IV. Definiciones
IV. Definiciones
IV. Definiciones
Es un acto administrativo emitido por escrito por el que la competente autoridad ejecutiva
concede un privilegio, una dispensa u otra gracia, a petición del interesado. Quien
realiza la petición que da lugar al rescripto puede ser el destinatario del acto que se pide, o
un tercero que no tenga prohibido solicitarlo, incluso sin el consentimiento del mismo
interesado.
La petición que se realiza, que suele llamarse preces, ha de incluir los motivos, que serán la
base de la respuesta de la autoridad. En caso de que –siendo necesario su conocimiento–
esos motivos hubieran sido ocultados, el rescripto sería inválido. También conlleva la
invalidez del rescripto la inclusión de motivos falsos con el fin de obtener lo que se pide.
Como es derecho de los fieles realizar la petición, hay obligación de recibirla y estudiarla
para dar una respuesta justa. El interesado tiene la posibilidad del recurso administrativo si
se le deniega lo solicitado.
El rescripto en el cual no se designa ejecutor surte efectos a partir del momento en el que se
ha expedido el documento; los demás, desde el momento de su ejecución.
Un rescripto contiene la concesión de una gracia, es decir, de algo que no se debe en
justicia y corresponde a la discrecionalidad del que la da.
La autoridad puede otorgar una gracia mediante rescripto, o también de otras formas; por
ejemplo, de viva voz, aunque quien la recibe habrá de probarla para que tenga eficacia en el
fuero externo.
Dentro de las gracias que concede la autoridad, hay dos tipos que tienen una regulación
específica y pueden otorgarse mediante rescripto: el privilegio, que es la gracia otorgada
por acto peculiar en favor de determinadas personas, tanto físicas como jurídicas,
concediendo algo que va en contra o más allá del derecho común; y la dispensa, que es la
relajación de una ley meramente eclesiástica en un caso particular, por una causa justa y
razonable.
PRIVILEGIOS (CANN.59, 75-79, 36 §1)
Es una gracia otorgada por acto peculiar en favor de determinadas personas, tanto físicas
como jurídicas, que puede ser concedida por el legislador, y también por la autoridad
ejecutiva a la que el legislador haya dado esta potestad; de ordinario se concede
mediante un rescripto.
El privilegio tiene las características de los actos administrativos, aunque pueda ser dado
también por el legislador. Con el privilegio no se trata de conceder ventajas
discriminatorias, sino de contar con un instrumento más para hacer justicia, otorgando algo
que no determinan las normas y va en contra o más allá del derecho común, pero resulta
justo y favorable para el sujeto en una situación concreta, e indirectamente para la
comunidad.
Tipos de privilegios: según la duración, puede ser perpetuo o temporal (si no se prueba lo
contrario, se presume la perpetuidad); según quién se beneficia, puede ser personal –
favorece directamente a una persona física o jurídica y se extingue con ella–, o real –se
concede a un objeto o lugar de modo inmediato y cesa con él–.
La extinción de los privilegios se puede dar por diferentes causas (revocación, renuncia,
transcurso del plazo, prescripción, etc.).