Recurso Extraordinario Inaplicabilidad de Ley

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INTERPONEN RECURSO EXTRAORDINARIO DE

INAPLICABILIDAD DE LEY – MANTIENEN RESERVA DE CASO


FEDERAL

Excma. Suprema Corte de Justicia de la Provincia de


Buenos Aires:
Sergio A. Fernández, abogado
inscripto en el Tº VI - Fº 127 del C.A.M.d.P, y
Gonzalo Pomponio, Abogado inscripto al Tº IX – Fº
495 del C.A.M.d.P, ambos constituyendo domicilio
legal a todos los efectos de este recurso en Calle
42 Nº 996 de la ciudad de La Plata y manteniendo el
constituido en calle Mitre 2606 de la ciudad de Mar
del Plata, en nuestra calidad de defensores de
confianza de Renzo Tomás Mancini, que se le sigue
por el delito de ROBO AGRAVADO EN GRADO DE
TENTATIVA Y FALSA DENUNCIA, registrada bajo el
Nºdecausa Nº 65.864 de trámite por ante la Sala VI
del Excmo. Tribunal de Casación Penal de la
provincia de Buenos Airesante VV.EE.
respetuosamente nos presentamos y decimos:

I. OBJETO

En nuestro carácter de
defensores particulares de Renzo Tomás MANCINI y de
conformidad con lo preceptuado por los arts. 479
ysgtes., art. 494 y sgtesdel C.P.P. y art. 161 inc.
3º, apartado “a” de la Constitución Provincial,
venimos por este medio, a deducir RECURSO
EXTRAORDINARIO DE INAPLICABILIDAD DE LEY contra la
resolución dictada en autos por la Sala VI del
Tribunal de Casación de la provincia de Buenos
Aires,con fecha 10 de diciembre de 2015.
Asimismo a mantener la reserva
de caso federal por entender que la confirmación
del fallo que aquí impugnamos compromete las
garantías de la defensa en juicio y del debido
proceso, así como la que asegura la doble
instancia. (arts. 1, 18 y 75 inc. 22 de la C.N.,
art. 8.2 inc. h de la Convención Americana de
Derechos Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de
Derechos Civiles y Políticos).

II. ADMISIBILIDAD

El recurso se interpone en
tiempo y forma respecto a una resolución que
reviste el carácter de definitiva en los términos
delos arts. 482 y 494 del CPP.
Temporalmente resulta
procedente en tanto el imputado fue notificado el
día 29/12/2015, habiendo manifestado su intención
de acceder a esta vía extraordinaria a fin que esa
Excma. Suprema Corte de Justicia revisara lo
resuelto.
Debemos decir que la Sala VI
del Tribunal de Casación Penal confirmó el fallo
impugnado –en lo que respecta a nuestro asistido-,
rechazando así los planteos atinentes a la
arbitrariedad de una resolución que evidenciaba una
valoración absurda y arbitraria de la prueba, en
transgresión de lo normado en los arts. 106, 210,
373 y ccdtes. del CPPBA, así como al efectuado en
torno a la inobservancia o errónea aplicación de un
precepto legal (en el caso el art. 245 CP), y el
agravio final, relativo a la arbitrariedad de la
composición de la pena en base a la inobservancia
de lo normado en los arts. 40 y 41 del CP a la hora
de imponer una pena que se presenta como
groseramentedesproporcionada y desentendida de todo
análisis de las circunstancias a considerar.

Por medio de la resolución que


hoy atacamos a través de este recurso
extraordinario:
a) Se efectuó una evaluación fragmentaria y aislada
de la prueba, sin considerar diversas cuestiones
que esta defensa oportunamente propusiera y que
resultaban esenciales para la correcta solución del
caso; así, mediante la mención de los límites que
impone la inmediación al contralor jurisdiccional
posterior, se exacerbó el valor asignado por el
Tribunal de Juicio al testimonio de dos policías,
omitiéndose el tratamiento de los agravios de la
defensa que imponían el análisis de la prueba
incorporada mediante su lectura que conduce a una
conclusión abiertamente opuesta, tratándose de
pruebas en cuya producción intervinieron esos
mismos testigos. En definitiva el Tribunal de
Casación, frente a una resolución que fuera
impugnada por arbitrariedad en el tratamiento de
las pruebas y omisión de considerar las de
descargo, acudió al mismo mecanismo denunciado para
terminar confirmándola: simplemente asignando razón
a lo dicho por los jueces sin tratar los agravios
de la defensa, nidetenerse en la mención de todas
aquellas pruebas que conducían en una distinta
dirección, y que claramente beneficiaban a nuestro
asistido –fundamentación aparente-; el fallo peca
de arbitrario, transgrede las reglas de la sana
crítica, arrasa con la garantía constitucional del
debido proceso y viola el derecho de defensa en
juicio. Al propio tiempo, mediante la priorización
de lo acontecido en el debate, por sobre lo escrito
e incorporado por lectura, mas con la cita
constante de los límites que impone la inmediación,
se nos priva de una revisión acorde con los
parámetros fijados por la Corte Suprema de Justicia
de la Nación, restringiendo indebidamente su
competencia revisora, afectándose así la garantía
constitucional a la doble instancia (Arts.8.2 h
CADH; 14.5, P.I.D.C.yP.; 75 inc. 22 C.N.; conf.
doct. "Casal" Fallos 328:3399, en provincia “Salto”
329:530).

