Ensayo El Amor en Los Tiempos Modernos

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UNIVERSIDAD DIEGO PORTALES

MAGISTER PSICOLOGIA
MENCION PSICOLOGIA SOCIAL

EL AMOR EN LOS TIEMPOS


MODERNOS

Rodrigo Navia Velásquez

Enero 2013
INDICE

Introducción……………………………………………………… 3

Desarrollo………………………………………………………… 4

A modo de contextualización……………………………. 4

Giddens, la transformación de la intimidad……………. 5

Bauman y el amor líquido……………………………….. 6

Beck, individualización y amor…………………………. 8

Illouz, capitalismo emocional…………………………… 11

Bibliografía………………………………………………………. 16

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INTRODUCCION

La incorporación de emociones al estudio de las ciencias sociales, en particular la


sociología, es algo tardío y en muchas ocasiones solo ha sido periférico y en otras ocasiones
ha sido ignorado. En este sentido Max Weber, uno de los fundadores de la sociología
moderna, señala a la razón como elemento fundamental para la buena sobrevivencia de la
sociedad. Desde la psicología, las emociones se ha descrito como lo que le da cierto
“colorido” a un acto. Pareciera ser que la emoción tiene además, de un elemento
psicológico, un aspecto cultural en el entendido que un yo se relaciona con otros situados
social y culturalmente.

Las llamadas culturas emocionales organizan de manera jerárquica las emociones y de


manera implícita las disposiciones del orden social. La modernidad y el capitalismo se han
ordenado básica y emocionalmente a través de la división social del trabajo por género.
Tanto hombres y mujeres desarrollaron en sus diversas posiciones sociales una
emocionalidad particular.

Los autores que han estudiado y analizado la modernidad en sus diversas fases las han
incorporado paulatinamente. El presente ensayo tiene como propósito reflexionar y
profundizar en los diversos sentidos sociales sobre las emociones y en particular el amor
romántico y sus consecuencias en la conformación de la subjetividad en la denominada
modernidad tardía o líquida.

Me centraré en torno a las ideas de cuatros autores con los cuales dialogaré, a saber
Anthony Giddens, Zygmunt Bauman, Ulrich Beck y Eva Illouz, quienes desde perspectivas
teóricas diversas han analizado esta emoción en particular y como se instala, transforma y
transita en la modernidad en sus diversas etapas o fases.

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DESARROLLO

A modo de contextualización

Las emociones son uno de los aspectos centrales o dimensiones que han analizado
diversos autores de las ciencias sociales que se han preocupado de estudiar el tránsito entre
la modernidad sólida a la denominada modernidad tardía, avanzada o líquida. Algunos
desde una perspectiva más bien descriptiva, otros analíticas e interpretativas. El amor
romántico, por su relevancia, es la emoción que concita una gran atención de estos autores.

Para contextualizar esta reflexión, señalaré algunas características centrales de la


modernidad tardía, que pueden iluminar posteriormente la discusión sobre el amor
romántico. Josetxo Berian (1996), quien como compilador del libro las Consecuencias
perversas de la modernidad, indica en primer lugar que el riesgo se instala en la sociedad
industrial, constituyéndose como un dispositivo de racionalización y cuantificación. El
riesgo también se instala como constructo para determinar lo que la sociedad va a
considerar como normal y seguro. Asociado a la idea de riesgo, aparece paulatinamente la
idea de la ampliación de opciones sin fin, debemos estar eligiendo constantemente, lo que
conlleva riesgo. En una frase extrema Luhmann (citado en Beriain. 1996), señala que en la
modernidad tardía “no existe ninguna conducta libre de riesgo” (Pág. 16), o sea ya
demorarse o no decidir conlleva riesgo.

Con respecto al orden social la modernidad se sustenta en una infraestructura imaginaria,


basada en la expansión ilimitada del dominio racional. En la modernidad tardía la estructura
social se reconfigurará, los macro grupos como las clases sociales, relacionados a la
sociedad industrial, se mantienen, pero emergerán otros grupos, asociados a fenómenos
sociales, como las feministas, ecologistas, grupos étnicos y minorías sexuales, inmigrantes,
nuevos pobres, que romperán con la clásica configuración de sociedad dividida por clases
sociales .

