar aquellos rasgos, caracteres o atributos que tienen utilidad para la
supervivencia del organismo en la lucha de la vida.

También podría gustarte

pFad - Phonifier reborn

Pfad - The Proxy pFad of © 2024 Garber Painting. All rights reserved.

Note: This service is not intended for secure transactions such as banking, social media, email, or purchasing. Use at your own risk. We assume no liability whatsoever for broken pages.


Alternative Proxies:

Alternative Proxy

pFad Proxy

pFad v3 Proxy

pFad v4 Proxy