b) Al rechazar el agravio relativo a la


inobservancia del art. 245 del CP, nuevamente el
Tribunal de Casación ignoró los agravios de la
defensa, omitiendo la valoración de los elementos
incorporados por lectura que quitaban absoluta
entidad a la posición adoptada por los
sentenciantes del tribunal de juicio, que estos
habrían de convalidar. El recurso en este agravio
no recibió el tratamiento fijado por la CSJN en los
fallos antes citados, desbaratándose así la
garantía constitucional a la doble instancia, y
restando todo valor a lo normado en los arts. 8.2 h
CADH, 14.5, P.I.D.C.yP., 75 inc. 22 C.N., pues como
sostuvo la CSJN en “Casal”, para garantizar una
revisión del fallo condenatorio acorde con el
bloque de constitucionalidad, el tribunal de alzada
debía dar tratamiento a la totalidad de los
agravios postulados por la defensa.Lo contrario,
como en el caso, importa una afectación al debido
proceso legal y la defensa en juicio (art. 18 CN).

c) Finalmente, al tratar el agravio relativo a la


arbitrariedad de la resolución de primera instancia
en la composición de la pena, mediante la errónea
aplicación de los arts. 40 y 41 de CP,el tribunal
de casación no respondió sobre ninguna de las
cuestiones planteadas por la defensa, demostrativas
de la arbitrariedad en el tratamiento de las
circunstancias atenuantes y agravantes, limitándose
a efectuar una revisión formal de los agravios, lo
que nuevamente importa la afectación de los arts.
8.2.h de la Convención Americana sobre Derechos
Humanos y 14.5 del Pacto Internacional de Derechos
Civiles y Políticos, así como la inobservancia de
la doctrina de la Corte Suprema de Justicia de la
Nación in re “Casal”, “Martínez Areco” y “Peralta”.
Ello repercute directamente en la garantía que
protege al justiciable contra la inviolabilidad de
la defensa en juicio, pues el encausado se vio
privado de hacer valer las defensas opuestas en su
beneficio.
Se denuncia así, la violación a
los arts. 1 y106 delCPP, art. 18 de la Constitución
Nacional en tanto consagra el principio del debido
proceso legal, de la defensa en juicio y sus
derivados, y 75 inc. 22, arts. 10, 15 y 161 inc. 3
de la Constitución de la provincia, y de los arts.
8.2 Convención Americana sobre Derechos Humanosy
14.5 del Pacto internacional de Derechos Civiles y
Políticos, arts. 40, 41, 45 y 245 del CP.
En ocasión de dictar el fallo
“Casal” (Fallos 328:3399) la Corte Suprema de
Justicia de la Nación, al referirse al recurso de
casación, dejó en claro que no puede entendérselo
como una vía extraordinaria limitada a la
fiscalización de las cuestiones de derecho en el
marco de su función de fiscalización de las
cuestiones de derecho en el marco de su función de
unificación de los criterios jurisprudenciales,
sino como una revisión amplia e integral de la
sentencia de condena y la pena, abarcativa también
de las cuestiones de hecho y prueba, con el único
límite de la inmediación propia del plenario oral.
Determinó que la Casación “debe
agotar el esfuerzo por revisar todo lo que pueda
revisar, o sea, por agotar la revisión de lo
revisable”, obviamente en la medida de los agravios
postulados por la parte, siendo lo único no
revisable “lo que surja directa y únicamente de la
inmediación”.
Interpretó la Corte que los
arts. 8.2.h de la CADH y 14.5 del PIDCyP exigen la
revisión de todo aquello que no esté exclusivamente
reservado a quienes hayan estado presentes.
A lo largo del presente recurso
demostraremos que la resolución que impugnamos no
cumple con dicho estándar, lo que impone su
revocación.
Entendemos que los art. 494 y
ccdtes. del CPP se tornan procedentes, y se procura
mediante este recursoobtener una declaración de
VV.EE. en torno a las cuestiones que se
desarrollarán en los próximos apartados,
solicitando se deje sin efecto el pronunciamiento
que aquí se recurre mediante el dictado de una
nueva sentencia que sustituya la impugnada -arts.
496 y ccdtes. del CPP y art. 161 de la Constitución
de la Provincia de Buenos Aires.