Siguiendo a Beck en su texto La Sociedad del Riesgo (2006), la familia comienza a sufrir
cambios importantes, en la medida que hay una reconfiguración de los roles de género,
paulatinas formas de configuración familiar, aumento en las separaciones, la introducción
de las mujeres en el campo laboral, todo esto conlleva a repensar las prácticas en el ámbito

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de la sexualidad, la paternidad, y la cuestión de género, que es ser hombre? Qué es ser
mujer? Cómo se desarrollan las identidades de Género en este nuevo escenario?

La sociedad centrada en el trabajo, característico de la modernidad media, da paso a una


sociedad de consumo, en donde el trabajo pierde la centralidad en la vida de los sujetos y el
consumo, en toda su expresión pasa paulatinamente a ser centro de la subjetividad en el
sujeto.

Giddens, la transformación de la intimidad.

Luego de esta breve introducción a la modernidad tardía daré paso a la reflexión en torno al
sentido que el sociólogo inglés Anthony Giddens (1992) entrega a las transformaciones de
la modernidad tardía en la vida íntima de las personas. Este autor señala que el amor
romántico se hace notar a fines del siglo XVIII en adelante, asociados a una nueva forma de
narrativa de novela. El amor romántico rompe con la sexualidad pero a la vez la incluye.
Los ideales del amor romántico se entroncan con la libertad y la autorrealización que
comenzaba a estar en boga a mediados del siglo XIX europeo, así como la captura del
corazón del hombre por parte de la mujer. La narrativa de una novela clásica de amor trata
de una mujer-heroína que amansa, suaviza y altera la masculinidad, haciendo posible que el
amor mutuo “llegue a ser línea directriz principal de sus vidas en común” (Pág. 31). En
opinión de Giddens el carácter intrínsecamente subversivo del amor romántico quedó
frustrado por la asociación de éste con el matrimonio, la maternidad, y lo perdurable (el
amor para siempre). Parte de la historia del siglo XIX y XX se verán fuertemente
influenciadas por estos ideales. La mujer en el matrimonio dedicada a las cosas del hogar y
la crianza de los hijos y los hombres en el trabajo, fuera de casa. Esta división sexual del
trabajo, para muchos es la base de la consolidación del modelo económico asociado a la
modernidad sólida.

Para Giddens, de los cambios que implica la modernidad, ninguno supera en importancia a
los que tiene lugar en la vida privada, es decir en la sexualidad, las relaciones, el
matrimonio. La Intimidad ha implicado una democratización del dominio interpersonal en
una forma homologable con la democracia en la esfera pública. La Transformación de la
intimidad sería producto de la racionalidad propia de la modernidad. Por un lado el

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desarrollo de la autonomía, el empoderamiento de las mujeres, igualdad y la aparición de la
denominada sexualidad plástica, con la separación entre sexualidad y reproducción, con
énfasis cada vez mayor en el erotismo y placer.

Giddens sostiene que el yo es en la actualidad un proyecto reflexivo, una interrogación más


o menos continua de pasado, presente y futuro.   Es un proyecto llevado adelante en medio
de una profusión de recursos reflexivos. Las personas con diversos apoyos
comunicacionales, educacionales, terapéuticos le permiten crear una narrativa
reflexivamente ordenada de la identidad personal, transformando la experiencia de
intimidad, con mayor reflexión y un ordenamiento interno que ha llevado a la aparición de
otros tipos de relaciones amorosas, entre ellas destaca el amor confluente, que se
caracterizaría por disminuir los criterios externos, la relación existe tan sólo por las
recompensas que pueda entregar, conocimiento mutuo y profundidad. El compromiso es
otra característica fundamental de esta relación nacida a la luz de los avances de
emancipación femenina. El amor confluente no se asocia solo a las parejas heterosexuales,
sino también a las del mismo sexo. Seguramente la estadística de separaciones y divorcios
hablan de la necesidad de que emerja un tipo de amor comprometido, activo, más cercano
al amor confluente que al amor romántico.