Finalmente, dable resulta


destacar que en el caso de autos, los planteos de
esta defensa resultan demostrativos de la
afectación ala garantía constitucional al debido
proceso y a la defensa en juicio que importa la
arbitrariedad de la resolución en el tratamiento de
diversas cuestiones, así como la afectación al
derecho a la revisión amplia de la condena,
entendiendo estos defensores que resulta clara la
relación directa entre la resolución recurriday la
lesión denunciada. Esta parte de este modoinvoca
cuestiones de naturaleza federal y constitucional
de manera de –en su caso- poder lograr llegar al
Máximo Tribunal Federal, conforme los precedentes
"Strada" ("Fallos", 308:490), "Di Mascio"
("Fallos", 311:2478) y "Christou" (de 19-II-1987,
"La Ley", 1987-D-156), entre otros.
En ese entendimiento, los
agravios vinculados con la violación de garantías
constitucionales aparecen idóneos para habilitar la
instancia superior en tanto se halla en juego la
imposibilidad de transitar por los jueces locales a
fin de poder acceder ante el Máximo Tribunal
Nacional para discutir eventualmente los planteos
federales involucrados en el fondo del asunto
(arts. 16, 17, 18 y 75 inc. 22, -cf. doct. de
"Fallos", 316:2906; 322:1781; 323:3949; 324:803;
e.o.; o SCBA Ac. 94.404, 8-VI-2005; Ac. 99.273 15-
XI-2006).
Por ello entendemos que el
presente caso ingresa dentro de los estándares de
admisibilidad fijados por la Corte nacional para el
tratamiento de recursos donde se ventilan
cuestiones de naturaleza federal, al resultar esa
Excma. Suprema Corte el superior tribunal de la
causa en los términos del art. 14 de la ley 48
(conforme C.S.J.N. en la causa "Durán Saenz,
Pedro", fallo nº 109.972, sent. del 20-XII-2005),
correspondiendoadmitir el Recurso Extraordinario de
Inaplicabilidad de Leyinterpuesto, haciendo lugar a
la petición de estos impugnantes.
Ello aun cuando la totalidad de
agravios que hemos de desarrollar no refieren
exclusivamente a la inobservancia o errónea
aplicación de la ley penal sustantiva, sino también
al erróneo significado asignado a la revisión
integral de la sentencia de condena que impidió la
correcta aplicación de la ley sustantiva, lo que
imprescindiblemente exige tratar cuestiones
procesales que permitirán advertir las lesiones a
las garantías constitucionales denunciadas. En este
sentido solicitamos se tenga presentes antecedentes
de esta Excma. Suprema Corte de Justicia de la
Provincia de Buenos Aires, en los que resolvió que:
“el remedio regulado en el art. 494 del código
procesal procede exclusivamente contra las
sentencias definitivas del Tribunal de Casación por
inobservancia o errónea aplicación de la ley
sustantiva o doctrina legal. Sin embargo ese
principio debe ceder si se ha puesto en tela de
juicio una típica cuestión federal al imbricarse de
manera directa e inmediata el derecho a la defensa
en juicio, DADO QUE ESTE ASPECTO PUEDE PROVOCAR UN
AGRAVIO DE INSUSCEPTIBLE O MUY DIFICULTOSA
REPARACIÓN ULTERIOR AL TRATARSE DE UN DERECHO QUE
REQUIERE TUTELA JUDICIAL INMEDIATA” (S.C.B.A., Ac.
nº 97.511, 14/05/2008).-

Finalmente, y en lo que
respecta al límite temporal establecido por el art.
494 del CPPBA, que restringe el recurso a aquellos
casos en que se aplique pena superior a diez años,
entendemos que siendo que en el presente se
confirma una pena de dicho monto, incurriría en
excesivo rigor formal esa Suprema Corte de Justicia
si encontrara en ello un obstáculo para tratar el
recurso, pues la exigua diferencia de un día no
puede cercenar la posibilidad del condenado no solo
de revisar la sentencia dictada en su contra, sino
fundamentalmente de llegar al máximo tribunal en
procura de logar el tratamiento de la temática
relacionada a la lesión a sus garantías
constitucionales. No puede una limitación de forma
local vedarnos el acceso a la jurisdicción superior
para lo cual es preciso previamente el avocamiento
de esta Corte Provincial al tratamiento de este
recurso y de los agravios federales que se invocan.

III.AGRAVIOS

1. AGRAVIO EN TORNO AL
TRATAMIENTO BRINDADO AL AGRAVIO RELACIONADO A LA
INOBSERVANCIA Y ERRÓNEA APLICACIÓN DE LOS ARTS. 210
Y 373 DEL CPP A LA HORA DE ACREDITAR LA
INTERVENCIÓN DE MANCINI EN EL HECHO I.