Bauman y el amor líquido

El filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman es el segundo autor elegido para reflexionar en


torno al amor romántico En el libro modernidad Bauman (2006) explora los atributos de la
sociedad capitalista que han permanecido en el tiempo y cuales han cambiado. La
denominada modernidad líquida corresponde a una figura de cambio, impredecible,
transitoria, desregulada que provoca incertidumbre. Las instituciones no son ya anclas de
las existencias personales, decae el Estado de bienestar y los relatos que otorgaban sentido
a la historia y a las vidas individuales entraron en crisis.

En este contexto, Bauman precisa en su libro  llamado Amor líquido. Acerca de la


fragilidad de los vínculos humanos (2007) como se experimenta el amor y las relaciones
humanas en la sociedad capitalista de mercado. Esta etapa del capitalismo ha degenerado

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nuestros vínculos personales, las relaciones que ocupan el centro de atención de los
individuos, son vividas de manera muy ambivalentes, nos gustan, siguen siendo muy
importantes para las personas, la atención se pone en la satisfacción de las relaciones, pero
en muchas ocasiones nos provocan insatisfacción.

La lógica mercantil abarca todo, incluso las relaciones y el amor. Amar se piensa desde la
lógica de los costos y beneficios. Tratamos al otro ya sea amante o prójimo, como una
mercancía de la cual uno puede desprenderse, desecharla, desconectarla con cierta
facilidad. Las relaciones establecidas son ligeras y laxas, como para deshacerse de manera
rápida y en cualquier momento. Al parecer esto sería efecto por la transformación del otro
como objeto que debe producir un cierto nivel de satisfacción en mí, si esto no ocurre se
desecha fácilmente. El amor romántico caracterizado por Giddens como prototipo del
imaginario de la modernidad solida, en Bauman se licúa, se transforma en un amor
superficial, cauto, sin compromiso, pragmático. El amor y las relaciones se tornan
precarios, transitorios y volátiles.

Bauman hace la observación perspicaz acerca del uso del concepto “conectarse”, “estar
conectado, como una forma de red, matriz de la cual se entra y sale con facilidad, distinta a
la idea de pareja, que involucra más sintonía compromiso. Cabe preguntarse, qué sentido
tendrá este tipo de relación entre las personas? Al parecer la respuesta sobre relaciones con
bajo nivel de compromiso, como “vivir juntos”, se relacionan con intenciones modestas,
uno pide menos, se conforma con menos» (Pág. 48). Para Bauman los vínculos duraderos
despiertan ahora la sospecha de una dependencia paralizante, no son rentables desde una
lógica del costo-beneficio. La razón líquida ve presión, donde antes había compromiso. Las
relaciones que se vuelven indeseables pero son indisolubles tienen un carácter de riesgo.

Bauman señala que el hombre sin ataduras o compromisos es un hombre más funcional al
sistema capitalista de consumo y de esta forma se podría entender el por qué se propician
desarrollar ciertos prácticas y discursos que conforman este tipo de subjetividad.

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Beck, individualización y amor.

Para continuar reflexionando en torno al amor romántico y su transformación en la


modernidad líquida o tardía, analizaremos lo propuesto por Ulrich Beck y Elizabeth Beck-
Germsheim de su libro El normal Caos del Amor (2001). Cabe indicar que Ulrich Beck es
un sociólogo alemán que distingue una primera modernización, que va a lo largo de la
industrialización y la creación de la sociedad de masas que se caracterizó por el pleno
empleo, el desarrollo y consolidación del Estado-Nación, una naturaleza explotada
indiscriminadamente y la familia nuclear, caracterizada por un padre en un rol proveedor y
madre en el rol de cuidado del hogar y la crianza de los hijos.

.Luego una segunda modernización, que tiende a la globalización y está en constante


desarrollo tecnológico La segunda modernidad también se caracteriza por el trabajo
remunerado precario y en retroceso, la globalización, las crisis ecológicas y nuevas formas
de vida familiar, el “normal caos del amor” en la pareja, en donde todo está sujeto a
negociación y cambio. Esta segunda modernidad impactará de manera directa en la vida de
los individuos. En los países occidentales, y principalmente en Europa y Estados Unidos,
el Estado de bienestar que se diseñó e implementó al término de la Segunda guerra
mundial elevó el nivel de vida de manera sustantiva. De acuerdo con Beck, en su libro La
sociedad de riesgo. Hacia una nueva modernidad (2006), esta mejora provocó un nuevo
proceso de individualización, en el cual la pertenencia a la clase social pasó a segundo
plano.

La sociedad de esta segunda modernidad se volvió estamental. Los grupos se distinguen


ahora por el consumo y no por la pertenencia a una clase social. El individuo no es libre
en su totalidad. Es un individuo institucionalizado. Se apega y sigue el guión de un modelo
de individualización.

Beck estudia la individualización a partir de las condiciones objetivas de vida y no como el


producto de un cambio en la conciencia subjetiva. Beck reconoce la existencia de formas
individualizadas anteriores a la mitad del siglo XX, lo nuevo del concepto de
individualización son sus consecuencias, impuestas desde afuera. Por eso la
individualización es contradictoria. Por un lado el proceso de socialización impide la

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autonomía individual. La existencia privada depende de situaciones y condiciones que
escapan totalmente a la intervención del individuo; significa dependencia del mercado en
todos los aspectos de la vida. Por ello, la individualización produce en los hombres una
estandarización. La individualización, más exactamente la supresión de las relaciones
vitales tradicionales, coincide con una estandarización de las formas de existencia. Algo
distinto a lo anterior es la idea de que la capacidad de elección se encuentra estrechamente
vinculada también, con la promoción de la libertad y la autonomía en una sociedad
individualizada. Aquí, la capacidad de elección va aparejada a una pérdida de la
importancia de los referentes tradicionales para conducir el accionar individual. Dentro de
estos márgenes se despliega un proceso de individuación que se construye a partir de las
elecciones y decisiones personales que definen la trayectoria biográfica de un individuo. El
efecto de este proceso es un aumento significativo de las alternativas de los modos de vida,
produciendo así, consecuentemente, un mayor grado de diferenciación entre las personas y
por lo tanto multiplicidad de formas de establecer la existencia.

Esta dependencia hacia las instituciones incrementa las situaciones de crisis ante las
condiciones individuales generadas, de acuerdo con Beck, pues paradójicamente, el
individuo debe elegir. El ser humano se convierte en un homo options. Todo debe
decidirse: la vida, la muerte, el género, la identidad, la religión, el matrimonio, el
parentesco, los vínculos sociales y el entretenerse. Pero la elección es dentro de una gama
preestablecida y con rutinas estandarizadas. Para Beck, este cambio se da a partir de tres
ámbitos: el ingreso, el empleo, la familia y la relación entre géneros. En esta ocasión y
debido a la pertinencia del propósito de este ensayo se analizará el tercer ámbito de cambio.

Para Beck y Beck-Gernsheim (2001), la familia nuclear que se constituye a partir de la


diferenciación sexual, está viviendo un desmembramiento, por las preguntas sobre la
emancipación y la igualdad que se han hecho las mujeres durante el siglo XX. Las mujeres
han respondido a estas interrogantes a través de una acción crítica y militante. Las
transformaciones desde los años 60 en adelante no se han hecho esperar, el prototipo de
familia nuclear es cuestionado y comienzan a aparecer diversos tipos de familias diferentes.
La familia nuclear deja de monopolizar el amor hogareño.

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El amor se ve impactado por la pérdida de identidades sociales tradicionales. Los roles
tradicionales asignados para el hombre y la mujer están seriamente en entredicho. El
acceso paulatino de la mujer a la educación y al mundo laboral, permitió que ocurriera esto.
El modelo de amor romántico entra en crisis, ya no sirve para mantener la división social
por género. A pesar de esto, ya sea por resabio o necesidad las personas continúan creyendo
en el amor, se sigue colocando una gran esperanza en él, Este amor lleno de promesas y
conflictos se ha convertido en el nuevo centro alrededor del cual el mundo gira.