Al interponer recurso de
casación, esta defensa demostró que de ninguna
manera pudo acreditarse la intervención de Renzo
Mancini en el robo por el que resultara condenado.
En dicha tarea, nos abocamos al
análisis de la resolución del órgano de juicio a la
luz de las pruebas colectadas durante la
investigación, que sumadas al testimonio de los
tres policías que depusieron en el debate oral
resultaban demostrativos de la arbitrariedad en que
incurrió aquel tribunal a la hora de valorar las
pruebas, de manera parcial y fragmentaria,
ignorando la totalidad de la prueba escrita que
fuera incorporada mediante su lectura con la
conformidad de las partes.
La revisión del fallo efectuada
por el Tribunal de Casación incumple con el
estándar fijado por nuestra CSJN al resolver
respecto a la exhaustividad revisora que exige la
doble instancia.Pues en la resolución que hoy
impugnamos, lo que hace es mencionar algunos
fragmentos de la sentencia de condena y darlos por
ciertos, sin cotejarlos con ninguna de las pruebas
que se le oponen, y que esta defensa se ocupó de
detallar; sencillamente se ignora el recurso de la
defensa, exhibiendo la resolución una
fundamentación aparente, lo que la descalifica como
acto jurisdiccional válido.
Por ello el presente agravio de
este recurso extraordinario ha de versar sobre lo
que entendemos una errónea revisión de la sentencia
de condena a la luz de los arts 8.2.h. de la
Convención Americana sobre Derechos Humanos y 14.5
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos.
Es que la respuesta del
Tribunal revisor a los planteos en los que esta
parte reclamó la revisión dela totalidad del plexo
probatorio, encontró fundamento en el acotado
análisis efectuado por la casación, que se
circunscribió exclusivamente a la reiteración de lo
escrito por los jueces de juicio,anunciando primero
que se efectuaría una revisión integral, para unos
párrafos más tarde mencionar los límites que impone
la inmediación al control jurisdiccional posterior,
y desistir de analizar las pruebas para
sencillamente reproducir lo dicho por los jueces
del tribunal de juicio.
Así, al iniciar el tratamiento
de dicho agravio, comenzaron afirmando que“no
existe una incompatibilidad entre oralidad y
revisión amplia en casación, ambos son consistentes
en la medida en que no se exagere el resultado de
la inmediación”. (pág. 8 vta.).
Mas a poco que se examina lo
resuelto se advierte que en la tarea de revisar el
fallose evita el análisis de la totalidad de las
pruebas de la investigación, para limitarse a lo
dicho por tres policías durante el debate oral.
La mencionada “revisión amplia”
no se efectúa de modo alguno, se omite el
tratamiento de pruebas esenciales para la
demostración de la ausencia de intervención de
Mancini en el evento imputadoque finalizan
acreditando en base a lo dicho por tres policías en
el debate, señalando que lo allí ocurrido no es
revisable.
Es que solo tres páginas después de
manifestarse a favor de la revisión amplia, se
afirma en pág. 11que “a partir de las ventajas que
acarrea la inmediación, es que el Tribunal pudo
edificar su convencimiento en la veracidad de los
dichos de los testigos que concurrieron ante sus
estrados; todo lo que además constituye una
cuestión que excede el límite de conocimiento que
la realidad de las cosas autoriza a realizar en
esta instancia.La inmediación impide revisar
aspectos ligados a la comunicación directa y
cuestiones singulares de percepción que hacen a la
recepción oral de la prueba, y necesariamente
otorga a los jueces de mérito un amplio margen de
discrecionalidad, no arbitrariedad, ya que no
pueden relegar el deber de documentar y exponer los
motivos de su convicción, según las reglas de la
sana crítica racional, a fin de cumplir con el
mandato constitucional que exige que las sentencias
sean fundadas”.
Lo cierto es que de ninguna
manera habíamos pretendido que se ingrese en la
inmediación, en cuestiones de comunicación directa
ni en la percepción de magistrado alguno.
Solo requerimos que se examinen
todas las pruebas, y no solo el testimonio de esos
policías. O de otro modo, que se valoren esos
testimonios dentro de la totalidad del plexo
probatorio que integró el debate oral, lo que
demostraría la hipótesis de la defensa.
Debían analizarse las pruebas
incorporadas por lectura y cotejarlas con aquellos
relatos, para arribar a la conclusión de que la
afirmación del tribunal de juicio acerca de que a
nuestro defendido los policíaslo vieron
perfectamente durante la persecución, no es más que
una afirmación voluntarista.
Y si bien los jueces de la
casación no pueden ingresar en la inmediación,
fácilmente pueden efectuar la revisión amplia que
la constitución nacional consagra a favor de
nuestro cliente.
En tal labor no debió ignorarse
el análisis del acta de procedimiento de fs. 1/5,
donde los uniformados dejaron en claro que solo
pudieron ver la vestimenta de los sujetos que
ocupaban los lugares de conductor y acompañante,
siendo justamente aquellos que luego detuvieron en
el campo.
Sabiendo que Mancini en el
fallo fue ubicado en un asiento trasero (atrás del
conductor de acuerdo al Fiscal y atrás del
acompañante según el tribunal de juicio), y siendo
que esos policías son los mismos que luego
declararon en el debate, fácilmente se colige que
carece de veracidad aquella afirmación de que lo
vieron perfectamente durante la persecución.
Incluso el requerido análisis
de las modulaciones radiales incorporadas por
lectura (fs. 147/151) hubiese permitido arribar a
la misma conclusión.Pero también esto fue ignorado
sin brindarse razón alguna.
Si bien citaremos unos pocos
párrafos del recurso de casación, entendemos que es
el mejor modo de que se aprecie por qué la revisión
resultó aparente, y de qué manera repercute
directamente sobre las garantías constitucionales
del imputado.
Dijimos allí que al aprehender
al tercero (un menor), se daba el relato de fs. 149
vta., pudiendo notarse el desconcierto de los
policías: uno daba la descripción del aprehendido
para que le confirmen si era ese, mientras otro le
sugería que se fije “si está cansado muchachos, es
ese”.