La idea de integralidad y autorrealización conlleva el amor de pareja, este amor se ve


afectado por el desarrollo de la individualización, los problemas de la pareja se resuelven
de manera privada, todo es un problema personal. Lo extraño y difícil de explicar son las
crecientes tasas de divorcio y separaciones de hecho que expresan la voluntad de las
personas de no continuar con historias indeseables, tal vez esto expresa el desarrollo de la
autonomía de los individuos, el asumir el destino de su vida optando por romper, pero a su
vez de continuar en una búsqueda diversa que muchas veces no significa volver a estar en
pareja.

La idea de elección y autodeterminación ejemplifica muy bien en este caso la idea de


individualización, entendida ésta como el desligamiento de los modelos y de las
seguridades tradicionales, de los controles ajenos y de las leyes morales generales, siendo
tarea del individuo que su acción y decisiones se relacionen con su voluntad. Desde esta
idea de individualización la psicología de la autorrealización ha tenido su propio desarrollo
y probable éxito. Señalará Key (citado en Beck y Beck, en 2001), “la biografía normal se
convierte en una biografía elegida”

Visto de esta manera se abre un universo de posibilidades sentimentales ya que cada


individuo negocia, elige, opta, acuerda, como va a estructurar su familia, su matrimonio, su
paternidad o maternidad, su sexualidad, su erotismo, su amor. Pero este universo por crear
tampoco es infinito, el vacio por llenar está plagado de sitios comunes, las representaciones
de amor y familia, sus retazos y jirones siguen siendo promovidas por los medios de
comunicación y las instituciones, no es que exista una libertad total para crear, lo que
muchas veces ya está definido.

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Lo que entra en juego con la modernidad tardía es la opción de cambiar o romper con la
tradición del amor romántico y su expresión familiar, como la conocimos y elegir las
relaciones familiares amorosas que estimemos.

Es interesante que los Beck relacionen el concepto de libertad del mercado laboral, en
donde el sentido de libertad adquiere un sentido de auto obligación y auto adaptación.
Frente a esta concepto se encuentra la idea de familia, pareciera ser una necesidad que los
individuos frente a los nuevos tiempos laborales, deben buscar formas de familia que
permitan adaptarse al nuevo escenario laboral. Por lo cual se muestra una relación directa
entre ambas situaciones.

Illouz, capitalismo emocional.

Una cuarta autora que analizaremos es Eva Illouz que con su obra El consumo de la utopía
romántica. El amor y las contradicciones culturales del capitalismo (2009) sondean las
relaciones existentes entre amor, la cultura del capitalismo tardío y sus relaciones de clase y
de manera especial como se da el encuentro entre las emociones románticas con el
capitalismo.

Para Illouz el capitalismo avanzado fomenta la incorporación de todos los grupos sociales
al mercado y al consumo, como espacio simbólico, apoyado directamente por los medios de
comunicación, planteándose desde esta posición el amor romántico indispensable e íntimo
del ideal democrático de la opulencia. Para esta autora la tesis final de su trabajo es que el
amor romántico conforma un campo colectivo en el que entra en juego las divisiones
sociales y las contradicciones propias del capitalismo. A comienzos del siglo XX los
empresarios culturales comenzaron a impulsar ciertas definiciones de romance centradas en
la noción de mercancía para promover sus propios intereses económicos. Transcurrido un
siglo de este fenómeno, hoy nos encontramos con múltiples bienes que se encuentran
incorporados al vínculo romántico (flores, postales, ropa, chocolate, cine, novelas,
publicidad, música, etc.). Estos bienes producidos en la lógica capitalista que circulan en el
mercado, cumplen un papel central en la formación de identidad sociocultural.

En este ultimo sentido Parker (2007) señala de que en la sociedad contemporánea se


observa un énfasis cada vez más intenso en el desarrollo de la alfabetización emocional y

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en el fomento de la capacidad de autoayuda. Tan importante como leer y escribir es saber
relacionarse y amar.

Hasta los años 60 las diversas ciencias sociales adherían a la idea de que el amor estaba
más allá del orden social en general. Hoy en día se acepta la idea de que existe un lazo
entre cultura y emociones, y más reacio a considerar una relación entre emociones y
economía. No será mucha novedad señalar que el amor romántico será uno de los
constituyentes centrales de la cultura capitalista, si ya a mediados del siglo XIX Engels en
su libro El origen de la familia, la propiedad privada y el Estado (1997), condenaba a la
familia por el dominio que sufrían las mujeres y conservar la propiedad privada mediante
leyes de herencia. Para este autor solo la clase obrera podría llegar a amar románticamente,
ya que no tenían riqueza material que perder.

Para Eva Illouz cabe la pregunta de por qué tiene tanta fuerza el imaginario colectivo de
amor romántico en los individuos occidentales? La respuesta podría estar relacionada en
parte, porque en las sociedades occidentales el amor romántico está asociado a una
dimensión utópica relacionado con la experiencia de lo sagrado, que se ha ido desplazando
desde la religión al amor romántico. En la cultura occidental se le ha infundido al amor
romántico un aura de transgresión y al mismo tiempo se le eleva a un estatus de valor
supremo, al proclamar la supremacía de las relaciones humanas gobernadas por la entrega
desinteresada del propio ser.

El amor genera un espacio emocional subjetivo en donde se logra desarrollar las


emociones, el erotismo y la sexualidad, siendo esta experiencia moldeada principalmente
por símbolos, valores y relaciones de clases de la sociedad capitalista. Actualmente el amor
romántico es incorporado a la esfera del consumo del ocio y de la naturaleza transgrediendo
de manera temporal las condiciones impuestas por el trabajo, y el dinero. Esta presunta
libertad del amor romántico es atrapada por el mercado para transformarla en mercancía de
consumo. En este sentido la penetración de la imagen cinematográfica y publicitaria desde
inicio del siglo XX será relevante para la creación de ciertos imaginarios simbólicos en

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torno al amor que irán dando sentido a los individuos sobre su experiencia en la vida
cotidiana.

El amor romántico es planteado de manera alternante entre momentos fríos, profanos, de


actividad cotidiana, orientado a lo pragmático con momentos intensos, sagrados. El amor
romántico condensa las contradicciones que se dan en la cultura del capitalismo tardío que
por un lado demanda productividad, laboriosidad, y hedonismo a través del consumo.

El amor romántico se alimenta de dos lenguajes culturales generalizados y opuestos:


disciplina laboral y hedonismo. Los enamorados contemporáneos se presentan como
consumidores y trabajadores racionales, en un contexto de capitalismo tardío o avanzado,
caracterizado por el desplazamiento del consumo y la producción en masa por el consumo y
especializado y la producción flexibilizada, la importancia del estilo de vida en los
agrupamientos de clase, el crecimiento extraordinario de la esfera del ocio y la cultura.

El concepto de capitalismo emocional desarrollado por Illouz en su libro Intimidades


congeladas (2007), señala que el capitalismo puede ser considerado una cultura en la que
las prácticas y los discursos emocionales y económicos se configuran mutuamente, en
donde los afectos se transforman en un aspecto central del comportamiento económico y en
el que la vida emocional sigue la lógica del intercambio y las relaciones económicas. Como
ejemplo de esto se puede analizar el inicio de la psicología en el mundo del trabajo. Así la
psicología se entrecruzó desde su origen con la administración, la conducta y motivación
laboral, el liderazgo, la eficiencia en el trabajo, ofreciendo un lenguaje de las personas y
las emociones, construyendo la psicología una nueva forma de sociabilidad y emoción
fundada en dos motivos culturales relevantes, el de la igualdad y el de la cooperación.