El criterio no parecía ser el


‘haberlos visto perfectamente durante la
persecución’ que pretendieron los sentenciantes y
ahora confirma la casación.
Nuevamente insistía el policía:
“-campera negra rebook pantalón gris…
-a ver Bazán, nada que ver con este que tenemos?
-fíjese si no está agitado el hombre!”

Era la agitación y no su
conocimiento previo, o una descripción lo que lo
señalaba como partícipe en el robo.

Esos son los mismos policías


que fueron al juicio, y afirmaron que horas más
tarde cuando concurrió Mancini a la Seccional lo
reconocieron, lo que a la luz de las pruebasresulta
falso.
No lo reconocieron, sino que
sabiendo que era el joven cuyo nombre era el que
figuraba en la cédula azul secuestrada dentro del
Renault Clio, y conociendo que venía de intentar
radicar una denuncia sospechada por quienes
habríande recibirla y que se dio intervención al
Fiscal que investigaba el robo. Sencillamente lo
esperaron, y sea quien fuera el que se presentara
con el nombre Renzo Mancini habría de quedar
detenido.
Es que además de los policías
Pardo y Ferreyra se hallaba el Capitán Vallés,
quien de acuerdo al acta de fs. 1/5 también
persiguió a los malhechores por el campo.
Y este cuando lo vio no se
convenció de que era sujeto que había fugado, e
incluso no le creyó a sus subalternos. Que se
entienda: él mismo lo corrió a quien fugó, pero al
ver a Mancini no afirmó que era ese.
Como afirman los jueces de la
casación, este testigo afirmó que para comprobar si
era el que intervino en el robo debió quitarle las
ropas y analizar sus medias: solo así se convenció
de que era este.
Utilizar tal circunstancia en
perjuicio de nuestro asistido no solo reniega de
las reglas de la lógica, sino que resulta una clara
afectación del in dubio pro reo, pues resulta
incorrecto afirmar que la existencia de abrojos en
las medias prueba la participación en el robo, sino
que el hecho de aun habiéndolo perseguido todos por
el campo, teniéndolo ante su vista, sabiendo que se
llamaba Renzo Mancini y que el auto secuestrado
luego del robo tenía una tarjeta azul a su nombre,
debieron quitarle la ropa mediante un procedimiento
que repugna de cada garantía constitucional
establecida a favor de un ciudadano, para sospechar
que era el.
Y ESO SE OPONE ABIERTAMENTE A
LA AFIRMACIÓN DEL TRIBUNAL DE JUICIO, AHORA
REPETIDA POR LA CASACIÓN, DE QUE LOS POLICÍAS
VIERON PERFECTAMENTE A MANCINI DURANTE LA
PERSECUCIÓN.
Nuestro recurso no fue
atendido, y la reiteración de lo dicho por el
tribunal de juicio de ningún modo satisface la
revisión integral que el recurso de casación
impone, pues la resolución carece de fundamentos
propios.
El tribunal intermedio debió
ejercer “una revisión amplia de la sentencia, todo
lo extensa que sea posible al máximo esfuerzo de
revisión, conforme las posibilidades y constancias
del caso particular y sin magnificar las cuestiones
reservadas a la inmediación, sólo inevitables por
imperio de la oralidad conforme a la naturaleza de
las cosas” (consid. 34º, in re “Casal”).
Por el contrario, la respuesta
proporcionada por la Sala Sexta del Tribunal de
Casación, al omitirel análisis de las pruebas que
apoyaban las críticas dirigidas a cuestionar la
acreditación de la intervención de Mancini en el
hecho, eludió el conocimiento y decisión acerca del
mérito de dicho planteo, desbaratando de ese modo
la garantía de revisión de la condena, que requiere
un examen vasto e integral, a través de un recurso
sencillo, de aquel presupuesto de la hipótesis
delictiva que haya sido objeto de crítica en el
recurso de casación (arts. 8.2.h, C.A.D.H.; 14.5,
P.I.D.C.P.; 75 inc. 22, C.N., conf. doctrina in re
“Casal”, Fallos 328:3399).
En consecuencia, corresponde
hacer lugar al presente recurso de inaplicabilidad
de ley, dejando sin efecto la sentencia de la Sala
Sexta del Tribunal de Casación Penal en lo que
tiene que ver con la acreditación de la coautoría
responsable de Renzo Mancini en el hecho I, y
devolver los autos a dicho órgano para que —por
donde corresponda— dicte un nuevo fallo que asegure
el cumplimiento de la garantía de la doble
instancia en toda su amplitud (conf. parámetros
establecidos en el precedente “Casal” ya citado, P.
84.747, sent. del 18-VII-2007).