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CONCLUSIONES

Una vez analizados los diferentes conceptos de los autores expuestos, se pueden señalar
algunas aproximaciones conclusivas acerca de lo que cada uno aporta a la comprensión del
amor romántico en el contexto de las transformaciones de la modernidad:

1. Se observa un espíritu celebratorio en Anthony Giddens, a propósito de la


disolución de los vínculos sociales basados en el amor romántico clásico, dando pie
a la posibilidad de mayor grado de desarrollo personal a los sujetos, de alguna
manera con esto se profundizaría la libertad de las personas, aumentando los grados
de subjetividad en las personas.

2. En Bauman la descripción de la modernidad tardía través de la metáfora de lo


líquido no permite buenos augurios para las relaciones y vínculos. El amor asume
formas características del ambiente, restringiendo libertades, en un ambiente más
próximo a la crisis social y anomia. En este autor se observa una cierta mirada hacia
el pasado, algo nostálgica, del tipo todo tiempo pasado fue mejor.

3. En tanto Ulrich Beck hace una formulación que combina un análisis descriptivo de
las implicancias de la transformación social hacia una modernidad tardía en el
ámbito de las relaciones humanas, la familia y el amor romántico. En este sentido el
concepto de individualización, como proceso que se ha ido profundizando
socialmente, permite comprender y explicar en parte los cambios tanto a nivel
subjetivo, así como relacional. Beck muestra como los cambios macro-estructurales
en los aspectos de estilo de producción económica, van sutilmente transformando
los vínculos sociales y con ello el amor.

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4. Eva Illouz en su empresa por tratar de comprender el cruce entre las emociones, en
particular el amor romántico y el capitalismo, realiza un exhaustivo análisis
histórico-teórico, para llegar a concluir que la utopía romántica en la cultura actual
atraviesa todas las divisiones sociales e incorpora significaciones que se asocian a la
inclusión y la igualdad, pero al mismo tiempo reproduce dichas divisiones sociales,
orientando el trabajo y la razón de los sujetos, disminuyendo los grados de libertad.

5. En términos generales, luego de haber analizado las diversas propuestas antes


señaladas, se puede indicar que existe un vasto campo teórico en torno al
entendimiento del amor romántico, cómo se ha ido transformando e impactando en
los individuos. Las relaciones de amor y las transformación de las estructuras
sociales, en torno al proceso de modernización son identificables y en ocasiones
parecen mostrase como funcionales. En definitiva se puede observar una
interacción entre cómo se vive el amor romántico, las formas de vínculos que
conllevan y la estructura de producción material y reproducción social, categorías
que se entrecruzan, para determinarse e influir recíprocamente.

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BIBLIOGRAFIA

1. Bauman, Z. (2006). Modernidad líquida. Buenos Aires: Fondo de Cultura


Económica.

2. Bauman, Z. (2007). Amor líquido. Acerca de la fragilidad de los vínculos humanos.


Buenos Aires: Fondo de Cultura Económica.

3. Beck, U. y Beck-Gernsheim, E. (2001). El normal caos del amor. Las nuevas


formas de la relación amorosa. Barcelona: Paidós/El Roure.

4. Beck, U. La sociedad de riesgo. Hacia una nueva modernidad (2006). Barcelona:


Paidós.

5. Beriain, J. (compilador) (1996). Las consecuencias perversas de la modernidad:


Modernidad, contingencia y riesgo. Barcelona: Anthropos.

6. Engels, F. El origen de la familia, de la propiedad privada y del Estado (1997).


Madrid: Fundamentos.

7. Giddens, A. (1998). La transformación de la intimidad. Sexualidad, amor y


erotismo en las sociedades modernas. Madrid: Cátedra S.A.

8. Illouz, E. (2007). Intimidades congeladas. Las emociones en el capitalismo. Buenos


Aires: Katz.

9. Illouz, E. (2009). El consumo de la utopía romántica. El amor y las contradicciones


culturales del capitalismo. Madrid: Katz.

10. Parker, I. (2007) ‘Analfabetismo emocional: Márgenes de la resistencia, en Círculo


de Bellas Artes (Comp.)  La Fragilización de las Relaciones Sociales (pp. 159-187).
Madrid: Círculo de Bellas Artes

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