2. AGRAVIO RELACIONADO AL
TRATAMIENTO DE LA ERRÓNEA APLICACIÓN DE UN PRECEPTO
LEGAL (ART. 245 C.P.)

Al tratar el agravio
relacionado a la errónea aplicación de la ley
sustantiva, en el caso el art. 245 CP, nuevamente
el Tribunal de Casaciónomitió referirse a los
elementos incorporados por lectura que quitaban
absoluta entidad a la posición adoptada por los
sentenciantes del tribunal de juicio, que estos
habrían de convalidar.
El recurso entonces, no fue
tratado de acuerdo al estándar fijado por la CSJN
en los fallos antes citados, desbaratándose así la
garantía a la revisión integral de la condena,
quitándose todo valor a lo normado en los arts.
8.2.h de la CADH y 14.5 del PIDCyPy 75 inc. 22 CN,
pues como sostuvo la CSJN en “Casal”, para
garantizar una revisión del fallo condenatorio
acorde con el bloque de constitucionalidad, el
tribunal de alzada debía dar tratamiento a la
totalidad de los agravios postulados por la
defensa, sin limitaciones vinculadas con las
cuestiones de hecho y prueba, salvo las propias de
la oralidad y la inmediación.
El planteo de esta defensa
exigía analizar lo acontecido en la Seccional de
Policía en los momentos previos a la radicación de
la denuncia, pues ello es prueba agregada y la
inmediación de ningún modo impide su valoración.
Los jueces de la casación,
ignorando lo acontecido con anterioridad a la
recepción de la denuncia, sostuvieron que el tipo
penal reprime el acto voluntario de una persona
mediante el cual comunica a alguna autoridad de la
persecución penal, establecida por la ley, la
noticia falsa que tiene sobre la comisión de un
delito de acción pública…
Por sus características, y
según entiende la doctrina mayoritaria a la que
adhiere el suscripto, se consuma con la
presentación de notitiacriminis, sin necesidad de
que se inicie o se ordene iniciar la investigación
correspondiente…
Finalmente sostuvieron que en
el caso, más allá de las objeciones del Defensor,
lo cierto es que Mancini concurrió a la sede
policial y procedió a formular una denuncia formal
por el robo de su vehículo Renault Clío que,
incluso, fue agregada a fs. 65 de la instrucción
penal preparatoria correspondiente a los hechos
objeto de estas actuaciones, con lo cual se
descartan todas las teorías de la defensa y se
impone la confirmación en este punto de lo resuelto
por el A Quo(lo resaltado nos pertenece).

Lo cierto, tal como planteara


esta defensa sin recibir tratamiento, es que se
parte de una falsa premisa cuando se afirma que
Mancini concurrió a una Seccional y procedió a
formular una denuncia.

Esas pudieron ser sus


intenciones, mas la tentativa jamás prosperó, pues
la historia aparecía como burdamente inverosímil,
ya que los policías que lo oyeron previamente,
advirtieron que los dichos de Mancini les
resultaban contradictorios y evidenciaban
situaciones poco claras.
Es lo que se lee a fs. 276,
pues el Of. Ferreyra dejó constancia de eso CUANDO
AUN NO SE HABÍA FORMULADO DENUNCIA ALGUNA.
No solo eso, sino que
advirtiendo el Oficial que el vehículo al que se
refería Mancini había sido secuestrado en el marco
del robo, no dudó en comunicarse con el Fiscal
interviniente en tal suceso, QUIEN LES ORDENÓ
RECIBIR LA DENUNCIA IGUAL, IDENTIFICAR AL
DENUNCIANTE Y REMITIR LAS ACTUACIONES.
Todo eso sucedió con carácter
previo y no puede ser ignorado, pues indica que el
propio Agente Fiscal –aun sabiendo que el joven no
diría la verdad, y aun sabiendo los que habrían de
ser receptores de la denuncia que no se diría la
verdad- dio la orden de recibirle la denuncia para
asegurarse así los datos de Mancini.
Lo que luego le recibieron
tiene los visos de una denuncia penal, mas basta
con leerla para terminar de convencerse de lo
acontecido.
El inmediato descubrimiento
policial, con carácter previo a la interposición de
denuncia alguna, con aviso al fiscal y orden de oír
de todas maneras a quien fuera descubierto
mintiendo, debió ser entonces analizado
considerando al bien jurídico tutelado por el
delito de FALSA DENUNCIA, que no es otro que el
correcto despliegue de la administración de
justicia (sobre el punto nos extendimos en el
recurso de casación con cita de diversos autores,
remitiendo respetuosamente a su lectura a fin de no
reiterar doctrina sobradamente conocida por esa
ilustrada Corte de Justicia).
Sencillo resulta advertir que
se utilizó a Mancini, quien aparece como víctima de
un entrampamiento.
Si todos sabían que iba a
mentir, no estaban obligados a recibirle
declaración alguna, pues sería como recibir aviso
que una persona viene a robar, y por orden fiscal
dejarlo que robe para luego condenarlo y ni
siquiera considerar el acto como tentado.
Pero el fallo que impugnamos no
reparó en las circunstancias previas cuyo análisis
de ninguna manera puede ser obviado, pues solo de
ese modo se cumple con la revisión integral de la
sentencia de condena que la Constitución Nacional
garantiza a nuestro asistido.
El correcto análisis de lo
acontecido demuestra que en el peor de los casos
Mancini tuvo intenciones, mas estas fueron
advertidas antes de que radicara denuncia alguna,
lo que desde tal oportunidad impidió que se
afectara bien jurídico alguno (verificada
afectación al principio de lesividad, art. 19 CN).
Por ello, siendo que la
revisión efectuada por el tribunal de casación
incumple con el estándar fijado por la CSJN en los
antecedentes previamente citados, y que el correcto
análisis de las pruebas conduce a desincriminar a
nuestro asistido por ausencia de afectación de bien
jurídico alguno, corresponde revocar la sentencia
impugnada, absolver a Renzo Mancini en orden al
delito de falsa denuncia y aplicar la
correspondiente reducción de pena (art. 161 Const.
Prov.).
En caso contrario, se anule la
resolución impugnaday se remitan los autos a la
casación a fin que se dicte un nuevo fallo que
asegure el cumplimiento de la garantía de la doble
instancia en toda su amplitud (conf. parámetros
establecidos en el precedente “Casal” ya citado, P.
84.747, sent. del 18-VII-2007)

3.AGRAVIO RELACIONADO A LA
ARBITRARIEDAD EN LA COMPOSICIÓN DE LA PENA -
ERRÓNEA APLICACIÓN DE LOS ARTS. 40 y 41 CP

Nuestro defendido fue juzgado


por primera vez en su vida, por un robo que no
superó la tentativa, en el que se recuperó la
totalidad de elementos sustraídos –que concurriría
con el delito de falsa denuncia que prevé una pena
máxima de 1 año de prisión-, resultando condenado a
la exagerada pena de 10 años de prisión.
Al interponer recurso de
casación contra la sentencia condenatoria
denunciamos dicha sanción como desproporcionada, y
fundamentamos nuestra convicción de que se
presentaba como el fruto del arbitrario tratamiento
brindado a la consideración de las circunstancias
atenuantes y agravantes tratados en el debate oral,
que condujo al tribunal de origen a la aplicación
errónea de las pautas brindadas por los arts. 40 y
41 del CP.
En nuestro planteo demostramos
la arbitrariedad manifiesta en la selección del
monto sancionatorio, consecuencia de haberse
brindado diverso tratamiento a las pautas a
valorar, asignando desproporcionada significación a
una circunstancia agravante, mas quitando –sin
mencionarlo- absoluta entidad a las atenuantes que
imperiosamente operan como disminuyentes
cuantitativos en la pena a imponer.
Es que la sentencia de condena
demostraba la mensuración de la sanción con base en
fines vindicativos en torno a un hecho que
integraría de acuerdo al tribunal de juicio una
“moda”. Entendemos que las funciones de prevención
general de la pena, si se admiten, no pueden ser
utilizadas por los jueces para la EXORBITACIÓN de
la sanción en un caso concreto.
De hecho el Agente Fiscal había
solicitado DOCE años de prisión ENTENDIENDO QUE EL
ROBO HABÍA QUEDADO CONSUMADO.
Aplicar DIEZ años con la
reducción de la tentativa excede ampliamente
incluso el pedido del representante de la vindicta
pública, entendiendo esta defensa que aquel
funciona como límite de la pena a imponer por
cuanto la actuación del juzgador está supeditada a
la instancia del acusador, ya que esta limita el
poder del órgano jurisdiccional, garantizándose
sólo así la imparcialidad, de manera que el pedido
de pena del fiscal también restringe el ámbito del
juzgador en cuanto a la individualización de la
misma.
En la resolución que hoy
impugnamos, el tratamiento brindadopor el Excmo.
Tribunal de Casación al agravio relacionado a la
arbitrariedad en la composición de la pena, importa
la afectación de los arts. 8.2.h de la Convención
Americana sobre Derechos Humanos y 14.5 del Pacto
Internacional de Derechos Civiles y Políticos, así
como la inobservancia de la doctrina de la Corte
Suprema de Justicia de la Nación in re “Casal”,
“Martínez Areco” y “Peralta”.
El tribunal no respondió sobre
ninguna de las cuestiones planteadas por la
defensa, demostrativas de la arbitrariedad en el
tratamiento de las circunstancias atenuantes y
agravantes, limitándose a efectuar una revisión
formal de los agravios en tres párrafos (en lo que
corresponde a Mancini), y de manera conjunta con el
caso de dos coimputados, siendo que respecto a
estosNO SOLO EL FISCAL PIDIÓ SE LOS CONDENE POR EL
DELITO DE ABUSO DE ARMAS (Y LA ABSOLUCIÓN DE
NUESTRO DEFENDIDO, aun cuando el tribunal de juicio
obvió referirse a estas cuestiones), sino que se
consideraron diversos agravantes que exclusivamente
caían en cabeza de ellos.
Advertirán VV.SS. que hoy el
coimputado Bordolli luego de la intervención del
Tribunal de Casación, terminó condenado a 10 años
de prisión, misma pena que nuestro defendido,
siendo que respecto de aquel no solo se valoró la
existencia de antecedentes penales, sino que el
propio tribunal considerótres agravantes a su
respecto (que no se computaron en contra de
Mancini) por haber disparado contra policías, por
descuidar bienes del Estado, etc., lo que incluso
formó parte del delito de abuso de armas que el
Fiscal le imputó, y por el que requirió la
absolución de Mancini.
Es decir que luego de
computados tres agravantes mas, la existencia de
antecedentes, y la intervención en el HECHO II
(todas estas circunstancias que no se computan en
perjuicio de nuestro asistido), finaliza con la
misma pena de Mancini que además cuenta con la
atenuante de la carencia de antecedentes.
Ello es consecuencia de la
errónea interpretación que dela revisión hace el
tribunal inferior, restringiendo el alcance del
recurso de casación, ya que no se avocó a tratar
las cuestiones planteadas por la defensa, lo que no
solo niega significado a la doble instancia, sino
que priva al condenado a hacer valer los derechos
que le garantiza la Carta Magna cuando asegura la
inviolabilidad de su defensa en juicio.
Así en su resolución, el
Tribunal de Casación empleó afirmaciones dogmáticas
mencionando que “la pena impuesta… se encuentra
dentro de los límites establecidos por la ley, ya
que ha sido adoptada con fundamentos de derecho
común suficientes para sostenerla como acto
jurisdiccional válido, sin que pueda afirmarse que
haya producido una afectación a norma
constitucional alguna. Además, constituye una
característica propia de la tarea de aplicación del
derecho, ámbito que es propio de los jueces,
establecer los alcances y matices de los textos
legales frente al caso concreto a fin de establecer
el máximo legal previsto para la especie de pena de
que se trate..”
Ello y la posterior mención del
principio de proporcionalidad fue la respuesta
brindada a los agravios de esta defensa,
abstrayéndose el tribunal de ingresar al
tratamiento de las cuestiones que le fueron
sometidas, lo que evidentemente restringe la
capacidad de rendimiento del recurso contra la
sentencia de condena y trunca el derecho a la
revisión integral del fallo consagrada en la
normativa antes señalada, remitiéndonos a lo
sostenido por la CSJN en “Casal CSJN, Expte
C.1757.XL, así como MartinezAreco, Causa
M.1451.XXXIX.
Desde luego que la pena
impuesta se encuentra dentro de los límites fijados
por ley, pues nunca denunciamos que la pena
excediera del topeprevisto en la norma aplicable;
mas lo que no recibió respuesta fueron los planteos
de la defensa encaminados a demostrar la
arbitrariedad en imponer una pena excesiva que se
aproxima al máximo posible solo para cumplir con la
condición ejemplarizante que pretendieron los
sentenciantes respecto a un delito que el Tribunal
de juicio considera una moda, desentendiéndose de
las circunstancias atenuantes y agravantes que
debían aplicarse, superando ampliamente el propio
pedido de pena del fiscal, y finalizando en la
equiparación respecto a un coimputado respecto al
que se aplicaron múltiples agravantes que no
pesaron en su contra, y respecto al cual el Fiscal
requirió condena por un delito más, y con pena
elevada en relación a la del art. 245 que le
imputaran a Mancini.
La omisión de tratamiento de
los agravios de la defensa torna arbitrario el
fallo por carecer de fundamentación, por lo que
(subsidiariamente de los planteos anteriores)
solicitamos se declare la arbitrariedad de la
sentencia impugnada, se la deje sin efecto, y se
reenvíe la causa para que el Tribunal de Casación —
integrado por jueces hábiles— dicte un
pronunciamiento acorde a los parámetros que emergen
de la Constitución nacional.
O en su caso, se revoque la
sentencia impugnada y se reduzca la pena al mínimo
legal imponible.

IV. MANTIENEN RESERVA DEL CASO


FEDERAL

Conforme los argumentos


expuestos, los que evidencian agravios de
naturaleza constitucional, mantenemos la expresa
reserva de recurrir ante la Corte Suprema de
Justicia Nacional, en los términos de los arts. 14
y 16, segundo párrafo, de la ley 48 y la doctrina
emergente del mismo. Ello por encontrarse
comprometidas, conforme lo planteado, las garantías
de la defensa en juicio y del debido proceso, así
como la que asegura la doble instancia. (arts. 1,
18 y 75 inc. 22 de la C.N., art. 8.2 inc. h de la
Convención Americana de Derechos Humanos y 14.5
del Pacto Internacional de Derechos Civiles y
Políticos).

V. PETITORIO

En virtud de todo lo
anteriormente expuesto, a VV.EE. solicitamos:
1.- Tengan por presentado, en legal tiempo y forma,
este Recurso Extraordinario de Inaplicabilidad de
Ley;
2.- Oportunamente resuelvan conforme a lo
solicitado.
3.- En su caso, tengan presente la reserva del caso
federal efectuada;

Proveer de conformidad que


SERÁ JUSTICIA.-

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